¿Esta mal ligar con el enemigo?
El cielo se tornó de un rojo oscuro, y varios remolinos de luz verde se formaron, trayendo consigo a cientos de monstruos que solo buscaban la destrucción.
—¡GRAAAAAAAAAAAAR! —un caballero lagarto rugió frente a mí. Intenté razonar con él, ya que por su apariencia parecía capaz de comunicarse, pero solo obtuve rugidos como respuesta.
—Oh, vamos, no puede ser que no entiendas lo que digo —me quejé, antes de bloquear su ataque con el escudo. Inmediatamente lo pateé con fuerza. Pude sentir sus costillas triturándose al contacto con mi pie, su cuerpo se deformó y se dobló de una forma extraña antes de salir volando varios metros hasta estrellarse contra otro caballero lagarto que intentó atacarme por el costado.
—¡Señorita Ranma, eso fue genial! —Ake exclamó poco antes de partir a otro monstruo con su espada. Inmediatamente giró para repeler el ataque de un monstruo avispa gigante con una patada. Aunque no lo mató, pudo alejarlo lo suficiente como para poder rematarlo con la espada.
—Tampoco lo haces mal.
—Es todo gracias a su entrenamiento, jamás creí que podría volverme tan fuerte como ahora —sonrió con orgullo, luego se alejó a pelear contra otro lagarto.
—¡Lady Ranma, deje de coquetear! —Raphtalia se quejó mientras su espada se dirigía hacia mi cuello. Me agaché rápidamente y su espada partió a la mitad a una avispa que estaba a punto de golpearme por la espalda.
—Gracias, aunque no era necesario —dije, luego me acerqué y la miré a los ojos, tomándola de la barbilla—. Y eso no era coquetear.
Ella se sonrojó, entonces sin perder el tiempo la atraje hacia mí y la abracé, sacándola del camino de la espada de un caballero lagarto.
—¡No te distraigas! —Me alejé de ella con un salto y golpeé a un troll gigante, arrancando su cabeza con una patada.
—¡No es justo! —Ella hizo pucheros de una forma encantadora, y luego se alejó refunfuñando a acabar con más monstruos.
—¡La hermana Raphtalia es una niña! —Filo exclamó aterrizando con el torso de un monstruo en su boca.
—Uh, Filo, ¿al menos sabe bien esa cosa? —pregunté, con un poco el asco que me producía ver las vísceras de esa cosa derramándose.
Ella simplemente se lo tragó de un bocado antes de sacudirse la sangre como un perro.
—No diría que sabe bien, pero tampoco sabe mal —dijo de una forma bastante indiferente antes de seguir cazando.
El grupo que me acompañaba en general se estaba desempeñando bien. Eran compañeros temporales con sus propios trabajos que hacer, y luego de esta batalla retornarían a sus vidas, probablemente hasta la próxima ola. Los magos eran capaces de pelear con sus bastones como armas mientras cantaban sus hechizos, lo que los hacía mucho más eficientes en general que aquellos que peleaban solo con lanzas o espadas.
Ciertamente eran bastante versátiles, podían defenderse, esquivar y correr sin perder la concentración mientras preparaban poderosos hechizos.
¡BOOOOOM!
—¡Eso fue genial, Mariana! —la felicité mientras detenía el ataque de una avispa detrás de ella con «¡Escudo de aire!».
—Gracias, señorita, su entrenamiento, aunque duro, ¡fue muy útil! —ella me agradeció sinceramente quitándose el sombrero, pude ver sus orejas de conejo extenderse de una forma bastante linda.
—Si quieres agradecérmelo, tal vez podríamos salir a tomar algo después de...
—¡Nada de eso, Lady Ranma! —Raphtalia de alguna forma escuchó eso y se interpuso entre nosotras.
—Aguafiestas —me quejé haciendo pucheros.
—¡No puedes ligar con otras chicas enfrente de mí!
—Entonces date vuelta —dije y la hice girar, entonces tomé a Mariana de la barbilla y la miré a los ojos. Ella se sonrojó, pero rápidamente me apartó.
—¡Lo siento! ¡Me gusta alguien más! —dijo, y se fue corriendo luego de eso.
—Jaja, ¡La rechazaron!
—Es raro, por lo general soy yo quien tiene que rechazar —me encogí de hombros y luego fui a buscar más monstruos.
Lo que vi a continuación fue a una mujer bastante mayor, con el pelo blanco atado en una trenza, matando a un guerrero lagarto de un golpe. No explotó, ni lo mandó volando ni hizo nada espectacular, simplemente lo mató con un golpe.
—¡Oh! ¡Eso fue impresionante! —aplaudí ante su destreza. Ella volteó hacia mí.
—Muchas gracias por salvarme antes —me agradeció. Entonces recordé que le había dado medicina algunas semanas antes. Hizo un saludo respetuoso de artista marcial y siguió peleando matando a otro monstruo con una patada.
—Si tuviese 30 años menos habría podido hacer algo mucho mejor —dijo alegremente, levantando su puño y enseñando sus músculos.
—No lo dudo —me acerqué a ella y le ofrecí dos setas.
—Gracias, pero no tengo hambre —rechazó, pero se las volví a ofrecer.
—Estas setas tienen el poder de rejuvenecerte. Si comes una, regresarás a tener 20 años por un día; si comes las dos, el efecto será permanente —dije, a lo que ella me miró con duda, pero decidió aceptarlas. Se comió una inmediatamente y luego colocó su mano en su pecho debido al efecto. Su cuerpo rejuveneció hasta convertirse en una bella veinteañera.
—¿En serio existía una cosa como esta?
—Se llaman setas del tiempo, son de mi mundo. Las modifiqué para que el efecto sea temporal a menos que se coma una segunda antes de que acabe el efecto.
—Podría volver a formar una nueva familia con esto —ella sonrió y, sin dudar, comió la segunda. Luego me miró—. Gracias.
—No hay de qué... —esperaba que alguien de su edad rechazara la idea de volver a ser joven y vivir más tiempo, ya que la mayoría solo dice que ha tenido una buena vida o alguna tontería de esas.
Efectivamente, sus movimientos se volvieron considerablemente más rápidos que antes.
—Lady Ranma, ¿qué fue lo que le dio? —Raphtalia preguntó apareciendo de la nada.
—Tú, no piensas despegarte de mí ni un segundo, ¿verdad? — le señale sintiéndome irritada, es como tener a Shampoo encima, no, más bien como Akane, siempre evitando que me relacione con otras mujeres, pero con la diferencia de no golpearme con un mazo ni acusarme de ser un despreciable pervertido.
—Soy su espada, no puedo alejarme de usted —dijo sonriendo. Ya le había dicho que ella no es ninguna herramienta, pero aun así siguió con eso, probablemente para molestarme.
—Ya que no quiere que sea su amante, entonces seré su espada —agregó nuevamente, esta vez acorralándome contra la pared de un edificio en ruinas. Me miró fijamente a los ojos, recordándome a una de esas tácticas de seducción de las revistas de moda.
—¡Ay! ¡Duele! ¡Duele! —lloró cuando pellizqué sus mejillas.
