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Capítulo 63
—Uno de los aspectos que tendremos que mejorar de ti, Asia, es tu resistencia y tolerancia al dolor. Me temo que, si no lo hacemos, esa será tu mayor debilidad. —
Aela y Serana durante el entrenamiento de Asia.
Los ojos de los miembros del ORC estaban completamente abiertos ante lo que veían, pues no esperaban ver a Edzard en este lugar y mucho menos verlo llegar de esta manera.
"Ed…" dijo Issei con un susurro, pues estaba sorprendido de ver a su amigo aquí, ya que se suponía que no habían podido contactar con él.
"Issei… toma a Marie y a Kunou. Luego, aléjense lo más rápido que puedan, no quiero que estén cerca para lo que está por pasar." Respondió Edzard mientras seguía apretando la garganta de Marcus.
"V-vale." contestó Issei, el cual pese a la curiosidad que sentía por saber cómo es que su amigo estaba aquí, sabía que lo mejor era hacerle caso, por lo que miró a Kiba y ambos rápidamente se acercaron a las dos chicas que estaban flotando.
Ambos demonios las tomaron y junto a Xenovia, los tres rápidamente se movieron hacia donde estaba el resto de sus amigos. Cuando estuvieron a varios metros de Edzard, vieron como este soltaba a Marcus y antes de que este tocara el suelo, rápidamente le dio una patada en toda la espalda, provocando que el hibrido artificial saliera disparado contra la pared. El cuerpo de Marcus voló a gran velocidad y terminó impactando contra la pared, creando un cráter por la gran fuerza del golpe.
"¡GAHH!" fue lo único que pudo decir Marcus mientras caía al suelo con un ruido sordo.
Cuando Edzard vio como el cuerpo de la persona que había secuestrado a sus hijas, y que había forzado un despliegue de miembros del pacto, sintió el instinto primario que siempre debía de mantener bajo control cada vez que se enojaba. Comenzando a caminar con pasos suaves, su mente se dirigió hacia el momento en que regresó a su palacio.
Flashback
Los ojos de Edzard se abrieron cuando sintió una fría brisa rozar su piel y al hacerlo, vio que estaba en la cima de una montaña. Sus ojos recorrieron el paisaje que rodeaba su palacio, obteniendo algo de calma en ello. Sin embargo, él sabía que no tendría mucha calma, pues a lo lejos, vio aparecer una luz, la cual era el signo de que el laboratorio que había estado en el territorio de Hades acaba de llegar teletransportándose. Mirando hacia atrás, vio como los padres de Asia estaban flotando tranquilamente. Sabiendo que debía de viajar rápidamente, los tomó y cargándoles en cada brazo, dio un gran saltó y comenzando a volar a gran velocidad, se dirigió hacia su palacio.
Gracias a que viajaba a gran velocidad, logró llegar rápidamente y aterrizando cerca del lugar donde había sido teletransportado el laboratorio, vio que todas las sirvientas estaban allí, cada una con círculos mágicos preparados para atacar si algo peligroso salía de allí.
Las sirvientas se notaban muy alteradas, pero por fortuna lograron reconocer a Edzard.
"¡Edzard-sama!" gritaron todas las sirvientas, mientras sus círculos mágicos dejaban de existir.
"Chicas." Respondió Edzard mientras miraba a las antiguas sirvientas de Diodora, para luego mover un poco los cuerpos que estaba cargando. "Necesito que preparen una habitación en la enfermería con dos camas para estas personas."
Las sirvientas miraron a su señor y tras ver que este cargaba dos cuerpos, rápidamente comenzaron a moverse. Dos de ellas se acercaron y tomaron a la mujer, mientras dejaban que Edzard cargara al hombre.
"Necesito que contacten con Sirzechs, en ese laboratorio hay algo importante." Dijo Edzard mientras él y las sirvientas volaban rápidamente hacia el palacio. "Además, cuando todo está listo, necesito que les digan a mi esposa y a mi hija que vayan a mi estudio, necesito hablar con ellas de algo importante."
Al momento en que Edzard mencionó a Asia y a Marie, las sirvientas se tensaron, algo que fue fácilmente notado por el hijo de Akatosh, quien comenzó a sentir que algo había pasado.
"¿Que ha pasado?" preguntó Edzard mientras entrecerraba los ojos.
La voz de Edzard había sido fría como el hielo, provocando que las sirvientas sintieran un escalofrío recorrer sus cuerpos. Sin embargo, ellas sabían que su señor ahora estaba molesto, y si ellas les negaban la información, se enojaría más, por lo que, quien en antaño fue la reina de Diodora, tomó la palabra.
"Edzard-sama…"
Fin Flashback
Las palabras de la sirvienta le habían dado a Edzard el panorama general de lo que acaba de pasar en su ausencia temporal. La ira que sintió cuando se enteró de que alguien se había atrevido a llevarse a su hija fue grande, pero no tanto como su sentimiento de culpabilidad, pues en muchas ocasiones durante su incursión con Zakir sintió que algo malo pasaba, pero decidió ignorarlo.
'Mi tardanza ha provocado que Asia y el resto haya tenido que venir a luchar, no solo eso. Sino que tambien casi causó la muerte de Kunou…' pensó Edzard con culpabilidad, para luego soltar un suspiro… ya tendría tiempo después para revolcarse en la culpa, ahora mismo tenía que acabar con este bastardo, pero antes, descubriría porque olía como un Nirmniano, más precisamente, como un puto Altmer.
"Je, je, je… realmente golpeas duro, maldito…" dijo Marcus mientras se levantaba lentamente, para luego girar la cabeza y escupir uno de sus dientes, el cual salió acompañado con algo de sangre. "No me han herido de esta forma desde que obtuve mis nuevos poderes. Aunque, no podría esperar menos de ti, Dovahkiin."
"Veo que sabes quién soy." dijo Edzard mientras se acercaba a Marcus. Sus pasos eran firmes, pues sabía que su enemigo no podría hacerle nada contra él.
"Claro que se quién eres… mi jefe habla de lo mucho que te odia." Dijo Marcus con una sonrisa mientras movía sus dedos un poco. "Y si soy sincero… ¡Yo tambien!"
Tras gritar, Marcus movió su mano y lanzó una bola de fuego directamente a Edzard, el cual estaba a menos de cincuenta metros de distancia de él. La bola de fuego recorrió rápidamente la distancia, amenazando con impactar en Edzard.
"¡Ed! / ¡Edzard-san! / ¡Edzard-sama!" fue el grito colectivo de todos los presentes, quienes veían como el hijo de Akatosh no se movía.
Edzard escuchó a sus amigos gritar, pero, aun así, no se movió. La velocidad con que el hechizo llegaba era el mismo que tendría un hechizo lanzado por un mago de nivel hábil en destrucción, algo más que respetable, pero nada nuevo para él. Así que, levantando su mano derecha, Edzard rápidamente la movió y haciendo gala de una habilidad que no solía mostrar, detuvo el hechizo de Marcus con su mano desnuda, extinguiendo la bola de fuego como si nada.
La acción de Edzard dejó asombrados a todos los que vieron lo que sucedió, en especial a Marcus, el cual no pensaba que eso pasaría.
'El hechizo de este imbécil no fue una simple bola de fuego, sino que fue el hechizo incinerar… ese hechizo no puede ser usado por un mago de destrucción de nivel hábil, no en especial debido a la cantidad de poder que contenía el hechizo.' Pensó Edzard mientras sacudía su mano, para de esa manera quitar cualquier rastro del hechizo de Disipar Magia que había usado.
"¿C-c-cómo…?" preguntó Marcus asombrado, pues no esperaba que Edzard pudiese hacer algo como eso.
"Es lo que quiero yo saber…" respondió Edzard a la pregunta de su enemigo. "Se supone que eres un humano terrícola, y no deberías de poder usar Magicka. Incluso si pudieses obtener acceso a ese poder, no deberías de tener la cantidad de Magicka para poder hacer un hechizo como ese. Sin embargo, puedes hacerlo…"
"Je, je, je… ¡Adivina!" gritó Marcus mientras sacaba una espada de exorcista y se lanzaba contra Edzard, el cual al ver llegar al "exorcista", dio un paso hacia atrás, haciendo pensar que estaba planeando retroceder.
Cuando Marcus vio eso, sonrió de manera divertida y moviendo su mano libre, lanzó un potente relámpago contra el hijo de Akatosh, provocando que Edzard se moviera ligeramente hacia la derecha para esquivar el ataque, dejándolo supuestamente en una mala postura. La sonrisa de Marcus aumento de intensidad cuando vio a Edzard ladeado a la derecha y moviendo su espada, lanzó un tajo en diagonal.
Los miembros del ORC vieron como la espada se acercaba a Edzard peligrosamente, pero antes de que alguien pudiese decir algo, el hijo de Akatosh movió su mano izquierda y atrapó la espada del "exorcista", haciendo que esta quemara un poco su mano, pero el dolor que le provocaba era algo que podía soportar cómodamente, por lo que aprovechando que su movimiento había desconcertado a Marcus, Edzard movió la rodilla y le dio un potente rodillazo en todo el abdomen, dejándolo sin aire.
"GAHH…" fue lo único que pudo decir Marcus mientras volvía a escupir sangre, solo que esta vez esta mesclada con su saliva y bilis.
Tras golpear el abdomen del secuestrador de su hija, Edzard soltó la espada de luz y moviendo su brazo derecho y le dio un codazo en toda la espalda a Marcus, provocando que este cayera al suelo, provocando que termine revotando de manera algo grotesca. Sin embargo, el ataque de Edzard no se detuvo allí, sino que dio un pequeño saltó y lanzó una patada giratoria, la cual impactó en el cuerpo de Marcus, haciendo que saliese volando hacia una pila de escombros, levantando una gran cantidad de polvo y lanzando a su alrededor varios de esos escombros cuando impactó en ellos.
¡BOOOMM! ¡BOOOMM! ¡BOOOMM! ¡BOOOMM!
