¡HOLA MIS BELLAS!

Os quería traer el siguiente capi, como regalo de Papá Noel (o Santa Claus)

Espero que os guste y lo disfrutéis.

Mil gracias por todos vuestros comentarios, me alegráis y premiáis con ellos.

¡FELIZ NAVIDAD A TOD S!


CAPÍTULO 20


Todos los hombres callaron de golpe al sentir a Bella aproximarse. Tras un par de segundos de asimilación, Carlisle, Jasper y Emmet clavaron sus ojos en Edward, el cual podía llegar a jurar que sentía su corazón latir de nervios.

La chica entró como un vendaval en el salón, sin ver a Edward. Su concentración iba dirigida en exclusiva a Emmet.

Y tal como Elish y Alice supusieron, Edward se quedó al borde de babear al ver a Bella. Estaba preciosa con ese pijama azul.

·

- Ni lo sueñes. - Se posicionó delante de Emmet, el cual ya estaba sonriendo. - No voy a permitírtelo… De ningún modo. - Lo miró seria. Pero tras enfocar la cara tierna con la que la miraba su osote, su gesto cambió a uno más suave.

- Y yo no voy a permitir que ese hijo de puta se acerque a tí. Así que… ¿a que acuerdo podemos llegar? - le preguntó guasón. Bella resopló exagerando un gesto de hastío.

- Le daré cara. - Respondió muy segura. Emmet abrió los ojos perplejo.

- No.

- Si.

- Bella, no sabemos que intenciones puede tener… de lo que puede llegar a ser capaz. No vamos a arriesgarnos a que te pueda hacer algo. - Gruñó él y suspiró ella.

- No voy a ir de super heroína, porque estoy asustada. - Alzó los ojos al techo - Creo que si le diese una buena patada en las pelotas podría solucionar el problema… Que él se desengañe de mí. - Rodó los ojos divertida y Emmet estalló en carcajadas.

No solo él, el resto de los presentes en mayor o menor medida, rieron ante la brutonería de Bella.

- Podría funcionar - Alice dio un paso, acercándose y quedando en medio del salón; siete pares de ojos, ocho contando a Elish, estaban fijos en ella.

- ¿El qué, que le de una patada en las pelotas? - Bromeó Bella.

- No… - Alice meneó la cabeza con fingido disgusto. - Lo que dijiste después, que lo desengañes. Si él viese que estás con otra persona, puede que se desencante de ti. No es fijo, pero… Tu dijiste que lo que quería era que volvieras con él, y que no había tenido gestos peligrosos, a parte de aquel zarandeo. Que era un acosador.

- Él se hizo ilusiones contigo, sobre todo al creerte segura al ir a tener un hijo juntos. - Añadió Rose. - Que perdieras el bebé, de aquella forma, siendo su culpa y tu estar delicada… y tras eso, romper tajantemente con él, pudo ocasionarle un shock y obsesionarse contigo. - Añadió Rose, sacando sus conocimientos de psicología. Bella inclinó los hombros, meditando esa teoría.

- Pudiera ser… Yo le eché la culpa del accidente y de la pérdida de la niña, sin miramientos. Fui dura y cruel. Sin preocuparme de lo que él sentía. Para mí, el único culpable de aquel accidente y de que mi bebé muriera, fue exclusivamente de él. - Suspiró. - Pero… - meneó la cabeza con pesar - Estaba tan cansada de él, de su inaptitud, de su patanería… Era, es, tan poco hombre. - soltó con la voz tremendamente dura. - Lo único bueno de aquello, fue que tenía la puerta abierta a abandonarlo… O eso creía.

"No se cómo he podido decir eso en voz alta… Me siento la peor persona del mundo. Parece que estoy agradecida de que mi hija muriera solo por poder librarme de él… Pero, por muy terrible que parezca, en el fondo… ¿no es así?"

Toda la sala se quedó en completo silencio. Habían visto a Bella en muchas facetas, pero nunca en los cinco meses que llevaban conociéndose, la habían escuchado hablar de forma tan dura y siniestra como esa vez.

Edward estaba helado… más aún de lo normal. Bella tenía sobre sus hombros el mismo pesar que él: Agradecer, por mucho que doliera o te hiciera sentir una escoria, la muerte de alguien en favor de recuperar tu libertad, tu vida. Una nueva oportunidad.

- Bella, no te culpes. - Rose se acercó a ella, dándole una suave caricia en la cara.

- No estoy triste, y… - apretó los ojos con frustración - no siento lo que acabo de decir. Se que puede sonar terrible, pero es lo que pienso, es lo que me sale de lo más profundo de mi alma - se llevó la mano al pecho.

