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Capítulo 52
—Ante la muerte una persona querida para alguien, este puede tomar dos caminos para el luto, llorar vocalmente, permitiendo que todos conozcan su dolor o llorar por dentro, sufriendo en silencio —
Roland a Edzard cuando este último era niño.
Un silencio incomodo había llenado la habitación principal que era la habitación que Edzard y sus amantes compartían. Ya había pasado una hora desde que terminó la ceremonia donde los Youkais recibieron una parte de territorio para establecerse de forma semipermanente.
"C-chicas…" intentó decir Edzard, pero inmediatamente fue silenciado por una almohada, la cual impactó en su rostro.
"¡Tú, cállate!" gritó Mittelt mientras tenía una vena marcada en su frente, un claro signo de que estaba enojada.
"Pero…"
"No tienes derecho a decir nada, Edzard." Dijo Valerie con un aura oscura rodeándola.
"Val, tiene razón. Se supone que eres el que tiene experiencia política entre todos los que estamos en esta sala." Señaló Aika con una sonrisa muy grande en el rostro.
Al ver aquello, Edzard sintió un escalofrío recorrer su espalda, pues esa sonrisa no era una de alegría, sino que era una de ira.
'Tienen todo el derecho de estar enojadas. He estado en diversas cortes, he navegado por la política que hay en la legión imperial, pero pese a eso, me confíe. Confié en que Yasaka podría controlar lo que pidiera su gente y eso me ha traído a tener problemas con mi familia.' Pensó Edzard mientras se enojaba internamente. Sin embargo, decidió no hacer una escena, por lo que, soltando un profundo suspiro, se levantó y habló. "Chicas, sé que están enojadas…"
"¿Enojada?" interrumpió Asia con un aura oscura cubriendo su cuerpo. "No, cariño. No estamos enojadas. Solamente estamos al borde de usar nuestros ataques más poderosos para acabar con la zorra esa."
(Glup) Edzard tragó un poco de saliva al terminar de escuchar esas palabras, pues el cuerpo de Asia, Lint, Aika, Valerie y Mittelt estaban rodeados por auras tan oscuras que temía que absorban toda la luz que había en la habitación.
'Mierda… sí que están enojadas.' Pensó Edzard con preocupación. Sin embargo, cuando estuvo por decir algo más, llamaron a la puerta de la habitación.
Las amantes de Edzard dejaron de expulsar aquellas auras al instante en que la puerta fue tocada.
"¿Quién será?" preguntó Lint mirando la puerta con ligera curiosidad, pues se habían dado órdenes estrictas de que no se les moleste.
"No lo se. Pero supongo que no está demás ver de quien se trata." Respondió Asia mientras se acercaba a la puerta.
En el momento en que la puerta se abrió, Edzard sintió que el mundo se iba a ir a la mierda, pues allí en la puerta estaba la persona que había traído el infierno a esta familia, allí parada, meneando sus colas de manera que parecía casi perezosa junto con una sonrisa en el rostro, estaba Yasaka.
El grupo de siete personas se habían movido de la habitación principal hacia el balcón más grande que había cerca. Por ello, ahora mismo estaban todos sentados en una mesa redonda.
El ambiente que anteriormente estaba muy tenso ahora estaba a otro nivel, un nivel que se podía cortar con un cuchillo de mantequilla.
"Entonces, Yasaka-sama. ¿Qué la ha traído por aquí?" preguntó Asia con una sonrisa muy fingida.
Yasaka miró a las amantes de Edzard y sin pensarlo dos veces, se levantó y haciendo un arco, se disculpó. "Lo siento mucho."
La disculpa de Yasaka tomó por sorpresa a las chicas, quienes no pensaron que ella vendría a disculparse tan pronto.
"Yo lo siento, de verdad. No se suponía que se pediría un matrimonio arreglado entre Edzard-dono y yo." Dijo Yasaka con tristeza mientras mantenía su cabeza gacha.
Las palabras de Yasaka llamaron la atención de todos, incluido Edzard.
"¿Qué quieres decir, Lady Yasaka?" preguntó Edzard con curiosidad, pues él pensaba que ella sabía sobre esa petición.
La kyubi dejó de hacer el arco y mirando a Edzard, respondió. "Nunca se incluyó nada sobre un matrimonio en el pergamino cuando me lo mostraron antes de la ceremonia."
"Si, recuerdo eso." dijo Edzard, recordando claramente que esa petición no estaba al inicio.
"¿Qué quieres decir? ¿Qué esa petición surgió de la nada?" preguntó con burla Mittelt.
Si bien parecía que nadie respondería a esa burla, fue Edzard el que decidió responder la pregunta de su amante.
"La verdad es que así sucedió."
La respuesta de Edzard provocó que todas las chicas lo miraran, poniendo rostros de curiosidad y de confusión.
"¿Cómo así, Ed? ¿Qué quieres decir?" preguntó Valerie, la cual miraba a su amante a los ojos.
"Yo leí primero los términos y en ningún momento estaba esa petición." Respondió Edzard, tratando de sonar lo más convincente posible, para de esa manera lograr convencer a sus amantes.
Las palabras de Edzard provocaron que las chicas se miraran y comenzaran a susurrar entre ellas. Si bien una persona normal no habría podido escuchar lo que decían, tanto Edzard como Yasaka no eran personas normales, por lo que pudieron escuchar claramente lo que ellas conversaban. Lo que ambos oyeron provocó que pusieran los ojos en blanco, pues las chicas estaban que conversaban sobre si creerle o no a Edzard. La charla entre ellas duró unos segundos, pero al final aceptaron las palabras de su amante.
"Está bien, Ed. Digamos que te creemos." Dijo Aika mientras se miraba con el resto de las chicas. "Si es así, ¿Cómo es posible que eso sucediera?"
"La verdad es que no sé cómo se ha hecho." Respondió Edzard, llevándose una mano al mentón. Cerrando los ojos, comenzó a pensar en cómo había pasado ello. Tras pensar unos segundos, soltó un suspiro, pues no sabía cómo habían pasado su detección mágica. "Ahhh…. la verdad es que, pese a que lo pienso mucho, no logro entender como lograron pasar mi olfato."
Las palabras de Edzard confundieron a Yasaka, pero antes de que ella preguntase algo, Asia le interrumpió.
"Es cierto. Se me había olvidado que tú puedes oler la magia." Señalo Asia mientras sacaba la lengua de manera juguetona, para luego poner un semblante más serio. "Lo que sea que hayan usado debe de ser algo muy poderoso o talvez desconocido para nosotros, pues tú puedes oler la magia y detectarla. Si bien solo reconocías magia de Nirm en un inicio, ahora puedes reconocer por el olfato las magias de los seres de este mundo."
"Asi es, por eso estoy preocupado. Lo que han usado es algo que no he detectado en toda mi vida y eso realmente es alarmante."
Tras las palabras de Edzard, as chicas se quedaron en un silencio, tras el cual, todos, desde Edzard hasta Yasaka comenzaron a pensar en que había pasado. Sin embargo, parecía que no tendrían suerte, pues nadie lograba detectar que pasaba. Aunque, eso cambio cuando Yasaka recordó la razón por la que fue a verlos.
"Creo que tengo una pista sobre lo que pasó." Dijo Yasaka, llamando así la atención de todos. Tras ver que tenía la atención de los presentes en la sala, movió su mano y conjuró algo.
"¿Vino?" preguntó Lint con una ceja levantada mientras miraba que lo que Yasaka había conjurado era una botella de vino.
"Este vino fue comprado por uno de los youkais que ayudaron a redactar el pergamino con las solicitudes. Lo bebieron cuando estaba casi terminado el trabajo." Respondió Yasaka mientras descorchaba el vino.
Un fuerte olor a uva llenó la sala, conteniendo un dulzor tan empalagoso que Edzard se sintió incomodo al olerlo.
'Este vino huele muy raro. Es demasiado dulce.' Pensó Edzard quien luego comenzó a fruncir el ceño al ver que Yasaka no reaccionaba como lo haría alguien que está muy cerca de un olor muy empalagoso. "Lady Yasaka. ¿Por qué estas tan normal? ¿No te empalaga el olor de ese vino?"
