Día 1: Somnífero
Estaba sentado en la silla de la cocina, estaba mirando atentamente la mesa en la cual descansaba un vaso de agua y un potente somnífero. Este último se lo había dado el enfermo del amigo de su idiota padre Horo-Horo, aunque estaba dudando si el enfermo sea ese hombre o él que estaba por seguir su consejo.
"Alumi estará en tu casa y todo se irán menos tú y ella… entonces" –Hana o miró sin comprender- "solo úsalo" –dijo mientras le daba la pastilla-
Esas palabras resonaban en su cabeza. Era cierto que ya se habían entregado el uno al otro, pero también eran ciertas dos cosas: 1) que nada había pasado desde ese día y él ya se estaba desesperando y 2) que nadie sabía, entonces no entendía cómo ese imbécil insinuó algo como eso.
Movió la cabeza en señal de negación para calmar sus pensamientos. Y volvió a mirar los objetos sobre la mesa.
A su cabeza llegó la imagen de Alumi completamente entregada a él y fue entonces que cuando volvió en sí ya había entrado a la habitación donde descansaba la chica, no sabía cuándo se había movido, pero vaya que había sido rápido. La miró unos minutos, odiaba que esa de esas personas que se duermen rápido, porque sin necesidad de los comentarios incensarios del amigo de su padre él si había pensado hacer cosas con Alumi, pero como siempre ella tiene que arruinarlo todo.
Se acercó y acarició su mejilla haciendo que se mueva un poco y que la sábana que la cubría se mueva, mostrando que no tenía nada puesto en la parte de arriba. Hanna se sorprendió ante esto y en un movimiento rápido pero evitando despertarla del todo la destapó topándose con su prometida completamente desnuda.
Miró atónito unos minutos hasta que recorriendo a su prometida con su mirada vio cómo su brazo viajaba por sobre su ombligo encontrando su mano entre sus piernas y dos dedos metidos en su intimidad simulando la penetración. Se estaba masturbando y se quedó dormida… fue lo único que pudo deducir.
Se tapó la boca del asombro… y fue consciente de lo incómoda que se sentía su entrepierna. "Hanna" se escuchó en un susurro cuando de un solo tirón disolvió el somnífero en el agua y lo puso en su boca para acercarse a su prometida, tomó su mentón y la besó transfiriendo todo el líquido de su boca a la de la chica. lo hizo rápido porque los efecto de la pastilla ya lo estaban afectando y eso que hacía unos segundo que lo había puesto en su boca, eso le dio entre alivio y miedo de que Alumi no se despierte al menos esa noche.
Esperó unos minutos a que haga efecto la pastilla mientras se desnudaba sobre la cama de ella. Se acercó y comenzó a besarla nuevamente con más fuerza al saber que ya no despertaría, tomó la mano que seguía en su intimidad y él mismo comenzó a moverlo para que termine con el trabajo que ella misma había empezado.
Tomó su cuello mientras hacía que vaya más rápido, haciendo que largue un suspiro que lo asustó. Frenó rápidamente ante esto, la miró un instante sin moverse y comprobó que seguía durmiendo, entonces sonrió, no se imaginaba que iba a poder escuchar sus gemido aun dormida y eso lo encendió aún más.
Volvió a su labor de manipular la mano de su prometida, hasta que sintió como su espalda se subía un poco por el reciente espasmo, la sintió temblar ante esto y en ese entonces cambió su mano por la de él.
Comenzó por su clítoris haciendo círculos lentamente mientras se acomodaba para seguir besándola, sus besos dejaban marcas comenzando por los labios los cuales probó hasta cansarse, siguiendo con su cuello y bajando hasta sus pechos que lo esperaban duros y dispuestos…. tardó en ese lugar: mordió, lamió tocó hasta que los vio un tanto rojos y decidió dejarlos. Bajó por el ombligo y llegó hasta donde descansaban sus dedos, cambiándolos por su lengua.
Ahí sintió que ella reaccionó mejor, aun así siguió sin miedo porque sabía que eran reflejos y que no iba a despertar. Lamió con ahínco mientras agarró su miembro y comenzó a masturbarse, no aguantaba más, pero quería seguir disfrutando de la chica, entonces como ella no lo miraba, aprovechó para hacerlo. Increíblemente por ambas caricias terminaron los dos juntos, acción que sorprendió mucho a Hanna, pero que repitió una vez más sin pudor.
Cuando vio cómo de húmeda estaba Alumi decidió entrar, lo hizo lentamente porque a pesar que no era su primera vez, seguía bastante estrecha su entrada entonces decidió seguir lentamente. Cuando estuvo a dentro, tomó sus labios metiendo nuevamente su lengua y comenzó a moverse, la embestidas si no pudo controlar por mucho tiempo, y terminó en ella en poco.
Luego la giró dejándola boca abajo para entrar nuevamente y seguir con las embestidas, otra vez terminó.
Luego la puso de costado levantando su pierna y volviendo a lo suyo mientras tocaba nuevamente su clítoris para darle más placer, fue entonces cuando terminó de sentirse un miserable por violarla así, fue entonces que decidió despertarla. Lo logró contra todo pronóstico, encontrándose ella misma en esa situación, pero sin posibilidad de decir nada por todo el placer que sintió durante toda la noche.
A la mañana siguiente Alumi dormía tranquilamente al lado de un Hanna que había vuelto a morir por su prometida y que ahora le pedía a su tío que lo vuelva a la vida nuevamente.
