IV Capitulo
Exorcistas y Buscadores
Por órdenes de Una Inocencia
Frio, era lo que se sentía en aquella enfermería, la cual a pesar de encontrarse ubicada debajo del nuevo cuartel, esa piedra que rodeaba la organización filtraba el fresco de la noche que transcurría logrando ambientar todas las habitaciones tanto arriba como debajo del enorme establecimiento, aunque también tenía que ver un poco con los ventiladores de techo, que ayudaban a mantener el ambiente frio y confortable. Dejando eso de un lado, las tres jóvenes viajeras se encontraban profundamente dormidas, o eso parecía observarse; María Luna era quien no podía conciliar aquel Morfeo en donde todos se encontraban sumidos en ese momento, obviamente quitando de antemano a los zombis que habitaban la Sección Científica, para ellos el sueño no existía y menos en tiempos de guerra.
Pov Maria Luna
Nada, era la tercera vez que intentaba dormir en la noche, había literalmente rodado en toda la camilla, que a pesar de estar cómoda, no incitaba aquel sueño necesario en mi cuerpo, mi mente se encontraba muy ocupada pensando en todos los acontecimientos que habían ocurrido el día de la feria, los sucesos, las acciones,...Todo. Volví a dirigir mi mirada a aquel reloj de pared que contaba las hora del mundo en el cual me encontraba "4:03 am", susurre hacia mis adentros, al darme cuenta que pronto amanecería y que el supervisor llegaría, resignada al saber que no podría conciliar el sueño, me levante de la camilla, no haría mal dar un paseo por los alrededores, tome mis respectivas cosas mientras mi mente seguía pensando en todo, muchos de aquellos pensamientos, me hacían dudar y no era para menos, me encontraba en el lugar menos improbable del mundo, junto a personas que jamás creí ver en mi vida. Llegue por un momento a dudar si me encontraba vivía, ya que todo transcurría como si se tratara de un sueño o un simple juego del subconsciente, pero no debía ser así, con todos los estudios que me habían realizado ya debería haber despertado de esta extraña "pesadilla" si se le puede llamar así, aunque cabía la posibilidad de que estuviera en coma...pero ¿Cómo saberlo?; Suspire, no podía hacer nada.
Suspire, tome entre mis delicadas manos un suéter que se encontraba colgado en la cabecera de la cama, me coloque aquellas mullidas pantuflas de un lindo color azul, y con pasos lentos y suaves camine hasta llegar a la puerta de la habitación, rogando que ninguna enfermera me viera, o que la enfermera en jefe me cazara en el acto. Abrí con suavidad la puerta de madera, sin dejar de mirar a mis acompañantes quienes se encontraban profundamente dormida, y realmente no quería perturba su sueño, sin preámbulos termine de salir con éxito de la habitación llevándome una gran sorpresa de que afuera no había nadie, ni siquiera un alma. Apreté mas el abrigo en mi pecho para caminar un poco más, encontrándome con lo que se supone era la sala de esperas de nuestra sección, detalle aquellas paredes blanca, decoradas levemente con algunas líneas azules, el olor a medicamento salía a relucir en los estantes donde se encontraban las pequeñas botellas de Antibiótico, vitaminas entre otros que había utilizado en nosotras; También logre percatarme de que en medio de aquel cuarto estaban ubicadas unas diez sillas de hierro, debo suponer que para las visitas, y frente a ellas un escritorio blanco con anotaciones, sellos entre otros papeles... Detrás de aquel escritorio estaba lo que parecía ser unos casilleros, debía haber como unos 30 compartimientos de tamaño medio y del lado de este colgado una repisa donde estaban las llaves todos ellos. Camine un poco más hacia ellos, y logre observar que cada uno tenía un número y también los nombres de a quienes pertenecían.
-Vaya, se deben tener mucha confianza como para dejar las llaves, y las pertenecías en un lugar donde hay tantos desconocidos...-masculle por debajo, mientras me posaba frente a ellos, leyendo solo algunos nombres, percatándome que el mío y el de mis amigas también se encontraban allí; Volteo a donde se encontraban las llaves y busque el número del que se supone era el mío, teniendo éxito en mi búsqueda de ella- N 5, aquí esta, igual que el perfume channel.
Sin más preámbulos, introduje la llave dentro del pequeño cerrojo logrando abrir así el compartimiento, mostrando lo que se suponía eran mis cosas o la gran mayoría de ellas, eche un vistazo rápido por encima a ver qué era lo que se encontraba dentro del casillero percatándome que las cosas estaban llenas de tierra, humedad, grama, vi también algunas cosas de Gabriela, y unas que otra de Lila. Introduje mi mano para buscar más a fondo consiguiendo el único utensilio con lo que podrías sobrevivir en mi mundo.
-¡Mi teléfono! -exclame con clara alegría al ver aquel aparato entre mis manos, debía admitir que llegue a pensar que todo se había quedado en la otra dimensión, y que al llegar tendría que comprarme uno nuevo; Cosa que realmente no me hubiese gustado, adoraba mi teléfono, me lo había regalado mi madre cuando salto a la fama. Observe con detalle verificando que estuviera en perfecto estado, y sin un rasguño, Prendí mi Samsung Galaxy Note y me sorprendí al observar que tenía la batería full además que tenía muy buena señal. También, que el reloj se configuró al tiempo en el que nos encontrábamos, seguí revisando y no encontré nada fuera de lo normal, así que lo guarde en mi pantalón, cerré el casillero y coloque la llave donde iba, siguiendo mi camino.
Exhale, y de mis labios salió aquel humo característico que hacia distinguir que el ambiente se encontraba frio, no era para menos, en estos tiempo Inglaterra era fría y lúgubre. Seguí caminando por los largos pasillos de la organización, logrando reconocer solo algunos cuartos, libreros, paisajes de los cuadros entre otros, también pude llegar a donde era la nueva oficina de komui, y donde estaban ubicados los científicos, como era de esperarse se escuchaban sus quejidos, chasquidos, insultos y por sobre todo un olor a basura que inundo mi nariz la cual tape inmediatamente con el suéter que cargaba puesto.
Aun con la caminata, mis pensamientos estaban estancados con todo lo que habíamos vivido, intente calmarla un como pensando en otras cosas y fue en ese momento, frente las escaleras que llevaban al subterráneo donde me acorde de aquellos ojos negros afilados, de su cabello azul índigo amarrado en una cola perfectamente echa encima de su cabeza y su bien, pero que digo bien estructurado cuerpo de hombre.
-Yuu Kanda -salió de mis labios, recordándome de la pared mientras apretaba el suéter con mis manos frías y temblorosas. ¿Cómo es, que se me había podido olvidar que aquel hombre que tanto deseaban mis sueños? , se encontraba frente a frente en el mismo techo, en el mismo lugar, bueno metafóricamente ya que estaba de misión, pero ustedes me entendieron. Sonreí, una sonrisa tonta pero era así, allí, en ese lugar donde me encontraba mirando al infinito recordando todo el, esperando o rogando que si todo salía bien, poder al menos acercarme lo suficiente a su persona, sinceramente no esperaba una comedia romántica, o lo típico que leía en los fics, sabía bien y a la perfección el carácter de ese hombre, cambiarlo sería como buscar una aguja en un pajal, así que me limitaría a tan solo ser una a llegada por que esperar algo más, era una vil mentira que ilusionaba mi mente y corazón, tenía que ser realista, además que en tiempo de guerra, no hay lugar para el amor.
Fin Pov Maria Luna
Sala de Enfermeras
4:40 am Junio 22- Siglo IXX
Pov Gabriela
Me desperté en medio de la madrugada, al sentir la puerta de la habitación cerrarse, me levante mirando a los alrededores buscando quien había interrumpido mi sueño placentero, pero no se encontraba nadie, fije mi vista hacia las camas verificando que mis acompañantes se encontraban allí, y efectivamente, faltaba la pelinegra del grupo. Me reincorpore en la cama, sentándome mejor mientras pasaba las manos por mi cara quitando poco sueño que aún me quedaba, ya que estaba dudosa del por qué mi amiga había salido de aquella manera de la habitación, seguramente no podía conciliar el sueño, no era nada nuevo, siempre le pasaba cuando estaba nerviosa o preocupada por alguna situación, por lo tanto imagino que fue a dar una vuelta para despejar su mente. Deje los pensamientos sobre María a un lado y me enfoque en terminar de despertarme, ya que era inútil volver a dormir, hasta el hambre se me había despertado así que busque lo necesario para lavar mi cara y después de asearme buscaría a la pelinegra más adelante, así podría estar un rato a solas.
Tome los utensilios necesarios que me habían entregado las enfermeras y fui al baño dentro de la habitación, prendiendo las luces para tomar un merecida ducha ya que realmente la necesitaba, me sentía sucia, tenía el cabello echo un desastre, mi piel aún tenía marcas de barro, no soportaba verme en ese estado, así que empiezo a desvestirme tirando la ropa sucia en una esquina del baño, quedando completamente desnuda frente al espejo, detallando los múltiples vendajes de mi cuerpo, moretones, rasguños y varias heridas de aquella batalla en la cual nos vimos en vuelta las tres; Lance un largo suspiro, mientras acomodaba mi Vía de una manera que no se saliera del brazo y entre en la ducha abriendo la lluvia artificial quien invadió mi cuerpo de manera inmediata al sentí aquel líquido vital recórreme por todos lados, estaba tremendamente fría pero no me molestaba necesitaba relajarme en aquel momento, y seguí con la ducha, lavando mi piel de manera suave y delicada debido a los maltratada que esta se encontraba, y de la misma manera hice con mí cabello, el cual perfume con unas escancias de coco.