Varias explosiones de poder sacudieron el campo de batalla donde Asia se enfrentaba a Walburga y sus aliados. Las explosiones surgían de los constantes ataques de la maga, quien usaba su magia y su sacred gear de manera coordinada, provocando que Asia tuviera que moverse a la defensiva, pues la atacaban casi como si de un continuo bombardeo de hechizos se tratase.
"Hah, hah…" eran las respiraciones entrecortadas de Asia, la cual estaba esquivando de manera acrobática los ataques de Walburga y sus subordinados magos, los cuales la estaban atacando con magia. La batalla ya llevaba varios minutos y esos minutos ya le estaban pasando factura a Asia, quien ya había bebido varias de sus pociones de Magicka y de resistencia.
Mientras esquivaba los hechizos enemigos, Asia vio por el rabillo de sus ojos como dos sombras se acercaban a ella a gran velocidad. Sabiendo lo que eran, ella movió su espada y detuvo un golpe de uno de los subordinados de Walburga, los cuales le atacaban cuerpo a cuerpo, eso sumado con los ataques de los magos, hacía que ella estuviese acorralada, negándole la oportunidad de poder contratacar de manera efectiva. Sin embargo, eso no fue lo único que hizo, ya que otro enemigo llegó desde otro lado, por ello, la exmonja tuvo que agacharse para que el ataque entrante del otro humanoide pasase de largo y no la hiriese.
Tras aquello, Asia, quien era consciente de que sus enemigos volverían a atacarla, no perdió tiempo y rápidamente movió el pie derecho, lo que le permitió cambiar su postura. Aprovechando que ahora había logrado quedar en una posición donde tenía una gran apertura para atacar, movió su mano libre y juntando Magicka, liberó un potente rayo a quemarropa, el cual impactó en la cara de su enemigo.
La fuerza del hechizo de Asia fue tal que el humanoide hecho de fuego salió disparado hacia una pared, pero no legró impactar, pues se desvaneció antes de hacerlo.
'Otro menos, ya faltan treinta.' Pensó Asia al ver como su enemigo desaparecía, pero por mucho que quisiera, no tuvo ni tiempo para respirar un poco, ya que un segundo después se vio forzada a crear una custodia para detener la avalancha de hechizos enemigos que comenzaron a llover sobre ella. Mientras su custodia la protegía de los daños del ataque enemigo, Asia pensaba en una manera de derrotar a todos sus enemigos, cuyos ataques hacían meya directamente en sus reservas de Magicka y estamina.
'No entiendo como es esto posible. Cada ataque que impacta en mi custodia hace tal cantidad de daño que amenaza con quebrarla.' Pensó Asia mientras enviaba más Magicka a su defensa, pues los constantes impactos amenazaban con quebrarla. 'Desde que tengo memoria, no he visto que los hechizos de este mundo destruyan las custodias, pero estoy usando continuamente gran cantidad de Magicka para evitar que se quiebre- ¡Maldición!"
La grosería final que pensó Asia surgía debido a que el suelo comenzó a calentarse, un signo inequívoco de que Walburga haría que una enorme cruz de fuego surgiera de ese lugar. Sabiendo lo destructivo que era ese poder y el efecto que tal destrucción tenía sobre su sacred gear, Asia se vio forzada a dar un salto hacia atrás mientras mantenía su custodia levantada, pues el bombardeo de ataques enemigos no se detenía.
La exmonja saltó varios metros, terminando por patinar otros cuantos más y cuando se detuvo, vio como una enorme cruz de fuego surgía del suelo, cubriendo un gran rango de espacio. Afortunadamente, aquella cruz tambien bloqueó los ataques de magia los humanoides creados por el sacred gear de Walburga, lo que le permitiría tomar un pequeño respiro…. O al menos eso esperaba, pero la realidad era otra, ya que un segundo después d que surgió el ataque de Walburga, los restantes humanoide que luchaban cuerpo a cuerpo se lanzaron contra ella, por lo que al ver los llegar, rápidamente desactivó su custodia y enviando Magicka a su espada, lanzó una explosión de Magicka pura, la cual tomó la forma de una media luna.
El ataque de Asia viajo a gran velocidad, pero fue esquivado por los humanoides, terminando por impactar en una de las paredes de la fortaleza, generando una explosión que envió varios fragmentos de piedra volando por varias partes.
Pese a que su primer ataque había fallado, Asia no se rindió y repitió la maniobra anterior, lanzando tres medialunas más, solo que esta vez, cuando esos ataques fueron lazados, ella no se quedó quieta, sino que corrió tras ellos.
Los humanoides de fuego esquivaron las medialunas usando acrobacias, solo para que cuando volvieran a mirar al frente vieran a Asia, la cual movió su espada y logró tomar por sorpresa al primer humanoide que tuvo enfrente, y aprovechando eso, dio un giro de ciento ochenta grados y le decapitó. Sin embargo, tras aquella maniobra, Asia se vio forzada a usar su espada para bloquear el ataque de dos humanoides, los cuales tenían espadas hechas de fuego purpura.
Los dos humanoides atacaron de manera simultánea, lo que hizo que Asia tuviera que defenderse de los dos ataques, quedando en una posición donde se vio forzada a forcejear con ellos para evitar que sus armas la toquen.
'No puedo dejar que esas armas hechas de ese fuego toquen mi balance breaker, de lo contrario el tiempo que tengo para usarlo se reducirá aún más.' Pensó Asia mientras apretaba los dientes y el agarre en su espada mientras forcejeaba. La razón por la que ella estaba tan preocupada por las armas hechas con el fuego del sacred gear de Walburga, era porque por algún motivo aquel fuego causaba un daño tan grande que hacía que su balance breaker consumiera más energía de la normal, acortando en gran medida el tiempo que podía mantenerlo activo.
Asia mantenía su enfoque tan concentrado en que las espadas de sus enemigos no la toquen que no se dio cuenta que otro de los humanoides sea acercó por su espalda y le dio una patada, haciendo que ella tropezase y que su defensa cayera, lo que hizo que los dos enemigos que tenía a frente lograran darle un potente golpe cada uno. Las espadas de fuego sagrado impactaron en el pecho de Asia, pero debido a la defensa absoluta de su sacred gear, ella salió indemne del daño, pero el golpe aun la mandó a volar a gran velocidad.
El cuerpo de Asia salió disparado cual cometa, terminando por golpear el suelo en varias ocasiones, hasta que finalmente terminó impactando en una pared.
¡BOOOMM!
Una gran cantidad de polvo se levantó cuando Asia impactó en la pared, permitiendo que la joven tuviera un par de segundos para pensar en lo que había sucedido.
'Fui una estúpida, olvidé la primera regla sobre lo que debe de hacerse cuando se lucha contra varios enemigos al mismo tiempo, nunca enfocarte solo en un grupo.' Pensó Asia mientras sentía que su balance breaker comenzaba a debilitarse. 'Maldición, ya son varios golpes los que he recibido desde que inicio esta batalla. No sé cuánto tiempo pueda aguantar de esta manera. Tengo que acabar con esto rápido y para hacerlo, tendré que usar todo mi arsenal disponible.'
Tras aquellos pensamientos, la esposa de Edzard salió del cráter que su impacto con la pared había causado y caminando, se detuvo para tomar un poco de aire. Cuando se sintió un poco mejor, tomó su espada con ambas manos y sin esperar ni pensarlo mucho, comenzó su mejor técnica cuerpo a cuerpo.
"La luz de las estrellas es la luz de la creación."
"Esta luz se convierte en fuego."
"El fuego es la vida. Y la vida es magia"
"Toda la magia y la vida comenzó con el tiempo. Y el tiempo es un dragón."
"¡Akachim!"
Al momento en que Asia terminó de hacer su cantico, esta rápidamente salió disparada hacia sus enemigos.
La nube de polvo que se había producido por el impacto de Asia con la pared se disipó de manera abrupta cuando un dragón hecho de fuego dorado surgió de donde había estado Asia previamente. La velocidad con la que este se movía fue tal que tomó por sorpresa a los humanoides de fuego que luchaban cuerpo a cuerpo. Aprovechando el momento, Asia usó su velocidad para acortar rápidamente las distancias y cuando estuvo frente al primero de sus enemigos, raudamente atacó. El dragón abrió sus fauces y devoró al humanoide por completo, si bien esa era la apariencia que daba, en el interior del dragón sucedían otras cosas, pues cuando el humanoide fue devorado, Asia procedió a dar un corte diagonal rápido, con el cual cortó al humanoide en dos.
Tras cortar a su primer enemigo, Asia no perdió el tiempo deteniéndose, pues sabía que cuando lo haga su ataque finalizaría, por lo que sin esperar nada, siguió su camino, dejando las dos mitades del humanoide que acababa de abatir tras de sí, ignorando como este desaparecía de la existencia.
El dragón de fuego que era el ataque cuerpo a cuerpo más poderoso que poseía Asia siguió su camino, y comenzó a engullir uno a uno de los humanoides que estaban allí. Sin embargo, por muy bueno que pareciera, el avance de Asia no estuvo exentó de problemas, pues cuando Walburga vio aquel dragón surgir, hizo desparecer la cruz de fuego que había conjurado y comenzó a bombardear todo el lugar con hechizos elementales, a la par que hacía que sus marionetas hicieran lo mismo, pero no solo eso, sino que ella tambien usó el poder de su sacred gear para crear múltiples cruces de fuego para atrapar a Asia. Sin embargo, para la total sorpresa de Walburga, Asia siguió su camino, esquivando a todas las cruces, pero no dándole demasiada importancia a los otros ataques, los cuales impactaban cerca de ella causando explosiones que de no tener su sacred gear la dañarían, pero al tener la defensa de su balance breaker, Asia decidió pasar de ellos para tratar de terminar el combate ahora mismo.
Asia siguió de frente, matando a todo enemigo que veía, cuando finalmente llego ante el ultimo, ella siguió su camino, lo que hizo que el dragón dorado tambien devorara al humanoide, solo que, a diferencia de sus otros compañeros, este si atacó a Asia, pero esta lo esquivó dando un ligero salto al lado y cuando lo vio indefenso, le clavó la espada en el cuello, matándolo.
