¡HOLA MIS BELLAS!

Aquí os traigo el siguiente capi.

Espero que os guste muchísimo.

Había calculado subirlo antes, pero... mi vida suele ser un caos lleno de imprevistos.

¡DISFRUTARLO! Y... ¡MIL GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS, ME ENTANTAN!


CAPÍTULO 21


Antes de entrar al salón, respiró hondo inflándose de valor.

- Buenos días - Saludó al entrar.

Fue superior a sus fuerzas, por mucho que se lo había prometido a sí misma, no pudo evitar mover los ojos, buscando. Buscándolo a él.

Lo vio, sentado en el sofá grande junto a Carlisle y Alice. Él alzó la cara, y sus ojos se encontraron, pero ella giró la cara, enfocando su mirada a un punto indeterminado.

- ¿Ya hablas? - Bella le dedicó a Emmet un alzamiento de ceja, malhumorada. - Pues no… aun no se te ha pasado el mal humor mañanero - Bromeó, haciendo a Bella fruncir los labios, escondiendo una sonrisita.

- Ya lo sabes… No sé porque todos los días me dices lo mismo - meneó la cabeza y rodó los ojos con fastidio.

- Por lo menos, ¿has descansado? - Le preguntó Esme, que entraba quitándose los guantes de jardinería.

En una cesta colgada de su brazo, descansaba lo que parecía iba a ser un ramo de flores.

Según las vio, un recuerdo invadió su mente:
·

El ramo de flores que descansaban en su mesita de noche, volando por la habitación, junto los cristales y el agua del jarrón.

"Era de Edward… del jardín de Esme… Tenía tanta rabia, por su huida, por esa nota… Por eso Esme se entristeció tanto, porque eran sus flores…"
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Todos se dieron perfecta cuenta de donde se había quedado prendada la mirada de Bella: Al cesto de las flores de Esme.

"Mierda de día…" Gruñó.

- Son para tí. - Comentó Esme, muy oportuna. - Para hacerte un ramo. - Le sonrió dulce. A Bella se le hizo un nudo en la garganta, por lo que asintió con la cabeza.

- Mientras no vuelvas a atentar contra las pobres flores… - El comentario de Emmet, dicho con toda la malicia, hizo a Bella inspirar hondo y abrir los ojos con horror. Sus mejillas se pusieron como tomates instantáneamente. - Nunca imaginé que tuvieras semejante fuerza - Rió el grandote.

- Joder Emmet - Gruñó - Estás mejorando mi mañana por segundos - Escupió como veneno. El comentario solo hizo que el nombrado, se lanzara a reír.

- No hagas caso de Emmet - Esme se acercó a ella y le acarició un brazo - Lo prepararé y te lo dejaré en tu dormitorio, ¿te parece? - su pregunta estaba cargada de ternura.

- Claro, me encantará. Sabes que adoro tus flores… Lo del aquel día - y otra vez, no pudo evitar mirar a hurtadillas en dirección a Edward, mientras se mordía el labio. - No volverá a suceder…

"Bella, no prometas algo así… Sabes que podría volver a pasar, con gran facilidad…"

- Lo sé, cielo… No te preocupes.

Edward se hizo el desentendido, y estaba "haciendo" que miraba para otro lado.

Pero el pensamiento que captó de Bella lo afligió; no sabía nada de aquello, nadie de la familia se lo comentó, ni tan siquiera lo pensaron.

Volvió a visualizarlo, y aunque era un suceso trágico por el dolor que veía en Bella lanzando el jarrón, no pudo evitar divertirse en cierto modo al ver el genio de la chica, y las esperanzas que traía se vieron alentadas, ya que ese dolor, esa rabia, fue producida por él; por irse.
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Esme salió a asearse y preparar el ramo para Bella, mientras ella iba directa al butacón. Nunca se sentaba allí, solía hacerlo en el sofá pequeño, pero ese estaba enfrente del grande, y lo que menos necesitaba era tener a Edward justo delante. El butacón estaba oblicuo, por lo que no tenían que hacer contacto visual.

- ¡Eh! - La llamó Emmet, que estaba en el sofá pequeño. - ¿Qué haces ahí, tan lejos? Ven… - El grandullón le abrió los brazos, en una invitación que lo acompañase.

"¡Joder! Sigue mejorando… ufff. No había más sitio en toda la casa, que justo en frente de él"

Justo cuando estaba por sentarse, se paró delante de Emmet frunciendo los labios.

