*Primero que nada, tengan bonitas fiestas, ya sea en familia, la familia que escogieron durante su vida, su personita especial o incluso solos, solo en compañia de fieles amigos como solo una mascota puede ser. Si les toca trabajar estos dos días espero sus jornadas laborales no sean pesadas para ustedes.
*Les pregunto ¿ustedes son team gato o team perro? Yo soy team gato, si o si jsjsjs.
Sakurai no tiene nada en contra de las mascotas hogareñas, hasta donde recuerda su familia tampoco. Incluso sus tíos tenían uno o dos perros, un perico, un cuyo y varios pajaritos cantores.
El mismo Sakurai había adoptado a un pequeño gatito callejero que alimentaba sin falta después de clases. Le gustaría llevarlo a casa, pero no había espacio para el curioso y bonito gato.
Amaba a los animales por igual, le parecían bonitos y adorables, seres vivos que al igual que él y toda la humanidad comparten espacio y oxígeno.
Salvo que ahora mismo tenía un pequeño problema.
- ¿Quién es un buen chico? ¿Quién es un buen perro? Si, eres tú Nigou-
Un raro escalofrió recorrió la espalda de Sakurai por aquel llamado y palabras suaves y cuidadosas de su acompañante matutino.
-Woof, Woof-
Otro escalofrió mayor marcado recorrió su espina dorsal. El ladrido del cachorro de husky que en estos momentos Aomine Daiki sostenía como si se tratara de la octava maravilla del mundo tampoco estaba ayudando a su psiquis.
-Da-Daiki-san- llamo en un susurro bajo a Aomine buscando llamar la atención del moreno -su bento se va a enfriar, deja de jugar con Nigou-
-Grr, Grr- Ryou brinco asustado cuando el cachorro que Aomine llevaba en brazos le gruño, parecía enojado con él.
-Ya, ya, Nigou. No hay balones de baloncesto por aquí, Ryou no te hará daño- Sakurai no supo cómo sentirse al respecto con las palabras que soltó Aomine hacia su persona.
¿Aliviado? ¿Ofendido? ¿Tomado en cuenta desde que Kagami-san le dejo a Daiki al cachorro de husky bajo su cuidado mientras terminaban de organizar la mudanza de Kuroko-san al departamento del primero?
Estaba mal, era extraño y loco. Pero se sintió desplazado por un perro.
Por un cachorro que parecía odiarlo por un accidente del que ya se disculpó y paso el año pasado.
¿Nigou era tan rencoroso?
Parece ser que sí, especialmente por como lo estaba viendo. Complacido, contento de tener solo para el la atención de Aomine, atención que no le estaba dando a Sakurai. Definitivamente este perrito era un estuche de monerías.
-Daiki-san- reprocho Ryou sentado en el comedor de la casa de los padres de su novio.
-Ya, ya, Ryou. Es broma. Nigou no te odia-
-Grr, grr, ¡Woof! ¡Woof! -
-Pues yo no creo eso, Daiki-san- los ojos caramelos vieron con recelo a Nigou que, hacia lo mismo, si, definitivamente era curioso este perrito - ¿vendrá a desayunar conmigo o no? -
-Ya voy, ya voy- bajo a Nigou poniéndolo en el suelo caminando hacia donde estaba Ryou acomodando el resto de comida sobre el comedor de sus padres - ¿enserio estas celoso por un perrito, Ryou? -
-No es un perrito, Daiki-san. Es Nigou, la peculiar mascota de alguien particular como solo puede ser Kuroko-san- respondió Sakurai sentándose en su lugar sin dejar de ver de reojo a Nigou, tenía la impresión de que el pequeño husky tenía intenciones de hacerle algo a Ryou -además, yo no estoy celoso-
- ¿Enserio? - una sonrisa burlona se dibujó en los labios de Aomine quien rodeo los hombros de Sakurai consiguiendo relajar un poco a Ryou y sus cejas fruncidas -tu lenguaje corporal me da a entender otra cosa, Ryou- beso la mejilla izquierda de Sakurai provocando un pequeño estremecimiento.
-No estoy celoso, Daiki-san. Pero si me siento un poco desplazado, eres muy cariñoso con Nigou, conmigo no lo eres tanto. Además, tan luego Kagami-san lo dejo a tu cuidado no me prestas atención, dejaste que Nigou tomara el poco tiempo que tenemos para nosotros- okey, si, estaba celoso. Pero era por una buena razón… supone.
Aomine iba a responder algo cuando de pronto Nigou dio un poderoso brinco que alcanzo lo que estaba servido en la mesa hasta aterrizar sobre Sakurai tirándolo al suelo con toda la comida en el suelo y manchando sus ropas.
