POV LENA
¿Quién diría que decorar en Navidad podía ser sexy? Añade también cocinar. Todo lo que Kara hace es muy sexy. Me paso la mano por el rostro para calmarme. Tengo un caso importante de bolas azules por verla revolotear todo el día.
Me corrí anoche y dos veces esta mañana en la ducha. Cuando salí del baño, mi polla todavía estaba dura y me pedía que volviera a la cama con Kara.
Mi polla ni siquiera bajó cuando ella se enojó muchísimo conmigo al encontrar la ropa que le había regalado. Incluso cuando estaba enojada y quería matarme, era muy sexy.
Estaba segura de que cuando le dijera que la ropa era para ella iba a volverse loca. Pero no. Me dejó que la besara hasta la saciedad y luego vino a la cocina y me preparó el mejor desayuno de mi vida. No quiero que esta tormenta de nieve termine nunca. Podría pasar el resto de mi vida felizmente encerrada en esta casa con mi ángel. No tengo ni idea de cómo alguien no la ha atrapado ya. La mujer es la perfección. Y es toda mía.
Hace un año, si alguien me hubiera dicho que quería una persona para llamarla mía le hubiera apostado cada centavo que tenía a que se equivocaba. ¿Quién quiere a alguien en su espacio todo el tiempo? ¿Incluso si tienes sexo regular? No, estoy bien. Usaré mi mano y disfrutaré de mi libertad. Ahora sería feliz solo comiendo el coño de Kara hasta el día de mi muerte si eso es lo único que me deja hacer.
—Creo que eso es todo. Ahora todo lo que tienes que hacer es encender el interruptor— Sostiene el adorno del árbol en su mano. Dice que es el último adorno que debe poner —Creo que necesitaremos una escalera de mano— Mira a su alrededor, buscando la que yo había sacado hace un rato.
—No la necesitamos— La agarro por las caderas, haciéndola girar hacia el árbol, y la levanto para que pueda colocarla ella misma.
—Oh, Dios mío— Se ríe, pero se inclina, poniendo la estrella encima antes de que la ponga de nuevo sobre sus pies —Aquí tienes— Intenta darme el pequeño mando.
—No, nada de eso, preciosa. Es todo tuyo—
—¿De verdad? — Se asoma por encima de su hombro, mirándome —Nunca he conseguido encender el árbol antes—
—Todo tuyo— Le doy una pequeña palmada en el culo. Presiona el botón y la estrella se ilumina.
—¡Lo hemos conseguido! — Se gira y salta a mis brazos. La atrapo con facilidad. Aprieta su boca contra la mía. Su emoción es muy contagiosa. Puede que me duelan las pelotas, pero creo que nunca he sonreído tanto en mi vida.
—¿No tienes un árbol en casa? —
—Este año no lo he decorado. He estado ahorrando mi dinero para arreglar mi casa. Solo la compré hace unos nueve meses— Ya sabía que no hacía mucho tiempo que era dueña de la casa. También me di cuenta de que necesitaba algo de trabajo.
—¿Tu padre siempre encendía el árbol mientras crecías? — Indago un poco con la esperanza de que comparta la información conmigo. Llevo todo el día recibiendo pequeños trozos de su vida. No es mucho lo que he podido conseguir indagando en Internet.
Sé que viene de una gran familia. Está plantada justo en el medio, con tres hermanos mayores y tres menores. Tengo la sensación de que se pierde en la baraja. Cómo, no tengo ni puta idea. Kara ilumina una habitación. Cualquiera que no se fije en ella debe estar ciego. Ha tenido toda mi atención desde que llegó a mi vida.
—Mi padre lo enciende. Últimamente deja que lo haga mi hermano mayor— Se encoge de hombros.
