Maratón (1/3)
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Capítulo 69
— Nunca he entendido de todo a los mortales, Dovahkiin… no entiendo como intentan remendar errores para reconstruir sus lazos… —
Nocturnal a Edzard en el pozo de Ébano.
Los nervios de Asia estaban a flor de piel mientras se encontraba parada a las afueras de la habitación donde estaban sus amigas. El sol se ocultaba en el horizonte, indicando que el día estaba llegando a su fin. Habían pasado unas pocas horas desde que ella se había reencontrado con sus padres y ahora se encontraba frente a la puerta que la llevaría a donde estaban sus amigas, las cuales habían despertado hace una hora.
'Vamos Asia… tranquilízate… Respira… Uno… dos… uno… dos…' pensó Asia mientras se llevaba una mano al pecho y comenzaba a respirar, intentando de esa manera tranquilizarse. Al sentir que su corazón volvía a la normalidad, Asia extendió la mano y abrió la puerta.
La puerta hizo un sonido chirriante al abrirse, permitiendo ver el interior. Dentro de la habitación se podían ver a todas las chicas, reunidas allí, todas sentadas en sillas. La habitación no pertenecía al ala médica del castillo, sino que era la sala común donde solían reunirse todas para descansar cada día tras los entrenamientos.
Las chicas estaban reunidas, conversando entre ellas, sonriendo, olvidando por un momento lo que había pasado. Al ver ese ambiente, Asia sintió aprehensión, pues no sabía cómo ingresar y hablar con ellas. El miedo que había comenzado a sentir provocó que ella sintiera la necesidad de irse. Lamentablemente, antes de que pudiera siquiera dar un paso hacia atrás, Valerie la miró.
"¿Asia…?" preguntó la Dhampir al ver a su amiga.
Al oír su nombre, Asia se quedó paralizada, incapaz de mirar a sus amigas a los ojos.
La reacción de Asia provocó que las chicas se miraran entre sí, haciendo que el ambiente se volviera pesado. Este ambiente duró un buen rato, provocando que todos los presentes se sintieran muy incómodos.
El ambiente era tal que ninguna persona podía decir algo. Asia se sentía mal por lo que había pasado y el resto de las chicas no sabían cómo abordar este tema con Asia… o al menos eso fue así por un tiempo, hasta que alguien no pudo soportar más el tenso ambiente.
"¡A la mierda! ¡Ya tuve suficiente de esto!" gritó Mittelt, levantándose abruptamente de su silla.
Tras ello, el ángel caído no perdió un solo segundo y, moviéndose, se acercó a Asia y la tomó de la mano.
"Mitte-"
El intento de hablar de Asia fue interrumpido cuando Mittelt la jaló de manera brusca, arrastrándola hasta donde estaban reunidas todas las chicas.
"Bien… empecemos con esto." Dijo Mittelt.
En el momento en que Asia estuvo en medio de todas sus amigas, se quedó quieta y siguió evitando mirarlas, prefiriendo mirar al suelo. Hizo esto por un par de segundos, hasta que finalmente, ella misma se hartó de esto. Levantando la mirada, abrió la boca y comenzó lo que debería haber empezado esto, con una disculpa… sin embargo, no pudo hablar.
"¡Asia!" fue el grito que soltaron todas las chicas, lanzándose contra ella, abrazándola fuertemente.
La acción de todas las chicas, excepto Mittelt, que solo miraba al resto mientras soltaba un suspiro, provocó que Asia tropezara y todas terminaran cayendo al suelo. A pesar de que fue una caída abrupta, ninguna de las chicas sintió dolor, pues sus mentes estaban más centradas en otras cosas.
"Q-q-qué bueno que estás bien…" susurró Aika con alegría, mientras pequeñas lágrimas se formaban en sus ojos.
"Aika tiene razón, es bueno verte bien." Fueron las palabras que dijo Valerie, una de las más cercanas a Asia.
El resto de las chicas también dijeron lo mismo, cada una con sus peculiaridades, incluso Mittelt, que solo las había estado mirando de cerca, también dijo algunas palabras.
Las palabras de sus amigas llegaron hasta el corazón de Asia, provocando que esta comenzara a sollozar, mientras se disculpaba una y otra vez con ellas.
"Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento… Lo siento…" Eran las únicas palabras que salían de la boca de Asia. Aquellas palabras contenían todo el arrepentimiento y la culpa que ella sentía por lo que había ocurrido al final de la misión. Este intento de disculparse, porque eso era en esencia, era lo que su madre le había dicho que debía hacer en un inicio. El tema que ella había querido tratar con su madre era cómo podría recuperar la relación que tenía con sus amigas, y la respuesta que ella le había dado era simple y sencilla…
«…Pide disculpas y explícales todo, ellas entenderán que no fue tu culpa, que todo fue gracias a ese hechizo del que fuiste víctima… después de eso, comienza nuevamente a construir tu amistad con ellas…»
Las lágrimas de Asia provocaron que sus amigas la miraran y sonrieran de manera reconfortante, tratando de calmarla, al mismo tiempo que le decían que no la culpaban de nada, pues se dieron cuenta de que algo había pasado con ella para comportarse de esa manera.
El sollozo de Asia duró varios minutos, hasta que finalmente logró calmarse, tras lo cual, todas se sentaron.
"Entonces… ¿Qué sucedió exactamente, Asia?" preguntó Rossweisse, quien había decidido ser la voz que guiaría la conversación.
"Sí, qué rayos pasó allí. Te volviste una berserker muy descontrolada." Comentó Mittelt, que estaba sentada al lado de Lint.
Al oír la pregunta de la valquiria, Asia soltó un suspiro y comenzó a narrar lo que había pasado, o mejor dicho, a narrar lo que había vivido. No hace falta mucha imaginación para saber que cada palabra que Asia decía provocaba que las chicas se estremecieran cada vez más, pues se dieron cuenta de que aquello no había sido culpa de Asia, aunque eso no les importaba en absoluto, ya que nunca la culparon de nada de lo que ocurrió.
Cuando Asia terminó de contar lo que había pasado, el ambiente se puso tenso, pues las chicas estaban en shock, al darse cuenta de la resistencia mental que tenía Asia para poder soportar algo así. Esto se debía a que ellas sentían que tal vez no podrían salir de una situación así, lo que las llevó a pensar en cómo podrían contrarrestar que algo así pasara en el futuro. Aquel pensamiento les hizo pensar inmediatamente que seguramente Edzard ya estaba buscando una forma de prevenir que eso volviera a pasar… Fue en ese momento cuando recordaron que Edzard había aparecido al final de la batalla de ellas contra Asia.
"Oye, Asia." Dijo Aika, llamando la atención de Asia. "¿Fue una ilusión, o me pareció ver que Edzard y el ORC habían llegado cuando estábamos a punto de desmayarnos?"
La pregunta de Aika hizo que todas las chicas miraran a Asia, preguntándole con la mirada si era verdad o si era una ilusión provocada por su cansancio.
Al oírla, Asia sonrió y respondió: "Sí, Ed apareció al final."
Tras esa breve respuesta, ella procedió a contarles lo que Edzard le había dicho sobre lo que había pasado, narrándoles también lo que había sucedido en su batalla contra Marcus. La revelación de la creación de híbridos artificiales heló a las chicas, especialmente cuando Asia mencionó de manera superficial cómo se creaban, provocando que varias se pusieran pálidas. Sin embargo, fue en el instante posterior a que ella terminó de contar lo que había pasado que Ingvild hizo una pregunta.
