¡Hola mis Bellas!
Esta vez no he tardado. He tenido a la musa de la inspiración a mi lado, y sobre todo... ¡Tiempo!
Espero que os guste.
CAPÍTULO 23
Tras la larga y agotadora sesión de baile, Bella pasó por la cocina, tomó víveres y se metió en su piso durante toda la tarde.
Cuando salió de la sala de danza, se encontró de frente con Edward, el cual ajustó el tiempo para estar de pie, justo por donde ella salía.
Su piano estaba a unos pasos de la puerta del estudio, y aprovechó esa casualidad para que el encuentro quedara más casual; necesitaba verla, que se viesen.
Ambos se miraron a los ojos, de los cuales centelleaban diferentes sentimientos.
En los de Bella: Temor, vergüenza, tensión.
En los de Edward: Amor, amor y temor.
Pero en ambos, predominaba uno que era difícil de ocultar: Pupilas ligeramente dilatadas, ojos brillantes, respiración agitada… El deseo.
Bella apretó la mandíbula, giró la cara de forma osca y salió como el humo del salón, pasando al lado de Edward, rozando sus brazos. La corriente estaba ahí, activa y deseosa de cualquier mínimo contacto entre sus pieles.
Emmet, que venía detrás de Bella, miró a su hermano con el asombro reflejado en su rostro.
- Solo… ¡Guau! Menudo reto de titanes, ¿no? - Gesticuló con la boca. Edward negó con la cabeza, abatido.
El grandote posó su enorme mano en el hombro de su hermano y le apretó, a modo de consuelo.
- Tranquilo Edward. Ella está un poco… confusa. Asustada por lo que siente por ti. - Instantáneamente, a Emmet le cambió la cara por una cargada de pillería. - Aunque solo fue un beso…. debiste dejar el pabellón Cullen en el podium. - Le alzó ambas cejas, gracioso y pícaro. Edward meneó la cabeza y rodó los ojos, pero su rostro mostraba cierta gracia.
- Eres incorregible - le volvió a rodar los ojos. - Pero, no cambies nunca. - Ambos se dedicaron una sonrisa fraternal.
- Hoy se ha llevado al límite como nunca la había visto; por un momento tuve miedo a que se lesionara. - Le comentó Emmet. - Creo que necesitaba sacar, sin ánimo de ser bestia, la tensión de ese beso.
- Gracias por usar la palabra "tensión" y no otra - Edward volvió a menear la cabeza, pero con una sonrisa torcida.
·
El resto del día pasó sin ninguna novedad. Todos estaban entretenidos a sus cosas.
Excepto Edward y Bella, que tenían tanta ansiedad que parecían estar a punto de explotar como una bomba.
Ella no dejó su encierro y él no podía estar quieto en ningún sitio.
Elish aprovechó para estar un rato a solas con Jake, a unos cientos de metros de la casa, para tener algo de privacidad.
Aunque ambos se habían comprometido a guardar las formas, la imprimación estaba en pleno apogeo, y era una fuerza todo poderosa que los arrastraba el uno al otro.
Los besos y caricias comedidas, se sucedieron durante todo el tiempo que estuvieron juntos.
- Así que… Vais a contárselo a Bella, pero… ¿en serio? - Preguntó casi perplejo Jacob.
- ¡Si! Ya se que estas deseando que lo sepa para no tener que escondernos más… - Refunfuñó Elish de malas formas.
- Nena… claro que es por eso, pero no es la única razón. - Jake tomó a Elish de los hombros. - Bella es una gran persona, le tengo mucho aprecio y realmente me jode que esté engañada viviendo en una casa llena de vampiros sin saberlo. - Elish bajó la mirada abatida. - Y sin saber la verdad, tu padre y ella, no podrán tener una relación normal. Bella tendrá que sopesar sus opciones, pero necesita saberlas y tenerlas claras.
- Lo sé… - Elish se mordió el labio y su cara se llenó de picardía. - Ellos… se besaron. - Jake abrió los ojos alucinado, pero sonriente. - Fue nada, poco más que un roce. Justo cuando iba a ser un besazo, el abuelo Charlie la llamó y… ¡pluf! se fue la magia.
- ¡Mira a tu padre, que listillo! Jajajaja
- ¡Oh, Jake! - lo riñó dándole un golpe en el hombro, pero ella misma reía.
- ¡Vamos! Eso es muy bueno… menos mal que Edward ha tomado un poco la rienda.
- Ella ahora está como enfadada; no es que lo esté, pero lo evita como a la peste. - Suspiró triste.
- Estará algo confundida. Él es tu padre, no tuvieron un buen comienzo, se fue dejándole una nota y no supo de él en tres meses… Es normal que ella ahora esté algo ofuscada. - Elish asintió.