—Creo que las mujeres de la casa deberían encender el árbol. Llámame feminista, pero sin ti no tendría Navidad. Estaría un poco perdida—
—Tienes todas las cosas—
—Desde ayer todavía estaba en las cajas. Claro, cualquiera con dinero puede salir a comprar cosas. Pero para que sea especial, alguien tiene que poner el amor en ello—
—Amor— Una dulce sonrisa tira de sus labios —Quiero poner algo de amor en ti— Se lame los labios antes de que sus ojos se abran de par en par —Me refiero a cosas sexy y sucias— Añade rápidamente, con la cara cada vez más roja. Todavía estoy atascada en sus palabras anteriores sobre su amor por mí —Anoche me hiciste cosas, pero no llegué a.… ya sabes— Esconde su rostro en mi cuello, demasiado nerviosa para continuar. Dios, la amo tanto.
—Puedes hacer lo que quieras conmigo, preciosa. No hay que ser tímida. Ámame o devuélveme el favor. Prometo que me encantará todo—
—De verdad— Levanta tímidamente la cabeza. Sus mejillas aún están rosadas —Quiero hacer lo que tú hiciste— Vuelve a lamerse los labios. Cierro los ojos por un segundo, deseando que mis rodillas no cedan. Pensar en ella con sus labios alrededor de mi polla es casi demasiado para soportar. Me recuerdo a mí misma que aún la tengo entre mis brazos —O no, si no quieres que lo haga—
—Solo intento pensar con claridad, preciosa. Toda la sangre se me ha subido a la cabeza equivocada— Digo, abriendo de nuevo los ojos. Su nariz se frunce como si estuviera confundida por un segundo, antes de que estalle en una carcajada.
—¿De verdad estás tan excitada? —
—Se me ha puesto dura desde que apareciste aquí— Ha sido mucho más que eso, pero no hay necesidad de entrar en detalles ahora.
—¿De verdad? — Su voz se anima.
—Realmente no tienes ni puta idea de lo jodidamente sexy que eres— La llevo al sofá y me siento con ella en mi regazo.
—Quiero decir, me han llamado guapa, pero nunca sexy. Mi hermana Alex es la sexy—
—No, tú eres sexy. Te lo prometo—
—Espera a ver a Alex—
—Ya la he visto—
—Oh, ¿Cuándo? —
—En sus redes sociales y luego en la oficina de correos— Admito —Puede que haya consultado su página— Concedo. Ella no tiene que saber cuán profundamente revisé sus cuentas de redes sociales.
—No pensaste que ella era...—
—No, preciosa, no lo hice. Ella es sencilla, si me preguntas— No mencioné el hecho de que se me insinuó.
—¿Se te insinuó? — Sus ojos se estrechan. Bueno, mierda.
—Puede que me pidiera que le enseñara el lugar y tratara de darme su número— Kara frunce las cejas, lo que la hace parecer aún más adorable.
—¡Claro que sí! Sale con todo el mundo. ¿Sabes que me robó el novio en el instituto? Somos como gemelas irlandesas. Nacidas en el mismo año, pero no gemelas, pero estamos en el mismo curso.
—¿Novio? — Gruño. ¿Qué demonios?
—Bueno, en realidad no. Me invitó a salir. Iba a decir que no, pero ella se abalanzó y me lo robó. La quiero, pero juro que, si ve algo que tengo, lo quiere. No lo entiendo. Es como la más bonita de todas las chicas.
—No lo es, y claramente lo sabe si intenta robarte los pretendientes. Eso se llama celos. Un poco triste, si me preguntas. Miserable incluso—
—Sí, realmente lo es. No estaba enojada con ella en ese entonces, pero sí hirió mis sentimientos un poco—
—Tienes un gran corazón. Te preocupas de verdad y quieres ayudar a los demás. Estoy segura de que te dolió mucho pensar que ella quería hacerte daño— Asiente.
—Pero bueno, ahora puedes verlo por ti misma. Me lo pidió y la rechacé. Ya sabía qué chica quería como propia— Esa sonrisa se forma de nuevo en su cara, donde debe estar —No solo eres preciosa por fuera, sino también por dentro. Seguro que fue duro crecer a tu lado—
—Ya estoy a punto de darte algo. No tienes que ponerlo tan grueso— Se burla de mí.