"Asia… ¿Dónde estuvo Edzard todo este tiempo?"
La pregunta del medio demonio hizo que todas se dieran cuenta de que no sabían por qué Edzard no había estado, lo que les hizo sentir curiosidad por ello.
"Sí, ¿Qué estuvo haciendo que fue más importante que estar disponible para ayudar con el rescate de Marie?" preguntó Mittelt con un tono de voz que implicaba molestia.
Al oír esta pregunta, Asia se sintió en un callejón sin salida, pues no sabía cómo decirles todo lo que pasaba, aun así, decidió decirles todo de manera rápida, por lo que habló de manera seria y directa.
"Ed estaba en el inframundo, en el territorio de Hades."
"¡¿Qué?!" fue el grito colectivo de todas, las cuales tenían los ojos abiertos como platos al darse cuenta de que Edzard había estado en el territorio de un Dios.
"¿E-e-estás segura?" preguntó con algo de pánico Rossweisse, la cual era consciente del poder de Hades, pues ella sabía los nombres de los seres que estaban en el Top diez de los seres más fuertes de este mundo.
"Sí… él mismo me lo dijo… pero no solo eso. Cuando estuvo allí descubrió dos cosas importantes…" dijo Asia, provocando expectación en sus amigas.
"¿Qué cosas?" preguntó Valerie con cierta curiosidad.
"La primera… encontró un laboratorio secreto donde en su interior se encontraba la madre de los demonios…"
Tras las palabras de Asia todo el lugar quedó en silencio sepulcral, pues las mentes de las chicas estaban tratando de comprender lo que habían oído. Tras varios segundos, el silencio fue roto cuando Lint habló.
"¿E-e-encontraron a Lilith…?" Preguntó el ángel reencarnado, la cual estaba en tal estado de shock que no pudo siquiera gritar de la sorpresa.
"Sí, pero no solo a ella… resulta que él fue a ese lugar por petición de Zakir, quien le pidió su ayuda para buscar algo…"
"¿Qué cosa?" preguntó Ingvild, la cual era la que más sorprendida estaba por lo que acababa de escuchar, ya que, al ser un medio demonio, ella era consciente de la noticia del encuentro de Lilith.
Al oír la pregunta de su amiga, Asia dudó un segundo en responder, pues no sabía cómo explicar que sus padres estaban vivos, pero tras pensar unos segundos, decidió decirlo. Así que, abriendo la boca, Asia soltó la que sería la segunda gran noticia del día.
"Bueno…. Verán…. Esto… Ed encontró a mis padres…"
Después de decir aquellas palabras, Asia vio cómo los ojos de sus amigas se abrían como platos, pero no reaccionaban, sino que se quedaban como piedras. Esta situación le preocupó, pero antes de que pudiera decirles algo, ellas estallaron en gritos.
"¡¿Qué?!" fue el primer grito colectivo de todas, para luego dar paso a gritos más individuales de cada una.
"¡¿Cómo que tus padres están vivos?!" preguntó Aika, agarrando las manos de Asia. "¡¿Cómo están?!"
"¡¿Qué hacían en el territorio de Hades?!" preguntó Mittelt, la cual estaba aún un poco pálida.
"¡¿Cómo es que Ed logró sacarlos de allí?!" preguntó Valerie con mucha preocupación en su voz, pues esperaba que no hubiera habido una pelea muy seria allí.
"¡¿Podremos conocer a tus padres pronto?!" preguntó Ingvild, la cual mostraba una sonrisa, esperando conocer a los padres de su amiga.
"¡¿Cómo se han tomado tu matrimonio con Edzard?!" preguntó Rossweisse, la cual quería saber cómo es que los padres de Asia se habían tomado el hecho de la poligamia, ya que, si ella quería estar con Edzard, ellos podrían ser un impedimento.
Después de soltar sus preguntas, las chicas se quedaron en silencio, expectantes a la respuesta que Asia les daría. Asia, por su parte, estaba completamente sorprendida por la avalancha de preguntas, pero al final terminó sonriendo antes de responder.
"Je, je…" sonrió de manera algo discreta Asia, para luego suspirar y mirar a sus amigas. "Les responderé en el orden en que escuché sus preguntas, ¿vale?"
La respuesta que sus amigas le dieron fue un asentimiento.
"Bien, entonces, primero… sí, ellos están vivos y actualmente están bien, pasaron por algunos problemas, por eso Ed no pudo llegar antes, pero ya están bien de salud. Segundo, aún no lo sé bien, Ed no me ha contado todo, cuando iba a hacerlo, ellos despertaron y fuimos a verlos, después de eso, estuve conversando con mi madre y Ed se llevó a mi padre a ver a mi suegra. Tercero, Ed aún no me dice todo sobre cómo los sacó de allí, pero dice que lo hará más tarde, con todos presentes. Cuarto, sí, podrán conocerlos pronto, de hecho, mi padre quiere conocerlas. Finalmente, lo de mi matrimonio, bueno, se lo tomaron bien, pero si preguntas sobre el concubinato… bueno, digamos que en un principio parece que quisieron golpear a Edzard, pero al final, tras explicarles todo, decidieron que no tenían ni voz ni voto en esto, pues por mucho que les doliera, yo ya era casi una adulta, la cual tenía la capacidad de decidir sobre su propio destino y futuro familiar."
La última respuesta de Asia fue acompañada por una mirada directa a Ingvild y a Rossweisse, las cuales sintieron que su corazón se salía de sus cuerpos, esto gracias a que sus latidos aumentaron de intensidad enormemente. Esto se debía a que ellas sintieron que Asia les estaba diciendo que no habría problemas si ellas aún deseaban ser las concubinas de Edzard.
Las mentes de las dos chicas se llenaron de imágenes de aquel posible evento, pues era algo que sabían que pasaría pronto. Esto se debía a la cercana experiencia de muerte que habían sufrido, les hizo darse cuenta de lo mismo que Lint hace un tiempo, este mundo estaba cambiando, volviéndose más peligroso, y esta guerra con los daedras podría terminar con ellas muriendo en cualquier momento. Así que, el golpe de realidad les hizo ver que tenían que vivir su vida al máximo que pudieran, dejando de lado sus temores e inseguridades.
"No puedo perder tiempo…. Tengo que decirle a Asia sobre lo que siento y que quiero unirme a ellos." Fue el pensamiento colectivo de Rossweisse e Ingvild, las cuales comenzaron a pensar en qué día se reunirían con Asia para hablar cada una con ella, para de esa manera decirle cómo se sentían.
"Así que, tus padres aprueban todo esto… La verdad es que no puedo creerlo." Dijo Lint, sorprendida por la forma de pensar de los padres de Asia.
"Yo tampoco, pero parece que es su manera de no imponerse sobre mí ahora que nos hemos visto por primera vez desde que nací."
"Tus padres parecen ser sensatos." señaló Ingvild, quien no pudo evitar comparar a sus propios padres adoptivos con los padres de Asia, dándose cuenta de que tal vez no eran tan diferentes.
"Sí, aunque parecen ser también algo reservados… No me contaron muchas cosas, especialmente lo que sucedió durante mi nacimiento." comentó Asia, bajando un poco la mirada, pues se sentía un poco triste por ello, ya que quería saber sobre lo que había ocurrido ese día.