Tras aquel ataque, el dragón de fuego de Asia se esfumó, dejándola con sus reservas de Magicka y de resistencia algo bajas, pero mientras estaba parada, rápidamente se llevó la mano libre a su bolso y sacó de allí dos pociones, las cuales eran las penúltimas, por lo que, bebiéndolas de manera instantánea, ella comenzó a saltar haca atrás, pues Walburga comenzó a atacarla con magia.
"¡No creas que solo por haber eliminado a mis herramientas que luchaban cuerpo a cuerpo podrás derrotarme! ¡Aun te faltan el resto!" gritó Walburga mientras lanzaba varias bolas de fuego, las cuales no eran hechizos de magia normales, sino que eran las llamas de su sacred gear. Esta acción fue seguida por sus otras marionetas, los cuales hicieron lo mismo, lanzando hechizos elementales.
Asia no respondió a las palabras de Walburga, ni tampoco le prestó atención a las bolas de fuego pese a la peligrosidad que reflejaban para ella. Esto se debía a que ella estaba concentrada, fusionando sus dos magias para poder acceder al poder de su Magicka Extrema. Cuando las dos fuentes de magia que poseía Asia se armonizaron lo suficiente como para liberar un hechizo, la joven exmonja miró hacia donde estaban sus enemigos y vio como cientos de hechizos se acercaban a ella.
'Todo depende de este ataque. Si logro derrotarlos, tendré la batalla asegurada, si no, me temo que seré derrotada.' Pensó Asia mientras juntaba ambas manos y canalizaba casi toda la Magicka que le quedaba en este ataque. Una esfera de luz dorada se comenzó a formar de manera apresurada en las manos de Asia, quien sabía que se quedaba sin tiempo. Afortunadamente, el hechizo que estaba cargando logró estar listo justo antes de que el ataque enemigo llegara, por lo que, sin perder un segundo, extendió ambas manos mientras gritaba. "¡Hechizo de Magicka Extrema: Holy Ray!"
La esfera dorada de magia de Restauración que estaba en las manos de Asia explotó, liberando miles de haces de luz dorada, los cuales se dirigieron contra los hechizos de Walburga y sus títeres. Los miles de haces de luz impactaron contra los hechizos de Walburga y compañía, creando cientos de explosiones, las cuales llenaron todo el lugar, creando ráfagas de viento que amenazaban con enviar a volar a todos los que estaban allí.
"Aghhh." Gruñó Walburga cuando tuvo que cubrirse el rostro para poder seguir viendo, pues el viento que surgía era tal que dificultaba la visión de lo que pasaba. Fue esa acción la que hizo que dejara de lanzar su magia, lo que permitió que el hechizo de Asia ganara terreno, provocando que los haces de luz superaran a los hechizos de sus marionetas.
"¡Maldición!" gritó Walburga al ver que los miles de haces de luz avanzaban contra ella y las marionetas que había creado. Viendo el poder destructivo de esos hechizos, ella supo que si le impactaban seria aniquilada, por lo que rápidamente creó una cúpula con el fuego sagrado de su sacred gear, pero no solo eso, sino que tambien creó varias barrearas para protegerse, algo que fue copiado por sus marionetas.
Los haces de luz impactaron contra las barreras, provocando que lentamente se resquebrajen, pues Asia estaba usando el ochenta por ciento de su Magicka restante en ese ataque.
¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac! ¡Crac!
El sonido de las barreas quebrase hizo eco en todo el lugar, permitiendo que el ataque de Asia impactase en casi todos los enemigos presentes, pues solo una logró salvarse de recibir los ataques de Asia y esa fue Walburga, cuyo capullo de llamas sagradas logró resistir el embate del ataque de Asia.
Cuando la maga de Hexennacht sintió que el ataque de Asia ya se había detenido, hizo que su capullo de fuego sagrado se disipe, permitiéndole ver el alcance del poder del ataque que les habían lanzado. Cuando sus ojos se posaron en la destrucción creada, ella abrió los ojos a mas no poder pues todo el lugar estaba lleno de cráteres, pero no solo eso, sino que tambien se dio cuenta de que estaba sola, pues todas sus marionetas habían sido derrotadas.
La visión del poder de Asia preocupó, no, mejor dicho, aterró a Walburga, la cual había ido completamente segura de que su plan de usar las almas de los sujetos fallidos del experimento que había iniciado Euclid para crear híbridos artificiales entre Nirmnianos y terrícolas sería efectivo… ¡Y lo había sido durante los primeros minutos, pero ahora! ¡La maldita exmonja los había destrozado!
El miedo que sentía Walburga aumentó cuando vio a Asia y se percató de que esta estaba bebiendo dos pociones, las cuales de seguro haría que recupere su magia y resistencia. Al ver ello, supo que esta batalla estaba perdida y que tendría que retirarse, después de todo, más vale que digan de aquí huyó que aquí murió. Sin embargo, cuando estuvo por iniciar su escape, un potente remolino de viento se acercó a ella, provocando que tuviese que protegerse con una barrera.
El hechizo impactó en la barrera, provocando que Walburga retroceda un poco, pero nada más, ya que su barrera, pese a haber sido construida de manera apresurada, había resistido más que bien el embate del hechizo de Asia.
"¡Ni creas que te dejare escapar, maldita!" gritó Asia, la cual tenía sus manos extendidas hacia Walburga.
La esposa de Edzard había usado sus últimas pociones de Magicka y estamina, las cuales no eran como las otras, sino que eran pociones de menos poder regenerativo, por lo que ahora mismo no tenía el mismo nivel de poder que tenía antes de lanzar su hechizo de Magicka Extrema. Sin embargo, Asia sabía que podría trabajar con eso por ahora.
Los ojos de Walburga se entrecerraron mientras miraba a Asia, pues estaba pensado.
'Parece que no puede volver a usar otro ataque de la misma magnitud que el anterior.' Pensó la maga, la cual terminó poniendo una sonrisa. Ella se había asustado pensando que Asia podría hacer otro hechizo como el anterior, pero parecía que estaba equivocada, pues parecía que ella no tenía la energía para ello. 'Si no puede usar ese hechizo, entonces, podre usar alguno de esos pergaminos para derrotarle.'
La sonrisa que tenía Walburga aumentó de tamaño cuando un círculo mágico apareció en su oído, por el cual escuchó a sus subordinados más fuertes, que eran los primeros híbridos artificiales exitosos creados por Euclid, decirle que habían logrado atrapar a las otras mujeres que conformaban el grupo de Asia.
"¡¿Crees que puedes vencerme, mocosa?!" gritó Walburga con una sonrisa. "¡Si no quieres que mate a tus amigas, entonces ríndete ahora!"
El gritó de Walburga confundió a Asia, quién no entendía por qué su enemiga le pedía que se rindiera cuando ahora mismo ella tenía las de ganar. Así que, sabiendo que podía acabar con la maga, rápidamente comenzó a preparar un hechizo de gran nivel, pero cuando estuvo por liberarlo, ella vio como Walburga volvía a usar su Shadowkey y aquello causó que un escalofrío recorriera la espalda de la exmonja.
Las grietas en el espacio que generaban la shadowkey de Walburga eran de color negro, algo que se diferenciaba mucho de las que generaban las Shadowkey de Edzard y Asia, cuyos portales eran de color dorado. Sin embargo, no fue el color lo que causó la incomodidad de Asia, sino lo que surgía de allí, pues vio como algunas siluetas comenzaron a surgir de estos portales.
Cuando las siluetas salieron, todo el color del rostro de Asia se esfumó, dejándola tan blanca como la nieve. La reacción de Asia se originaba de la sorpresa de ver a sus amigas, y miembros de su familia, completamente derrotadas, siendo cargadas como costales de papas sobre los hombros de varios sujetos.
La sonrisa que Walburga había tenido antes se hizo más grande cuando vio la conmoción en el rostro de Asia. Una corriente eléctrica atravesó su cuerpo al ver a la exmonja así, completamente asombrada y aterrorizada. Así que, sabiendo lo que tenía que hacer, habló con voz llena de veneno.
"Ja, ja, ja… ¡Ja, ja, ja! ¡Tu cara, esa cara llena de confianza que tenías antes se ha ido!" gritó con emoción Walburga mientras se reía de la expresión de Asia. "¡No sabes cómo me gusta verte haciendo esas expresiones, mocosa!"
'¿Cómo han podido derrotar a las chicas? Si cada una de ellas esta como mínimo a nivel de demonios de clase alta… Y sobre todo… ¿Cómo han hecho para salir indemnes?' pensó Asia mientras su mente trataba de procesar lo que veía, pues no podía entender como era eso posible. Sin embargo, aquella sorpresa y shock inicial dio paso a la ira, pues estaba enojada por lo que les habían hecho a sus amigas. Así que, sin pensarlo dos veces, ella se lanzó contra ellos.
La velocidad de Asia tomó un poco por sorpresa a Walburga, pues vio como Asia literalmente parecía un cometa dirigiéndose hacia ella. Sin embargo, pese a la sorpresa, ella supo que estaría bien y eso se demostró cuando uno de sus subordinados avanzó para interceptar a Asia.
Asia mantuvo su concentración en su objetivo, Walburga, a quien parecía a ver tomado por sorpresa con su velocidad, así que, decidida a terminar con todo de un solo golpe, ella se preparó para mover su espada y lanzar un potente corte. Sin embargo, se vio obligada a detener de manera abrupta su ataque cuando vio que uno de los subordinados de Walburga llegaba para interceptarla. Entrecerrando los ojos, Asia vio cómo se acercaba de manera rápida.
'Si lo corto, tendré vía libre para atacar a Walburga.' Pensó Asia, mientras apretaba el agarre en su espada, preparando el ataque a usar. Lamentablemente, su ataque nunca llegaría impactar, pues cuando lanzó el tajo, el subordinado de Walburga actuó de manera cobarde y usó el cuerpo de Lint como escudo de carne, provocando que Asia detuviera el ataque de manera abrupta, quedando así con la guardia baja.