Bella se sentía aturdida, de estar soltando todo aquello. No entendía cómo podía estar abriéndose de esa manera, pero algo le decía que aquellas personas la entendían; que no la juzgarían como harían otros.

Estaba en lo cierto, pero lo que ella no sabía, era que Jasper tenía su don activado, que seguía mandando olas de calma en la sala; y esa paz que el empático lanzaba la hacían estar cómoda y tranquila, lo justo para que su alma se dejara ir y, se desahogara.

- No tienes que culparte por ello. - Añadió Rose de forma tajante. - Nadie puede ser obligado a estar con una persona que no ama, y que no respeta y admira. Y tampoco debes sentirte mal por pensar que lo que le ocurrió a tu bebé, te hizo sentirte liberada de aquella atadura - Bella asintió a las acertadas palabras de la rubia. - Tu no provocaste que tu hija muriese… - La miró fijamente - Ocurrió, lamentablemente… - Ambas asintieron con gestos apenados. - Y no puedes hacer nada para revertirlo; solo estás viendo la única parte buena de esa historia, que fue recuperar tu vida. Creeme cuando te digo, que es muy difícil llegar a ese pensamiento; hay gente que paga auténticas fortunas en terapia para poder lograrlo.

Todos guardaron silencio durante unos instantes, meditando cómo seguir la conversación, y dándole a Bella unos instantes para que procesara lo que Rose le había dicho.

Ambas chicas se miraron con compresión y cariño. Bella sonrió y asintió, y Rose hizo los mismos gestos.

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- Bella… por ahora, te quedarás en nuestra casa. - Rompió el silencio Carlisle - Es lo más seguro. No sabemos qué intenciones tiene ese chico - Varios gruñidos se escucharon, pero lo justo de bajos para que la única humana de la sala, no se percatara. Carlisle siguió como tal cosa - Puede ser que solo venga buscando una última oportunidad, sin ningún tipo de maldad. - El doctor miró comprensivo hacía Bella, la cual suspiró.

- O a pedirte perdón. - Añadió Esme. - Puede que en estos meses meditara lo ocurrido y se calmara.

- Si… A ver… Ahora que me siento más tranquila - frunció el ceño un segundo, confundida por la sensación de paz que sentía desde que había bajado al salón. - Quiero disculparme por mi entrada un tanto dramática, pero… se me removieron las entrañas al verlo… - Cerró los ojos durante unos segundos.

"Mi bebé… A penas tenía rasgos faciales, pero seguro que iba a ser preciosa. Para mí, sería la más preciosísima del mundo, mi pequeña princesa"

Imágenes de la diminuta bebita que Bella sostenía con amor y tristeza, entraron como fuego en la cabeza de Edward dejándolo apesadumbrado.

- Puede, como decís - se refería a Esme y Carlisle - que no venga con malas intenciones. - Inclinó los hombros, mostrando una dulce inocencia.

- ¿Y si no es así? Y si como ha dicho Rose, sufriera un shock y tenga estrés postraumático. - añadió Emmet alterado. - Bella, he visto tantas cosas en mi larga existencia… cosas que te helarían la sangre.

Toda la sala se quedó perpleja al escuchar eso. Emmet estaba siendo muy poco prudente con sus palabras. Pero nadie dijo nada, por la gran carga sentimental con las que las estaba pronunciando.

- Emmet…- lo llamó con ternura - Yo también veo las noticias - rodó los ojos - Y creeme que no quiero ser una de esas víctimas que salen en sucesos. - Sonrió con amargura. - Pero debemos ver esto desde todos los puntos. - Suspiró cansada - No puedo dejarme llevar por el miedo…

Emmet le dio una caricia en la cara. Era la primera vez que la tocaba de esa forma; tan dulce, tan íntima.

Lo dudó un instante, ya que sabía que debía aplicar un cuidado especial, pero tras el primer miedo, en cuanto sus yemas tocaron la suave piel de su pómulo, sintió la dulzura de ese simple gesto en todo su esplendor.

Bella apoyó su cara en la enorme y helada mano de ese hombretón cargado de sentimientos, y sintió como los ojos se le llenaban de lágrimas y un nudo agarrotaba su garganta.

Apoyó su mano en la de él, y cortó, de forma delicada, el toque; si no lo hacía acabaría llorando, otra vez.

- ¿Larga existencia? - Preguntó en tono bromista, rompiendo a propósito el momentazo. - ¿Qué tienes 100 años? - le alzó una ceja con guasa - Porque entonces, debes contarme tu secreto… o darme el numero de tu cirujano. - levantó las cejas dos veces, chistosa. Emmet rió escandalosamente.

