¡HOLAAAA... """FELIZ AÑO A TODAS""!

De verdad que siento muchíiiiiiiiiiiisimo la tardanza, pero estas navidades han sido moviditas... mi suegro a fallecido, y hemos tenido que estar muy pendientes de mi suegra, que vive en otra ciudad. Cuando ya teníamos un poco de calma, mi marido necesitó mi ordenador para trabajar y con los niños de vacaciones... ¡Uffffff!

Pero ya hemos vuelto a la normalidad y lo primero que he echo, ha sido actualizar.

MIL GRACIAS POR TODOS LOS MENSAJES Y POR AGREGARME A FAVORITOS. SOIS UN ENCANTO.

Sin más... Os dejo con el capi. (Os recomiendo leer el anterior, porque este va justamente a continuación)


CAPÍTULO 3


- Entonces… - La voz de Elish los volvió a ambos a la realidad. - ¿Vendrás mañana?

Bella se quedó un poco pasmada, al darse cuenta de que, efectivamente, al día siguiente, era viernes.

- Elish, a lo mejor Isabella necesita un poco de tiempo para organizar sus cosas - Esme intervino, suavizando lo que creía sería la negativa de la chica a venir al día siguiente. - Trae lo que consideres necesario para ti… la planta de arriba es bastante grande y está vacía. Considérala tu casa.

"Con las pocas cosas que tengo, podría mudarme en 5 minutos…"

- No… Está bien. - Suspiró. - Traeré algo de ropa de recambio y poco más. - Miró hacía Elish. - Mañana me tendrás aquí, después de que acabe mis clases en la Push.

- ¡Alto ahí señorita Swan! - Soltó Charlie como una broma. - Mañana, usted y yo, vamos a ir a Port Ángeles. - Bella frunció el ceño. - No tienes una sola prenda de abrigo, y estoy segura de que Carlisle no querrá atenderte el primer día que te quedes en su casa, por una pulmonía.

- Tío Charlie… ya habíamos hablado de eso.

"No voy a dejar que pagues nada más. En cuanto cobre el primer cheque, iré a comprarme ropa… Ya me apañaré con lo que tengo… Puedo ponerme varias capas de ropa, a lo mejor así… ¡Uf, hace tantísimo frío allí arriba…!"

- Si, y yo no te dije en ningún momento que estuviera de acuerdo. - Respondió necia.

Alice pudo ver en la mente de Charlie su plan de llevar a Bella de compras al día siguiente.

Edward se movió sutilmente, acercándose a Rose y le murmuró:

"Necesita ropa de abrigo. Vete con Alice y darle alguna de la tuya. Ella debe llevar tu talla"

Ambas vampiras se guiñaron un ojo entre ellas.

- Ni siquiera tienes nada abrigado para subir mañana a la Push. Morirás de frío… Además, no se para que protestas… Eres tremendamente friolera. - Seguía protestando Charlie, y Bella comenzó a ponerse de todos los colores, ya que suponía que todos estaban entendiendo por donde iba la conversación:

Dinero.

Varias risitas, inaudibles para oídos humanos, se escucharon, por lo gracioso de la situación. De está forma pudieron comprobar que Bella tenía un punto bastante terco, pero también desinteresado.

- Creo que voy a solucionar el problema, ahora mismo. - Intervino Alice. - Acompáñame. ¡Vamos! - Bella abrió los ojos, visiblemente vergonzosa.

- No te hagas la remilgada - Soltó Rose. - Eres inteligente, así que tu pudor, no supere a tus necesidades. - Bella pestañeó y frunció la boca en un gesto divertido; pero asintió y claudicó a acompañarlas.

- Podría darte argumentos para rebatirte eso… - Le contestó Bella a Rose, alzando una ceja.

- Lo sé… pero, también se que eres lista y no lo harás.

·

"¿Estás seguro de que esta chica no es familia tuya? Porque es igual de impertinente que tu…"

Edward miró hacía su hermana con una sonrisa en los labios; "su" sonrisa, la torcida. Ya que aunque el pensamiento pudo parecer hostil, el tono estaba lleno de cariño.

