Capítulo 8: Festival de rock.
Minerva y Finn llegaron a casa alrededor de las dos o tres de la tarde ya que Minerva tenía unos asuntos pendientes en su trabajo y no podía dejarlos de lado, sabía que su hijo era más importante que cualquier otra cosa pero el trabajo es el trabajo. Fueron a la cocina, Minerva sentó al adolescente en una de las sillas que había junto a la pequeña mesa que ellos usaban para el desayuno, salió y subió las escaleras dirigiéndose al baño para buscar el botiquín de primeros auxilios para tratar sus golpes, Finn tan solo se quedó sentado en la silla jugando con las mangas de su playera azul claro, hizo su mejor esfuerzo para aparentar sentirse bien con todo lo que había pasado y consigo mismo pero eso no ayudaba mucho.
Estaba cansado, simplemente estaba tan pero TAN cansado de ser intimidado y que él no pudiera hacer nada para impedirlo, se sentía inútil y débil, no sabía qué hacer… en eso escuchó que arañaban la puerta y decidió ignorarlo, escuchó unos pasos en la escalera, su madre volvió a entrar a la cocina, esta vez con el botiquín de primeros auxilios en una mano.
-Oye, Finn ¿sabes qué fue ese ruido?-preguntó la mujer rubia colocando el botiquín en la mesa, lo abrió sacando un algodón, alcohol y unas bandas adhesivas.
-N-No, no sé de donde vino ese ruido, mamá-respondió Finn-supongo que habrá sido una rata queriendo entrar a la casa-
-Eso es extraño, la puerta no tiene un hueco como para que una rata pueda entrar por ella-dijo Minerva-debió haber sido un gato, no es nada serio entonces-
Sin más interrupciones, la mujer comenzó a tratar los golpes y las heridas que había recibido su hijo ese día en la escuela. Estaba feliz de poder contar con una chica tan agradable como lo era Phoebe para ayudar a Finn con sus problemas aunque seguía cuestionándose si de verdad era cierto lo que le había dicho su hijo cuando salieron de la escuela a esperarla ¿de verdad se había caído? supuso que no, su bebé no sería tan torpe como para golpearse de esa forma al caer, algo le había pasado o mejor dicho, alguien lo estaba intimidando pero no estaba segura de quien era la persona que le hacia ese tipo de cosas a Finn. Por otro lado, el adolescente estaba sumido en sus pensamientos, considerando en preguntarle a su madre si podía cambiarlo a una escuela mejor pero sabía que eso era imposible, Minerva era la única persona que se ocupaba de traer dinero a la casa y no ganaba lo suficiente en su trabajo como doctora para pagar una mejor escuela para su hijo.
-Listo, ya acabé. Será mejor que vayas a descansar, mañana tienes otro largo día en la escuela-le aconsejó Minerva mientras guardaba las cosas en el botiquín de primeros auxilios.
-No quiero ir a descansar mamá, tengo que estudiar. En unos días rindo un examen de Química-respondió Finn levantándose de la silla y saliendo de la cocina-estaré en mi habitación estudiando, avísame cuando este lista la cena-
Minerva solo le asintió a su hijo, con esto el adolescente salió de la cocina y subió las escaleras para ir a su habitación a estudiar. Una vez dentro sacó todos sus trabajos, notas y el libro de la clase de Química y comenzó a estudiar, bueno… al menos eso fue lo que intento por media hora pero desgraciadamente no lograba concentrarse, le era casi imposible entender las consignas que explicaba la profesora ¿cómo no iban a parecerle imposibles si la mayor parte del tiempo se la pasaba distraído o dormido en clase?
Estoy perdido, no puedo estudiar Química por mi cuenta. Si tan solo no me distrajera tan seguido en clase y prestara más atención a la profesora… pero ¿qué puedo hacer yo? Esa materia es tan aburrida, lo peor es que el examen es en pocos días y si no paso tendré que volver a tomar el examen o aún peor, repetir otro año de clase y no quiero que eso suceda y mucho menos decepcionar a mi mamá.
-Finn ¿aún sigues estudiando?-preguntó Minerva del otro lado de la puerta de su habitación-baja, la cena ya esta lista y se va a enfriar-
-Y-ya voy, mamá.
Cerró el libro de Química, salió de su habitación y bajo las escaleras para ir a la cocina y poder cenar con su madre. Al terminar de cenar regresó a su cuarto y se recostó en la cama, se incorporó de forma que pudiera tener los codos apoyados en el colchón, observó el libro de Química abierto por unos minutos ¿debía volver a ponerse a estudiar? ¿para qué? No estaba entendiendo nada y era muy probable que reprobaría el examen pero… ¡Qué más da! solo esperaba que con el poco conocimiento que tenía en la materia le fuera bien en el examen y que este fuera fácil, se recostó en su cama con las manos bajo su cabeza, sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente debido al cansancio pero reaccionó enseguida al escuchar un pequeño golpeteo en la ventana, rápidamente se levantó de la cama, corrió la cortina que ahora era de color azul pálido debido a que los rayos de sol destiñeron la cortina y vio el rostro de Jake a través de la ventana, el perro amarillo tenía la lengua afuera por el cansancio, al parecer había corrido una pequeña vuelta alrededor de la casa hasta dar con la ventana de su amigo adolescente.
