Planeta: Nimbus 6
Localización: Instalación 616
Fecha: 15 de septiembre del 2283
Hora: 10:22 A.m.

Semanas después de la Caída del Segundo Qliphoth.

Las cosas se habían vuelto un desastre después de la tragedia de Callistum.
Aún se seguían corriendo reportes, notificaciones de incidentes, gente desaparecida, aún se siguen encontrando cuerpos entre las ruinas.
Aún se seguía sintiendo el dolor de un planeta entero, miles de almas se habían pagado en un instante, a eso añadele las vidas que se perdieron consecuentemente con los escombros que cayeron consecutivamente y tenías el pastel perfecto para el desastre más grande jamás visto por la historia humana, si es que la aparición de los Qliphoth de alguna forma podían entrar en la misma categoría.

Ayudas humanitarias iban y venían de planeta en planeta, implicando que las mismas también se llevaban dentro de los mismos planetas.

Los políticos utilizaban esta situación para apoyar sus agendas y tener más gente bajo sus ideales además de ganar más votos, los grupos sociales se movían solo para tratar de hacer gala de la situación, tratando de hacer de esta tragedia suya para tener más seguidores, los famosos hablan comentan pero no tenían nada original que comentar al respecto además de lo que ya se sabía.
Solo los que habían vivido el caos y la ruina de primera mano podían dar testimonios fieles y dignos.
Algunas otras personas compartían el dolor de Ío, pero al final no había nada más que se pudiera añadir a este doloroso acontecimiento

Tan solo que había sido una dolorosa marca en la historia humana, una clara muestra de que el enemigo no dudaba en acabar con miles de vidas, solo para hacer entender una sola cosa.

No iban a detenerse, hasta dejar este universo en ruinas.
El mensaje estaba claro, no se iban a detener hasta terminar con todo y todos.

Todo estaba en caos… todo se encontraba en relativo desorden y aún así, con todo lo acontecido, con todas las muertes y desorden que habían ocurrido.
Las cosas seguían relativamente en… una extraña calma, como si todo esto ya se hubiera previsto de antemano.

Pues aunque la constante noticia era: La Cruel Masacre de Ío7

La que distanciaba y llamaba la atención de casi todo el mundo era: ¿Quienes son Los Guardianes del Universo?

Allí la tenías una mujer alta de cabello rubio, ojos azules que caminaba por los pasillo del recinto de justicia principal del planeta, vestida con un traje elegante oscuro una camisa blanca y corbata ella se encontraba extrañamente tranquila, pese a que los nervios la estaban carcomiendo por dentro la peor de las situaciones habían sucedido, no solo fue la masacre de Ío, no solo fue la caída del Qliphoth, era que ahora todo el santuario se encontraba comprometido gracias a las acciones de una sola persona, este era el tercer día que ella tenía que venir a juicio para seguir constatando el tratado de acción a la batalla, ahora no podían simplemente censurar lo que las personas habían visto, ahora no solo podían tergiversar información como solían hacerlo, ahora debían dar respuestas y respuestas era lo único que no tenían, mientras ella pensaba en cómo proceder con el juicio de hoy mientras que al mismo tiempo millones de personas estaban moviendo recursos de un lado al otro, haciendo millones de procesos y protocolos al mismo tiempo.

Si Seinma estuviera aquí probablemente lo golpearía… pero al mismo tiempo, le agradecería de cierta forma, porque ahora el Santuario iba a tener más libertad de asistir en las batallas para proteger al universo.
Tan solo imaginar que una simple acción habría causado un efecto dominó en toda la configuración del propio santuario habría sido inimaginable, pero ahora esto, estaba cambiando el juego más de lo que jamás habría imaginado.

Esta guerra día con día estaba cambiando sus reglas… y este tal vez sería el paso más importante para el estandarte, como para los caballeros Atenienses y su papel en esta guerra entre Dioses y Humanos.

Pero aún así todo el papeleo, los juicios y el cambio de tratados y reglas hacían de este paso cada vez más complicado y enrevesado…
Y aún no habían llegado a la parte de explicar al público que demonios habían visto durante la batalla de Ío.

Una cosa era cierta y al igual que Genki Arkhamira también lo había entendido, el público se merecía la verdad… o parte de ella, incluso una verdad a medias seguiría siendo una verdad ante los ojos de la gente que buscaba respuestas a la tragedia acontecida hacía unas semanas.

Y aunque los detalles de por qué había ocurrido y como aún no podían ser proveídos al público, podían aderezar la verdad, incluso tergiversada de alguna forma para que fuese más digerible para el público.
Pero decir toda la verdad sin causar pánico en toda la población general causaría revuelo en la sociedad, habría caos, pánico, preguntas y muchas de ellas no tendrían una respuesta agradable.
Por eso estaba aquí, para tratar de dar una verdad de los acontecimientos en Ío y darle cierta paz mental a la gente que sufre y seguía sufriendo el atentado del Espectro del Grifón.

Contar verdades a medias no era su especialidad… Pero ellos, especialmente los Afectados, merecían la verdad respecto a lo ocurrido aquel fatídico día…
El día de la segunda caída del Qliphoth.

Por eso estaba aquí, para tratar de mantener la paz entre la población e intentar que la reforma del Tratado de Acción a la Batalla no afectará irreversiblemente la forma de vivir que tenían ella y sus compañeros caballeros.
Sin mencionar a sus queridos alumnos.

― Maldita sea… esto es una jodida estupidez… ― Murmuraba caminando a prisa hacia el tribunal, este día quería pasarlo haciendo todo excepto yendo a otra aburrida sesión para determinar el destino que los caballeros desenvolverían en las siguientes batallas decisivas para defender al universo.
― Eres un idota Seinma, por tu culpa tengo que venir a este estupido lugar cada semana a presentar evidencias y argumentos a favor tuyo y tus compañeros, si tan solo hubieras hecho tu trabajo y cerrado la maldita boca no estaríamos ahora corriendo como locos tratando de justificar tus acciones. ― La única cosa que le había pedido, evitar ponerse a sí mismo y a Mary en peligro y luego va y hacía la existencia de los caballeros Atenienses pública… Lo cual estaba causando revuelo no solo aquí sino en varias partes del universo conocido.

―De verdad que bueno que no estás aquí, de lo contrario te habría dado una buena paliza… ― No mentía, estos días de constante ir y venir además del constante estrés de tener que atender a estas reuniones la estaban agotando física y emocionalmente, realmente apreciaría el tener a alguien a quien golpear en estos momentos.

―Oye mira esa mujer.

―Ey es muy atractiva… seguramente es una secretaría de algún político importante.

―Jeh, ostentará un puesto de poder, no lo creo ya saben lo que dicen de las rubias.

―Ja ja ja, sí, ¿me pregunto con quien se tuvo que acostar para llegar hasta aquí?

―Quién sabe, pero para haber llegado hasta aquí con esa imagen sin duda debió pasarla de rodillas un largo tiempo, si sabes a lo que me refiero.

Arkhamira Escuchaba con una expresión fastidiada y de rechazo hacia los hombres que solo la miraban como un objeto de deseo, claro ella tenía una figura bien esculpida y además era una mujer hermosa, pero sus logros iban más allá de tener características atractivas, era una guerrera de plata, había peleado al lado de caballeros dorados durante la crisis de los Generales de Ares, había abatido a enemigos poderosos, era una heroína de guerra.
Era la maldita Directora de Palestra, reconocida como una de las mentoras más distinguidas por sus métodos de enseñanzas, por su guia, por ser dura pero justa, pero por sobre todo por siempre apostar por los jóvenes para darles un trato humano siempre reconociendo su valor como seres humanos aún cuando todos querían tratarlos como herramientas de guerra, algo que ninguno de esos imbéciles del ejército les darían.
Todo para ser reducida a una mujer atractiva o solo a un par de senos andantes era simplemente denigrante y la molestaba enormemente.

Pero claro, una mujer hermosa e inteligente no parecían ser combinaciones adecuadas para esas personas.

―Y para colmo tengo que soportar comentarios denigrantes de hombres idiotas…. y misóginos.― Decía molesta suspirando pesadamente, en verdad odiaba tener que lidiar con esto cada día que venía aquí, esperaba que si todo se alineaba correctamente esta sería la última vez que tendría que ver a esos payasos con uniformes de militar.
―Odio este lugar… odio a esta gente, solo quiero estar en mi academia apoyar a mis muchachos.― Sin lugar a duda ella tenía sus prioridades bien en claro, pero hasta poder regresar a su amada academia con sus queridos alumnos, tenía que resistir y mantenerse firme… pese a todo y todo.
―Pero en lugar de eso tengo que estar aquí rodeada de gente despreciable… De verdad Seinma, que bien que está a miles de kilómetros de distancia de mí.― Si lo tuviera enfrente le daría una paliza después de haberlo regañado severamente por todas las horas perdidas en este aburrido tribunal.

―Directora Arkham. ― Una muchacha de cabello azulado corto arreglado en una trenza que adornaba ambos lados de su cráneo majestuosamente, uniéndose en su nuca en una sencilla cola de caballo además de llevar puesto un lindo atuendo de secretaria se presentaba frente a ella sonriendo tranquilamente al verla aparecer ante sus ojos, con una sonrisa que

―Hola Faye… ¿lista para otro día de mierda?― Dijo la directora de Palestra con poco o nulo entusiasmo.

―Mejor dicho, otro día para reformar los tratados de Acción a la Batalla.― Trató de corregir a la chica acomodando los gruesos lentes sobre sus ojos.

―Eso es lo que dije… Vamos…―Arkham reafirmó sus palabras a sabiendas de cómo iba a ser este día, así que si valía de algo o no, tan solo quería entrar allí y pensar en las cosas que le haría a los espectros si en algún momento le permitían salir de nuevo de la academia para algo que no fuera esto.

Al entrar a la enorme cámara de juicios, la Directora de palestra vió al caballero de Leo y al Caballero De Aries, sentados en sus respectivos lugares a la espera de su compañera para que la sesión diera comienzo

―Hola Doctor Shiki, Alexander…― Habló observando a ambos caballeros de oro, quien se veían inquietos y preocupados, aunque claro Arkham solo tenía respeto para uno de los dos, sentandose evidentemente al lado del respetable doctor del santuario.

―Buenas Tardes, Directora Arkhamira.― Respondió El Caballero de Aries esbozando una leve sonrisa hacia su compañera de plata.

―Días Arkham…― Respondió el Santo de Leo sin mucha emoción en su voz.

―¿De qué estupidez creen que hablaremos hoy?― Preguntó Ella Dejando su tableta holográfica en la mesa, dando una última revisión al documento que había estado leyendo estas últimas semanas… Con la cual no estaba para nada de acuerdo.

―Ah, probablemente de otra reforma constitucional para nuestra orden, ya sabes, revisar actas, otorgar nuevos permisos, revisar los nuevos designios, dar prioridad a los beneficios y restricciones… ya sabes lo mismo que hemos estado haciendo por cuatro días consecutivos.― Alex respondió dando también una ojeada a los documentos, iban a continuar con la lectura de la pasada sesión pero si le decían que hoy finalizaría estaría completamente de acuerdo, había leído todo hacía un par de días y aunque habían buenos puntos lo demás… eran más restricciones para el santuario como para sus contribuyentes.

―Sí…― Murmuró ella tratando de acomodarse en su silla, cubriéndose el rostro con la mano derecha, Estaba completa y totalmente fastidiada de tener que asistir a estas malditas reuniones, pero como la representante más destacada del santuario debía asistir en nombre del Patriarca.
―¿No ha regresado Genki?― Preguntó curiosa, hacía una semana que había regresado al santuario, pero aún no podía presentarse a estas juntas debido a otras cosas que requerían su total y completa atención.

―¿Qué tan mal está?― No le preocupaba la situación de Genki, sabía que él estaría bien lo habían golpeado con peores cosas… pero aún así, aún con la agradable compañía de Shiki y… la "presencia" de Alex… prefería por mucho tener a Genki a su lado hoy, siempre se sentía más tranquila y segura al lado de un buen amigo.

―No está mal realmente, es solo que Genki, bueno…― Shiki trató de encontrar las palabras correctas para decirle el estado en el que se encontraba el actual caballero de Libra, pero era complejo en sí, no solo el santuario sino que la milicia lo tenían cubriendo aún los eventos acaecidos ese día.

―Está ocupado con ciertas cosas…, aún no puede regresar hasta finalizar su reporte a la URE, lo cual no es decir mucho ya que también deberá entregar un reporte detallado al Patriarca cuando vuelva.― Alexander se Talló los ojos , evidentemente fastidiado, sabía lo que se sentía tener que hacer eso, dar reporte tras reporte de lo acontecido en una región… una en donde millones de vidas se perdieron de un día a otro.
―A diferencia dé siento que eso debe de ser como un paseo en el parque. ―No mentía, eso ahora sonaba mucho mejor que atender otra aburrida reunión de consejo.

―Ya veo… ¿Cómo está Jacko?― Interrogó la Maestra de Palestra pensando en el segundo caballero enviado a detener a los Espectros, caballero que por una muy evidente razón casi había perdido un ojo en esa batalla.

Casi, si el santuario no tuviera a uno de los mejores doctores que habían existido en toda la historia humana de su lado.

―Bien por suerte no perdió el ojo, gracias a que intervenimos a tiempo logramos salvarlo, solo tuvo un leve daño en la retina, la córnea y el iris, pero más allá de eso se recuperará en un par de días más, claro verá borroso por un tiempo pero mientras se tome sus medicamentos estará como nuevo.― Shiki respondió pensando en su compañero de escorpio.

físicamente había regresado ileso a diferencia de otros compañeros que se habían enfrentado a un juez antes incluyendo a Genki, las heridas que había recibido en batalla habían sido mínimas sin contar su ojo y la uña de su dedo índice de la mano derecha, pero de nuevo, a diferencia de otros que habían regresado prácticamente muertos, él había regresado prácticamente ileso.

Lo cual Demostraba enormemente lo mucho que Jackumori representaba como caballero, no solo era poderoso era eficiente en su trabajo, algo que muchos fácilmente podrían había un pequeño recordatorio en esas heridas casi inmediato a pesar de haber derrotado a un Espectro del más alto rango casi por su cuenta… Seguía siendo humano, un humano con una habilidad y fuerzas excepcionales, pero… humano al final del día…

―Entiendo… ¿y Lubofico?― La pregunta causó que tanto el Caballero de Leo como Aries la miraron con sorpresa y atención, aunque al pensarlo bien él era el único de los involucrados en la tragedia de Ío que salió relativamente bien parado.

―Haciendo Cosas de Lubofico, ya sabes, desperdiciar su tiempo en el inframundo, no hacer nada y reírse en nuestras caras por no tener que estar aquí.― Él era el único que no tuvo una intervención directamente en la batalla, más bien siempre se mantuvo al margen de la situación, lo que no era decir mucho ya que en cuanto la crisis se terminó se largó de nuevo al inframundo sin decir nada a nadie.

―Eh… el término correcto es vigilar la situación en el inframundo Alex…― Shiki trató de corregirlo, tratando de apelar a lado positivo del caballero de Leo, sí Lubofico tal vez nunca estuviera presente en muchos de los eventos más importantes del santuario, pero eso se debía a que su vigilancia en el inframundo debía ser constante, era el único que podía infiltrarse en líneas enemigas con suma facilidad con "las ondas de inframundo."

Todos estaban haciendo su parte en esta guerra y debían respetar a sus compañeros quienes más estaban sacrificando sus integridades en esta guerra, claro su trabajo no parecería ser más importante o riesgoso que el de los otros, pero sin duda era importante para saber siempre el siguiente movimiento del enemigo.

―¿Y yo qué dije?― Preguntó Alexander dándole poca importancia a su compañero de Aries, quien solo pudo arquear un puchero de fastidio ante su respuesta.

―La directora Asami está presente en la Sala, todos levántense.― Habló la voz de Faye, la secretaría de la Propia Asami y posiblemente su mano derecha de no ser porque Camila Existía.

Esa I.A. sería siempre la mano derecha de la familia Kido, sin importar que tuvieran a una secretaria tan leal como Faye apoyándose siempre.

―Muy bien este es el… cuarto día consecutivo de la asamblea para la reformación del Tratado de acción a la batalla, ¿alguna duda antes de comenzar sesión?― Interrogó la Directora de empresas Kido sentándose en el asiento del Juez, checando todos los informes, documentos digitales y papeles antes de comenzar la sesión.

―Sí, ¿esta es la última sesión o tendremos más?― Preguntó la directora Arkhamira con una expresión cansada y fastidiada, mientras los hologramas de cada representante de cada nación de la URE se hacía presente frente a ellos.

―Con suerte… esta será la definitiva.― Decía Asami con un semblante tranquilo, aunque ella también se le veía sumamente fastidiada de tener que volver a presentarse en sesión ya quería terminar con esto para poder dedicarse a lo que más le gustaba, osea el desarrollo de naves ya que cualquier otra cosa era mejor que estar aquí.
― De lo contrario tendremos que organizar otra sesión la siguiente semana.― Al decir eso hubo un suspiro en general de las personas presentes, quienes se veían casadas de la insistencia de tener que presentarse cada semana para testificar del por qué la reforma era un tratado que los "beneficiaba" a todos por igual

―Puta madre…― Murmuró Arkhamira masajeandose las sienes con los dedos.

―¿Alguna otra duda?― La directora Asami preguntó en general a todos los presentes, esperando que nadie más tuviera nada más que decir, no querría empezar otra sesión con una discusión… de nuevo…

―¿No? Comencemos entonces… ¿dónde nos quedamos?― preguntó mirando el documento, sabía que se habían quedado en esta página en específico, pero no sabía cual de ellas exactamente.

―En la subsección B párrafo 133 de la Reformación del Ejército Aliado Unido.― Faye respondió asistiendo a su jefa al instante.

― Ah claro, gracias Faye…― En verdad extrañaba a Camila, ella era quien siempre le recordaba todo, todo lo que decía hacer y no, todo lo que había hecho y haría en esos días… y por culpa de… maldita sea, todo lo ocurrido en esas semanas en ío se había tenido que separar de ella para que organizará los planes de vuelo de Nimbus a otras regiones para asegurar y seguir manteniendo vigilancia constante a cada nave de transporte, tanto de evacuación como de soldados que entraba y salía del sistema, debían asegurar la zona en Ío pese a que la tormenta ya hubiese terminado.
―Muy bien, veamos… Párrafo 133, todos los combatientes aliados a las naciones de la URE estarán atados a la no exclusividad y al compromiso de mantener a raya cualquier intento de integración de su ejército a otras fuerzas militares aliadas pertenecientes a uno u otro país, por consiguiente los caballeros Atenienses aprueban que solo se unirán a la causa de un país mientras este se mantenga fuera de un conflicto armado entre una nación y otra… por consecuente tendrán que mantenerse al margen de…

―Esto es una puta mierda… ―Murmuró Arkhamira cansada de todo, solo quería retirarse a su cama y dormir todo el día si era eso posible… no pensar en política y dedicarse a las cosas que más le gustaban, entre ellas educar a sus alumnos.

―Sí… concuerdo con ello…― Murmuró Alexander, suspirando con pesadez… él también preferiría estar en cualquier otro lugar que en este lugar… pero era el deber que se les había impuesto como caballeros el día de hoy… aunque prefería y por mucho ir y matar algún espectro por ahí en lugar de perder su tiempo con Politicuchos.

―Bueno… al menos si todo corre con suerte esto terminará hoy, ¿no les parece genial? Shiki― Trató de mejorar el ánimo siendo positivo tratar de ser aquél que mantuviera el optimismo, no podían permitirse la idea de que todo iba a salir mal cuando ni siquiera lo habían intentado aún… sí estas juntas eran aburridas pero debían pensar en el bien que le haría a las futuras generaciones este tratado.

―En serio que me gustaría tener tu optimismo Shiki…― Murmuró de nuevo el caballero de Leo, cubriéndose el rostro con pesadez y enfado… odiaba estas juntas, hombres con poder arrebatandoles el poder a aquellos que lo tenían para usarlo bajo sus propios intereses… eso era algo que le asqueaba.

―Concuerdo…― Murmuró Arkhamira suspirando pesadamente, reconociendo que el león dorado tenía un enorme punto sobre la mesa.

―Huh… supongo que hay una primera vez para todo.― Murmuró Alexander recargando su cabeza sobre su puño, observando a Arkhamira con sorpresa… ella nunca le daría la razón a menos que fuera para decír que él era un idiota.

―Callate el hocico…― Ordenó Arkhamira molesta, pero en ese instante hubo un fuerte martillazo que llamó la atención de los 3 caballeros presentes.

―Ey, ¡más respeto! Estamos en sesión.― Pidió Faye con una expresión molesta, la cual fue menguando poco a poco, mientras la salat tomaba su silencio recurrente.

―Claro… Disculpa, prosiga su eminencia.― Respondió la directora silenciando, para volver a poner su atención en la lectura del nuevo tratado, razón por la que se encontraban aquí todos, no lo negaba quería terminar con esta basura de una vez, pero no podía evitar expresar su descontento ante todo esto.

―Ahhh… Seinma eres un niño estupido…― Murmuró nuevamente rememorando quien los había puesto en esta situación para comenzar.

―Mhm…― Murmuró Alexander, ahora dándole la razón a ella.

No quería pensar que este era el inicio para poder reparar su ya rota relación, pero… tal vez el primer paso era simplemente volver a hablarse no como si fueran enemigos, más bien como si ellos fueran amigos que tuvieron una discusión que no encontró una solución pasiva en su momento, pero que ahora… estaban dispuestos a hacer las paces con los fantasmas del pasado.
Entre eso y lo otro, lo único que podían hacer era… seguir adelante.

Lilith fue la razón que los unió en su momento… ahora podían usar otro vínculo como era Mary para volver a unirse.

La reunión continuó sin percances, leyendo todo el documento restante hasta que dieron las 5 de la tarde, momento del día donde todos estaban cansados, fatigados y más de uno con ganas de pegarse un tiro por el aburrimiento.
Pero Al menos este había sido el último día de la lectura del contrato por lo que ya podían proceder con la firma del mismo, pese a que casi nadie estaría dispuesto a aceptar los términos y condiciones del nuevo tratado de acción a la batalla.
Tratado que… los estaba poniendo a todos en la posición de estar obligados a acatar

―Bueno al menos eso ya terminó… ―Murmuraba Alexander en el pasillo principal antes de entrar al tribunal, sintiendo cansancio, pesar e indignación por la reforma que habían hecho a todo el tratado.

―Sí claro…― Murmuró Arkhamira molesta, esto era… sinceramente el peor escenario posible, no tenía palabras para describirlo, por que si las tuviera todas serían insultos a la jodida burocracia de la URE,
―Un Ejército Privado de choque contra fuerzas antinaturales… Estar bajo cargo de las encomiendas dadas por las naciones, trabajar bajo las órdenes estrictas de la URE… Esto es una maldita basura…―Se quejaban con justa razón, ellos no era un ejército secundario de la URE, eran su propio ejército y no estaban bajo órdenes de nadie más que de Athena y el Patriarca, pero con esto estaban dando a entender que ahora los nuevos jefes sería cualquier nación que necesitase de sus servicios, como si se tratasen de sucios mercenarios.

―Al menos recibiremos más beneficios, seguro de vida, gastos médicos mayores, jubilación, préstamos del gobierno, viviendas… una pensión por servicio activo y seguro de trabajo.― Alexander trataba de ver el lado positivo pero incluso él comprendía que este solo era un movimiento rastrero de la URE para tenerlos bajo su control y tener acceso a ellos como se les diera la gana.

―Ahhh, parece que no lo entiendes Alex, no es que estemos recibiendo mejores prestaciones y beneficios del gobierno, es que ya nos tienen puestos como perros del ejército.― Ahora no tenían opciones para actuar o no, ahoran soldados más de un sistema que no los beneficia para nada, solo servían para los intereses de una nación que estuviera en guerra con otra.
―Ahora no solo no tenemos poder de decidir que protegemos o a quienes, sino quienes son y serán nuestros enemigos futuros.― Eso era lo que le causaba más discordia, no eran simples soldados enviados a matar a otros, eran caballeros Athenienses que velaban por la Paz en el universo, no para cumplir agendas o vendettas personales entre naciones.
―Si la URE piensa que un país se vuelve un enemigo nos enviarán a limpiar el desastre y no será diferente a una guerra convencional, ahora tendrán supersoldados con los cuales aplastar todo tipo de rebelión, sea o no justificada.

―Sigo pensando que muchas cosas habrían permanecido igual que antes, pero… es cierto lo que Dice Arkham, nos están comprando para hacer el trabajo sucio por ellos.― Alexander y Shiki sabían que esto estaba mal, pero a su vez, Shiki comprendía que esta era la oportunidad que necesitaban, claro habría restricciones, confusión e incluso conflictos, una cosa era verdad, era un primer paso, los primeros pasos nunca eran sencillos.

Además no sería la primera y la última vez que el tratado cambiaría, se harían diferentes reformas con el pasar de las semanas, meses o años, pero todo cambiaría para mejor, una vez los pactos y las alianzas dejarán de ser Grilletes y comenzarán a ser una alianza de verdad y duradera

―¿Creen que el patriarca Shun lo apruebe? ―Interroga Shiki pensando en el Gran pontífice del Santuario, él sin duda tendría mucho que Decir con respecto a esta reforma, las razones del por qué el de entre todos las personas que debieron asistir no lo hizo, fue más que nada por que, tenía otro tema igual de importante que atender en el santuario.

―Lo dudo… sea si o no su respuesta, tendremos que regresar otra vez a juicio a verle la cara a esos imbeciles y seguir teniendo que acreditar o desacreditar sus quejas… En verdad, odio la puta política y la burocracia.― Arkhamira sostuvo su rostro con cansancio, como odiaba este lugar, si fuese por ella se habría largado hacía tiempo, pero lo hacía por ellos, por sus queridos futuros… por ese futuro al que se negaba a renunciar y al que se aferraba fervientemente con uñas y dientes.

―Yo también…― Murmuró Alexander igual de cansado que ella, al menos las reuniones ya se habían terminado para bien.

―Buenas tardes…― La directora de Empresas Kido se hizo presente frente a todos, Cargando con ella una tableta holográfica y siendo acompañada por su fiel asistente, quien por el momento estaba reemplazando a su leal Camila.

―Asami.― Arkhamira se levantó para verla frente a frente, ella era la última persona que quería ver hoy después de todas las modificaciones que le había hecho al Tratado lo primero que quería hacer era largarse de allí y no regresar de nuevo.

―Disculpen todo esto, es el mejor trato que pude darles.― Ella levantó la tableta Holográfica hacia la Directora, quien con pesar la tomó entre sus manos, allí se encontraba el documento que Shun debía firmar con su propio puño y letra para acordar el acuerdo entre el ejército y el Santuario.

―Lamento que esto se haya dado así pero… de cierta forma yo soy la URE, si los caballeros serán enviados o no a servicio militar será bajo mi supervisión y la de Camila… Pero más allá de eso, lamento mucho que no haya podido evitar convertirlos en otra rama más del ejército.― Y por eso tampoco les agradaba este Tratado, que una sola persona fuera del santuario tuviera tanto poder sobre ellos era algo que a casi nadie le terminaba de convencer.

―Hiciste lo que pudiste, no te culpamos Asami.― Respondió Shiki reconociendo los esfuerzos de la directora Asami para mantener al santuario como una entidad aparte más que un ejército más de la URE, pero incluso las instituciones secretas debían aprender a actuar como un mismo órgano si eso significaba velar por el bien común.

― Sí, gracias por todo…― Alexander dijo con una leve mueca de inseguridad, sabía que Asami no era una enemiga… Era más bien una aliada, pero seguía siendo una empresaria y velar por los intereses de su empresa siempre era su principal objetivo.

―¿En verdad no había otras opciones?― La amazona de plata preguntó tomando nuevamente la posición de que lo que estaba ocurriendo aquí y ahora no era conveniente para su estandarte.

―Pues era eso… o convertir a todo el santuario en una institución más de la Militarizada de todo el universo y… eso habría sido contraproducente, ya sabes por todos los temas políticos que eso conlleva.― En sí el santuario no pertenecía aún a la URE, aún seguía siendo su propia institución independiente, tan solo serían… y aunque sonara cruel y sumamente jodido, mercenarios bajo contrato directo de la URE.

―Sí… si un país u otro deciden entrar en guerra y usarnos como armas tendríamos que enfrentarnos entre nosotros… Y eso sería…

―Jodidamente horrible.― No solo sería instigar una nueva guerra Civil entre caballeros, sería poner a todas las legiones una contra otra, caballeros de Bronce contra plata, plata contra oro y así sucesivamente hasta tratar de matar a Athena o al Patriarca… y nunca terminaría, dejando a la humanidad completamente desprovista contra los enemigos que amenazaban la paz en el universo.

―Sí… una puta pesadilla.― Arkhamira suspiró, ya habían pasado tantas veces por la misma situación, una guerra civil entre los caballeros del santuario contra sí mismos, algo que nadie quería repetir o recordar.

―Lo sé, pero con esto, le aseguro que eso no sucederá… al menos no mientras yo tenga poder en la última decisión.― Asami le recordó, ellos no serían un ejército más mientras estuvieran bajo estrictas órdenes del alto Mando de la URE, no solo bajo encomienda de los países que requirieron su aporte en sus guerras o conflictos personales.
―Tengan aquí está el contrato, éste debe firmarlo el patriarca, con su puño y letra… y su nombre también.

―Esto es una puta basura… ―Arkhamira murmuró observando el dispositivo en sus manos, con una extraña sensación en su ser, la cual sólo podía traducirse a sentirse con ganas de vomitar, pero no querer hacerlo, esa maldita sensación de estar arrinconados y aún así tener la maldita necesidad de querer pelear contra viento y marea para evitar ese destino.

―Lo sé pero de nuevo, es lo mejor que pude hacer por ustedes…― Dice suspirando levemente, ella también se sentía, terriblemente mal, mal de que las cosas hubieran salido de esta forma pero, había algo de consuelo en sus palabras, al menos ella habpia procurado tratar a los caballeros como iguales y no como herramientas de guerra.

Por que al final… eran ellos quienes los protegerían y defenderían de las crueles manos de Hades, así como de todos sus espectros…
Ellos iban a salvarlos del cruel augurio que se les avecinaba y por ende debía tratarlos con el mayor respeto posible, después de todo, ellos los estaban protegiendo de la crueldad de aquél dios que solo buscaba destruir a toda la humanidad.

―¿Crees que acepte?― Preguntó Alexander observando la tableta en manos de Arkhamira, quien tampoco estaba segura.

―No tengo ni idea…― Murmuró la guerrera de Plata suspirando fuertemente, la reestructuración del tratado le había caído como una bola de nieve bajando por la pendiente a toda velocidad, no estaba segura de cómo lo afrontaría Shun al tener que lidiar con tanto estrés… y aparte teniendo que lidiar con la administración del santuario, además de la dura noticia de que su hija había salido terriblemente herida de la última batalla sin poder darse solo un instante para ir a ver como se encontraba… no podía imaginarse lo que Shun debía estar sintiendo entonces.
―Tendrá que verlo con sus propios ojos para aceptar o declinar y si declina pues…

―Sí, tendremos que volver a hacer la reestructuración de nuevo y serán otras dos semanas de parloteo y mierdas sin fin.― Alexander añadió suspirando pesadamente, podía estar pasando un mejor día solo viendo las noticias sobre la guerra y eso lo animaría más que tener que venir a otra de estas estúpidas reuniones de consejo… apenas la había conocido pero… preferiría poder ir a ver a Mary que pasar otro día aquí.
―Odio esto…― Añadió desanimado.

―Sí, pero ahora vean el lado positivo, si hay problemas con dioses o espectros o cualquier enemigo que lleve una armadura mística ya no tendrán que avisar a las autoridades, tendrán carta blanca para contrarrestar al enemigo de inmediato sin tener que depender de una confirmación anticipada de la URE o combatientes aliados.― Asami les recordó, ahora no era solo que estuvieran bajo las órdenes de la URE, ahora que serían combatientes aliados del ejército, tendrían el permiso para atacar a las amenazas de forma efectiva e inmediata, mientras pudieran mantener las bajas civiles y militares al mínimo con su presencia e intervención.
―Ya no necesitarán de los altos mandos para actuar, ahora podrán tomar justicia por sus manos.98

―Sí pero ahora estamos más jodidos, con toda esta reforma no solo ya no podemos depender de nuestro santuario sino que ahora todo el poder se lo llevan ellos, ¿y nosotros donde quedamos?― La maestra de Palestra seguía sin convencerse de esta solución, sobre todo por que ella reconocía como funcionaba la política, todo siempre llevaba a soluciones más complejas y por ende más estúpidas que las anteriores.

