¡HOLA MIS BELLAS!

De verdad que siento muchísimo los retrasos en las publicaciones, pero no me da la vida para más.

Es así... o no poder publicar nada, y eso, me entristece, porque me apasiona escribir y publicaros mis historias.

Un capi largo; con muchas cosas, y vamos adelantando un poco los días.

¡MIL GRACIAS A TODAS LAS QUE SEGUÍS COMENTANDO! Y GRACIAS POR LAS NUEVAS INCORPORACIONES.


CAPÍTULO 13


El elegante sobre con el nombre "Cullen" grabado con letras ornamentadas, la llamaba desde el escritorio de su cuarto, donde lo dejó al llegar a casa.

Tras la cena y la leve tirantez de la sobre mesa con Charlie, subió a su dormitorio y una vez lista para acostarse, se quedó mirando el distinguido sobre con pavor.

¿Cuánto dinero habrá? No se porqué estoy tan nerviosa por abrirlo… ¡Joder!

Dejó salir un largo suspiro, llenándose de valor, lo tomó y sin más dilación, lo abrió.

Tras contar el montón de billetes, Bella tuvo que llevarse la mano a los labios para acallar el grito que comenzaba a brotarle en la garganta.

Lo volvió a contar, ya que le parecía que era imposible tal cantidad; pero no, no se había equivocado.

En billetes de distinto valor, allí había la cantidad de "4.000$"

El señor Edward "Ogro" Cullen, le había pagado 4.000$ por dos fines de semana.

Tras meditarlo unos minutos, tomó el móvil y le envió a su jefe un whatsapp.

Bella: Buenas noches, Sr. Cullen. Acabó de ver el pago por los dos fines de semana, y aunque se lo agradezco, no puedo aceptar tal cantidad. Menos aún, tras prestarme el monovolumen. Le devolveré la mitad el próximo fin de semana.

La respuesta de Edward, no se hizo esperar más que unos segundos.

Edward: Me quedo con que "me lo agradece". No aceptaré devolución alguna. El trabajo que está haciendo en estos días con Elish no tiene precio, y toda la familia está encantada con usted.
Acéptelo sin más.

Agradezco su gentileza y falta de interés económico. Eso me hace estar más convencido de no aceptar la devolución de un solo centavo.

El tema queda zanjado.

Buenas noches, Srta. Swan.

Bella podía imaginarse su voz y su rictus facial, concretamente en la frase:

"El tema queda zanjado"

No pudo evitar rodar los ojos, viendo en su mente el rostro arrogante de Edward mientras escribía esa frase. Con la convicción y seguridad, arrogancia más bien, que lo caracterizaba.

Aunque le fastidiaba, no pudo evitar que unas líneas delatoras se le escaparan en los bordes de los ojos, dejando entrever una sonrisa.

·

·

Tal como Charlie supuso, tras un par de días más, el pequeño enfado de Bella se había volatilizado, y entre ellos volvía a reinar el entendimiento y cariño habituales.

El echo de que no había coincidido con Edward el anterior fin de semana había ayudado a que su enfado se mitigara; aunque mentiría si dijera que, de una forma incomprensible para ella, añoró no verlo. Y se maldecía profundamente por ello.

·

Sus clases iban mejor que bien. El feeling con sus alumnos era muy especial, haciendo de las clases un tiempo genial. Los chicos aprendían, que era el objetivo principal, ella le tomaba gusto a la enseñanza y todos se divertían.

Con Seth… Bueno, Seth, era estupendo. Desayunaban los días de clases juntos, (a excepción del día que Carlisle subió, que pasó su descanso con él)

Seth le tenía el desayuno listo, a su gusto y pasaban los 45 minutos de descanso riendo con las ocurrencias y gracias del chico.
También había tiempo para hablar alguna cosa sobre sus vidas, en un plano un poquito más serio.

Y por supuesto, siempre sobraba tiempo para algún coqueteo entre ellos; aunque sabían que no irían mas allá de esas bromas.

Y eso que algunas de esas "bromas", llegaban a puntos bastante íntimos, sacándole los colores a la "profe". Pero lejos de resultar incómodas, hicieron un efecto contrario al supuesto: Los hicieron ser más cercanos; sentirse más cómodos entre ellos, forjando una bonita amistad.

·

El miércoles, Carlisle subió a hacer su ronda de visitas médicas a los más mayores. Llegados a ese tiempo, algún vecino de la reserva no tan mayor, esperaba a que acabara de ver a los "abuelos" para que le echara un ojo en la dolencia que sufriera.

Que Charlie Swan, hombre venerado en la reserva india, les abriera su corazón, fue el punto de inflexión para que los Quileutes también se abrieran a los Cullen y dejaran atrás sus diferencias ancestrales, siendo testigos como esa familia de "vampiros", era digna de querer y… respetar.

La imprimación de Jacob con Elish, fue la guinda del pastel; el punto de inflexión para que entre ambos bandos se fuese forjando una relación más cordial, llegando en algunos casos al cariño.

- Buenos días, Bella. - El Dr. tuvo que hacer grandes esfuerzos por no reírse al ver a Bella cubierta de tanta ropa. El bufandón que llevaba puesto, era casi más grande que ella misma.

- Puedes reírte si quieres - rodó los ojos chistosa. - Se que debo parecer ridícula, pero… hace un frío inhumano. - Gesticuló con los ojos, exagerando sus palabras.

- Si, es cierto que hace mucho frío. Estos días han bajado las temperaturas de forma alarmante. - Bella frunció el ceño ante las palabras, preocupadas, de Carlisle. - Esta madrugada han caído algunos copos de nieve, pero al estar tan cerca del mar, no han llegado a cuajar; pero… si siguen bajando las temperaturas así, es posible que lleguemos a ver una buena nevada en Forks; incluso aquí en el reserva.