Un What´s App, llegó al móvil de Elish.
¿Te apetece que pidamos pizza para cenar?
- Es Bella… debo irme ya. No le parecerá normal que no pasara en toda la tarde a intentar sacarla de su encierro.
Ambos jóvenes se despidieron con una larga sesión de besos, ya que al día siguiente era probable que no se viesen. La familia quería ir a hacer compras antes de que anunciaran el encierro oficial.
·
- ¿En serio vamos a cenar aquí? - Elish, tras pedir permiso que le fue dado, entró chinchando a Bella en su apartamento. - ¿No te parece un poco infantil esto?
-¿Infantil? No te entiendo. - Respondió la humana con desinterés. Elish se planto delante de ella, con los brazos cruzados y mirándola arrogante.
- Bella, por favor… Se que os besasteis. - Bella abrió los ojos hasta el punto del dolor, y sus mejillas se colorearon de golpe.
- ¡¿Qué?! - Preguntó con la respiración ya agitada.
- Entré por la puerta trasera a la cocina y os vi. - Mintió - Salí sin hacer ruido para no molestaros. Según había cerrado la puerta, fue cuando el abuelo Charlie te llamó… interrumpiendo - Rodó los ojos con fastidio.
- Elish… - la tomó por los hombros. - ¿Quién más sabe esto? - La miró con pavor.
- Bella… no se quien más sabe esto. No solemos andar preguntando quien se besa con quien - le frunció los labios. - Pero te puedo asegurar que todos estamos deseando que os dejéis de evasivas de una vez. Sois tan obvios - Rodó los ojos - Se ve a un kilómetro lo enamorados que estáis el uno del otro.
Bella hiperventilaba. Comenzó a moverse por su salón como un león enjaulado, notando como su estómago se estrujaba, sintiendo nauseas.
- Y por favor… ahorrate el rollo de que no estás enamorada de mi padre, porque a estas alturas, no cuela. - la miró sería, sujetando a Bella por un brazo. - Si no fuese así, no te habrías tomado tan mal que él se fuera. No me hagas recordarte como estuviste durante días… semanas, más bien.
- No tiene nada que ver… No lo entiendes… - Farfulló .
- Si, si lo entiendo. Estás aquí encerrada, escondiéndote para no darle cara. Y él, no sabe qué hacer. Está dando vueltas por el salón desquiciado. - Bella se mordió el labio, mirando con los ojos vidriosos a Elish.
- Esto es muy complicado… ni yo misma se explicarte el por qué, pero lo es. Además, es tu padre…
- Se que es un poco raro llegar a tener una hija de tu misma edad - Elish inclinó la cara mirando a Bella con gracia, pero un trasfondo de ternura. - Yo no soy el problema, creeme.
- Parece fácil, me dejó llevar y comenzamos algo… - Bella sonrió con picardía - Tengo ojos en la cara, Elish, se que le atraigo y - Inhaló con fuerza - se que hay más… ¡Que Dios me ayude! Porque yo siento lo mismo - Elish tuvo que controlarse para no comenzar a saltar en ese mismo instante. - Pero tengo miedo… miedo a que me haga daño, y se que podría hacérmelo con gran facilidad. Tengo el corazón totalmente expuesto ante él, y debo protegerlo.
Elish cambió la cara radiante de hacía un segundo a uno de comprensión y tristeza. Entendía perfectamente lo que Bella le decía, porque aunque su don no era el sentir las emociones como su tío Jasper, si la ayudaba a comprenderlas mejor que un humano normal.
Y sentía el miedo, la duda y el dolor de Bella.
Se recompuso rápidamente y cambió de tema.
·
- ¡Venga, pidamos esa pizza! La comemos abajo viendo una peli. El resto está en su cocina, van a cenar en breve, así que el salón está libre para nosotras; y podremos elegirla sin discutir con tío Emmet. - asintió a sus propias palabras.
- ¡Ufff! No se… - Bella se mordió el labio con duda.
Ahora sería el momento de lanzarle un poquito de su don, pero no. Bella debía desintoxicarse, para estar "limpia" cuando se le revelara la verdad. Que volviera a ser consciente de lo que sus sentidos le transmitían ante la convivencia con la familia.
- Si no bajas tu, acabará subiendo él… Tu verás… - la miró con inocencia fingida. Bella abrió los ojos, aterrorizada.
- Bajo yo. - La amenaza de Elish había dado sus frutos, como intuyó la joven.
Mientras Bella se recomponía un poco, y se ponía un pijama limpio, Elish encargó las pizzas.
Cuando Bella, con el pulso disparado entró en el salón, de forma inconsciente se llevó la mano al pecho de puro sosiego al observar que Edward no estaba allí.
