¡HOLA MIS BELLAS!
Aquí estoy con el siguiente capi.
Quiero hacer unas meciones... (hoy que publico con calma)
NEREA: Gracias por el cumplido. Eso significa que lees con detenimiento y tienes pillado mi "punto" de escritora"
ANÓNIMOS: Es una pena que no pueda mencionaros por vuestro nombre, porque dejais de los mejores comentarios.
RINI CHIBA: Creo que ya no sería capaz de seguir con el fic, a este buen ritmo de publicaciones, SIN tu ayuda. Simplemente, eres mi MUSA Y ASISTENTE PERSONAL. Gracias por tu tiempo y tu amabilidad.
CAPÍTULO 36
Carlisle la mantuvo castigada un día más en la cama. Debía seguir administrándole sangre, plaquetas y demás medicación por la vía y prefirió que siguiese en la cama.
Pero tras varias bolsas de sangre, Bella se sentía fuerte. Más de lo que recordaba haber estado en semanas. Así que tras comprobarlo el doctor, solo la mantuvo 24 horas más de reposo.
Edward fue el encargado de retirarle la vía y la tomó en brazos.
- ¡Oh, vamos! - su rostro alegre - Puedo caminar perfectamente.
- Lo se… pero, me encanta tenerte así. - La mirada de Edward que pretendía ser tierna, se volvió un tanto sensual. Ambos suspiraron. - Siento decirte que tengo que subirte a la sala de la muerte - Bella rió traviesa al escuchar a Edward nombrarla así. Pero al segundo, frunció el ceño. - Carlisle va a cambiarte la venda y hacerte una cura. - Ella asintió frunciendo la boca. - No te enfurruñes, va a levantarte el castigo. - Le susurró como si fuese un secreto revelado. Eso animó a Bella.
·
Una vez arriba, sobre la camilla, Carlisle procedió a lo que Edward le explicara.
- Si no te importa… prefiero no mirar - Bella tragó fuerte; mitigando el nudo que se había creado en su garganta.
- Sin lamentaciones, ¿recuerdas? - Le dijo el doctor con ternura. Ella asintió, pero igualmente giró la cara.
- ¿Crees que una vez me transformes, se quitará la marca de la muñeca?
Carlisle, en una de sus varias sesiones explicándole la naturaleza vampírica, le había comentado que la ponzoña reparaba daños, desperfectos.
- Pues seguramente. - Carlisle y Edward se lanzaron una mirada cómplice. Aun les costaba asimilar el cambio en Bella, y que hablara con tanta tranquilidad sobre su cambio, les fascinaba.
- Ojalá… así no me quedará la marca en la piel… Y no tendré que verla por los restos. - Farfulló Bella. Edward sonreía.
Tras hacerle la cura, Carlisle y Edward se lanzaron una mirada tensa, era el momento de volver a insistir.
- Bella… - la llamó Carlisle con cierto cuidado.
- Si necesitas mirarlo, hazlo… - Lo cortó, sabiendo perfectamente lo que Carlisle iba a preguntarle - Pero yo, no estoy preparada aun para verlo… Lo siento… Estoy siendo débil e irracional… - Edward la cortó.
- Cuando tu estés preparada. No antes. - Se giró hacía su padre - ¿Necesitas verlo?
- No, no realmente. Bella… ¿Sientes algo diferente? Cualquier cosa. - Ella negó.
- Le gusta el contacto físico… - hizo un mohín con la boca, aguantando una sonrisa. - Se mueve cuando alguien me toca… Sobre todo Edward. Parece reconocerlo. - Bella miró al nombrado entre sus pestañas con pudor. - ¡Auch! - Ambos vampiros se posicionaron al lado de la humana, incluso antes de que acabara de lanzar su quejido. - Tranquilos… el huésped acaba de soltarme una patada - Se enfurruñó. - Creo que le ha sentado mal que no quiera verlo - Puso una cara altanera - Me da igual que me patees… Se que estás ahí.
Bella le dio con su dedo a su ligeramente abultado vientre. En estos días de convalecencia, la pequeña forma ovalada ahora llegaba ya hasta su ombligo.