―Sé que esto es un cambio drástico y sé que todo esto ahora es aún más complejo que antes pero miralo de esta forma Arkham, ya no tienen que depender del ejército para hacer lo que mejor saben hacer… ahora tienen el poder para defender a la gente sin esperar la orden de un imbécil con uniforme. ―Asami trataba de justificar los cambios, no todo lo que la reforma había planteado era malo y no podía serlo, ahora tenían el poder para salvar a la gente bajo sus propios términos sin tener que esperar que los detuvieran por hacer lo que mejor sabían hacer.
―Ahora tienen potestad de defender a la gente, sin mencionar que tendrán apoyo total del ejército si la situación lo amerita.― Ella sabía que la reforma estaba cambiando el panorama completamente para ellos, pero sí podían detener las amenazas antes de que ocurrieran entonces esa ya era una victoria no solo para los buenos, sino para la gente común que no tenían poderes como ellos.
―Ahora los caballeros tienen la oportunidad de defender al universo como lo juraron siempre… ahora tendrán la libertad de defendernos sin que nadie los detenga.

La directora de Palestra suspiró pesadamente, para entonces observar a la empresaria, seguía sin sentirse convencida, claro tendrían más libertad, pero que era la libertad sino otro tipo de grilletes con los que podrían controlarlos cuando quisieran, una idea que no le fascinaba para nada, de hecho la odiaba… pero…
Esta era la única forma de seguir cumpliendo su deber como defensores del Universo.

Además, en este momento mientras hablaban, los Qliphoth Seguían siendo una amenaza y la primariedad del propio Santuario Atheniense era destruirlos a toda costa

―Ese, es un precio a pagar por la justicia… y la libertad Arkham.― Asami mencionó nuevamente sin quitarle los ojos de encima a la directora de Palestra, quien con un largo y agotador suspiró ya sabía que eso le iba a decir.

―¿Pero a cambio de que?― Se preguntó todavía insegura, aunque trataran de convencerla de lo contrario, no habría fuerza en este o en otro mundo que pudiera asegurarle que este no sería otro pasaje directo al infierno corporativo que era trabajar para institutos o sindicatos sin moral.

―Como dije es solo un pequeño sacrificio por un bien mayor, además… no todos los cambios son malos.― Reafirmaba una vez más Asami, con la esperanza de poder convencerla, sabía que no lo conseguiría pero no era la opinión de ella la que importaba, era la del patriarca cuya firma daría inicio a una nueva era en el santuario como en el universo.
―los cambios son necesarios para poder avanzar, el cambio es parte de la naturaleza, de nosotros como seres conscientes y pensantes, no puedes saber que un cambio es malo sin antes haberlo probado primero.― Volvía a poner sobre la mesa su punto de vista si todos los cambios hubieran sido malos, el destino de la humanidad como se conocía había encontrado su abrupto final allá en la tierra, donde nadie habría tenido esperanzas de sobrevivir al gran colapso.

― Lo sé pero…― Nuevamente y una vez más la directora de Palestra mostraba su descontento, sin importar cuanto trataran de maquillar la situación, al final, siempre quedará esa duda… aceptar el cambio o morir aferrándose a sus ideales, una decisión difícil sin duda alguna.
―Sigo sin estar segura de esto.― La Amazona de Grulla reafirmó con una expresión de fastidio, solo quería tener una vida más omenos simple, cuidar de sus alumnos y de su hija adoptiva… y pasar el resto de su vida enseñando y pateandole el trasero a los espectros.

Era difícil de asimilar, tantos cambios en tan poco tiempo… apenas lo suficiente como para conseguir una mejoría palpable como se creía que sería, tanto para caballeros como para la sociedad… pero tal vez lo único que se requerían eran… pasos pequeños.

―Ninguno lo estamos Arkham… ni siquiera yo.― Aclaro Shiki sonriendo levemente, él tampoco estaba completamente de acuerdo con todo lo que se les había puesto sobre la mesa pero… era eso o tener que afrontar otra vez una reforma que tal vez los dejaría peor parados cuando aún no habían probado la resolución de esta reforma… al menos debían darle una oportunidad… solo una.

―Pero, los cambios son necesarios, para poder seguir adelante, y ya sabes lo que dicen, un pez no puede nadar contra corriente toda su vida, debe adaptarse o…

―Perecer… lo sé, lo sé…..― Arkhamira Finalizó la frase de Alexander, era la segunda vez que se ponían de acuerdo este día, y no quería que eso se convirtiera en costumbre de ninguna forma, pues… cualquier otra cosa era mejor que tener que estar de acuerdo con ese idiota.

―Tan solo espero que tengan razón.― Dijo ella resignados a que lo que sea que fuera a suceder ella lo afrontaría junto al santuario y a sus queridos alumnos, que por ellos estaba peleando tan férreamente para darles un mejor mañana.

―Y bueno… ¿qué haremos entonces con el segundo predicamento?― Interrogó Asami un tanto más tranquila pero no menos preocupada, después de todo, el público seguía exigiendo respuestas sobre estos "Nuevos" Soldados de Acero" Conocidos como guardianes.

―Estoy segura de que algo se te ocurrirá…― Akhamira simplemente respondió, podía lidiar fácilmente con batallas a gran escala y con problemas politicos y diplomaticos a una menor medida… pero nada en este mundo la haría enfrentarse a las relaciones públicas

―Ah por favor, les ayudé con todo el proceso burocrático, al menos denme algo para sustentar la historia y darles respuestas al público.― Pedía casi como una súplica, ella en verdad no sabía cómo acercar este tema al público y dudaba que solo sus palabras fueran suficientes para convencer a los no combatientes, a las personas comunes que no sabían qué sucedía.

―Lo siento pero tenemos que enviar esto al patriarca.― Alexander respondió también desligandose de dicha responsabilidad, él no era bueno frente a las cámaras…

Cosa que solo dejó a Shiki, quien sonrió con animosidad a la directora de empresas kido, él puede que no fuera la mejor persona frente a una cámara, pero gracias a sus conocimientos en el medio como en el cosmos y cómo manipular información podía crear una historia creíble y veraz, algo que pudiera ajustarse a los cánones de hoy y manipular ciertas narrativas a su favor para un fin simple pero eficaz.

―Si quieres puedo ayudarte con eso.― Afirmó con entusiasmo, en cierta medida él ya se estaba preparando para este momento, desde el momento que supo que la existencia de los caballeros Atenienses no podía seguir siendo un secreto.

―¿En serio?― preguntó Asami aliviada y felíz de que no la dejarían sola en esta encrucijada por llevar la "verdad" al público.

―Sí, tan solo es cuestión de poner algo de imaginación… Y podremos darle una buena respuesta a la audiencia.― Dijo el caballero Dorado de Aries sonriendole a la joven empresaria, la cual asintió levemente, pero… aún así mezclar un mundo tan fantástico como el de los caballeros como el mundo moderno del 2283 sería muy difícil… o eso creía.

―Claro pero… ¿Como?― Asami Interrogó arqueando una ceja.

―Jeh, creo que tengo una buena idea…― Dijo sonriendo con confianza.

Poco después la presidenta de empresas Kido se hizo presente en la rueda de prensa donde revelaría finalmente los hechos acaecidos el 9 de septiembre del año en curso en Ío7, la tragedia de Callistum fue un evento que sacudió a todo el universo, no solo por la enorme tragedia ocurrida ese mismo día junto con las miles de bajas civiles y militares, sino por el descubrimiento de una nueva línea de combatientes en esta guerra contra un enemigo desconocido y brutal.

El Inicio de la conferencia fue lo mismo de siempre, una breve explicación de que se supuso de lo que ocurrió ese día, ese mismo día que la guerra tomó un rumbo aún más brutal, si antes estaban enfrentando seres que devoraban almas, se alimentaban de carne y sangre… ahora presentaban a una nueva clase de enemigos, despiadados, poderosos, quienes podían convertir una ciudad de miles de habitantes en un páramo de ruinas, desolado y deshecho, donde solo ecos y cenizas quedaban.

Un enemigo que al igual que el Qliphoth podía causar la misma devastación que esos árboles malditos en solo cuestión de segundos.

―¡Señorita Asami! ¿Es cierto que ustedes han estado encubriendo datos de la guerra contra estos denominados Qliphoth?

― ¿Es verdad que cuando se le preguntó sobre si conocía la existencia de Guerreros con Habilidades sobrenaturales usted declinó?

―¿Quienes son estos seres que nos están atacando?

―¿Es verdad que son seres de la oscuridad como dijo aquél muchacho del video?

― ¿Cuál es el siguiente movimiento en esta guerra?

Las preguntas por supuesto que no paraban de llegar, los reporteros querían tener una exclusiva en primera plana sobre los avances de esta guerra, pero más que las víctimas, más que la información sobre el enemigo, más que como iban a sobrepasar esta poderosa adversidad, la pregunta más importante y evidente era…
¿Quiénes eran estos guerreros que vestían armaduras singulares?

―Primero que nada, uno por uno… a ver usted primero e iré respondiendo sus preguntas conforme vaya aclarando dudas.― Pedía Asami tratando de controlar a los Cuervos que no dudarían en arrancarle los ojos en cualquier momento, los periodistas a veces solían ser peores que los políticos, sobre todo porque ellos atacaban directamente donde más les dolía.

―¿Quienes son los susodichos Guardianes del Universo?― interrogó una de las reporteras, con la principal duda que todos tenían.

― ¿Los guardianes del universo? En sí era un proyecto secreto, una mejora sustancial del Soldado de Acero Actual.― Asami respondió mostrando su mejor cara de poker, evidentemente no iba a soltar toda la sopa en un instante, pero tampoco iba a mentir completamente, aunque Los caballeros habían venido antes que los soldados de acero, lo cierto era que ninguno de ellos era esencialmente una mejora al diseño actual del soldado de Acero convencional.

― ¿Mejora sustancial?― La pregunta causó que todos también comenzarán a preguntarse lo mismo, por las imágenes del nuevo modelo del "Soldado De Acero"No era nada parecido a lo que conocían respecto al soldado de acero que todo el mundo conocía, de hecho no eran nada parecidos.

Si lo analizaba detenidamente, el soldado de acero convencional portaba una armadura ostentosa, enorme e imponente, mientras que este guerrero poseía una armadura un tanto más minimalista que dejaba expuesta partes del cuerpo importantes, sin mencionar que no eran armaduras que parecían ser convencionales en batalla…
Pero de nuevo, no podían comenzar a juzgar sin antes conocer el trasfondo de dichas decisiones en el nuevo modelo.

―En efecto, estos soldados de acero, son más rápidos y fuertes, además de ser más letales en batalla.― Asami afirmaba sus palabras con sus propios conocimientos sobre los caballeros, a parte de la información que Shiki le había otorgado en muy pequeñas cantidades.
―Este es el Prototipo P: 3 Sn-M4 de la línea de producción Guardián, como mencioné antes es un prototipo de avanzada, que utilizamos para enfrentar situaciones adversos de escala mayor al promedio, son soldados de choque que estarían dispuestos a enfrentar situaciones de naturaleza apocalíptica, ellos poseen un tipo de energía especial que solo pocos humanos son capaces de manifestar.― Al decírselo así sonaba muy fantasioso, aún en la época en la que se encontraban, era casi impensable imaginar que alguien podría tener dichas capacidades, pero de nuevo, la información que ella les proveía era exactamente lo que Shiki había logrado maquinar a su lado.

―Sé que es algo complicado de explicar, por eso traje a uno de mis investigadores en este campo, el Doctor Shiki de Jamir.― Pidió la Presidenta de empresas Kido dando paso al caballero dorado de Aries de tomar la palabra y explicar mejor lo que eran en un muy desatinada y poco fiel explicación de lo que eran los caballeros Atenienses, omitiendo muchos detalles pero ajustando esta narrativa para hacerla más creíble a la gente común y corriente.

― Gracias Señorita Asami.― Las cámaras comenzaron a apuntar a él directamente Shiki se sentía… un tanto intimidado no lo iba a negar, tantas miradas sobre de él era algo nuevo, algo a lo que no estaba acostumbrado en lo absoluto, pero… no podía quejarse, él había apoyado esta idea por completo,
― Como escucharon estos soldados fueron un experimento secreto de empresas Kido, son soldados que entraron en contacto con una energía conocida como: Cosmos. El cosmos es una energía capaz de controlar ciertos aspectos de la materia, aún seguimos investigando el alcance de esta energía extraña, pero gracias a eso hemos podido hacer avances significativos en el campo científico.―sentía que en cierta medida estaba traicionando a sus compañeros del santuario, aunque en realidad esto que hacía estaba dedicado completamente a ellos, quería que ellos pudieran salir allí afuera y poder dar la cara sin temor a ser tratados como diferentes o personas malas, ellos eran gente real con rostros, vidas y nombres reales.
― El modelo que ven en pantalla es uno de esos prototipos, un prototipo de Bronce más Concretamente.― Añadía mirando a sus espaldas, observando al caballero de Pegaso que se proyectaba, aquél que había decidido que los caballeros ya no podían seguir siendo solo un mito, sino una verdad que el mundo debía aprender a aceptar.

―¿Un prototipo de Bronce?― Todos se preguntaron casi al instante que esas palabras fueron dichas… ¿Un prototipo de bronce? ¿entonces habrían más prototipos escalando dependiendo del material del que estaban hechas sus armaduras o el nivel de poder que ostentaban?

―Así es, hay más prototipos de este estilo, pero este es uno de nuestros proyectos más exitosos, la combinación entre humano y energía cósmica, él ha logrado controlarlo y con ello dos de los 9 Qliphoth que han aparecido en el universo han caído.― El caballero de Oro reafirmó, tratando de mantener al mínimo la información que podían proveer al público, no podía permitir que todos supiesen la verdad detrás de los caballeros como él los conocía y comprendía, debía tener una enorme precaución al tocar el tema.

―¿Cómo podemos comprobar que lo que dice es verdad?― Preguntó otro de los reporteros presentes, incrédulo de lo que ese hombre les decía.

―Por que estos guardianes y Los Qliphoth comparten esta energía cósmica, aún no tenemos una explicación concreta de donde proviene la verdad es que, esta fuerza puede que sea un efecto secundario de nuestra exposición ante los fenómenos naturales en el universo y nuestra exposición a la radiación de los soles de nuestros sistemas, muy diferentes al sol que teníamos en nuestro antiguo hogar, ambos fueron concebidos por esta fuerza caótica para destruir a los Qliphoth, ambos siguen el mismo principio cuya naturaleza concibió el poder de ambos, los experimentos realizados sobre ellos sonic clasificados, pero hemos sabido mantenerlos bajo control y monitoreo constantemente para evitar que se tornen en nuestra contra.― Al tratar de explicar la situación y la naturaleza de los caballeros Atenienses debía ser precavido y evitar hablar más de lo debido, no podía ni debía revelar más de lo que ya había dicho, el caballero dorado de Aries comprendía que este público no podrían entender a los caballeros de la misma forma que él lo hacía, pero aún así podría hacer un intento de como exponer una realidad complicada a un público complejo que tenían nulo conocimiento del cosmos.
―Son seres con la capacidad de alterar la naturaleza, lo único que hicimos fue tomar esta fuerza y adaptarla al poder humano, en pocas palabras, estamos luchando fuego contra fuego.― Al decir eso hubo escepticismo entre la audiencia, pero… ello seguían escuchando con completa atención al caballero de oro, aunque incluso con las modificaciones hechas era demasiado increíble para simplemente asimilarlo.

―Que edad tiene este soldado, ¿se ve muy joven?― La pregunta que muchos se hacían se hizo presente finalmente de manos de otra reportera, quien había notado lo que todos los demás, ese chico no podía tener más de 18 años, rayos ni siquiera podía rebasar la edad de 15 o 14, era muy joven pero a la vez… Su altura era la de un muchacho entrado en los 17 años.

― Yo responderé esa pregunta.― Asami dió un paso adelante, mientras que Shiki se colocaba a su lado para seguir apoyando en esta historia que ambos habían maquinado.
― La edad de este Modelo de Guardián sobrepasa la mayoría de edad, solo se ve así por la cantidad de cosmos en su sistema, desacelera el ritmo de envejecimiento y mantiene el cuerpo en forma y saludable.― No era necesario que nadie supiese la verdadera edad de ese muchacho, era verdad que él no cruzaba la mayoría de edad, pero si decían la verdadera edad de él y de la mayoría de sus compañeros, la polémica subiría de intensidad y saber que el ejército aliado y más aún los caballeros en su mayoría apenas tenían la edad suficiente para ser soldados, haría que la gente se escandaliza, por ello debían ser cautelosos con la cantidad de información que proveían.

―¿Que clase de habilidades tiene?― Otro reportero hizo una pregunta igual de importante, algo que toda la audiencia quería interrogar, pues, si los soldados de acero convencionales hacían cosas que eran catalogadas como sobrenaturales, estos soldados debían ser aún más especiales para tener armaduras menos ostentosas.

―Temo que esa es información clasificada aún.― Shiki respondió sin dar más detalles, aunque ellos merecían la verdad, no podían arriesgarse a dar más detalles de los necesarios, esa información era innecesaria, así que no había motivos para revelar… la "verdad" y LA Verdad, tendrían que irse desenvolviendo poco a poco.

―¿De qué material está hecha su armadura y por qué tiene esa forma?― Una reportera más cuestionó a ambos curiosa del brillo que dicha armadura presentaba, pues… no parecía ser acero en realidad, parecía un metal pulido parecido a la plata, el platino… o incluso el Bronce.

―Una aleación de Acero con Vitrilo Puro, un metal bastante resistente y lo suficientemente fuerte para aguantar el disparo de plasma y balas cinéticas. ― Asami reveló, en realidad ella no tenía ni idea de que estaban hechas las armaduras de los caballeros, tenía teorías, pero solo eso eran, teorías que para nada podrían apegarse a la verdadera realidad, esa era información que solo los caballeros del santuario y tal vez Shiki sabían por completo.

―Además su forma se adapta a un estilo de combate, directo agresivo, versátil y dinámico para enfrentarse a enemigos de Peligro Mayor.― Aunque Shikl sabía de qué estaban hechas al detalle, la verdad era que no podía hablar de ello con la misma naturalidad con la que podía hablar con, por ejemplo, Kiva metales como el Oricalcum, el Gammanium, el Polvo de Estrellas eran metales que de ser utilizados en otra cosa que no fuera reparar armaduras, sería un acto peligroso, el conocimiento de un hombre siempre podría ser convertido en un arma para otro.
―En cuanto a su diseño es meramente estético para inspirar a los soldados y mantener la moral entre las filas.― Él sabía que no era así, cada parte estaba diseñada para un combate versátil, dinámico y directo, claro había armaduras que protegían menos.

Pero eso ya dependía también del rango, las de bronce casi siempre eran las que menos protección ofrecían, mientras que las de plata y oro ofrecían una protección, sin contar defensa corporal más completa al igual que compleja, aunque esto casi siempre dependía del portador como de su poder. además de que las armaduras al ser objetos divinos, tomaban la forma y apariencia en base a la personalidad de su usuario.

―¿Que tipo de armas utiliza?― La pregunta no se hizo esperar, al ser soldados debían si o si, tener armas de plasma o cinéticas para combatir, poco sabían que la respuesta los sorprendería.

―Ninguna… Usa solo sus puños para protegerse.― La respuesta causó un silencio en general

―Entonces… ¿Cómo es posible que hayan logrado derribar 2 Qliphoth?― La pregunta más importante no se hizo esperar., si ninguno de ellos utilizaba armas, ¿como habían conseguido el milagro de acabar con dos árboles de la muerte de la manera que lo habían hecho?

―No necesitan armas, el poder de su cosmos es suficiente para enfrentarse a los enemigos de la humanidad, se podría decir que la única arma que poseen es su propio Cosmos.― Shiki esta vez se adelantó a explicar, dejando en claro que aunque no utilizarán armas sencillamente no las necesitaban, ellos eran las armas, la herramienta destinada a llevar paz a todo el universo.
―Como dije anteriormente, usar el fuego contra fuego.― Esas palabras aunque acertadas, siguen sin convencer a las personas presentes, quienes… apenas podían comprender que era ese tal "Cosmos" el cual nunca en sus vidas habían escuchado.

―Que tipo de sujetos son aptos para la aumentación?― interrogó a otro reportero, el cual… estaba igual de intrigado que los demás, los soldados de acero de la primera, segunda y tercera generación casi nunca eran aptos para recibir una mejora sustancial, pero… entonces ¿qué hacía tan especiales a estos "nuevos" soldados?

―Hay pocas personas capaces de canalizar el poder cósmico, pero se ha demostrado que conforme a una enorme determinación y fuerza, hay gente que puede empuñar y utilizarlo adecuadamente, aún es una habilidad expérimental, no sabemos mucho de ella.― La revelación volvió a causar un sobresalto entre la gente de la audiencia quienes… solo podían escuchar con extraña fascinación e incredulidad las palabras de ese hombre, pero… incluso si los estaban engañando y esta era una broma de mal gusto, había algo en la forma que decía las cosas que parecía convencerlos… aunque fuese un poco.
―Lo único que realmente sabemos es que están aquí para protegernos y defendernos… ese es suproposito con el que fueron concebidos y no hay suficientes motivos para creer que puedan ser amenazas a futuro.― Al menos ellos no, pues sus enemigos quienes compartían un enorme parecido, solo causaban muerte y destrucción a su cruento paso, en cambio los caballeros siempre defenderán la justicia, la paz la libertad y a la gente que componía este vasto universo.

―Después de todo su principal directiva es proteger y defender a la humanidad.― Asami aseguró apoyando las palabras de Shiki, quien se alegraba que estuvieran haciendo un buen equipo para hacer de esta historia algo más creíble.

―Estos modelos de guardián ya se habían visto anteriormente en diferentes batallas a lo largo del universo, hay suficientes videos que reafirman esta teoría. ¿que tienen que decir al respecto?― Alguien tuvo que sacar el tema y por supuesto que no podían hacerse de oídos sordos, desde que la tecnología, más concretamente las cámaras de video digitales, el internet y los foros se habían creado, muchos habían visto extrañas similitudes en el pasado, pero no habían logrado conectarlos por completo hasta lo ocurrido en Callistum.

― Como proyecto clasificado, habían sido envíados diferentes modelos para probar su utilidad y eficacia ante ataques de magnitudes cuasi apocalípticas, tan solo este modelo ha sido capaz de contrarrestar el poder de los Qliphoth gracias a su habilidad manipulando la energía cósmica.― Asami respondió rápidamente, era verdad que esa realidad la habían ocultado por mucho mucho tiempo, a petición del Patriarca, pero… siendo honestos, no era la única razón, era por que el publico aún no estaba preparado para una verdad tan abrumadora como lo eran los caballeros, la diosa por la que luchaban y protegían y los dioses que querían extinguir por completo a la humanidad.
―Es verdad que hemos ocultado información, pero los motivos detrás aún son clasificados, liberaremos más información durante los subsecuentes días.― Aunque aún no podían revelar las razones detrás de su lucha, lo único que podían asegurarles era que los caballeros habían llegado esta vez para quedarse.

Como los Eternos Defensores de la Humanidad que siempre habían sido.

―Es posible que los enemigos que están atacando al universo y estos "Guardianes" ¿Tengan las mismas habilidades?― Otra reportera se hizo escuchar, haciendo audible otra de las preocupaciones de la audiencia, pues si los Guardianes se estaban enfrentando a fuerzas que sólo podían ser descritas como sobrenaturales, eso significaba que también debían pelear con el mismo poder que estas criaturas salidas del infierno.

― Sí es posible…― Asami dijo con cierta incomodidad… no quería que a los Caballeros se les tachara como enemigos, eran sus aliados, sus defensores y lo último que quería era que el público también los tacharse como posibles amenazas como las que estaban atacando los planetas.

― Y si lo son, ¿quiénes son los responsables de todos los ataques que han desolado el universo? Son… ¿entidades alienígenas?― Desde que la Humanidad había conquistado buena parte de las estrellas, ese temor seguía latente, habían conocido especies alienígenas en los nuevos planetas colonizados, todos pertenecían a la fauna y flora de los mismos, nadie había demostrado inteligencia superior a la humana, además de que este fuera el primer contacto con seres inteligentes sin contar además que estos fueran monstruos homicidas y genocidas… les aterraba de sobremanera.

―Esa es una pregunta de la que aún no tenemos respuestas.― Asami respondió, era verdad que estos "Seres" No distaban de ser humanos… pero tampoco eran seres "vivos" como los comprendían, aún habían cosas que no entendían de los espectros, solo los caballeros comprenden en su totalidad que eran ellos… pero… solo ellos sabrían cómo detenerlos, pero llegado el momento, los caballeros aTenienses tendrían que responder muchas preguntas una vez esta guerra encontrará un punto de quiebre.

―Pero tranquilos, no permitiremos que este enemigo desconocido nos arrebate más de lo que ya ha hecho.― Shiki se adelantó a decir, determinado, él como cientos de compañeros, fueran o no caballeros estaban peleando contra las fuerzas de Hades, para detener este augurio de destrucción desolación y muerte que era una guerra cruel y despiadada como la guerra santa..
―Ellos son nuestros guardianes, la primera y última línea de defensa ante el enemigo que amenaza las vidas de nuestros seres amados, de nuestros hogares… Los enemigos de la paz no podrán amenazarlos más, pues tenemos poderosos aliados de nuestro lado.― Hablaba con la misma determinación con la que cientos de sus compañeros lucharon y murieron, ninguna de esas muertes sería en vano, nadie habría muerto en vano, no mientras aún quedaran Soldados de Pie… Esta guerra no sería el fin de la humanidad, sino el comienzo de un largo viaje para descubrir el verdadero destino que habían adquirido al adentrarse entre las estrellas.
―Descansen tranquilos, pues este enemigo desconocido, no podrá derrotarnos, no mientras tengamos a estos guardianes de nuestro lado.

Las palabras del Caballero en traje de Civil hacía que las dudas… que el sentimiento de incapacidad, desconocimiento y temor se disiparon, les otorgaba valor, convicción y aliento… para seguir afrontando esta larga noche oscura, donde la única certeza era la muerte, pero ellos lo habían dicho, no descansaría, hasta protegerlos a todos.

―No más preguntas.― La Presidenta de Empresas Kido finalizó, bajándose del escenario, siendo acosada por todas las personas presentes que aún tenían muchas preguntas, pero… por ahora, estas eran las mejores respuestas que podían ofrecerles a sus salvajes curiosidades.

―Gracias Shiki…― Murmuró Asami suspirando fuerte y pesadamente eso había salido bien… tal vez demasiado.

― No, gracias a usted señorita Asami…― Respondió el Caballero de Aries sonriéndole levemente, él también se sentía un tanto abrumado pero después de esa conferencia, creía poder regresar al santuario con un poco más de satisfacción por saber que todo lo que había dicho y hecho hoy ayudaría a sus compañeros a ser mejor aceptados en la sociedad.

―Lamento que ahora su secreto haya sido revelado al mundo de esta forma.― Dijo un tanto apenada, Asami comprendía que una institución como el santuario debió haber permanecido en secreto, era mucho mejor así, para seguir defendiendo al universo desde las sombras.

―No te preocupes… de todas formas ya era necesario un cambio…― Shiki también hubiera deseado que el secreto del santuario hubiese permanecido como tal, pero la verdad era que… ya no podían permitirse eso, no con todas las personas que merecían saber que el enemigo que los atacaban eran seres que solo buscaban causar muerte y destrucción, ya no podían… no cuando había mucho que perder y aún más por qué ganar.
―Después de todo… Como diría esa canción, Times They are A-Changin'…― Añadió riendo levemente, recordando aquella canción de un famoso cantante de hace miles de años que había fallecido, pero cuya canción resonaba con mucha fuerza hasta el día de hoy.

―Sin lugar a dudas…― Dice Asami levantando la cabeza, observando hacia el frente… el futuro estaba llegando, ella siempre había sido de la idea que si el pasado no te permitía avanzar era mejor abandonarlo y seguir de pie hacia el futuro… aunque este pareciese oscuro e ignominioso, no podían tenerle miedo… pues nadie sabía lo que podía contener, el futuro siempre traía sorpresas tanto agradables como desagradables… pero no servía de nada aferrarse al pasado si este no te permitía ver más allá, si no se podía avanzar y mirar hacia adelante con orgullo, después de todo.
―Los tiempos van cambiando…

Caballeros del Zodiaco: Guardianes del Universo.
Libro 2: El Reino de Hades.
Capítulo 27: Reporte de Misión: 322

Come gather 'round people wherever you roam and admit that the waters, Around you have grown and accept it that soon, you'll be drenched to the bone.
If your time to you is worth savin' And you better start swimmin' Or you'll sink like a stone.
For the times they are a-changin'.

Así como las cosas iban cambiando la guerra también lo fue, soldados el universo parecía irse adaptando a los tiempos violentos que transcurrían, de igual forma que la gente comprendía mejor la situación que aconteció, los vientos del cambio eran violentos, pero a su vez suaves, permitiendo que dicha briza los atrajera hacia ese punto de nuevo, hacia aquella sensación de seguridad que aquellos guardianes llevaban, mientras que, caballeros de Bronce y plata cada vez más se adaptan a ser envíados a misiones de combate para acabar con los Qliphoth, tenpian las herramientas, tenían apoyo, tenían las armas… con las primeras dos victorias por la supervivencia de la humanidad… Más se fueron añadiendo con el pasar de los días.

Come writers and critics who prophesize with your pen and keep your eyes wide, the chance won't come again and don't speak too soon for the wheel's still in spin and there's no tellin' who that it's namin' for the loser now will be later to win.
For the times they are a-changin'

Para muchos comprender esta nueva realidad era difícil, hubo miedo, incertidumbre al inicio pero a su vez, había una sola certeza, estos guerreros, estos Guardianes habían hecho un juramento solemne, no permitir que la misma tragedia se repitiera una y otra vez.

Aún si debían sacrificarlo todo para ganar, la pólvora comenzó a esparcirse, quemando todo lo que se encontraba a su alcance.
Pero ningún cambio comenzaba sin un poco de prejuicio, al principio fueron temidos por supuesto, pero poco a poco y bajo miles de actos heroicos y de sacrificio valeroso, una guerra compleja, en un mundo aún más complejo se volvió en una historia más humana, donde estos seres que luchaban usando su cosmos, protegían y defendían a toda la gente de este universo, quienes observaban maravillados cada proesa de valor y poder que solo ellos eran capaces de manifestar.
Donde personas normales solo podían observar como estos defensores de la paz luchaban incansablemente para protegerlos, para acabar con las fuerzas de un mal que no buscaba nada más que extinguir a toda la raza humana del universo.

Come senators, congressmen, please heed the call, don't stand in the doorway, don't block up the hall
For he that gets hurt will be he who has stalled, the battle outside ragin', will soon shake your windows and rattle your walls
For the times they are a-changin'

Miles de naves navegaban a través del infinito mar de estrellas el llevando consigo el símbolo que representaba a la Diosa de la victoria, Nike, tanques, acorazados, vehículos poderosos que llevaban millones de soldados dispuestos a pelear y morir por defender al universo, y entre sus filas los caballeros de la esperanza siempre acompañaban, y mientras más prominente sus presencias, más segura era la victoria.
Y finalmente después de miles de tropiezos, contratiempos fue que comenzó a ganar, no solo terreno, sino batallas que definirían conflictos a futuro, historias de triunfos inexpugnables se hacían escuchar a lo largo y ancho de la galaxia, uno tras otro, los Qliphoth caían, gracias a la unión de los caballeros Atenienses, era no solo gracias a aquellos que la pesadilla estaba encontrando un fin, era también el esfuerzo en conjunto de miles de valientes, hombres y mujeres que marchaban hacia la oscuridad, con la esperanza de llevar de vuelta la luz al universo.

