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Capítulo 47
—La paz que se firmó con los Thalmor fue solo algo temporal. Tu y yo sabemos que esta no durara. —
Decius a Roland en el Palacio Imperial 192 4E
En el mismo instante en que Asia y el resto de las chicas se adentraban por los portales daedricos, en Urakyoto muchas casas de los Youkai eran destruidas. La causa de esta destrucción era ni más ni menos que la batalla que se libraba entre Edzard y Norgred.
Los golpes iban y venían a grandes velocidades, generando enormes ondas de choque que destruían casas y levantaban grandes trozos de tierra.
"¡Muere, Dovahkiin!" gritó Norgred mientras lanzaba una patada descendente, la cual estaba potenciada por el poder de su artefacto daedrico
Edzard vio este ataque y saltando hacia un lado de manera acrobática, logró esquivarlo por los pelos. Al momento en que el ataque de Norgred impactó en el suelo, generó una gran explosión que creó un enorme cráter en el suelo, destrozando varias calles de la pequeña ciudad.
'Esta batalla ya ha destrozado más de la mitad de la ciudad.' Pensó Edzard mientras seguia esquivando los ataques de Norgred. 'No puedo dejar que destruya más.'
Al terminar de pensar aquello, Edzard tuvo que poner su espada frente a sí mismo, ya que se había distraído lo suficiente como para que Norgred le lanzase un ataque directo. El puño de Norgred impactó en la espada e hizo que Edzard derrapara varios metros.
Cuando logró detenerse, Edzard contratacó de manera rápida, así que, lanzándose contra su enemigo, comenzó a lanzar cortes de manera más rápida y precisa. A pesar de que ahora estaba usando una gran cantidad de poder y que su espada había logrado impactar varias veces en la piel de Norgred, este aun seguia ileso.
'Esa armadura está siendo un verdadero fastidio.' Pensó Edzard con molestia mientras veía como su espada no lograba cortar la carne del abdomen de Norgred, la cual recibió un tajo horizontal. Aunque, a pesar de no poder cortarle, la fuerza del golpe hizo que el Adalid saliese disparado contra varias casas, las cuales fueron destrozadas cuando él las atravesó.
Tras aquel ataque, Edzard saltó hacia atrás varias veces, pues tuvo que esquivar una gran cantidad de escombros, los cuales eran lanzados por Norgred. Estuvo esquivando los ataques durante un buen tiempo, pero llegó un momento en que se vio forzado a usar su espada para cortar varios de estos, ya que lo atraparon en un instante en que no tenía forma de esquivarlos.
'Tch. Esta que usa esto para ganar tiempo y cargar con magia su artefacto daedrico.' Pensó Edzard mientras apretaba los dientes con frustración, ya que sintió el masivo aumento de poder de su enemigo. Así que, para evitar que Norgred siguiese aumentando su poder, decidió atacar. Por lo que, se lanzó a gran velocidad hacia donde había impactado Norgred previamente. Lamentablemente, no llegó a tiempo y para cuando logró llegar a donde su enemigo, tuvo que detener su avance de manera brusca para luego rápidamente agacharse, ya que Norgred había lanzado una patada voladora con la clara intención de hacer que el propio Edzard corriese hacia el ataque.
La energía acumulada en las botas del Adalid se liberó en forma de una ráfaga de viento morado, el cual siguió de manera recta, creando una zanja de varios metros de ancho y profundidad.
'Eso estuvo cerca. Si ese golpe me hubiese impactado, de seguro me hubiese causado mucho daño.' Pensó Edzard para luego aprovechar que estaba en una buena posición para darle un golpe rápido a Norgred. Así que, moviendo su mano izquierda, lanzó un potente golpe en el lado izquierdo del torso de su enemigo. Una onda de viento se formó cuando conectó su puño con el cuerpo del Adalid, el cual salió disparado varios metros hacia la derecha.
El cuerpo de Norgred siguió una línea recta y mientras volaba, el adalid comenzaba a enojarse cada vez más. Y es que él no podía creer que no hubiese podido darle un golpe directo a Edzard durante todo el rato que llevaban luchando.
'¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?' pensó Norgred con furia, para luego girar acrobáticamente en el aire, para luego caer de pie. Luego de derrapar varios metros, el adalid apretó los dientes y gritó a todo pulmón. "¡¿POR QUÉ?!"
Tras aquel grito, Norgred extendió sus brazos y juntando magia en ellos, los cubrió de relámpagos y fuego. Tras aquello, dio un grito de guerra y cargó contra Edzard, el cual al ver esto apretó el agarre en su espada y se preparó para el combate.
Al momento en que Norgred llegó a donde Edzard, comenzó a desatar una oleada de ataques a gran velocidad, los cuales hicieron que Edzard se pusiera a la defensiva mientras desviaba todos los ataques que le llegaban.
"¡¿Por qué a pesar de atacarte con todo no logro atinarte?!" gritó Norgred mientras lanzaba un gancho elevado hacia la barbilla de Edzard, el cual había saltado previamente para esquivar una patada baja de Norgred.
Al ver el ataque llegar, Edzard giró su rostro y pudo esquivarlo por los pelos. Luego de aquello, el terminó cayendo y al hacerlo, dio un salto para lograr estar a varios metros de distancia de Norgred. Sin embargo, pese a tomar esa distancia, Edzard tuvo que volver a desviar ataques que iban en su contra. Moviendo su espada, desvío hábilmente los golpes y patadas de Norgred, generando que las ondas de viendo que se generaban por la fuerza de los golpes siguiese destrozando el lugar. Pero a pesar de eso, Edzard sabía que si seguia así, esta batalla duraría toda la eternidad. Así que, mientras seguia luchando contra el Adalid, su mente iba planeando que hacer para derrotarle.
La batalla entre ambos siguió y mientras lo hacía, Norgred no dejaba de gritarle a Edzard. La mayoría de las cosas que salían de su boca eran insultos o provocaciones, las cuales no parecían tener efecto. Sin embargo, la batalla que hasta ahora se había estancada, cambiaria gracias a una acción del Adalid.
