Flufftober 2024

Día 4: Curar heridas

La desesperación lo estaba consumiendo. Una flecha estaba clavada en su pecho. Wolf se desplomó frente a sus ojos sin que él pudiera hacer algo para evitarlo. ¿Por eso se había ofrecido a usar la capa azul? ¿Sospechaba que algo así ocurriría?

¿Qué podía hacer? ¡Necesitaba hacer algo! ¡Wolf no podía…!

Abrió los ojos de golpe. Su corazón latía con fuerza y el miedo aún lo invadía.

¿Una pesadilla?

Miró a su lado.

Wolf estaba allí, durmiendo tranquilamente. Fue realmente un alivio regresar a casa y verlo sano y salvo. Pasaron muchas cosas en Seisakoku y no tuvieron mucho tiempo para ellos.

Pero, aun así…le estaba costando mucho trabajo calmarse.

Todo estaba oscuro, aún era de madrugada y no podía ver nada, y solo lo hacía recordar el tiempo en el que no podía ver. Eso no era bueno. Estaba de regreso, Wolf estaba bien, Josak estaba siendo tratado y se recuperaría. Entonces, ¿por qué ese miedo aún lo invadía?

Intentó concentrarse para lograr calmarse, pero le estaba costando mucho.

—¿Yuuri? —escuchó que Wolf lo llamaba con preocupación—¿estás bien? ¿ocurre algo?

—No, nada—mintió—perdón por despertarte.

Tal vez no podía ver casi nada, pero era consciente de la mirada de Wolfram hacia él.

—Mientes.

Antes de que pudiera responder, Wolfram se abalanzó sobre él, abrazándolo con fuerza.

Yuuri aguantó la respiración por un momento, pero sin poder contenerlo más, dejó que las lágrimas que no sabía que estaba reteniendo, comenzaran a caer.

Se aferró con fuerza al camisón de Wolfram y éste se dedicó a acariciarle suavemente la espalda.

—Aquí estoy Yuuri, aquí estaré siempre para ti.

Después de un buen rato de ser consolado por el rubio, el cansancio lo venció y se quedó dormido en sus brazos.

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Estaba bastante apenado de todo lo ocurrido, pero Wolf en ningún momento se burló de él, es más, ni siquiera lo mencionó.

Sin embargo, a la semana siguiente, tuvo que salir de patrulla, solo era por precaución, no había un peligro latente, pero se tardaría por lo menos 24 horas en volver.

La angustia y miedo lo consumió durante todo el día, ni siquiera pudo dormir en toda la noche y Wolfram regresaría hasta el amanecer, así que se sentó en su cama, intentando calmarse y sin apagar las velas.

Pero, como a las 3 de la mañana, la puerta se abrió y Wolfram entró por ella.

—¿Wolf? ¿No regresarías al amanecer?

—Sí, pero decidí apresurarme, parecía que no querías quedarte solo.

Yuuri lo miró aún con la angustia a flor de piel y corrió hacia él.

Tocó su pecho. Tocó su estómago con desesperación.

Wolfram sabiendo lo que ocurría, se quitó el uniforme y abrió su camisa.

—No me pasó nada y no tengo ni una sola cicatriz.

Yuuri no podía quitarse de la cabeza todas esas veces en las que fue herido, incluso por él mismo.

Sin decir nada otra vez, Wolfram lo abrazó con fuerza. Yuuri correspondió con desesperación.

Esa noche, durmieron abrazados nuevamente.

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Josak ya estaba en condiciones para recibir visitas, así que Yuuri no perdió la oportunidad de saludarlo. Wolfram por supuesto, lo acompañó.

Josak aún se veía cansado y débil, pero ya estaba en sus cinco sentidos y reconocía a todos.

—Siento mucho haberlo preocupado, Su Majestad.

—¿Por qué dices eso, Josak? ¡Me salvaste! ¡Fue mi culpa lo que te pasó!

El espía sonrió.

—De todas formas, debo agradecerles a todos que me hayan salvado también.

El resto de la visita fue amena, pero Wolfram notó que Yuuri movía su pierna mucho, como si estuviera nervioso. Estaba seguro de que sí se sentía culpable por lo ocurrido en aquellos laberintos en Seisakoku, sabía que necesitaba contacto físico, pero estaban en público, así que disimuladamente estiró la pierna que estaba más cerca de la de Yuuri y logró que su rodilla chocara con la suya.

Yuuri lo miró por unos momentos, y Wolfram solo le sonrió. El maou entendió el mensaje y dejó de mover la pierna, aunque el contacto no pasó desapercibido por el testigo frente a ellos.

Al salir de allí, Wolfram tomó la mano de Yuuri y regresaron a sus labores, Yuuri no opuso resistencia alguna.

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Los abrazos para que Yuuri se tranquilizara o para quitarle los nervios se volvieron usuales.

Pero, Yuuri se sentía un poco mal de que solo se abrazaran en esos momentos, así que, con los nervios de punta, intentó cambiar eso.

Sin embargo, no fue tan fácil y como siempre Wolfram parecía leerle la mente, lo cual a veces le preocupaba un poco.

Yuuri estaba parado junto a Wolfram, simplemente viendo lo que escribía, pero siendo incapaz de mirarlo a la cara.

Wolfram esperó un poco, dándole oportunidad, pero nunca la aprovechó. Suspirando, se puso de pie y alzó los brazos frente a Yuuri, listo para recibirlo.

El rostro del maou se iluminó y rápidamente abrazó con fuerza a su prometido.

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Al día siguiente, lo intentó de nuevo, y aunque sentía su estómago revuelto, repitió lo mismo que él el día anterior.

En cuanto vio a Wolfram salir del baño después de su entrenamiento, alzó los brazos, aunque éstos estaban temblando.

La sonrisa de Wolfram lo hizo ponerse aún más nervioso.

Pero, el rubio caminó hacía él y aceptó gustoso el abrazo.

Sí, sus abrazos lo tranquilizaban y le daban paz, pero estos abrazos estaban mejor, además sabía que con Wolfram a su lado, todo estaría mejor y pronto todo lo que lo atormentaba, desaparecería.