La apertura que Asia dejo en su defensa fue aprovechada por otro de los subordinados de Walburga, el cual cargaba a Aika. El hombre movió su mano y lanzó un potente relámpago, el cual viajó de manera rauda hacia Asia, la cual al ver el ataque llegar, movió su mano libre y creó una custodia. Lamentablemente, esa acción de Asia fue aprovechada por el sujeto que estaba frente a ella, el cual le dio una patada a la exmonja, provocando que callera al suelo.
El cuerpo de Asia voló a gran velocidad contra el suelo; sin embargo, no llegó a impactar, pues la exmonja logró estabilizarse fácilmente, pues pese a que recibió el golpe, su cuerpo no recibió daño alguno, lo que le permitió reaccionar de manera rápida…. Y qué bueno que lo hizo, pues en ese momento, los otros subordinados de Walburga llegaron, y comenzaron a atacarla con espadas vinculadas.
'¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué tienen espadas vinculadas?! ¡¿Por qué pueden usar Magicka?!' pensó Asia mientras se defendía de los ataques de las espadas enemigas mientras que tambien se defendía de los hechizos de destrucción que le enviaban sus enemigos para tratar de abrumarla, algo que estaba funcionando.
La batalla que se estaba llevando a cabo en la fortaleza de los secuestradores de Marie estaba siendo muy encarnizada y difícil, sobre todo para Asia, la cual no había podido derrotar a ninguno de sus enemigos, pues estos usaban a sus amigas como escudos de carne para forzarla a detener sus ataques, dejándola vulnerable en cada ocasión.
'Si no fuera por mi balance breaker hace tiempo que me habrían derrotado.' Pensó Asia mientras saltaba varias veces hacia atrás, esquivando varios ataques de sus enemigos, los cuales estaban lanzándole hechizos de destrucción tales como bolas de fuego, picos de hielo, relámpagos y otras cosas más. Si bien la batalla de Asia con estos sujetos era dura, para su fortuna, Walburga no había intervenido en lo absoluto, sino que se la pasaba lanzándole comentarios sarcásticos y venenosos cada cierto tiempo.
Tres de los subordinados de Walburga se lanzaron contra Asia de manera frontal, comenzado a atacarle con sus espadas, las cuales fueron rechazadas por «Anseichim», provocando que las chispas saltaran de un lado a otro.
Asia dio un salto hacia atrás, ganando distancia, para luego rápidamente enviar Magicka a su espada y hacer que esta se cubriera de fuego, el cual ella liberó en forma de una explosión de energía cuando hizo un tajo horizontal.
El ataque de Asia se dirigió contra sus enemigos, los cuales volvieron a poner los cuerpos de los miembros del grupo de Edzard como escudos, tratando de hacer que Asia disipe el ataque, pero ellos no sabían que el ataque de Asia no estaba dirigido hacia ellos, sino que estaba dirigido hacia el suelo.
¡BOOOMMM!
Una gran explosión se hizo presente cuando el ataque de Asia golpeó el suelo, levantando a su vez una gran nube de polvo y humo, los cuales cubrieron el área.
'Bien, ya estoy lista.' Pensó Asia al ver como el polvo y el humo cubrían el lugar. Tomando la posición que antes había usado para acabar con los títeres de fuego de Walburga, Asia se dispuso a comenzar su cantico, pero a diferencia de la vez anterior, esta vez, su cortina de humo y polvo fue disipada por una potente ráfaga de viento, la cual surgió de un círculo mágico, cuyo origen era la mano derecha de Walburga.
"No, no, no…. No creerás que voy a dejar que hagas lo mismo de nuevo, ¿verdad?" preguntó de manera sarcástica Walburga mientras miraba a Asia. Sin embargo, eso no fue lo único que hizo, ya que ante los ojos de la esposa de Edzard, la maga sacó un pergamino, el cual abrió.
Asia, la cual se había quedado quieta al ver la cortina de humo ser disipada, sintió que el hechizo contenido en ese pergamino era peligroso, así que, no queriendo saber qué pasaría si la maga lo liberaba, rápidamente decidió detenerla, por lo que, sin perder tiempo, usó un hechizo de destrucción. Ella optó por esto porque los hechizos de magia usando el sistema mágico de la tierra eran relativamente lentos y no podían usarse en ataques sorpresa, pues tenías que crear un círculo mágico visible. Asi que, moviendo su mano, Asia usó el treinta por ciento de su Magicka restante para lanzar una lanza de fuego.
El ataque de Asia salió disparado como un cohete, atravesando a gran velocidad el espacio entre ella y Walburga, la cual miro con asombro dicho ataque. La lanza parecía que lograría impactar en la maga, pero antes de que lo haga, fue interceptada por tres hechizos, los cuales fueron lanzados por los subordinados que habían derrotado al resto de las chicas.
¡BOOOOMMMM!
La colisión de los ataques provocó una gran explosión, evitando así que la maga fuese dañada.
"¡Je! ¡Buen intento, mocosa! ¡Pero al fallar ese ataque, perdiste!" gritó Walburga mientras abría el pergamino y usaba el hechizo que en su interior se contenía.
Una esfera de luz dorada surgió en la mano de Walburga la cual la lanzo rápidamente hacia el suelo. Al momento en que dicha esfera tocaba el suelo, esta creó una explosión de luz dorada que se movía a gran velocidad.
Al ver como aquella luz se acercaba rápidamente, Asia comenzó a saltar hacia atrás para escapar de ella, pero por mucho que se moviera, parecía que no podría escapar, pues la luz era muy veloz. Al ver eso, ella decidió volar, para de esa manera escapar del rango del ataque. Sin embargo, para su mala suerte eso sería inútil, pues en el momento en que la luz la tocó, Asia cayó de manera intempestiva contra el suelo.
¡BOOOM!
El cuerpo de Asia generó una enorme explosión al momento de colisionar con el suelo, levantando una gran cantidad de polvo, el cual cubrió el área de impacto.
"AGHHHH…" Gruñó Asia mientras trataba de levantarse, solo para no poder hacerlo. La razón por la que la exmonja no podía levantarse era muy simple, toda el área donde se estaba llevando a cabo la batalla estaba bañada por un aura dorada, la cual era el resultado del hechizo que Walburga había usado. Mientras seguia intentado levantarse, pues pese a que no podía hacerlo, Asia no se había rendido, por lo que estaba que hacía uso de su fuerza para tratar de levantarse.
'N-n-no puedo creer que ella tuviese un pergamino con un hechizo como este.' Pensó Asia mientras su frente se llenaba de sudor y sus músculos comenzaban a doler por la fuerza que estaba usando para tratar de levantarse. 'Tengo que levantarme rápido, mientras este en este estado soy una presa fácil.'
Pese a ese pensamiento, la joven exmonja no pudo moverse, pues sentía que su peso aumentaba. Esto se debía a que el hechizo que había estado inscrito en el pergamino que usó Walburga se llamaba «Gravisfera», un hechizo que creaba una esfera dorada, la cual afectaba una cierta área, aumentando o disminuyendo la gravedad del lugar. Asia sabía de ese hechizo porque Edzard solía usarlo en Marie cada vez que quería hacer que su hija levitara un momento mientras jugaban. Si bien ella no había podido confirmar que era ese hechizo, porque no había podido levantar el rostro, ella sabía que esa era la única forma en que Walburga podía haber provocado esto.
'Esto es malo... l-la presión que siento es demasiada, siento que mi cuerpo será aplastado en cualquier momento.' Pensó Asia mientras movía su cabeza con dificultad para poder ver a Walburga y cuando lo hizo, vio como en su mano había una pequeña esfera dorada, la cual simbolizaba el hechizo. Girando la cabeza un poco, Asia vio tambien la gran esfera dorada que estaba a varios metros por encima del campo de batalla. La esfera era tan grande como una casa de un piso, por lo que eso indicaba que era un hechizo muy sobre cargado, pues normalmente las gravisferas no eran tan grandes. 'Esa esfera es más grande de lo que pensaba, ese hechizo está muy sobrecargado-'
El pensamiento de Asia se vio interrumpido cuando escuchó pasos cerca de ella y girando la cabeza con dificultad pudo ver que Walburga había descendido, estando a menos de cien metros de ella.
"Realmente fuiste más difícil de capturar que tus amiguitas." Dijo Walburga mientras se acercaba a Asia. "Por un momento pensé que tendría que retirarme cuando vi que derrotaste a las marionetas generadas por mi sacred gear, pero afortunadamente no fue así. Cuando mis subordinados me dijeron que ya las habían capturado, supe que podría usarlas para retenerte lo suficiente como para que poder usar esto… Bonito, ¿verdad? Sabes, cuando me enteré de que había magia en ese otro mundo, nunca esperé que ellos tuvieran la forma de hacer que los no magos puedan usar cualquier magia inscribiéndola en un pedazo de papel, pero ahora que lo veo, entiendo que son más poderosos de lo que esperábamos."
Las palabras de Walburga fueron acompañadas con una sonrisa de suficiencia que solo hacía que Asia se enojara más con cada segundo que la veía. De hecho, la maga pareció ampliar su sonrisa cuando vio que Asia fruncia el ceño.
"Je, je, je…. Es hermosa la forma en como frunces el ceño." Dijo Walburga, la cual ya había llegado a estar a menos de un paso de Asia. Los ojos de la maga se posaron en Asia y de manera intempestiva, le dio una patada en la cara a la esposa de Edzard. La patada dio con fuerza en el rostro de Asia, provocando que esta se moviera un poco, pero debido a que Asia aun mantenía activo su balance breaker, esta no recibió daño alguno. Sin embargo, pese a que Asia no recibía daño, la maga no se detuvo y siguió dándole puntapiés a Asia en varias partes del cuerpo, y mientras hacía eso, gritaba. "¡No eres tan desafiante ahora, ¿verdad, perra?!"
