¡HOLA MIS BELLAS!
¡SIIIII, AQUI ESTOY! NO ES UN SUEÑO.
Tengo un par de capis adelantados, así que no quise dejaros con la intriga.
Vamos a por el segundo día de encierro de Bella.
MIL GRACIAS A TODAS LAS QUE COMENTAIS... NO SABÉIS LA ILUSIÓN QUE HACEN UNAS LINEAS EN RESPUESTA.
CAPÍTULO 27
Hubo otro cambio que Elish no le confesó a Carlisle, quería, necesitaba, que fuese Bella la primera en saberlo.
Su abuelo, por supuesto que se había percatado, pero sabía que su nieta necesitaba hablarlo con Bella.
En un discreto movimiento, Elish se fue sigilosa directa al apartamento de Bella. Algo explotaba en su interior y tenía la necesidad de hablar con ella. Era su guía, su tutora, su… hermana y madre.
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- Elish ha subido a ver a Bella. - Anunció Edward en un susurro.
- ¿Crees que será buena idea? - Preguntó Esme.
- Ha rechazado ver a Jake - Miró con intención a toda la asamblea. - No sabéis lo extraño que es que un imprimado diga que no al otro. - Exclareció Edward. - Le dijo a Jake, que mientras no hablara primero con Bella, no quería que la viese.
- ¡Oh, Vaya! - Exclamó Rose. - Espero que Bella la reciba bien… - Exhaló con pesar.
Por supuesto, él había escuchado la idea de su hija en su mente; pero no la detuvo. Ahora Bella estaba ebria y pudiese haber una oportunidad de que escuchara.
Elish era una tremenda debilidad para ella; si Elish no la apaciguaba, nada lo haría.
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La jovencita tocó la puerta, pidiendo permiso. Bella no le contestó, solo sintió un golpe seco, así que controlando los nervios que la consumían, mostrando confianza entró.
- Hola… ¡Bella! - Elish se lanzó por ella al verla en el suelo. - Pero… ¿Qué te ha pasado?
Bella estaba en el suelo, tirada de una forma rara.
- Me he tropezado… jiji - Soltó una risita tonta. Elish suspiró. - Pero no se me ha caído la copa… - Gesticuló una mueca exagerada.
La botella de vino estaba en la mesa del saloncito, con la que había tropezado Bella, y estaba casi vacía.
Cuando las manos, ahora ya templadas de Elish tocaron su piel para ayudarla a levantarse, Bella se la quedó mirando sin rastro de la risita de hacía unos momentos.
- Tu no estás helada… - murmuró.
- No.
- Y creces… y cambias… y… he sentido tu corazón latir junto al mío - jadeó compungida. Sus miradas fijas en la otra, limpias, tristes.
- Yo no soy una vampira… Me estoy convirtiendo en una. - Bella frunció el ceño, confusa. - Mi padre es vampiro - Bella apretó los ojos con fuerza y se tambaleó - pero recuerda que mi madre, Amelia, era humana. - Bella pestañeó, intentando darle sentido. - Soy mitad vampiro, mitad humana. - Le aclaró. - Nací siendo un bebé humano, pero ya tenía cualidades de vampiro, y según va pasando el tiempo voy convirtiéndome en una.
Bella frunció el ceño, apretando los ojos, observando detenidamente a Elish.
- ¡Has cambiado! - Alzó la voz asombrada.
- Carlisle tiene la teoría, que parece acertada, de que un aumento de stress o adrenalina, muy fuerte, acelera los cambios. - Bella pestañeó, no queriendo encontrarle sentido.
- Uno fue cuando papá se fue - Bella jadeó y su corazón dio un repique - y tu estuviste tan deprimida y este, fue esta pasada noche. - Bella giró la cara, no podía mantenerle la mirada a Elish; le quemaba el alma. - Todo lo que a ti te ocurra, me afecta a mí. - Le declaró la niña.
Bella se separó, tomando la botella y vaciando el escaso contenido en la copa, tomando un largo trago.
En esos momentos, esa declaración de la joven, la hería en lo más profundo de su alma.
- No quiero saber más. - Le respondió dándole la espalda, tambaleándose. - Eso son cosas de tu mundo… es como vivir en Hogwarts, pero en versión terror. Y yo no pinto nada… Eres… eres como un muggle - Frunció el ceño y pestañeó, sorprendida ella misma por la comparación, y otra risita tonta se le escapó. - ¡Joder, que ejemplo más tonto!
