¡Hola mis Bellas!
Lo siento y mil veces lo siento. Pero me ha sido imposible publicar... Básicamente porque no he podido escribir durante semanas ni una sola palabra.
Pero he acabado este largo capítulo y ya tengo encauzado el siguiente.
Espero que lo disfruteis.
Mil GRACIAS todas las que seguis interesadas en la historia.
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CAPÍTULO 15
"¿Hueles eso? Es sangre… Y una cantidad importante"
Edward asintió al pensamiento de Jasper; entre ellos y Alice se lanzaron miradas preocupadas.
"¿Le bajaría la regla a Bella?" Preguntó dubitativa Alice.
Edward frunció el ceño y arrugó la boca, inconforme con la deducción de su hermana. Olía demasiado fuerte para ser la menstruación.
- Bella… Vas muy callada. ¿Te ocurre algo? - Preguntó la niña, al ver que llevaban varios minutos de trayecto y la chica no había abierto la boca.
- No, cielo… - Pronunció casi arrastrando las letras. - Estoy agotada. Ha sido un día… muy largo. - Respiró, con cierta dificultad - Pero lo he pasado genial, en serio. - Bella intentó darle algo de énfasis a sus últimas palabras, sin apenas conseguirlo.
"Papá… ¿Ves algo extraño en Bella? La noto… rara."
Edward no podía estar más de acuerdo con el pensamiento de su hija. Él también se había percatado de lo callada y "rara" que estaba la chica.
La miró más directamente, y comprobó que Bella iba con los ojos cerrados y una posición corporal extraña. Tenía el cuerpo como… desmangado. Como si se sintiera extremadamente débil para sujetar su cuerpo en una postura más erguida.
También pudo comprobar como sus latidos eran lentos, pero su frecuencia cardiaca estaba acelerada. Su rostro estaba pálido y hacía unos ruidos extraños al respirar, como jadeos.
- ¡Mierda! - Gritó Edward de pronto asustando al resto de ocupantes.
El monovolumen gruñó ante la exigencia de velocidad al pisar el vampiro el acelerador a fondo.
- ¡Edward! - Chilló despavorida Alice - Deprisa… Ella se... - La vampira miró hacía Elish, que ya tenía los ojos y la boca abiertos de par en par, mostrando pánico.
- Estoy llamando a Carlisle. - Anunció Jasper.
- Elish… - La llamó su padre - Quiero que estés tranquila. A Bella le ocurre algo, pero el abuelo sabrá atenderla y todo quedará en un susto. - La pequeña asintió, con el rostro tenso de miedo.
- Está desangrándose. El coche está inundado del olor de su sangre. - Murmuró la niña.
El sangrado masivo de la chica, era de tal magnitud que hasta un humano podría haber notado su olor.
Justo cuando giraban para entrar al camino de acceso a la casa, Edward observó como la alfombrilla del coche, estaba completamente teñida de rojo.
- ¡Joder! - Gruñó enloquecido. - Bella… Bella… - La llamó.
- Ummm - suspiró la chica.
- ¿No ha perdido la consciencia? - Preguntó asombrado Jasper.
- Increible, pero no.
- Eso es lo que la salvará… - Anunció Alice. - Si consigue mantenerse despierta y le dice a Carlisle qué le ha ocurrido, esa será su única opción de salvarse.
- ¡BELLLAAAA! - Comenzó a gritar Elish, cayéndole unas pocas lágrimas por el rostro. - ¡Bellaaaa… por favor… Despierta! Tu no… por favor… tu, no. - Murmuró la niña destrozada.
- Elish… - murmuró Bella, moviendo con gran lentitud la cabeza.
- Sigue así Bella… No te duermas por favor. Aguanta un minuto. - Suplicó Edward con claro miedo en la voz.
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El coche hizo un sonido horrible al frenar con violencia, el cual no había llegado a pararse del todo, cuando Carlisle abrió la puerta del copiloto.
El resto de la familia, un paso por detrás de él.
- Bella… ¡Bella! Mantente despierta. ¿Qué ocurre? ¿Sabes por qué sangras? - Le preguntó con apremió Carlisle.
- Ummm - Bella dejó caer la cabeza, al punto del desmayo.
- Se desvanece… Ella está…- Jasper no fue capaz a terminar esa terrible frase.
- Bella… - La meneó Carlisle. - ¡Vamos, preciosa! Mantente despierta. Respóndeme, ¿Por qué sangras? - Suplicaba Carlisle.