Después de aquella larga ducha, Salí del baño secándome cada parte de mi húmedo cuerpo, mirándome así en el espejo aquel rostro rasguñado, cubierto de algunos moretones y mi labio levemente partido; Me veía completamente horrible necesitaba un poco de maquillaje para por lo menos cubrir las imperfecciones hasta que le recuperase, si mi abuela viera en el estado en el que me encuentro en este preciso momento le daría un infarto, quizás hasta dudaría un poco de que fuera su nieta. Reí, mi abuela era una gran mujer, la cual amaba y adoraba, pero había veces que tenía una imaginación bastante activa, y eh llegado a pensar que herede algo de eso, aunque estando en la situación en la que me encontraba quizás sus ideas que me estuvo planteando durante todo el verano no sonaran tan descabelladas después de todo.
Tome mi ropa y la vi con un poco de molestia, odiaba usar el mismo conjunto tanto tiempo sin lavar, pero no tenía nada más que ponerme, así que con incomodidad me lo coloque arreglándome lo mejor que podía. Salí de aquel cuarto de baño, ingresando de nuevo a la habitación donde estaban las camillas, estire el paño en la cabecera de mi cama para que pudiera secarse y mire a mí alrededor buscando algo con que pudiera peinar mi cabello… Nada, no había absolutamente nada, solo unos cubiertos, utensilios de medicina, gasas entre otros. Suspire, tendría que hacer lo mismo que maría cuando no encontraba nada en alguna cada donde se quedaba, aunque más que fetiche de ella, lo había sacado de Disney, quizás vivir una infancia viendo aquellas películas te dejaba algo bueno a la final; Tome el tenedor que estaba encima de la mesa y lave suavemente quitándole toda la suciedad, una vez finalizada la tarea procedí a peinarme con él, desenredando mi largo cabello rojo y enmarañado, no era el mejor peine del mundo pero al menos era algo, prefería eso a no tener nada.
Culmine por completo con mi aseo personal, a pesar de que todavía era temprano, pero al igual que mi amiga, dudaba un poco conciliar el sueño, y más estando tan sucia. Tome un suéter que habían dejado las enfermeras y salí de la habitación para ir en busca de mi encantadora amiga, encontrándome con lo que sería la sala de espera, me di cuenta de los casilleros al instante, y note los nombres de todas las personas que guardaban sus cosas allí, supuse que María busco sus pertenencias, así que haría exactamente lo mismo que ella. Ya después la buscaría con más calma.
Fin Pov Gabriela
Pov Narrador
El viento soplaba con fuerza, aquel frio se colaba por debajo de las gruesas chaquetas de exorcistas, aquellos jóvenes quienes se encontraban mirando como pronto llegaba el amanecer frente a las ventanas del barco que los llevaba a su destino, los chicos se encontraban agotados habían tenido una batalla muy larga recuperando la última inocencia, prácticamente sus cuerpos pedían un merecido descanso después de lo ocurrido, además que les esperaban más problemas en casa, con el tema de las nuevas chicas que llegaron ya hace una semana y todo tenían curiosidad por ellas.
El más joven del grupo, estaba en la popa del barco dejándose acariciar las cara con el gélido frio de la madrugada, aunque no pudiera ver nada por la espesa neblina que cubría los alrededor le servía para pensar todos los acontecimientos que habían estado pasando últimamente, las batallas, las perdidas, la nueva orden, el 14vo, entre otros. Pero lo que más hacia hincapié en sus pensamientos era aquella pelirroja que sostuvo en sus brazos, quizás tuviera escasos 18 años pero esa chica era lo más hermoso que había visto en mucho tiempo, quería llegar rápido para verla, conocer los secretos que ocultaba en sus ojos grises; Sonrió, nunca pensó verse en esa situación y menos después de todo lo que estaba ocurriendo.
Lenalee quien estaba detrás del chico, pero en un lugar donde no le pegara tanto el frio, se había dado cuenta del cambio que había dado su albino amigo al ver a las viajeras llegar a la orden, aunque no sabía con exactitud quien era la que tenía acaparados los pensamientos de este. Sin embargo, quería ayudarle a salir de aquella cascara que desde hace 3 años se había encargado de mantener, con todos los problemas de la orden y los noah apenas tenía tiempo para el mismo y como su autoproclamada hermana mayor, debía preocuparse por él. Otro quien también no dejaba de pensar en las chicas era el pelirrojo pirata, pero no por razones amorosas, si no por cuestiones de Bookman, toda la información que escuchara y todo lo que pasara tenía que regístralo como si su vida dependiera de ello, puesto que podía ser lo que ganara o perdiera en esta guerra. Aunque pronto aquellos sentimientos de curiosidad y sus florecientes ganas de trabajar terminarían de una manera poco profesional, ya se vería después del pasar de los días.
La embarcación estaba por llegar a su respectivo destino, y cada uno de los tripulantes del barco se preparaban para desalojarlo dentro de poco, volviendo todos los pensamientos que los estuvieron inhibiendo durante el transcurso del viaje de regreso a la Orden. Poco a poco empezaron a entrar a la zona donde se encontraba el puerto, y en eso los chicos notan una presencia la cual no sabían identificar como amiga o enemiga, y antes que alguien pudiera decir algo o realizar alguna acción, cierto Japonés salta del techo de barco atacando con mugen lo que hubiera al frente de manera ciega pues no veía del todo bien lo que estaba penetrando con mugen, solo pudo escuchar un intenso grito al instante que ataco.
Fin Pov Narrador
Pov María Luna
Empecé a bajar aquellas escaleras oscuras, lo único que iluminaba el sendero eran las tenues llamas de las antorchas colocadas estratégicamente para que los residentes pudieran ver de alguna manera por donde iban. Apreté con fuerza el abrigo ya que con cada paso que daba el frio era más fuerte, mi cabello volaba por todos lados de manera descontrolada, debido al intenso viento que entraba, tanto así que las últimas antorchas del camino se encontraban apagadas. Pude divisar unas vez que llegue al final que era una clase de puerto, aunque bastante amplio, incluso más que el de la antigua Orden, quise detallar cada parte de este, puesto que cosas como esta aunque sean mínimas no aparecen ni de por casualidad en el manga, y realmente era un honor estar allí, con aquellas personas que admirábamos, camine un poco más hasta quedar al borde del puerto, la brisa marina estaba bastante agitada, y el frio te congelaba hasta los huesos. Afile mi mirada grisácea pudiendo divisar que se acercaba una embarcación directo hacia donde me encontraba, seguramente algún exorcista o buscadores llegando de la misión que se les había encomendado.
Un pensamiento rápido paso por mi mente "¿A nosotras también nos mandarían esa clase de misiones?" claro, obviamente si éramos compatibles con las inocencia que después de lo que aclaramos en la enfermería no me quedaban más que dudas que las tres lo éramos, ¿Razones?, sencillas… Un ataúd de cristal no te protege solo por que seas bonito y ya, algún motivo debe tener para haber salvaguardado la vida de tres chicas completamente ajenas, estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta que una presencia se acercaba a gran velocidad; Para cuando pude reaccionar los ultimo que vi fue el filo rojo de una espada, y los ojos negros de mi agresor, lo siguiente que sentí fue un dolor agudo, sangre y chasquido, mi siguiente acción fue gritar después de haber pasado el shock inicial.
-¡AHHH! –Chille, cayendo al piso con mis manos cubiertas de sangre, mientras el dolor agudo inundaba todo mi ser-
-¡Maldita seas, ¿Qué demonios haces aquí?! – Escuche de la voz de mi atacante, quien curiosamente conocía mejor que mi propia mano-
-¿Qué demonios paso kanda, que fue lo que atacaste? – Pude oír como de la embarcación salía aquella otra voz, levante mi rostro adolorido confirmando mis sospechas de quien era- Ahora si la embarraste Bakanda…
-¡Cállate maldito moyashi!, tu ven aquí – siento como me jala del brazo con fuerza poniéndome a la altura de él, notando sus ojos enfurecidos y llenos de ira- Te hice una maldita pregunta, ¡¿Qué demonios haces aquí?!.
-Trague con fuerza para mirarlo, pero no podía con aquella mirada que destilaba odio, y amargura, su agarre era fuerte tanto que podía sentir los vendajes de mi brazos cubrirse de sangre nuevamente, y con un susurro bajo conteste- Me estas lastimando, suéltame –intente quitármelo de encima, pero lo único que logre fue que me sostuviera con más fuerza que antes-
-Kanda, las estas lastimándola suéltala –hablo lenalee al ver la situación que se estaba presentado- hay que llevarla a la enfermería, está perdiendo sangre.
-Yuu deberías llevarla, tú fuiste quien ataco sin pensar –esbozo lavi con una sonrisa, que de seguro que si no estuviera tan adolorida, clasificaría como coqueta.
-¡Tks, cállense todos!, yo no la mande a estar de espía aquí, y menos a deambular a estas horas por la organización siendo una desconocida –me agarro con más fuerza, haciendo que soltara otro gemido de dolor-
-B…basta por favor, me estas lastimando…Kanda –Suplique, mientras de mis ojos salían alguna lágrimas de dolor, por primera vez tuve miedo de ese hombre frente a mí, definitivamente lo que se muestra en la serie y en el manga no es nada comparado a su actitud al tenerlo al frente, incluso todos los fanfics que había leído en mi vida, sea yaoi, hetero, bixesual ect ect no le llegaban ni de refilón a lo que yo tenía frente a mí, al verdadero Yuu Kanda, el verdadero demonio en persona.
-¡KANDA! –escuche a Allen gritar y tomar la muñeca con fuerza del japonés, apretándola lo suficiente para que pudiera dejar de lastimar mi brazos- ¡Detente!, ¿Acaso no vez que la estas lastimando imbécil?.
