¡HOLA MIS BELLAS!
Siento el retraso, pero mis niños están sin cole por las vacaciones de verano, así que paramos poquito en casa.
¡PERDONAR!
Pero aquí estoy con un capi muy completito y largo, como os gusta.
Pido disculpas de antemano por si hay algun error de ortografia o gramática, pero lo he publicado y lo he mirado solo por alto, para no dejaros más tiempo sin capi.
GRACIAS A TODAS POR SEGUIRME Y SOBRE TODO A LAS QUE COMENTAIS. SOIS LA GASOLINA QUE HACE TECLEAR MIS DEDOS.
UN GRACIAS ESPECIAL A RINI CHIBA. QUE SE HA CONVERTIDO EN MI MUSA PERSONAL.
CAPÍTULO 38
Los días, ahora que Bella ya podía moverse, volaban. Y la más visible constatación de ello, era la preciosa tripa que la mamá ya lucía.
Estaba de 28 días, lo que en un embarazo humano, serían casi 30 semanas; ya había pasado la mitad de su estado y entraba en la recta final.
Por las ecografías, más su estado y los niveles de sangre, Carlisle precisó que le quedaban 10 días, máximo 11. Pero a 40 días, que serían las 40 semanas de embarazo humano, no llegaría.
Todo iba estupendamente. Ella se encontraba genial, un tanto pesada por el tamaño de su barriga y el peso del bebé, pero en general, estaba feliz, ilusionada y animada.
Atrás quedaban aquel pavor por la noticia, el enfado con la familia y sobre todo con Edward.
Parecía que hubiesen pasado meses, y tan solo había pasado menos de un mes
Las cosas entre la familia y ella, iban viento en popa. Al igual que con Edward habló, varias veces, con el resto de miembros también hubo conversaciones; unas más intensas o emotivas que otras.
Pero lo que se consiguió, fue que todos entendieron a Bella, y ella también abrió su mente, entendiéndolos a ellos.
Eso es lo que se necesitaba, una charla con todas las mentes tranquilas y abiertas.
···
Cada cuatro días, todos se reunían en la sala de la muerte y veían al bebé y escuchaban durante unos minutos su corazón, derritiéndolos de ternura.
La sospecha de Carlisle, sobre que él o ella, escondía su sexo apropósito, cada vez cobró más fuerza; ya que de ninguna manera se dejó ver.
Todo en el bebé iba perfecto, por lo que Bella fue perdiendo miedo día a día y eso la ayudó a moverse más tranquila.
···
Días atrás, Bella consintió plenamente que le acariciaran la tripa, y eso, derretía, aun más, a la familia. Incluso Jasper y Emmet, no podían dejar pasar un día entero sin posar su mano en la tripa de su hermana/cuñada.
El bebé daba pataditas en reconocimiento; si, en reconocimiento. Ya que se movía de forma diferente con cada miembro. Indicando así, que diferenciaba quien tocaba y quien le hablaba.
Bella necesitaba cada vez más ese contacto humano del que habló al principio del embarazo. Necesitaba la mano de cualquiera de la familia sobre ella; pero tras pasar la línea de los 20 días, esa necesidad fue en aumento, llegando ella misma a tomar la mano de alguno y tocarla. Hasta que se dio cuenta de que tomaba la mano y se la posaba ella misma en la tripa. La necesidad de contacto, la reclamaba el bebé.
···
Edward… Él, era un tema aparte.
Estaba atento a Bella a cada suspiro que salía de sus labios. Antes de que pidiese algo, él intentaba estar pendiente para dárselo.
Desde que hablaron y se besaron en el bosque, Bella le pidió que se acostara con ella en la cama mientras dormía.
La cara de Edward había sido un poema, y Bella estalló en carcajadas, ya que él se lamentaba, mitad en serio mitad en broma, de que ella quería ponerle el cumplir su promesa, muy muy difícil.
Entre ellos las cosas marchaban genial. Se habían reencontrado mutuamente; se habían conocido… O más bien, estaban conociéndose ahora, como debió ser semanas atrás.
Las muestras afectivas, los gestos románticos y, también pequeñas discusiones se fueron dando, como una pareja normal.
Tambien hubo momentos más íntimos, donde de un besito inocente, las chispas saltan veloces, convirtiendo los sentimientos románticos en unos mucho más pasionales.
A nada pudieron llegar, porque tras pasar esa semana 3, Edward se pudo contener mucho más, ya que él mismo temía que el bebé pudiese ver dentro del útero.
··· · ···
Durante esos días, Bella recibió una visita en su dormitorio cuando estaba vistiéndose tras desayunar y ducharse.
Elish, y el resto, podían subir cuando quisieran, las prohibiciones habían quedado olvidadas hacía ya tiempo, pero fue extraño que subiera tan temprano y más sorprendió a Bella al verle la cara a la jovencita.