Edward le puso sus manos heladas en la cara a Bella, la cual pareció reaccionar ante el tacto.
- Vamos Bella… Tu puedes. Contesta o morirás en unos minutos. - Le habló con seriedad Edward. - ¿Quieres morir? ¿Quieres morir delante de mi hija? - El vampiro acercó la boca al oído de Bella y le susurró. - ¿Vas a hacerle lo mismo que su madre? ¿La abandonarás?
Bella apretó los ojos y con un jadeo, llenó sus sufridos pulmones con oxígeno.
- Sufrí… un accidente de coche… Estaba embarazada de 16 semanas y mi… mi niña, - Tomó aire - murió al minuto… tras parirla.
Toda la familia se quedó en shock. Rosalie estaba acongojada; Emmet, en shock como el resto, la abrazó con ternura.
- Se me… desgarró una arteria uterina… - Su pecho subía y bajaba con movimientos lentos, pero violentos, intentando no ahogarse.
- No hace falta que digas más… Guarda fuerzas. Te salvaré, no temas. - Le prometió Carlisle.
- Debía… tener cuidado… - lágrimas cayeron por sus ojos. - Voy a morir… - Clavó durante un eterno segundo sus ojos en los de Carlisle.
- Mientras yo esté aquí, eso no va a ocurrir. - Prometió el vampiro tomándola entre sus brazos con cuidado.
- Después de comer, la vi hacer un gesto de dolor y tras la última ronda de trabajo, su rostro se veía cansado. - Comentó Edward a Carlisle en voz baja para que ella no oyera. - No le di más importancia porque ella estubo bien el resto de la noche. - Retahiló Edward nervioso. Carlisle asintió sin apartar la mirada de la chica.
Bella pestañeó lentamente, mirando con ojos tristes al vampiro.
Giró su cara, buscando a Elish y Carlisle paró, ya que entendió lo que la chica buscaba.
- Lo siento… - Elish aguantó la respiración, mientras las pocas lágrimas que podía generar, resbalaban por su conmocionado rostro. - Te quiero, nena… Cuida de tu padre. - Y hasta ahí.
Bella dejó de hablar, para caer completamente desplomada en los brazos de Carlisle.
- ¡Dios mío, NOOOO! - Chilló Elish.
- Carlisle… - La voz de Esme estaba bañada en pánico.
- Has de convertirla. - Soltó Emmet sin dudar.
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Mientras parloteaban, Carlisle se fue al ático, ahora con Bella inconsciente, a su paso vampírico. Unas escaleras, al otro lado de la casa, llevaban hasta él.
Llevaba sin subir allí casi dos años y medio. Justo cuando Elish había nacido.
- Rose, Edward… conectarlo todo. - Ordenó como un general.
Emmet y Esme, también subieron, aguantando estoicamente el fortísimo olor a sangre que desprendía Bella, ayudando a acondicionar la sala médica que Carlisle tenía montada en el ático.
- Edward. Saca bolsas de sangre de esa nevera. - pidió y Edward obedeció - Espero que lleguen… porque ha perdido casi la mitad de su sangre. - Murmuró frenético. - Tras lo de Amelia, solo recargué unas pocas bolsas… ¡Maldita sea!
- No podemos dejar que muera… Si ocurre, ¿quien le dará cara a Charlie? - Comento Esme. - Carlisle, debes hacer lo que sea. - Su voz no dejaba lugar a dudas.
Esme se refería a convertirla, tal como había propuesto Emmet.
- ¿Lo harás? - Preguntó Edward.
- ¿Alguién pondría objeción a ello?
Se hizo el silencio.
- Bien. Esperemos no tener que llegar a eso. Pero tengo solo un par de minutos. Si no, tendré que morderla antes de que no tenga sangre para repartir el veneno… Entonces, será tarde incluso para transformarla.
Mientras hablaba, Carlisle no dejaba de moverse.
Rose le puso un gotero y Edward y él mismo, comenzaron a ponerle vías con medicamentos.
Le inyectaron una bolsa de sangre, mientras colgaban otra.
Carlisle la movió y le clavó con cuidado una aguja de anestesia epidural en la espalda.
Le inyecto anestesia en el bajo vientre; a la altura de donde estaba su útero.
Tomó un bisturí y se disponía a abrirla.