Pero la victoria no llegaría sin un costo, una guerra que de principios era cruel, comenzó a llevarse la vida de sus compañeros.
Aliados, amigos…
Aún llevando las armaduras más poderosas de todas, seguían siendo humanos, humanos de carne y hueso… cuyas vidas se desvanecían como el fuego siendo apagado por los vientos del cambio…

Pero mientras uno de ellos quedará en pie, mientras uno de ellos siguiera en la lucha, mientras uno solo de ellos logrará reclamar la victoria, aquellos que murieron bajo la cruel mano de la dolorosa batalla que cubría las estrellas, jamás conocería la derrota.

Come mothers and fathers throughout the land and don't criticize what you can't understand, your sons and your daughters are beyond your command, your old road is rapidly agin' please get out of the new one if you can't lend your hand
For the times they are a-changin'

Finalmente estábamos ganando, un grito de victoria que se extendía hacia los rincones más profundos del universo conocido, pero bajo las grandes victorias las derrotas se resentían en el inframundo…
Y aquellos que fallaban ante los amos del Abismo, eran cruelmente castigados.
Uno tras otro, el Fracaso se había convertido en una advertencia para todos, repetir el mismo error que aquel que los precedió, solo los llevaría a ser utilizados como muñecos de carne sin voluntad, seres que solo existirían para ser un recordatorio vivo de que nadie podría escapar jamás del castigo del fracaso.
Los Dioses observaban los fracasos de su ejército y castigaban con severidad a los responsables de la caída de los Qliphoth, pero… así como si fuera una extraña broma del destino…
Estos crueles ejemplos de por qué no podrían fracasar, eran también la razón por la que no podrían parar, los humanos se estaban volviendo arrogantes de nuevo… y pronto, muy pronto, serían golpeados de regreso al suelo, como los gusanos que eran.

The line it is drawn the curse it is cast, the slow one now will later be fast as the present now will later be past,
The order is rapidly fading' and the first one now will later be last.
For the times they are a-changin'.

Los días seguirán pasando, más batallas seguirán ocurriendo a lo largo y ancho de este universo, un universo frío e indiferente al dolor humano, una guerra sin fin ni comienzo, una historia de violencia tan familiar, tan conocida, pero tan diferente, donde la gente normal solo podía observar maravillada y horrorizada, donde los soldados debían luchar cada día para sobrevivir solo un segundo más.
Y Donde los caballeros parecían ser los únicos que tenían control en algo en esta guerra, pese a que nadie realmente lo tenía…
La única certeza para muchos era la muerte.

Lo único en lo que podían creer, ver y admirar, era el carnaval que se estaba montando en torno a esta batalla, un conflicto que poco a poco alcanzaba niveles aún más críticos, tanto en su ejecución como en clímax, pronto las cosas comienzan a tornarse tensas, pero fascinantes para aquellos que observaban desde la distancia como espectadores.

Quienes solo podían observar con extraña y cruel fascinación como los eventos se desenvolvían ante sus ojos.

El miedo comenzó a convertirse en un espectáculo, la guerra comenzó a convertirse en teatro, los enemigos en propaganda y los supuestos héroes en mercancía, series de TV, Películas, documentales, propaganda militar, camisetas, chamarras, posters, figuras coleccionables, todo tipo de accesorios para el día a día.

Sin importar a donde vieras, esta guerra parecía haber perdido sentido al menos frente a las personas regulares, porque aquellos que estaban en el frente veían cosas que ningún ser humano debería ser capaz de apreciar.
Titanes cayendo ante el poderoso puño de los hombres de carne y hueso, enemigos que los igualaban en poder, fuerza y habilidad luchando por la supervivencia de su raza.
Uno iba a morir y otro iba a alzarse victorioso… Uno debía caer, sin importar quien fuera.

Por qué aún si ganaban, las crueles cicatrices de esta guerra se verían reflejadas en el universo.
Pero si perdían, la cruel realidad de la que eran partícipes y que habían convertido en un evento de reality Show… Próximamente se convertiría en una pesadilla… de la que ningún tipo de escapismo les permitiría alejarse nunca más…
Tal vez esta guerra finaliza algún día… tal vez cuando todo esto termine esto solo sería un recuerdo doloroso de los días de la violencia interminable…
Tal vez… solo tal vez, la gente no recordaría esta triste batalla por la supervivencia del mundo y sería solo una memoría infame, de los tiempos de la Espada y la Lanza.
Pero esa… es otra historia…

Planeta: Io7
Localización: Paramos de Neo Belfast
Fecha: 9 de septiembre del 2283
Hora: 5:53 p.m.

Horas después de la caída del Qliphoth.

El joven caballero Pegaso seguía su labor de ayuda en las ruinas de la ciudad de Callistum, tomándose un descanso después de salvar a más personas debajo de las ruinas, pero al ver las miles de bolsas de cadáveres y mantas que cubrían cuerpos ensangrentados en el suelo… solo podía pensar en… ¿por qué no pudo hacer más?
¿Había algo más que pudo haber hecho?
¿Siquiera… pudo haberlo intentado?

Muchas preguntas, pocas respuestas llegaban a su mente, estaba exhausto pero debía continuar, debía salvar a una persona más… solo a una persona más, por qué este fracaso pesaba dentro de su joven alma… Tantas personas, sacrificadas en un solo instante para satisfacer el deseo de un malnacido de ver el mundo arder, no comprendía por qué una persona así se le había otorgado un poder tan abrumador, la esencia pura de su propio ser era proteger a aquellos que no podían defenderse contra seres con esta clase de poder y habilidad, pero incluso él comprendía que a diferencia de, él solo era un simple novato creyéndose un héroe.
Vistiendo ropajes divinos para enfrentarse a esos seres y con algo de suerte salir vivo del siguiente enfrentamiento que le tocase luchar, pero al ver a toda la gente que había sufrido por culpa de ellos, del dolor y la destrucción causada… tan solo, lo hacía sentirse tan lejos de casa.
Y al dirigir su mirada a ese niño que había rescatado cuando la tormenta había parado, rememoró la razón por la que estaba haciendo esto…

Seika… ya se le hacía raro por qué con cada conflicto, con cada enemigo abatido, con cada civil que perdían, con cada soldado que era cruelmente asesinado se sentía cada vez más lejos de casa, por que imaginar que esto pudiera sucederle a ella… El tan solo imaginarlo, lo hacía sentir pequeño… débil, sin poder o fuerzas…
Casi podía desentenderse de la situación, separar lo que ocurría aquí y lo que pasaba en casa como dos situaciones aisladas una de otra, que en verdad podía creer que estos monstruos asesinos, psicópatas y genocidas no se acercarán a su hogar.
Pero luego observaba la manta que cubría el cuerpo de esa mujer Albina… quien aún sostenía esa Marioneta entre sus manos… y esa idea se iba directamente al demonio.

Para los espectros no existía nada que fuese sagrado, más allá de su dios, la vida humana y lo que era más, su sufrimiento, no parecía valer nada para ellos.

Lo único que hacían era matar, destruír y violar todo aquello que los caballeros consideraban como importante, sagrado y puro…

Esta era la razón por la que no podían parar hasta frenarlos definitivamente, porque… Este era solo el inicio de una guerra cruel e injusta contra personas que no podían pelear de vuelta, y nuevamente su mente regresaba a Seika… Ella era esa razón por la que no podía volver a casa, no regresaría… al menos no, hasta que pudiera limpiar este universo de la escoria como ellos.
Su anhelo… su vida, casi una obsesión.
Ella era todo para él… y perderla de la misma forma que miles de personas habían perdido a un ser querido en esta dolorosa batalla, lo rompería en tantos niveles.

La amaba, más que a su propia vida y estaría dispuesto a entregarla en cualquier momento sin dudarlo ni un solo instante solo por mantenerla a salvo… por eso cuando buscaba entre los escombros a otra persona que necesitaba y requería ayuda…
Solo podía sentirse más y más cerca de casa…

―Hola hermanito… ¿cómo te va?― Genki apareció a un lado suyo, mientras Seinma reposaba solo un momento después de haber ayudado a más personas a salir de los escombros.

―No muy bien…― Dijo el caballero Pegaso cansado, a punto de colapsar de cansancio… pero no se podía detener… no se querían detener, no hasta que el último de ellos estuviera a salvo.

Genki no necesitaba una prueba tangible, podía verlo en sus ojos… su muchacho no se encontraba bien, física o mentalmente, tal vez él se culpaba de esto, tal vez incluso estaba diciendo a sí mismo ¿por qué no pudo haber hecho más? Culpando de todo… martirizando, convirtiéndose a sí mismo en el artífice de esta tragedia.

Aunque pudiese decirle que en efecto, esta no era su culpa… podía sentirlo, su noble corazón le obligaba a creer lo contrario.

―Entiendo…― Murmuró el caballero de Libra, suspirando pesadamente, él sin duda estaba pasando por un momento sumamente doloroso, uno que… sin duda lo estaba sumergiendo en un infierno personal del que no podría escapar fácilmente.
―Las cosas se salieron de control…

―Sí lo hicieron.― Esto era lo que pasaba cuando no tenían a Danny de su lado, sin duda ella habría logrado encontrar una forma de que todo esto hubiera desescalado de proporciones, tal vez incluso hubiera logrado salvar a toda esta gente pero… la suerte no corrió de su lado.
Y este era el precio a pagar por su fracaso.

Tal vez habían dejado a Danny como la única que podría planificar algo capaz de salvar a todos, y se habían olvidado de pensar por ellos mismos, pero aún así esa duda persistía…
¿En verdad había algo más que ellos pudieron haber hecho?

―No es tu culpa… grabatelo en la mente, esto no es tu culpa.―Dijo Genki colocando su mano sobre el hombro de Seinma, tratando de convencerlo, nada de lo que ellos hubieran hecho habría conseguido que esta desgracia de alguna forma se hubiera evitado… Nada, excepto… tal vez, haber peleado los tres caballeros dorados juntos para abatir a ese desgraciado de una vez y por todas.

―Mami… mami…― Seinma escuchó al mismo tiempo que Genki, quienes… pudieron ver a ese muchachito de cabello albino y ojos rojos sujetando la mano de su madre fallecida, llorando desconsoladamente por la pérdida de la persona a la que más amaba en el mundo.

―¿Y por qué se siente como si lo fuera?― Murmuró Seinma total y completamente devastado, ese niño… esta gente, ellos no tuvieron la culpa de nada de lo que ocurrió en esos momentos.

―Somos Humanos Sein, incluso si somos caballeros, hay cosas que no podemos controlar, dios… Si yo lo sé… a veces la vida es simplemente injusta Sein.― Genki Respondió suspirando pesadamente, esta era la peor forma de hablar de estos problemas, adentrarse en este tipo de temas tan complicados de afrontar pero a la vez tan difíciles de tratar, pues… un Trauma Emocional jamás era algo sencillo con lo que lidiar.
―A veces uno solo intenta hacer lo mejor posible… y lo único que conseguimos a cambio es, fracaso tras fracaso.― El caballero de Libra conocía de antemano ese sentimiento que ahora estaba rompiendo a su alumno por dentro, en verdad era… difícil incluso hablarlo con alguien más, pero aunque él se estaba culpando por esto, no debía hacerlo… él había hecho lo posible y a veces incluso eso era suficiente.

―Pero, por eso no hay que rendirnos… Sí es desalentador… y suavemente doloroso Sein, pero, así es la vida… y lo único que podemos hacer es ponernos de pie y seguir luchando, por que si dejamos de hacerlo ellos ganan… y lamentablemente este siempre será el resultado.― Dice llenando aún más de determinación al caballero de Bronce, él no dejaría que esta tragedia se volviese a repetir, nunca más… no mientras él estuviera aquí para evitarlo.

―Lo sé.― Murmuró Seinma suspirando pesadamente.

Aunque ante eso una persona apareció cerca de ellos, una mujer que se acercaba con un mensaje importante que dar.

―¿Son los caballeros Atenienses?―Preguntó una mujer soldado, cargando con ella una escopeta militar de alto calibre en las manos, armamento que solo los combatientes contra espectros podrían utilizar, lo que significaba una sola cosa.

―En efecto.― Respondió Genki observando a la mujer soldado con atención.

―El comandante Romanov pide su presencia en el campamento de Marchenko.―Ella hizo un saludo militar hacia ellos, presentando sus respetos y el mensaje importante a entregar.

―¿Ahora?― Interrogó Genki, suspirando con enorme pesadez, esperaba no tener que lidiar con esto… pero al parecer no había otra opción.

―Ahora…― Respondió la soldado con una evidente expresión de frialdad, casi no parecía que nada de esto le importaba en lo absoluto… pero la verdad era que… incluso ella estaba igual de afectada que muchos otros ahora.

―No podemos irnos… Aún hay personas que rescatar, gente que necesita de nosotros.― Seinma trató de objetar, pero… Genki lo apaciguó aunque él no era particularmente tan desinteresado como muchos de los soldados de esta colonia… sin duda comprendía que había mucho que hacer, aunque quería quedarse a ayudar… los de los altos mandos sin duda querrían una explicación de lo acontecido.

―Creo que ya hicieron suficiente aquí, adelante muevanse.― La soldado les pidió a ambos caballeros, Genki suspiró en verdad que no quería hacer un reporte de lo sucedido, pero como el encargado de la misión de abatir al objetivo prioritario.

―¿Qué ocurrirá con el chico?― Seinma interrogó dirigiendo su mirada al pobre niño, quien se seguía lamentando por haber perdido a su amada madre.

―De eso se ocuparan otras personas, vamos, no tenemos todo el día.― No mentía, ahora con toda la atención que este desgarrador evento había atraído… todas las ONG 's y ayudas humanitarias tendrían a Callistumi e Ío como un sitio de interés, solo faltaba una enorme tragedia de esta magnitud para que esos desgraciados que solo buscaban aprobación mediática miraran en dirección de este planeta abandonado por la mano de los dioses.

―Sein… vamos.― Genki le pidió, posando su mano sobre el hombro de su Alumno, quien… solo atinó a asentir, con pesar el caballero de Pegaso comenzó a ser guiado lejos de hasta ahora… el peor fracaso de su vida, para dirigirse hacia donde los necesitaban.
―Claro… Claro…― Seinma murmuró suspirando fuerte y pesadamente, comenzando a alejarse de la zona, pero antes de retirarse solo podía ver a ese chico albino, observando con una expresión de culpa y tristeza… sus lamentos iban a adornar sus sueños y la memoria de esa mujer muerta acompañaría sus pesadillas, un recuerdo constante y palpable de su fracaso.

―Lo siento…― Murmuró, no sabía si ese niño lo había escuchado… o lo había entendido pero… quería que lo supiera, en verdad si hubiera podido hacer algo, lo que fuera, la habría salvado sin importar que tuviera que sacrificar para lograrlo.

El camino de regreso al campamento fue… Silencioso, Seinma no tenía nada que decir, Genki sabía que él estaba culpandose por dentro, ¿se preguntó a sí mismo por qué no hizo más? ¿acaso había algo que él pudiera hacer?
Genki sabía que esto no era culpa de Seinma… si a alguien debían culpar era al Propio Genki, él no debió permitir que esto se le saliera de las manos.

Fue su responsabilidad evitar esta tragedia y no pudo conseguirlo, si a alguien debían culpar era a él… en lugar de dejarle todo a Jacko, debió haberse asegurado de que él lo hubiera asesinado, abatir entre los tres caballeros de oro y acabar con ese desgraciado antes de que se le ocurriera hacer esto…

Pero ahora su alumno sufría, porque como siempre se consideraba el guardián de todos… del universo, de los débiles, de Athena…

Siempre queriendo cargar con una cruz que no le correspondía, siempre queriendo adoptar las tragedias ajenas como suyas, porque fuera de un sentimiento ególatra y auto centrista, Seinma lo que en verdad sentía era… miedo, desolación, ira… Y un constante sentimiento de querer siempre hacer lo correcto, se adjudicaba esta tragedia por qué su noble corazón ya había sentido esto antes, esa impotencia de luchar arduamente y no poder conseguir nada.
De estar tan desesperado de ser ese héroe que no pudo ser en el pasado cuando su amada hermana y su diosa fueron atacados.

Estaba desesperado por ser ese héroe, el héroe que él lo inspiró a convertirse… no podía evitar pensar que le estaba fallando a su alumno pues… lamentablemente y para su desgracia lo conocía bastante bien.

Este dolor… Esta tragedia, le pegaba personalmente a él, específicamente a él…

Porque en su mente seguía siendo ese niño indefenso que solo podía correr y rogar por ayuda, con el peso de tantas vidas perdidas ese sentimiento se apoderaba más y más de su corazón.
Perder a un amigo nunca era fácil, pero perder a cientos de personas inocentes… era una carga que pesaba aún más en el alma, saber que se pudo haber hecho algo para evitar que se perdieran y no haber podido tener la fuerza para conseguirlo era devastador
No era fácil, nunca se hacía más fácil pero… el problema era que, seguía siendo un niño, le hubiera encantado que él jamás hubiese tenido que experimentar esto a su edad, pero, lamentablemente Genki jamás tuvo esa opción, no cuando fue niño ni ahora como adulto, él jamás tuvo la elección, eso se le fue arrebatado cuando decidió conscientemente convertirse en uno de los 12 guardianes más poderosos del universo.
Él mismo se condenó a esta agonía… y estaba arrastrando a su querido alumno a la misma tortura.

Fue ahí en medio de sus pensamientos que una figura dorada apareció frente a su mirada, recargado sobre un árbol, con una mano sujetando su rostro y la otra completamente inmovil para aguantar el penetrante dolor de su uña faltante, aunque no sabía si eso era igual o peor que el paralizante ardor que dominaba todo el lado derecho de su rostro, estaba seguro de que había destrozado los nervios de su ojo, pero… aún así tan solo sentir como su cuenca ardía con la intensidad e una plancha de hierro presionada contra su piel constantemente era suficiente para mantenerlo en su sitio sin moverse respirando con dificultad

―Uh…. ¿Jacko―? Preguntó el caballero de libra observando con sorpresa al caballero del escorpión de Oro, el cual al escuchar la voz de su compañero desvió su ojo izquierdo hacia él, encontrándose con el santo de Libra y su alumno quienes lo admiraban con sorpresa.

―Ey…― Murmuró el guardián del Alacrán Dorado sonriendo levemente, aunque apenas abrió su ojo izquierdo lo volvió a cerrar, el dolor estaba dominando incluso su único ojo bueno.

―¿Que te paso, quien te hizo esto, fue el espectro?― Interrogó Genki acercándose a verlo, estaba sangrando, tanto de su rostro como de su mano derecha, esto sin duda debió ser por la batalla que había tenido anteriormente, sino no se explicaba cómo era que Jack ahora se encontraba así.

―Nah, apenas pudo alcanzarme…― Respondió con total sinceridad, habría dicho que no fue divertido de no ser por qué masacrar a ese cabrón fue sumamente entretenido, además llevó todos sus sentidos y habilidades al máximo, sin contar que ahora por ese malnacido había perdido una de sus uñas y posiblemente su ojo derecho.
―Yo me hice esto…― Añadió volviendo a colocarse la mano sobre el ojo, eso por lo menos lo calmaba… ardía como los mil demonios pero suavizaba un poco el dolor, solo un poco, habría optado por ponerse algo de nieve en el área de no ser por que apenas tomaba un poco entre sus manos esta se derrite instantáneamente… el calor de su cosmos aún seguía impregnando toda su armadura.

―¿Qué?― Interrogó Genki completamente confundido por la respuesta de su compañero dorado.

―Sí, mi técnica de fuego solar… Al concentrar la energía que afecta el cuerpo del enemigo a través de mis ojos hace que mis retinas se sobrecarguen de poder, pero al forzarlo para hacerlos estallar se requiere una cantidad de cosmos aún mayor, lo cual causa daños casi permanentes a mis ojos.― Jacko explicó tratando de ser lo más coherente posible, los vasos sanguíneos de los ojos eran extremadamente delicados, un mal golpe daría como resultado perder parcialmente la visión sino que te dejaría ciego permanentemente, forzar la visión de la forma que él lo hacía era sumamente arriesgado, pero… esa fue la única forma de mantener al enemigo a raya.
―El patriarca me dijo que… tratará de ya no hacerlo debido a que si sigo haciéndolo terminaré ciego eventualmente…― Añadió rememorando las palabras de su mentor, casi odiaba darle la razón pero… si era honesto consigo mismo, Shun no había hecho más que procurarlo y protegerlo, sobre todo de sí mismo en cometer una estupidez como ahora… por más necesario que hubiese sido, ahora se preguntaba qué tan eficiente sería en batalla sin uno de sus ojos.
―Evidentemente no le hice caso pero… siempre procuro no forzar mis ojos al grado de causarles un daño irreversible… pero ese bastardo lo merecía… además se encontraba lejos de mi rango de alcance, al concentrar tanta energía en un punto tan pequeño mi focalización debe ser aún mayor… y por ende… el cosmos que debe aplicarse sobre mi mirada, será suerte si no pierdo el ojo derecho…― No siempre forzaba su mirada de la forma que lo había hecho, pero la distancia, el poder que ese demonio poseía y a parte su técnica habían sido la ensalada perfecta para que ahora su cuerpo experimentará la peor sensación de dolor posible.

―Ve a que te revise un médico, o espera hasta llegar con Shiki, él sabrá qué hacer.― Genki dijo acercándose a él, siempre se había mostrado invencible, capaz de hacer lo que quisiera, con una voluntad férrea y un espíritu inquebrantable, pero ahora Jacko se veía… no quería decírselo pero se veía muy frágil.

―Lo dudo pero… ah… esto duele como la mierda… así que supongo que te tomaré la palabra.― El caballero del escorpión en verdad sentía como los nervios de su ojo trataban de asesinarlo, de haber sabido que esto ocurriría… bueno aunque siendo honesto, lo volvería a intentar, ya que, siempre sería así de impulsivo, siempre tratando de mostrarse como alguien invencible… pese a que ahora estaba sufriendo por sus propias acciones..

―¿Necesitas ayuda?― Dice Genki acercándose a él, para entonces alzar su mano a su compañero dorado.
―¿Quieres que te de un brazo?― Añadió ofreciéndose a llevarlo hasta el campamento.

―No… estaré bien…― Murmuró Jack tratando de alejarse del árbol donde reposaba, solo que para que el dolor volviera a él con más intensidad, obligándolo a caer en sus rodillas, como odiaba ser una carga.
―¡Gh! Ok tal vez sí…― Dice alzando su brazo hacia Genki, quien solo se arrodilla frente a él tomando su brazo para ponerlo alrededor de su cuello, listo para llevarlo a la seguridad del campamento.

―Vamos, ven aquí… ― Aplicando un poco de Fuerza Genki logra levantarlo, y poco a poco comienza a llevarlo lejos de ese lugar.
―Puedes hacerte el duro cuanto quieras Jack… pero sigues siendo humano…

―Jodete…― Jacko odiaba que le recordarán eso, claro seguía siendo humano, seguía siendo frágil y por supuesto que los dolores de los hombres le seguían afectando, podía actuar como el hombre más rudo y duro del santuario, pero no engañaba a nadie.

Al final del día, él había sido el guardián personal de Athena por mucho tiempo, básicamente su niñera, pero… aunque él decía que no lo hacía por gusto, la verdad era que, aunque el Patriarca se lo hubiera pedido o no, él seguía teniendo su corazoncito.
Y habría protegido a Sariah toda su vida aunque nadie se lo hubiera pedido.

―Je jeh… vamos pues.― Dice Genki caminando al lado de su compañero dorado y su alumno, sin duda ellos dos habían hecho un muy buen trabajo hoy y ambos se merecían un descanso, iba aceptar la culpa de lo ocurrido solo por que… en verdad, ellos habían hecho un excelente trabajo aquí.

Siguieron avanzando, siguieron adelante, aún sabiendo que al hacerlo, tendrían que volver a ver a la cara a los militares que habían colocado su confianza sobre ellos, como si a ellos en verdad les importará lo que a los caballeros Atenienses les sucediera.
A ellos en verdad no les importaba si ellos morían o cumplian con su misión, lo único que les importaba era llenar una agenda de cosas por hacer y cumplir, si ellos morían o sobrevivían era un añadido a la misión.

Un reporte que se debía de llenar obligatoriamente para complacer a los altos mandos.
Sin duda Genki no era el único que odiaba como funcionaban las fuerzas militares de la URE.
Pero… lamentablemente debían trabajar juntos para destruir a los Qliphoth.
Porque evidentemente ellos no tenían la tecnología, los recursos, o mínimamente el poder que ellos poseían para lograr un milagro de este calibre.
Para ellos sólo eran herramientas o perros de guerra, peleando una batalla que debió haber finalizado hacía tantos años.

Ayudando a sobrevivir a los demás, siendo utilizados solo como un medio, no como una causa.

Al seguir avanzando una silueta se hizo presente frente a ellos, una que Seinma logró identificar al instante.
Una que solo una persona podía tener… y quien creía que había muerto no hace poco.
Además… nadie podría utilizar esa armadura, nadie más que no fuese él.

― Ah… ¡John!― Seinma corrió a él, mientra que John sólo… caminaba parecía perdido, incluso distante, tan solo parecía no estar allí realmente aún si su cuerpo se movía, él en verdad parecía solo moverse por inercia y solo por que podía hacerlo.

―¿Sein… ma?― Preguntó el caballero de Fénix, al escuchar la voz de su compañero, y al dirigir su mirada a él, incluso sus ojos se veían apagados, sin vida, como si él en verdad solo fuese un cadáver traído a la vida, pero… a diferencia de los poseídos, sus ojos seguían siendo humanos, su piel… incluso la sangre que sobresalía de sus heridas ahora selladas y restablecidas seguia siendo roja… ¿que estaba pasando?

― ¡JOHN!― Seinma se acercó y apenas estuvo frente a él… lo único que pudo hacer fue abrazarlo con todas sus fuerzas, sí… sin duda él era real… Él estaba aquí, estaba vivo y él… Ahora todo estaba bien de nuevo.
― Estás vivo… qué alegría…― Decía Seinma observando de pies a cabeza, sin duda era él, podría reconocer ese cosmos donde sea que fuera, pero… incluso ahora John seguía actuando extraño y fuera de lugar, distante, distraído… y confundido por lo que se suponía que estaba ocurriendo a su alrededor.

―Lo… ¿estoy?― Se preguntó aún perdido, confundido más allá de cualquier otro sentido, John podía sentir, ver, admirar y apreciar todo a su alrededor y aún así parecía que él… en verdad no estaba aquí.

―Qué fue… ¿lo que pasó?― Preguntó el caballero Pegaso, a su compañero quien… no tenía una respuesta en claro, lo único que recordaba era… una enorme ira que había dominado su mente y cuerpo y un odio que había dictado cada una de sus acciones.

―No lo sé pero…― John miró a sus brazos, incluso el brazo que ese maldito le había roto estaba completamente sano ahora…

― Estás vivo, eso es todo lo que importa…― Seinma respondía con una enorme sonrisa en los labios, John estaba Vivo… Justo cuando creyó que él había muerto él estaba vivo, vivo y en una sola pieza.

―Sí… Supongo que sí…― El caballero de Fénix, aún se veía raro… confundido, no estaba seguro que demonios había sucedido, pero su mente poco a poco está recuperando su mente, su mente, su cuerpo… su alma.
― Me alegra… verte de nuevo Sein…― John poco a poco le regresó el abrazo a Seinma, quien solo atina a suspirar levemente, una vez se separaron Sena le sonrió colocando su mano sobre el hombro de John.

―A mí también, hay que ir con Danny…― John escuchó… escuchó y… algo comenzó a despertar en su interior, al escuchar la voz de Danny, la persona más importante de su vida… la persona que más quería en este mundo, Danny su amada hermana menor.

―¿Da-nny…?― John pareció recuperar su conciencia en ese instante, sus ojos se abrieron con enorme sorpresa y entonces en ese mismo instante recortó la principal razón del porqué había regresado a este mundo en primer lugar.

―¡Danny!― John no lo pensó dos veces y salió corriendo en la dirección a la que aparentemente caminaba sin rumbo, para encontrarse con la persona más importante de su vida.

― ¡Espera, John!― Seinma lo llamó pero antes de darse cuenta él ya estaba suficientemente lejos de ellos, corriendo lo más rápido posible para dirigirse a donde se encontraba su querida Danny.

―Tranquilo, lo veremos en el campamento… vamos Sein.― Pidió el caballero de Libra, dándole un pequeño empujó a su alumno, ya estaban cerca tan solo debían seguir adelante, el camino hacia su destino sin duda era largo pero corto en comparación a muchos otros eventos acaecidos en ese planeta ese mismo día.

―Sí… claro.― Seinma murmuró suspirando pesadamente, pensaba que… al igual que Él John solo estaba abrumado y ya, su vida había desaparecido y mágicamente había vuelto a la vida, cualquiera en su lugar pensaría que él se había convertido en un poseído…

Pero incluso si lo había hecho, John seguía siendo John, no era un ser que se guiaba sólo por instintos, tenía voz, voluntad, fuerza propia y un espíritu que no le pertenecía a los dioses del sueño o la muerte, Johnathan no era un poseído más sin voluntad que romper o voz propia para gritar de agonía.
Era humano, tan humano como Genki, Jacko o el Propio Seinma.
Solo que al igual que él estaba… confundido de porqué seguía vivo, los muertos no regresaban a la vida de un instante al otro y por supuesto que no como John lo había hecho, con su conciencia intacta.

Tal vez John simplemente seguía abrumado pero… incluso si esa era la verdad.
Seinma no sabía porqué él se veía tan… perdido,tal vez era por haber experimentado la muerte y la resurrección en un instante, tal vez era por qué su mente aún no lograba adaptarse a la nueva vida que se le había otorgado, la verdad era que… tal vez nada de eso tendría una respuesta satisfactoria, pues al final del día, el cosmos era creador de grandes milagros pero a la vez de enormes misterios.

Y este sin duda era uno de ellos.

Poco después, llegaron al campamento donde alguien aparentemente ya los estaba esperando, a quien que tenía una mirada llena de molestia y cansancio, después de todo habían ido a salvar a un mocoso solo para que este se fuera a querer morirse con un espectro enloquecido.

―Ah allí están, parece que se divirtieron sin mí, de nuevo.― El caballero de Cáncer decía de una forma… que parecía querer sonar molesta, pero la verdad era que solo estaba divirtiéndose con ellos.

―Jodete tú también imbecil…― Jacko respondió sujetandose aún el rostro, algo que inmediatamente notó el caballero de Cáncer, por la forma que sangraba del ojo sin duda debió haber puesto un esfuerzo sobrehumano en abatirlo si no era que ya había perdido el ojo.

―Ugh… te ves de la chingada Jacko, ¿ese espectro de dio una paliza?― Preguntó burlonamente el santo de Cáncer, burlándose del caballero de Escorpio.

―Jeh ya quisiera, yo se la dí a él.― Respondiuó Jacko con una sonrisa satisfecha, aunque no lo hubiera derrotado como esperaba s le dio una buena pelea, y no necesitó de la ayuda de Nadie, ni la de Genki ni la de ese idiota arrogante.

―Huh, ¿en serio? ¿Y qué te pasó entonces?― Preguntó sin quitar esa expresión engreída que lo hacía enojar aún más.

―Eso es algo que te vale madres.― Respondió Jacko con una mirada fastidiada así que no le iba a decir nada, lo cual solo significaba que nada lo ataba a seguir aquí, había protegido a la gente, había ayudado a evitar más bajas, y sobre todo había venido aquí a hacer nada, un buen día desperdiciado con éxito, la mejor forma de pasar los días sin duda.

―Tienes razón, a decir verdad no sé ni por qué vine con ustedes, oh espera sí que lo sé, a salvarles el culo del inframundo en caso de que nuevamente la fuesen a cagar, gracias Lubo, denada chicos.― Hacía ademanes con sus brazos, pretendiendo hacerse el ofendido, pero la verdad es que se estaba divirtiendo hablando consigo mismo imaginando hipotéticos casos donde ellos lo habían arruinado y ahora le deberían una por haberlos salvado del inframundo de nuevo.

―Ya basta ustedes dos, no es momento para esto.― Respondió Genki un tanto exasperado por el cómo estaban tomando esta situación, no estaba lidiando con niños pero… en verdad parecían niños.

―Tienes razón, no lo es.―Dice comenzando a alejarse de ellos, lentamente listo para regresar a su aburrido y nada interesante trabajo como vigilante del abismo.

―¿A dónde vas?― interrogó ahora Jacko observando cómo poco a poco comenzaba a alejarse.

