Era otro día en Gravity Falls. El cielo estaba despejado y el sol brillaba cálidamente, haciendo que los árboles del bosque lucieran más verdes y vibrantes que nunca. Los pájaros cantaban alegremente y las nubes se deslizaban lentamente por el cielo, como si no tuvieran prisa. Los niños del pueblo jugaban en las calles, riendo y corriendo, disfrutando de un verano que parecía eterno en ese pequeño rincón del mundo.

Todo parecía en perfecta paz. El aire olía a naturaleza fresca, y el viento suave hacía que las ramas de los árboles se balancearan con gracia. Era el escenario ideal para un día tranquilo, lleno de descanso y diversión.

Sin embargo, no todos estaban disfrutando de esa calma. Naruto Noroeste, el rubio protagonista, no estaba precisamente relajado. Mientras los demás se dedicaban a jugar y relajarse, él estaba sumido en sus propios pensamientos, preparándose para asistir a una gala organizada por una importante figura que conocía a su familia. Había sido arrastrado a este evento en nombre de su padre, Minato Noroeste, dueño de la mejor tecnología del mundo, quien estaba en París con su esposa Kushina Uzumaki y su hermana pequeña de un año.

Por eso, Naruto decidió ir primero a la Cabaña del Misterio con sus nuevos amigos: Mabel, quien había sido su primer beso, y Dipper, su hermano. Estaba allí, conversando con ellos.

—Te ves genial con esa gorra, Dipper —comentó Naruto, notando la gorra azul y blanca con un pino en el frente.

—Gracias, amigo —respondió Dipper, sonrojándose un poco—. Me la regaló nuestro tío ayer cuando me metí, y se quedaron solo... —se calló de golpe, mirando a Mabel y a Naruto, quienes estaban ligeramente sonrojados.

—¿Hay algo que no me estén diciendo, chicos? —preguntó , mirando a ambos con una sonrisa traviesa mientras cerraba los ojos y se cruzaba de brazos.

—Bu... b... bueno, no pasó nada —balbuceó Naruto rápidamente, rojo como un tomate.

—Sí, solo estamos conociéndonos mejor —añadió Mabel, sonrojada, pero luego volvió su mirada hacia Naruto—. ¿Te encuentras mejor, Naruto? ¿Estás bien?

Naruto sonrió, un poco más relajado. —Sí, ya me siento mejor. No te preocupes —respondió, mientras sus ojos brillaban suavemente. Sin embargo, un leve suspiro escapó de su boca—. Pero... lamento no poder quedarme más tiempo para ir a pescar con ustedes —dijo, mirando a Mabel y Dipper con una expresión apenada—. Mi familia, los Noroeste, tiene un evento importante fuera del pueblo, y debo acompañarlos.

Mabel intentó disimular su decepción, sonriendo con energía. —¡No te preocupes, Naruto! Sabemos que los Noroeste siempre tienen cosas elegantes que hacer. Solo... ¡asegúrate de no olvidarte de nosotros!

—¡Sí! —añadió Dipper—. No te preocupes. Cuando regreses, tenemos que resolver el misterio de tu hacha... —se tocó el mentón mientras pensaba en lo raro que le parecía que solo Naruto pudiera cargarla. Lo que le había pasado al usar el hacha, que casi lo dejó agotado y con la temperatura muy baja, lo inquietaba. Se sacó esos pensamientos de la cabeza y miró a Naruto—. Así que no te pierdas mucho tiempo en esas cosas de ricos.

Naruto sonrió, sintiendo el esfuerzo de ambos por despedirse con ligereza. —Lo sé, Dipper. Prometo que no será por mucho, solo unos días. Mi familia está organizando una cena de gala para algunos inversores importantes, y mi presencia es... obligatoria. Ya sabes cómo son ellos.

—¡Ah, las fiestas de etiqueta! —dijo Mabel, suspirando con exageración—. Yo prefiero las fiestas de almohadas, pero supongo que estarás rodeado de vestidos elegantes y postres caros, ¿verdad?

—Exacto —respondió Naruto con una risa—. Pero cuando regrese, les contaré todo. Y tal vez... traiga un postre para ti, Mabel.

Mabel sonrió ampliamente, sonrojada, mientras recordaba lo de ayer. —¡Es una promesa, Naruto!

Después de intercambiar despedidas, Naruto se subió a la limusina que su familia había enviado para recogerlo. Mientras el vehículo se alejaba, miró por la ventana hacia la cabaña y suspiró. Sabía que el evento sería largo.