Las palabras de Edzard provocaron que la youkai negara con la cabeza, pues no olía nada.
"¿De qué olor hablas, Ed? Yo no huelo nada ¿Y ustedes chicas?" preguntó Valerie mirando a sus amigas.
"Nada. Yo no huelo nada." Respondió Asia.
Aika, Mittelt y Lint asintieron, pues tampoco olieron nada.
El rostro de Edzard se llenó de preocupación, por lo que, extendiendo su mano, tomó la botella y acercándola a su boca, bebió un trago.
La acción de Edzard causó que sus amantes y Yasaka lo miraran preocupadas.
"¡ED! / ¡Edzard-dono!" gritaron todas las mujeres de la habitación mientras se levantaban y le arrebataban la botella a Edzard.
Edzard se quedó allí sentado sin decir nada, pues comenzó a tener un dejavü, ya que el sabor de ese vino y recordó algo.
'Esa cosa sabe cómo…. Como ese maldito licor que bebi cuando rete a Sanguine a beber.' Pensó Edzard mientras sus ojos se abrieran de sorpresa al descubrir lo que había pasado. Apretando los dientes, Edzard se levantó de golpe, llamando la atención de las chicas presentes.
"¿Ed?" preguntó preocupada Asia al ver a su esposo levantarse y dirigirse hacia el balcón. Sin embargo, la preocupación que ella sintió se convirtió en asombro y vergüenza cuando escuchó lo que comenzó a gritar Edzard.
Edzard comenzó a gritar toda clase de improperios al cielo. Muchos de estos insultos eran dichos en los diferentes idiomas que él conocía, y todos estaban dirigidos a un solo ser, Sanguine. Y es que el ultimo Dovahkiin logró saber lo que había pasado.
Cuando terminó de gritar, se dio cuenta de que estaba lo suficientemente calmado como para no matar a nadie. Tras eso, volvió a sentarse y comenzó a contar lo que había pasado. Con cada palabra que él decía, las chicas comenzaron a tranquilizarse sobre el asunto del compromiso matrimonial, pero comenzaron a preocuparse por lo que había pasado.
"Entonces, me estás diciendo que un Príncipe se atrevió a jugarles una «Broma» a mis consejeros y terminó controlándolos para que escriban sobre el compromiso matrimonial." Dijo Yasaka con ira palpable en su voz.
"Así es." Respondió Edzard mientras asentía.
"Esos malditos daedras." Dijo Yasaka, asombrando a todos, pues no esperaban que la líder Youkai insultará a Sanguine. "No les basta con arrebatarnos nuestro hogar ancestral, sino que ahora también se han atrevido a intentar hacer que no podemos quedarnos en este lugar."
Tras aquellas palabras, el lugar quedo silenciado y lo único que podía escucharse fue el sonido de los pájaros que estaban en el lago cercano.
"Ahora que sabemos que lo del matrimonio fue una broma de Sanguine. No podríamos, ya saben, ¿anularlo?" preguntó Mittelt mirando a Edzard.
"No es tan fácil, Mittelt." Respondió Asia, asombrando a las chicas.
"Y eso, ¿Por qué? Digo, solo se necesita que se rompa el acuerdo y… ya veo." Dijo Aika, entendiendo lo que pasaba.
"Veo que te has dado cuenta. No puedo romper ese acuerdo, así como así. Romperlo sería hacerle creer al mundo que estoy expulsando a los Youkai de este mundo." Dijo Edzard mientras miraba a sus amantes para luego llevarse la mano a la cabeza y rascarse la nuca con incomodidad. "Esto es un verdadero problema, pero por ahora no podemos romperlo. Asi que lo mejor será hacer como que se ha aceptado el matrimonio hasta que logremos saber cómo romperlo sin consecuencias políticas."
Las palabras de Edzard provocaron que sus amantes soltaran gruñidos de molestia, pero luego soltaron suspiros de resignación. Luego de aquello, las chicas se miraron a los ojos y un segundo después asintieron. Levantándose una por una, las chicas caminaron hacia la puerta y sin previo aviso, tomaron a Yasaka por los brazos y comenzaron a llevársela del lugar.
"¿Eh? ¿Ara?" preguntó una desconcertada Yasaka mientras era arrasada por las amantes de Edzard. Cuando su mente logró captar lo que pasaba, la youkai comenzó a forcejear, pero para su sorpresa, las amantes de Edzard lograron mantener un agarre fuerte en ella. La líder de los Youkais comenzó a mirar desesperada a Edzard, pues temía que las amantes de su actual y para nada planificado prometido le hicieran algo.
Edzard miró a Yasaka ser arrastrada hacia el palacio y solo se despidió de ella, mientras ponía una sonrisa oscura en su rostro.
'Esta es mi venganza por las bromas que me hiciste en Kioto.' Pensó Edzard mientras veía como la puerta que permitía el ingresó al castillo se abría, permitiendo que las chicas ingresaran al castillo.
"Espero que no le hagan nada grave." Dijo Edzard mientras se levantaba con la intención de ir a su fragua, pues tenía que terminar un proyecto para alguien.
Las llamas que surgían de la fragua, ubicada en el sótano del palacio, iluminaban la habitación que era la herrería personal de Edzard. La habitación normalmente usada solo por Edzard ahora mismo estaba abarrotada de personas, pues allí mismo estaban Edzard y todo el equipo de Vali junto con Zakir.
"Kuroka, puedes dejar de estar colgada de mi brazo, por favor." Pidió Edzard mientras este trataba de mover su brazo izquierdo, el cual estaba atrapado entre los grandes pechos de la nekomata.
"No, ~nya." Respondió Kuroka con una sonrisa mientras miraba a Edzard soltar un suspiro.
Al ver que la demonio callejero no planeaba moverse, lanzó su martillo de herrería al aire y con un rápido movimiento, lanzó la hoja de espada en la que estaba trabajando hacia el otro lado y tomándola con la mano del brazo que tenía inmovilizado. Tras aquello, Edzard movió su otra mano y atrapó el martillo. Ya pudiendo ver que podía seguir trabajando, el ultimo hijo de Akatosh comenzó a seguir trabajando en la hoja.
Al ver que no podía llamar la atención de Edzard de esta manera, Kuroka lo soltó y con un puchero en el rostro, se dirigió a donde estaban el resto de sus compañeros de equipo. Llegando al lugar, se sentó sobre un barril de agua, el cual estaba tapado.
"Ja, ja. parece que no puedes seducirlo aún, ¿verdad?" preguntó con burla Bikou, el cual estaba apoyado en una de las paredes, viendo como Edzard seguia trabajando en la hoja.
"Cállate, mono." Gruñó Kuroka mientras desviaba el rostro.
"Saben. Nunca creí que Ed sea tan buen herrero." Dijo Le Fay mirando como Edzard estaba muy concentrado mientras dejaba de martillar la hoja de la espada y luego la llevaba a un barril con agua y la enfriaba.
Tras aquello, Edzard estuvo allí por unos pocos segundos más y cuando sintió que la hoja ya estaba templada, la sacó del barril y la llevó a una prensa, donde la dejaría descansar hasta mañana. Soltando un suspiro, el hijo de Akatosh se dirigió hacia un perchero de acero y allí colgó su mandil de herrero.
"Entonces, ¿supongo que se van hoy?" Preguntó Edzard mientras se acercaba al grupo.
"Si, volveremos a lo nuestro hoy en la tarde." Respondió Vali, quien estaba apoyado contra una pared.
"Ya veo." Dijo Edzard acercándose a Vali y cuando estuvo frente al medio demonio, metió la mano a un bolsillo de su pantalón. Cuando encontró lo que buscaba, lo sacó y se lo entregó.
"¿Una tarjeta?" preguntó Vali al ver una tarjeta negra. Además, el no comprendía por qué Edzard se la entregaba.
Sus compañeros, salvo Zakir, se acercaron a él y comenzaron a ver la tarjeta. Sin embargo, ninguno supo que pasaba.
"Ed, ¿Qué tiene esa tarjeta?" preguntó Le Fay, dejando de mirar la tarjeta y comenzando a mirar a Edzard.