―Por como yo lo veo mi papel en este acto finalizó, regreso al inframundo a seguir monitoreando.― Dijo sin mirar a sus espaldas, al menos la próxima vez que alguien se muriera recordarán que él les estaba cuidando las espaldas.

Porque si bien no le costaba nada ir y regresar del inframundo, prefería no hacerlo para evitar que su presencia fuese más prominente en el infierno, ya le buscaban por haber truncado la posesión de varias almas doradas…. si lo hacía de nuevo probablemente lo casarían como a un ratón y su misión que se suponía era secreta ya no lo sería más. por culpa de estos idiotas que se la pasaban muriendo y arriesgando sus vidas como si él no tuviera otra cosa más importante que hacer.

―Espera, Lubofico, tenemos que hacer un reporte de la situación, no te puedes ir así como así.

―Je jeh, sí mira Genki ese sería un enorme problema para alguien que no soy yo, así que diviértanse ustedes dos.― Añadió levantando su brazo derecho hacia arriba, con un dedo apuntando hacia el cielo, listo para retirarse.
―!Ondas de Inframundo!― Con esa exclamación un fuego azul se hizo presente envolviendo el cuerpo de Lubofico, haciéndolo desaparecer casi en el acto.

―No soporto a ese idiota…― Murmuró Jacko apretando fuertemente los dientes.

―Ahhh… sí, no creo que nadie realmente lo soporte.― Dijo Genki guiandolo hacia la enfermería, mientras Seinma comenzaba a buscar a sus amigos en el campamento.

El caballero de Pegaso comenzó a buscar a sus amigos a lo largo y ancho del campamento, si el plan había salido según lo planeado todos debieron haber regresado en una sola pieza, en teoría, pero también en teoría nadie debió haber muerto durante el asalto, no todo salió bien, tal vez incluso Danny había calculado mal las posibilidades.
Pero ella nunca se equivocaba, o al menos eso imaginaba, el plan original era salvar a la gente en la zona oscura, eliminar las raíces y destruir el Qliphoth.
Ella no había previsto que ese desgraciado se saliera de control y asesinara a medio país con su cosmos…

Además debían admitir que sin ella todo salió de control de un momento a otro, por esa razón ella era el cerebro del equipo, ella era la mejor ideando un plan de acción y ella sin duda habría podido evitar todo esto, por que ella siempre tenía un plan para todo, desde la A a la Z y de regreso, ella era la única que pudo haber previsto esto, anticiparlo y crear una estrategia para evitarlo… pero le habían puesto una carga muy pesada sobre sus hombros.

Y en el momento que la perdieron, todo se fue al demonio… se sentía tan culpable por ello… Ella no debió haber asumido tanta responsabilidad y aún así lo hizo, porque ella era la única que podía hacerlo.
Como líder debía comenzar a asumir la responsabilidad de todo, incluyendo esta situación tan desafortunada.

Pero al acercarse a una de las tiendas médicas…. la vió tendida en una cama, conectada a varias máquinas que la mantenían con vida.

―Eh… ¡Danny!― Exclamóacercándose a verla, ella estaba… viva, sumamente herida pero viva al final del día…

―¡Sein!― Benjamín se acercó a él, con una expresión de sorpresa pero… extrañamente felíz de verlo. eso era… raro pero un buen cambio para variar, él no era muy expresivo pero se alegraba de verlo feliz por una vez.

―Ben… ¿Cómo está ella?― preguntó Seinma preocupado por su compañera, arrodillándose frente a ella para tomar su mano, lo que sea que debió pasar contra el espectro del Grifón debió ser terrible.

―Está bien…. está estable…― Respondió el caballero de Cisne, tranquilizando con éxito, ella respiraba, estaba estable y por suerte estaba viva… Y tal vez eso era lo más importante de todo el caso.

―¿Y John?― Interrogó al no haberlo visto por ningún lado en el campamento.

―Bueno él…― Benjamín no respondió de inmediato, dirigiendo sus ojos hacia una persona en la habitación en concreto.

―John…―El caballero Pegaso dirigió su mirada hacia esa dirección también encontrándose a varios médicos atendiendo a una persona.

Era John… Seinma se sorprendió al verlo tan tranquilo, anteriormente se veía tan perdido y confundido y luego preocupado y eufórico, pero ahora… se veía nuevamente en su estado más tranquilo, sereno y manso… Como si en verdad no estuviera ocurriendo nada, como si nada hubiera pasado momentos antes…
Preguntándose si de verdad estaba bien.

Aunque se seguía preguntando ¿cómo no los vio antes allí? Tal vez se sentía muy distraído… o simplemente estaba perdido en sus pensamientos, pero la verdad era que no importaba en realidad, le alegraba verlo pese a todo y… todo

―Lo están revisando, parece que está bien pero… ¿Lo sentiste verdad?― Interrogó Benjamín con una expresión tranquila pero… por alguna razón podían percibir en él un enorme rastro de preocupación.

―Sí…― Murmuró Seinma suspirando pesadamente, no era necesario que lo dijera… todos habían sentido que John había muerto y por alguna razón… ahora por algún motivo que nadie podía explicarse completamente… él estaba de regreso.

―Sé honesto Sein… ¿qué pasó?― Benjamín preguntó en un tono, consternado, tal vez esta era la primera vez que escuchaba y sentía tantas emociones provenir de su compañero e Cisne… y en verdad no tenía idea de como interpretar eso

―No lo sé… Un momento había desaparecido y al siguiente…― Respondió el caballero Pegaso igual de consternado, aunque el shock inicial ya había pasado también se sentía… confundido, a menos de que John representará completamente al animal mitológico de cuya armadura era el Portador… no comprendía como es que él había vuelto de entre los muertos.
―Estaba de regreso.

―Hmmm… ¿Crees que él…?― Ben no quería mencionarlo en voz alta pero… ninguna persona regresaba a la vida así como así… pero John… lo había hecho y a menos de que fuera en verdad un cadáver traído a la vida por el poder del Qliphoth… entonces estarían forzados a abatir para bien de todos.

―No, no puede ser un poseído… ― Seinma en verdad no creía que esa posibilidad fuese real, pese a que lo había sentido y visto, en verdad no podía creerlo, se negaba a creerlo, él… no podía ser uno de esos monstruos, claro estaba confundido y su mirada se veía perdida, pero si en verdad fuese uno de ellos incluso su presencia sería amenazante para todos… incluyendo a sus amigos.
―Los poseídos no tienen voluntad, o voz… solo siguen órdenes, pero no son personas… ya no más…― John podría haber sido un poseído, pero de nuevo, los poseídos solo se guiaban por instintos y no por razonamiento… eran solo cadáveres vivientes, que no emitían vida de sus carcazas mancilladas y profanadas, solo muerte a donde quiera que la voluntad del Qliphoth los llevará.

―Además ellos poseen esta cosa en sus ojos que los hace ver.

―Lo sé… pero me sigue inquietando.― Benjamín respondió rápidamente, sin duda los poseídos eran cadáveres incluso la luz de sus ojos se había extinguido por completo, pero al ver los ojos de John… estos rebosaban de vida… evidentemente había confusión en ellos, pero había vida.
―¿Quien regresa de la muerte así como así?

―Al parecer solo John…― Murmuró el pegaso suspirando pesadamente, sin duda esto lo estaba confundiendo y preocupando demasiado, no estaba listo para que su amigo fuese utilizado como una rata de laboratorio, menos para tener que sacrificarlo como a un perro solo por que no entendían el milagro de su resurrección.

―Habrá que mantenerlo vigilado y lo sabes, ¿verdad?― El caballero Cisne añadió pensando lo mismo que él, John no era un enemigo pero… al haber vuelto mágicamente de entre los muertos, tampoco los hacía sentir tranquilos para nada.

―Sí… lo sé…― Respondió el caballero del corcel alado, observando a su amigo, quien… no quitaba su mirada de Danny ni por un solo segundo.

En verdad había deseado tenerlo de regreso, pero ahora que estaba quí, de vuelta con su equipo… no sabía cómo sentirse, lo habían perdido y él…. había regresado de un instante al otro, lo que sea que hubiera ocurrido dentro del Qliphoth, sin duda fue algo que ahora causaba más dudas que respuestas.

―Y… ¿sabes que ocurrió en Callistum?― La pregunta hizo que Seinma lo observará en silencio, para entonces dirigir su mirada al suelo, no quería hablar de nada de lo que ocurrió allí, ni siquiera con él, había cosas de las que sabía que ni aunque pasarán los años podría hablar con naturalidad y calma… Esa era una de ellas.

―Ok…― El silencio era toda la respuesta que necesitaba, no necesitaba más, hasta aquí pudo sentir la explosión de ese cosmos tan maligno, a su vez de como millones de vidas se habían apagado en un solo instante.

―Danny… ― Seinma se agachó para verla… podía escuchar su respiración, pausada, débil, pero a la vez, determinada en seguir, en continuar respirando, de entre todos ella era la única que no se mereció nada de esto… ella no se merecía nada de lo que le ocurrió… y aún así decidió tomar el riesgo aún sabiendo que iba a morir, todo para protegerlos a ellos… a sus queridos compañeros.

―Oh, sabía que era una mala idea no pelear juntos… pero aún así tú quisiste hacerlo…
― Siempre dices que no eres la más fuerte pero… No me cabe ninguna duda… que eres la más valiente de nuestro equipo…― Añade tomándole de la mano, de no ser por ella… tal vez ninguno de los Guardianes habría salido vivo del bosque… menos los civiles atrapados allí, ella, sin lugar a dudas, era la mujer más valiente y determinada de este universo, este sacrificio jamás sería en vano.

Él se aseguraría personalmente de ello…

Seinma* Una voz habló a su derecha, captando completamente su atención, no era una voz que sonará natural, más bien era una voz robótica, sonaba casi humana sino fuera porque venía de un sintetizador de voz por medio de una IA asistente.

―Hayley, ¿estás bien? ― Seinma preguntó observando a la nueva integrante de su equipo, observando con preocupación pero con mucha felicidad al caballero de Pegaso, quien la veía con una expresión tranquila.

Lo estoy.* Respondió ella alegre de ver a su compañero en una sola pieza, a pesar de que se habían separado gracias a que los dioses eran benevolentes se habían reunido una vez más.

―¿Y John?― Preguntó el líder de Los Guardianes observando a su compañero al otro lado de la habitación a quien veía… perdido en sus pensamientos y mirada.

También, solo se encuentra algo confundo, estaba eufórico al llegar pero cuando vio a Danny y cuando le dimos el diagnóstico se calmó y ahora… solo… la observa.* Al igual que los demás que lo habían visto llegar se sorprendieron, sin mencionar que se sintieron confundidos además de un tanto asustados…Pero una vez su mirada entró en contacto con la Joven Andrómeda su expresión y actitud se volvieron tranquilas y mansas

―Ya veo…― Incluso Hayley quien, no parecía comprender la situación en su totalidad podía comprender que algo malo había pasado con John, no era para menos, había visto a varios soldados con esa mirada la "Mirada de las Mil yardas" sin duda estaba traumatizado pero, no sabía que había producido dicho y no estab segura de querer saberlo.
―Bueno me alegra que tú estés bien…

Gracias.* Ella respondió sonriéndole al caballero de Pegaso, quien sin duda estaba aliviado de que todos sus amigos estuvieran bien, aunque Hayleyt también podía notar esa mirada en los ojos de Seinma…

Aunque no tardó para que una persona más entrará a la tienda de campaña donde se encontraban Seinma y compañía, era Mary, quien podía notar en sus expresiones corporales que ella estaba sorprendida, pero más que sorprendida ella estaba furiosa.
Acercándose amenazantemente a Seinma.

―Uh, Mary… Me alegra tanto que estés…― No pudo terminar de hablar cuando sintió un fuerte golpe en el estómago que lo hizo caer de rodillas al suelo escupiendo todo el oxígeno de sus pulmones.
―¡Kagh!― Hayley miró con sorpresa y temor, como él se sujetaba el vientre con fuerza, mientras que él solo podía pensar como en efecto se había ganado esto, no debió haberla golpeado para empezar… ella solo quería ayudarlo.

―Bueno… No negaré que eso me lo merecía.― Murmuró tratando de aguantar el dolor, gracias a dios no lo había pateado, eso habría sido aún más doloroso.

―Vuelves a apartarte de mí a sí… y te voy a matar…― Advirtió Mary, con una voz llena de rabia y… algo más que se negaba a salir de su garganta… pero Seinma podía sentirlo, no sabía como explicarlo solo lo sentía.

―Lo lamento, de verdad yo solo… ―Sus palabras fueron silenciadas cuando ella se arrodilló frente a él y lo abrazó con tanta fuerza… que casi parecía que era un grito desesperado para que nunca jamás se fuese a apartar de su lado.
―¿Mary?

―Callate… solo… estoy feliz de que estés de regreso… ― Murmuraba ella con un poderoso nudo en su garganta, ella temblaba y casi podía jurar que la estaba escuchando sollozar… así que era eso.

―Pedón Mary… ―Al pegaso le tomó un momento rodearla con sus brazos, tratando de calmarla… ella temblaba, sin duda se sintió tan aterrorizada de imaginar que lo iba a perder.

―Idiota…― A ella no le importaba que la hubiara golpeado, en realidad le alegraba que por fin hubiera tenido las agallas para golpearla… pero, ¿por qué tuvo que hacerlo cuando un maldito monstruo como el que había atacado a Danny los estaba acechando?

―Perdón…― Pedía Seinma suspirando levemente, sintiéndose en paz por saber que ella en verdad se preocupaba por él.

―Idiota…― Repetía ella aún tratando de calmar su temor pero… felíz de tenerlo de nuevo en sus braszos.

―Lo sé lo soy…― Seinma sin duda también se sentía tan felíz de estar nuevamente con su querida amiga.

Al menos él ya estaba de regreso en sus brazos… y eso tal vez era todo lo que importaba.

―¡Oh allí están!― Una nueva voz se hizo presente, ocasionando que todos volvieran a ver a esa dirección, encontrándose con el Sargento Martín quien se veía feliz de verlos de nuevo.
―¿Sí que se lucieron allí afuera eh?― Dice el aún herido sargento sonriendoles a todos, sin duda ellos habían hecho un excelente trabajo eliminando los Qliphoth… pero lo ocurrido en callistum era una realidad que por más que quisieran no podían ignorar.

―¿Sargento Martín? ― Seinma se separó de Mary por un instante, aún sujetándose el vientre, siendo asistido por su compañera para ponerse de pie de nuevo.

―Veo que siguen en una pieza… al menos la mayoría de ustedes.― Murmuró desviando su mirada tanto a Danny como a Johnathan, quienes… no se veían nada bien, ellos se merecían un buen descanso después de esta dura batalla.
―¿Cómo está?― Preguntó sin quitarle la mirada a la joven andrómeda, quien aún seguía respirando con dificultad, lo que sea que le haya pasado para llegar así, debió ser terrible.

Estable.* Hayley Respondió casi de inmediato, aunque ella también estaba dudosa, necesitaban equipo médico de mayor calidad para ayudarla a sanar heridas internas, equipo con el que no contaban por el momento y que necesitaban para asegurar su supervivencia.

―Bien, eso es lo importante… Ahora… bueno…― El Sargento Martín Suspiró, quitándose su gorra militar, pensando en cómo haría para contarles sobre lo que se había discutido en el centro de comando.

―¿Que, qué pasa?― Interrogó el Joven Kiva quien se adentra a la carpa para ver qué sucedía, además de Shinryu.

―Bueno… los del mando no están muy felices, sobre todo con ustedes…― Comentó el venerable Sargento reconociendo que tal vez lo que vendría a continuación no sería muy agradable, habían conseguido el objetivo primario que era destruir el Qliphoth y con ello el objetivo secundario que era rescatar a la gente atrapada en la Ciudadela abandonada… pero aún así un objetivo adicional había fracasado y ese era proteger a la gente de Neo Callistum.
―Oh no…― Murmuró Seinma esperando lo peor.

―Sí, digo la operación Fantasmas de bronce salió perfectamente bien… Pero lo que fue el ataque de Grifón Pues…― De hecho estaba impresionado que un equipo de Guardianes bien coordinado con un plan casi perfecto haya conseguido destruir un Qliphoth, algo que a ellos en su primera misión le tomó casi semanas en conseguir, pero ahora lo habían completado con un 95% de efectividad… aún así, había estado lejos de ser perfecto.
―¿Cómo les digo esto?

―Sin tapujos supongo…― Respondió el Caballero del Dragón acomodando los lentes en el rostro.

―Bueno, Rehuel va a venir aquí…― La mención de que el capitán del Titán de acero pisando tierra era algo que parecía impensable, pero a la vez algo que les causaba incertidumbre… y temor entre los jóvenes caballeros de bronce.

―Y más les vale que venga.― Habló una nueva voz la cual entró ó a la carpa seguido de dos soldados de acero, una era una persona que conocían ya, Arin-123 la soldado de acero que habían considerado una amiga… y otro que… lamentablemente no era ni de cerca su amigo… Roman 23405

―Y aquí viene el Coronel…― Murmuró Benjamín alerta de lo que fuese a suceder con ese hombre tan nefasto.

―Sin duda sus caballeros dejaron mucho que desear Martín.― Habló con una expresión seria y un porte que parecía ser Amenazante, se veía molesto y no era para menos, pero… aún así, no tenían idea de lo que estaba pensando hasta que finalmente lo dijo.

―Comandante, arreste a los caballeros por desacato, traición y perturbar el orden en un sector civil no combatiente.― Ordenó a la comandante de Acero Arin, quien observó con sorpresa la orden del Coronel de la armada terrestre de Ío.

―¿Arin?― Seinma preguntó observando a su compañera de acero quien… al igual que ellos se veía indecisa de obedecer sus órdenes o mantenerse al margen de esta situación… pero después de que ellos le otorgaron su total y completa confianza después del altercado en Nimbus… Sería traicionar nuevamente sus confianzas… y eso era algo que no quería hacer.

―Coronel por favor espere… Todavía no.― El Sargento a cargo de los guardianes trató de Abogar por sus muchachos, esperar a que Rehuel diera su veredicto antes de hacer algo tan drástico.

―Una palabra más Martín e irás a corte marcial igual que ellos.― Amenazó el Coronel sin dedicarle una sola mirada a Martín, sabía que confiarle toda esta misión a un montón de niños había sido un terrible error.

―¡No pueden hacer esto, nosotros tratamos de defender a las personas!― Seinma trató de argumentar pero el coronel estaba a un comentario más de perder los estribos y obligar a sus soldados a apuntarles con sus armas.

―Eso diganlo en el jurado.― Exclamó sin más, iba arrestarlos a todos y cada uno de ellos por insubordinación, uso indebido de las fuerzas militares, poner en peligro a personal no combatiente y causar la muerte de miles de personas en Callistum.
―¡Comandante! Arrestelos…― Ordenó a Arin quien, observaba a los jóvenes caballeros con atención… no, esto estaba mal, ya había cometido un grave error al solo seguir órdenes… era hora de comenzar a pensar individualmente y a comenzar a hacer lo correcto.
―¡Es una orden!― Le gritó tratando de obligarla a hacer su voluntad, pero primero muerta antes que traicionar nuevamente la confianza de personas que le habían entregado su honestidad y confianza completas… además ellos habían hecho lo que el ejército de Romanov no, proteger a los inocentes.

―Lo siento, yo no sigo órdenes de un cobarde.― Aseguró la soldado de acero, dando un paso hacia el frente, poniéndose del lado de Martín y los Guardianes.

―¡Kgh! ¡Esto es traición, comandante!― Exclamaba totalmente iracundo, esto era inaudito, sus órdenes eran totales y quien osara a traicionar o ir en contra de ellas no era menos que un maldito traidor.

―Huh… ¿y ahora le importa?― Interrogó Arin rememorando sus palabras exactas, darles de comer plasma a gente que no sabían lo que hacían por más idiotas que hayan sido al entorpecer la misión seguían siendo personal no combatiente… e ir en contra de la humanidad era estar del lado de los espectros en su libro.
―¿Cuál fue su primera orden al encontrar civiles en zona roja?― Interrogó observando directamente a los ojos, juzgando sus acciones y sus delirios de poder.
―Creo recordar que dijiste algo como… llenenlos de plasma. ¿No?

―Comandante… ¿acaso me estás dando la espalda tú también?― Preguntó respirando pesadamente furioso, un acto como estos era imperdonable pero Arin ya había tomado su decisión.

―No, solo decidí activamente no seguir sus órdenes, señor.― Respondió la soldado de Acero Observando sin ninguna expresión en el rostro más que de repudio y desafío a su persona, él no era nadie a quien ella respetase, así que no tenía por qué seguir sus órdenes.

―¿Estás ahora con ellos?― La pregunta hizo que tanto Martín como Arin arquearon una ceja confundidos, hasta donde sabía, la guerra se peleaba entre la URE y los Espectros, no contra los Caballeros del Santuario, quienes los estaban ayudando a ganar esta guerra.

―¿Ahora hay bandos?― Preguntó confundida la soldado de Acero, ella había entendido que esta guerra era entre la humanidad contra seres de pesadilla, salidos del infierno mismo, no contra otros humanos que luchaban para detenerlos.

―Creía que estábamos en el mismo bando, el de la humanidad, no entre la URE y caballeros.

―¿Con que así va a ser eh?― Preguntó Romanov suspirando finalmente, para darle una órden al segundo al mando de los soldados de acero.
―Muy bien… Teniente― El soldado de acero que aún seguía a su lado levantó la cabeza, listo para recibir órdenes, aquél era Roman-23405 y Seinma sabía que él no era para nada un aliado de ellos.

―Arreste a estos traidores.― Con eso dijo el soldado de acero solo asintió.

―Como ordene.― Asintió levantando su arma comenzando a apuntar hacia Seinma, el Sargento Martín y Arin, quien ante la amenaza, se mantuvo firme observando a su "Compañero" apunta su rifle de plasma a ellos con intención letal.

―Roman, sé que siempre has sido un perro a las órdenes de quien tenga el rango más alto… pero te ordeno que bajes el arma ahora.― Arin le advirtió, si a él se le ocurría tan siquiera quitar el seguro de su arma no dudaría en romperle la cara por este atrevimiento.

―Te lo advierto Roman… Esto no terminará bien para tí.― Añade sin quitar la mirada de los ojos de su subordinado pese a que la boquilla del arma que se encontraba cerca de su rostro, quien solo la observaba con una mirada decepcionada, si tan solo se le ocurría tratar de enfrentarla ella misma se iba a encargar de recordarle por qué la eligieron a ella como comandante en lugar de él.

―Obligame si tienes con que.― Con completa seguridad estaba a punto de quitarle el seguro a su arma para soltar una rafaga de plasta directo al rostro de Arin, quien sin inmutarse sabía que esto se pondría feo en cualquier instante, esperando que antes de que sucediera Seinma hiciese lo más sensato y sacará a todos sus compañeros de aquí.

―Última advertencia, baja el arma o haré que te la tragues con todo y cartuchos…― Arin estaba perdiendo la paciencia al igual que Roman y el Coronel, esta situación sin duda estaba a punto de salirse de control.

Ambos soldados de acero se veían a los ojos, desafiando el uno al otro, sin quitar la vista del otro, dos depredadores que se veían a los ojos él, el que el único que ganaría sería aquél que respondiera más rápido que el otro, una historia tan vieja como la humanidad misma.

Tan antigua como los propios gladiadores, el primero que supiera responder adecuadamente a esta situación tan tensa y el perdedor, tal vez moriría, tal vez causaría un problema aún máyor al tratar de desescalar esta situación, pero al tratar de pensar en opciones.
La única que salía a flote era: Permitir que lo que fuera que fuera a suceder sucediera y darle a Seinma el tiempo suficiente para poner a sus amigos y al sargento Martín a salvo…

Pero eso no fue necesario, cuando una persona finalmente hizo acto de presencia en la carpa, captando la atención de todos quienes veían el pequeño desacuerdo entre la comandante de Acero y su subordinado.

―¿Qué está pasando aquí?― Preguntó la voz de un hombre adentrándose a la tienda de campaña, al dirigir su mirada allí Romanov se percató de que era el comandante de la nave Titán de acero, aquél que ostentaba el rango más alto de la militarizada en la URE solo dos escalones debajo de los mandatarios y de la mismísima presidenta Asami.

―Capitán de Naver Rehuel, que bien que llegó.― El coronel Romanov se sintió aliviado de que un líder de verdad fuese a poner orden ahora apuntando hacia la Capitana de Acero y a los caballeros Athenienses, cuyos actos habían causado un desastre en el planeta,.
―Está sucia traidora estaba defendiendo a un montón de traidores, creí sensato también arrestarla a ella por incumplimiento de órden directa de mando.― Dijo con un tono ve voz tranquilo, pero a la vez iracundo pues nadie podía desafiar sus órdenes, menos una soldado de acero.

―¿Y quien dio la orden de arrestarlos?― Rehuel interrogó ajustando su gorra militar, para ver mejor al coronel, hasta donde él sabía nunca había dado esa órden como para que alguien de un rango inferior a él la hiciese sin su consentimiento.

―Ellos… ocasionaron una tragedia.― El Coronel Romanov trató de contra argumentar, pero Rehuel tuvo que volver a imponerse, recordando algo importante, él no tenía ningún poder aquí, no cuando él estuviese presente.

―Hasta donde yo sé la tragedia se pudo haber evitado si hubieran mantenido la puta boca cerrada.― Le dijo con una expresión imperturbable, pero podía notarse que estaba molesto con el hombre que tenía delante y cuyas órdenes habrían comprometido toda la operación.

―Pero.

―Silencio.― Ordenó Rehuel restando importancia a la existencia de Romanov, para finalmente dirigirse a los jóvenes caballeros de Bronce delante suyo, quería felicitarlos por el trabajo hecho… al menos a la mayoría de ellos, pero los eventos ocurridos en la ciudad de Callistum harían que este intercambio fuese más breve de lo anticipado.

―¿Cómo están chicos?

―Podríamos estar mejor si no nos hubieran apuntado a la cara señor.― Seinma contestó cautelosamente tratando de no invocar la ira de Rehuel, él no tenía la culpa de esto pero… confiar total y completamente en los militares no parecía ser una opción sensata ahora.

―Entiendo… ―Murmuró comprendiendo al Joven Pegaso y como debía estarse sintiendo ahora por este altercado, pero entonces dirigió su mirada a la jovencita que se encontraba reposando sobre la camilla, observando sus heridas cubiertas por vendajes y banda adhesivas, además de mantenerse respirando por un tubo.
―¿Cómo está la joven Dannyela?

―Recuperándose…― Murmuró Mary, observando el cuerpo de su amiga, la cual, podía escuchar respirar con dificultad… Como le dolía verla así, tan frágil e indefensa… ella sin duda fue la que más se esforzó en esta batalla.

―Entiendo…―Rehuel Asintió observando a la jovencita frente a él, al igual que a sus compañeros le dolía ver a alguien tan joven como ella en este estado… le hacía pensar en que tenía un hijo y lo mucho que le dolería verlo de esta misma forma.
―Me dijeron que derribaron el Qliphoth, ¿es eso cierto?

―Sí, lo hicimos.― El caballero Pegaso Asintió levemente, aunque los resultados de la batalla difícilmente podían ser ignorados… Eso en lugar de ser una victoria podría considerarse bien como una derrota, aunque también depende enormemente del punto de vista.

―Un espléndido trabajo, como siempre.― Aseguró Rehiuel sonriéndole con confianza al joven caballero de Pegaso.

―Capitán de Nave, ellos causaron una tragedia en Callistum.― Romanov trató de discutir, pero inmediatamente fue silenciado por el capitán de la Titán de Acero, quien solo levantó la mano para evitar que siguiera hablando incoherencias.

―¿Tienes pruebas de lo que los acusas?― Preguntó Rehuel esperando una respuesta sensata y no algo inventado por el Coronel.

―Yo… no…

―Hasta donde sé su misión era eliminar el Qliphoth. ―Rehuel continuó su explicación, esas eran las órdenes directas que le había dado a ellos, a los Caballeros de Bronce y la misión encomendada por los dorados era eliminar cualquier amenaza de nivel superior, un trabajo que no podían dejarle a ningúna otra persona que no fue un caballero Atheniense.
―Los caballeros dorados se les dio la misión de ejecutar a un objetivo de clase S, ellos debieron afrontar esa encomienda sino me equivoco y evitar bajas civiles o reducirlas al mínimo.― Esa era la misión encomendada, tanto a las facciones de bronce y oro, ninguno debió haber interferido en la misión del otro y por ende de aquello por lo que eran acusados no tenía validez en este argumento,
―Esa era la misión y la de ustedes proveer soporte en dicha misión, ¿me equivoco?

―Pero esa niña… Ella fue la que planeó todo esto, ella causó la muerte de al menos 9,500 civiles.― Romanov apuntó acusatoriamente a Danny quien permanecía inconsciente, aunque presenciando la discusión que se desarrollaba frente a ella.

―¿Ella organizó el plan?― preguntó Rehuel con sorpresa… una niña de… 12 años organizando un plan tan infalible para no solo eliminar el Qliphoth sino salvar a varios civiles atrapados como rehenes, eso sin duda era impresionante se viera donde se viera.

―Sí fue ella, la que organizó la operación fantasmas de Bronce y la que causó toda esta masacre. ―Volvió a inculpar a la joven, con una expresión llena de Ira, pero de nuevo, eso no hizo palidecer al capitán de Nave Rehuel de hecho solo seguía impresionando por la habilidad de la joven Danny forjando resultados favorables para ellos.

―De nuevo, tienes pruebas.― Preguntó Arqueando una ceja, ocasionando que tanto El coronel quedará mudo.
― ¿Alguna evidencia de que ella instigó esta tragedia?― Nuevamente sin respuesta, ocasionando un leve murmullo entre el personal médico y militar presentes.
―¿Alguna grabación?― Rehuel insistió, si estaba tan seguro de lo que decía al menos debía tener algo, lo que fuera excepto solo su palabra contra la de los demás.
―Al menos dime que tienes una fotografía…― Esperaba que eso pudiera serle proveído para que de alguna forma sus acusaciones pudieran proceder como él lo esperaba, demás estaba decir que… ni siquiera eso tenía a la mano.
―¿No? ¿Nada?

―No señor…― Comentó desviando la mirada apenado, si lo hubiera sabido habría planificado mejor esto antes de quedar como un pelmazo frente a todos.

―Ya veo…― Sin más él se dirigió al equipo de Guardianes volviendo a sonreírles a todos con satisfacción en su mirada.
―En ese caso yo solo veo un espléndido trabajo por parte de los caballeros, sobre todo a la Joven Danny.― Dijo observando a todos con orgullo, en especial a la joven andrómeda que aún se encontraba respirando con dificultad.

―Y… un pésimo desempeño de las tropas terrestres.― Añadió mirando despectivamente sobre su hombro a Romanov.

―¡Pero…! ¡Usted no puede!

―¿Sabe? Ha estado muy cómodo en su puesto de Coronel por mucho tiempo y creo que ha abusado un poco de su poder.― Rehuel lo detuvo antes de que continuase con este pequeño berrinche infantil, debía empezar a comportarse como un soldado y si para eso debía hablarle como el mocoso que era lo haría para que pusiera los malditos pies en la tierra por una buena vez.
―Así que dígame, ¿quién es el verdadero traidor aquí? ¿Un montón de niños que trataban de hacer lo correcto y se apegaban a sus instrucciones hasta el final?― Interrogó poniéndolo en perspectiva, haciéndolo ver lo inutil que sería debatir ahora.
―O un miserable patético e insignificante hombrecillo que quiso disparar a civiles desarmados.

―Yo no…― Él trató de buscar argumentos pero aquí Rehuel podía notar como su cerebro trataba de defecar una respuesta en tiempo récord.

―Hayley…― Pidió Martín ahora tomando la palabra, utilizando el arma secreta que Romanov no sabía que tenía.

Sí señor…* Habló la joven buscando los últimos archivos de Voz en las últimas 5 horas… encontrando justamente el que buscaba.

"Se ven hambrientos, comiencen a cargar las torretas de plasma, vamos a darles fuego para comer." La grabación del momento en el que quiso matar a todas estas personas resonó desde Alyx su I. , quien siempre tenía el micrófono abierto por cualquier razón necesaria y esa razón era explorar a esta persona como en verdad era.

