Capítulo 2: Negociaciones incómodas
Dentro de la casa, el ambiente estaba cargado de tensión. Kagome estaba sentada en la sala, con las manos entrelazadas y la mirada fija en el suelo. Había algo intimidante en la manera en que Inuyasha se movía por el lugar, inspeccionando su nuevo hogar. Él caminaba con confianza, hablando por teléfono con Myoga.
Inuyasha:(por teléfono) "¿Todo está en orden con los papeles? No quiero problemas legales después de pagar tanto por esta casa."
Del otro lado de la línea, Myoga respondió con su habitual tono profesional.
Myoga:"Todo está perfectamente en regla, señor Taisho. La venta fue legítima, y no hay ninguna complicación. ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarle?"
Inuyasha:(frunciendo el ceño) "¿Estás seguro? Porque parece que la antigua dueña no está muy convencida."
Myoga:(con firmeza) "Le aseguro que no hay irregularidades. Si ella tiene algún problema, deberá resolverlo legalmente. Nosotros no estamos involucrados."
Inuyasha colgó, soltando un suspiro pesado. Caminó hasta el sofá donde estaba Kagome y, con una actitud engreída, se dejó caer en el sillón contiguo.
Inuyasha:(mirándola de reojo) "No hay nada malo con la venta. Todo está en orden. ¿Cuál es el problema?"
Kagome levantó la vista lentamente, sus ojos reflejaban tristeza y determinación.
Kagome:"El problema es que yo no quería vender esta casa. Todo ha sido un malentendido."
Inuyasha:(arqueando una ceja) "¿Un malentendido? Yo pagué mucho por esta casa. ¿Cómo piensas solucionarlo?"
Kagome, nerviosa pero decidida, se metió la mano en el bolsillo y sacó una pequeña USB. Se la extendió con ambas manos mientras lo miraba con seriedad.
Kagome:"Toma esto. Es mi última historia. Soy escritora en internet. Te cedo los derechos de autor de esta obra y te pagaré el resto poco a poco."
Inuyasha la miró con incredulidad, su semblante reflejaba hastío mientras tomaba la USB sin mucho entusiasmo.
Inuyasha:(con tono sarcástico) "¿Y cómo piensas que esto cubrirá el costo de la casa? No tienes dinero, ¿cierto?"
Kagome apretó los puños, luchando por mantener la calma. Respiró profundamente antes de responder con voz melancólica.
Kagome:"Esta casa no es solo una casa. Fue diseñada y construida por mi padre… Mis padres fallecieron cuando yo era adolescente, y esto es lo único que me queda de ellos. Es una parte de quien soy."
Inuyasha, que hasta ese momento había mantenido su actitud indiferente, no pudo evitar mirarla con algo de lástima. Había algo en la sinceridad de sus palabras que tocó una fibra sensible en él, aunque trató de disimularlo.
Kagome:(con lágrimas contenidas) "Esta casa es todo para mí. No puedo dejar que me la quiten tan fácilmente."
El silencio llenó la sala. Inuyasha, aunque seguía con el semblante serio, estaba claramente afectado por lo que Kagome había dicho. Sostuvo la USB en sus manos, mirándola sin saber exactamente qué decir. Algo dentro de él le decía que esta mujer era más fuerte de lo que parecía.
Kagome miraba a Inuyasha con esperanza después de sus palabras. Con la USB todavía en su mano, le suplicó con un tono lleno de tristeza y vulnerabilidad.
Kagome:(con voz suave) "Por favor, piénsalo. Esta casa significa todo para mí."
Inuyasha dejó escapar una sonrisita irónica, pero no dijo nada. En lugar de eso, se levantó y caminó hacia la puerta.
Momentos después, Kagome estaba fuera de la casa. Inuyasha cerró la puerta detrás de ella, dejándola sola afuera. Kagome, desconcertada, se quedó de pie, pensando que tal vez reconsideraría. Sin embargo, Inuyasha abrió la puerta de nuevo, lo que hizo que Kagome sonriera ligeramente.
Kagome:(esperanzada) "¿Cambiaste de opinión?"
Pero Inuyasha no dijo nada. Simplemente sacó su maleta y bolso, tirándolos a un lado de ella antes de volver a cerrar la puerta sin más explicación. Kagome se quedó inmóvil, la sonrisa desvaneciéndose de su rostro mientras miraba la puerta cerrada.
Kagome se dejó caer al suelo, lágrimas corriendo por sus mejillas. Su maleta, al caer, se abrió, dejando algunas pertenencias esparcidas. Entre ellas, una foto familiar donde aparecía ella de niña, abrazada a sus padres. Kagome la tomó con manos temblorosas, apretándola contra su pecho mientras sollozaba.
Kagome:(murmurando) "Papá… mamá… ¿Qué voy a hacer ahora?"
Inuyasha salió de la casa vestido con ropa deportiva, listo para correr por los alrededores. Mientras cruzaba el porche, algo llamó su atención: Kagome estaba dormida en la banca de la entrada, envuelta en la chaqueta que llevaba puesta la noche anterior. Su expresión era pálida, y su respiración parecía algo pesada.
Inuyasha:(suspirando con frustración) "¿Otra vez tú? Oye, despierta."
Le dio un leve empujón en el hombro, pero Kagome no reaccionó. Inuyasha intentó nuevamente, esta vez levantando un poco la voz.
Inuyasha:"Kagome, ¡despierta! No puedes quedarte aquí."
Pero cuando tocó su frente, sintió que estaba hirviendo en fiebre. Su irritación inicial se transformó en preocupación.
Sin dudarlo, la cargó en brazos y la llevó dentro de la casa. La colocó con cuidado en el sillón de la sala y se quedó mirándola por un momento, indeciso. Finalmente, salió rápidamente al pueblo cercano en su auto.
Regresó con medicamentos y algunos suministros básicos. Al llegar, despertó a Kagome suavemente, aunque su tono seguía siendo brusco.
Inuyasha:"Despierta. Tienes que tomar esto."
Kagome abrió los ojos lentamentey se tomó el medicamento.
Inuyasha:"Vamos, te llevaré al hospital."
Kagome:"No necesito un hospital… Estoy bien."
Inuyasha:(exasperado) "¿Bromeas? Apenas puedes hablar."
Intentó cargarla de nuevo para llevarla al auto, pero Kagome reaccionó de manera instintiva, jalándole el cabello con fuerza.
Kagome:(gritando) "¡Déjame en paz! No necesito que me ayudes."
Inuyasha soltó un gruñido de frustración, apartándose de ella y frotándose la cabeza donde Kagome lo había jalado.
Inuyasha:(molesto) "¿Sabes qué? Haz lo que quieras."
Dejó el medicamento en la mesa y se fue hacia otra habitación para calmarse. Al pasar por la maleta de Kagome, su curiosidad lo llevó a abrirla. Dentro encontró algunas pertenencias simples: ropa vieja, un par de cuadernos y una agenda. Mientras hojeaba la agenda, una entrada llamó su atención.
"Día del fallecimiento de mis padres."
Inuyasha sintió un nudo en el estómago al leer esas palabras. Cerró la agenda con cuidado y miró el desorden dentro de la maleta. Sintió una empatía inesperada por ella, entendiendo un poco más el porqué de su lucha por la casa.
Regresó a la sala, donde Kagome seguía dormida en el sillón. Su respiración era tranquila, pero su expresión seguía mostrando cansancio. Sin decir nada, tomó una manta y la colocó suavemente sobre ella.
En un bar elegante con luces tenues y música tranquila de fondo, Koga y Kikyo estaban sentados en una mesa cerca del centro del lugar. Kikyo llevaba un vestido negro que realzaba su figura, mientras Koga estaba relajado, con una camisa casual que lo hacía destacar entre los demás.
Kikyo:(sonriendo) "Gracias por aceptar mi invitación. No esperaba que tu agenda estuviera tan llena, considerando que apenas llegaste a Corea."
Koga:(riendo ligeramente) "Soy ambicioso, Kikyo. Tengo muchas metas, y eso requiere tiempo y esfuerzo. Si me quedo quieto, siento que pierdo oportunidades."
Kikyo asintió, aunque en sus ojos se podía notar que hubiera deseado un poco más de su atención. Intentó mantener el interés en la conversación.
Kikyo:"¿Asistirás a tu propia fiesta de lanzamiento o también estarás demasiado ocupado para eso?"
Koga soltó una carcajada y se recargó en la silla, mirándola con diversión.
Koga:"Esa es buena. Te pregunto lo mismo: ¿vas a asistir?"
Kikyo:(tratando de hacerse la importante) "Lo pensaré."
Koga arqueó una ceja y negó con la cabeza, sonriendo.
Koga:"No es una invitación. Es una orden. Quiero que estés ahí."