- ¿Vas a hacerle una cirujía mayor sin dormirla entera? - Preguntó asombrado Edward. - ¿Sin intubarla? ¿Y si despierta? - Preguntó nervioso.
- Su corazón no aguantaría esa anestesia. Le he dormido la zona. No sentirá ningún dolor. Y si despierta, habrá que calmarla para que esté quieta, pero… espero que eso no ocurra.
"Pi - pi - pi - "
Varios picos ensordecedores comenzaron a sonar, martilleando la habitación.
- ¡Va a entrar en parada! - Gritó Carlisle, asustado.
El doctor comenzó a reanimarla e inyectarle los medicamentos adecuados. Abrió el goteo de la sangre para que entrara a chorro.
- Tengo que intervenirla ya. Toda la sangre que entra, está saliendo a la misma velocidad. - Voy a cortar… Podeís salir si queréis. - Ninguno de los otros dos vampiros se movieron.
Carlisle hizo una pequeña incisión y un escandaloso chorro de sangre salió de la chica.
- ¡Dios! Está llena de sangre, no veo…
Edward, aguantando estoicamente, se acercó y comenzó a limpiar la zona con el succionador; le pasó a su padre gasas para limpiar y que el doctor tuviese el campo lo más claro posible.
- Bien… voy a meter la mano… - Carlisle revolvió en las entrañas de Bella, hasta que dio con la causante de tal estropicio. - ¡La tengo! Pero… está tan desgarrada que no soy capaz a coserla… se me escapa de entre los dedos. - Murmuró agobiado.
Tras pelearse con la maltrecha arteria, Carlisle, con una maña que cualquier cirujano mataría por tener, consiguió cauterizar y coser la causante del sangrado.
- ¡Listo! - comprobó la zona. - Ahora solo queda que no fuese demasiado tarde y se reponga. - comentó el médico observando el monitor. - Está extremadamente débil. Hay que meterle sangre con urgencia.
- Es la tercera bolsa que le pongo. - Comentó Edward.
- Aunque la lesión está reparada, la merma de sangre ha sido gravísima. Aun puede sufrir un paro cardíaco, o un colapso orgánico. Necesita mucha, muchísima sangre más.
- Solo quedan dos bolsas. - Rose miraba hacía la nevera con pavor.
- Es insuficiente. - Carlisle arrugó su perfecta frente con visible preocupación. - En cuanto acabe de coserla, me escapare al hospital y traeré más. Tengo varias bolsas apartadas en una nevera. Cuando hice el pedido, no se porque no las traje a casa…
- No las trajiste porque ya no había ningún humano aquí. - Carlisle asintió, dejando escapar un suspiro, mientras cosía a Bella.
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Toda la familia tenía sus sentidos al límite para poder estar atentos ante cualquier cambio en Bella, desde el salón, donde habían bajado una vez Carlisle comenzó a abrir a la chica. Elish se acobijó entre Esme y Alice, las cuales no cesaron en darle caricias y susurros tranquilizadores, ya que la niña no cesaba de llorar.
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- Carlisle, creo que está despertando - comentó Edward.
Decir que ver a la chica comenzar a pestañear y mover la cabeza, lo puso nervioso, era quedarse corto, ya que desde que se percató en el coche, que ella estaba teniendo un hemorragia mortal, sus nervios estuvieron a flor de piel.
- Umm… - gimió ella, pestañeando.
- Edward, debes mantenerla quieta. Aun me quedan algunos puntos.
El vampiro se situó a su lado, cerca de su cara y le habló con voz suave.
- Bella, has de quedarte quieta. Carlisle está cosiéndote y… - No pudo seguir.
- ¡Noooo! - Bella intentó levantar la cabeza, pero los brazos de Edward la rodearon imposibilitando cualquier movimiento. - Pero.. ¿qué? - Jadeaba confusa.
- Tranquilízala Edward, sus constantes están subiendo demasiado. - La máquina a la que Bella estaba conectada, monitoreando sus constantes, comenzó a pitar de forma atronadora.
- Bella… Tranquila. Todo está bien. Debes mantener la calma. - Susurraba el vampiro.
- Tengo… Tengo que ir a un hospital. Voy a morir… - Murmuró con el pánico reflejado tanto en su voz como su en rostro.
Bella miraba a su alrededor, adormecida, y veía algo parecido a un hospital, pero aunque estaba atontada, algo le decía que no estaba en un quirófano; no tenía idea de qué estaba pasando y que le hacían Edward y Carlisle.