Bella se percató de esa sonrisa en Edward, y se quedó mirando esos labios jugosos y sonrojados, uno o dos segundos de más de lo políticamente correcto.

El rostro de Don Gruñón, había cambiado a uno tierno y afectuoso, y… muy sexy. Bella ladeó la cara, apartando la mirada y sus pensamientos.

·

- Yo también me uno - La niña siguió a las tres chicas, dando pequeños brincos.

·

El resto se quedó en el salón, hablando sobre el acuerdo al que habían llegado Bella y Edward. Que incluso era mejor de lo esperado, ya que lo que atormentaba al vampiro era tener una humana bajo su techo todos los días, a todas las horas.

Aun con su increíble mente, no se le había ocurrido llegar a la deducción de que fuese solo los fines de semana.

- Ahora que no está Elish… - Edward miró hacía Charlie con una ceja alzada, molesto. Aunque estaba bastante menos enojado de lo que daba a demostrar. - ¿Cuándo pensabas decirme que ellas eran familia?

- Voy a hacer una aclaración, importante… - Charlie miró hacía su yerno, con ambas cejas alzadas. - Ellas, "no" - recalcó - son familia. Bella es hija de mi tío, y Amelia es hija de mi hermanastro… Con el cual no tenía consanguinidad alguna. - Charlie suspiró cansadamente - Edward… ¿Cuántas veces tenemos que tener está conversación? Mi hermano y yo no nos tuvimos nunca apego, apenas nos veíamos… Cuando falleció, llevábamos sin contacto, años. - Volvió a suspirar. - Siempre dije, que cuando Amelia se presentó aquí, fue toda una sorpresa, ya que la última vez que la vi, era una niña. Pero no tenía donde ir, y… bueno, se metió en mi casa y, no la iba a echar a la calle. - Su cara mostró un descontento con aquel acontecimiento.

- Lo sé. - Contestó Edward, ahora si, molesto. - ¿Y con ella? - Alzó la cara hacía arriba, donde estaban las chicas.

- Bella, es mi sobrina… Mi sobrina nieta - detalló - Siempre tuve mucho afecto con mi tío, incluso más que con mi propio padre. Y me he relacionado con ella, con cierta frecuencia. Incluso - pestañeó, recordando un dato - Poco tiempo antes de llegar vosotros, estuvieron aquí mi tío y Bella, pasando unos días… Ella era una jovencita… Debía tener unos 16 años. Mi tío sabía que le quedaba poco de vida, y quiso visitarme para despedirse.

- Aquella chica… ¿Era Isabella? - Preguntó Jacob, sorprendido. Charlie asintió. - No me había dado cuenta… Aunque bueno, creo recordar que solo la vi una vez, y hace mucho tiempo.

- Creo que fue cuando estabas en Port Ángeles estudiando. - Jake asintió, relacionando las fechas.

·

Mientras esa conversación se daba, las chicas Cullen le enseñaron a Bella la casa, dejando para lo último "su vivienda".

Cuando Bella entró en el dormitorio de Rose, para pasar al vestidor, ocurrió algo que dejó a Edward enmudecido y su rictus enojado de hacía unos instantes, desapareció para dar paso a uno de perplejidad:

"¿Y ese cabecero de Forja?... No quiero imaginarme el porque de un cabecero así…" El pensamiento de Bella era la picardía en estado puro.

- Mi esposo y yo, somos… muy fogosos - Bella abrió los ojos como platos, acompañado de un travieso rubor al verse pillada. - Por eso el cabecero está reforzado. - Rose y Bella se miraron unos segundos, y la chica se mordió el labio. - No creo que seas virgen y esto te asuste, ¿no?. - Le soltó Rose sin tapujos, muy al estilo de su esposo.