—Ya es gruesa, nena— Le respondo con una broma. Me pasa las manos por el pecho y las empuja por debajo de la camisa.
—Quítate la camiseta— Me ordena, sentándose más erguida. Sin dudarlo, hago lo que me pide. Quizá está empezando a verse un poco a través de mis ojos —Eres muy hermosa para ser una nerd de la informática—
—No tienes ni idea—
Pasa sus suaves dedos por mi pecho, tratando de matarme de la manera más dulce —Nunca he hecho esto— Admite. Realmente está tratando de matarme.
—No tienes que hacerlo, Kara. Sería feliz comiendo tu dulce coño. Anoche me corrí comiendo tu coño. Así de bueno es—
Deja escapar un pequeño jadeo —¿De verdad? —
—Sí, de verdad, preciosa— Sus dedos se deslizan más hacia la cintura del chándal que llevo puesto.
—Quiero hacerlo. Lo quiero mucho. He estado pensando en ello todo el día— Se desliza de mi regazo, cayendo de rodillas entre mis piernas y haciendo realidad todas esas fantasías sucias que he tenido con ella —Estoy haciendo esto— Me baja el chándal, haciendo que mi polla salga disparada. Puedo sentir el semen que ya gotea de la punta —Es muy grande— Chilla, pero eso no le impide rodearme con la mano —También es muy suave— Respiro profundamente, tratando de controlarme.
Gimo con fuerza mientras ella sigue acariciando mi polla. Nunca ha tocado una polla antes. Eso hace que mis dos cabezas casi exploten —¿Te he hecho daño? —
—No, nena. Ya estoy intentando no correrme—
—¡Oh! Todavía no. Lo quiero en mi boca— Antes de que pueda responder a eso, está envolviendo su boca alrededor de la cabeza de mi polla. Juro por Dios que me desmayo por un segundo de la cantidad de placer que siento.
—Joder— Grito.
No importa que nunca haya tenido una polla en la boca. Veo cómo abre sus mejillas y me chupa hasta el fondo de su garganta. Lucho por no empujar mis caderas hacia arriba para follar su boca. Tiene razón. Soy grande y no quiero ahogarla ni hacerle daño.
Enredo sus suaves mechones en mis dedos, y me conecto a la tierra tocándola. Me ayuda a controlarme. Mantengo los ojos fijos en ella mientras mueve la cabeza hacia arriba y hacia abajo, y mi polla desaparece en su boca mientras lo hace. Como todo lo que hace Kara, lo da todo.
Mis pelotas no tardan en levantarse —Kara. Preciosa. Estoy a punto de correrme— Le digo. Dijo que lo quería en su boca, así que no me molesto en quitármela de encima. No estoy segura de poder hacerlo, aunque me apunten con una pistola a la cabeza. Deja escapar un fuerte gemido alrededor de mi polla que va directo a mis pelotas.
—¡Kara! — Gruño. Estoy acabada. Exploto en su boca. No deja de chupar. Mi chica está tomando cada gota de mí. El orgasmo parece eterno. Mi polla sigue dura incluso después de descargar en su boca.
Me agacho y la saco de mi polla volviendo a ponerla en mi regazo para besarla. Saborearme en ella es embriagador. Nunca voy a tener suficiente de esta chica.
—¿Cómo he estado? — Pregunta sin aliento cuando finalmente suelto su boca.
—Nunca me he corrido tan fuerte en mi vida. No estoy segura de que vaya a ser capaz de dejarte salir de esta casa— Se ríe, pensando que estoy bromeando —Mi turno— Digo antes de inmovilizarla contra el sofá y convertir su risa en gemidos.
No sé qué sonido me gusta más. Lo único que sé es que voy a pasar el resto de mi vida sacándole los dos.
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A mí me parece un buen plan de vida; hacer reír y gemir a Kara ¿Ustedes que opinan?