- Ya te dije que todos están en la cocina. Cenan más o menos a tu misma hora. Por eso no te das cuenta - le explicó Elish mientras meneaba la cabeza, molesta por tener que estar dándole tantas explicaciones.
- Vale… - Canturreó Bella con mejor humor. - ¿Ya has visto algo interesante?
- ¿Te gustan las películas de terror?
- ¡Oh, si! - Contestó fascinada Bella.
- ¿Sangre o sustos?
- Me chiflan las dos. - Elish la miró con cara chistosa. - No me mires así, tengo una vena un poco gore. - le sacó la lengua.
- Y… ¿de vampiros? - Le preguntó siguiendo el buen rollo, pero muy atenta a la respuesta de Bella.
- Esas son un tema a parte… ¡Me encantan! Pero más que miedo, casi resultan… sensuales. El chico, el vampiro, tremendamente sexy seduce a la pobre chica que se cuelga de él y acaba mordiéndola. O también tenemos el vampiro loco que quiere convertir a toda la humanidad, y luego el asesino despiadado que mata sin impunidad porque se cree superior - Meneó la mano y rodó los ojos. - Ya he visto muchas, y que sepa, no han sacado ninguna nueva… Que aunque predecible, la vería sin dudar. - Rió. - Son superiores a mí, no puedo resistirme, ¡jajaja!
Bella alzó la mano a su frente, dejándose caer de espaldas, exponiendo su cuello; todo de forma teatral, rozando lo payaso.
- ¿Ves? Yo sería la chica, la víctima, que no deja de exponer su carótida, revolucionando al pobre vampiro, ¡jajaja!
- Bella, no tienes precio como actriz de comedia… o mejor, de payasa en un circo - Rió Elish, aligerando el ambiente.
Cuando se enterara de que estaba viviendo con una familia de vampiros reales, y que ella, si que era la víctima que expone su carótida y tiene revolucionado al vampiro sexy, que se enamora de la humana… Veríamos a ver la gracia que le hacía.
- Venga, elige una buena… con sustos. Necesito que mi cerebro se distraiga y segregue la adrenalina que tengo retenida.
- Tengo una que vas a flipar… Te aviso - la miró Elish moviendo los ojos de forma siniestra, sacando las risa de Bella.
Elish buscó la película en su canal de pago, mientras Bella iba a la cocina a por algo de beber y los utensilios para la pizza.
En pocos minutos, el timbre de la casa sonó y Elish fue a por las pizzas. Alguien de la familia, había dejado dinero en la mesita de la entrada.
Como siempre, Mallorie fue el encargado de llevar las pizzas.
- Traigo el pedido. - Informó lo obvio. Elish no pudo evitar rodar los ojos.
- Ya, supongo… - inclinó la cabeza. - Toma, quédate el cambio.
- Los Cullen siempre tan generosos…
- Si te dejara una propina pequeña, te quejarías de que somos unos tacaños, te la doy grande y también protestas… Vas a tener objeción por cualquier cosa… ¡Que cargante eres, chico! Venga, hasta luego.
Cuando Elish se giró, mientras cerraba la puerta, sin esperar a que el "amable" del repartidor contestase, pudo observar que en el coche de reparto que traía Mallorie, había alguien más; un chico, guapo, joven y rubio.
No conocía a mucha gente del pueblo, ya que por sus "saltos de crecimiento" a penas se relacionaba ni salía por él. No se ocultaba, pero tampoco se exhibía, y a ese chico no lo había visto nunca.
A penas posó su mirada sobre él más que un segundo, pero sintió una especie de escalofrío; su don la avisaba de algo malo sobre ese chico.
"Otro envidioso"
Pensó sin darle más importancia.
·
- Aquí traigo la cena.
- Elish, debería haber salido yo… Sabes que no es conveniente que te vean mucho… - comentó Bella con preocupación.
- Si te dejara ir a ti, cualquier día acabaría viniendo el abuelo Charlie y llevándote engrilletada por agredir a ese gilipollas.
Ambas asintieron, casi riéndose. Pero Elish no iba muy desencaminada, ya que cada vez que Bella se encontraba con Mallorie siempre acababan liándola.
Las chicas pusieron la película, mientras comían su pizza.
Elish aun toleraba comida humana, su sistema digestivo y excretor aun funcionaban, pero de forma más lenta. Su organismo cada vez le pedía y, digería mejor, la sangre.
"La comida… otro punto para tener que explicarle a Bella… Cada vez tolero menos cantidad de comida humana, en el próximo crecimiento… ¿Cómo disimular que nunca como, o que apenas pruebo bocado? Espero que te sigan gustando los vampiros tanto como las películas"
El pensamiento entró directo en el cerebro de Edward, el cual suspiró. Todos los miraron compungidos.
