¡HOLA MIS BELLAS!
No he tardado mucho, ¿no?
Os traigo un capi que va a encantaros. Por muchas razones... y lo he querido subir ahora, como regalito anticipado de Papá Noel, o Santa Claus... Espero que me de tiempo a subir otro antes de Navidad, (no prometo nada, jejeje!)
·Reacciones tras la discusión de Edward y Bella. ·Aparición de un personaje que estabais deseando. ·Cambios en la relación entre Bella y los Cullen... ¡Vamos, completito!
Disfrutarlo.
Wilson Eloy. Wenday 14. phoenix1993. jupy. Yolo'sS. Mapi13. magic love ice 123. Wendy andino. Maribel 1925. Adriu. liduvina. sandy56. Eli mMsen. Adriana Molina. Cinti77. nydiac10. piligm. ivanayazu. robertsten-22. Yoliki. Sanveronica. Diana Sabat Molina. Jade HSos. Rut Barrerio. alicecarolina11. Ninacara. PaolaValencia, Chiarat. CHRCullen. Ale74. Maryluna. Indignada24213. Rosa Yinu. mony17. Andre22-twi. OnlyRobPatti. bbluelilas. Manu NyN.
FINAL del CAPÍTULO 18
Por mucho que Elish "hipnotizara" a Bella, había cosas de las que no era capaz de modificar.
Si consiguió que Bella eliminara el pudor con toda la familia, haciendo que la chica se sintiera con más confianza y que las cosas extrañas que su tutora observaba, las obviara.
Eso ayudó a que se integrara más y más rápido. Ya que Bella llegaría a tratarse así con ellos, con el tiempo. Pero Elish quería que fuese ya. Quería disfrutar de la Bella abierta ahora.
La familia no estuvo muy convencida con esa actuación de Elish en un principio, pero tras ver lo bien que resultó, lo bien que estaban todos, no le impidieron a la niña que de vez en cuando, volviese a hacer su magia con la humana.
CAPÍTULO 19
- Pero, ¿Cómo me puedes decir que no le de importancia? - Bella pestañeaba asombrada, y su rostro estaba tenso por la indignación. - Charlie, te digo que los he visto mirarse… y no es una mirada inocente y familiar. Se comían el uno al otro.
Charlie estaba al tanto del avance en la relación de los chicos, y aunque estaba sobre aviso por Carlisle, y por la propia Elish, no contaba con la pasión con que Bella defendía a su nieta.
- Bella… No te alteres, de verdad que no pasa nada. Creo que estas observándolos con ojo clínico y por eso estás exagerando. - Charlie ya no sabía que decir.
- ¿Qué? No me puedo creer que me contestes esa patraña. - Respondió furiosa.
- En pocos meses Elish dará otro estirón y ya será lo suficientemente mayor. Problema resuelto - Charlie inclinó los hombros en señal de convicción. Bella abrió los ojos, perpleja.
- Vale… lo que tu digas. - Soltó airada.
- Bella, en serio… No te metas más. Todos agradecemos tu preocupación, pero no insistas con el tema. No hay nada malo, y lo único que consigues es hacerte mala sangre, a parte de que tienes a Jake atemorizado. - Casi sonrió; Bella abrió los ojos alucinada.
- Es un pederasta. Hasta casi puede acercarse a incesto. - Gruñó.
- Bella… - la reprendió Charlie - Eso, son acusaciones muy serias y, muy feas. - la miró molesto.
- Vale, vale… - Alzó los brazos en señal de rendición. - ¿Sabes? Yo no quiero responsabilizarme de algo como esto - Charlie rodó los ojos. - El que tenía que estar pendiente de estas cosas es su padre. Alguien debería llamarlo y contarle lo que está pasando… - Calló. De golpe, al ver como su tío la miraba. Con una discreta sonrisa, pero cargada de dulzura.
- Ya veo… - Murmuró mirando hacía su sobrina, ahora con cierta picardía.
- ¿A qué viene esa sonrisa? ¿Y qué quiere decir eso de "ya veo? - Charlie alzó las cejas, gesticulando con los ojos.
- No, ¡No! - Alzó la voz. - Te estás equivocando.
- ¿En qué me estoy equivocando, según tu? En que estás exagerando con el tema de Jake y Elish, y así haber una excusa para llamar a…
- ¡Basta! No sigas por ahí. Estás completamente equivocado. - Charlie la miró ahora con comprensión; a Bella le ardían las entrañas. - No quiero seguir dando lástima con el tema de… Edward - le costó horrores pronunciar su nombre. - No estoy exagerando nada, con el fin de nada… Él es el que se fue. - Apretó los dientes. - No lo menciono porque todos ponéis esa cara de pena. Yo estoy perfectamente; en el fondo me hizo un gran favor marchándose - Alzó la cabeza con orgullo. - Me voy a la cama, mañana madrugo. Buenas noches.