La ira y la desesperación habían comenzado a apoderarse de Norgred. El adalid de Dagon comenzó a sentirse impotente al ver que ninguno de sus ataques, incluso aquellos que llevaban el artefacto de Dagon, eran capaces de atinar un golpe contra el cuerpo de Edzard. Él lo había intentado todo, incluso usar magia en sus extremidades para lograr que los efectos secundarios de la magia de destrucción le ayuden a debilitar a Edzard, pero eso también había fallado. Con cada momento en que se alargaba la batalla sus movimientos se volvían más torpes, no por cansancio, sino por impotencia y frustración. Él había enfrentado a muchos enemigos, pero ninguno como el Dovahkiin.
'No perderé, no perderé de esta manera.' Pensó Norgred con frustración mientras lanzaba una patada giratoria, la cual falló en impactar en Edzard.
Tras aquel ataque, Norgred giró ciento ochenta grados y prendiendo sus brazos con fuego nuevamente, comenzó a lanzarle golpes rápidos a Edzard, quien usaba su espada Akaviri para desviarlos todos. Mientras desviaba los ataques de Norgred, Edzard mantenía un firme control en su propia arma, pues la hoja ya se encontraba completamente mellada.
'Esta espada ha aguantado bien, pero me temo que si recibe otro ataque de los «Divisores de Tierra» terminará por romperse.' Pensó Edzard mientras desviaba uno de los golpes de Norgred. Cuando el puño de su enemigo estuvo lejos, vio una apertura y moviendo su hoja con rapidez, logró hacer un corte preciso en el cuerpo del Adalid. Lamentablemente, tal y como había sucedido antes, la armadura magia de Norgred logró reducir el daño del golpe, haciendo que Norgred solo derrapase varios metros.
Cuando se detuvo, Norgred miró a Edzard y apretó los puños con ira. Él sabía que no podía seguir luchando así, pero no sabía que debería de hacer, no, él sabía que debía de hacer. Sabiendo que es lo que tenía que hacer, el adalid de Dagon llevó su mano derecha hacia su bolsa. Sacando de allí un pequeño vial, se lo llevó a la boca y de un solo trago vació el contenido en su estómago.
Al ver que Norgred había bebido lo que parecía una poción de estamina, Edzard solo esperó que su enemigo se volviera a lanzar contra el para continuar su combate. Sin embargo, eso no sucedió, ya que le cuerpo del adalid de Dagon comenzó a expulsar una gran cantidad de calor, el cual comenzó a hacer que su cuerpo expulsase humo.
'¿Qué mierda?' pensó Edzard confundido por lo que vio, pero no pudo permanecer en ese estado mucho tiempo, pues en menos de un segundo, Norgred apareció frente el con su puño en alto. Moviendo su espada lo más rápido que pudo, Edzard detuvo el ataque de Norgred, pero no pudo hacer nada contra la corriente de aire que el golpe generó.
"Ufff." Gruñó Edzard al sentir la fuerza del aire impactar en su rostro.
Por primera vez en mucho tiempo, Edzard salió disparado con gran velocidad hacia varias casas. El cuerpo del último hijo de Akatosh atravesó las paredes de las casas como si nada, destruyendo toda una cuadra de la ciudad.
Cuando al fin se detuvo, Edzard estaba cubierto de varios escombros, pero lanzando un solo puñetazo, hizo que los escombros salieran volando. Poniéndose de pie, Edzard miró a Norgred y gruñendo, tomó su espada con ambas manos. Tomando una posición diferente con sus pies, se lanzó contra el adalid.
Los golpes iban y venían, haciendo que la barrera que protegía al palacio de Yasaka se estremeciera, la cual amenazaba con ceder y destruirse en cualquier momento.
"¿Qué pasa? ¿Quién es el?" preguntó un Youkai con asombró al ver la batalla frente a él.
"Ese es el líder del grupo de adorables chicas que acaban de cerrar esas puertas de aspecto tenebroso." Respondió Azazel con una sonrisa.
La respuesta de Azazel silenció a todos los Youkai que miraban la lucha que ocurría tras la barrera con asombro e incredulidad, ya que no podían verlos luchar en sí, sino que lo único que veían era la destrucción que dejaban a su paso. Y es que, calle tras calle de su ciudad estaba siendo completamente destrozadas, las casas desparecían, las calzadas se destrozaban e innumerables cráteres comenzaban a hacerse presente por todo el lugar.
"Lint. ¿Ese es el sujeto que te hirió?" preguntó Asia mientras mantenía la mirada fija en la batalla que ocurría.
"Si. Él fue quien me derroto en Kioto." Respondió Lint mientras sentía un escalofrío recorrer su cuerpo a la par que un dolor fantasma se hacía presente en su abdomen.
"Ya veo." Dijo Asia, para luego girarse y decirles a todos que buscasen a los heridos para comenzar los primeros auxilios. Después de todo, no podían estar allí sin hacer nada luego de que acababan de detener un ataque daedrico.
Las palabras de Asia hicieron que todos los youkais recordasen que habían salido de una batalla y con paso apresurado comenzaron a buscar a los heridos, a la par que rescataban los cuerpos de todos los fallecidos. Todos los involucrados en esta labor lo hicieron de la manera más ordenada y diligente que pudieron. Sin embargo, una luz hizo que todos desviaran la mirada y prestasen atención a lo que pasaba.
En un cirulo mágico de la facción nórdica aparecieron los miembros del ORC, Saji, Rossweisse, Kunou, Marie, Yasaka y los refugiados que se habían estado escondiendo en la ciudad.
"¡Yasaka-sama!" fue el grito colectivo de varios Youkai al ver a su líder, la cual estaba siendo cargada por Rossweisse.
Algunos Youkais, sobre todo varios Kitsunes, corrieron hacia donde estaba la inconsciente Yasaka. Al llegar, comenzaron a bombardear con preguntas a Rossweisse, quien comenzó a incomodarse por aquello. Afortunadamente, la hija de Yasaka salió a calmar a los Youkais reunidos.
Tras algunas palabras de Kunou, quien explicó lo que pasaba, los Youkai hicieron un corredor y permitieron que su líder y su hija pudieran pasar hacia el castillo, cuyas partes destruidas estaban siendo reconstruidas con magia.
Mientras eso pasaba, los refugiados seguían llegando, pero aparte de eso, los miembros del ORC aun consientes se encontraban en una reunión con Asia y el resto de las chicas. Allí, Issei les estaba contando lo que había pasado.