Y otro movimiento. Bella inclinó los hombros.
- Estate quieto… Me haces daño. - Lo regañó. El huésped dejó de moverse. - Así mejor. Ya te veré, cuando esté lista. No antes. - frunció los labios.
Los dos hombres, no daban crédito. Si les hubiesen dicho hace tres días, que esto pasaría, no lo creerían.
- ¿Qué? - les preguntó mirándolos sorprendida por sus caras de pasmo. - Me entiende… - Inclinó los hombros, ambos hombres la miraron sonrientes. - Y es muy obediente… Es super inteligente… Como su madre. - El rostro de Bella se iluminó y sus ojos brillaron, transmitiendo un orgullo visible.
- También es fuerte como tu… - Edward la miró con intención. Bella recordó cuando pensó que el huésped era fuerte como su padre. Ambos compartieron una mirada bonita. - Te importa, ¿si poso la mano? Para saludarlo. - Bella se mordió el labio, pero asintió.
Edward puso la mano en el vientre de Bella, con sumo cuidado.
- Hola… soy papá.
El bebé se puso como loco, parecía que estuviese dando piruetas. Edward sonrió como un tontorrón.
Quito la mano sin demora, ya que Bella estaba intentando mantener una buena cara, pero se la veía incómoda.
- Gracias… - Los ojos del vampiro relucieron.
- Deberías salir a cazar… - le soltó Bella acercándose y pasando su dedo por la ojera de Edward. - Tienes los ojos oscuros, y no me gustan. Me encanta cuando los tienes claros, dorados.
Carlisle sonreía. No podía evitarlo. En ese gesto, mostraba una felicidad casi hasta palpable.
- Y usted, doctor Cullen - le alzó las cejas divertida - Debería acompañarlo. De ti, si que se me hace raro verte la mirada oscurecida. En el hospital se darán cuenta… Porque estoy segura que tus compañeras, están muy pendientes de ti - Movió las cejas, arriba y abajo, pícara.
Ambos vampiros se miraron y asintieron.
- Entonces… ¿Una partida de caza? - Edward asintió. Le gustaba mucho ir de caza con su padre, solos.
- Pues a mí, me vais a dejar en el salón. No quiero seguir sola en mi habitación, ya que me has levantado el castigo. No nos gusta. - Ni Edward ni Carlisle estuvieron muy seguros de si Bella fue consciente de haber usado el plural en esa afirmación.
- Claro… ya te he levantado el castigo. Te has portado muy bien, has sido muy obediente. - Bella puso cara de angelito, a lo que Carlisle rodó los ojos al borde de la risa.
· · ·
Edward la tomó en brazos otra vez, y al llegar a la puerta del salón, la bajo.
- ¿Podrías bajarme mi móvil? Se me ha olvidado en la mesita de mi dormitorio. - Le pidió a Edward. - Quiero encargar ropa premamá, y quiero enseñársela a las chicas. - Edward casi infarta allí mismo.
Su forma de mirar a Bella fue tan intensa, que hasta un ciego se hubiese dado cuenta del amor que profesaba por ella.
- ¿Y esa cara? - Le preguntó sorprendida.
- Esta, es la cara de un hombre perdidamente enamorado. - Le soltó directo a los ojos. Bella jadeó y parpadeó, y sus mejillas se sonrojaron. - Por la forma de mirarme ahora mismo, no necesito que lo digas con palabras - Ambos se sonrieron… enamorados.
- Yo… - Y otra vez ese agarrotamiento en la garganta.
- Shu… - Edward posó su dedo índice en los labios de Bella, callándola. - Tenemos mucho tiempo, no quiero que digas nada ahora, por ser correcta. Quiero escuchar eso que ahora no puedes decir, cuando te salga. No antes. - La mirada de Edward era profunda y sincera. Brillante y hermosa. Bella asintió. - Ve con las chicas, ya te están esperando al borde del infarto ante la mención de "compras" - Rió, soltando una cantarina carcajada.
La que se quedó al borde del infarto en ese momento, fue Bella, que tuvo que pestañear para salir de la ensoñación de comerse a Edward.