Los golpes de la maga no provocaban nada en Asia, solo que su cuerpo se moviera por el impacto, pero nada más. Al ver aquello, la maga de Hexennacht comenzó a enojarse más y procedió golpeando con más fuerza. Sin embargo, al ver que sus ataques no funcionaban, su enojo se hizo más visible, ya que quería provocarle heridas, ver que ella grite de dolor, pero no estaba lográndolo, pues su sacred gear la estaba protegiendo. Asi que, como no sabía cuánto tiempo el balance breaker de Asia se mantendría activo, la maga comenzó a pensar en cómo hacer que esta lo desactivase. Estuvo pensando unos segundos, hasta que finalmente se dio cuenta de algo y mirando a Asia, esbozó una sonrisa macabra.
Mirando a sus subordinados, la maga de Hexennacht les ordenó bajar a las otras chicas, pero que lo hicieran en las esquinas más alejadas del lugar. Cuando los subordinados de Walburga, los cuales aceptaron, llegaron a las esquinas, tiraron de manera brusca los cuerpos de las chicas. En el mismo momento en que ellas dejaron de estar en los hombros de quienes las habían derrotado comenzaron a ser afectadas por el aumento de gravedad, provocando que todas soltasen gemidos de dolor e incomodidad pese a que se encontraban inconscientes.
Al ver la forma en como sus amigas eran tratadas, el enojo de Asia comenzó a aumentar, provocando que ella gruñera de manera amenazante. Sin embargo, lejos de provocar algo de miedo en Walburga, la manera en cómo Asia gruñía y el hecho de que estaba bajo los efectos de un poderoso hechizo hizo que la maga se sienta confiada y arrodillándose, tomó la cara de Asia en sus manos.
"Desactiva tu balance breaker, mocosa." Ordenó Walburga mientras apretaba la cara de Asia. La respuesta que recibió de Asia fue una que la maga sabía que recibiría, ya que sabía que la esposa de Edzard no era estúpida, pero si sabía que era demasiado amable y había algo con la que podía forzarla a hacer eso. Así que, sonriendo de manera macabra, la maga habló. "Tienes siete segundos para desactivar tu balance breaker, de lo contrario, tus queridas amigas sufrirán las consecuencias."
Las palabras de la maga provocaron que los ojos de Asia se abrieran de sorpresa, la cual pronto se convirtió en horror cuando movió el rostro y miró como los subordinados de Walburga tenían sus armas ya listas para atacar a sus amigas. El miedo y la preocupación corrió por las venas de Asia, provocando que pensase erráticamente en ese momento, ya que pese a tener su sacred gear activado, cuando sus amigas habían desaparecido, ella desactivó el aura de poder que solía crear para protegerlas, pues consumía mucha energía, y ella había necesitado de esta para luchar contra todos sus enemigos. Ahora, pese a que tenía la energía para crear el área de efecto, su mente estaba más enfocada en mantener su cuerpo ileso de las consecuencias que podría tener la enorme presión gravitacional a la que estaba siendo sometida.
"El tiempo ha comenzado a correr, mocosa." Dijo Walburga mientras su sonrisa comenzaba a aumentar. "Es cierto que preferiríamos capturarlas a todas, pero la verdad es que podemos prescindir de ellas, ya que la tiene un mayor valor para nosotros tácticamente eres tú, después de todo eres su esposa, mientras que ellas solo son sus amantes, por lo que sería más fácil controlarlo teniéndolas a ti y su hija como rehenes."
Las palabras de Walburga provocaron dos cosas al mismo tiempo, primero realización, pues Asia al fin supo porque las querían a capturar, y todo parecía ser que era para controlar a su esposo. Lo segundo fue pánico, pues si bien la máxima preocupación que ocupaba su mente en estos momentos era la seguridad de su hija, ella tampoco quería que sus amigas mueran, en especial frente a ella en un momento como este.
"Asi que decide…. Siete…" dijo Walburga, iniciando así la cuenta regresiva.
"…seis…"
La mente de Asia comenzó a pensar en una formad de salvar a sus amigas, pero no podía hallar una.
"...cinco…"
La voz de Walburga comenzó a poner más nerviosa a Asia.
"...Cuatro…"
Asia comenzó a sentir que su estómago pesaba más de lo normal.
"...Tres… Date prisa, se te acaba el tiempo…"
Las palabras de la maga hicieron que Asia comenzara a mirar a sus amigas, viendo como los subordinados de Walburga apretaban el agarre en sus armas, a la par que ponían un pie sobre los abdómenes de las chicas, para mantenerlas firmes en el suelo.
"...Dos…"
Los ojos de Asia comenzaron a ver como las hojas de las armas de los subordinados de Walburga descendían hacia sus amigas, provocando que su visión de la realidad y del tiempo se distorsionaran, permitiéndole ver todo en cámara lenta. La vista de lo que estaba por pasar hizo mella en ella, provocando que su mente recuerde todos los buenos momentos vividos con ellas, las risas que compartían, las horas de entrenamiento, las comidas tranquilas, las misiones conjuntas. Sabía que no podía salvarlas con su poder ahora, pero había otra forma, por lo que sabiendo que si no se daba prisa ellas morirían, Asia desactivo su sacred gear, soltando un gemido doloroso cuando su cuerpo comenzó a sentir dolor por la presión a la que estaba siendo sometida por el aumento de gravedad.
"...Uno-" La palabra final del conteo que sería la sentencia de muerte de las chicas murió en los labios de la maga cuando esta vio como el cuerpo de Asia brillaba un segundo, mostrando que la exmonja estaba desactivando su balance breaker. Al ver esto, la maga de Hexennacht sonrió y levantó la mano, provocando que sus subordinados detuvieran su ataque. Tras aquello, la maga sonrió de manera sádica y sin previo aviso, comenzó a golpear a Asia con su bota, dándole varios puntapiés, primero en la cara y luego, tras detenerse un segundo y comenzar a caminar, a los lados de su cuerpo.
"Urkk…" fue el gemido que Asia soltó cuando la maga continuó golpeándola, provocando que sintiera dolor en varias partes de su cuerpo, sobre todo en lo lados del cuerpo, donde la maga se estaba enfocando con más ahínco en los golpes. Sin embargo, pese al dolor que sentía en este momento, la mente de Asia se mantenía fuerte, pues sabía que, si resistía el tiempo suficiente, cabía la mínima esperanza de poder hacer algo para salir de esta situación. Esta esperanza nacía del conocimiento que tenía sobre los pergaminos.
'No importa lo poderoso que sea este hechizo, los hechizos almacenados en pergaminos tienen un tiempo máximo de duración, el cual no es mucho, tal vez unos diez minutos como máximo. Asi que, solo tengo que resistir lo suficiente como para poder salvar a las chicas y terminar con esto.' Ese fue el pensamiento que tenía Asia mientras seguía resistiendo los golpes y el dolor.
Mientras atacaba a Asia, Walburga reía maniáticamente con cada golpe que lanzaba, en especial aquellos golpes que provocaban que la exmonja escupa algo de sangre o siseara de dolor. Sin embargo, se estaba aburriendo de lo que estaba haciendo, así que se detuvo de manera abrupta, dándole a Asia un momento para que respire.
"Esto ya se puso aburrido…" dijo Walburga mientras comenzaba a caminar en círculos alrededor de Asia. "Ummmm…. que debería de hacer…. Seguir golpeándote no me emociona para nada…. Ummm…. ¡Ya se!"
El grito final de Walburga fue seguido por el chasquido de los dedos de la maga, quien rápidamente miró a sus subordinados, quienes no se habían movido de donde habían estado previamente, y haciéndoles una seña, les hizo acercarse. Mientras sus subordinados se acercaban, la maga se arrodillo y tomó el rostro de Asia con las manos. "¿Qué te parece si jugamos un nuevo juego? … ¡Un juego donde tus hermosos gritos de dolor llenaran este lugar hasta que desmayes!"
Tras aquel gritó, Walburga soltó a Asia y dio unos pasos hacia atrás, pues sus subordinados comenzaron a acercarse. El sonido que acompañaban los pasos era grave, lo suficiente como para llevar el mensaje que lo que vendría no sería nada agradable para Asia.
Los ojos de Asia se mantenían fijos en la maga de Hexennacht, la cual se veía cada vez más contenta con cada paso que daban sus subordinados, algo que habría confundido a Asia si esta fuese esa chica asustadiza que fue excomulgada de la iglesia, pero la versión actual de ella sabía o al menos intuía lo que pasaría, por lo que apretando los dientes se preparó para lo que vendría.
Cuando los subordinados de Walburga llegaron al lado de Asia, estos se posicionaron de tal manera que la rodearon por completo, cubriéndola con sus sombras. Moviendo sus manos, tomaron las armas con las que habían planeado matar al resto de las chicas, las cuales eran las espadas de luz que usaban todos los exorcistas.
"¡Iniciemos el juego!"
Tras el grito de Walburga, el cual tambien sirvió como orden, los subordinados de la maga no perdieron tiempo y levantando sus armas, hicieron uso de una monstruosa precisión para comenzar a apuñalar a Asia en diversas partes del cuerpo.
Asia comenzó a sentir como varias de las partes de su cuerpo que eran apuñaladas eran sitios no letales, como las manos, los pies, los muslos. Esto se debía a que la maga le quería causar daño a Asia, no matarla… al menos por el momento, pues ella era una cautiva valiosa.
'Aghhh…' gruñó Asia mentalmente cuando uno de los subordinados de Walburga le apuñaló en la mano derecha, causándole un terrible dolor, pues ya tenía una herida previa allí, pero pese a eso, ella no le daría la satisfacción a la maga de escucharla gritar, no importaba lo mucho que lo intenten. Sin embargo, mientras su mente resistía el dolor, ella tambien estaba analizando su situación, aunque hacia eso con dificultad, pues las constantes heridas que le estaban causando provocaban que no pudiese concentrarse demasiado en ello. Aun así, ella pudo comprender rápidamente que las armas enemigas estaban encantadas para robar Magicka y estamina, razón por la que ella estaba perdiendo parte de su poder con cada ataque recibido. 'Ya he perdido más del sesenta por ciento de la Magicka y el ochenta por ciento de la resistencia que me quedaban.'