Pacifica, sentada cerca de él, lo miró con una ceja levantada, notando que Naruto parecía algo pálido y cansado, pero no le prestó mucha atención y volvió a mirar su celular.

Días después, en Gravity Falls, Naruto regresaba al pueblo después del evento familiar. El sol de la tarde caía lentamente, bañando todo con tonos dorados y naranjas, mientras el rubio revisaba su teléfono. Al ver el nombre de Mabel en la pantalla, una sonrisa se formó en su rostro. Contestó de inmediato.

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—¡Naruto! —la voz de Mabel resonó con su entusiasmo característico—. ¡Tienes que ponerte al día con lo que te perdiste!

—¡Hey, Mabel! —respondió Naruto, sonriendo—. Lo siento, estuve atrapado en esa aburrida gala. Pero dime, ¿qué pasó? ¿Algún misterio interesante?

—¡Oh, vaya que sí! —exclamó Mabel—. ¿Por dónde empiezo? Primero, vimos en un periódico del pueblo que estaban ofreciendo dinero por fotos de cosas paranormales. Yo quería comprarme una bola de hámster para humanos, pero Dipper quería la foto para hacerse famoso o algo así. Como no teníamos nada, el Tío Stan nos llevó a pescar. Aunque parecía aburrido, el loco del pueblo habló de un monstruo del lago. Así que, con Soos y su barco, dejamos al Tío Stan, pero después de una exhaustiva búsqueda, resultó que era el loco del pueblo, McGucket, que solo quería llamar la atención. Después de eso, Dipper y yo nos sentimos mal y decidimos ir con el Tío Stan a pescar con el poco tiempo que quedaba antes de oscurecer —dijo Mabel con su energía inconfundible.

Naruto sonrió al escucharla. —Vaya, sí que fue un día agitado… De lo que me perdí. Eso suena mejor que mi gala —comentó, rascándose la nuca con diversión.

—¡Sí! Y eso no es todo. Al día siguiente, Soos encontró un cuarto extraño con figuras de cera de diferentes artistas. Había una que se había derretido, así que, con ingenio artístico y mi imaginación, creé un Tío Stan de cera. Pero una noche, el Tío Stan de cera fue decapitado. Así que investigamos todo el pueblo en busca de pistas, pero no encontrábamos al sospechoso. Después de mucho tiempo, Dipper encontró a un sospechoso, un tipo que no recuerdo, pero eso hizo que los policías se burlaran de él. Finalmente, resultó que los muñecos de cera cobraron vida y querían al verdadero Stan —dijo Mabel, con una sonrisa de emoción en su rostro.

—¡Vamos, más despacio, Mabel! —interrumpió Naruto—. Suena divertido, pero, por más que me guste escuchar tu voz, ¿por qué no me lo cuentas después? Ahora tengo que investigar algo con mi hacha. Necesito respuestas. ¿Qué tal si luego nos vemos?

—Mmm, bueno, pero tienes que venir y contarnos todo, ¿ok? Nos vemos —respondió Mabel, cortando la llamada y volviendo a ver la televisión, mientras Dipper y Soos observaban un comercial de Gideon Alegría.

De vuelta con Naruto, él seguía buscando la cueva con éxito. Después de unos minutos, la encontró. Con su hacha guardada en la mochila, entró, ya familiarizado con el camino. Al llegar, vio el lugar donde antes estaba su anillo y el hacha en la piedra.

—Tengo que buscar a fondo —murmuró, dejando la mochila a un lado y comenzando su exhaustiva búsqueda por toda la cueva. Se tomó alrededor de 30 minutos para revisar cada rincón, hasta que, sin pensarlo, pisó una piedra especial que abrió una puerta secreta detrás de donde estaba incrustada el hacha.

—Eso sí que es nuevo —comentó, sorprendido, al descubrir la puerta secreta y adentrarse en ella. Dentro, halló unos escritos que no podía leer. En el centro del cuarto, había un mensaje grabado. "Mmm, interesante", murmuró Naruto, acariciándose el mentón mientras reflexionaba. Sin perder tiempo, introdujo el hacha en el hueco designado. En ese instante, la habitación se iluminó y los escritos en un idioma extraño comenzaron a aclararse, volviéndose legibles.

Ráfaga Helada (Nivel Básico)

Descripción: Permite liberar una ráfaga de viento frío que puede empujar a los enemigos hacia atrás y congelar ligeramente su piel.