-¡Tks!, Vete a la mierda moyashi –Sentí como me liberaba de su agarre, cayendo al piso como peso muerto, tomo sus cosas para irse, y desaparecer por las escaleras por las cuales yo había bajado tan solo hace algunos segundos-
-¿Esta bien? –Sentí la mano suave de Allen tocar mi hombro, pero ante lo acontecido hace poco me aparte con miedo, mientras miraba a los tres temblando mientras pegaba mis manos ensangrentadas a mi pecho, mi respiración era agitada, y mordía mis labios con leve nerviosismo- Lo siento, él puede ser algo torpe con las personas nuevas, déjame que te lleve a la enfermería, ¿Si? –Se disculpó y luego lanzo aquella dulce sonrisa que lo caracterizaba haciéndome relajar-
-Tranquila, Allen cuidara bien de ti…Lavi y yo entregaremos en informe a mi hermanos y nos reuniremos contigo en la enfermería –Hablo de manera pausada y dulce la china-
-Cuídala bien Allen –Ríe lavi con algo de picardía-
-¿Qué insinúas conejo idiota? –Bufo el albino, mientras me ayudaba a levantarme con suavidad del piso, y proceder a cargarme como princesa-
-¡Oye, Espera!, ¿Qué está haciendo? Puedo caminar sin necesidad de esto – Me altere completamente ante la acción del albino, haciéndome sonrojar hasta la orejas-
-Así será más fácil llevarte, además que tenemos que llegar con rapidez para que puedan atenderte, estás perdiendo mucha sangre – Me ve a los ojos, acomodándome mejor entre sus brazos-
-Te voy a llenar de sangre el traje –susurre bajo- por favor bájame.
-Tranquila, de todas maneras tenía que lavarlo, estoy cubierto de sangre de akumas, así que no tienes por qué preocuparte –Comenzó a correr pegándome más a su pecho, haciéndome sonrojar con más fuerza, eso era lo más cerca que había estado de un chico, y si bien dije que Kanda era un hombre sexy, Allen no se quedaba atrás, con sus hermoso cabellos platinados, su sonrisa dulce e infantil, y aquellos ojos plateados que derretían a cualquier mujer. Sentí si suave olor a menta que emanaba pegando mi cara en su cuello disfrutando del viaje. ¡Dios!, lo que daría Gabriela por estar así con el albino.
Fin Pov María
Pov Gabriela
Me encontraba caminando por los pasillos de la orden, deleitándome con una chupeta que le había robado a lila que tenía entre sus cosas, que curiosamente se encontraba en lo que se suponía era mi casillero, también había conseguido mi teléfono el cual estaba completamente full de carga sin ningún rasguño cosa que me pareció raro a pesar de los eventos trascurridos. Observaba todo con suave cautela, detallando cada parte de la orden, cada cuadro, cada ladrillo, realmente era más hogareña que la otra que parecía una torre de alguna mala película de terror, el viento era fuerte y frio, se notaba que estábamos al borde de un acantilado pues un inmenso olor a agua marina invadió mi nariz; Realmente pensé que era agua dulce, pero como en el manga nunca especifican nada uno tenía que ingeniársela para imaginar los extras de cada página, pero bueno quizás con la nueva temporada podrían decir más de lo que ya se sabía.
Degustaba con felicidad aquel dulce que pasaba entre mis labios y lengua, mientras que con la mirada buscaba a mi pelinegra amiga, a ver dónde se había metido, llegue hasta el final del pasillo encontrando lo que parecía una escalinata que iba hacia abajo, pero lo que daba era miedo de lo oscuro que se encontraba eso allí; Al momento que di la vuelta para retirarme del lugar, escuche un agudo grito logrando que un escalofríos recorriera mi espalda de lo espeluznante que fue. Quede fría en el lugar, estática, rezaba a todas las religiones que sabía que no fuera un fantasma o algo más…" ¿Un akuma? ¿Y si habían invadido la orden?" Pensaba con rapidez ante el miedo, Dios y yo allí, no morí en mi dimensión y por curiosa moriría frente a unas escalinatas que llevaban quien sabe a dónde, quizás Road nos había encontrado y venía a terminar el trabajo.
En ese momento todos mis pensamientos fueron interrumpidos, cuando unas botas venían subiendo a toda velocidad, trague con fuerza para voltear y enfrentarme a lo que debía, si iba hacer exorcista tenía que ser más valiente y no tenerle miedo a cualquier tontería, bueno si es que era compatible, aunque por lo que había dicho María en la enfermería todos los hilos iban a que si lo éramos, pero sí de igual forma no lo era, una buscadora tampoco debía tener miedo cuando se debía enfrentar a los akumas solo con un escudo, apreté con fuerza la chupeta en mis labios y en ese momento aquellas antorchas iluminaron aun cabreado Kanda, quien al verme arrugo la nariz, obviamente de molestia; Suspire un poco de alivio al ver que era el, quien al darse cuenta de mi largo suspiro siguió de largo maldiciendo por debajo dejándome sola de nuevo en aquel lugar. Detalle su espalda, y su larga coleta, realmente si no fuera un hombre tan amargado muchas mujeres caerían rendido ante él, su belleza Japonesa es algo que no se consigue en muchos lugares, bueno para ser solo un dibujo inventado donde a todos los dibujaban buenmozo, pero verlo en vida real era otro nivel, es como detallar cada trazo de una manera única e inigualable. Ojala maría hubiera podido verlo, seguro la envidiaría.
Pude escuchar el sonido de unas botas tocar el grueso pavimento, volví a dirigir mi mirada las escaleras encontrándome con una imagen que jamás en mi vida creí ver; Subiendo por aquellas escalinatas, apareció Allen, cargando lo que parecía ser mi mejor amiga, quien está cubierta de sangre, y parte de esta había manchado el rostro y uniforme de aquel albino, que aunque sonara algo Gore, se veía de un jodido atractivo de esa manera.
-¿Gabriela? –Escuche a mi amiga pronunciar mi nombre haciéndome salir del trance y dejar de babear por el albino que la cargaba- ¿Qué haces aquí?
-Venía a buscarte, sentí como saliste de la enfermería, te deje un rato pasear para luego ir por ti… me puedes explicar ¿Qué diablos paso contigo? ¡¿Por qué estas cubierta de sangre?! –comencé a gritar al darme cuenta que la sangre provenía de ella.
-Emmm… tuve solo un pequeño accidente es todo –volteo el rostro, algo ocultaba-
-¿Y me puedes explicar con lujo y detalle qué clase de herida hace que tengas semejantes cortadas en las palmas? –Cruzando los brazos esperando que me diera una buena explicación sobre lo ocurrido-
-Me caí (?)
-Bufe con molestia dirigí mi mirada al albino quien estuvo callado todo el rato- Habla, tienes 2 minutos antes que se me agote la poca paciencia que tengo.
-¿¡¡EH?!! Yo , bueno etto… Pues si fue un accidente, lo que pasa es que veníamos de una misión y pues, veras estábamos cansados y bueno, ella estaba en el puerto y como no conocemos su presencia kanda…quizás se precipito un poco y ataco sin verificar quien era…y lastimo a María, aunque no sé cómo fue que le lastimo las manos, para cuando llegamos ella estaba ya así –Dijo sin poder mirarme a la cara en ningún momento –
-Ese maldito cara de nazi –masculle molesta y cabreada- ¿¡Y tu pensabas no decirme que el bastardo ese te fue quien te hirió de esa manera!? ¿¡¡Qué diablos te pasa!!? ¡Fuera otro ya le hubieras volado los dientes de una patada! ¿Sabes qué?, olvídalo, vamos a la enfermería, pero esto no se quedara así, en cuanto me lo vuelva a cruzar le voy a decir hasta del mal el cual se va a morir.
-¡Espera!, ¿Te encontraste con Kanda? –Pregunto mi pelinegra amiga sorprendida ante mi declaración e ignorando mis comentarios sobre ella.-
-¡Pues obvio que me encontré con el cara de nazi ese!; Debo suponer que el grito de Sayona fue tuyo, y no es para menos, ¡mira cómo te dejo!, ¡Dios!, cuando lila se entere Troya va arder… -comienzo a caminar de regreso a la enfermería.
-¡Ni se te ocurra decirle!
Fin Pov Gabriela
Pov Narrador
-¿Cara de nazi?, ¿Qué se supone que era eso?, Esas chicas tenían unos términos bastante exóticos, esa nunca la había escuchado pero le quedaba muy bien el termino al bakanda –Rio por dentro el albino- Definitivamente esa pelirroja tenía carácter, había comenzado a sudar en frio cuando le pregunto sobre lo que había ocurrido allí abajo, su mirada era bastante penetrante, casi igual a la Lenalee cuando se molestaba –Pensó el chico, mientras era guiado por la pelirroja de regreso a las habitaciones, mientras aquellas dos chicas discutían sobre si decirle o no a la otra-
Poco después de las discusión de ambas chicas, los tres llegaron a la enfermería donde poco a poco comenzaban a cambiar los turnos de los residente, quienes por cierto al ver al albino llegar con la pelinegra en ese estado todos se alarmaron y procedieron a atender a la chica, obviamente al inglés también solo para cerciorar de que todo se encontraba en orden; Como era de esperarse, la más pequeña del grupo seguía completamente dormida haciendo caso omiso de lo que pasaba a su alrededor, todos prefirieron dejarla descansar y hablar en otra habitación, donde las enfermeras atendían a la chica.
Las manos de María eran una autentica carnicería, ambas palmas tenían una cortada de aproximadamente 5 centímetros de largo, 2 de ancho y 3 de profundidad, todas las enfermeras hacían todo lo que se encontraba en su alcance para poder cerrar aquellas heridas, que de haber sido un poco más profundas la hubiera dejado sin dedos. Allen miraba con detalle como la pelinegra se encontraba reprimiendo los gemidos de dolor al sentir las agujas de antibióticos, y las otras que unían los ligamentos, conjunto con la carne para cerrar aquel horror.