"Ya veo. Tuvieron que evacuar la zona porque la batalla se estaba volviendo muy caótica." Dijo Asia como resumen de lo que le había explicado Issei.
"Así es." Dijo Issei mientras asentía.
Luego de aquello, Asia miró a Marie, quien tenía la mirada gacha y observaba sus zapatos con gran atención.
"Marie… Ahh…" dijo Asia mientras soltaba un suspiro para luego arrodillarse y tomar la barbilla de su hija con la mano derecha. Levantando suavemente el rostro de la pequeña, Asia le dio un suave regaño.
La pequeña dragona solo asintió y prometió que no lo volvería a hacer, pero al decir aquellas palabras, Asia vio como sus pies se movieron de manera inquieta.
"Siempre que prometes algo y sabes que no lo planeas cumplir mueves los pies como lo estás haciendo, Marie." Dijo Asia con voz seria, solo para poner una sonrisa después. "Hija no estoy molesta por el objeto que tomaste, sino que estoy molesta porque no pediste permiso para tomarla. Siempre te hemos dicho que es mejor pedir algo y no tomarlo sin permiso."
"A menos que sea un objeto de un enemigo." Interrumpió Aika con una sonrisa en su rostro.
Las palabras de Aika hicieron que Asia se levantara y mirara a su amiga.
"Aika…" dijo Asia poniendo una sonrisa macabra en su rostro.
El rostro de Aika se puso pálido como la tiza al ver a Asia acercarse. Cuando la esposa de Edzard estuvo frente a ella, la aprendiz de Lavinia recibió un potente golpe en la cabeza, el cual la dejo en el suelo casi inconsciente.
"Auch, eso debió doler." Dijeron al unísono Lint, Ingvild, Mittelt y Valerie mientras se abrazaban por el miedo que sentían al ver a la normalmente alegre y amable Asia estar enojada.
Soltando un suspiro, Asia logró tranquilizarse y tomando a su hija en sus brazos, comenzó a darle caricias en su cabeza para hacerla dormir, cosa que logro fácilmente, pues ya había pasado a hora de dormir de la pequeña. Ya con su hija descansando, Asia giró la cabeza y miró a Issei, quien también tenía el rostro pálido. Para su buena suerte, Asia le hizo señas a Issei para que la siguiese, pero antes de irse a hablar con el amigo de su esposo, les dijo a las chicas que vayan a apoyar a acomodar a los civiles. Tras eso, ella e Issei caminaron unos momentos y cando estuvieron solos y sin oídos indiscretos, le preguntó por la condición de Yasaka, pues la había visto inconsciente.
El demonio reencarnado comenzó a contarle a Asia todo lo que había pasado en la batalla contra la facción de los héroes. Las palabras de Issei fueron escuchadas por Asia con gran atención.
"Y eso fue todo lo que ocurrió." Dijo Issei terminando su relato.
"Ya veo." Dijo Asia al escuchar todo lo que había pasado. Una parte de ella estaba molesta con la facción de los héroes por haberlos dejado botados, así como así. Pero otra parte de ella estaba preocupada, pues no sabía cómo le diría a Lint que quien la había entrenado en el instituto Sigurd hace tiempo estaba muerto. Negando con la cabeza, la joven maga de batalla decidió enfocarse en otras cosas, en especial porque escuchó los pasos de sus amigas. Sin embargo, antes de que pudiese hacer o decirles algo, se escuchó un gran estruendo, el cual fue acompañado por un terremoto muy fuerte.
El terremoto sacudió el lugar con gran fuerza, haciendo que el castillo se moviese de un lado a otro, amenazando con derribarlo en cualquier momento.
"¡AAAHHHHHH!" gritaron al unísono las chicas mientras trataban de mantenerse de pie.
"¡Asia! ¡¿Qué está pasando?!" gritó Mittelt mientras caía de trasero contra el suelo.
Asia luchaba para mantenerse en pie y mientras lo hacía, iba tratando de ver qué pasaba.
'E-e-e-eso es… (glup)' pensó Asia con terror al sentir una gran cantidad de poder daedrico acumularse.
Edzard respiraba con un poco de dificultad, pues la batalla se había vuelto muy, pero muy complicada para él.
'Maldita sea. Sus guantes ahora tienen veneno.' Pensó Edzard mientras sentía sus energías descender rápidamente. 'Para que un veneno logre pasar mi resistencia a ellos y afectarme a este grado solo significa que es un veneno daedrico hecho con plantas de Oblivion y potenciado con magia caótica.'
Comenzando a ver mejor los guanteletes de Norgred, Edzard vio que estos ahora tenían pequeñas cuchillas tanto en los nudillos como en los bordes laterales de cada mano.
'Debí darme cuenta de que había algo raro cuando sus movimientos comenzaron a cambiar y ya no usaba tantos golpes contundentes, sino golpes laterales.'
Los pensamientos de Edzard fueron interrumpidos cuando vio a Norgred cargar contra el de manera muy bestial.
"¡Ja, ja, ja! ¡¿Qué pasa Dovahkiin?! ¡¿Dónde quedo tu habilidad de hace unos momentos?!" gritó Norgred mientras lanzaba varios combos de golpes contra Edzard, los cuales parecían abrumarlo.
Agachándose, el joven dragón logró evitar que un potente puñetazo le golpease el rostro y una vez que estuvo en esa posición, movió su espada hacia arriba y mientras la hoja se acercaba al cuerpo de su enemigo, esta fue interceptada por un puño de Norgred.
El sonido chirriante del impacto fue acompañado de un sonoro «crack», el cual se originó de la espada de Edzard, pues el metal no logró soportar más la intensidad de la batalla y terminó rompiéndose en dos fragmentos. El fragmento de la espada que no estaba junto al mango salió disparado hacia Edzard, quien tuvo que mover su pierna para evitar que el fragmento de la hoja se incrustase en su muslo. Lamentablemente, no lo hizo muy rápido y terminó recibiendo una herida en la pierna.
"Arghh." Gruñó Edzard al sentir el corte en su pierna.