Al verla decaída, Aika movió su mano y la colocó en el hombro de Asia, dándole así una muestra de confort. Aquella acción de Aika provocó que Asia sonriera, contenta por el apoyo de su amiga.
"Supongo que tendrán sus razones y que más adelante te lo dirán." señaló Rossweisse, poniendo una sonrisa para animar un poco a Asia.
"Sí, seguro es eso…"
Tras aquellas palabras de Asia, la conversación de las chicas dio un giro, dirigiéndose ahora hacia Marie, pues las chicas querían saber cómo se encontraba. La respuesta de Asia fue simple, diciéndoles que estaba bien, ya que solo estaba inconsciente debido al agotamiento, algo que se le pasaría en unos días como máximo.
"Así que tres días como máximo… eso es bueno." dijo Lint, soltando un suspiro de alivio, ya que desde que habían despertado todas habían estado preocupadas por Asia y por Marie. Por lo tanto, saber que ambas estaban bien, las tranquilizó mucho.
"Sí, aunque me temo que esto hubiera terminado aún peor de no ser por la intervención de Kunou-chan, Rias-san y los miembros del ORC."
"Sí… sobre eso, quiero saber algo." habló Aika, llamando la atención de todas. "¿Fue idea mía o los padres de Hyoudou estaban allí también?"
La pregunta de Aika hizo que todas recordaran que habían visto a los padres de Issei ser cargados por Kiba e Issei.
"Sí, ellos también estaban allí." respondió Asia, para luego comenzar a contar todo lo que había aprendido de lo que había pasado allí. Contó que al parecer los padres de Issei habían sido capturados como una forma de hacer que Edzard e Issei se enfrentaran, obligando al Sekiryuutei a luchar contra su amigo para evitar que sus padres murieran, todo esto hecho para debilitar a Edzard, pues era más que obvio que él no lucharía contra su amigo.
Al oír la respuesta de Asia, las chicas apretaron los puños, pues confirmaron que sus enemigos no tenían moralidad y que no escatimarían en sus actos para lograr sus fines.
"No puedo creer que hayan involucrado a humanos que no tienen nada que ver con lo sobrenatural en esto." comentó Valerie, la cual sentía molestia al oír cómo habían intentado usar a "civiles" para atacarlos.
"Estamos hablando de terroristas, Val… ellos no son personas morales", señaló Mittelt con un gruñido al mencionar la moralidad.
"No fueron los miembros de la Khaos Brigade los que planearon esto." dijo Asia, llamando la atención de todos.
"¿Qué?" preguntó Rossweisse, siendo esta la pregunta que todas tenían en sus mentes.
"Parece que fue Marcus, o mejor dicho, su jefe quien hizo todo esto."
La respuesta de Asia provocó que las chicas se preguntaran quién era este supuesto jefe, siendo Valerie quien le preguntó.
"Parece ser que los que están detrás de esto son Rizevim Lucifer y Euclid Lucifuge…" respondió Asia.
La mención del nombre del hijo del Lucifer original provocó que un escalofrío recorriera el cuerpo de quienes sabían sobre él, en especial de Valerie, quien recordó que su hermano había planeado entregarla a ellos para que la usaran en algún plan.
"El hijo de Lucifer… así que…"
"Sí, es más que obvio que está aliado con algún daedra, o al menos eso piensa Ed." habló Asia, interrumpiendo a Mittelt.
"Maldita sea, parece que todos nuestros enemigos están aliados con daedras." comentó Ingvild, ganándose una mirada de asombro por parte de sus amigas, lo que provocó que ella se sintiera abrumada por eso. "¿P-p-por qué me ven así?"
"Es que has dicho una grosería y tú no sueles hacerlo…" respondió Aika, cuyas palabras fueron seguidas por asentimientos de las otras chicas, incluida Asia.
Al oír la razón por la que la miraban, el rostro de Ingvild se sonrojó, pues se avergonzó hasta el punto de que al intentar excusarse, solo salieron tartamudeos de su boca. "E-e-esto… y-y-y-yo…"
"Tranquila, no te estamos juzgando, solo nos sorprendiste." dijo Aika, quien decidió hablar para salvar a Ingvild de este momento bochornoso. "Pero te entendemos, nosotras también diríamos palabrotas, esta situación solo está escalando cada vez más…"
"Sí, pero por fortuna, parece que los ataques cesarán por un período de seis meses." dijo Asia con una sonrisa, provocando que los ojos de las chicas se abrieran nuevamente.
"Asia… ¿Q-q-qué acabas de decir?" preguntó aún en estado de shock Mittelt, quien miró a su amiga con los ojos abiertos como platos.
"Que al parecer no habrá invasiones daedricas por al menos seis meses." dijo Asia con una sonrisa de oreja a oreja, la cual desapareció un segundo después, ya que recordó que no les había dicho nada de esto a las chicas, ya que solo había dicho fragmentos de información. Al darse cuenta de ello, miró a sus amigas y se sorprendió al ver que todas tenían las miradas oscurecidas, provocando que ella se asustara un poco. "C-c-c-chicas…"
Un segundo después de que ella dijera eso, Asia tuvo que cubrirse los oídos, pues las chicas gritaron al unísono.
"¡¿Cómo se te olvidó decirnos algo tan importante como esto?!"
Luego de aquel grito, Asia comenzó a recibir sermones de sus amigas, las cuales le pidieron que les contara todo, por lo que tras el sermón, Asia comenzó a contarles de forma más detallada todo lo que su esposo le había contado, desde el encuentro con sus padres, la aparición de Meridia, la lucha con Marcus, el encuentro con Sanguine y con Sheogorath. No hace falta decir que cuando se mencionó la aparición de los príncipes daédricos llegando a este mundo todas las chicas palidecieron y casi se desmayan del shock de saber que de haber querido los príncipes daédricos podrían haber acabado con todos ellos.
"Así que Molag Bal y Mehrunes Dagon han estado luchando entre sí en la tierra, desgastando sus fuerzas hasta el punto en que tendrán que retrasar sus planes unos meses para preparar las verdaderas invasiones… ¿Estoy en lo correcto?" preguntó Valerie con voz seria.
"Sí, así parece." respondió Asia.
"Pero… no entiendo, ¿por qué esos dos príncipes darían información así como así? ¿Acaso no son todos ellos aliados?" preguntó Ingvild con curiosidad sobre lo que pasaba.
"Bueno, la verdad es que no lo sé, pero te diré lo que me dijo Ed…" dijo Asia, para luego toser falsamente y levantando una mano, habló, tratando de imitar la voz de su esposo. "No intentes entender las acciones de los daedras, en especial de los príncipes, ellos solo se mueven según su estado de humor, pueden ayudarte, pero lo hacen no porque les caigas bien, sino porque o bien están aburridos o bien estás peleando contra el príncipe al que detestan… no todos son aliados entre sí, algunos se odian hasta la muerte, por lo que suelen apuñalarse los unos a los otros, siempre tratando de ofuscar los planes de sus rivales."
La respuesta dada por Asia provocó que las chicas la miraran con los ojos en blanco, mientras pensaban. 'Típico de Edzard/Ed/Ed-kun… no explicarse bien sobre estos temas…'
Tras aquel pensamiento, las chicas volvieron a la realidad y comenzaron a hablar de lo que ocurrió aquí.