Kikyo, aunque intentó ocultarlo, sonrió ante su tono autoritario. Había algo en él que la intrigaba y la hacía querer estar más cerca.
Sin embargo, mientras hablaban, Koga desvió su atención hacia una mujer sentada sola en el bar. La joven, que llevaba un vestido rojo, no dejaba de mirarlo con curiosidad.
Koga:(señalando discretamente con la cabeza) "¿Qué opinas de esa chica?"
Kikyo, sorprendida, lo miró sin saber qué decir. Su tono despreocupado la había desconcertado.
Kikyo:(dudando) "¿Qué… qué chica?"
Koga la miró directamente, como si no entendiera por qué estaba evitando la respuesta.
Koga:"La del bar. No ha dejado de mirarme desde que llegamos. ¿Qué piensas? ¿Debería ir a saludarla?"
Kikyo sintió cómo su estómago se encogía. No sabía qué responder sin parecer insegura, así que bajó la mirada y se disculpó rápidamente.
Kikyo:(con una sonrisa forzada) "Voy al baño. Regreso en un momento."
Se levantó con elegancia, caminando hacia el baño mientras intentaba recomponerse. El pensamiento de que Koga estuviera interesado en otra mujer la llenaba de tristeza, aunque no quería admitirlo.
Cuando Kikyo volvió a la mesa, notó que Koga ya no estaba. En su lugar, había una pequeña nota escrita con rapidez.
Nota:"Surgió algo urgente. Hablamos luego."
Kikyo frunció el ceño y, al mirar hacia el bar, se dio cuenta de que la mujer de vestido rojo tampoco estaba. Sus labios temblaron ligeramente mientras apretaba la nota en su mano.
Kikyo:(murmurando) "¿De verdad me dejaste por esa chica…?"
Trató de mantener la compostura mientras se sentaba de nuevo, pero sus ojos delataban su tristeza. Kikyo, que siempre había sido tan segura de sí misma, se sintió por primera vez desplazada y vulnerable.
En la sala de la casa, Kagome seguía dormitando en el sillón. Su rostro estaba enrojecido por la fiebre, y su respiración era pesada. Inuyasha, se encontraba cuidándola con una atención inusual. Se arrodilló junto a ella con un cuenco de agua fresca y una toalla en la mano.
Con cuidado, sumergió la toalla en el agua, la exprimió y la colocó suavemente sobre la frente de Kagome. Por un momento, observó su rostro. Había algo en su expresión vulnerable que lo hacía sentir extraño, como si viera un lado de ella que no esperaba.
Inuyasha:(murmurando) "Eres un desastre… ¿Cómo terminaste así?"
Mientras seguía cuidándola, Kagome dejó escapar unas palabras entre sueños, con una voz débil y quebrada.
Kagome:(susurrando) "Mamá… me duele…"
Inuyasha se congeló, sorprendido por lo que acababa de escuchar. Una pequeña lágrima rodó por la mejilla de Kagome. Sin pensarlo, Inuyasha la limpió con el dorso de su mano.
Inuyasha:(en voz baja) "¿De verdad tienes que hacer esto tan complicado…?"
Pero cuando Kagome se movió ligeramente, dejando escapar un gemido suave, Inuyasha se enderezó rápidamente, recuperando su habitual actitud distante. Se aclaró la garganta y, como si hablara con alguien completamente despierto, comenzó a dirigirse a ella.
Inuyasha:"Oye, ¿a quién puedo llamar para que venga por ti? Esto no es un hospital, y no puedo tenerte aquí para siempre."
Kagome, todavía atrapada en sus sueños febriles, apenas reaccionó. Sus labios se movieron débilmente, pero lo único que salió fue un nombre.
Kagome:(susurrando) "Mamá…"
Inuyasha la miró con el ceño fruncido, sintiendo una punzada de incomodidad y algo más profundo que no quiso admitir. Se levantó y caminó un par de pasos por la sala, mirando hacia la maleta de Kagome, que aún estaba abierta en el suelo.
Por unos momentos, consideró simplemente dejarla ahí y esperar a que se recuperara sola. Pero algo dentro de él lo detuvo. Suspiró y volvió a acercarse al sillón, tomando nuevamente el paño mojado para colocarlo con cuidado sobre su frente.
Inuyasha:(murmurando) "Supongo que no tienes a nadie más… ¿eh?"
Se quedó sentado junto a ella por un rato, observándola mientras su expresión de dolor se suavizaba levemente bajo sus cuidados.
Kagome despertó lentamente con los primeros rayos del sol que entraban por las ventanas. Se incorporó en el sillón, sintiendo que su fiebre había bajado, aunque todavía estaba un poco débil. Desde la sala, pudo escuchar una voz afuera: era Inuyasha hablando por teléfono en el jardín.
Curiosa, se quedó quieta, tratando de escuchar. La voz de Inuyasha sonaba molesta, casi al borde de la irritación.
Inuyasha:(por teléfono) "Myoga, ¿me puedes explicar cómo no investigaste mejor la casa? Tengo a la antigua dueña aquí, y créeme, eso es un problema."
Myoga:(del otro lado de la línea) "Señor Taisho, le aseguro que todos los papeles están en orden. No hay nada irregular."
Inuyasha:(frunciendo el ceño) "Que los papeles estén en orden no significa que no haya problemas. Si Kagome sigue aquí, algo no está bien con la situación. Esto no es lo que esperaba."
Kagome, al escuchar que hablaban de ella, se recostó rápidamente en el sillón y cerró los ojos, fingiendo que aún dormía. La puerta corrediza se abrió, y Inuyasha entró, todavía discutiendo por teléfono. Finalmente, colgó con un bufido molesto y caminó hacia la cocina.
En la estufa, había un caldo de pollo que Inuyasha había preparado la noche anterior. Tomó una bandeja y sirvió un plato, llevándolo con cuidado hacia la sala. Cuando llegó junto a Kagome, la observó por un momento antes de inclinarse ligeramente para despertarla.
Inuyasha:(en un tono inusualmente suave) "Oye… despierta. Tienes que comer algo."
Kagome abrió lentamente los ojos, y tan pronto como lo hizo, Inuyasha volvió a su habitual tono seco.
Inuyasha:"Tienes que comer. No voy a lidiar con alguien desmayándose aquí."
Kagome lo miró con cansancio y negó con la cabeza.
Kagome:"No tengo hambre. Tal vez más tarde."
Inuyasha:(cruzándose de brazos) "Haz lo que quieras. Pero deberías empezar a pensar en irte. No puedes quedarte aquí para siempre."
Kagome:(con una sonrisa débil) "Espero que tengas un buen día."
Inuyasha frunció el ceño, como si algo en su tono amable lo irritara más de lo habitual. Sin decir nada, tomó sus llaves y salió de la casa.
Apenas escuchó el auto de Inuyasha alejarse, Kagome se incorporó rápidamente, tomando el plato de caldo que había dejado en la mesa. Lo devoró con avidez, incapaz de contenerse. Habían pasado días desde que comía algo consistente, y su cuerpo lo agradecía con cada bocado.
Cuando terminó el caldo, su mirada se dirigió al refrigerador. Lo abrió y vio una abundancia de comida que no recordaba haber tenido nunca en esa casa. Sin pensarlo dos veces, comenzó a sacar golosinas, frutas, bocadillos y cualquier cosa que pudiera comer. Comió rápidamente y de manera desordenada, disfrutando de la sensación de saciar su hambre.
Las envolturas y paquetes vacíos se acumularon en la encimera de la cocina, y el refrigerador quedó con varios alimentos a medio comer. Kagome, satisfecha, dejó todo como estaba y corrió de regreso al sillón cuando escuchó el auto de Inuyasha llegando.
Inuyasha entró a la casa y subió directamente a su habitación para cambiarse. Cuando bajó, vio a Kagome recostada en el sillón, fingiendo estar dormida. Inuyasha esbozó una ligera sonrisa para sí mismo.
Inuyasha:(murmurando) "Supongo que ya está mejor."
Sin embargo, cuando llegó a la cocina, su expresión cambió por completo. La encimera estaba llena de paquetes vacíos, y el refrigerador mostraba el caos que Kagome había dejado atrás: envases abiertos, alimentos a medio comer, y restos de comida por todas partes.
Inuyasha:(indignado) "¿Qué demonios es esto?"
Regresó al sillón con pasos firmes, y sin dudarlo, habló para despertar a Kagome.
Inuyasha:"Oye, despierta."
Kagome abrió los ojos lentamente, fingiendo sorpresa.
Kagome:"Oh, no me di cuenta de que ya habías llegado…"
Inuyasha:(cruzándose de brazos) "Parece que ya te sientes mucho mejor, ¿no? Intenta levantarte."
Kagome, aún recostada, puso cara de malestar.