―Te sugiero que mantengas tu boca cerrada, o quien irá a juicio será tú Coronel Romanov… ¿o debería llamarte, cabo?― Preguntó Rehuel, con severidad, observando hacia abajo como él se merecía.

―No señor…― Murmuró Romanov sin más argumentos, no tenía ninguno y aunque lo tuviera no tenía nada para contra argumentar.

― Muy bien, entonces que así sea.― Sin más Rehuel sonrió para entonces dedicarle nuevamente su mirada al Sargento y a su equipo quienes sin duda necesitaban algo rico de comer y un buen reposo después de esto.
―Sargento Martín, lleve a sus muchachos al Titán, se ganaron un buen descanso.

―Como ordene Capitán Rehuel.― Respondió Martín satisfecho, dándole la indicación al personal médico de comenzar a llevar la camilla de la joven Dannyela hacia la Nave de transporte.

―Vamonos chicos.― Pidió a los jóvenes caballeros quienes solo pudieron dar un suspiro general de alivio y cansancio, listos para volver a la tranquilidad de una buena vez por todas.

―Sí señor…―El Joven caballero Dragón asintió sonriendo finalmente de poder salir de aquí junto a sus amigos por fin.

―Muy buen trabajo muchacho… lo hicieron excelentemente.― El Capitán de Nave Le dijo al Caballero Pegaso quien… aún no sentía que esto era una victoria, era todo menos una victoria… más bien, era un doloroso y estrepitoso fracaso.

―Pero… nosotros no pudimos evitar que…― El Capitán lo detuvo antes de que continuará golpeándose a sí mismo por lo ocurrido en Callistum.

―Su misión era clara, no hay nada de qué avergonzarse, alégrense de sus logros.― Le pedía sonriendole al muchacho pero él seguía sintiendo que esta victoria, en verdad podía traducirse a una desgarradora derrota.
―En cambio… sus compañeros dorados tendrán que responder por lo ocurrido en Callistum.― Apuntó a decir señalando en dirección donde se encontraban Genki y Jacko, siendo el primero quien se encontraba hablando con los altos mandos y Jacko tomaba la atención médica para su dedo y su ojo necesarias.

―¿Que les harán?― Preguntó Seinma preocupado por su mentor y el Maestro Jacko, quienes se veían… no diría derrotados pero… sí se veían moralmente derrotados.

―Tendrán que responder muchas preguntas y responder a las autoridades pero, descuida, estarán bien.― Después de todo, para la URE, el Santuario y el Ejército aliado, los caballeros eran armas indispensables para esta guerra.

―Genki…― Murmuró el Santo de Pegaso, no era esta la forma en la que quería reencontrarse con su mentor pero… en esta horrible guerra, los encuentros amigables no siempre eran amenos y alegres, siempre estaban llenos de dolor y tragedia, siempre llenos de infortunio… y pena… ALgo de lo que no estaba seguro si quería llegar a acostumbrarme algún día.

―Espere… Por favor… esperen…― La voz de una persona hizo que todos voltearan su mirada de inmediato, Era Danny quien se había levantado levemente, siendo asistida rápidamente por Mary, quien preocupada quería recostarla de nuevo para que descansará.

―Danny… no te fuerces, te llevaremos al Titán, ahí te darán la ayuda médica que necesitas.― Mary le Pidió tratando de recostarla antes de que se hiciera más daño, pero ella no se iba a retirar, no sin antes decir algo a cambio.

―Solo quiero decir algo…― Decía respirando con dificultad abriendo sus ojos esmeraldas, cuyas manchas rojas dominaban toda su esclerótica, ella estaba débil se notaba en como temblaba… pero aún así su voluntad era lo suficientemente fuerte como para ponerla de "pie" Una vez más.
―Le dije… que funcionaría… ¿verdad…?― Preguntó dirigiéndose a Romanov, viéndolo con dificultad, su imagen era borrosa pero a la vez tenía una visión perfecta de la persona que quería aleccionar.
―Creo… que merecemos… unas disculpas…― Pedía no sólo para ella sino para todo su equipo, pues el peor error que todos se permitían incluyendo los enemigos era subestimar a ella y a sus compañeros de equipo.

―Kgh…― Murmuró Romanov molesto por las palabras de Danny aunque mentiría si dijese que… no tenía algo de razón esa niña, a pesar de todo cumplieron con sus promesas al pie de la letra.

―Por favor… creo que es lo mínimo que nos merecemos…― Danny Pidió amablemente, pero aún así necesitaba oírlo, quería oírlo ella no se iría de aquí hasta recibir unas disculpas apropiadas de ese hombre.

―Les pido disculpas… Caballeros… Sobre todo a tí niña…― Dijo desviando la mirada pero ella levantó una mano señalando con un dedo, para que volviera a verla a los ojos, esos ojos llenos de determinación y fortaleza que pese a ser solo una niña de 12 años revelaban a una leona en su interior.

―Dannyela… Shune…― Dijo su nombre, lo más alto que pudo para que él la escuchara fuerte y claro, aún en el estado en el que se encontraba aún debil y a punto de caer desmayada por el dolor, su convicción y voluntad eran absolutas.

―Repítalo… conmigo… Dannyela… Shune…― Dijo nuevamente, para que así nunca más se le fuese a olvidar su nombre.

―Una disculpa, señorita Dannyela Shune.― Repitió romanov sintiendo ira hacia ella… pero al mismo tiempo un enorme respeto a esa muchachita cuya mente era mucho más fuerte de lo que en realidad era su cuerpo.

―Y… que no se le olvide…―Y con esas últimas palabras ella finalmente cayó rendida por el dolor y el cansancio, en brazos de Mary quien la ayudó a recostar su cabeza con cuidado en la camilla, para finalmente seguir a los enfermeros fuera de la carpa médica.

―Pequeña… put…

―Ya cálmate, te derrotó una niñita de 12 años, no es para hacer un enorme escándalo, a propósito te sugiero que vayas mejorando tu elección de palabras, ella te salvó las nalgas de ser degradado.― Martín le decía para que de una buena vez aceptará que incluso él no era infalible y que así como había prodigios que lograban hazañas, había gente como él que rabiaba por no poder hacer una mínima parte de lo que ellos sí.

Con ese pequeño altercado resuelto, todos comenzaron a ir hacia la nave que los llevaría fuera del planeta.

Mientras llevaban a Danny y Shinryu Llevaba a John Seinma tuvo un momento a solas para pensar, aún sentía que todo esto era su culpa, todas las vidas que se perdieron, toda esta tragedia… ¿En verdad no había nada que él hubiese podido hacer para evitarlo? ¿En verdad seguía siendo tan débil? Miró a sus manos, sintiendo aún su fuerza fluyendo a través de sus brazos… este poder… esta fuerza que había obtenido sin duda era impresionante pero al lado de otros hombres aún más poderosos que él no era nada.

Debía hacerse mucho más fuerte, más fuerte para llegar allí antes de que el dolor fuese causado, antes de que la violencia se apoderara del mundo, antes de que nuevamente otro niño perdiese a su madre…
Él era solo un niño… pero aún así sentía que estas responsabilidades de hombre pesaban sobre su espalda y nuevamente, no estaba seguro si quería acostumbrarse a este sentimiento

Su promesa había sido hecha hacía años, él se volvería aún más fuerte, sin importar que, pero… ¿cuánto dolor estaría dispuesto a soportar antes de romperse? Cuanto dolor podría aguantar… antes de que este mundo lo obligará a rendirse, por supuesto que él no conocía el significado de esa palabra pero…
Algún día el dolor, la desesperación, la ira y la tristeza lo obligarían a aprender el significado de esa palabra no lo sabía pero… tampoco estaba dispuesto a querer descubrirlo.

Antes de retirarse escuchó una voz a su lado que le gritaba palabras de aliento, palabras que tal vez él necesitaba escuchar.

―Señor Guardián, ¡muchas gracias!― Decía esa pequeña niña que había rescatado de la ciudadela, saludándolo con enorme alegría en brazos de su madre, y nuevamente lo recordó, nuevamente supo por qué hacía lo que hacía, era para poder proteger sonrisas como esas.

Esa era la razón por la que luchaba con tanto fervor y pasión, para que ningún niño tuviera que perder a sus padres.
Y solo por esa razón… valía la pena seguir peleando hasta el final amargo.

―Vamos Sein, volvamos al Titán― Pidió Mary posando una de sus manos sobre su hombro, sonriéndole por debajo de su máscara.

―Sí, vamos.― Dijo El caballero de Pegaso recuperando una vez más la sonrisa que tanto lo caracterizaba, aún no era tiempo para rendirse, no cuando el universo aún los necesitará.

Y con ese Pensamiento en mente ambos se dirigieron a la Nave que los llevaría de regreso al Majestuoso Titán de Acero…

Horas antes…

Durante el asedio del Qliphoth en Io, El Equipo conocido como Black Dogs, El Equipo omega Conformado por Kobu Walker, Matthew y Mabel Armstrong, Darrel Jaeger, Ahiri Jangmi Kkoch-ip, Albión Reyes y Kazuto Toso se les encargó una misión importante de recuperar información importante en un sector perdido en la ciudadela de Neo Belfast.
Varias millas lejos de donde está la Misión: Hierba Mala y Fantasmas de Bronce.

Desafortunadamente muchos de los archivos de la misión se perdieron durante la crisis de la mutilación de Callistum.
Los archivos correspondientes son de la misión secreta otorgada por el Sargento Bucker Stone de la división 230 de Ío.
Misión que consistía en recuperar archivos con información sensible de un laboratorio subterráneo, por la naturaleza de dicha misión todo se encubrió en alto secreto militar, aún así la transmisión fue recuperada para su análisis y futura recopilación de datos para misiones futuras…

Esto fue lo que se captó:

Localización: Paramos de Neo Belfast Norte.
Fecha: 9 de septiembre del 2283
Hora: 1:47 PM.

Durante el Asalto del Qliphoth.

Mientras sobrevolaban los páramos de Neo Belfast, pensando en el siguiente plan de acción, aunque en realidad estaban pensando en… como esto parecía ser tan injusto para ellos, mientras tenían que ír a recolectar información de una base secretos los del otro equipo probablemente se estaban divirtiendo a lo grande destruyendo el Árbol del Inframundo, mientras que ellos debían hacer el trabajo sucio que otra Gente no quería hacer o que eran lo suficientemente Incompetentes como para hacer lo que se tenía que hacer.

―Nos están tratando como caballeros de segunda… ¿quien creen que somos para hacer su trabajo sucio?― Se preguntaba Kobu Cruzándose de brazos molesto por que nuevamente la misión asignada no tenía que ver con el Qliphoth

―Al parecer los Apestados a los que solo mandan a misiones secretas, de seguro que el equipo de Seinma los van a envíar a más misiones de destrucción de Qliphoth y nosotros a limpiar el cagadero…― Albión de León menor Respondió igual de Frustrado que él… En verdad Parecía que habían practicado y afinado sus habilidades de combate solo para no utilizarlas nunca, casi podía sentirse estafados por él como habían tornado las cosas.

―Bueno al menos son misiones más sencillas, no tendremos que enfrentarnos a otro loco como ese cabrón de Volkolak.― El caballero del Lobo Suspiró pesadamente, por lo menos podían empezar a dejar esa terrible historia de violencia detrás de ellos.

― Claro que tú dirías eso, eres un cobarde Kazuto.― Ahiri dijo burlonamente, aunque no podía ocultar una evidente expresión de Exasperación que la considerarán una guerrera de segunda clase, siendo que sus habilidades con el Veneno se comparaban a las de guerreros de Plata y Oro era un insulto a sus habilidades de combate.

― Vete a la mierda, al menos yo no estoy tan emocionado por ser destripado como tú.― Kazuto respondió molesto por la insinuación de que Era un cobarde, él no era ningún cobarde, pero hasta él sabía cuando una situación los supera enormemente

―Jeh, aunque en verdad lo tuvimos bastante mal para ser nuestra primera misión, casi nos matan y también perdimos a…― Mabel no pudo Continuar, aunque la habían conocido por muy poco tiempo la Muerte De Dawn… aún les pesaba a todos, a unos más que a otros, sobre todo por que ella fue una persona que pudieron haber salvado… y por no haberse tomado solo un momento para pensar mejor no lo hicieron

―No vale la pena recordar eso ahora, por nuestro bien y… por la memoria de ella.― Darrel Mencionó desviando la mirada, él no quería aceptarlo pero… También le pesaba la perdida de esa mujer, pese a todo no era un maldito insensible.

―Sí supongo que tienes razón… de todas formas ¿qué es tan importante de esta misión que debemos de buscar?― Preguntó Matthew con curiosidad, les había dicho que debían ir y recuperar material sensible, jamás especificaron cuál tipo de material era en verdad o el por que era tan importante.

―Eso es clasificado.― Habló la piloto del equipo mientras sobrevolaba la zona con el camuflaje activo cubriendo la nave, dirigiéndose a toda velocidad al objetivo sin ser detectados.

―¿Clasificado? ¿Que ahora ni siquiera nos dirán qué demonios estamos buscando?― Interrogó Kobu confundido, la única razón por la que estaba aquí y no ayudando a la destrucción del árbol de la muerte era por que los necesitaban recolectando dicha y si no sabían que debían recolectar en primer lugar entonces no entendían que hacían aquí.

― Es como si nos mandarán a la oscuridad de nuevo sin dirección, como ratones ciegos corriendo en un laberinto sin lugar a donde ir en realidad.― Añadió suspirando fuertemente, en esta situación lo único que podía imaginar era que no querían decir más de lo debido por que en verdad era información sumamente clasificada de la que pocos sino que nadie podía tener acceso.

―Solo deben buscar información sensible y traerla o destruirla, nada más.― Faridah respondió aunque ella en verdad conocía los detalles de dicha misión la verdad era que no tenía permitido revelar más de lo debido respecto a dicha.

― Eso bien podría traducirse en todo lo que Crean que es Útil o no… y no sé si me gusta como suena eso.― Por que si a eso iban, cualquier cosa que encontrarán en su camino que tuviera textos indescifrables o fórmulas químicas o matemáticas complejas podrían ser información útil que debían llevar sí o sí…

― Ok… pero no le digan a nadie que les dije esto, deben buscar un proyecto secreto llamado: Aurora.― Faridah respondió tratando de minimizar la información que debía proveerles, por eso era una misión encubierta y debían cumplir con ese rol al pie de la letra.

―¿Aurora? ¿Y qué es eso?

― Algo que solía pertenecer a la compañía Solo, pero ahora que las instalaciones cayeron, es menester de nosotros tratar de recuperar los datos y transferirlos a la base de Inteligencia Central de la URE para su examinación y posible eliminación.― Entendían aquello de extraer los datos… pero ¿por qué debían eliminarlo? ¿Que les estaba ocultando Faridah en esos instantes?

― Huh, ¿pues que demonios contienen o qué?― Preguntó el Caballero Unicornio arqueando una ceja en confusión total, ¿ahora en que rayos se habían metido?

―Esa es información que incluso yo no estoy enterada, aún así, deberá ser fácil hallarlo, se encuentra por debajo del subsuelo, en el laboratorio de pruebas B262.― Ella mintió pero parte de lo que decía era verdad, la Piloto conocía solo parte del proyecto Aurora, pero no completamente… algo que, según los altos mandos de la URE era un proyecto que cambiará la medicina moderna como la conocían y dejar que dicha cayese en manos incorrectas sería un grave error.

―¿Laboratorio?― Preguntó Darrel arqueando una ceja, nadie le dijo que esto sería espionaje empresarial, ahora comprendía que se estaban metiendo en mierda muy seria, tal vez más de lo que pudieron imaginar en un inicio

―¿Ahora somos espías del gobierno?― Preguntó Kobu sintiendo un vuelco en el estómago, las implicaciones de eso eran… sumamente aterradoras, pues ayudar al gobierno era una cosa, pero espiar a otras era una totalmente diferente y más compleja.

―Ya quisieran, no solo son el equipó que se encargará que nada de lo que se haya hecho allí caiga en manos del enemigo.― Faridah trató de calmarlos, aunque era verdad que estaban extrayendo información delicada y sumamente valiosa, una cosa era espiar al enemigo y otra muy diferente era recuperar información de los "Aliados" Antes de que fuera utilizada para el mal

― Bueno si fuera una misión sencilla no sería una misión para Black Dogs, ¿verdad?― Preguntó el Caballero de Unicornio, esperando que lo que fuera que fueran a encontrar en ese lugar fuese un desafío digno de ellos.

―Tienen razón, ahora callense y prepárense, estamos a punto de descender.―Dijo Faridah a punto de llegar a las instalaciones, las cuales estaban cubiertas por el entorno para disfrazar su ubicación.

Mientras los muchachos se preparaban no podían evitar ver al árbol, en verdad querían tener una misión de combate como la que seinma y sus compañeros siempre solían tener, solo una misión de combate y después… ya verían si les ajustaba bien eso o mantenerse en la zona de confort.
Pero en verdad necesitaban algo de acción.
Sus cuerpos les rogaban por ir a enfrentarse a lo que sea que estuviera merodeando por estos lares, enfrentar enemigos fuertes, destruir raíces, solo eso, poner a prueba lo que habían aprendido con un enemigo a su altura, no más y por supuesto que no menos.

Pero eso no parecía ser el caso, siempre cumpliando ocn una misión secundaria que eran demasiado

―En verdad, como me gustaría golpear uno de esos estúpidos árboles alguna vez…― Se dijo el caballero De Unicornio mirando el Qliphoth a la Distancia, ¿que se sentiría derribar una de esas cosas? ¿Sería un momento de logro inconmensurable? ¿Un momento de triunfo inigualable? ¿El momento de catarsis en el que un niño se convertía en un hombre?

O simplemente una victoria pequeña en una guerra aún más grande… No lo sabía pero… quería descubrirlo…

Poco más tarde…

―Hasta aquí llegamos chicos, ¡ya saben que hacer! ¡Nos veremos cuando salgan! ― Faridah les habló, observando como todos comenzaban a descender de la nave uno a uno, listos para enfrentarse a lo que quiera que estuviera debajo de sus pies.

―¿En serio hay un laboratorio aquí abajo?― Se preguntó Albión confundido, aquí no había nada más que pasto y una extraña alcantarilla convenientemente colocada, algo que… más bien parecía lo más fuera de lugar que se encontraba en la Naturaleza si era honesto comenzando a preguntarse ¿quién podría necesitar poner una alcantarilla allí?

―Eso parece… Matt, Mabs… Procedan.― Kobu habló a sus dos compañeros más fuertes del equipo, los cuales sin ninguna otra indicación procedieron a tomar lo que parecía una alcantarilla.

La que más más bien era una puerta de seguridad subterránea ambos del mismo lado, para entonces comenzar a levantarla, ambos tuvieron que aplicar un poco de fuerza adicional ya que el mecanismo de cierre automático les negaba la entrada, pero ante la persistencia, esta comenzó a ceder lentamente, mientras los engranajes sonaban con un chillido ensordecedor que delataba que al forzar la puerta lo único que estaban haciendo era destrozar por dentro todo el mecanismo que la mantenía sellada de ojos curiosos.

Poco a poco esta cedió hasta que finalmente Matt Levantó la trampilla por encima de su cabeza lanzándola a un lado como si un pedazo de chatarra inutil fuera.
Haciendo un pesado y sonoro estruendo al caer al suelo,

―Como me impresionan ustedes dos chicos.― Murmuró Darrel, sí en cuestiones de Cosmos, él estaba por delante de todos, pero en lo que respectaba a fuerza física, nadie estaba por encima de esos dos… y vaya que eran endemoniadamente fuertes.

―El objetivo está debajo de nosotros… vamos a por él equipo Black Dogs.― Kobu les dijo a todos, siendo el primero en saltar hacia la oscuridad.

No mucho después entre el Laberinto de pasillos y Salas enormes con olor a químicos y… ¿Medicamentos? Si era como estar en un hospital, pero cubierto de tinieblas, maquinaria médica de la más alta tecnología que incluso parecería alienígena para ojos poco adeptos a este tipo de tecnología… lo que sea que estuviesen haciendo en este lugar sin duda era muy importante.

―¿Que demonios hacían aquí?- Preguntaba Kazuto observando lo que sólo podía asumir que era un Lobby al lado de un laboratorio con mesas, utensilios médicos y más objetos cuyo propósito se escapaba al entendimiento de los caballeros.

―¿Eso importa?― Interrogó Darrel tomando Archivos que encontró en una mesa para leerlos, no había nada escrito en ellos a parte de basura sin sentido que él no comprendía, de hecho lo que más le sorprendía era que aquí aún utilizarán papel para escribir.

―No parece que nadie haya estado aquí en mucho tiempo, aún así el lugar está completamente limpio, no hay rastros de poseídos…― Comentaba Ahiri observando sus alrededores, el lugar no estaba sucio, a diferencia del Commonwealth estaba mucho más limpio de lo que esperaba, esperaba que un sector perdido estuviera igual de… desolado y cubierto de sangre que aquella nave pero todo se veía, normal, como si la gente simplemente hubiera desaparecido de un momento a otro.

― ¿Por qué nos enviaron a un lugar así si no hay poseídos que derrotar?― Preguntó Matthew confundido, en verdad no estaba esperando enfrentarse a enemigos poderosos e implacables allí pero… tampoco esperaba que estuviera tan desolado.

―Tal vez la información que guardan aquí es demasiado importante como para dejar que caiga en manos equivocadas.
―Un tal vez no me basta, veamos que tanto ocultan aquí abajo.― Kobu respondió enfocado, su mirada parecía aún más seria que antes, pero, incluso él estaba confundido, no habían enemigos que derrotar o seres que merecerían ser exterminados, sólo un vacío carente de vida o sentido… y probablemente, posiblemente muy seguramente, algo que los estuviera esperando al final de este laberinto subterráneo.

―Pero ellos dijeron.― Mabel intentó decir algo pero fue rápidamente interrumpida por Kobu.

―Lo que ellos digan no me importa― Dijo el caballero del unicornio quien no se iría de aquí hasta obtener las respuestas que buscaba.

―Si es verdad que es tan importante para enviarnos a nosotros, entonces quiero ver hasta donde nos lleva este agujero de conejo.― Dijo con total determinación siguiendo su camino hasta el fondo de este mundo oscuro…

Irían hasta el fondo… hasta encontrá lo que sea por lo que habían sido enviados aquí.

No mucho después habían llegado a un lugar peculiar donde estaban obteniendo respuestas, pero también muchas interrogantes, aunque mientras más iban descendiendo más cosas podían Ver, al mismo tiempo que comenzaron a encontrarse con aquello que habían esperado ver desde que entraron, enemigos… pocos pero aún así esto les recordaba una cosa, la presencia del Qliphoth Devoraba toda la vida que se encontrará cerca de él y convertía todo en marionetas sin voluntad atados a su mente colmena aunque a diferencia de una enorme nave infectada de Poseídos esto era algo completamente inesperado

―Hay un par de poseídos pero nada con que no podamos lidiar.― Mencionó Kazuto después de haber hecho reconocimiento para saber a qué rayos se enfrentaban, encontrando sol Poseídos en toda la planta baja del enorme laboratorio.

―¿No les parece que este lugar es un poco tétrico?― Interrogó totalmente en serio, había enemigos pero no lo suficientes como para ser una amenaza real, además para ser un laboratorio tan importante con una investigación tan relevante para la humanidad, el que estuviera apenas poblado por enemigos les hacía pensar que estaban caminando hacia una trampa.

―Lo es… pero al menos no tenemos que lidiar con un maldito Psicópata como Volkolak de nuevo…― Replicó Albión un tanto tranquilo de que en esta ocasión no tuvieran que enfrentarse a un psicópata como ese de nuevo… al menos no por ahora

―No lo invoques por favor…― Pedía Ahiri aún rememorando a ese maldito, por lo menos si ese desgraciado aparecía lo único que esperaba era que su muerte fuese rápida e indolora.

―Aún tenemos que ir descendiendo más… apresuremonos.― Pedía el Caballero De Unicornio viendo el mapa holográfico, ya casi estaban allí, sólo debían seguir avanzando hasta llegar al fondo del laboratorio para seguir

―Supongo que mientras más pronto mejor.― Murmuró darrel Continuando su camino a través de los pasillos que parecían infinitos, ya casi estaba allí solo debían seguir empujando un poco más hasta llegar hasta abajo, al punto donde sea lo que estuvieran buscando sin duda se encontraba allí abajo.

Poco tiempo más tarde lograron llegar a donde se suponía que debían llegar, al punto más bajo donde las investigaciones más serias se llevaban a cabo, allí donde la oscuridad parecía dominarlo todo, allí donde una enorme cristal templado se encontraba, dando paso a un inmenso lago oscuro donde ningúna luz parecía poder provenir de allí, pareo podían reconocer que era agua porque en primer lugar las únicas luces que había disponibles alumbraban podían ver algas, corales, burbujas que ascendían y alguna clase de peces raros que solo podían pertenecer a los lugares más profundos y recónditos del abismo marino.
Criaturas que en el contexto en el que se encontraban en verdad podían ser catalogados como, Alienígenas.

―¿Este es el punto?― Preguntó Mabel intrigada, los ventanales de este lugar no parecían ser muy normales… en verdad, para ser mucho más grandes que un edificio Pequeño este lugar debía ocultar algo, aquí se debieron llevar a cabo diferentes investigaciones relacionados con la vida marítima Abisal a parte de que lo que sea que estuviese investigando o lo que sea que hayan podido ver allí era lo suficientemente grande como para necesitar analizarlo a fondo con este tipo de equipo marítimo.

―Sí, esto es… Matt― dijo el caballero De Unicornio dándole la orden a su compañero de Bronce de abrir las puertas hacia el laboratorio donde podían presumir que se encontraba lo que habían estado buscando desde que entraron aquí.

El laboratorio Principal donde la investigación más importante de la época actual se estaba llevando a cabo al menos en el ámbito científico.

―A un lado hermanito, déjame encargarme de esto.― Mabel se adelantó antes de que Matthew siquiera pudiera dar un paso al frente, firme y decidida, haciendo crujir sus nudillos para entonces y una vez más forzar el cierre automático de las puertas, abriendo las de par en par casi sin esfuerzo utilizando únicamente la titánica fuerza de sus brazos.

―¡Adelante chicos!― Dijo después de haber destrozado completamente las puertas que los habían separado de su destino.

Una vez entraron pudieron ver un Enorme Laboratorio, si antes habían visto equipo médico de la más alta calidad y el olor a medicina impregnaba todo el recinto aquí era como si la tecnologia alienigena hubiese llegado a otro nivel completamente nuevo, casas que solo verían en una película de ciencia ficción aquí eran una realidad.
Objetos y equipo de la más alta tecnología para obtener, extraer y analizar muestras de todo tipo se encontraban.

Y si los químicos se habían apoderado de todo el recinto, aquí la combinación de Medicinas, química avanzada y demás fórmulas impregnaban cada habitación aquí el Olor era tan prominente y denso que casi parecía nauseabundo.
De no ser por que incluso el estímulo olfativo era tan alto que podían sentir que sus fosas nasales podían casi jurar que si habían sufrido de algún al fisico o biologico aquí se había curado por completo solo por inhalar el aire…

Aquí sin duda estaban haciendo algo importante y sin importar que fuera lo iban a descubrir.

―Miren todo esto.― Murmuraba Kobu sintiendo algo en esta habitación, no estaba seguro de que era pero… incluso estar aquí presente le hacía sentir que estaba en un lugar importante y a la vez prohibido para ojos mortales e inexperimentados en ciencia avanzada.

―Wao…― Marvel Murmuró maravillada, aunque apenas entendía que era todo loque veía sin duda la tenían tanto asombrada como confundida, no entendía que veía pero era increíble.

―¿Qué demonios estaban investigando aquí?― Preguntó Darrel tomando uno de los dispositivos electrónicos, había al menos una enorme cantidad de información que podía ver desplegándose de ella investigaciones que se estaban haciendo con una especie poco conocida del abismo Marino De Io… Una criatura milenial conocida como "Leviathan", con la cual estaban experimentando para encontrar la cura de algo.

―Al parecer estaban buscando una cura para el Inmunodeficiencia Oxida…― Respondió Ahiri reconociendo estos patrones, puede que ella no supiese de química, ciencia o mínimamente de enfermedades recién descubiertas por la humanidad, pero sí había escuchado alguna vez del término además… muchos mineros espaciales sufrían de dicha gracias a la sobre exposición al vacío, la radiación y las malas condiciones de los trajes contra el vacío…
―Es, como un tipo de cáncer Espacial, pero en lugar de afectar las células de la piel o de los huesos, directamente destruye las células del corazón poco a poco, la cual va afectando cada uno de los órganos internos hasta llevar a la persona que lo padece a la muerte.― Ella podía ver que toda esta investigación era para encontrar la cura a esa enfermedad, cuyo conocimiento de como repararla o tan siquiera encontrar una forma de minimizar sus efectos se les escapaba de su control.

Incluso con la medicina más avanzada de la época era imposible encontrar una cura para esta enfermedad, era como que, sin importar que hubiéramos encontrado la forma de curar las enfermedades más opresivas, crueles y rápidas de matar a un ser humano, una seguía escapandonos… Eso y que pese a las investigaciones realizadas por miles de Científicos en el universo aún así no podía encontrar una cura para la misma.

¿Pero… que ganaría la compañía Solo en encontrar una cura para ello?

―¿Cómo nos vamos a llevar todo esto? ― Interrogó Kazuto observando todas las computadoras, al menos todas debían tener información valiosa pero el servidor central debía ser el lugar donde su información importante debía ser extraída

―¿Recuerdas el dispositivo que nos dio Faridah?― Preguntó Darrel mirando al Líder del equipo, el cual seguía siendo Kobu, quien sacó un pequeño dispositivo de almacenamiento el cual podrían utilizar para extraer todos los datos de la gran computadora central.

―¿Creen que tenga el suficiente espacio?― Interrogó mirando El pequeño objeto entre sus dedos, para entonces mirar una enorme caja llena de cables y monitores, lo que sea que esta información valiese o pesará… sin duda debía ser algo invaluable.

―Eso espero sino tendremos que llevarnos los servidores.― Darrel murmuró de forma incluso graciosa, imaginando como podría cargarlo en la espalda de su enorme compañero.

―Bueno al menos Tenemos a Matt y Mabs de nuestro lado.―Mencionó Albión observando, tal vez podrían llevarlos en las espaldas de Matt y Mabel, pero sería muy estorboso y los pasillos no eran lo suficientemente grandes para llevarlos… Además la nave no era lo suficientemente espaciosa por lo que esa idea estaba descartada.

―Sí, pero mientras más ligeros viajemos mejor.― Dijo Kobu buscando una terminal la con la cual conectar el dispositivo y apenas lo hizo este comenzó a descargar los datos del Servidor.

―Esto es tan aburrido, no entiendo por qué necesitaban la asistencia de Caballeros del Santuario.― Mencionó suspirando pesadamente para finalmente tomar asiento sobre una mesa de metal…

Era verdad de que esta información podría ser más valiosa que cualquier otra cosa en este mundo, pero la realidad era que no tenían un enemigo que derrotar o una amenaza de grado especial a la que tuvieran que abatir, era solo… espionaje y recolección de datos importantes…
Nada que requiriese de todo el equipo de Black Dogs.

―Esa es una buena pregunta.― Respondió Darrel de Regreso observando como los demás se separaban para encontrar algo de más utilidad en el laboratorio… inclusive comenzaron a curiosear entre los ordenadores los utensilios de pruebas y la enorme pecera oscura que… les provocaba cierto pánico al ver sólo una inmensa oscuridad de agua en la que solo podían ver más allá de lo que las luces eran capaces de freezer, dejando en completa tiniebla lo que sea que se encontrará detrás de ese cristal

― Al menos está descargando rápido… ¿eh?― Matt Interrogó mirando al dispositivo el cual ya iba por el 10% de la información, a pesar de haber sido recientemente instalado, aunque no podía evitar mirar hacia Ahiri quien seguía teniendo su mirada completamente pegada en la tableta electrónica que había obtenido.

―¿Qué pasa?

―Nada solo… algo que estaba pensando.― Murmuró la Guerrera de la Hidra con la idea de dejar la tableta en donde la encontró, pero allí había tanta información, tantas investigaciones y tanta data recolectada que… algo dentro de ella le decía que si la abandonaba tal vez estaría cometiendo el peor error de su vida.