El resto se mantuvo en un plano silencioso, dejando a la pareja disfrutar ese instante. No podían negar que estaban sorprendidos de la forma de actuar de Emmet; él tan bruto, tan directo y poco dado a guardar las formas.

Esme y Rose, fueron las menos sorprendidas; conocían al grandullón de una forma que el resto no entendían.

Edward fue otro tema a parte; el término "estar flipando" se le quedaba muy corto. Jamás, en los casi setenta años que llevaban juntos, había visto, ni de lejos, a Emmet comportarse así; con tanta dulzura, tacto y comprensión.

Otro punto, era la intimidad, sana, que había entre ellos, y no pudo evitar que un puntazo de celos lo atravesara.

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- Bueno, está muy bien que relajemos un poco el ambiente. - Comentó Carlisle. - A lo mejor sería conveniente dejar un rato el tema. ¿Por qué no cenas algo? Seguro que llevas todo el día sin probar bocado.

- Tengo lasaña de esa que tanto te gusta - Esme le alzó la mano en señal de que la acompañara.

- Podíamos cenar juntas - Elish, que se había mantenido en un segundo plano hasta ese momento, se acercó a Bella. - Ahora que estás más tranquila, aprovecha a comer algo.

- ¡Oh, Elish! - Bella se acercó a ella y la abrazó. Ahora ya apenas tenía que inclinarse para hacerlo - Perdóname… No me he dado ni cuenta de que estabas en el salón… No deberías escuchar todo esto… - Retahilaba Bella consternada.

Edward contempló la escena sintiendo como se llenaba de ternura. Los sentimientos de Bella hacía su hija, eran puros y sinceros; lo sabía sin falta del don de Jasper. Tan solo había que tener ojos en la cara.

- No soy tan pequeña. - Refunfuñó la joven - Este último crecimiento, no acabas de asumirlo del todo - Le alzó una ceja. - Mientras hablábais, he estado dándole vueltas a la idea de tía Alice. Como primera opción.

- ¿El qué? ¿Lo de la patada? - Rió Bella.

- Nooo… - Rodó los ojos - Lo de hacerle creer que tienes otra pareja, y que él, Michael, ha salido de tu vida. Puede que funcionara. - ladeó la cabeza asintiendo a su propia idea.

- No lo sé… - suspiró Bella. - Podría ser… Pero, ¿quién va a hacer el papel de "chico"? - apuntilló con los dedos al aire, sonriendo con picardía.

- Yo tengo el candidato perfecto - Elish gesticuló una sonrisa maliciosa, la cual hizo a Bella mirarla con suspicacia.

- ¿Quién? - preguntó con reparo Bella.

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"Papá… Tu turno para entrar"

- Creo que se refiere a mí.

·

Edward dio unos pasos acercándose al grupo; concretamente a Elish y a… Bella.

- Edward - Pronunció su nombre como un arrullo; de forma reverencial.

Pestañeó y abrió los ojos y la boca mostrando su conmoción. Sentía el pulso martilleándole las sienes y su corazón latiendo desbocado, golpeando sus costillas.

Edward estaba allí; delante de ella. Acercándose con esa elegancia que lo caracterizaba y que la hacía no poder apartar la mirada de él.

Sus ojos, dorados, la miraban con intensidad mientras se acercaba a ella, destilando esa seguridad que lo envolvía; paró a un par de pasos, manteniendo una distancia, pero más cerca de lo acostumbrado; su fragancia entró en su olfato haciéndola inspirar.

- Hola, Bella - la saludó tuteándola, mostrándole un gesto sonriente; casi rozando lo dulce.

- Ho-la - Tartamudeó.

- Parece que he llegado en el mejor de los momentos - Bella frunció el ceño. - Me refiero a que necesitáis alguien que haga de "chico" - puntilló los dedos al aire. - Pues, aqui estoy. - Su sonrisa torcida, la divertida, hizo a Bella jadear.

"¡Dios mio! Estás aquí… y… Virgen Santísima, estás guapísimo. Cuando tienes los ojos así de claros y brillantes, y ese rostro tan tranquilo… Y esa sonrisa… ¡Ufff! Te comería enterito... ¡Bella! ¡Basta! Te dejó… Con aquella simple nota, y no ha dado señales de vida en tres meses. No dejes que te haga más daño… Pero está mirándome de esa forma… hace que mi sangre hierva"

Y así era; Edward estaba mirándola con poco disimulo. Sus pupilas la observaron de arriba a abajo de una forma muy sexy. Comiéndosela.

Pestañeó, intentando salir del embrujo que su erótica mirada le producía. Giró la cara, cortando todo contacto visual.