Kagome:(quejándose) "Creo que tengo náuseas… Me siento mal. Tal vez tenga que quedarme unos días más."
Inuyasha levantó una ceja, claramente viendo a través de su actuación.
Inuyasha:"No juegues conmigo. Más te vale que limpies la cocina antes de que pierda la paciencia contigo."
Kagome hizo un puchero y bajó la mirada, pero sabía que no tenía más opción. Mientras Inuyasha la miraba con frustración, también se preguntaba cómo había terminado con semejante caos en su vida.
Inuyasha bajó las escaleras con calma, aunque su mente seguía procesando el desastre que había encontrado en la cocina horas antes. Al llegar al comedor, vio a Kagome lavando los platos en la cocina. La escena lo sorprendió ligeramente, pero no lo demostró. En lugar de eso, tomó asiento en la mesa del comedor, que estaba junto a la cocina, y se inclinó hacia atrás, observándola con una expresión burlona.
Inuyasha:(con tono sarcástico) "¿Eres una vagabunda? Porque solo los vagabundos duermen afuera. Aunque, pensándolo bien, puede que seas la primera persona en agarrar un resfriado en pleno verano."
Kagome, que estaba concentrada en limpiar, apretó los dientes al escuchar sus comentarios. Dejó los platos a un lado, se giró hacia él con una mirada seria y cruzó los brazos.
Kagome:(molesta) "Ya te estás pasando de la raya. Tus comentarios no son graciosos."
Inuyasha sonrió de lado, como si sus palabras no lo afectaran. Sacó un sobre de su bolsillo y lo colocó sobre la mesa, deslizándolo hacia ella.
Inuyasha:(con tono firme) "Toma esto. Es para que busques un lugar donde quedarte. No puedes seguir aquí."
Kagome miró el sobre, confundida al principio, pero cuando entendió lo que era, su expresión cambió a una mezcla de ofensa y dolor. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas mientras levantaba la mirada hacia él.
Kagome:(indignada) "¿Crees que soy alguien de la calle pidiendo dinero? ¿Esto te hace sentir mejor? ¿Te hace sentir más poderoso que los demás? No tienes derecho a pisotearme de esta manera."
Inuyasha se quedó en silencio, sorprendido por la intensidad de sus palabras. Kagome respiró hondo, tratando de mantener la compostura mientras unas cuantas lágrimas resbalaban por sus mejillas.
Kagome:(con voz quebrada) "Eres la peor persona que he conocido."
Tomó el sobre y lo tiró con fuerza sobre la mesa frente a él. Luego, sin decir nada más, se giró y comenzó a recoger sus cosas.
Inuyasha:(levantándose rápidamente) "Oye, espera. Toma el dinero. Te arrepentirás después."
Kagome lo ignoró y siguió caminando hacia la puerta con su bolso y maleta. Inuyasha la siguió, tratando de detenerla.
Inuyasha:(molesto) "No seas terca. Estoy intentando ayudarte."
Kagome, sin voltear, continuó caminando, abriendo la puerta y saliendo de la casa. Inuyasha la observó desde el umbral mientras ella se alejaba lentamente por el camino. La tensión en su pecho aumentaba con cada paso que daba, hasta que finalmente, frustrado, cerró la puerta de un golpe, pateándola en el proceso.
Se quedó quieto por un momento, con la mirada fija en el suelo. Las palabras de Kagome resonaban en su mente, haciéndolo sentir algo que no entendía del todo: culpa.
Inuyasha:(murmurando) "¿La peor persona que ha conocido…? ¿De verdad lo soy?"
Después de media hora, Inuyasha seguía sentado en el sofá, mirando la puerta por donde Kagome había salido. Aunque intentaba convencerse de que había hecho lo correcto, sus pensamientos no lo dejaban en paz. Las palabras de Kagome seguían resonando en su cabeza: "Eres la peor persona que he conocido." Suspiró con frustración y, después de un momento de duda, tomó las llaves de su auto y salió de la casa.
Condujo hacia la parada de autobús más cercana, sabiendo que Kagome no tenía muchos lugares a donde ir. Al llegar, pudo verla sentada en la banca, con la maleta a un lado. Parecía perdida en sus pensamientos, abrazándose como si intentara protegerse del mundo.
Inuyasha pasó a un lado de ella, pero no se detuvo. En lugar de eso, siguió conduciendo lentamente, mirando por el retrovisor. Detrás de él venía un autobús. Observó cómo se detenía frente a Kagome, esperando que se subiera. Pero para su sorpresa, Kagome no se movió. El autobús continuó su camino, dejándola allí.
Inuyasha gruñó con molestia y dio una vuelta en U. Regresó y estacionó su auto frente a la parada, quedándose dentro por unos minutos. Desde su lugar, la observó: Kagome se veía tan pequeña y vulnerable sentada allí, con los hombros encorvados y la mirada fija en el suelo.
Finalmente, salió del auto, intentando mantener su actitud despreocupada. Se recargó en la puerta del auto, cruzándose de brazos, y le habló en un tono algo burlón.
Inuyasha:"¡Oye! ¿Qué haces?"
Kagome ni siquiera lo miró. Decidió ignorarlo por completo, lo que solo aumentó la irritación de Inuyasha.
Inuyasha:(alzando un poco la voz) "Te estoy hablando. ¿Qué haces ahí?"
Kagome:(girándose hacia él, molesta) "No es de tu incumbencia. Déjame en paz."
Inuyasha apretó los labios, tratando de ocultar la pequeña sonrisa que amenazaba con aparecer en su rostro. Aunque quería sonar indiferente, había algo en su actitud que lo hacía parecer casi divertido por la situación.
Inuyasha:(tratando de sonar desinteresado) "Sube al auto."
Kagome lo miró de reojo, claramente sin intención de obedecer. Su desinterés lo irritó aún más.
Inuyasha:(más firme) "Te dije que te subieras."
Kagome:(cruzándose de brazos) "¿Estás loco? ¿Por qué tendría que subirme a tu auto?"
Inuyasha respiró hondo, esforzándose por no responderle con enojo. En lugar de eso, intentó mantener su tono controlado, aunque no pudo evitar que sonara algo despectivo.
Inuyasha:"No te estoy llevando por caridad. Solo tengo curiosidad… Y además, ¿cuándo piensas pagarme lo que me debes?"
Kagome lo miró con incredulidad, pero notó un destello en su expresión, como si sus palabras no fueran tan serias como intentaba hacerlas sonar. Aunque no quería admitirlo, había algo en su tono que le hacía pensar que no la iba a dejar sola esa noche, pasara lo que pasara.
Inuyasha y Kagome entraron de nuevo a la casa. El ambiente era más relajado que antes, pero todavía había cierta tensión en el aire. Mientras Kagome dejaba su maleta a un lado, miró a Inuyasha con una pequeña sonrisa tímida.
Kagome:(en tono triste y haciendo puchero) "No creas que se me ha olvidado que te debo dinero."
Inuyasha, que estaba revisando su reloj, no pudo evitar una pequeña sonrisa al escucharla. Aunque intentó ocultarlo, era evidente que su comentario lo había tomado por sorpresa.
Inuyasha:(arqueando una ceja) "¿Cómo una mujer tan orgullosa puede usar eso como excusa? Si no tienes cómo pagar, entonces tendrás que pagar trabajando."
Kagome lo miró, sorprendida por lo que acababa de decir.
Kagome:"¿Trabajando? ¿Qué clase de trabajo?"
Inuyasha:(encogiéndose de hombros) "Nada complicado. Solo cosas del hogar. Quiero mi desayuno listo a las 7 de la mañana: arroz y sopa."
Kagome frunció el ceño, chistando con fastidio.
Kagome:"¿A las 7? ¿Por qué tan temprano? No tienes a dónde ir a esa hora."
Inuyasha:(cruzándose de brazos) "No cuestiones lo que digo."
Kagome rodó los ojos, pero se quedó en silencio. Inuyasha, viéndose satisfecho con su respuesta, continuó con su lista de reglas.
Inuyasha:"No me gusta el desorden. Quiero que todo esté reluciente. Ah, y tomo mi privacidad muy en serio. No salgas de tu cuarto si no te lo pido."
Kagome lo miró con los brazos cruzados, sin decir nada mientras él hablaba. Aunque su rostro estaba serio, sus ojos reflejaban claramente lo que pensaba de todo aquello.
Inuyasha:"Mientras puedas seguir estas reglas, puedes quedarte."
Kagome no respondió. Se quedó en silencio, mirando el suelo, mientras Inuyasha se dirigía hacia la puerta principal. Antes de salir, agregó con una voz firme.
Inuyasha:"Quiero que limpies la cocina, el baño y la sala, cuando regrese espero todo reluciente."
En cuanto Inuyasha cerró la puerta tras de sí, Kagome apretó los puños y soltó un pequeño grito de frustración.
