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Capítulo 42
Le Fay se encontraba sentada en una banca mientras veía a Edzard comprar un par de helados, uno para él y el otro para ella. Mientras miraba a su amigo, su mente aun trataba de entender que había pasado. Todo había iniciado en la mañana de ese mismo dia.
Flashback
El sonido de metal chocando sonó por toda la cueva mientras Vali y una persona más se enfrentaban intensamente. Sin embargo, el sonido de la lucha acabó cuando un potente golpe de una espada terminó por destrozar la armadura de Vali.
Le Fay miraba a Vali respirar con dificultad mientras su Scale Mail desaparecía en motas de luz blanca. El cuerpo del medio demonio estaba completamente cubierto de heridas y suciedad. El Hakuryuukou había iniciado esta lucha luego de que una persona llegara a la base, el motivo fue que aquella persona le reprochara su estupidez de querer luchar contra Edzard. La batalla fue corta y en todo momento, Vali había sido superado. No importaba cuanto poder el intentara robar, él siempre lo perdía, pues su enemigo destruía las reservas de poder de Vali con cada ataque que hacía.
"Eres un idiota, ¿verdad? ¿Realmente crees que alguien con un sacred gear de tipo dragón como tu puede vencer a quien es considerado como el cazador de dragones definitivo? Madura, mocoso. Tu nivel de poder no está ni de cerca para poder hacerle algo al Dovhakiin. El forzó a tu abuelo a retirarse sin ingresar en su aspecto de dragón. ¿Qué crees que podrías hacer tu? Alguien que no puede ni vencerle solo y está formando un grupo para ello."
La persona que hablaba con Vali era un ser con la apariencia de un zorro bípedo. Su pelaje era de color gris y tenía varios tatuajes tribales de color rojo por sus brazos, pecho y abdomen. Sus ojos eran de color gris opaco y tenía algunas plumas atadas en la punta de una larga cola, la cual era la forma en que llevaba peinado su largo cabello. Vestía un par de pantalones holgados de lino de color azul oscuro, los cuales se angostaban en la pantorrilla gracias a unas vendas. En sus pies había un par de sandalias de cuero negro. En sus manos había dos espadas, las cuales eran muy similares a una katana. La espada de la izquierda tenía pequeños relámpagos en toda la hoja, mientras que la de la derecha, exudaba una pequeña niebla helada.
Este ser se llama Zakir y según él, es un Lilmothiit. Según Zakir, él es el último de su raza, la cual alguna vez compartió los pantanos de Ciénaga Negra con los Argonianos. El hombre zorro se había unido a su grupo hace unos pocos meses. Además, él era la fuente por la que el grupo logró aprender acerca de Nirm. Él fue su principal fuente de información, pero no era una persona muy sociable, pues normalmente solía desaparecer a hacer cosas por sí mismo, además de que parecía no confiar en nadie en el grupo, ya que nunca mencionó nada sobre su pasado, a parte de lo anteriormente mencionado.
"Si quieres luchar contra el Dovahkiin, tienes que aumentar tu poder. Entrena, pues se acercan tiempos aciagos." Dijo Zakir con el ceño fruncido mientras enfundaba sus espadas. Al enfundar sus armas, el zorro dejó de mirar a Vali y dándose la vuelta, comenzó a retirarse. Sin embargo, se detuvo abruptamente cuando pasó al lado de Le Fay. Al verla, Zakir comenzó a verla fijamente para luego soltar un suspiro.
Le Fay tembló un poco, pues la mirada de Zakir era aterradora. Cuando estuvo por hablarle, el zorro levantó la mano y le lanzó un hechizo.
El hechizo hizo que la vista de Le Fay se volviera negra unos segundos. Cuando su visión volvió, se dio cuenta de que estaba en un callejón. Confundida por lo que pasaba, la maga decidió salir de allí. Cuando logró salir, vio la calle y se dio cuenta de que estaba en Japón, esto gracias a los kanjis que había en todas las señales y tiendas cercanas. Ya sabiendo donde estaba, la maga salió del callejón y comenzó a caminar por la calle. Si bien ella debía de volver a la base temporal de su equipo, decidió no hacerlo de manera inmediata, por lo que comenzó a explorar la ciudad. Luego de caminar por varios minutos, llegó a un parque y mientras caminaba tranquilamente, se tropezó y cayó, pero nunca tocó el suelo, pues había sido agarrada por alguien.
"Disculpa, ¿Estas bien?" preguntó una voz con preocupación.
Los ojos de Le Fay se abrieron cuando escuchó aquella voz, pues reconoció al dueño. Girando lentamente y con nerviosismo, vio a su amigo, quien también comenzó a abrir los ojos con sorpresa al verla.
Fin Flashback
Luego de aquel encuentro, Edzard la llevó a una banca y comenzaron a conversar sobre asuntos triviales sin importancia. Luego de unos minutos charlando, por allí pasó un heladero, llamando la atención de Le Fay. Al ver esto, Edzard se fue a comprar los helados.
Cuando volvió, Edzard le dio su helado a Le Fay y se sentó a su lado.
"Entones, Le fay. ¿Cómo esta tu hermano?" preguntó Edzard dándole una lamida a su helado de choco menta.
"¿E-e-eh…?" preguntó Le Fay en shock, dejando de comer su helado. Sin pensarlo dos veces, rápidamente mintió. "¿Q-que dices, Edzard-sama?"
Edzard dejó de comer su helado y comenzó a ver a Le Fay fijamente, quien se estremeció ante la mirada del joven dragón.
"No deberías mentir, no se te da muy bien." Dijo Edzard con una sonrisa en su rostro, pues pudo ver claramente por la mentira de la maga. "Se que Arthur es tu hermano. El huele muy similar a ti. Además, mi esposa me conto lo que paso durante mi batalla con Loki."
Al escuchar aquello, Le Fay bajó la mirada, pues estaba apenada de haber sido descubierta mintiendo. Por lo que decidió hablar para tratar de explicarse. "Y-y-yo…"
"No es necesario que te expliques. Entiendo porque lo haces, así que no te preocupes. Solo tengo unas cuantas preguntas sobre el equipo de Vali. ¿Crees que puedes contestarme?"
Le Fay miró a Edzard unos segundos mientras su mente tenía una seria pelea interna, pues una parte de ella quiere contarle a Edzard, ya que el parecía ser una persona de confianza, pero otra parte, no quería traicionar la confianza de sus compañeros.
"Tranquila no quiero saber dónde se encuentran, solo quiero saber cómo es que saben sobre Nirm." Dijo Edzard poniendo una sonrisa tranquilizadora en su rostro al ver el dilema mental de Le Fay.
"Ya veo. Supongo que, si puedo responder a eso, Edzard-sama." Dijo Le Fay luego de soltar un suspiro.
Edzard soltó un suspiro de molestia al escuchar a Le Fay llamarlo así, ya que no le gustaba que usasen ese honorifico en su nombre.
"Le Fay, ¿puedes dejar de usar el sama en mi nombre, por favor?" preguntó Edzard rascándose la nuca.
"Pero eso sería muy irrespetuoso." Respondió Le Fay rápidamente.
"Puede que lo sea, pero es incómodo para mí."
"Yo… está bien, dejare de decirte Edzard-sama. Pero ¿Cómo debería decirte si no uso un honorifico?"
"Puedes llamarme Ed, así me llaman todos mis amigos y familiares." respondió Edzard con una sonrisa.
El rostro de Le Fay se sonrojó un poco al ver la sonrisa de Edzard.