Bella entró en el salón mientras Edward iba a por su móvil. Las chicas ya la esperaban. Habían echado sin miramientos a Emmet y Jasper del sofá grande, para acomodarse en torno a Bella.
- ¿Preparadas para una sesión de compras online? - Todas sonrieron animadas; Alice dio palmas, como no podía ser de otra forma.
Todos habían escuchado ese breve conversación entre Edward y Bella, pero por consenso unánime y silencioso, nadie dijo ni hizo ninguna mención.
· · ·
Tras más de una hora de mirar en varias páginas web, las chicas hicieron una compra de ropa desorbitada. Tras eso, Bella junto con Elish se fue a la cocina, donde Esme estaba enfrascada haciendo un postre. Elish la acompañó, comiendo su pequeña ración de comida humana, charlando de trivialidades. Luego, las tres chicas volvieron al salón.
- Llegara pronto, ¿verdad? - Preguntó algo ansiosa Bella. - Es que apenas tengo nada que me valga. Todo me aprieta la cintura. - Se quejó compungida.
- Una compra llegará en dos días, la otra tardará un poco más. - Le respondió Alice.
Rose y Alice se enfrascaron en una discusión sobre los envios, hasta que Bella las interrumpió.
- Deberíamos mirar cosas para el huésped. - Soltó. Rose y Alice dejaron de discutir ipsofacto. Hasta Emmet y Jasper la miraron perplejos. - ¿Qué? ¿Por qué me miráis así? Necesitara cositas… Una cuna, una mini cuna para cuando estemos en el salón, un cambiador, pañales, ropita…
- Tenemos guardado todo eso de Elish - le comentó Esme, suponiendo que ese detalle calmaría la angustia de Bella.
Todo lo contrario ocurrió.
- ¡No! El, o ella, tiene que tener sus cosas propias. - Bella arrugó la boca en un gesto de pura molestia. - Aunque sea el segundo, para mi es mi primer bebé… - Miró hacía Elish con disculpa. - Perdona, nena… Entiende a lo que me refiero. No quiero desprestigiarte, ni a tus cosas, pero…
- Te lo decía, porque ya que las tenemos… Solo por eso - Se explicó Esme, dándose cuenta de que como forma habitual, hablaban por ella.
- Ya, pero… - Bella volvió a fruncir los labios. - Yo puedo hacerme cargo de los gastos… - murmuró algo avergonzada.
Edward, que ya llegaba a casa tras cazar con Carlisle, que se fue directo al hospital, había escuchado la conversación.
Se posicionó detrás del sofá donde Bella estaba sentada, y le habló al oído.
- Por supuesto que si. Debe estrenar sus cosas, y más, si tu lo deseas. - Le susurró.
Ambos se miraron con amor. Bella sonrió amplió, encantada con los consentimientos de Edward.
"¿Va a ser así siempre? ¿Me tendrás mimada y consentida… toda la eternidad?"
- Más aun… - La sonrisa que Bella le dedicó a Edward, lo dejó al borde de babear.
- Elige todo lo que tu quieras. Y por supuesto que no tienes que pagarlo tu… Eres una Cullen, así que vete haciéndote al hecho de gastar dinero… El dinero de todos, tu incluida. Gasta lo que quieras… Cómprale a nuestro huésped todo lo que se te antoje.
- Claro que no es por el dinero, Bella - La regañó Esme. - Ya te dijimos Carlisle y yo, que compraras lo que necesitaras. Alice - La matriarca se giró en el sofá para mirar a su hija - Vincula todas las cuentas de compras de Bella, a la nuestra. - La matriarca volvió a girarse hacia Bella. - No quiero escuchar ninguna protesta. - Su mirada no admitía réplicas.
- ¿De verdad que no te parece mal? - Bella le preguntó a Elish.
- ¡Claro que no! Solo te pido una cosa... - Bella la instó a decirlo - Que me dejes ayudarte a elegir sus cositas.
- Por supuesto… Eres su hermana mayor… ¿Quién mejor que tu para ayudarme? - Elish se puso a dar saltos como una loca.