- Elish - Bella se giró hacía la chica - Veo lagunas en ese plan… - Comentó intentando parecer lo más natural, y creando una excusa para poder apartar la mirada de él.

Elish la miró abriendo los ojos un instante, haciendo grandes esfuerzos por aguantar la sonrisa, ya que había sido muy obvia la intención de Bella.

Al resto de la sala, le ocurrió lo mismo, muy atentos a su reacción.

- Habría que idearlo bien…

- ¿Vamos a cenar? - La cortó Bella de forma brusca. - Quiero comer algo y acostarme… Estoy agotada. - Elish apretó los labios, para no soltar nada, y asintió.

- Bella tiene razón - Intervino Esme - Debe comer algo y descansar. Con los nervios que has sufrido, es normal que estés exhausta.

- Buen provecho, chicas. - La aterciopelada voz de Edward, hizo a Bella, ahora de espaldas a él, cerrar los ojos y suspirar.

Esme les sirvió lasaña a ambas chicas, que cenaron en silencio. Bella apenas la probó, ya que se sentía revuelta, y no precisamente por Michael.

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"Ahora entiendo lo del pijama… Estaba descontrolada, pero sabía que no había visto nunca este conjunto. Era por él… para él. - Suspiró -"

Tras el pensamiento, a Edward también le quedó claro el porqué Bella, llevaba puesto ese tipo de pijama. Ella, al llegar a casa se cambiaba y se ponía ropa cómoda, no algo tan fino. Aunque no le importaría que de ahora en adelante, usara ese tipo de pijamas.

Y si, Bella… Una de las cosas que iba a cambiar desde ya, era dejar el molesto "Sta. Isabella" y tutearla como hacía el resto y que él se moría por hacer desde el principio.

Parecía algo insignificante, pero sabía que Bella lo entendería. Que ella captaría el significado de ese tuteo.

Era el principio de un acercamiento. Poco a poco, para no asustarla.

- Creo que voy a acostarme - Sin mediar más palabras, recogió su plato y tras depositarlo en el lavaplatos, salió de la cocina.

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- Está triste… - Comentó Elish, esperando unos segundos para que Bella no la escuchara. - Y no es por su ex. - Esme asintió con pesadumbre.

- Creo que han sido muchas emociones para un mismo día - Comentó la matriarca.

- Si, se ha juntado todo. Pero tras unos días… Ella está así, porque siente algo por papá, si no, no le afectaría de tal modo su vuelta. - Su perorata fue cortada por su oportuna abuela.

- Elish… - la llamó casi regañándola. - No debes hacerte ilusiones y, más importante aún, no debes influir en Bella. Si hay sentimientos reales, deben fluir solos, no porque tú los manipules. - Elish suspiró, pero asintió. - Todos te dejamos influir en ella, para que su relación entre nosotros, avanzase y fuese más natural. Que no siguiera a la defensiva, por no conocernos y por notar cosas extrañas. Pero, en el tema del amor, no se puede interferir. - Le advirtió seria.

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Edward, seguía en el salón junto al resto de la familia, pero prestó atención a lo que ocurría en la cocina al sentir a Bella salir como un fantasma hacía su dormitorio.

Al escuchar a su hija y a su madre, le quedó todo más claro. Algún pensamiento había pillado, más el observar la confianza que Bella mostraba, tenía sospechas de que algo así estaba sucediendo.

Carlisle le comentó del último crecimiento de Elish, con el cual ninguno contaba, y le relató como su don se había potenciado. Pero en ningún momento le había dicho que Elish había influido en Bella.

Solo le llevó dos segundos decidir que no regañaría a su hija por ello, ya que todos, sobretodo Carlisle, estaban al tanto de ello y nadie había detenido a Elish.

Él, con observar como se relacionaban ahora, quedó maravillado, así que dedujo que había sido para mejor.

"

- He conseguido obtener datos de el tal Michael… Michael Newton. - Rose sacó de sus pensamientos a Edward, mientras seguía tecleando frente al ordenador. - Tal como dice Bella, debe ser bastante mediocre intelectualmente, ya que tuvo que repetir un curso para aprobar varias asignaturas que iba arrastrando a lo largo de la carrera. - Comentaba Rose mientras movía el ratón por las páginas universitarias. - Consiguió el título por muy poco, ya que una de las asignaturas, tuvo que solicitar un crédito extra, porque no conseguía aprobarla. No tiene cursos extras, ni master, ni ningún aporte extracurricular.

- Un mediocre. - Añadió Jasper.

- ¿Cómo Bella, pudo fijarse un tipo así? No me cuadra para nada… - El comentario de Emmet, resonaba en la mente del resto.

