¡HOLA MIS BELLAS!

Perdonar la tardanza, pero llevo un par de semanas que no doy a basto... Mil cosas por hacer, y llego demasiado cansada como para escribir una palabra.

Os dejo un capi larguito... *Rini Chiba son casi dos capis ;-) Para compensar la tardanza.

A parte de largo... Muy completito. Espero lo disfruteís.


CAPÍTULO 33


Cuatro días después, Jake llegó a la casa Cullen con una invitación. Para Bella.

- ¿Qué suba a una barbacoa? - Preguntó ella un tanto sorprendida.

- Sí. Los chicos quieren que subas. Dicen que el día de la reunión estuviste bastante más amigable de lo que esperaban - Rió y Bella rodó los ojos divertida - Y hoy vamos a reunirnos toda la reserva, para hacer más llevadero esto del encierro.

Elish y Bella se lanzaron una mirada cómplice.

- Jake… - Ahora ya volvía a tutearlo - Estaba más amigable porque…

- Si… Se que Elish te tenía influida, pero mucho menos de lo que crees… Además, ¿Algo de aquello habrá quedado en tu cabeza, no?

- Me siento muy honrada, pero…

- Te subiré corriendo - La picó Emmet. - Y te traeré de vuelta cuando quieras.

Bella suspiró no muy convencida. Llevaba un par de días sintiéndose algo cansada, y lo que más le apetecía era holgazanear durante todo el día.

- Vamos Bella… Así sales de casa y te relacionas con más gente. - La animó Alice.

- Y aprovecha a que te de un poco el sol, estás casi tan pálida como nosotros - Le habló Rose con su habitual forma directa.

"Me apetece… la verdad que si. Pero estoy cansada. Tanto estrés estos días, me está pasando factura ahora."

- Cualquiera de nosotros subirá a buscarte en cuanto quieras - Soltó Edward. Bella lo miró entre sus pestañas, bajando la mirada y girándola casi en el mismo gesto. - Como si quieres estar una hora y volver. No hay problema. - Insistió. Ella asintió con un tímido gesto, sin girarse a verlo.

- Si ese es el problema, entonces… No hay problema. - Sonrió Emmet, por su juego de palabras.

- ¿Qué tal si os subo yo a las dos, y que luego vaya alguien a buscarte? - Bella miró para Jake rozando el asombro. - Y por favor… No preguntes si puedo con ambas… La duda sería un pelín ofensiva - Jake hizo un gesto teatral de ofensa, sacando las risas de las dos chicas.

- Bueno… Eso estaría bien. Suena divertido. ¿A qué hora hay que irse?

Concretaron la hora en que deberían salir y Bella, aprovechó para acostarse un rato, y así estar un poco más descansada.

Una vez hubo subido a su apartamento, todos comenzaron a lanzarse miradas preocupadas entre ellos.

- Como estáis hablando entre vosotros, seré yo el que lo diga en voz alta - Murmulló Jake con una risita. - Todos nos hemos dado cuenta de lo floja que está, ¿no? - Elish suspiró abatida.

- Desde el día antes de subir a la reserva, está tranquila. - Jasper fue el primero en hablar. - Comenzó a sentirse bien entre nosotros… más o menos - inclinó la cabeza. - Así que por el tema sentimental, no es.

- Contigo - Señaló Alice a Edward - Sigue a la defensiva. Desde vuestro último encontronazo, te evita como a la peste. - Frunció los labios - Pero igualmente baja y está con todos aquí en el salón. La visión que me entró el día que subió a la reserva, en la cocina, está cumpliéndose según lo previsto.

Alice disimuló como la buenísima actriz que era, pero sabía que aunque su visión iba desarrollándose, algo no acababa de encajar.

- Come menos. - Añadió Rose. - Me lo comentó ayer Esme. No es preocupante, pero si a tener en cuenta.

Carlisle entró en ese momento al salón, llegaba de un turno de dos días en el hospital.

Entré él y Edward se lanzaron una mirada significativa.

"No lo se… Tendría que dar más síntomas, y no se los he observado. Hace trece días desde que os acostásteis… Estaré más pendiente, pero no puedo escaquearme del hospital. Hay muchos casos y graves, de covid"

·

·

A la hora acordada, Bella bajaba las escaleras lista para ir a la reserva. Se había vestido parecido a la otra vez que subió a la reserva:

Un pantalón jogger en tono marrón, una camiseta de manga tres cuartos, en tonos tierra, con un escote abierto que caía por sus hombros. Unas ugg de plataforma y una biker también en marrón.

Un moño alto despeinado y ligeramente maquillada.

Estaba preciosa. La cara de Edward, dejaba claro lo hermosa que estaba, ya que un, imaginario, hilo de baba caía de la boca del vampiro.

- Estás preciosa, cielo - Carlisle se acercó a ella y le dio un beso en la coronilla.

- ¿Qué tal las cosas en el hospital? - Bella arrugó la nariz - Hueles a desinfectante… - Bella arrugó la boca y puso cara de niña traviesa - ¿Temes contagiarte de covid? - Carlisle alzó los ojos, divertido - No… Pero no quiero arriesgarme a traer el virus y que usted, señorita, se contagie. - Bella le lanzó una mirada amorosa.