"Así que, no son aliados y son impredecibles con lo que hacen…. Genial, eso quiere decir que si se encuentran dos ejércitos de dos príncipes, estos se atacarán, ¿verdad?" preguntó Aika, la cual esperaba que eso ocurra siempre, para no tener que ir a misiones tan locas por un buen tiempo.
"En esencia, sí, pero es casi imposible que se topen aleatoriamente, lo más factible es que uno de ellos haya descubierto al otro y lleve a sus aliados para atacar ese lugar."
"Ya veo… bueno, pensemos en otras cosas…" dijo Valerie, llamando así la atención de sus amigas, las cuales asintieron.
"¿Sobre qué hablamos?" preguntó Mittelt, la cual se dejó caer en el sofá, estando algo aburrida.
"Ummm… ¿Qué tal sobre lo que sucedió con los padres de Hyodou?" preguntó Aika, la cual quería saber qué había pasado con ellos.
"Sí, eso sería bueno…. Asia, ¿Qué pasó con ellos?" preguntó Rossweisse, preocupada por los padres de su alumno.
"Ellos están bien, despertaron hace un buen tiempo. Actualmente han regresado a su hogar junto al ORC."
"Ya veo… eso es bueno."
"Sí, aunque creo que volverán aquí en unas semanas o al menos eso espera Ed" comentó Asia, llamando la atención de las chicas.
"Y eso, ¿Por qué?" preguntó Ingvild.
"Ed quiere pagarle a Issei y a Rias su ayuda…. Por eso, quiere ofrecerles algo a ellos. Para Issei es la oportunidad de darles de beber su sangre a sus padres, para darles así la inmortalidad para que puedan estar con él toda la eternidad…"
Al oír el regalo de Edzard, las chicas se sorprendieron, pues no esperaban que Edzard decidiera darle un regalo de esa magnitud a los padres de Issei.
"¿Segura?" preguntó Aika, la cual era la más asombrada, pues no esperaba que Edzard pensara realmente en darles la inmortalidad a los padres de Issei.
"Sí, me lo comentó hace unos momentos… Sobre el resto de los miembros del ORC, aún no sabe, y sobre Kunou, se supone que el cumpleaños de Kunou es el día después del cumpleaños de Marie, pero creemos que no podrían hacerle una gran celebración, esto debido al estado de los Youkai actualmente. Por ello, Ed quiere que se celebren ambos cumpleaños juntos, iniciando el ocho y finalizando el nueve, pero aparte de eso, él quiere darle un regalo especial y hablará con Yasaka sobre eso." respondió Asia con una sonrisa, al tiempo que mencionó el nombre de Yasaka con menos incomodidad que antes, algo que fue notado por sus amigas.
'Asia siempre se ponía algo tensa al hablar o mencionar a la madre de Kunou, pero ahora, eso parece haber cambiado…' fue el pensamiento colectivo de las chicas, las cuales solo sonrieron de manera amistosa.
Tras aquel pensamiento, las chicas comenzaron a preguntarle a Asia sobre cómo sería la fiesta de Marie y Kunou, a lo que Asia respondió que primero quería esperar a que ellas estén despiertas y decirles las noticias antes de hablar de hacer los planes.
Los ojos dorados de Yasaka estaban enfocados en una cama que se encontraba en el ala médica del palacio. La kitsune observaba cómo su hija descansaba en esa cama, conectada a un suero. Junto a su hija estaba Marie, quien también estaba conectada a un suero. Ambas niñas estaban conectadas a los sueros solo como precaución, ya que estaban fuera de cualquier peligro mortal. Se usaban solo para evitar que se deshidrataran hasta que despertaran.
'Según los médicos a mi servicio, Kunou solo tenía una ligera contusión en su garganta, lo que indicaba que había sido sometida a estrangulamiento… maldita sea, no puedo creer que mi hija se haya expuesto tanto… y mucho menos puedo creer que no haya podido hacer nada por ella… de no ser por Edzard, es posible que… es posible que…' pensó Yasaka, comenzando a sentirse ansiosa. El solo pensar en lo que pudo haber pasado si Edzard no llegaba, la llenaba de tal miedo que sintió que sus manos le temblaban. La mente de la kitsune se llenaba de imágenes de la muerte de su pequeña hija, lo que estuvo a punto de hacer que empezara a hiperventilar. Sin embargo, antes de que llegara a ese estado, sintió que alguien ponía una mano en su hombro.
"Yasaka…"
La voz de Edzard resonó, haciendo que la kitsune abriera los ojos, volviendo a la realidad. Al girar el cuerpo, vio a su 'prometido', quien parecía estar de mejor humor de lo que esperaba.
"Edzard…" susurró Yasaka con suavidad, pasando una de las mangas de su kimono por sus ojos para secar las pequeñas lágrimas que se habían formado allí. Cuando terminó de hacerlo, miró al padre de la mejor amiga de su hija, poniendo una sonrisa antes de volver a hablar. "¿Qué te trae por aquí? Pensé que estabas con Asia-san."
"Sí, acabo de hablar con ella y con mis suegros." Respondió Edzard, quien miró a sus hijas.
Al oír la mención de los padres de Asia, la líder de los Youkai de Kioto se sorprendió.
"¿Ya despertaron?"
"Sí, hace unas horas."
"Ya veo. Supongo que Asia-san estará muy contenta de tener a sus padres de regreso." comentó Yasaka, sintiéndose feliz por la joven.
"Sí, lo está… y ambos están deseosos de conocer a su nieta." respondió Edzard con una sonrisa.
"¿Saben lo que ocurrió recientemente?"
"No, por el momento. No pudimos conversar mucho, ya que el resto de las chicas también han despertado. Y lo que tenemos que hablar con ellos es algo que tomará un buen tiempo."
"Entiendo… ¿supongo que esperarás a tener la conversación con ellos hasta que Marie-chan despierte?"
"No, hablaré con ellos mañana. De lo poco que pude ver de ellos, parecen ser personas capaces y necesitamos toda la ayuda posible." respondió Edzard, frunciendo el ceño ligeramente, pues comenzó a pensar en lo que pasaba en el mundo actualmente.
"Seis meses… ¿Crees que de verdad tendremos tanto tiempo?" preguntó Yasaka con algo de esperanza de que sea verdad y que puedan tener ese tiempo, tiempo para que las relaciones florezcan, para que los jóvenes entrenen y para prepararse para defenderse hasta que llegue el momento del contrataque.
"No lo sé… los daedras son imprevisibles, actúan dependiendo de su estado de ánimo. Aunque lo que dijeron Sheogorath y Sanguine puede ser cierto, eso no quiere decir que no podamos sufrir ataques por parte de otros príncipes daedricos durante ese tiempo." respondió Edzard de manera sincera, pues no había razón para mentir.
"¿Otros príncipes daedricos?" preguntó Yasaka con preocupación palpable, llevándose una mano al pecho, sintiendo su corazón acelerarse por la angustia. Esto se debía a que ella había presenciado de primera mano lo que podían hacer los daedras, algo que la había dejado marcada de por vida.
"Sí… me temo que en este tiempo harán valer las alianzas que tienen con otros príncipes, lo que hará que veamos ataques de otros tipos de daedra…" respondió Edzard, apretando los puños con algo de ira e impotencia, pues sabía que muchas aldeas, pueblos e incluso tal vez ciudades serían borradas del mapa y ellos no podrían llegar a tiempo para protegerlos.