Consecuencia: Provoca un leve entumecimiento en las manos y una sensación de frío en todo el cuerpo.

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Congelación Rápida (Nivel Básico)

Descripción: Al golpear una superficie o enemigo, el hacha crea una capa de hielo instantánea que congela momentáneamente al objetivo.

Consecuencia: Reduce la temperatura corporal del usuario, haciéndolo más lento y menos ágil con el uso repetido.

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Esquirlas de Hielo (Nivel Intermedio)

Descripción: Invoca pequeños fragmentos de hielo que se disparan en varias direcciones, perforando a los enemigos.

Consecuencia: Causa dolor en las articulaciones del usuario y drena su energía al manejar muchas esquirlas a la vez.

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Escudo de Hielo Inestable (Nivel Intermedio)

Descripción: Levanta una barrera de hielo que protege al usuario y a sus aliados durante un breve período.

Consecuencia: Drena parte de la energía vital del portador, causando agotamiento y dificultad para respirar. Cada uso provoca una fuerte ola de frío interno.

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Llama Helada (Nivel Avanzado)

Descripción: Invoca llamas azules que no queman, sino que congelan al contacto, causando daño masivo a los oponentes.

Consecuencia: Provoca quemaduras por congelación en la piel del usuario, causando dolor intenso y marcas temporales.

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Huracán Gélido (Nivel Avanzado)

Descripción: Crea un huracán de viento frío que se expande en todas las direcciones, congelando todo lo que toca.

Consecuencia: Consume gran cantidad de energía física, debilitando al usuario y dejándolo temblando por el frío. Un uso prolongado puede llevar al desmayo o a un estado de shock por hipotermia.

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Llamado del Leviatán (Nivel Superior)

Descripción: Invoca al espíritu del hacha, que toma la forma de un gigante de hielo para atacar a los enemigos, causando gran destrucción.

Consecuencia: Consume tanta energía vital que deja al usuario al borde del colapso, con labios morados y una sensación extrema de frío. Solo puede usarse en momentos críticos.

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Sacrificio de Hielo (Nivel Supremo)

Descripción: Sacrifica parte de su fuerza vital para liberar una explosión masiva de energía helada, congelando todo en un amplio radio.

Consecuencia: Deja al usuario al borde de la muerte, con un cuerpo extremadamente frágil y una temperatura interna peligrosamente baja. Se necesita tiempo para recuperarse.

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Juicio Ártico (Nivel Supremo)

Descripción: Lanza el hacha al cielo para desatar una tormenta ártica que congela todo a kilómetros a la redonda.

Consecuencia: Deja al portador en un estado de congelación parcial, debilitándolo hasta el punto de no poder moverse durante horas o incluso días. El uso excesivo puede poner en riesgo su vida.

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Naruto examinó cuidadosamente cada habilidad, impresionado tanto por el poder del hacha como por los riesgos que conllevaba su uso. Sin perder tiempo, tomó una foto de los mensajes y continuó investigando. En ese momento, encontró un mensaje adicional:

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La Profecía del Leviatán

"Aquel que tome el poder del Leviatán será el guardián del hielo y el portador de un destino ineludible. Con cada golpe de su filo, controlará las tormentas heladas, pero también mantendrá el equilibrio del mundo. Este poder no es solo un don, sino una carga que pesará sobre el alma de quien lo empuñe."

"El Leviatán, un hacha forjada en el corazón de las montañas de hielo, ha sido creada para un propósito único: derrotar al ente triangular de un solo ojo, una criatura que traerá caos y destrucción. Su ojo vigila los destinos de los mortales, y su risa resonará en la mente de aquellos no preparados para enfrentarlo."

"Esto ha sido así por generaciones, pues el ente maligno ha intentado entrar en nuestra dimensión sin éxito. Los anteriores portadores, ahora en el hacha, ayudaron a enfrentar a ese ser. Sin embargo, el tercer portador sacrificó su vida y la de su amada para proteger el mundo, y con una técnica llamada 'Arte de la Fusión Ártica' cerraron la conexión con el ente. El tercer portador y su amada crearon un escudo protector alrededor del pueblo de Gravity Falls, evitando que el ser maligno afectara al mundo exterior, solo en este pedazo del mundo."

