¡Hola mis Bellas!

Si, estoy aquí. No es una alucinación... jajajaja

He podido escribir y la inspiración me ha bendecido, así que no os hago esperar más.

Último capi de Bella en la casa Cullen.

MIL GRACIAS A TODAS POR VUESTROS COMENTARIOS. (INCLUSO LOS DE "ME GUSTA". "TE LEO". "TE SIGO"... JEJEJEJE)


CAPÍTULO 9


Bella volvió a despertarse sobresaltada esa noche; por supuesto, con la misma pesadilla… Siempre lo mismo: Agua oscura, dolor y el llanto de un bebé.

Algo tenía esa casa. Ellos… Esa familia, era… demasiado perfecta, en varios sentidos. Había conocido diferentes familias en su vida, algunas muy buenas y unidas, pero la perfección que envolvía a los Cullen, era desconcertante. Extraña.

Como la pasada noche, volvió a bajar a la cocina por un poco de leche tibia, pero no se quiso arriesgar a entrar al salón, si no que tomó su vaso y subió directa hacía su dormitorio.

Se tomó otra pastilla con su leche calentita y atrapó el libro que había empezado la noche anterior.

·

Para esa vez, los Cullen ya estaban preparados por si se daba la misma escena de la pasada noche, como así fue, y que Bella no observase nada extraño si se aventuraba a entrar al salón.

Cuando comprobaron que ella estaba en la cama, media dormida, tras leer unos minutos, todos regresaron al salón.

- ¿En serio no has descubierto porque se despierta así? - Preguntó Rose con cierta preocupación a Edward, el cual se inclinó de hombros.

- Lo que yo os puedo decir, es que justo antes de despertar sus sentimientos son de angustia, de pánico y al despertar, esos dan paso a una tristeza asoladora. Todo en su conjunto dura unos dos minutos. Pero sus sentimientos son muy fuertes. - Jasper compartió abiertamente lo que captaba de Bella, dejándolos a todos preocupados y tristes.

- ¿Qué le habrá pasado a esa chica? - Esme meneaba la cabeza desolada. Carlisle se acercó a ella, y la apretó por los hombros. - Querido… - Esme suspiró y alzó los ojos, suplicantes, hacía su esposo.

Carlisle apretó los ojos y arrugó su gesto mostrando duda y pesar.

- No me parece bien investigar en su historial médico. A parte de que sería muy poco ético. - Declaró.

- Bueno, tu eres médico. No veo la falta de ética que revises un historial médico. Sobre todo cuando ella está en nuestra casa varias noches a la semana. - Intervino Jasper. - Ya no es solo curiosidad, si no, saber si tiene algún problema de salud. - Carlisle suspiró audiblemente, no muy convencido con la teoría de su hijo.

- ¿Y si le preguntamos a Charlie? - Sugirió Alice. - Él desapareció unos días, y cuando regresó, llegó con Bella. Él debe saber qué le ocurrió.

- Charlie no contará nada. - Sentenció Edward con gran seguridad. - A parte de que a penas escucho sus pensamientos, el viernes cuando estuvo aquí y me pidió que fuera amable con ella, se le escapó un pensamiento de Bella, supongo que en su apartamento de California, con muy mala cara, como enferma y con cara de haber llorado. - Todos en la sala abrieron los ojos asombrados. - Fueron dos segundos, y cortó el pensamiento.

Carlisle se frotó la barbilla, en un gesto habitual en él cuando meditaba algo serio.

- Le preguntaré yo. - Voz segura y firme - Según lo que me diga, obraré al respecto. Pero, hurgar a hurtadillas me parece una falta de respeto, sobretodo tras su petición de que no mirara su historial. - Pestañeó dividido entre lo correcto y lo incorrecto de tal acción.

- Puede que solo tengamos curiosidad - Añadió Emmet, hablando por primera vez. - Siempre sabemos todo de los humanos que nos rodean gracias al don de Edward, más las visiones de Alice. - Los nombrados se miraron entre ellos dedicándose una mirada cómplice.

- Si… que tenemos curiosidad, es más que obvio. - Rose asintió meneando su cabellera. - Pero aunque quedemos de chismosos, ella convive con nosotros, y no estaría de más saber algo más sobre esas pesadillas.