Optando por simplemente quedarsela y guardarla en un pequeño bolso médico que había encontrado cerca.

o mucho después Los datos ya habían sido completamente descargados, ahora lo único que debían hacer era largarse de allí de inmediato a espera de la nave de Transporte que los llevaría de regreso a casa, eso había sido fácil… tal vez… demasiado.

―Muy bien, los tenemos.― Anunció el Caballero del Orión tomando el dispositivo de extracción de datos para finalmente anunciar a todo su equipo que ya era hora de irse.

―Bien, misión cumplida Black Dogs… Larguemonos de aquí.― Ordenó Kobu llamando la atención de todos sus compañeros, los cuales asintieron comenzando a levantarse de sus puestos para dirigirse a la salida por donde vinieron.

―Esperen… ¿qué es eso?― Preguntó Mabel sintiendo que algo no estaba bien… era como aquella vez cuando sentía que los cañones de la Commonwealth apuntaban a ellos… pero esta vez era diferente, esta vez… parecía que algo acechaba en las sombras… a punto de atacar.

―Olvidalo Mabs debemos regresar a la superficie.― Pedía Kobu colocando sus dedos medio e índice en su oído Derecho tratando de contactar a la conductora designada para llevarlos de regreso a la seguridad del Titán de acero o donde quiera que el capitán Walker quisiera que llegara esa información.
―Blackbird, Blackbird este es Unicornio, ¿me recibes? Cambio necesitamos extracción inmediata, repito, necesitamos extracción inmediata necesitamos transporte… Blackbird. ¿Me Recibes cambio?― Hubo estática, mucha en realidad, kobu esperó pacientemente a una respuesta que jamás llegó ocasionando que él comenzará a sentirse impaciente, pronto comenzó a darse cuenta, ella no iba a responder.
―Debí haberlo imaginado, esta profundidad interrumpiría las señales de radio.― Comentó el caballero unicornio, decepcionado, esperaba que al menos ella ya pudiera estar lista para cuando tuvieran que escapar de aquí.

―Entonces debemos salir de aquí, ¿no?― Preguntó Darrel decepcionado, al menos esperaba que la slida fuese menos tediosa que la entrada pero al parecer nada nunca salía como lo planeaban.

―Eso parece.― Dice Albión agitando la cabeza, nunca nada salía como lo deseaban… primero tuvieron que descender apenas encontrando enemigos ¿y ahora esto?

―Chicos, insisto que hay algo aquí.― Mabel volvió a decir pero nadie le prestó atención.

―¿Entonces tomamos la salida rápida o la entrada?― Matt preguntó, parecía que la suerte no estaba nunca de su lado.

―Creo que la entrada suena bien.― Dice Ahiri sonriendo levemente, por lo menos no tuvo que mancharse las uñas de sangre.

―Entonces la entrada será.― Darrel Asintió junto con los demás, era hora de regresar y celerbar su victoria aunque no habían tenido nada de acción ese día.

―Bien entonces vámonos.― Kobu habló guiando a todos a la salida pero antes de eso la pequeña ursa vió algo que le heló la sangre.

En uno de los monitores de seguridad que monitorea las cámaras pudo comprobar sus sospechas… Miles, sino que cientos de Poseídos corrían en dirección al nivel donde se encontraban ellos, sellando toda salida posible del laboratorio… así que allí se encontraba, todo el personal de esta instalación, corriendo hambrientos hacia ellos.

―Muchachos creo que deben ver esto.― Señaló ella haciendo que todos voltean a ver a su compañera.

―¿Que sucede Mabel?― Kobu preguntó hastiado de su insistencia, solo para que al encontrarse con esa visión tan opresiva… un sudor frío comenzará a recorrer su frente hasta su espalda.
―Oh… ― Murmuró sintiendose como un idiota, debió haber imaginado esto, este no era un paseo por el parque, era una trampa para roedores… y ellos habían caído directamente en ella.

No mucho después un enorme retumbar se hizo presente, ocasionando que todos ahora sintieran algo… una presencia, algo que habían ignorado hasta ahora y al mirar hacia arriba pudieron verlo… era… una sombra alada y con un rostro envuelto en sombras se hizo presente frente a ellos.

Con un porte amenazante el cual se mostraba ante todos como un ser hecho de tinieblas, las cuales se fueron revelando poco a poco, mostrando la figura de un hombre envuelto en una armadura oscura como la noche y con colmillos que sobresalen de sus labios.

―Pequeños conejitos traviesos, hurgando en secretos que no deberían conocer.― Habló con una voz grave que contenía una enorme maldad que podían sentir en sus pieles, no era el Espectro del vampiro, pero podía sentir que su poder era casi equiparable al de ese hombre que casi los había asesinado a todos.
―Tan curiosos para aprender que por dicha los gatos han muerto, tan tontos para cometer los mismos errores, tan estúpidos para creer que saldrán de aquí con dicho conocimiento.― él no parecía tener intenciones Maliciosas, pero al tratarse de los Espectros de Hades sus intenciones nunca podían ir más allá de causar muerte y violencia a donde quiera que fueran.

―Entreguenme lo que sea que hayan obtenido si es que valoran sus vidas y tal vez los deje salir de aquí, tal vez. ―Por Supuesto que esta presencia no se presentaba sin antes una treta, una amenaza y una opción de retirada si es que ellos apreciaban sus vidas pero, el problema era que ellos no iban a obedecer sus órdenes, por más que eso fuese a costarles la vida pues si estos datos eran tan importantes como para que ahora un espectro se presentará a tratar de robarlos, entonces en verdad debían ser sumamente importantes como para dejarlos caer en manos equivocadas.

―Ahhh y querías algo de entretenimiento para variar…― Dijo el caballero de Lobo, sintiendo una sensación opresiva sobre su pecho, pero primero muerto antes de permitirse morir ahora, no después de haber llegado tan lejos.

―Cierra la boca.― Kobu Murmuró Protegiendo el dispositivo de almacenamiento colocándolo debajo de su pechera.

―Así que díganme, ¿qué será? ¿La información o sus vidas?― Interrogó el Espectro, sonriendo macabramente, listo para darle caza si mostraban un ápice de resistencia en su contra, iba a asesinarlos a todos y cada uno de ellos, justo como lo había hecho con todas las personas en esta instalación.

―Elijo la tercera…― Murmuró Kobu Comenzando a elevar lentamente su cosmos, apuntando directamente hacia su cuello, un golpe limpio y podría separarle la cabeza del cuello, solo debía evitar fallar y golpear directamente en el punto exacto,

―¡Tercera?― Interrogó confuso, arqueando una ceja ante dicha respuesta.

―¡Galope De Unicornio!― Exclamó Lanzándose al ataque con una poderosa patada capáz de destruir todo a su alcance, pero incluso si su determinación era absoluta, él comprendía que un enemigo tan cruel no tendría piedad de ellos, podría destruirlos rápidamente con uno de sus ataques si así lo quisiera, así que él tampoco debía mostrar ningúna atacando primero antes de que el enemigo lo hiciera.

Por esa razón debía interponerse primero, ya que se podrían preocupar por cómo escapar de este lugar, primero debían eliminar al objetivo prioritario.

No todo salió como esperaban evidentemente…

Al tratar de escapar no solo las salidas fueron bloqueadas por poseídos, este nuevo enemigo les había puesto las cosas difíciles, habían logrado golpearlo una y otra vez peleando contra un enemigo que no importaba con que lo atacarán, siempre parecía que se recuperaba…
Los poseídos eran enemigos sumamente impredecibles, logrando recuperarse de golpes que se suponía debían ser fatales, pero aún así… Los caballeros de Bronce se mantenían firmes ante las fuerzas de la oscuridad que los acechaban aunque… tuvieron que esconderse al encontrarse sobrecogidos por la cantidad abrumadora de enemigos y el poder de los espectros que los estaban acorralando.

―Maldita sea, este lugar es como un jodido laberinto.― El caballero del lobo Jadeaba exhaustivamente… con los espectros y los poseídos bloqueando las salidas además de pocas opciones para escapar sus oportunidades para salir de aquí vivos se reducían a 0… de seguir así nadie iba a salir de aquí vivo.

―Sí, y creía que salir sería más fácil que entrar… y ese malnacido nos está cazando como conejos, valga la redundancia.―Murmuró Matt observando la herida de su brazo, el cual había sido ocasionado por otro espectro que había salido de la nada… ahora no solo tenían un enemigo fuerte, eran dos y los estaban dejando sin opciones más que correr o pelear… y poco a poco se estaban quedando sin opciones para correr.

―Si no podemos salir por la vía convencional tendremos que hacernos una vía de salida, Kazuto, Matt, los vamos a necesitar, abramos un maldito camino para salir cagando leches de aquí.― Kobu respondió igual de cansado y herido que sus demás compañeros, con una cortada en la mejilla derecha y otra en su pierna izquierda…

―Pequeños corderitos enviados al matadero, ¿donde se ocultan?― Hablaba la misma voz que los había estado acechando durante lo que habían asumido hacía horas… horas de constante persecución y hachecho sin parar por esos seres monstruosos y demenciales… seres que no dudaban ni temían en darles caza, seres que… solo podían considerar como seres de ultratumba con rostros y pieles humanas.
― Aún no hemos terminado y la cacería apenas ha comenzado, así que diganme.― Se escuchó un estruendo al fondo del pasillo, delatando que habían hecho estallar una habitación en llamas como lo habían hecho con las 8 anteriores… esto sin duda era una situación peligrosa y todos estaban atrapados en ella.
―¿Quien será el primero en morir?― Interrogó el espectro acercándose peligrosamente a ellos, hasta que al asomarse a una de las habitaciones, pudo percatarse de que una enorme sección del techo se estaba comenzando a desprender por encima de él.

―¡Caída de Meteoro!― Exclamó Matthew haciendo caer el techo sobre el espectro, ocasionando que varias habitaciones y pasillos se viesen afectados, aplastando a todos los poseídos que se encontraron debajo de ellos

―¡Fallaste!― Antes de darse cuenta el espectro había logrado esquivar el ataque, pero en el instante en el que lo hizo una figura hecha de tierra abrió sus fauces tratando de devorarlo en el acto.

―Técnica del Lobo Blanco, ¡Cacería en manada!― Antes de darse cuenta la figura de varios lobos hechos de piedra lograron encerrarlo a él como a todos los poseídos a su mando en el pasillo, mientras que los caballero del equipo de Kobu se encontraban prácticamente sin escapatoria, con escaleras que lo llevarían a pisos hacia abajo en lugar de arriba reiniciando el ciclo de su escape.

―Eso lo mantendrá distraído solo unos instantes, ¡adelante, corran! ―Exclamó el caballero De Unicornio guiandolos a la única vía de escape que tenían, pese a eso, podían ingeniárselas para poder dirigirse a las escaleras de otro piso debajo y regresar a la superficie… pero poco a poco las opciones se les estaban limitando, sintiendo una enorme necesidad de sentir aire fresco aunque fuera solo por unos instantes.

―Ah pequeños miserables.― Murmuró el Espectro, dentro de las fauces del Lobo de tierra, que rápidamente fueron despedazadas por su poder de las tinieblas sobre este enemigo, logrando destruir la técnica en cuestión de segundos.

― ¿Creen que podrán escapar de mí? Pero yo, ¡Karn de la Gárgola Estrella celeste de la Pesadilla no lo permitiré!― Exclamó uno de ellos emergiendo, aquél que poseía alas oscuras y había perdido el casco de su Spuri, Mostrando Una expresión salvaje y amenazante.

―Y Yo, Pretor de Escarabajo Mortal, Estrella Celeste de La Fealdad Los Cazaré hasta que los alcance la Muerte.―El Segundo Espectro finalmente se presentaba, destrozando aún más la tierra, aún más grande y fuerte que su compañero espectro, junto a un ejército de poseídos que salían del agujeron creado por ellos como Hormigas cazando una presa, el juego del escondite se estaba volviendo cada vez más agresivo y eso era algo que ellos amaban con locura.

Poco más tarde el equipo de Black Dogs estaba en una encrucijada, se habían separado en dos equipos, dos equipos que buscaban una salida pero todas las salidas habían sido bloqueadas, poco o nada les quedaba para ser comida de poseídos…

Poco a poco las opciones se les fueron terminando, así como las vías de escape… por lo que pronto tendrían que empezar a improvisar por sus vidas o morir en el intento.

― Ese maldito hijo de Puta casi me mata…― Murmuraba Kobu sujetándose el pecho donde una enorme porción de su armadura había sido totalmente despedazada, sujetándose solo por su hombrera derecha y partes del peto y la espalda que aún se sujetaban una a la otra.

―Los demás chicos ya debieron haber salido… ¿escuchaste Kobu? Nuestros amigos están fuera finalmente.― Mabel comentaba felíz , ya no podía escuchar más combate fuera de la habitación de mantenimiento donde se habían sido forzados a esconderse, eso o los demás habían sido devorados lo cual… sería triste pero ella prefería mantenerse positiva.

―Ya casi estamos fuera, solo un poco más Kobu.― Le pedía observar a su compañero, ella también estaba herida,cansada y sentía que en cualquier momento iba a desfallecer, pero prefería y por mucho mantenerse positiva ante la desafortunada situación en la que se encontraban.

―Déjame aquí Mabs, solo te retrasare…. ―Kobu ya lo había aceptado, él siempre pensando con los puños y no con la cabeza… y por su culpa ahora Mabel también estaba atrapada en esta situación en la que ambos iban a morir en manos de esos desgraciados, atrapados bajo metros y metros de profundidad… y todo por no haber pensado primero en que todo esto pudo haber sido una trampa.

―No te abandonaré aquí, vamos sube a mi espalda, te llevaré aunque sea sobre mi espalda…― Le decía, por que aunque Mabel sabía que en efecto tal vez ambos no podrían salir de aquí vivos…

Al menos quería intentarlo porque ya no quería dejar atrás a nadie, no de nuevo… no como lo habían hecho con Dawn, sí aún había una posibilidad aunque fuera pequeña debían intentarlo.

―Mab… no, tranquila, dejame aquí tu mereces vivir más que yo.―Kobu lo sabía… ella era más fuerte, más valiente, mucho mejor que él en todos los aspectos… él no era ni siquiera una sombra de lo que se suponía que quería ser… su vida no valía nada… no como la de Mabel… Quien merecía vivir mucho más que él, pues ella tenía un futuro más que birllante como guerrera de Athena.

―Dejate de tonterías, no te abandonaré.― Decía Mabel tomándolo del brazo pero él la apartó… estaba seguro, no había manera de que ambos pudieran salir de aquí vivos, si alguien merecía vivir era ella… mientras que él solo merecía morir por haberse alejado del camino de la luz.

―Tu vida vale más que la mía Mab… yo no…

―Déjate de estupideces Kobu, ¡tú también eres valioso!― Ella exclamó tomándolo del rostro para que la viera a los ojos, ella… aun siendo la más fuerte, la más valiente, determinada y avispada del grupo ella… lloraba como una pequeña niña asustada, pues aunque eran caballeros poderosos e imparables… solo seguían siendo niños.
―Eres mi amigo, yo sé que quieres ser el grán héroe que siempre quisiste ser, un mártir una leyenda, pero no eres nada de eso, tu no eres un héroe, eres mi amigo… ¡y te Necesito!― Esas palabras… las palabras que siempre quiso escuchar, dichas por una persona que era mejor que él en todo…

Algo que de cierta forma se había rendido a escuchar alguna vez pero que ahora… le eran dichas con desesperación y pena… era verdad, él no quería morir también quería vivir.
También quería salir de aquí con vida, pero lo que más quería… era que alguien como ella lo necesitase, para llevar luz a esta profunda oscuridad.

―Ah… tus palabras me duelen más de lo que cualquier golpe pueda hacer…― Dijo para finalmente darle la mano, permitiéndole a ella comenzar a cargarlo sobre su espalda, era pequeña pero a la vez ella tenía tanta pasión, tanta fuerza, tanto poder… y sin dudas era una persona por la que valía la pena vivir un día más.
―Está bien, tú ganas.― Sin dudarlo ella puso a su compañero sobre su espalda, comenzando a cargarlo con la esperanza de salir juntos de allí aunque tuvieran que arrastrarse fuera de la tierra como gusanos.

―Sujetate fuerte.― Le pidió Mabel comenzando a guiarse fuera del cuarto, todo se había ido al demonio, el laboratorio pronto iba a colapsar por encima de ellos, pero no le importaba, mientras ella estuviera viva jamás dejaría a un compañero atrás… no de nuevo.

―Claro…― Respondió Kobu aferrándose a su compañera… Pese a todo, ella tenía razón, no quería morir y se iba a aferrar a la vida, mientras alguien como ella siguiese necesitando de él.

Pero mientras ellos trataban de escapar los espectros enviados a impedir su misión se veían, desesperados, pese a las heridas sufridas en combate nada los alteraba o mantenían más al borde de la desesperación que permitir que escapasen con esa información.
Talon había sido Claro, evitar a toda costa que nada entrara o saliera de aquí hasta que él llegará, quería ver con sus propios ojos que habían estado haciendo todos estos humanos con la investigación.

―Si esos niños escapan con esa información, el señor Talon no va a…

―No lo menciones, hay que encontrarlos de inmediato, sino… ¿Uh?― El Escarabajo interrumpió al espectro de la gargola, el cual se veía asustado y desesperado, hacer enojar a un juez era lo peor que podían hacer los jueces solían ser despiadados y crueles con aquellos que les fallaban, más ún aquellos a los que se les había dad una misión tan importante como esta. ―¿Cuál es la intención asesina que siento ahora?― Pero… había algo que le molestaba… un sentimiento desgarrador y desolador que llenaba estos pasillos y los llenaba de una sensación de odio y Violencia que se apoderaba de cada rincón del laboratorio…

Algo que estaba corriendo, algo que buscaba sangre… y cuya intención asesina desaforada y desenfrenada se hacía sentir por todos los pasillos de este laboratorio.

―¿¡Qué demonios esperas? hay que buscarlos!― Exclamó el Espectro de la Gárgola Exclamó furioso, aunque él también comenzó a sentir algo que se acercaba, algo agresivo y siniestro que acechaba en cada rincón del Laboratorio.

―En eso estoy pero… ¿sientes eso?― Preguntó el Escarabajo observando hacia unpo de los pasillos más oscuros, donde la luz parecía no poder escapar, donde la ira era tan creciente como el olor a sangre.. algo se encontraba allí… y estaba furioso.

―¿Qué… es eso?― preguntó el Espectro de Gargola, sintiendo como una bestia lo acechaba, algo tan vil, tan siniestro y oscuro cuya sombra opacaba toda luz.

―¿Wyvern?― Ambos espectros comenzaron a retroceder ante esa presencia maligna… aquella presencia que solo podía medirse par a par de un demonio como lo era el Espectro de la Frocidad… aquél por encima de la legión del Wyvern, el único cuya violencia se comparaba al de ese hombre convertido en demonio, cuyo nombre causaba terror entre los suyos… Atriox…

―No… algo un escaño debajo de él…― Se acercaba rápidamente buscando una pelea… no, mucho más que eso… Sangre, algo que no iba a detenerse hasta saciar su sed… un ser… que solo buscaba la violencia… pues ese era su gran anhelo
―Corre…― Murmuró, sintiendo por primera vez en mucho tiempo una sensación tan humana como abrumadora… el desalentador e irracional miedo…

―¿Que?― Preguntó sorprendido pero a la vez, sintiendo la misma sensación que él, Pero aún así no comprendía qué demonios estaba sintiendo…. pero lo que sea que estuviera persiguiendolos… iba a encontrarlos y los iba a matar.

―¡Corre!― Exclamó el espectro del escarabajo, ellos creían que era los cazadores en este laberinto subterráneo… pero ahora los cazadores eran la presa, quien quiera que los estuviera acechando en las sombras, estaba hambriento e iba a despellejarlos con sus propias manos.

Un infierno se desató allí dentro, un doloroso y cruel infierno, del que nadie escaparía, de que nadie sería capaz de contar lo ocurrido, pero ellos pudieron ser más rápidos… Pudieron salir de la oscuridad, pudieron alzarse de las tinieblas, y todo gracias a un noble sacrificio, un sacrificio que no pasaría en vano.
Pues alguien también sacrificaría algo para salvar aquella vida que se negó a abandonarlo…

Aún si eso significaba sumergirse aún más en las tinieblas de su corazón para conseguir un milagro de Luz.
Consiguiendo así llegar a la nave de escape donde ya todos los estaban esperando.

―¡Faridah larguémonos de Aquí!― Kobu Exclamaba, habiendo perdido la mitad superior de su armadura, con heridas graves en todo su cuerpo, un una enorme mancha oscura cubriendo su cabello plateado cubriendo el lado derecho de Su cabeza… y con una moribunda y ensangrentada Mabel En sus brazos apenas aferrándose a la vida gracias a un milagro de Athena.

―Mab, ¿Que le pasó… como…? ¿cómo ocurrió esto?― Matthew Preguntó completamente preocupado al ver a su joven hermanita en brazos de Kobu respirando con dificultad.

―Eso no importa ahora, ¡vámonos a la mierda ahora!― Exclamaba el Caballero de Unicornio con el terror apoderándose de todo su ser, si esa cosa salí a la superficie entonces nadie estaría a salvo, debían largarse de allí de inmediato.

―Entendido, encendiendo motores.― Asintió el Piloto de la Nave, encendiendo los propulsores y el camuflaje activo, despegándose del suelo muy rápidamente para el alivio de Kobu y de los demás caballeros de Bronce.
―¡Elevandonos!―Con sus palabras ellos comenzaron a dirigirse al punto de control donde ya los esperaban con la información robada

Aunque en el Suelo Una figura oscura cubierto de Tinieblas y sombras que se movían erráticamente a su alrededor como humo se alzaba del suelo, sujetando a ambos Espectros que le habían arruinado su tan preciada Cacería, aquellos que habían osado oponerse entre él y sus presas.

No tendrían perdón de su infinita crueldad.

―No… piedad… por favor piedad… ¡Gah…!― Rogaba el espectro de la gárgola, con una poderosa mano sujetandole del cuello, exprimiendo toda la "Vida" Que aún poseía sobre sus dedos, observando a esos ojos fríos y muertos que le sonreían con gran fervor.

―Ustedes dos espectros incompetentes me costaron mi cacería… y por eso… déjenme enviarlos de vuelta al inframundo.― Hablaba un espectro enorme, de cabello oscuro y ojos bañados en sangre, no podía ser otro que aquel que los había estado cazando desde que frustraron sus planes en la Commonwealth, el poderoso y demencial, Volkolak Del Vampiro.
―Vamos, grita… quiero oírte gritar.― Exclamaba Alzando su brazo derecho, dejando caer el cuerpo del otro espectro al suelo cuya cabeza había cercenado del cuerpo con sus propias manos, levantando su mano listo para terminar el trabajo.

―Maldito… traidor de Mierd… ¡gahk…!― No pudo finalizar cuando el vampiro le atravesó el pecho con su propia mano, arrancando el corazón y exprimiendolo metros cerca de su boca, dejando que el Icor bañara su garganta de una sensación agradable y placentera.

Una vez finalizó alzó su mirada al cielo, no podía verlos pero podía sentirlos alejándose de él… La cacería no era divertida si las presas no se resistían.

―Corran pequeños caballeros, corran, solo están prolongando lo inevitable…― Murmuró Esbozando una sonrisa siniestra, con la barbilla, labios y dientes completamente cubiertos de sangre.

Mientras tanto en la nave de Transporte de los Black Dogs…

Apenas estuvieron a salvo, Kobu puso a Mabel en una mesa de operaciones cercana, acariciando con gentileza su mejilla, ella aún tenía los labios recubiertos de sangre, su sangre… ella, sin duda era una chica fuerte, muy fuerte…
No comprendía cómo alguien como ella había pensado en sacrificar su vida por alguien como él… y aún no podía hacerlo, no podía racionalizarlo, no podía comprenderlo pero…
Agradece que ella hubiera logrado salir de allí con su vida aún intacta…

―Se honesto Kobu… ¿que carajo ocurrió allí abajo?― Preguntó Darrel observando a su compañero, pero más aún a Mabel, estaba herida, había perdido la protección de sus brazos y parte de su pechera, pero ella seguía respirando, con dificultad pero lo hacía.

―Creeme… por tu bien y el mío… es mejor que no lo sepas…― Murmuró El caballero de Unicornio limpiándose las mejillas, con la sangre de su cuello aún manchando su camiseta y su rostro… ese malnacido casi lo asesinaba, de no ser por Mabel… Él había muerto justamente en ese mismo instante.

―¿Tienen los datos?― Volteó a mirar hacia su compañero de Orión, el cual no pudo evitar notar como los mechones oscuros de su cabello se habían apoderado de una enorme porción de sus patillas y cabello… eso sin duda era un enorme cambio de apariencia que apenas se escapaba de la visión.

―¡Los tenemos justo aquí!― Exclamó albión sujetando el dispositivo de almacenamiento, el cual tenía toda la información correspondiente a la investigación realizada en el laboratorio subterráneo, el cual en este momento no debía ser menos que ruinas sobre las ruinas.

― Y algo más por lo que veo…― Murmuró El caballero de Unicornio observando a ahiri quien aún seguía poseyendo la bolsa médica en donde había puesto la tableta holográfica.

― Bien, misión cumplida supongo… ―Murmuró Suspirando aliviado pero cansado a la vez, la oscuridad en su interior se estaba alimentando cada vez más de su luz… no dejando nada atrás pero… eso no le importaba, solo le importaba, mantener a su amiga a salvo.

― Algo así…― Murmuró Ahiri un tanto desalentada, esa misión no pudo haber salido peor, no solo apenas habían escapado con vida sino que el laboratorio de billones de créditos había desaparecido de un segundo al siguiente, dejando atrás millones de misterios e incógnitas… secretos y misterios que jamás saldrían a la luz de nuevo.

― Mab…Resiste, por favor.― Rogaba Matthew tomando la mano de su pequeña hermana, aunque en el mismo estado deplorable que los demás, su única preocupación era su pequeña hermana.

― ¿Her… manito?― Murmuró la joven ursa abriendo levemente sus ojos, para ver a su querido hermano mayor a su lado, sonriendo enormemente al verla despertar.

― Sí, lo hiciste bien Mab, lo hiciste muy bien…― El caballero de la Ursa mayor la elogió, esa sin duda había sido una actuación digna de una santa de Athena, no solo se mantuvo firme ante la situación adversa de la que se habían visto envueltos, sino que logró salir con vida, pese ahora estar en estado de salúd Crítico.

― Que alivio.― Murmuró ella observando a su hermano, pera entonces observar a Kobu quien, la veía con una enorme sensación de Culpa en sus hombros, ella… era tan especial, tan fuerte y tan valiente, ojalá él pudiera ser solo la mitad de todo lo que Mabel era.
― Gracias, hermanito…― Susurró una última vez cayendo rendida ante el dolor, siendo lo último que vería el rostro de aquel caballero de Bronce que la había salvado de una muerte lenta y dolorosa.

― ¡Mabel!― Exclamó el Caballero de ojos azules preocupado, sin embargo antes de que su preocupación escalara, Darrel lo tranquilizó poniendo una mano sobre su hombro.

― Tranquilo está inconsciente pero Viva…― Le dijo observándola, seguía respirando y sus signos vitales se iban estabilizando, aún así debían llevarla a obtener atención médica, de lo contrario todos en verdad tendrían razones para preocuparse por ella.
― Increíble que ese malnacido nos haya seguido Hasta aquí…― Mencionó pensando en el espectro del vampiro, ¿como demonios los había encontrado? ¿Y cómo rayos había logrado llegar hasta acá? ¿Qué era lo que quería de ellos además de masacrarlos como animales?

― ¿Deberíamos preocuparnos?― Interrogó Kazuto, sujetándose el ojo izquierdo con fuerza, por suerte la herida había sido superficial, pero unos metros más y le habrían arrancado el ojo de un tajo.

― Puede ser…― Mencionaba l a Saintia de Hidra, con una expresión fatigada, al igual que sus compañeros también estaba herida, pero por lo menos no estaba tan magullada como otros de sus compañeros, los cuales sin duda necesitarían un doctor de manera inmediata, especialmente Mabel.
― Tal vez sí…― Añadió Sacando la tableta holográfica de la bolsa observando a detalle, por lo menos no se había roto y seguia funcionando con normalidad, ojalá ellos pudieran tener algo más de respuestas con esto una vez entregaran el dispositivo de almacenamiento a los militares.

―¿Por qué te trajiste eso Ahiri?― Preguntó Kobu observándola con seriedad, pues para que ese objeto fuese de sumo interés para ella como para traerlo hasta aquí, la información contenida debía ser extremadamente valiosa.

― Creeme por tu bien y por el mío es mejor que no lo sepas.― Respondió la Hidra sin más, volviendo a guardarla… habían tenido suerte esta vez… suerte de que las cosas hubieran salido milagrosamente bien para todos.

Pero eso era todo lo que era… Suerte…
Y Pronto se les iba a acabar, mientras se alejaban podían notar algo a la distancia, como las cenizas del Qliphoth se alzaban hasta el cielo, al mismo tiempo de que, a lo lejos una ciudad agonizaba de dolor, ante el ataque de un ser despreciable.

El cual le causó a ella y a su gente, una herida de la que jamás serían capaces de recuperarse completamente, no entendían qué había pasado pero… necesitaban respuestas… urgentemente.

Fin de la Transmisión…

Planeta: Io7
Localización: Neo Moscow.
Fecha: 12 de septiembre del 2283
Hora: 2:57 A.m.

Benjamín estaba de nuevo allí, frente a esa enorme mansión de colores blancos y puros como la nieve, casi parecía camuflarse con el ambiente, casi, de no ser por que su hermosa arquitectura, las planas que se negaban a morir bajo las condiciones extremas del planeta y la Estatua de 3 cisnes danzando en el aire que adornaban el Patio la hacían resplandecer del Desierto nevado que era su planeta natal.
Detrás de ella el enorme bosque de Pinos se alzaba hasta donde la vista podía escapar, y en la entrada estacionado un Desplazador con la forma de una lujosa limusina, sus baldosas artesanales, sus pilares esculpidos con una mano dedicada totalmente al arte y su estética casi barroca la hacía ver como un templo, una belleza magnánima de tiempos antiguos y actuales.
La verdad era que… nada de eso le importaba, había visto esa casa tantas veces ya que lo único que le causaba al verla de nuevo era… indiferencia, ahí no tenía nada más que malos recuerdos.

Pesadillas recurrentes y trauma que… hubiera preferido olvidar, aquí no habían más que traumas y… fantasmas, quiso entrar pero antes de hacerlo miró a un lado de la cerca que separaba el perímetro del exterior…
Allí a un lado del enorme portón había una pequeña Lápida, llena de nieve y escarcha, Benjamín se agachó a verla y con sus manos logró limpiar la superficie de la misma… suspirando pesadamente al leer ese nombre de nuevo…

"Oksana Ledyanoi Lebed; Un Rayo de Esperanza en un Mundo Sin Luz..." Rememorando algo, algo que se le venía a la memoria, cada vez que veía ese epitafio escrito con un dolor penetrante de manos de una niña herida y dolida.

Lo siento… no quise decirte eso Benjí, perdóname.* Murmuraba una pequeña niña, grabando algo en una pequeña piedra mientras él, cavaba un pequeño agujeron en la tierra, mientras que a su lado, el pequeño cuerpo de un animal era completamente cubierto por una manta blanca, que se cubría de rojo por el lugar donde se encontraba su cabeza.
*Pero Oka… ¿Por qué tuviste que matar a Oka?* Eso mismo se preguntaba a sí mismo, eso mismo se preguntaba una y otra vez… pero ninguna respuesta satisfactoria… o venidera lograba llegar a su mente, nada realmente que pudiese justificar tan ruin acción, nada… para calmar el dolor de su pequeño corazón.

Hubiera preferido ir a donde fue Arthur… A permanecer aquí…* Benjamín tan solo seguía cuando, hacía unos momentos la vida había dejado de tener sentido para él, todo el mundo se había oscurecido y… esa amenaza de morir en una guerra, parecía más bien una esperanza, porque cualquier cosa era mejor que permanecer aquí, en un lugar donde solo le esperaba dolor… a él y a su amada hermana.

―Todo está bien, ¿Ben?― Preguntó una voz a sus espaldas, sacándolo de su trance, Era su compañera y amiga cercana; Danny, quien le habrá colocado una mano sobre el hombro, él l a miró y se sintió bien al verla ya mejor.