Norgred se alegró mucho al ver que Edzard hacia una mueca por la herida. Poniendo una sonrisa sedienta de sangre, el adalid movió su pierna y comenzó a lanzarle puñetazos y patadas a Edzard, siempre enfocándose en el lado izquierdo del Dovahkiin, pues ese era el lugar donde estaba la herida en su pierna.
Al ver que su espada ya no le era útil para esta batalla, Edzard tiró el mango del arma rota y comenzó a defenderse con sus habilidades de combate sin armas. Moviendo su brazo derecho, Edzard desvío el golpe de Norgred, pero al hacerlo, vio como las pequeñas cuchillas de los guanteletes del adalid terminaban por hacerle pequeñas heridas, las cuales de seguro le habían introducido un poco de veneno a su sistema.
'No puedo seguir así. Esto se está complicando mucho.' Pensó Edzard mientras saltaba haca atrás, para evitar una patada de Norgred. Al caer, el joven dragón ya supo que tena que hacer. Así que, abriendo su boca, gritó. "¡MUL!"
Al usar la primera palabra de poder de su aspecto de dragón, el cuerpo de Edzard fue cubierto por escamas y los guanteletes de su armadura se hicieron presentes. Ahora ya con sus manos protegidas por una armadura pesada decente, Edzard comenzó a intercambiar puñetazos con Norgred. El choque de los golpes de ambos enemigos comenzó a generar grandes ondas de choque, las cuales mandaron a volar varios escombros por todo el lugar. Aunque, lentamente comenzaron a aumentar la fuerza de los ataques, generando un pequeño terremoto.
Edzard esquivó una patada de Norgred y girando ciento ochenta grados en su propio eje, le propinó una patada ascendente al adalid. El golpe impactó de forma directa contra la barbilla del adalid, haciendo que saliese disparado varios metros hacia el cielo.
"¡Ja, ja, ja! ¡Esta batalla ya ha durado mucho, Dovahkiin!" gritó Norgred mientras comenzaba a maniobrar en el aire. Ya estando en una buena posición, comenzó a juntar una gran cantidad de poder en sus botas. El artefacto daedrico comenzó a ser cubierto por un aura roja como la sangre, a la par que pequeños relámpagos morados comenzaron a chisporrotear por las grebas.
Una ominosa aura de poder daedrico comenzó a hacerse presente, haciendo que Edzard mirase a su enemigo. El semblante pacífico y tranquilo de Edzard se contradecía con las emociones en su interior, pues estaba preocupado por lo que sentía.
'Se dice que los «Divisores de tierra» tienen el potencial de destrozar ciudades de un solo golpe. Y parece que eso es cierto, pues la cantidad de poder que está reuniendo es brutal.' Pensó Edzard mientras movía sus manos hacia un lado. Apretando los dientes, el hijo de Roland creó un portal dorado y sacó de allí su espada. Comenzando a enviar magia a «Akachihel», Edzard vio como Norgred descendía hacia el suelo.
"¡Desaparece, Dovahkiin! ¡Desaparece junto con toda esa ciudad!" gritó Norgred mientras caía a gran velocidad.
El adalid comenzó a ser cubierto por el aura que exudaba el artefacto daedrico, tomando la apariencia de un cometa rojo.
Al ver a su enemigo descender a gran velocidad, cualquier duda que Edzard tuviese de usar uno de sus dos thu'um más poderosos se esfumó, por lo que, tomando una bocanada de aire, gritó. "¡TIID! ¡KLO!"
El tiempo alrededor de Edzard se ralentizó y sin perder ni un instante, dio un salto con mucha fuerza y volvió a gritar. "¡WULD! ¡NAH!"
El cuerpo de Edzard avanzó tan rápido como un rayo y unos instantes antes de que el tiempo volviese a la normalidad, el joven dragón estuvo al lado del adalid. Al verse en aquella posición, Edzard no perdió tiempo y giró su cuerpo lo suficiente como para poder tener una buena vista del lugar que sería alcanzado por su ataque. Al ver que el lugar que terminaría destruyendo estaba compuesto de casas ya destruidas, decidió usar ese thu'um, por lo que, sin miramientos, gritó a todo pulmón.
"¡YOL! ¡ZAHKRII!"
Los ojos de todos aquellos que sintieron aquel aumento masivo de poder se abrieron como platos al ver un cometa rojo descender para impactar contra la destruida ciudad, pero fue lo que vieron después, lo que hizo que muchos Youkais casi se measen en los pantalones. Y es que, ante la vista atónita de todos, un gran mar de llamas en forma de un corte de medialuna dividió por la mitad al cometa rojo, pero no solo eso, sino que también alcanzó parte la ciudad.
El gran mar de llamas que surgió en ese instante terminó por destruir más de la mitad de lo que quedaba de Urakyoto, convirtiéndola en un desolado paramo de tierra quemada.
"I-increíble." Dijo entre tartamudeos Azazel ver el poder destructivo de uno de los thu'um de Edzard. Tragando un poco de saliva, el líder de los caídos se acercó a Asia para preguntarle qué era lo que había pasado. Junto a Azazel iban varios youkais que también deseaban saber que acababa de pasar.
Al verlos llegar, Asia supo inmediatamente por que se acercaban, por lo que sin demoras les comenzó a contar lo que había sido ese ataque. Al momento en que terminó de hablarles, todos vieron como la barrera que protegía el castillo se rompía en varios fragmentos.
"¡¿Q-qué ha pasado?!"
"¡¿Por qué ha caído la barrera?!"
Eran los gritos histéricos de muchos de los Youkais, quienes comenzaron a sentir pánico y miedo, pues pensaban que el enemigo había logrado sobrepasar la barrera, pero cuando vieron quien era la persona que había roto la barrera, muchos soltaron varios suspiros de tranquilidad. Y es que aquel que había llegado era Edzard, quien tenía su armadura con varias rasgaduras. Aunque, eso no causó tanto asombro como lo que el joven dragón venía arrastrando.
"¿E-e-eso es un…?" preguntó Issei mirando con una mezcla de asombro y asco lo que Edzard arrastraba.
"Si, eso es un cuerpo mutilado." Respondió Azazel mientras hacia una mueca, pues el cuerpo que arrastraba Edzard estaba mutilado con un corte en diagonal desde el lado derecho de la caja torácica hasta el lado izquierdo de la cadera.
