El demonio gris de Iwa

Capítulo 2: Primeros pasos

Mis primeros días de vida fueron extraños…

Como un bebe recién nacido la necesidad de mi cuerpo de dormir y de comida en todo momento impedían que pudiera pensar claramente en que iba a hacer con mi nueva vida, apenas lograba entenderme a mí mismo y mis propios pensamientos cada cuanto ya que al momento de tratar de comprender el exterior llegaba otro problema, el idioma.

Siempre por los fanfics había pensado que al renacer seria capaz de entender el idioma automáticamente, pero ese no fue mi caso, apenas podía entender palabras puntuales como chakra, Chunin, Jonin y los nombres debido a las reacciones, pero por ahora solo lograba identificar mi nombre y el de mis dos padres Rui y Yuto.

El mayor problema que reconocí era que el idioma que hablaba no era el que se usaba en la península japonesa como tal, tenía algunos matices de este, pero en general era un idioma totalmente desconocido para mi lo que seria un problema de no ser por la única habilidad que un bebe tiene de utilidad, aprender.

Aunque me costaba con el tiempo cada día entendía el significado de una palabra más, cosa que a largo plazo me permitiría poder hablar el idioma desconocido.

Cuando salí del hospital por primera vez tras los exámenes que le daban a un recién nacido en un hospital me sorprendió lo solitario que se veía Iwa, aunque había personas alrededor todos parecían civiles y todos con una cara amarga o de preocupación lo que me hizo pensar que probablemente hubiera nacido en alguna de las guerras ninja, aunque averiguar cual seria un tema para más tarde.

Al llegar a mi nueva casa noté que, aunque era pequeña se veía muy bonita y por dentro era muy acogedora, mis padres a diferencia del resto del pueblo se veían felices y siempre me observaban con un amor y ternura a la cual nunca estuve acostumbrado.

La casa constaba de una pequeña sala con un gran espejo que conectaba con tres puertas a la cocina y a los cuartos, cuando pasamos por la sala por primera vez me asombro mi propia apariencia vista a través del espejo.

Tenia unos ojos verdes muy grandes y signos de una cabellera gris que probablemente se desarrollaría en el futuro, lo que mas me sorprendió fue una pequeña marca de nacimiento situada en el lado derecho de mi labio que parecía una línea vertical, aunque era pequeña me alegro la buena visión que tenía, no sabía si atribuirlo a mi edad, a este mundo o a mi ascendencia ninja, pero era algo de lo que no me iba a quejar si llegaba a ofrecerme alguna ventaja en el futuro.

Los primeros días en este mundo note como mi padre salía de casa mucho y no volvía hasta varios días después, no le puse mucha atención debido a que su posición como ninja de rango Jonin lo pondría en varias misiones muy seguido y teniendo en cuenta que mi madre se debería recuperar lo más lógico es que estuviera trabajando mas de la cuenta para mi madre y yo.

Después de los primeros cinco meses de vida en este mundo logre ser lo suficiente consciente de mi propio ser para sentirme incomodo por ser tratado como un bebe, aunque mentalmente tenía una edad similar a mis nuevos padres lo que llevo a que mis esfuerzos por entender el idioma aumentaran, tal vez si lograba perfeccionar el idioma sería más fácil enterarme de mi contexto y planear mis siguientes acciones.

Mi madre me trataba con un cuidado, pareciendo que tuviera miedo que me rompiera me sobreprotegía de todo lo que me hacia sentir extraño, en mi vida anterior nunca había conseguido ese afecto por parte de ninguno de mis progenitores por lo que las acciones que Rui generaban me dejaban desconcertado. Ella parecía notar esto, pero aun así me trato como si estuviera hecho de porcelana.