Aunque su brazo derecho aún se encontraba Vendado y colgando de un sujetador además de que su pierna izquierda aún necesitaba tiempo para sanar completamente, pero ella se seguía levantando, ella seguía luchando, ella seguía aquí… ofreciéndole consuelo en esta difícil decisión que hoy se tomaría.

―Sí todo bien…― Asintió el Caballero Cisne, asintió él colocando una mano sobre la de Danny, sonriéndole con calma y serenidad, esto era algo que él debía hacer, algo de lo que debía hacerse responsable y no debía postergar más.
—Espérenme, pronto nos iremos… solo tengo que hacer una última cosa aquí… y podremos largarnos.― Dijo finalmente, para entonces dirigir sus ojos hacia el portón de la mansión.

―¿No tienes que hacer esto solo, lo sabes verdad?― Preguntó Danny con toda la determinación de ír con él, lo que quiera que fuese a hacer, no tenía por qué hacerlo solo, no había motivos para hacerlo solo… pero esto era algo que él debía poner fin con sus propias manos.

―Lo sé pero… tengo que hacerlo, no se preocupen… estaré bien…― Dijo el muchacho de cabello rubio asintiendo nuevamente a ella, pese a todo, estaba felíz de que ella y sus amigos lo hubieran acompañado hasta acá.

―ok, tan solo regresa pronto.― Le pidió Danny, sonriéndole levemente, observando como él no apartaba la mirada de esas puertas que parecían de oro, pero… era solo otra jaula dorada, otra prisión diseñada exclusivamente para él, una prisión de la que finalmente se liberaría de una vez y para siempre.

―Lo haré… ―Asintió percatandose de que Danny ahora estaba regresando a la nave de transporte, donde sus demás compañeros lo esperaban, lo que sea que fuese a hacer… esperaban que fuera para bien como él lo había dicho, él era un guardián y ante las buenas y las malas, ellos siempre estarían juntos, Benjamín trató de levantarse, pero no sin antes mirar al suelo de nuevo, para ver el último lugar de descanso de su amada mascota… acariciando con delicadeza, la tierra donde ella dormía.

― Buena Chica…― Murmuró mirando la tierra, para entonces dirigirse de vuelta a ese lúgar que nunca pudo llamar hogar. Sin duda alguna… Fue un Rayo de Esperanza en un Mundo Sin Luz.

Apenas entró en el territorio de lo que solía ser su hogar el caballero de Cisne subió los escalones que se dirigían a la puerta principal, sabía que no era bienvenido allí, sabía que apenas tratara de entrar sería echado a la calle por los sirvientes del hogar, pero si tenía algo de suerte una de sus hermanas le abriría…
O tal vez su Madre, sino sería su padre pero en realidad esa era una probabilidad de una en un millón, él nunca abriría la puerta principal por voluntad propia.

Escuchó aque alguien se acercaba, pudo escuchar sus pasos y cuando finalmente la puerta se abrió, de ella emergió una hermosa muchachita, de largo cabello dorado, ojos azules, piel blanca como la nieve y con un hermoso vestido negro con bodados en color Blanco, parecería una hermosa sirvienta de no ser por que la el collar con diamantes que relcía en su cuello, el brazalete de plata que llevaba en el brazo y una diadema de excelsos detalles y ornamentos en blanco y negro revelaban su estatus social.

Ella lo miró con sorpresa, a lo que parecía un fantasma, pero en realidad solo era su hermano mayor regresando después del exilio impuesto por su progenitor.

―Benjamín… Un Rayo de Esperanza en un Mundo Sin Luz...Murmuró un tanto incrédula, manteniendo un semblante frío y distante, pero la sorpresa en sus ojos era… imborrable.

―Hola Natalya, ¿como…― No pudo terminar de hablar, cuando Benjamín sintió una fuerte bofetada en el lado izquierdo de su rostro, eso sin duda lo tomó por sorpresa pero… no lo suficiente para evitar finalizar su pregunta
―¿Cómo te va?― Interrogó con una expresión seria, como si lo que su hermana hubiera hecho hubiera carecido de importancia, no iba a negar que parte de él se lo merecía, además… si ella hubiera sido un poco más fuerte eso le habría dolido terriblemente, pero tal vez para su suerte… su hermana seguía siendo una chica normal.

―No mejor que a tí por lo que veo… ―Murmuró Natalya frunciendo el ceño, ella estaba… molesta pero, de cierta manera se alegraba de saber que Ben estaba vivo, a pesar de todo…

―Sí, supongo que sí… ¿Padre está en casa?― preguntó el joven rubio mirando a su alrededor, no había cambiado mucho en esa casa, al menos no tanto como él creía…

― ¿Y tu que crees?― Interrogó la Joven de vestimenta oscura cruzándose de brazos, observando a su hermano, había cambiado mucho, demasiado, a parte de la horrible cicatriz que adornaba su rostro él se veía… más alto, más tranquilo, menos afligido… podría decir incluso que se veía… felíz…

―Ya veo, supongo entonces que no podré pasar.―Añadió apenas siendo capaz de mirar a su hermana a los ojos, parte de él sentía que la había traicionado pero… en otra parte, él simplemente ya no sentía culpa o arrepentimiento, su vida había mejorado, claro que ahora estaba en peligro constante de morir pero tenía gente que se preocupaba y lo querían como a un igual, no como un objeto que apenas se rompía ya no valía nada.

―Bueno, solo quería saber como estabas tú y… Allie…― Murmuró alzando su mirada levemente a ella, en verdad quería redimirse, expiar el pecado y tratar de encontrar un cierre adecuado a esta desafortunada historia entre hermanos, pero poco o nada se podía hacer, lo único que ahora él podía hacer po ella era… tratar de enmendar lo que sea que aún pudieran enmendar.

―Ella está bien… está, con los caballos.― Natalya respondió mirando a sus espaldas, por donde se encontraba el lugar donde habitaban los animales de su hermana menor.

―¿Tenemos caballos?― Preguntó casi en shock, Alina… ¿teniendo caballos mascota? No sabía si eso le sorprendía aún más que creer que su padre se los había comprado, pero eso era un verdadero shock para él.

―Ahora sí…― Respondió Natalya, observando fríamente a Benjamín, ella tampoco lo habría creído al inicio pero, sí, ahora tenían caballos, mejor dicho Alina tenía caballos.

―¿Desde cuándo? ― Interrogó Benjamín con una enorme curiosidad.

―Desde que Alina demostró ser todo lo que papá quería… y más…―Murmuró Natalya cruzándose de brazos, era sumamente buena en todo lo que se proponía, era un az en los estudios, era sumamente buena en la música y el arte, era buena contadora y administradora y era sumamente eficiente con cada tarea que padre le otorgaba, era la hija perfecta justo lo que William siempre quiso.

―Huh… bueno eso es… bueno supongo.― Murmuró el caballero del Cisne, totalmente indeciso de si aquello er algo bueno o malo, honestamente no lo sabía con total sinceridad.

―No realmente.― Alina era perfecta salvo por un detalle crucial para Willia, y ese es que Alina era mujer.

―Te ves de la chingada Benjamín.― Añadió Natalya observando la cicatriz del rostro de su hermano… no tenía ni idea de como es que él se sentía respecto a ella, pero, era sumamente fea y para tratar de mejorarla aunque fuera un poco se puso ese ridículo tatuaje de un cisne para tratar de cubrirla de manera pobre.

―Gracias, lo sé, tu te ves bien hermana.― Añadía Benjamín, esta vez era completamente sincero con ella, el tiempo la había beneficiado enormemente, sobre todo por que portaba la belleza y elegancia que se esperaría de una dama, si tan solo toda esa fachada fuese algo positivo para ella.

―¿Y que debería decir a eso?― Preguntó Molesta, no sabía a que iba con ello pero ningún elogio lo haría merecedor de su perdón.

―Un… ¿gracias tal vez?― Benjamín añadió con algo de sarcasmo, a lo que ella arqueo una expresión de molestia.

―¿Qué haces aquí en serio Benjamín?― Preguntó de nuevo cruzándose de brazos,años que no se veían y lo primero que hacía era aparecer como si nada, causar un revuelo en su corazón y hacerse el gracioso, ¿que pretendía realmente su hermano? ¿Qué buscaba?

―Como dije solo quería saber como estaban ustedes, quería saber de tí, de Allie…― Respondió Benjamín, la conocía muy bien, aunque ella estuviera molesta aún con él, aún si no quería reconocer su existencia… ella debía admitir una cosa, era bueno saber que estaba vivo.

―¿Desde cuándo?― Preguntó Natalya, no había escrito, no le había mandado un correo, un mensaje o tan siquiera una miserable carta asegurando que estaba vivo y ahora aparecía frente a la puerta de su hogar, haciéndose el gracioso y pretendiendo que nada pasó, mientras que ella solo podía mirarlo y… apenas creer que seguía vivo.

―Desde hace un par de semanas, tal vez… meses quizás…― Suelta de repente, aunque en realidad en ningún instante dejó de pensar en ellas, en sus hermanas, no estaba seguro de sí Alina lo odiaba… Si Natalya algun día lo perdonaría pero, no podía curlparlas si lo hacían o no, prefiriói su libertad por encima de seguir en esta tortura Viviente a la que llamó hogar alguna vez.

―Benjamín, ¿si vienes a rogar al padre volver debes saber que.

―No vine a rogar, de hecho, creo que a lo que vine fue a despedirme.― Benjamín finalmente dijo a que venía, sorprendiendo enormemente a Natalya quien, solo podía observar con una expresión sorprendida y… decepcionada.

―¿Despedirte?― Preguntó Natalya cambiando su expresión a una de sorpresa, en su voz podía sentir una pizca de tristeza pero… No quería que él lo supiese, no quería que supiese esta noticia.. la hería profundamente.

―Sí, creo que ya es hora de hacerlo oficial…― A benjamín… también le partía el corazón esta decisión, no por el hecho de no tener que volver nunca más a este lugar, más bien… porque se despedía de la únicas personas en su familia sanguínea por las que en verdad sentía un vínculo de cariño genuino… algo que probablemente se perdería para siempre por esta decisión.

―Natalya, ¿quién es?― La voz de una mujer se escuchó a sus espaldas… no hacía falta que le dijeran quién era… era más que evidente, al mirar hacia atrás se encontró con una… Sorprendentemente sobria mujer de cabello blanco, ojos azules y largo vestido ño Blanco de una sola pieza.
Aún seguía siendo Hermosa… y sorprendentemente aún seguía siendo bella pero, las marcas moradas en sus ojos denotaban lo que era evidente, ella seguía cayendo en sus viejos vicios.
Y Natalya dudaba mucho que durmiera por las noches sin tener una copa de vino en la mano, aunque más que una copa sería más bien una botella completa de Vino añejo.

―Es, eh… bueno…― NAtalya no supo cómo decir esto, así que simplemente se apartó para que su madre viera una vez más a su segundo hijo varón, en el rostro de la mujer hubo… sorpresa y nostalgia, aunque no estaba completamente en sus 5 sentidos, podía reconocerlo aún con esa terrible marca en su mejilla.

―Benjamín…― No sabía cómo sentirse, Felíz… triste, confundida… ella solo podía verlo, allí de pie frente a la entrada devolviéndole la mirada, era él… en verdad era él y lo único que pensaba era en… lo mucho que quería abrazarlo… aunque no sabía si él respondería bien o mal ante eso, por lo que prefirió no hacer nada, como usualmente estaba acostumbrada.

―Hola madre.― Benjamín habló y ella respondió, con aún más confusión e incredulidad, se sentía… francamente felíz pero, no estaba segura de que era lo que él hacía aquí para empezar… o por que.

―¿Puedo pasar?― Interrogó el Joven cisne caminando lentamente hacia adentro, para más confusión y fascinación de su madre.

―Eh… sí adelante, pasa, esta es tu… bueno era tu…

―Lo sé, solo vine a ver como estaba todo…― La interrumpió caminando por el Vestíbulo, en las afueras no mucho había cambiado pero dentro las cosas se veían, francamente diferentes, habían cambiado cosas de lugar, un par de cosas por aquí, por allá… Incluso la chimenea parecía distinta, pero sin lugar a dudas seguía siendo el mismo lugar opresivo de siempre.
―¿Remodelaron?― Interrogó observando todo a detalle, para entonces dirigir su mirada hacia el cuadro de la familia… El cuadro…

―Recientemente lo hicimos.― Murmuró Natasha penada… esperaba que él no lo viese pero… maldita sea, sin duda era un chico listo y atento.

―Ya veo…― Añadió el Caballero de Cisne, observando la Pintura de Su madre, Su… "Padre" Natalya, Alina y él, no estaba en ninguna parte de ese cuadro, se notaba que el pintor había utilizado toda su creatividad y maestría únicamente para quitarlo de la imagen.
―Y veo que me quitaron también del cuadro…― No era necesario que se lo dijesen, al igual que Arthur, él también era solo otra mancha en el legado de esta familia que poco o nada tenía de familia.

―Tu padre solo quería…

―Yo sé lo que quería, no es necesario que lo digas madre…― Benjamín no necesitaba explicaciones rebuscadas o excusas baratas, sabía perfectamente lo que su padre quería, borrar otro fracaso de su historia, pese a que ese fracaso en realidad haya sido uno de los mayores logros de su vida… si no es que el más.

―Así que… Allie es perfecta. ―Preguntó el caballero del Cisne, observando el cuadro a detalle, apreciando como su hermana pequeña se encontraba en el centro y Natalya relegada a un lado del mismo

―Al menos eso dice padre.― Murmuró Natalya, por supuesto, era la niña soñada, un IQ más alá del promedio, modales impecables, maestría más allá de lo común, una voz encantadora, una habilidad innata para el piano, y una excelente versatilidad para el ballet, pero lo único que le faltaba para ser verdaderamente perfecta era… bueno, no haber nacido como una niña.
― Incluso está pensando en que tal vez pueda ser su sucesora, tal vez… si tan solo no fuese mujer.― Añadió con disgusto, su padre tenía estándares tan extraños de perfección que en muchas ocasiones ni ella misma podía comprender.

―Hummm… ya veo…―Murmuró Ben Pensando,a este punto su padre ya debió haber tenido planes para un reemplazo más… "Adecuado" a lo que buscaba, pero en realidad no parecía ser ese el caso.

―¿Hay planes de tener otro hijo?― Interrogó mirando a Natalya quien solo podía negar con la cabeza, entonces su otra especulación se volvió acertada, no había planes… o simplemente no se podía concebir a otro heredero.

―Hmmm, ok…― Dijo el Caballero de Cisne, para comenzar caminar hacia el piano, él… no había tocado este instrumento hacía tanto tiempo… y aún así, recordaba perfectamente cómo hacerlo…

―No toques eso, padre no te lo permitirá.― Natalya le pedía observar nerviosamente hacia la puerta de su estudio, sí él escuchaba al menos una sinfonía saliendo de allí, Ella estaría en graves aprietos.

―¿Y a quién le importa lo que opine él?― Preguntó Benjamín sentándose en el Banquillo, para entonces comenzar a tocar el instrumento, con una maestría casi excepcional, interpretando el Claro de Luna de Johan Debussy… Esta simple acción no parecía ser mucho pero… Sin duda alguien reconocería esa melodía y ese estilo al tocar el piano de aquella forma tan, sublime y sin equivocación alguna.

Perfecta con un tempo correcto, de forma tan suave y a la vez tan sublime.
Una persona que le había enseñado las formas correctas, a base de un severo castigo por cada error cometido.

Pero el que Ben estuviera haciendo esto, de esta forma, significaba que lo estaba desafiando, estaba poniendo sus enseñanzas a resplandecer, estaba demostrando lo mucho que había logrado mejorar y todo no gracias a él.

―Basta…― Natalya le pedía tratando de evitar que él fuera más lejos, por que el que ella estuviera permitiendo esto significaba que estaría convocando la ira de su padre.
―Basta…― Natalya solo observaba con aún más nervios apoderándose de su mente y de su cuerpo, sintiendo como a cada segundo la ira de su padre incrementar, observando nerviosamente a la puerta de su estudio, obligándola a tomar acción.
―¡Que pares ya!― Exclamó arrebatando sus manos del teclado

―¿Tanto miedo le tienes aún?― Preguntó Benjamín observándola de reojo, ella se veía alterada, furiosa… no sabía qué clase de cosas debían estar pasando en su mente, pero sin duda debían ser terribles.

―Claro vives bajo su techo y bajo sus reglas, mejor tenerle miedo.― Benjamín respondió en un tono un tanto sarcástico , pero comprendía a su hermana, ella estaba bajo un yugo del que no podían escapar.

―Cierra tu estúpida Boca…― Ella le advirtió si no quería ser golpeado de nuevo tenía que obedecer, después de todo… él solo estaba aquí gracias a que su madre le había dejado entrar.

―Para tí ya no debe ser importante pero para mí lo es, desde que te fuiste él ha sido, errático.― Ella advirtió, después de todo, una traición como la de Benjamín no pudo pasar por alto para William.

―¿Más?― Benjamín Interrogó un tanto sorprendido, él podía ser tan cruel, tan inhumano, pero… ¿errático? Esa no era una palabra que definiese a William aunque de nuevo, había perdido a su digno heredero y nada podía cambiar eso.

―Sí y… sigue molesto por lo que te hiciste― Añadia Natalya, tal vez habría aceptado que sus manos no hubieran vuelto a la normalidad,m tal vez habría aceptado que él se hubiera convertido en un caballero, pero lo que no pudo aceptar fue la cicatriz que se hizo en la mejilla.

―Hummm… no debería, a él ya no debería afectar.― Benjamín respondió con una expresión desinteresada, pero la situación y las palabras de su padre lo hacían sentir, extrañamente sorprendido pero… felíz, con ganas de saber más, para que él perdiera ese Porte elegante que siempre pretendía tener…

―Pero lo hace…―El que Natalya le estuviera diciendo esto… solo significaba una única cosa.

―Ya veo, me quiere de vuelta…― No sabía cómo sentirse respecto a esa revelación… Su padre había enviado a Arthur a morir en la guerra solo porque no era perfecto, pero a él solo le dió una opción, quitate la cicatriz… o no regreses nunca.

Era más que evidente la opción que él tomó.
―No…― Natalya Negó desviando la mirada pero… Benjamín conocía perfectamente a su hermana, ella… no podía mentir aunque lo quisiera.

―Pero sí lo quiere…― Benjamín la pudo ver desviando aún más los ojos, ella sabía que su padre aún seguía considerándolo como su único digno heredero, ella lo sabía por que si no fuese ese el caso, entonces ¿por qué se molestaría en mentir de esa forma?

―Él no… Tú…―Natalya suspiró, para entonces devolver su mirada a él aún no comprendía sus motivos para estar aquí, por que si finalmente había obtenido su libertad, por qué volver, ¿por que regresar? ¿Por qué permanecer en un lugar donde su vida no valía nada?

―Benjamín… ¿Que viniste a hacer aquí?

―¿Me creerías si te dijera que te extrañe?―Finalmente Ben estaba siendo Sincero con ella, pero aunque lo era el rostro de incredulidad en su hermana era imposible de ocultar

―No.― Murmuró desviando su mirada de él, quería creerlo, en verdad quería creerlo pero… no podía hacerlo, por que de ser ese el caso, habría buscado la forma de ponerse en contacto de nuevo, de hablar como en el pasado y… poder ser como eran antes de que él se fuera.

―Lo supuse…― Benjamin suspiró, aunque ella no quisiera aceptarlo, esa era la auténtica verdad, él… seguía preocupándose por ella, por Alina, en verdad las extrañaba y amaba… porque ella fue la única que lo trató como a un ser humano durante toda esta estadía en este horrible hogar.

―Pero aún así es la verdad, me creas o no…― Murmuró levantando su rostro con gentileza, para verla a los ojos, no lo negaba, todo lo que hizo, lo hizo por él mismo, pero ahora…. ya no quería hacerlo solo por él, quería volver a preocuparse por alguien más que no fuese él

―Entonces por qué, ¿por qué no llamaste?―Reclamaba con una expresión llena de ira, llena de rencor, pero al mismo tiempo llena de pena y tristeza por haber sido olvidada en este maldito lugar, mientra que él podía ir y hacer lo que le placiera en el universo, libre de los abusos y la violencia de este maldito hogar.

―¿Por qué no me viniste a buscar antes?― Volvía a decir con una expresión llena de desesperación, comenzando a derramar lágrimas

―¿Por que ni siquiera me mandaste un miserable mensaje?― Su voz finalmente se rompió, rompiendo a la vez, el corazón de Benjamín a quien le dolía enormemente ver a su querida Hermana así.

―Porque pensaba que aún me odiabas…― Murmuró el caballero Rubio cambiando su expresión tranquila finalmente a una llena de arrepentimientos y aflicción.

―Ben no te odio, yo… jamás sería capaz de culparte por lo que sucedió…― Natalya murmuraba bajando la mirada, a ella también le dolía la perdida de Oksana, le dolía la pérdida de aquella que llevó luz a su miserable vida, vida que cada día esperaba que finalizará para evitar más dolor y sufrimiento.

―¿Pero por qué no regresaste por mí? Te esperé… y tú…― Ella volvía a preguntar, con el corazón completamente destrozado, eran ellos dos contra la autoridad paternal, eran ellos dos contra este mundo cruel… y ahora ella estaba sola, contra este cruel mundo que no tenía piedad sobre ella.

―Por que aún no es el momento…― Benjamín le volvió a decir, con la misma expresión dolorosa… con el mismo sentimiento que le rompía el corazón, ella era su hermana y la había abandonado por su egoísmo, pero ya no iba a abandonarla nunca más, pero aún no podía liberarla de esta tortura que era su vida.

―¿Y cuándo será el momento? ¿Cuando él acabe conmigo, cuando no quede rastros de mí o de Allie? ¿Cuando ya no haya lugar a donde ir?― Natalya preguntaba completamente desesperada, solo quería sentir esa misma libertad que su hermano había encontrado, esa fuerza para forjar su propio Destino, el poder de cambiar su vida… una vida que ella deseaba con toda su alma.

―Nat, comprendeme, esta guerra… Aún no termina, no es el mejor lugar pero… aquí estarás segura, al menos hasta que logre encontrar una manera de liberarte y entonces…

―¿Entonces Benjamín?― Ella lo interrumpió Observando a los ojos, observando directamente al alma, fijando su mirada en el lugar donde él no podía ocultarle jamás sus verdaderas intenciones, buscando desesperada la verdad que tanto quería escuchar.
―¿Vendrás por mí? O me abandonarás… al igual que Arthur.

―Podremos empezar de nuevo, donde sea que quieras hacerlo, tu dimelo y yo lo haré…― Los ruegos de su hermana eran entendidos y escuchados por Benjamín, comprendía la soledad, la tristeza, la responsabilidad que había caído sobre ella, pero él aún con todo lo que poseía no tenía el poder ni los recurso aún no, solo debían esperar y le juraba por todo lo sagrado que existiese… que harían caer este imperio de mentiras.
―Yo… Te prometo que regresaré, dame solo un poco más de tiempo, por favor Nat…― Le rogaba a sí mismo a ella, levantando nuevamente su mirada con delicadeza, ella merecía ser libre, mucho más que él, pero… incluso si su deseo más profundo era escapar a su lado, llevarla a la nave de transporte con sus amigos, lo único que podía hacer era mirarla a los ojos y pedirle que esperase solo un poco, tan solo un poco.
―Te lo prometo, regresaré por tí y por Allie… y podremos olvidarnos de este maldito lugar de mierda para siempre.― Él sabía que ambas estaban sufriendo por su ausencia, más que por la de Arthur, él debía protegerlas, pero ahora no podía, por que si había una fuerza ayor a la del ejército ese era el de las empresas, las cuales tenían la potestad para hacer todo lo que desearán
―No te pido que creas en mí, solo que confíes en lo que te pido… por favor Nat, ya tengo todo planeado, tan solo, esperame un poco más.― Le aseguraba pidiendole que lo viera a los ojos, la había abandonado, pero debía saber que ahora su compromiso de darle una vida mejor fuera de este lugar era verdadero, esta vida había sido muy cruel que ambos, pero más aún con ella… y ella era quien menos se merecía esta tortura, ni ella… ni Allie.

―Niños ustedes…―Natasha observaba a sus hijos confundida de qué sucedía entre ellos Benjamín pensaba en llevarse a su hermana a otro lugar o… había algo más entre ellos dos, no estaba segura pero de nuevo, ella no era la madre más atenta hacia sus hijos.

―Oh, seguías aquí, disculpa madre…― Benjamín y Natalya se separaron, habían olvidado por completo que ella estaba aquí. aunque, si ella estuviera presente o no desde hacía años que era irrelevante.

―Nosotros solo estábamos…

―Discutiendo…― Natalya aseguró desviando su mirada tanto de Benjamín como de su madre, no esperaba que ella se quedará tanto tiempo para escucharlos discutiendo.

―De todas formas, ¿está padre en casa?― Interrogó Benjamín, no era tonto sabía perfectamente que él estaba en casa, pero quería saber si lo había escuchado y si lo había hecho, ya se estaba preparando para confrontar a su hijo una vez más.

―Sabes que sí…― Natalya respondió Cruzándose de brazos.

―¿Donde?― Miró nuevamente a su hermana, quien… solo podía pensar en las cosas de las que ellos dos hablarían… sobre todo por esa razón que él había comentado en el inicio, darle fin a esto… pero si hacía eso entonces… no habría vuelta atrás.

―Donde siempre…― Natalya Señaló mirando hacia la puerta del estudio, donde.. él permanecía en silencio, escuchando todo lo que escuchaba fuera… Esperando tranquilamente a que su más grande fracaso entrase por esa puerta para encararlo finalmente.

―Bien…― Murmuró comenzando a dar pasos hacia adelante, preparándose mentalmente para lo que sea que le esperará detrás de esa puerta.

―¡Oh Benjamín!― El caballero de Cisne, escuchó a su lado y al mirar en esa dirección se encontró con una niña, al menos de uno años cabello rubio, ojos azules y con una pequeña marca de nacimiento en su cuello, con un traje de jinete y con una pequeña dustra en sus manos enguantadas.

―Allie, ¿cómo te va?―preguntó Benjamín esperando todo, menos un abrazo de su hermana menor… al menos alguien en su "hogar" no lo rechazaba.

―Creí que no volverías.― Dijo sonriendo cálidamente a su hermano mayor, Alina era la única que no había cambiado

―Sí bueno, eso… no importa ahora, debo hablar con padre.― Dijo Benjamín sonriéndole de vuelta a su pequeña hermana, aunque su relación con Natalya estaba fragmentada y su madre… Existía, al menos Alina seguía viendolo con buenos ojos.

―Ya te dijo Nat, padre está considerando convertirme en su sucesora, y una vez lo haga podrás volver a casa Ben.― Mencionaba la jovencita con Ilusión, pese a que su padre la consideraba una niña de oro, también había sufrido su mano dura… y aquello que hacía más amena la situación era la cercanía que su hermano había tenido antes.

―No contaría con eso Allie, pero gracias.― Dijo regresandole el abrazo a su pequeña hermana, gracias a dios ese hombre no la había convertido en una versión pequeña y malvada de él, no podría soportar a dos personas iguales a él… una siendo su hermana más pequeña.

―¿A donde vas Ben?― Preguntó Separándose de él solo para ver como él caminaba hacia el Estudio de su padre…. un lugar donde solo tenía pesadillas y recuerdos nefastos.

―Voy a hablar con padre, tal vez una última vez…― Decía Benjamín reconociendo y aceptando su destino, sabía que iba a suceder, sabía que detrás de esa puerta se reencontrará con ese hombre que despreciaba con toda su alma, pero… aceptaba ese destino, por que sabía que lo que sea que tuviera que encontrarse, lo haría únicamente para proteger a sus hermanas.

―Descuida, tu hermano mayor siempre te va a proteger.― Dijo mirando una última vez a Alina, antes de entrar a la habitación.

La habitación estaba envuelta en tinieblas como siempre, la única luz que provenía de ella era el de la fogata, una arquitectura barroca se hacía presente frente a él, un escritorio en una esquina de la habitación un perchero en la otra, y en el centro de la misma,frente a la chimenea la imagen de una silla, donde una persona reposaba sobre ella una enorme sensación de ira comenzó a apoderarse de todo el lúgar, pero a Benjamín poco o nada le importaba.
Se acercó, a punto de poner su rodilla en el suelo pero…
Entonces se percató de algo sumamente importante, él no tenía ningún poder sobre de él.
Manteniéndose en pie.
Observando a la figura, cuya presencia ya no causaba terror en su corazón, solo disgusto e indiferencia.

Ese malnacido, ese arrogante pedazo de mierda, ese maldito que le había arruinado la vida, él ya no tenía poder, ni siquiera poseía la fuerza para hacerlo palidecer de nuevo.

― Padre…― Murmuró Benjamín llamando su atención, sabía que él estaba allí y lo escuchaba pero, no respondía, no quería hacerlo pero, incluso si no quería hacerlo, Benjamín no se iría de aquí hasta hablar con él, hasta expresarle todo lo que su herido corazón deseaba decirle.

―¿Qué haces aquí? ―Interrogó el Hombre, quien en ningún momento dejó de mirar hacia el fuego, su voz sonaba cansada, agotada y sin vida, eso no sería nada bueno de no ser por qué, desde hacía un tiempo para acá su voz se había tornado en un susurro.

―Tan solo vine a despedirme… de tí, de mis hermanas… y de, lo que sea que haya dejado atrás…― Reveló el caballero de Cisne, sabía que él estaba enojado, que si pudiera se habría levantado y lo habría golpeado, pero… ya ni siquiera podía hacer eso.

―Entonces ya lárgate…―Ordenó William sin mucha emoción en su voz, esas fueron las mismas palabras que le dijo a Arthur, las mismas antes de que su primogénito se dirigiese a su muerte pero, él ya no tenía a un niño inocente y débil, ahora ante él tenía a un hombre, poderoso… y sin miedo a nada.

―Lo haré pero sé que nunca me escucharás, así que no me iré, no sin antes decirte un par de cosas…―Benjamín comenzó a decir con un semblante enfocado, manteniendo toda emoción a raya, debía de mantenerse firme, para demostrarle a ese hombre que ya no tenía poder sobre él.

―No me interesa…― Murmuró tratando de no darle importancia, aunque sin duda… lo que sea que Benjamín tuviera que decirle en verdad llamaba toda su atención, su hijo había vuelto… y él tenía una mínima pizca de esperanza de que fuese para volver a su lado, aunque como Ben lo había dicho ese no sería el caso.

―Lo sé, sé que nunca me escucharás, pero lo que a tí te importe o no, no es Relevante ahora…― William estaba impresionado, en toda su vida ninguno de sus hijos había sido condescendiente, sarcástico o rebelde en esta habitación pero por primera vez Benjamín tomaba las riendas de su vida como un hombre.

―Ahora yo voy a hablar y tú vas a escuchar.― Declaró, con una expresión llena de desprecio hacia ese malnacido.

―¿Y si no quiero hacerlo?― preguntó William sin dirigir su mirada hacia el caballero del Cisne, quien ya no demostraba miedo, solo una terrible determinación que ese hombre podía sentir.

―Pues no te daré opción… Así que escúchame ahora…

―¿Qué es lo que quieres? ¿No te basta con haber desgraciado mi nombre, mi legado con tu rebeldía?― William lo interrumpió, pero eso no hizo sino hacer que benjamín arqueara una expresión de gracia.

―¿Tu Nombre, tú legado? Jeh claro, eso es lo que tu realmente crees.― Murmuró con una actitud jocosa, él en verdad era un maldito arrogante ególatra… apenas podía creer que este hombre le había causado tanto terror en su niñez.

―Yo no mancho nada padre, fuiste tú, tú quien manchó el nombre Ledyanoi Lebed con su arrogancia, hipocresía y vanidad, tu y solo tú fuiste el causante de la caída de nuestro nombre y por ende de nuestro linaje.― Dijo de manera incluso irónica, aquel quettanto había buscado la perfección fue el principal responsable de arruinar el legado del que tanto se jactaba, benjamín sabía la verdad, desde hace años que lo sabía.

―Tu no sabes nada, solo eres un niño estúpido.―William respondió apretando fuertemente los dientes. ¿Que demonios podía saber él sobre este legado al que él se había encargado a llevar a su grandeza?