-¿Cómo te sientes María? –Pregunta la pelirroja al ver a su compañera aguantar el dolor de las agujas y vendajes-
-No te voy a mentir, duele como el diablo –suspira la oji gris mirando a su amiga- pero lo que realmente me preocupa es... Si podre dibujar de nuevo, a como lo veo, necesitaría una buena terapia. Me siento como Doc. Strange
-Bueno si te sientes de esa manera, pues… ya sabes que debes pensar más allá –Comienza hacer la pelirroja movimientos raros y extraños- Abrir la mente, expandir tu conocimiento…
-Gabriela….estas asustando a Allen…-ríe la pelinegra al ver a su amiga actuar como una lunática, sabía bien que ella podía ser una mujer madura, pero cuando se le zafaba el tornillo era peor que lila-
-¡¿Eh?! , no pasa nada… más bien me resulta algo entretenido que a pesar de lo ocurrido te encuentres de un muy buen humor. Kanda me hizo lo mismo a que a ti cuando llegue a la organización y créeme cuando te digo que dejarte reparar la inocencia por un diablo como Komui es lo peor que puedes hacer –dice con una adorable sonrisa el albino, quien a pesar de estar interactuando con ellas por primera vez, se sentía bastante cómodo, ambas le hacían sentir en calma, además que muy dentro del pensaba que tenía un poco de culpa por lo que le había pasado a la morocha.
-Bueno dejando eso de un lado, creo que no nos han presentado como es debido –comenta la pelirroja al ver al albino- Soy Gabriela Gómez, pero puedes llamarme Gaby, un placer…, gracias por traer a María hasta la enfermería. –Se inclina y le extiende la mano en forma de saludo-
-Allen Walker, aunque creo que ya sabias la parte de mi nombre, puedes llamarme Allen, no hay por qué…seguramente pronto serán parte de esta gran familia –estrecha la mano con la chica sintiendo una corriente pasar atreves de ellos, haciendo que ambos tuvieran un escalofríos separándose de manera inmediata por la sensación- Disculpa, seguro debo tener estática.
-No pasa nada –susurra un poco avergonzada-
-Maria ríe al ver como ambos se apenan, realmente ambos se vean bien juntos. La chica vio al albino que estaba sentado frente a ella y procedió a presentarse también- Maria Luna Contrera, pero puedes decirme Luna, Mary, o como desees, es un placer… te diera la mano para que fuera más formal pero ya vez, Jack el destripador me vino a visitar –mostrándole sus ya vendadas manos-
-Lo siento, cuando vea a kanda le diré que venga a disculparse por su actitud aunque lo más seguro es que me ignore.
-No pasa nada, conozco su actitud lo suficientemente bien como para saber que no lo hará, no tienes por qué obligarlo, si no será peor Allen –mira al chico con una leve sonrisa triste- solo te pido que no le digas a nadie que él fue quien me hizo esto, no quiero que tenga problemas... por favor.
-¡NI DE CHISTE!, ¡Komui se tiene que enterar lo que ese bastardo te hizo Luna! –Alza la voz una molesta Gabriela mirando a su amiga- ¡No te atrevas a defenderlo!
-Gabriela, basta no voy a conseguir nada haciendo que Allen venga y lo obligue o que komui lo haga, lo que voy a lograr es que se moleste más o que me odie, y créeme que es lo menos que quiero en este momento.
-Siento decirlo Gabriela pero Maria tiene razón, a mi también me molesta que el Bakanda la allá herido, pero tratar de convencerlo que se disculpe es como hablar con la pared. De igual forma le hare saber que lo que hizo está mal. –Las ve a ambas con determinación – aunque, tengo una leve curiosidad Luna… ¿Cómo fue que tus heridas están en las palmas, y no en otra parte del cuerpo?
-Pues…
Flash Back
En el momento que los pensamientos de la pelinegra fueron interrumpidos, su reacción inmediata ante su atacante fue tomar el arma con la que pretendía lastimarla apretando con fuerza el filo de aquella Katana cortar su carne como un filete, quedando pegada a la pared mientras ella miraba al frente los ojos de su agresor quien no hacia cabida a lo que sus ojos veían; Puesto que la chica quien había confundido con algún Espía o un Atacante había detenido a su fiel Mugen con ambas mano, quedando ambos inmóviles por aquellos escasos segundos mirándose frente a frente.
-Yuu Kanda… -susurro suavemente y bajo María, al ver aquel hombre frente a ella blandiendo su espada contra su persona-
Aquel hombre se había quedado frio, al ver a esa mocosa como diría el detener su inocencia de una manera tan sencilla, eso era inaceptable y menos de alguien tan baja categoría como ella, después de todo solo era una más del montón de mujeres inútiles que conocía en la vida. Con fuerza jalo a mugen de las manos de la chica haciendo más profundas las heridas de la chica tumbándola en el suelo sin dejarla de mirar con aquel odio y molestia.
-Que esto te enseñe, a no estar metida donde no te llaman, ¿Entendiste? –Escupe el chico, hacia la joven quien simplemente asiente después de haber gritado de dolor por la manera en que el retiro a Mugen de sus persona-
Y antes de que la chica pudiera decir, o hacer algo, los demás tripulantes de la embarcación llegaron al puerto.
Fin Flash Back
-Y eso fue lo que paso –Termina de contar la chica-
-Yo lo mato… -Gabriela dio la vuelta para ir en busca del japonés, pero antes que pudiera dar si quiera un solo paso, la pelinegra se le tira encima, impresionando al albino, quien inmediatamente se levanta a ayudarla- ¡SUELTAME LUNA!
-¡LUNA! –Grita el chico debido a la impresión-
-¡NO!, por favor tranquilízate sé que no fue el caballero más dulce del mundo pero al menos no fue tan duro – Intento convencer la chica a su amiga quien ardía en llamas- Por favor, te lo suplico, no avives más el fuego.
-¡Es que, tu! –se voltea la pelirroja molesta y toma un respiro hondo para tratar de controlar sus animo- bien, bien…de acuerdo, no hace nada…pero si te vuelve a tocar un solo cabello lo destrozo…-Amenaza la pelirroja-
-¡Gracias! –Sonríe la chica a su amiga y luego ve a Allen- tú tampoco vayas a hacer nada.
-El albino suspira un poco ante la petición de la chica, pues ante la declaración de lo que había pasado realmente le dejo un mal sabor de boca. Pero se notaba a lengua que ella no deseaba meter al idiota en problemas así que simplemente asintiendo cayendo derrotado ante ella- De acuerdo, pero concuerdo con tu amiga, a la próxima no me contendré. –Mirando a la chica con aquella mirada de determinación.
-Lo sé, y muchas gracias por eso Allen –Se inclina la chica agradecida por el comentario del albino.
-Bueno chicas fue un placer estar con ustedes pero debo retirarme para descansar, pasare en la tarde a visitarlas un rato. Ambas deberías también intentar conciliar el sueño un poco más, aún es muy temprano para que anden por allí. ¿De acuerdo?
-Está bien –dicen ambas al mismo tiempo, y ven como el chico se despide de ellas y procede a irse por la puerta por la que hace un rato había entrado.
-Descansemos, ¿Te parece? –Ve a María-
-Bien, me vendría bien dormir un poco –Bosteza antes el cansancio, ya que no había dormido nada durante toda la noche, y con todo lo ocurrido era mejor dormí aunque fuera tan solo unas pocas horas.
Después de haber culminado de conversar con el albino de la organización, ambas proceden a recostarse cada quien en su respectiva cama para dejarse guiar por aquel sueño reparador que tanto necesitaban. El sol hizo su magnífica entrada por el firmamento azul, iluminando todo aquello que estuvo sumido en la oscuridad durante largas horas; haciendo abrir los ojos de los soñadores para que pudieran empezar un día nuevo o una aventura. Aunque para una inmensa minoría de personas esto solo significaba que otro día mas transcurriría en sus patéticas vida, y muchas de ellas se encontraban confinadas dentro de las Gran Estructura otorgada por el Vaticano, La Orden Oscura, y sus seres de sombras "La Sección de Ingenieros y Científicos" donde aquellas almas pareciera que fueran a dar su último aliento de vida.
Pero a pesar de todo lo malo, siempre había algo que iluminaba sus oscuras y patéticas vidas, un hermoso Ángel que llegaba cada mañana a revisar que aquellas pobres almas aun siguieran con vida en las oficinas, obviamente proporcionándoles un suero especial que hacía que todos renovaran las energías necesarias para seguir haciendo un trabajo productivo y eficaz. Café, aquel liquido negro, endulzado y amargo que lograba volver loco a cualquiera por esa sustancia vital para el cuerpo, mente y alma. El olor del líquido primordial se encontraba servido en tazas de porcelana blanca, con los nombres grabados de cada uno de los integrantes de los presentes en la sección, siendo llevados en una hermosa charola de plata, y junto a ella la más joven de los exorcista, el tan "Famoso Ángel" de la organización…Lenalee Lee, quien todas las mañanas se encargaba de proporcionarles su ración diaria de aquella cafeína a ellos y su hermano, que seguramente debía estar durmiendo entre los papeles de su escritorio, los cuales nunca terminaban de acumularse.