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A la mañana siguiente, Bella se levantó más temprano. Aunque hubiese tenido su habitual pesadilla, gracias a la pastilla había conseguido descansar y dormir bien el resto de la noche.

Así que puso el despertador, para no tener el riesgo de dormirse y a las 9 de la mañana ya estaba duchada y lista, entrando en la cocina. Además ese día se iba, y quería aprovechar las horas con Elish.

Siendo previsora, ya le había enviado un mensaje a su tío de que fuese a media tarde a recogerla, porque suponía que la niña insistiría en que se quedase más tiempo o incluso durmiera allí y fuese directa a la Push.

"No puedo correr el riesgo de que insistan y no tener argumentos para irme… Necesito salir de esta casa. Desintoxicarme. Estoy demasiado tensa y me acabará pasando factura… Lo que menos quiero es un ingreso en el hospital por algún síntoma del…"

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Edward se maldijo de que justo en ese momento, Bella cortara el pensamiento, ya que se distrajo al recibir la contestación de Charlie en su móvil.

La pobre Stra. Isabella había estado a punto de revelarle lo que tan celosamente guardaba.

Aunque se había propuesto evitarla y alejarse, optó por quedarse y estar atento a ella; pensamiento que lo hizo maldecir para si mismo.

Cómo si ella, por si sola, no lo hiciera estar pendiente de su presencia; de ella.

Con eso en el cabeza, omitió el resto del pensamiento de Bella.

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- Buenos días. - Saludó entrando en la cocina.

- Buenos días Bella. ¡Qué madrugadora! - A Elish se le iluminaron los ojos nada más ver a su tutora.

- Hoy he puesto el despertador - le alzó las cejas de forma juguetona y Elish sonrió al borde de la carcajada.

- Pues llegas justo a tiempo - Comentó Esme haciéndose notar - Edward acaba de preparar sus tortitas. - A Bella se le saltó un latido. - Los domingos siempre le hace tortitas a Elish y… - Esme sonrió maternal - a Jake.

- No me perdería su plato estrella por nada. - Jake se levantó y con total confianza, le puso un plato a Bella delante.

- Tienes que ponerles un poco de nata, que hace papá él mismo y un toque de caramelo… Están para chuparse los dedos.

"Echaré de menos no poder saborear estas tortitas…"

Como Edward estaba atento a la Stra. Isabella, pudo captar el pensamiento cargado de pesar de su hija. Un suspiro mudo inundó su pecho ante la certera apreciación de su hija.

Movido por una atracción irresistible e irracional, Edward entró en la cocina como tal cosa.

De primeras, Bella no se percató de su presencia, por lo cual siguió charlando continuando con la conversación que mantenían entre Jake, Elish y ella.

- ¿Mañana desayunarás con Leah y Seth, no? - Le preguntó pícaro Jake. Bella le dirigió un alzamiento de ceja.

- ¿Y ese interés?

- A Leah le has caído muy bien… Pero… no es ella la que está como loco por volver a tener a la "profe" en su casa, desayunando - La risa y el movimiento de cejas de Jake, dejaban más que clara su intención "pilla".

- ¿Ah, si? - Respondió Bella con tono inocente, pero siguiéndole el juego "pícaro" a Jake.

"El rato que he pasado en la Reserva desde el viernes, no he echo más que ver la cara de Bella en todos los ángulos posibles desde la mente de Seth. Se ha quedado atontado con ella"

- Ese tonito de angelito, no te sirve de nada… ¡Qué lo sepas! - Bella soltó una carcajada.

- ¿Te ha hablado de mí? - Le preguntó intentando no mostrarse demasiado interesada, ya que no quería dar a entender lo que no era.

"¿A sí que mi suposición de que le había gustado no era falsa? Bueno, él no se molestó en ocultarlo… La verdad que el chico está… ¡Ufff, tremendo!" (Bella)

Edward no pudo evitar tensarse ante ambos pensamientos, sobre todo el de Bella.

¿Le había gustado Seth?

¿Él… se habría imprimado de ella?