- ¿Podemos hablar… en privado? - Bella pestañeó casi alarmada.
- Claro…
Antes de que pudiese contestar, Elish le hizo la señal de silencio poniendo su dedo en la boca.
- ¿Damos un paseo? - Sugirió Bella conteniendo la sonrisa. Elish asintió, con el rostro tenso.
Tras despedirse de la familia, salieron por la puerta trasera, la del salón. Edward, al igual que al resto les sorprendió ese paseo matutino. Pero más extraño era la cara de Elish.
Quedó clarísimo que algo privado quería contarle a Bella, ya que ambas se perdieron por el bosque colindante a la propiedad. Se iban a la zona de pensar. O como la había rebautizado Bella: La zona privada, ya que ese vertiente que daba al acantilado de la playa, era justo la medida exacta para que nadie, ni Edward con su don, pudiesen escuchar.
Bella, con ayuda de Elish, tomó asiento en una roca.
- Bueno… tu dirás. Me tienes muerta de curiosidad. - Le dio pie Bella, al observar como Elish no acababa de decirse a comenzar a hablar.
- Bueno… - Respiró profundo. - No se por donde empezar…
- Te lo voy a poner fácil… Os habéis acostado ya, ¿no? - Bella intentaba mantenerse seria, pero una sonrisa pícara le salía por la comisura de los ojos.
- ¡Siiiii! - Elish comenzó a dar saltitos. - Ha pasado esta noche. - Se mordió el labio. - Alguna vez la cosa se ponía intensa, pero… nos deteníamos. Ambos estábamos algo inseguros… De forma tácita, íbamos a esperar hasta Agosto, a que cumpliese los tres años - rodó los ojos de forma simpática. - A que diese mi siguiente salto de crecimiento. Pero… ayer… - suspiró y sus mejillas se colorearon ligeramente. De ser una humana completa, estaría roja como un tomate. - Pasamos esa linea que nos habíamos impuesto y cuando quisimos darnos cuenta, apenas teníamos ropa - Volvió a morderse el labio y sus ojos comenzaron a brillar.
- Y… ¿Qué tal fue? - La cara de Bella era la picardía personalizada.
- ¡Ufff! Fue brutal… ¡Fue mágico!
Elish le contó a Bella lo maravilloso que había sido su primera vez, y ambas chicas rieron, bromearon y cotillearon con los pormenores que Elish relató.
- Puedo suponer que no habéis tomado medidas… Si no, todo lo contrario.
- Si, claro… No sabemos cuantos óvulos tendré viables, así que bueno… Ha sido nuestra primer vez, pero también nuestra primera intentona. - Elish tomó aire - Lo hemos hablado, sabemos que somos muy jóvenes, pero preferimos ser padres ahora, que no serlo nunca.
- ¡Ey, Elish! Esto está más que hablado y ya sabes que tienes todo mi apoyo. En condiciones normales, te mataría por no prevenir un embarazo, pero aquí - Se rodeó a ella, su barriga y a Elish - no hay nada de normalidad, ¡jajaja!
Siguieron hablando durante un rato más, sobre la primera vez de Elish, de su ilusión de ser madre, de que eran muy jóvenes, y comenzaron a divagar sobre su futuro posible bebé.
Cuando quisieron darse cuenta, llevaban más de dos horas fuera de la casa, así que decidieron volver antes de que Edward entrara en pánico.
Durante unos días, la idea de ver a Elish convertida en madre, rondó los pensamientos, ahora protegidos, de Bella. Estaba contenta por ella, pero a su vez, su mente de humana, seguía viéndole inconvenientes.
- · -
Los envios con las cosas escogidas por Bella, Elish y un poco todos, fueron llegando, invadiendo la casa.
Ropa, enseres de aseo, cochecito, cuna, cambiador, decoración, peluches, juguetes… Parecía que fuesen a nacer tres bebés, en vez de uno. Todo pudo venir antes de lo esperado gracias a que el estado de alarma tocaba a su fin.
Se decidió que el dormitorio libre en el apartamento de Bella, se modificara para el bebé. Durante aproximadamente dos años, sería bebé y niño/a, por lo que necesitaria un dormitorio con cama y sitio para sus cosas, y esa habitación libre, parecía hecha para ese fin.
Bella estaba encantada con la idea, realmente fue suya el quitar el mobiliario que había y decorar y abastecerlo con las cosas del bebé, hasta que ella sola, también se percató de que esa estancia había sido diseñada para ese fin hacía tiempo... Con Amelia y Elish.
Y ese tema, fue el que desencadenó la bronca más fuerte, entre Edward y Bella desde que habían hecho las paces.