El cuerpo mutilado manchaba con sangre el suelo por el que era arrastrado, mientras que parte de sus órganos internos eran visibles a la vista de todos, a la par que algunos pedazos de estas viseras comenzaron a desprenderse del cuerpo, quedándose por el camino.
Cuando Edzard llegó hasta donde estaban todos, Azazel se le acercó.
"Así que, ¿Es el?" preguntó el Caído mirando el cadáver fijamente.
"Si, este es quien lideraba el ataque." Respondió Edzard, dejando caer el cuerpo sin ceremonias al suelo. "Es un Adalid que sirve a Dagon, pero no solo eso."
"¿Qué quieres decir?" preguntó Azazel frunciendo el ceño ante esas palabras.
"Este sujeto también era el portador de un artefacto daedrico."
Aquellas palabras llamaron la atención de todos los Youkai que las escucharon, pues no sabían que era un arma daedrica. Pero aquellos que ya sabían de su existencia se sorprendieron en gran medida, ya que no se esperaban que esto estuviese pasando.
"Un artefacto daedrico. ¿Estás seguro?" preguntó Azazel una vez superó su shock inicial. La preocupación se podía escuchar en su voz, ya que el líder de los Grigori no esperaba este desarrollo. El no esperaba ver un artefacto daedrico en acción tan pronto.
"Si, estaba en posesión de los «Divisores de Tierra»"
"¿Divisores de Tierra?" preguntó Issei mientras se acercaba a su amigo.
"Si, así se llaman." Respondió Edzard, para luego señalar la parte faltante del adalid. "Recuerdas las botas que llevaba, ¿verdad?"
Issei asintió.
"Esos eran los «divisores de Tierra»." Dijo Edzard, pero cuando estuvo por hablar algo más, vio que tenían mucha audiencia. "Parece que hay mucha gente. Creo que lo mejor sería que les cuento todo esto en otro lugar, a la par que invitamos a la líder de este lugar."
Al terminar de decir esas palabras, Edzard se dio cuenta de que la mención de Yasaka hizo que todos los Youkais tuviesen un semblante decaído. Así que, mirando a Azazel, preguntó. "¿Qué pasó?"
Edzard se encontraba parado mirando a una inconsciente Yasaka descansar en una habitación espaciosa. Dicha habitación además de ser espaciosa también estaba escasamente amoblada, pues según lo que Kunou le había dicho a Edzard, este lugar se usaba como habitación para meditación. En la habitación estaban Edzard, Azazel y Kunou.
"¿Ya han intentado despertarla por medios normales?" preguntó Edzard mientras se arrodillaba para ver mejor a la Kitsune.
La líder de los Youkais de Kioto ya no vestía el kimono con el que la habían traído desde el falso Kioto, pues ahora mismo llevaba una bata de hospital, la cual estaba que luchaba para contener los enormes pechos de la kitsune.
"Si, Edzard-sama." Respondió Kunou mientras sus orejas estaban pegadas a su cabeza, signo inequívoco que estaba triste por ver el estado en que se encontraba su madre.
Al ver a la amiga de su hija estar en esa condición, Edzard movió su mano izquierda a la cabeza de la pequeña y comenzó a darle pequeñas palmaditas suaves.
"Tranquila, Kunou. Vere que puedo hacer para despertarla." Dijo Edzard poniendo una sonrisa en su rostro.
La sonrisa de Edzard pareció cumplir su objetivo, pues la pequeña Kitsune dejó de estar tan triste, para luego asentir y poner pequeña sonrisa.
"Azazel." Dijo Edzard llamando la atención del mencionado. "¿Qué han intentado hacer para despertarla?"
"Hemos intentado hacer contacto con su mente de manera directa y también hemos usado el hechizo de Issei para escuchar a los pechos de las mujeres, pero nada ha funcionado."
Edzard miró a Azazel con los ojos en blanco al escuchar sobre que Issei tenía un hechizo para escuchar a los pechos.
"¿Hechizo para hablar con los pechos?" preguntó Edzard con cara de póker.
"Así es. Parece que tu amigo tiene un hechizo con el que puede leer los pensamientos o escuchar las voces de los pechos de las mujeres. Eso sumado a su «Dress Breaker», bueno, ninguna mujer puede luchar contra el actualmente."
Edzard soltó un suspiro al escuchar eso.
'No puedo creer que exista un hechizo así…. ¿Me pregunto que me dirían los pechos de Asia, Mittelt, Aika, Lint, Rossweisse, Valerie y de las otras chicas que conozco?' pensó Edzard para luego darse una cachetada mental al darse cuenta de lo que estaba pensado. 'No, malo, Edzard malo, no dejes que la perversión de Issei se te contagie.'
Moviendo la cabeza, decidió centrarse en lo que tenía que hacer, por lo que, decidió no decir algo sobre ese hechizo. Así que, volviendo a concentrarse en Yasaka, estuvo por comenzar a examinarla detenidamente. Sin embargo, antes de que haga algo, la puerta de la habitación fue abierta de manera abrupta. Aquello llamó la atención de todo los que estaban conscientes en la habitación, quienes miraron hacia la puerta y vieron que allí estaba un joven kitsune, el cual estaba que estaba que respiraba con dificultad y tenía el cuerpo cubierto de sudor, claro indicio de que había estado corriendo sin parar.
Al ver a uno de los subordinados de su madre, Kunou se acercó y comenzó a hablar con él.
"¿Qué sucede? ¿Por qué estas tan agitado?" preguntó Kunou con preocupación de que estuviesen bajo ataque nuevamente.
"Kunou-sama. Encontramos este vial entre las ropas de uno de los cadáveres de los dos muertos de la facción de los héroes." Dijo el kitsune mientras sacaba un vial de entre sus ropas.
Los cuerpos de ambos miembros de la facción de los héroes habían sido teletransportados con ellos cuando el Falso Kioto dejó de existir. Lamentablemente, los cadáveres cayeron en el lugar donde Edzard estuvo luchando contra Norgred, pero para su buena suerte ninguno recibió mucho daño durante el transcurso de la batalla. Así que, luego de que el recibió la noticia de que Yasaka estaba inconsciente, él mandó a Issei, Saji y Kiba a buscarlos para que los traigan y examinen, para ver si se lograba encontrar algo de utilidad entre sus pertenencias. Y parecía que habían logrado hallar algo.