Esa noche, como otras muchas, Bella tardó lo inmedible en conciliar el sueño. No podía sacarse a Edward de la cabeza; y cuanto más fuerte quería aparentar ser, más débil se sentía.
·
Al día siguiente no tenía clase, pero tenía que ir a Port Ángeles a hacer unas compras, y quería ir pronto para aprovechar el día.
Ese día iba a ir sola, y lo agradecía.
Desde que su relación con los Cullen había avanzado, era raro el fin de semana que no hacían cosas juntos y el bajar a Port Ángeles de compras, era ya una rutina entre las chicas.
Tras una mañana ajetreada, decidió parar en una terraza cerca del puerto. Era un sitio donde solían parar las chicas cuando bajaban, sobre todo desde hacía unas semanas ya que el tiempo había mejorado y el calor comenzaba a asomar.
Tras servirle el café y unas galletitas, el camarero que casi siempre las atendía, le tiró los trastos, como habitualmente hacía; ese día, al verla sola, fue un tanto más lanzado que de costumbre.
Era un chico guapo, alto, delgado, pelo castaño y ojos marrón muy claro.
Bella, sin querer ser descortés, ya que el chico no se estaba sobrepasando, lo cortó aprovechando una pregunta que le hizo él, con el propósito de saber más de ella.
- Si, hoy he bajado sola. Es raro - sonrió. - Pero mis cuñadas y mi suegra estaban ocupadas. - El chico se quedó de piedra.
- Así que… ¿Sois familia?
- Si claro, soy la pareja de su hijo y hermano. - Respondió mirándolo con una sonrisa suave.
- Amm, ya veo. Bueno, la dejo tomar su café tranquila.
Problema solucionado.
Pero… ¿Por qué le molestaba tanto un coqueteo?
Era un joven guapo y educado, pero…
"¡Mierda de vida! No quiero que sea él quien me coquetee… ¿Hasta cuando voy a guardarle la ausencia?"
No lo pudo evitar y apretó los ojos con fuerza, intentando canalizar la rabia.
Su mente comenzó a recordar de forma inconsciente…
FLASHBACK
Tras aquella discusión con Edward, se despertó al día siguiente más tranquila y sin dolores.
Tras unos segundos, espabilando, la inercia la hizo girarse. El butacón de su dormitorio estaba pegado a la cama, y la estancia tenía un algo, como si no hubiese estado sola; como si alguien hubiera estado allí, con ella hasta tan solo unos instantes.
Los ojos, de forma automática se dirigieron a su mesita de noche, donde descansaba un papel con su nombre.
Bella,
Lo siento. Siento muchísimo lo que ocurrió la pasada noche. No quise hacerte daño, créeme cuando te digo que es lo más lejos de mi intención.
Cuando despiertes, me habré ido. Creo que es lo mejor para ambos. Será la mejor manera de no hacernos daño, sobre todo yo a ti.
Pasaré una temporada fuera, así tú, estarás mejor. Estarás mejor sin mí.
Te deseo una pronta mejoría.
Edward.
De sus ojos, comenzaron a caer lágrimas descontroladas y las pulsaciones bombardeaban sin compasión sus venas.
El subidón de adrenalina la hizo levantarse de la cama con violencia.
- Bella… Debes volver a la cama. - La voz de Carlisle sonaba distante, pero sabía que estaba a su lado. - Tranquila. - Bella se giró con urgencia, encarando al doctor.
- ¿Tranquila, dices?
- Se que estás disgustada - Bajó la mirada con pesar. - Pero ante todo debes pensar en ti. Él se ha ido exactamente por eso, para que te recuperes y…
- ¿Qué lo ha hecho por mí? Lo ha echo porque no soporta verme… Verme viva y su mujer…
- No. - Alice entró en el dormitorio - Bella, es todo lo contrario, créeme. Él intuye que piensas eso, y… en vez de desmentírtelo, ha tomado la decisión de irse para no hacerte daño.
- ¿Daño… daño a qué? Si no es esa la razón, ¿por qué no le ha echado valor y me lo ha dicho a la cara? - Gritó.
- Pues tu misma te has contestado… No ha encontrado coraje para hacerte frente. - Respondió Carlisle.