Ya habían pasado un par de días desde que Bella le comentara su idea a Edward, el cual estuvo encantado y totalmente de acuerdo. Ese mismo día, se comentó con el resto de la familia que igualmente, le pareció perfecto.
Nadie comentó nada sobre que esa idea ya fue tomado hacía mucho tiempo, a raíz del mismo acontecimiento, pero con otra mamá y otro bebé.
- Bella… ¿Cuándo quieres que comencemos a mover los muebles? - Le preguntó Esme, una vez Bella estaba en mitad de su desayuno, y por tanto su mal humor mañanero había comenzado a desaparecer.
- No se… lo vamos hablando… - No hacía falta grandes sentidos para darse cuenta de que la humana, estaba dando largas a comenzar con el cambio de dormitorio.
- El mobiliario del bebé, llegará en un par de días. - Añadió Edward algo extrañado por la actitud desinteresada de Bella. - Y si quieres pintar y decorar lo que hablaste con Elish, sería bueno empezar ya. - La miró alzando las cejas, dándole a entender que el tiempo apremiaba.
- ¿Tiene que ser ahora mismo? - Preguntó ella de forma un tanto brusca. - Me encuentro un poco… colapsada hoy. - Frunció el ceño, y de malas formas, tantas como le dejaba su barriga, se bajó del taburete. - Ya no tengo más hambre… se me ha quitado el apetito. - Gruñó.
Edward, Esme y Rosalie, que estaban en la cocina, se quedaron desconcertados ante el cambio de actitud de Bella.
El dia anterior estaba pletórica con la idea, y hoy… 12 horas después, parecía no gustarle demasiado.
- Bella… ya sabes lo que hemos hablado… - Le comentó Esme antes de que saliera de la cocina - Si algo no nos gusta, debemos decirlo.
Bella se paró con el pomo de la puerta en la mano, y de espaldas a los presentes, asintió, mientras tragaba y respiraba pesadamente.
- Serán los cambios hormonales… Está a diez días de salir de cuentas, estará revuelta. - La excusó Esme no muy convencida, una vez hubo salido Bella de la cocina.
- No… Algo le pasa. Ya voy conociendo sus caras, y esa cara es de que algo no va bien. Algo no le convence. - Añadió Edward. - En estos momentos es cuando más añoro no poder leer sus pensamientos.
- Con Amelia te pasó muy parecido. Tenías lagunas, suponemos por su enfermedad, pero en cuanto se quedó embarazada de Elish, dejaste de escucharla casi por completo. - Recordó Rosalie. - Y con Bella, te pasa parecido… Serán cosas del embarazo.
- Bella tiene un escudo protector, así que imagino que una vez transformada no pueda escucharla, a no ser que ella quiera. Como pasa ahora. - Respondió Edward. Era una respuesta firme, porque la tenía muy pensada.
Ambas féminas asintieron a las palabras de Edward, conformes con esa idea. Pero eso no hizo que los tres le diesen vueltas al talante de la humana.
- · -
En la reserva, Jake ya no sabía que hacer para esquivar a Seth. El chico le había dado unos días de margen ante su petición de ver a Bella, días de tranquilidad para el Alpha; pero tras más de una semana dándole largas, Seth estaba mucho más insistente que al principio.
- Seth… Estoy seguro, pero… Necesito oírtelo decir de tu propia boca… ¿Te has imprimado de Bella? - Seth pestañeó sorprendido.
- No. Por supuesto que no. - Respondió rotundo. - ¡Joder Jake! Lo sabrías… Además, a estas alturas… - Meneó la cabeza, molesto - ¡Tu sabes perfectamente lo que se siente estando imprimado! - Exclamó, mirando hacía su amigo y lider con asombro.
- Si… Pero… Esta insistencia por ver a Bella… - Jake mostró su asombro gesticulando con los ojos - Se que teníais una bonita amistad, pero… tan solo fueron unos pocos meses, y… no se - inclinó los hombros - tampoco parecíais tan cercanos.
- Lo se… pero me siento… como culpable de como sucedieron las cosas. Además, le tengo aprecio a Bella y tal como se entero de nuestro secreto, y viendo como me miró cuando subió a la reserva la primera vez… Me gustaría verla, saludarla… gastarle una broma… - ambos sonrieron - que vea que todo sigue igual. Que todo está bien. Además, ella va a ser una vampira en cuestión de días, quiero que me vea antes de su cambio.
Ante ese alegato, Jake se quedó sin respuesta. Realmente le daba la razón a Seth.
Le había comentado a Edward el deseo de Seth de ver a Bella, y este no había puesto muy buena cara. Tal como predijo Jake, Edward le dio una negativa alegando que Bella ahora estaba calmada y no quería alterarla y que los demonios de las dudas y el miedo volviesen.