Elish apretó los labios para no reírse también. Está versión de Bella borracha, no la había visto nunca y le parecía de lo más divertida, obviando el tema que tocaban.
- Bella… necesito contarte algo. - Su voz cambió. Era un tono que Bella conocía bien; cuando "su niña" necesitaba contarle un secreto que nadie más sabía. - Y ahora puedo hablarte con libertad, porque ya sabes nuestro secreto. - Elish se acercó y Bella se giró encarándola; sus ojos brillantes por las lágrimas.
- Yo… yo no puedo… - Elish la miró, pero sin usar su don. Usó su cara, su carita triste y Bella cedió. Su pose corporal y facial eran de derrota. También influyó el alcohol.
- Me ha bajado el periodo. - Le dijo radiante de felicidad. - Como no sabes todo, no entiendes lo que eso significa… pero es, es… ¡un milagro! Podré tener hijos. - Bella la escuchaba intentando asimilar que tan milagro era tener la regla. - Los vampiros se congelan, no pueden cambiar jamás, desde el día que son convertidos. - le aclaró. - Sabes que a Rose le encantan los niños, ¿verdad? Habéis tocado el tema alguna vez, y ella te ha dicho que no puede tenerlos, - Elish miró a Bella para asegurarse que la seguía, y esta asintió - tu nunca le preguntaste más sobre el tema por educación… aunque ella, logicamente no te diría el motivo real. Pues el motivo es que una vampira no puede cambiar, y la ovulación es un cambio. - Bella parpadeó siendo plenamente consciente.
- ¡Oh! - Parpadeó, consciente de lo que le decía, pero no asimilando la grandeza de lo que Elish le contaba.
- Eso mismo… - sonrió - Para muchas vampiras, eso es lo peor del cambio. Que no pueden ser madres, y yo, tengo una posibilidad. - Le decía con los ojos brillantes de felicidad.
- Bien por ti, Elish. Me alegro sinceramente. - Su tono normal, pero sin rastro del entusiasmo que Elish esperaba.
- ¿Bien por mi? ¿Qué significa eso? ¿Qué clase de respuesta es esa? - La acuso alzando la voz - ¿Dónde estás, Bella? Necesito que vuelva "Mi Bella" - Recalcó, acusatoriamente - Te necesito… no desaparezcas. - Ahora su voz suave y triste.
- Tu Bella desapareció en ese bosque… Vete allí a buscarla. - Le respondió seria, pero su voz estaba envuelta en matices tristes.
- ¿Vas a hacerme daño? - Le preguntó con sumisión Elish. Bella abrió los ojos y la boca, perpleja y herida.
- ¿Daño? ¿A ti? - Preguntó ofendida. - Antes me arrancaría el corazón del pecho… ¿Cómo puedes decirme eso… con lo que yo…? - Las lágrimas se deslizaron por las mejillas enrojecidas y resecas de la humana. - Pero… ¿Cómo puedo ayudarte yo? Eres de un mundo… que no… entiendo… en el que estoy… fuera de plano. - Jadeo por las lágrimas.
- Tu eres mucho más fuerte que eso. Imagino que fue un shock ver aquello y enterarte así de nuestro secreto, pero ¡puedes con ello! - Exclamó con ánimo. - Tienes un caracter fuerte, eres resolutiva… ¡Por favor, despierta y reacciona!
- ¿¡Que despierte y reaccione!? - Gritó Bella ofendida. - ¿Y me quieres decir cómo? Vuestro secreto es… es imposible de asimilar. - Jadeó y tomó otro sorbo de vino, calentando su garganta - He vivido con vosotros durante más de cuatro meses, compartiendo… - meneó la cabeza buscando el léxico apropiado - intimidad. ¿Qué clase de percepción tenéis vosotros… o ellos - giró la cara, refiriéndose al resto - tenéis? He estado expuesta a vosotros sin ser consciente, creyendo que aquí arriba - gesticuló con los brazos - tenía privacidad… - Inspiró profundo, ya que se quedaba sin aire - ¿Oís más, veis más…? - Sus ojos casi enloquecidos. - Cuando me duchaba, o iba al baño… si me tiraba un pedo - rodó los ojos - Elish… creo que eres madura para esto, - la nombrada frunció el ceño - me he masturbado - murmuró, y Elish se mordió el labio aguantando la risa - He estado expuesta. Completamente. - Apretó los labios, conteniendo su verborrea mientras apuraba el último trago del líquido de su copa.