- ¿Qué te hace pensar que no lo soy? - Preguntó Bella divertida y curiosa. Esa fortaleza le gustó a la vampira; que se la quedó mirando un segundo con una sonrisa entre pícara y socarrona.

- Por como mirabas a mi hermano… - En toda la casa pudo escucharse el cambio en los latidos del corazón de la humana - Tus ojos no mostraban inocencia virginal. - Rosalie le alzó una ceja, esperando a ver por donde salía ahora la respondona humana.

- No… yo, no… Estás, equivocada… - tartamudeó Bella, sacándole unas carcajadas a Rosalie.

- Tranquila, creo que él no se ha percatado - Rosalie meneó la cabeza, negando, mientras seguía riéndose. "Hasta ahora" - Pensó - Ven, pasa por aquí.

·

Todos, excepto Charlie, miraron de reojo hacía Edward, el cual tenía la cara abochornada.

Aunque de primeras, se sintió halagado, en menos de un latido, su cara cambió, volviendo a mostrarse serio y molesto.

No quería sentirse nada, respecto a la Srta. Isabella… ya sabía que su belleza, sus gestos, su… todo, llamaban la atención de las féminas humanas, pero con una en su eternidad, había tenido suficiente.

- Edward… - lo llamó con tono conciliador Charlie, sacando a Edward de sus pensamientos. - Ellas se han visto cuatro veces en su vida.

- Pues Isabella tiene recuerdos de Amelia… Y no tenía un buen concepto de ella. - Charlie rodó los ojos y pensó con cuidado sus palabras para no herir a Edward.

- Tiene recuerdos porque las últimas veces que se vieron, fueron en los funerales de sus respectivos padres. Mi tío, el padre de Bella, murió cuando ella tenía 19 años, o sea, hace casi 4, y un año después, murió mi hermanastro. Como puedes comprender, los recuerdos son bastante recientes. - lo miró haciéndole ver lo obvio. - Y si te sirve de algo, ellas nunca se llevaron bien. - sonrió travieso. - Si recuerdas, Bella no estuvo en tu boda - Lo miró, diciéndole con los ojos que estaba pasando por alto un detalle - Como habrás podido comprobar, y si no, lo harás muy pronto, mi sobrina es muy inteligente, intuitiva y risueña… Rasgos que Amelia no poseía para nada. Y perdona… pero es así. - Charlie miró fijo e intenso hacía Edward, el cual, tras lanzar un bufido, asintió - Cuando digo que no se llevaban bien, creo que he sido algo demasiado suave. Realmente no se podían ni ver. - Charlie no pudo evitarlo y se echó a reír, llevándose una mano a la boca.

Tanto Edward, como el resto, se quedaron asombrados ya que Charlie no era persona de reírse muy a menudo. Excepto Edward, todos sonrieron divertidos.

- Por parte de Amelia, más que caerle mal, yo creo que le tenía envidia… Bella siempre destacó por su belleza e inteligencia desde pequeña - Charlie miró hacía Edward con disculpa. - Y Bella, hacía por entenderse con ella, pero relacionarse con Amelia era muy difícil. La última vez que se vieron de niñas, Bella tenía 10 años y Amelia 13, pasamos toda la familia, unos días juntos en una casa de verano que tenía mi tío, fue de las pocas veces que nos reunimos y la última; Bella estaba hasta las narices de que Amelia anduviera detrás de ella, rondándola… Ya sabes cómo hacía - se dirigió a Edward - se quedaba a tu lado, callada, observándote… casi parecía que te estaba acechando. - Bufó.

- Sí… Lo recuerdo… realmente acababa siendo bastante molesto. - Soltó Edward, hablando casi para si mismo.