- Por lo que contó el día del incidente, fue simplemente atracción. - Contestó Carlisle.

- Ella no lo quería… fue eso exactamente, atracción. Un entretenimiento. - Añadió Jasper - Aquel día estaba muy atento a sus sentimientos, y al estar drogada, eran muy sinceros. - Explicó.

- Lo que no supuso es que tendrían un descuido, con consecuencias desmedidas. - Alice frunció los labios y suspiró con pena. - Su primera idea fue abortar, ya que no tenía trabajo ni recursos y no quería depender de Michael, pero oportunamente recibió un soplo del abogado familiar, revelándole una clausula que había añadido su padre en su testamento. Cuando ella tuviera un heredero, parte de la fortuna iría directamente a ella y su hijo, o hija.

- Resumiendo, - tomó la palabra Rose - se vio con dinero. Con más que suficiente para poder criar ella sola a su bebé. Eso la hizo cambiar de idea y seguir adelante con el embarazo.

- Además, - volvió a hablar Alice - que sus creencias religiosas le causaban controversia.

- ¿Creencias religiosas? - Preguntó sorprendido Edward. - ¿Bella es católica? - Alice asintió.

- Si, tuvimos un día un entretenido debate sobre las almas, por una película que vimos, y ella nos lo contó. No es practicante, pero tiene respeto por las doctrinas más marcadas. - Esclareció Alice. - Una, es el aborto.

- Pero… Ella iba a tener un hijo soltera. Esa es otra de las doctrinas más serias del catolicismo. - Contraatacó.

- Edward… no te pongas teológico. - Rose meneó la cabeza y rodó los ojos. - Si que pensó en aceptar la propuesta de matrimonio del chico… porque la hubo, - lo miró con intención - ya que sería lo correcto siguiendo la religión. Pero más respetaba su vida, y sabía que no llegaría lejos con él. No quería ser una divorciada; no así. - Edward asintió a la respuesta de su hermana. - Bella y yo lo hablamos, y ella misma me lo contó. Por ese tema, comenzó la discusión que provocó el accidente. Porque él insistía en que aceptase su propuesta y ella se negó.

Edward se quedó meditando los nuevos datos que había descubierto.

Así que Bella, era católica como él, y seguía ciertas doctrinas… igual que él.

"Parece que tenéis más cosas en común de lo que parecía, ¿no?"

El pensamiento de Alice iba cargado de ironía; Edward le alzó los ojos, pero con una sonrisita pícara.

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- Elish - La llamó Carlisle, al verla entrar en el salón - ¿No subes a dormir con Bella?

- No. - El rostro de la jovencita estaba entristecido - Me ha dicho que esta noche prefiere estar sola. - Inclinó los hombros con pesadumbre.

- ¡Oh, vaya! - Carlisle miró de reojo hacía Edward, el cual tenía una pose tensa.

"Hijo, tu regreso la ha pillado por sorpresa. Y… lo de su ex… todo junto ha sido un shock. No empieces a darle vueltas a las cosas."

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Todos se quedaron en el salón, intentando averiguar todo lo que pudieran sobre Michael, y barajando opciones, sin llegar a nada en claro.

Tras horas de diálogo infructífero y con Elish ya dormida, entre todos, aclararon a Edward las últimas novedades.

El que dejaran a la niña influir en Bella, lo estupenda que era ahora su relación, las sesiones de fisioterapia con Emmet y el tema "Jake y Elish", que atormentaba a la humana.

- Es normal que le de vueltas. - Comentó Edward. - Ella sabe que Jake es el padrino de Elish, que la conoce desde que nació… y que ahora, los vea mirarse de una forma más adulta, - inclinó los hombros - es lógico que haya comentado algo.

- Con esto, volvemos al tema original, de porqué dejamos que Elish usara su don con ella. De esta forma, Bella está más controlada con ese tema, si no, yo creo que a estas alturas ya hubiera denunciado a Jake a las autoridades. - Comentó Carlisle; su propósito era decirlo de forma seria, pero al final, sonó casi a broma.

- ¡Jajajaja! ¡Quién hubiera visto a Jake salir de la reserva engrilletado por la policía! ¡Jajaja! Solo de pensarlo me parto de risa. - Quien si no, más que Emmet podría haber sido tan escandaloso.

- Es porque Bella se preocupa muchísimo por Elish - Comentó Esme tras regañar a su hijo con una mirada reprobatoria.

- Si. Lo sabía antes, pero ahora, cada vez lo tengo más claro. - El comentario de Edward, aunque dicho en voz alta, fue una reflexión.

