El Ascenso de un Científico Loco
¡Descubriré cómo funcona el mundo!
Epílog 1
El Hilado. Eloise.
Eloise miró de nuevo su imagen en el espejo, sonriendo al notar lo prolijo de su cabello rubio atado en diversas trenzas que daban la impresión de ser flores abriendo a ambos lados del rodete cubriendo su nuca de manera parcial en tanto los amuletos simulando perlas y botones azul medianoche de flores nativas de Hauchletze resaltaban tanto el dorado en sus ojos cómo en su cabello.
La joven no tardó nada en llevar la mano hasta el adorno en su cabello, sonriendo dichosa ante el leve cosquilleo del maná de aquel hombre al que tanto se parecían sus rasgos… al que no podía llamar padre aún si lo era.
"Milady, es hora. Su madre y padre esperan en la sala común."
"Gracias, Helga. ¿Qué hay de mi escolta?"
Su asistente soltó un leve suspiro, deja do que su boca formará una fina línea recta para no torcerla en disgusto.
"Lord Desiderus está abajo, milady… pero… ¿está segura que quiere ser escoltada por el erudito de su madre?"
"¡Por supuesto! ¿Quién mejor para protegerme que él?"
Helga parecía un poco contrariada, pero no hizo más escándalo, optando por escoltar a su señora a la sala común de Hauchletze.
Lady Nahelache, antigua primera reina ya la esperaba con su marido, Lord William, conversando junto a algunos de los giebes que ya se preparaban para la ceremonia de graduación de sus hijos.
Eloise observó con atención. Lord Desiderus estaba de pie detrás de su madre tomando nota. Su cabello corto contrastando el plateado de sus canas con el dorado de sus ojos, los cuales comenzaron a brillar apenas verla. Incluso su estoico rostro se distorsionó apenas un poco en una leve sonrisa que no hizo más que remarcar algunas arrugas aquí y allá, haciéndola sonreír. Ella y sus hermanos eran los causantes de la mayor parte de esas arrugas y lo sabía a la perfección.
"¡Mi dulce Eloise!" la saludó su madre apenas divisarla "te ves preciosa en verdad. ¿Estás segura de que no preferirías asistir con Alexander?
Eloise miró a Desiderus y luego a su madre, negando de inmediato.
"Madre, si hago lo que pides todo el mundo pensará que de verdad planeo casarme con el hijo mayor de Zent Ferdinand cuando solo somos amigos."
"Tienes razón, Eloise" dijo ahora Lord William, quien jugaba a ser su padre desde que nació "además, estoy seguro de que Lord Alexander tendrá chicas de sobra para escoltarlo, así que, todavía puedes elegir a alguien más."
"¿Hay alguna razón en especial para que no quieran que me escolté Desiderus?"
Cómo si sus palabras fueran una feybeast enorme, sus padres se tensaron, mostrando apretadas sonrisas sociales y tratando de negar lo obvio. Por supuesto, Eloise miró a Lord Desiderus dando apenas dos pasos en su dirección.
"¿Podrá escoltar me entonces? Tiene que ser usted."
La mirada en Desiderus se suavizó de inmediato, al igual que su sonrisa y su postura de una forma sutil que no pasó desapercibida para la joven, que solo sonrió cuando el viejo erudito asintió sin más.
"Nada me honraría más, milady."
"Entonces está decidido. No habrá cambios. ¿Podemos proseguir, por favor?"
Su madre y padre no pudieron más que disimular un suspiro y negar apenas un poco antes de rendirse. Eloise sonrió de par en par, contenta de su decisión.
Un poco más tarde, esperando en la fila a que fuera él turno de su ducado para avanzar, Eloise sintió cómo Lord Desiderus le colocaba un pequeño aparato anti escuchas en la mano. Sabía que iba a pasar. Llevaba toda esa temporada preparándose para esto. Le costó trabajo no negarse a los avances de sus pretendientes sin cerrarse las puertas para obtener un matrimonio adecuado, pero es que tenía que ir escoltada por este hombre en particular y, justo ahora, era el momento de confesar la razón de su encaprichamiento.
"Milady, aunque me honra ser tomado en cuenta para avanzar a su lado ahora que se le presenta ante la sociedad cómo una adulta, ¿le importaría ser Anhaltaung para mí? ¿Por qué ha decidido ser escoltada por un viejo sin valor cómo yo?"
"Porque no pudiste avanzar conmigo en mi bautizo."
Los ojos dorados se abrieron de par en par, mirándola cargados de sorpresa. Eloise solo sonrió divertida antes de llevar de nuevo los dedos al amuleto colgando entre sus cabellos.
"Sé que Lord William no es mi padre. Mis hermanos me lo dijeron una vez. Soy hija de Lord Galtero, el Zent del caos."
No podía estar más segura de ello, así como de lo falsa que parecía la mirada de interés y sorpresa de su escolta.
"Lord Galtero es un prisionero político en Lanzenave, milady… si es que no ha muerto por alguna enfermedad de falta de maná."
Eloise sonrió divertida. Ella era la que menos se parecía a su verdadero padre y la que más apegada parecía a él. Le tomó años de investigación y de recolección de datos con ayuda de su séquito, pero en verdad, no podía estar más segura.