- Bien… Pues eso a Bella, también le molestaba, como al resto de la humanidad; Amelia no dejaba de estar tras de Bella, pero sin hacer o decir nada, solo persiguiéndola, sin querer jugar o hablar, y Bella no dejaba de decirle que la dejara en paz, ya que al principio Bella intentaba que jugaran a algo, pero Amelia se negaba. Realmente era un total acoso, y sus padres, como siempre hacían, no le decían nada, y mi tío por no mal meter, le pedía a Bella que callara. Hasta que se hartó, y Bella le cortó los tirantes de todos los bañadores. - Todos abrieron los ojos pasmados - y Bella aprovechó a irse al lago con otros niños, de las casas vecinas. Ya que ellos no querían que Amelia fuera, porque les parecía rara, y como no se despegaba de Bella… Tampoco querían que ella fuese, porque Amelia iba detrás. - Especificó.

- ¿Y no la castigaron? - Preguntó curioso Jasper.

- Mi hermano hostigó a mi tío a hacerlo, pero entonces me metí yo por el medio, diciéndole que su hija no dejaba en paz a Bella. Que la tenía aburrida… y… - Charlie miró hacía el suelo, cortando bruscamente su explicación.

- Dilo Charlie… - La voz de Edward fue autoritaria, aunque suave.

- Bueno… yo le dije a mi hermano, hermanastro, que debía llevar a Amelia a algún médico - Todos contuvieron el aliento, porque eso mismo pensaron todos sobre la chica en algún momento - porque el comportamiento de la niña, no era normal. No jugaba con otros niños, casi no hablaba, no levantaba la mirada del suelo, siempre mirando de lado, observando… Y eso, no tenía amigos, los niños en cuanto pasaban cinco minutos con ella, la evitaban…

- Ella tenía un grandísimo problema de autoestima - Dijo Edward.

- Edward… Sabes perfectamente lo que Amelia padecía. - Murmuró Carlisle, mirando hacía su hijo primero molesto, después compasivo.

- Por eso estaba como loca por ser como nosotros. - Agregó Jasper; Edward bajó la cara al suelo, no pudiendo aguantar la mirada de Jasper.

·

Él sabía los sentimientos más profundos de su difunta cuñada, y avisó a su hermano muchas veces. Incluso pocos días antes de la boda, le dijo… casi le rogó, que la anulara. Que los sentimientos de Amelia, por él, no eran tan fuertes como pretendía ella dar a entender, que lo que ella ansiaba era convertirse en vampira. Pero Edward, como hombre de palabra, era incapaz de romper su compromiso con ella, a parte que se sentía perdido en un mar de sentimientos, ya que sabía que Amelia lo que más anhelaba era convertirse y así, ser normal. Más que eso.

·

- Y al final… ¿Qué pasó? - Preguntó Jake.

- Se formó una grandísima discusión, como imagináis. Mi hermanastro y su esposa, se pusieron hechos una furia, más cuando mi tío y su mujer, apoyaron mi teoría sobre llevar a su hija al médico. Al día siguiente, se fueron, y no volvimos a vernos más… Años después, falleció por un ataque cardíaco. - Charlie se inclinó de hombros.

Todos se quedaron pensativos durante unos instantes, hasta que Charlie lo rompió; se giró hacía Edward con el rostro cargado de inquietud.

- Se que tener a otra chica humana aquí, es duro para ti… Pero… Te pido, que la trates bien. - Edward arrugó el entrecejo, sorprendido, ante esa petición. - Ella, es la única familia que me queda, y es una grandísima chica. Además, ha sufrido demasiado para su edad, y para lo buenísima persona que es - Su rostro se tornó triste y pensativo. - Debí estar más pendiente de ella, cuando se quedó sola… Pero siempre ha sido tan fuerte, tan autosuficiente… Además, aunque siempre nos hemos tenido apego, no había un trato constante... Y al tener a Amelia conmigo, aquí… - Sacudió la cabeza, alejando sus remordimientos, ya que se percató de que estaba hablando demasiado y Edward estaba observándolo muy atento.

Edward daría lo que fuese, por poder entrar en la mente de Charlie en esos momentos y saber qué es lo que le había sucedido a Bella. Sabía que algo había pasado con su madre y el dinero de la familia, pero quedaba otro acontecimiento, que por lo que pudo deducir, tenía algo que ver con un niño. Algo importante y muy doloroso para ella.