—Te faltan 10 años, 10 centímetros de estatura y un par de copas más de pecho para poder seducirme con una táctica como esa —la aparté y nos reagrupamos con el resto del escuadrón.
—Esto ha estado durando demasiado tiempo ya, ¿qué están haciendo esos idiotas?
—Deberías ir con ellos —Ake sugirió dando un paso al frente—. Mientras más rápido acaben con el jefe, más rápido terminará nuestro trabajo.
—Deberías ir, ahora que he rejuvenecido, estoy segura de que puedo aguantar al menos una hora más —la ex anciana dijo dando un golpe en la espalda de Ake—. Y este jovencito encantador parece tener aún mucha energía.
Al final decidimos reunirnos con Motoyasu y los demás.
Podía ver a Itsuki disparando flechas al barco. Sus flechas estaban cargadas, por lo que podría decir que estaba usando habilidades bastante poderosas, o al menos se supone que deberían serlo. Sin embargo, no parecía ser muy efectivo.
—Itsuki, cariño, ¿dónde están el emo vengador y Motoyasu? —pregunté acercándome. Entonces él volteó hacia mí, su rostro estaba algo rojo y respondió con nerviosismo.
—N... ¡No me llames así! —parece que es demasiado consciente de mí. Tengo ganas de molestarlo un poco; si no estuviésemos en esta situación, habría levantado mi blusa ligeramente para molestarlo.
—¡Lady Ranma! —Raphtalia me reprendió, pero la ignoré.
—¡La maestra está en celo y no puede contenerse! —Filo exclamó, haciendo que mi rostro se calentara.
—¡No estoy en celo! —sin darme cuenta, mis orejas de zorro y cola surgieron momentáneamente, pero las oculté rápidamente. Espero que no haya vis...
—Pff —Itsuki contuvo una risa burlona.
—¡Tú no te rías! ¡Virgen!
Itsuki ignoró mi queja y, luego de terminar de reírse, señaló el barco.
—Esos idiotas subieron al barco. En el juego se supone que primero debemos destruir esa estatua para derribar el barco y hacer aparecer al devorador de almas.
—Interesante... ¡Déjame intentarlo! —junté mis manos y cargué un ataque de energía.
Moko Takabisha
Mi ataque de energía golpeó la estatua, haciéndola desaparecer, pero el barco no cayó ni apareció el devorador de almas.
—¡Esa no es una habilidad del escudo! —me reclamó algo indignado—. ¡Al menos sigue las reglas del juego!
—Entiéndanlo, ¡esto no es un juego!
—Lady Ranma, el barco no está cayendo.
—Maestra, ¡el niño del arco es un mentiroso!
—Sí, ¡Qué estafa! Mejor subamos a ver qué pasa arriba —me monté sobre la espalda de Filo junto con Raphtalia, y utilizando el escudo de aire y el segundo escudo, pudimos llegar hasta el barco.
La escena arriba no era muy alentadora. Podía ver a Motoyasu con Malty y las otras chicas peleando contra lo que parecía una hidra bastante pequeña, mientras Ren seguía peleando contra un... ¿un pirata? ¿Un capitán esqueleto?
—Motoyasu, Ren, ¿cuál es la situación? —pregunté nada más estar lo suficientemente cerca como para que me oyeran.
—Demonio del escudo... ¿No deberías estar defendiendo un pueblo o algo? —Malty dijo eso con el rostro sonrojado. Puedo decir que la hostilidad inicial que sentía viniendo de ella se había reducido drásticamente, sonríe con malicia, ella definitivamente esta cachonda en estos momentos.
—Correcto... no sé a qué has venido... —Motoyasu intentó apoyarla, pero no era capaz de mirarme a la cara, solo volteaba la mirada nervioso. Debo decir que tampoco siento que esté siendo honesto. Viejo, si vas a hacer el papel de malo, deberías aprender a actuar...
Los ignoré y me dirigí a Ren.
—Ren, mi amor, ¿qué está pasando? —descaradamente me dirigí al emo de forma muy cariñosa.
—¿Mi... ¿¡mi amor!? —x3 (Raphtalia, Motoyasu, Malty)
Espera, ¿tú también, Malty?
—No recuerdo que seamos tan cercanos —Ren dijo en su tono frío de emo vengador, pero podía ver sus orejas sonrojarse.
—No digas eso, cariño, después de todo estoy esperando... —acaricié mi vientre.
—¡Ese chiste ya es viejo! —x2 (Motoyasu, Raphtalia)
—Ranma, no es momento para bromas... —Ren respondió en tono serio, luego señaló al esqueleto—. Debemos vencer al capitán para que aparezca el devorador de almas.
—No, debemos destruir a la hidra primero, como dijo Motoyasu-sama —Malty dijo eso, pero Motoyasu tosió repentinamente.
—De hecho, acabo de recordar algo... Señorita Raphtalia, usted sabe usar magia de luz, ¿no?
—Sí, pero para...
—Podría usarla para iluminar el área —Motoyasu pidió con algo de cortesía, cortesía que no le había visto antes, al menos no con Raphtalia.
Mi querida niña me miró y asentí, entonces cantó su hechizo.
Luz Veloz
Lanzó la esfera luminosa hacia el cielo. La luz se reflejó en los monstruos, y pudimos notar cómo sus sombras se movieron de forma extraña.
—¡Rápido, ataquen las sombras! —Raphtalia acató mi orden sin preguntar y clavó su espada sobre la sombra de la hidra, mientras que Ren hizo lo mismo con la sombra del esqueleto. De las sombras salió algo que se reunió en el aire hasta formar una especie de fantasma con una máscara extraña.
—¡Bingo!
Probablemente sería prudente acabar con esa cosa yo misma de una vez, pero creo que sería mejor si espero a ver las habilidades de los demás.
Flecha de Trueno
Espada de Trueno
Ren e Itsuki se lanzaron inmediatamente a atacar con el mismo elemento, como si quisieran medir quién la tiene más grande. Nada impresionante, lo que sí me sorprendió fue que Motoyasu hiciera algo distinto.
Lanza de Fuego
Increíblemente, pese a que siempre creí que era un cabeza hueca, él utilizó un elemento diferente. No entiendo bien cómo reacciona el trueno con el fuego, pero hubo una reacción elemental: una pequeña explosión seguida de varias chispas dañaron al devorador de almas. Apenas le bajaron un 10% de su HP, pero aun así fue solo cuando Motoyasu atacó con un elemento distinto que hicieron verdadero daño.
—Eso fue algo impresionante, Motoyasu —lo alabé brevemente, pero él solo siguió concentrado en la pelea.
—¡Como se esperaba de Motoyasu-sama! —La perra de Malty lo alabó, aunque por alguna razón no parecía muy entusiasmada realmente, y me miraba discretamente con su rostro ligeramente sonrojado, parece que mi "castigo" realmente le fundió el cerebro.
—Raphtalia, Filo, ¡no se queden atrás! —ordené, a lo que ellas inmediatamente se lanzaron al ataque.
Tornado Veloz
La ráfaga de viento chocó contra el devorador de almas, el cual pareció sufrir bastante. Seguidamente, Raphtalia lo atacó con la espada, causándole algo de daño extra, fijándome que el HP del monstruo bajó al 70%.