―Sí es lo que piensas de todos tus hijos, solo por no ser lo que tu deseas, solo por no ser lo que tu quieres, pero te olvidaste de algo padre, tú tampoco eres perfecto… Jamás lo fuiste y jamás lo serás y por eso te duele en el alma que nosotros no seam esa imagen inalcanzable de perfección que te forzaste a tí mismo en la cabeza, por que sabes que sin importar cuanto te hayas esforzado, jamás obtendrás lo que quieres.― Benjamín escupía a la cara de su padre aquella verdad que tanto le incomodaba, una realidad que tanto le dolía aceptar y asimilar, una verdad que le carcomía el alma, ninguno de sus hijos era perfecto por que su padre era el ser más repugnante del universo.

―Debí haberlo imaginado, al igual que Arthur, tú también terminarías siendo una decepción…―

William respondió sintiendo una enorme ira, por más que quería despegarse de esta conversación y del chico con el que estaba hablando no podía, porque sus palabras le dolían mucho más que cualquier golpe que hubiese recibido en su vida.

―Quizá, pero lamentablemente Padre… Soy tu único Hijo, tu único hijo varón y el último.― Ese último comentario provocó que William enfureciera, lanzándole directamente al rostro un vaso de cristal, algo que Benjamín simplemente esquivó sin muchos problemas… ya lo sabía, ya lo sabía todo y se lo iba a restregar en la cara.

―¿Y eso que?―Interrogó negándose a esa verdad que por más que se negase a aceptar le dolía en lo profundo del alma, una verdad tan cruel que había sellado su destino y el de su familia.

―¿En verdad quieres que te lo diga?― Había guardado estas palabras justo para este momento, se repitió este escenario una y otra vez y hoy por fin se hacen realidad… esto no era venganza… era justica, cruda, dura irrefrenable e innegable justicia por todo lo que ese malnacido le había hecho pasar a él y a sus hermanos.

―Puede que hayas odiado a Arthur, y a mí por desobedecerte, pero yo sé por qué quieres que tu heredero sea un varón, por qué aunque se lo digas para esperanzarse y obligarla a ser esa imagen de Perfección tú sabes por que aunque lo niegues con todo tu corazón quieres, no, deseas que yo regresé a tu lado… la única razón por la que te arrepientes de haber matado a Arthur…― William escuchó con atención, con una sensación de odio recorriendo todo su ser.
Y no era por las cosas que Benjamín decía, sino por todo lo que eso significaba para él, por que… Le había enseñado muchas cosas a su hijo, arte, música, economía, contaduría, filosofía, matemáticas, todo… incluso a atacar como un lobo a un enemigo que se encontraba agonizando en el suelo… y hoy eso le estaba jugando en contra, por que ahora el enemigo débil en el suelo y agonizante era él…

―Por qué sabes que yo soy tu único y auténtico logro… tú no has hecho nada de valor, nada que haya valido la pena como para sentirte verdaderamente orgulloso.

William siempre había aparentado algo que no era, un hombre pulcro, un erudito, un filántropo, un ser perfecto quien jamás cometió ningún pecado, cuya vida Importaba mucho más que cualquier otra, alguien que salió de la nada y llegó a lo más alto en un abrir y cerrar de ojos.
Pero es era todo lo que ese hombre era, una apariencia, él no representaba nada ni a nadie, ni siquiera a la familia que se suponía que cuyo nombre le había otorgado su reconocimiento.
William no era más que un patético hombrecillo… que a la primera oportunidad que tuvo la tomó y con ello arruinó la vida de miles de personas, incluyendo a la de su familia.

―Puedes odiarme pero sabes que es verdad, tu no has logrado nada, no has conseguido nada, todo lo que posees, todo lo que tienes, lo tienes gracias por que le robaste todo a mi madre, su empresa, su compañía, sus propiedades, incluyendo su apellido.― Benjamín hablaba, con cada palabra siendo agujas afiladas enterrándose y aferrándose a la piel de este deleznable hombre, quien apretaba los dientes de coraje al escuchar lo que su hijo le decía, cada palabra de odio estaba dedicada a él, cada verdad incómoda estaba dedicada a él y esta verdad tan deshonrosa la iba a reconocer aunque le doliera en el alma el hacerlo.
―Pero tu ego jamás te permitirá aceptar eso, por que sabes que en el momento que Exiliaste a Arthur estabas contra las cuerdas, por que si yo no lo conseguía entonces tu misoginia no te permitiría heredar el puesto a tus hijas, porque querías un varón que siguiera tus pasos, pero te equivocaste en algo padre, en algo muy crucial en este plan maquiavélico tuyo… Nosotros no éramos tus marionetas para controlar a tu antojo y que tu constante búsqueda por hacernos perfectos solo haría que nos apartemos más de ese objetivo. ― Benjamín observó como William se levantó finalmente de su asiento con dificultad,utilizando su bastón como soporte, su brazo derecho por supuesto que ya no se encontraba allí… y su pierna del mismo lado era sólo una imitación de metal de la verdadera.

Se veía más viejo de lo que en verdad era, pero después de lo que intentó hacerle… Y después de que Benjamín se defendió no solo arrebatando el brazo con el que trató de arrebatarle sus manos, sino que congeló su pierna y parte de su pelvis, él jamás pudo volver a ser el mismo.
Era solo un pobre y patético hombre roto el cual ya no podía hacerle daño a nadie por su cuenta.

―¡Cierra tu maldita Boca niño insolente!― De haber podido lo habría golpeado con su bastón de sno ser por que caería al suelo al intentarlo, benjamín ya no le temía, ahora que su exterior reflejaba su verdadero ser, alguien que solo tenía poder adquisitivo, pero físico y mental, no poseía absolutamente nada de nada.

―¿Ahora quieres que me calle? claro que lo quieres, porque aunque te duela sabes que tengo razón. ―Un lobo no tenía Piedad y William había creado al peor tipo de Lobo, uno que atacaba directamente a la yugular hasta saciarse, un depredador que devoraba todo hasta no dejar nada.
―¿O dime una cosa, por qué no has tenido otro hijo varón? Oh es verdad, ya no puedes, a menos que logres hacer funcionar nuevamente tus huevos, jamás podrás tener otro heredero y por más que te esfuerces… la clonación sigue siendo tecnología muy fuera de tu alcance.―Benjamín Sabía que su padre lo había intentado, habría pasado por millones de procedimientos quirúrgicos, curas casi milagrosas y procesos para devolverle la fertilidad a sus partes íntimas, pero sin importar cuanto lo intentará él jamás volvería a producir un heredero, por qué él se había encargado personalmente de que así fuera el caso.
―Y sólo yo quedo como tu única opción y eso te duele, te duele aceptar que eso es verdad… por que no soy lo suficientemente perfecto para tí, pese a que en efecto, soy tu mayor logro en toda una vida de fracasos, ¿no es así Padre? Yo valí cada maldito Crédito que gastaste en mi formación y lo sabes, y por eso te duele que al final yo no me haya rendido ante tu voluntad.― Como un lobo solo veía sangre e iba por la herida expuesta y sin importar cuanto lo amenazará, jamás podría hacerlo retroceder. porque este era el mejor maldito momento de toda su vida.

―¡Te ordeno que te Largues de Mi Casa Ahora Mismo!― Exclamó iracundo, perdiendo toda apariencia de calma o pasividad que pudo haber tenido en algún momento, convirtiéndose en una expresión de ira incontenible

―Lo haré, pero no porque tú me lo ordenas, sino porque no quiero volver a verte en mi vida…― Benjamín se dió media vuelta, desconociendo finalmente la existencia de ese hombre, ahora que él ya no suponía ni siquiera una amenaza, él ya no podía hacerle más daño ya no sentía nada por lo que sea que fuese esto, ya no le importaba más.

―¡Hijo de…!― William trató de seguirlo, tratando de atacar una vez más a su hijo con su bastón, pero apenas lo alzó perdió el equilibrio, él cayó al suelo con un estrepitoso estruendo pero benjamín…. no reaccionó, solo lo vió en el suelo como realmente era, como un hombre debil y patetico.

―Tu ya no tienes poder sobre mí…― Benjamín lo miró una última vez, este hombre solía causarle pesadillas y ahora…. solo le causaba repulsión, odio y desdén, dedicando la misma mirada que él le dedicó una y otra vez cuando abusaba de él, cuando lo violentaba, cuando lo hacía sentir inferior y pequeño, ya no había nada que lo sujetará a este lugar, no había nadie que lo detuviera, solo él y su destino, con gusto aceptaba auto exiliarse y perder el nombre de los Ledyanoi Lebed, si con eso evitaba volver a verlo a los ojos.
―¿Sabes? Tenía miedo… incluso te respetaba… Creía que al venir aquí me seguiría sintiendo como cuando era niño, aterrorizado de tí, de tu presencia y de tu juicio, pero ahora que estás frente a mí de nuevo y después de todo lo que he hecho… No siento nada en lo absoluto.― Benjamín finalmente se dió media vuelta, esto había sido… triste de alguna forma pero necesario, para poder seguir adelante debía dejar atrás todo lo que le hacía daño, este hogar, estas paredes, su tiempo en esta casa había finalizado, lo único que necesitó hacer ya estaba hecho y con ello, ya no había más razones para continuar aquí.

―Esta es la última vez que hablaremos así que escucha con atención… si se te ocurre, tan siquiera vender a mis hermanas para obtener al heredero que quieres, te juro por dios, que vendré de nuevo… y esta vez… Voy a terminar el trabajo que quedó pendiente hace tantos años.― Declaró amenazante.
Sí él hacía una monstruosidad tal se iba a enterar, él siempre tenía un ojo en esta casa sin importar qué, las iba a proteger, además sabía que si su padre lo intentaba él cumpliría con su amenaza al pie de la letra, su padre lo había experimentado de primera mano, cómo su brazo y pierna se convertían en hielo y se rompían como cristal, si Benjamín lo hubiera querido habría terminado el trabajo hoy mismo pero… no lo iba a hacer, por que así como lo había decretado, su padre ya no poseía ningún poder sobre él, nis siquiera para decidir si él tomaba su vida o no.

―¡Kgh Benjamín!― Exclamó William desde el suelo tratando de reincorporarse inútilmente.
―¡Si te vas de aquí no quiero que regreses de nuevo!― Amenazó desesperado, de que de alguna forma Benjamín recapacitará, estaba dispuesto a perdonarlo, solo si él se arrepentía ante él, pero… Benjamín ya había tomado su decisión.
―¿¡Escuchaste!?

―Fuerte y claro…― Murmuró abriendo la puerta del estudio de su padre, tal vez por una ultima vez.

―¡Volteame a ver cuando te hablo, eres mío , me perteneces!― Gritaba iracundo tratando de levantarse para seguirlo pero, eso ya no importaba, sin importar lo que él hiciera Benjamín ya no le pertenecía y jamás volvería a hacerlo.
―¡Yo hice de tí alguien, tu eres el producto de mis entrañas, me debes todo, me debes tu vida, Benjamín, Benjamín!― Lo llamó y Ben escuchó pero… honestamente ya estaba cansado de escucharlo.

―Yo ya no soy tu marioneta… y tú ya no tienes ningún poder sobre mí…― Declaró el joven cisne finalmente sin mirar atrás.
―Hasta nunca… William…― Y con esas palabras el caballero del cisne finalmente se retiró.

Benjamín no mediar ningúna palabra durante su salida, solo se limitó a seguir su camino hacia la Nave de transporte, donde su verdadera familia lo esperaba, donde las personas que había llegado a considerar sus amigos y hermanos lo estaban esperando.
Esperaba… quería poder tener un mejor momento para despedirse de sus hermanas… de su madre pero, lamentablemente, este ya no era su hogar y ya no tenía motivos para permanecer aquí, a menos que…

― ¡Benjamín, Benjamín!―Alguien lo llamó detrás de él, El caballero de Cisne se dió media vuelta encontrándose con Natalya quien corría a toda prisa hacia él tratando de detenerlo, tratando de… seguirlo hacia donde quiera que se dirigiera.

― Llevame contigo Ben…

―Nat sabes que no puedo tú…

―Por favor, haré lo que sea, por favor Ben… Aprenderé a disparar un arma, pelearé contra lo que tu peleas, pero por favor, no me dejes aquí… no me dejes aquí con él…― Natalya lo interrumpió, con un rostro que solo reflejaba… desesperación.

―No sabes a lo que me enfrento… no sabes las cosas que he hecho.― Benjamín apartó la mirada de ella, las cosas a las que él se enfrentaba ni siquiera podían considerarlos humanos, eran bestias salidas de la oscuridad y la muerte, su camino sombrío no era ninguno que quería que su querida hermana siguiese.

―¡Tal vez no, pero trataré de hacerlo!― Natalya le Rogaba, le pedía de favor que no la abandonase, no aquí, no así, no después de haber regresado, lo necesitaba, haría lo que fuera para ir con él, aún si eso significaba ír a esa maldita guerra que estaba asolando el universo.
―Seremos tú y yo de nuevo… como solía ser cuando éramos niños qué te parece, ¿Ben?― Solos ellos dos… y que lo demás dejase de importar, hermanos contra el destino contra la vida, contra este mundo que los había despreciado y abandonado, justo como siempre debió ser.

―Sabes que no puedo, no quiero que sufras…― Benjamín le dijo con un rostro lleno de pena y verguenza, ella no merecía pasar por esto, ella merecía una vida plena y larga sin las preocupaciones o conflictos de una guerra tan cruel y dolorosa como la que estaba en curso.
―No quiero… que el infierno acabe contigo…― Añadió esperando que esto que le decía la hiciera entrar en razón pero, no lo hizo, Natalya lo miró con una expresión cansada, llena de ira y desconsuelo… ¿cómo se atrevía a decirle eso, cuando ella misma estaba viviendo su propio infierno personal?

―¿El infierno? Yo ya vivo en el infierno Benjamín…― Ella no lo dudó, por más que pareciese ridículo, comenzó a bailar, Benjamín reconocía esa danza, era la interpretación del lago de los cisnes, con cada movimiento grácil y preciso Ben… se percató a lo que se refería
Cada paso tanto de puntillas como salto, ella lo impersonaba con una presiciónj milimetrica, sin errores, sin contratiempos, al sonido de una melodía silenciosa y cruel que ella había sido oligada a aprender a detalle, esta no era una danza, este no era un baile… era un grito de auxilio, para que la rescatarán de estra dura y dolorosa realidad que era su vida, solo quería escapar, a donde sea que fuera pero solo quería escapar, ir a donde nadie la encontrara y empezar de nuevo, donde el dolor de la existencia ya no pesará sobre su joven alma.
Una vez finalizó, las lágrimas en los ojos de Natalya comenzaron a desbordarse, Benjamín comrpendía lo que quería transmitirle con sus pasos, con esa hermosa danza que daba un mensaje funesto, su vida no podía caer en el infierno

Porque ella ya estaba en el.

―Por favor… llévame contigo… Te necesito, Ben… No me abandones, no como lo hizo Arthur…― Le rogaba finalizando su acto, comenzando a acercarse a él, aunque tuviera que convertirse en su esclava en realidad no importaba solo quería alejarse de este lugar para nunca más volver.

―¿Y que pasará con Allie?— Benjamín la llevaría, tal vez encontraría la forma de ponerla a salvo, tal vez incluso lograría que la llevase a Nimbus, pero… no podía hacer lo mismo por Alina, sobre todo por que aún no podía ser considerada mayor de edad… y hacerlo sería prácticamente secuestrarla.

―Ella aún te necesita… ella aún necesita a su hermana mayor.― Nataya quería responder, decir que sin ella Alina estaría bien pero… ella sabía que no era el caso, su padre encontraría una forma de torturar física y psicológicamente, sino que ahora sería peor porque ella sola se encargaría de calmar la ira de padre.

―¿Nat, Ben?―Y hablando de, Alina apareció en el marco de la puerta, viendo a sus hermanos conversando.

―Hola Allie…― Benjamín le dijo apreciando como ella se acercaba para poder hablar con ellos también, ella también merecía respuestas, también merecía la verdad de lo que había ocurrido hoy.

―¿Te vas de nuevo Ben?― Preguuntó la menor, triste de saber que ahora tal vez, Benjamín no volvería de nuevo… o al menos no en mucho, mucho tiempo más.

―Sí… pero no te preocupes Allie…― Le dijo Benjamín, colocando su mano sobre la mejilla de su hermana menor, pesea todo, Allie era una niña buena, pese a haber nacido en un ambiente tan tóxico y terrible, ella seguía siendo su hermana pequeña e iba a defenderla con uñas y dientes.

―Regresaré, te juro que regresaré…― Prometió el Cisne mayor, rodeando con sus brazos a ambas, ellas… eran lo único que valía la pena en este maldito lugar, ellas dos eran lo más importante para él, el único valor que esta maldita mansión tenía.
―Volveré, se los prometo… Y les prometo que… aunque Arthur no pudo regresar, pero aunque tenga que atravesar el infierno, volveré por ustedes dos… y seremos una familia otra vez.―Les rogaba que le creyeran, aún no estaba en posición de llevarlas a un mejor lugar, o darles una vida digna y plena, pero aún podía prometerles que volvería y las salvaría a ambas.

―Más te vale imbécil.― Pedía Natalya, aún si era una cruel mentira solo para volver a su vida tranquila, esperaba que esta promesa, diferente a la de Arthur… Se hiciese realidad, sí un dios existía y aún la escuchaba por favor que hiciese esta petición realidad, solo quería irse, alejarse de todo… y nunca volver atrás

―Hemanito…― Alina murmuró, triste porque sabía que tal vez esta sería la última vez que vería a su amado hermano.

Benjamín las sujetó en sus brazos a ambas, para entonces dirigir su mirada hacia su madre, ella solo los miraba, como si deseará, anhelaba unirseles a ese fraternal abrazó, pero cómo podría, ¿como si quiera lo haría? Ella fue quien causó todo esto para ellos, ella fue la causante de todas sus desgracias y debían odiarla igual o más que a su padre.

―Si aún te importa un poco… por favor, cuida de ellas…― Le pidió como última petición a su madre, puede que ella no estuviese presente en la mayor parte de la vida de sus hijos siempre ausente o distante pero ahora que él ya no podría volver ella debía procurar que ambas no sufrieran el mismo infierno que él, Natalya… o Arthur…

―Siempre lo he hecho… Adiós, Benjamín…― No pudo despedirse de su querido Arthur… pero sí podría hacerlo con su segundo hijo, verlo una última vez, antes de que la guerra se lo llevara de nuevo de su lado.

―Adiós Madre…― Benjamín murmuró, mirando a su madre una última vez, dirigiéndose hacia la nave, para salir de este maldito planeta de una buena vez y por todas, si tan solo no tuviera nada que lo anclase a este mundo, se olvidaría siquiera de que existe, pero aún así quedaban solo 2 personas en este mundo por las que valía la pena volver, solo dos personas por las que valía la pena regresar a este maldito mundo.

Natasha miró a su hijo partir hacia un destino incierto, a su muerte justo como su querido Arthur lo Hizo, no tuvo el valor para verlo a los ojos ese día, no tuvo la fuerza para detenerlo, ahogada en alcohol y en la pena ella se odiaba así misma por haber permitido esto, por permitirle a ese malnacido hacer con sus hijos todo lo que quisiera, por haber permitido tantas cosas, ella debió protegerlos, defenderlos… cuidarlos, ese era su razón como madre pero no pudo hacerlo…
Lo único que pudo hacer era…por lo menos darles el consuelo de que algún día esta injusticia, encontraría final…

Miró a su hijo dándole un último adiós a la tumba de ese animal que tantas alegrías le dio a él y a su hermana…
Rememorando aquél día, donde ese monstruo volvió a romperles el corazón a sus hijos, rememorando sus rostros de dolor y pena, rememorando, lo que hizo para darles al menos un pequeño consuelo.

Mientras aún enterraban al pequeño animal, entre sollozos y plegarias, observandolos con su propio corazón destrozado, ellos no se merecían esto, ellos no se merecían lo que había ocurrido.

E iba a castigar a aquellos que habían hecho que sus hijos pasaran por esto.

―Verushka…― La mujer habló a su sirvienta, la mujer entró a la habitación con una expresión apenada y culpable.

―¿Sí señora?― Ella agachó la mirada, sabía que no solo el padre de la casa estaba enojado, ella también y aunque no se desquitará de la misma forma que con sus hijos hacia los empleados, podía ser aún más certera que lo que podía ser su marido.

―¿Quien fue el que descubrió a la mascota de mis hijos?―Interrogó Natasha tranquila, pero la sirvienta sabía que una terrible ira se ocultaba en sus palabras, una ira que nadie podría calmar hasta tener al responsable de que ese monstruo nuevamente dañase a sus bebés.

―Fue Jacques Señora…― Respondió la Sirvienta, sin querer mirarla, ellos, usualmente cerraban la boca cuando estos eventos ocurrían, evitaban opinar por que sus opciones eran, callarse o ser envíados a morir en las minas… y cualquier otra cosa era mejor que ir a morir allí.

―Tráelo ante mí…― Pidió Natasha sin mirarla, sus ojos solo estaban dedicados a sus pequeños, quienes, estaban depositando el pequeño cuerpo de su mascota en el suelo, para por lo menos otorgarle un descanso adecuado.

―Sí señora.― La mujer salió de la habitación haciendo una respetuosa reverencia, no tardó mucho para que un hombre, un tanto joven con una expresión de preocupación entró en la habitación, sabía lo que le esperaba pero… esperaba que la ama del hogar se apiadase de él.

―Señora Natasha ¿me Buscaba?― Preguntó bajando la mirada ante su presencia, ella tal vez no tenía el poder monetario que su esposo sí, o que aunque su compañía llevase su nombre ella tuviese poder sobre ella, pero… aún así seguía siendo la dueña de todos ellos y le debían su absoluto respeto.

―Sí, ¿tu fuiste quien descubrió al Lobo que mis hijos ocultaban verdad?― Interrogó sería, mentirle en la cara sería imposible, por que si tan solo se atrevía a hacerlo se encargaría de encontrar la verdad y castigar al responsable aún si tuviera que castigar a todos los sirvientes de la casa por esta atrocidad, aún así no dejó de mirar a sus niños, apenas encontrando la silueta en la ventana, pero la silueta de ese imbécil no le importaba en lo absoluto.

―Sí… fui yo señora.― Murmuró él temeroso.

―Mi esposo, hizo que la matarán, ¿lo sabes verdad?― Preguntó observando a sus pequeños cubriendo la pequeña figura con tierra, escuchando a su niña llorando desconsoladamente, mientras que Benjamín apenas podía ocultar su tristeza en su rostro traumatizado.
―Ese desgraciado volvió a dañar a mis bebés… y sabes que fuiste tú quien causó todo esto… ¿verdad?― Preguntó con una poderosa ira apoderándose de su garganta, tal vez no podía castigar al desgraciado que era su esposo, pero sí a aquel que ocasionó esta tragedia.

―S-sí… señora…― Dijo con pena y Vergüenza… pero lo que él sintiese no le importaba ni le interesaba, el único dolor que le importaba aquí era el de sus amados niños.

―Estás despedido. ―Respondió sin emoción, levantandose de su asiento, dedicandole una última mirada a ese idiota que le había arruinado la vida a sus niños.
―Lárgate de mi casa… y si te veo de nuevo… te voy a matar con mis propias manos, ¿entendido? Lárgate y no regreses nunca… ¿entendido? ― Acentuó su amenaza con una expresión de odio hacia él, como si en realidad tuviese a ese malnacido que llamaba esposo frente a sus ojos.

―Sí… señora…― Dijo sin dignarse alzar la mirada, aunque quisiera debatirlo, rogarle quedarse o lo que fuera ella encontraría la manera de joderle la vida en su estancia aquí y lo que su esposo le hría, sería mucho peor de lo que ella pudiera hacer.

―Con permiso.― Sin más se retiró de su presencia.

Natasha no se sintió tranquila, hasta que lo vió caminando hacia el portón de su casa, ese chico, no pudo ver tampoco a los niños, sabía que les había hecho un mal que jamás podría reparar, Natasha se calmó tomando su copa de Vino para entonces acercarse a la cuna de su bebé de solo unos meses de edad, los amaba, a Arthur a Benjamín, a Natalya y más recientemente a Alina…
Y saber que ese monstruo los estaba lastimando sin ella poder hacer nada para evitarlo… la llenaba tanto de ira e impotencia.

Lo odiaba, maldito el día que decidió casarse con él, maldito el día en el que le dió el control de su compañía… y maldito el día en el que permitió que ese maldito comenzará dañar a su progenie.

―Ahhh… Alina… Natalya…. Benjamín…― Entonces miró nuevamente a la ventana, colocando su mano sobre el cristal, esta era su vida y la odiaba, odiaba cada segundo que pasaba observando a sus hijos como si se encontrará detrás de un cristal, sin poder abrazarlos, consolarlos o darles un alivio… solo podía verlos, hundidos en la tristeza…

―Arthur… Perdonen a su estúpida madre, por haber dejado que todo esto les pasará…―Les rogaba observando cómo sus niños caminaban hacia su hogar, después de haberse despedido de su mascota… si ello se lo hubiera pedido habría hecho lo posible por conservarla, por mantenerla oculta… pero ni siquiera en eso tenía control, ya no tenía control en nada de su vida… y lo odiaba.

Pero tal vez, odiaba más al malnacido con el que se casó.

En el presente Benjampin caminaba hacia la nave de transporte donde sus compañeros lo esperaban, pero al alzar la mirada, se encontró con Danny quien se había rehusado a irse sin él, por qué siempre que él se encontraba en su punto más bajo ella estaba allí para consolarlo…
En verdad no la merecía, no la merecía pero… se alegraba de que estuviese aquí en este momento tan duro de su vida.

―Vamonos ya.― Le dijo Benjamín, acercándose a ella observándola un un rostro neutral aunque sus ojos parecían cristalizados, como si en cualquier momento rompiese a llorar.

―¿Estás bien, Ben?― Preguntó Danny preocupada, colocando su mano sobre su mejilla, él bajó la mirada y… sintió la calidez de su cosmos.

―No, no lo estoy…― Dijo el caballero del cisne, colocando su mano enguantada sobre la mano de su… ya no sabía ni qué eran, pero la necesitaba, más que el aire que respiraba.
―Pero no es tiempo de llorar…― Dijo sonriéndole finalmente abrazándola levemente teniendo cuidado con su brazo.
―Es hora que regresemos a casa…― Le pidió viéndola a los ojos una última vez, sin importar qué demonios le esperaran lo aceptaba, mientras ella estuviese a su lado, este dolor significaba que aún podía sentir amor..

―Vamos, Ben…― Le dijo Danny, tomándole de la mano, para que entonces ambos se dirigieran a la navce de transporte, donde los demás guardianes los esperaban, ofreciendole el calor de una familia llena de amor.

Sin Duda Alguna Eran Luces Brillantes en un Mundo sin Esperanza.

Acérquense hermanos dondequiera que estén, hay que ver lo que el mar rodando te de.
Las aguas siguen creciendo y forman una inundación.
Y te hundes si no empiezas nadando y te ahogas ahí mismo, como una piedra en el mar.

Los tiempos van cambiando.
Ven todos los autores, profetas con plumas, de todos los intentos nos queda ya una.
Hay que darle una vuelta a la rueda fortuna y esa rueda ya nombra quien quiera.
El que sale perdiendo, un día ganará.

Los tiempos van cambiando.
Ven madres, ven padres, escuchen en paz y nunca critiquen lo que no entenderás.
Tus hijos, tus hijas ya no mandarás.
Tu camino es camino anciano y sal del miedo, hay que adelantar.

Los tiempos van cambiando.
Los límites puestos por todos hechizos, el lento de hoy ya será rapidito, como todos los presentes ya serán pasaditos.
Y el orden se está terminando, el que llega primero llegará tarde después.
Y los tiempos van cambiando.
Si, los tiempos van cambiando...

¿Y Tú HasSentido el Poder del Cosmos?

Y finalmente El arco de Ío7 Llegó a su fin, aú tenía muchas ideas de como llevar este episodio, quería extenderlo más, pero viendo que me tardó más de un mes finalizarlo sabía que o lo terminaba con las ideas que logré plasmar o simplemente no lo terminaba, me alargaba y hacía 2 episodios de un mismo capitulo y hacer otra saga y eso era algo que no me podía permitir, pues aunque la batalla de Ío era una de las más importante de la historia, también debía estar de acuerdo que no podía extenderla, los temas politicos y sociales que traería un evento como este sí o sí debía meterlos en alguna parte, por que estoy tratando de construír un universo que se mueve gracias a sus eventos, ha sido bastante complicado y tedioso pero quiero creer que eso nos llevará a la evidence conclusión de que la guerra, ya sea en un lúgar tan alejado como es en el sigo 24 o en un país de la actualidad, nos afecta tanto socialmente como psicologicamente independientemenmte de que estemos allí viendo los eventos que ocurren frente a nuestras narices o no.

Eso era lo que también quería plasmar, además de otras cosas, no me gusta opinar de temas que no conozco por que siento que no es mi lúgar para hacerlo, pero me gusta pensar que al menos con cada mensaje que esta obra da, las ideas plasmadas dan un lindo menaje anti belico, o al menos eso espero.
Este episodio me costó sangre sudor y lágrimas para tratar de plasmar todas las ideas correctas con el respeto y sin colocarme en posiciones politicas por que en serio si algo me ha enseñado la politica, ya sea de izquierda, derecha de arriba abajo o del medio es que simplemente todo es un circo de payasos en el que nadie sabe a dónde van las cosas, solo van y punto.

Así que simplemente lo mejor es seguir adelante y esperar a que donde quiera que vaya este circo no sea a la perdición segura.

Je suis désolée que cet épisode ait pris autant de temps mais avec les responsabilités qui me sont tombées dessus aujourd'hui dans ma vie d'adulte, j'essaie juste de prendre du temps pour moi, pour mes amis, pour mes projets et d'essayer d'avoir du temps pour dormir en plus de tout le reste.

J'espère que vous avez aimé cet épisode et si vous ne l'avez pas aimé, je suis toujours ouvert aux critiques constructives, positives ou négatives, les commentaires m'aident à m'améliorer.

Merci pour tout, désolé pour si peu, un câlin et comme toujours un salut chaleureux à vous et mes meilleurs vœux à vous et à toute votre famille et vos amis.

Joyeux Noël et bonne année.

A mi segunda lectora más constante: Princesa del Tikal, ¿que más te puedo decír? Has sido un faro de esperanza para mí, puedo decírselo una y otra vez y seguira siendo mi respuesta cada vez que me preguntes lo que opino de tí, eres una excelente amiga, una persona a la que confío con mi vida y espero pasar más momentos felices contigo, ojalá la vida nos de la oportunidad de poder seguir ríendonos de memes y compartiendo experiencias como recuerdos.
Muchas gracias por todo, pese a que las cosas se han puesto dificiles para ambos lados, debemos continuar, pese a las dificultades, hay que continuar, te cubro las espaldas siempre que tu cubras las mías.
Un fuerte abrazo de mi parte.

A la señorita Goddess Artemis, muchas gracias, por tu comentario en Episodio Zero, espero que pueda saber más de tí proximamente en la historia regular, ojalá esta te guste igual o más que Zero, que sí ya tendrá una debida actualización próximamente y una reedición para hacerla mejor y más legible.
Un abrazo de mi parte.

Y parta tí que has llegado tan lejos solo puedo decirte, muchas gracias, gracias por haber llegado hasta aquí, si te gustó no te olviides de compartirlo, darle like, un comentario y opinar sobre lo que más te gustó, eso me ayudaría mucho.
Y que sepas que este proyecto sigue gracias a tí y tu apoyo, por que los verdaderos artistas aquí son ustedes.

Tengan un bonito día, noche o lo que proceda.
Cuidense mucho, les envpio un fuerte abrazo a todos, cuidense y recuerden que.
Yo no sé cuando rendirme.

Yo soy Eddy B y nos vemos hasta la próxima.
Chao Chao!

Próximamente: §ins of The Father.

Episodio 1: Una Vida Llena de Arrepentimientos.

"Sin importar donde estés o que forma adoptes, quiero sentir tu presencia, aunque sea solo unos segundos más… con eso tendría más que suficiente, mucho más que suficiente y con eso tal vez pueda volver a dormir tranquilo por las noches… por lo menos una vez más."