"Pero el poder del Leviatán no será suficiente por sí solo. Solo en unión con una alma gemela podrá el portador alcanzar su verdadero potencial. En las profundidades de esta cueva antigua se ocultan los secretos de la Fusión Ártica, una técnica que combina el poder, las almas, corazones y mentes de dos guerreros creando, a partir de lo dicho antes, un ser totalmente nuevo. Para lograrlo, deben estar en perfecta armonía, o el intento fracasará. La fusión dura lo que los dos puedan soportar o puede terminar si no están sincronizados."

"El creador de esta mítica arma había desarrollado el Control de los Elementos, permitiendo a ciertos individuos controlar aire, fuego, tierra y agua. El ente de un solo ojo, temiendo su destrucción por culpa de una visión, extinguió el arte de doblar los elementos, lo que llevó al fallecimiento del primer portador y a una guerra sin fin entre la destrucción y el hielo. El tercer portador cerró la conexión con el ente, permitiendo su invocación solo en casos excepcionales en este pueblo, pero ocultando muy bien el modo de invocarlo."

"Cuando las estrellas caigan y el cielo se rasgue, el portador del Leviatán deberá elegir entre el sacrificio y la salvación. La victoria sobre el ente triangular será el costo final, pero solo si el portador está dispuesto a ofrecer su propio ser a la fría oscuridad que yace más allá."

"Así lo dicen las leyendas: el hielo traerá la paz, pero también el frío eterno."

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Naruto se quedó en silencio, asombrado por la magnitud de lo que acababa de leer. Sabía que la responsabilidad y el sacrificio que acompañaban al poder del Leviatán serían enormes, pero también comprendía que era su destino. Determinado, tomó una foto del mensaje y, justo cuando iba a sacar el hacha, apareció un nuevo mensaje:

"Si deseas conocer más, relaja tu mente y empuña el Leviatán. Conectándote con los anteriores portadores, recibirás el conocimiento necesario para desbloquear todo el potencial del arma. Debes entrenar tu cuerpo, espíritu y mente en temperaturas extremas para dominar el poder, o la fusión no será posible."

Naruto se quedó petrificado por las palabras. Quería salir, despejar su mente después de todo lo que había aprendido ese día y contarle todo a sus amigos. Era mucha información para procesar. Además, ya estaba oscureciendo, por lo que decidió regresar. Tomó el hacha, la guardó en su mochila y se dirigió hacia la cabaña del misterio.

Después de unos minutos, Naruto llegó y tocó la puerta de la Cabaña del Misterio. Esperó pacientemente hasta que finalmente Stan le abrió. Llevaba una camiseta blanca de manga corta y solo unos bóxers. En una mano sostenía un refresco, y su mirada, entre cansada y molesta, se posó en Naruto.

—¿Qué quieres, chico? —gruñó Stan, soltando un eructo al final—. Me interrumpiste en algo muy importante, ¿sabes?

—Lo siento, Stan —respondió Naruto, inclinando ligeramente la cabeza—. Quería saber si Dipper y Mabel están. Necesito contarles algo.

Stan soltó otro eructo, claramente desinteresado.

—Viniste en un mal momento. Se fueron hace horas... —dijo, arrastrando las palabras—. Están con ese pequeño diablillo, Gideon. Puedes esperar afuera o venir mañana.

Naruto arqueó una ceja, divertido.

—Ah, ya veo. ¿Un poco molesto con el pequeño Gideon, eh? —dijo con una sonrisa burlona—. Además de robarte clientes, ahora también se lleva a tus sobrinos.

Stan lo fulminó con la mirada.

—No me molestes, chico. Deja de fastidiar —gruñó, cerrando la puerta de golpe.

Naruto, sin inmutarse, se encogió de hombros y se sentó en las escaleras. Cerró los ojos y dejó que su mente divagara. Las palabras que había leído en el antiguo templo resonaban en su mente: "Eres la única persona que puede enfrentarse al ser de un solo ojo."

—¿Cómo se supone que voy a hacer eso? —murmuró para sí mismo—. Dice que necesito fusionarme con mi alma gemela, pero... ¿quién es? —suspiró, con la cabeza llena de dudas. Todo esto era demasiado para un chico de 13 años.

Después de un rato, decidió que lo mejor sería practicar un poco. Se levantó y se apartó un poco más de la Cabaña para evitar causar algún daño accidental. Sacó el hacha Leviatán de su mochila y la sostuvo firmemente con ambas manos. Se concentró, recordando las palabras que había oído sobre la técnica.