"Es una tarjeta de débito." Respondió Edzard, sorprendiendo a los miembros del equipo de Vali.
Las palabras de Edzard provocaron que Bikou y Kuroka miraran la tarjeta con una muy pesimamente disimulada sorpresa.
"¿C-Cuanto dinero tiene?" preguntó Kuroka.
"Unos veinte millones de dólares." Respondió Edzard de manera tranquila.
La respuesta de Edzard causó que todos los que oyeron, salvo Zakir, gritaron de sorpresa. Si bien era cierto que Le Fay y Arthur eran de la nobleza, la verdad es que no habían tenido tanto dinero desde que dejaron la casa de los Pendragon.
Mientras el resto de los miembros del equipo de Vali estaban en shock, el propio Vali decidió preguntar a Edzard la razón por la que les daba tanto dinero.
"¿Por qué nos das esto?"
Edzard se quedó quieto y luego de unos segundos respondió. "podrías decir que es mi manera de darles las gracias por ayudarnos durante lo sucedió en Kioto."
Las palabras de Edzard hicieron que los miembros del equipo de Vali miraron a Edzard, pero no entendían por qué tanto dinero solo por ayudar. Además, ellos también eran miembros de la Khaos Brigade, así que no sabían por que darles ese dinero.
"Aunque, no solo quiero darles eso." dijo Edzard, llamando la atención de los que lo oían.
"¿Qué otra cosa quieres darnos?" preguntó Bikou.
"Esto." Dijo Edzard mientras le entregaba a cada uno un Septim.
"¿Una moneda?" preguntó Bikou con un poco de decepción en su voz, pues el esperaba algo más.
"No solo es una moneda, mono." Respondió Zakir mirando la moneda de manera intensa.
Las palabras del Lilmothiit sorprendieron a todos.
"¿Qué quiere decir, Zakir-sama?" preguntó Le Fay.
"Estas monedas están encantadas. Con que hechizos, lo desconozco. Pero si de algo estoy seguro, es que es muy valiosa."
"Así es. Están encantadas para teletransportarlos a este mundo si es que están muy heridos." Señaló Edzard.
Las palabras de Edzard sorprendieron a los miembros del equipo de Vali, quienes comenzaron a ver las monedas con otros ojos.
"Edzard-kun, ¿Por qué nos das esto ~nya?" preguntó Kuroka con una sonrisa en su rostro.
"Es una forma de agradecerles."
Aquellas palabras los confundieron, pues pensaban que la tarjeta de débito era el agradecimiento de Edzard por lo de Kioto.
"Aquello no es por lo de Kioto, sino que es porque Vali detuvo ese ataque que casi destruye el palacio de Yasaka. Al hacer eso, él le salvó la vida a mi hija." Dijo Edzard con una sonrisa triste en su rostro mientras posaba su vista en Vali. Al verlo, el hijo de Akatosh le extendió la mano al medio demonio, quien miró la mano extendida con cautela. Sin embargo, al mirar a Zakir, Vali vio que este asentía. Si bien el no confiaba de todo en Zakir, decidió hacerle caso. Por lo que, extendiendo su brazo de manera lenta, tomó la mano de Edzard y le dio un apretón.
"Por lo que hiciste, tu equipo cuenta con mi apoyo para lo que necesiten. Si necesitas algo, solo llámame." Dijo Edzard mientras dejaba de apretar la mano de Vali. "Si te preguntas como lo harás, le diré a Le Fay la forma con la que puede comunicarse conmigo."
Vali asintió antes de hablar. "La verdad es que si quiero un favor."
"Ummm. Vale, ¿Qué necesitas?" preguntó Edzard, algo confundido por qué es lo que quería Vali tan pronto.
"Quiero luchar contigo ahora mismo."
Edzard miró a Vali y luego de parpadear unos segundos, sonrió y negó con la cabeza.
Ante la mirada de todos, Edzard metió la mano a un bolsillo y sacó una nota, la cual se la entregó a Zakir. El Lilmothiit puso una sonrisa y se guardó la nota.
"¿Qué es esa nota?" preguntó Le Fay al ver el intercambio.
"Solo es una amigable apuesta." Respondió Edzard.
"¿Qué apuesta?" preguntó Bikou, comenzando a imaginarse de que se trataba la apuesta.
"Le aposte al mocoso que Vali le pediría un combate antes de que nos vayamos de este reino."
La respuesta de Zakir hizo que todos miraran a Edzard, quien solo sacudió los hombros.
"Y, ¿Qué apostaron?" preguntó Vali, entrecerrando los ojos mientras miraba a ambos héroes.
"Unos cuantos toneles de vino." Respondió Zakir mientras comenzaba a irse a buscar a una sirvienta, a la cual le daría la nota para que le de los toneles.
Cuando el Lilmothiit dejó la sala, Vali volvió a mirar a Edzard y esperó su respuesta.
"Lo siento, Vali. Pero por ahora no puedo cumplirte ese favor." Respondió Edzard. "En otra ocasión tal vez."
Vali miró a Edzard con intensidad, pero al final asintió, pues entendió que Edzard tenía muchos deberes más que cumplir.
Tras aquello, todos los miembros del equipo de Vali comenzaron a irse, pero no se fueron todos, ya que uno se quedó. La persona que se quedó allí era Arthur.
"¿Necesitas algo, Pendragon?" preguntó Edzard mirando al hermano mayor de su amiga.
"La verdad, es que necesito pedirle un favor, Edzard-dono." Respondió Arthur de manera seria.
La forma en la que habló Arthur hizo que Edzard sintiera curiosidad, por lo que asintió.
"Muchas gracias." Dijo Arthur para luego decirle lo que necesitaba. "Quisiera saber si es que usted estaría de acuerdo en que Le Fay y otra persona se quedara en este lugar de surgir la necesidad."
Edzard miró a Arthur y tras pensarlo unos segundos, respondió. "No veo ningún problema en aquello."
Arthur puso una sonrisa ante la respuesta de Edzard. "Ya veo… parece que Le fay tenía razón. Eres alguien muy amable."
Edzard solo sonrió ante las palabras de Arthur.
El sol de dia caía por la ventana de una habitación muy espaciosa. Dicha habitación tenía muy pocos mobiliarios, contando solo con dos estantes, uno en cada extremo. Sin embargo, aparte de esos dos había otras pequeñas estructuras, las cuales eran soportes rectangulares de varios metros de largo, los cuales cubrían casi la totalidad de las paredes libres. En el interior de dichos soportes se encontraban varias armas de entrenamiento. Esto se debía a que esta habitación se usaba para llevar a cabo duelos, con los cuales se practicaba y mejoraba las habilidades con las armas.
El sonido de dos espadas chocar se escuchaba mientras las chispas se hacían presentes. Esto se debía a que, en el centro de la habitación, luchando entre sí, estaban Lint y Edzard. Ambos amantes iban vestidos con ropas de entrenamiento, Lint usando una camiseta deportiva ajustada de color amarilla junto con shorts negros ajustados. Edzard, por su parte, llevaba una camisa deportiva sin mangas, la cual era un poco ceñida al cuerpo junto con pantalones deportivos.
"Vamos, sé que puedes hacerlo mejor que esto, Lint." Dijo Edzard mientras se movía a la izquierda ligeramente para esquivar un tajo diagonal de Lint.
La hoja de la espada de practica pasó muy cerca de su rostro, pero Edzard no se inmutó, sino que, aprovechó esto para mover su propia espada para darle un rápido golpe a Lint. El joven ángel tropezó unos pocos pasos después de recibir el golpe, pues este impactó en su trasero.
'Sus movimientos están siendo muy simples, casi como si no pensase mucho en cada ataque que lanza.' Pensó Edzard con preocupación, pues durante el tiempo que llevaba entrenando con Lint, el cual fue de unas dos horas seguidas, pudo ver que ella no estaba luchando como lo hacía normalmente. Sin embargo, él tuvo que dejar de pensar en aquello cuando vio como Lint se lanzaba contra él.