- ¿Sin bromas?

- Sin bromas. - prometió Emmet.

Bella se sentó y dejó caer su espalda sobre el pecho del grandote y este, con total delicadeza, pero en un gesto muy natural, dejó descansar su brazo sobre el costado de la chica y su mano en su ya plano vientre.

- ¿Hoy no hacemos terapia? - Le preguntó él.

- Uff… - resopló con cansancio - Hoy no me apetece nada… Estoy agotada. Si te quedaras ahí, quieto… - Inspiró - Ummm - Ronroneó como una gatita.

- Claro… lo que quieras - Contestó suavemente Emmet mirándola con cariño.

Bella apoyó la cabeza y cerró los ojos.

"Umm… qué bien se está así. Si no fuese porque siento su presencia, a un metro de mí… ¡Pasa Bella! Pasa de él… y relájate… "

Al cabo de unos minutos, la respiración de Bella se acompasó y su organismo estaba relajado.

"¿Se durmió?" Le preguntó Emmet a su hermano.

Edward negó con la cabeza, llevando su dedo índice a su cabeza, diciendo que estaba escuchándola pensar.

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"¿Michael se presentará aquí? La opción de Alice y Elish… darle a entender que estoy con otro, ¿funcionaría? Pero hacerlo con Edward… ¿Qué se supone que tendríamos que hacer? ¿Besarnos delante de Michael? Besarnos… ¡Ufff! Siento mi sangre arder solo de pensarlo"

Tal cual pensó eso, sus pulsaciones subieron y sus mejillas se sonrojaron.

Edward, la miró con un gesto travieso; aunque él también estaría colorado sin pudiera.

El resto de los presentes observaron a uno y a otro, quedándoles claro que algo "un tanto subido de tono" había pensado Bella; algo que había agradado a Edward.

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La sala se mantuvo en un silencio cómodo. Todos estaban haciendo algo, leyendo, viendo el iPad o con el ordenador.

A parte de las suaves ondas de paz que Jasper mandaba para ayudar a que el ambiente estuviese calmado.

De pronto, una melodía de piano envolvió el salón. Era "Still loving you", de Scorpions.

Estaba tan perfectamente interpretada, que Bella creyó que alguien había puesto música en el equipo de sonido.

Era preciosa. Siempre le encantó esa canción; su música y su letra tenían una fuerza impresionante.

Había escuchado un par de versiones instrumentales, pero jamás había oído una versión, solo al piano, tan finísimamente interpretada.

Tras esa, "I don´t want to miss a thing" de Aerosmith. Otra obra maestra. Había tanto sentimiento en la interpretación que ponía los pelos de punta.

El artista estaba abriendo su alma, reflejándolo en sus dedos.

"No quiero cerrar mis ojos

No quiero dormir

Porque te echaría de menos, cariño

Y no quiero perderme una sola cosa"

Bella cantaba para si misma, el estribillo de la preciosa y romántica balada.

Y… de pronto… la banda sonora de "The Avengers".

Jamás había escuchado esta melodía solo al piano… ¡y qué interpretación!

Eso la hizo abrir los ojos e incorporarse de golpe.

- ¡Es la banda sonora de Avengers! - su rostro ilusionado, dejando atrás todo resto de mal humor. - Es… alucinante. - Murmuró con adoración. - ¿Quién ha puesto esta música? Tenéis que decirme donde la habéis conseguido.

Cuando llegó justo a lo que sería el estribillo, se levantó, tomó un libro que había en la mesa y lo golpeó, haciendo de bongo, al compás de la interpretación.

- Bonito duo - comentó Carlisle mirando por encima del libro que estaba leyendo.

Bella giró la mirada, y se encontró a toda la sala mirándola y sonriendo de una forma extraña. Ella frunció el ceño con recelo.

Arrastrada con una fuerza rozando lo místico, giró la cara, buscando. Al fondo del salón, donde descansaba el piano de Edward, el cual había estado solitario durante estas semanas, en ese momento, su dueño legítimo estaba sentado en el banco; tocando. Interpretando la banda sonora de una de sus películas favoritas.

Él, Edward, era el que estaba tocando. No era una lista de Spotify, ni descargada de internet… Era él. Con unos dedos que cualquier pianista mataría por tener, había interpretado al piano, tres melodías, de tres canciones que a ella le encantaban. Sobre todo, la de Avengers.

Su pulso se disparó y su rostro se tensionó, pero no apartó la mirada de él. No podía.