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Al día siguiente de subir a la reserva, se hizo un antes y un después entre Bella y los Cullen. Aun había cierta línea distante entre ellos, pero día a día, parecía ir desapareciendo.

El primer contacto físico fue con Alice: la tomó de la cintura en un gesto natural. Inconsciente.

Alice intentó mantenerse normal, pero la forma de mirar a la humana, la delató. Bella le dedicó una mirada cariñosa y se inclinó de hombros, restándole importancia.

Desde ahí, esos gestos fueron sucediéndose con el resto de la familia.

Excepto con Edward.

Bella hacía esfuerzos hercúleos por no acercarse a él; por no mirarlo, por no… babear cada vez que sonreía.

Tenía claro que él no la amaba como había dicho, si no que fue la siguiente humana que le tocó caer en sus redes y ella debía proteger su maltrecho orgullo lo más a salvo posible.

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- ¿Nos vamos? - Apremió al saberse observada por Edward.

- Quieres… ¿Prefieres esperar aquí mientras yo…? - Jake se trabó, ya que no quería enturbiar el buen rollito con Bella, haciendo una entrada en fase delante de ella.

- No… tranquilo. Puedes hacerlo delante de mí… Si consideras que puedo verlo - El respeto en la forma de decirlo, dejó a Jake pasmado. - Elish me comentó que era algo muy íntimo.

- Claro que puedes verlo… Tu, si - puntualizó - ¡Vamos! Voy a dejarte flipando - Le contestó Jake divertido. A Elish solo le faltó ronronear de ver el buen rollo entre ellos.

- ¡Jacob! - Lo llamó Edward serio - Cuidado… - lo miró advirtiéndolo, con ojos serios.

No pudo evitarlo, y su advertencia fue obvia para todos; Bella incluida. Que se sintió confusa ante eso.

"¿Por qué tanto cuidado? ¿Por qué ese miedo a que Jake pueda hacerme daño? ¡Dios, tantos mensajes contradictorios, me tienen agotada!"

- Papá… Jake tendrá cuidado - Elish le lanzó una mirada recriminatoria.

"Se están llevando mejor que nunca, no te pongas en plan plasta. Además, ¿Crees que Jake se arriesgaría ni tan siquiera a rozarla? Bella no lo ve, pero para los demás, son claros tus sentimientos"

Jake y Bella salieron al jardín mientras el lobo hacía bromas sobre su capacidad de entrar en fase.

Seguidos de Elish y por supuesto de Edward, que se quedó unos pasos rezagado, pero lo justo de cerca de intervenir si fuese preciso.

- Ahora, quédate aquí y no te acerques. - La informó Jake, ahora sin rastro de humor. - En el momento en que tiemblo, ya me es imposible detener la transformación, y podría herirte. - La miró con intención, hasta que Bella asintió.

Para que Jake se quedase tranquilo, se sentó en la acera delante de la puerta. Justo detrás de ella, sin saberlo, su protector eterno… Osea, Edward.

Jake convulsionó dos veces y un hermoso y enorme lobo rojizo, apareció en su lugar.

Ahora, que Bella estaba mentalizada, le pareció asombroso. Algo digno de ver antes de morir. Y en el fondo, se sintió una privilegiada de poder contemplar tal milagro.

Jake, su lobo, se agachó y reptando, se acercó a Bella, poniéndo su gigantesco hocico entre sus piernas.

- Quiere que le rasques la cabeza - La informó Elish casi riendo. - Cuando está en su forma lobuna, tiene algún que otro instinto perruno - Rodó los ojos con guasa.

Bella alargó el brazo y con gran suavidad, pasó su mano por la cabeza de Jake, haciendo a este moverla agradecido.

- Le gusta tu tacto - Bella miró para Elish con duda. - Lo sé porque está moviendo la cola, ¡jaja! - Rió.

Edward rodó los ojos y suspiró.

- ¿En serio? ¡Jaja! - Rió la humana - Esto, es lo más surrealista que me ha podido pasar en la vida… Y lo más ¡flipante! - Gesticuló con los ojos.

Elish, derretida por la escena, no se pudo contener y se lanzó a los brazos de Bella, dándole un abrazo lleno de amor.

- No sabes lo feliz que soy ahora mismo. - Le murmuró al oído. - Y todo, es por ti.

- Mi niña bonita… - Ronroneó Bella acariciándole el pelo, al igual que hacía tan solo unas semanas atrás, cuando Elish era aun una niña.

Jake aulló y sacudió la cabeza, para ponerla entre ambas jóvenes. Las dos, riendo, se acercaron juguetonas, haciendole mimos a Jake.

- Ahora no se me enganchará a una pierna y empezará a… frotarse, ¿no? - Soltó Bella aguantando la risa. - Eso sería muy íntimo… casi obsceno - Rodó los ojos, fingiendo pudor.