- Estarás mejor sin él. No te quedabas más tiempo aquí porque siempre estabais a la gresca… No lo soportas. Así que, no entiendo porque estás tan enfadada. - Alice uso la psicología inversa, y Bella coló hasta atrás.
- ¡No! - Chilló - No puedo, no quiero… Si él no está… - Gimoteó.
- Bella… ¿Estás enamorada de Edward? - Preguntó directamente Alice; Carlisle miró hacía su hija asombrado por lo directa de la pregunta.
Bella se quedó perpleja. Un rubor intenso le coloreó la cara y sus ojos brillaban intensamente.
Cosa a parte fue el cambio en sus latidos; su pulso cambió y el corazón le brincó de una forma diferente.
- No hace falta que respondas… Tu cuerpo y tu silencio, han respondido por ti.
·
El semblante de Bella cambió, mostrando un horror desmedido.
Ella se giró para darle la espalda a Alice y Carlisle, y en su recorrido vio las flores, flores que ayer no estaban allí.
Las que había puesto Esme estaban en la mesa auxiliar al lado de la ventana, no en su mesita de noche.
Tomó el jarrón con el precioso ramo de flores y con gran fuerza, lo estrelló contra la pared.
Casi no había estallado el florero, Bella se inclinó sobre si misma debido a un dolor punzante "ahí" abajo.
Carlisle se posicionó a su lado en un nanosegundo, obviando el movimiento veloz que hizo.
- Bella, por Dios Santo. - La alzó en brazos, y con el movimiento, un olor familiar entró en sus pupilas gustativas.
Sangre.
- Voy por tu maletín. - Alice salió como un ánima del dormitorio.
- Lo siento… No se que me ha pasado…
- No te preocupes… Tranquila cielo - Carlisle le acarició con gran ternura la espalda.
- Él, se ha ido… Sin despedirse, sin… nada… solo una nota… - Se abrazó al cuello del doctor y sabiéndose a solas, se dejó ir y lloró.
- No podía despedirse… Si lo hubiese hecho, no se habría ido.
Se le había saltado un punto. Pero estaba cicatrizado, así que no fue nada grave, la sangre solo fue al romperse el hilo y cortar un poco de piel. Carlisle lo curó y aprovechó a quitar los pocos que le quedaban. Todos estaban bien y listos para retirar.
·
·
Durante días, Bella no hizo nada; apenas hablaba y comía lo justo para que Carlisle no le soltase sermones.
Estaba tumbada en la cama, mirando hacía el ventanal con la mirada ida.
De vez en cuando alguna lagrima traicionera salía de sus ojos y soltaba algún suspiro; eso era el único movimiento que hacía por si misma.
Se dejaba ayudar en todo. Para levantarse al baño, para ducharse, cambiarse de camisón, incorporarse para comer… Y todo, sin oponer ni la más mínima resistencia.
Incluso cuando Carlisle le dijo que podía levantarse, que con ayuda, la dejaba bajar al salón, Bella lo miró, bajó los ojos y se giró dándole la espalda al doctor.
Todos estaban desolados. No digamos Elish, que echaba chispas contra su padre. Se había ido por no hacerle daño a Bella, y viéndola en ese estado, la jugada había salido completamente al revés.
·
Cuando se cumplió una semana de la marcha de Edward, Elish se tumbó al lado de Bella, y la miró hasta que sus ojos se encontraron con los suyos, la tomó de las manos y sin miramientos, clavó sus orbes y comenzó a hacer su magia.
Debía cambiar el estado de ánimo de Bella como fuese. Tras el último golpe de crecimiento, su don también se había potenciado, y tras meditarlo todos esos días, decidió por si sola, usarlo.
Jasper le mandaba oleadas de calma, incluso probó a hacer lo contrario, y lo único que conseguía era enfadarla, haciéndola llorar y tirar cojines con ira al suelo.
Tras un minuto, Bella comenzó a reaccionar. Su rostro fue cambiando, llenándose de determinación.
El don de Elish estaba funcionando.
La niña, la pre adolescente ahora, sonreía engrandecida de orgullo.
Los primeros días, Elish estuvo muy al tanto de Bella, y de vez en cuando "enredaba" sus miradas para darle un empujoncito de moral alta a su profesora, a su ahora, íntima amiga. Su familia. Lo que Elish consideraba más parecido a una madre.
FIN FLASHBACK
·
Bella suspiró al rememorar aquellos días. No sabía que había pasado, pero estaba convencida que fue gracias a Elish. Es como si la hubiese despertado de una pesadilla de la que no podía salir.