Mientras Asia comenzaba a preocuparse de la perdida de Magicka y resistencia, Walburga la miraba con ira, pues la exmonja se estaba atreviendo a quitarle su diversión al no gritar, así que al ver eso, ella estuvo por conjurar una de sus llamas para quemarle una extremidad, de seguro allí si gritaría. Sin embargo, cuando estuvo por hacerlo, un círculo mágico apareció al lado de su oído, provocando que ella se detuviera de golpe. Sus ojos se abrieron cuando escuchó lo que le decía la persona que estaba en el otro lado de aquella llamada. Poniendo una sonrisa, la maga de Hexennacht miró a sus subordinados y levantó una mano, lo que hizo que ellos se detuvieran de manera abrupta.
"Parece que iniciaremos con la segunda fase del plan A, chicos. Me acaban de informar que el objetivo ha entrado en contacto con nuestro espía y él ha logrado colocarlo en la barrera del hechizo, así que ya saben qué hacer."
"Si, Walburga-sama. Sin embargo, ¿Que hará usted?" preguntó uno de los subordinados de la maga, siendo la primera vez en toda la batalla que uno hablaba.
"Yo me quedare aquí, cuidando de nuestras invitadas, ya que, si falla el plan A, tendremos que recurrir al plan de respaldo." respondió Walburga.
"Entendido, Walburga-sama. Si fuese tan amable."
"Por supuesto." dijo Walburga mientras usaba su Shadowkey para abrir un portal, por el cual ingresaron todos sus subordinados.
Cuando todos ellos pasaron por aquel portal, Walburga cerró el portal y miró a Asia. La mirada de la maga se centró en Asia unos momentos, para luego mover su mano libre y conjurar varias cadenas de oscuridad, con la cual, atrapó a los miembros del grupo de Edzard, para luego arrastrarlas de manera brusca hacia ella.
Cayendo de manera grácil tras haber atacado a Marcus, Edzard miró al "exorcista" y apretando los puños, dijo una frase que dejó confundidos a los presentes.
"Levántate, sé que no estas muerto. Me asegure de no usar mucha fuerza en esos ataques."
'¿Como que no usó mucha fuerza en esos ataques?' pensó Rias con asombro mientras recordaba lo que había visto, pues para su completa sorpresa, había podido ver algo de lo que Edzard había hecho. 'Le hizo escupir sangre, no solo eso, estoy segura de que escuche algunos de sus huesos romperse cuando golpeó el suelo.'
"Cof, Cof, Cof, Cof… Si, puedo ver eso…" dijo Marcus mientras movía los escombros que habían atrapado algunas partes de su cuerpo. "Sabía que ustedes, los Nirmnianos, eran más poderosos que nosotros, los humanos de este mundo, pero no me esperaba este nivel de resistencia. Es increíble lo que puede hacer la implantación mágica de unas cuantas células madre en varios órganos importantes, pero parece que estoy hablando de más. No importa, al final ninguno saldrá de aquí con vida."
"Eso lo veremos." Contestó Edzard a las palabras de Marcus. "Te voy a sacar lo que sabes y cuando termine, te dibujare con sangre un águila en la espalda."
"Ja, eso lo veremos, maldito dragón." gruñó Marcus, el cual se llevó una mano al bolsillo de su ropa de sacerdote y sacó de allí un pergamino. Una sonrisa apareció en el rostro del "exorcista" al tener dicho pergamino en la mano, algo que levantó sospechas en Edzard.
'No sé qué hay allí, pero el olor de la magia que impregna ese pergamino apesta demasiado a Magia de conjugación, por lo que es algo daedrico.' pensó Edzard mientras se preparaba para detenerle antes de que libere lo que sea que sea el hechizo dentro de ese pergamino. Sin embargo, cuando estuvo por atacar, sintió como el lugar temblaba y una presencia mágica se hizo presente.
"¡¿Que sucede?!" gritó Akeno cuando ella y el resto de sus amigos sintieron que se volvían un poco más pesados de golpe.
"¡No lo sé! ¡Siento el cuerpo más pesado!" Gritó en respuesta Rias, la cual al igual que el resto de sus amigos también había caído de rodillas.
'¿Esto es…? Si, no hay duda. Esto es la llamada extra-área de un hechizo de gravisfera.' pensó Edzard con preocupación. Las extras áreas eran regiones que, aunque estaban fuera del área de efecto de algún hechizo, este aun influía de manera muy diluida allí… en el caso de las gravisferas, si se aumentaba la gravedad, la gravedad en las extras áreas solamente aumentaba ligeramente. Normalmente no era tan grave, pero si te tomaba por sorpresa, bueno, podías caer de rodillas tal y como los miembros de ORC. 'Han usado una gravisfera. Eso es malo, sé que Asia no conoce un hechizo tan complicado como ese, pues es de nivel maestro y por la fuerza que tiene, esto solo indica que quien lo haya usado tiene una gran cantidad de Magicka. Tengo que-'
"¡Bajaste la guardia!" gritó Marcus mientras terminaba de abrir el pergamino y desataba el hechizo que estaba en su interior.
Al oír el grito del "exorcista", Edzard rápidamente lo miró y vio como del pergamino surgió una esfera purpura, la cual se dirigió hacia el suelo y terminó por provocar que una luz en forma de circulo se extienda por todo el lugar.
'Es muy rápido.' pensó Edzard al ver como aquella luz se acercaba a él a gran velocidad. Al ver ello, estuvo tentado a salir de allí, pero al mirar atrás vio a Issei y a sus amigos, junto con sus hijas, por lo que desconociendo lo que haría esa luz, él no quería que ellos quedaran desprotegidos, pues si no morían, podrían ser usados como escudos de carne en su contra. Por lo que, haciendo gala de su gran velocidad, rápidamente metió su mano a su bolsillo y sacando algo, se lo lanzó a Issei.
El pequeño objeto viajo muy rápido, impactando en la cabeza del Sekiryuutei, provocando que este cayera de espaldas.
"Auch… ¡Eso dol-!" lo que Issei estuvo a punto de decir murió en sus labios cuando el objeto que había impactado en su frente, el cual era una piedra tallada, brilló, cegando a todos por un momento.
La luz duró un segundo y cuando se extinguió, los miembros del ORC vieron que estaban en una especie de barrera en forma de remolino... una barrera que Issei, Xenovia, Irina y Kiba reconocieron como una similar a la que Rossweisse había accionado en Kioto hace un tiempo.
"¿Qué es esto?" preguntó Ravel con asombro al ver la barrera.
"Es una barrera creada por un objeto de Nirm." respondió Kiba de manera rápida.
"¿Una barrera? ¿Como lo sabes?" preguntó Akeno.
"Rossweisse-sensei usó una similar cuando estuvimos en Kioto." respondió Irina con seriedad.
"Ya veo…" dijo Rias mientras se llevaba una mano al mentón y miraba lo que pasaba en la barrera frente a ella.
Al igual que la heredera Gremory, los otros demonios tambien miraban lo que sucedía, observando como la luz, que era el hechizo dentro del pergamino, golpeaba tanto a Edzard como a la barrera, oscureciendo el lugar.
"Asi que los has colocado en una barrera especial, eh." Comentó Marcus mientras miraba a Edzard.
"Claro, no soy estúpido. Se que si los dejo desprotegidos los usarías como escudos de carne." dijo Edzard mientras miraba a Marcus, a la vez que apretada sus puños, sintiendo una sensación algo familiar, algo que no había sentido en varios años. 'Esta sensación es rara… no desconocida, sino que es nostálgica…. Ummm… ¿Por qué será?... Bueno, no importa. Le sacare toda la información directamente de su cabeza.'
"Espero que te guste este lugar, mi amo la llama «El jardín del recuerdo»." dijo Marcus mientras se llevaba una mano al oído y hacia aparecer un círculo mágico allí. "Maga, el objetivo mordió el anzuelo, envíalos."
Al oír las palabras de Marcus, Edzard levantó una ceja, confundido por la mención de un amo por parte de Marcus. La acción del Dovahkiin fue vista por Marcus, el cual solo le sonrió.
"Tranquilo, no necesitas saber más. Solo diré que no soy idiota, sé que solo no puedo contra ti, por eso estoy invitando a unos amigos a la fiesta."
Tras aquellas palabras, a espaldas del "exorcista" se abrieron varios portales, por los cuales salieron varias siluetas.
Al verlos llegar, Edzard movió un poco sus hombros y llevo su mano a su espada mientras hablaba con un tono helado. "Espero que sean fuertes, porque de lo contrario, esto será muy fácil..."
Asia vio como los cuerpos de sus amigas eran arrastrados sin ningún cuidado, provocándoles algunas heridas menores por los golpes generados por los pedazos de escombros que había en el camino.
"Sabes, tu reacción a nuestro anterior juego me ha molestado bastante, ya que no gritaste para nada. Así que, como quiero oírte gritar, y llorar, había decidido quemarte un poco con mi sacred gear, pero se me acaba de ocurrir una buena idea… que te parece si… ¡Mato a tus amigas frente a tus ojos!"
Cuando Asia escuchó las palabras de Walburga, vio como esta usó sus cadenas de oscuridad para lanzar a las chicas hacia otro lado, pero no solo eso, sino que, de manera sorpresiva, ella movió su mano e hizo que un círculo mágico apareciera bajo el cuerpo de Asia. De este círculo aparecieron varias cadenas de oscuridad, las cuales la atraparon, dejándola completamente inmóvil.
"¡¿Realmente pensaste que no me daría cuenta de que estas planeando atacarme cuando la gravedad del lugar vuelva a la normalidad?! ¡No creas que soy estúpida, niña!" Gritó Walburga mientras creaba una gran cruz de fuego sagrado, cuyo interior era hueco.
La cruz de fuego había sido creada alrededor de las chicas que conformaban el grupo de Edzard, colocándolas en una trampa mortal.