Pero tras las palabras de su camarada, volvería a hablar con Edward; le insistiría con más ahínco, y si no, hablaría con Elish. Ella se encargaría de gestionarlo todo.
Seth no había sido del todo sincero con Jake. A parte de todo lo que dijo, que era cierto, una sensación extraña de cercanía con la chica, lo tenía agobiado.
No estaba imprimado de Bella, de eso estaba completamente seguro, pero la necesidad de verla iba en aumento a cada día que pasaba. Por lo que tomó la decisión de no esperar más; él haría porque ese encuentro tuviese lugar.
- · -
Entre los hermanos Cullen, le habían creado a Bella una zona en el jardín, que nada tenía que envidiar, más bien al revés, a cualquier revista de decoración.
Un espacio a pocos metros de la puerta trasera, con un cenador con tiras de luces led, y enredaderas con flores. Varios sofás, una mesa y varios sillones, rodeados con algunos árboles que favorecían el frescor y macetas con flores y plantas.
Habían construido un espacio zen en cuestión de unos días. Espacio que maravilló a Bella, y en el cual se tumbaba durante ratos largos. Los puntos de sombra, estratégicamente puestos, permitían al resto acompañarla sin deslumbrarla por los brillos que salían de sus pieles.
Tras un largo rato, donde Edward dejó a Bella que se calmara un poco, se fue hacía el jardín, donde estaba la chica tumbada.
Al atravesar el salón, Emmet y Jasper lo pararon.
- Hoy alguien se ha levantado un tanto malhumorada - Comentó Emmet en una mezcla entre divertido y preocupado.
- No. - Contestó tajante Jasper. - Bella se levantó bien, pero algo en el tema de la habitación del bebé, le causa desasosiego y la enfada a puntos estratosféricos. - Miró hacía Edward, el cual asintió - Lo que debes es, averiguar que hay en esa habitación que a ella le molesta tanto.
Edward volvió a asentir. Él también supo, sin falta de dones, que algo pasaba con ese cuarto. Algo que a ella se le había metido en la cabeza, en el transcurso de esa noche.
- Hola cielo - La saludó, tomando asiento en uno de los sillones, un tanto alejado de Bella. - ¿Estás mejor? - Bella lo miró alzando una ceja, pero suspiró y relajó su semblante.
- Si… me encuentro más tranquila. Las hormonas, ya sabes… - sonrió forzada.
- Bella… - la llamó condescendiente. - Por favor… no intentes engañarme… Es, casi ofensivo. - Rodó los ojos divertido. - Tu cara está tan tensa que podría romperse con solo tocarla. - La miró con una ceja alzada y su sonrisa torcida, la irónica.
Ambos se quedaron callados durante unos instantes. Mirándose como dos titanes.
- ¿Vas a decirme que te pasa? - Bella frunció el ceño y arrugó la boca. Edward suspiró - Sabes que no puedo leerte…
- Y no te haces una idea de lo mucho que me gusta eso. - Le respondió un tanto ofensiva.
- Si, se que te encanta. - Respondió con la voz controlada. Sabía que Bella estaba a la defensiva, asi que le tocaba a él controlar la situación. - Lo que sea, mi vida. Por favor… No lo pases mal, por una tontería.
Es palabra fue dicha con la mejor de las intenciones, pero a Bella le bastó para que su botón de ataque nuclear fuese activado.
Se incorporó en el sofá casi de un golpe, encarando a Edward.
- ¿Una tontería? Para ti, todo es una tontería. Sigues siendo un insensible y un egoísta. Solo tiene importancia lo que tu crees que la tiene. No sabes doblegar ante mis sentimientos, y darle la importancia que tienen. - Respiró un par de veces casi como un león, y se levantó.
Al hacerlo tan rápido, se desestabilizó por un segundo; segundo que le sobró a Edward para tomarla de un brazo.
- ¡No me toques! - Dio un tirón a su brazo para que él no la tocara. - Siempre estaremos igual… - Bufó - En estos momentos, es cuando más vampiro eres…
- Algo que compartiremos en poco más de una semana. - Le respondió Edward con voz suave, como una serpiente. Bella apretó la mandíbula de pura indignación.
Dio unos pasos, alejándose, hasta que se volteó.
- No me sigas… No quiero discutir contigo. - Edward asintió con el rostro tenso. Molesto.
- Bueno… la conversación no fue como yo tenía en mente. - comentó Jasper saliendo al jardín.
- Cuando se pone así, me saca de mis casillas… - Edward resopló y se llevó la mano al pelo.