Fue como, magia.
Sonrió mientras recordaba, porque a partir de aquello, de una forma mística, preciosa, su relación con el resto de la familia, fue en aumento.
Fue como si se hubiese liberado de reparos, de pudores… Y todas las rarezas que observaba en los Cullen, de pronto, le parecieran nimiedades.
Recordaba, casi riéndose sola en aquella terraza, cuando Emmet se convirtió en su terapeuta. Se había empollado todo lo que debía saber sobre rehabilitación en alguien que hubiese sufrido una rotura arterial.
A parte de que, no sabía cómo, de pronto parecía un fisioterapeuta, ya que le masajeaba la rodilla y le obligaba a hacer ejercicios específicos para fortalecerla y trucos para no apoyar el peso en ella.
Las sesiones, tras los primeros días que fueron más duros y más serios, estaban llenos de risas, picoteos y diversión.
Emmet había usado la música como terapia de fondo, sabiendo su debilidad por ella.
Pronto se unieron Alice y Elish.
Al final, había conseguido hacer bailar a toda la familia. Incluso al serio y distante Jasper.
De lo más bonito, fue bailar con Carlisle. Tan paternal, tan protegida… Era la seguridad, el hogar.
·
Y también pensó en lo de Elish y Jacob. Estaba segura de que ellos se miraban con deseo; ese deseo casi hasta rozando lo inocente, pero cargado de la típica lujuria adolescente, aunque Jake ya era un joven de unos 26 años.
Pensándolo con calma, y estudiando la situación desde distintos puntos, puede que estuviese exagerando con el temita. Si toda la familia estaba tranquila, ¿Quién era ella para meterse? Y menos en las formas enfadicas en las que se lo estaba tomando.
"Lo que intentó decirle Charlie la noche anterior… ¿Sería eso? ¿Mi subconsciente estaba buscando escusas para hacerlo volver?"
Pero… él se fue. Se marchó dejando una triste nota y unas flores… Ni una llamada, ni un mensaje… ¡Nada!
Apretó los ojos y suspiró varias veces. No podía seguir poniéndose así. Se había ido, ¿y qué?
Ella no estaba enamorada de él…
Sacudió, literalmente, la cabeza para sacarse a Edward de ella y se prometió a sí misma relajarse y tomarse con más calma el tema de Elish y Jacob.
Aunque no podía evitar una sensación de aprensión cada vez que recordaba esas miradas entre ellos.
·
·
Para cuando quiso darse cuenta, llevaba allí sentada con sus recuerdos más de una hora.
Eran buenos recuerdos, no todos, pero en general… a excepción de Edward, Buenísimos.
Si Edward no se hubiese ido… ¿Habría sido igual?
O… tal como ponía la nota, ¿se hubieran hecho daño?
"Eso solo significaba que él sentía algo por mí, y sabía que yo por él, también.
Sumida en sus pensamientos, fue caminando hacía el coche, cuando algo la hizo girar por inercia.
Una silueta que su subconsciente recordaba perfectamente y la avisó del peligro inmediato:
Michael.
Su ex, estaba a solo unos pasos de ella. Estaba de perfil, mirando, buscando.
Tras recomponerse del micro infarto, Bella abrió rápida el monovolumen y se metió en él como si su vida dependiera de esconderse; de que él, no la viera.
Nunca llegó a pensar que él fuera peligroso en el sentido que la matara, pero sus últimas acciones no distaban mucho de llegar a pensarlo:
No puedo estar sin ti. No permitiré que me dejes. Debes estar conmigo… No escaparas de mí… No te lo permitiré.
Esas fueron las últimas palabras que le oyó decir. Aquella, fue la vez que la zarandeó, consiguiendo acabar en urgencias, y que en el hospital, por error, llamaran a Charlie.
Si Michael se enteró de que había vuelto al hospital, no lo sabía, pero estaba claro que sabía me había ido.
Más de cinco meses habían pasado y no había tenido noticias de él. Lo bloqueó en el móvil y las redes sociales y nunca lo desbloqueó.
Suponía que la había llamado, mensajeado y si aquella amenaza era tan solo la mitad de cierta, habría estado buscándola; pero a nadie le comentó nada. Ni quien vino a recogerla ni a donde se fue. Simplemente, desapareció.
Fue difícil al principio, ya que sus amistades le preguntaron varias veces donde se había ido. Ella solo respondía que necesitaba curar sus heridas y marcar distancia con Michael.
Tras unas semanas, esas amistades dejaron de insistir y mantenían alguna conversación de vez en cuando.