"Ahhhh…. Así que el panorama sigue siendo igual de horrible pese a que pensamos que habría meses de paz…." susurró Yasaka, sintiéndose más cansada de lo normal.
"Así parece… pero debemos aprovechar este tiempo para prepararnos…"
Al oír las palabras de Edzard, una sonrisa apareció en el rostro de Yasaka, la cual solo asintió ante las palabras del joven.
Tras esas palabras, ambos se quedaron en un silencio cómodo, el cual permitía oír las suaves respiraciones de las dos niñas. Aunque, si bien dicho silencio era agradable para ambos, Yasaka quería saber por qué Edzard había venido, ya que parecía que no solo había venido a ver a su hija. Afortunadamente, ella no tuvo necesidad de preguntar, pues Edzard se le adelantó y le hizo la pregunta.
"Yasaka… ¿puedo preguntarte algo?"
Al oír la pregunta, Yasaka sonrió y suspiró mentalmente, ya que no sabía cómo hacerle la pregunta anterior sin sonar, ni parecer grosera. Aun así, al oír la pregunta decidió hacerle una pequeña broma.
"Ya la has hecho." respondió Yasaka, sonriendo de manera divertida.
En el momento en que Edzard oyó aquella respuesta parpadeó unos segundos, hasta que finalmente entendió la broma. Aquello hizo que soltara una risita suave, divertido de la broma que Yasaka le había jugado.
"Je, je, je… esa fue buena…" dijo Edzard, dejando de reír, pero aun manteniendo una sonrisa. "Sin embargo, te haré otras preguntas… ¿vale?"
"Claro." respondió Yasaka, también sonriendo.
"Bien… Espero que no te enojes, pero… ¿Qué planeas hacer para el cumpleaños de Kunou?"
La pregunta de Edzard tomó por sorpresa a Yasaka, quien no sabía qué responder, pues no había esperado que él preguntara por el cumpleaños de Kunou. Aun así, la mención del inminente cumpleaños de su hija provocó que el rostro de Yasaka se ensombreciera. Esto se debía a que, a pesar de que tenían algo de dinero, este estaba destinado a usarse para construir la nueva ciudad de los Youkai en este mundo. Aunque eran aliados del pacto, los que conformaban este pacto no podían darles todos los suministros que necesitaban gratis sin afectarse económicamente ellos. Para al menos mantener un poco de ingresos, les vendían los suministros para la reconstrucción a un bajo costo. Pero tras la pérdida de sus tesoros cuando perdieron Urakyoto a manos del hijo de Molag Bal, el poder adquisitivo de la facción había decaído bastante.
"La verdad no sé… por mucho que quiera, no tenemos los recursos para celebrar como lo hacíamos en antaño." respondió Yasaka cabizbaja tras varios segundos de silencio.
"Ya veo… supongo que es de esperar algo así ahora mismo…" dijo Edzard, para luego soltar un suspiro y seguir hablando. "Dime… ¿Qué piensas si yo organizo una fiesta de cumpleaños para ella?"
"¿Qué?" fue lo único que salió de la boca de Yasaka cuando oyó lo que Edzard le preguntaba. Al momento en que su mente pudo comprender aquellas palabras, comenzó a pensar por qué Edzard había ofrecido hacerle un cumpleaños a Kunou.
'¿Por qué Edzard está ofreciéndose a hacer esto?' pensó Yasaka, tratando de entender las razones por las que él se ofrecería para esto. Sin embargo, para su mala suerte, no pudo llegar a ninguna… no, eso era mentira, llegó a algunas conclusiones. La primera, era que él estaba haciendo eso como una especie de pago por lo que hizo Kunou para ayudar a rescatar a Marie. La segunda, era que él realmente quería que Kunou tuviese una fiesta de cumpleaños. Aquellas razones le provocaron reacciones diferentes, las cuales la estaban confundiendo, por ello, decidió ir directo al grano, por lo que sin perder un solo segundo, preguntó.
"Edzard, ¿por qué estás haciendo esto? ¿Por qué quieres darle una fiesta de cumpleaños a Kunou?"
Ante la mirada de Yasaka, Edzard puso una sonrisa antes de acercarse a la cama que compartían las dos niñas. Sus ojos se posaron en los pequeños cuerpos que allí descansaban, para luego comenzar a hablar. "¿Debo tener una razón para darle a mis dos hijas un buen cumpleaños?"
La respuesta en forma de pregunta que soltó Edzard golpeó como un virote de ballesta en el corazón de Yasaka, la cual se sintió conmovida hasta la médula. Ella sabía que su "compromiso" con Edzard era algo más que todo político y de pantalla, aun así, ella había comenzado a tomarle mucho cariño gracias a detalles como estos. Ella sabía que lo que sentía era el incipiente nacimiento de un sentimiento más fuerte, algo con lo que ella no estaba en contra, por lo que había decidido volverse más cariñosa al hablar con él desde que volvió de la misión de rescate de Marie. Aun así, había algo que temía y eso era que Asia no la aceptase, por ello había pensado tal vez esconder esos sentimientos. Sin embargo, la forma en como él trataba a su hija y como la trataba a ella, hacía que eso fuese más difícil cada vez.
'Si sigues así… caeré locamente enamorada de ti…' pensó Yasaka mientras sentía sus mejillas enrojecer, algo que no sucedía con mucha facilidad. Aun así, a pesar de que sabía que su cara estaba roja, se acercó a Edzard y cuando estuvo a su lado, también miró a las dos niñas.
"Supongo que no… aunque, me sorprende que consideres a Kunou tu hija, ya que tú y yo no estamos casados, ni tampoco somos nada…" dijo Yasaka, la cual no apartó la mirada de su hija.
"Cierto, pero aunque solo sea por aparentar, creo que es bueno para ella tener una especie de figura paterna o al menos lo más cercano a ello que pueda ser para ella."
"Sí, es cierto… sabes, me sorprende que no me preguntes por el padre de Kunou. Pensé que al menos tendrías curiosidad sobre él, pero parece que me he equivocado."
"Estás equivocada, sí tengo una pizca de curiosidad sobre quién es él, pero no es mi lugar escarbar en el pasado de alguien sin el permiso de esa persona." Dijo Edzard, el cual hablaba con la verdad, pues si bien era cierto que sentía curiosidad por la identidad del padre de Kunou, él no obligaría a Yasaka a decírselo.
Al oír las palabras de Edzard, Yasaka solo sonrió antes de soltar un suspiro, pues no sabía cómo explicarle lo que había pasado. Aun así, decidió que para dar un paso más al futuro, debía ser algo sincera con quien podría ser la persona con la que compartiría ese futuro. Así que, mirando a Edzard, habló. "Si quieres saber sobre el padre de Kunou, puedo decírtelo."
Aquellas palabras llamaron la atención de Edzard, el cual miró a su "prometida". Al verla, se dio cuenta de que era un tema muy complicado para ella, pues de manera inconsciente había llevado su mano derecha hasta su brazo izquierdo, apretando su brazo. Al percatarse de ello, Edzard solo negó con la cabeza.
"No es necesario que me lo digas. Veo que ese tema es difícil para ti. No quiero remover el fango sobre tu pasado, así que no te fuerces a contármelo."