- Carlisle te ha salvado. Está cosiéndote. Has tenido una hemorragia fortísima - Volvió a repetir Edward. Pero Bella no entraba en razones. La merma de sangre, más los medicamentos administrados, la tenían drogui.
- No… ¡Suéltame! - Bella seguía intentando moverse; pero entre su estado débil y la fuerza que notaba hacía Edward sobre ella, la hacían ponerse más y más nerviosa.
- No puedes moverte. Se te soltarán los puntos. Estás bien. - Su voz, engañosa, sonaba suave y calma, imposibilitando los intentos de Bella por moverse; y ella, viendo como sus esfuerzos se veían reducidos a la nada, ante la fuerza descomunal de Edward, cada vez se sentía más asustada.
- Bella, se que estás asustada - intervino Carlisle. - Estás a salvo. Intenta tranquilizarte, querida. - Bella miraba a Edward, que tenía su rostro cerca del suyo, con auténtico pavor, y empapado en sudor.
Carlisle, dándose cuenta de que Bella no se calmaría por si misma, le mandó a Rose que le administrase un fuerte tranquilizante en el suero, para dormirla.
- Con lo que me gustas… - Soltó Bella, con la lengua comenzando a trabarse. Edward pestañeó sorprendido. - Podría… incluso enamorarme de ti… - Ahí Edward abrió los ojos fuera de si. Incluso Carlisle paró un segundo, sorprendido ante tal confesión - Sabía que eras peligroso… vas a dejarme morir… Como hiciste con Amelia… - Bella abrió los ojos y la boca con exageración; el aire no entraba en sus pulmones. Al segundo, la máquina comenzó a hacer un sonido que heló la sangre.
Piiiiiiiiii.
- ¡Ha entrado en parada! - Casi chilló Carlisle.
"Sabía que eras peligroso… vas a dejarme morir… Como hiciste con Amelia"
La frase de Bella, no dejaba de repetirse en la mente de Edward.
Sin previo aviso, el vampiro se abalanzó sobre ella, girándole el cuello.
- No Edward, ¡Espera! - Gritó Carlisle, empujando a su hijo por el hombro. - Dame un momento…
Carlisle comenzó a reanimarla de forma"humana". Tras varios golpes certeros a su corazón y una descarga, el corazón de Bella comenzó a funcionar. Le puso una mascarilla con oxígeno y reguló los medicamentos, el suero y la sangre que entraban por el brazo de la chica.
- Está fuera de peligro… por ahora. - Murmuró consternado mirándola. Alzó la cabeza para encontrarse con la cara desencajada de su hijo. - Edward… ¿en serio ibas a convertirla? - le preguntó con incertidumbre.
Edward se limitó a asentir con decisión y solemnidad.
Carlisle y Rose compartieron una mirada asombrada.
- No ha hecho falta llegar a eso. Ahora que está estabilizada, voy a ir a por la sangre al hospital. Vigilarla. Volveré enseguida.
Carlisle se giró y volvió a acercarse a su hijo.
- Se que dijo lo que pensaba; lo que tenía escondido en lo más profundo de su corazón, pero no te quedes solo con esa frase… - Sonrió pícaro - Recuerda lo que dijo primero. - Edward no contestó, pero dejó salir un suspiro malhumorado. - Aunque creo que eso, sin que quieras reconocerlo, es lo que te hizo saltar a salvarla. - Carlisle le dedicó una mirada de entendimiento.
- Voy a por esa sangre… No os alejéis de su lado.
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En el salón, el resto de la familia se había quedado pasmada ante la reacción de Edward.
Y todos se hacían la misma pregunta…
¿Realmente iba a convertirla?
- Papá iba a morder a Bella, ¿verdad? - preguntó Elish, con un alboroto de sentimientos; algo entre la alegría y la sorpresa.
- No ha sido necesario… No le des más vueltas. - Le contestó evasiva Esme.
Elish miró hacía Alice, la cual permanecía muy callada.
- Lo iba a hacer. - Afirmó sin duda. - Te entró una visión, un segundo antes de que el abuelo parará a papá. - Alice miró para su sobrina con dulzura y una pequeña sonrisa pícara; la conocía bien. - Esa visión, era viendo eso. Que él se lanzaría a hacerlo… a morderla.
El resto de los presentes, aguantaban la respiración, observando a las dos chicas con tensión.