"¡¿Tú me consideras tu amiga?!" preguntó Le Fay con una gran sonrisa en su rostro mientras el sonrojo se desvanecía un poco.
"Por supuesto que lo hago, de lo contrario no te habría dicho que me digas Ed."
La sonrisa en el rostro de Le Fay se amplió.
"Está bien, Ed." dijo Le Fay mientras miraba a Edzard.
"Vez, no es tan difícil, ¿verdad?" Dijo Edzard con una sonrisa.
"Je, je, je. Si, tienes razón." Respondió Le Fay con una risita divertida.
La risa de Le Fay fue tan contagiosa que Edzard también comenzó a reír.
"Entonces, Le Fay. ¿Cómo es que saben acerca de Nirm?" preguntó Edzard una vez que dejó de reír.
Le Fay tomó un poco de aire y comenzó a contarle a Edzard sobre Zakir y su llegada al equipo.
Edzard escuchaba atentamente las palabras de Le Fay, pues cada palabra era una importante pieza de información. Sus ojos se abrieron con sorpresa al enterarse de Zakir, pues nunca se esperó escuchar de un Lilmothiit vivo en esta era, ya que se le consideraba una raza de fabulas y leyendas, pues nunca ha habido pruebas de su existencia. Aunque, luego de pensar en el nombre del Lilmothiit, tuvo que agarrarse la cabeza, ya que sufrió de una fuerte migraña. Esto, por supuesto, preocupó a Le Fay, quien le preguntó si estaba bien, a lo que el joven dragón respondió que si estaba bien y que solo había sido un dolor menor en su cabeza.
Tras eso, Edzard comenzó a hacerle algunas preguntas más a Le Fay. Estas parecían que no estaban destinadas a obtener información sobre el equipo de Vali, o al menos eso pensó la maga, pues Edzard estaba usando preguntas muy rebuscadas. Las respuestas que Le Fay le daba, eran de hecho pequeñas pistas sobre las intenciones de cada miembro de este grupo de la Khaos Brigade.
Al final, ambos siguieron conversando un rato más, hasta que finalmente terminaron de comer sus respectivos helados. Luego de aquello, Edzard le tendió la mano a Le Fay y la llevó a dar un paseo por la ciudad. Estuvieron paseando un buen rato, hasta que pasaron por un restaurante, al cual entraron a comer. Cuando terminaron de comer, Edzard y Le Fay se fueron caminando mientras charlaban sobre cosas triviales.
"Entonces, Kuroka-sama estuvo estornudando sin parar cuando se descongeló." Dijo Le Fay con una sonrisa al recordar como Kuroka estuvo enferma durante días luego de ser descongelada.
"Je, je. Ya veo. Supongo que a los gatos no les gusta el frio." Dijo Edzard con una sonrisa mientras se imaginaba a Kuroka estornudar y maldecirlo, solo para volver a estornudar.
"Así es. De hecho, Kuroka-sama suele calentar mucho el agua cuando se ducha." Dijo Le Fay mientras recordaba como Kuroka amaba los baños con agua caliente.
Ambos amigos continuaron sus charlas, riendo cada cierto tiempo, pues Edzard también comenzó a contarle a Le Fay sobre algunas cosas de su vida diaria. La mayoría de sus historias se centraban en como trataba con las travesuras de Marie, los problemas hormonales de sus parejas o los trabajos que le encargan las tres facciones.
Mientras cruzaban el parque donde Issei había sido asesinado hace un tiempo, Le Fay se detuvo de manera abrupta. Esta acción hizo que Edzard también se detuviera y mirara a la maga con confusión.
"Ed. ¿Puedo pedirte un favor?" preguntó Le Fay poniendo sus manos en su espalda y miraba al suelo mientras un sonrojo aparecía en sus mejillas.
"Claro, siempre que no pidas algo tan difícil como resucitar a un muerto." Respondió Edzard con diversión mientras estaba confuso por ver a Le Fay sonrojarse y desviar la mirada.
Le Fay movió sus manos y mostró lo que estaba escondiendo en su espalda. "¿P-puedes firmarme este libro?"
Edzard parpadeó confundido primero, pero luego puso una sonrisa al ver que el libro que Le Fay le pedía que firmase era el primero de sus libros publicados. Con una sonrisa en el rostro, Edzard tomó el libro y escribió algo allí con una pluma mágica, la cual convocó con magia de conjuración.
"Ten." Dijo Edzard devolviéndole el libro ya firmado a Le Fay.
Le Fay tomó el libro y lo abrió con emoción, pero su emoción se esfumó al ver que no había nada. Levantando la mirada, vio a Edzard e hizo un puchero.
Edzard sonrió divertido al ver el puchero en el rostro de Le Fay. "Je, je. Tranquila, si hay algo escrito, pero se hará visible hoy al anochecer."
La respuesta de Edzard hizo que Le Fay mirara asombrada el libro, para luego comenzar a pensar en un hechizo para poder hacer que lo escrito se haga visible en ese instante. Lamentablemente, por mucho que lo intentó, ella no pudo hacerlo. Al darse cuenta de eso, ella se dio por vencida y guardó el libro en un bolsillo de su capa. "Gracias, Ed."
Edzard sonrió y acercándose a ella, le despeinó ligeramente el cabello. Esta acción terminó provocando que Le Fay diera un gritó, el cual era una mezcla entre fingida irritación y mucha diversión.
"Mou. Deja mi pelo, Ed." dijo Le Fay haciendo un puchero, solo para luego reír de felicidad.
Edzard rio contagiado por la risa de su amiga.
Ambos amigos rieron unos minutos y luego continuaron sus charlas triviales, que consistían en Le Fay contándole todas las cosas vergonzosas de Vali y su equipo. Al caer la noche, Le Fay se despidió y volvió a la base de su equipo.
Cuando llegó, fue bombardeada por preguntas tanto de su hermano como del resto del equipo. Aquellas preguntas se esfumaron cuando ella les mostró unas bolsas, las cuales contenían varias comidas, las cuales Edzard había comprado. Luego de la cena, ella se dirigió a su habitación y después de cambiarse de ropa, abrió el libro y vio aparecer la firma de Edzard en su libro.
Para mi querida amiga Le Fay Pendragon,
Se que no nos conocemos desde hace mucho,
Pero ya te considero mi amiga,
Así que, si algún dia necesitas mi ayuda, no dudes en contactarme.
Con cariño, Edzard Cumberland Rolandson.
P.D. espero que hayas disfrutado del libro y que disfrutes de los próximos que están por llegar.
Le Fay sonrió alegremente mientras terminaba de leer la nota.
"Ya entiendo porque no querías que lo leyera allí." Dijo Le Fay con una sonrisa mientras se llevaba el libro al pecho y lo abrazaba. "Esperare con ansias los próximos libros. Sobre todo, el que hable de ti."
Edzard se encontraba caminando por las calles de Kuoh en una noche sin luna. Ya habían pasado dos días desde que se había encontrado con Le Fay y más de una semana desde que asesinó a Loki.
'Ahhh… matar a ese pinche Dios me causo algunos problemas. Por fortuna, el viejo Odín lo tomo con calma y dijo que no me preocupara. Y luego está Aryne, la desgraciada se fue sin decir nada y solo me dejo un grimorio de levitación. Ahhh… quien entiende a esa mujer. Pero al menos el grimorio me ha sido útil, ahora puedo volar usando magia sin la necesidad de entrar en mi aspecto de dragón.' Pensó Edzard mientras doblaba una esquina. Al hacerlo, se detuvo abruptamente, pues olio un aroma que había olido por primera vez no hace mucho. Así que, observando sus alrededores, sus agudos sentidos lograron detectar la fuente de ese aroma.