Pero lo que quedaba claro, tanto por esa petición, como observando a Charlie hablando de Bella, es que la quería profundamente. Por el poco rato que había pasado con la chica, Edward también fue consciente de eso:

La Srta Isabella, se hacía querer.

·

- Tío Charlie - Bella entró en el salón, cargando unas bolsas llenas de ropa - Creo que podemos anular nuestro viaje a Port Ángeles. - Sonrió inclinando la cabeza a un lado, con el rostro ruborizado. - Rosalie y Alice, me han dando un montón de prendas de abrigo… - Suspiró, coloreándose aun más. - Sigo diciendo que es demasiado… Con un abrigo y un jersey…

- ¡Basta! - La cortó Rose… - A nosotras nos sobra la ropa. Alice nos encarga toneladas cada pocas semanas. En serio, por favor… Acéptala como una prima extra. - Bella alzó una ceja, intrigada ante ese comentario.

¿Rosalie Cullen, pidiendo "por favor" a una humana? ¡Increíble!

- Un pago extra por aguantar a mi hermano - acompañó el comentario con una risita. - No sabes donde te has metido… - Le alzó las cejas, simpática y Bella abrió los ojos, ocultando una risita, y por supuesto, evitando mirar a Edward.

"Como pago a eso, tendrías que regalarme todo tu vestidor… y aun así, creo que sería poco por el suplicio de tratarme con él"

- Bella… No pases apuro. No puedes estar sin ropa de abrigo, como dijo Charlie enfermarás… Y más, viniendo del calor de California. - Apoyó Alice, intentando reconfortar a Bella. - Además, si eres tan coqueta, no te gustará estar por aquí, sin ir bien vestida, ¿no? - La miró de lado, picándola.

"Si… observando lo exquisitamente bien vestidos que vais todos… Yo parezco una indigente. Pero, aceptar toda está ropa… ¡Ufff, qué apuro!"

- ¡Tou che! En eso te voy a dar la razón - le devolvió el gesto, intentando así, disimular su bochorno. - En serio… muchas gracias. Sois muy amables. - La dulzura y sencillez que desprendió Bella, fue hasta enternecedora. - Mañana, estrenaré uno de los jerséis que tu has elegido - le dijo a Elish, la cual seguía la conversación de las chicas, sonriente.

Sonriente y emocionada, como hacía tiempo que Edward no veía a su hija.

- A ver si adivinas cuál me pondré, ¿Ok?. - dicho eso, le tocó la nariz con su dedo, en un gesto divertido y lleno de confianza. Elish inclinó la cabeza con una sonrisa deslumbrante, asintiendo ante el reto.

- Bien… pues creo que es hora de irnos. - Anunció Charlie. - Hoy mi sobrina, va a prepararme su plato estrella - Rió, y Bella volvió a colorearse. - Albóndigas caseras, estilo Swan, las hace exactamente igual que la Tía Swan. - Todos se mostraron divertidos ante el comentario del Jefe, el cual se inclinó para quedar a la altura de su nieta - Debes pedirle que te las prepare… y muchas más cosas. Tiene una mano increíble para la cocina. - Bella meneaba la cabeza, abochornada. - A ambas os encanta cocinar… Mira por donde, ya tenéis algo en común. - Bella miró sorprendida para Elish que le dedicó otra sonrisa reluciente.

- El fin de semana podíamos cocinar juntas. - Sugirió Elish emocionada.

- Eso sería genial… - Bella contestó de igual forma, hasta que se calló abruptamente, quedándose algo cortada. - Bueno… si hay tiempo. Porque debo darte clase. Iremos viendo como organizarnos… - No pudo seguir, ya que Edward la cortó.

- No solo estás aquí para darle clase puramente académica. Si no para que pases tiempo con ella… - Bella frunció el ceño, confundida.

- ¿Cómo una dama de compañía o nodriza? - Edward parpadeo sorprendido porque Bella usara esos términos tan antiguos. Suspiró antes de contestar.