- Ellas se quieren sinceramente - Jasper habló para todos, pero se dirigió más concretamente hacía su hermano. - No lo tengo claro del todo, pero creo que Elish la tiene como una hermana mayor, más que como una madre. - Edward asintió tranquilo, sin alterarse con el tema. - Si llega el día en que Bella al final se vaya - El vampiro apretó con fuerza los dientes, sintiendo como esa idea lo partía en dos - nuestra Elish no lo aceptará. - Jasper usó un tono serio, pero suave. - Cada vez es más adulta, y recibe menos órdenes… Con esto quiero decir, que será difícil hacerla entrar en razones para que deje de influir en Bella.

- Yo ya dije hace semanas que lo mejor era decirle lo que somos. - Añadió Emmet. - Todos lo saben menos ella.

- Elish no quiere. Se opuso rotundamente el día que lo comentamos. - Contestó Carlisle. Se giró hacía Edward. - Lo hablamos poco después de que comenzara a usar su don, que lo mejor sería revelarle nuestro secreto, pero no hubo manera de convencerla.

- Elish tiene miedo a que si Bella se entera de lo que somos, no lo acepte y se vaya. Y lo que más miedo le da, que nos aborrezca. Que deje de quererla. - Concretó Jasper.

Edward frunció el ceño, y desvió la mirada a la nada, pensando.

¿Cómo se tomaría Bella tal revelación?

¿Se iría?

¿Los repudiaría?

- Si Bella sigue con nosotros, y la relación va en aumento, habrá que decírselo. - Alice miró a su hermano con intención, el cual asintió con desgana.

"Cómo se nota que es hija tuya. El día que propusimos la idea de revelarle a Bella la verdad, puso exactamente la misma cara enfurruñada de demonio que estás poniendo tu. Y, lo siento… pero por mucho que he intentado forzar esa visión, no he conseguido ver cómo podría tomárselo. No hay nada que decidir."

Alice inclinó los hombros disimuladamente, mirando de reojo hacía Edward.

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Edward y Carlisle, ya entrada la madrugada, mantuvieron una conversación privada. Se fueron durante unas horas al borde del océano, al sitio donde solían ir a desconectar del resto de la familia.

- ¿Vienes con las ideas claras?

Tras una conversación sobre el último crecimiento de Elish, Carlisle entró en el "tema", obligado a formular varias preguntas. Una, la primera, era esa.

- Si. - Respondió su hijo rotundo. - Estos tres meses lejos de ella, alejado de vosotros… de Elish - gesticuló una disculpa - he podido pensar con claridad. Y no quiero estar más tiempo alejado de Bella. - Carlisle asintió.

- Si te lo pone difícil… que todo apunta a que sí - ambos se miraron y sonrieron - ¿Cómo lo vas a llevar? - Segunda pregunta.

- Con paciencia. Soy un vampiro… puedo gestionar mis sentimientos con gran engaño. Vengo preparado para tragarme el genio.

- Bien… Te noto muy convencido. - Ahí iba la tercera y, más importante, pregunta. - ¿Estás enamorado de ella?

- Si.

La respuesta afirmativa de Edward no daba lugar a dudas. No tuvo que pensarlo ni su voz titubeó.

Esas semanas de alejamiento le sirvieron para poner su mente y corazón en sincronía y organizar sus sentimientos.

- ¡Vaya! Te veo muy decidido. - Carlisle usó un tono neutro, pero tenía cierta tensión en el rostro.

No quería que ninguno de los dos sufriera, y que de rebote, sufriese Elish.

Además, Edward no sobrellevaría otro desengaño; aunque esta vez, saltaba a la vista la diferencia de actitud de su hijo, comparando a Amelia y a Bella.

- Papá… entiendo tus dudas - ambos se miraron cómplices - pero cuando la vi allí, en la camilla… cubierta de sangre… - Apretó los ojos y suspiró - Igual que Amelia… comprendí la diferencia. Mis sentimientos eran completamente distintos y entendí que la amaba, pero hasta que no marqué distancia, no lo acepté.

- Bien - Suspiró el patriarca con una sonrisa de orgullo. - Me alegro mucho de que te hayas, al fin, repuesto de lo acontecido con Amelia. Te viste superado en muchos aspectos. Aunque tengas 100 años, tu base, cuando te convertiste, era la de un joven de 18 años… Y te viste casado con alguien a quien no amabas, que acababa de morir en tus manos, un bebé recién nacido semi vampiro y todo el peso de la culpa y la responsabilidad sobre tu espalda. Necesitabas tiempo para madurar y reponerte… Estas semanas a solas, te han venido bien. Te veo cambiado, más… maduro.