Kagome:(hablando para sí misma) "¡Eres un cretino, Inuyasha! ¿Quién se cree que es?"
Suspiró profundamente, tratando de calmarse, y se dejó caer en el sillón.
Kagome, aunque seguía murmurando cosas sobre lo "cretino" que era Inuyasha, rápidamente se puso manos a la obra. Nunca antes había limpiado la casa con tanta dedicación, recorriendo cada rincón con esmero. Quitaba el polvo, lavaba los pisos y reorganizaba las cosas. Todo esto mientras pensaba en lo opuesto que era a Inuyasha: donde él era meticuloso y rígido, ella siempre había sido algo desordenada y relajada.
Kagome suspiró mientras colocaba un florero en su lugar, deteniéndose un momento para observar cómo, poco a poco, la casa comenzaba a brillar como nunca antes lo había hecho.
Kagome:(para sí misma) "No puedo creer que me esté convirtiendo en su sirvienta…
Inuyasha estaba en una tienda elegante, una que frecuentaba a menudo. Kikyo, además de ser su amiga, era su estilista personal. Estaba detrás de él, evaluándolo mientras él se probaba un conjunto que ella había elegido: una chaqueta ajustada en tono oscuro, con un pantalón perfectamente entallado. A pesar de lo impecable que lucía, Inuyasha estaba notablemente más serio de lo habitual.
Kikyo, al notar su expresión, se acercó con un toque de preocupación en su voz.
Kikyo:"¿Qué pasa? ¿No te gusta?"
La voz de Kikyo lo sacó de sus pensamientos. Había estado pensando en Kagome, en las palabras que ella le había dicho y en lo extraño que era tenerla en su casa.
Inuyasha:(sacudiendo la cabeza) "No, no es eso. Traigo muchas cosas en la cabeza, pero nada serio."
Kikyo lo miró por un momento, claramente desconfiando de su respuesta, pero decidió no insistir. En lugar de eso, cambió el tema, señalando el conjunto que él llevaba puesto.
Kikyo:"¿Cuándo piensas usar esto?"
Inuyasha:(encogiéndose de hombros) "Para la fiesta de lanzamiento de la empresa de Koga."
Kikyo se tensó ligeramente al escuchar el nombre de Koga. Aunque trató de mantener la compostura, su molestia era evidente.
Kikyo:(con un tono distante) "Yo no voy."
Inuyasha:(frunciendo el ceño) "¿Por qué no? Pensé que te interesaría."
Kikyo:(con una leve sonrisa irónica) "¿Por qué tendría que ir? Por cierto, me iré a Nueva York de nuevo para seguir estudiando."
Las palabras de Kikyo tomaron a Inuyasha por sorpresa. Se giró hacia ella, claramente desconcertado.
Inuyasha:"¿Nueva York? ¿Por qué tan repentino?"
Kikyo se cruzó de brazos, su expresión se volvió más seria.
Kikyo:"No es repentino, Inuyasha. Llevo tiempo pensándolo. Sólo estaba esperando el momento adecuado."
Inuyasha se quedó en silencio por unos segundos, procesando lo que acababa de escuchar. Finalmente, habló con un tono más bajo, casi como si no quisiera saber la respuesta.
Inuyasha:"¿Cuándo piensas volver?"
Kikyo lo miró directamente a los ojos, su voz teñida de tristeza pero también de determinación.
Kikyo:"No lo sé. Tal vez nunca vuelva."
La confesión dejó a Inuyasha inmóvil por un momento. Aunque intentó mantener su expresión neutral, era evidente que las palabras de Kikyo habían tenido un impacto en él. Kikyo, por su parte, se giró para ordenar algunas prendas, dándole tiempo para asimilar la noticia.
Inuyasha salió de la tienda de ropa con la mente completamente ocupada en las palabras de Kikyo. La idea de perderla definitivamente era algo que no estaba dispuesto a aceptar. Decidido, se dirigió a una joyería cercana, con la firme intención de dar el paso que había postergado durante tanto tiempo.
Al entrar, las vitrinas llenas de joyas brillantes reflejaban la luz de los focos, creando un ambiente elegante y opulento. Inuyasha recorrió con la vista los estantes hasta que algo captó su atención: un anillo de compromiso con un diseño clásico pero sofisticado, con un diamante en el centro que parecía capturar la luz de una manera especial.
Empleado:(con una sonrisa) "¿Busca algo en particular, señor?"
Inuyasha:(sin apartar la mirada del anillo) "Quiero lo mejor que tengan. No importa el precio."
Mientras el empleado envolvía cuidadosamente el anillo, Inuyasha respiró profundamente. Esta vez, no dejaría que Kikyo se alejara sin intentarlo todo para estar a su lado.
Kagome, sentada en la mesa del comedor, tenía un cuaderno frente a ella y un lápiz en la mano. Estaba intentando calcular cuánto tiempo tendría que trabajar para pagarle a Inuyasha por lo del avión y el hotel.
Kagome:(murmurando mientras hacía cuentas) "Si limpio la casa todos los días, cocino y hago todo lo que me pidió… Esto me llevaría… ¡52 días!"
Dejó escapar un grito ahogado y se dejó caer contra el respaldo de la silla, mirando al techo con desesperación.
Kagome:(murmurando) "A este punto, es mejor dejar de existir…"
En ese momento, alguien llamó a la puerta. Kagome se levantó lentamente, suspirando, y abrió para encontrarse con el cartero.
Cartero:"¿Es usted Higurashi Kagome?"
Kagome:"Sí, soy yo."
Cartero:"Tengo un documento para usted. Por favor, firme aquí."
Kagome tomó el sobre con curiosidad y firmó. Al abrirlo, su corazón dio un vuelco: era un documento del banco donde supuestamente había solicitado un préstamo. Sus manos temblaron mientras revisaba la información.
Kagome:(murmurando) "Esto no puede ser… Ya sé quién hizo esto."
Sin pensarlo dos veces, salió apresuradamente hacia el banco.
Kagome llegó al banco con el documento en mano, claramente molesta. Se dirigió al banquero que había atendido sus cuentas en el pasado, un hombre mayor con una mirada tranquila.
Banquero:(sonriendo) "Señorita Higurashi, ¿en qué puedo ayudarla?"
Kagome:(levantando el documento) "Esto es injusto. ¡Yo no pedí este préstamo! Sé que fue Miroku."
El banquero frunció el ceño, sorprendido por su acusación.
Banquero:"¿Miroku? ¿El joven que trabajaba aquí? No sabía que fuera ese tipo de persona…"
Kagome estaba a punto de responder cuando el banquero continuó, como si recordara algo importante.
Banquero:"Ahora que lo menciona, había escuchado que dejó a una chica embarazada. Uno de mis compañeros lo vio en un ginecólogo hace unas semanas."
Kagome, sorprendida, se inclinó hacia el banquero con interés.
Kagome:"¿Un ginecólogo? ¿Dónde está ese lugar?"
El banquero, aunque un poco desconcertado por la pregunta, tomó un momento para buscar en sus registros personales.
Banquero:"Creo que fue en la clínica 'Fujisaki'. Está cerca del centro. ¿Por qué lo pregunta?"
Kagome no respondió. Su mente estaba trabajando a toda velocidad mientras tomaba la dirección de la clínica. Tenía la esperanza de encontrar respuestas sobre lo que realmente había pasado con Miroku y Sango.
Era muy tarde, y la casa estaba en completo silencio. Kagome estaba en su habitación, tumbada en la cama, pero no lograba dormir. Su garganta estaba seca, así que decidió levantarse para buscar agua. Caminó cuidadosamente hacia la puerta y abrió con cuidado, asegurándose de no hacer ruido.
Notó una luz encendida en la cocina. Se detuvo un momento, escondiéndose detrás de la pared, y pudo ver a Inuyasha dando vueltas por la cocina con una expresión pensativa. Estaba claramente absorto en sus pensamientos, murmurando para sí mismo mientras se apoyaba contra la encimera.
Inuyasha:(hablando para sí mismo) "No quiero que te vayas… ¿No puedes estar conmigo?"
Inuyasha hizo una mueca y negó con la cabeza.
Inuyasha:"No, eso suena demasiado cursi."
Kagome, curiosa, se acercó un poco más, pisando con cuidado para no hacer ruido. Inuyasha seguía sin notar su presencia.
Inuyasha:(ensayando otro tono) "Me gustas mucho, te amo…"
Hizo otra pausa, frustrado, y se apoyó contra la encimera, suspirando profundamente.
Inuyasha:"No… tampoco. A ver… 'Te he amado por tanto tiempo, ¿no podrías estar conmigo? ¿Te casarías conmigo?'"
Kagome, que había escuchado todo, no pudo evitar contener una pequeña risa. Decidió jugarle una broma y habló desde las sombras.