—Aunque ustedes lo hacen bien, más bien Motoyasu, mis niñas lo hacen mejor —sonreí arrogantemente antes de decidir atacar por mi cuenta.
La barra de salud del jefe se redujo en un 5% y como era costumbre, un mensaje de error apareció cuando lance mi ataque, mi visión se distorsionó como un juego de snes dañado durante unos segundos, luego apareció en letras rojas algo que decía
¡Reducción de daño por romper las reglas!
¡Este escudo basura! Me queje internamente a lo que, jugaría que, por un momento, por una fracción de segundos me pareció ver a una chica de pelo verde y una joya verde en su pecho enseñándome la lengua mientras levantaba el dedo medio.
¡Maldito seas escudo de porquería con tus malditas limitaciones!
—Parece que las hijas lo hacen mejor que la madre —Motoyasu se burló.
—¡No es justo! ¡El escudo nerfea todos mis ataques! —exclamé, sintiendo algo de vergüenza. Podía sentir cómo los bordes de mis ojos se calentaban.
—Sí, sí, lo que digas. —Motayasu se rio de forma burlona, luego parecio recordar algo y me vio fijamente —Por cierto, ¿no tendrás un escudo rojo bastante OP, ¿verdad?
—¿Escudo qué? —su comentario me confundió, pero no tuve tiempo para preguntar. El devorador de almas comenzó a cargar un ataque en su boca como un Ozaru.
—¡Raphtalia! ¡Filo! ¡Detrás de mí!
Un escudo se materializó alrededor de nosotros, formando una barrera de hojas y cadenas. El ataque del devorador de almas impactó contra el escudo, creando una explosión de energía que nos sacudió, pero permanecimos a salvo en su interior.
Luego de disipar el escudo miré a mi alrededor y vi cómo los otros héroes y sus compañeros recibieron el impacto del ataque. Aunque no hubo bajas, muchos resultaron heridos, y en lugar de asumir sus errores se culparon unos a otros.
—¡Maldita sea, Ren! ¡Te estás metiendo en mi camino! —Motoyasu gritó, furioso, pero podía sentir que era una furia fingida, si bien el equipo del héroe de la lanza termino bastante golpeado, Motoyasu pareció estar ileso.
—¡Eres tú el que se mete en el camino, idiota! —Ren replicó, preparando otro ataque con su espada sagrada.
—¡Dejen de pelear entre ustedes y concéntrense en el enemigo! —Itsuki trató de poner orden, disparando flechas a diestra y siniestra, pero parecía mas concentrado en parecer elegante que en dañar al enemigo.
—Gracias, Lady Ranma — Raphtalia, con una sonrisa.
—Si no cuidara de mi pequeña hija ¿Qué clase de madre seria?—respondí, devolviéndole la sonrisa burlona—.
—¡Que no eres mi madre! — ella se enojó y se preparó para contratacar.
—¡Espera Raphtalia! — la llame y señale que se parara detrás de mi junto a filo.
—Voy a intentar algo— luego de dar mis indicaciones me prepare para atacar.
[Pov Raphtalia]
¡Luz Veloz!
Obedeciendo las indicaciones de mi Lady, lance mi hechizo, la esfera luminosa se elevó hacia el cielo, cegando a todos a su alrededor. Los otros héroes, sorprendidos, comenzaron a quejarse.
—¡No veo nada! —gritó el idiota de la lanza, pero, no sabría decir si fue solo impresión mía, pero parecía que había cubierto sus ojos antes de que lance mi hechizo.
—¿Qué está pasando? —se quejó el señor Ren.
—¿Qué demonios te pasa Ranma? —
La apariencia de Lady Ranma cambio, un aura de un color rosa la cubrió por un momento, sus orejas de zorro y esa esponjosas, la hacían parecer una demi-humana, sus uñas crecieron y sobre ellas garras de energía que zumbaban con cada movimiento.
Quede fascinada ante esa apariencia, si bien ella ya era sumamente hermosa, con estos detalles extra parecía como si fuese a perder el control de mis instintos en cualquier momento y saltar a sus brazos.
Aprovechando esos escasos segundos de confusión, se lanzó al ataque con una gracia letal y con movimientos elegantes ataco sin piedad en sus ojos.
A una velocidad imposible, Lady Ranma se movió alrededor del devorador de almas, como si estuviese danzando; Sus garras brillaban cubiertas por ese aura rosa, destrozando la piel y la carne del Devorador de Almas, provocando que este rugiera de dolor, intentando desesperadamente contratacar o al menos huir, pero no podía hacer nada, era como un atrapado por un gato, siendo tratado no más que como un juguete..
Los otros héroes, aún cegados por mi hechizo de luz, solo podían escuchar los gritos de la criatura y el sonido de la carne siendo destrozada. Cuando la luz finalmente se desvaneció, vi a Lady Ranma de pie, rodeada de los restos humeantes del devorador de almas. La imagen era sobrecogedora, como si la mismísima encarnación del poder y la belleza se alzara ante nosotros, mi vientre comenzó a arder, sentía un deseo de ser consumida por mi ama, si no estuviera en esta situación, probablemente habría saltado sobre ella sin importar nada.
—¿Qué... qué fue eso? —preguntó Itsuki, atónito.
Lady Ranma ocultó rápidamente sus orejas y cola, regresando a su apariencia normal y casi tele trasportándose apareció a mi lado, y me dio una palmada en la espalda.
—¡Excelente trabajo, Raphtalia! Has derrotado al jefe de esta ocasión —dijo, desviando la atención hacia mí.
Me quedé un poco confundida, pero asintiendo lentamente, aún maravillada por lo que había presenciado.
—Gracias, Lady Ranma —respondí, aceptando el reconocimiento.
Por supuesto, no es que los héroes se hubiesen tragado ese cuento completamente y murmuraron con sospecha algo inaudible.
—Bueno, lo importante es que ganamos —dijo Motoyasu, todavía rascándose la cabeza—. Aunque fue un poco extraño, podía ver como miraba hacia mi ama discretamente, con algo de deseo y desconcierto, él, el logro verlo todo, ¿No es así?
—Sí, pero es demasiado raro, ¿Cómo demonios sus compañeros son tan fuertes sin haber hecho ascenso de clase'— cuestionó Ren, mirándome con sospecha, desvié la mirada buscando alguna excusa.
—Por supuesto que va ser fuerte, es mi querida hija después de todo— Lady Ranma acaricio me pelo, pero la aparté.
—¡No soy una niña! ¡Y no eres mi madre! —
—Ay, mi pequeña está en su etapa rebelde— Lady Ranma fingió estar afligida.
—Algo anda mal- El héroe de la lanza comento poniéndose en guardia, es raro, viniendo de un idiota como él.
Pov Ranma:
Como era de esperarse, no podía acabar todo tan fácilmente. Un segundo devorador de almas emergió del suelo; este parecía ser algo más fuerte que el anterior, del tipo que nos daría bastantes problemas. Aun así, decidí pelear normalmente, reservando la forma de miko para un objetivo mayor en un futuro.
—Raphtalia, Filo, ¡prepárense!
