Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada y toda su banda.
1. ... Cuando te Duele el Estómago, por Comer de Más.
El inicio del año había sido excelente para Zelos, en especial porque por primera vez en mucho, mucho tiempo, había iniciado el año con compañía, una molesta compañía, pero compañía a final del día.
La empresa de construcción había organizado una fiesta para celebrar tan importante fecha. Él, como casi todos, asistió temprano, convivió con sus compañeros, vio a Pandora regañar a algunos de ellos, y acusó a otros más de malos comportamientos que provocaron un ligero mal humor en la mujer, que de por si estaba molesta debido a que no podría vigilar a su hermano menor esa noche.
Así que, Zelos, sin duda, podía decir que había sido un excelente recibimiento del año nuevo. Sólo había una pequeña cosa que faltaba para coronar el primer día del año como uno excelente: la partida de la vasilopita.
Después de la loca celebración de empleados que terminó con algunos durmiendo en el suelo de las oficinas centrales donde se hizo la fiesta, la mayoría se encontraban en el lugar, listos para la repartición de tan esperado postre y expectantes por ver quien se ganaría la moneda que definiría la suerte de todo el año. Aunque tratara de negarlo frente a sus superiores, la verdad era que Zelos era una persona muy propensa a creer en todo tipo de hechos místicos o mágicos, por lo que regresó a las oficinas justo antes del mediodía, hora en la que aparecería la vasilopita.
En el lugar ya se encontraba Pandora, mirando fijamente a cada uno de los compañeros, a espera de que alguien mostrara algo de mal comportamiento frente a su jefe, el jefe de todos en realidad. Además de ellos, Algol, Gordon, Iván y otros más ya se encontraban en el lugar, esperando el ansiado momento.
—Espero que me salga la moneda, el año pasado no fue tan bueno, necesito toda la suerte posible.
Al acercarse a un pequeño grupo de sus compañeros de trabajo, Zelos no pudo evitar sentir algo de malestar al escuchar las pretensiones de Gordon. Él tampoco había tenido un buen año, y sabía que la aparición de la milagrosa moneda en su porción de vasilopita era todo lo que necesitaba para asegurar un año mejor que el anterior.
No podía dejar que nadie se la arrebatara.
—Pues yo no creo mucho en esas cosas —escuchó que también decía Algol mientras alzaba los hombros—, pero no tendría problema si de pura casualidad me sale a mi.
—En ese caso ya somos tres —también dijo Iván, frotandose las manos—. Supongo que esto será un "que gane el mejor" —comentó, haciendo comillas con los dedos ambas manos, pero con una expresión fría y calculadora.
—Sí, eso parece —con una sonrisa divertida que Zelos vio, Algol se aclaró la garganta y comenzó a caminar hacia el centro de la habitación cuando notó que todos los jefes se estaban reuniendo ahí—... me pregunto si puedo tener doble porción, ya saben, me muero de hambre.
Al escuchar el comentario, Zelos, escurridizo y algo tramposo, comenzó a empujar a todos los presentes, buscando ser de los primeros en obtener una porción de la enorme vasilopita, mientras el jefe hacia su rutinario discurso al que nadie, ni siquiera Pandora, prestaba atención. Una vez que terminó, y el hombre comentó que iba a empezar con la repartición, Zelos empujó a una de las secretarias y se posicionó detrás de Pandora, quien no notó su terrible comportamiento.
Al tener su porción de vasilopita, Zelos la deshizo con su cuchara, descubriendo con horror que la esperada moneda no se encontraba ahí. Decepcionado, pero no derrotado, se apresuró a comerse su pan para después regresar a la mesa central, donde todavía se estaban repartiendo porciones.
—Zelos, estoy casi segura de que ya habías recibido tu parte —al ver al desagradable hombre formado de nuevo, Pandora dejó su propio pedazo de pan y se acercó a la mesa con una expresión de suspicacia.
—¿Yo? Señora Pandora, mi querida y exitosa jefa, créame que no le miento, jamás le mentiría, cuando le digo que, y no tengo razones para engañarla…
—Bueno, ya —agotada por el discurso sin sentido del hombre, Pandora se dió la vuelta, dispuesta a regresar a su lugar—. Toma tu parte y deja que la fila avance.
Con una sonrisa, y después de varios halagos que ya no fueron escuchados, Zelos tomó su nueva porción de vasilopita, la despedazó, se la comió y regresó a la fila.
Una y otra vez, hasta que perdió la cuenta de las veces que se formó, que le dieron una porción, que se decepcionó, y sobre todo, que comió vasilopita. Solo sabía que cada paso que daba se le hacía más pesado, sentía el estómago lleno, a punto de reventar, sentía que si no tenía cuidado iba a terminar por sacar una rebanada completa de vasilopita por la boca.
Posterior a una tormentosa hora, donde incluso sobornó a algunos de sus compañeros para que le dieran su porción, Zelos se sentó en una de las sillas vacías del lugar, temeroso que esta se fuera a romper por el peso. Respirando con dificultad, se llevó una mano al estómago, acariciándolo con cuidado; tenía la boca seca y el pantalón a punto de reventar. No podía más.
—Oye, Zelos, ¿qué dices? Mi vasilopita a cambio de que no le digas a Pandora que yo me acabé el papel en el baño de mujeres.
Haciendo un gran esfuerzo para hablar, Zelos estiró la mano y le quitó el plato a la mujer.
—Bien, pero una falta más y Pandora sabrá que también fuiste tú la que escribió en el calendario de la empresa el cumpleaños de ese Timothée Calamet.
—Es Chalament.
—Como sea.
Con las manos temblorosas, Zelos miró el pan, con su característico color tostado, con su azúcar refinada en la parte de arriba, adornada con granos de granada y almendras. Ya no quería, ni siquiera se sentía capaz de comerse un solo grano de granada o un mísero pedacito de almendra.
Pero debía, por la moneda de la suerte, debía.
Lástima que jamás se enteró de que Pandora fue la afortunada ganadora de la moneda, y de que la utilizó ese día, para pagar el combustible de su auto.
Comentarios:
¡Gracias por leer!
Una vez más estamos en este pequeño especial de Año Nuevo; en esta ocasión, los protagonistas de las historias serán los espectros, para tener un poco de variación y darle un poco de amor a personajes que a menudo olvidamos.
Como dato final, la vasilopita es un pan o pastel que se suele elaborar para Año Nuevo en Grecia, Usualmente se come el primer día del primer mes del año, y tiene como característica especial que se suele meter una moneda en él, con la idea de que quien se la saque tendrá un año lleno de buena suerte. La vasilopita típica está elaborada con levadura y aromatizada con mastija (resina de lentisco) y especia mahalepi (especia aromática hecha a partir de las semillas del cerezo de Santa Lucía, planta que se encuentra en el mediterráneo, centro de Europa y oeste de Asia); suele espolvorearse con azúcar glass (o en polvo) o chocolate. Los números del año nuevo suelen escribirse sobre ella con almendras, chocolate, mazapán o, más tradicionalmente, granos de granada.
¡Feliz año nuevo a todos! Espero que para todos, este año sea mejor que el anterior, lleno de buenos momentos y muchas bendiciones.