- Pues deberías ir ejercitando tu paciencia y… el saber anteponer sus sentimientos, preocupaciones o deseos, a los tuyos. Eso, es la vida en pareja… Eso, es el amor sincero. Saber perder. - Jasper lo miró con los ojos entornados. - Eres una gran persona Edward, pero si es verdad que eres un tanto egoísta. - El nombrado abrió los ojos ofendido.
- Es cierto… Y lo sabes. Llevas demasiado tiempo solo, y te has acostumbrado a esa situación. Nosotros tampoco hemos ayudado a que eso no pase, ya que como eras el único soltero, se te permitieron muchas cosas… - le sonrió divertido. - Pero debes aprender a doblegar. Bella es una persona muy sensitiva y muy pasional, y cuando sea una de nosotros, eso se verá potenciado, y tendrás que tener mano izquierda con ella, sobre todo los primeros años, hasta que se haga más madura.
- Lo sé - Gruñó con desesperación - Pero a veces me es harto difícil llegar a ella, sobretodo cuando se pone así de ofensiva.
- Bueno, ahora está sobre hormonada y todo lo lleva al extremo… Cuando se ponga así, piensa en el regalo que te va a dar… Los regalos: Otro hijo y su inmortalidad.
Edward asintió, suspirando vencido. Pero al segundo, su rostro cambió.
- Ya sé lo que ocurre… - Jasper lo miró intrigado. - ¡Claro! Ella ha deducido que esa habitación, tenía otro propósito… El mismo que le quiere dar ella a este bebé. Ese cuarto se diseñó para que fuese el de Elish, en el caso de que Amelia hubiese sido convertida. Es el segundo bebé… Ella es la segunda. Me lo dijo hace semanas, pero como no lo volvió a mencionar, y ya no escucho sus pensamientos, no había caído en ese detalle. - El rostro de Edward se llenó de determinación y positivismo.
- Te dije que el problema venía de la habitación… Te di la pista - Jasper le guiñó un ojo.
- Emmet, Jasper… venir… Vais a ayudarme. Mientras pasea, vamos a organizar ese dormitorio, sin que ella tenga que intervenir. Para cuando lo vea, ya estará listo.
- Porque no da tiempo, si no, tiraría esa zona abajo y la haría de otra forma… Pero… - Emmet inclinó los hombros ante lo obvio.
- Si, una pena no darnos cuenta de esto. Pero en una semana, no nos daría tiempo a hacer una planta nueva.
Edward avisó a Rosalie de que estuviese pendiente de Bella, ya que no era seguro que fuese caminando sola por el bosque.
La vampira salió en estampida y siguió a Bella a varios metros, los necesarios para que la chica no la notara.
Ese día, Bella se lo pasó enfadada con Edward. Incluso por la noche, mientras cenaba, y sin mirarlo a la cara, le dijo que quería dormir sola.
Edward se tragó su orgullo, siguiendo los consejos de su hermano, y no contestó ni puso mala cara.
Cuando Bella subió a su zona, se quedó mirando la puerta cerrada de dichoso cuarto; su pulso subió como la espuma y un nudo agarrotó su garganta. Sus ojos no tardaron en llenarse de lágrimas.
Justo en ese momento Edward entró, quedándose a su espalda.
- Subo a decirte que no entres en el dormitorio, lo hemos pintado y es mejor que no respires eso.
Edward sabía perfectamente que Bella estaba llorando, podía observar como su espalda se movía de forza irregular, escuchar los latidos de su corazón e incluso oler el punto de sal de sus lágrimas.
Se acercó a ella y con gran suavidad le acarició un brazo; caricia que hizo a Bella suspirar y estremecerse.
- Siento perder los papeles así… Si no me importaras tantísimo, si no te quisiera más que a mi propia vida, no me pondría así. - Le susurró al oído, haciendo a Bella soltar un suspiro que nada tenía que ver con el llanto. - Buenas noches.
Bella sabía que se había ido sin falta de girarse. La ligera brisa fría que dejaba, indicaba que había salido de su salón a su velocidad.
- · -
Al día siguiente, Alice recibió un mensaje diciendo que entregarían los muebles del bebé. El envió se había adelantado un día.
Todos querían preparar la habitación como una sorpresa para Bella, pero si ella veía las cajas con los muebles, la sorpresa quedaría anulada.
- Subirla a la reserva. - Propuso Carlisle. Edward casi infarta allí mismo. - Edward… ¡tranquilo! No le va a pasar absolutamente nada. Sería una forma en que la viese por última vez… - Lo miró con intención. - Los ancianos no la dejaran subir hasta que esté plenamente controlada, y eso puede llevarle años.
- Es cierto… - Apoyó Alice. - Eso nos daría tiempo y ella estará cómoda. Un pequeño cambio de aire, le hará bien. Estará con Elish y Jacob, ¿qué va a pasar?
Todos estaban conformes con la idea. Todos menos Edward, que tenía el rostro endemoniado.