Al momento en que el kitsune sacó el vial, los ojos de Edzard se abrieron, pues gracias a que este vial estaba ligeramente roto, el olor de su contenido fue captado por su nariz. Moviendo su mano de manera rápida, usó «Telekinesis» para atraer el frasco hacia él. Aquella acción llamó la atención de todos, pero aquello se quedó corto cuando vieron como Edzard tomaba el vial y descorchándolo, bebió una minúscula cantidad del contenido del vial.
Aquello hizo que tanto Azazel como Kunou miraran a Edzard con horror.
"¡Edzard! ¡¿Qué mierda haces?!" gritó Azazel con pánico al ver aquello.
La joven Kunou también intentó gritar, pero ni bien escuchó las malas palabras que dijo el líder de los Grigori, decidió callarse.
"Ya veo, por eso no despierta." Dijo Edzard mientras ignoraba a todos los presentes.
Las palabras de Edzard llamaron a atención de Azazel, pero sobre todo la de Kunou, quien rápidamente se acercó a Edzard y comenzó a preguntarle lo que sucedía.
"Parece que le han dado a tu madre un potente veneno mágico, el cual es capaz de separar la mente del cuerpo físico del consumidor." Dijo Edzard mientras llevaba su mano a su bolsa y sacaba de allí tres viales de pociones.
"¿Qué quieres decir, Edzard?" preguntó Azazel mientras veía a Edzard mezclar el contenido de esas tres pociones en un nuevo vial que había sacado previamente.
"El veneno que le han suministrado a ella ha hecho que su mente y su cuerpo estén separados por completo. Por ello es por lo que no ha podido despertar, pues su mente ahora mismo encerrada en una especie de cárcel metafísica hecha por las propiedades del veneno." Dijo Edzard mientras terminaba de mezclar las tres pociones. "Normalmente, este veneno tendría que ser purgado por un antídoto único, diseñado solo para tratar este veneno. Pero parece que los miembros de la facción de los héroes no saben nada sobre venenos Nirmnianos, por lo que le han suministrado pequeñas dosis, las cuales no han separado su mente de su cuerpo por completo. Eso la verdad facilita mucho las cosas, ya que una pequeña poción creada a partir de un antídoto genérico junto con poción de restauración de vitalidad y estamina serán más que suficientes para purgarla del veneno. O al menos hacer que ella logre despertar, pero tendrá que recibir varias dosis por un dia o dos más para estar seguros."
Las palabras de Edzard llenaron de esperanza a Kunou, quien cerró los ojos y comenzó a orar a los Dioses Sintoístas para que esto funcionase. Cuando terminó de hacerlo, volcó toda su atención en ver como su madre recibiría el antídoto.
"Parece que te has vuelto un experto en venenos y antídotos, ¿Verdad?" preguntó Azazel con una sonrisa al ver como Edzard acercaba el vial a los labios de Yasaka.
"No es tan complicado ser alquimista, al menos en Nirm. Solo necesitas perseverancia y mucha paciencia para lograr obtener los conocimientos necesarios. Además, las últimas semanas llevo estudiando venenos y antídotos de manera muy intensa. También, he estudiado como afectan las pociones de curación en los demonios." Respondió Edzard para luego fruncir el ceño, pues vio que Yasaka no reaccionaba, ni siquiera para beber el contenido de la poción. "Maldición."
"¿Qué sucedió Edzard-sama?" preguntó Kunou con preocupación palpable al ver como Edzard alejaba ese antídoto de su madre.
"Tu madre no reacciona lo suficiente como para beber la poción de manera independiente." Respondió Edzard para luego acercar la poción a sus labios. Sin embargo, antes de beberla, miró a Kunou y a Azazel. "Por favor, no quiero que se hagan una mala idea de lo que voy a hacer."
Tanto Kunou como Azazel no entendieron a lo que se refería Edzard, pero luego el líder de los Caídos entendió que es lo que haría Edzard al ver que este se tomaba la poción, o al menos eso parecía. Lo que siguió de aquello hizo que el rostro de Kunou se sonrojara a niveles atómicos al ver como el padre de su amiga parecía besar a su madre. Aquella acción hizo que la pequeña Kitsune intentara saltársele encima por besar a su madre, pero se detuvo de manera abrupta al ver cómo los labios de Edzard se movían, a la vez que parecía que su madre estaba bebiendo algo. Luego de esas acciones, el joven dragón se separó de la Kitsune mientras un ligero sonrojó se hacía presente en su rostro, pues se sentía incomodo de haber hecho aquello.
Ni un segundo después de que Edzard se separa de Yasaka, esta comenzase a mover los dedos de sus manos.
"Parece que ya va a despertar." Tras decir esas palabras, Edzard se alejó de Yasaka y acercándose a Kunou, le dio pequeñas palmaditas en su cabeza. "Acércate a ella, estará despierta en unos instantes. Sería bueno para su salud mental que el primer rostro que vea sea el de su hija."
Tras aquellas palabras, Kunou se acercó a su madre y vio como esta comenzaba a despertar. Las lágrimas comenzaron a llenar los ojos de la pequeña, quien se abalanzó contra su madre ni bien esta estuvo completamente despierta.
"¡Hahahue!" gritó Kunou mientras se aferraba a su madre con todas sus fuerzas.
Yasaka miró desconcertada la habitación, pero luego reconoció donde estaba y al ver a su pequeña hija llorar mientras la abrazaba, le devolvió el abrazo mientras susurraba palabras tranquilizadoras.
Aquella escena hizo que Edzard sonriera antes de acercársele a Azazel y susurrarle. "Azazel, encárgate tú de contarle lo que ha sucedido."
Azazel miró a Edzard y asintió.
Al ver la respuesta del Caído, Edzard se fue de la habitación con dirección a donde estaba su esposa, pues cuando la vio tras la batalla, ella tenía un semblante que demostraba que estaba preocupada por algo, por lo que sin perder tiempo se dirigió a hablar con ella.
Edzard caminaba por los pasillos del palacio de Yasaka con una dirección muy clara, la habitación donde estaba Lint. El acababa de conversar con Asia hace unos minutos y en dicha conversación, ella le dijo que debía de ir a donde estaba Lint, quien lo estaba esperando para hablar de algo, pero no solo eso, sino también le había pedido que le diga una noticia oscura para ella.