·
Arrancó el coche y salió más rápido de lo debido haciendo chillar las ruedas.
Michael se giró ante el ruido del coche y la vio. La reconoció sin problema, memorizando la matrícula del monovolumen.
·
·
- Ummm… - Alice frunció el ceño ante una visión.
En cuanto Bella se subió al monovolumen, a Alice le entró una fortísima y clara visión de la chica, donde decidía venir a la casa Cullen, a quedarse.
Lo que no sacó en claro era el por qué, y mucho menos, el estado de miedo que percibía en Bella, dentro de su visión.
- ¿Alice? - Como de costumbre, Jasper se posicionó a su lado, tranquilizándola tras el shock que sufría al activarse su don.
- No, tranquilo… - Pero Alice estaba preocupada. - Bella… - Toda la sala clavó sus ojos en ella con preocupación. - Calma… No veo que ocurra nada. Viene hacía aquí…
- Eso ya lo sabíamos - Agregó Carlisle. - ¿Qué te preocupa hija?
- Viene… - inclinó los hombros, confusa. - Nerviosa… Asustada; incluso más que eso, aterrada. - Los rostros de seis vampiros se desencajaron de inmediato. - Algo ha pasado en Port Ángeles… Y la visión me muestra su cambio de decisión, ella iba a pasarse, pero no a quedarse, y eso es lo que ha cambiado. Va a pasar la noche aquí… la veo durante días seguidos. Ella, busca… - hablaba con duda, confusa con su propia visión. - refugio. - Todos se sorprendieron ante esa afirmación. - Busca… no, necesita nuestra protección.
·
Un vampiro en concreto que estaba en la sala, no pudo refrenar un gruñido ante eso.
Sabía que su hermana no se equivocaba nunca; lo que modificaba las visiones era el cambio de rumbo, de decisión, de la persona.
- Alice - la llamó con el tono endurecido, hablando entre dientes. - Por favor… - la mirada de Edward era tenebrosa. - No me escondas nada.
- Edward, cálmate. No le ha pasado nada. ¿A caso crees que dejaría que le sucediese algo? ¿Qué la dejaría sin protección?
- Hermano, te recuerdo que no eres el único vampiro de la casa. - Rosalie lo miró alzando una de sus perfectísimas cejas.
- Ella llegará aquí en menos de 20 minutos. - Anunció Alice.
- ¿Desde Port Ángeles? - Preguntó alarmado Carlisle. - Va a venir muy deprisa, y estas carreteras…
- ¡Ya está! Voy en su encuentro. - Sentenció Edward.
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Aparecer en mitad de la carretera y parar el coche tirando de él? ¿No te parece que eso sería guardar muy poco las apariencias? - Preguntó Emmet con cierta sorna.
- Me dan igual las apariencias. Su vida es más valiosa que eso.
- No le va a pasar nada. La veo llegando aquí, sin sufrir ningún percance. - Detalló Alice.
·
·
Bella llegó a casa de los Cullen, en 18 minutos, aún con el pulso disparado y los nervios a flor de piel.
En cuanto se subió al coche, se dirigió automáticamente allí. Algo le decía, inconscientemente, que allí estaría protegida.
El vehículo dio un estridente sonido al frenar de golpe delante de la puerta de entrada y Bella saltó corriendo hacía la puerta.
Toda la familia estaba esperándola llegar; ya solo el frenazo que había dado al parar el monovolumen indicaba que algo no iba bien.
Algo había pasado. Algo que la había alterado, y mucho.
Todos miraron al mismo punto, al mismo miembro de la familia recién llegado, intentando ser discretos.
·
"Mal día para semejante sorpresa."
Esa frase, y variantes, son las que le llegaron a Edward, y él, no podía estar más de acuerdo.
Había imaginado mil situaciones diferentes para presentarse ante Bella, y varios, por no decir que la gran mayoría, eran con un no buen recibimiento por su parte, pero no hubiera imaginado un escenario como este.
·
- Voy yo. - Decidió el patriarca.
Carlisle interceptó a una muy alterada Bella en el hall.
- ¿Bella? - Le preguntó preocupado.
En cuanto le vio la cara, Carlisle inspiró oxígeno, controlando su consternación al ver en el estado en que Bella llegaba.
- ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué vienes así? - Carlisle se posicionó delante de la chica, la cual lo miraba con el rostro desencajado.
Bella no hablaba, solo respiraba jadeante. Su rostro pálido como la nieve y su pulso disparado.