- Edward… ¿En serio estoy sintiendo celos? - Jasper sonrió divertido, mientras el resto miraba hacía el nombrado, asombrados. - ¿Sigues teniéndole celos a Seth? - Casi exclamó más que preguntó.
- ¡Edward! - Lo reprendió Esme - Ella va a darte un hijo, se convertirá… será tu pareja por la eternidad. ¿Crees que ella siente algo por ese chico? - La pregunta sonó casi a insulto.
- Por eso le dijiste que no a Jake, cuando te pregunto si Seth podía bajar a ver a Bella, ¿verdad? - Le acusó Carlisle, molesto. - Me dejas sin palabras. Seth es un gran chico, y siempre has tenido con él una camaradería fantástica, casi parecida a Jake y le has prohibido venir, solo por celos absurdos.
- ¡Está bien! Si, son celos absurdos… - Bufó con resignación - Yo la subiré.
- Eso sería muy raro… - Intervino Alice. - Lo haremos de otra manera.
Alice lo gestionó todo en cuestión de minutos. Llamó a Elish y esta a Jake. Sería como un sorpresa para Bella, de parte de la pareja.
Eso le haría ilusión a la chica y la haría olvidarse un poco de su enfado. Enfado que, aun habiendo pasado ya un día, seguía ahí.
- ¿Subir a la reserva… hoy? - Preguntó extrañada Bella.
- Si, ¿no te parece buena idea? Jake nos subirá - Bella se miró la enorme barriga, divertida.
- ¡Nooo! Nos subirá en coche… Estando tan avanzada, no sería conveniente subir cabalgando. - Elish inclinó los hombros, mostrando en su rostro una mezcla entre divertida y apenada. - Por lo menos lo probaste antes… bueno, del cambio.
- Si… pero, no te apenes - Bella le dio una tierna caricia en la mejilla. - Fue una pasada. Incluso mejor que montar a caballo, y era algo que me encantaba.
- Pues no se diga más… te escogeré algo bonito para ponerte, ¿me dejas? - Bella asintió, mientras seguía a Elish desde su salon a su dormitorio.
- Además, así verás a Charlie. Está como loco por verte. Lleva varios días no saliendo de comisaría para evitar cualquier posibilidad de contagio para venir a verte - Ambas sonrieron - Le darás una sorpresa genial.
- ¡Oh, genial! Estoy deseando verle. Llevamos más de mes y medio sin vernos. Y, quería pasar algo de tiempo con él antes del cambio. - Elish asintió y Bella se quedó pensativa.
Recordó cuando Charlie la llamó por teléfono días después de la noticia del bebé. Carlisle se lo había contado y él espero unos días, para serenarse y poner en perspectiva sus sentimientos ante tal noticia, tal y como él había relatado.
Pero que tras asumir que iba a morir y despertar convertida en una vampira, decidió que era algo bueno; que era una forma en que nunca la perdería. Ya que siendo consciente de lo tan angustiado que estaba por todo lo acontecido por el Covid, ante el riesgo de que ella se contagiara y pudiera tener un riesgo de morir, era una decisión que lo hacía estar tranquilo, ya que nada podría dañarla, nunca.
"- Suponía que este día llegaría. Estaba seguro que Edward querría convertirte. Está loco por ti, desde el primer día… - rió - Intentó disimular y negar sus sentimientos, pero soy un poli, y los polis tenemos un sexto sentido, por muy vampiro que él sea… - volvió a reír. - Pero el que me deis otro nieto… y además, siendo tuyo… legítimo de sangre… Es… ¡maravilloso!"
Cuando despertó del recuerdo, unos segundos después, vio a Elish parada frente a la puerta cerrada del futuro dormitorio del bebé. Se la quedó mirando, extrañada por la cara melancólica de la semi vampira, la cual se giró hacía ella y habló:
- Me encanta que uses ese cuarto para mi hermano o hermana. - Su rostro se llenó de tristeza y añoranza - Estoy feliz porque el bebé vaya a tener la vida familiar que yo no tuve. Una vida, normal. - Sonrió con melancolía - Sus padres juntos y amándose, viviendo en su pisito, con su habitación al lado de la de ellos… todo tan idílico. - Suspiró con añoranza. - ¿Sabías que tu fuiste la que estrenó esa zona? - Bella frunció el ceño. Había supuesto que Amelia había vivido allí una vez casada con Edward. Negó con la cabeza. - Mi madre se negó a dormir aquí y hacer uso del piso hasta que yo naciera; ella dormía en el dormitorio de mi padre. Pusieron allí una cama para ella… y… - Elish puso cara de conspiradora, sonriendo con picardía - Mi padre se trasladó al ático. Pegada a la sala médica hay un pequeño cuarto, como una sala de estar y allí acampó hasta que yo nací. Desde que volvieron de la luna de miel, no la volvió a tocar… Lo se porque se lo oí hablar a mis abuelos varias veces. - Alzó las cejas traviesa - Bueno… - sacudió la cabeza - que me hace mucha ilusión cederle el sitio y el privilegio a mi hermanito - Elish sonrió feliz mientras acariciaba la barriga de Bella, la cual estaba en shock. - A través de él, o ella, disfrutaré de eso… y gracias a ti por dejarme intervenir en todo esto, en la decoración, en los arreglos… ¡En todo! - La semi vampira abrazó con mimo a la chica, que le devolvió el abrazo con amor.