—¡Sí! —respondieron al unísono.
En lugar de una batalla épica contra el nuevo jefe, este cayó muerto luego de recibir un ataque misterioso desde arriba.
—Eso fue bastante anticlimático —crucé mis brazos al ver el cadáver del devorador de almas. Luego me fijé en el origen del ataque. Era una mujer alta, de pelo negro, utilizando un kimono. En sus manos llevaba un par de abanicos de estilo oriental. Tengo que admitir que era muy hermosa.
—Si ustedes son los héroes, este mundo está condenado —dijo ella, con una sonrisa maliciosa y movimientos elegantes dignos de una princesa.
—Sí, ciertamente, esos tres de allá son bastante débiles —crucé mis brazos y asentí, estando de acuerdo.
—¡Oye! —exclamaron los otros héroes, indignados.
—Lady Ranma, por favor, no es momento para esto —me regañó Raphtalia, aunque no parecía muy entusiasta en corregirme.
—¿Pero tengo razón?
—¡Claro, la maestra no se equivoca! —Filo me apoyó, regresando a su forma humana.
—Son muy valientes… ¡para ignorarme así! —la mujer, claramente molesta, lanzó un ataque hacia mí. Lo esquivé hábilmente y subí al mástil del barco para estar más cerca de ella.
Los ataques de Glass eran precisos y letales. Con un movimiento elegante de su abanico, generó una ráfaga de viento cortante que destrozó el mástil del barco. La energía invisible se movía como una cuchilla afilada, rasgando el aire y creando un sonido agudo y penetrante.
—Sabes, eres totalmente mi tipo. ¡Soy Ranma Saotome!... ¿Cuál es tu nombre? —le pregunté con entusiasmo. Ella parecía del tipo que es divertido molestar.
—¿Tú… cómo te atreves…? —Glass se detuvo antes de atacar. Respiró hondo y clavó su mirada en mí. Esos penetrantes ojos rojos me cautivaron por un momento—. Soy Glass, y ¡soy tu enemiga! —Atacó de nuevo, sus abanicos brillaban con un resplandor etéreo mientras lanzaba una serie de proyectiles invisibles que se dirigían hacia mí.
Sus ataques invisibles destrozaron el mástil donde estaba de pie, y di un salto hasta estar frente a ella, usando un escudo etéreo como plataforma.
—Eso fue peligroso, cariño. ¿No preferirías que habláramos sobre esto? —me acerqué a ella, tomando sus manos y mirándola fijamente a los ojos. Ella se sonrojó, luego se apartó pateándome. La esquivé dando un salto y cayendo de mi escudo etéreo, mientras aterrizaba comenzó a atacarme.
—¡Lady Ranma! —exclamó Raphtalia.
—¡Te tengo! —Filo saltó y me atrapó en el aire.
—Gracias, pero lo tenía cubierto —salté de la espalda de Filo y me paré nuevamente sobre la plataforma etérea. Me acerqué a ella lo suficientemente rápido como para que no pudiera reaccionar. La tomé de la cintura y la acerqué a mí.
—¿Qué crees que estás…? —sin dejarla terminar le robé un beso. Ella intentó resistirse inútilmente, pero al final terminó rindiéndose. Sus rodillas perdieron fuerza por la falta de aire y se desplomó sobre el escudo, jadeando.
—¡Lady Ranma, no es justo! ¡No me ha besado a mí todavía! —Raphtalia me reclamó, indignada. Ciertamente tenía un punto.
Probablemente me preguntarán, ¿en qué estaba pensando cuando hice esto? Y claramente, la respuesta es que ¡no estaba pensando!
Al darme cuenta de lo que estaba haciendo, retrocedí un paso. Glass me miró con el rostro sonrojado y con rabia. Luego me atacó de forma brutal, sus abanicos generaron un torbellino de energía cortante que me lanzó contra el barco, estampándome de forma dolorosa…
—Maestra… ¿está viva? —preguntó Filo, mirándome desde arriba, transformada en filolial.
—Auch… sí… ¿por qué no me atrapaste?
—La maestra se lo buscó, ¡hmmp!
El barco crujió y tembló bajo los ataques implacables de Glass. Sus abanicos cortaban el aire con precisión mortal, creando ráfagas de energía que desgarraban la madera y hacían añicos todo a su paso. El barco no podía soportar mucho más, y lo sabíamos.
Con un salto ágil, subimos a la espalda de Filo, que ya había tomado su forma de filolial. Sus poderosas alas se desplegaron y despegamos del suelo justo cuando una ráfaga final destrozó el barco por completo.
—¡Lady Ranma, Raphtalia, sujétense fuerte! —advirtió Filo, acelerando en el aire con una velocidad sorprendente.
Glass no perdió tiempo y comenzó a perseguirnos, moviéndose con una gracia letal a través de los restos del barco flotante. Los otros héroes, de alguna manera, lograron sobrevivir sin bajas, aunque apenas podíamos preocuparnos por ellos en ese momento.
—No permitiré que escapen tan fácilmente —dijo Glass, con voz llena de indignación, podía ver su rostro sonrojado, ella definitivamente es mi tipo.
—¿Estás segura que no quieres otro beso? —pregunté a lo lejos, con una sonrisa provocadora.
Raphtalia, aferrada a Filo, me lanzó una mirada fulminante.
—¡Ranma, esto es serio! ¿Por qué siempre tienes que hacer estas cosas y empeorar la situación? —me regañó, claramente exasperada.
—Vamos, Raphtalia, solo estaba bromeando un poco. No pensé que se lo tomaría tan en serio —dije, tratando de sonar inocente.
—¡Esto no es una broma! Estamos en peligro y todo porque no puedes controlar tus impulsos —continuó Raphtalia, sin dejar de mirar hacia atrás para asegurarse de que Glass no se acercara demasiado.
—Bueno, ¿qué querías que hiciera? ¡Es completamente mi tipo! No podía dejar pasar la oportunidad —repliqué, encogiéndome de hombros.
—¡No es el momento para flirteos, Ranma! ¡Estamos en medio de una batalla! —Raphtalia levantó la voz, claramente frustrada.
—¡Lo sé, lo sé! —respondí, levantando las manos en señal de rendición—. Pero ahora tenemos que concentrarnos en escapar de ella, ¿de acuerdo?
—Glass, ¡por favor no mueras! —dije, cargando un ataque en mis manos. Sabía que necesitábamos hacer algo para ganar tiempo.
—¡Ranma, esto es serio! —gritó Raphtalia, todavía aferrada a Filo—. Deja de provocarla y concéntrate.
Glass, con una mezcla de enojo y confusión en su rostro, lanzó otro ataque devastador. Sus abanicos se movieron con elegancia mortal, generando ondas de energía que se dirigían directamente hacia nosotros. Filo hizo un giro brusco, esquivando por poco.
—¡No podemos seguir así por mucho tiempo! —insistió Raphtalia, claramente preocupada.
—Lo sé —respondí, manteniendo mi mirada fija en Glass—. Pero necesito que confíes en mí. ¡Tengo una idea!
Concentré toda mi energía en el ataque que estaba cargando. El aire a mi alrededor comenzó a vibrar mientras una esfera de energía se formaba en mis manos, brillando con una luz intensa.