'No entiendo cómo es que le diré a Lint que Siegfried está muerto.' Pensó Edzard mientras por su mente pasaban cientos de escenarios, algunos terminaban bien y otros mal.
Flashback
Edzard se encontraba junto con Asia mientras veían como los cuerpos de los dos miembros de la facción de los Héroes ardían en piras funerarias.
"¿Así que, el de pelo blanco es quien fue maestro de Lint cuando ella estaba entrando en el Instituto Sigurd?" preguntó Edzard mirando fijamente la pira donde ese joven estaba siendo cremado.
"Si." Respondió Asia mientras terminaba de dedicar oraciones para que las almas de ambos humanos alcanzasen la paz en el otro mundo.
"¿Cómo es que murió?"
"Según Issei-san, ambos fueron atacados por el Adalid de Dagon y perecieron luchando contra él."
"Ya veo. Eso explica por qué el cuerpo del exmaestro de Lint estaba tan irreconocible." Señaló Edzard mientras miraba como el cuerpo lentamente comenzaba a volverse cenizas. "¿Qué más te dijo Issei?"
"Parece que Siegfried-san era usuario de algunas espadas demoniacas poderosas." Respondió Asia, llevándose la mano al mentón, recordando lo que le había contado Issei.
"¿Espadas demoniacas?"
"Así es. Por fortuna, logramos recuperarlas todas." Respondió Asia.
"Ya veo…. ¿Dónde están ahora mismo?"
"Están en una habitación del palacio siendo custodiadas por algunos youkais."
Edzard asintió, pues aquella respuesta era buena.
"Ya dejando de hablar de eso, tengo que decirte algo, Ed." Habló Asia de manera seria.
Edzard miró a su esposa con un poco de preocupación, pues los momentos en que ella hablaba de manera seria eran pocos.
Girando su rostro caminando hacia él, Asia se acercó a su oído y le susurró unas palabras. Dichas palabras dejaron a Edzard en shock.
"¿E-estás segura?" preguntó Edzard con asombro.
"Si, hablé con ella hace poco." Respondió Asia con una sonrisa.
Edzard la miró y suspiró mientras asentía.
Fin Flashback
Tras recordar cómo se enteró de que Siegfried estaba muerto, el siguió caminando sin saber cómo decirle a Lint que él había muerto. Cuando llegó a la habitación de Lint, se detuvo y antes de abrir la puerta, tomó una profunda respiración de aire para poder calmarse, pues se sentía algo inquieto en darle esta noticia a Lint. Ya más tranquilo, Edzard llevo su mano al picaporte de la puerta y suavemente la abrió.
"Lint." Llamó Edzard suavemente mientras ingresaba a la habitación.
Las habitaciones que se le había asignado a todos los miembros de su grupo eran sencillas. Casi todas recibieron habitaciones individuales, salvo él y sus amantes, pues a ellos compartían una habitación que era un poco más decorada, mientras que Marie compartía habitación con Kunou. La habitación asignada para Lint era una habitación de estilo japones antiguo simple, la cual contaba con un futón y unos cuantos mobiliarios básicos, tales como un escritorio, un ropero y un espejo.
Escaneando el lugar, los ojos de Edzard se abrieron con sorpresa cuando vio a Lint arrecostada en una pared con el rostro entre sus rodillas a la par que sollozos salían de su boca. Al ver a Lint en ese estado, el no perdió tiempo y rápidamente se acercó a ella para tomarla de las manos.
"Lint, ¿Qué sucede?" preguntó Edzard con preocupación mientras se arrodillaba para tratar de ver su rostro.
La joven exorcista convertida en ángel levantó el rostro y con ojos llorosos miró a Edzard.
"Y-y-ya lo sé, Ed…(sniff) Ya sé que Siegfried-sensei está muerto…(sniff)." Respondió entre sollozos Lint.
Los ojos de Edzard se abrieron con sorpresa al escuchar eso, pues en ningún momento pasó por su cabeza que Lint ya pudiese haberse enterado de la muerte de Siegfried. Así que, se quedó quieto como una piedra sin saber que hacer. Estuvo en ese estado unos segundos, hasta que logró superar esa sorpresa. Ya estando más tranquilo, levantó una mano y suavemente tomó la barbilla de Lint con ella.
"¿Cómo te enteraste?"
"Y-Yo oí a un… (snif) Youkai mencionarlo… (snif)." Respondió Lint. "Yo lo oí cuando… (snif) mencionó que uno de los dos cadáveres… (snif) tenía varias espadas demoniacas con él."
"Ya veo." Dijo Edzard mientras comenzaba a abrazar a Lint. Mientras la abrazaba, comenzó a acariciar su espalda, a la vez que le susurraba palabras reconfortantes, en un intento de lograr calmarla.
Lint sintió que los brazos de Edzard la rodeaban suavemente y con ello comenzó a sollozar más fuerte hasta que finalmente estalló en llanto. El llanto de Lint fue tan fuerte que se podía escuchar por cualquier persona que pasase cerca de la habitación.
Ella lloró por un muy buen tiempo, hasta que finalmente logró calmarse. Sin embargo, a pesar de haberse calmado, eso no quería decir que estaba de mejor estado anímico, ya que la joven consideraba que todo lo que acababa de pasar hoy era algo injusto, pues estas noticias habían tirado por el suelo lo que había planeado para este momento.
Flashback
Lint se encontraba mirando a Asia con mucho nerviosismo. La razón de esto era que ella se acaba de armar de valor para pedirle a su amiga que le permita ingresar a su familia.
"E-Entonces, A-Asia…. ¿Q-qué r-respondes?" preguntó Lint mientras sentía sus mejillas arder y sus manos ponerse sudorosas por los nervios.
La esposa de Edzard solo miró a su amiga con una mirada seria, casi como si estuviera examinándola no solo físicamente, sino como si fuese capaz de ver su alma y ver todos sus secretos. Aquella mirada puso más incomoda a Lint, quien comenzó a retorcerse por varios minutos, hasta que finalmente aquella mirada desapareció.
"Te has demorado mucho en pedirlo, Lint." Dijo Asia mientras ponía una sonrisa en su rostro.