"Detente..." susurró Asia al ver como el fuego se acercaba a sus amigas, las cuales estaban amontonadas en el interior de aquella cruz, cuya circunferencia se iba cerrando con cada segundo que pasaba. "¡Detente!"
El grito de Asia provocó que Walburga comenzara a reír de manera desquiciada.
"¡Si, me gusta esa expresión que haces! ¡Llora! ¡Ruega que no las mate!"
Asia veía como las llamas se acercaban a sus amigas de forma tan enfocada que demoró un par de segundos de percatarse que el hechizo Gravisfera se había acabado. Al momento en que la mente de la esposa de Edzard se percató de aquello, rápidamente intentó liberarse, pero debido a las heridas que tenía y la baja cantidad de Magicka y resistencia que le quedaba, ella no pudo liberarse, no solo eso, si no que debido a que las cadenas la inmovilizaban de manera total, ella estaba impotente ante lo que sería una gran desgracia.
'No… ¡No puede terminar así! ¡No puedo dejar que termine así!' pensó Asia mientras lágrimas de impotencia comenzaban a formarse en sus ojos. El corazón de la exmonja comenzó a sentirse pesado mientras su mente pensaba que podría hacer, pero no podía hacer nada. Sin embargo, pese a que sabía que no podía hacer nada, ella no se rindió, sino que, mordiéndose el labio hasta hacerlo sangrar, ella hizo que el dolor la hiciera enfocarse para poder tratar de liberarse de estas cadenas. Usando su fuerza, Asia comenzó a tratar de romper nuevamente esas cadenas con fuerza bruta, al menos si no podía liberarse, ella planeaba quedar en una posición que le permite usar el poco Magicka que le quedaba para tratar de salvarlas de alguna manera. Mientras ella hacia eso, no se percató de que su espalda comenzó a brillar levemente, pues el tatuaje mágico que se había hecho antes de dejar Aurbis comenzó a brillar, provocando que pequeñas llamas doradas surgieran de allí.
Las llamas doradas comenzaron a recorrer el cuerpo de Asia, curando lentamente sus heridas. Las llamas eran la manifestación de la habilidad «evadir muerte», la cual debido a la fisionomía única como hibrida que poseía Asia, se manifestaba como pequeñas llamas. Sin embargo, eso no fue todo lo que paso, pues mientras se curaba, la fuerza de Asia comenzó a regresar, hasta el punto en que, tras percatarse, logró moverse lo suficiente como para lograr meter su mano en su bolsa trasera.
Cuando la mano Asia tomó lo que buscaba, rápidamente lo sacó de la manera más rápida y segura, pues si eso se caía, era el fin de todo. Cuando finalmente la tuvo cerca, ella rápidamente desenvolvió la cuerda que ataba el objeto, pues este era un pergamino, el cual había sido un regalo de bodas de la que podría ser considerada su primera amiga en Nirm, Cindiri Arano. Cuando lo recibió, ella no sabía que era, por lo que le preguntó a su antigua mentora, Collete, si podía decirle que era este pergamino. Les tomó algo de tiempo y de estudio, pero al final, descubrieron que era. El pergamino era un objeto creado durante la tercera era y se llamaba «Scroll of the Argent Glow» y contenía un potente hechizo que le serviría mucho en este momento.
Colocando el pergamino en una de sus manos, Asia lo lanzó al aire y mientras el pergamino volaba, este se desenvolvía y cuando cayó frente a los ojos de Asia, esta rápidamente vio que había en su interior.
"¡INVOCA RÁPIDA Y SABIAMENTE!" Gritó Asia las palabras que eran el último párrafo de los escritos que estaban en el pergamino. Aquel pergamino era diferente a los que se creaban en la Cuarta Era, pues era necesario que se sepa algo de escritura daedrica, ya que estaban escritos en ese idioma. El hechizo dentro del pergamino era uno que sanaba, y regeneraba Magicka y estamina.
El gritó de Asia sorprendió a Walburga, la cual dejó de reír cuando la oyó. Inicialmente la maga sentía confusión por las palabras que gritó Asia. Sin embargo, esa confusión se convirtió en preocupación y posteriormente en pánico cuando vio como las cadenas de oscuridad que retenían a Asia se resquebrajaban gracias a las llamas doradas que estaban rodeando a Asia. Así que, presa del pánico, la maga de Hexennacht no perdió tiempo y rápidamente lanzó varios hechizos contra Asia, tratando de detenerla.
Al momento en que Asia sintió que era libre, ella rápidamente se levantó y al ver los hechizos llegar, tuvo que pensar en microsegundos para tomar una decisión. Las opciones que tenía eran tres, la primera era esquivar el ataque, la segunda era rechazarlo con la poca magia que le quedaba, finalmente, la tercera era usar en conjunto dos habilidades, las cuales permitirían que ella recuperara parte de su Magicka. dichas habilidades eran «Absorber Magicka», la cual era una habilidad que poseían sus custodias, mientras que la otra era la habilidad que heredó de su sangre bretona, «Piel de dragón». Sabiendo que esa era su mejor opción, se mantuvo firme y levantando su mano izquierda, creó una custodia con la poca Magicka que le quedaba, a la par que activaba su habilidad racial.
Los hechizos de Walburga, los cuales eran bolas de fuego, impactaron en la custodia, provocando varias explosiones, las cuales rodearon a Asia. Si bien una persona normal comenzaría a gritar de dolor gracias a las llamas y las explosiones, para Asia la cosa era distinta. Si bien las llamas y las explosiones le causaban algunas heridas, la verdad era que el dolor recibido era similar al de quemarse un poco con la estufa, algo que para ella era soportable.
La mirada de Walburga estaba fija en las explosiones que rodeaban a Asia, manteniendo su mirada fija y su sacred gear preparado para cualquier cosa, pues podría necesitar lanzar llamas sagradas pronto. Sus ojos se mantuvieron fijos en el lugar, en especial cuando las explosiones cesaron y llenaron el lugar con humo, provocándole algo de preocupación. Sin embargo, se vio sorprendida cuando de la nada, una media luna de color dorado surgió del humo, disipándolo, y siguiendo su camino hacia ella.
Al ver el ataque llegar, la maga de Hexennacht rápidamente movió su mano y creó una enorme bola de fuego sagrado, la cual se dirigió hacia el ataque entrante. Los dos ataques siguieron sus respectivos caminos a gran velocidad y terminaron impactando, generando una gran explosión que sacudión un poco el lugar.
"Maldita mocosa." gruñó Walburga cuando se dio cuenta de que la esposa de su objetivo había recuperado parte de su poder. Aquello la dejaba en un pequeño lio, uno que podría hacer peligrar su vida. Sin embargo, aún tenía una carta, por lo que mirando hacia donde estaban las otras mujeres, rápidamente hizo que la velocidad con la que su cruz se cerraba aumentará, pues le mostraría a esa mocosa el terror de ver como sus amigas eran convertidas en cenizas.
Los ojos de Asia dejaron de ver a Walburga cuando esta miró a sus amigas, así que intuyendo lo que vendría, Asia se preparó para hacer algo, pero pese a que por fuera estaba mostrando un semblante serio, ella estaba preocupada, pues no sabía si su poder actual podría hacer algo contra las llamas del sacred gear de Walburga. Sin embargo, antes de que siquiera pudiese mover un dedo, escuchó una voz en su mente.
'Ummm… parece que el Único tenía razón… parece que necesitas ayuda, así que se agradecida, niña. Muy pocos mortales reciben el honor de usar las llamas del dios dragón del tiempo.'
Las palabras que ronzaron en la mente de Asia la confundieron, pero no tanto como las lenguas de fuego de color dorado brillante que surgieron de sus dedos. La confusión hizo que Asia no supiera que hacer en ese momento, pero antes de que perdiera más tiempo, la voz volvió a hablar.
'Parece que no comprendes lo que sucede y por mucho que, quisiera explicarte todo adecuadamente, no tengo tiempo. Así que solo te diré, usa lo que en ese mundo llaman Balance Breaker, niña. Úsalo pronto, ya que de otra manera ellas morirán.'
Aun sintiéndose confundida por el hecho de volver a tener una voz hablando directamente a su mente, pero sabiendo que no tenía tiempo para dudar, Asia tomó una gran bocanada de aire antes de gritar. "¡Balance Breaker!"
Al momento en que ella gritó esas palabras, su cuerpo fue envuelto por una luz dorada, la cual cegó a Walburga, provocando que perdiera por un instante el control de la cruz que había creado, ralentizándola. Cuando la luz se extinguió, los ojos de la maga de Hexennacht se abrieron con sorpresa, pues ante ella, estaba Asia vistiendo una armadura muy diferente a la anterior.
La nueva forma del balance breaker de Asia era una túnica blanca de manga larga con pantalones marrones claros, por encima de los pantalones había un faldón negro, el cual estaba cortado de ambos lados de sus piernas. Dicho faldón tenía un bordado en gris, el cual era una corona siendo atravesada por una espada. Por encima de esta ropa había una nueva armadura, la cual era de color negra con los bordes de cada pieza en dorado. La armadura estaba compuesta por una coraza, hombreras, codales, brazales, guanteletes, y grebas. La armadura era sobria y elegante, abrazando el cuerpo de Asia de tal manera que estilizaba su figura. En su cabeza, la otrora tiara con cuernos había dado paso a una elegante corona dorada, la cual tenía la forma de una láurea dorada decorada con gemas verdes, las cuales tenían forma de estrellas. La corona no descansaba directamente sobre el cabello de Asia, no, esta descansaba sobre un velo negro, el cual tenía colgando gemas blancas que brillaban como pequeñas estrellas. Finalmente, el último gran cambio en su balance breaker fueron los tres pares de alas de magia multicolor que se movían suavemente en su espalda. Aquellas alas eran como las que tenían los ángeles.
Los ojos de Asia estaban abiertos como platos al ver su nueva armadura, en especial al sentir sus alas, ya que era algo raro, era como tener un par de extremidades nuevas. Sin embargo, esa sensación no fue lo único que sintió, pues se dio cuenta de que era más poderosa que antes, que tanto, no podía precisarlo, pero tendría la oportunidad de comprobarlo dentro de poco.
