Flufftober 2024
Día 27: Luego de una pesadilla
Negro. Estaba todo totalmente negro. ¿Tenía abiertos los ojos? Creía que sí, pero aún así no veía nada. Lo único que veía era una oscuridad interminable. Le empezó a faltar el aire, si no podía ver, podría herir nuevamente a Wolfram y esta vez podría ser demasiado grave. Porque todo sucede allí abajo en los laberintos, sin luz, sin Wolfram.
Sentía su cuerpo temblar y un grito salió de su garganta desesperadamente.
—¡Yuuri!
—¡No! ¡No te acerques! ¡No puedo verte! ¡No quiero herirte!
Sintió una mano acercarse y se alejó rápidamente cayendo de su gran cama.
El dolor en su trasero lo obligó a abrir los ojos y allí frente a él estaba Wolfram, mirándolo preocupado, mientras se unía a él en el piso.
—Tranquilo, solo respira, estás bien, yo estoy bien, fue una pesadilla, estas en tu habitación, estamos juntos y estamos bien.
Cuando Yuuri pudo al fin recuperar el aliento, solo logró quejarse.
—Nuestra habitación…
Notó perfectamente la sorpresa en la cara de su prometido. Nunca había admitido en voz alta que esa habitación también le perteneciera a él.
—Ummm, sí. Pero, ven, volvamos a la cama.
El rubio creyó que no era un buen momento para ponerse nervioso, así que le tendió la mano y lo ayudó a ponerse en pie.
—¿Cómo te sientes?
—¿Podrías darme un poco de agua, por favor?
—Por supuesto, siéntate mientras tanto.
Yuuri obedeció y se sentó mientras lo veía caminar a la mesita que tenían y servirle un vaso con agua de la jarra, el cuál tomó rápidamente.
—Gracias Wolf, me siento mejor.
Una vez que Wolfram devolvió el vaso a su lugar, lo ayudó a acostarse nuevamente.
—¿Seguro que no necesitas algo más?
Yuuri negó, pero con el paso de los minutos, mientras yacía acostado viendo el techo, dejó que sus miedos salieran a flote.
—¿Sabes? Lo peor de las pesadillas es que cuando pierdo la vista y no puedo ver nada, me siento devastado al darme cuenta de que no podré volver a ver tus ojos.
Wolfram se quedó callado, Yuuri nunca le había contado de sus pesadillas, pero intuía de que trataban por lo que gritaba.
—Pero, puedes ver ahora, puedes ver mis ojos todos los días, siempre estarán para ti.
Yuuri sonrió y sin decir nada más, se arrastró hasta estar junto a Wolfram y abrazarlo con fuerza.
—Sí, aquí estás, conmigo y eso es todo lo que necesito.
Wolfram le devolvió el abrazo, no sabía totalmente porqué Yuuri comenzaba a comportarse así de cariñoso, pero le daría todo lo que necesitara, aún si fuera en ese breve momento o aún si fuera por toda su vida.