-¡Lenalee! –Escucha la hermosa peliverde quien en ese momento estaba entrando a la habitación, con las humeantes tazas- ¡Buenos días!, llegaron rápido de la última misión, ¿Cómo les fue? –Pregunta curioso el chico de anteojos, quien ya es conocido por todos, Johnny Gill-
-¡Jhonny, buenos días para ti también!, si llegamos esta madrugada, lavi tuvo que haberte entregado el informe hace ya algunas horas, ¿no? –Curiosa mientras le lleva su respectiva taza de café-
-Disculpa, seguro lo recibió el Jefe Reever, yo no me encontraba aquí, recién llego de la capital de hacer algunas compras –sonríe con cierta ternura, como la de un niño pequeño- que hablando de eso, cuando termines de llevarle el café a tu hermano ¿Podrias entregarle esto a las chicas? – Señala varias bolsas de muchos colores, tamaños y formas-
-La peliverde queda impresionada ante la cantidad de paquetes que habían, contando solo por encima, debían haber unos 20 a 30 bolsas, y quien sabe cuántas cosas tenían dentro, que lo más seguro eran ropas, perfumes, joyería o quien sabe que para la estadía de las chicas en la organización; Pero hubiera preferido tener una tarde de chicas con ellas, pero como es de costumbre Johnny no se aguanta cuando hay visitas nuevas- Si, no hay ningún problema, yo se los hago llegar…Aunque ¿Es extraño que compraras ropa ya hecha?, regularmente eres tu quien confecciona todos los trajes.
-¡No te preocupes! –Señala rápidamente en una esquina de la habitación varios rollos de telas, algunos de cuero negro y rojo, los demás de colores más claros, otros contenían estampado y así…hasta sumar una gran cantidad de estos- Komui me ordeno que me preparara para lo que fuera, así que eso hice – Lanza una sonrisa de oreja a oreja, mientras una extraña aura de flores, y corazones se podía apreciar alrededor de su pequeño cuerpo frágil.
-Vaya, creo que exageraste tan solo un poco – Ríe algo nerviosa, pero muy dentro de ella sabía que las cosas seguramente se pondrían un poco más interesantes y requerían de todo el material que tuvieran en mano; Nadie sabía con qué podría salir su hermano mayor.-
Una vez terminada su labor con los chicos, se dirigió a la oficina de su hermano, abriendo la puerta de aquella gran habitación encontrándose con el mismo desorden de todos los días, papeles y quien sabe que otra cantidad de cosas regadas por el suelo de lugar. Alzo la mirada un poco encontrándose con su hermano, encima del escritorio cubierto de documentos, y al parecer completamente dormido, seguramente no había revisado ni la cuarta mitad de aquella pila llena de escritos importantes; Suspiro, realmente no podía hacer nada al respecto, y prefería no hacerlo, desde que él había llegado a salvarla sus días en la orden habían dejado de ser tan oscuros, incluyendo a los demás también, realmente ese ambiente frio y lúgubre que alguna vez sintió en su infancia desapareció por completo ante la llegada de su hermano mayor aun no le había dicho la cantidad de cosas que había hecho para entrar en dicha institución, pero daba gracias todos los días de que el fuera el elegido entre tanto seguramente.
Lentamente camino hacia el cuerpo inerte del peliazul, y con suavidad movió en el hombro despertando del Morfeo al hombre quien estaba encargado de la Rama Central. El joven chino empezó abrir sus orbes oscuros buscando con la mirada algo perdida a la persona quien había interrumpido su placido sueño, al instante reconoció a la única capaz de levantarlo sin necesidad de utilizar alguna vil mentira susurrada a su oído; Sonrió frente a él su pequeña hermana llevaba su taza de café con aquel dibujo de conejo horroroso que lo identificaba muy bien, como pudo salió de aquella montaña de basura para abrazar el cuerpo de la chica.
-¡¡¡LENALEE!!! –Grita con una voz aguda como si de un niño pequeño se tratara-
¡Que bella mañana al encontrarme contigo!, ¿Cómo te fue? ¿A qué hora llegaste? ¿Está herida? ¿Quieres que te cuide?
-Buenos días para ti también hermano, me alegra verte igual, nos fue bien pudimos recuperar la inocencia con éxito seguramente lavi te traerá el informe dentro de un rato, llegue esta madrugada junto a los chicos, no hermano fue un viaje tranquilo y no gracias no es necesario que me cuides –Respondió la china a cada una de las preguntas lanzas de manera abrupta hacia su persona, mientras limpiaba un poco el escritorio del chino para colocar su respectiva taza de café.
-Joh… bueno, está bien entonces. –Infla sus mejillas de manera de berrinche, mientras toma su taza para degustar el líquido vital de la mañana- Delicioso como siempre.
-Gracias –ve a su hermano sonriente- ¿Qué has pensado sobre las chicas hermano?
-El chino lanza un largo suspiro, dejando suavemente la taza de nuevo sobre su escritorio, recostándose de su sillón rojo mientras ve a su hermana frente a él; ¿Qué podía pensar sobre eso?, jamás había tenido una situación de esas en sus manos, las cosas podrían salirse de control en cualquier momento, si es que ya no estaban fuera de ellas, no podía decirle a su superiores , no al menos que quisiera un suicidio por parte de los residentes de la orden, además que en su persona tampoco tenía muchas ganas de saber las decisiones del vaticano así que no esos estaba fuera de discusión. También estaba el otro tema del cómo habían llegado, todos estaban 100% seguros que las chicas eran compatibles, pero… ¿Qué pasaría si no lo fueran? ¿Que quizás solamente fueron voluntades de inocencia para cambiar algo en el destino?, aún tenía sus dudas incluso después de que allen y lenalee le dijeran lo que paso en aquel bosque su mente aun no lo procesaba, además que tenía que llevarlas esa día a ver a Hev…decisiones, decisiones…demasiadas para tan corto tiempo y tan para poca información. – Por el momento, solo seguir el protocolo y ya Lena, ya después veremos en el transcurso del día.
-Está bien hermano –lo ve fijamente, al notar todas aquellos múltiples rostros que había colocado con tan solo hacerle esa pregunta, seguramente tenía muchas cosas pendientes y ese era un problema de proporciones gigantescas.
Una vez culminada su respectiva visita con los de la sección científica, lenalee llevaba en sus manos aquellas grandes y pesadas bolsas para poder entregárselas a las chicas en la enfermería para que pudieran cambiarse, pero la tarea se le estaba haciendo algo imposible, aquellos paquetes eran extremadamente pesados, ni siquiera sabía que tantos materiales contenía adentro como para que pesaran de aquella manera tan abrumadora. Cada diez pasos tenía que detenerse para poder arreglarlas sobre su cuerpo, pues no encontraba el orden correcto ni una manera cómoda de cómo llevarlos, suspiro ni siquiera podía utilizar su inocencia para llegar más rápido podía romper o perder algo y sinceramente no quería que eso ocurriera.
Fin Pov Narrador
Pov Allen
Diablos, y doblemente rayos, pensaba en esa palabra porque era educado pero literalmente estaba a punto de tirar todo por el barranco dios es que literalmente no podía dejar de pensar en esa pelirroja su estructura completa era el insomnio de sus noches, su presencia lo hacía temblar de tantas formas, jamás había tenía alguna reacción igual con alguien o algo que no fuera la comida, ni siquiera sabía cómo describir toda la adrenalina que recorría su espalda, cuello, nuca, piel todo. Se levantó molesto de aquella cama, ya que a esas alturas de la mañana ya no iba a poder conciliar sueño alguna, además tenía deberes que cumplir como para estar tirado en su habitación solo pensando en ella, se iba a volver loco o más de lo que ya se encontraba.
Realice mi rutina mañanera como era de costumbre y salí de mi habitación directo al comedor donde pedí mi bandeja infinita de comida que contenían torres y torres de aquello que tanto me deleitaba se me hacía agua la boca de tan solo pensar en toda esa deliciosa comida que entraría en mi boca, porque sinceramente no existía mejor cocinero que Jerry, podía cocinar casi cualquier cosa y siempre estaba feliz con mi lista de supermercado. Soy su mejor cliente siempre me lo dice, poniéndome muy contento ya que yo también le tengo mucho aprecio. Me senté en mi respectiva mesa y rápidamente fui rodeado por todos mis compañeros obviamente exceptuando al Bakanda quien estaba al final de la habitación pero seguramente terminaríamos allí para joderle la paciencia como de costumbre y se ira con su mal humor de todos los días.
Al final su desayuno termino siendo un desastre entre las peleas que tuvimos lavi, kanda y yo, sabía que aquello pasaría, el japonés se encontraba de un humor de diablo desde lo que paso en la mañana y no quería que lo molestasen incluso él sabía que el necesitaba su espacio para meditar sus cosas y acciones, fastidiándolo no lograría que aceptara a las chicas como tenían que ser; Aunque ya de por si era bastante raro que se comportara de aquella manera tan tosca con la pelinegra, pero era el nipones no podía esperar flores y estrellas de alguien tan seco y tan lleno de mal humor. Camine por el pasillo hasta encontrarme con cierto pequeñín que venía contento por lo que parece haber sido su misión.
-¡THIMOTY! –grite al verlo, mientras le saludaba con la mano- ¿Cómo te fue?
-Estaba de re chupete viejo, ¡los vencí súper rápido Tsukigami! –ríe socarronamente mirando hacia donde se encontraba su arma, la cual asentía felizmente por el trabajo bien logrado.
-E…es allen –hago un puchero interno, definitivamente en aquel lugar preferían llamarme por cualquier otro apelativo que no fuera mi nombre real, sin contar que ya nadie me respetaba a pesar de tener ya 18 y ser un general. Suspire, simplemente no podía hacer nada en aquel momento- Me alegra saber que te fue bien entonces, a todas esta ¿Y Emilia? –Buscando a la susodicha rubia-
-Probablemente me esté buscando…-comento aquel sinvergüenza, seguramente se le había escapado como otras veces, aunque no lo culpaba ella llegaba hacer un poco abrumadora pero tampoco es que el fuera un pan de dios. A pesar de tener 12 años seguía igual de travieso de cuando lo encontró, simplemente las cosas no cambiarían.
-Bueno deberías regresar, sabes bien que se altera de sobre manera si no te encuentra rápidamente, no creo que quieras verla molesta –advierto mirando al chico frente a mi quien no oculta su descontento por tener que regresar con la rubia, pero derrotado acepta aquella realidad.