- Realmente me siento así. Me siento más, yo.

Carlisle apretó el hombro de su hijo y lo miró con un amor infinito.

- Lo dicho, espero que vengas cargado de paciencia, porque conquistar a Bella, te va a suponer un reto. - Sonrió ampliamente; Edward también lo hizo, pero añadiendo un ruede de ojos.

- ¿Sabes papá? Comparando lo que siento ahora por Bella, como me siento yo mismo… - meneó la cabeza - He sido plenamente consciente de la estupidez que fue lo de Amelia. - Carlisle asintió - Siento muchísimo que muriese, eso no tiene nada que ver.

- Por supuesto. Toda muerte es un pesar.

- Pero lo nuestro debía suceder, si no, no tendríamos a Elish con nosotros. Es lo mejor de mi vida… - Su gesto derramaba dulzura, hasta que se transformó en una sonrisa distinta.

- ¿Ya estás pensando en darle hermanitos a Elish? - Carlisle casi se soltó a reir al ver la cara de pasmo, aunque divertida, de su hijo.

- ¿Ahora lees mentes? - Le preguntó bromista.

- No… Pero eres mi hijo y te conozco. Llevamos 101 años juntos.

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Por la mañana, todos esperaban que Bella se levantara. Imaginaban que no estaría de un talante muy bueno, pero esperaban que hubiera descansado y así, estar más tranquila.

Se levantó un poco más tarde de lo habitual, pero tras ir al cuarto de baño, volvió a la cama.

No hizo ningún ruido, ni llamó a nadie. Simplemente, se acurrucó debajo de las mantas y ahí se quedó, despierta, durante dos horas más.

- No baja por no darme cara a mí. - La afirmación de Edward fue rotunda.

La familia no asintió, pero lo miraron con comprensión.

- No hace falta que me miréis con pena, esta reacción, la esperaba, si soy sincero. - Sin más, Edward sonrió, pero al borde de la risa.

Todos lo observaron con gestos contrariados. Todos menos Jasper, que sonreía ampliamente.

- ¿Te volviste loco? - le preguntó un guasón Emmet.

- No, hermano… Pero la conducta de Bella, me hace tener esperanzas. Esto significa que no le soy indiferente. - Aclaró.

- ¿Y para saberlo tuviste que marcharte tres meses? - Contestó automáticamente, mirando a su hermano con un toque arrogante.

- Cada uno tiene su ritmo, y sus formas. - Añadió Carlisle, lanzándole una mirada cómplice a Edward.

- Bella va a salir de su encierro. - Anunció Elish. - Acabo de ir a husmear, - frunció la boca mostrando su "fingido" arrepentimiento - y está arreglándose.

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Tras anunciarlo, todos pudieron escuchar como Bella bajaba las escaleras, por su zona privada, en dirección a la cocina.

No se había duchado, ni se había aplicado "sus mínimos" obligatorios; eso solo indicaba que no andaba de muy buen humor.

- Te vendrá bien saber, que no tiene buen despertar - Comentó Jasper. - Por las mañanas, hasta que lleva un buen rato levantada, es mejor ni hablarle. Sus sentimientos dan casi hasta miedo - su cara mostró un gesto exagerado de horror.

- Gracias por la advertencia.

- A lo mejor le viene bien una sesión de fisioterapia. Con música. Eso siempre le levanta el humor. - Rose y Alice asintieron a la idea de Emmet.

- Vamos a darle tiempo a despertar. Que tome el café y coma algo - Esme también era conocedora de las malas pulgas mañaneras de Bella.

·

La humana se quedó en la cocina durante bastante más rato del normal. Le dio más de 200 vueltas a la cucharilla del café, y rodó la tostada que se había preparado unas veinte por bocado.

La ansiedad estaba consumiéndola, lo sabía. Se conocía bien; pero no sabía el cómo ni el por qué.

Cuando su cerebro, por voluntad propia, quería contestarle a esas preguntas, se sacudía la cabeza y apretaba los ojos con fuerza, ya que sabía que la respuesta tenía nombre y apellido.

- Se está cargando de ansiedad - Jasper frunció el ceño, y tras resoplar, no pudo evitar mirar hacía Edward con cierta guasa.

- ¿Su ansiedad es porque no voy? - Preguntó Edward con voz esperanzada.

- Yo creo que si. - Respondió el empático.

Justo cuando Edward se levantó del sillón para ir a la cocina, Elish lo interceptó.

- También puede deberse a que sabe que andas por la casa, y no encuentra momento para salir de la cocina y tener que verte. - la cara de Elish rozaba la arrogancia.