Edward, con su amplísima visión periférica, estaba observando a Bella con total claridad. No podía negar que su ego estaba por las nubes ante los halagos de la chica; tanto los verbales como los físicos.

- Me alegro que te gustara. Supuse que te ayudaría a mejorar tu humor - Le sonrió.

- Si, ha sido precio… - Suspiró hinchando su pecho y callando de golpe - A estado genial, gracias. - Apretó la mandíbula y bajó la mirada. - Voy… voy a ducharme. - Susurró.

Sin dar tiempo a que nadie contestara nada, y sobre todo evitando más conversación con Edward, aceleró el paso para salir del salón. Sentía sus nervios a flor de piel e imaginaba que su cara sería todo un poema
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·

¿Qué significaba que se pusiera a tocar? ¿Era una casualidad, o él había elegido esas melodías a propósito? Y si era así… ¿Con qué intención?

Soltó un gruñido, intentando sacarse esas preguntas de la cabeza, de sacarlo a él.

Se metió en la ducha y activó los chorritos, para ayudar a su cuerpo a liberar la tensión.

También conecto el hilo musical, que tenía asociado a su lista de reproducción.

"Vamos a cambiar de música, y así, sacarme la imagen de él, tocando el piano… Porque menuda estampa… - suspiró libidinoso - ¡Dios, estaba tan sexy! Mierda Bella… ¡para, joder!"

Edward, que estaba súmamente concentrado en captar algún pensamiento de Bella, tuvo que hacer esfuerzos para ocultar el gesto de satisfacción.

"¡Perfecto! Sabía que pondrías música… Espero que te guste. Escucha la letra, no me defraudes, mi Bella"

Edward ya había parado de tocar, en cuanto Bella cruzó la puerta del salón. Se quedó sentado en el banco del piano, esperando.

Cuando sintió a Bella meterse en la ducha y pensar en poner música, los pies se le movieron por voluntad propia.

Subió a una velocidad imposible hacía el descansillo de su piso, el que compartían Bella, Elish y él, y se quedó apoyado en la pared junto a la puerta de entrada del piso de la chica.

La fragancia del cuerpo de Bella, al mojarse con el agua caliente, llegó a su sensitivo olfato. Cerró los ojos inspirando, llenándose con su aroma, y esperando. Esperando la reacción de Bella cuando escuchara "su" canción.

Letra...

Quisiera haberte escrito una canción emocionante. De esas que el abajo firmante siempre exagera.

Una canción que tus encantos elevase y de esta vil manera, A fuerza de frasecitas lograra emborracharte, sí.

Conseguido tu despiste proceder a liarte, Y hacerte creer que soy como aquel personaje

Al que di publicidad inmejorable, rima y banda sonora. Y un aspecto de espontáneo a todas horas.

Mas no hay mejor poesía que la de tu mirada

Ni mejor melodía que tu voz temprana

Ni palabras que puedan describir tu cara

No hay garganta que pueda pronunciar tu nombre

No hay mejor poesía que la de tu mirada

Ni mejor melodía que tu voz temprana

Ni palabras que puedan describir tu cara

No hay garganta que pueda pronunciar tu nombre

¿Qué le digo yo a mi alma?. Si mi canción no está terminada. Si no tiene emoción

Quisiera haberte escrito una canción emocionante. Que empezara con un 'te quiero' y con 'te quiero' acabase.

Que me hiciera parecer a tu entender interesante y todo. Que me diera categoría de genio loco.

Mas no hay mejor poesía que la de tu mirada

Ni más música que cuando suspirabas

Ni palabras que puedan describir tu cara

No hay garganta que pueda pronunciar tu nombre

¿Qué le digo yo a mi alma?. Si mi canción no está terminada. Si no tiene emoción

No hay mejor poesía que la de tu mirada

Ni más música que cuando suspirabas

Ni palabras que puedan describir tu cara

No hay garganta que pueda pronunciar tu nombre

¿Qué le digo yo a mi alma?. Si mi canción no está terminada. Si no tiene emoción

Ni más música que cuando suspirabas

No hay garganta que pueda pronunciar tu nombre

Si no tiene emoción

Si no tiene emoción

(Canción sin emoción, Alejandro Sanz)

·

La letra había surgido de forma mágica en su mente, letra a letra junto con la melodía, el día que Bella estuvo a punto de morir.