Ryou logro atraparlo pese a que estaba sucio y en el frio suelo. Nigou estaba ladrando y moviendo su colita emocionadamente.
Aomine aguanto lo que más pudo no reírse de la situación, pero no lo consiguió. Una gran carcajada broto de sus labios sosteniéndose de su estómago por el aire que le estaba haciendo falta. En lugar de ayudar a Sakurai a ponerse de pie sus escandalosas carcajadas solo se escuchaban por toda la casa provocando que Ryou se enojara con él.
No noto aquel detalle hasta que Sakurai se levantó con cuidado del suelo poniendo en el suelo a Nigou que de inmediato noto que lo hizo no fue bueno. Especialmente porque ahora Ryou lo estaba viendo seriamente, oculto su colita ente sus patas intentando escapar de la mirada de Sakurai quien luego de sacudirse la comida en su ropa y secar un poco su suéter de todo lo derramado camino hasta donde estaba su mochila.
Aomine había terminado de reírse notando como Ryou se ponía sus zapatos y tomaba sus cosas del recibidor, completamente callado y serio.
-Ryou…-
-Déjame en paz-
-Vamos, no te pongas así, Nigou no lo hizo- los gélidos ojos caramelo detuvieron cualquier excusa que Aomine quisiera decir. El cachorro se escondió atrás de Aomine que ahora si se mostraba asustado por como Sakurai se estaba tomando las cosas.
-Si crees que Nigou no hizo nada malo entonces quédate con él, Aomine. A mi déjame en paz. Tienes suerte de que solo la comida y mi ropa fueran los afectados, no sé qué hubiera pasado si otra cosa se hubiera clavado en mi cuerpo o lastimado al perro de Kuroko-san- vio mal a su novio y camino hasta la puerta de salida -no me busques después- salió en silencio de la casa dando un fuerte portazo provocando un pequeño gemido en Nigou.
Daiki se mordió la lengua, esto es serio.
- ¿Quién carajos en su sano juicio se le ocurre burlarse de las desgracias de su novio por culpa de un perro, Ahomine? - Daiki gruño enojado barriendo lo que era el desayuno que con mucho esfuerzo y esmero su Ryou había preparado para ambos, pero por la travesura de un serio Nigou no pudieron comer -yo también te hubiera mandando al diablo ¿sabes? -
-Se que estuvo mal pero no es para que Ryou se lo tomara tan apecho- Nigou ladro suavemente haciendo ver a Daiki que era justificado el enojo de Sakurai - ¿Cuándo viene Tetsu por Nigou? -
-Dos días, aún tiene cosas que guardar en cajas y traerlas a mi departamento. Nos estamos apresurando con la mudanza, pero tiene muchas novelas ligeras- además que aún no discutían como estaría la rutina de cada uno con respecto a Nigou -discúlpate con Sakurai, Aomine-
- ¡Lo intente! ¿okey? Yo… trate de mandarle mensajes, llamarle, pero solo rechaza las llamadas y deja en visto mis mensajes- una tranquila mañana que iba a terminar quizás con un poco de acción en su habitación, pero ahora con esto… -creo que ahora si nos odia- se sentó a un lado del cachorro de husky quien apoyo sus patitas delanteras sobre las piernas de Aomine en un intento de animarle.
-Dale tiempo entonces, Aomine- Daiki arrugo la nariz con desagrado -dale espacio, es normal que este enojado contigo y con la bestia del demonio que tiene Tetsuya por mascota que osa llamar amigo- Aomine se burló de las quejas de Taiga -debo irme, creo que llego Tetsu con más de sus novelas- termino con la llamada.
Aomine guardo su celular y dejo que Nigou se sentara sobre sus piernas.
Esto se pondrá más complicado de lo que era.
-Eres lindo- susurro quedito Sakurai hincado mientras sus manos jugaban con el pequeño gatito que todos los días alimentaba con cariño y paciencia. El minino como recompensa jugaba con Ryou y sus manos, dando suaves mordidas y lamidas en sus dedos blancos, gustaba de los mimos y cariños de este curioso y triste chico que siempre iba a verlo pero que ahora parecía otra persona -lo siento, no puedo llevarte a casa conmigo. Mis padres son alérgicos a los gatos y no mereces estar encerrado en mi habitación por la misma razón- acarició la cabecita felina y el cuerpecito del gatito.
Un gatito negro con peculiares pero bonitos ojitos azules.
El gatito lamio la palma de Ryou en un intento de reconfortarlo un poco -te diste cuenta ¿eh? - una leve sonrisa se dibujó en su rostro -hace unos días pelee con mi novio. No he hablado con él, no tengo intenciones de hacerlo pronto. Me siento herido ¿sabes? Pero, hablar y jugar contigo me reconforta mucho- abrió una lata de atún de su mochila deportiva y una cajita de leche de vaca.