-De acuerdo, pero no piense que es porque tú me lo ordenaste… ¡algún día también seré un general y te pateare el culo de anciano que tienen tú y el samurái afeminado! – comienza a correr por el pasillo y antes de desaparecer de mi vista me saca la lengua en como muestras de descontento. Sin darme chance de poder responder ante aquella ofensa lanzada hacia mi persona, pero en vez de enojarme me causa una sensación de felicidad, ese niño realmente se había integrado rápido a la organización después de su reclutamiento-
Después de aquel encuentro, sigo mi caminata por el pasillo decidiendo si ir de una vez a la enfermería o ir a entrenar, pero consideraba que era muy temprano para aparecer por esos lares, suponiendo que aun las chicas se encontraban durmiendo. Mis pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño quejido que provenía unos cuantos pasos hacia adelante, al cual rápidamente fue a verificar de quien se trataba llevándose una grata sorpresa.
Fin Pov Allen
Pov Narrador
-¡Lenalee! –grito el albino con expresa sorpresa al encontrarse a la china sola por el pasillo rodeada de muchos paquetes de diferentes colores y formas.
-¡Allen!, a dios gracias que apareciste, no sabía a quién llamar, o como contactarme con alguien, por favor necesito que me ayudes a llevar estos paquetes a la enfermerías –toma su brazo con desespero y haciendo uno de aquellos tiernos pucheros de los cuales ni el general Cross podía resistir-
-Listo, no iba a poder salir de aquella trampa frente a él, sin más se dio por vencido y asintió dulcemente en ayudar la chica- Esta bien, déjame ayudarte con eso –sonríe como todo el caballero que es, y poco a poco comienza a tomar todas aquellas bolsas que tanto le costaba cargar a la chica.
-¡Gracias Allen juro que te lo voy a recompensar muy bien! –abraza a su albino amigo con fuerza, o bueno con lo que le quedaba después de haber recorrido todo ese transcurso sola-
Sin más, ambos exorcistas comenzaron su caminata hacia la sala de enfermeras que se encontraba casi en lo último de la orden, se había decidido que fuera de esa manera para que se pudieran evacuar a los enfermos o lesionados en caso de que volviera a ver una invasión dentro de la organización como la última vez, el vaticano no deseaba tener más bajas y el resto de los integrantes de esta tampoco deseaban volver a pasar por un evento tan traumático como eso de nuevo. La trayectoria se pasaba entre conversaciones de lo ocurrido en estos últimos días, sus misiones y cosas triviales para olvidar por completo el peso que ambos llevaban; Lenalee disfrutaba mucho la compañía de allen al igual que él la de ella puesto que tenían una muy linda conexión casi como la de unos hermanos, se ayudaban mutuamente, aunque obviamente era la china que llevaba la batuta.
El transcurso del resto de viaje fue rápido, llegaron a la sala de enfermeras en diez minutos, pero antes que estor pudieran tan solo abrir la puerta de la habitación un estruendoso ruido se escuchó desde adentro y con ello que dicha estructura de madera se abrirá de golpe dándole de lleno al pobre albino, tirándolo al piso con todo y bolsas.
-¡¡¡ALLEN!!! –Grita la china al ver al chico perder la conciencia en ese momento-
Sala de Enfermeras
10:20 am Junio 22
Todos en el lugar quedaron en frio al ver al albino inconsciente en el piso de la enfermería, ninguna persona hacia acción alguna no sabían cómo afrontar la situación. La primera en acercarse para saber si el chico se encontraba bien fue la china quien al verlo respirar sintió un alivio, lo único que tenía era un enorme chichón en la cabeza debido al fuerte golpe pero nada que no se pudiera tratar. Las viajeras tenían un sinfín de expresiones al ver al alma más pura que conocían medio muerto en la puerta de la habitación, y todo por la rubia impulsiva y sus ganas de asesinar a cierto japonés.
Ya habían transcurrido alrededor de 20 minutos y el chico aún seguía inconsciente pero ya no estaba en el piso, las chicas los había levantado y puesto sobre las camilla más cercana que era la de Gabriela dejándolo reposar hasta que despertarse, por lo tanto las jóvenes al ver que este no reaccionaba ante su silencio procedieron de conversar sobre algo tema del cual pudieran discutir y uno de ellos era la razón de por la cual lila había salió de manera tan brusca de la enfermería.
-Parece que estará así un buen rato… -suspira la china y voltea a ver las a las chicas- ¿Qué paso exactamente antes que llegáramos? Las tres se veían muy alteradas
-Disculpa –comento una apenada pelinegra quien no sabía dónde meter la cara ante lo ocurrido- Gabriela y yo le estábamos comentando a lila lo ocurrido esta madrugada con el General Kanda, pues… se molestó y llegaron justo en el momento en el que iba a ir según ella destrozarle la cara
-Maldito bastardo ese… juro que no se saldrá de esta –bufa molesta la rubia mirando a la china- ¿Cómo pueden defender a una bestia como esa?
-No lo defiendo, pero créeme que tendrá su debido castigo en cuanto le comente al supervisor –dice seria la peliverde a la pequeña- esta vez se pasó de la raya, y no se lo voy a permitir, no mientras este con vida.
-Tampoco fue que cometió algo asesinato o algo por el estilo, no tiene que exagerar las cosas, solo fue una simple reacción a un ente desconocido –defiende la morocha mirando a las chicas- por favor, déjenlo pasar, no quiero problemas con él.
-Si pero dicha reacción casi llega a la mutilación –bufa con leve molestia la pelirroja, aunque sabía que hablar con la chica era caso perdido. Cuando se trataba del japonés no habría nada ni nadie que la hiciera cambiar de opinión, lo defendería siempre justificándolo- aunque desde mi forma de pensar debería tener al menos alguna penitencia, por lo ocurrido… o una simple advertencia.
-Gabriela tiene razón, deja que lenalee se lo reporte al complejo de hermana y que esta decida que hacer, tiene que tener alguna sanción por esto –cruzada de manos la rubia mientras dirige su mirada a la china-¿Verdad?
-Eso es cierto, al menos con una advertencia estoy segura que él no volverá a cometer el mismo error dos veces, así que no te preocupes.
-Si con eso están felices, está bien…pero realmente no quisiera meterme en problemas con él, su actitud realmente no es la de un ángel –suspira derrotada la morocha sabiendo de antemano que ninguna se quedaría tranquila ante aquel echo. Dirigió su mirada hasta donde se encontraba el albino inconsciente sintiéndose culpable de saber quién había recibido toda la ira de su rubia amiga, y no era para menos lila podía llegar hacer un demonio cuando se trataba de ellas. Observo con detalle que al lado de este había una gran cantidad de bolsas y le pico un poco la curiosidad del saber el contenido de todos los paquetes, aunque también le había parecido un poco extraño la presencia de aquellos dos exorcistas en tan tempranas horas de la mañana apareciendo frente a la habitación de ellas- A todas estas Lenalee… ¿Qué venían hacer tu y allen tan temprano por aquí?, se supone que todos nos reuniríamos en la tarde, no a estas horas.
-¡Cierto!, casi se me olvida –se levanta de golpe y ve a las chicas- Johnny les mando ropa y algunas cosas para que estuvieran cómodas durante su estadía aquí, dijo que era mientras tanto verificaban en que rama iban a comenzar a trabajar a partir de ahora, ya después irán de compras conmigo o Miranda –le enseñas las múltiples bolsas de compras de boutiques, perfumerías, cosas de aseo personal etc., etc.-
-¡GENIAL! -grita la más joven del grupo – ya me sentía como una vagabunda utilizando la misma ropa durante toda la semana
-No puedo creer lo imprudente que puede llegar hacer lila –suspira derrotada la pelirroja al ver a la chica literalmente irse de chapuzón encima de las bolsas que había traído la china-
-Es lila, jamás las vas a poder cambiar –ríe la morocha- muchas gracias por todo lenalee, realmente lamentamos ser una molestia en estos momentos tan críticos –se inclina levemente como señal de disculpa-
-No pasa nada, somos familia hay que cuidarnos entre todos, además más de uno aquí está más que emocionado porque se unan a la orden. Están esperando los resultados de los análisis de hevrasca en la tarde, hay mucha expectativa de por medio
-Vaya, y yo creí que la presión la había dejado en mi otro mundo con mi abuela, pero al parecer aquí también esperan muchas cosas increíbles sobre nosotras… -comenta la pelirroja-
-¡PUES, HAY QUE CUMPLIRLAS SEÑORITAS, SOMOS LA ESPERANZA DE ESTA ORGANIZACIÓN!
-Dudo un poco tu teoría pero dejare que seas feliz –ríe la morocha-
-¡Dios, dame paciencia, porque si me das fuerza la mato! –suspira agotada la pelirroja ante el alborota armado dentro las habitación-
Una hora más tarde, las chicas ya se encontraban completamente cambiadas con sus nuevas vestimentas elegidas exclusivamente por Johnny.
Gabriela fue la primera en salir del baño mostrando su Outfit, el cual consistía con un mini-short de cuero negro, una suéter de color rojo de cuello tortuga y manga larga, panti-medias con diseño de rosas negras, y zapatillas de tacón cuña amarrados en el tobillo de color rojo de satín. Su cabello se encontraba sujeto en una cola alta de caballo la cual al final estaba tranzada siendo sujetada con una pequeña liga negra, en la liga superior estaba decorada con dos rosas de encaje dorador y negro, su flequillo estaba aún lado de su rostro dejando caer dos pequeño mechones de cabello para culminar su peinado. Estaba levemente maquillada con polvo, rubor en sus mejillas y brillo de labios rojo que hacia relucir su belleza natural.