A mis 8 meses de edad mi comprensión del idioma de este mundo era mucho mayor al que había esperado, el idioma parecía una fusión entre el alemán, japones e italiano por lo que desde mi punto de vista algunas cosas fueron más fáciles que otras, aprendí rápidamente la mayoría de términos shinobi debido a todo ese tiempo que le dedique al anime de Naruto en mi vida anterior, los otros términos no relacionados a lo ninja me costaron más pero con un poco de paciencia, mi capacidad de aprendizaje de bebe y tomando el contexto a mi favor logre aprender por lo menos lo básico lo suficiente como para entender mi contexto, al parecer la primera palabra que había escuchado en este mundo "Takeo" era mi nombre y la forma en la que algunos desconocidos llamaban a mi padre "Miura" aunque ya supiera que su nombre era Yuto me llevo a pensar que ese sería mi apellido.

Siempre fui inteligente tanto en mi vida pasada como en esta, a mis padres les gustaba decir que estaba inspeccionando el área ya que cada vez que estaba en un entorno nuevo observaba todo a mi alrededor esperando encontrar información que me fuera útil en un futuro, no salía tanto de casa muy probablemente debía ser por la guerra, cuando por fin descubrí que me encontré naciendo en plena segunda guerra shinobi maldecí mi suerte ya que eso implicaría una futura tercera y si tenia peor suerte me encontraría la razón que haría temblar a Iwa en el futuro, Minato Namikaze, asumí que en este momento tendría mi misma edad por lo que no me preocupe mucho pero aun así enterré el miedo que sentí al pensar en encontrarme con esa bestia en un campo de batalla real.

POV general

Rui Miura estaba muy desanimada, mañana sería el día que volvería a sus tareas shinobi por lo que tendría que separarse de su amado Takeo por primera vez desde que nació, odiaba dejarlo solo pero sobre todo tenia miedo de que tal vez no volviera a verlo, la guerra estaba entrando en su punto mas alto con las fuerzas de Konoha superándolos en número y los "sannin" como los describían nombrados así por el mismísimo Hanzo de la salamandra, causaban estragos por donde fuera, lo que había obligado a Iwa a duplicar su cantidad de ninjas en el campo de batalla lo que hacia que aunque le quedara un mes mas de permiso a Rui se le obligara a volver a la guerra.

Yuto que junto a ella habían logrado contactar a una niñera civil que cuidaría a Takeo los meses que probablemente estarían fuera por lo que la estaban esperando antes de reunirse con sus escuadrones para dirigirse al campo de batalla.

—Ya todo está listo, falta solo la niñera antes de que nos vayamos— El tono de Yuto mostraba preocupación ya que, aunque había vuelto a sus deberes ninja no había estado asignado al campo de batalla principal desde el nacimiento de Takeo, su hijo le había cambio la perspectiva del mundo al hombre por lo que el pensamiento que morir por su aldea era algo honoroso ya no lo tranquilizaba ya que ahora su familia era lo que más le preocupaba.

La niñera finalmente había llegado y ambos padres le habían dado las pautas de como debía cuidar al bebe y salieron de su humilde casa con una expresión tranquila, aunque por dentro estuvieran preocupados por el futuro de su familia, pero antes de que pudieran alejarse unas palabras sonaron.

—Mamá Papá cuídense los amo— Ambos padres quedaron atónitos y no podían creer lo que acababa de pasar, su Takeo acababa de decir sus primeras palabras, no solo eso acababa de decir una frase apenas a sus 8 meses de edad.

Yuto se preparo para decir algo pero la cálida sonrisa de su amada que apareció tras su sorpresa lo detuvo, no tenían tiempo para eso, su hijo aunque fuera extraño les estaba dando ánimos a ambos, con eso el no iba a permitir que la guerra le quitara la oportunidad de volver a escuchar las palabras de su hijo o de ver la hermosa sonrisa de su esposa, por lo visto Rui llego a la misma conclusión que el por lo que ambos le dieron una mirada de amor a su hijo y antes de irse y con una nueva motivación para volver costara lo que costara ambos dijeron —Te amamos hijo, volveremos—.

PD: Bueno ese fue el segundo capítulo, espero le haya gustado, esta es mi primera historia por lo que aún hay mucho que mejorar tratare de traer mínimo un capítulo por semana si me es posible espero le den la oportunidad que tengo muy buenas ideas para esta historia, estaré pendiente de sus reseñas y cualquier comentario, agradezco que lean el fic y nos vemos en el siguiente capitulo