- ¿Por qué no sueltas eso que te está matando por dentro? Se sincera. - la miró fijamente, sus palabras certeras. Serias y profundas.
- ¡Me he acostado con tu padre! ¡Por el amor de Dios! Eso debe ser pecado, por algo así seguro que te excomulgan - Gesticulaba, ahora ya alterada. - Es, es un vampiro… - Se llevó las manos a la cara - ¡Por Dios Santo! ¿Cómo no pude darme cuenta? ¿Cómo he estado tan ciega? - Preguntó a la nada, gritando. - Y no solo una vez… ¡Maldita sea!
Bella comenzó a andar por el salón, dando vueltas, encolerizada y borracha.
- Esa frialdad en su piel… no puede ser que alguien que acabe de follar, esté tan frío. - Elish abrió los ojos y se mordió los labios para no lanzarse a reír. - Y… no sudaba, después de… lo que hicimos, yo estaba empapada y él… - Su respiración alterada y los ojos enloquecidos, reflejando los recuerdos - Y… la guinda del pastel… - Abrió los brazos, gesticulando - ¿Cómo no pude darme cuenta de que no le latía el corazón? Es la base de la vida, ¡joder! Lo he tenido pegado a mi pecho, y lo pasé por alto… ¡Soy estúpida! ¡Soy gilipollas completa! - Gritaba.
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Abajo, todos, menos Carlisle que había vuelto al hospital, escuchaban la verborrea de Bella, compungidos por sus palabras.
Compungidos por como se sentía de mal al ser ultrajada y mal, porque sus sentimientos estaban ahí. Solo por como le había contestado a Elish, y las lágrimas de frustración y la más pura tristeza.
Edward se había convertido en una estatua. Escucharla insultarse a si misma… Y él no podía sentirse más ruin, por haber dejado que las cosas entre ellos llegaran tan lejos, sin revelarle lo que era.
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- Bien… acabemos de una vez. - Elish sintió la emoción recorrer su cuerpo al ver a Bella animada a preguntar, pero seguía mostrándose seria para seguir la fachada. - Ahora, haz la pregunta que te atormenta, la que realmente, es más obvia.
- ¿Cómo puedo seguir viva? - Según soltó la pregunta, necesitó respirar varias veces. Tal como le dijo Elish, eso, estaba ahogándola. - Vi como aquel otro vampiro dejó seco a Michael en cuestión de segundos y, ¡lo oí…! - Enfatizó - Oí lo que le decía a tu padre… - Respiró sintiendo que se ahogaba solo con pensar directamente en Edward - Que yo, era su pareja y estaba perplejo de que… que nosotros… - Suspiró profundo - que… nos acostáramos y se contuviera de matarme. - Un escalofrió involuntario cruzó su columna. - Y que él lo había intentando con mujeres pero nunca lo había conseguido, que siempre acababa matándolas - Respiró jadeante - y, me deseo suerte, porque era un milagro que tu padre se acostara conmigo y me dejara viva. - Soltó ese peso tan enorme que le oprimía el pecho, mirando fijamente a Elish.
- Porque él te ama, sinceramente. Y eso, es más poderoso que el olor de tu sangre. - Le respondió tan tranquila la jovencita. Bella parpadeó confusa y Elish inclinó los hombros, restándole importancia.
- Nooo… - Alzó la voz agitada. - Eso es demasiado simplificar.
- Bella, aunque yo puedo explicártelo todo, no soy quien debería solventar tus dudas. - Bella negaba con la cabeza mientras caminaba de espaldas. - Me refería a Carlisle, no a papá… que también valdría bien - Le hizo un mohín con la boca chistoso.
- No le veo la gracia - Respondió Bella con los labios fruncidos. Lo cuales tocó con sus dedos, ante el dolor de hacer ese gesto. Los tenía secos… rotos.
Tomó la botella de vino, y la sacudió al ver que estaba vacía. Elish la miró mientras meneaba la cabeza divertida.
- Espera… dame un minuto, anda. - Rodó los ojos.
Le tomó la botella de la mano, tocándola con sus dedos a propósito, y con una velocidad bastante poco normal para un humano, pero aun lejos de alcanzar la de un vampiro, desapareció de su vista.
Elish bajó a la cocina, tomó otra botella igual a la que tenía Bella, y unos bombones de chocolate y unas galletitas saladas. Una mezcla que le encantaba a la humana.