"¿Es enserio?" Preguntó Edzard con diversión para luego caminar hacia el alfeizar de una ventana de una casa cercana. "De todos los disfraces que se te podrían ocurrir… ¿Escoges un gato negro?"
Cualquier persona normal que hubiese pasado por el lugar pensaría que Edzard estaba loco, pues le estaba hablando a un gato negro, el cual solo ladeó su cabeza como respuesta a lo que le había preguntado Edzard.
Al ver que el gato no respondía, Edzard pensó en cómo hacer que le responda. Por lo que, luego de pensar unos segundos, decidió hacerle una broma. "Parece que este gato quiere volver a ser una paleta."
Ni bien la palabra «paleta» sonó, el gato dio un gran salto y brilló. Con luz cegadora, el gato comenzó a crecer y a cambiar de forma. Luego de dos segundos, el gato se transformó en Kuroka, la cual estaba que le daba una mirada irritada a Edzard.
"Je, parece que encontré un gato callejero." Dijo Edzard con burla, haciendo hincapié en la palabra callejero.
"Ump." Dijo Kuroka mientras ponía sus brazos alrededor de su generoso pecho y desviaba la mirada con enojo.
Edzard sonrió divertido al verla hacer esto. Sin embargo, dejó la sonrisa a un lado, pues no sabía por qué una criminal buscada como ella estaba aquí. Así que, decidiendo que lo mejor sería hablar en un lugar más privado, comenzó a caminar y mientras avanzaba, le hizo señas a la nekoshou para que lo siga. La criminal vio las señas y volviendo a ser un gato, comenzó a seguir a Edzard hasta que llegaron a un claro en el bosque.
Apoyándose en un árbol, Edzard miró al gato, el cual volvió a tomar su forma humanoide. "Entonces, Kuroka. ¿Qué te trae por aquí esta noche?"
La gata comenzó a ver a Edzard de arriba abajo para luego sonreír y acercarse a él, usando pasos cortos y poniendo énfasis en el movimiento de sus caderas. Aquella manera de caminar hizo que Edzard levantara la ceja en confusión.
"Veras, Edzard-san. Yo quiero pedirte un favor ~nya." Dijo Kuroka una vez que llego a estar frente a Edzard.
Ante aquellas palabras, Edzard solo la miró con un poco de confusión, pues no sabía que le pediría Kuroka.
"Veras, Edzard-san. Quiero tener un hijo de un dragón." Dijo Kuroka de una manera tan directa que hizo que Edzard parpadeara con confusión y ponía una cara de sorpresa.
'¡¿Pero que mierda?!' pensó Edzard al escuchar la petición de Kuroka.
"Entonces, dime Edzard-san. ¿quieres intentarlo ~nya?" preguntó Kuroka mientras tomaba la parte superior de su kimono y lo bajaba un poco, dejando más expuestos sus pechos.
'No de nuevo. Por favor, esto es como lo que sucedió con Xenovia.' Pensó Edzard mientras recodaba la reunión que había tenido con la amiga de su esposa.
Flashback
Edzard se encontraba sentado en una sala del castillo, la cual estaba acomodada para recibir visitas no formales, es decir familiares y amigos de la familia. Él se encontraba solo, pues el resto de las chicas estaban en otro lado, Asia se encontraba con Marie paseando por España, Aika y Mittelt estaban yendo de compras, Lint se encontraba de visita en el Instituto Sigurd y Valerie estaba acompañando a Gasper mientras que Rossweisse estaba terminando sus papales para comenzar a enseñar en la academia Kuoh, a la par que Ingvild terminaba de ver su matrícula en dicha academia.
"Entonces, Xenovia. Asia me ha dicho que quieres hablar conmigo de algo." Dijo Edzard mientras tomaba un trago de un té que le habían traído las sirvientas. "¿Qué necesitas de mí?"
La Caballero de Rías miró a Edzard un segundo para luego hablar.
"Veras, Edzard. Yo quiero pedirte un favor."
"¿Qué tipo de favor?" preguntó Edzard con curiosidad para luego tomar otro trago de té.
"Quiero que me des un hijo." Respondió Xenovia de manera directa.
La respuesta de Xenovia hizo que Edzard escupiera el té que estaba bebiendo.
"Cof, Cof. Espera… ¿Puedes repetirlo, ya que me parece haber oído que quieres que te embarace?"
Xenovia miró a Edzard y sin disimulo o decoro alguno asintió.
La forma en que la ex exorcista respondió hizo que Edzard la mirara desconcertado, pues una persona normal de seguro estaría tartamudeando, si fuera una persona muy tímida, o incluso sonrojándose, pero esta chica no mostraba ninguna de esas reacciones.
'¿Qué mierda? ¿Como es posible que diga algo así sin tartamudear? ¿Tiene acaso un poco de sentido común esta chica?' pensó Edzard, pero unos segundos después logró volver a la normalidad y por lo tanto pudo hacerle la pregunta. "Xenovia, ¿Por qué me pides que te embarace? ¿Eres consciente de lo que me pides?"
Xenovia miró a Edzard y asiento, pues ella estaba consciente de lo que le pedía al esposo de su amiga. Luego de esa corta respuesta no verbal, Xenovia comenzó a contarle a Edzard la razón por la que le pedía ese favor.
Tras escuchar las palabras de Xenovia, Edzard se quedó mirándola con una cara que decía «¿Es enserio?», pues la explicación de la ex exorcista era tan torpe que ni el entendía como es que alguien podía pensar en ello.
"A ver, ¿quieres que te dé un hijo porque es tu nueva meta como demonio?" preguntó Edzard luego de analizar lo que le había dicho Xenovia.
"En pocas palabras, sí." Respondió Xenovia con convicción.
"¿Pero, no se supone que habías elegido a Issei para eso?" Preguntó Edzard al recordar como ella le había dicho que inicialmente había planeado que Issei sea el padre para su hijo.
"Ese era mi plan, pero ahora hay otra persona que puede hacerlo." Respondió Xenovia mirando a Edzard. "Y esa persona, a diferencia de Issei, ya tiene experiencia haciendo hijos:"
Edzard se llevó las manos a la sien, pues comenzó a tener un dolor de cabeza. No necesitaba ser un genio para saber que sería muy difícil hacer que Xenovia deje de intentar tener un hijo con él. Si bien la idea era algo rara, no era algo a lo que él no estuviese acostumbrado, ya que antes de conocer a su esposa, había recibido un pedido de la mismísima reina suprema de Skyrim, Elisif. La reina le había pedido que tenga un hijo con ella, pues no deseaba casarse nuevamente. Por supuesto, el rechazó esa propuesta, no por que fuera extraña, ya que había momentos en que algunas mujeres de Skyrim pedían ayuda a algunos hombres para tener hijos. Este tipo de situaciones se daban debido a que algunas mujeres no deseaban atarse en un matrimonio.
Aunque la petición de Xenovia no era tan rara, él no estaba interesado en darle un hijo a una mujer a la que no amara. Así que, tras recordar lo de Elisif, Edzard procedió a negarse de la manera más amable que pudo. Por supuesto que su negativa cayó en oídos sordos y él se dio cuenta de que ella no había renunciado a su idea de tener un hijo con él.
Fin Flashback
Edzard volvió a la realidad y lo primero que vio, fue el rostro de Kuroka a escasos centímetros del suyo. Al momento en que se percató de eso, intentó moverse, pero no lo hizo lo suficientemente rápido y sintió como Kuroka le daba una lamida en su mejilla derecha.