Kagome:(con tono juguetón) "Sí. Me casaré contigo."
Inuyasha se sobresaltó al escucharla, girándose rápidamente para verla. Kagome estaba parada al pie de las escaleras, con una sonrisa traviesa en su rostro.
Inuyasha:(visiblemente nervioso) "¿Qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar en tu habitación?"
Kagome:(cruzándose de brazos) "Solo vine por un poco de agua. ¿Y tú qué haces? ¿Ensayando líneas para una película?"
Inuyasha trató de recuperar su compostura y desvió la atención, ajustándose el cabello con una actitud despreocupada.
Inuyasha:"Eso no te incumbe."
Kagome caminó hacia el fregadero para servirse agua, sin borrar la sonrisa de su rostro.
Kagome:"Por cierto, mañana tengo que ir a un lugar importante. Tal vez llegue tarde, así que tendrás que encargarte de tu propia cena."
Inuyasha la miró con curiosidad, apoyándose contra la encimera otra vez.
Inuyasha:"¿A dónde tienes que ir?"
Kagome:(volviéndose hacia él con una sonrisa) "No necesitas saberlo. ¿No que tu privacidad era tan importante? Bueno, la mía también lo es."
Inuyasha frunció el ceño, pero no respondió de inmediato. Kagome se giró para salir de la cocina, pero antes de irse, añadió algo más.
Kagome:"Por cierto, ¿es para una película? Porque ese diálogo era terriblemente infantil."
Inuyasha apretó los labios, claramente molesto pero sin querer mostrarlo.
Inuyasha:"Eso no es asunto tuyo."
Kagome se detuvo en la puerta, girándose para imitarlo dramáticamente, levantando las manos en el aire como si estuviera en una escena de teatro.
Kagome:(con un tono exagerado) "¡Te amo! ¿Te casarías conmigo?"
Inuyasha soltó un gruñido frustrado, pero no pudo evitar una leve sonrisa al verla reír mientras subía las escaleras.
Inuyasha:(murmurando para sí mismo) "¿Qué voy a hacer contigo?"
Kagome, ya en su habitación, cerró la puerta con una sonrisa, sintiéndose victoriosa por haberlo sacado de su zona de confort, aunque solo fuera un poco.
En el consultorio del ginecólogo, Sango y Miroku salían con una expresión de alivio. La consulta había sido buena, y el médico les había confirmado que el embarazo iba por buen camino. Ambos se miraron con una sonrisa, disfrutando del momento.
Sango:(acariciando su vientre) "Estoy tan feliz, Miroku. Todo está saliendo bien."
Miroku:(asintiendo) "Lo sabía. Este bebé es tan fuerte como su madre."
Sin embargo, al girar en un pasillo, ambos se detuvieron en seco al ver una figura conocida. Kagome estaba apoyada contra la pared, con los brazos cruzados y una sonrisa sarcástica en el rostro.
Kagome:(con voz tranquila pero cargada de ironía) "Ha pasado mucho tiempo sin verlos, queridos amigos."
Sango y Miroku intercambiaron miradas de pánico, sin moverse. Sus rostros palidecieron mientras Kagome los observaba con calma, pero con un evidente aire de reproche.
Kagome dio un paso hacia ellos, y Miroku, intentando salvar la situación, tomó la palabra.
Miroku:(sonriendo nervioso) "¡Kagome! No sabíamos que estabas aquí. Bueno, ya sabes, cuando tú no estabas tuvimos que mudarnos…"
Kagome:(interrumpiéndolo, aún sonriendo) "Oh, claro. Seguro que tenían sus razones. ¿Por qué no vamos a un lugar tranquilo para hablar? Seguro que hay mucho que contar."
Sango y Miroku se miraron, claramente incómodos. Miroku, con un suspiro resignado, se volvió hacia Sango.
Miroku:(en un susurro) "Sanguito… corre."
Sango:(sorprendida) "¿Qué?"
Miroku:(gritando) "¡Corre!"
Ambos salieron corriendo por el pasillo, dejando a Kagome momentáneamente perpleja. Pero no tardó en reaccionar y salió detrás de ellos.
Kagome:(gritando) "¡Regresen aquí! ¡Deténganse!"
La persecución continuó por varias calles. Miroku y Sango corrían con todas sus fuerzas, mientras Kagome los seguía de cerca, gritando y exigiendo respuestas. Pasaron por un mercado, esquivando puestos y personas, causando un pequeño caos a su paso.
Kagome:(jadeando) "¡Miroku, Sango, deténganse! ¡No pueden escapar para siempre!"
Miroku, que iba ligeramente delante de Sango, tropezó con una caja en medio de la acera y cayó al suelo. Kagome no perdió la oportunidad. Lo alcanzó rápidamente y lo agarró del cabello, tirando de él con fuerza mientras le daba pequeños golpes en la espalda.
Kagome:(gritando) "¡Esto es por todo lo que me hicieron pasar! ¡No tienen vergüenza!"
Miroku intentaba cubrirse, pero su expresión reflejaba tanto dolor como arrepentimiento.
Miroku:(gritando) "¡Sango, ayuda!"
Sango, desesperada por sacarlo de esa situación, se llevó una mano al vientre y fingió sentirse mal.
Sango:(con voz débil) "Kagome… ¡el bebé! Me siento mal…"
Kagome se detuvo de inmediato, soltando a Miroku y corriendo hacia Sango con preocupación.
Kagome:(alarmada) "¡Sango! ¿Estás bien? ¡Voy a buscar un taxi!"
Kagome comenzó a buscar un taxi con urgencia. Finalmente, logró detener uno y, con cuidado, ayudó a Sango a acercarse al vehículo. Miroku se apresuró a subir al asiento trasero con ella.
Kagome:(hablando al conductor) "Llévenos al hospital más cercano."
Sin embargo, tan pronto como Miroku y Sango estuvieron dentro del taxi, el vehículo arrancó, dejando a Kagome sola en la calle. Se quedó inmóvil por un momento, mirando cómo el auto se alejaba.
Todo llegó de repente: la frustración, la tristeza, la traición. Kagome se dejó caer de rodillas en la acera, cubriéndose el rostro con las manos mientras las lágrimas comenzaban a brotar.
Kagome:(sollozando) "¿Cómo pudieron hacerme esto…? ¿Por qué…?"
Las personas que pasaban cerca la miraban con curiosidad, pero Kagome no les prestó atención. En ese momento, estaba completamente sumida en su dolor, preguntándose cómo había llegado a ese punto de su vida.
La noche ya había caído, y el restaurante estaba completamente vacío, salvo por una mesa elegantemente dispuesta. Inuyasha había pagado para que no hubiera nadie más. Las velas en cada mesa proyectaban una luz suave, creando un ambiente íntimo y romántico. El aire estaba cargado de anticipación, y Inuyasha, aunque calmado por fuera, no podía ocultar la emoción que sentía al estar allí con Kikyo.
Finalmente, Kikyo llegó. Al entrar, se detuvo por un momento al ver lo vacío del lugar, pero la expresión en su rostro no cambió.
Kikyo:(mirando a su alrededor) "¿Por qué está tan vacío? ¿Se te olvidó hacer una reserva o algo?"
Inuyasha, sonriendo ligeramente, la miró mientras se levantaba de su asiento para darle la bienvenida.
Inuyasha:(con tono despreocupado) "No lo sé. Ni siquiera lo había notado."
Mientras se sentaban, en la cocina, los meseros y cocineros cuchicheaban entre ellos. Sabían que Inuyasha había planeado algo importante para esa noche, y los rumores corrían rápido.
Mesero 1:(en voz baja) "¿Escuchaste? El actor famoso le va a pedir matrimonio a la chica que acaba de llegar. ¡Qué romántico!"
Mesero 2:(emocionado) "¡Sí, sí! Nos dijeron que al momento del postre, tenemos que llevar el anillo de compromiso en la bandeja."
Una de las meseras, visiblemente emocionada por la noticia, sacó su teléfono y llamó a un periódico famoso para contarles lo que estaba pasando.
Mesera:(por teléfono) "¡Tienes que venir rápido! El actor famoso va a pedirle matrimonio aquí mismo, en este restaurante."
Kikyo, al sentarse frente a Inuyasha, no pudo evitar sentirse un poco incómoda por la atmósfera tan tranquila y privada.
Kikyo:(mirando alrededor) "Es raro estar aquí, solo nosotros dos y todo tan vacío."
Inuyasha la miró fijamente, sin cambiar su actitud, pero su mente estaba fija en lo que quería decirle. Aun así, decidió esperar el momento adecuado.
Kikyo:(con voz curiosa) "¿Qué querías decirme?"
Inuyasha sonrió suavemente, sabiendo que aún no era el momento.