No paró en el salón para que no la retrasaran, ahora Bella estaba abierta a hablar y desahogarse, y los presentes, estaban atentos a cada palabra.
Bella se quedó fascinada al ver el movimiento de Elish.
"¿Cuánto habían disimulado? ¿Qué serían capaces de hacer? ¿Cuánto del cine era cierto?"
Mientras pensaba eso, se miró el dedo que Elish le había tocado, sintiendo esa extraña frialdad, aunque ella estaba lejos de estar helada como… No pudo ni tan siquiera pensar en su nombre.
Se dejó caer al suelo, sentándose a lo indio, y llevándose las manos a la cara, lloró; otra vez. No lo podía evitar.
La ofensa, el miedo, la traición y la pérdida se le venían encima. Todo era demasiado perfecto, todo iba demasiado bien… Era como un sueño, ellos eran su sueño… Pero… ¿vampiros?
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- ¡Bella! - la llamó Elish inclinándose a su lado. - Por favor… no llores más. Estás quedándote sin voz, y tienes las mejillas enrojecidas y resecas. ¿Y tus mínimos? - le guiñó un ojo. Bella inclinó los hombros, sorbiéndose los mocos. - Toma, - le tendió la botella - Ábrela, ahora vuelvo.
Elish la ayudó a ponerse en pie y Bella abrió la botella con desesperación. No acostumbraba a beber, pero necesitaba olvidar. Necesitaba ver todo esto desde otra perspectiva.
Abrió la botella y se sirvió una copa, que bebió de un trago, haciendo muecas por la sequedad que sintió en su maltrecha garganta.
Elish llegó con un botecito de crema.
- Permíteme - la miró pidiendo permiso.
Ambas se miraron compungidas por eso; por tener que pedir permiso para tocarse, cuando hacía tan solo un día, eso sería impensable entre ellas.
Elish le aplicó crema en la cara a Bella, la cual cerró los ojos y se dejó hacer, aunque notaba como se tambaleaba, su equilibrio ya estaba seriamente dañado.
- ¿Asi que un tema celular? - preguntó Bella, tras unos instantes en calma. Elish sonrió con tristeza.
- Algo había que decirte. Algo dentro de lo posible, creible.
- Lo supe. - Elish frunció el ceño, sin entender. - En aquel momento, cuando Carlisle me lo explicó, algo dentro de mí, me dijo que era mentira. A parte de ser imposible biológicamente, sabía que me mentía. Pero… quise creerme el cuento.
- Lo siento Bella. Por eso y por todo. Todas nuestras mentiras, fueron un insulto a tu inteligencia; a ti misma. Pero entonces, no podíamos decirte el secreto.
Bella sirvió más vino, que se tomó de un trago. Sirvió más y lo dejó en la copa, que movió, observando el rastro rojo aterciopelado que dejaba.
- ¿Tu bebes sangre? - Elish pestañeó asombrada por lo directa de la pregunta.
- Si. Pero también comida, como ya sabes.
- Umm… - y se miró las manos heridas, que ya tenían la costra propia del principio de curación. Alzó la mirada hacía Elish. - Si me levantara la postilla y sangrara… ¿querrías… beber?
- ¡No, Bella…! Jamás he tenido ningún instinto de beber de ti. Ni yo, ni nadie. - Bella meneó la cabeza, como queriendo sacarse una idea molesta. - Nunca has estado en peligro. Bella, debo aclararte…
- ¿Ya os habéis acostado? - La interrumpió, dejando a Elish perpleja. - Tu y Jacob, me refiero - Bella la miró con una ceja alzada. Elish meneó en señal negativa. - Sabía que había algo raro entre vosotros… otra cosa por la que quedé como una auténtica imbécil - soltó la frase con aborrecimiento.
- No… aquello, fue un gesto de amor incondicional por mí. Me estabas protegiendo de lo que, de forma normal, hubiese sido repugnante.
- Pensé incluso en denunciarlo… por la forma tan… asquerosa que te miraba. - Bella hablaba a la nada, era como si sus pensamientos tomaran voz. - Pero claro, claro que había algo. Estáis enamorados, ¿no es así?
- Es más complicado que un simple enamoramiento. Estamos imprimados. Debo explicarte eso, para que lo entiendas. Son cosas de… lobos - inclinó los hombros gesticulando con timidez.