- ¡Oh, Dios mío! Eso significa, más frío y humedad - se lamentó Bella de forma teatral. A ese punto, Carlisle no pudo evitar soltar unas divertidas carcajadas.

- Voy a casa de Billy, acompáñame así podrás tomar algo caliente que temple ese cuerpo friolero - Sonrió, mirándola divertido. - Además, Esme me ha dado esto para ti, asegurándome que te encantaría. - Carlisle alzó una bolsa para guardar termos.

- Eso… no será… ¡¿chocolate caliente de Esme?! - Miró la bolsa térmica con ojitos golosos. Carlisle asintió divertido. - Nadie que halla probado el chocolate de tu esposa, se negaría a tomar una taza… o el termo entero, ¡jaja!

Carlisle cada día estaba más seguro y conforme con la elección de Bella como tutora de su nieta.

Pero a parte de Elish, debía reconocer que tanto él como el resto de la familia, estaban más que encantados con ella.

Había llevado a la casa un brote de vitalidad, de alegría… de ilusión. Hacía muchos años que Carlisle no sentía a su familia así de feliz; sobre todo estos últimos dos años desde el fallecimiento de Amelia.

Pero esa chica había devuelto a la casa una ilusión, la cual llevaba muchos más años, antes de aparecer Amelia, olvidada.

El vampiro y la humana, pasaron un rato entretenido charlando animadamente. Billy se dio por vencido al poco de llegar, de tener opción a intervenir en su conversación, ya que el doctor y la profesora se enfrascaron en una especie de burbuja personal.

- Bella, Bella… - Billy tuvo que llamarla varias veces para hacer a la chica reaccionar y que lo mirara. - No es por ser aguafiestas, pero te quedan dos minutos para empezar las clases.

Bella abrió los ojos con pánico, a la vez que se levantaba apurada de la silla y tomaba su precioso abrigo de lana y la enorme bufanda. Ambos regalos de Rosalie y Alice.

- El viernes nos vemos en casa Carlisle, y dale mil gracias a Esme por el chocolate. Gracias por el desayuno Billy. - Bella se despidió ya saliendo por la puerta mientras se enrollaba la bufanda al cuello.

El doctor no pudo evitar que un escalofrío de pura satisfacción le recorriera la columna ante las palabras de Bella:

"Nos vemos en casa"

No pudo identificar el sentimiento, pero lo sintió. Y Billy fue testigo de la cara emocionada de Carlisle, observando a Bella marcharse.

- Carlisle… - lo llamó, haciendo al vampiro salir de su ensoñación. - Te veo, no sé que palabras usar - frunció el ceño - Emocionado, - alzó una ceja y frunció la boca. - con Bella. - El doctor, de poder, estaría exageradamente colorado.

- Bueno… no lo voy a negar. Estoy encantado con ella. Podría pasarme el día alabándola, usando todos los adjetivos positivos del diccionario, y aun así, me quedaría corto.

- Ella no sabe nada. - No fue una pregunta; fue una rotunda afirmación. Carlisle suspiró y su rostro de descompuso por un segundo.

- Lo sé. - En su cara se tornó un rictus de determinación. - Y… - suspiró otra vez, pesaroso - Es lo mejor. - Billy asintió - Pero, no solo yo estoy encantado con ella. Toda la familia… bueno, Bella ha devuelto la alegría a la casa. Y Elish… - alzó los ojos - Ella está mucho más que entusiasmada. Nunca había visto a mi nieta en el estado de felicidad constante que la envuelve ahora.

- Bueno… Bella tiene previsto marcharse pronto. - El tono de Billy fue cuidadoso.

- Mi hija Alice, la ha visto modificar esa decisión - Billy frunció el ceño, preocupado. - Si no cambia de plan, su idea es quedarse hasta pasado el verano. - Billy suspiró, inflándose de valor.

- Perdona que sea tan directo… - el quileute clavo su oscura mirada en Carlisle. - Pero… dime que la dejarás marchar. - No hacía falta ser vampiro para captar la súplica en esa frase.

Carlisle se lo quedó mirando, silencioso como solo un vampiro puede serlo.

- ¿Tomaríais represalias si no fuese así? - Preguntó suave y cuidadosamente.

- Sabes que no. - Lo miró con un gesto cómplice. - Siempre que fuese "su" - recalcó - elección. Pero… sabes que Charlie, aunque está al tanto de ambos secretos, pidió encarecidamente no involucrarse en nuestros "temas". - Ambos sonrieron ante esa palabra, ya que fue textualmente la que el Jefe usó. - Y que conviertas a su sobrina legítima, a su última familiar viva, en lo que vosotros sois… No sé cómo se lo tomaría, la verdad.

- Nadie en casa ha dicho nada al respecto… y ella no sabe nada; hasta ahora no sospecha lo que somos ni remotamente, pero solo lleva tres semanas entre nosotros. Al final, acabará dándose cuenta de detalles… - el vampiro dejó ver una sonrisa traviesa. - Elish pierde perspectiva cuando está con Bella. Aunque Edward la reprende constantemente, pero… es fácil dejarse llevar con ella.

Tras esa conversación, Carlisle estuvo dándole vueltas al tema durante algunos días; siempre con cuidado de que Edward no anduviera cerca, ya que no quería discusiones con su hijo; y menos, por una idea remota.

·

La semana pasó veloz y ya era viernes. Cuando Bella aparcó en su nueva plaza en el garaje de los Cullen, tenía la sensación de que acababa de irse, el domingo pasado.

Entonces fue consciente de lo bien que estaba sentándole estar allí, en Forks, con toda la gente maravillosa que había conocido, y que disfrutaba enormemente de vivir con Charlie.