Inuyasha:"Te lo diré cuando llegue el postre."
Kikyo, al ver que Inuyasha no parecía querer hablar de inmediato, insistió.
Kikyo:(mirándolo fijamente) "Por favor, dime ahora. No quiero esperar."
Inuyasha suspiró, pero decidió finalmente hablar.
Inuyasha:(con voz más seria) "Con respecto al viaje a Nueva York... No quiero que te vayas."
Kikyo, al escuchar sus palabras, levantó una ceja, claramente divertida por la situación. La risa en su tono fue casi burlona.
Kikyo:(sonriendo de forma sarcástica) "¿No quieres que me vaya? ¿Eso es todo? ¿Debería quedarme solo porque no quieres que me vaya?"
Inuyasha, sintiendo que su orgullo comenzaba a entrar en juego, trató de mantener su compostura. Sin embargo, las palabras parecían escapar de su boca antes de poder controlarlas.
Inuyasha:"Si quieres, ve. Diviértete mucho."
Un silencio incómodo llenó el aire por un momento. Inuyasha trató de seguir controlando la situación, pero no pudo evitar mostrar cierto malestar en su rostro.
Inuyasha:(con tono más suave) "Solo... me gustaría que lo pensaras. Quiero decirte algo más, algo importante."
Antes de que pudiera decir más, el teléfono de Kikyo sonó. Ella rápidamente contestó, y su semblante cambió al instante a uno mucho más alegre.
Kikyo:(sonriendo) "Sí, claro. En un momento te veo."
Al colgar, miró a Inuyasha, que aún estaba sentado frente a ella, con una mezcla de incomodidad y expectación.
Kikyo:(con tono calmado) "Es Koga. Me invitó a salir. Así que, gracias por la cena, pero me voy."
Inuyasha, atónito por la abrupta despedida, se levantó de inmediato y se acercó a Kikyo, con un tono demandante en su voz.
Inuyasha:(agarrándola del brazo) "¡Espera! Necesito hablar contigo."
Kikyo se giró hacia él, su mirada serena pero con una ligera molestia por su insistencia.
Kikyo:(suavemente) "No puedo quedarme. Tengo que irme."
Inuyasha:(con voz más fuerte) "¡No puedes hacer esto! ¡Dime que no te vas con él!"
Kikyo:(tranquilamente) "¿Estás borracho o qué? ¿Por qué me estás gritando?"
Inuyasha, cegado por la frustración, no podía soportarlo más.
Inuyasha:(demandante) "¿Estás enamorada de Koga?"
Kikyo lo miró por un largo momento, sorprendida por su pregunta, pero finalmente, con una sonrisa desafiante, respondió.
Kikyo:(sin dudar) "Sí, Inuyasha. Estoy enamorada de Koga. Y voy a hacer que se enamore de mí."
La respuesta de Kikyo hizo que Inuyasha se quedara paralizado. No sabía qué decir ni cómo reaccionar. Sintió una mezcla de enojo y tristeza, pero su orgullo no le permitió mostrar nada más.
Kikyo:(con calma) "Gracias por preocuparte, pero me tengo que ir. Nos vemos."
Sin más, Kikyo se alejó, dejándolo allí, inmóvil, con un torbellino de emociones. Inuyasha, aún sin poder procesar completamente lo que acababa de suceder, la observó alejarse. Algo dentro de él se rompió, pero no sabía cómo lidiar con esa sensación.
Inuyasha regresó a casa con el anillo de compromiso en la mano, su rostro marcado por la frustración y la derrota. No había podido hacer nada para cambiar lo que había sucedido con Kikyo, y ahora, con el anillo en su poder, se sentía más solo que nunca. Tiró el anillo al bote de basura de la oficina y se quedó parado frente al ventanal, mirando al vacío mientras tomaba una cerveza. El peso de sus decisiones lo aplastaba, pero no encontraba una salida clara.
En ese momento, Kagome llegó a la casa, notando que las luces estaban apagadas y la atmósfera era densa.
Kagome:(en voz baja) "¿Qué haces aquí parado en la oscuridad?"
Inuyasha no respondió de inmediato, simplemente continuó mirando por el ventanal, tomándose la cerveza. Kagome, al no recibir respuesta, giró para subir las escaleras, pero se detuvo y volvió a mirarlo con curiosidad.
Kagome:(con una ligera sonrisa) "¿Tienes más cerveza?"
Inuyasha la miró por un momento, y aunque no estaba de humor para hablar, no dijo nada. Apenas un gesto hacia la mesa, donde había algunas cervezas más. Kagome se acercó y se sentó en el comedor, uno frente al otro. El ambiente estaba pesado, pero ambos sabían que había cosas que no se podían dejar sin decir.
En silencio, Kagome tomó una cerveza y la abrió. Después de un largo trago, comenzó a hablar, rompiendo el silencio.
Kagome:"Miroku y Sango... Ellos fueron mis amigos durante 15 años, no uno, ni dos, ¡15 años! ¿Cómo pudieron hacerme esto?"
Inuyasha, aunque trataba de disimular su interés, no podía evitar sentir algo por el dolor en la voz de Kagome. No le gustaba ver cómo sus palabras la destrozaban.
Kagome:(mirando al vacío) "Se supone que éramos mejores amigos, ¿cómo pudieron hacerme esto? Ellos sabían que esta casa era lo único que tenía, no tengo a dónde más ir. Y ahora, me la quitan."
Inuyasha la observó, sintiendo una mezcla de tristeza y frustración, pero también empatía. Kagome dejó escapar un suspiro, y con un tono un poco más suave, continuó.
Kagome:(con voz quebrada) "¿Cómo pudieron hacerme esto si yo confiaba en ellos?"
Inuyasha, sin pensarlo, tomó otra cerveza y la puso frente a Kagome. Le dio un leve toque en el brazo, un gesto que, aunque sencillo, mostraba que entendía su dolor.
Un silencio pesado se hizo presente, hasta que Kagome, con su mirada aún triste, trató de cambiar de tema.
Kagome:(mirando a Inuyasha) "¿Y cómo te fue en tu día de filmación? ¿Todo salió bien?"
Inuyasha, inicialmente confundido por la pregunta, recordó de inmediato lo que había sucedido la noche anterior y se ajustó en su asiento.
Inuyasha:"Sí, bien. No fue nada fuera de lo normal."
Kagome:(curiosa) "¿De qué trataba la película?"
Inuyasha, sin querer entrar en demasiados detalles, pensó por un momento antes de responder.
Inuyasha:"Es sobre un hombre que ha estado enamorado de una mujer durante mucho tiempo. La mujer decide irse lejos, y el hombre decide proponerle matrimonio antes de que se vaya. Le dice que no se vaya, que la ama mucho..."
Kagome, al escuchar la historia, se inclinó un poco hacia adelante, sintiendo una conexión con lo que Inuyasha decía.
Kagome:(pensativa) "Pero no alcanza a decírselo porque ella ama a alguien más."
Inuyasha, sorprendido por lo acertado de su comentario, la miró con los ojos entrecerrados.
Inuyasha:(confuso) "¿Cómo sabes eso?"
Kagome, orgullosa, sonrió mientras tomaba otro trago de cerveza.
Kagome:"Porque soy escritora."
Inuyasha levantó una ceja, visiblemente impresionado por su respuesta.
Inuyasha:(desconcertado) "No sé cómo escribir. Nunca me ha interesado."
Kagome sonrió levemente, disfrutando de la ligera conversación. Pero, antes de que pudiera seguir, Inuyasha la interrumpió.
Inuyasha:"¿Y después qué pasa en la película?"
Kagome, tomando un momento para continuar, comenzó a relatar con más entusiasmo.
Kagome:"El hombre no podía renunciar a ella, porque ella era su todo. No podía vivir sin ella. Pero tampoco podía confesar lo que sentía, porque tenía miedo de perderla para siempre. En cambio, acepta el dolor... Amar a alguien no siempre significa ser feliz. Al final, decide que es mejor dejarla ir."
Inuyasha la escuchaba, y mientras lo hacía, se dio cuenta de lo mucho que se parecía la historia a lo que él sentía por Kikyo. Su corazón se aceleró por un momento, pero intentó ignorarlo.
Inuyasha:(con voz baja) "¿Y luego qué pasa?"
Kagome sonrió mientras continuaba con su historia.
Kagome:"El hombre se va en un largo viaje en barco. En su camino, se encuentra con una tormenta que lo hace naufragar en una isla desierta. La isla está llena de frutas exóticas y tesoros escondidos. Una mujer guarda costa lo salva, y él se enamora de ella. El hombre se da cuenta de lo impredecible y profunda que es la vida…"
Kagome terminó la historia, mirando a Inuyasha con una sonrisa satisfecha.
Kagome:"¿Ves? ¡Soy buena escritora!"