Lila fue la siguiente en culminar su Outfit también, consistía con un pantalón de Jean negro ajustado al cuerpo, una camisa de vestir de color verde esmeralda encima de esta una pequeña chaqueta de color negro con dos botones de color dorado, sus zapatillas sin tacón eran unas de color esmeralda de satín con una decoración encima en forma de lazo. Su cabello estaba completamente suelto, sujeto levemente a los lados con dos listones de encaje negro y verde; Tenía solo un poco de polvo en su rostro y brillo en los labios ya que ella prefería maquillarse para ocasiones especiales o eventos.
María luna fue la última en salir debido el vendaje de sus manos, su Outfit se encontraba conformado con un vestido de escote corazón, el cual era sutilmente cubierto con una tela negra semi-transparente hasta el cuello dándole una forma de cuello tortuga pero con la espalda descubierta, en la cintura del vestido tenía una cinta que pasaba por toda su cintura de una tonalidad azul celeste desde allí la falda decencia hasta las rodillas en corte A en capas dándole la forma de una rosa. Su piernas estaban cubiertas por Panti-Medias del mismo color de la cinta del vestido pero a diferencia tenía un diseño de flores Victorianas como un hermoso tapiz, sus zapatos eran botines de cuero negro con tacón aguja abiertos en la punta dejando ver parte de las medias. El cabello al igual que el de Gabriela estaba sujeto en una cola alta dejando caer sus ondas libremente por su espalda y su flequillo de un lado del rostro con algunos mechones; Tenía poco maquillaje en el rostro y para culminar sus manos estaban cubiertas por guantes de cuero azul que protegían sus manos vendadas.
-¡Woow luna!, ¿Podrás caminar con eso aquí? –pregunta Gabriela al verla echarse algo de perfume y arreglando las cosas que había elegido para ella-
-He caminado en lugares peores, además son cómodos –ríe la chica son suavidad, mientras ve a sus amigas también arreglar sus cosas- además, creo que lenalee estaría de acuerdo conmigo en decir que no hay nada más genial que andar en tacones y fabulosa en plena guerra.
-Bueno, personalmente preferiría un calzado cómodo, pero debido a mi inocencia no tengo esa opción…pero no te negare que caminar con tacones en plena guerra es realmente fabuloso –comenta la china, quien al terminar de contestar vuelve a ver a luna con curiosidad- ¿Tu, como sabes de mi…?
-¿Lo dijimos no?, sabemos cosas que ustedes no se pueden ni imaginar –susurra Gabriela, sentándose a ver a lenalee-
-Pero tranquila, nuestra fe está en la Orden, no los traicionaríamos por nada, ni por nadie, ¿Verdad Luna?
-Muy cierto lila…no tienen por qué temer, si nuestro propósito es ayudar aquí, estaremos hasta que nuestra misión termine y regresemos a donde pertenecemos.
-De acuerdo –esboza una sonrisa la peliverde, quien se levanta de la silla en la cual estuvo sentada todo el rato, lanza una pequeña mirada al reloj de la pared del cuarto notando que aún es muy temprano para ir con su hermano, pero realmente sentía muchísima curiosidad por saber los resultados de las chicas y estaba más que segura que ella también querrían ir a resolver ese tema de una vez; Por lo cual se los propone- ¿Les parece adelantar los análisis?
Un suave silencio apareció dentro de la habitación ante lo expresado por la exorcista, las tres viajeras se miraron entre sí como buscando alguna respuesta ante aquello, no sería mala idea adelantarlo ellas estaban igual de curiosas que los demás por saber lo que diría la guardiana pero …¿Estarían listas para eso?, quizás sus mentes no dudaban en querer pertenecer en aquel mundo, pero … ¿Su corazón estaría de acuerdo ante tal elección tan importante?, había que recordar que una mala sincronización podía llevar a la muerte, o a la negación de la inocencia misma. Pero aun así lo deseaban, lo necesitaban, todo su cuerpo transpiraba emoción, miedo, deseo, éxtasis entre otros. ¿Cómo desperdiciar una oportunidad como esa?, solo pasaría una sola vez en la vida, aunque todo esto se tratara de un sueño, pero habría que intentarlo aunque sea por un momento.
-Hagámoslo –sentencio la rubia mirando a sus dos acompañantes, quienes ante lo expresado por la chica, sus rostros fue de suma impresión- no tenemos nada que perder de igual manera
-Lo dices tan fácil, pero creo que mi corazón se rompería en mil pedazos si no fuera Usuaria –suspira la pelinegra quien miraba la pantalla de su teléfono, la foto de aquel japonés que tanto adoraba-
-Comprendo eso luna, pero lila tiene razón, no podemos estar aquí simplemente estorbando, tenemos que ser útiles de alguna manera, siendo portadoras o no portadoras, la idea es cambiar las reglas del juego y poner la balanza a favor de la orden, no en contra de ella
-Está bien –suspira pesadamente apretando suavemente sus manos, mientras lentamente su mente caía en un mar de dudas- vayamos entonces
-Entonces… ¿Qué estamos esperando?, vayamos a la oficina de mi hermano –sonríe la china quien se levanta de un golpe caminando hacia la puerta-
-¿Qué hay de allen? –Pregunta la pelirroja preocupada al ver al chico quien aún no despertaba del golpe-
-Déjalo allí tirado, no le va a pasar nada Gabriela…, al menos que quieras quedarte de enfermera personal para cuidar al dulce príncipe de la organización –Ríe lila con clara maldad, haciendo colorar a la pelirroja-
-Eres cruel...Rodríguez, eres cruel…pero mi venganza será absoluta créeme.
-Tranquila Gabriela, lila tiene razón allen estará bien aquí, además así podrá descansar un poco más, se veía cansando esta mañana –Masculla la china, ante la preocupación de la pelirroja del grupo, pero sin dejar de reír por dentro ante las declaraciones de las más joven por los comentarios hacia esta.
Todas las chicas comenzaron su andar hacia la oficina del susodicho supervisor, o como las viajeras lo conocían "El complejo de hermana", ¿Por qué lo llamaban así? Sencillo, tenía una seria obsesión por su hermana menor, la gran mayoría sabía por qué aquel trato tan toxico hacia esta, pero muchas veces llegaba hacer frustrante y fastidioso e incluso llegaba a meter en problemas a más de uno por las ocurrencias que pasaban por su mente al intentar sobreprotegerla de los hombres O "Pulpos" como el los llamaba. Las cuatro llegaron rápidamente al despacho del chino mayor, encontrándose con lo que siempre veían en la serie…Una gran habitación con muchos papeles y quien sabe que otra cantidad de cosas extraña; Lo curioso es que se encontraba despierto y trabajando, eso era nuevo y casi aterrador si hablamos de él.
Komui se dio cuenta inmediatamente de las chicas apenas entraron a su despacho, expresando una sonrisa de oreja a oreja al ver a su pequeña hermana reunida con las viajeras, realmente para él era una imagen bastante agradable, poco veces tenían el placer de tener invitadas de las edad de los exorcista, tal vez podía ser bueno para ellos como para la orden, tener algo de diversión y diversidad para variar un poco lo negro de la guerra que se avecinaba.
-¡¡¡LENALEE!!! –Grito el chino de emoción, soltando toda aquella ruma de documentos que estaba frente a él para adherirse a las piernas de la chica, apenándola con todos los presentes- ¿Volviste para acompañar la pobre alma de tu queridísimo hermano mayor?
-No… vine por otra cosa hermano… ¿Podrías por favor soltarme? –suspira por debajo-
-Joh…está bien, solo porque me lo pides –se levanta, dirigiendo su mirada a las chicas- supongo que ustedes vienen a acompañar a mi dulce hermanita…¿Verdad?
-Venimos a ver a hevrasca –Suelta lila de una vez la bomba, dejando a un komui fuera de sí al escuchar la declaración de la rubia-
-No creo que esa sea la forma de decirlo lila…lo dejaste un poco en shock –mira Gabriela al chino a quien no le salía palabra alguna por lo escuchado.
-Sí, hay forma más dulce de decir eso…-se acerca la morocha al chino tocando suavemente su hombro, acción que logra que el chino toma su mano con fuerza como si quisiera que no lo dejara- komui…
-¿Seguras?, una vez la decisión este tomada no podrán retractarse, y si son compatibles, no podrán regresar a su casa hasta que la guerra termine, eso podría tomar años, morirán incluso estando aquí atrapadas –Las observa con plena seriedad esperando que recapacitaran sobre el asunto-
-¿Chicas? –Pregunta la china menor-
-Yo no tengo nada que pensar, así que sigamos con esto –Camina la rubia hacia adelante tomando el brazo del chico- veras que acabaremos con esta guerra más rápido de lo que piensas
-Gabriela miraba a todos, pero algo dentro de ella sabía que tenían que hacerlo debía confiar en que todo saldría bien, dudar no era una opción… y si su corazonada era verdadera saldría ganando de aquello, ¿Su abuela? No importaba mucho, ya estaba un poco loca, su madre estaba muerta, y su padre Ni siquiera sabía que existía, así que realmente no tenía nada que perder, al igual que lila su familia era disfuncional, adoraba a su abuela, pero quizás sería mejor para ella el pensar que no estaba con vida y así descansar el tiempo que le quedaba en este mundo.- Amo este lugar al igual que amor mi hogar, quiero cuidarlo y me enfrentare a todo para cuidarlo, no tengo absolutamente nada que pensar además, seré más útil aquí que en mi propio mundo.
-No quería ser egoísta, pero literalmente Gabriel y Lila no tenían nada que perder, nadie las esperaba del otro lado, sus vidas no son las mejores del mundo, a comparación de ella, tenía una familia, unos padres de los cuales preocuparse, una vida que seguir apenas contaba con 18 años su vida podía seguir de manera tranquila ¿Qué pasaba si nunca volvían?, ¿Sus padres vivirán con el hecho de que su única hija está desaparecida y quizás hasta muerta?...Su corazón latía rápido, más eran las preguntas que las respuestas pero debía pensar rápido sobre el asunto, si ella se echaba para atrás sus acompañantes también lo harían, no quería arruinar quizás su única oportunidad de huir del mundo real- Tampoco yo, es nuestra única oportunidad de ser útiles así que vayamos al asunto … -Lanzo su primera sonrisa falsa desde hace ya mucho tiempo, sus labios mentían pero su corazón gritaba el no querer hacerlo.