No creía que deba contenerme, ya que el escudo de todas formas debilita mis ataques. Así que utilicé el Mokotakabisha a máxima potencia, en verdad espero que no muera con esto…
Glass se sorprendió ante la cantidad de energía que estaba cargando y se detuvo un momento considerando sus opciones. En ese instante, en el borde de mi visión, pude ver en la interfaz del escudo cómo el tiempo de la Ola llegaba a cero. Un portal se abrió en el cielo, y Glass desapareció, tragada por el vórtice.
—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Raphtalia, con la respiración entrecortada, mientras la barrera mágica alrededor de nosotros comenzaba a desvanecerse.
—Parece que el tiempo de la Ola se acabó —respondí, dejando que la energía del Mokotakabisha se disipara lentamente de mis manos.
Filo aterrizó suavemente en tierra firme, y nos bajamos de su espalda, todavía algo tensos por el enfrentamiento.
—Lady Ranma, ¿estás bien? —preguntó Raphtalia, acercándose a mí con una mezcla de preocupación y alivio.
—Sí, estoy bien. Gracias por cubrirme, Raphtalia —dije, esbozando una sonrisa—. Y también gracias a ti, Filo. Hiciste un gran trabajo.
—¡Lo sé! —respondió Filo, transformándose de nuevo en su forma humana, con una sonrisa de orgullo en su rostro.
—Lady Ranma, en serio, ¿qué estabas pensando al provocarla así? —preguntó Raphtalia, cruzando los brazos y mirándome con severidad.
—Bueno... solo trataba de ganar algo de tiempo —respondí, encogiéndome de hombros—. Y, bueno, también es muy guapa, así que no pude evitarlo.
—¡No es el momento para esas cosas! —Raphtalia suspiró, pero no pudo evitar sonreír levemente—. Solo... por favor, intenta no ponernos en peligro innecesariamente.
—Lo intentaré, lo prometo —dije, levantando una mano en señal de juramento, aunque, realmente no explico por qué actué de esa manera, normalmente mis hormonas me hacen actuar así con chicos, pero esto es raro, ¿Glas es en realidad un trapito sexy?, no, no creo que sea el caso, esto se sintió diferente a lo habitual, además, claramente era mujer.
Miré hacia el cielo, donde el portal de la Ola había desaparecido, dejando atrás un aire de tranquilidad inquietante.
Un poco después de la batalla.
—¡Auch! ¡Duele! —gemí cuando Raphtalia curó mis heridas. Normalmente no recibo daño o sano muy rápido, pero el ataque de Glass realmente me lastimó.
—¿Qué aprendimos hoy? —Raphtalia preguntó frunciendo el ceño.
—¡Yo, yo! ¡La maestra no debe intentar poner huevos con el enemigo! —
—En efecto. —Raphtalia no la corrigió, sino que incluso acarició la cabeza de Filo.
—... —simplemente permanecí en silencio. Esa chica, Glass, definitivamente era más fuerte que cualquiera de los otros héroes. No sé cuál sea su objetivo, pero intentaré hablar con ella la próxima vez.
Habían pasado un par de horas desde el fin de la Ola. Absorbí un pedazo del devorador de almas con el escudo y desbloqueé otros escudos nuevos. Mientras leía su descripción, se acercó uno de los soldados del reino acompañado por Ake.
—Heroína del escudo, ¡debe presentarse frente al rey inmediatamente! —El hombre dijo levantando la voz, como si fuera una orden.
—Sí, nah, paso —me encogí de hombros y me dirigí a otro lugar. Ake se aferró a mí inútilmente, intentando detenerme, pero seguí arrastrándolo como si fuese una prenda de ropa.
—¡Por favor! ¡Acompañe al capitán y reúnase con el rey! —Ake suplicó casi llorando.
—Ah, maldita sea… solo por esta vez —suspiré y acompañé al capitán.
Más pronto que tarde me encontré en la sala del trono, rodeado por varios guardias en posición de espera. El rey estaba en su trono, con un aire todo alto y poderoso, frunciendo el ceño al verme.
Con una señal, uno de sus consejeros reales se acercó con una bola de cristal y se mostraron imágenes de cómo derroté al primer devorador de almas.
—Heroína del Escudo… ese poder es ajeno al del héroe del escudo… como tu Rey, ¡Exijo que me cuentes cómo obtuviste ese poder! —
Su voz arrogante y autoritaria acabó con el poco buen humor que tenía. No solo eso, ¡mi apariencia de Kitsune fue revelada!
—¡Oye idiota! ¡No di mi consentimiento para ese video! —
—¿¡Qué!? —el rey quedó perplejo.
—Iba a usar eso para hacer una broma más tarde y lo has arruinado, ¡Maldita sea! —
—¡Cómo te atreves a hablarle así a tu rey! —él gritó y los guardias me rodearon levantando sus armas.
—Oh, por favor, he sido capaz de derrotar a estos inútiles desde mi primer día. ¿Realmente creen que podrían hacerme algo ahora? —me encogí de hombros despreocupada. Los guardias dudaron; algunos de ellos estaban temblando.
—En fin, primero que nada, no eres mi Rey, no veo ningún anillo de bodas en mi mano —dije eso bromeando. El rey se sonrojó furioso.
—Pero para eso al menos deberías invitarme a tomar el té, ¿no? —
—Como si me casara con una… —
—Sí, sí, maldito héroe del escudo bla bla bla, no me importa. En fin, aprovecho para decirte esto… como nos prohibieron hacer el ascenso de clases aquí, abandonaré este reino, así que se quedan solos en las próximas olas. —
—¿¡Cómo te atreves!? —él gritó con ira, pero ya me estaba dirigiendo a la salida. Me detuve al final y volteé a verlo.
—Si te atreves a decir algo tan estúpido como que te vengarás de mí a través de mis hijas o algo así, de verdad voy a matarte —esas palabras las dije con una sonrisa que no llegaba a mis ojos. Pude notar al rey quedarse mudo por unos segundos, tragando saliva, permaneció en silencio.
Cuando finalmente me alejé lo suficiente del trono del Rey, aún podía oírlo llamándome maldita demonio o algo similar. A medida que me dirigía hacia la salida, me encontré con Melty, quien estaba de pie junto a alguien que parecía ser la doble de la Reina, cubriéndose el rostro con un abanico y dando un aire de nobleza. Melty me miraba con una expresión de preocupación.
—Ranma, espera —dijo, apresurándose hacia mí—. Necesito hablar contigo.
Suspiré, sabiendo que esto probablemente no sería una conversación agradable.
—¿Qué pasa, Melty? —pregunté, tratando de sonar más paciente de lo que me sentía.
—Por favor, discúlpate con mi padre —dijo Melty, su voz llena de urgencia—. Sé que ha habido malentendidos, pero el reino necesita tu ayuda. ¡El Rey y los Heroes no deben pelear!.
Miré a Melty, viendo la sinceridad en sus ojos. Por un momento, casi consideré ceder. Pero entonces recordé la arrogancia del Rey y su desprecio hacia mí. Sabía que una disculpa no sería suficiente para arreglar las cosas.