Se había sentado al piano con intención de tocar algo para relajarse, pero su mente comenzó a pensar en ella. En Bella. En la cascarrabias, fuerte y prepotente… en la dulce, amorosa y divertida… En la hermosa y sexy chica que le había robado el corazón.

Fue un completo shock para él darse cuenta de que esa chica se había metido en su mente y en su corazón por mucho que luchó contra ello.

Y en esa canción, le abrió su alma.

Estuvo durante días afinando su composición, incluso usó el programa que Rose había modificado, para añadirle instrumentos. Quería una canción alegre, una que Bella bailara divertida, ya que solo al piano había quedado muy lenta, incluso triste.

No sabía cómo entregársela, ya que si lo hacía él mismo quedaría expuesto y por aquel entonces, aun seguía luchando contra sus sentimientos. Así que cuando se fue, la canción no fue entregada a su propietaria.

Pero Alice, aconsejada por sus visiones, le hizo llegar a Bella la canción; que se fuese haciendo a ella, que escuchara la letra, sin saber su origen.

En cuanto los primeros acordes de la canción comenzaron a sonar, los latidos de Bella cambiaron. Resonaban a felicidad. La que te hace vibrar el cuerpo y el alma cuando escuchas una canción que te encanta.

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"Um, esa canción otra vez. La he intentado buscar y no me sale nada… y ahora, está en mi lista de reproducción. Cuando le pregunté a Alice por ella, me dijo que no tenía idea, pero algo me dice que mentía."

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Edward frunció el ceño, extrañado.

"Le puse a Bella la canción un par de veces… Anda desesperada intentando dar con ella. Quise prepararla para ti… no será hoy, pero ella lo deducirá. Paciencia hermanito"

Edward sonrió ante el pensamiento de Alice.

Los nervios del vampiro se fueron, ya que Bella no sabía nada sobre esa canción, pero se quedó en su sitio, observando desde la distancia la reacción de Bella.

Quería ver con sus propios ojos si le había gustado tanto como él esperaba.

"Cuando te fuiste, no era el momento de entregársela. Pero ahora si. Tus sentimientos ahora, son fuertes y seguros"

Aunque Alice lo conocía bien, muy bien, sabía que tuvo ayuda de Jasper; "Tus sentimientos ahora, son fuertes y seguros", esas palabras eran de su hermano.

Bella comenzó a cantar "su" canción con entusiasmo.

Edward no pudo más que sonreír al escuchar a Bella. Con su voz, la canción estaba completa; estaba perfecta. Ahora si tenía emoción.

No podía verla, pero si captar cada uno de sus movimientos, y ella había salido de la ducha bailando.

"Bailando… desnuda. Mi canción… Su canción - Suspiro excitado -"

Edward se escondió al escuchar a Elish subir.

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Cuando la "chica" llegó a la puerta, se paró y discretamente olfateó. Una sonrisa entre tierna y pícara se dibujó en su rostro. La fragancia de su padre bailaba en el aire. Meneó la cabeza divertida y tras picar, entró en la zona de Bella.

Sus sentidos vampíricos, habían avanzado notablemente en el último crecimiento. Eso no le sorprendió a nadie, ya que no le faltaba mucho para llegar a su madurez total. En poco más de un año, Elish sería una vampira completa, por lo que sus sentidos vampíricos, debían avanzar.

- ¿Estas visible? - Preguntó antes de entrar en el dormitorio. Ella sabía perfectamente que Bella no estaba vestida del todo.

- No, pero pasa. - Le dio acceso.

Desde el último crecimiento, hacía algo dos meses, Bella era mucho más abierta con Elish. Ya no se duchaban juntas, pero no había pudores como antes. Elish era una adolescente, y sus atributos ya se parecían a los de ella, aparte de que consideraba a la "chica" más cercana en edad y mentalidad.

- ¿Encontraste al fin la canción?

- No… - Frunció la boca - Pero milagrosamente estaba en mi lista de reproducción. - Alzó los ojos mirando fijamente a la niña, la cual gesticuló sorprendida y alegre.

- ¡Qué bien!

- Si. Pero las canciones no se añaden solas. - Sus cejas se doblaron, mirando con sospecha a Elish - Sé - Recalcó - Que Alice tiene algo que ver… podría agradecerle sin más el detalle, pero sé - volvió a recalcar - que está canción tiene algo especial. - Sus ojos, de forma inconsciente, brillaron con emoción. - Cuando la escucho… No sé… - inclinó los hombros y suspiró.