-¡¿Jake?! ¿qué estás haciendo aquí?-preguntó Finn viendo al perro del otro lado de la ventana, este apoyó la pata contra el vidrio-no, deja el vidrio, mamá puede venir a ver qué está pasando ¡vete!-Jake no obedeció, en su lugar comenzó a ladrar pidiéndole al chico que lo dejara entrar a su habitación esa noche, el adolescente suspiró con frustración-¡agh! está bien, puedes quedarte pero no hagas ruido-
Antes de abrirle a su amigo perro para que pueda pasar, Finn miro hacia atrás para ver si su madre aún se encontraba abajo o se había levantado para ir al baño pero no paso nada, ninguna luz estaba encendida en el pasillo lo cual tomo como una buena señal, rápidamente destrabó el seguro de la ventana, la levantó y dejo que Jake entrara de un salto a su habitación, apenas entro, el perro amarillo se lanzó sobre su amigo y comenzó a lamerle la cara sin dejar de mover su cola por la emoción que le daba volver a verlo.
-Jajaja, ya basta, Jake. M-me haces cosquillas jajaja-dijo Finn sin dejar de reírse, enseguida apartó al perro de encima suyo-bien, suficiente. Hay que ir a dormir, mañana tengo un largo día en la escuela-
Finn se dirigió a su cama y Jake lo siguió detrás de él, el primero en subir a la cama fue Jake que se acomodó del lado derecho y Finn se acostó junto a él dándole la espalda y a los pocos segundos cerró los ojos quedándose profundamente dormido.
Never guessed it got this good, wondered if it ever would.
Really didn't think it could, do it all the time?
I know that we should.
Con esa última estrofa se dio por terminado el ensayo de ese día. Marceline se quitó su bajo y lo guardó en su estuche de color morado oscuro casi cenizo con detalles rojo sangre, los demás miembros de la banda también se ocuparon de guardar sus respectivos instrumentos y apagar el equipo de sonido donde se conectaban el bajo de Marceline, la guitarra eléctrica de Fern y una de las chicas de la banda, que además era parte del pequeño coro femenino. En eso, la puerta del garaje de la casa de Marceline se abre y entra casi corriendo la chica de cabello rojo casi cobrizo.
-¡Por fin apareces, PF! ¿sabes algo? el ensayo ya termino y no gracias a ti-respondió el chico responsable de tocar la batería.
-Sí, lo lamento muchísimo pero les tengo una buena noticia-les dijo emocionada con un papel de color celeste en las manos, al ver el papel celeste, Fern pensó en Finn y se sonrojó levemente con tan solo recordarlo cosa que la chica notó-oye, Fern ¿estás bien? estás sonrojado ¿no tendrás calor? O… ¡oh, ya sé! ¿o será que yo te gusto?-
-What the…?! por supuesto que no, no es por eso… s-solo recordé algo… no importa, olvida lo que dije-le dijo Fern molesto tapándose su rostro con la capucha de su sudadera negra y verde, a pesar de todo, el sonrojo en su rostro se incrementó aún más.
-Olvídate de Fern ¿quieres? hay chicos que son más interesantes que él-dijo Marceline, provocando que el chico rubio soltara un bufido junto con un pequeño puchero ante el comentario que hizo su amiga-por cierto ¿qué es ese papel que tienes en las manos?-
-Oh, cierto. Um, quería decirles que… el próximo fin de semana va a haber un festival de rock en la ciudad y no solo bandas famosas estarán allí, las bandas locales también tocaran, además se hará un concurso, si ganamos, podremos ganar algo de dinero y también grabar nuestro primer álbum chicos-les anunció ella emocionada, enseguida volteó el papel para que todos leyeran su contenido.
-Pero… ¡el festival es la semana entrante!-comentó el chico encargado de la batería-no estamos inscriptos al concurso, es más ¡ni siquiera hemos discutido que canción vamos a tocar!-
-Creí que sería una buena idea participar, tocar todos juntos, pasarla bien y… no se preocupen por que no estamos inscriptos-dijo la chica-nos podemos inscribir apenas lleguemos al festival-
-Estoy de acuerdo contigo, no es una mala idea participar y podremos divertirnos todos juntos, no importa si ganamos o perdemos, lo que importa es que tocaremos como la banda que somos-dijo Fern aún con la capucha de su sudadera puesta queriendo animar a la banda.
Eso no era cierto, a mi no me importa si la banda se divierte tocando en el concurso, yo lo que quiero es ganar y estoy seguro de que Marceline también quiere lo mismo, por favor, ella esta tan deseosa de ganar este concurso como yo, más que nada porque desde que comenzamos a formar la banda que ha querido ser reconocida por su talento.
-Bien, chicos, entonces… será mejor que durante estas semanas nos pongamos a ensayar como nunca para poder destacar en el concurso-dijo Marceline entusiasmada-por ahora vayan todos a descansar un poco y nos reunimos mañana en la bodega a la misma hora para continuar con el ensayo-
Todos los miembros de la banda estuvieron de acuerdo y una vez que terminaron de ordenar las cosas, cada uno se despidió y se fueron a sus respectivas casas a descansar para así reponer energías para el ensayo de mañana… ¡cielos! definitivamente ese sería un largo día…