Sin darse cuenta, Dipper y Mabel, que acababan de regresar, se acercaron sigilosamente al escuchar murmullos.

—¿Qué es eso? —preguntó Dipper, mirando a Mabel con curiosidad.

—No lo sé, pero quiero verlo más de cerca —respondió Mabel, emocionada, con los ojos brillando de intriga.

Naruto, ajeno a su presencia, levantó el hacha y, con determinación, gritó:

—¡Ráfaga Helada!

Un estallido de energía recorrió el hacha, y una ráfaga de viento helado arrasó con los árboles frente a él, alcanzando un radio de varios kilómetros. Dipper y Mabel fueron empujados por la fuerza del viento, y una nube de polvo los envolvió.

—¿Qué fue eso? —tosió Dipper, tratando de ver algo en medio del polvo que los rodeaba.

—¡No lo sé, pero fue... increíble! —exclamó Mabel, sus ojos iluminados por la emoción—. ¿Viste cómo salió esa ráfaga? ¡Fue impresionante!

Cuando el polvo finalmente se disipó, pudieron ver a Naruto de pie, pero temblando. El hacha había caído de sus manos, y su cuerpo mostraba señales de agotamiento. Los gemelos se acercaron rápidamente, preocupados.

—¿Estás bien, Naruto? —preguntó Dipper, notando que las manos de Naruto estaban entumecidas, como si la fuerza de la técnica lo hubiera afectado.

—No te ves nada bien —añadió Mabel, tomando las manos de Naruto con suavidad. Notó que estaban frías como el hielo—. ¿Qué fue lo que hiciste? —dijo, mirando a Naruto con ojos llenos de preocupación, olvidándose por completo de Gideon mientras se centraba en él.

Naruto, respirando con dificultad, pudo sonreír débilmente hacia Mabel, mientras hablaba entrecortado.

—Esss... estoy... bien... chicos... solo... necesito descansar... un poco... por favor... —murmuró, su voz rasposa y débil, ya que su garganta estaba gravemente afectada. Intentó mover las manos, pero estaban tan entumecidas que no pudo ni levantarlas.

Con la ayuda de Dipper y Mabel, Naruto se dejó caer al suelo, jadeando aún, mientras los gemelos Pines lo miraban con evidente preocupación.

Dipper, siempre el más racional, observó la destrucción que Naruto había causado: árboles arrancados de raíz, ramas esparcidas por doquier, y una capa gruesa de polvo y nieve cubriendo todo el lugar.

—¿Qué fue todo eso? —preguntó, su voz mezcla de asombro y temor—. Fue... increíblemente destructivo. —Se inclinó, señalando la zona devastada—. ¿Qué investigabas, Naruto? ¿Qué hiciste exactamente?

Antes de que Naruto pudiera explicar, Mabel lo interrumpió con una mezcla de dulzura y firmeza.

—¡Dipper! Dale un respiro, ¿sí? —dijo, sin soltar la mano de Naruto y acariciándola suavemente—. Mira, se nota que esto le costó mucho. Déjalo descansar primero. Puedes hacerle todas las preguntas después —añadió, sonriendo, pero su tono reflejaba preocupación. Estaba claramente ansiosa.

Naruto miró a Mabel y trató de sonreír, aunque su cuerpo aún temblaba por el esfuerzo.

Dipper suspiró, resignado.

—Está bien, pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo. Si alguien ve lo que pasó... bueno, no quiero imaginar lo que diría Stan si se entera —murmuró, levantando a Naruto con cuidado. Colocó el brazo derecho de Naruto sobre su hombro, mientras Mabel hacía lo mismo con el izquierdo.

—¡No te preocupes! —respondió Mabel con entusiasmo, tratando de aliviar la tensión—. Stan no se va a enterar de nada, Dipper. Somos como ninjas... ¡ninjas del misterio! —dijo, haciendo una pose dramática con una mano libre, lo que provocó una sonrisa débil de Naruto.

Los tres comenzaron a caminar, dirigiéndose con cautela hacia la Cabaña del Misterio. Al llegar, entraron sigilosamente por la puerta trasera y subieron las escaleras hacia el cuarto de Mabel, procurando no hacer ruido para que Stan no los escuchara.

—Vamos, rápido. Si Stan se entera, seguro me va a hacer limpiar toda esa destrucción... y ya tengo suficiente con los otros desastres de la semana —susurró Dipper, mirando por encima de su hombro mientras ayudaban a Naruto a subir las escaleras.