- Bella… cielo - Esme se acercó a la chica igualmente conmocionada como Carlisle. - Nos estás asustando. - Esme y Carlisle se miraron preocupados.
El resto de la casa salió a recibirla, quedándose unos pasos por detrás de los patriarcas. Edward prefirió esperar un poco más rezagado, para que Bella no lo viese, y se alterara más.
- Bella - Emmet se adelantó y tomó a Bella por los brazos, zarandeándola suavemente. - Habla.
Sin más, dos lágrimas enormes brotaron de los ojos de la chica y su rostro se descompuso en una mezcla entre tristeza y terror.
- Me ha encontrado. - Sin más, se tapó los ojos y comenzó a gimotear, llorando desconsolada.
"¿Cómo ha podido saber dónde estaba? Es imposible, fui cuidadosa al extremo en no dar pistas… Dios mío… y… ¿y si me hace daño? ¿Qué podría llegar a hacerme para obligarme a volver con él?"
Edward no pudo evitarlo y gruñó; un poco más alto de lo debido. Con suerte, Bella estaba demasiado alterada como para registrar el ruido que había hecho.
Todos los demás, observaron a Edward asustados.
Edward se lo comunicó a Rose, y esta se encargó de transmitirlo al resto.
Cuando la noticia llegó a Emmet, este tuvo que hacer esfuerzos para no gruñir como su hermano y, sobre todo, controlar su cara, ya que no quería asustar más a Bella de lo que ya estaba.
- ¿Es Michael? ¿Él te ha encontrado? - Bella asintió. - Cómo… ¿Cómo lo sabes? - Preguntó el grandote, haciendo grandes esfuerzos por controlar su genio.
- Lo he visto… en Port Ángeles. Me subí… rápido al coche, pero… cuando lo pasé… miré por el retrovisor… y él, estaba mirando… fijamente al coche… - Jadeaba. - Me ha visto… lo sé… vi su cara… ¡Dios mío! ¿Qué voy a hacer? - Se tapó otra vez la cara y volvió a llorar, ahora en brazos de Emmet. - Vine directa aquí… Yo… Necesitaba… - Metió la cara en el pecho de su osote.
- Claro que debías venir aquí. Ese hijo de puta no te tocará ni un solo pelo - La voz de Emmet daba auténtico terror. - Lo dije en su momento, que había que ir por él.
- Tranquilo Emmet. - Carlisle puso la mano en el hombro de su alterado hijo, mirándolo con intención. - No asustemos a Bella, más de lo que ya está.
·
Alice se fue al salón, donde se había vuelto Edward; el cual daba vueltas como un león enjaulado.
- Edward… Cálmate. - Alice utilizó un tono conciliador para no alterar más a su hermano. Suspiró, exagerando el ruido, obligando a Edward a mirarla - Mal día para tu sorpresa - Sonrió graciosa. Edward la miró de malos modos.
- Alice… - la llamó reprendiéndola. - ¿La has visto? Está aterrada. Ella, teme que le haga daño… físico. Que de alguna manera la obligue a volver con él… - Apretó con fuerza la mandíbula. - Eso sería por encima de mi cadáver. - Gruñó en un murmullo.
La imagen de él, tomando del cuello a ese tal Michael, volvió a su mente al igual que hacía meses. Igual que la primera vez, cuando ella, drogada por la medicación tras sufrir la rotura arterial, había contado lo sucedido con ese mal nacido, le hizo subir la adrenalina… En su caso, la ponzoña, como la espuma.
Sus ansias de matarlo, le llenaban la boca de veneno y obnubilaba su mente pensando en las formas más dolorosas de acabar con su asquerosa vida.
- Vamos a calmarnos. - Carlisle entró en el salón. Aunque intentaba mostrar paz, su rostro estaba tenso.
- No hay nada que calmarse. Debemos dar con él y hacerlo desaparecer. - Emmet estaba descontrolado, Edward asentía con frenesí.
- ¡Basta! - Alzó la voz Carlisle. - Nadie va a matar a nadie.
- Carlisle… Es una rata; un desecho. ¿Has visto como está Bella? ¿Te es indiferente lo que le ocurra? Tanto que te jactas de que la quieres…
- ¡He dicho que basta! - Subió más el tono Carlisle, endureciéndolo. - Lo primero, no te permito que pongas en duda mi amor por Bella. - Lo miró serio - Y lo segundo, no somos asesinos. Nos ha costado décadas, en mi caso y en el de Jasper siglos, conseguir reconciliarnos con Dios… o con nuestras conciencias, y no voy a permitir tirar por la borda todo ese esfuerzo. Obraremos con calma y con inteligencia.