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Bella iba saltando de pregunta en pregunta, sin esperar a que Elish le aclarara nada concretamente. Todo quedaba en el aire, pero Bella no quería indagar, todavía no estaba preparada; tema aparte era la semejante borrachera que arrastraba.
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- Lobos… ¿Así que Jacob, es un licántropo? ¡Flipante! ¡Jajaja! - Rió con bobería. - En la película de Underworld los licántropos y los vampiros, son enemigos naturales… ¿Es así en verdad?
- Si. Pero nosotros tenemos una alianza con ellos. Y tras imprimarnos Jake y yo, se afianzó. Estamos destinados a estar juntos por siempre, a amarnos. Es como magia. - sonrió melosa.
- Aja… ¿Y el futuro papá, ya lo sabe? - Su tono un tanto ofensivo. Elish suspiró pero lo dejó pasar.
- No. Quería que fueses tu, la primera en saberlo. Ni tan siquiera se lo he dicho a papá ni al abuelo… - sonrió, con un gesto amplio y amoroso - Pero sé, que él lo supo nada más olerme, pero también supo que a la primera que quería contárselo sería a ti. - Ambas se miraron unos segundos. - Sé que ahora mismo no lo entiendes, pero cuando sepas más, comprenderás lo importante que es el que yo haya ovulado…
- Pues deberías estar con él ahora… - Bella cambió su rictus por uno arrogante, casi hiriente. - Espero que pueda fecundarte como humano, si tiene que hacerlo como un lobo gigante… te deseo suerte.
Elish bajó la cabeza, triste. Ni rastro de enfado, solo tristeza, absoluta.
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Bella se levantó, tambaleándose y tomó un par de bocados del chocolate y galletas que le había subido Elish; casi no habían llegado a su estómago, cuando salió disparada, tropezando con todos los muebles, llegando por los pelos al váter, donde vomitó estrepitosamente.
- ¡Oh, Bella cielo! - Elish salió tras ella, retirándole el pelo de la cara, mientras lanzaba todo el líquido con violentos espasmos.
Bella se quedó sentada en el suelo del baño, agradeciendo el frío del suelo.
- ¡Dios…! Como odio vomitar… - graznó, limpiándose las babas de la boca.
- ¿Quieres algo? ¿Necesitas algo?... ¡Dios Bella! Odio verte así… me duele ver como sufres… a lo tonto.
- ¿A lo tonto? - Preguntó haciendo esfuerzos por abrir los ojos.
Se levantó, tomando la mano que Elish le ofrecía, ya que casi no se sostenía de pie.
- Ahora mismo querría morir y ahorrarme todo este sufrimiento… - Murmuró con la voz ronca, haciendo gestos de dolor. - Necesito echarme, creo que voy… voy a… - Sus ojos se pusieron blancos y Elish gritó asustada.
Justo cuando iba a atraparla para que no cayera, Edward apareció de la nada y la sostuvo entre sus brazos.
- Tranquila nena, solo se ha desmayado. Mucho alcohol y poca comida. - Elish estaba acongojada, siguiendo a su padre hasta el dormitorio de Bella. - Alice…
La nombrada ya estaba allí y sabía qué hacer.
Tomó una toalla y la mojo con agua fría, se la pasó a Elish y esta a Edward, y tomó de su ropero un pijama limpio.
Edward la desvistió, observando unas marcas violáceas en las caderas, muslos y en un pecho. Eran sus dedos, marcados en la piel de su amada.
- No pierdas los papeles, Edward. Solo son unas marcas. - Lo tranquilizó Alice.
- También tiene moratones en las pantorrillas de tropezar con los muebles… - Elish lo miró con intención.
- No las ha visto. Al no ducharse ni cambiarse… Cuando las vea, entrará en cólera. - Susurró abatido, mientras le pasaba la toalla por la cara, la frente y el cuello.
La cambió entera, poniéndole la ropa que Alice le había entregado. De esa manera, se sentiría algo más cómoda cuando despertara.
- ¿Lo habéis escuchado todo? - Preguntó Elish.
- Por supuesto. Fue un acierto que dejases la puerta abierta - le sonrió su padre. - Aunque no te dejó aclararle nada en concreto, por lo menos preguntó y dejó que le contestases. Siento que al final…
- No la disculpes, me ha dejado estar aquí, tocarla y hablar. Al final, el alcohol habló por ella. Se que de forma normal, nunca me hubiese dicho esas cosas. - Edward y Alice asintieron completamente de acuerdo.