- Si. Exacto. Iba a hacerlo. Lo decidió… firmemente. El futuro cambió, porque Carlisle intervino. - Sentenció Alice.
- Pero… - Esme frunció el ceño, sin entender la acción de su hijo.
Jasper no pudo disimular una sonrisita. Él sabía muy bien porque Edward no dudó en tirarse al cuello de la chica.
Aunque no lo pareciera a simple vista, Bella le entró por los ojos a su hermano nada más que posó los ojos en ella. Un "flechazo".
Era pronto para que Edward se desembotara del todo, y comprendiera sus sentimientos en su totalidad, pero para él, que los sentía perfectamente, estaba claro…
Edward estaba enamorado de Isabella.
Por fin, tras más de un siglo, su hermano estaba conociendo lo que era en realidad el amor.
Y tras el comentario de Bella, a Jasper no le quedaba duda alguna que ella, lo estaba de él.
Había captado parte de sus sentimientos, (ya que igual que con Edward, él no podía sentirla por completo) y la había observado en silencio. Sus gestos, sus miradas… A simple vista parecía una atracción fuerte, pero sabía que había más.
- Escuchasteis lo que le dijo a papá… - Elish miró para todos, pero se detuvo en su tío Jasper, el cual negó.
- Sabes que Bella está protegida por si misma, pero aunque no fuese así, también sabes que yo, jamás revelo un sentimiento privado. - Le recordó.
Aunque el don de Jasper era sutil, podía ver tu alma con facilidad, por lo que él, con la familia, se había impuesto la norma de no revelar sus sentimientos de forma pública.
- Que le gusta, - Rodó los ojos la niña - Era más que obvio… - Sonrió dulce. - pero eso de…. "podría enamorarme de ti" - Los ojos de Elish brillaron de emoción.
- No te hagas ilusiones Elish… - La reprendió con dolor Esme. - Tu padre es muy cabezón, y Bella muy orgullosa. - Suspiró teatralmente. - Él es un vampiro y ella una humana. Es muy complicado.
- Será todo lo complicado que ellos quieran. - Soltó Alice.
- Alice… - La reprendió Esme, lanzándole una mirada hacía su sobrina.
No era buena idea calentarle la cabeza con cosas "imposibles".
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En la sala médica del ático, se quedaron Edward y Rosalie vigilando a Bella.
- Edward… - lo llamó Rose, tras varios minutos de silencio. - No se lo tengas en cuenta, la droga administrada es muy fuerte y la hace decir…
- La desinhibe. - Contestó Edward con tono tenebroso. - Te recuerdo que yo también estudié medicina y se perfectamente lo que les hace este tipo de drogas a los humanos. - Rose asintió, escondiendo la sonrisa. - También sabrás lo que le hace un solo roce de nuestros dientes a una arteria humana… - la rubia le alzó una ceja y Edward refunfuñó en silencio.
En veinte minutos, Carlisle estaba de regreso con diez bolsas de sangre.
Comprobó el estado de Bella, la cual seguía estable, dentro de su gravedad.
- Estas primeras horas, son cruciales. Si no hay altercados en las próximas doce horas, su probabilidad de supervivencia, aumentará.
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Nunca, incluso cuando pasó lo de Amelia, se les hicieron tan largas a los Cullen las horas.
Todos miraban a distintos relojes, comprobando cuánto faltaba para que se cumplieras las dichosas doce horas.
Carlisle no se separó de su lado ni un segundo. Llamó al hospital diciendo que necesitaba tomarse el día libre por un imprevisto familiar.
Todos se pasaron por el ático varias veces en esas horas.
Edward acompañó a Elish en un par de ocasiones, para que la niña pudiese comprobar que Bella seguía viva y estable.
- Papá… ¿sigues enfadado con Bella? - le preguntó cuando salían la segunda vez del ático.
- Un poco - Suspiró, dejando entre ver una sonrisa traviesa.
- Fue duro lo que te dijo… Pero… - por supuesto que Elish defendería a Bella. Eso hizo sonreír más abiertamente a su padre. - Ella solo tiene una vaga idea de lo que pasó, y hay cierta parte que no se le puede decir. Piénsalo. Es lógico que te culpe. - Explicó de forma muy adulta Elish - Por eso te decía que ibas a dejarla morir a ella también.