Mientras Elish rebuscaba en su vestidor, Bella se sentó en la cama y estudió la confesión de su niña; ella no era tan segundona como creía, ella estaba estrenando todo, estaba siendo la primera, y no es que tuviera el beneplácito de Elish para usar el que debía haber sido su dormitorio de bebé, si no que la hacía feliz que su hermano lo usara por ella, que disfrutara lo que ella no pudo.
Pero, seguía siendo la segunda. Era una idiotez sentirse mal por eso, pero… (maldito pero) cuando lo pensaba, el corazón se le estrujaba de congoja.
- · -
Jake llegó a la casa Cullen unos minutos antes de la hora acordada. Entró a saludar a la familia y volver a prometer que cuidaría de Bella como de su propia vida. Edward intentaba disimular su preocupación y, esconder sus celos; a Bella consiguió engañarla, al resto no.
- Te veré a la noche. Disfruta de tu día. - Le frotó los brazos y le dio un suave beso en los labios. - Bella pudo captar la ansiedad de Edward a través de sus manos en sus brazos.
- ¿Por qué estás agobiado? - Lo miró fijo a los ojos. - Se que algo te preocupa.
Aunque seguía molesta, y aunque era consciente de que Edward no tenía culpa de que ella se sintiera la segundona, si que era culpable de lo insensible y egoísta que algunas veces resultaba ser, pero en ese momento le pudo más la preocupación por él, por sus sentimientos, que su enfado.
- Por nada… Es solo que me ocasiona ansiedad no tenerte bajo mi protección. Que pueda pasar algo sin que yo esté a menos de un metro de ti - sonrió, sacándole otra sonrisa a ella. - Sabes lo protector que puedo llegar a ser.
- Te dije que si querías subir… Te lo pregunté dos veces. Porque si, se lo ansioso que puedes llegar a ponerte - Rodó los ojos con fingida petulancia.
- No… En serio ve tu. A Elish le hace ilusión que subas, y se que lo pasarás mejor si no estoy yo por medio. Estarás casi tan protegida como aquí. No te preocupes, estaré bien. Tu ve y disfruta. - Aunque era casi sincero, una punzada de celos lo hizo apretar la mandíbula.
Jasper miró a su hermano con reproche. Sabía que los celos seguían ahí.
"Edward, entiendo que no puedas controlar los celos. Es la primera vez que te enamoras, y el amor evoca otros sentimientos, como esos. Pero no hay motivo. Bella te ama sinceramente, lo sabes."
- Vamos bolita… Nos espera un día de fiesta. - Le bromeó Jake. Elish rió y Bella rodó los ojos.
- Sabes que en unos días seré una vampira ¿verdad? Así que podré patear tu culo por eso de bolita. - Lo miró frunciendo los labios y poniendo su brazos en jarras, pero visiblemente divertida.
- Si, pero todavía te quedan unos días en los que puedo meterme contigo y los voy a aprovechar, antes de que puedas patearme el culo, ¡jajaja!
Ambas chicas se lanzaran a reír acompañando a Jake. Los Cullen también rieron ante sus bromas.
Una vez despedidos de todos, por fin se subieron los tres al coche, y un entusiasmo lleno de energía y buenas vibras, inundó el habitáculo.
Era como hacer varios viajes en el tiempo, en cuestión de dos segundos. Hacía atrás por el buen rollito con Jake y hacía delante, al ver a la pareja enamorada… Algo que siguiendo un patrón de tiempo normal, no pasaría hasta dentro de trece años, o más.
- · -
Cuando atravesaron la linea imaginaria que limitaba la reserva, Bella comenzó a sentirse bien. Bien en el sentido de cómoda, animada y una sensación de paz y bienestar pareció invadirla.
Cuando salió del momentáneo trance, se sorprendió a si misma por esas sensaciones, ya que no había tenido la sensación de añorar la reserva hasta ese punto.
Desde el principio de las clases, le encantaba ir; pero siempre lo relacionó a lo muchísimo que disfrutaba su faceta de profesora.