- ¡Jajaja! - Elish se lanzó a reir y Jake volvió a menear la cabeza, dándole un controlado cabezazo a Bella.

Edward rodó los ojos molesto y Emmet se tronchaba de la risa dentro.

Las chicas se subieron al lomo de Jake y este, una vez sabiéndolas seguras, comenzó a andar.

- Jake… despacio, por favor. Bella está muy entusiasmada y… - Fue un susurró, lo justo para que Jacob lo escuchara, pero no Bella.

"Tranquilo Edward. Tendré cuidado, no le pasará nada a tu damisela"

Tal como prometió, fue despacio para evitar sustos. Si que cambió el paso de caminar a trotar, pero no usó más velocidad. Bella no tenía fuerza para sujetarse y podría caer con facilidad.

·

Una vez en la reserva, todos fueron a recibir a las chicas.

- ¡Guauuu! - Exclamó Seth alucinado. - ¡Cómo han cambiado las cosas en unos días! Como me alegro de tu cambio de actitud. - Le sonrió afectuoso a la par que divertido.

- Si Bella, es genial. Me alegro de que ahora lo lleves así de bien. - El rostro de Leah resplandecía. - Así nos aseguramos que seguirás con las clases después de normalizarse el mundo.

Todos asintieron. Nadie quería perder a Bella, se había vuelto un miembro más tanto de los Cullen, como de la reserva.

Bella sonrió agradecida de las palabras cariñosas, pero un pensamiento la enturbió:

"¿Seguir con las clases? ¿Seguiré aquí para entonces?"

Tras los saludos, con el resto de los chicos y de los miembros del consejo, que también se acercaron a darle la bienvenida a Bella, todos se fueron hacía la zona de la barbacoa.

·

- No digáis nada de que Edward está aquí. - Les comentó Jake al resto - No quiere que Bella lo sepa.

- ¿Siguen así? - Preguntó extrañado Seth. - Pero… - frunció el ceño confuso - Yo pensé que ya estaban juntos… Bella huele a él.

- Seth, Bella huele a vampiro. - Contestó Quil. - Tiene su olor impregnado en el cuerpo.

- No… No es solo el olor de los Cullen… Huele… ¡Joder! ¿No lo notáis? Es como el olor de Edward, pero tiene un punto distinto.

- Estás alucinado, Seth. - Embry le dio un manotazo bromista.

·

La velada fue transcurriendo entre risas, por las bromas y anécdotas que los chicos iban contando.

También hubo tiempo para que Billy narrara alguna historia de la primera manada, poniendo un punto más solemne.

Pero la seriedad duró poco, todos querían festejar y que mejor que bailando. Los chicos Quileutes no desaprovechaban una oportunidad para poner música, les apasionaba.

Bella , estaba sentada viéndolos bailar, descansando un poco; notaba como ese sentimiento de cansando volvía a ella, pero no quería irse aún.

Elish, Leah y Emily la acompañaron mientras charlaban.

Después de un rato, parecía sentirse un poco mejor y una canción que la fascinaba, sonó, dándoles a sus pies voluntad propia:

ATL Jake and Feid: Luna.

Canción

Movida por una energía renovada y una falta de pudor rara en ella, Bella comenzó a bailar, suelta.

Esa canción tenía algo que le hacía vibrar; como un flechazo. Era escucharla y no podía evitar moverse al son.

Con unos movimientos elaborados, suaves y rozando lo sensual, la bailó entre todos los chicos y chicas, que la vitorearon emocionados por sus gráciles gestos.

Seth la miraba casi fascinado, hasta que… algo le resultó extraño. Sus movimientos… Eran, ligeros. Elegantes. Los ojos del chico se quedaron pegados a Bella, observándola con el ceño fruncido.

Su olfato de lobo, su sexto sentido, le advertía de algo; No era un peligro inminente, pero si algo a lo que debía prestar atención.

Sin poder evitarlo, la olfateó y su oído se agudizó. No sabía que escuchaba, lo que olía… y mucho menos lo que sentía, pero el bello de su nuca se erizó.

Jake, como Alfa, sintió como Seth estaba comenzando a ponerse nervioso, así que se acercó a él, para intervenir si fuese preciso.

Elish atenta a los movimiento de su imprimado, observó como Jake se había puesto serio y se acercaba a Seth, el cual estaba sudoroso. Siendo discreta, se acercó a Bella.

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"Papá… Creo que sería conveniente que te acercaras, por si tienes que sacar a Bella de aquí. A Seth le ha pasado algo y está poniéndose nervioso"

- Estoy detrás de ti. Oculto por el gran roble. - Le habló Edward. Los humanos normales no se enteraron ni de su presencia ni de su voz. - Llevo unos minutos observándolo. Sus pensamientos me han alertado.

Edward no le quitaba los ojos de encima al muchacho, que parecía estar a punto de descontrolarse.

No quería alertar a Bella, para no asustarla.

"A Seth le pasa algo… Está sudando y me mira con la cara rara… ¿Esto es a lo que se referían cuando los describían como seres inestables? Quiero irme a casa."