La joven exorcista movía su espada de practica casi de manera desinteresada. Esto se debía a que su mente no estaba en el entrenamiento que estaba teniendo con Edzard, no, sería mentira decir que solo era eso, pues lo que realmente pasaba por su mente era un cumulo de emociones que estaban por estallar como un volcán.
Las emociones que carcomían a Lint eran un cumulo de celos y ansiedad. Todo esto surgía por los acontecimientos recientes, pues ya habían pasado tres días desde que sucedió el incidente del matrimonio arreglado de Edzard con Yasaka. Si bien dicho incidente molestó de sobremanera a todas las chicas, fue a ella a quien más le afectó, pues a diferencia del resto de las chicas, ella era la que tenía la relación más joven o corta con Edzard, por lo que sentía celos del resto de las otras chicas. Además, ella también sentía que su relación no había progresado desde el dia en que comenzaron a ser amantes, algo que la inquietaba de sobre manera. Eso se debía no a la falta de contacto físico amoroso, después de todo, solían besarse durante varias veces en el dia, pero no habían dado el siguiente paso.
Y esa era la causa de todos problemas actuales, pues además de las anteriormente mencionadas, había una emoción más que la atormentaba, la cual era la que más fuerte carcomía todo su ser. Dicha emoción era algo que ella nunca creyó que podría haber tenido, pues como un ángel reencarnado y como un miembro de la iglesia, ella nunca recibió una educación normal, por lo que nunca creyó que sentiría algo como eso, es decir, ella nunca esperó sentir un deseo tan alto de querer tener relaciones sexuales.
Este deseo comenzó a pocos días de despertar del coma que la indujo recibir aquella mordida de Edzard. Inicialmente comenzó como un simple deseo de estar con Edzard siempre, pero luego comenzó a volverse como un hambre atroz que la atormentaba. En un principio podía calmar esa hambre con besos simples o tiernos, pero luego tuvo que darse besos más intensos con Edzard. Sin embargo, los últimos días aquello ya no calmaba su ser, no, ahora lo que llenaba su mente era el deseo insano de querer hacer eso con su amante.
'M-maldición, mi cuerpo esta que se pone caliente de nuevo.' Pensó Lint al sentir que su cuerpo comenzaba a hormiguear. Esta sensación tan extraña hizo que diera un mal paso y terminar por tropezar. Sin embargo, para su buena o tal vez mala suerte en este momento, ella nunca tocó el suelo, pues Edzard se movió rápidamente y logró atraparla.
"Lint, ¿Estas bien?" preguntó Edzard al ver como el cuerpo de Lint comenzó a sudar un poco más de lo que él esperaba, además, de que se sentía más caliente al tacto.
La joven no respondió a las palabras de su amante, pues en ese mismo instante la poca cordura que había logrado mantener desapareció.
"¿Lint?" preguntó Edzard preocupado al ver como su amante comenzaba a respirar de manera errática. Sin embargo, su preocupación se convirtió en asombro cuando Lint se liberó de sus brazos y con un rápido movimiento logró ponerse encima de él, logrando que el cayera de espaldas al suelo.
Tras aquello, Edzard intentó hablar con Lint y preguntarle lo que pasaba, pero no pudo decir nada, pues su amante le dio un beso. Al momento en que Edzard recibió el beso, se sintió raro, pues su visión comenzó a difuminarse, a la par que sus latidos comenzaron a aumentar. Aquello comenzó a preocupar a Edzard, pues él sabía lo que pasaba. Y es que, al igual que Lint, él había comenzado a sentirse raro y cada dia tenía el deseo de tomar a Lint y arrinconarla y comenzar a tener sexo con ella. sin embargo, pese a ese fuerte deseo, él no había hecho nada y se había contenido para que ella no dejara de ser un ángel, pero parecía que su control comenzaba a fallar.
'M-maldición, contrólate Edzard.' Pensó Edzard mientras usaba toda su fuerza de voluntad para mover sus brazos y separar a Lint de él.
"Lint, cálmate, no podemos continuar." Dijo Edzard tratando de hacer que Lint se alejase de él. "Si seguimos, dejaras de ser un ángel y te volverás una Ángel Caído."
"No me importa…" susurró Lint mientras acercaba su rostro al de Edzard nuevamente y acercándose al oído de su amante, le susurró con voz suave. "No me importa si me vuelvo un ángel caído. Yo quiero que me tomes hoy, ed."
Las palabras de Lint hicieron que los ojos de Edzard comenzaran a cambiar de color lentamente. Sus ojos verdes cambiaron de color al color que solía tener cuando se emocionaba, esto hizo que su sangre comenzara a correr con más fuerza por su cuerpo. Lo que conllevó a que sintiese que su cuerpo se calentara.
"Entonces, espero que no te arrepientas más tarde." Susurró Edzard mientras acercaba su rostro al de Lint, para luego capturar sus labios en un profundo beso.
Lint respondió al beso con entusiasmo a la vez que movía sus brazos y los colocaba alrededor de la cabeza de Edzard, mientras que el hacia lo mismo pero colocaba sus brazos alrededor de la cintura de Lint. Esto terminó provocando que Edzard quedara acostado sobre el suelo de la sala mientras Lint se quedaba sobre él.
El beso continuó durante unos pocos segundos más, hasta que ambos se separaron, pero no por mucho tiempo, pues volvieron a besarse, pero a diferencia del beso anterior, esta vez también usaron sus lenguas. Y así, ambos continuaron besándose, como si intentaran devorarse el uno al otro.
Lamentablemente, no pudieron seguir besándose tanto como quisieron, pues la falta de aire los obligó a separarse. Sin embargo, eso solo los detuvo un segundo, pues volviendo a tomar un poco de aire, ambos volvieron a besarse, solo que esta vez mientras se besaban, Edzard movió sus manos de la cintura de Lint hacia su trasero. Poniendo sus manos en ambas masas de carne, Edzard comenzó a apretarlas suavemente, provocando que Lint soltara unos pocos gemidos, los cuales fueron amortiguados por el beso que ambos estaban compartiendo.
"Hahhh~. Ed~" gimió Lint cuando se separó de Edzard para comenzar a darle pequeños besos a la mandíbula de su amante y luego continuar hacia su cuello, lugar donde le dejó una marca cuando le dio un fuerte chupetón.
Cuando sintió que su amante terminaba de besarlo, Edzard apretó ambas nalgas de Lint y con un rápido movimiento la levantó, a la vez que el mismo se erguía para volverse a parar. Cuando estuvo de pie, él se arrodillo y suavemente colocó a Lint contra el duro piso de piedra, para para luego colocarse sobre ella y sin previo aviso levantar su camiseta deportiva, mostrando que ella llevaba un brasier deportivo de color negro debajo.
Al ver la pálida piel de Lint, Edzard se lamió los labios y comenzó a darle algunos besos suaves en el abdomen, para luego mover sus manos hacia ambos pechos. Con ambas manos, comenzó a masajearlos suavemente, pero sin sacarlos del brasier.
"Ahhh~." gimió Lint al sentir como sus pechos eran masajeados al mismo tiempo que Edzard besaba su abdomen. Unos segundos después, ella soltó un pequeño chilido cuando Edzard pasó su lengua desde su ombligo hasta el medio de sus pechos. Tras aquello, ella miró a su amante y lo vio poner una sonrisa mientras se acercaba a su rostro.
"Lint~." Dijo Edzard con voz entrecortada.
"Ed~." Respondió Lint de la misma manera para luego capturar los labios de su amante en otro profundo beso.
Mientras compartían este beso, Edzard no perdió tiempo y con la práctica que había obtenido al haber hecho eso por bastante tiempo, logró quitarle el brasier a Lint de manera rápida. Ya con ambos pechos libres, el comenzó a tocarlos de manera un poco más agresiva, masajeándolos mientras que ocasionalmente tiraba de uno de los pezones de Lint, los cuales se habían puesto duros como pequeñas esquirlas de acero.
"¿Cómo te sientes?" preguntó Edzard al dejar de besar a Lint.
"M-muy bien~." Respondió Lint antes de soltar un gemido al sentir como Edzard le piñizcaba suavemente el pezón derecho.
"Me gusta oír eso~."