Al oír las palabras de Edzard, Yasaka sonrió y volviendo a su postura normal, solo soltó un suspiro. Tras ello, decidió hablar de otro tema, el cumpleaños de Kunou.
"Sobre la fiesta de cumpleaños de Kunou, ¿qué tienes planeado?" preguntó Yasaka, sintiendo curiosidad por lo que estaba planeando Edzard.
"Ummm… Una fiesta de cumpleaños doble." Respondió de manera rápida y directa Edzard, provocando el asombro en Yasaka.
"¿Qué?" preguntó la líder de los youkai al oír a su "prometido".
"Lo que has oído… verás, el cumpleaños de Marie es el ocho y el de Kunou es el nueve, por lo que se me ocurrió hacer una celebración que dure dos días."
"¿Dos días?" preguntó Yasaka, aún incapaz de entender lo que Edzard estaba planeando.
"Sí, hacer una celebración para ambas el ocho, invitando a varias personas importantes, con músicos y todo eso. Mientras que el nueve, tendremos una fiesta más sencilla, tú, yo, Asia y las niñas, donde nos iremos a algún lugar de la tierra a celebrar en algún parque de diversiones o a donde decidan las niñas. O si quieren que sea al revés, no tengo nada en contra."
Al oír la idea que había tenido Edzard, Yasaka se llevó una mano al mentón, pensando si era o no la mejor opción. Una parte de ella no estaba de acuerdo, pues el cumpleaños de su hija era el nueve, no el ocho, pero otra parte pensaba que podría estar bien, ya que sería una nueva experiencia para su hija. Aun así, por mucho que lo pensara, ella sabía que no podía tomar la decisión. Por lo que, mirando a Edzard, habló. "Suena interesante la idea… pero, creo que lo mejor es dejar que ellas decidan. ¿No lo crees?"
"Sí, creo que tienes razón. Mejor que decidan ellas. Cuando despierten les diremos las opciones y que ellas decidan." Respondió Edzard tras unos pocos segundos luego de oír la pregunta de Yasaka.
"Bueno, supongo que eso es todo lo que querías preguntarme, ¿verdad?"
"La verdad es que no."
"¿Qué?"
"Quiero saber qué es lo que le gusta a Kunou, sus aficiones, tanto en deportes como en comida. Necesito toda la información que puedas darme. ¿Crees que puedas brindármela?"
La pregunta de Edzard provocó que Yasaka se pusiera a pensar en las aficiones de su hija y la razón por la que él preguntaba. Tras unos segundos, se dio cuenta de que era para darle un regalo o tal vez varios regalos. Así que, sonriendo, decidió responderle. "Claro, no le veo ningún problema, pero te voy advirtiendo que a Kunou le gustan muchas cosas."
"Tranquila, tengo tiempo de sobra para que me digas todo."
"Bien… entonces, comencemos…"
El sonido de dos pares de pasos resonaba en uno de los tantos pasadizos del palacio. Las dueñas de esas pisadas eran Asia y Lint, quienes se dirigían a un solo lugar: el estudio de Edzard.
La mirada de Asia se desviaba de vez en cuando hacia Lint, observándola de reojo. El camino que ambas recorrían era silencioso y algo incómodo para Asia, pues a pesar de haber recibido el perdón de sus amigas, aún quedaban rastros de culpa en ella.
Sin que Asia lo supiera, Lint también desviaba la mirada de vez en cuando para observarla, y comenzó a fruncir el ceño cada vez que la veía actuar de esa manera. Sí, ella sabía que Asia no estaba pasando por un buen momento mentalmente, algo que comprendía, ya que nadie saldría ileso de algo como lo que ella había sufrido… no, mentiría si dijera que no conocía a nadie que pudiera salir ileso de eso, ya que conocía a alguien que seguramente saldría como si nada, y ese era su novio.
A pesar de todo, la mente de ambas no estaba tan enfocada en lo que sentía Asia, sino en la razón por la que estaban caminando hacia el estudio de la pareja sentimental de ambas.
Todo había comenzado cuando terminaron de charlar sobre los cumpleaños de Marie y Kunou, dando paso a una conversación sobre lo que había ocurrido en la batalla, en especial los detalles que habían pasado por alto. Esto las llevó a recordar mejor lo que había sucedido, analizando cada parte de lo que había ocurrido en esa batalla. Fue gracias a esto que todas se percataron de algo, o mejor dicho, recordaron algo que había ocurrido en medio de la batalla de Asia contra ellas, y eso fue el surgimiento de las llamas púrpuras del cuerpo de Lint.
Al recordar aquello, todas se pusieron tensas, pues recordaron que esas llamas eran las que creaba el Sacred Gear de Walburga, por lo que no entendían por qué Lint las poseía. Sin embargo, aunque lo mejor sería avisarle a Azazel, quien era una de las personas más doctas en cuanto a Sacred Gears se refiere, Lint prefería estar segura primero, por lo que sin saber qué hacer, lanzó la pregunta al aire. Fue Asia quien le dijo que Edzard podría saber si ella ahora tenía un Sacred Gear. Gracias a ello, ella y Asia se dirigían al lugar donde él estaría actualmente.
"¿Cómo te sientes, Lint?" preguntó Asia, mirando a su amiga con algo de preocupación.
"No lo sé… la verdad es que estoy entre emocionada y asustada… nunca creí que podría tener un Sacred Gear, pero ahora… puede que tenga uno, uno que fue usado para casi matarnos." Respondió Lint, esbozando una sonrisa tensa e incómoda. "Sabes, esto me hace pensar que el mundo tiene un sentido del humor muy cruel…"
Al ver a su amiga en ese estado, Asia se detuvo y sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia ella. Tomándola por sorpresa, Asia le dio un fuerte abrazo. La esposa de Edzard esperaba que ese abrazo lograra reconfortar a Lint. Y al parecer, así fue, pues en el momento en que Asia le dio el abrazo, sintió que los músculos de Lint estaban tensos, pero a medida que pasaban los segundos, estos se relajaban lentamente.
"Gracias… lo necesitaba…" dijo Lint, apoyándose en el hombro de Asia, y devolviéndole un abrazo a su amiga, quien se tensó un poco. Esta había sido la razón por la que ella lo había hecho, pues se había dado cuenta de que mientras conversaban con todas las chicas, Asia había evitado hablar con ella. Esto hizo que se diera cuenta de que tal vez se sentía más culpable con ella, pues había sido a quien más había lastimado. "No debes culparte más de lo que ocurrió, ninguna de nosotras lo hará… incluso yo, sé que nada de eso fue tu culpa, así que… quiero que todo vuelva a ser como antes…"
Al oír las palabras de Lint, Asia se quedó muda unos segundos, hasta que finalmente, terminó asintiendo.
Las chicas se abrazaron un poco más y cuando se separaron, sonrieron. Tras ello, continuaron caminando, hasta que finalmente llegaron a la puerta que daba al estudio de Edzard.
Los ojos de las dos chicas miraban la puerta, para luego mirarse y asentir. Tras ello, Lint movió su mano y abrió la puerta.
Edzard estaba sentado en su escritorio, rodeado de varias hojas que contenían bocetos de los regalos que planeaba dar a sus hijas. Dejó la pluma a un lado y miró el último de los diseños que había dibujado. Al hacerlo, sonrió, satisfecho con lo que veía. Soltando un suspiro, el hijo de Akatosh se recostó en su silla y, mirando al techo, comenzó a reflexionar sobre sus suegros y los eventos recientes.