Edward que no se había separado de detrás de Bella, volvió a hablarle, al darse cuenta de un detalle que él mismo había dicho.
- Bueno… Aun no eres una Cullen. - Le susurró haciendo a Bella voltearse, alzándole una ceja divertido.
- Solo tienes que esperar tres semanas - Contestó ella, mientras Edward negaba.
- No me refería a una Cullen por nacimiento. - Edward le dedicó una sonrisa torcida, de esas que hacían caer las bragas a Bella.
Tras decir eso, se fue al piano y comenzó a tocar un repertorio de las melodías que sabía más le gustaban a Bella.
·
Tres días después, Bella ya estaba en la mitad de su corto embarazo. Ella llevaba perfectamente las cuentas.
Ese día se levantó con una nueva sensación. No sabía definirla, pero se sentía ansiosa; no mal. Pero tenía una opresión en su pecho, rara.
- Edward - El nombrado estuvo en cuatro segundos en su habitación. - Quiero que me subas a la sala médica. - Bella usó el término profesional y correcto para referirse a la estancia. A Edward se le desencajó la cara de preocupación. - No me ocurre nada, tranquilo. Solo que… - Inhaló una fuerte bocanada de aire - Necesito ver al… bebé.
- Pero… - Edward frunció el ceño, desconcertado.
- No… no le pasa nada. Soy yo. Ahora si. Quiero ver a nuestro hijo. - Edward comenzó a sonreír al punto de casi desencajársele la mandíbula.
Con un movimiento invisible, se situó al lado de Bella, la tomó del cuello y posó sus labios sobre los de ella. Fue un pico, largo. De los que dejas los labios apoyados, sin movernos, degustando y a su vez, tanteando la reacción del otro.
A la misma velocidad, Edward volvió a su postura inicial, como si no hubiese pasado nada. Bella podría haber hasta jurado que ese beso no había sucedido, si no fuese por su respiración rápida y el brincar casi enloquecido de su corazón.
Ambos se miraron, con ojos brillantes y fijos el uno en el otro.
Bella se mordió el labio y bajó ligeramente la mirada; Edward sabía que iba a decir algo, pero intervino antes de que ella hablara. No estaba seguro de sus palabras, por lo que prefirió no darle tiempo.
- Carlisle nos espera. - Comentó con voz suave. Bella asintió tras un suspirito.
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Cuando subieron, Carlisle ya estaba allí con todo preparado. Entre él y Edward se lanzaron una mirada de entendimiento.
- ¿Lista? - le preguntó el doctor una vez tumbada en la camilla. Bella asintió, con un nudo de nervios en el estómago.
Ahora las ecografías eran abdominales, por lo que menos invasivas y más cómodas.
Bella mantuvo la mirada girada hacía el lado contrario del monitor. Respirando profundo, llenándose de valor.
- Está perfecto. Estas de 19 semanas… Haciendo el cálculo de un embarazo normal. - Explicó - ¿Quieres verlo? - Bella inspiró hondo y asintió. - Muy bien, pues ahí lo tienes… Gira la cara, cielo.
Bella se giró despacio, muerta de nervios. En cuanto sus ojos se posaron en el monitor, y observó la forma, completamente formada de su bebé, no pudo evitar jadear y que sus ojos se llenasen de lágrimas.
- ¡Oh! - Gimió emocionada.
- Es nuestro bebé… Nuestro hijo. - Edward la tomó de una mano y se acercó a ella de forma cariñosa, también muy emocionado.
Bella se pasó la mano libre por su vientre, acariciando. El bebé se movió, dirigiéndose hacía el punto donde la mano de su madre estaba apoyada, devolviéndole el toque a través de su piel.
Una lágrima de alegría y emoción, escapó de los ojos de la mamá.
- No… No le pasará nada, ¿verdad? - Gimió.
- No Bella… Este bebé es extremadamente fuerte. Mientras tu sigas viva, él también lo estará. No temas, no sufrirás un aborto ni nacerá con ningún problema. Será perfecto. - Carlisle entendió los nervios de Bella, y su preocupación, recordando la suerte de su primer bebé, así que la intentó tranquilizar. - Tu piel, es cada día más dura, y tu corazón más fuerte, tanto para protegerlo como para protegerte a ti misma. El bebé ha aumentado unos gramos en peso, por lo que te añadiré un poco más de sangre, así ambos, tendréis la suficiente y estaréis mejor. - Ambos asintieron.