"Ummm… este realmente es el sabor de un hombre ~nya." Dijo Kuroka mientras se ponía un dedo en su boca.
"Eso fue un poco grosero, sabes." Dijo Edzard mientras se llevaba su mano hacia el lugar donde lo había lamido Kuroka.
"Je, je, je." Rio Kuroka divertida mientras comenzaba a mirar a Edzard. "Entonces, ¿Me vas a dar gatitos?"
Edzard solo miró a Kuroka como si esta tuviese dos cabezas. "No lo creo. No suelo hacer eso con mujeres a las que no conozco. Además, ¿No tienes a Vali? Estoy seguro de que si lo intentas puedes hacer que te folle."
La respuesta que recibió Edzard fue una que no esperaba, pues vio a Kuroka poner un puchero. El solo ver eso, fue suficiente como para que Edzard entendiese que Kuroka había sido rechazada por Vali en varias ocasiones. Sin embargo, antes de que el pudiese decirle algo, un círculo mágico apareció en su oído.
El circulo mágico brilló unos segundos mientras Kuroka tenía una conversación con Bikou, dicha conversación fue escuchada por Edzard. La conversación trataba sobre Bikou diciéndole a Kuroka que debía de volver pronto. Aquellas palabras hicieron que Edzard frunciese el ceño, pues él quería algunas respuestas que solo Kuroka podía darle. Por lo que, comenzó a pensar en cómo obtener información de Kuroka. Lamentablemente, comenzó a quedarse sin tiempo. Por lo que, el comenzó a pensar más rápidamente y logró formar un plan muy loco.
"Parece que tendré que dejar de hablar contigo ~nya." Dijo Kuroka al hacer desaparecer el circulo de comunicación mientras le guiñaba un ojo a Edzard. Tras esas palabras, comenzó a conjurar un círculo de teletransportación. "¡Hasta la próxima ~nya!"
Al ver que Kuroka comenzaba a desaparecer, Edzard comenzó su plan. Por lo que, haciendo uso de una gran velocidad, gritó. "¡TIID! ¡KLO! ¡UL!"
Al ver que el tiempo se detenía, Edzard corrió a gran velocidad y logró estar frente a Kuroka y sin perder tiempo, le puso una mano en la cabeza y usó magia para leer los recuerdos de la gata. Lamentablemente, la poca cantidad de tiempo que tuvo hizo que solo pudiese ver la infancia de Kuroka, el nacimiento de su hermana, la muerte de sus padres.
Cuando el tiempo volvió a la normalidad, Edzard pudo ver como Kuroka estaba asombrada por verlo aparecer frente a ella antes de desaparecer.
Al ver que se encontraba solo, Edzard comenzó a ordenar los recuerdos que había visto de Kuroka. Al terminar de hacerlo, se percató de algo y sin perder tiempo, se dirigió hacia otro lugar.
Edzard caminaba por una calle a paso apresurado. La velocidad con la que iba era similar a la usada en las marchas rápidas de las legiones imperiales. Al doblar por una esquina, vio su destino de esta noche.
La casa de Issei seguía tal y como la recordaba, igual de grande desde la remodelación que hizo la familia de Rias.
'Aun no entiendo por qué lo hicieron, pero yo vivo en un maldito palacio, así que mejor ni me quejo.' Pensó Edzard al llegar a la puerta. Tocándola, se quedó esperando a que lo atiendan. Luego de unos cuantos segundos la puerta fue abierta por Miki Hyoudou.
"Oh. Hola Edzard-kun. ¿Vienes a ver a Issei?" preguntó Miki con una sonrisa de alegría en el rostro al ver a Edzard.
"Así es. Tengo que hablar de algo con él. ¿De casualidad también están Rias y el resto de su club?"
"Sí, están todos juntos en la sala del piso de arriba." Preguntó Miki mientras dejaba pasar a Edzard. "¿Les digo que has venido?"
"No. No se preocupe, quiero que sea una sorpresa."
Miki asintió y volvió a hacer lo que estaba haciendo antes de abrir la puerta.
Edzard subió por las escaleras hasta el segundo piso y comenzó a caminar por los pasillos de la casa. Cuando pasó por varias habitaciones, escuchó algunos gritos de pelea y signos de lucha. Una persona normal habría pensado que había una batalla, pero el descartó aquello al escuchar la risa pervertida de Issei.
'Ahhh… no entiendo cómo es que aun esta soltero. A pesar de que ya tiene a algunas chicas enamoradas de él, aun no se atreve a dar el primer paso.' Pensó Edzard confundido por no poder entender cómo es que su amigo aún no se decidía en tomar a una de las chicas como novia. Encogiéndose de hombros, decidió no darle más vueltas al asunto. Cuando llegó a la puerta de la habitación de donde provenían los gritos, tomó un poco de aire y abrió la puerta suavemente.
Al abrir la puerta, vio a Rias, Akeno y Koneko mirarse con ira mientras se preparaban para atacarse con algunas almohadas. Este espectáculo era visto por Xenovia e Issei, siendo el portador de Draig quien soltaba pequeñas risitas pervertidas, pues las tres chicas que estaban por pelearse tenían la ropa mal acomodada, lo que permitía que se viera su ropa interior.
"¿Podrían matarse en otro momento?"
La voz de Edzard hizo que todos se sobresaltaran, haciendo que las chicas que estaban por pelearse miraran hacia donde estaba él. Al verlo, el rostro de todas sonrojó levemente de vergüenza.
"¿C-cuanto tiempo tienes ahí?" preguntó Rias cuando superó la sorpresa de ver a Edzard allí.
"No mucho, acabo de llegar." Respondió Edzard mientras se acercaba hacia donde estaba un Issei completamente inconsciente con sangre corriendo por su nariz, esto se debió a que cuando él había hablado, Xenovia se había puesto a la defensiva y había girado rápidamente, golpeando con su codo a Issei. El golpe fue directo a la parte derecha de la cabeza del demonio, noqueándolo en el acto.
Al llegar donde su inconsciente amigo, Edzard negó con la cabeza y procedió a convocar un pequeño relámpago en su mano derecha, el cual fue lanzado hacia Issei. El relámpago cumplió su objetivo, pues despertó a Issei rápidamente.
"Ahhhh!" gritó Issei al sentir el rayo en su cuerpo. Cuando estuvo parado, miró por todos lados y finalmente frunció el ceño al ver a Edzard. A pesar de que no era el más listo, el no necesitaba pensar mucho para saber que había sido su amigo el que lo había despertado. "¡Maldita sea, Ed! ¡¿Por qué me lanzaste un rayo?!"
"Porque quería levantarte de manera rápida." Respondió Edzard con una sonrisa de burla en su rostro.
Las palabras de Edzard molestaron a Issei, pero este no fue tan idiota como para intentar golpearlo. Por lo que, tomando aire, el joven demonio logró calmarse.
Al ver que su amigo no molestaría por un tiempo, Edzard se sentó y miró a Rias fijamente.
"¿Qué te trae por aquí esta noche, Edzard-san?" preguntó Rias mientras se sentaba en uno de los sofás. Si bien su semblante mostraba confianza, eso solo era en el exterior, pues en el interior estaba que temblaba de miedo, pues a pesar de haber pasado un tiempo, aún estaba un poco asustada por el poder total de Edzard. Y no era la única, pues toda su nobleza también estaba aterrada por el poder de Edzard. Sin embargo, ella y el resto sabían que él no les haría daño a menos que se hagan enemigos antes.