Bella estaba a dos metros de Seth, el cual, aun controlado, podía ver cómo la chica lo miraba seria.

- Bella… - la llamó. - Lo siento… Estoy intentando controlarme. No te asustes, ¿Ok?. - Seth fue a dar un paso en su dirección, pero alguien, se interpuso entre ambos.

Edward, como volatilizado de la nada, se puso delante de Bella. Su espalda a escasos centímetros del pecho de la chica.

- Creo que alguien ha pedido por aquí transporte - Le susurró girando un poco la cara. Bella se mordió el labio, aguantando una sonrisita.

- ¡Seth! No te acerques, estás al borde de descontrolarte. - Edward se irguió y volteó la cara para mirar al chico de frente, hablándole un poco serio. Pero su voz tenía un trasfondo de molestia.

- Vamos Edward… No voy a hacerle daño - Refunfuñó Seth, dando un paso. Edward levantó los brazos.

- No - te - acerques - Edward separó cada palabra, con los dientes apretados. - Te he visto entrar en fase por menos de esto.

El vampiro estaba intentando aguantar las formas, pero por dentro se lo llevaban los demonios. Sabía del caracter de los Quileutes; eran jóvenes, inexpertos y llenos de hormonas. Todo eso junto, los hacían inestables y peligrosos para alguien como Bella.

Bella asomó la cara de entre la espalda de Edward, a la cual estaba agarrada, sujetando entre sus manos su camiseta; su gesto algo aturdido, pero se sabía segura ahí, tras Edward. Él había aparecido de la nada, y se interponía entre ella y Seth; ante el peligro. No sabía por qué, pero estaba segura de que él no dejaría que nada le ocurriese.

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Entonces, el olor de antes, pero potenciado, le llegó a Seth. Provenía de Bella; era una mezcla de fragancias donde la que más resaltaba era la de Edward; pero no era pura. Había un olor por medio, que era el que lo ponía ansioso.

Sus ojos, enturbiados no abandonaban los de Bella. Ella se sintió intimidada ante la intensa mirada de Seth y se acercó más a Edward, movió una mano y la posó en el brazo de Edward; de forma inconsciente la bajó y tocó el antebrazo del vampiro, que llevaba la camisa remangada.

Entonces, algo sucedió. Algo que podía entrar en varias descripciones: Mágico, milagroso, terrible, horrible.

Un suavísimo repique, un casi inaudible, bum-bum, se escuchó a través de Bella. Incluso ella misma sintió una ligera vibración dentro de su cuerpo, dejándola sobrecogida.

- ¿Lo habéis oído, verdad? - Seth no apartaba los ojos del abdomen de Bella. Sabía exactamente lo que era eso. Lo recordaba del embarazo de Amelia. - Ella… Está… - un dedo señaló su estómago.

"¿Qué coño ha sido eso? Me ha vibrado el estómago… No… No era el estómago… ¡Oh Dios mío… Nooo! Y Seth ha dicho, que si lo han oído… ¿Pero que…? No quiero ni tan siquiera pensarlo"

Seth comenzó a sudar y a temblar, tres segundos más y pasó a convulsionar; unos segundos después, un lobo de pelaje gris claro y blanco, apareció.

Pero Bella solo pudo observar al hermoso lobo desde lejos, ya que cuando los temblores comenzaron, Edward la tomó con urgencia y en un movimiento invisible, la subió a su espalda saliendo volando.

·

En un punto intermedio entre la reserva y la Casa, Edward paró y ayudó a Bella a bajar de su espalda, y así se quedó ella. No era capaz de darle cara en ese momento.

Estaba asustada, angustiada… Aturdida.

- Bella… - la llamó él de forma suave; casi un susurro. Esperó, pero ella no contestó ni se giró - Por favor, mírame. - Bella inspiró hondo, pero siguió sin moverse.

Edward se puso delante de ella, moviéndose a su manera.

- Por favor… Levanta la cabeza. - Bella apretó los ojos y su pecho dio un espasmo. Estaba aguantando la respiración.

- Lo has vuelto a conseguir… Eres todo un semental. - Escupió, ahora si mirándolo. El desprecio quedó claro - A ver si esta vez tienes un chico, así haces la parejita. - Bella no hablaba, escupía veneno.

- Bella estás equivocada. - Le contestó manteniendo una fachada algo nerviosa, aunque por dentro estaba destrozado. - Yo no voy coleccionando mujeres para que me den hijos… Eso, sería una aberración. - Bella le lanzó una mirada cargada de reproche - No quería que esto pasara… No quiero perderte - Le susurró mirándola a los ojos. Bella jadeó, apretando los dientes. - Se que mi actitud de estos días, no corresponde a mis palabras, pero… estaba dándote espacio… - Bella alzó el brazo, interrumpiendo a Edward.