¡Imposible! Jacob se lo hubiese comentado.

- Podríamos decir que él podría hacer desaparecer tu desayuno si mañana lo llevas… ¡jajaja!

- Quedo enterada… ¡jajaja!

Edward ardía de indignación, y en ese momento, fue el que decidió hacer notar su presencia en la cocina.

- ¡Papá! - Soltó Elish al verlo entrar, emocionada de que se uniera a la reunión; pero su emoción duró el tiempo justo de observar su cara.

Bella se giró y se dio de frente con la mirada oscurecida de Edward, haciéndola contraer el aire en sus pulmones.

La mirada del "Sr. Cullen" era aterrorizante.

- Buenos días Edward. Como siempre tus tortitas estaban exquisitas - Jake decidió intervenir tras varios segundos de silencio.

Edward mantenía su rostro atemorizante, en el cual había "hipnotizado" a Bella; y ella, se había quedado atrapada ante la mirada del vampiro, con los ojos abiertos y aterrorizados.

- Bella… - Carlisle entró en ese preciso momento, a propósito, y así relajar el ambiente.

Edward al escucharlo, apartó la mirada, liberando a Bella, la cual se giró hacía Carlisle con el rostro lívido y la respiración profunda; pestañeando seguido, algo atontada con lo que acababa de ocurrir.

- Bue… nos días… Carlisle - Tartamudeó.

- Venía a invitarte a una pequeña reunión en mi despacho.

- El abuelo quiere hablarte de mí - Canturreó Elish, intentando despejar así, también el ambiente que se había creado.

"¿Qué le habrá pasado a Edward para entrar con esa cara? A dejado a Bella al borde del infarto"

"¡Edward, por Dios! ¿Qué es lo que te ocurre?" Lo regañó Carlisle.

- Claro… - Bella inhaló profundo, sintiéndose más tranquila. - ¿Te importa si subo una taza de café?

- Por supuesto que no. Lo que quieras - Le respondió sonriente el patriarca.

El que Bella se sintiera más relajada no era otra causa que Jasper mandando olas de paz desde el salón. Incluso dejó vagar su don, para tranquilizar también a Edward, ya que había captado perfectamente su tremendo enfado.

Una vez que Carlisle y Bella salieron de la cocina, Elish encaró a su padre.

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Se bajó del taburete y alzó su cara mostrándole sus ojos enlagrimados.

- ¿Por qué eres así con Bella? - Le preguntó acongojada. - Ella es, buena. Dulce, cariñosa y sensible. - Suspiró - Acabarás haciendo que no quiera venir… - Tomó aire - Tu siempre dices que me darías la luna si te la pidiera… Bella es mi luna. - Soltó mirando a su padre fijamente a los ojos. Edward no pudo evitar abrir los ojos ante semejante afirmación.

Con las mismas, salió de la cocina dejando a su padre plantado en mitad de la estancia y sintiéndose como un auténtico monstruo.

- Elish… - Susurró.

- Edward - Lo llamó un consternado Jake - Hasta yo, sin dones, me he dado cuenta de que algo te ha enfurecido. ¿Qué fue? ¿Qué te molestó tanto para mirarla así? Para lanzarle una mirada semejante… Siempre tenéis cuidado en no idiotizar a la gente, pero hoy… Tu…

- ¡Lo sé, Jake! - Gruñó. - Lo siento… - Más que una disculpa fue otro gruñido. - Pero sus pensamientos… - Apretó los ojos, mostrando casi dolor. - Me perturban y me descontrolan. - Suspiró - Necesito tiempo para hacerme a su presencia.

Jake se acercó a su amigo y le dio un apretón afectivo en el hombro.

- Pues deberás intentarlo con más esmero, porque tal y como te ha dicho tu hija, al final se inventará cualquier excusa y no volverá más. - Jake tomó aire y miró fijamente a Edward - Bella le ha mandado un mensaje a Charlie de que venga a buscarla poco después de comer. - Edward frunció el ceño sin entender bien ese comentario. Jake resopló - ¡Joder Edward, céntrate! - lo regañó - Ella no va a pasar la tarde aquí, como sería lo normal. Bella ya ha avisado para que venga a recogerla pronto y salir de aquí.