Una vez en la habitación de Mabel, lo acostaron con cuidado en su cama, tapándolo con mantas para que entrara en calor. Mabel se sentó a su lado, sin soltarle la mano, y Dipper se quedó de pie, mirando a Naruto con los ojos entrecerrados, tratando de entender lo que acababa de suceder.

Pasaron unos minutos antes de que Naruto pudiera hablar nuevamente. Se sentó en la cama, con la espalda apoyada en la cabecera, y miró a los gemelos con una expresión de culpa.

—Gracias, chicos. Estoy bien... en serio. Gracias por ayudarme —dijo, su voz sincera pero cargada de tristeza—. Fui muy imprudente... no debería haber hecho eso... —dijo, llevándose una mano a la cabeza, nervioso por lo que había causado.

Dipper lo observaba detenidamente, su rostro serio.

—Naruto, dime la verdad... ¿qué fue lo que hiciste? —preguntó, aún tratando de procesar todo lo que había sucedido—. Lo que vimos fue... impresionante, pero no fue lo mismo que la vez con los gnomos. Eso fue mucho menos destructivo. —Miró hacia la ventana, como si pudiera ver de nuevo la ráfaga de viento frío que había devastado todo—. ¿De dónde viene ese poder?

Naruto rió nerviosamente y se rascó la nuca, evitando la mirada de Dipper por un momento.

—Es... complicado, chicos —admitió, sintiéndose avergonzado—. No quería causar tanto daño, solo... quería probar algo que había leído...

Mabel, viendo el nerviosismo de Naruto, se inclinó hacia él y le tomó la mano, haciéndolo mirarla directamente.

—Naruto, tranquilo. —Su tono era calmado y su mirada llena de comprensión—. Puedes contarnos todo. Tenemos tiempo, ¿verdad, Dipper? —le lanzó una mirada significativa a su hermano, quien asintió con una mezcla de resignación y curiosidad.

—Sí, supongo que tenemos tiempo... —admitió Dipper, aunque no podía ocultar que quería respuestas pronto.

Naruto suspiró, sabiendo que no podría esquivar más las preguntas.

—Está bien... les contaré —comenzó, apretando suavemente la mano de Mabel para darse valor—. Leí en una antigua cueva donde encontré el hacha, Leviatán. Tiene poderes ocultos, pero para usarlos debo aprender a controlarlos. Hoy intenté una técnica llamada "Ráfaga Helada"... que tiene nueve niveles, y cuanto más alto suba, más intensos se vuelven. Pero parece que fue demasiado para mí. No me di cuenta de lo peligroso que era hasta que ya fue tarde.

Dipper se inclinó hacia adelante, claramente interesado.

—¿Ráfaga Helada? —repitió, su mente comenzando a pensar en teorías—. ¿Qué más decía esa cueva? ¿Hay más poderes que puedas usar?

—Sí, pero... no sé si debería intentarlo de nuevo —dijo Naruto, mirando sus manos, que aún temblaban ligeramente—. Cada vez que uso esos poderes, siento que pierdo el control... como si el hacha me estuviera consumiendo. Y hay una profecía aterradora que no hace más que hacerme dudar sobre mi destino.

Mabel frunció el ceño y apretó más su mano, tratando de reconfortarlo.

—Eso suena... aterrador. Pero no tienes que hacer esto solo, Naruto —dijo con seriedad, una expresión rara en ella, pero su preocupación era genuina.

—Gracias, Mabel —dijo Naruto, apretando su mano ligeramente, pero suspirando un poco adolorido—. Es sobre el hacha... tiene mucho más historia de lo que pensaba. —Hizo una pausa para respirar un poco—. Solo puedo decirles que se trata de enfrentar a un ser de un solo ojo que en el futuro traerá caos y destrucción. Solo yo puedo detenerlo —dijo con una tos al final.

Mabel, preocupada, le apretó la mano con más fuerza, y él la miró.

—No tienes que hacerlo solo. Tienes a Dipper, y también me tienes a mí. No dejaremos que esa cosa te haga daño.

Naruto la miró, sorprendido por la intensidad de sus palabras. Luego, sonrió con gratitud.

—Gracias, Mabel... y Dipper. En serio, no sé qué haría sin ustedes. Con el poco tiempo que nos conocemos, puedo decir que son mis personas más preciadas —expresó con una sonrisa.

Dipper, aunque no tan expresivo como su hermana, asintió con una leve sonrisa.