- Elish… - Carlisle y, también Esme, la reprendieron. - No creo que esas formas sean muy correctas. - La miraron serios.

- Tranquilos - Medió Edward. - Elish - Acarició ambos brazos de su hija - Se que estás a la enfadada conmigo, y que quieres muchísimo a Bella. Te prometo que no le haré daño. Nunca más. - Elish inspiró hondo, y asintió con poca gana, pero conmovida por el gesto y palabras de su padre. - Necesito que estés de mi parte, nena. Que me des un poco de… margen.

- Esta bien, pero no permitiré que vuelvas a pasarte con ella. Y antes de que te de un golpe de pánico y quieras volver a irte, por favor, piénsalo. Medítalo con calma.

- Tienes mi palabra. - Respondió firme. - Pero te aseguro que eso, no volverá a suceder.

- ¿La quieres? ¿La amas? - Le preguntó mirándolo fijamente.

- Si. Siento haberle echo daño marchándome, pero necesitaba marcar distancia y aclarar mis sentimientos. Ahora los tengo muy claros. - Elish cambió su gesto facial por uno repleto de romanticismo.

Edward destilaba seguridad por todos sus poros, y la familia lo creía; pero también sabían de su carácter inestable y lleno de temores.

- Y si ella… ¿no lo está de ti? - Preguntó Rose.

Toda la sala se giró automáticamente hacía ella con los rostros contrariados.

- Calma… - Meneó con arrogancia la mano - Se que ella te quiere, es tan obvia… - Sonrió mientras rodaba los ojos - Pero una cosa es querer y otra, estar enamorada. Además, ella tendrá que amarte, mucho, para sobre llevar nuestra condición. - Edward asintió. - Y tiene planes, sueños. Quiere irse a vivir a París. Incluso no le importaría hacer su vida allí. - Aclaró - Nosotros no podemos vivir de forma permanente en París. Su clima es mediterráneo, o sea, con demasiado sol.

- Eso es hablar a largo plazo. - Intervino Carlisle - Vayamos paso a paso. Llegado el momento, Bella tendrá que hacer sus propias elecciones.

- Ella quiere ser madre, Edward. - Está vez, el tono de Rosalie fue duro - ¿Le privarás también de eso?

- Rose, ¿tu de que lado estás? - La increpó Alice.

- No discutáis. - Volvió a intervenir, más bien mediar, Carlisle.

- Rose, Bella puede ser madre mientras siga humana - Elish miró hacía su tía con ambas cejas alzadas y señalándose así misma.

- Elish, no querrás que te recuerde como murió tu madre.

- ¡Rosalie! - Esme miró a su hija de forma severa.

- Rose, Amelia murió porque no la convertimos. En el caso de Bella, sería diferente. - Explicó Edward.

- ¡Por supuesto! - Añadió Elish alterada. - Todo sería diferente. Bella sería una de los nuestros nada más tener el bebé. Así es como debe acabar todo. - Sentenció.

- Y si ella… ¿No quiere ser como nosotros? - Preguntó Alice, dejando a toda la sala casi en shock. - Parece que nadie está teniendo en cuenta esa opción.

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Tras casi una hora encerrada en la cocina, casi al borde de ponerse a gruñir como una hiena, Bella decidió, así como estaba, sin duchar y sin "sus mínimos", hacer acto de presencia en el salón. Donde sabía que estaban todos. "Todos".

"Me importa un carajo si está o no… Y las pintas que llevo. Si no le gusto así, mejor. ¡Anda y que le den! Prefiero que no me mire como ayer… No pienso cuando me mira así… Si, si que pienso. En él, en sus labios, en sus manos… ¡Para, mierda!"

Edward suspiró, recordando las palabras de su padre:

"Espero que vengas cargado de paciencia, porque conquistar a Bella, te va a suponer un reto"

Pero el último pensamiento de Bella, volvió a subirle el ánimo. Aunque, ¿solo sería atracción? No podía ser, tenía que haber más; más sentimientos, más puros.

Jasper era incapaz a descifrar las emociones escondidas de Bella. El escudo del que era poseedora, la tenía protegida. Por un lado lo hacía sentirse menos miserable de que ella, no tuviese privacidad, pero por otro… Todo sería fácil, sencillo y él, sabría exactamente cómo y qué hacer.

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Capi cargadito de información...

Nuestro Edward viene con las ideas claras, AL FIN!.

Nuestro vampiro se ha enamorado y viene a por todas con Bella.

Veremos cómo hace para "cortejarla" y que olvide su comportamiento del principio y, que la dejó durante esos meses.

Prontito... Muy pronto, el siguiente capítulo.

¡BESOS MILES!