- Voy a darte esos términos por válidos. - la miró inclinando la cara a un lado - Tu trabajo no es solo enseñarle como una profesora escolar… sino mostrarle, la vida. - Bella movió las cejas y pestañeó. Realmente no sabía qué contestarle a Edward de forma "formal", así que optó por algo simpático.

- Bueno, para eso los padres tienen más hijos… Para eso están los hermanos… - Bella abrió los ojos al punto de salirse de sus cuencas. En su pensamiento la broma había sonado divertida, pero al decirla en voz alta, se dio cuenta del detalle de que Edward era "viudo". - ¡Oh, Dios…! Perdone - Respiró profundo, rápido y seguido, casi ahogándose - Yo no pretendía ser insensible y grosera… De verdad… - Se disculpaba atropellada, con las mejillas rojo intenso y la cara completamente desencajada.

- Bueno… - intervino Edith - Con otra mamá, si que podría haber hermanos… - Sonrió de forma casi maliciosa.

Edward entonces si que abrió los ojos perplejo ante la insinuación de su hija. El resto de los presentes, hacían esfuerzos por no reírse.

En la mente de la pequeña Elish ya no es que sonaran campanas de boda, si no que se veía a si misma siendo hermana mayor.

"Esta Elish…. Es tremenda" - Pensó Esme divertida.

"Mi sobrinita pica alto" - Emmet arrugaba la boca por no estallar en carcajadas.

- Elish… tranquila - Edward miró a su hija con advertencia, y está inclinó los hombros haciéndose la inocente. volvió su mirada hacía Bella, la cual se contrajo esperando el envite matador de Edward - Srta. Isabella… tranquila, no pase semejante apuro - Todos. Todos los presentes, alucinaron con las palabras de Edward; Bella pestañeó alucinada - Se que quería ser simpática. - Bella se mordió el labio y Edward siguió ese movimiento como un halcón, dejando sus pupilas fijas en los carnosos labios de la chica por uno o dos segundos de más.

- Disculpe… y gracias. - El sonrojo de Bella le llegaba hasta el nacimiento del pelo.

- Pues ante la imposibilidad de hermanos, - Edward sonrió - usted tomará ese papel. Creo que es una bonita forma de describir su puesto. - Bella asintió aun abochornada y algo trastocada por el comportamiento amable del Sr. Cullen.

·

Tras ese pequeño percance, todos comenzaron a despedirse de la Srta. Isabella.

- Te veré mañana en la Push - se dirigió Jake hacía Bella. Era la segunda vez que lo hacía, y creyó conveniente despedirse personalmente, ya que se tratarían bastante.

- Si, por supuesto. Tenemos clase los lunes, miércoles y viernes… Así que me tendrás por allí rondando. - Jake asintió con una ligera sonrisa.

Pero de pronto, Bella arrugó el ceño.

"Y… ¿Cómo se supone que voy a subir hasta allí? El tío me dijo que mañana se iba pronto, por un tema de comisaría… ¡Madre mía! La Push está lejísimos para ir caminando"

Edward se giró, discretamente, y le habló con disimulo a Jake:

"- Pregúntale cómo va a ir… Si necesita que la subas."

- Oye… - la sacó Jake de su ensoñación. - ¿Ya tienes coche, o te va a subir Charlie?

- ¡Es verdad! - Exclamó él. - No me había vuelto a acordar… Mañana tengo que irme pronto y no puedo subirte…

- Puedo bajar yo a buscarte, si quieres. - Se ofreció Jacob muy gentil.

- ¿En serio no te importa? Porque si no… puedo subir… caminando - casi murmuró.

"Entonces debería ponerme en marcha ya, porque debe haber unos quince kilómetros hasta allí… y con mi magnífica rodilla…"

- ¿Cómo vas a subir caminando? ¡Estás loca! - Exclamó Charlie. Otro gesto que no pasó desapercibido para Edward; él estaba pendiente de ella y su bienestar - Si Jake no puede, alguno de los chicos podrá acercarte hasta allí. - los miró, incluso a Edward. Emmet y Jasper asintieron animados; Edward no hizo ni dijo nada… Aunque tampoco se negó.