Estaban en la cocina "falsa" que estaba en la otra punta de la casa, dejándoles tiempo a las chicas.
Cocina que hubo que reformar y equipar con comida para celíacos y veganos, ya que cuando Bella estuvo convaleciente y, tras ir aplicándole su don Elish, se empezó a relacionar más a fondo con la familia, y tener una estancia secreta en casa, no era muy normal. Esme se la enseñó un par de veces y tras estar un día con la familia, mientras ellos "hacían que comían", y comprobando la incomodidad de los Cullen, Bella no volvió a pisarla más.
Pusieron de culpables a Rose y a Jasper, que eran alérgicos y que no les gustaba que gente que comía "normal", estuviese por allí, ante el riesgo de contaminar sus alimentos.
Movieron el sofá de dos plazas en frente de la enorme pantalla y Elish ajustó el sistema de sonido. Apagó las luces grandes del salón, dejando unas lámparas. Una vez acabadas de cenar, ajustó otra vez las luces, dejando la estancia casi en penumbra, solo con unas lamparitas auxiliares, para darle intensidad a la película.
A mitad de película, Bella tenía las pulsaciones por las nubes, centrada por completo en la pantalla, mientras agarraba con fuerza un cojín.
Elish debía hacer esfuerzos por no lanzarse a reír muchas veces, observando el sufrimiento de la chica cuando había "sustos". Pero algunos eran de paralizarte el corazón.
Sabía que la película iba a gustarle.
"Expediente Warren", nunca defrauda.
El resto de la familia se unió, repartiéndose por los demás sofás, detrás de Bella y Elish. La humana no se enteró de que estaban acompañadas en ningún momento.
Por lo que estaba relajada, y gritaba y comentaba la película con total naturalidad, divirtiéndose con Elish.
- ¡Oh, por Dios! ¿Has visto que bien hecho está el ente? Joder, va a salirme el corazón por la boca del susto… ¡jajaja! - comentó en una de las mejores escenas.
El resto, contenían las carcajadas. Bella estaba de lo más simpática.
Hasta que las últimas escenas llegaron, que eran las más perturbadoras y que más miedo daban.
Elish subió un poco más el volumen para darle intensidad, y Edward apoyó la mano en su hombro para indicarle que lo bajase, bastante metida en escena estaba Bella, como para asustarla aun más.
Aunque estaban prácticamente a oscuras, justo cuando Edward tenía el brazo estirado, la pantalla se iluminó y Bella vio de reojo el reflejo del brazo.
El grito fue tan potente, que eclipsó por completo el volumen bastante alto de la película.
Del impulso al gritar y girarse, Bella perdió el equilibrio cayendo de forma patosa de espaldas en dirección a la mesa de café donde tenían los restos de la cena.
Edward en un movimiento algo poco humano, la sujeto del brazo, dio un salto sobre el sofá y la atrajó contra su pecho, evitando así que cayera.
El pecho de Bella subía y bajaba a una velocidad imposible. Primero por el tremendo susto, luego, por estar entre los brazos y pegada al pecho de Edward.
Fijó su mirada en la hendidura de su cuello, evitando alzar los ojos y encontrarse con los de él.
- Tranquila… soy yo, no el ente tenebroso de la película. - su voz tenía un fondo de guasa claro. Bella rodó los ojos divertida.
- Imagino… Menudo salto, señor Cullen - soltó chistosa. - Veo que está en plena forma.
Su tono seguía las maneras divertidas, pero sus palabras fácilmente podían interpretarse con otro significado, y precisamente gracioso, no era. Sexy, erótico, provocador… Esos adjetivos, encajaban mucho mejor.
- Gracias por el cumplido… Creo que podrás notar mi pecho y mis brazos, ahora que te tengo tan cerca. - La voz de Edward, su tono, no mostraba rastro de "gracioso"; él fue directo, hablando en un tono deliberadamente sensual.
Bella abrió la boca, pero volvió a cerrarla, mordiéndose el labio, ante el riesgo de soltar algo que la dejase en evidencia. Se limitó a inspirar y asentir tímidamente.
Se quedaron en esa posición durante unos segundos; ninguno quería separarse, hasta que Bella se percató de que el resto de la familia estaba allí, observándolos. Cuando se fue a separar, un cambio en la música de la película la hizo girarse inconscientemente, justo cuando la escena final se desarrollaba y el ente demoníaco salía en todo su esplendor.
De forma involuntaria, soltó un grito y se acurrucó en el pecho de Edward, pasando sus brazos por la espalda de él, y abrazándolo con fuerza.