"Necesito hablar con tu torre." Dijo Edzard de manera directa y seria, pues no tenía ni el tiempo ni las ganas de ir por las ramas.
"¿Qué necesitas de Koneko-chan?" preguntó Akeno mirando a Edzard con los ojos entrecerrados.
"Solo necesito que me responda algo. Y de ser necesario que me preste un objeto suyo por unos minutos." Respondió Edzard mirando a Koneko.
La joven Nekoshou miró a Edzard y a sus amigos. Asintiendo, se acercó al joven dragón.
"¿Qué necesitas saber, Edzard-sama?" preguntó Koneko con la mejor voz inexpresiva que pudo hacer, aunque para mala fortuna de ella, era muy visible que estaba nerviosa.
"Esa horquilla que llevas ahora, ¿Es la que usabas desde bebe?" preguntó Edzard señalando la horquilla en el cabello de Koneko.
Koneko abrió los ojos ante esa pregunta, pues no sabía cómo es que Edzard sabia sobre eso. Sin embargo, asintió como respuesta a la pregunta.
"Ya veo. ¿podrías prestármela unos segundos?"
"¿Para qué?" preguntó Koneko con escepticismo y duda en su voz.
"Solo quiero confirmar algo." respondió Edzard de manera veraz, pues su única intención esta noche era quitarse la duda de algo que vio en la mente de Kuroka. Y es que la información que le dieron los recuerdos de Kuroka hicieron tuviese un presentimiento de que esa horquilla ocultaba algo.
Koneko miró a Edzard y lentamente se desabrochó la horquilla. Cuando tuvo el pequeño objeto en la mano, se la entregó a Edzard.
Cuando tuvo el objeto en sus manos, Edzard juntó ambas manos y rápidamente usó Auromancia para analizar el objeto.
'Mierda… Esto es peor de lo que esperaba.' Pensó Edzard en shock al ver algo que nunca esperó ver. Y es que vio como era el padre de Koneko y Kuroka, quien para Edzard era una verdadera mierda como padre y como esposo, ya que se notaba por su accionar que solo quería follar con la madre de las dos gatas. Sin embargo, eso no era lo que le había causado sorpresa, no, lo que le asombró fue que esa mierda estaba investigando como crear Super Diablos como Sirzechs de manera artificial.
"¿Ed?" preguntó Issei al ver a Edzard dejase caer en el sofá mientras daba un suspiro muy largo.
"Maldita sea. Esto es peor de lo que esperaba." Dijo Edzard mientras se tapaba el rostro.
"¿Qué quieres decir, Edzard?" preguntó Xenovia.
"Dentro de esta horquilla hay información importante sobre algo." respondió Edzard señalando la horquilla de Koneko, pues gracias a la Auromancia, pudo ver que en esa horquilla había un chip con información muy valiosa. "Esto es muy importante, por lo que le mandare a los lideres de las tres facciones lo que encontré, pero también le enviare la horquilla a Ajuka. El sabrá qué hacer con esta información."
"Ya veo. Supongo que es información muy importante, por lo que no podrás compartir con nosotros, ¿verdad?" preguntó Rias mientras se llevaba una mano al mentón.
"Así es, pero es posible que tu hermano te diga algo luego de que sepa que es." Dijo Edzard mientras caminaba hacia una ventana abierta. "Bueno, me voy."
Luego de aquellas palabras, Edzard desapareció en un parpadeo. La velocidad que usó creó una gran grieta en el suelo y generó una corriente de aire que terminó por desordenar toda la habitación.
"¡AHHH! ¡Realmente odio cuando hace eso!" gritó Rias con exasperación al ver el estado de la habitación.
Edzard estaba sentado se encontraba sentado junto a su familia y amigos mientras miraban como terminaba el programa del «Oppai Dragon».
'La verdad no sé cómo es que Issei ha logrado volverse tan popular entre los niños del inframundo. Aunque, si vemos bien, el programa es algo gracioso.' Pensó Edzard con una sonrisa al ver como Issei decía frases tan cursis que hasta le daba vergüenza a el mismo.
Cuando terminó de pensar, la cabeza de Edzard giró lentamente, pues sintió un pesó en su hombro derecho. Posando su vista en ese lugar, pudo ver a su esposa, quien tenía a Marie sentada en su regazo, recostar su cabeza en su hombro. Esta acción sacó una sonrisa a Edzard, pero luego tuvo que volver a mirar al otro lado, pues sintió que alguien hacia lo mismo, pero en el hombro izquierdo. Al mirar allí, pudo ver a Aika hacer lo mismo que Asia, pero luego sintió que dos personas se apoyaban en sus muslos y bajando la vista vio a Mittelt y a Valerie apoyadas allí.
'Je, je, je. Parece que lo que hicimos la noche anterior las ha puesto más cariñosas de lo normal.' Pensó Edzard mientras comenzaba a recordar lo que había pasado.
Flashback
La luna brillaba mientras se escuchaban algunos pasos en un pasillo del palacio de Edzard.
"Ahhh… a veces siento que nunca debí de dejar aquella casa en las montañas Druadach." Dijo Edzard con un poco de pesar en su voz mientras caminaba hacia su habitación. Sus pasos eran lentos y pesados, pues había dormido solamente dos horas durante los últimos días, ya que pasaba mucho tiempo en la biblioteca investigando los documentos y pergaminos más antiguos que poseía, pues era allí donde esperaba tener información para poder crear una cura para el veneno de Puerto Gélido. Hasta el momento no había podido encontrar algo a pesar de ya haber buscado en casi toda su biblioteca, por lo que se estaba quedando sin nuevas fuentes de investigación. Afortunadamente, el esperaba que Aryne le entregara sus cartas a Valerica y a Tolfdir.
Y es que Edzard le había dado a Aryne varias cartas, las cuales estaban destinadas a sus amigos y entre todas había dos cartas muy especiales. Una con destino a Valerica y Serana, mientras que la otra estaba destinada a Tolfdir. En dichas cartas había una petición personal para que investiguen algo sobre el veneno de Puerto Gélido y si había alguna cura. En las cartas también indicaba que, si le enviaban alguna respuesta, esta debería de ser enviada con Aryne.
Mientras seguía caminando, Edzard iba pensando en su familia. Y es que el tiempo que pasaba en la biblioteca era tal que incluso había descuidado un poco a sus amantes y a su hija.
"Ahhh… Parece que me estoy convirtiendo en un mal amante y un mal padre. Pero ya basta de eso, mañana pasare el dia con mi familia." Dijo Edzard con convicción mientras comenzaba a planear donde iría con todas a pasear.
Cuando llegó a su habitación, ingresó y trató de ir a su cama para descansar temprano. Sin embargo, antes de llegar, sintió que era rodeado. Mirando a su alrededor, sus ojos se abrieron a mas no poder. Y es que sus amantes vestían trajes de policías que consistían en blusas azules cuyas mangas y cuellos eran de un tono más oscuro que el resto de la blusa, faldas de color negro tan cortas que permitían que Edzard pudiese ver la ropa interior de encaje que usaban cada una de ellas. Cada una de ellas tenía el kit completo con la corbata, las botas y las esposas en sus cintos.
"D-d-deténgase a-allí." Tartamudeó Asia con un gran sonrojo en su rostro mientras levantaba una mano y detenía a Edzard.
"Está arrestado por incumplimiento de sus deberes." Dijo Aika con una sonrisa traviesa mientras se acercaba y tomaba los brazos de Edzard quien no se estaba resistiendo, ya que su mirada estaba fija en sus amantes.