Tras aquello, Edzard bajó su cabeza y llevó sus labios al pezón izquierdo de Lint, para capturarlo y comenzar de darle pequeños y suaves mordiscos a la par que los intercalaba con pequeñas lamidas.
"Hahhh~ Ed~ Sigue~." Dijo Lint mientras tomaba la cabeza de Edzard entre sus manos para mantenerlo allí. Mientras seguia manteniendo la cabeza de su amante en sus pechos, la mente de Lint comenzó a pensar algunas cosas. 'Esto se siente tan bien… ¿Por qué el cielo no nos permite esto? ¿Por qué negarnos esta sensación?'
Los pensamientos de Lint se interrumpieron cuando su cuerpo se sacudió al momento en que una corriente eléctrica recorrió todo su sistema nervioso. Esta corriente hizo que el cuerpo de Lint se sintiera muy bien, por lo que su boca soltó un gemido muy fuerte.
"Ahh~ eso se siente muy bien. ~" gimió Lint mientras sentía como pequeñas corrientes eléctricas sacudían su cuerpo. Aquellas sensaciones le había hecho tener los ojos cerrados, pero cuando al fin pudo abrirlos, vio que Edzard se había movido y ya no estaba en sus pechos, sino que ahora mismo estaba entre sus piernas.
Edzard se encontraba entre las piernas de Lint, usando su lengua para estimular los labios exteriores de su coño. Su lengua se movía de arriba-abajo por sobre la ropa de Lint, pues aún no se la había quitado. Él se encontraba muy concentrado en su labor actual, por lo que no le prestó atención a nada más que a esta parte del cuerpo de su amante.
Lint sintió que Edzard pasaba su lengua por todo su sexo, haciendo que su cuerpo se estremezca levemente.
"Ahhh…~ Ed~." gimió Lint mientras llevaba sus manos a la cabeza de Edzard, pero antes de que llegara, se escuchó un sonido.
¡Rij!
El sonido de una tela rompiéndose se escuchó y un segundo después, un gritó de Lint llenó la habitación.
"¡OH! ~"
El grito de Lint se había producido gracias a Edzard, el cual le había dado un pequeño y suave mordisco a su clítoris, el cual comenzaba a sobresalir ligeramente de los labios exteriores de su coño. El sonido que se había escuchado anteriormente era el de los pantalones cortos y la ropa interior de Lint, los cuales habían sido rasgados por Edzard, el cual usó sus caninos para eso.
"¡Ed~! ¡Ed~! ¡Ed~!¡Ed~!" Gritó de placer Lint mientras sentía como Edzard introducir su lengua en su coño, provocando que los espasmos que sentía anteriormente se volvieran más fuertes. El placer comenzó a nublar la mente de Lint, quien movió sus manos y tomando la cabeza de Edzard, la mantuvo fija en su coño.
Edzard movía su lengua dentro del coño de Lint de manera casi desesperada, pues su mente estaba que comenzaba a nublarse gracias a los gemidos que soltaba su amante. De hecho, él estaba luchando con toda su fuerza de voluntad para no bajarse los pantalones en ese mismo instante y comenzar a penetrarla.
'Maldición, siento que mi cuerpo está más caliente de lo normal. Si no logro hacer que Lint se corra en los próximos veinte segundos, me temo que tomare su virginidad sin que este muy mojada.' Pensó Edzard con una pequeña cantidad de preocupación. Sin embargo, decidiendo que no quería que su amante sintiese mucho dolor en este dia, el movió una de sus manos a uno de sus pechos y comenzó a estimularlo, a la par que seguia estimulando su coño. Y eso pareció dar resultado, pues unos cinco segundos después de iniciar, el cuerpo de Lint se tensó y esta arqueó la espalda mientras soltaba un grito muy fuerte.
Tras soltar aquel grito, el cuerpo de Lint cayó al suelo mientras su respiración se volvía un poco errática.
Edzard puso una sonrisa hambrienta al ver aquello y gateando suavemente, se puso cara a cara con Lint. El rostro de su amante estaba rojo y su respiración era entre cortada.
"Espero que aun puedas continuar, querida. Porque yo aun quiero más." Dijo Edzard mientras miraba como Lint recobraba un poco el conocimiento.
"Y-y-ya veo…" dijo Lint entrecortadamente, para luego sonreír hambrientamente. "Eso es bueno, porque yo tampoco quiero que esto termine aquí."
Al oír aquellas palabras, Edzard levantó su torso y se quitó la camiseta deportiva a la par que soltaba los cordones de su pantalón, bajándoselo y mostrándole a Lint que tenía una erección completa.
El rostro de Lint se enrojeció un poco más mientras ella miraba la erección de su amante. Si bien era la primera vez que la miraba de cerca, no era la primera vez que lo veía en sí, ya que lo había visto muchas de las veces en que ella pudo verlo a él tener sexo con Asia y el resto de las chicas.
"Entonces… ¿Comenzamos?" preguntó Edzard mientras tomaba las piernas de Lint y las separaba lentamente.
Lint asintió y esa fue toda la respuesta que Edzard necesitó para comenzar. Colocando las piernas de Lint sobre sus hombros, Edzard alineó su verga en la entrada del coño de Lint y sin perder un solo segundo más, la penetró. Si bien él quiso empezar suavemente, el canal interno de Lint estaba muy mojado, lo que hizo que él le quitase la virginidad de un solo golpe.
El cuerpo de Lint se estremeció sintiendo una mezcla entre placer y dolor. Pese al dolor que sentía, el placer fue más fuerte, provocando que ella comenzase a gemir.
"A-al fin somos uno." Dijo Lint con una sonrisa en su rostro para luego comenzar a gemir, pues Edzard comenzó a mover sus caderas lentamente, provocándole un agónico placer que hizo que su mente se comenzará a poner en blanco.
Edzard siguió moviendo sus caderas a un ritmo lento por un tiempo, para luego comenzar a moverlas de manera más rápida y con más fuerza cuando sintió que Lint ya podía estar lo suficientemente cómoda.
Al momento en que Edzard comenzó a mover sus caderas con más velocidad, los gemidos de Lint comenzaron a volverse más fuertes.
"Ahhh~" gimió Lint mientras se mordía los labios, pues sentía que varias descargas eléctricas recorrían su cuerpo de un extremo al otro.
A la par que Lint soltaba gemidos, Edzard soltaba gruñidos, pues el interior de su amante se sentía muy bien. La estreches que tenía, hacia que se volviese un poco complicado el que el lograse contenerse para no venirse en el interior de Lint.
"Ed~, siento que algo viene." gimió Lint mientras sentía que las paredes internas de su coño se estrechaban.
Edzard no respondió verbalmente, sino que llevó sus brazos hacia Lint y la rodeó, levantándola ligeramente. Al hacer esto, el sintió que el coño de Lint se apretaba mucho más, lo que provocó que estuviese más cerca de llegar al clímax. Por lo que aumentó significativamente la fuerza de sus estocadas, provocando un aumento de intensidad en los gemidos de Lint.
"¡Kyaaa! ~" gritó Lint mientras alcanzaba el primero de los muchos orgasmos que tendría este dia.
A la par que Lint gritaba, Edzard solo gruñó al llegar al clímax, mientras que vertía todo su semen en el interior de Lint.
Un segundo después de que ambos tuvieran sus orgasmos, Edzard no dejó que Lint cayera al suelo, sino que la movió un poco, logrando que ella se ponga a cuatro patas. Tras aquello, Edzard no perdió tiempo y tomándola de las caderas, volvió a penetrarla, lo que generó que el ángel volviera a gemir.
A diferencia de lo que había pasado anteriormente, ahora Edzard estaba siendo un poco más rudo, y con cada estocaba que le daba, el veía como las nalgas de Lint se movían ligeramente. Aquella vista no hizo más que ponerlo más excitado, por lo que dejó de agarrar a Lint de las caderas y la tomó de sus brazos, comenzándolos a usar de palanca para penetrarla con más fuerza.