Edward casi explota de emoción al sentir a "su" chica así, estrechada entre sus brazos, protegiéndola.
Edward no perdió la oportunidad y deslizó los brazos por la espalda de Bella, acariciándola con ternura, y de pasó, apretándola un poquito más a él.
Bella inspiró, llenándose del aroma de él, y en el gesto, infló sus pulmones, por lo que sus pechos, se clavaron en el cuerpo de Edward.
No lo pudo evitar, ya que fue instantáneo, su pene reaccionó a tal toque. Se elevó en menos de un segundo, como el astil de un velero, clavándose en la cadera de Bella.
Al notarlo, de forma tan súbita como le ocurrió a Edward, su centro de mojó y le cosquilleó.
La suerte de las mujeres, es que publicamente no es evidente que se exciten, no como les ocurre a los hombres, que se puede ver una erección a través de la ropa. Pero para Edward, si lo fue, ya que el olor de la excitación de la chica entró por sus fosas nasales, casi enajenándolo.
Bella, contando con su propia discreción, se separó. Se notaba acalorada y como su piel reaccionaba, cubriéndose con una ligera capa de sudor.
- ¡Vaya! - soltó sin saber qué más decir. No tenía palabras.
"¿Vaya? Si… ¡vaya! Vaya lo que tienes ahí escondido… ¡Uf… madre mía! Si sigo excitándome de esta manera acabé convulsionando… ¡Mataría por echarte un polvo… ahora!"
- Y yo… no lo dudes. - Soltó Edward, en un susurro ronco.
Fallo. Uno muy grande, y muy grave.
Un fallo de principiante: Responder a un pensamiento no verbalizado.
Bella se quedó paralizada y su ceño se llenó de arruguitas de inmediato, ya que era más que obvio que Edward le había contestado y estaba segura en su totalidad, que no lo había dicho en voz alta.
"Edward, él… ¿me ha contestado? ¿A un pensamiento? Eso es… ¡imposible!"
Tras ese pensamiento, comenzó a llamarse a sí misma estúpida por creer en algo tan descabellado e irreal; se movió para romper el abrazo y, echándole valor, mirarlo a la cara, fue entonces cuando se percató de que Edward se había puesto tenso. Rígido como un palo.
Eso era malo. Muy malo.
Pero… No podía ser cierto, ¿no? Él no podía escuchar sus pensamientos, ¿verdad?
Toda la sala se dio percató del desliz de Edward y que Bella se había dado cuenta; más aun al ver como él se había quedado paralizado.
Entonces Emmet intervino, salvando un momento para el que nadie estaba preparado aún.
- ¿Os dejamos solos? - Emmet, como buen vampiro y por tanto buen actor, rió de forma despreocupada.
Su intervención hizo que Edward y Bella se separan al fin y que ella se distrajera.
- Una chica tiene derecho a asustarse cuando ve una peli de miedo, ¿sabes? - le sacó la lengua.
- Y de agredir a quien tiene más cerca, ¿también? - Bella asintió con un movimiento exagerado de su cabeza.
- Te perdiste el final - Agregó Elish.
- Creo que me quedó bastante claro… - Rodó los ojo riendo. Bella también era buena actriz, pero no lo suficiente para las potentes retinas de un vampiro. - Bueno, ¿qué tal si recogemos todo eso y nos vamos acostando? Se ha echo algo tarde. - Sugirió despreocupada; pero la tensión en su cara era más que visible.
Esme las ayudó y en un periquete estaba todo en su sitio y recogido. Dieron las buenas noches, como si nada hubiese pasado.
Bella, evitó cruzar la mirada con Edward más que intencionadamente.
·
Elish fue comentando la película a medida que subían las escaleras hacía sus dormitorios y Bella, con una perpetua sonrisa fingida, iba asintiendo; sin pronunciar una sola palabra.
- Bella… ¿Estás bien? - Le preguntó Elish cuando habían llegado al hall de su piso.
- Claro, por supuesto.
- Te noto rara…
- Bueno… acabar abrazada a tu padre, delante de toda la familia, gritando como una loca, podría alterar hasta a la más templada, ¿no te parece? - le alzó una ceja, bastante natural, pero la tensión seguía en su rostro. - Buenas noches preciosa, - se acercó a Elish y le dio, como cada noche, un beso en la frente - Descansa, mañana nos vemos.
- Tu también, Bella. Hasta mañana.
- Buenas noches, chicas - Saludó Edward, haciendo acto en el hall. - A lo mejor era buena idea poner más cine de miedo - Sonrió pícaro, mirando directo a Bella. No solo sonrió, si no que mostró "su sonrisa torcida". La sexy.