Edzard puso una sonrisa al ver que las chicas comenzaban a llevarlo hacia la cama. De un solo empujón, terminó estrellándose contra la cama. Con una sonrisa comenzó a ver como sus amantes comenzaban a desvestirse.
'Parece que no volveré a dormir. Pero, esto será divertido.' Pensó Edzard mientras su sangre comenzó a circular a más velocidad.
Mientras las chicas se acercaban a su amante, Aika y Mittelt miraron la puerta que habían dejado ligeramente abierta. Una sonrisa apareció en el rostro de ambas al sentir la llegada de sus espías ocasionales, las cuales habían aumentado de una a tres en estos últimos días. Mirándose, ambas se lamieron los labios y siguieron a sus amigas para divertirse esta noche.
Fin Flashback
El recordar todo lo que hicieron esa noche hizo que el cuerpo de Edzard comenzara a emocionarse, sobre todo cierta parte inferior. Afortunadamente, logró contenerse lo suficiente como para evitar un pequeño malentendido, pues no estaba solo con su familia en el salón, ya que allí también estaban Rossweisse, Lint, Ingvild y las sirvientas. Sus amigas estaban en otro sillón mirando el programa, pero él se percató de que cada cierto tiempo lo miraban a él y a sus amantes. Cada vez que lo hacían, él se percataba de que fruncían el ceño y murmuraban por lo bajo. Lamentablemente, el volumen de la tv impedía que el lograra escuchar lo que decían.
"Oye, Ed." Llamó Asia a su esposo.
Edzard dejó de ver la tv y vio a su esposa. "Si, ¿Qué pasa?"
"¿De qué hablaste con Azazel-san y el resto ayer?"
Edzard parpadeó y luego recordó que había hablado con los tres lideres de las facciones antes de su rato de diversión con sus amantes. Llevándose una mano a su mentón, Edzard comenzó a contarle lo que hablaron.
Flashback
Edzard estaba sentado en uno de los sofás que había en su estudio y al frente suyo había algunas proyecciones mágicas, pues estaba en una reunión con Azazel y Sirzechs.
"Entonces, Esto es muy problemático, ¿verdad?" preguntó Edzard mirando a la proyección mágica que mostraba a Sirzechs.
"No tienes ni idea. Esa investigación es muy peligrosa como para dejarla existir. Por lo que luego de una larga reunión con Ajuka, Serafall y Falbium, se ha decidido destruir por completo la investigación."
"Ya veo. Eso me tranquiliza un poco." Dijo Edzard arregostándose en el sofá. La intranquilidad que había sentido se originaba en la preocupación que tenia de que aquella investigación llegase a manos de algún príncipe daedrico, pero con la noticia que le dio Sirzechs, esa intranquilidad se esfumó.
"Ed tiene razón. Es mejor destruir aquello, pues si la información cae en manos de la Khaos Brigade estaríamos en serios problemas." Dijo Azazel a través de su proyección mágica.
"Tienes razón, Azazel." Dijo Sirzechs.
Fin Flashback
"Y eso fue de lo que hablamos." Dijo Edzard.
"Ya veo. Aunque parece que no les mencionaste que la información la obtuviste de la mente de Kuroka-san." Dijo Asia al percatarse de que su esposo no había mencionado nada de eso.
"Así es, no se los mencione. Incluso cuando Sirzechs me lo preguntó, le dije que lo obtuve haciendo Auromancia en un objeto que había encontrado por allí." Dijo Edzard mientras miraba a su esposa a los ojos. "Si bien Kuroka es una criminal. Creo que al menos puedo mantener la participación de su familia en esto en secreto."
Asia parpadeó unos segundos y luego puso una sonrisa, pues entendió por qué lo hacía.
'Parece que Ed no quiere que Koneko-chan sufra por lo que hizo su familia. Ya mucho tiene en su plato con lo de su hermana.' Pensó Asia mientras le acariciaba el cabello a su hija, la cual miraba divertida como Issei actuaba en la televisión.
Luego de aquella pequeña charla, ambos siguieron viendo la televisión como si nada. Cuando terminó el programa de Issei, la pantalla se puso negra y unos segundos después apareció el logo de una empresa de los Grigori, la cual se especializaba en trabajos audiovisuales.
Al ver lo que estaba pasando, casi todas las presentes miraron confundidas la pantalla, pues no sabían que pasaba.
"¿Qué está pasando?" preguntó Aika mirando extrañada la pantalla.
"No lo se." Respondió Mittelt, quien también miraba extrañada la pantalla, pues no sabía nada sobre lo que pasaba.
El resto de las chicas, incluida Marie también estaban confundidas. Los únicos que no estaban confundidos sobre lo que pasaba fueron Edzard y Asia.
"Parece que ya es hora." Dijo Edzard con voz cansada mientras se arrecostada en el sillón.
Asia miró a su esposo y soltó una risita al verlo tan decaído.
"Vamos, Ed. Anímate, va a estar genial." Dijo Asia con una sonrisa en su rostro.
"Eso espero, de lo contrario matare a Azazel."
El resto de la sala miró la conversación sin entender que pasaba. Sin embargo, antes de que dijesen algo, Asia les dijo que miraran la pantalla, ya que allí se enteraran de lo que pasaba. Así que, haciéndole caso, todas miraron la pantalla y cuando lo hicieron, vieron como una imagen apareció en la pantalla.
La escena iniciaba con una colina cubierta de nieve, donde en su cima se podía ver a dos siluetas.
"¿Qué es lo que estas buscando, niño?" dijo la voz de un anciano, cuyo rostro no era visible, pues solo se mostraba su tórax, el cual estaba cubierto por una armadura plateada.
"Un lugar al que llamar hogar." Respondió un joven pelinegro, el cual estaba de espaldas, mostrando solo una andrajosa capa marrón.
Posteriormente, las imágenes comenzaron a cambiar radicalmente y mostraron a un dragón negro rugir y luego dos banderas una con un dragón negro en forma de diamante en fondo rojo y la otra, un oso azul en un fondo azul mucho más claro.
"En una época de caos, los hijos de una nación derraman su propia sangre. Mientras son ignorantes del peligro que les acecha." La voz de Asia dijo mientras en la pantalla aparecía una gran batalla donde había dos bandos, unos con ropa roja y otros con ropa azul. Los soldados de ambos bandos se estaban matando sin piedad alguna.
En una gran sala de lo que parecía ser un castillo se podía ver a dos personas hablar. Una de esas personas era una mujer y la otra un joven.
"Es un gusto conocerlo, Mi thane." Dijo la mujer pelinegra mientras ponía una sonrisa. Dicha mujer llevaba una armadura de acero.
Se comenzó a ver un campo de entrenamiento, el cual estaba rodeado por una muralla en la que se podían ver a varias personas apoyadas mientras se pasaban bolsas con dinero. Y en medio, en la arena de entrenamiento se podía ver a un hombre se acercaba a un joven.
"No importa lo que hayas hecho. Ahora eres un cachorro para nosotros. Así que, llévale mi espada a Eorlund para que la afile. Y ten cuidado, ya que es probable que valga más de lo que tengas como posesiones." Dijo el hombre, el cual tenía el cabello corto de color negro y los ojos grises mientras le entregaba una espada al joven.
Se podía ver a un joven recostado en la pared exterior de lo que parecía ser un castillo en la ladera de una montaña nevada.
"Al fin entendí tus palabras, padre." Dijo el joven mientras su cabello ensombrecía su rostro. Levantando la cabeza, su cabello fue mecido por el viento, permitiendo ver que se trataba de una versión de unos trece años de Edzard. "Y-yo… ¡Yo ya no quiero perder nada más!"