Jake gesticuló con los ojos hacía su amigo, intentando que entendiera la acción de Bella. Edward dejó salir el aire a modo de bufido y pestañeó lentamente.

- Eso se lo he escuchado antes en sus pensamientos. - Confesó Edward. - Pero por lo que pensaba, era porque se sentía ahogada por todos… Es extremadamente inteligente y perceptiva, y ella se siente extraña entre todos.

- No te discuto eso, pero tu, con esos envites, solo potencias el que quiera pasar menos tiempo aquí.

- Elish va a ponerse como loca cuando Charlie venga y ella diga de marcharse. - Añadió Rosalie mirando muy seria hacia Edward. - Realmente no acabo de entender cómo Elish se ha encaprichado tan fuerte y tan rápido con esa humana.

- En sus sentimientos comienza a crecer una semillita de amor. - Anunció Jasper dejando a los presentes pasmados. - El carácter de Bella, es arrollador. Tiene un aura de carisma fortísimo - Jasper le alzó una discreta ceja a Edward, el cual apretó los dientes y bajó la mirada.

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Por supuesto que él era consciente, en su propia persona, de la carisma de la "Sta. Swan".

Jake observaba a Edward con disimulo, no acabándose de creer que su entrada "triunfal" en la cocina no era solo debido a que él necesitara hacerse a la presencia de la chica.

¿Pudiera ser que ella le gustara? Que le atrajera.

Ya que estaban hablando de Seth justo cuando Edward entró endemoniado.

¿Estaba celoso?

Jake tuvo que girar la cara y fingir como pudo, ante su propia cara de asombro ante esta idea.

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En el despacho de Carlisle, ambos se acomodaron en los butacones dispuestos a un lateral de la estancia, para hacer la conversación más relajada; de tu a tu.

El patriarca que ya se tenía el guión más que aprendido, le contó a Bella sobre el crecimiento super avanzado de su nieta, dándole datos científicos que nadie osaría refutar, con palabrería médica sobre cromosomas.

Bella que no tenía ningún estudio sobre eso, solo lo que comúnmente se sabe sobre esos temas y algún articulo puntual que, por interés había leído, no se atrevió a refutar ni una sola palabra.

Pero en el fondo de su alma… de su cerebro sobre desarrollado, una vocecita incordiante le decía que algo no cuadraba. Todo, según lo explicaba el doctor, tenía sentido, pero… eso, que había un pero.

Tras hora y media de conversación, y alguna pregunta de Bella, la sesión dio por finalizada.

- Espero no haberte dejado demasiado asustada - comentó Carlisle con tono suave. Bella se mordió el labio y negó con duda. - Pregunta lo que quieras, Bella. Se que esto puede sonar a película fantástica, pero es lo que es. - Su voz seguía conciliadora, pero con un trasfondo de seguridad.

- Si, bueno… suena un poco… irreal. Pero yo no soy nadie, a parte de que no estoy capacitada para poner en duda nada de lo que me has explicado, en dudar. - Soltó ella muy profesional. Tomo aire, se irguió en la silla y sonrió. - Lo que sí, es que me has dado una idea más clara de cómo actuar con ella. - Carlisle asintió complacido. Sabía que Bella razonaría, como persona con una capacidad intelectual elevada. - necesitaré algo más de tiempo para que mis ojos no engañen a mi mente. - Carlisle no pudo evitar reír ante tal afirmación.

- Se hace difícil tratarla como una pre adolescente cuando ves su cara de niñita. - Bella asintió, gesticulando con los ojos. - Y tranquila sobre las preguntas sobre… sexo - comentó con cuidado. - Es lógico que tenga curiosidad, ten en cuenta de que ella tiene una mentalidad de doce o trece años. Solo ten cuidado con lo que le dices… o más bien, cómo se lo dices.

Bella arrugó la boca y el ceño.

"Según el ogro de tu hijo, yo no soy la más adecuado, ya que soy casi un niña… Maldito engreído arrogante."

- Bella… - la llamó Carlisle cuando estaba apunto de salir del despacho. - Quisiera pedirte disculpas por la actitud de mi hijo, de Edward - detalló mirando hacía Bella con ojos cuidadosos.