"Me lo suponía… Estaba prácticamente seguro de que ella tenía miedo. Edward, ¿Tu no lo habías pensado? Aunque este embarazo, inclusive el bebé, le de ciertas dudas y miedos, su gran temor, en el fondo, es que le pase igual que en el otro embarazo."
Edward hizo un discreto movimiento de cejas, dándole a entender que si tenía una sospecha, pero muy ligera.
Realmente él, no había indagado a fondo en esa idea. Habían sido tantas emociones en tan poco tiempo, que se le había escapado pensar detenidamente en que Bella pudiese estar asustada por el bebé, y por consiguiente ese fuera el motivo de no querer verlo.
Y justo en ese instante, Edward fue consciente, pero de verdad, de todo lo que había superado Bella; de todo lo que había digerido, aceptado y tragado en cuestión de un mes.
Su forma de mirarla tanto por fuera como por dentro, cambió. Siempre supo que era fuerte, pero ahora la veía como una heroína
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- ¿Puedes verle el sexo? - Preguntó Bella más animada tras la explicación del doctor.
- Te parecerá raro, pero no se deja ver. Gira y se mueve, pero de manera en que no puedo verle - Carlisle hizo un mohín casi divertido con la boca. - Me da que no es una casualidad que haga eso - sonrió, mientras seguía moviendo el ecógrafo por el vientre de la mamá - Puede que quiera darte una sorpresa. - Bella frunció la boca, meditando.
- Creo que es una niña… - Miró hacía Edward. - Creo que vas a quedarte sin tu chico - le guiñó un ojo a Edward. - Aunque no deja de ser una sensación… puede que aun tengas una posibilidad. - Le guiño un ojo juguetona. - Imagino que... - suspiró con pesar - Sea por la pérdida de... - Bajó la mirada, abatida.
- Me da igual… - Casi la cortó Edward; Mientras tú estés contenta, y… bien. - Le dio un apretón cariñoso en la mano. - Siento lo de tu niña... Yo, la hubiese querido igual que si fuera mía. - La miró con una comprensión y amor infinitos.
- Lo se. - La mirada de Bella fue cristalina y sincera.
Se hizo un ligero silencio, hasta que los ánimos de Bella cambiaron; obviamente el huésped tuvo todo que ver en ese cambio.
- ¿Por qué no les dices al resto que suban? Para que lo vean. - Comentó, otra vez animada y feliz.
- ¿En serio? - La pregunta escapó de entre los labios de Carlisle sin pensar. Bella inclinó los hombros y asintió, extrañada por la forma de preguntar.
En unos segundos, toda la familia estaba apelotonada en la puerta de la sala médica, pero sin atreverse a entrar.
- ¿Qué hacéis ahí parados? Acaso… ¿No queréis entrar? - El semblante de Bella se llenó de desilusión.
- ¡Claro! - Elish entró y se situó al otro lado de Bella. - Estoy deseando conocer a mi hermanito.
Una vez visto, Carlisle encendió el botón del volumen y un fuerte y rítmico bum - bum se escuchó por toda la estancia.
- Es su corazón… - susurró Bella emocionada, mirando hacía Edward. Ambos compartieron una mirada llena de sentimientos.
- Es un auténtico milagro - Murmuró Rose emocionada; Emmet pasaba su brazo por los hombros de su esposa, igual de emocionado que ella, y que el resto.
- Si… Es… Exactamente eso, un milagro. - Alice no dejaba de mirar la pantalla, igual de enternecida. Jasper a su lado sonreía con gran ilusión.
- ¡Oh Bella! Ha sido un gran gesto por tu parte el invitarnos a compartir esto contigo. - Le agradeció una muy conmovida Esme.
- Por supuesto que lo comparto con vosotros… Yo soy su madre, pero vosotros sois su familia. Quiero que estéis en todas las revisiones. Son momentos para compartir con la gente, con la familia - recalcó - que quieres.