Todo el mundo le había abierto los brazos con cariño y no podía sentirse más acobijada.

Pese a las rarezas de los Cullen, estaba encantada con ellos y Elish era una pupila inteligente y muy dulce. Eso, en realidad, era casi un problema… o llegaría a serlo, cuando fuese la hora de ir retomando la "vida real" fuera de Forks.

Pensando en eso, Elish la sacó de sus meditaciones haciendo aspavientos con los brazos desde la escalinata de entrada a la casa.

- Bella, Bella… He acabado la tarea que me mandaste. - Le anunció la niña dando saltitos.

- Eso es genial. No esperaba menos de una alumna tan aventajada como tu. - Ambos se sonrieron y se fundieron en un cariñoso abrazo.

- No me pondrás mucha tarea hoy, ¿verdad? - Los pucheros de Elish no tenían nada que envidiar a los de su tía Alice. - Mañana es lo de la Push… - aleteó sus preciosas pestañas.

- ¡Jajaja! Veo que estás bien aleccionada por tu tía Alice - le alzó las cejas. - No, claro que no te pondré mucha tarea. Mañana es día de pasarlo bien… bueno, y de ayudar, que es el objetivo de reunirnos.

- ¡Genial! - Elish tomó a Bella de la mano, arrastrándola hacía dentro de la casa. - Vamos, te vas a helar… hace un frío exagerado. Y si yo lo siento, no quiero imaginar cómo debes estar tu. - Bella abrió los ojos, secundando la afirmación de la niña.

·

Ese finde de semana Edward no se fue, ya que era la reunión de la Push y le gustaba subir.

Aunque parecía una tarea de mujeres, los hombres también echaban su manita, haciendo reparaciones en las cabañas, llevando leña o incluso despejando los caminos de la maleza.

En la reserva había mucha gente mayor que ya no podía realizar ese tipo de tareas, y los jóvenes debían trabajar fuera, gran parte de ellos en Port Ángeles, para llevar dinero a sus casas y a la comunidad; sin olvidar que gran parte de ellos, eran licántropos y tenían sus funciones como tal. Por lo que toda ayuda era bienvenida.

- Hola Sta. Isabella. - la saludó el vampiro en el hall de entrada. - Puedo observar que está sufriendo las consecuencias del clima - Aunque se lo dijo serio, su tono jocoso estaba claro. Bella rodó los ojos de forma inconsciente y natural.

- Se refiere a que estoy sufriendo los efectos del cambio climático, ¿no? - alzó las cejas divertida. - Edward sonrió suavemente mientras asentía. - Hola a usted también, por cierto.

Se hizo un silencio, que comenzaba a hacerse un tanto molesto.

- Bella - lo rompió oportunamente Elish. - Ya le comenté a papá que estamos estudiando italiano. Le ha gustado mucho tu idea. - Afirmó la niña con entusiasmo mirando entre ambos.

- Estuve hablando con su padre sobre el tema educativo de Elish, y llegamos al acuerdo que yo le enseñe sobre letras, ya que es mi especialidad y que él se centrara en ciencias y matemáticas. - Explicó Bella de forma muy profesional.

- Carlisle ya me lo comentó, me parece perfecto.

- ¡Oh! - Gesticuló Bella, de pronto agobiada. - No le comenté nada a usted… - sus gestos faciales acompañados de un rubor brillante, delataban el apuro que de pronto, estaba sufriendo la chica. - Yo… no quería… excluirlo de estas decisiones… - Bella se trababa sin ser capaz de concluir una frase seguida.

"Me sentí tan bien comentándolo con Carlisle, que pasé por alto hablarlo con él. Y es el padre de Elish… él es que debe estar al tanto de esto. ¡Dios Bella, menudo despiste!"

- Tranquila, Isabella - la tuteo Edward, aguantando la sonrisa ante su pensamiento. - No pasa nada. Ya le dije que si yo no estoy, puede comentar con mi padre cualquier asunto.

- ¿En serio no te ha parecido mal? - Bella lo miró con ojitos de corderito. Fijo y directo a los ojos, tuteándolo de forma más cercana, sin darse ni cuenta.

Edward tuvo que inspirar profundamente, de forma lo más disimulada que pudo, para serenarse ante esa carita. Esos ojillos lastimeros… y por su puesto, el echo de que lo había tuteado.

Estaba acostumbrado a los "pucheros" de Alice, pero no estaba preparado para lo que sintió al ver la cara de Bella.

Esos pucheritos, eran para él; se los había dedicado en exclusiva a… Él.

- No. - Pronunció suavemente. Se giró con intención de irse, porque no estaba seguro de lo que su rostro mostraría. Pero algo lo hizo volver a hablarle. - Mañana es lo de la Push, ¿le apetece la aventura?

No entendió porqué le dio más pie. Porqué le dio conversación. Pero era la primera vez que sentía a Bella cercana a él, y sin comprender muy bien por qué, le agradó el sentimiento.

- Oh, si… ¡mucho! - La cara de Bella relució. - Jake y Seth - Edward frunció el ceño, una milésima de segundo - y… bueno, todo el mundo no han dejado de hablar de ello durante toda la semana - Sonrió; Edward le devolvió el gesto, aunque más sutil - A parte de ofrecer una gran ayuda, parece que va a ser muy divertido. - Su sonrisa se amplió.

"- Sabes que no voy a dejarte bailar con nadie que no sea yo, ¿verdad? Si vas a restregarte bailando esa música latina tan sugerente… Será solo conmigo.

- Este Seth -"

El pensamiento de Bella, fue una imagen de Seth diciéndole eso esa misma mañana.