Elish la miraba feliz, pero controlando sus gestos faciales. Sabía, aunque no con todos los detalles, que esa canción era algo personal de su padre para Bella.

Teniendo eso claro, la letra cantaba por si sola. Su padre, había abierto su alma en esa melodía.

Tuvo que hacer grandísimos esfuerzos por no ponerse a brincar de emoción.

- La verdad que tiene una letra… muy romántica, aunque la música sea animada. - Comentó como si tal cosa, esperando ver la reacción de Bella.

- Si, así es. - suspiró con mimo. - Es, sencillamente preciosa.

Bella tomó a Elish de las manos y comenzaron a bailar, gesticulando teatralmente gestos románticos; las risas pronto sonaron de fondo.

Elish con toda la intención, le mandó imágenes a su padre.

Lo había creído fielmente cuando le confesó que estaba enamorado de Bella, así que, sin interferir, quiso tener un detalle con su padre; a él iba a encantarle ver a Bella bailar su canción.

Elish miró por unos segundos a Bella, lanzándole una dosis de coraje. Pensó detenidamente en ese sentimiento, para darle valor y que no se ocultara durante todo el día en su cuarto.

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Bella, que estaba a medio vestir, se metió en el vestidor corriendo y tomó un conjunto deportivo. Ese y otros, se los había comprado Alice, pero concretamente esa camiseta no se la había puesto porque le parecía algo "demasiado".

Pero de pronto, se sitió atrevida. Su ego, sin entenderlo, se vio alzado.

Abrió otro cajón y sacó unos pantalones de deporte cortos; muy cortos.

Se hizo una coleta alta, y tras mirarse al espejo y flipar ella misma, bajó al salón.

Ropa deportiva Bella

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La intención de Elish no era darle atrevimiento a Bella, ese sentimiento concreto se le había colado. Pero el resultado era mejor de lo esperado.

- ¡Guauuuu! Estás brutal, Bella. - la alabó Elish. - En serio que estás fantástica.

Bella no había perdido la base de sus curvas, pero los entrenamientos con Emmet, no solo sirvieron de tratamiento para la recuperación de su arteria, si no que un efecto secundario fue que volvió a poner su cuerpo en forma; más fibroso y menos grasa.

- Te espero en el salón. - Bella guiñó un ojo cómplice a Elish, la cual asintió con un frenético meneo de cabeza.

- ¡Ok! Voy a cambiarme - Elish salió disparada a su dormitorio, ya que sabía lo que sucedería en el salón y no quería perdérselo por nada.

La reacción de su padre sería gloriosa.

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Toda la casa estaba computerizada, con un sistema similar a Alexa, que se manejaba desde los móviles de la familia, un trabajo muy fino por parte de Rosalie.

Bella, ahora, tenía un Iphone de última generación, como el resto de la familia, con acceso a toda la casa. A excepción de un par de zonas, privadas de la familia.

Mientras bajaba, fue programando una lista de reproducción en el sistema informático.

Mientras tanto, Edward había vuelto al salón con toda la familia.

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Cuando Emmet y Bella comenzaron las sesiones de fisioterapia, él, un experto arquitecto, acondicionó una estancia paralela al salón para tener un poco de privacidad y que fuese más profesional y agradable.

Era una sala, anexada a la biblioteca, donde descansaban decenas de libros que ya nadie miraba, así que los ordenaron en la biblioteca y despejaron y acondicionaron esa sala para el uso de las clases de fisio.

En dos días, Emmet tuvo lista la estancia, con ayuda de las chicas para decorarla. Ahora, era un estudio de danza. Llena de espejos, con suelo de parquet y una iluminación adecuada.

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Emmet comenzó a reír, al igual que el resto; Edward los miró extrañado por los movimientos y la conversación de Elish y Bella.

¿Qué se suponía que iba a pasar? ¿Y esa música?

El grandote se levantó del sofá y se quitó la camiseta. Rose meneó la cabeza, al borde de las carcajadas.

Una de las canciones favoritas de Emmet, Canción Emmet inundó el lugar. La música llegaba de la sala de la biblioteca. Ahora, la sala de Bella.

Nada más escuchar los primeros acordes de la susodicha canción, todos entendieron que Bella estaba preparada para su sesión de baile. Y eso indicaba que iba a tragarse su pudor o incluso cierto miedo por Edward.

Aunque también sabían que Elish había tenido algo que ver, seguro.