- Obra como quieras… Pero si esa basura, le toca un solo pelo a Bella, no dudaré en matarlo en el acto. - Sentenció Emmet tajante.
- Esperemos no llegar a eso. - Intervino Jasper, mandando olas de tranquilidad. Emmet gruñó, pero Carlisle lo silencio con una mirada severa.
- ¿Edward? - El nombrado alzó la cabeza y contempló a los hombres de la casa. - ¿Tu qué dices?- le preguntó Emmet.
- Tengo las mismas ganas de asesinarlo como tu, incluso más… Créeme - le lanzó una mirada tenebrosa a Emmet. - Pero Carlisle tiene razón, no podemos tirar por la borda todo nuestro esfuerzo por ser… buenas personas… - Emmet, en otro arrebato, lo interrumpió.
- ¡No me jodas! No te pongas filosófico conmigo… ¿Para que has vuelto? - Le preguntó encarándolo. - Dijiste… "Vuelvo porque no quiero seguir huyendo, seguir actuando como un cobarde. Voy a darle cara a Bella, y… ver qué ocurre." - Recitó sus palabras. Edward rodó los ojos con fastidio.
Edward se acercó a su hermano y le puso la mano en el hombro.
- Emmet, confía cuando te digo que ante el más mínimo riesgo de que la toque, no dudaré en matarlo. Ni un ápice. Pero no quiero planear su asesinato sin antes barajar otras opciones más humanas y menos ilegales.
Emmet puso los ojos en blanco, respiró profundo y al final, él imitó el gesto de su hermano, posando su mano en el hombro de Edward.
- Con eso me vale.
- Bien… ahora que parece que estamos más calmados, pensemos en cómo actuar. - Añadió Jasper al sentir la estancia más pacífica. - Si tal como dijo Bella él la vio y se quedó observando el coche, contamos con que ha memorizado la matrícula. - Todos asintieron - Si tiene algún contacto en la policía, en el departamento de tráfico o un hacker que pueda entrar, dará con nuestra dirección en horas o 1 día, a lo sumo.
- Yo optaría por esperar. Que él venga y, dejarle las cosas claras respecto a Bella. Podemos intentar asustarlo de forma humana, amenazándolo con la policía o, a nuestro modo. - Edward inclinó un hombro, alzando ambas cejas.
- Creo que deberíamos avisar a Charlie. - Comentó Carlisle. - Aunque la dirección de la matrícula lo traiga aquí, puede que de con la casa del Jefe.
- ¿No lo asustaremos innecesariamente? Además, si está al tanto, querrá intervenir como policía.
- Y si se entera que no le hemos dicho nada, podría molestarse, y con razón. - Carlisle siempre pendiente de todo y de todos. - Yo hablaré con él. Suavizaré el tema, para que no se agobie ni se asuste.
- Podemos barajar otra opción, que él no venga con intención de hacerle nada a Bella. Simplemente a hablar, a comprobar si hay alguna posibilidad de reconciliación. - Meditó Carlisle en voz alta.
Jasper asintió, sopesando la idea. Emmet y Edward la desecharon de inmediato.
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En el cuarto de arriba, todas las chicas estaban junto a Bella. La habían ayudado a desvestirse para que se diera una ducha.
Tras eso, entre Esme y Rose, le secaron el pelo y Alice y Elish, le eligieron ropa cómoda.
Cómoda pero bonita, ya que Bella no sabía la sorpresa que le esperaba abajo.
Eligieron para la ocasión un conjunto de pijama tipo estar en casa, de los que Bella solía usar, pero este era un poquito más "cuqui" de lo habitual.
En tono azul, con un género de punto frío (una mezcla entre seda y elástico) de manga y pantalón tres cuartos, con un escote abierto, tipo barco, dejando sus bonitas clavículas al descubierto, bordeado de fina puntilla, al igual que el bajo del pantalón.
Edward se caería de culo al verla.
Rose y Esme le aplicaron cremas para descongestionar su rostro por la llorera, y una vez su melena peinada, acabando en dulces ondas, su aspecto era igual que una muñeca.
Una muñeca con la nariz roja y los ojos un tanto hinchados, pero las chicas optaron por no agobiarla de más.
·
- ¿Estás más tranquila? - Le preguntó Elish, mientras acababa de vestirse. Había mirado el pijama frunciendo el ceño, pero no le dio más importancia, tampoco estaba como pensar en ropa.