—En fin, ya decidí que iré a Shieldfreeden a hacer el ascenso de clase. Hasta ahora, no me han dado motivos para querer permanecer en este reino.
Melty cerró los ojos por un momento, tratando de calmarse antes de abrirlos nuevamente.
—Entiendo tus frustraciones, Ranma. Pero no olvides que hay gente aquí que te necesita y que te admira, no solo como una heroína, sino como una persona. Espero que en Shieldfreeden encuentres la claridad y la fuerza que buscas. Solo... por favor, no cierres completamente la puerta a la posibilidad de reconciliación.
Asentí, apreciando su sinceridad y preocupación. Sabía que Melty estaba haciendo todo lo posible para mantener la paz y la unidad.
—Gracias, Melty. Veré qué puedo hacer —dije finalmente, con un tono más suave.
Con eso, di media vuelta y me dirigí rápidamente hacia el carruaje donde Filo esperaba en su forma de filolial.
—¡Ranma! ¡Vuelve aquí! ¡Esto es tan infantil! —gritó Melty, su voz llena de frustración.
No pude evitar sonreír mientras oía sus exasperados gritos detrás de mí. Su enojo solo la hacía más linda a mis ojos.
—¡¿Cómo puedes ser tan irresponsable?! —continuó despotricando, sin dejar de seguirme con la mirada.
Al llegar al carruaje, salté dentro y miré a Filo.
—¡Filo, en marcha! —ordené.
Filo, en su forma de filolial, soltó un alegre chirrido y comenzó a tirar del carruaje a toda velocidad, dejando atrás el castillo y a Melty.
Mientras el carruaje avanzaba, me recosté contra el asiento y suspiré. A pesar de todo, había algo reconfortante en la preocupación de Melty, y no pude evitar pensar en su linda expresión de enojo.
Raphtalia me miró con curiosidad.
—¿Todo bien, Ranma? —preguntó, notando mi sonrisa.
—Sí, solo pensaba en lo linda que es Melty cuando se enoja —dije, sin poder evitar reírme.
Raphtalia hizo pucheros, claramente sintiéndose algo celosa.
—Nunca dices cosas así de mí —murmuró, inflando las mejillas.
La miré con una sonrisa y le revolví el cabello suavemente.
—Vamos, Raphtalia. Sabes que también pienso que eres increíblemente linda, especialmente cuando haces esos pucheros —dije, tratando de tranquilizarla.
Raphtalia se sonrojó, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
—De verdad lo piensas? —preguntó con una voz casi tímida.
—Claro que sí —respondí sinceramente—. No podría pedir una mejor compañera de viaje que tú.
Filo, que había estado escuchando la conversación desde el frente del carruaje, soltó un alegre chirrido.
—¡Filo también es linda! —exclamó, agitando sus alas con entusiasmo.
No pude evitar reírme.
—Sí, Filo, tú también eres muy linda —dije, asegurándome de incluirla en el elogio.
Me reuní con Raphtalia y Filo en la tienda de Erhard.
—¿Así que amenazaste al rey? —
—Fue solo una advertencia, una amenaza sería si estuviese apretando su cuello hasta dejarlo semiconsciente —dije eso e inflé el pecho con orgullo.
—Eres inesperadamente radical… —Erhard suspiró.
—El idiota estuvo a punto de decir algo como que mis esclavas pagarían mi insolencia o algo así —
—Pero no lo dijo, ¿cierto? ¿Cómo sabes que…? —
—¡Instinto femenino! —exclamé enérgicamente, pero al mismo tiempo sentí un escalofrío en mi interior, como si esa parte masculina cada vez más opaca gritara de indignación.
Erhard soltó una carcajada ante mi último comentario antes de aclararse la garganta y ponerse serio nuevamente.
—¿Qué piensas hacer ahora? Probablemente ya no recibas apoyo del reino.
—Ya lo tengo decidido desde antes de la última Ola. Este reino me rechaza, entonces yo rechazaré a este reino. No volveré a participar en las Olas en este lugar. Iré a Shieldfreeden para que Raphtalia y Filo hagan su ascenso de clase, luego las dejaré para...
—¿¡Lady Ranma!? —Raphtalia se aferró a mí posesivamente, enterrando mi rostro entre sus pechos, bueno, más bien en su cota de malla.
—Auch… eso duele… —me quejé, pero ella no me soltó. Por otro lado, Filo se aferró a mi pierna.
—Me pegaré a usted como una lapa, Lady Ranma.
—¡No puedes abandonar a Filo!
Raphtalia y Filo se miraron, todavía aferradas a mí, pero con una chispa de rivalidad en sus ojos.
—Lady Ranma, no puedes simplemente abandonarnos. Hemos pasado por mucho juntos.
—¡Maestra, Filo te seguirá! Podemos dejar a mi hermana, pero no puedes abandonar a Filo —dijo Filo, aferrándose a mi pierna con determinación.
—¡Oye! No voy a alejarme de Lady Ranma —respondió Raphtalia, cruzando los brazos con firmeza.
—No, vete. Filo cuidará de la maestra—insistió Filo, sin soltarme.
—Iba a decir que las dejaría decidir qué quieren hacer, no que iba a abandonarlas —expliqué, tratando de calmar la situación.
—Entonces, ¿no nos dejarás? —preguntó Raphtalia, su tono suavizándose un poco.
—No, no las dejaré. Solo quiero que tengan la libertad de elegir su propio camino. Pero si quieren quedarse conmigo, estaré encantado de tenerlas a mi lado —dije, sonriendo.
Raphtalia suspiró, aliviada, y Filo asintió con entusiasmo.
—Está bien, Lady Ranma. Nos quedaremos contigo —dijo Raphtalia, soltándome finalmente.
—¡Sí! ¡Filo siempre estará contigo, Maestra! —exclamó Filo, abrazándome con fuerza.
Erdgard nos miró con una sonrisa.
—Vaya, ya tienes toda una familia feliz.
—No me engañas, también quieres un abrazo, ¿no? —respondí, enterrando su rostro entre mis pechos para molestarlo.
Erdgard se sonrojó y trató de zafarse, pero antes de que pudiera hacer algo, Raphtalia me tiró de la oreja, alejándome.
—¡Auch! Eso duele, Raphtalia —me quejé.
—¡Lady Ranma, por favor! No es momento para jugar —reprimió Raphtalia, mirándome con desaprobación.
Filo, que había estado observando la escena con curiosidad, se rió.
Filo, que había estado observando la escena con curiosidad, se rió.
—¡La maestra todavía quiere poner huevos! ¿Acaso está en celo todo el año? —dijo Filo, con una sonrisa traviesa.
Erdgard se sonrojó aún más, tratando de mantener la compostura.
—¡Filo! —exclamé, sintiendo cómo mi cara se calentaba —. ¡No digas esas cosas en voz alta?.
Raphtalia suspiró, pero no pudo evitar sonreír levemente.
—Vamos, Filo, no molestes a Lady Ranma —dijo Raphtalia, aunque su tono era más divertido que serio.
—¡Pero es verdad! —insistió Filo, todavía riendo.
Erdgard se aclaró la garganta, tratando de cambiar de tema.