Las palabras de Asia hicieron que Lint la mirara desconcertada, pues no entendía que estaba sucediendo ahora ni porque ella tenía esa sonrisa en su rostro.
"¿Q-q-qué…?" intentó preguntar Lint, solo para llevarse las manos a su cabello con una ligera frustración, para luego proceder a jalarse ligeramente algunos mechones de cabello. "Ahhhh…. No entiendo. ¿No estás enojada?"
"¿Enojada? ¿Por qué estaría enojada por lo que me dices?"
"Es que, ya vez…. Estoy pidiéndote que me dejes ser la concubina de tu esposo. ¿No te enoja eso?"
Al escuchar la reiteración de la pregunta de Lint, Asia solo soltó una risita antes de responderle. "¿Crees que eso me enojaría, Lint? yo ya sabía que tu estabas enamorada de mi esposo desde hace tiempo."
Lint se quedó como piedra al escuchar aquello.
"¿C-cómo?" preguntó Lint todavía en estado de shock.
"Es fácil, Lint. Tu tenías la misma mirada que tenía yo cuando comencé a enamorarme de Ed." Respondió Asia con una sonrisa mientras se sonrojaba levemente.
"Y-ya veo…" dijo Lint mientras sentía que un peso se le quitaba de encima, pero unos segundos después, se percató de algo. Así que, mirando a Asia, le preguntó. "Asia, ¿Tú sabes que…?
"Que Ingvild y Rossweisse también están enamoradas de Ed." Respondió Asia de manera rápida.
Lint solo asintió torpemente, pues no se esperaba que ella respondiese tan rápido.
"Entonces, ellas…"
"No, ellas no pueden aun acercarse a Ed de esa manera." Interrumpió Asia de manera tajante.
"Pero…"
"No hay peros, Lint." Dijo Asia mientras fruncia el ceño. "El que sepa que están enamoradas de mi esposo no es el permiso para que ya sean miembros de esta familia."
"No entiendo muy bien… ¿Por qué estas siendo tan cerrada con esto? Digo… ya me permitiste convertirme en la amante de Ed. Entonces, ¿Por qué no hacer lo mismo con ellas para terminar todo más rápido?"
Al ver que Lint tenía una mirada de confusión, Asia comenzó a explicarle que para que ella acepte que ellas puedan unirse a ellos no solo era para confirmar sus sentimientos, sino que era para que ellas mismas encuentren el valor necesario para afrontar lo que es estar en una relación poligámica, ya que esto no era fácil de sobrellevar. Si bien todo parecía color de rosa, eso era porque cada una de los que conformaban esa relación ponían su propio granito de arena para hacer que la relación funcionase.
"Ya veo, por eso es por lo que hay que preguntarte primero."
"Así es, Lint. No solo porque Ed me dio la potestad de decidir si una mujer puede entrar a la familia, sino que también para que yo les diga a lo que se enfrentaran una vez seamos familia." Dijo Asia tomando a Lint por las manos. "Por eso te pregunto, Lint. ¿Estas completamente segura de dar este paso?"
Lint miró a Asia y asintió, pues no planeaba retractarse ahora.
"Bien." Dijo Asia con una sonrisa para luego comenzar a hablar con ella sobre como seria su vida en familia.
Fin Flashback
"Realmente siento que esto es injusto." Susurró Lint mientras seguia siendo abrazada por Edzard. "¿Por qué hoy de todos los días? ¿Por qué el dia en que planeaba decirte como me sentía tenía que enterarme de esto?"
Las palabras de Lint resonaron en la mente de Edzard, confirmando lo que su esposa le había dicho no hace mucho. Por lo que, poniendo una sonrisa, le pidió algo a Lint. "Lint, ¿puedes levantar tu rostro un momento?"
La joven se confundió por la petición de Edzard, pero igualmente lo hizo. Cuando levantó su rostro, el mundo de Lint se puso patas para arriba y es que ni bien miró a Edzard a los ojos, este le dio un beso en los labios. El beso que Edzard le estaba dando fue tierno y ella solo se quedó allí sin responder de manera correcta, pues su mente aún estaba tratando de comprender lo que pensaba. De hecho, su mente seguia sin comprender todo cuando Edzard se separó.
"¿Lint?" preguntó Edzard preocupado al ver que Lint estaba allí, quieta, como una estatua. Por lo que, para ver si estaba bien, comenzó a mover una mano frente a su rostro. "Tierra a Lint."
Lo que siguió tras sus palabras fue algo que Edzard nunca esperó, pues Lint agarró su rostro y le dio un beso en los labios. Gracias a que ella hizo ese movimiento cuando Edzard estaba distraído, logró hacer que el caiga sobre el futón. El beso fue torpe, pero el no dudo en corresponderlo. Y así, ambos continuaron besándose hasta que la falta de aire los separó, solo para volver a besarse nuevamente cuando recuperaron el aliento. Y así, estuvieron besándose un buen rato, pero nunca llegaron a algo más, pues tanto Edzard como Lint sabían que no era el momento aun para dar ese siguiente paso.
"Ya estas más tranquila." Dijo Edzard mientras le pasaba su mano derecha por los cabellos de Lint, quien estaba descansando sobre su pecho.
"Si, gracias, Ed." Dijo Lint mientras cerraba los ojos.
"Bien, sabes algo, yo venía a hablar contigo sobre la muerte de Siegfried."
"Ya veo, fue Asia quien te pidió que me lo contaras, ¿verdad?" preguntó Lint mientras miraba a Edzard.
Edzard asintió. "Si, ella quería que te lo diga de la manera más suave. Pero parece que no fue necesario."
"Si, así parece…" dijo Lint para luego soltar un bostezo.
"Descansa Lint y no te preocupes, yo me quedare aquí contigo esta noche." Dijo Edzard mientras le daba un beso a Lint en la cabeza.
Lint puso una sonrisa y cerró sus ojos para soñar con la nueva familia que había obtenido.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y aquí el capítulo 47…
Al fin se ha terminado la invasión en Kioto…. o tal vez no…. XD
Lint por fin da el paso para ser la amante del Dovahkiin, y vemos que Edzard tiene una nueva debilidad, los venenos de Oblivion, los cuales son los únicos que le hacen daño.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