"~Ahhh.~" eran los únicos gemidos que se podían entender a Lint, pues su mente estaba en blanco o más bien no deseaba decir nada más, ya que solo quería disfrutar de aquel pecaminoso placer que estaba sintiendo ahora mismo. Su mente ahora solo pensaba en lo bien que se sentía, ya no importándole casi en lo absoluto que posiblemente se había convertido en un ángel caído.
El sonido de la carne chocando y el olor a sexo comenzó a llenar la sala, mientras que ambos amantes seguían teniendo su ya quinto raund. Para este momento, Edzard se encontraba echado en el suelo, mientras Lint lo cabalgaba como si no hubiese un mañana.
"~Mas~, Ed. ~Quiero que me des más~" gimió Lint mientras se llevaba sus manos a sus pechos, frotando sus pezones en uno, a la vez que masajeaba su otro pecho.
Edzard gruñó en aceptación y moviendo sus manos, tomó las caderas de Lint y sincronizando su ritmo con el de las caderas de su amante, comenzó a darle estocadas rápidas, pero vigorosas. Estas estocadas aumentaron el placer que Lint estaba sintiendo, generando que ella gimiera más alto.
"~Me vengo, Ed~ ¡~Me vengo~!" gritó Lint mientras alcanzaba su sexto orgasmo. Sin embargo, a diferencia de las veces anteriores, en esta ocasión, ella dejó salir sus alas mientras tenía su ultimo orgasmo, pues su cuerpo y su mente ya no daban más.
Las ocho alas de Lint se mostraron ante los ojos de Edzard, quien pese a que estaba que volvía a llenar la matriz de Lint con su semen pudo ver claramente que las alas de Lint no eran negras, sino que seguían siendo plateadas. Además, el halo que tenía en su cabeza no había desaparecido. Al ver aquello, el ultimo sangre de dragón abrió los ojos de sorpresa, a la vez que sentía calma al ver que su amada seguia siendo un ángel. Aquella visión hizo que su estado de excitación se detuviera por completo.
El cuerpo del ángel reencarnado cayó hacia el pecho de Edzard, quien la atrajo suavemente para luego dejarla descansar en el suelo unos segundos mientras se ponía correctamente los pantalones. Tras eso, la levantó suavemente y salió de la sala, caminado de manera sigilosa a su habitación, pues quería dejarla descansar en la cama.
El sol estaba en el cielo, pero sin llegar a su máxima altura posible, indicando así que aún era de mañana. Mientras que muchas personas estarían haciendo sus labores en este horario, dos personas estaban siguiendo a una tercera. Las dos personas eran Yasaka y su hija Kunou, quienes estaban que caminaban mientras seguían a una de las ex sirvientas de Diodora hacia el solar personal de Edzard. La Kyubi y su hija habían llegado hoy para tomar residencia de manera formal en el que sería su nuevo hogar, pues al ser Yasaka la "prometida" de Edzard, eso la convertía de manera automática en parte de la familia de este último.
"Hemos llegado." Dijo la sirvienta mientras se detenía frente a un par de puertas dobles. Tras aquellas palabras, la sirvienta se fue del lugar, pues tenía que hacer otras labores.
Cuando la sirvienta se fue, Yasaka y Kunou se quedaron paradas un segundo mientras Yasaka tomaba una respiraciones para calmarse. Cuando sintió que sus pulsaciones se estabilizaron, ella miró a su hija y dándole un asentimiento, volvió a mirar la puerta y extendiendo una mano, tomó el picaporte y abrió la puerta. El interior de la habitación que recibió a ambas youkais era una habitación muy , pero muy ordenada. La habitación tenía varios estantes repletos de libros y pergaminos. Había un escritorio hecho de una madera negra en cuya superficie había algunos libros muy grandes, los cuales mostraban algunos números. En una silla, la cual estaba detrás del escritorio desde su perspectiva, estaba Edzard, el cual miraba aquellos números con el ceño ligeramente fruncido.
"Ahhhh…" soltó un suspiro el hijo de Akatosh, el cual dejó el cuaderno allí y tras levantar la mirada, las vio. Al percatarse de que ellas estaban allí, él se levantó de su silla y se acercó a ambas para darles un saludo. "Yasaka, Kunou."
Las dos youkais asintieron como respuesta al saludo.
"Parece que ya están listas para su mudanza."
"Si, Edzard-sama." Respondió Kunou de manera rápida.
El hijo de Akatosh miró a su posible futura "nueva hija" y movió su mano hacia su cabeza. Comenzando a hacerle pequeñas carisias, le habló a la pequeña. "Sería mejor para ambos si no le agregas el Sama a mi nombre, Kunou."
"Pero eso sería…"
"Kunou… para efectos legales actualmente soy algo similar a un padrastro para ti. No sabemos si este compromiso con tu madre será roto en el futuro o si continuara hasta hacerse realidad, pero en cualquier caso, quiero mantener una relación amigable contigo." Dijo Edzard, interrumpiendo a la pequeña Kitsune.
La hija de Yasaka miró con confusión a Edzard unos segundos, no por la mención del compromiso, pues su madre ya se lo había explicado todo, sino que fue por como Edzard estaba dispuesto a ser una figura paterna para ella o al menos ser un buen amigo. Asi que, al escuchar aquello, puso una gran sonrisa y asintió. "¡Si, Edzard!"
La forma en que la pequeña lo llamó hizo que Edzard pusiera una sonrisa.
"Bien. Ahora, porque mejor no sales un rato y le pides a una sirvienta que te lleve al jardín, allí veras a Marie con Asia jugando un rato."
Al escuchar donde estaba su amiga, la pequeña Kitsune asintió y sin pensarlo dos veces más, salió del solar de Edzard rápidamente.
Cuando Edzard y Yasaka vieron que estaban solos, se sentaron en dos sillones que estaban en una esquina del solar. Tras aquello, la kitsune mayor miró a Edzard y sintiéndose bromista, habló. "Si no te conociera, pensaría que quieres algo con mi hija."
No pasó ni un segundo después de lo que dijo Yasaka, que Edzard la miró con una mirada fulminante, la cual causó que un escalofrío recorriera el cuerpo de la kitsune.
"Ni se te ocurra hacer bromas de ese tipo, Yasaka." Dijo Edzard con un tono de voz muy, pero muy helado. El rostro de Edzard se había vuelto pétreo por un instante, pero luego este soltó un suspiro despues de que vio como la kitsune temblaba ligeramente. "Y-Yasaka…. Lo siento, no debí hablarte de esa manera, pero los últimos días han sido algo estresantes."
La líder los Youkais de Kioto miró a Edzard y soltando un suspiro propio, le respondió. "Tranquilo, no te preocupes…. Creo que entiendo por qué… Es por lo del compromiso de matrimonio, ¿verdad?"
"En parte sí, pero la cosa es más que eso." respondió Edzard para levantarse y tomar el libro que había estado leyendo cuando ella y Kunou llegaron al solar.
Yasaka tomó el libro cuando Edzard se lo ofreció. Mirando en sus páginas, vio que los números que había visto previamente eran de hecho cantidades, pues el libro estaba repleto de recetas.
"¿Qué esto?" preguntó Yasaka luego de intentar comprender sobre que eran las recetas.
"Son las recetas de todos los antídotos que he hecho que mis padres beban." Respondió Edzard apretando sus puños por la frustración que comenzó a sentir.
Los ojos de Yasaka se abrieron lentamente al escuchar aquello. Lentamente comenzó a mirar las hojas, y comenzó a contar la cantidad de recetas que habían registradas en el libro.
'Setenta… aquí hay más de setenta recetas de antídotos.' Pensó Yasaka mientras su ser estaba atrapado entre el asombro y el horror. Lo último que sentía la líder de los Youkais de Kioto se debía a que se imaginaba lo mucho que había estado trabajando Edzard para ver si podía salvar a sus progenitores de aquel funesto veneno. 'Edzard…. ¿Cuántas horas de sueño has perdido por estar trabajando en los antídotos? ¿Cuántos momentos con tu hija te has perdido?'
"No deberías de preocuparte tanto, Yasaka."
La voz de Edzard sacó a la kitsune de sus pensamientos, forzándola a mirar a su "prometido".