-El chino no se encontraba muy convencido por la declaración de las tres, pero no podía obligarlas a echarse para atrás, ya que era su propia decisión el intentar, solo quedaba rezar para que las cosas se dieran a la voluntad de su corazón y no a la de la inocencia; Se levantó del escritorio sacudiendo su uniforme y procedió a caminar hasta la puerta de salida bajo la mirada de las chicas- Bien, vayamos entonces, no perdamos más el tiempo.
Cada una de las chicas empezó a caminar rumbo a donde se dirigía el Superviso, obvio que sumidas en sus propios pensamientos, pero ya no había tiempo de retornar. Pasado 40 minutos de un largo trayecto para llegar hasta la guardiana los 5 se colocaron frente a los que parecía ser una inmenso vacío oscuro y terrorífico; El ambiente era frio, se escuchaban los ecos de los pasos de todos logrando que la tensión fuera más pesada, Komui al ver que ya las tres se encontraban posicionadas en su respectivo puesto procede a llamar a la Guardiana de la Orden.
-Bueno chicas, ya que están aquí les presento a la exorcista más vieja de la orden, Guardiana de las 109 inocencias del vaticano…Hevrasca –Una Enorme figura de tonos azules y verdes hace aparición donde antes había un lugar vacío, mirando fijamente a las tres viajeras, que no hacían crédito a lo que veían, en sus mentes lograron entender del porqué Allen se asustó cuando la vio por primera vez, es que esa cosa era ENORME.
-Muy buenas Tardes, me alegra poder verlas y conocerlas finalmente sus inocencias no paran de hablar de ustedes y de lo maravillosas que son – mirando a las tres chicas y luego ve a komui y Lenalee- me alegra verlos también
-Igualmente Hevrasca –sonríe con clara felicidad la chica al ver a su protectora.
-Por lo que veo, ya analizaste los resultados de sincronización de cada una –comenta el chino al ver a la guardiana- ya no es necesario que me digas que son compatibles.
-Komui…que sean compatibles, no quita el hecho que a la hora de la sincronización su cuerpo no aguante el poder de la inocencia –habla la Guardiana-
-Tiene razón, no debemos confiarnos, por lo menos ya sabemos que somos compatibles con el cubo, ahora viene la parte realmente retadora –habla la pelirroja.
-La sincronización…-suspira la pelinegra mirando a sus amigas- ¿Quién ira primero?
-¡Ja! Es obvio que yo… -Camina la más pequeña del grupo hasta la barandilla de la plataforma sonriéndole a la Guardiana- bien, terminemos con esto…
-¿Seguras? –mira komui a las mayores esperando que alguna de ellas hiciera retroceder a la chica para dejarla de ultima. Pero lo único que consigue es un suspiro de cansancio y un asentimiento por el atrevimiento de la rubia menor, logrando que una pequeña gota de sudor resbale por su nuca ante la reacción de las mayores.- Procede hev
-De acuerdo komui
La Guardiana toma a lila entre sus tentáculos, mientras de su gran cuerpo expulsa lo que es la inocencia de la chica, la cual comienza a colocársela dentro del cuerpo haciendo que toda la estructura anatómica de la rubia empiece a temblar ante el cambio de energía de este, su mente incluso empezaba a recordar todo aquello vivido en el pasado llegando al punto por el cual su sola existencia era necesaria para la energía que estaba recibiendo en ella., lentamente cada partícula de este comienza asimilar cada parte de la materia echa de inocencia alojando la inocencia de manera exitosa dentro de la chica sin que sufriera mucha daño tanto físico como mental debido a la buena sincronización que tenía con ella.
-Lila Rodríguez, Tu inocencia se llama Twins of Fire puedes invocar cualquier arma de fuego que exista en ambos mundo, ¿a qué me refiero con esto? Tanto las armas creadas en esta dimensión con las de la tuya son factibles para que tu inocencia las copie a la perfección. Tu sincronización es del 73% deberás entrenar mucho si quieres llegar al 100% te deseo suerte en esta guerra y que dios y el vaticano te acompañe. –Termina de hablar la guardiana hacia el supervisor-
-¡GENIAL! Me huelo a final de año como general –mirando a sus amigas con pose de heroína-
-Yo considero que es la peor inocencia que la vida pudo haberle dado a la loca esta –suspira Gabriela derrotada, imaginando la cantidad de cosas que haría su amiga una vez que aprendiera a usar su inocencia.
-Claro a la terrorista denle armas, ¿Qué es lo peor que puede llegar a pasar? –Mira luna a Gabriela entendiendo su cara de preocupación- supongo que tendremos que controlarla…
-Ni lo dudes por un momento
-¿Quién sigue? –Interrumpe el chino a las chicas quienes no dejaban de ver con preocupación la inocencia de la rubia, la cual estaba flotando en sus manos, debido que komui tenía te buscar una forma para la chica.
-Yo –camino hacia la barandilla la pelirroja quien se inclina levemente para saludar a la mujer frente a ella- Un placer
-Lo mismo digo…Empecemos
Al igual que paso con la rubia menor, Hevrasca tomo a Gabriela entre sus grandes y largos tentáculos comenzando a expulsar la inocencia de la chica de su interior. Los pensamientos de Gabriela interrumpieron su cabeza de manera brusca recordando todo y cada uno de los momento vividos en su mundo, cada uno de aquellos desgarradores y doloroso momentos que sentía a piel viva quemándola, torturándola destrozando su ser pero haciéndola más fuerte logrando casi de manera inmediata el resultado de todo su sufrimiento…Una sincronización con el material del vaticano y de dios, La inocencia; Aunque fuera rápido el proceso de sincronización de la chica esta había tardado más que la rubia debido a colapso de todos sus pensamientos y emociones que la hacían dudar pero a la final logrando el objetivo.
-Gabriela Gómez, tu inocencia se llama Roses Of Blood, es un látigo el cual te permite tomar el alma de los akumas convirtiéndola en rosas que se tornan del color de la sangre, para después ser destruidas liberando sus almas, Tu inocencia contiene más de una forma deberás liberarlas en tu proceso de aprendizaje, posees 69% de sincronización, entrena y serás grande al igual que tu poder, Que el vaticano y dios te ayuden y acompañen en esta guerra.
-Muchas gracias –agradece la chica a la guardiana, dirigiéndose de nuevo a donde se encontraba su pelinegra amiga, no sin antes dejarle la inocencia a komui quien tomaba anotaciones de todo lo descrito por la enorme figura frente a él.
-Supongo que utilizaras ropa de cuero ¿No?, Una pelirroja con un látigo es el fetiche de muchos en este mundo –ríe la pelinegra al ver la cara de molestia de su amiga por el comentario- Estoy que creo una película porno solo por esto
-Uf Gabriela…si de esa forma vas conquistar a Allen, le tengo envidia –llega la rubia para abrazar a la pelirroja- creo que apoyare a luna con lo del video
-Basta ustedes dos, no sean indecentes nos están escuchando…nadie aquí puede saber que nos gustan los chicos de la organización o estaremos en graves problemas.-susurra la pelirroja-
-Muy tarde, realmente son malas susurrando entre si –ríe la china al ver a las tres sonrojarse por el comentario de esta- pero tranquilas, mantendré su secreto a salvo, pero después de esto deben decirme quienes son.
-Eso es Extorción lenalee –susurran las tres-
-Lamento interrumpir pero debemos proseguir… -sonríe el chino al verlas reunidas- María Luna eres las siguiente.
-Está bien, pero por favor no me pongan nada porno como a Gabriela –ríe caminando a la barandilla quedando frente a hevrasca.
-¡MARIA! –grita la pelirroja ante su comentario tan indecente.
La guardiana tomo de la misma forma a la morocha como había hecho con la última dos anteriores, y comenzó a expulsar su correspondiente inocencia para que pudiera sincronizarse con ella implantándosela lentamente en su interior. María sintió un choque de pensamientos y emociones tan grandes que apenas podía controlarlos, su cuerpo se retorcía, y sudaba con todo lo que estaba sintiendo, el dolor era más grande de lo que llego a pensar, su mente no dejaba de pasar imágenes de su pasado y presente, su corazón lentamente estaba entrando en un estado de taquicardia, su piel estaba tres tonos más blanca de lo regular, su presión sanguina había bajando de manera casi radical siendo percibida por todos.
-Hevrasca, ¿Qué está pasando? –Pregunto preocupado el chino al ver estado de la chica-
-No puedo… komui… -lanzaba la enorme criatura.
-¡¡¿QUE DIABLOS ESTA PASANDO?!! –Gritaba la pelirroja al ver como se retorcía su amiga entre los tentáculos de la guardiana-¡KOMUI!
-¡KOMUI BAJA A MARIA DE ALLI¡ -grita lila quien corría a la barandilla con desespero-
-¡LILA NO VAYAS! –Intenta detener la china-
-¡HEVRASCA BAJALA! –Mira el supervisor a la criatura-
Antes que la guardiana pudiera hacer algo más, suelta a la chica casi de manera desesperada pero logrando crear una pequeña explosión dentro del recinto haciendo volar a todos, dejando a la chica tirada en el pequeño balcón frente a ella mientras veía a la joven semi desmayada por la sincronización; Con la mirada busca al supervisor quien se encontraba tirado en una esquina lejana quien observaba la criatura preocupado esperando alguna aclaración por lo sucedido tan solo unos segundos antes, pero lo único que pudo escuchar fue…
-Incompatible…
Continuara...