Estaban en una de sus bromas, cuando Jake llegó y se pusieron a hablar sobre la fiesta después de la ayuda vecinal y llegaron al tema, entre bromas, de la música.

Fuera de contexto, parecía una insinuación entre dos personas "que tiene algo". Y eso fue lo que vio, y entendió, Edward.

Apretó la mandíbula tan fuerte que de ser humano se la hubiera partido en mil partes. Incluso Bella pudo escuchar un ruidito, haciéndola pestañear curiosa.

Pero a parte de eso, el vampiro tuvo que tragar hondo la ponzoña que se le acumuló en la boca de pura ira.

- Si. Divertidísimo. - El tono de Edward fue macabro. Casi aterrorizante.

Bella tragó saliva y abrió los ojos hasta casi salirse de sus órbitas. Su corazón comenzó a bobear nervioso, sin sentido.

- Subimos a la reserva a ayudar… No a… tontear. - Escupió con una rabia descomedida. Bella solo atinó a asentir, ya que la capacidad de hablar había desaparecido de su sistema.

Edward le lanzó una última mirada y con un giro un tanto rápido, que descolocó incluso a Elish, se fue.

- Tranquila Bella… - Elish le pasó una mano por el brazo mientras miraba por donde su padre se había ido. - Mi padre es… muy temperamental. - Elish suspiró molesta. Todo iba genial; ellos estaban hablando bastante cordiales, y de pronto…

Había notado distintos sentimientos salir de su padre; algunos no los entendía del todo, pero el último era claro: Rabia.

Rabia y… algo más, pero no entendía que potenciaba esa rabia.

Bella se inclinó para estar a la altura de Elish.

- ¿Qué te parece si preparas los trabajos que te mande para dármelos? Así me das un ratito para ducharme. ¿Te parece? - Para un humano podría pasar desapercibido, pero para los ojos más hábiles de Elish, quedó claro que Bella seguía descolocada. Y no era para menos.

- Claro. Tómate el tiempo que necesites. - Bella pestañeó entre sorprendida y maravillada.

Ya tenía claro que la niña que sus ojos veían no existía, que hablaba con una preadolescente de 12 años; pero aun así… el léxico y la comprensión de Elish, se escapaba a cualquier razonamiento.

Tras saludar al resto de la familia, brevemente, Bella subió para su cuarto.

Se encontraba cansada; por muy feliz que se sintiera, las fuerzas le fallaban. Y más, cuando sufría la "ira desmedida" de Edward Cullen.

·

Mientras el agua caliente de la maravillosa ducha le caldeaba el cuerpo, rememoró su visita médica.

Jueves, Port Ángeles.

Consulta ginecológica de la Dra. Lou

- Tras ver la ecografía y la exploración vaginal, quiero comentarte un par de cosas. - La cara de la Dra. no presagiaba nada "muy" malo, pero tampoco nada bueno. - Tu cuello uterino está algo inflamado e irritado. Y la ecografía muestra unas pequeñas manchas que posiblemente sean de un sangrado sin importancia. - Bella contuvo la respiración. - Deberías hacer reposo unos días. Me refiero a estar tranquila, sin mucho movimiento y sin hacer esfuerzos.

- Y si… ¿no hago ese reposo? Tan a rajatabla, me refiero. - Preguntó Bella con temor. La doctora arrugó la boca.

- Pues lo que pone en el informe de alta tras el aborto… Exactamente lo mismo: Irritación hasta producir laceración del cuello uterino, con alta probabilidad de conización. Sangrado masivo, por rotura arterial uterina y alta probabilidad de histerectomía. - Bella tembló ante el escalofrío de escuchar a la doctora. - Como caso más grave, si la hemorragia no se detiene a tiempo puede llegar a causarle la muerte.

- Vaya… - murmuró Bella acongojada. - Pensé que después de estas semanas sin manchar y sin dolores… ya todo estaba bien.

- Por lo que veo en el siguiente informe médico, después de tres de semanas tras el aborto, todo iba muy bien. - la doctora arrugó el ceño.

Bella le explicó un poco su cambio de vida, sus nuevos trabajos… para que la doctora tuviese toda la información que necesitase.

- Se que parece que no hay esfuerzo físico… Pero eso no se limita a levantar peso. Esfuerzo físico es mucho más. Madrugar en exceso, estar activa hasta cansarse demasiado, varios trabajos, estrés… incluso varios disgustos, también podrían llegar a considerarse esfuerzo. - La doctora guardó silencio, para darle tiempo de asimilación a Bella - ¿Por qué no coges la baja una semana? - La miró animada.

- ¡Imposible! Acabo de empezar en ambos trabajos y no puedo fallar ahora. - Soltó rotunda ante la mala cara de la médica.

- Pues tu verás… Si sigues así, acabarás padeciendo alguna de las cosas que te he dicho, entonces, la baja no será de una semana. - la advirtió.

Edward no escuchó eso

Bella suspiró abatida, recordando su visita médica. Ella, que iba tan animada, suponiendo que estaba todo bien… Si era cierto que llevaba unos días encontrándose algo cansada, pero suponía que era de madrugar tanto, el frío, los dos trabajos, el cambio de vida en si…

"- Con lo bien que iba todo… ¡Joder! No fue suficiente lo que perdí en aquel maldito accidente, que después de más de un mes, sigo igual… ¡No… Peor!"

El pensamiento llegó alto y claro a Edward, que tras salir a tomar aire durante un rato, había vuelto, ya más tranquilo, y estaba en el salón junto con el resto de la familia.

No pudo evitar fruncir el ceño ante tal pensamiento.

"¿Accidente?"

"Menos mal que al final no le dije a Charlie que iba al médico… Si no…"

- Carlisle… - El nombrado miró para su hijo, y nada más posar los ojos en su cara, frunció el ceño preocupado. - ¿Tu sabes algo sobre un accidente que sufrió Isabella?