—Bueno, al menos tienen un buen sentido del humor —dijo, ajustando su armadura.
—Sí, bueno, es parte de nuestro encanto —respondí, tratando de recuperar la compostura.
Raphtalia asintió, todavía sonriendo.
—Ya que piensan viajar a Shieldfreeden, deben cambiar su equipo, así que siéntanse libres de comprar todo lo que quieran —dijo Erdgard, con una sonrisa.
—Siento que te estás volviendo rico a costa mía... —respondí, cruzando los brazos.
—Oh, vamos, siempre me obligas a darte descuentos —contestó Erdgard, riendo.
—Hablando de eso... —dije, con una sonrisa traviesa mientras me acercaba, dispuesta a colocar la mano de Erdgard sobre mi pecho para pedirle un descuento. Pero antes de que pudiera hacerlo, Raphtalia se adelantó y le plantó una mirada firme.
—No voy a darles descuento —dijo Erdgard rápidamente, levantando las manos en señal de rendición.
Raphtalia suspiró y me miró con desaprobación.
—Lady Ranma, por favor, comportaos —dijo, tirando de mi oreja suavemente para alejarme de Erdgard.
Pese a todo, Erhard, nos regaló algunas herramientas útiles y armamento, una espada nueva para Raphtalia ya que había roto la anterior, ella se quejó de que gastábamos demasiado dinero, pero la ignore y la compre de todos modos, también conseguimos algunos equipamientos; un guante para tirar del carruaje en cuanto Filo no pueda hacerlo, ¿una espada de mana?.
Probablemente dejar Melromarc no será fácil.
—Vamos a necesitar suministros para el viaje —dije mientras ajustaba mi equipo.
—Deberíamos pasar por el mercado antes de salir de la ciudad —sugirió Raphtalia, siempre práctica.
Caminamos juntas por las bulliciosas calles del mercado. A pesar de todo, había algo reconfortante en la rutina de comprar provisiones. Raphtalia y Filo se encargaban de negociar con los vendedores mientras yo revisaba nuestros suministros.
Mientras seleccionábamos lo que necesitábamos, noté que estábamos siendo observadas desde múltiples direcciones, algunas miradas eran neutrales, mientras otras eran definitivamente hostiles. Las neutrales probablemente eran las sombras de la Reina; hasta donde sé, a ella le preocupa mi mala relación con el rey. Las presencias hostiles probablemente sean de la Iglesia.
Decidí ignorarlos y continuar con mi camino hasta dejar la ciudad. Mientras avanzábamos, mi mirada se detuvo en un puesto de vestidos bonitos. Me encontré imaginando lo bien que se verían Raphtalia y Filo con esos atuendos, y una sonrisa se dibujó en mis labios.
—Esos vestidos serían perfectos para ustedes dos —murmuré para mí misma, pensando en lo felices que se verían con ellos.
Un poco más adelante, Filo babeaba frente a un puesto de comida, sus ojos brillando de emoción al ver los deliciosos platillos expuestos.
—¡Filo, concéntrate! —dije, tratando de mantener la compostura mientras reía por dentro. Era difícil no contagiarse de su entusiasmo.
Finalmente, con todos los suministros necesarios en nuestro poder, nos dirigimos hacia la salida de la ciudad, con cada paso que dábamos podía sentir la presencias hostiles siguiéndonos con la mirada, al fondo, un poco más lejos, y menos perceptible, las sombras de la Reina nos seguían.
Con el carruaje cargado de provisiones y armamento, comenzamos nuestro viaje hacia Shieldfreeden. El paisaje a nuestro alrededor se transformaba gradualmente, con verdes colinas y bosques densos que reemplazaban las bulliciosas calles de Melromarc.
El sonido de los cascos de Filo y el chirrido de las ruedas del carruaje eran los únicos ruidos que rompían el silencio. Sentada junto a Raphtalia, que se había dormido sobre mi hombro, o al menos eso pretendía, podía sentir cómo ocasionalmente su mano subía hacia mi pecho y lo manoseaba. Le pellizqué la mano para hacer que se detuviera.
Raphtalia abrió un ojo y me miró con una mezcla de diversión y disculpa.
—Perdón, Ranma. Creo que estaba soñando —dijo, aunque su sonrisa traviesa me hacía dudarlo.
—¡Hermana, no te adelantes a Filo cuando tira del carruaje! —dijo Filo desde el frente, su forma de filolial temblando en señal de protesta, haciendo que el carruaje se sacudiera.
Suspiré, tratando de mantener la calma a pesar de las pequeñas distracciones.
Al poco tiempo, las manos de Raphtalia subieron nuevamente hasta mi pecho, pero no sentí deseos de detenerla, así que intenté ignorarla. Sentí mi rostro calentarse.
—Lady Ranma, ¿estás bien? —preguntó Raphtalia, notando el rubor en mis mejillas.
—Sí, solo... es el calor del viaje —mentí, tratando de desviar la atención. Sabía muy bien que su mirada pícara sabía exactamente lo que me pasaba. Últimamente, ya no siento ganas de rechazar sus avances; tal vez es por ese sentimiento de soledad en mi interior, o simplemente el anhelo de compañía nocturna.
Al poco tiempo, estábamos en otro pueblo comiendo en una posada cuando Melty nos encontró de nuevo.
—¡Ranma! —exclamó Melty, con las manos en las caderas y una expresión de enfado—. ¿Cómo te atreves a huir de esa manera?
Levanté la mirada de mi comida y sonreí con inocencia.
—Melty, no fue huir, fue una retirada estratégica —dije, intentando parecer seria.
—¡Eso fue lo más infantil que he visto! ¡Eres tan irresponsable! —gritó Melty, sus mejillas enrojecidas por la frustración.
No pude evitar sonreír al ver lo linda que se veía enojada.
—Lo siento, Melty. Pero sabes que no es fácil para mí lidiar con tu padre —respondí, tratando de calmarla.
Melty suspiró, relajándose un poco.
—Si sigues así, mi madre se va a enojar con el rey, y eso no terminará bien para nadie. Por favor, trata de reconciliarte —dijo, su tono suavizándose, pero aún firme.
Encontré la situación divertida y no pude evitar reírme un poco.
—¿Tu madre se enojará con el rey? Eso suena interesante —dije con una sonrisa divertida.
—¡No es gracioso, Ranma! —protestó Melty.
—Para mí sí lo es. Pero espera, ¿la Reina es más poderosa que el rey? —pregunté, disfrutando de la conversación.
Melty frunció el ceño, claramente ofendida.
—En Melromarc, el gobierno es matrilineal. Mi madre, la Reina, es la gobernante suprema y solo las hijas heredan el trono. Mi padre tiene su posición, pero no es el que toma las decisiones finales.
Reí y me incliné hacia adelante, como si estuviera compartiendo un secreto.
—Entonces, el rey actúa todo alto y poderoso, pero en realidad solo es un arrimado debajo de la falda de la Reina. Eso es divertido —dije, riéndome.
Melty se enrojeció de ira.
—¡No hables así de mi padre! Él es el rey y merece respeto —gritó, furiosa.