"A pesar de todos sus crímenes, seguía siendo familiar de la reina Rozemyne. Estoy bastante segura de que recibió un insulto real hace años y ahora vive aquí con otro nombre."
"¿En verdad lo cree, milady?"
"Estoy segura. Por eso es que me he rehusado a ser escoltada por otro que no sea mi verdadero padre. Ese que fue enviado bajo arresto al templo de Hauchletze para brindarme su maná antes de nacer. El mismo que acompañó a mi madre el día de mi nacimiento y que luego tuvo que verme desfilar de la mano de otro nombre cuando mi bautizo."
"¿Milady en verdad cree que yo soy ese… verdadero padre, exiliado hace quince años? ¿No le parece que sería un escándalo de ser así?"
"Desiderus, yo sé que piensas que todo tu cabello ha encanecido, pero estoy bastante segura de haber visto varios cabellos azul medianoche escondidos entre ellos. Por no hablar de tu maná. Se siente tan reconfortante cómo el de mamá."
El hombre sonrió divertido, avanzando despacio junto a ella y mirando al frente de un modo extraño.
"Esa es una bonita fantasía, milady. Pero yo no soy nadie. Ni Zent del caos, ni prisionero exiliado."
"Ya lo veremos, Desiderus. Estoy bastante segura de que lo fuiste. Que un erudito recién llegado mostrara tanto interés en mí o en mis hermanos mayores siempre me pareció curioso, ¿sabes?"
El viejo erudito estaba a punto de decir algo cuando el nombre de Eloise fue anunciado y Desiderus le retiró el aparato antiescuchas de la mano.
Ambos entraron entonces, caminando a paso solemne hasta el escenario donde se celebraba la graduación, los bailes y, por supuesto, la prueba de los candidatos a Zent.
Eloise no perdió de vista cómo el rostro del Zent y el de la primera reina mostraban sorpresa y alguna clase de consternación al verla, cosa que duró menos de un latido, haciéndola sonreír. Quizás los calmó con prontitud que los otros tres hermanos de Alexander, dos de ellos con capas amarillas y la pequeña de 9 años con una máscara blanca de shumil, estuvieran sentados con ellos observando.
Más tarde, esa noche, al resguardo de una herramienta antiescuchas de rango específico en una de las pequeñas salitas de té de Hauchletze, confirmó con su madre su teoría. Lord Desiderus fue conocido como Zent Galtero hasta el día de su nacimiento en Yurgensmith, luego fue enviado a Lanzenave para que le drenaran de maná. Por fortuna, Zent Ferdinand tenía un lado sensible ante los dramas familiares y siete años después, el antiguo noble conocido como Galtero recibió un insulto real bajo ciertas condiciones.
Debía renunciar a su nombre y a su libertad.
Que su madre lo tomara cómo erudito fue más que nada para mantenerlo vigilado y su madre lo agradecía. No podían tocarse o tratarse como familia ahora que su madre tenía otro esposo, pero podían apoyarse de otras maneras.
'¿No habrá represalias por parte de los dioses por aceptar esto, madre?"
"No te preocupes, Eloise. Los dioses tal vez no sean muy misericordiosos, pero nuestro Zent si lo es. Mi esposo fue desterrado de Yurgensmith, así que solo puedo tratar a Desiderus cómo uno de mis juramentados… tú y tus hermanos, por otro lado, pueden saber la verdad."
"¿Por qué nunca nos lo dijeron, madre?"
La mujer que alguna vez fuera una reina sonrió con nostalgia y un aire divertido antes de responder, mirando a otro lado, cómo evocando un recuerdo.
"La reina Rozemyne sigue siendo la persona más cercana a los dioses, querida. Cuando Zent Ferdinand dio sus condiciones para no matar a Galtero y yo pregunté por la relación entre ustedes y él, la reina Rozemyne dijo algo así como 'si los niños adivinan su origen, ¿qué se le va a hacer? Pueden confirmarles sus sospechas, pero jamás decirles la verdad de forma directa.' Así que puedo confirmar o negar la identidad de tu padre biológico, Eloise "
"¿Mis hermanos lo saben, madre?"
"No lo sé. Si alguna vez llegaron a la misma conclusión que tú, jamás se acercaron a mí para preguntar y Desiderus tiene prohibido confirmarles nada. Por favor, no le des esta información a tus hermanos, pero envíalos conmigo si deciden que quieren preguntarme por la identidad o el destino de su padre. Odiaría que alguna maldición te cayera por mera imprudencia."
Eloise sonrió y asintió.
Jamás volvió a comentar el tema, pero hacia regalos a sus padres y a Desiderus cuando podía. Con el tiempo se casó con un noble de otro ducado, se convirtió en una de las ministras de Zent Alexander y presentó a todos sus hijos con su madre y con Lord Desiderus arguyendo que el hombre había sido un prodigioso Erwachlehren.
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Notas de las Autoras:
Desiderus.- nombre que significa "anhelo o pena" en latín .
Avisamos que tenemos cinco epílogos cortos para compartir a lo largo de esta semana. Nos cuesta despedirnos de nuestro Ferdie científico y de todos los personajes que nos estuvieron acompañando por tanto tiempo, así que pensamos que esta era la mejor forma. Ojalá hayan disfrutado con este primer epílogo, es el único narrado desde el punto de vista de un personaje nuevo, los demás van de la mano de personajes ya conocidos.