Toda la sala dejó lo que estuviera haciendo para mirar de hito en hito entre Edward y Carlisle con rostros asombrados.

- ¿Accidente? No, ni idea. Charlie no me ha comentado nada… - Pero ahí calló. Ya que un recuerdo del día que Bella se presentó, le invadió la mente.

"- Carlisle, cuídamela. No dejes que haga muchos esfuerzos, no lo ha pasado bien esta última temporada."

Edward lo miró inquisitivo.

- No le había dado mayor importancia - Contestó a la mirada de Edward.

Carlisle explicó al resto de la familia el pensamiento que solo Edward había escuchado.

- Entonces - tomó la palabra Esme - ¿Bella ha sufrido un accidente? - Su dulce rostro mostró una gran preocupación.

- Fuese lo que fuere, lo ocurrido, debió ser algo muy personal… íntimo, para Charlie no decirme nada y ser tan sutil con su aviso. - Comentó Carlisle especulativo.

- Jake - lo llamó Edward. - ¿Tu sabías algo?

- Para nada. Supongo que Charlie le pudiera haber comentado algo a mi padre, pero… yo no leo mentes - le alzó las cejas de forma cómplice, a lo que Edward rodó los ojos divertido. - La veo casi todos los días, y en la mente de Leah, Paul y Seth, que pasan tiempo con ella, aun más y nunca he visto algo que me pareciese raro. - Jake se quedó pensando un segundo. - Bueno, podría estar algo más cansada desde hace unos pocos días. - Se inclinó de hombros.

- Con esto se deduce que no miraste el historial médico de Bella - Preguntó Jasper, aunque todos sabían la respuesta.

- No me pareció ético… - Contestó el doctor. - Además, no volvió a sufrir más pesadillas. El fin de semana pasado, estuvo de lo más tranquila. - Jasper asintió.

- Si. Estuvo tranquila, animada y bastante más confiada. - Respondió Jasper.

- ¿Escuchas algo más? ¿Sacas algo en claro? - Preguntó Emmet directamente a Edward.

- Solo que Charlie no sabe nada de una visita médica a la que fue… deduzco que está semana.

- ¡El jueves! - Exclamó Jake. - Bella nunca tiene prisa por acabar las clases, suele alargarlas diez o quince minutos, a veces incluso más. Pero el jueves acabó puntual como un reloj y se fue sin pararse a nada. - Relató. - Pero… ¿una consulta médica? ¿de qué? - Todos pusieron cara de incertidumbre, a la par que preocupación.

- Querido… has de hablar con Charlie… - Esme calló, ya que sintieron a Elish bajar las escaleras.

- Bella no tardará en acabar. Había pensado en mirar los ejercicios de italiano aquí. - Explicó la niña - Bella se sintió muy cómoda el fin de semana pasado. - Sonrió feliz, asintiendo a su propia afirmación.

- Claro Elish. Será divertido. - La animó Esme, con su rostro normalizado.

Dicho lo cual, todos escucharon a Bella saliendo de su zona.

- Bella, aquí abajo. En el salón - Alzó la voz Elish.

Bella resopló con hastío. A parte de que estaba cansada, el recordar la terrible conversación que tuvo con la ginecóloga le bajó los ánimos al suelo.

El desplante de Edward, también ayudó a su hundido humor y ahora, tendría que estar en el salón por lo menos hasta la hora de la cena.

"Estoy tan cansada y tan abatida, que no me apetece ni cocinar… y… tengo hambre… Una pizza cuatro estaciones… ¡Dios se me hace la boca agua solo de imaginarla"

- Elish, - la llamó Edward. - ¿Por qué no pides pizza para cenar? - Todos lo miraron interrogantes, casi sorprendidos - Seguro que Bella está cansada de la semana y le apetece algo así.

- ¡Claro papá, genial! - Elish comenzó a saltar.

Justo Bella entraba en el salón, y no pudo más que sonreír ante los saltos alegres y divertidos de la niña.

- ¡Bella, Bella…! Vamos a pedir pizza… ¿Te apetece?

- ¡Ohh, vaya que sí!

"¡Oh.! Mi cuatro estaciones… ya la estoy saboreando"

- ¿Cuál te apetece? - Le preguntó Elish.

- Cuatro estaciones. - Esas dos palabras, salieron de la boca de Edward sin ser consciente. Se escaparon de sus labios como si se las hubieran sacado del pensamiento directamente.

Bella, literalmente ¡flipó!

Abrió los ojos y pestañeó, contrariada.

"¿Lo he dicho en voz alta? No. Imposible."

Edward contuvo el aliento y apretó los dientes. El despiste había sido memorable.

Alice lo miraba con una sonrisita picarona en los labios; no quiso hacer contacto directo con su hermana porque le daba hasta miedo. Carlisle lo observaba perplejo.

- Si. Cuatro estaciones. Podría dedicarse a leer mentes, Sr. Cullen. - soltó Bella divertida. Edward le dedicó una ligera sonrisa socarrona. El resto de los presentes se limitaron a hacer muecas divertidas.

- Venga, pidamos ya. Bella tendrá hambre.

- Y tu también, por supuesto. - Respondió Bella a Jake, al borde de la risa. - Jamás había visto comer a alguien como tu. - Rodó los ojos, exagerando el gesto a propósito.

- Mantener estos músculos lleva mucha comida - Jake sonrió mostrando su preciosa sonrisa entre divertida y pícara , mientras le enseñaba a Bella su brazo haciendo bola.

- Tu che, caballero. - Le respondió Bella mientras meneaba la cabeza.