- Elish… Creo que este tema te queda un poco grande, hija. - Edward le soltó a su hija su frase de siempre, cuando no tenía, o no quería contestar.
- ¡No! No me queda grande. - Contestó molesta. - Deberías hablar con ella, cuando esté bien, y explicarle lo que pasó. De esa forma, Bella dejará de culparte, porque tu - recalcó mirando fijamente a su padre - no tienes la culpa de que mi madre muriera. Yo nunca te lo he reprochado. Jamás; y eso, - lo miró fijamente - es lo que debería importarte.
Edward se quedó sencillamente pasmado.
Gracias a que era un vampiro y su recuperación mental era exageradamente superior a la de un humano, pudo componerse en menos de un segundo.
- Gracias. - Respondió simplemente. - No sabes la falta que me hacía escucharte decir eso.
- Nunca nombramos a mi madre… por varias razones. Y es verdad que me habría gustado conocerla. - Meditó - Más bien, la añoranza de haber tenido madre. Pero se que ella estaba enferma y que no podría haber cumplido como una madre normal. Pero repito, jamás he pensado que tu tuvieses la culpa de su muerte. - Edward asintió, notando algo extraño en sus ojos.
Tras un silencio cómodo, Elish volvió a hablar.
- Por cierto… Me hubiese parecido genial que la mordieras. - Edward pestañeó sorprendido. No supuso que Elish se hubiera enterado de eso. - Lástima que el abuelo te parara… - Elish alzó la mirada hacía su padre, que seguía con cara de pasmo. - No se cuales serían tus razones para hacerlo y no te voy a preguntar… yo se cuales son mis sentimientos por ella. Los tengo clarísimos.
Dicho eso, Elish se lanzó a correr escaleras abajo, sin darle la oportunidad a su padre de preguntar más.
Jake acababa de llegar y quería saludarlo y estar delante cuando le diesen la noticia de lo sucedido a Bella.
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Cuando las doce horas se cumplieron, Carlisle estaba al lado de la chica; realmente desde que había vuelto con la sangre no se había separado de ella.
12 horas y 1 minuto.
El doctor lo comprobó todo. El drenaje, la herida, las sustancias que le estaba administrando, sus constantes y su rostro.
Su piel estaba pálida y fría, casi más que ellos mismos, su presión baja y su ritmo cardíaco algo acelerado.
La falta de sangre había sido de dimensiones desmesuradas y su cuerpo aun dejaba ver esa merma.
- Tiene el pulso algo acelerado. - Comentó Edward acercándose a su padre y observando a Bella.
- Si… Aun necesita más sangre. - Contestó Carlisle mirando el monitor. - Pero es bueno que su pulso esté así, eso significa que el corazón sigue funcionando. Creo, - sonrió muy levemente - que hemos llegado a tiempo.
- ¿Cuándo crees que despertará?
- Voy a mantenerla sedada, así estará quieta y su cuerpo no sufrirá estrés. Es la mejor manera de que se recupere.
- ¿Crees que… lo hará? - Murmuró Edward en voz baja.
- Si. - Contestó rotundo Carlisle. - El corazón funciona bien, fuerte; sus pulmones respiran por si solos y los riñones trabajan - bajó la mirada a la bolsa del drenaje urinario - Mira… hay orina. Eso es muy, muy bueno - Está vez, su sonrisa fue más genuina. - Si los riñones funcionan, es síntoma de que no hay fallo multiorgánico. Aunque hay que seguir observándola.
- Ya han pasado las doce horas… - Sugirió Edward mirando con escepticismo a su padre.
- Las doce horas, eran vitales - recalcó Carlisle. - Si había problemas en ese tiempo, entonces es que había llegado tarde… - le lanzó una mirada de entendimiento a su hijo, el cual inhaló aire y frunció el ceño. - Está viva. Eso revelan estas doce horas. Pero ahora hay que esperar a que no se produzcan fallos en su organismo; aunque tengo esperanza de que se recuperará sin problemas.
Esa última frase la dijo más alta para que todos en la casa pudieran escucharla. Sobre todo Elish.
Jacob, conocedor ahora de lo que había pasado, no quiso abandonar la casa Cullen.
Se había quedado de piedra cuando le contaron lo sucedido.
También él había notado a Bella algo "floja" al final de la fiesta, pero, ¿Quién en su sano juicio, preveería un desenlace como ese?