- Un poco… - No era mentira, pero tampoco cierto del todo. - Muchas gracias por cuidarme así - le dedicó a la matriarca un gesto cargado de dulzor, pero su gesto tierno, pronto cambió otra vez a uno cargado de tensión - No… No entiendo cómo ha podido dar conmigo. No me lo explico… - Apretó los ojos con fuerza. - ¡Mierda! Menudo fallo… Me cago en la puta… - Soltó, dejando a las presentes sorprendidas por el vocabulario tan inhabitual en Bella. - Lo siento - Se disculpó al verles la cara. - Ya sé cómo lo supo. - Respiró profundo, varias veces, por no volver a soltar una retahíla de palabrotas. - La ubicación de mi móvil. Lo tenía desconectado, pero la activé hace un par de semanas… Un día que bajé a Port Ángeles sola, iba distraída y me equivoqué de carretera, entonces lo activé para usar el mapa - Se llevó ambas manos a la frente, masajeándola con los dedos. - Aunque volví a desconectarlo, la dirección quedó marcada en las búsquedas del navegador.
- ¡Ahí lo tienes! - Respondió Rose - A poco hábil que sea con el móvil, y teniendo conexión con tu cuenta… - La rubia hizo un mohín con los labios.
- Es un patán, pero el tema de los móviles se le daba bien. Cuando compré el móvil nuevo, me lo configuró él. Me creó una nueva cuenta y me la vinculó a mis redes sociales. Cambié las contraseñas de todo cuando me fui, pero… - Alzó los ojos al cielo.
- No cambiaste la de Gmail. - Bella asintió a la afirmación de Rose.
Los ojos de Bella comenzaron a aguarse, otra vez, y su pulso comenzó a acelerarse.
- ¡Eh, eh! No llores más… - Alice se acercó y le acarició el brazo con ternura. - Da igual que te encuentre, aquí no podrá hacerte nada…
- ¿Y voy a pasarme la vida aquí encerrada? - Contraatacó Bella. - Y siempre pendiente de mi móvil, de no dejar ninguna reseña en alguna red social, nada que indique mi paradero… ¡Eso no es vida!
- Tu déjalo que venga… Con el recibimiento que va a encontrarse, no creo que le vayan a quedar ganas de acercarse más a ti. - Nunca había visto el rostro de Alice tan… espectral. Bella frunció el ceño con recelo. - Los chicos están planeando cómo deshacerse de él, para siempre, y así no te moleste más.
Bella interpretó el comentario de Alice por el peor de los caminos.
- ¡¿Qué?! - Bella jadeó horrorizada, alzando la voz. - ¿No puedes estar hablando en serio…? - Sus latidos subieron como la espuma y sus ojos se salían de las órbitas.
- Bella, espera… Creo que me has malinter… - Alice no pudo acabar, ya que una alteradísima Bella la interrumpió.
- Claro que te he entendido… - Gesticuló - Ahí abajo, cuando llegué, estaba trastornada, pero vi perfectamente la cara de Emmet. - Bella giró hacía Rose. - Es tu marido y lo conoces, perfectamente; muy, muy lejos de lo que yo puedo ni tan siquiera acercarme, pero algo me dice que él, es muy capaz de hacer una tontería de ese calibre. - Rose no ocultó su sonrisa; un gesto muy especial hacía Bella: La confirmación de todas sus afirmaciones y el orgullo de ver como en las palabras de la humana, quedaba clara su preocupación por su esposo. - No voy a permitir que ninguno se arriesgue por mi.
- Querida, todos haremos lo necesario para protegerte, pero estoy contigo en que hay que evitar una tontería. Los chicos están bastante alterados. - Esme también miraba hacía Bella con gran orgullo al ver su innata preocupación por los hombres Cullen.
Sin mediar más palabras, Bella se giró y se encaminó escaleras abajo.
No iba a permitir que ninguno pudiera acabar en la cárcel o manchar su alma cargando con la muerte de Michael.
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Todos los hombres callaron de golpe al sentir a Bella aproximarse. Tras un par de segundos de asimilación, Carlisle, Jasper y Emmet clavaron sus ojos en Edward, el cual podía llegar a jurar que sentía su corazón latir de nervios.
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Espero que os gustase.
Completito está, ¿eh?
En el próximo capi, tendréis más detalles del tiempo que Edward estuvo fuera.
Bella está influida por Elish, para que se relacionará con más confianza y naturalidad entre la familia... ¿Qué opinais?
!Por fin apareció Michael! ¿Con qué intenciones vendrá?
ESPERO VUESTRAS OPINIONES Y CONJETURAS.
MIL BESOS