Inuyasha, al principio interesado por saber cómo resolver su propia situación, terminó sintiéndose decepcionado por el giro que la historia había tomado. La historia de amor parecía idealizada, y eso no era lo que él estaba buscando en ese momento.
Inuyasha:(hastiado) "Ya basta, Kagome. Mejor ve a dormir."
Se levantó de la mesa y subió hacia su habitación, pero no sin antes echar un vistazo hacia abajo. Desde el balcón interior, vio a Kagome limpiando la mesa y recogiendo las cervezas vacías. Aunque su actitud era indiferente, no pudo evitar sonreír ligeramente al ver que, a pesar de todo lo que había pasado, Kagome no se sentía completamente derrotada.
Por primera vez en mucho tiempo, Inuyasha se dio cuenta de que, tal vez, no estaba tan solo como pensaba.
Al día siguiente, Kagome se encontraba un poco más animada. Después de todo lo que había pasado, había decidido que no iba a dejar que su situación la derrotara. Estaba en la cocina, imprimiendo el escrito que acababa de terminar, cuando de repente, algo llamó su atención. En la papelera, vio una pequeña caja. La abrió con curiosidad, y al ver lo que había dentro, su rostro se iluminó ligeramente. Era un hermoso anillo de compromiso, brillante y bien diseñado.
Kagome, sorprendida, tomó el anillo entre sus manos. Decidió probárselo y, para su sorpresa, le quedó perfecto. Observó cómo la luz se reflejaba en el diamante y, por un momento, se olvidó de todo lo demás.
Kagome:(sonriendo suavemente) "¿Qué hará Inuyasha con esto?"
Más tarde, Inuyasha estaba sentado en la mesa del comedor, esperando que Kagome le sirviera la comida. Ella, con una actitud un poco más animada, le puso el plato al frente, esperando ver su reacción.
Kagome observó con atención mientras Inuyasha probaba el platillo. Sin embargo, la cara de disgusto que puso al primer bocado la dejó desconcertada.
Kagome:(preocupada) "¿No te gusta?"
Inuyasha:(poniendo una cara de desagrado) "¿Esto es sopa o estofado?"
Kagome:(sonriendo con sarcasmo) "Puede ser sopa o estofado, es un platillo multifacético."
Inuyasha no pareció impresionado y siguió mirando el plato, buscando una forma de evadir la conversación. Pero justo en ese momento, Kagome sacó el anillo de su delantal y lo mostró con una sonrisa.
Kagome:(jugueteando con el anillo) "Por cierto, ¿vas a tirar esto? Lo encontré en la basura."
Inuyasha, al ver el anillo, se quedó serio. Su expresión cambió, y su tono de voz se volvió más firme.
Inuyasha:(sin mirarla) "Tíralo."
Kagome lo miró, sorprendida por su respuesta, pero no dejó de sonreír.
Kagome:(fingiendo incredulidad) "¿De verdad lo vas a tirar? ¿Cómo puedes hacer eso? Es un desperdicio. ¿Cómo podrías tirar algo tan valioso?"
Inuyasha se sintió molesto al recordar lo que el anillo representaba. Su reacción fue casi automática.
Inuyasha:(con firmeza) "Haz lo que te digo, tíralo."
Kagome, sin dejarse intimidar, insistió.
Kagome:(burlona) "Si tú no lo quieres, yo sí."
Inuyasha, molesto por la insistencia de Kagome, le arrebató el anillo. Sin decir palabra, lo lanzó con fuerza hacia el jardín a través de las puertas corredizas que se encontraban abiertas, viendo cómo el anillo caía en el césped. Se quedó mirando hacia afuera, con los puños apretados, intentando calmarse.
Kagome:(mirando hacia la puerta) "Eres raro, ¿sabías eso? No puedo entender por qué haces esas cosas."
Inuyasha no respondió. Estaba demasiado molesto por lo que el anillo representaba para él. Kagome, viendo que la conversación había llegado a su fin, se levantó y comenzó a recoger sus cosas.
Kagome:(levantándose) "Bueno, me voy. Te encargarás de tu lonche, ¿verdad? Yo tengo que salir."
Inuyasha ni siquiera levantó la vista de su plato. Estaba perdido en sus pensamientos, recordando la frustración y la tristeza que sentía por lo que había ocurrido con Kikyo y el significado que tenía ese anillo para él.
Al ver que Kagome se dirigía hacia la puerta, Inuyasha finalmente habló, aunque su tono seguía siendo distante.
Inuyasha:(sin mirarla) "Sí, ya veré qué hago con mi comida."
Kagome, al escuchar su respuesta, dejó escapar un suspiro y salió por la puerta, dejando a Inuyasha solo con sus pensamientos. Mientras se alejaba, se preguntaba qué haría con todo lo que había descubierto, tanto sobre él como sobre ella misma.
Kagome regresó a casa después de un día agotador. Había visitado varias editoriales intentando vender su escrito, pero todas las respuestas fueron negativas. Con el ánimo por los suelos, se detuvo frente a la entrada de la casa y vio un periódico tirado en el suelo. Lo recogió y, al abrirlo, sus ojos se abrieron de par en par al ver la noticia en la portada.
"¡El famoso actor Inuyasha Taisho se compromete con una mujer misteriosa!"
La foto mostraba un anillo de compromiso que parecía idéntico al que Kagome había encontrado en la papelera. Intrigada, entró rápidamente a la casa. Inuyasha estaba sentado en la sala, con el semblante serio, mirando al vacío.
Kagome:(mostrándole el periódico) "¡Mira esto! ¿Por qué no me dijiste nada? ¡Es la noticia del día! ¿Quién es la mujer misteriosa?"
Inuyasha ni siquiera levantó la mirada. Ignoró por completo el entusiasmo de Kagome, pero ella no se dio por vencida.
Kagome:(insistente) "¡Oye! Estoy hablando contigo. ¿Por qué estás tan tranquilo? ¿Quién es ella? ¡Ese anillo es el mismo que tiraste en la basura!"
Inuyasha, visiblemente irritado, se levantó de repente y se dirigió hacia el jardín con un libro en la mano.
Inuyasha:(molesto) "No me molestes, Kagome."
Kagome lo observó alejarse, pero algo en la mesa de café captó su atención: un sobre elegante con el nombre de Koga en el remitente. Lo tomó y lo abrió, encontrando una invitación para la inauguración de la empresa de Koga. Sus ojos brillaron con esperanza.
Salió corriendo al jardín, encontrando a Inuyasha sentado en una silla junto a una mesa, fingiendo leer.
Kagome:(agitando la invitación) "¡Oye, Inuyasha! ¿Puedo ir contigo a esta fiesta?"
Inuyasha:(sin apartar la vista del libro) "¿Para qué querrías ir?"
Kagome:(esperanzada) "Tal vez pueda conocer a algún editor ahí. Si vendo mi historia, podría pagarte antes y hasta recuperar mi casa. Por favor, déjame ir."
Inuyasha cerró el libro con fuerza y la miró con una expresión de fastidio.
Inuyasha:(cortante) "No."
Kagome frunció el ceño, pero no se rindió.
Kagome:"¿Por qué no? No causaré problemas. Te lo prometo."
Inuyasha:(en tono seco) "Porque siempre causas problemas."
Kagome lo miró con incredulidad, pero decidió intentarlo una vez más.
Kagome:(suplicante) "Solo déjame entrar. Te prometo que adentro cada quien irá por su lado."
Inuyasha la ignoró por completo, volviendo a abrir su libro. Kagome, furiosa por su actitud, soltó un grito de frustración.
Kagome:(gritando) "¡Idiota!"
Se giró y volvió a la casa, dejando a Inuyasha en el jardín. Inuyasha entró un poco después, al pasar por el escritorio vio el manuscrito que Kagome había impreso en la mañana, lo tomó, poco después salió de la casa rumbo a la fiesta.
La idea de la fiesta seguía dando vueltas en la mente de Kagome mientras hacía los deberes del hogar. Finalmente, tomó una decisión.
Kagome fue al armario y sacó el vestido que Inuyasha le había comprado para la fatídica cena. Lo miró por un momento antes de ponérselo. A pesar de todo lo que había pasado, no podía negar que era un vestido hermoso y le quedaba perfecto.
Se miró en el espejo, acomodándose el cabello con una sonrisa decidida.
Kagome:(para sí misma) "Si no me deja ir, entonces lo haré sola."
Tomó la invitación del sobre, la guardó en su bolso y salió de la casa rumbo a la inauguración de la empresa de Koga. Aunque sabía que estaba arriesgándose, no podía dejar pasar la oportunidad de cambiar su situación.