—Bueno, al menos sabemos que no estás solo en esto —dijo, mirando su reloj—. Pero debemos descansar. Mañana investigaremos más sobre esa profecía... y sobre ese ser de un solo ojo.

Mabel asintió, dándole un abrazo a Naruto antes de que intentara levantarse. Sin embargo, lo detuvo, obligándolo a acostarse de nuevo.

—¡Oh, no, no, no! Nada de levantarse. Te ves mejor, pero necesitas descansar más. Mañana será otro día increíble, y además... dudo que a tus tíos les moleste que te quedes aquí esta noche, ¿verdad? —dijo con una sonrisa traviesa.

Naruto suspiró y sonrió.

—No, pero no puedo aprovecharme de su hospitalidad... —intentó levantarse de nuevo, pero sus piernas aún temblaban.

—¡Oh, vamos! Solo una noche más, Naruto. Además, me debes esa segunda cita, ¿recuerdas? —bromeó Mabel, sonriendo con esa chispa característica suya.

Naruto, sorprendido, le devolvió la sonrisa.

—Claro, pero primero necesito recuperarme. Te prometo que habrá una segunda cita —dijo mientras se despedía, saliendo de la cabaña junto con Dipper y Mabel, levantando su mano débilmente mientras su hacha, Leviatán, regresaba a él. La guardó en su mochila justo cuando el chófer de sus tíos llegó a la cabaña.

—Nos vemos mañana, Mabel —dijo, revolviendo su cabello antes de subir al auto, dejando a Mabel con una sonrisa.

Después con Mabel y Dipper

—Parece que te estás acercando mucho a él —comentó Dipper, con un tono curioso.

Mabel lo miró y le sonrió.

—Sí, me gusta, Dipper... pero esta vez lo estoy tomando en serio. Como él dijo, iré despacio —le guiñó un ojo, lo que hizo que Dipper frunciera el ceño.

—¿Y si aparece otro chico guapo? —preguntó Dipper, levantando una ceja.

Mabel suspiró y sonrió, mirando al horizonte.

—Si aparece otro, lo ayudaré... pero mi corazón ya es del rubio —dijo, mientras su mirada se perdía en el camino por donde Naruto se había ido, una sonrisa soñadora se dibujaba en su rostro.

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Al día siguiente

Dipper estaba tomando agua mientras Mabel, emocionada, le mostraba su rostro lleno de brillantes diamantes, incluso en los párpados.

—¡Mira, Dipper! —exclamó Mabel, radiante—. ¡Brillo como una estrella! —Hizo una pausa y parpadeó—. ¡Auch! —se quejó, parpadeando con dolor.

Dipper levantó una ceja, mirándola con duda.

—¿Eso es... permanente? —preguntó, claramente preocupado.

Mabel, intentando mantener su alegría, parpadeó varias veces, mirando a Dipper con fingido dolor.

—¡Au! No soy valorada en mi época —bromeó, llevándose una mano a la frente de manera dramática, hasta que el timbre de la puerta la interrumpió.

Desde otra parte de la cabaña, Stan gritó:

—¡Alguien que abra la puerta!

—¡Yo voy! —respondió Mabel, limpiándose rápidamente la cara antes de abrir la puerta y encontrarse cara a cara con Gideon—. Eh... ¿tú eres...? —Mabel entrecerró los ojos, tratando de recordar quién era. Finalmente, su expresión cambió al reconocimiento—. ¡Oh, claro! ¡Eres el pequeño Gideon!

Gideon, con una risa exagerada, respondió:

—¡Sí, todos me reconocen! —dijo, inflando el pecho—. No nos hemos presentado oficialmente, pero después de lo de ayer, no he podido quitarme tu risa de la cabeza.

—Oh, esa risa... —dijo Mabel, riendo un poco, aunque su mente voló brevemente hacia cierto rubio—. Sí, ya me lo han dicho antes.

Gideon, fascinado, soltó un suspiro exagerado.

—¡Qué deleite! —dijo, claramente encantado por la presencia de Mabel—. Cuando te vi entre el público, supe que eras mi alma gemela. ¡Alguien que respeta el brillo de la vida!

Mabel sonrió emocionada.

—¡Sí, definitivamente soy yo! —respondió, riendo hasta el punto de escupir sin querer pequeños diamantes que fueron a parar al traje de Gideon—. ¡Ups!