"¿Cómo?" preguntó Yasaka con sorpresa de que Edzard pudiese saber lo que pensase.
"¿Cómo se lo que pensabas?" preguntó Edzard en respuesta, ganándose un asentimiento de Yasaka. "Eso es sencillo, tu mirada es la mismo que me dieron las chicas cuando me preguntaron si había dormido mucho los últimos días."
"Ya veo…" dijo Yasaka sintiéndose algo rara por las palabras de Edzard.
"No te preocupes tanto por esto, la verdad es que estoy acostumbrado a dormir poco. De hecho, casi no necesito dormir demasiado."
Yasaka miró a Edzard con un ligero toque de sorpresa, pues no se esperaba esa declaración. Sin embargo, antes de que dijese algo, Edzard se le adelantó.
"Creo que lo mejor es que te muestre cual será tu habitación y la de Kunou de ahora en adelante." Dijo Edzard levantándose de su silla.
Yasaka solo miró a Edzard uno segundos para luego levantarse también. Cuando ambos estuvieron levantados, se fueron del lugar.
Mientras su madre y su "padrastro" tenían su conversación, la pequeña hija de Yasaka corría por los pasillos del palacio en dirección del patio que se encontraba cerca de la iglesia que tenía el palacio. Su destino era encontrar a su amiga y a su madre, quienes estaban allí pasando un tiempo de calidad madre-hija. Los pasos de la pequeña kitsune eran rápidos, por lo que pudo llegar a su destino relativamente pronto.
En el momento en que ella cruzó el arco que conectaba uno de los pasillos con el jardín, sus sensibles oídos captaron los sonidos de dos risas.
"¡Ja, ja, ja! ¡Bozizzqobii, para!"
"¡Mou, Briiiizbii, Tú también deja de hacer esas travesuras!"
Cuando los ojos de Kunou se posaron en el origen de aquellas voces, vio que se trataban de Asia y de Marie, quienes estaban jugando con una cría de dragón cada una. Marie tenía en sus brazos a un dragón con escamas azules como diamantes, mientras que el otro dragón, el cual revoloteaba alrededor de Asia, dando volteretas alegres también era un dragón con escamas azules, pero de una tonalidad más clara, casi como si de hielo se tratase.
'¡Kawaii…..!' gritó en su mente Kunou al ver a Marie sonreír mientras el pequeño dragón que tenía en brazos le lamía el rostro, provocándole risas a su amiga.
"Oh, Kunou-chan." Dijo Asia al percatarse de la presencia de la pequeña Kitsune.
Al oír el nombre de su amiga, Marie dejó de jugar con el pequeño dragón y usando su olfato como guía, posó su vista en su amiga.
"¡Ku-chan!" gritó Marie de felicidad al oler que su amiga estaba cerca.
Al oír a su amiga llamarla, Kunou comenzó a caminar hacia ella con pasos rápidos. Cuando llegó a donde estaban ambas, saludó a Asia, quien le dio una sonrisa como respuesta, mientras que, con Marie, intercambiaron un pequeño abrazó.
"Asi que ya llegaron." Dijo Asia con una sonrisa un poco incomoda, refiriéndose a Kunou y su madre.
"Asi es. Mi Hahahue está hablando con Edzard en este momento." Respondió Kunou con un poco de vergüenza.
La forma en que la pequeña kitsune llamaba a su esposo, hizo que Asia dedujera que él ya había hablado con ella.
'Ed mencionó que él quería ver si este matrimonio arreglado podría funcionar. No porque sintiese algo por Yasaka, sino porque de esta manera se podía mantener una fachada de unidad dentro de pacto de Kuoh.' Pensó Asia mirando a Kunou conversar con Marie hasta que Briiiizbii comenzó a volar alrededor de Kunou, llamando así la atención de la pequeña.
"¡ja, ja, ja!" Rio divertida Kunou al sentir como el pequeño dragón comenzaba a hacerle cosquillas con su hocico.
Al ver esto, Asia se movió y rápidamente atrapó a Briiiizbii, el cual soltó un pequeño chillido de decepción, pues le habían cortado su diversión.
Secándose una pequeña lagrima de las risas que había tenido, Kunou miró al dragón y le preguntó a Asia por ellos. "Asia-sama. ¿Por qué hay dos crías de dragones aquí?"
Asia miró a la pequeña hija de Yasaka y acariciando la cabeza de Briiiizbii, respondió. "Son mis dos familiares."
La respuesta de Asia asombró a Kunou, pues ella no se esperaba esto.
"I-increíble… nunca creí que alguien pudiese tener dos dragones como familiares." Respondió Kunou mientras miraba a Marie frotar la cabeza del dragón llamado Bozizzqobii. Al recordar como los habían llamado Asia y Marie, ella sintió curiosidad, pues quería saber la razón por la que los habían llamado así. Por lo que, sin pensarlo dos veces, preguntó por aquello. "¿Por qué los llamas por esos nombres tan raros?"
Al escuchar la pregunta de Kunou, fue Marie la que le respondió a su amiga. "No son nombres raros, Ku-chan. Son nombres en idioma Dovah."
Las palabras de su amiga confundieron a Kunou, quien solo miró a la pequeña dragona sin entender.
"¿Idioma Dovah? ¿Qué idioma es ese?" preguntó Kunou mirando a Marie.
"Es el idioma de los Dovah del mundo de Aurbis." Respondió Asia, quien luego vio como la pequeña Kitsune la veía con confusión. Al ver eso, la esposa de Edzard recordó que Kunou no sabía lo que era un Dovah, por lo que sin demoras le explicó a la pequeña lo que era un Dovah.
"Asi que, ¿Les pusiste nombres Dovah a estos dos pequeños dragones, Asia-sama?" preguntó Kunou cuando Asia terminó de explicarle lo que era un Dovah.
"Si, al pequeño Spire Dragon lo llamé «Bozizzqobii», que significa «Valiente relámpago azul» y le di ese nombre por ser el más arrojado de los dos." respondió Asia mientras miraba al pequeño Sprite Dragon. "Al otro dragón lo llame «Briiiizbii», que significa «Hermoso hielo azul» y le di ese nombre por el color de sus escamas."
Kunou miró a ambos dragones y vio que aquellos nombres parecían caerles como anillo al dedo. Ella intentó seguir hablando con Asia sobre los nombres de los dragones, pero antes de que diga algo, Bozizzqobii voló de los brazos de Marie y se posó en su cabeza, soltando un pequeño bostezo.
"Parece que le gustas." Dijo Asia mientras se acercaba a donde estaba Marie, quien hizo un puchero al ver que Bozizzqobii se había ido.
"¿En serio?" preguntó Kunou mientras tentativamente movía su mano hacia la cabeza del dragón en un intento de tocarlo.
"Si, él no es muy sociable con algunas personas." Respondió Asia mientras dejaba a Briiiizbii junto a Marie, la cual abrazó al pequeño dragón.
"Ya veo…"
Tras aquellas palabras, Kunou caminó hacia Marie, pero antes de llegar, escuchó pasos acercarse. Girando la cabeza, Kunou vio que los pasos eran de su madre y Edzard los cuales se acercaban a donde estaban ellas.
"¡Papá!" gritó Marie cuando olio a su padre acercarse. Girando la cabeza, la pequeña lo vio llegar y soltando a Briiiizbii, intentó caminar hacia su progenitor.
Al ver que su pequeña hija estaba por intentar ir a donde estaba el, Edzard se adelantó y la tomó entre sus brazos.
"¡Ja, ja, ja!" eran las carcajadas que la pequeña dragona soltó, pues su padre la estaba lanzando al aire, para luego atraparla.
"¿Ya terminaste de mostrarle a Yasaka-sama donde se quedará, Ed?" preguntó Asia mirando a la Youkai con una sonrisa algo tensa, pues aún no se acostumbraba a lo que estaba pasando.
"Si, ya les mostré cuáles serán las habitaciones que tendrán en el palacio." Respondió Edzard, dejando de lanzar a su hija y tomándola entre sus brazos.
La respuesta de su padre provocó que la pequeña dragona sintiera curiosidad, por lo que decidió exponerla haciendo una pregunta. "Papá, ¿Por qué Ku-chan y su madre tendrán una habitación en el palacio?"