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Justo cuando la música comenzó a elevarse y tomar ritmo, Bella, con su "atuendo deportivo" entró en el salón meneándose.

- Doctor… - se dirigió a Emmet alzándole una ceja mientras contorneaba las caderas. - Probemos la resistencia de esa arteria. - Bromeó.

- Mi arteria está lista para resistir cualquier ritmo - Emmet, alzó las cejas libidinoso, dejando claro por donde iba su respuesta. Bella meneó la cabeza con coquetería, pero un rubor le coloreó momentáneamente las mejillas.

Edward. Él, simplemente estaba en shock.

El conjunto de Bella era de dejarte sin respiración. Las partes "claves" estaban tapadas, pero los trapitos que llevaba puestos, dejaban poco, poquísimo, a la imaginación. Tanta piel expuesta… Sus muslos, sus brazos, su espalda, el nacimiento de sus pechos…

Y para engrandecer la situación, ver a la chica, a "su chica" moverse, era sofocante.

Sentirse acalorado, podría haber sido un eufemismo… Las palabras caliente, cachondo, excitado… serían mucho más correctas.

Aunque solo estaban tonteando, el cuerpo de la chica se movía perfectamente en sintonía a la música, y su corazón comenzó a bombear rápido y fuerte.

Ese sonido, aunque se sentía a gloria, asustó a Edward.

"Tranquilo Edward. Todo está bien. Su corazón está perfectamente, escucha como late. Y su herida está completamente recuperada. Tu hermano, y ella por supuesto, han echo un gran trabajo"

Lo calmó Carlisle.

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Elish hizo acto de presencia, también ataviada con ropa deportiva, pero más modosita; quería que toda atención fuese exclusiva para Bella. Que brillara.

Emmet agarró a Bella de la cintura y ella pasó sus manos por el enorme cuello del vampiro, y comenzaron a bailar de forma coreografiada.

Tras unos pasos, Emmet alzó a ambas chicas como sacos, una en cada hombro y riéndose los tres, se fueron a la sala de baile.

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Edward necesitó de unos segundos, y carraspear, para empezar a hablar. A parte de concentrarse para controlar la tensión que sentía en sus pantalones.

- ¿Esto es la clase de fisioterapia?

- Has tardado un minuto entero para que te saliesen las palabras - Rose lo miró con una ceja alzada y cara traviesa. - La verdad que el conjuntito es de morirse. - Alice y Rose se miraron cómplices.

La psíquica se llevó un dedo juguetón a la frente.

- Ha salido tal y como había visto - Canturreó - Cuando lo vi en el catálogo, me entró esta misma escena.

Jasper sonrió y Carlisle meneó la cabeza divertido. Las chicas reían pícaras.

Edward aun seguía en shock.

- Edward… tranquilo hermano. - Jasper le lanzó una mirada cómplice, y varias risitas se escucharon.

- No voy a negar que… bueno - Edward gesticuló con los ojos, resoplando - su ropa no me ha dejado indiferente - sonrió con timidez.

- Es la primera vez que se pone ese top. - Esclareció Alice. - Cuando empezó las clases con Emmet, le hice una compra de ropa deportiva. Y ese top y otros parecidos, nunca se los quiso poner porque le parecían excesivos. - Alice no pudo evitar que su cara se llenara de picardía - Pero, justamente hoy, se ha puesto ese y esos pantalones. - Se inclinó de hombros, fingiendo inocencia.

- En la biblioteca, hay un pequeño ventanuco desde donde se ve perfectamente la sala. - Soltó Carlisle como tal cosa. - Emmet la dejó, aunque por dentro pasa desapercibida, para que yo pudiese ver las sesiones, para que las controlara teniendo acceso visual sin incomodar a Bella. - Explicó. - Hace mucho que no me asomo, ya que todo va bien y Emmet mantuvo el control en todo momento.

Edward miró avergonzado hacía su padre y, cosa inaudita, bajó la mirada. Se sentía igual que el adolescente que, la noche anterior le había recordado Carlisle que tenía dentro de él.

- Emmet se pasó días leyendo e informándose de cómo realizar la fisioterapia de un paciente con desgarro aórtico. - Rose destilaba orgullo por su hombre.

- Nunca me hubiese imaginado algo así de Emmet. - Murmuró Edward, pero en su voz dejaba claro también, su orgullo por su hermano.

- Bella no se atrevía a moverse. Tras lo ocurrido cuando te fuiste… - Jasper calló, casi avergonzado.