Bella atrapó sus labios unos contra otros y respiró profundo, para evitar dejar salir su lengua envenenada.

- Se que parece… un tanto hostil - Carlisle frunció la boca ante su propia definición.

"¿Hostil? Bonita forma de describirlo… Señor de las tinieblas, sería un título más apropiado para él. Antes llegué a pensar que iba a saltarme al cuello… Menuda forma de mirarme. Me dejó sin reacción…"

Bella frunció el ceño ante su propio pensamiento.

- Él lo pasó mal con Amelia, y carga con su muerte sobre sus hombros. Aun no teniendo culpa alguna, y tener a otra chica, y encima "familia"... Por favor, intenta no tenerle en cuenta estos arrebatos. No lo hace porque tenga nada en contra tuya, al contrario. Edward está encantado contigo y lo bien que le haces a Elish. - Explicó Carlisle con tono persuasivo.

"Bonita forma de demostrarlo… Si llego a caerle mal, me hubiese matado mientras dormía"

Carlisle fue astuto y midió perfectamente bien sus palabras, sobre todo al decir que Edward lo pasó mal "con" Amelia; no que estuviera mal por su viudez. Sabía que Bella sería lista y sabría interpretar la diferencia.

- Gracias por la explicación - Bella suspiró profundamente - Creo que, aunque sea algo privado de él, necesitaba esta aclaración. - Ambos asintieron.

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Sin darse cuenta, la hora de comer llegó y Elish y Bella compartieron ese rato juntas y solas, charlando sobre la época de bailarina de la chica, manteniendo a la niña fascinada.

Se quedaron en la cocina, haciendo sobre mesa, y Alice se unió a su conversación interesándose por lo que Bella relataba sobre aquella época de su vida.

- Bella tiene videos de sus actuaciones. - Le desveló Elish a su tía. - Deberías verlos. Parecía como un ángel.

- Te encantó la actuación con el vestido blanco, ¿eh? - Bella sonrió divertida. - La verdad que entre el movimiento de la tela, al ser blanca y la luz con la que me enfocaban… - Suspiró con melancolía - La actuación quedó preciosa.

- Me encantaría verte - Comentó Alice interesada.

- Claro. El próximo fin de semana te pongo el vídeo.

- ¿Por qué no se lo pones ahora? - Sugirió Elish. - Me encantaría volver a verlo - Casi suplico la niña.

Bella miró el reloj y aun faltaba algo de tiempo para que llegara Charlie, así que claudicó y las tres subieron a la zona de Bella.

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El cable aun estaba conectado a la televisión así que Alice y Elish se acomodaron en el sofá, mientras Bella conectaba el ordenador.

La actuación comenzó y Alice, maravillada, registró cada movimiento que veía, y sin ser, "del todo" consciente, lo transmitió en sus pensamientos, hacía la mente de su hermano, con el cual siempre tenía acceso directo.

Edward, que estaba sentado en el sofá leyendo tranquilamente, junto a sus padres, y Jasper, comenzó a tensarse y ponerse erguido como un palo.

El libro que sostenía entre sus manos, cayó a su regazo, cosa inverosímil para un vampiro, acción que sorprendió al resto de presentes que se lo quedaron mirando sorprendidos.

Sin falta de decir nada, Carlisle, Esme y Jasper supieron de inmediato que algo tenía que ver con Bella.

Sentían a las tres féminas en el apartamento de la chica, viendo videos de lo que parecía una actuación de baile.

Edward tragó la ponzoña que se le acumulaba en la boca con audible ruido, y su rostro estaba rígido hasta el punto de romperse.

Las imágenes que le transmitía su hermana de Bella, lo golpeaban con violencia en su mente:

Ataviada con un finísimo vestido de gasa blanca, la cual traslucía sus hermosas piernas. Sus pies ataviados con unas zapatillas de ballet, se movían, haciendo a su cuerpo danzar con una elegancia igualable a la de un cisne.