Levantando la mirada, vio que sus amigas aun estaban en peligro, por lo que, mirando la cruz de fuego, movió su mano y se preparó para crear un círculo mágico para tratar de salvar a sus amigas. Sin embargo, cuando estuvo por lanzar un hechizo, aquella voz volvió a hablar, dándole instrucciones para un hechizo. Por ello, cargando una parte de su Magicka en la mano extendida, Asia desató el hechizo.
Ante la completa mirada de asombro de Asia, un enorme torrente de llamas doradas surgió de su mano, acercándose rápidamente a la cruz de fuego que amenazaba a sus amigas. Cuando el hechizo de Asia impactó en la cruz, rápidamente comenzó a luchar contra las llamas sagradas purpuras y para total asombro de Asia y de Walburga, las llamas doradas se extinguieron junto con las llamas purpuras.
Los ojos de ambas, tanto Asia como Walburga, estaban abiertos, ambas con el mismo sentimiento, sorpresa. La maga estaba sorprendida de que su fuego sagrado, el cual era muy poderoso haya sido barrido por unas llamas doradas que se suponía no debían de ser más poderosas, pues no tenían el mismo sentimiento que las llamas que generaba su sacred gear. Por su parte, Asia estaba sorprendida de ver que esas llamas habían podido salvar a sus amigas, haciéndole frente a llamas sagradas muy poderosas.
Si bien ambas estaban sorprendidas, Asia logró salir rápidamente de su sorpresa y sin perder tiempo, se movió hacia donde estaban sus amigas. Mientras corría, se vio forzada a moverse en zigzag, pues Walburga, la cual, tambien había salido de su sorpresa, comenzó a lanzar hechizos para detener a Asia. Sin embargo, al ver que sus esfuerzos eran inútiles, Walburga apuntó a las amigas de Asia y se preparó para atacarlas, pero no pudo hacerlo, pues Asia le lanzó una guadaña de viento, la cual provocó que Walburga tuviese que moverse, por lo que no pudo atacar.
El ataque de Asia fue fundamental para que ella lograra llegar donde sus amigas. Al estar a su lado, comenzó a examinarlas y logró ver que ninguna tenía heridas letales. Aquello hizo que ella entendiera porque no fueron teletransportados de emergencia al palacio. Asi que, sabiendo que ellas ahora mismo eran un blanco fácil y que gracias a su estado actual no podía protegerlas con su aura, ella tomó la moneda de Ingvild, la cual fue la que más cerca estaba, y la quebró…. Sin embargo, no paso nada.
Al ver aquello, Asia se preocupó, pues su plan era el de sacar a las chicas de este lugar, pero al parecer las monedas estaban fallando. Asi que, sabiendo que en su estado actual ellas estaban muy vulnerables, comenzó a pensar rápidamente en cómo mantenerlas a salvo. Al final, por las prisas solo pudo pensar en una cosa, por lo que, sacando una piedra de enfoque, activo una barrera esferoide, la cual cubrió a las chicas por completo.
Cuando vio que sus amigas estaban lo mejor protegidas que podían en este momento, Asia giró y se asombró al ver como una enorme bola de fuego purpura se acercaba a ella a velocidades vertiginosas. El ataque estaba tan cerca que no podría contratacar, por lo que moviendo de manera inconsciente las alas que tenía su balance breaker, se elevó de manera abrupta, esquivando el ataque, el cual explotó cuando impactó con una pared.
Tras esquivar el ataque, Asia miró al frente y se encontró cara a cara con Walburga.
"No creas que por despertar una nueva versión de tu balance breaker puedes derrotarme, mocosa." gruñó con ira muy mal contenida Walburga.
"Eso lo averiguaremos." Respondió Asia mientras apretaba el agarre en su espada. "Atacaste a mis amigas, sacrificaste las almas de personas para alimentar tu poder, y lo peor de todo, te atreviste a secuestrar a mi hija…. ¡No creas que dejaras este lugar convida, maldita hija de perra!"
El gritó de Asia contenía toda la ira que había acumulado por los sucesos actuales y provocó que la maga de Hexennacht sintiera un escalofrío recorrer su espalda. Tras ese gritó, Asia movió sus nuevas alas y con gran velocidad, se lanzó contra la maga, dispuesta a castigarla por todo el dolor que le había causado a ella, a sus amigas y, sobre todo, por el sufrimiento por el que su hija debe de estar pasando.
El otrora hermoso y tranquilo paisaje montañoso de una parte de la china occidental se vio completamente interrumpido y destrozado por un enorme circulo mágico y los ciento de explosiones que llenaban el lugar. Dichas explosiones eran el producto del ataque de los magos de Nilhrem, los cuales estaban atacando al equipo de Vali.
[Divide] [Divide] [Divide] [Divide] [Divide] [Divide]
La voz de Albión resonó en el aire, dividiendo el poder de varios de los ataques de los diversos magos, los cuales estaban atacando con casi todo lo que tenían al equipo del medio demonio con solo una misión, la de capturar a Ophis, la cual estaba bajo la protección de Vali.
[Estos magos siguen apareciendo como moscas]
"Si." Respondió Vali, el cual estaba en su balance breaker. Tras aquellas palabras, el joven rápidamente comenzó a volar y usando su gran velocidad, comenzó a navegar entre todos los magos, destrozando con sus golpes a varios de estos.
A la par que Vali mataba a diestra y siniestra a todo mago que se cruzaba en su camino, uno de sus compañeros hacia lo mismo. Bikou luchaba usando sus habilidades de youkai para derrotar a todo enemigo que se cruzase en su camino.
"¡Ja, ja, ja! ¡Vamos, intenten atraparme!" gritó Bikou mientras volaba sobre una nube dorada, esquivando los hechizos elementales de los magos. Tras esquivar varios ataques, el joven mono youkai usó su báculo y con un rápido movimiento, este aumento su tamaño a varios metros. Con el nuevo tamaño de su bastón, el descendiente del primer rey mono hizo un barrido lateral, llevándose con aquel movimiento a varios de sus enemigos, los cuales debido a la fuerza del ataque terminaron por ser enviados al suelo, creando varios cráteres al impactar.
"Je, eso fue fácil. Sin embargo, aún quedan más." dijo Bikou con una sonrisa para comenzar a volar hacia donde estaban el resto de los magos.
Mientras Bikou luchaba en el aire junto con Vali, en el suelo otros dos combatientes luchaban. Uno de ellos era Arthur, el cual se movía por el terreno escarpado de la zona, esquivando todos los ataques enemigos que amenazaban con impactarle. El heredero de la Casa Pendragon, se movía grácilmente y cuando vio que sus enemigos estaban en un buen ángulo de ataque, rápidamente se movió y usando una piedra como plataforma, dio un gran salto. Cuando estuvo en el aire, Arthur desató el poder de su espada sagrada Caliburn, desatando una explosión de poder sagrado que arrasó con una más que considerable cantidad de magos enemigos.
"Este lado está limpio… ¿cómo te va kuroka?" preguntó Arthur, mirando hacia un lado por un momento, observando a su compañera luchar contra otra gran parte de los magos que los invadían.
"Muy bien, ~nya." dijo la gata con una sonrisa.
"Si puedo verlo." dijo Arthur al ver como una gran cantidad de los magos estaban muertos en el suelo, esto gracias a la niebla venenosa que había creado Kuroka.
La nekoshou solo sonrió, para luego lanzar una bola de senjutsu hacia un extremo, creando una explosión que terminó por eliminar a varios magos enemigos.
"Son numerosos, pero nada poderosos ~nya." dijo Kuroka mientras entrecerraba los ojos mientras veía como cientos de magos aparecían gracias al círculo mágico que estaba en el cielo.
"Si. No dejan de aparecer." comentó Vali, el cual descendió hasta estar al lado de Kuroka y Arthur, el cual se había acercado a la nekomata cuando esta disipó la niebla venenosa.
"¿Por qué crees que nos estén atacando?" preguntó Arthur.
"Tengo una conjetura, he estado oyendo algunos rumores, pero nada confirmado." respondió Vali mientras miraba a los magos. El medio demonio miraba a los magos con algo de decepción, pues no eran rivales que hicieron que su sangre se acelerara. "Si queremos saber que pasa, tendremos que-"
Las palabras de Vali fueron interrumpidas cuando de la nada una lanza dorada surcó los cielos hasta impactar en el circulo mágico que allí estaba. Ante la mirada de todos, dicho circulo mágico explotó en cientos de pedazos para luego dar paso a una lluvia de fuego dorado, el cual cayó en forma de bolas de fuego. Las bolas de fuego comenzaron a masacrar a todos los magos que estaban volando por debajo del lugar donde otrora estuvo el circulo mágico.
Los gritos de cientos de personas siendo quemadas hasta morir y el hedor de la carne carbonizada se hizo presente, provocando algo de incomodidad en los presentes.
"¿Que mierda acaba de pasar?" preguntó Bikou, el cual había tenido que descender hacia donde estaban sus compañeros para evitar ser alcanzado por el ataque.
"Acabo de eliminar una plaga." Respondió una voz a espaldas de todos.
Al momento en que todos lo oyeron, giraron las cabezas hacia atrás, observando al dueño de la voz.
"Zakir…" susurró Vali al ver al zorro humanoide llegar.
"Parece que ha estado pasando algo divertido por aquí. ¿Podrían decirme que ha sucedido?"
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y el capítulo 63 ya está listo XD
Wow… solo diré que este capítulo ha sido difícil por razones de tiempo. Aun así, creo que me ha quedado bien.
Con respecto al capítulo, vemos que el Dovahkiin esta peleando con Marcus, demostrando quien es mas fuerte. Para Asia, se me había ocurrido una escena más oscura en la batalla, casi rayando un tema algo polémico, pero al final no tuve el estomago para escribirlo. Sobre su nuevo balance breaker, digamos que explicare algo que tiene que ver con este mas adelante y la razón por la que es diferente con la versión del Canon.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