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Esa tarde la temperatura era muy agradable, y no hacía sol, por lo que Edward le propuso dar un paseo. Quería llevarla a su sitio de pensar. Aquel al que la había llevado Emmet para picarlos, aunque lo conseguido fue hacerlos discutir.
Fueron caminando la mitad del recorrido, y el resto Edward la llevó en brazos. Bella supo casi nada más salir de la casa, donde la llevaría.
- ¿Y esa sonrisa? - le preguntó él al llegar al acantilado.
- Sabía que me traerías aquí. - Le sonrió divertida, pero también tierna. - Te enfadaste mucho cuando Emmet me trajo. - Edward asintió a la vez que resoplaba.
- Si, es cierto. Quería traerte yo, tu primera vez. Incluso se lo dije cuando salió contigo a la espalda. - Meneó la cabeza molesto - Pero se lo que pretendía… Aunque no salió como él esperaba. - Bella rió traviesa ante el recuerdo.
- Parece que hayan pasado meses, y tan solo ha sido hace unas semanas… - Meditó en voz alta.
- Si… En poco más de un mes, han pasado muchísimas cosas. - Apoyó él también con la mirada perdida. - Y es increible como has ido sobrellevándolo todo, es impresionante. - La alabó, ahora mirándose el uno al otro. - Se que te hemos presionado mucho, pero al principio, debíamos hacerlo. Si acababa lo del encierro por Covid y te ibas, sin entender… sin, haber solucionado las cosas, te perderíamos. Alice tuvo esa visión a las horas de suceder lo de Michael. Y era una visión de las "que se cumplen"... Ella, tras un siglo con su don, lo controla a la perfección, el 99% de las veces - La sonrisa de Edward se iluminó al hablar de Alice. - Pero si debo disculparme por la presión extra de después. - Suspiró con abatimiento - Fuimos demasiado… impacientes. Estábamos tan ansiosos de que las cosas se normalizaran, que tu volvieras a estar con nosotros como antes, que no medimos las consecuencias; no controlamos la presión a la que te sometíamos.
- Aunque ahora ya pasó, y todo está perdonado… si que fuisteis eso, impacientes. Solo necesitaba tiempo… la presión del principio estuvo bien - gesticuló pícara con la boca - Elish me conoce y sabía que necesitaba esa presión… Ese contacto obligado, pero después las cosas se fueron de madre… Lo de Jake, el hacer esfuerzos por pasar tiempo con vosotros sintiéndome aun intranquila… y bueno, la guinda - se acarició el vientre - ya lo sabes. - Edward contempló el gesto de Bella con gran ternura.
- Mi comportamiento fue el peor de todos. Si no hubiese sido tan, tan gilipollas, - ambos se sonrieron ante la palabra - el castigo si hubiera dado sus frutos, pero aunque tras unos días todos me avisaron, yo ya había entrado en bucle. - Rodó los ojos, fastidiado consigo mismo. - Pero - La tomó de los hombros acercándola y haciéndola mirarlo a los ojos - Lo hice porque te amo y sabía que tu a mi, también. - Bella asintió, mirándolo con mucho amor.
Y aunque lo amaba, nunca realmente había dejado de hacerlo, un hilito invisible de duda, o miedo, la hacía no poder decírselo con palabras. Eso la mataba, pero estaba segura de que él, confiaba en sus sentimientos y que solo necesitaba tiempo.
Durante un buen rato, hablaron sobre esos días, sobre el comportamiento de Edward y al final, Bella consiguió también hablar sobre sus dudas y pensamientos perturbadores.
- Debo pedirte perdón por… - Ella se mordió el labio y dirigió la mirada a la venda de su antebrazo.
- ¡Eh! - Edward le alzó la cara apoyando su dedo índice en la barbilla de ella. - Mírame… No quiero que te disculpes más.
- Pero quería hacerlo… A solas. Mirándote a la cara. No por el hecho de haberme cortado las venas, si no por haber estado a punto de arrebatarte a tu hijo… Lo hice sin medir las consecuencias. Solo me vi sobre pasada, y en ese momento… no pensé con claridad… - Edward tapó sus labios con su dedo.