'Tuvimos suerte de que las heridas de las chicas no fueran tan graves como parecían… gracias a eso, pudieron recuperarse rápidamente. Supongo que el uso de varias pociones de alta calidad ayudó bastante.' pensó Edzard, llevándose una mano al rostro al recordar lo que su suegro le había dicho. 'Compartir mi carga… suena bien, pero… ¿Realmente quiero hacerlo? No… no quiero que ellas carguen con mis culpas, ya tienen suficiente… Creo que por el momento no les diré nada… tal vez más adelante lo haga, sí, eso es lo mejor…'
Después de estos pensamientos, Edzard se levantó de su silla y se preparó para ir a ver cómo le estaba yendo al equipo de Vali. Pero antes de que pudiera dar un paso, la puerta de su estudio se abrió. Al mirar hacia allí, vio que las que habían entrado eran Lint y Asia. Se sorprendió al verlas, ya que no esperaba verlas hasta la cena de esa noche, pero al parecer no sería así.
"Chicas-"
"Ed, tenemos que hablar." fueron las palabras que las chicas usaron para interrumpirlo.
Al oír aquello, Edzard sintió un escalofrío, pues esas palabras, provenientes de una mujer, rara vez presagiaban algo bueno. Aun así, asintió, sintiendo curiosidad por lo que ellas tendrían que decir. Así que, caminando, se dirigió a su silla, seguido por ellas.
Cuando se sentó, ellas también tomaron asiento en las sillas que siempre estaban frente a su escritorio. Fijando su mirada en ellas, habló. "Bien, ¿qué ha sucedido para que ambas me digan lo mismo?"
Al escuchar la pregunta de Edzard, tanto Lint como Asia guardaron silencio durante unos segundos, lo cual preocupó a Edzard. Afortunadamente, las dos chicas asintieron y después de ello, Lint habló. "Ed, algo sucedió durante la parte final de la misión de rescate de Marie."
"Sí, lo sé… sé que Asia fue controlada por-"
"No, no es eso, Ed." interrumpió Asia a su esposo.
La reacción de Asia tomó por sorpresa a Edzard, quien solo miró a su esposa y a su amante durante unos segundos, hasta que finalmente habló. "Está bien… me están preocupando… ¿Qué sucedió?"
"Verás… todo comenzó cuando Asia nos atacó con Akanechim…" respondió Lint, comenzando a narrar lo que había pasado en esa parte de la misión. Las palabras de Lint, complementadas por el punto de vista de Asia sobre lo sucedido, permitieron a Edzard entender qué estaba pasando.
"Ya veo… así que, crees que el Sacred Gear de Walburga está en tu cuerpo… ¿verdad?" preguntó Edzard a Lint, quien simplemente asintió, ya que eso era lo que pensaba.
"Ummm…" dijo Edzard, llevándose una mano a la barbilla mientras pensaba en cómo esto podría ser posible.
"Ed, ¿no puedes ver si ella tiene el Sacred Gear de la misma manera en que viste mi Sacred Gear en Hibernalia?"
Edzard parpadeó al oír la pregunta de su esposa y cuando su mente logró entender lo que ella decía, se llevó la mano a la frente y se dio un fuerte golpe, lo cual sobresaltó a las chicas.
"Sí, es cierto… Ahhh… Esto es lo malo de conocer tantos hechizos, suelo olvidar algunos…", dijo Edzard con voz algo deprimida, ya que ese siempre había sido su problema. Aun así, soltó un suspiro y, mirando a las dos mujeres que ocupaban partes importantes en su vida, conjuró una gran cantidad de Magicka, lanzando el hechizo de «Visión del Décimo Ojo».
La mayor parte de la visión de Edzard se volvió gris, permitiéndole así ver aquellas magias que normalmente no podían ser vistas. Por lo tanto, moviendo la cabeza, miró a las dos chicas y lo que vio hizo que sus ojos se abrieran de par en par. Esto se debía a que, para su total asombro, no solo Lint le había sorprendido, sino que su propia esposa también le había sorprendido.
Los ojos de Edzard vieron que Lint poseía una llama de color púrpura, la cual nacía desde su corazón, recorriendo su cuerpo como si se tratase de una fuente de energía. 'Esta forma, sí, me recuerda a la forma del Sacred Gear de Ingvild, lo que indica que este Sacred Gear no tiene una forma física prediseñada como el Sacred Gear de Asia o el de Issei… no, este es más metafísico… sin embargo, no es lo único sorprendente… ahora me doy cuenta de que soy un imbécil… cuando Asia me mencionó lo que sucedió, debería haber usado este hechizo, pero no, no lo hice…'
Aquellos pensamientos de Edzard estaban dirigidos al hecho de que el Sacred Gear de Asia presentaba cambios, no físicos en su forma base, sino que los presentaba en su forma metafísica, pues el aura verde que emanaban los anillos había cambiado, ahora era una mezcla de verde con algunas motas de color dorado, lo que indicaba que aquellas llamas doradas que ella había usado aún estaban presentes.
Estas revelaciones provocaron que él comenzara a pensar en cómo pudo pasar esto, pero no pudo pensar mucho, pues Asia le interrumpió.
"Ed… ¿Qué viste?"
Al oír aquella pregunta, Edzard parpadeó y miró a su esposa y a Lint. Cuando sus ojos se posaron en ellas, se dio cuenta de que estaban ansiosas por recibir respuestas, por lo que sin pensarlo dos veces, les respondió.
"Parece que están en lo cierto, Lint tiene un Sacred Gear, el cual se manifiesta en forma de una llama de color púrpura en su interior…"
La respuesta de Edzard provocó que los ojos de las dos chicas se abrieran de sorpresa, pero también de shock.
"Entonces… tengo el Sacred Gear de Walburga…" susurró Lint, la cual estaba en completo shock, pues no sabía cómo reaccionar. Esto se debía a que su mente estaba dividida, pues una parte de ella estaba feliz, pero otra preocupada. Sin embargo, para su buena fortuna, Asia la vio en ese estado y sin pensarlo dos veces, puso una mano en su hombro en señal de apoyo. Esta acción hizo que Lint volviera en sí, terminando por mirar a su novio y a Asia.
"Puede que esto sea un shock, pero no es malo, Lint." dijo Edzard, el cual se dio cuenta de que Lint parecía estar preocupada por el Sacred Gear que había obtenido. "Puede que ese Sacred Gear haya sido usado para dañarlas a ustedes, pero recuerda que los Sacred Gear son como las espadas, son herramientas y estas no son las culpables de lo que haga su dueño."
Las palabras de Edzard provocaron que Lint suspirara, tratando de esa manera eliminar las dudas de su ser. Afortunadamente, pareció funcionar, pues ella sonrió al darse cuenta de que Edzard tenía razón.
"Sí, tienes razón… este… este Sacred Gear puede ser usado para ayudar a los inocentes…" dijo Lint, la cual colocó una sonrisa en su rostro, mostrando que se estaba adaptando al hecho de que ahora tenía un Sacred Gear.
"Bien, esa es la actitud… ahora, hay algo que quiero confirmar… Me dijeron que cuando estaban luchando, Asia usó las llamas doradas contra ti, pero estas fueron detenidas por las llamas púrpuras de ese Sacred Gear, ¿verdad?"