Debía alimentar a su amiguito peludo.
-Prometo verte mañana ¿sí? No te metas en problemas- el gatito maulló contento despidiendo de esa forma a Ryou que seguía con la mirada apagada y comenzó a comer alegremente su comida del día. Sakurai sonrió sinceramente y girándose de su lugar comenzó a encaminarse hacia la salida de la escuela.
Notando que estaba a unos cuantos pasos de distancia un callado y serio Aomine Daiki quien seguramente había presenciado su pequeña conversación con el pequeño gatito y sus acciones.
- ¿Cómo se llama? - pregunto Daiki notando la actitud evasiva de Ryou hacia él.
-No tiene nombre- respondió Sakurai secamente -solo le doy de comer y leche. No puedo adoptarlo por más que quiera- agrego Ryou pasando a un lado de Aomine quien con suavidad detuvo su andar sujetándolo de la muñeca izquierda - ¿Qué quieres, Aomine? -
-Lo siento- hablaba enserio Aomine, mucho, apretó su agarre en la muñeca de Ryou no dispuesto a escucharlo -burlarme de ti por lo que hizo Nigou estuvo mal, muy mal. Lo siento, Ryou-
- ¿Eso es todo? - Aomine no respondió -bien, me voy a casa- se soltó del agarre de Aomine rumbo a la salida de escuela.
-Ryou, por favor-
-No me presiones Daiki- el moreno no insistió -espero hayas cuidado correctamente a Nigou luego de lo que paso-
-Tetsu nunca me lo perdonaría, lo sabes-
-Si, lo sé- respondió Sakurai -como yo tampoco sé si puedo perdonarte esta vez, Daiki- luego de eso dejo a Aomine con la palabra en la boca.
El moreno vio el camino que tomo Ryou y al gatito que estaba dormitando ahora dentro de su cajita que seguramente su novio había conseguido y condicionado especialmente para él.
Se acerco a ver como estaba el animalito notando sus peculiares características.
-Me recuerdas a alguien- quien era lo ignoraba, pero era cierto -a este paso me quedare sin Ryou- se mordió la lengua ante tal pensamiento -me ayudaras ¿verdad? - el gatito despertó de su siesta notando que Aomine quería acariciarlo no dudo en dar un pequeño zarpazo arañando la mano que extendía Daiki -tomare eso como un si- gruño por el ardor en su piel.
Por eso no quería a los gatos.
- ¿Estoy exagerando, Satsuki-san? - pregunto suavemente Sakurai mientras tomaba un poco de su latte en compañía de su amiga. Momoi estaba disfrutando de un frappe escuchando las palabras de un serio y afectado Ryou -sé que Nigou no tenía que haber actuado así, pero Daiki-san solo empeoro las cosas-
-Yo no creo que sea exagerado tu actuar y sentir, Ryou-chan- aseguro la chica de largos y bonitos cabellos rosas dejando a un lado su café dulce -lo que hizo la mascota de Tetsu-kun no fue algo bueno ni divertido, como dijiste, pudiste salir lastimado o peor, que Nigou se lastimara con algún vidrio roto- explico Satsuki tomando suavemente la mano de Sakurai -sobre lo que hizo Dai-chan… bueno, no puedes esperarle seriedad en estos casos-
-Ni siquiera se tomó la molestia de acompañarme hasta casa luego de lo ocurrido- bueno, no es como si Sakurai le hubiera dado la oportunidad primero -lo quiero, Satsuki-san. Pero si es capaz de minimizar una "travesura" de una mascota que no es suya, bueno, no quiero pensar en lo que será capaz de hacer si algo sale mal entre nosotros y minimice mi sentir y sentimientos- limpio silenciosamente con un pañuelo las lágrimas que estaba derramando.
-Ryou-chan…-
-Kuroko-san se disculpó conmigo por teléfono- limpio sus lágrimas en un intento de retomar la conversación y no hacer un escándalo de sus emociones -incluso en compañía de Kagami-san me regalaron cajitas de bento y pañuelos por las "molestias" que me causo Nigou por su travesura del otro día-
-Nigou es un buen chico-
-Eso lo sé- una suave sonrisa en su rostro se dibujó -Kuroko-san lo trajo con él para que se disculpara personalmente conmigo- el pequeño husky solo le salto encima tan luego lo vio y estirando sus patitas pidió que Ryou lo cargara para poder lamer su rostro, mejillas y cabellos castaños en un intento de que le perdonara -es un buen perro, un poco travieso, pero es normal con la edad que tiene. Me siento tranquilo al saber que no se lastimo luego de lo ocurrido-
-Y sin embargo el lastimado eres tú, Ryou-chan- a Momoi no le gustaba eso.