- Puedo yo, no te preocupes - Jake le mostró un gesto gentil, que Bella agradeció, soltando todo el aire de golpe, que tenía acumulado en sus pulmones.

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Esa noche, en la casa Cullen, no hubo otro tema más que "Isabella", o Bella… como ya la llamaban Elish y Alice.

Ambas estaban como locas con la chica; incluso Rose, se sentía emocionada.

Carlisle y Esme, estaban visiblemente conformes con la elección; sobre todo Carlisle ya que a él, siempre le encantó enseñar a "humanos". Sobre todo, los que podían, en cierta medida, seguir su ritmo intelectual.

Emmet había encontrado una camarada que siguiera sus bromas. Y Jasper una persona lo justo intelectual, lo justo divertida y con sus emociones abiertas como un libro para él; las cuales eran, palabras textuales del vampiro:

"Puros y sinceros. Así son los sentimientos de Isabella. Me gusta su forma de sentir y captar las emociones."

Esa noche, el tío Jasper tuvo que usar su don con su adorada sobrina, para conseguir que durmiera.
Estaba tan emocionada por tener a una chica humana con ella… Y no cualquiera, si no, a Bella, que no era capaz a conciliar el sueño.

Había sido perfectamente consciente de la conexión entre ellas; su propio don se lo hizo ver. Y estaba segura de que esa chica sería importante para ella, siempre.

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Los Swan fueron en un silencio reflexivo hasta casa. Charlie lo había hecho a propósito, a sabiendas que ellos estarían con sus escuchas alerta, así que hasta que no estuvieran a más de dos kilómetros no haría ningún comentario.

Pero Bella estaba sonriente y contenta; pensativa. Por lo que decidió no molestarla.

Al llegar se cambiaron a ropa cómoda y Bella se puso a hacer sus famosas albóndigas.

Al cabo de un rato, Charlie se presentó en la cocina, ofreciendo su ayuda. Ambos se pusieron mano a mano, para terminar antes, ya que se había echo un poco tarde en la casa Cullen.

- Bella… Verás… - Comenzó Charlie, algo atorado, no sabiendo como empezar.

- Charlie… tranquilo. Habla sin problemas - Le respondió muy tranquila, mientras removía el sofrito en la pota.

- Siento mucho no haberte dicho nada… Nada sobre mi relación con los Cullen. - Suspiró - Realmente no soy el abuelo de Elish, como sabes, pero, desde que los Cullen se mudaron aquí, nos ha unido una gran amistad, y al llegar Amelia y comenzar su relación con Edward - solo con la mención de su nombre, un escalofrío le recorrió la columna - nos unimos más y yo, bueno, hice de padre y después de abuelo. - Terminó la explicación con una inclinación de hombros.

- Ajá. - Contestó escueta, mientras seguía con el trabajo culinario.

- ¿Aja? ¿solo vas a decir ajá? - Contestó en una mezcla entre molesto y extrañado.

- No sé qué quieres que te diga… - Tras suspirar, se giró hacía su tío - Te entiendo, de verdad… Pero… Podías haberme avisado… sobre todo del padre de Elish. Del Sr. Cullen.

Charlie frunció la boca, casi con guasa, escuchándola nombrar a Edward así.

- Bella… ¿Te has dado cuenta de que lo sigues llamando de usted, incluso estando aquí, en casa? - Ella asintió tranquilamente.

- Por supuesto que soy consciente. Quiero habituarme a tratarlo así. - Lo miró con las cejas alzadas, en un gesto algo altanero. Charlie frunció el ceño, preocupado.

- Él es un buen hombre - Bella abrió los ojos, fingiendo sorpresa y Charlie rodó los suyos. - En serio. - se puso serio - Solo que Amelia lo dejó muy marcado, en muchos sentidos.