Gideon miró el adorno improvisado en su traje y lo tomó con buen humor.

—¡Oh, qué lindo! —exclamó—. Pero, ¿qué dices si vamos a mi camerino a platicar?

—¡Genial! ¡Podemos maquillarnos! —respondió Mabel, dándole un golpecito amistoso en el hombro.

—¡Jaja! —rió Gideon, aunque con un leve dolor en el hombro—. Auch... pero sí, sigamos. —Los dos estaban a punto de irse cuando Mabel se detuvo al ver una cabellera rubia a lo lejos.

Naruto, que caminaba hacia la cabaña, fue recibido con una explosión de emoción por parte de Mabel.

—¡Naruto! —gritó Mabel, corriendo hacia él—. ¿Qué haces aquí? ¡Ya estás mejor! —le preguntó, claramente preocupada—. Ayer te fuiste en muy mal estado...

Naruto le sonrió con gratitud, poniendo una mano sobre su hombro.

—Gracias, Mabel. Estoy mucho mejor, solo necesitaba descansar y tomar algo caliente —respondió con sinceridad, aliviado por la preocupación de Mabel—. Vine a invitaros a una pequeña aventura, pero veo que ya tienes planes... así que hablaré con Dipper.

Naruto saludó a Gideon levantando una mano con una sonrisa amistosa.

—Nos vemos luego, Mabel —dijo, tocándole la nariz de manera juguetona, lo que provocó una risa suave de Mabel.

Después, Gideon y Mabel se marcharon juntos hacia el camerino, mientras Naruto se dirigía a la cabaña en busca de Dipper.

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Dentro de la cabaña

Naruto entró en la cabaña, llamando a su amigo.

—¡Dipper! ¿Estás por aquí? —gritó, buscando al gemelo—. ¡Tengo algo que te emocionará!

Dipper se asomó desde las escaleras, con una mezcla de curiosidad y alivio.

—¿Naruto? —preguntó, bajando rápidamente las escaleras—. ¡Qué bien verte mejor! —dijo, notando la mejoría en su amigo—. Ayer estabas fatal.

Naruto le estrechó la mano con una sonrisa.

—Sí, mucho mejor, gracias. Vi a Mabel, pero como no va a estar, te necesito a ti —le dijo, dándole un golpecito en el hombro—. Eres la persona más inteligente que conozco.

Dipper levantó una ceja, claramente intrigado.

—¿Qué quieres hacer, Naruto? —preguntó, rascándose la barbilla.

—Quiero que vengas conmigo al templo donde encontré el hacha —explicó Naruto—. Te necesito conmigo para no volverme loco. ¡En el camino te contaré todo!

Dipper, aunque un poco desconcertado, subió rápidamente a su cuarto para agarrar el diario número 3, un lápiz y papel antes de seguir a Naruto.

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En el templo

Después de caminar un rato, llegaron al misterioso templo.

Dipper se quedó sin aliento al entrar en la cueva.

—¡Guau! —dijo, mirando a su alrededor—. ¡Esto es... increíble! —susurró, asombrado por la estructura—. ¿Es aquí donde encontraste el hacha?

Naruto asintió, señalando un pilar.

—Sí, ahí estaba incrustada. Este lugar... me eligió como portador del poder —dijo, aunque rápidamente añadió—. Pero no es por eso que te traje aquí.

Naruto pisó una piedra oculta, y de repente, una puerta secreta se abrió ante ellos, dejando a Dipper boquiabierto.

—¡Eh... eso es increíble! —logró decir Dipper, apresurándose a seguir a Naruto.

Entraron a una nueva sala, aún más impresionante, donde las paredes estaban cubiertas de extraños escritos.

—¡Guau! ¡Esto es... increíble! —repitió Dipper, observando las inscripciones.

Naruto sacó su hacha y la incrustó en un hueco del pilar en el centro de la sala. Inmediatamente, el cuarto se iluminó con un resplandor azul, y los escritos comenzaron a cambiar, volviéndose legibles.

—¿Eh...? —Dipper apenas podía formular palabras ante lo que veía—. ¿Eso es... lo que vimos ayer?

Naruto asintió.

—Sí, esto es lo que les mencioné —respondió—. Pero aún hay más. —Naruto se sentó en posición de loto en el centro de la sala y, respirando profundamente, juntó sus puños—. Dipper, pon tu mano en mi hombro. Necesito que te conectes conmigo. Solo cierra los ojos... y concéntrate.

continuara