-Está bien, estoy acostumbrado a que Daiki-san sea impulsivo y me "lastime" con sus palabras y acciones. Luego recapacita, hablamos y arreglamos las cosas- lanzo un pequeño suspiro -gracias por decir que no estoy exagerando sobre esta situación, Satsuki-san-
Satsuki abrazo a Ryou quien sonrió levemente por el consuelo que su amiga le estaba dando. Su celular vibro con otro mensaje de Aomine. Suspiro al mismo tiempo que dejaba en visto aquellos mensajes, no tenía ganas de hablar con Daiki sobre lo sucedido.
Lanzo un pequeño suspiro mientras caminaba a casa. Le dio una nueva perspectiva su conversación con Momoi. No estaba ciego ahora, sus sentimientos también tenían validez pese a lo "gracioso" de la situación con el pequeño Nigou.
No podía ignorar para siempre a Aomine ¿verdad?
Saco las llaves de la casa de sus padres notando que el rey de Roma estaba sentado sobre las escalinatas de la entrada con una particular cajita que Ryou conocía perfectamente de los últimos meses.
-¡Ryou!- el castaño sonrió de lado, bueno, al menos podía hablar con él un poco ¿verdad? -creí que no te veríamos tan tarde, nos tenías preocupados- abrió el cierre de su chamarra azul dejando ver a Ryou a su amiguito peludo de ojos azules que se había refugiado entre el calor de Daiki y su cuerpo pero al notar a Sakurai no dudo en saltarle encima provocando una ligera risita en Ryou -entonces es personal lo que tienes conmigo ¿eh?- el pequeño gatito ronroneo sobre la mejilla de Sakurai gruñéndole a Aomine que quería tocarlo de nuevo. Soltó un pequeño zarpazo corriendo hasta los hombros de Ryou descansando ahí de inmediato.
- ¿Qué haces aquí, Daiki?- pregunto finalmente Sakurai acariciando al gatito que se acurrucaba en los delgados hombros de Ryou.
-Quería verte- los ojos caramelos chocaron con los azules de Aomine luego de esa confesión -te extraño, siento ser estúpido contigo todo el tiempo, Ryou- se acercó al castaño que al igual que el pequeño gato sobre sus hombros; restregó sus mejillas sobre la palma de Daiki sin dejar de ver los ojos azules que tanto amaba -bueno, queríamos verte. La bola de pelos también estaba preocupada por ti ¿sabes? -
-No le digas así, Daiki-san- Ryou formo un pequeño puchero provocando que Aomine le viera con más amor del que le tiene - ¿Por qué lo trajiste? No puedo quedármelo, Daiki-san-
-Pero yo si- Ryou ladeo el rostro confundido -la bola de pelos es importante para ti, puedo ver cómo te afecta no poder adoptarlo por las alergias de tus padres- el castaño asintió el silencio -me importas, Ryou. Mucho. Tú y tu sentir, no era mi intención menospreciarte o hacer menos tus sentimientos. Estuvo mal lo que te hice- bajo la mirada avergonzado -podemos adoptar a la bola de pelos si me das la oportunidad, Ryou.
El castaño tardo un momento en responder. Acaricio las mejillas morenas de Daiki quien solo disfruto de los mimos y toques de su Ryou sobre su rostro. Aomine no es perfecto, Sakurai tampoco, ambos pecaban, se equivocaban, aprenden a lidiar con emociones y sentimientos que solo juntos podían resolver sin rendirse en el proceso.
Ryou no iba a mentir, amaba a Daiki con todo su ser.
-Nekomine-
- ¿Ryou? -
-Así quiero que se llame este amiguito, Daiki-san- explico Sakurai acariciando las orejitas negras del gatito que veía feo a Aomine -pero me preocupa la relación de ambos si pretendes tenerlo en tu casa-
-No te preocupes por eso, Ryou. Ya lo tengo contemplado- Sakurai no estaba seguro de eso -además, siempre puedes cuidar mis heridas antes de los entrenamientos ¿sabes? -
Sakurai soltó una pequeña carcajada por las ocurrencias de su novio.
Si, quizá los animalitos hogareños no están en la conversación de ambos. Pero Sakurai estaba seguro de que eso era lo de menos si planeaba una vida al lado de su particular Daiki.
-Miau-
-Calla, bola de pelos. Es mi Ryou de quien estamos hablando-
Y su bonito Nekomine entraba en la ecuación también.