- Al final… Yo tenía razón. El primer día que discutimos… - Edward frunció el ceño - Estaba segura… - Su pose tranquila, con una seriedad apabullante - Lo supe y lo confirmo ahora, no pararías hasta matarme. - Edward jadeó abriendo los ojos, horrorizado. - Todos fingíais… ¡Todo era mentira! - Ahí no pudo más y se descontroló, gritando y gesticulando. - Todo lo que me contaste de Amelia, era ¡mentira! Eres un maldito mentiroso…

- Nooo… Maldita sea. - Maldijo Edward colérico. - Déjame que te explique… Deja de soltar estupideces.

- ¡Nooo…. Nooo! No quiero que me expliques nada. No quiero que sigas mintiéndome. - Le gritó fuera de si.

Edward la sujetó de los brazos, ya que ella iba a darle la espalda otra vez, y la volteó con violencia (sin perder los estribos, pero justo en el límite). Bella manoteó al aire, indignada y encolerizada por la sujeción de Edward; él, intentando pararla pero siempre consciente de no herirla, la tomó de la mano.

En cuanto sus pieles se rozaron, Bella volvió a sentir esa vibración dentro de ella. Sabía perfectamente de qué zona de su cuerpo llegaba: De su útero.

Se quedó parada como si se hubiese convertido en una estatua y sus manos volaron a su bajo vientre, al igual que su mirada.

"Dios mío… Se ha… Algo se ha movido dentro de mi. Correré la misma suerte que Amelia. Me dejará morir desangrada, mientras paro a su hijo"

El pensamiento estaba cargado de una tristeza y un terror, abrumadores. Edward se quedó completamente descolocado.

En la mente de la humana, se repetía en bucle una misma imagen:

Bella se veía a si misma, con el vientre muy abultado y abierto, arrollando sangre y gritando de dolor.

Edward cerró un segundo los ojos, por instinto. Era una visión horripilante.

- Bella… Por favor… Déjame acercarme… - Le rogó con la voz rota.

- No… - Jadeó, aguantando las lágrimas. - Creo que ya me has tocado bastante, ¿no crees? - Le contestó ella con la voz afilada y una ceja alzada. Edward cerró los ojos e inspiró hondo.

- Esto no debía pasar… Yo… me descuidé y… Lo siento. La eternidad no será suficiente tiempo para disculparme… - Bella respiró y alzó la mano, deteniendo la verborrea de Edward.

- ¿Que opciones tengo?

- Ya te las explicó Carlisle - Respondió con suavidad.

- Quiero oírtelas decir a ti. - Su voz tensa.

- Al momento del parto, mueres o te transformas. No existe otra opción.

Sin más, Bella puso los ojos en blanco y cayó a plomo. Edward se lanzó por ella, sosteniendo su cuerpo inconsciente entre sus brazos. La alzó y tras contemplar su rostro, ahora relajado, y suspirar, salió zumbando hacía casa.

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En cuanto entró, sus cuatro hermanos que estaban en el salón, se levantaron asustados acercándose a Edward, todo en el mismo movimiento.

- Carlisle - Lo llamó Edward.

- ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué le ha pasado? - Preguntó Alice.

- ¿La han atacado los lobos? - Emmet estaba aterrado.

- Yo… No he visto nada - Alice estaba asustada y agobiada. Extrañada de no haber tenido ninguna visión al respecto.

- ¿Edward? - Carlisle entró desencajado en el salón, seguido de Esme.

- Está embarazada.

La sala se sumió en un silencio sepulcral. Todos miraron hacía Carlisle.

- ¿Cómo lo sabes? - Preguntó el patriarca.

Edward explicó lo sucedido con Seth en la reserva y lo sucedido en el bosque.

- ¿Cómo se me ha podido pasar por alto? - Se lamentaba Carlisle, enfadado consigo mismo. - Si como dices, ella lo ha sentido, entonces tiene que estar al menos d días de gestación. - Gesticuló perplejo - Pero… No ha tenido ningún efecto llamativo.

- Ella lleva tres días comiendo poco, y muy cansada. Con mucho sueño. - Informó Rose.

- Si… son síntomas, pero también encajaban en un cuadro de estrés postraumático…. que es a lo que yo lo achaqué. - Pensó dos segundos. - Con Amelia, cuando ya sintió a Elish, había mostrado síntomas. Nauseas, vómitos, mareos… A parte de comer menos y dormir más. - Meneó la cabeza - Súbela a la planta médica. Vamos a mirarla.

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Edward y Carlisle subieron en silencio. Un silencio agobiante.

Los chicos se quedaron en el salón, sobrecogidos por la noticia y las mujeres subieron, pero se quedaron tras la puerta.

Edward tumbó a Bella en la tan familiar camilla y acercó el aparato del ecógrafo, mientras Carlisle preparó lo necesario para sacarle sangre.

- Es… increible… ¿Cómo no pude verlo? - Edward lo miró con el ceño fruncido. - Tiene la piel más dura. - Edward miró a su padre perplejo. - Esto no pasa hasta más avanzado el embarazo.

- Carlisle, a penas es perceptible… La aguja la ha atravesado; Solo que has tenido que empujar más. - Intentó calmarlo Edward. - Nadie se ha dado cuenta de nada. Yo el primero.