El escote del vestido, en su justa medida, dejaba ver su cuello, su clavícula y el nacimiento de sus pechos…

En ese momento, Edward, sintiéndose incómodo, se levantó en un movimiento rozando lo violento, ganándose la mirada atónita de sus acompañantes.

- ¿Edward? - Le preguntó preocupado Carlisle. - ¿Ocurre algo? - El nombrado negó. No le salían ni las palabras.

Jasper apartó la mirada, centrándose en la revista que estaba ojeando, ya que había captado los sentimientos de su hermano.

Edward en un gesto invisible, miró hacía abajo, y fue consciente de lo visible de "su incomodidad": La exagerada erección que le apretaba en los pantalones, era más que evidente a través de sus pantalones.

Por supuesto no era la primera vez que su pene se ponía erecto, pero esa vez fue una sensación extraña, pillándolo por sorpresa.

En esos momentos, sentía que podía subir al apartamento de Bella y arrancarle la ropa, si fuese ese vestidito blanco ¡mejor!, y hacerla suya… Echarle ese polvo que Emmet le había sugerido.

Tiró de malas formas el libro en el sofá y salió como un ánima de la casa. Se fue veloz como el aire hasta el acantilado, a 600 metros de la propiedad, desde donde se ponía observar el océano. Una zona lo suficientemente alejada para tener silencio mental unida a unas vistas relajantes y mágicas. "Su" zona de relax.

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A media tarde, Charlie llegó a recoger a Bella. Optó por ir un poco antes y aprovechar a pasar un rato con su nieta y el resto de la familia. Sería un tremendo mentiroso si no se reconociese a sí mismo que estaba muerto de curiosidad por saber cómo habían ido las cosas durante esos dos días.

Alice, que aun seguía en el apartamento de Bella, junto con Elish charlando las tres sobre la época de bailarina de la chica, ya había sentido aproximarse a Charlie. Realmente había tenido una visión de Charlie decidiendo venir antes; Eso la sorprendió, ya que había supuesto que Bella pasaría la tarde entera en la casa, pero eran las cinco de la tarde, cuando Charlie aparcaba su coche patrulla en la entrada de la casa.

- Si que ha llegado pronto. - Suspiró - Elish se enfadará muchísimo cuando vea que Bella se va pronto. (Carlisle)

- ¿Cómo es que Charlie llega tan temprano? Pero, ¿Bella no iba a pasar la noche aquí? (Esme)

- Será interesante ver cómo Elish se enfada con Edward. Y con razón. Se va por los envites constantes de él. (Rosalie)

Edward, que ya había regresado, escuchaba los comentarios de su familia, con los cuales en el fondo, no podía estar más de acuerdo, pero no los reconocería de forma "exageradamente" sincera así le arrancaran la cabeza.

- Hola Charlie - Carlisle fue el encargado de salir a recibirlo.

A estas alturas de su relación con la familia, ya no le hacían un recibimiento formal como antes. Charlie era "familia" y por tanto, tenía libertad para ir y venir y moverse por la casa con confianza.

- Hola Carlisle.

- Muy pronto llegas… - El vampiro lo miró con intención. - ¿Ha ocurrido algo?

- Realmente no, pero… no estaría de más que charlaremos un rato antes de que mi sobrina se percate de mi presencia… Por cierto… ¿Dónde está?

- Está en su apartamento, arriba - indicó con la mirada - con Elish y Alice. Está enseñándole videos de cuando era bailarina.

Charlie no pudo evitar gesticular, agradándole los ojos y pestañeando, mostrando su sorpresa.

- ¿En serio? - Preguntó alucinado. El patriarca Cullen asintió con un gesto gentil.

- Pues o Elish a aplicado sobre ella su don de persuasión, o muy cómoda se debe sentir con nuestra nieta para haber echo eso. - Suspiró profundo. - Esos vídeos, son su mayor tesoro y… - arrugó la boca, gesto que también hacía Bella - Los tiene bajo llave; no se los enseña a nadie.

Charlie arrugó la boca de forma diferente, mostrando una mezcla entre duda y asombro.

- Le causa dolor ver sus actuaciones… Aunque puede que halla superado aquello. - Comentó no muy convencido.

Ambos varones tomaron asiento en el salón, donde el resto estaba esperándolos.