- Tranquilo Jasper… No pasa nada. Me fui, y tengo que asumir las consecuencias. - Edward miró con afecto a su hermano, el cual le lanzó una mirada agradecida por sus palabras.

Carlisle le explicó lo ocurrido, y que realmente no había sido nada, solo unas gotas de sangre al traspasar un punto la piel. Pero no necesitó hacer ni tan siquiera una mínima cura. Aprovechó para quitarle el resto de los puntos, ya que todos estaban cicatrizados.

- Ella se asustó con aquello, a parte de… bueno, del disgusto porque te habías ido, despidiéndote con una simple nota. - Alice fue la encargada de concluir la frase de Jasper. - Cuando Elish comenzó a influir en ella, Bella volvió a la vida, pero a cualquier movimiento le tenía miedo. Por lo que no hacía nada y eso la hacía estar triste.

- ¿Triste? - Preguntó Jasper abriendo los ojos - Se pasaba las horas llorando. Pero el día que Carlisle le dijo que ya podía volver a dar clase, que todos en la reserva la estaban esperando con ansias, ese día fue espectacular. - Gesticuló el empático aun asombrado por aquel suceso. - Nunca había visto a nadie llorar con tanto sentimiento, con tanta impotencia.

- Fue ahí cuando Emmet tomó la decisión de la fisioterapia. Sabía que Bella necesitaba seguridad y, físicamente su arteria, su cuerpo e incluso su alma, requerían algo que le diese esa seguridad.

·

Edward, aunque muy entretenido con la información que la familia le daba sobre Bella durante su ausencia, no podía evitar estar distraído pensando en ese ventanuco.

"Ve Edward. Por eso te lo he dicho, para que la veas. Es… indescriptiblemente hermosa bailando. Disfruta el regalo."

Se levantó sigiloso y se encaminó hacía la biblioteca. Todos sabían perfectamente a donde se dirigía, pero fueron discretos y siguieron hablando como si tal cosa.

En una pasada rápida divisó el ventanuco en cuestión y tras meditarlo un segundo, tomó un pequeño alzador y se asomó.

La visión que entró en sus pupilas lo dejó clavado en el sitio. Aunque la música era atronadora, el simple hecho de ver a Bella, valía sobradamente la pena soportar ese ruido que llamaban música.

Era, tal como había dicho Carlisle: "Indescriptiblemente hermosa".

Su cuerpo se contorneaba al son de la música con gracia, perlado en sudor, las mejillas sonrojadas y su corazón brincando rítmico.

"Hermanito, ¿O mejor te llamo acechador? Te voy a dar un regalo que te va a encantar"

Edward sonrió ante el pensamiento de Emmet, y prestó atención, curioso ante el regalo que le ofrecía su hermano.

- Vamos a cambiar de ritmo. Quiero ver como esa rodilla responde a algo más elaborado. - Anunció Emmet. Bella asintió emocionada.

Las notas de una canción más suave comenzó a llenar el salón. Bella, se quitó la camiseta quedando en sujetador. Era deportivo, poco sensual, pero tapaba más bien lo justo y apretaba sus pechos alzándolos, y acompañado el pantaloncito, el conjunto dejó clavado en el sitio a Edward al borde de comenzar a jadear.

La chica se posicionó en medio de la sala mirando hacía los espejos y cuando la letra comenzó, ella también.

Se notaba que era un baile ensayado, una coreografía.

Kiss From a Rose, de Seal inundó la sala, perfectamente modificada para que la acústica fuese sublime, a parte del equipo de sonido, que como solía ser en los Cullen, era de lo mejor.

Emmet había realizado un gran trabajo.

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Bella comenzó a danzar… En una mezcla de pasos entre ballet y contemporáneo. Realizando movimientos finos y elegantes. A Edward se le asemejaron a sus formas de moverse; a las de los vampiros cuando actuaban como tal. Con esa finura y elasticidad semejantes a un felino.

Bella daba algún pequeño salto, pero se notaba, con sus aventajados ojos, que tenía miedo por su rodilla, pero cuando la canción tomaba sus últimos acordes, dio un salto espectacular, dejándose caer en el suelo, rodando y concluyendo su coreografía haciéndose un ovillo.

Edward tuvo que sujetarse mentalmente las manos para no aplaudir. Estaba fascinado.

Un inoportuno brote de tristeza lo invadió por unos instantes, pensando en lo mucho que debió sufrir Bella al tener que dejar de bailar; más si cabe, por el motivo de su lesión de rodilla.