- Vamos a quitarle el pantalón. Esta eco, debo hacérsela por via vaginal. Y creo, que será mejor que siga inconsciente.

Según le quitaron el pantalón a Bella, ambos jadearon. Bella tenía el bajo vientre, justo encima del pubis, abultado. Seguramente para la chica había pasado casi desapercibido, pero para sus potentes ojos, el bultito estaba ahí.

Con suavidad, Carlisle introdujo el transductor y la forma de un bebé, apareció en la pantalla.

Ambos guardaron silencio, mientras observaban el bebé que se formaba en el interior de la chica que permanecía inconsciente en la camilla.

Edward estaba destrozado. Este momento, debía ser de otra manera. Bella debía estar despierta e ilusionada con esto; ver a su bebé formándose en su interior. El maravilloso resultado de su amor, convertido en vida.

"Edward… No te atormentes. Pasó y ya. Sabes que el sexo es algo que nos posee; es como cazar… Nuestros sentidos se liberan y nos dejan sin razonamiento. La fuerza de control que has hecho manteniendo relaciones, sobre todo con Bella, y que ella no sufriera ningún daño, es hercúlea. No te quites ese mérito"

- No es momento de alabanzas… Ahora mismo me siento como un monstruo. - Gruñó. - Con Amelia, me sentí mal por ella… Por el desenlace que supe tendría al dar a luz, pero… - Respiró profundo, dejando salir el aire en un resoplido - No la amaba; no le deseaba la muerte, ni ningún mal… Pero la ilusión de un hijo, sobre puso la preocupación por ella. Pero con Bella… - Bajó la cabeza abatido - Veo ese bebe… Veo a mi hijo, nuestro hijo, y me siento el ser más ruin del universo.

- Ella lo aceptara. Aunque perder el bebé para ella, en el fondo, fue un alivio por quitarse la carga de Michael, fue un acontecimiento que la marcó. Ella tenía claro que quería ser madre. Cuando vea a su bebé, cambiará de parecer. Yo la tranquilizaré… Estaré ahí para ella en todo momento. Todos lo estaremos. - Puntualizó. - Ahora estamos más preparados que con Elish. No dejaré que sufra. Con Amelia nos pilló a todos, a mi en concreto, fuera de sitio; pero ahora, con ella… será distinto.

Ambos volvieron a contemplar a ese diminuto bebé, de 4 cm. Y aunque era un milagro, la situación no permitía sonrisas o felicidad.

- Por su tamaño tiene que estar de 9 días. Debió ovular antes de lo previsto, y tu esperma al ser más fuerte que el de un hombre humano, debió fecundarla nada más salir del ovario. - Explicó profesional - Lo extraño es que ella esté así… bien. - Gesticuló con sorpresa - Con ese tamaño, el bebé necesita una cantidad de sangre considerable, y Bella a penas a perdido peso…

- A Amelia comenzamos a suministrarle sangre tras cumplir la primera semana. Así que deberíamos comenzar ya con Bella. - Carlisle asintió. - ¿Tienes sangre guardada?

- Si. Aquí en casa, la repuse después de que sufriese la rotura aórtica. Y tengo más escondida en el hospital.

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Tras Carlisle hacer todas las comprobaciones pertinentes, la bajaron a su habitación y la acostaron. y Rosalie subió para ayudar a Edward a vestirla con ropa más cómoda.

Carlisle le introdujo la vía y su primera dosis de sangre.

- Así que… Tendremos otro bebé en casa - Comentó Rose observando a la humana. Edward asintió, abatido. - Elish va a ponerse como loca. - Sonrió, pero era un gesto triste.

- Como loca va a ponerse ella cuando despierte. - Susurró Edward.

- Sus latidos están normalizados. - Informó Carlisle. - La introducción de sangre, está haciendo su efecto.

Se decidió dejarla sola, para que al despertar no se viese agobiada. Todos estarían pendientes al extremo de ella desde abajo.

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Dos horas después, Bella comenzó a removerse inquieta y tras un estremecimiento y un jadeó, despertó.

Pestañeó, confusa, mirando a su alrededor orientándose. Frunció el ceño, sabedora de donde estaba; se incorporó y un ligero tirón la hizo voltear a ver su brazo izquierdo.

"Pero… ¿Y esto?... Esa bolsa, ¡es sangre!"

- Estoy… despierta… - Alzó un poco la voz. - Carlisle…

Especificó, rezando que fuese el nombrado el que subiera, y no Edward. Recordaba perfectamente su conversación en el bosque.

Su mirada se dirigió hacía abajo, aunque no se atrevió a levantar la colcha y sus constantes subieron.

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- Buenas noches - Saludó Carlisle, anunciando su llegada. - Te traigo algo de comer. - Bella arrugó la boca, en un gesto casi imperceptible.

- Me apetece café con leche - Murmuró. Carlisle sonrió divertido.

- Esme te lo subirá ahora.

Ambos guardaron silencio.

- ¿Por qué la sangre? - Preguntó tras casi un minuto de mutismo.

- Tu sistema no crea la suficiente… - Carlisle dudó un segundo.