Bella apretó los labios y arrugó el ceño, en una muestra de empatía por su dolor.

- Llevaban solo unos meses de casados y ella murió por una hemorragia en el parto. No le dio tiempo ni tan siquiera a mirar a Elish ni una sola vez. - Bella sentía como su corazón brincaba, alterado. - Y eso, lo vivió él de primera mano, ya que Edward fue el que atendió a Amelia en el parto. - Bella mostró sorpresa ante eso - Edward es médico, solo que no ejerce. - Explicó Charlie.

- ¡Ufff! - Bella dejó salir todo el aire que tenía retenido en sus pulmones, con sentimiento y pesar. También con frustración.

"¿Cómo iba a tratar a Edward… Al Sr. Cullen, tras saber esto?"

- No quiero ser insensible ni morbosa, pero… - Bella se mordió el labio, visiblemente abochornada - Pero… ¿Cómo…? - Gesticuló su incredulidad con los ojos - ¿Cómo alguien como él, pudo… enamorarse de Amelia? Y no me malinterpretes, yo no quiero… - Comenzó a excusarse rápidamente, pero Charlie alzó la mano, cortándola.

- Eso es algo que todos nos preguntamos. - Respondió él con una ligera sonrisa en sus labios. - Creo que el carácter de Amelia, de primeras, lo fascinó. - Bella se asombró por eso. - Has conocido a Rosalie y a Alice… Ellas son… muy como tu - asintió divertido. - Pero tienen la mala costumbre de mangonearlo todo; y los varones Cullen, entran dentro de ese "todo" - Apuntilló. - Son buenísimas chicas. Generosas, simpáticas, leales, familiares… Pero, muy intensas. Y Amelia, era todo lo contrario.

- Ya veo tu punto. - Asintió. - Realmente debió ser muy duro perderla de esas formas… Aun enamorados… - Bella dejó a su vena romántica vagar libre.

Pero captó un detalle por parte de Charlie:

Cuando dijo lo de "aun enamorados", él hizo un gesto con sus ojos, mirando hacía la izquierda.

Eso, significaba que mentía.

Mentir… Sobre, ¿Qué ellos estaban enamorados? ¿No lo estaban?

Pero.. ¿Por qué mentiría en algo así?

Charlie se dio perfecta cuenta de que algo había llamado la atención de Bella, y volvió a hablar para distraerla.

- El problema real del tema, y esto te lo digo en el más estricto de los secretos, es que él se siente culpable por su muerte. Por eso está tan amargado y es tan… arisco.

·

Bella aceptó esa explicación, pero sabía que había algo más. Y era el tipo de secreto, o misterio, que podía dejarla en vela durante noches. Y más, teniendo que dormir en la casa Cullen durante dos noches a la semana.

Charlie se encargó de recoger los platos y adecentar la cocina, mientras Bella se disculpó y se fue a su dormitorio a preparar la clase del día siguiente.

También quería tener alguna cosa preparada para Elish; no llegar allí y quedar como una inepta.

Preparó varios test, sencillos, para saber las posibilidades intelectuales de Elish. El Dr. Cullen… Carlisle, le explicó que era muy inteligente; mucho más de lo que sería una niña de seis años, pero no sabía cuánto.

Al final, tuvo que bajar a la cocina a hacerse una infusión de tila y melisa, para intentar dormir un poco.

Aunque estaba agotada, tenía cientos de cosas en la cabeza, que no la dejaban descansar.

·

·

Y así... termina el tercer capítulo.

Edward y Bella han llegado a un "acuerdo", tras saberse la noticia del parentesco entre Amelia y Bella.

Edward se calmó bastante rápido ante el descubrimiento, pero le tiene un gran respeto a Charlie y, que él interviniera justo cuando Edward iba a explotar como un volcán, salvó que de liara una escenita.

ESPERO QUE OS GUSTARA Y """" PROMETO"""" PUBLICAR EL SIGUIENTE SUPER RÁPIDO.