- Venga Jake… - Elish rodó los ojos de la misma forma que su tía Rosalie; un gesto exagerando aburrimiento con una pizca de soberbia. - Ahora que ya has impresionado a Bella… ¿Por qué no vas pidiendo? Mientras, miraremos mis ejercicios de italiano. Y… Acuérdate de la pizza cuatro estaciones de Bella.

La niña tomó de la mano a su tutora y la llevó a la zona de los despachos compartidos.

Allí podrían sentarse cómodas y con "cierta privacidad".

·

De todos los ejercicios, Elish solo falló dos. Bella estaba completamente alucinada, ya que habían estado practicando el idioma por dos días nada más.

- Es… - Bella pestañeaba, no encontrando palabras. - ¡Alucinante! ¿Nunca antes habías practicado italiano? - Elish comenzó a sonreír y su cara se tornó traviesa.

- Italiano no, pero si he estudiado algo de español, con papá. Él lo habla perfectamente. - Explicó. - Ambos idiomas se me parecen mucho.

"¡Cómo no! Don perfecto tenía que hablar idiomas… porque seguro que no solo hablará español"

- Eso lo explica, pero aun así… - Bella frunció el entrecejo. un segundo - Tienes un gran potencial para las letras. - Sonrió disimulando el gesto contrariado.

Algo no cuadraba. Elish era demasiado inteligente; por mucho que le explicara Carlisle que era algo de cromosomas… Esa inteligencia, esa madurez… No era normal.

Nada de lo que rodeaba a esa familia, lo era.

Pensando eso, pudo captar entre Alice y Edward una mirada… extraña. Era igual que si, de alguna forma, estuviesen comunicándose entre ellos, sin palabras.

Como así era. Alice le estaba diciendo a Edward que la moto de reparto de la comida, estaba llegando y que Mallory era el que la traía.

- ¿Recojo esto ya? La cena no tardará en llegar. - Bella tuvo que apartar la mirada de los dos hermanos, para atender a Elish. - Así subo a lavarme las manos.

- Si, claro… Puedes recoger. El domingo te dejaré más ejercicios, a ver si podemos avanzar un poco más, ¿de acuerdo? - Elish asintió entusiasmada. - Te acompaño a arriba.

Cuando Bella ya salía de su zona, tras lavarse las manos y comprobar su compresa, escuchó el timbre de la casa así que apuró a bajar las escaleras.

·

- Hola - Saludó Elish al repartidor.

- ¿Vas a pagar tu? - Le preguntó extrañado al ver en la mano de la niña un billete.

- No… ¿Cómo va a pagar ella? - Bella llegó junto a Elish y, discretamente, le guiñó un ojo.

- ¡Ey! Tu eres la sobrina de Charlie, ¿no?… La auténtica. - Soltó el chico, que tendría unos veintitantos.

- ¿La auténtica? - Le preguntó - ¿Qué es que hay sobrinas falsas, como los billetes? - Su sarcasmo era más que evidente.

- ¡Claro! La otra sobrina de Charlie… Era falsa… - Soltó con cierto rintintín.

- ¿En serio? ¡Dios, eres un lumbreras! Menuda elección de léxico. Imagino que te graduarías en literatura, ¿no? - Bella comenzó a enfadarse, ya que estaba faltando al respeto a la difunta madre de Elish y su sarcasmo ya tenía connotaciones ofensivas.

- Joder… ¿Qué viene de familia ser así de bordes? Porque la otra también era… ¡telita de rara! - La ira borboteó en los ojos de Bella - Con la diferencia de que por lo menos tu, hablas… Aunque casi sería mejor que fueses callada como tu… ¿Qué erais… primas? - Bella miró a hurtadillas a Elish, la cual mantenía una pose erguida, pero sus ojos delataban su disgusto. Eso solo consiguió caldearla más.

- ¿Sabes…? No, no creo que te hayas graduado en nada, porque para eso necesitas un coeficiente que estás a años luz de tener, colega. - Le soltó Bella con su lengua viperina.

El chico puso mala cara, meneando la cabeza. En su movimiento, observó la casa y se quedó parado durante un segundo, hasta que volvió su mirada de Bella a Elish y viceversa.

- No… tu lo que eres, es la sustituta. - Bella abrió los ojos hasta casi salirse de sus cuencas. - Parece que todas las mujeres Swan, acaban siendo una Cullen. - Le soltó con tono hiriente.

- Pero… ¿este cretino que se cree? - Jasper estaba alucinado con claras intenciones de levantarse.

- Espera, que le voy a quitar yo la tontería… - Emmet se levantó del sofá.

- Emmet, Jasper… - los llamó Carlisle reprendiéndolos, pero levantándose él del sillón.

Alice se quedó ida un segundo, y la imagen de su visión entró de lleno en la mente de Edward.

- Edward, ¡Ve! - Lo apuró. El vampiro no lo pensó dos veces.

Cuando tuvo visión de la puerta, Bella acababa de estamparle una tremenda bofetada en toda la cara al chico, el cual se sujetaba la mejilla mirándola entre confundido y enfadado.

- ¡Vaya, vaya! Eres toda una tigresa… - La miró obsceno - El cambio le será súmamente grato a Cullen - La sonrisa lasciva que le dedicó, hizo que Bella sintiera nauseas. - A ver si siendo familia auténtica de Charlie, le das a la niñita rara un hermanito normal. - Eso fue el detonante.

Bella se lanzó a por él, como una tigresa, como él había dicho. Igual que cualquier depredador defendiendo a su cría.

Pero su avance para sacarle los ojos a ese cretino no se producía; no se estaba moviendo. Hasta que fue consciente de que unos brazos la tenía firmemente sujeta por la cintura.

Se quedó quieta y giró la cara, para encontrarse con la de Edward a pocos centímetros. Inhaló aire ante la sorpresa.