- Para los dos. Así acaba la frase, ¿no? - Parecía calmada, pero Carlisle escuchaba perfectamente como su ritmo cardíaco se había elevado.

- Te traigo tu petición. - Una Esme radiante de felicidad, entró con otra bandeja. - También te he subido unos bollos de chocolate, por si te apetecían. Se que te encantan.

La vampira intentaba mostrarse natural, pero aun siendo una gran actriz, por su condición, su rostro la delataba.

Carlisle le hizo un gesto a su esposa para que se fuera. La cara de Bella estaba empezando a desencajarse, y necesitaba tenerla atenta y lo más tranquila posible.

Les esperaba una conversación, difícil.

- Vuelvo a preguntarte… ¿Por qué la sangre?

- Tu bebé - a Bella se le saltó un latido - se alimenta de sangre, y absorve la tuya para crecer. Igual que un bebé humano, absorbe los nutrientes del alimento que ingiere la madre, a través de la placenta.

- ¿Qué debo esperar a partir de ahora?

Carlisle le explicó los cambios más inmediatos que iría sufriendo. Intentó no mentirle pero tampoco ser rudo.

Bella no preguntó, aunque las dudas la carcomían. Bajó la cabeza, y se limitó a escuchar.

- Bella no dejaremos que te suceda nada. Eres extraordinariamente importante para nosotros. - Carlisle la miró con gran amor.

"Por supuesto que lo soy… Ahora tengo dentro a vuestro bebé… Todo era por esto"

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Edward alzó la cabeza, al escuchar ese pensamiento de Bella. Suspiró abatido. Era lógico esperar que ella pensara eso.

- ¿Qué ocurre Edward? - Le preguntó Jasper. - He sentido un golpe de desolación por tu parte.

- Bella piensa que todo ha sido por el bebé… Que ha sido como un plan elaborado.

- ¡Oh, vaya! Hasta cierto punto, era de esperar. - Se lamentó Alice.

- Habrá que estar pendiente de ella… y demostrarle de alguna manera, que nuestros sentimientos por ella, son auténticos. - Emmet estaba afectado. Le dolía que ella pensara así. Ellos la querían. - Y si el bebé… Si ella no lo quiere, ¿por qué Carlisle no se lo saca? - Rose abrió los ojos horrorizada. - No me mires así. Es su vida, Rose.

- Eso no puede ser. Ese bebé, está agarrado a ella de manera vital. Aunque la abriera, la hemorragia masiva que sufriría Bella, sería mortal. Ni la ponzoña podría sanarla. - Explicó Carlisle entrando al salón. - Realmente esto ha sido un fallo - Miró hacía Edward, el cual agachó la cabeza avergonzado. - Pero… Nunca perdí la esperanza de que ella, quisiera ser como nosotros. - Edward lo miró casi perplejo.

- La visión, sigue ahí. Va y viene… Hay muchos factores a tener en cuenta, pero a excepción de los tres primeros días tras enterarse, esa visión siempre estuvo.

- Pero no así. ¡No de esta manera! - Refutó Edward enfadado. - Ella no lo ha decidido, y ahora, en tres semanas…

- ¿Decidirlo? - Le preguntó Jasper mirándolo con una ceja alzada. - ¿En serio, vas a decirme que la dejarías morir? - Edward se llevó las manos al pelo, frustrado.

- Alice - la llamó Carlisle. - Bella quiere verte. - La nombrada se quedó extrañada, hasta que sonrió pícara.

- Se perfectamente para qué. - Suspiró - Pero no tengo mucho qué decirle.

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Tras picar en la puerta y Bella darle acceso, la vampira se posicionó delante de la chica.

- Hola, ¿Cómo te encuentras? - Bella inclinó los hombros. - Edward nos dio un susto terrible cuando lo vimos entrar contigo en brazos. - La chica suspiró, parecido a un bufido.

- Ya, supongo…

- Creo suponer el motivo de llamarme, pero siento decirte que no tengo nada fijo que darte. - Ambas se miraron cómplices. - Siento muchísimo que te veas en esta posición, que debas decidirte así, a las carreras… Aunque la visión de ti, transformada, sigue ahí. Siempre estuvo.

- ¿Solo esa? - Bella la miró con intensidad.

- De muchas, solo hay una donde apareces muerta. - Alice sabía lo que ella quería preguntar. Tomó asiento en la cama, a los pies de la chica - Las demás… son imágenes tuyas como vampira. - La humana le hizo un gesto para que siguiera hablando. - Al segundo día de enterarte de nuestro secreto, tuve una visión tuya, diferente. Era del futuro… Meses… Era invierno, supongo que el próximo - Suspiró - Tu seguías siendo humana, y te habías ido. Me refiero a que te fuiste de nuestro lado y seguiste tu vida. Esa visión, desapareció cuatro días después… "Ahora entiendo por qué" - Pensó. Bella la miró con ojos vidriosos y bajó su mirada a su vientre - Bella, nadie quiere dejarte morir. Todos queremos que te unas a la familia. - Le dijo con intensidad en la voz.