La pregunta de Edzard hizo que las dos chicas volvieran sus pensamientos al momento en que lucharon entre sí, algo que no querían hacer, pero parecía que era necesario. Tras varios segundos, recordaron en cierta medida lo que había ocurrido.
"Sí… bueno, no fue exactamente así como ocurrió." Respondió Asia, llevándose una mano a la frente, mientras fruncía el ceño. "No puedo explicarlo, pero…"
"Nuestras armas nunca se tocaron." Complementó Lint, recordando claramente cómo es que su espada y la de Asia nunca llegaron a tocarse cuando estaban cubiertas de sus respectivas llamas.
Al oír las palabras de sus amantes, Edzard abrió los ojos con sorpresa, para luego llevarse las manos a la sien. Su mente comenzó a tratar de entender por qué eso sucedía, pero solo podía llegar a dos conclusiones. La primera, era que ambas llamas respondieron a los sentimientos de sus portadoras, los cuales seguramente no querían dañarse. La segunda, era que ambas llamas se rechazaban, negándose a tocarse por el simple hecho de estar compuestas de energías diferentes, o tal vez por otra razón…
'Ahhh… genial, otro misterio que resolver…. Supongo que lo dejaré en la lista de espera por el momento, no quiero llenarme de proyectos…' pensó Edzard, para luego mirarlas, pues se dio cuenta de que tenía que hablar con ellas de algo más…
"Bien… parece que tenemos un misterio entre manos, pero lo dejaremos para más adelante, ya que ahora tenemos cosas que hacer…. Lint, ¿Asia les ha dicho lo que me dijeron Sheogorath y Sanguine?"
"Sí, sí lo mencionó…. Todas nos sorprendimos bastante, pero ¿crees que…" respondió Lint, la cual no pudo terminar de responder, pues Edzard se le adelantó, interrumpiéndola.
"No, no lo creo… al menos no del todo." Dijo Edzard, mirando a Lint y a Asia a los ojos. "Los daedras son seres muy volubles en cuanto a su actuar… puede que tengamos los seis meses, tal vez más o tal vez menos… o puede que otros príncipes causen problemas…"
"Sí, Asia mencionó aquello… dijo que ellos no eran aliados."
"Así es. Ellos no son aliados… al menos no todos."
"¿Qué?" preguntó Lint con sorpresa, sintiéndose confundida por las palabras de Edzard.
"Los príncipes tienen alianzas entre ellos, no todos se odian, pero eso no quiere decir que se ayudarán de buena gana… no, incluso si son aliados, cada uno vela por sus intereses." Respondió Edzard, preparándose para contarles algunas de las alianzas que había entre los príncipes daédricos. "Por ejemplo, Hircine está aliado con Mehrunes Dagon… otra alianza es de Sanguine con Vaermina… entre otras más…"
La mención de aquellas alianzas asustó a Lint, la cual sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero no fue la única, pues Asia también sintió lo mismo.
El ambiente de la sala se hizo pesado, pues la preocupación rondaba a los tres presentes, provocando que cada uno tuviese sus propios pensamientos. Sin embargo, la atmósfera no duró mucho tiempo más, ya que Edzard se levantó y tomó los bocetos que había dibujado.
"El ambiente está tenso… creo que por el momento lo mejor es olvidarnos por el momento de los daedras… así que, quiero sus opiniones de esto." Pidió Edzard, entregándoles los bocetos a sus amantes.
"¿Qué es esto?" preguntaron Asia y Lint al tomar los dos bocetos.
Los ojos de las dos chicas se enfocaron en los dibujos y lo que vieron les sorprendió mucho. Las líneas que conformaban los bocetos eran claras, permitiendo que pudieran ver las dimensiones de los dos objetos, junto con una descripción de los materiales que serían usados para su elaboración.
"Ed… ¿Esto es…?" preguntó Asia al dejar de mirar la hoja, entendiendo de cierta manera lo que era.
"Sí, son los regalos para Kunou y para Marie." Respondió rápidamente Edzard.
Al oír esa respuesta, Asia y Lint se sobresaltaron, pues lo que estaba dibujado en esos bocetos no eran precisamente juguetes.
"¡No puedes hablar en serio, Ed!" exclamó Asia, con una voz llena de sorpresa y algo de miedo.
"¡Asia tiene razón, Ed! ¡Esto es una locura!" fue la exclamación de Lint, quien estaba de acuerdo con Asia.
"Lo sé, pero… lo que ha ocurrido recientemente me ha hecho pensar que-"
"¿Qué está bien arrebatarles la inocencia a esas niñas tan pronto? Ed, por favor… piénsalo, Marie apenas va a cumplir tres años, Kunou va a cumplir los trece, pero aún no tienen edad para eso."
"Lint tiene razón, Ed… por favor… solo, por favor, no hagas lo que presiento que harás…" pidió Asia, casi al borde de las lágrimas.
Al ver que ambas estaban en contra, Edzard se dio cuenta de lo que ellas habían insinuado, por lo que, solo para estar seguro, decidió preguntarles qué habían pensado.
La respuesta que le dieron hizo que él se diera cuenta de que ellas habían malinterpretado sus acciones, por lo que, sin perder tiempo, les explicó su verdadero plan. Cuando ellas lo oyeron, se sonrojaron, pues se dieron cuenta de que habían estado exagerando.
"Ya veo… me alegra que no sea lo que pensábamos." Dijo Lint, soltando un suspiro mientras llevaba una mano a su pecho, en el lugar donde estaba su corazón.
"Sí… lo siento, Ed. Pero estamos algo susceptibles por lo que ocurrió." Dijo Asia, sintiéndose mal por haber malinterpretado las acciones de su esposo.
"Tranquilas, no hay problema. Es mi culpa por no explicarme bien… ahora, necesito ayuda para terminar de diseñarlos, ¿creen que podrían ayudarme?" preguntó Edzard, mostrando una sonrisa.
Al oír la pregunta de su amante, las dos chicas sonrieron y asintieron.
"Bien, entonces comencemos. Tenemos un par de horas hasta la cena." Dijo Edzard, recordando que en la cena revelaría todo lo que estaba por pasar aquí y que sería el momento en que les diría a Asia y al resto de las chicas quiénes serían sus inquilinos por un tiempo.
Nota de autor:
A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.
Y al fin logró sacar el capítulo 69 XD
Bueno, primero lo primero, sobre mi estado de salud por si a alguien le interesa, ya estoy mejor, no del todo recuperado, pero ya superé varias cosas y ya estoy mejor. Mis ataques de pánico se han reducido hasta casi desaparecer, algo que me alegra mucho.
Volviendo a la historia, como se ve, he hecho un maratón, así que tienen un aproximado de 30k palabras para leer en total XD.
La historia está empezando desde donde se dejó anteriormente, primero, Asia reencontrándose con sus amigas, algo que me fue difícil de escribir, pero espero haber plasmado bien los sentimientos que hay de por medio.
Tambien estoy comenzando a hacer avanzar la relación del Dovahkiin con Yasaka, y sobre los regalos, digamos que son objetos de gran poder. Ya en capítulos posteriores se verán.
Sobre el asunto de las llamas del sacred gear que tiene Lint, la reacción que tienen con las llamas que ahora tambien posee Asia será explorada mas adelante, en lo que yo denomino el interludio antes de la verdadera tormenta.
Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.