Esme le trajo una cerveza, de las que sabía le encantaban, y guardaron silencio durante unos instantes, para no presionar a Charlie.

- Le causa dolor… ¿Por la forma en que tuvo que dejar de bailar? - Soltó Edward. Directo y mirándolo a los ojos, pero con tono amable.

Charlie rodó los ojos y suspiró de forma casi forzada.

- ¿Lo has visto? - Respondió Charlie; Edward asintió y él bufó. - Bueno, pues ya sabéis cómo era la madre de Bella.

Carlisle estaba al tanto, ya que Edward se lo había comentado a modo privado.

- Les he contado lo que hablamos aquel día - Carlisle estaba algo abochornado ya que no tuvo en cuenta que a Charlie pudiera parecerle mal que él, descubriese aquella conversación.

- Tranquilo, no hay problema. No es algo que no se pueda contar… Aunque Bella es muy reservada y educada para hablar abiertamente mal de su madre, en ciertos comentarios se puede observar que le tiene poco aprecio. Lo que es otro tema, es cómo ocurrió lo de la rodilla. - Suspiró - Bella siempre dice que le quedaba muy poco tiempo útil de bailarina, por su anatomía, y que no podría dedicase a ello de forma profesional. Aunque tampoco era su sueño. Ella quería estudiar y tener una vida, "normal". Pero no es excusa para lo que ocurrió - El rostro de Charlie se tornó cargado de ira. - No solo le cortó sus estudios de bailarina, también su gran pasión por montar a caballo, y… el caminar con normalidad. Después de la segunda intervención, consiguieron devolverle toda la movilidad, pero no podría abusar de esa rodilla ante el riesgo de profundos dolores.

- La profesión de bailarina es muy sacrificada. - Charlie y Carlisle asintieron. - Montar, bailar y cualquier deporte…

- Eliminados. Puede montar a caballo, un rato, pero se le daba genial. Yo la vi una vez en una competición y era espectacular su conexión con el animal.

Edward se mantenía en silencio mientras ambos hombres charlaban sobre la madre de Bella y llenándose la boca de halagos hacía la chica.

- ¿Y las pesadillas? - Preguntó de golpe Edward.

Charlie lo miró unos instantes y se dio cuenta de que Edward no sabía nada al respecto. Por un golpe de suerte, en los pocos pensamientos que captaba de su sobrina, no había pensado en el accidente.

- Lo siento Edward, pero no voy a contarte nada. Es algo muy privado… incluso yo me enteré de casualidad, y gracias a ella pude ir y traerla conmigo a casa. - Charlie apretó la boca, y ambos vampiros fueron conscientes de que no iba a decir ni una palabra más.

- Pero… - Charlie negaba con la cabeza, y Edward alzó la mano indicándole que esperara. - No te voy a preguntar nada… Solo queremos saber si ella corre algún peligro. Si necesitamos saber algo para ayudarla llegado el momento. - Edward se sorprendió a si mismo ante su propia sinceridad.

- No. Ella no necesita ningún cuidado especial. Solo… y no me preguntes más, - lo miró con intención - intentar que no tome pesos. Que no haga ningún esfuerzo.

Entonces el pensamiento de Bella, volvió a la mente de Edward:

"Aunque dejes de manchar y te encuentres fuerte, no tomes pesos ni hagas esfuerzos e semanas. Tienes muchos puntos internos tanto en tu cuello uterino como en la arteria. Un sobre esfuerzo antes de tiempo, podría causarte una fuerte hemorragia y morir en cuestión de minutos"

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- ¡Charlie! - Bella entró al salón animada al ver allí a su tío.

- ¿Qué pronto has venido? - Preguntó con desconfianza Elish, que entró al salón tras Bella.

- Vaya… ¿Así saludas a tu abuelo? - le respondió Charlie con una gran sonrisa, que fue contagiosa para su nieta.

- Perdona… - Dicho eso, se abalanzó sobre los brazos de su "abuelo materno".

- Ummm - Ronroneó Charlie, achuchando a Elish - Esto está mucho mejor.