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- Edward, ¿vas a quedarte aquí con ella? - le preguntó Alice dirigiéndose a la puerta.
- Si. Estando dormida, es la única forma de poder verla. No se hasta cuando me tendrá vedada la entrada - Su voz compungida. Alice le apretó un hombro con cariño.
- Veremos como se levanta mañana… Se ha tragado botella y media de vino. Y son de los fuertes. - Comentó. - En un par de horas, Charlie llamará a Carlisle, al ver las llamadas de Bella.
- Ya suponía que lo llamaría a él.
- ¿Qué va a decirle Carlisle? - Preguntó Elish.
- La verdad. - Contestó Alice. - Charlie llamará a Bella tras la conversación con Carlisle. - Edward la miró fijamente - Intentará hacerla razonar, pero no servirá de mucho. - Alice bajó la mirada, y eso alertó a Edward de que había más y su hermana se lo estaba callando.
- Alice… no es momento de callar nada. - La miró fijo y serio.
- Ella va a suplicarle ir con él a casa. - Edward abrió los ojos alarmado.
Si Bella se iba de su casa ahora, con todo ese rencor, entonces podría declarar que la había perdido.
- No se irá. Charlie la convencerá de quedarse, de que él no paa a penas por casa y estaría sola y ya que su casa está a las afueras y ahora, que la policía está en los controles de carretera, pudiese haber asaltos a viviendas. - Explicó Alice animada. Edward resopló con alivio, al igual que Elish. - Aunque es verdad, Charlie va a exagerarlo para asustarla y que no insista con esa idea. Lo hace para echarnos una mano - Puntualizó la vampira.
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Las dos chicas salieron dejando a Edward en el dormitorio de Bella; necesitaba pasar un tiempo con ella a solas, aunque esta durmiese y no fuera consciente.
Observándola se quedó igual de perplejo que su hermana. Estaba demacrada.
"En el baño. Primer cajón, del mueble al lado del espejo. Dentro de una cestita color marrón oscuro."
Su hermana le informó tras ver su plan.
Edward siguió las indicaciones y tomó los dos botes que buscaba. Una crema de aloe vera para la cara y un bálsamo para los labios.
Le colocó un segundo almohadón para que mantuviera la cabeza alzada y evitar que volviese a sentir nauseas.
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Carlisle apareció con una bolsa y un equipo para poner una vía.
- Voy a suministrarle una bolsa de hidroxil, es un compuesto a base de vitaminas del grupo B.
- Lo se… - Rodó los ojos. - Yo también estudié medicina - Miró hacía su padre con los labios fruncidos en una mueca que intentó ser divertida. Carlisle asintió, sonriendo suave.
- Y una bolsa de suero glucosado. Mañana se levantará mejor. Si no… se sentiría peor que fatal. - Suspiró el doctor. - Viéndola ahora, no parece la misma. Está… demacrada, como dijo Alice. - Edward asintió en silencio sin apartar la mirada de la chica que había robado su corazón. - En cuanto termine - señaló las bolsas - debemos quitarle la vía y recogerlo todo, para no hacerla enfadar más. - Suspiró profundo.
- Yo se la quitaré, no te preocupes. Le retiraré la vía con cuidado, para que no deje marca. Y el puntito que queda, no creo que se fije en él. - Carlisle apretó el hombro de su hijo con cariño, y lo dejó a solas con Bella.
En cuanto las bolsas se introdujeron en el organismo de Bella, Edward procedió a quitarle la vía con sumo cuidado, retirándolo todo, por si ella despertaba de golpe.
Al vampiro aun se le cedieron unas horas más velando el sueño de la chica; aunque se removió inquieta varias veces, no llegó a despertar.
Ya bien entrada la mañana, del que sería el tercer día de encierro, a Edward empezaron a entrarle pensamientos de Bella, su cerebro comenzaba a despertar.
Le dio un beso en la frente y le susurró:
- Te amo.
·
CONTINUARA...
·
Primer "round".
Bella se ha pillado una cogorza descomunal, y gracias a eso, ha consentido hablar con Elish.
Edward, destrozado...
¿Creéis que Bella verá los moratones?
YA QUE HE ACTUALIZADO TANNNNN PRONTITO, ESPERO MUCHOS REVIEWS!
¡MMORDISQUITOSSSSSSSSS!