Billy salió a recibirlos, mirando para Bella primero impresionado y seguido, sonriente; la típica sonrisa al ver una embarazada.
Tras él… Charlie.
- ¡Bella! - Gritó entusiasmado.
No esperó más y salió corriendo en dirección a su sobrina, a la cual abrazó, como pudo debido a su enorme barriga, achuchándola entre sus brazos.
- Que ganas tenía de verte… - le susurró aun manteniéndose abrazados. - Quería verte una última vez como humana.
- Pues menos mal que he subido, si no… - le susurró de vuelta.
Charlie rompió el abrazo, pero manteniendo a Bella sujeta por los brazos, mirándola a los ojos.
- Que hubieras venido, ha sido una sorpresa, pero mañana estaba previsto que fuese a verte a casa. Ya lo había acordado con Carlisle y Edward. Pero se callaron esta grandísima sorpresa.
- Bueno, esto ha sido de imprevisto. Aunque puede que quisieran regalarnos este momento. Los Cullen nunca hacen nada "por que si". - Frunció los labios, y Charlie sonrió.
- Veo que ya los conoces.
- Bueno… intento estar pendiente de todo lo que pueda. Así el despertar será menos impactante.
- Esas palabras suenan…
- A Carlisle - Respondieron ambos al unísono, sacándoles unas carcajadas.
-¿Cómo te encuentras? Te veo… fantástica. Más hermosa que de costumbre.
- Estoy llevando un embarazo muy bueno. Mucho mejor de lo que lo llevó Amelia, según Carlisle. El resto intentan no hablar mucho de ella, para no compararnos. - Inclinó los hombros restándole importancia. Pero su cara era un libro abierto.
- Imagino porque tienen esa consideración… - Charlie miró a su sobrina con ojos escrutadores. - ¿Tanto te molesta? - Bella inclinó un hombro y frunció los labios. - Pues no debería. Piensa en Edward como un hombre normal. Un hombre que tuvo otra relación, y tiene una hija. Eso está al orden del día, hoy es muy difícil encontrar alguien que no haya tenido relaciones antes de la indicada. Y en ese plano, Edward podría haber amado a su anterior esposa… y tu, lo amarías ahora.
- Si… tienes razón. Creo que estoy un poco saturada por el hecho de que él es un vampiro.
- Si, yo también lo creo. La diferencia es él… que no es humano. Pero la relación, es igual que entre humanos. Además de esa, hay otra gran diferencia… Edward nunca amó a Amelia, a ti si. Solo hay que ver como te mira. Hasta yo, que no soy de ir hablando de sentimientos, lo veo perfectamente… Pero… háblame de ti. ¿Qué tal… en general? - Charlie prefirió cambiar de tema, observando la incomodidad de su sobrina.
- No sé qué contarte… hemos hablado hace solo unos días…
- Lo que sea… ¿Qué tal es llevar a un mini vampiro dentro? - Ambos rieron, y la barriga de Bella se movió.
- ¡Qué bueno! Al bebé le ha debido hacer gracia la broma…
Mientras conversaban un poco más, Jake, Elish y Billy esperaban unos metros alejados, dándoles un poco de privacidad y tiempo.
El resto de la reserva estaban enterados de la visita, y estaban organizando una barbacoa para comer, en honor a Bella y su bebé. Una especie de baby shower. No tenían grandes regalos, pero decoraron la zona con globos de colores, ya que se seguía sin saber el sexo del bebé, y acondicionaron un gran butacón para la futura mamá.
Unos minutos después de llegar Bella, alguien sintió algo inexplicable en el fondo de su estómago. Algo que lo arrastraba hacía un punto determinado: Un olor… El mismo olor que captó el día que se descubrió el embarazo de Bella.
"Bella"
El nombre llegó a su cerebro al mismo tiempo que registraba la fragancia.
Voló desde la otra punta de la reserva, donde estaba su casa, hasta casa de Jake.
- ¡Bella! - Gritó cuando estaba a unos pasos. - ¡Dios, estás… preciosa! - Bella le sonrió de forma agradecida y halagada.
Charlie le dio un beso en la mejilla y se retiró para unirse a Billy, dejando así a Seth y Bella saludarse.
- ¡Guau! Lo dicho, estás hermosa. El embarazo te sienta genial. Tienes una luz en la cara… - Bella se sonrojo, pero su ego, el cual pasaba por épocas bajas debido al embarazo, se hinchó como un globo de helio.
- Gracias Seth… Tu siempre tan galán. - Le sonrió coqueta.
- Me alegro muchísimo de verte. Es una pasada que hayas venido… - Sonrió meloso - Cuando dijeron que vendrías, no podía creerlo…
- Pues aquí estoy… Aquí me tienes - Ambos se sacaron la lengua y rieron como niños.
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