"¿Cómo una madre puede zarandear así a una hija? Hasta el punto de tirarla por las escaleras. Aunque no fuese su intención… Bella debió añorar muchísimo el relacionarse con su madre. Solo viendo como trata a Elish y lo familiar que es entre nosotros, bueno… con ellos"

·

"¿Te gustó Edward? ¿Verdad que es un pasada verla bailar?"

El pensamiento de su hermano lo sacó de los suyos propios. Edward sonrió mientras asentía, sabiendo que Emmet podía verlo.

"Si Bella se entera de que estás escondido, observándola, la veo capaz de desollarte"

Elish también había captado y, visto, a su padre mirando por el ventanuco. Podía ver su cara de emoción; que era la misma que todos ponían cuando la veían. Aunque por supuesto que Bella no sabía nada de esa intrusión.

Decía que no bailaba bien, ya que no podía usar su rodilla con normalidad, y que se había prometido a si misma, que nunca más volvería a bailar en público.

Emmet era su excepción. Él fue quien hizo de fisioterapeuta, de entrenador e incluso aportó algo de coreógrafo. De alguna forma, entre ellos se forjó una relación que nadie hubiese imaginado. Emmet consiguió curar su alma, sus heridas más ocultas.

Gracias a eso, Bella concedió bailar también delante de Elish.

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- Ahora algo más suave para ir acabando, ¿te parece? - Le preguntó Emmet; Bella asintió, aun tirada en el suelo, recuperando aire y dejando a sus músculos descansar unos instantes. Cansada pero muy feliz.

Emmet puso una canción de ritmo latino y tras ayudar a Bella a levantarse, ambos se posicionaron e interpretaron un baile de pareja.

Era asombroso verlos bailar juntos, ya que no hacían una pareja demasiado acorde.

Emmet era exageradamente grande, tanto en ancho como en alto, para alguien de la estatura de Bella; pero de algún modo, se compaginaban para hacerlo bonito.

"Yo haría una mejor pareja con ella… Tenemos la altura y forma física perfecta juntos"

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No sabía cómo lo conseguiría, pero se prometió a sí mismo… Se impuso como reto, conseguir bailar con Bella.

Aunque parecía soso, y realmente lo era, tenía una vena divertida, y bailar, era algo que le encantaba; solo que no solía hacerlo.

Pudiese ser que no hubiera encontrado la pareja adecuada. Hasta ahora.

Esperó encaramado al ventanuco, entretenido viendo a la pareja bailar, que aunque lo hacían muy bien, la base era divertirse.

Bailaron una pieza más, hasta que Emmet se despidió de Bella dándole un beso en la mejilla y alabando su buena clase y su esfuerzo.

Elish ya había salido de la sala tras acabar Bella su baile. Que casualmente había coincidido con la llegada de Jacob.

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Tema Jacob.

Por lo que le había contado la familia, con la que había mantenido comunicación durante estos meses, más lo que veía en sus recuerdos ahora, Bella estaba de uñas con ese tema, y más contra él mismo por haber desaparecido y no estar aquí controlando este asunto.

El día anterior había hablado con Jake en privado y le confirmó lo mismo que el resto, que Bella lo tenía cruzado.

Desde que Elish diese su último salto de crecimiento, la atracción entre ellos había nacido; la atracción física, la sexual, por supuesto.

El chico, avergonzado, le había jurado a "su suegro" que no se había sobre pasado ni un milímetro con Elish, pero que cada día se hacía más difícil. Sobre todo desde que se besaran un par de días atrás. Las chispas nacieron y saltaron; la imprimación estaba comenzando a entrar en acción.

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Bella cambió la música por una más relajada y comenzó a estirar mientras canturreaba.

Ahí Edward prefirió dejar de mirar, por mucho que le gustase, ya que le parecía pasarse en su violación de intimidad.


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Holaaaaaa!

¡FELIZ ENTRADA DE AÑO A TOD S!

Un capítulo con mucha información.

Edward se perdió bastantes cosas... Aunque tenía comunicación con la familia, se enteró de grandes cambios.

Bella está "asustada" con el regreso de Edward.

¿Cuánto tardará en "comprender" la canción de Edward?

¿Os ha gustado? Creo que es idónea describiendo los sentimientos de Edward hacía Bella.

¡MIL BESOS Y ESPERO QUE OS GUSTARA!