La pregunta de su hija hizo que tanto Edzard como Asia recordasen que no le habían contado nada a ella sobre el "matrimonio arreglado" de Edzard y Yasaka, por lo que aprovechando la situación comenzaron a contarle a Marie todo.
"Y eso es todo lo que está sucediendo." Dijo Edzard, terminando de contar todo a su hija.
"¿Qué te parece, Marie? Kunou-chan será tu nueva hermana." Dijo Asia en broma mientras miraba a su hija.
La pequeña dragona no respondió de manera inmediata, pues se tomó unos segundos antes de hablar. Sin embargo, incluso antes de que hablara, tanto Edzard como Asia y Yasaka se dieron cuenta de que aquella noticia no parecía ser del agrado de la pequeña.
"No me gusta." Susurró Marie, llamando la atención de todos.
Las palabras de Marie hicieron que las orejas de Kunou se pegaran a su cabeza por la tristeza que comenzó a sentir, pues le dolía escuchar que su amiga no quería que fueran hermanas. Si bien ella tampoco estaba muy cómoda con lo que pasaba, esperaba que al menos su relación con Marie no se viera afectada, pero parece que se había equivocado.
Edzard miró a la pequeña Kitsune, la cual estaba siendo abrazada por su madre, pues estaba a punto de llorar. Sintiendo que había algo más que solo un rechazo por la nueva situación en la que estaba su familia con la de Kunou, Edzard decidió mirar a su hija y preguntarle la razón por la que no le gustaba esa idea. La respuesta que recibió fue algo que no esperaba.
"No quiero que Ku-chan sea mi hermana… ¡Porque si es mi hermana no podré casarme con ella en el futuro!"
Las palabras de Marie dejaron como piedra a todos los que escucharon, incluso los dos dragones de Asia se quedaron como piedra al escuchar aquello.
"¿Q-q-qué?" tartamudeó Kunou al escuchar las palabras de Marie mientras su rostro se sonrojaba, más por la vergüenza de escuchar eso que por otra razón.
"Ara, ara… parece que la pequeña Marie tiene sus ojos fijos en mi hija." dijo Yasaka con una sonrisa incomoda, pues no se esperaba que la pequeña dijese algo así. Por lo que, esperando ver una reprimenda por parte de sus padres, los miró a ambos. Sin embargo, para su sorpresa, vio que ellos no mostraban signos de confusión por lo mencionado, sorpresa por lo escuchado sí, pero nada de confusión.
"¿Estás segura de que quieres eso, Marie?" preguntó Edzard casi como si de hablar del clima se tratase.
"Si." Respondió Marie.
"¿De verdad?" preguntó Asia en un intento de confirmar la decisión de su hija.
"Si, estoy segura. Además, cuando conocí a Ku-chan vi a versiones adultas de nosotras caminando de la mano."
La revelación de la visión que tuvo Marie causó que Edzard la mirara con sorpresa, pues no esperaba que ella tuviese «la Visión». La habilidad llamada «La Visión» era una habilidad rara, la cual permitía ver fragmentos de algún futuro posible.
"¿Estás segura de lo que viste, Marie?" preguntó Edzard.
"Si, cien por ciento segura."
La respuesta de Marie provocó que Edzard soltara un suspiro, pues se acaba de enterar de que posiblemente su hija en el futuro preferiría tener como parejas a otras mujeres. Si bien para un humano de la Tierra esa noticia podría ser escandalosa, para los habitantes de Aurbis aquello no era algo raro, pues en sus sociedades ese tipo de relaciones no eran mal vistas. Después de suspirar, el vio que Yasaka lo miraba de manera expectante, casi como pidiéndole que le explicara todo. Por lo que decidiendo que aquello tenía que hablarse en un ambiente más personal, él les dijo que se dirigieran hacia su solar para hablar más cómodamente allí.
Mientras Edzard hablaba con Yasaka sobre lo que ocurría, en algún lugar del gran Cañón del Colorado, se encontraba Zakir. El Lilmothiit se encontraba sentado sobre una gran roca mirando el cañón. Él estaba aquí esperando hablar con alguien, a quien le había enviado un mensaje hace unos días, pues tenían que hablar de algos serio.
'Parece que tienes un problema un poco raro, mocoso.' Pensó Zakir, el cual estaba usando su habilidad única como héroe de los Pergaminos Antiguos para ver lo que sucedía con Edzard. Él podía lograr esto gracias a que su habilidad funcionaba como una forma de omnipresencia, pero a diferencia de la Omnipresencia real, su habilidad era más limitada, solo permitiéndole estar en algunos lugares que él ya había visitado antes; además, él no podía estar en más de cuatro lugares a la vez. Fue gracias a esta habilidad que él pudo saber que pasaba durante la invasión de Bal a Nirm durante la segunda era.
"Parece que estas entretenido en algo, Viejo fósil."
La voz de Aryne llamó la atención de Zakir, el cual dejó de estar en el palacio de Edzard para posar su mirada en su compañero Héroe.
"Nada importante, vieja bruja." Respondió Zakir con molestia.
El rostro de Aryne se arrugó por la molestia que sintió al ser llamada vieja bruja. Sin embargo, pese a esa molestia, ella decidió hablar, pero de manera cortante y yendo directo al grano, pues no quería estar en presencia de Zakir más tiempo.
"¿Por qué me has llamado? Es muy raro de tu parte hablar conmigo."
"No lo hice porque disfruté de tu presencia, pero necesitaba que me hagas un favor."
Las palabras de Zakir hicieron que una sonrisa burlesca apareciera en el rostro de Aryne. "Wow… no puedo creerlo, el gran Zakir, el héroe de la guerra de los Tres Estandartes, me está pidiendo ayuda. Nunca creí que esto llegaría a pasar."
Las palabras de Aryne provocaron que el Lilmothiit gruñera con molestia antes de responderle. "Créeme, que no te pediría nada de no ser necesario."
Tras aquellas palabras, ambos se quedaron en un silencio incomodo por tres segundos antes de que Aryne volviese a hablar. "¿Qué necesitas?"
"Necesito que busques un amuleto similar al antiguo amuleto de los reyes." Respondió Zakir mientras se levantaba.
El pedido de Zakir asombró a Aryne, quien solo lo miró con curiosidad. "¿Qué tiene de especial este amuleto?"
"Contiene el fragmento faltante del alma de ese mocoso."
La respuesta de Zakir causó que Aryne se sorprendiera, pero rápidamente volvió en sí, pues ella ya había insinuado que algo le pasaba a Edzard desde que lo vio luchar contra Loki. Esto se debía a que las tres palabras del Thu'um de Aspecto de Dragon debería de convertirlo ya en un dragón no en una especie de hibrido humano-dragón.
"Ya veo…. Asi que eso pasaba." Dijo Aryne mientras caminaba hacia el norte alejándose de Zakir. Sin embargo, antes de irse, giró la cabeza y volvió a hablar. "Te ayudare, Vestigio, pero me deberás una grande."
Tras aquellas palabras, Aryne fue arrastrada por un portal purpura, desapareciendo del lugar.
Al ver que estaba solo nuevamente, el Lilmothiit comenzó a caminar hasta que un portal apareció frente a él. Asi que, tomando un suspiro, cruzó por el portal.
'Parece que mi señora quiere hablar conmigo de algo.' Pensó Zakir mientras el portal se cerraba tras él.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Bueno…. La verdad es que no se qué decir más que un sincero lo siento. La razón por la que no he estado subiendo capítulos es simple, mi pc se malogró a finales del año pasado, borrando todo lo que tenía del fic. Por suerte eso no logró deprimirme, pero si me dejo pensativo un buen tiempo. Afortunadamente logré obtener un pc recientemente, por lo que he podido volver a escribir.
Bueno, la verdad es que quisiera decir más cosas en esta nota, pero la verdad es que en el mismo dia en que subo esto ha fallecido un familiar, por lo que no siento muchas ganas de escribir más en la nota. Realmente lo siento, pero tratare de estar de mejor humor en el próximo capitulo.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