Bella contemplaba la escena conmovida. Charlie siempre había sido una persona seria, incluso distante, pero tenía un fondo lleno de cariño. De dulzura para los suyos.

- ¿Quién diría que te gustaran tanto los niños? - Ronroneó Esme, borboteando amor.

- Me gustan los míos - Respondió muy convencido el Jefe.

- Algún día Bella ampliará la familia y te dará más nietos - Soltó Esme con toda la buena intención.

Charlie y Bella compartieron una mirada que no duró un segundo entero, pero que no pasó desapercibida para toda la audiencia.

Sobre todo para Edward.

De forma inconsciente, Edward y Bella, cruzaron la mirada. Fue un suspiro, pero directo a los ojos.

La chica bajó la mirada de forma veloz, cortando comunicación con el vampiro, hinchando su pecho ante los sentimientos que de pronto la invadieron.

"Hijos… Hija… No te tortures Bella. No pudo ser. Contrólate, él está mirándote"

Edward, que ahora estaba totalmente metido en la tarea de averiguar lo que le ocurrió a la "Sta. Isabella", no perdía detalle.

¿Hija?

¿Bella había perdido un bebe?

Eso podría explicar la operación que escuchó en sus pensamientos.

- Voy a vestirme, recoger y bajo, ¿de acuerdo? - El comentario de Bella rompió la atmosfera "ñoña" que se había creado.

Los ojos de los siete vampiros, incluido los de Elish, la miraron como si fuese una diana.

- ¿Vestirte?... ¿Para? - Elish estaba desencajada.

Bella se acercó a ella y se agachó a su altura.

- Nena… Tengo mil cosas que hacer en casa. Es hora de irse ya, si no se me hará muy tarde. He de acabar de preparar la clase de la Push para mañana. - Le explicaba en un tono suave.

- Pero… Eso puedes hacerlo aquí. Tienes tu apartamento… Prometo no molestarte hasta que acabes - Refutó la niña con voz triste. Bella tuvo que respirar profundo varias veces, ya que ver la carita de Elish así de apenada le rompía el corazón.

"Por favor nena… No me lo pongas más difícil. Necesito salir de aquí, ya. Tengo que desintoxicarme de tu padre…"

- Cariño, Bella acaba de llegar al pueblo, y ha empezado a trabajar en la Push y ahora aquí los fines de semana… No le dan las horas del día para tanto. - intentó mediar Carlisle.

- Otro domingo vendré a comer, y haremos una barbacoa. Invitaremos a Seth y a Leah, y lo pasaremos genial. - Sugirió Charlie como medio de que Elish dejara marchar a Bella.

·

Edward al escuchar el nombre de Seth, tuvo que hacer grandes esfuerzos por no gruñir.

Siempre se había llevado genial con Seth; incluso él fue de los primeros chicos más jóvenes en hacerse a estar con ellos, con los vampiros. La familia, concretamente él, le estarían agradecidos por eso.

Pero ahora, lo sentía como un enemigo; un rival.

Jasper apretó los labios, desviando la mirada con total disimulo. Había captado los sentimientos emanantes de su hermano, y eran claros como el agua cristalina:

Celos.

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Tras negociar con Elish durante un rato, al final claudicó y aun fastidiada, dejó marchar a Bella.

Para despedirse en la puerta, la niña se aferró a su cuello, como si no fuera a verla en años.

- Elish, puedes bajar a verme a casa de Charlie cuando quieras. - La miró con gran dulzura. - Puedes bajar algún día a cenar con Charlie y conmigo.

- ¿En serio?

- ¡Claro! Así no se te hará tan larga la espera hasta el viernes. - Ambas asintieron.

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Cuando Bella se sentó en el coche patrulla de Charlie, respiró profundo como si hubiese estado aguantando la respiración todo el tiempo que había estado en la casa Cullen.

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Se han sacado en claro varios sentimientos.

Y Edward... con todo lo descrito en este capi... ¿Qué pensáis? ¿Estarán Jasper y Jake acertados en que él está "celoso"?

La relación entre Elish y Bella, se ha forjado en cuestión, casi de horas, super fuerte. Son muy tiernas.

Espero que os gustara... Así, por fa... ¿Reviews?