Bella inspiró hondo, intentando ser discreta. Esa sonrisa le robaba la capacidad de pensar; de pensar en algo que no fuese Edward, su sonrisa y sus labios… Labios que ya había probado y que sabían a gloria. Su corazón se saltó un latido.
- Para la próxima, puedo pedirle a Emmet que se siente a mi lado, ya que parecía interesado en mis ataques, jajaja… - Soltó para no quedarse "pillada" mirando la boca de Edward, pero la risa se le quedó atorada en la garganta al ver la cara de decepción, rozando el enojo, de él. - Bueno, hasta mañana a los dos.
Sin más, abrió la puerta de su zona, y con prisa, la cerró.
·
"¿Así que va a resultar que es celoso?"
Bella comenzó a divagar en sus pensamientos; saltando de una cosa a otra, sin un anexo claro entre las diferentes ideas. Hasta que su cerebro le recordó un detalle, bastante a tener en cuenta:
"Lee los pensamientos. ¿Podría ser cierto? Algo tan de ciencia ficción…"
Sin previo aviso, su cerebro comenzó a lanzarle recuerdos, situaciones que no había tenido en cuenta en su momento, donde Edward parecía leer su interior.
Una mirada, un gesto, una contestación que no venía a cuento… Y que él, no debería haber tenido, ya que ella no dijera nada en voz alta, si no que estaba pensando en cosas y él reaccionaba.
Su mente comenzó a disiparse en otros pensamientos, llevándola al tema del covid; tema que su cerebro parecía asimilar mejor.
Lo que Bella no sabía, ni por asomo, era que el "influjo" al que estaba sometida por el don de Elish, no la dejaba observar con claridad esas diferencias que su alto intelecto quería decirle.
Como buena intelectual, estuvo durante un buen rato informándose sobre ese terrible virus y lo que estaba ocasionando en la sociedad mundial.
Comparándolo a la desolación que produjo la gripe española en el 1918.
Bella tenía cierto conocimiento de ese hecho histórico, y al mencionarlo en su búsqueda en Google, se interesó por la comparación que varios enlaces hacían entre una pandemia y otra.
Los datos eran desoladores.
Bella se quedó alucinada y en cierta manera fascinada, por la sanidad en aquella época, los recursos limitadísimos y el ingenio de algunos sanitarios para paliar aquella penuria.
Con todos esos datos en la cabeza, al final acabó durmiéndose dejando su iMac a un lado de la cama.
Esa noche tuvo pesadillas con gente en tonos grises, con mascarillas raras, batas largas y descoloridas y enfermos con los rostros desfigurados.
·
- Bella ha estado leyendo sobre la gripe española - Comentó Edward; él y Carlisle se lanzaron una mirada cómplice. - Al estar buscando datos sobre el Covid, le salieron enlaces, por la comparación entre ambas pandemias. - Explicó.
- Es normal que se informe, de la gripe, me refiero - comentó Carlisle - a Bella le encanta la historia. Le encantará, una vez sepa, - señaló - que le cuente en primera persona datos históricos - Sonrió imaginando la situación - Me tendrá durante semanas sentado hablando y hablando… - De golpe, calló poniéndose serio; rozando la tristeza.
Toda la sala, con los ojos fijos en el patriarca, se sumió en la misma tristeza. Todos sabían porque Carlisle había callado tan abruptamente.
Ninguno tenía la seguridad de que Bella se lo tomara bien; tenían claro que, como algo lógico, estaría unos días algo extraña, pero tras asimilar la información…
- ¡Por favor! - Imploró Edward sujetándose la cabeza con ambas manos, en un gesto desesperado. - Dejar de pensar… - Gruñó. - Bastante lamentables son mis propios pensamientos, como para estar escuchando los vuestros.
- Lo siento hijo. - Se lamentó Esme bajando la mirada. - Pero… entiéndenos. - Suspiró - Todos estamos con el alma en vilo. - Gimoteó, y Edward apretó los dientes.
- Por muchas vueltas que le demos, hasta que no se lo contemos, no sabremos el resultado. - Jasper intentó ser pacificador, mandando oleadas de sosiego.
·
La pesadilla de Bella, comenzó a volverse más intensa, haciéndola dar vueltas y más vueltas, presionando su pecho, hasta que al final despertó sobresalta, lanzando un grito aterrador.
- ¡Ahhhhhhhhh!
Todos en el salón se quedaron paralizados al escuchar semejante grito. Menos Edward, que salió literalmente volando hacía la planta de arriba.
Entró como un ánima en el pisito de Bella, y recorrió los escasos metros hasta su dormitorio en menos de un segundo completo.