—Relájate, Melty. Solo estoy diciendo lo que parece —dije, levantando las manos en señal de paz, aunque no pude evitar sonreír.
—Toma, bebe algo y respira hondo —añadí, alcanzándole una bebida para calmarse.
Melty tomó la bebida, aunque todavía parecía molesta. Aproveché el momento para hacer una seña a Raphtalia y Filo. Nos levantamos de la mesa, pretendiendo seguir con nuestro día de manera casual, y comenzamos a caminar hacia la salida de la posada.
—Vamos, chicas, tenemos un largo camino por delante —dije, tratando de sonar despreocupada.
Salimos caminando de la posada, pero Melty no fue engañada tan fácilmente. Nos siguió a una distancia prudente, claramente determinada a no dejarnos escapar de nuevo. Giré en un callejón estrecho, pensando que podríamos despistarla, pero Melty nos siguió de cerca.
De repente, el sonido de acero desenvainado rompió el silencio. Melty se giró alarmada cuando sus guardaespaldas, que la habían estado siguiendo fielmente hasta ahora, desenvainaron sus armas y la rodearon.
Uno de los guardaespaldas, con una expresión de fría determinación, levantó su espada.
Me apresuré, moviéndome a una velocidad que dejaría en vergüenza a Speedy González, y detuve el ataque con mi escudo.
—¿Estos son tus guardaespaldas? —pregunté.
—No... no lo sé... —respondió Melty, claramente aturdida.
—Al parecer, el rey prefirió sacrificar a su hija para tratar de deshacerse de mí... —comenté, con tono sarcástico.
—No, mi padre no haría algo como eso —protestó Melty, su voz llena de incredulidad.
—Esto debe haber sido planeado por mi hermana... —dijo Melty, aún en estado de shock.
—¿Algo así como, "el trono será mío"? Eso es cliché —me burlé.
—¡¿Cómo te atreves a asesinar a un miembro de la realeza?! —gritó uno de los supuestos guardaespaldas, de manera cínica, intentando dañar a Melty nuevamente.
—¿Acaso intentas inculparnos? —exclamó Raphtalia, atacando rápidamente. Sin embargo, algunos de ellos lograron salir huyendo.
Filo y Raphtalia, con sus habilidades combinadas, lograron atrapar a tres de ellos.
Mientras revisaba a los cautivos, encontré en uno de ellos un rosario de la iglesia de los Tres Héroes.
—Así que la iglesia de los Tres Héroes está detrás de esto... —murmuré, frunciendo el ceño.
Uno de los cautivos, con una mirada desafiante, escupió al suelo.
—La demonio del escudo está acabada. Ni yendo a otro reino te salvarás por dañar a la realeza. Los que escaparon ya deben estar poniendo precio a tu cabeza —afirmó con voz llena de odio.
Suspiré, sintiendo una mezcla de frustración y cansancio. Sabía que el Papa no podía ser una buena persona, no cuando se ve exactamente como mi donante de esperma...
Mis pensamientos se interrumpieron cuando una multitud, atraída por el ruido, se acercó al callejón.
—No perdamos tiempo. Debemos salir de aquí.
Melty asintió lentamente, todavía temblando por el reciente ataque, tomó mi mano dudando un poco. Debimos salir apresuradamente, incluso tuvimos que abandonar el carruaje.
—¡WAAAAAA, mi carruaje! —Filo estalló en llanto mientras Raphtalia la consolaba.
—Sabía que tu padre era basura, pero mira que conspirar con la iglesia y sacrificar a su hija... —dije, sin poder contener mi incredulidad.
—¡Ya te dije que mi padre no haría algo así! —Melty comenzó a llorar desconsoladamente mientras Raphtalia me lanzaba una mirada fulminante.
—Lady Ranma, no deberías decir cosas así. ¡Mira lo que has hecho! —me regañó Raphtalia, abrazando a Melty y tratando de calmarla.
Observé a Melty llorar y, por un momento, me sentí un poco culpable. Pero también pensé que finalmente se estaba comportando como alguien de su edad.
Empujé a Raphtalia lejos de Melty.
—¿¡Lady Ranma, qué sucede!? —exclamó Raphtalia, sorprendida.
—¡Yo también quiero abrazar a Melty! —dije, abrazándola con una ligera disculpa—. Lo siento, Melty. Pero es que también… ese rey adoptado es…
Melty sollozó un poco más, pero luego se relajó en mi abrazo.
—Lady Ranma, ¡pervertida! ¡Lolicon! —gritó Raphtalia, claramente escandalizada.
—¿Quién te enseñó esas palabras? —pregunté, levantando una ceja.
Raphtalia se sonrojó, pero no respondió, mientras Melty se reía suavemente entre lágrimas.
Nos refugiamos temporalmente en el bosque en una cabaña improvisada. Había construido la estructura en tiempo récord, aprovechando los recursos naturales y mi habilidad para manipular el Ki.
—Lady Ranma, si sigue así tendremos cabañas repartidas por todo el reino —me señaló Raphtalia con una sonrisa cansada.
—No se puede evitar, mantener una cabaña entera en mi bolsillo de Ki es agotador —respondí, sentándome con un suspiro, la verdad de es que, con algo tan grande se me dificulta sacar objetos más pequeños, pero no entre en detalles.
Filo se acurrucó cerca del fuego improvisado, aún sollozando un poco por la pérdida del carruaje. Melty, por su parte, había encontrado un lugar tranquilo para sentarse y se veía mucho más calmada después de un par de horas.
—Entonces, Melty, ¿no podríamos solucionarlo hablando con la Reina? La real, no la doble que te acompañaba antes —sugerí, rompiendo el silencio.
Melty levantó la mirada, su expresión reflejaba cansancio y preocupación.
—Ella podría solucionarlo, pero está en otro país evitando una guerra... —contestó Melty, su voz apenas audible.
—¿Guerra? —pregunté, sorprendida.
—Como mencioné antes, se supone que los héroes debían ser invocados uno por cada uno de los cuatro grandes países, pero el Rey desobedeció a la Reina e invocó a todos los héroes a la vez —explicó Melty, jugueteando nerviosamente con un mechón de su cabello.
—Maldito rey, siempre cagándola... —murmuré en voz baja, pero lo suficientemente alto para que Melty me oyera. Ella infló las mejillas como una ardilla con la boca llena, haciendo pucheros, pero no dijo nada porque sabía que tenía razón en esta ocasión.
Raphtalia nos observaba en silencio, manteniendo la vigilancia mientras yo continuaba pensando en la mejor manera de proceder. Aunque las cosas se veían complicadas, sabía que con un plan y algunas bromas de mal gusto podría solucionarlo.
Fin del capítulo.
bueno gente, debo admitir que escribir estas 26 paginas fue divertido hasta cierto punto, creí que podría acabar este arco en un solo capitulo, pero se alargó más de la cuenta.
A partir de aquí no seguiré la historia original al pie de la letra, ya que quiero ser más creativo con esto, de hecho, tenía planeado un avance y punto de inflexión en la relación de Ranma y Raphtalia en este capítulo, pero, probablemente ocurra mucho después.
Avisenme si encuentran algo que no coincide o comentarios de mi asistente, errar es de humanos XD