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22 horas
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- Sigue estable. - Informó Carlisle bajando al salón por primera vez. No se había movido del ático para nada. - Su organismo funciona. - Toda la familia suspiró aliviada. - Le he mantenido todo conectado, pero en unas horas, si sigue así de estable, podré ir bajándole determinadas cosas… el oxígeno, medicación.
- ¿Sigues introduciéndole sangre? - Preguntó Edward.
- Si, le he dejado una bolsa, pero he bajado el ritmo. Su piel está un poco menos pálida y sus pulsaciones más normalizadas. - Explicó.
- Es increíble, con la cantidad de sangre que perdió… y que siguiera lúcida. - Comentó Alice, ante el asentimiento del resto.
- Eso es lo que la salvó. Tu misma lo viste. - Le respondió Edward. - Si no hubiese podido decirle a Carlisle qué ocurría, no hubiese tenido tiempo a salvarla.
- Bueno - tomó la palabra Emmet; su cara dibujada con un chiste - ahora estaría convirtiéndose. Edward no iba a tener tantos remilgos. - le alzó las cejas cómplice y pícaro a su hermano. Edward rodó los ojos con fastidio. Sabía que entre todos, iba a ser Emmet quien le recordara "eso".
- ¿Y Charlie? - Preguntó Rose.
- Se le explicaría lo ocurrido - contestó Carlisle, ante el mutismo de Edward - y aunque sus primeros pensamientos no estuvieran muy conformes con que su única sobrina fuese una vampira, estoy convencido de que agradecería la transformación de Bella, a cambio de que siguiera viva.
Todos se quedaron conformes con la explicación, incluso Rosalie aceptaba la posibilidad, ya que ante la opción de morir, el jefe Swan preferiría tener a su sobrina eternamente viva.
Edward, ahora con la cabeza lúcida y con la chica estable, meditaba sobre las consecuencias de tenerla en la familia, como una igual.
Las palabras que había soltado Bella le retumbaban en la cabeza:
- Podría… incluso enamorarme de ti… -
¿Sería posible?
Su ceño se frunció y sus puños se cerraron, notando como la ira lo recorría.
Sin mediar palabra, salió como ánima del salón. Necesitaba correr y despejarse.
La familia se quedó mirando por donde había salido Edward, con gestos contrariados.
- Está afectado. Imagino que esto le habrá recordado lo de Amelia. - Esme suspiró con pesar.
- No. - Soltó Alice sin titubear. - Amelia no le ha pasado por la mente… podría asegurar que ni una sola vez. Él está afectado por las palabras que dijo Bella. - Jasper con un gesto pícaro, asintió.
- Edward… ¿Está enamorado de Bella? - Preguntó Esme asombrada.
Jasper no contestó. Se limitó seguir con la cabeza erguida sin pronunciar palabra.
- A él le atrae desde el primer día - Soltó Emmet, mostrando una sonrisa pilla, recordando la conversación que tuviera con su hermano cuando Bella entró en la ducha. Jacob asintió frunciendo la boca - Pero entiendo que le resulte agobiante que otra humana vuelva a atraerlo.
- Y encima familia de Amelia… Aunque no lo sean biológicamente. - Añadió Rose. - Es… complicado.
- Os pido que no lo agobies. - Carlisle se levantó del sofá, mirando hacía toda la familia, dedicándole su última mirada a Alice.
- ¿¡Qué!? - Exclamó ella, haciéndose la ofendida.
- Alice… - El tono del patriarca estaba bañado en condescendencia. - Se que has visto posibilidades, pero, deja que las cosas fluyan. No atosigues a tu hermano. - La miró serio. - Como bien ha dicho Rose, la situación es complicada.
- Si no lo llegas a detener - puntualizó Jasper, interviniendo por primera vez - Ahora mismo Bella estaría convirtiéndose. - Clavó su mirada en la de Carlisle - Y créeme cuando te digo que no sentía remordimientos… ni los siente ahora. Solo está… - Jasper suspiró. - Confundido.
De pronto, Carlisle cayó y alzó la mirada al techo.
- ¿Qué ocurre querido? - Esme se levantó también del sofá con pavor.
- Creo que Bella está despertando. - Se miraron entre todos con ojos esperanzados.
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Espero que os haya gustado.
A Bella le ha pasado factura el no cuidarse... Al punto de estar al borde de la muerte.
O... al borde de convertirse en vampira.
¿Qué opináis de lo que estuvo a punto de hacer Edward?