- Cullen… - lo llamó a modo de saludo.

- Mallory - usó el mismo tono. - ¿Cuánto te debo? - Le preguntó, aun sujetando a Bella por la cintura.

- 31 con 50 dólares. - El chico alzó la ceja de forma arrogante.

- Yo que tu, pensaría bien mis siguientes palabras… No la sujetaré eternamente - le soltó Edward inclinando la cabeza, en un gesto de advertencia.

- Deberías controlar más a tu gatita, Cullen… ¡Menudo gusto que tienes! - Le soltó con guasa ofensiva.

Entonces Edward soltó a Bella y dio un paso en dirección al chico; su rostro atemorizante que congelaba. Bella observando la escena, sintió como un escalofrío le recorría la columna al ver la cara de Edward, entonces fue ella quien lo sujetó del brazo, deteniéndolo.

Él giró la cara hacía ella, y volvieron a mirarse; Bella negó con la cabeza.

- Toma. - La suave voz de Elish los alertó a todos, ya que habían olvidado su presencia. Le entregó el billete que llevaba en la mano - Seguro que al abuelo Charlie le interesa está conversación. - Comentó como si tal cosa. - Quédate el cambio, por compensación de la torta. - Frunció la boca en un gesto guasón.

- Y a tu jefe también le interesará… Sobre todo por la queja por escrito que te voy a poner - Le gruñó Bella.

- Adiós, Mallory. - Dicho lo cual, Edward cerró la puerta sin esperar a que contestara.

Los tres se quedaron en un silencio extraño durante unos segundos, hasta que Elish comenzó a hacer muecas con la boca, intentando esconder una sonrisa de lo más traviesa.

Edward y Bella fruncieron el ceño a la vez, intrigados por el gesto de Elish. Hasta que Bella se fijo a donde apuntaban los ojos de la niña: A su cintura, y al brazo de su padre rodeándola.

Bella contuvo la respiración, sintiéndose de pronto cohibida y… agobiada. Más bien, acalorada.

- Puedes soltarme - murmuró tensa. Edward apartó el brazo como si quemara. Pero al dejar de tocarla, sintió el vacío en su mano.

Era demasiado placentero tocar a esa humana. Apretó los ojos un segundo, serenándose.

Bella suspiró profundamente, buscando calma.

- Siento mucho… - Negó para si misma, conteniendo el aire en los pulmones - No lo he podido evitar… - De su pecho brotó un lamento.

Se agachó para estar a la altura de Elish.

- ¿Estás bien? - La miró con ojos cristalinos.

- Claro… ¿Por qué debería no estarlo? - Bella frunció el ceño.

- ¿Cómo…? ¿Cómo que, por qué? - pestañeó confusa. - Ese chico… - Apretó los dientes con fuerza.

- Tranquila Isabella… Por desgracia, no es la primera vez que ese cretino dice cosas como esa. - Bella abrió los ojos, espantada, ante las palabras de Edward.

- Pero… ¿Cómo puedes permitirlo? - Lo increpó mirándolo con espanto. - No debí pararte… debiste matarlo. - Los ojos de Bella estaban enajenados por el odio. Edward abrió los suyos, no sabiendo si reír o asustarse.

Elish inclinó los hombros, con un rostro de resignación y eso, hizo a Bella bajar toda protección; el muro que había creado para mantener una cierta distancia con la niña, se derrumbó en un instante.

Sin más, se inclinó de rodillas en el suelo y la atrajo a sus brazos, apretándola contra su pecho con fuerza, sin importarle lo más mínimo si a su padre le parecía bien o no.

Elish pasó sus bracitos por el cuello de Bella, profundizando el abrazo.

Edward contempló la escena alucinado, pero su pecho se hinchó con un sentimiento que hacía mucho que no sentía: Amor.

Ver a Bella abrazando con ese amor y protección a su hija lo desarmó por completo; más aun al ver como la niña se aferraba a la chica.

A los oídos de Edward llegó un sonido que hacía mucho que no escuchaba: El sollozo del llanto.

Bella estaba… ¿Llorando?

Edward movido por una fuerza superior a él, se acercó a ellas y giró su posición para poder ver el rostro de Bella.

Ella tenía la cara metida en el cuello de Elish, pero algo la hizo alzarlo y levantar su mirada brillante por las lágrimas retenidas, encontrándose con los ojos dulces, con un fondo curioso, de Edward.

Se mantuvieron la mirada durante unos segundos, hasta que de forma incontrolable, una lágrima rodó por la mejilla de Bella.

Edward jadeó, abriendo los ojos y mostrando una gran comprensión, mientras sentía que su pecho se expandía al percibir un sentimiento olvidado, el cual no quiso nombrar con palabras.

"No debí sujetarlo. Debí dejar que lo matara… Estoy segura que podría haberle arrancado la cabeza; esos brazos fibrosos, prometen tener una gran fuerza…"

Bella se levantó rápida, pero sin ser brusca. Miró hacía Elish con una ternura infinita, respiró profundo y de forma imperceptible, se limpió esa solitaria lágrima.

- Necesito ir… Necesito un momento… - Cerró los ojos con fuerza y negó enérgicamente con la cabeza.

- Yo subo la comida… Jake me ayudará - el nombrado, al igual que el resto de la familia, estaban en la puerta del salón.

Todos estaban consternados. Aunque la grosería fue dirigida hacía Elish, debían reconocer que su estado de tristeza había sido fomentado por la reacción de Bella.

- Bella… - la llamó Edward, consintiendo en nombrarla por su diminutivo aunque se lo tenía a si mismo prohibido. Ella, inhalando una exagerada cantidad de oxígeno, se giró y clavó sus ojos en los de él. - Si llego a saber que te hubiera disgustado tanto, le hubiese arrancado la cabeza - Edward mostró una mirada cargada de sinceridad, pero con un brillo travieso saliendo de sus ojos.