- Bella… ¡Bella, despierta! Cielo, despierta… Es solo una pesadilla - Le susurró, mientras la incorporaba, estrechándola entre sus brazos, acariciándole la espalda suavemente.
- Umm… ¿Edward? - Murmuró empezando a espabilar.
- Si, soy yo. Tranquila, solo ha sido un sueño.
Bella, sentada en la cama, con Edward a su lado abrazándola, se sintió segura. Protegida y… amada.
- Ha sido una pesadilla horrible. - susurró con la cara acurrucada en el pecho de Edward.
- Eso pareció, por el grito tan terrible que lanzaste. Me asusté y vine corriendo a ver que te sucedía. - le explicó con voz suave.
- Edward… - Las pulsaciones de Bella subieron y no por la pesadilla.
"Tengo que preguntárselo… Voy a quedar como una completa estúpida, pero si no lo hago… Tengo que saberlo."
Edward dio gracias al cielo por poder escuchar ese pensamiento concreto. Tenía clarísimo lo que Bella le iba a preguntar; no podía mentirle, porque eso empeoraría las cosas cuando le revelaran el secreto, pero tampoco estaba listo para comenzar tal revelación así, y ahora.
Así que hizo algo con lo que la distraería, y que estaba deseando hacer "bien" desde esa misma mañana.
La besó.
Directamente, sin florituras.
Inclinó la cara y movió a Bella, para que separará la cara de su pecho. Cuando ella alzó el rostro, Edward se acercó y estampó sus labios en los de ella. Labios que lo acogieron sin dudar y, muy agradecidos, ya que Bella estaba deseando ese beso desde la mañana… Realmente, desde hacía mucho antes de esa mañana.
El beso se intensificó y las lenguas de ambos no tardaron en pedir protagonismo. Convirtiendo el gesto en algo erótico.
Sus manos avariciosas tocaran la piel del otro, que ardía ante las caricias; Primero tímidas, y después más intensas, más íntimas. Y… más descontroladas.
- No te haces idea de cuanto te deseo… - Ronroneó en su oido.
Bella necesitó respirar, pero Edward no iba a separarse aun de ella, por lo que mientras ella tomaba aire, comenzó a besar sensualmente su cuello. Bella dejó caer la cabeza hacía atrás, disfrutando de esos besos húmedos que Edward repartía a lo largo de su carótida, que bombeaba frenética.
Y cuando más latía esa artería, más y más excitado se sentía el vampiro. El tener a Bella rendida, entregada y excitada ante sus atenciones, y esa carótida enloquecida bajo sus labios, lo tenía al límite.
·
- Familia… Creo que deberíamos salir. - Sugirió, más bien ordenó, Alice. - La parejita necesita estar a solas, ahora.
Toda la familia se levantó, dejando lo que estaban haciendo sin dudarlo un segundo. Incluso Emmet se levantó y se dirigió a la puerta sin solar ni una sola palabra.
"Os quedáis a solas. Elish está durmiendo como un tronco. Volveremos en unas horas."
·
Edward tuvo que hacer un tremendo esfuerzo para no tensarse ante el pensamiento de su hermana. Si los habían dejado a solas, solo significaba que esa noche iba a suceder. En ese momento. Ahora.
Mientras pensaba eso, sorprendido, ya que sabía que estaba al límite, pero todavía le quedaba lo justo de raciocinio para no dejarse llevar, Bella hizo algo con lo que no contaba:
Sus manos dejaron la nuca de Edward, donde las tenía situadas, para de pronto, meterlas dentro de la camiseta de él, regalándole unas caricias de lo más sensuales. Sus manos subieron desde el estómago hasta los hombros, arrastrando la prenda en el recorrido y tirando de ella, dejando a Edward con el pecho desnudo.
Eso fue el detonante.
Su roce sobre su piel, lo abrasó, pero que ella le quitara la ropa, dejándole claro que quería seguir… Fue su completa perdición.
Entonces entendió el gesto de Alice; ella lo había visto en cuanto comenzaron a besarse, ya que Bella decidió, seguramente sin darse cuenta, que quería más.
Edward paró, suavemente de besarla y la miró directo a los ojos, esperando que ella enfocase los suyos. Cuando se encontraron, Edward la miró extremadamente tierno.
- Sigue… - le susurró ella. Edward le dedicó su exclusiva sonrisa torcida y asintió solemne. - Solo… no me hagas daño. - Sus orbes se volvieron cristalinas.
- Nunca. - Declaró él, seguro. Sabiendo que ella se refería a algo sentimental.
- Tengo el corazón expuesto, para ti. - Le confesó Bella, haciendo a Edward el hombre más afortunado del mundo.
- Ahora tu, eres mi vida. Eres lo más importante que tengo.