"El inicio del camino del joven que se convirtió en uno de los más grande héroes de su mundo." Dijo Asia mientras en la pantalla se podía ver a Edzard correr contra un grupo de bandidos y comenzar a matarlos uno a uno.
Luego, la escena cambió y se vio a Edzard luchar contra un dragón, lanzando flechas mientras corría por una vasta llanura de colinas y mientras corría, iba evitando el aliento de fuego del dragón. La escena volvió a cambiar y esta vez mostraba a Edzard caminando hacia un templo en ruinas, mientras a su espalda había varios cadáveres amontonados unos sobre otros, estos cadáveres poseían armaduras muy gastadas.
Se veía un salón repleto de personas cuyos ojos brillaban como brazas de carbones.
"Acepta mi sangre y caminaras como un lobo entre corderos." Dijo un ser similar un murciélago humanoide de color gris.
"Lo lamento, pero no quiero ser un vampiro." Dijo Edzard firmemente.
Se podía ver varias plataformas hechas de piedra que flotaban en un gran mar verde.
"Ahhh. Lo huelo, tú también tienes sangre de dragón." Dijo un enmascarado mientras miraba a un Edzard arrodillado.
Se podía ver el gran salón de un palacio, el cual estaba decorado con las banderas azules del inicio del video. En esta sala, se podía ver a dos personas, una al frente de la otra. Una de ellas era Edzard y la otra era un hombre de unos cuarenta años o más, el cual tenía el cabello rubio largo, decorado con algunas trenzas. Además, él tenía una barba de candado en su rostro.
"Parece que soy más blando de lo que pensé." Dijo Edzard mientras apretaba el agarre en sus dos armas y avanzaba hacia la otra persona. "Evitemos que mueran más personas, Ulfric. Así que, terminemos esto a la antigua, un duelo entre tú y yo. Sin magia, sin thu'um, solo con armas."
Se podía ver a Edzard arrodillado frente a un bloque de madera antes de que una pierna lo obligue a bajar la cabeza hasta dicho bloque.
Un hombre fornido, vestido de negro con una capucha que no dejaba ver su rostro levantó una enorme hacha.
"Y fue en ese dia, donde todo comenzó." Dijo la voz de Asia antes de que la pantalla se vuelva negra.
La habitación del palacio estaba completamente en silencio.
Edzard tenía un gran sonrojo de vergüenza, pues Aika, Ingvild, Lint, Mittelt, Rossweisse y Valerie lo miraban fijamente.
"E-E-Ed… ¡¿Qué fue eso que acaba de pasar en la televisión?!" gritó Aika mientras miraba a su amante.
Edzard desvió el rostro antes de contestar. "Fue… fue un tráiler para una serie de televisión que está haciendo Azazel."
La respuesta de Edzard hizo que las dudas de todas aumentaran.
"Espera, ¿Van a hacer una serie de televisión de lo que parece ser tu pasado?" preguntó Lint mientras seguía tratando de procesar lo que había visto.
"Así es." Respondió Edzard con voz cansada.
"Pero… ¿Dónde quedo tu afán de mantener tu pasado en secreto?" Preguntó Mittelt mientras hacia un puchero y fruncia el ceño con molestia.
"Mittelt tiene razón, Ed. Les dijiste a ellos sobre tu pasado, pero a nosotras nunca nos has contado algo." Dijo Valerie con tristeza en su voz. "A-acaso no confías en nosotras."
El resto de las chicas, incluida Asia también pusieron una mirada de tristeza, la cual enfocaron únicamente en Edzard con el único propósito de hacer que la culpa lo consuma y les cuente todo sobre su pasado.
'Aghhh. Maldita sea, no crean que caeré en trucos tan viejos como esos. He sobrevivido a muchas batallas. He matado a miles de seres diferentes. He hecho cosas inimaginables. Así que, no piensen que me doblegaran con algo como eso.' pensó Edzard mientras usaba su fuerza de voluntad para no ceder ante la culpa
La batalla de voluntades duro varios minutos y al final, las chicas tuvieron que desistir al ver que Edzard no cedía. Pese a su derrota, las chicas lograron una pequeña victoria, pues Edzard les contó lo que había pasado y como es que Azazel sabia sobre algunos fragmentos de su pasado. Esta explicación logró calmar a las chicas lo suficiente como para que se olvidaran de preguntarle más sobre su pasado a Edzard.
Luego de eso todas se fueron a dormir mientras dejaban a Edzard solo, pues él se iba a reunir con Azazel, Michael y Sirzechs para hablar de algo muy importante. Así que, cuando el ultimo hijo de Akatosh ya no vio a sus amantes, caminó hacia su estudio y una vez estuvo allí, se sentó en el sofá. Ya sintiéndose cómodo, Edzard tomó un artefacto de su bolsillo, el cual era un disco plateado con varias gemas en él. Así que, presionando un botón que había en uno de los lados del disco, las gemas comenzaron a brillar y un segundo después mostraron las proyecciones de Azazel, Michael y Sirzechs.
"Bueno, ¿empezamos?" preguntó Edzard ni bien vio las proyecciones.
"Oye, al menos dinos buenas noches, Ed-chan." Dijo Azazel con burla.
Edzard solo miró al líder de los Caídos con molestia.
"Oh… ya veo, estas molesto por el tráiler, ¿verdad?" preguntó retóricamente Azazel mientras una sonrisa aparecía en su rostro.
Ante la pregunta de Azazel, Edzard solo se dignó a suspirar.
"No sé por qué estas tan molesto. El tráiler fue un éxito rotundo. Y ha logrado ganar muy buenas expectativas entre todas las facciones. De hecho, ya hay varios canales de Deviltube que han re subido el video y los comentarios son positivos."
"Azazel tiene razón, Edzard-kun. De hecho, hasta yo estoy emocionado por ver la serie." Dijo Sirzechs con una sonrisa. "Aunque, la escena final donde sale que te van a decapitar me confunde bastante."
"A mí también, aunque conociendo tu renuencia a hablar sobre tu pasado, tendré que esperar a ver la serie." Dijo Michael mirando a Edzard.
Edzard solo se llevó una mano a la cara, pues no quería escuchar más sobre la serie.
"Parece que Edzard-dono esta que se impacienta. Así que, mejor hablemos sobre lo que hemos venido a hablar." Dijo Michael al ver la incomodidad de Edzard.
Los otros dos lideres asintieron.
"Bien, primero lo primero. ¿Cómo vamos con la formación de los equipos anti daedras?" preguntó Edzard.
"Ya he formado unos cuantos, de hecho, creo que conoces a un equipo. El equipo está formado por Tobio Ikuse y su grupo." Dijo Azazel.
"Ya veo. Así que el grupo del primo de Akeno." Dijo Edzard al recordar al bar tender que atendía el bar donde últimamente se escapaba para beber un poco en soledad.
"Si. Él y su grupo son uno de los más capaces entre todos los agentes de los Grigori."
"Bien. Eso hace que tengamos unos cuantos grupos más." Dijo Edzard para luego mirar a Michael.
"El cielo también ha formado algunos grupos, uno de ellos está conformado por casi todos los ángeles reencarnados. Los otros grupos están formados por ángeles de nivel medio a alto." Respondió Michael.
Luego de las palabras de Michael, Edzard miró a Sirzechs.
"He formado algunos grupos, la mayoría conformada por demonios de clase alta y demonios de clase suprema. Aunque, también quiero hacerte una petición, Edzard-kun."