Tan metidos estaban en ese momento "íntimo" entre ellos, que Edward cometió un error de principiante, otro más: Había puesto palabras, las mismas, al pensamiento de Bella.

Bella se mordió el labio para esconder la risita que intentaba escaparse de su boca, y Edward le dedicó una tímida sonrisa de lado.

Alice, atenta en extremo a cada gesto, tuvo que hacer esfuerzos por no jadear. Hacía… ya no podía ni contar la de tiempo que había pasado, desde que vio a su hermano usar "esa sonrisa".

"Dos años y medio… por lo menos. Aunque ha sido muy tenue, estaba ahí. "Su" sonrisa de lado" El pensamiento escapó de la mente de Alice, llegando a Edward; el cual pestañeó un par de veces, y borró el gesto de sus labios.

"¡Dios mío! ¿Y esa sonrisa? ¡Joder! Además… ¡Me ha llamado Bella!"

- Bella, cielo. ¿Estás bien? - Le preguntó Esme, dando un par de pasos en su dirección pero dejándole distancia.

- Si… Yo… - Bella sentía dentro de si un barullo de sentimientos. - Voy un segundo al lavabo… - Se giró hacía Jake - ¿Ayudas tu a Elish?

- Si, despreocúpate, nosotros nos encargamos. - Le sonrió afectuoso.

Se volteó para tomar las escaleras y con la cabeza baja, le habló a Edward. No tenía valor para encararlo.

- Gracias por aparecer, Sr. Cullen.

Sin esperar una respuesta, comenzó a subir las escaleras con celeridad. Podía percibir como las ganas de llorar volvían, y lo que menos quería era montar una escena… Más aun.

Y sobre todo, que Edward, volviera a acercarse a ella, aun podía sentir el tacto de su mano fría a través de la fina camiseta, y como su piel cosquilleó ante la sensación.

·

- Elish… - Edward la llamó y la niña giró para encarar a su padre.

- Tranquilo, estoy bien. - soltó con voz despreocupada. - Estoy acostumbrada a los desplantes de ese impresentable de Mallory. - Rodó los ojos con fastidio.

- Hoy se ha pasado muy de largo. - Comentó Jake - No sé como te has podido contener, Edward.

- Porque Be… La Srta. Isabella me ha tomado del brazo y, vi su cara de terror. No quería asustarla más por un día. - Giró los ojos con diversión.

- No puedo creerme que aun siga guardándote rencor porque pasaras de su hermana en el instituto. - Rose gesticuló mostrando su asombro. Edward asintió, también sorprendido.

- Eso de sustituta… - El comentario de Elish se ganó todas las miradas. - A mi misma me hubiera gustado arrancarle la cabeza. - Soltó con una furia evidente. - Bella no es, ni será nunca la sustituta de nadie. El puesto que tenga en la familia, se lo ganará por méritos propios. - Sentenció firme y convencida, dejando a la audiencia perpleja. - Jake… - Giró hacía él - Avisa a Bella, la comida se enfría y ya le hemos dado unos momentos. No es conveniente dejarla ahora sola. Se ha disgustado muchísimo, pobrecita.

Elish y Jasper se lanzaron una mirada de entendimiento, donde el empático asintió a las palabras de su sobrina.

- Es buena idea que cenéis aquí, con todos - Le comentó su tío. - A ella le vendrá bien la compañía. Hoy la siento… algo baja.

- Así hablaremos de lo de mañana, para concretar una hora para subir. - Comentó Alice. - Edward, intenta ser agradable - lo fulminó con la mirada y el nombrado rodó los ojos con fastidio.

A Bella no le hizo demasiada gracia tener que bajar a cenar al salón, junto con toda la familia, pero Jake fue muy persuasivo, a parte de que de pronto sintió su voluntad ceder.

Eso no fue otro que Jasper obrando su magia.

Al final la velada resultó mucho más que agradable. Fue un rato divertido y familiar, donde el vínculo de Bella se iba afianzando con la familia. Pero igual que la confianza iba en aumento, también la percepción de Bella ante las "rarezas" de los Cullen.

- Bella… - la llamó Carlisle nada más que bajó. - No quiero que hagas caso a nada de lo que ha dicho ese chico. - La miró fijamente, Bella se mordió el labio sintiéndose ruborizada.

- Es un cretino. - Puntualizó Emmet con voz de asco.

- No entiendo porqué se puso así - murmuró Bella acongojada.

- Es una rencilla que tenemos desde el instituto. - Añadió Edward; Bella alzó la mirada con timidez. - Pero como dice mi padre, no quiero que le des más vueltas ni te disgustes… Ese cretino - Emmet y Edward se lanzaron una mirada cómplice. - no merece tu consideración, y mucho menos tus lágrimas. - Aunque su rostro estaba serio, su mirada estaba repleta de ternura.

"Que mirada más dulce… Cualquiera mujer podría enamorarse instantáneamente de él…"

Bella parpadeó seguido, confundida por su propio pensamiento, al igual que Edward… que se quedó atónito.

- Con esto, queda el tema zanjado, ¿de acuerdo? - Clavó su hipnótica mirada en ella, la cual asintió sin poder de decisión alguna.

·

·

Capi completito.

Bella va formando su rutina en su nueva vida.

Estos dos, no pueden estar juntos ni dos minutos sin acabar montando una escenita... Bueno, realmente es Edward el que acaba liándola.

La visita de Bella al médico... un diagnóstico bastante pésimo. ¿Qué creéis que pasará?

Espero vuestras ideas.

¡BESOS MILES!