Sus labios no pronunciaron más palabras, ya que volaron al encuentro de los otros, sellando su declaración muta.
·
DOS DÍAS ANTES. FORKS
Michael, con su encanto y simpatía, había conseguido que Mallorie, le diese alojamiento en su casa; con tan solo la mención del apellido Cullen ya había conseguido la gracia del chico.
Un control policial lo había detenido a la entrada del pueblo, y aunque aun no se había establecido el estado de alarma por la Covid, las fuerzas del estado ya comenzaban a intentar ralentizar el movimiento de la población.
Esperando en el susodicho control, escuchó el apellido "Swan", ubicando al propietario del mismo.
"Así que, el Jefe de policía, ¿es el familiar de Bella? Debo andarme con cuidado"
Había pensado Michael. Con ese dato importante en su poder, tuvo claro que no debía alojarse en ninguno de los dos hoteles que había en Forks, para no dejar rastro, en el caso de que lo estuvieran controlando.
Quería pillar a Bella de sorpresa; así sería más fácil convencerla de que su sitio era junto a él, en California.
- Estás de suerte, amigo - Mallorie palmeó el hombro de Michael - Acaban de hacer un pedido en el casoplón de los Cullen. Eso es que Bella está allí. - Informó. - Es la niña mimada de esos presuntuosos - Soltó con petulancia..
- ¿La niña mimada? - Preguntó Michael obviando el tonito del chico.
- Si. Ya te dije que tenían a esa chica de niñera de la niña rarita… Bueno eso ya te lo conté - Meneó la mano, no queriendo gastar más palabras. - Todos están como atontados con ella; cualquier cosa que pida, se le concede.
- Y tu… ¿Por qué sabes todo eso?
- Porque mi tía trabaja en la oficina de reparto, y los Cullen han pedido más cosas de las habituales. Siempre se lo llevan a casa, pero casi todos los papeles de envios pasan por la oficina y mi tía, bueno… - se rascó la cabeza - se fija. Y han hecho un pedido a Apple de alucinar. A parte de ropa, comida biológica, potingues de tías… En cuestión de unas semanas, mí tía ha sumado y se han dejado solo en los pedidos que ella ve, cerca de treinta mil dolares. - Gesticuló abriendo los ojos. Por ellos pasó un brillo de pura envidia. - Esa cantidad no la veo yo, ni trabajando dos años seguidos. - Gruñó.
- Pues si que parece que la tienen mimada - Respondió Michael controlando su gesto facial.
- Yo creo - Mallorie se acercó a Michael y le habló bajo - Que Edward, el padre de la niña rarita, ha puesto sus miras en ella. - Confesó con voz y rostro conspiratorio.
Michael apretó la mandíbula y los puños de pura rabia.
"¿Así que ese tipejo está intentando cortejar a mi chica? No voy a permitir algo así. Lo aplastaré como a un mosquito molesto"
- No me has dicho para que querías saber de ellos - Preguntó de pronto Mallorie.
- Es un tema privado. Nada grave, pero es confidencial. Solo quería saber si realmente vivían aquí y saber si esa chica, Bella, estaba con ellos.
- ¡Vaya! Yo que pensé que ibas a contarme algo jugoso contra ellos - Frunció la boca desanimado. - Ven, acompañame a llevarles la pizza, así verás el casoplón que tienen.
Michael se quedó agazapado dentro del coche mientras Mallorie dejaba la pizza. Una adolescente de unos 15 años fue la encargada de recogerlo.
"¿Esa es la niña rarita? Pero si es una jovencita… Este imbécil tenía razón, ¡menuda casa! La de mis padres es grande y cara, pero esta es ¡imponente! ¿Mi Bella se dejaría seducir por el dinero de estos? No, mi Bella no se dejaría impresionar por algo así… Pero, ¿realmente estará tonteando con ese tal Edward? No… ¡No lo puedo permitir!"
Michael respiró profundo varias veces, intentando calmarse; no podía dejar que el chico lo viese alterado, o podría dejar de hablar y contarle cosas.
Pero no podía esperar mucho más a intervenir. En unos días anunciarían el encierro y Bella debía irse con él.
Debían comenzar otra vez. Ella ya estaría más calmada por el accidente y volverían a su vida en California.
Su plan comenzó a ir tomando forma en su cabeza.
"Un par de días, mi enamorada Bella… Solo espera un poco más y vendré a buscarte"
Bueno... Me alegro de que no sepais donde vivo, para no tengáis tentaciones de buscarme y matarme por dejar el capi asi... ¡jajaja!
Pero, reconocer que os dejado con la intriga, ¡jejeje! (risa de bruja malvada)
Os prometo que subiré el siguiente pronto, prontísimo.
¡BESOSSSS!