Edzard miró a Sirzechs y asintió, pues no creía que lo que le pidiera el sería algo descabellado.
"¿Qué opinas de enviar a los jóvenes demonios a esto?"
Edzard parpadeó confundido unos segundos, pero luego se llevó la mano a la barbilla. Una parte de él quería decirle idiota a Sirzechs por intentar enviar mocosos verdes a una lucha como esta, pero luego recordó que tanto las noblezas de Sona y Rias tenían la mala suerte de estar en el lugar donde aparecían los daedras. Así que, luego de unos minutos, asintió.
La respuesta de Edzard asombró a Azazel y a Michael, ya que sabían que él siempre estaba en desacuerdo de enviar a novatos a este tipo de luchas, pero fue el Caído quien logró entender el plan de Sirzechs.
"Ya veo. Planeas darles experiencia de campo de esa manera, ¿verdad, Sirzechs?" preguntó Azazel con una sonrisa.
"Así es. Además, de que tanto Rias como Sona siempre terminan involucrándose con los Daedras. Por lo que hacerlas formar parte de la defensa hará que crezcan y sean más poderosos para la inevitable batalla final."
Todos asintieron, pues sabían que cuando llegue la batalla final, los daedras atacarían con todo y se necesitaría el poder de todos para defender este mundo.
"Bueno ya con ese tema zanjado, creo que podríamos dar por finalizada esta pequeña reunión, ¿verdad?" preguntó Edzard, quien estaba deseando poder ir a dormir.
"Supongo que sí, pero antes de que te vayas, quiero pedirte un favor, Edzard-kun." Dijo Sirzechs, ganándose la atención de Edzard. "¿Podrías acompañarme al castillo Gremory en unos días? Hay alguien que quiere conocerte."
Tras aquella pregunta, Sirzechs le mencionó la fecha y Edzard comenzó a recordar si tenía algo planeado para ese dia. Al darse cuenta de que si, le dijo a Sirzechs que tendría que posponerlo para unos días después de la fecha que le había mencionado antes.
Se podía ver a Sheogorath caminar por los pasillos de un lugar cuyas paredes parecían estar hechas de libros. Los pasos del príncipe de la locura eran alegres, pues había visto el tráiler de la serie sobre el pasado de su descendiente.
'Ahhhh. Pobre Ed, seguro se estará retorciéndose por saber quién fue la persona que le dio los fragmentos de sus diarios al jefe cuervo.' Pensó Sheogorath con diversión. Aunque, la diversión se esfumó cuando vio a quien había venido a buscar.
"Ohhh. Sigues igual que siempre, Mora." Dijo Sheogorath mientras se apoyaba en su bastón y miraba la masa de tentáculos que era el príncipe del Conocimiento.
Mora se giró y mostrando que su forma poseía cientos de ojos, comenzó a ver a Sheogorath.
"¿Qué quieres aquí, príncipe de la locura?" preguntó Mora mientras dejaba de ver a Sheogorath y volvía su vista a sus propios asuntos.
"Nada importante, solo saber que has estado haciendo." Dijo Sheogorath mientras dejaba de apoyarse y comenzaba a mover su bastón de manera juguetona. "Ohhh. Y por supuesto saber si aun seguís molesto por perder a Ed."
Lamentablemente para el príncipe de la locura, Mora no le respondió en lo absoluto.
"¡Oye! ¡No seas grosero!" gritó Sheogorath ya comenzando a enojarse por la actitud de Mora.
El príncipe de la locura siguió gritando varias veces durante varios minutos, pero al final desistió y se fue, dejando a Mora reflexionar en silencio nuevamente. El príncipe del Conocimiento había molestado cuando Edzard había logrado escapar de sus garras, pero se había tranquilizado bastante cuando vio que él le había abierto la puerta hacia un nuevo mundo, el cual poseía conocimientos desconocidos para él. Así que, aprovechando los estragos que causaban Bal y Dagon, comenzó a enviar su influencia hacia estos mortales. Inicialmente se dedicó a influir sobre las personas más cultas de ese mundo, obteniendo fácilmente conocimientos nuevos.
De hecho, algo que le había asombrado de sobremanera a Mora fue la facilidad con la que estos mortales aceptaban los tratos, ya que no había demorado mucho en hacer que renuncien a grandes cantidades de conocimiento solo por algunos lingotes de oro. Lamentablemente, ellos ya habían sobrepasado su utilidad, por lo que, sin pensarlo dos veces, terminó por arrebatarles todo lo que poseían sus mentes, dejándolos en estado vegetativo.
Al ya haber obtenido mucho conocimiento mundano, Mora había comenzado a buscar una fuente para obtener conocimiento sobre los seres sobrenaturales de aquel mundo. Estuvo buscando durante lo que para muchos mortales fueran horas, pero para alguien como el solo fueron instantes. Había sondeado a las mentes de cientos de seres sobrenaturales, pero ninguno cumplía sus requisitos para ser alguien digno de siquiera ser candidato a Adalid. Sin embargo, cuando estuvo por rendirse, la vio.
Sus cientos de ojos se abrieron con un ligero shock al ver a esa persona, pues ella no parecía tener más de dieciséis años. El cabello rubio corto que llevaba le recordó a Mora a la esposa de cierto Dovahkiin, pero a diferencia de aquella chica, esta tenía los ojos azules. Los ojos de la chica mostraban diversión y amabilidad, pero también algo más. Aquello que mostraban esos ojos era algo que había visto siempre en la mirada de Edzard, y eso era… hambre, pero no hambre por alimentos, sino hambre por conocimientos.
Sintiendo curiosidad por ver ese tipo de ojos en aquella niña, Mora comenzó a ahondar en su destino y lo que encontró lo hizo comenzar a retorcerse de felicidad. Y es que, él no podía creer lo que veía. Aquella niña, más precisamente su destino, había sido cambiado por completo, y la razón de aquel cambio fue su ex Adalid.
"Las ironías del mundo son realmente asombrosas, Dovahkiin." Dijo Mora con diversión. "Como agradecimiento por permitirme expandir mi biblioteca a esta escala, no me llevare ni la mente ni la vida de esta chica cuando ya no me sea útil."
Luego de aquellas palabras, Mora comenzó a introducirse en los sueños de aquella chica para ofrecerle un trato. Un trato que ella no podría rechazar, ya que él tenía mucho de lo que ella anhelaba… conocimiento, tanto mágico, como de su destino.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y acabamos este capítulo y como vemos, los Grigori sacaran mucho dinero, ahora con los pequeños fragmentos del pasado de Edzard. Además, parece que Xenovia y Kuroka quieren exprimir a Edzard, XD.
Sobre quien es la persona con la que Hermaeus Mora planea hacer un trato, bueno, creo que ya di suficientes pistas para que sepan su identidad. XD
Ahora, antes de acabar, dos párrafos de uno de los capítulos futuros:
"N-no c-cantes v-victoria, D-Dovhakiin. Los pájaros h-han volado, los l-lobos aúllan y la caza inicia pronto." Dijo entre gorgoteos de sangre el cazador. "La luna se teñirá de sangre y nuestro señor concederá un gran premio a quien le traiga la presa señalada. Tú sabes que viene..."
Las palabras de aquel hombre desconcertaron a muchos, pero no a Edzard, quien al entender su significado solo apretó los dientes y los puños con ira… una nueva cacería Salvaje está por comenzar.
¿Pueden adivinar que príncipe daedrico está involucrado aquí? XD
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, si quieren charlar por PM, también pueden enviar uno. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