- ¡Shu! Por favor… no. No quiero ver como te torturas más con eso. Estuvo mal, no voy a quitarle importancia, pero pasó. Conseguimos salvarte… a ambos - Los dos suspiraron - Pero lo importante es tu cambio de actitud, de perspectiva. Que estés contenta con el huésped y nosotros estemos acercándonos… y - Inhaló una fuerte bocanada de aire - dieses tu consentimiento para transformarte, no puedo pedirle más a la vida. - Se sonrieron con ternura, mirándose a los ojos.
- Puestos a disculparnos… - Rompió Edward el silencio - Respecto al beso… - Bella lo miró con una sonrisita traviesa. - No sabes lo feliz que me hiciste al no rechazarme. - Le confesó.
Bella lo miró a los ojos, se inclinó hacía él y apoyó sus manos en las mejillas de él.
"Yo… El que no quiera morir, no es solo por el huésped. Quiero pasar la eternidad a tu lado. Juntos"
Edward se quedó de piedra ante el pensamiento de Bella. El como se había acercado a él, tocándolo y mirándolo fijamente a los ojos.
- Yo también quiero una eternidad contigo. - Le respondió con la voz echa almíbar.
Edward se acercó a ella, y con suma delicadeza la tumbó en la hierva sobre la que estaban sentados; se puso sobre ella, solo la mitad de su cuerpo y sin dejar que soportarse ni un gramo de su peso y con lentitud, mientras le acariciaba la cara, la besó.
Posó sus labios sobre los de ella, y los dejó allí sin moverlos durante unos segundos. Hasta que sintió como ella pasaba una mano por su nuca y la otra le copiaba el movimiento, acariciando su rostro, entonces comenzó a darle picos, chupando suavemente sus labios. Con su lengua, se los mojó, mientras Bella dejaba salir un suspiro cargado de erotismo.
Ese jadeo, fue el detonante de Edward, para besarla en serio. Unió sus labios, y metió su lengua avariciosa en la boca, que ya lo esperaba, de Bella.
La danza de lenguas no tardó más que lo justo en tocarse.
Ambos comenzaron a jadear, excitados, y el beso los hacía acalorar… hasta que Bella apartó al cara, completamente sofocada y colorada; incluso ligeramente sudorosa.
- No… ¡Para! - Su respiración jadeante.
- Bella… yo… Perdona - Edward se disculpó, pero se había quedado pasmado por la reacción tan inesperada y cortante de Bella.
- El bebé… - jadeó aun sofocada - Yo… - Bajó la mirada avergonzada.
- Pero… ¿Se mueve mucho? ¿Te daña o…? - Edward no quiso acabar la frase.
- No… - Bella alzó la mirada, fijándola en el vampiro - Haces que me… excite - Soltó - Noto la sensación, ahí abajo. Pero esa zona, ahora está ocupada. - Sonrió frunciendo los labios, intentando verse divertida y restarle bochorno a la escena.
- ¡Oh! - Respondió Edward pestañeando, casi atónito. Hasta que al final, acabó estallando en carcajadas.
Bella primero frunció el cejo y los labios, algo molesta, pero no puedo evitar acabar riéndose también.
Tras serenarse del momento divertido, Edward se acercó a ella, con aire felino. Con su habitual aura sexy.
- Te dejaré tranquila… Intentaré mantener mis manos y mi lengua, avariciosas, lejos de ti y de tu cuerpo… hasta que esa zona vuelva a estar disponible para mí.
Bella le dedicó una mirada tan cargada de erotismo, que Edward tuvo que respirar profundo.
- Veo que no me lo vas a poner fácil… - Rodó los ojos exagerando un teatral gesto de disgusto.
- Tu eres el que no me lo pone fácil a mí - Le rebatió ella, fingiendo y también exagerando soberbia en sus gestos.
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Un capi completito...
Parece que las cosas van "encauzándose".
Bella va dejando claras sus ideas, y los Cullen van doblegando a no mangonear su vida.
En unos días... el siguiente.
¡MORDISQUITOS!