Alice frunció el ceño, siendo ahora más consciente, de que tras el descubrimiento, no había tenido ninguna visión sobre esto. No había visto el bebé, y tampoco veía ningún cambio en las decisiones de Bella.

- Y si yo, decidiera conscientemente morir… ¿Qué? - Preguntó Bella, mirándola fijamente.

- No creo que Edward permitiera eso. Por mucho que tu dijeras que no querías transformarte. - Le contestó sincera.

"Pero… ¿Por qué? Dice que me ama, que soy importante para él, pero luego, su actitud… y las cosas que van sucediendo… lo contradicen"

- ¿Crees que Elish consentiría que te dejásemos morir? No nos lo perdonaría jamás.

Bella apretó los ojos con fuerza, dolida. Hundida.

- Necesito ducharme… - Cambió de tema radical. - Pero con esto… - Alzó el brazo izquierdo donde seguía la via.

Se escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse.

·

- Aquí tienes a tu doctor personal. - Alice le sonrió ladeando la cabeza con dulzura. Pero había un trasfondo de picardía en sus ojos.

- Si hubiese algún cambio… ¿me lo dirías? - Su pregunta envuelta en súplica.

- Por supuesto. Es tu vida y son tus visiones. Os dejo. Voy a cazar con Jasper, luego subo a verte.

Aunque parecía sincera, Bella no la creyó.

Notó que alguien entraba en el dormitorio, y al alzar la cabeza, se encontró con un doctor, con el doctor Edward.

No pudo evitar suspirar y ladear la cabeza.

"No puedo mirarte. Me siento… traicionada, pero también débil y vulnerable… ¿Por qué subes tu?"

- Carlisle no está. Ha ido al hospital, a hacer un turno y aprovechar a traer más unidades de sangre. - Contestó Edward al pensamiento - Irás necesitando más. - Bella apretó los ojos ante el desliz del pensamiento. - Bella… yo también me siento vulnerable contigo.

- Por favor… - suplicó. - Quítame esto y vete. Necesito estar a solas y ducharme.

- Mientras estuviste inconsciente, Carlisle te revisó y… te hizo una eco. - Le habló con voz cautelosa. Bella lo miró, directa, con los ojos llenos de pánico.

Edward sacó un papel de su bolsillo. Solo con mirarlo de reojo, Bella supo lo que era.

Una ecografía… La foto del… bebé.

- Nooo… - jadeó angustiada. - No quiero verla… Guárdala. Sácalo de mi vista. - Sus ojos cargados en auténtico pánico.

Se levantó airada, ya sin la vía y le dio la espalda a Edward.

- No me queda de otra que parir a tu hijo - Escupió con asco. - No hace falta que hagas de papá comprometido, se que todos me cuidareis para que esto - señaló con la mano su vientre - nazca bien.

- Otra vez estás equivocada. No se qué decirte para que lo entiendas… Porque tu te niegas a escuchar. - Gruñó Edward pasándose las manos por el pelo. - ¿Quieres creer que todo ha sido un plan elaborado y maquiavélico solo para conseguir preñarte? ¡Pues créelo! - Alzó la voz - Te consideraba mucho más inteligente. - Le escupió él, visiblemente molesto. - Pero también te diré… - Edward se acercó a ella por la espalda, bajó su cabeza y le susurró al oído; casi de una forma sensual. - Que escuché tus pensamientos desde que llegaste a aquí, - Bella sintió el cosquilleó familiar recorrerle el cuerpo - y podía haberte llevado a la cama muchísimo antes, follarte como querías y correrme todas las veces dentro de ti. - Bella jadeó. - Porque la vez que lo hice, no observé que pusieras ningún impedimento.

Debería estar enfadada, pasando la ira; y muy humillada. Pero, la voz ronca de él, su cercanía, esas palabras sucias y su aliento rozando su oreja… La tenían en un remolino de emociones. El deseo por él, estaba ahí. Inamovible.

"¿Cómo puedo seguir deseándolo así? Es… cruel. Un bloque de hielo… Pero siento mi cuerpo arder"

Tras unos segundos, se sintió… vacía. Se giró y Edward ya no estaba allí. Apretó los ojos con fuerza y de ellos, cayeron lágrimas que no puedo controlar.

¿Cómo iba a convertirse y pasar la eternidad suspirando por él?

Algo dentro de ella le decía, que si tras todo lo sucedido entre ellos, seguía deseándolo de esa manera irracional, seguiría haciéndolo por siempre.

¿Toda la eternidad suspirando por él? ¿Por alguien que no me amaba?

Una idea cruzó su mente. Ya había llegado a su mente nada más hablar con Carlisle, pero tuvo cuidado en cortarla para que Alice no la viese. Ahora ella, estaba fuera y tardaría en volver. Era su momento de llevarla a cabo...

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Muchas habías supuesto este embarazo. A las que lo presagiasteis... ¡Enhorabuena!

¿Qué idea se le habrá ocurrido a Bella?

Espero vuestras suposiciones.

¡Miles de mordisquitos!