La entrada al evento estaba rodeada de luces y decoraciones elegantes. El lugar brillaba con un lujo abrumador, con alfombras rojas, candelabros resplandecientes y una fila interminable de autos de lujo que llegaban uno tras otro. Invitados vestidos de gala caminaban con seguridad, luciendo joyas y trajes perfectamente ajustados. El aire estaba lleno de conversaciones animadas y risas sofisticadas.
Kagome, en contraste, llegó caminando, sintiéndose fuera de lugar entre tanto glamour. Se ajustó el vestido azul marino, tratando de aparentar confianza. Con la invitación en mano, se acercó al guardia de la entrada.
Guardia:(mirándola de arriba abajo) "¿Su invitación, señorita?"
Kagome sonrió nerviosa mientras le entregaba el sobre. El guardia lo revisó detenidamente antes de hacer un gesto de aprobación.
Guardia:"Adelante. Bienvenida."
Kagome entró, y sus ojos se llenaron de asombro. Todo era opulencia. Las mesas estaban adornadas con centros de mesa dorados y flores frescas, y entre los invitados podía distinguir a varias personas famosas. La música suave de una banda en vivo llenaba el ambiente, dándole un toque aún más sofisticado.
En medio de la fiesta, Inuyasha hablaba con su representante, Kaede, una mujer mayor con una presencia tranquila pero firme. En sus manos, Kaede sostenía el manuscrito que Kagome había escrito.
Kaede:(examinando el manuscrito) "¿Esto es una obra de teatro?"
Inuyasha:(encogiéndose de hombros) "No estoy seguro. Una amiga lo escribió. ¿Podrías leerlo y decirme qué te parece?"
Kaede lo miró con curiosidad, pero antes de que pudiera responder, Inuyasha notó algo en la multitud. Era Kagome, moviéndose entre los invitados con el vestido azul que él le había comprado.
Por un momento, se quedó inmóvil, observándola. Aunque ya conocía ese vestido, esta vez fue diferente. La primera vez que se lo vio puesto, estaba tan obsesionado con separar a Kikyo de Koga que no le había prestado atención a Kagome. Pero ahora, con Kikyo fuera de escena, pudo notar detalles que antes había pasado por alto.
El cabello negro azabache de Kagome caía en ondas perfectas sobre sus hombros, y sus ojos color chocolate resplandecían con una calidez que parecía imparable, incluso después de todo lo que había enfrentado. El vestido entallado resaltaba su figura de manera impecable, y su piel tersa parecía brillar bajo las luces del salón. Inuyasha sacudió la cabeza, regañándose mentalmente por esos pensamientos.
Decidió acercarse a Kagome, quien estaba en el puesto de bocadillos, llenando su plato con una variedad de aperitivos.
Inuyasha:(apareciendo detrás de ella) "¿Cómo llegaste aquí?"
Kagome se giró con calma, mostrando indiferencia.
Kagome:(con una leve sonrisa) "En autobús."
Inuyasha:(cruzándose de brazos) "Te dije que no vinieras."
Kagome:(encogiéndose de hombros) "Puedo ir a donde quiera. Las personas con deudas también tienen libre albedrío."
Inuyasha frunció el ceño, pero antes de que pudiera responder, Kagome continuó.
Kagome:(con tono firme) "Haz como que no me conoces, ¿quieres? Tú encárgate de tus asuntos, y yo de los míos."
Sin esperar respuesta, Kagome lo dejó hablando solo y se alejó hacia otra parte de la fiesta.
Más tarde, Kagome fue al sanitario. Al salir, se encontró con Koga, quien la reconoció de inmediato.
Koga:(con una sonrisa) "¡Kagome! Qué sorpresa verte aquí."
Kagome:(sonriendo) "Hola, Koga."
Koga, intrigado, la invitó a una parte más privada del evento, en el jardín trasero, donde las luces colgantes creaban un ambiente mágico. Allí, Kagome finalmente dejó salir sus preocupaciones.
Kagome:"Vine aquí porque quería mostrar mis historias. Pero ahora que estoy aquí, no sé a quién."
Koga:(con interés) "Muéstramelas a mí. Estoy aprendiendo sobre editoriales para la sección de filmografía de mi empresa."
Kagome lo miró con esperanza, y ambos comenzaron a hablar con más comodidad. La conversación se volvió ligera y llena de risas, con Kagome compartiendo algunas de sus historias de romance y comedia. Koga no podía evitar reírse a carcajadas con sus ocurrencias.
Mientras tanto, Inuyasha, de pie en la parte central de la fiesta, buscaba entre la multitud a Kagome. Pero, en su lugar, terminó encontrándose con Kikyo. Ella llevaba un traje sastre blanco que la hacía ver angelical y elegante. Al cruzar miradas, ambos desviaron la vista rápidamente, evitando cualquier contacto que pudiera provocar un conflicto.
Kikyo, sin embargo, notó la felicidad de Koga al acercarse al jardín. Decidió seguirlo y encontró a Koga riéndose con Kagome, la escena la llenó de celos. Kagome recibió una llamada, se disculpó con Koga y se alejó de ahí. Con una expresión tensa, Kikyo se acercó a Koga
Kikyo:(mirando a Koga) "¿Qué era tan gracioso?"
Koga, despreocupado, la miró con una sonrisa ligera.
Koga:"¿Cuándo llegaste?"
Kikyo, molesta, cruzó los brazos.
Kikyo:"¿Cuál es tu problema? Siempre me estás poniendo a prueba. ¿Por qué haces esto?"
Koga:(confundido) "¿A qué te refieres con poner a prueba?"
Kikyo no pudo contenerse más. Su voz temblaba entre frustración y tristeza.
Kikyo:(molesta) "¡Te amo, Koga! ¿No lo entiendes?"
Koga la miró sorprendido, y un silencio incómodo llenó el aire.
El jardín estaba iluminado con luces cálidas que colgaban de los árboles, creando un ambiente sereno que contrastaba con la tensión en el aire. Cerca de las mesas de la fiesta, Kagome y Inuyasha se cruzaron. Inuyasha, con las manos en los bolsillos y una expresión tensa, se acercó a Kagome.
Inuyasha:(en tono serio) "Pronto me iré. Tú también deberías hacer lo mismo."
Kagome:(mirándolo con calma) "Tengo algo que hacer."
Inuyasha:(frunciendo el ceño) "¿Qué podría ser tan importante?"
Kagome:(sin inmutarse) "Vi a Koga. Me dijo que está trabajando en manuscritos para sus películas y que está interesado en mi historia."
La expresión de Inuyasha cambió de inmediato, sus ojos mostraron una mezcla de celos y molestia.
Inuyasha:(molesto) "Está bien. Entonces me voy solo. Buena suerte encontrando cómo regresar a casa."
Kagome:(cruzándose de brazos) "Pues vete."
Dio la vuelta, decidida a regresar a donde estaba Koga. Sin embargo, Inuyasha, claramente incómodo con la idea de dejarla, la siguió en silencio.
Kikyo y Koga seguían con su discusión, sus palabras cada vez más tensas. Kikyo lo miraba con incredulidad, mientras él trataba de explicarse.
Koga:(con tono calmado) "Perdón por el malentendido, Kikyo. Siempre te he visto como una hermana."
Kikyo retrocedió un paso, incapaz de creer lo que estaba escuchando.
Kikyo:(con voz entrecortada) "¿Qué estás diciendo…? ¿Es por eso que no me quieres?"
Koga:(tratando de calmarla) "No se trata de eso. Además, tienes a Inuyasha. ¿No sabes lo mucho que te ama? Ustedes harían una buena pareja."
Kikyo quedó completamente destrozada por esas palabras. Su mente buscaba respuestas que no podía encontrar.
Kikyo:(desesperada) "¿Entonces es por eso? ¿Es porque Inuyasha está enamorado de mí?"
Koga, sin comprender cómo había llegado a esa conclusión, dejó escapar una sonrisa sarcástica.
Koga:"No, Kikyo, lo estás entendiendo todo mal…"
Kikyo no quiso escuchar más. Con el corazón roto, se dio la vuelta y comenzó a alejarse rápidamente. En su camino, se cruzó con Kagome, quien venía en dirección opuesta, seguida por Koga.
Kagome se detuvo al ver la expresión de Kikyo, su rostro lleno de rabia y tristeza. Se quedó inmóvil, sin entender qué estaba pasando, pero decidió seguir a Koga, quien iba tras Kikyo tratando de aclarar las cosas.
Mientras tanto, Inuyasha iba en dirección al jardín y se encontró de frente con Kikyo. Ella, aún dominada por sus emociones, no dudó en enfrentarlo.
Kikyo:(mirándolo fijamente) "¿Es cierto? ¿Estás enamorado de mí?"
Inuyasha no respondió de inmediato. Sus ojos reflejaban sorpresa y duda. Kikyo, sin obtener una respuesta, alzó la voz.
Kikyo:(más fuerte) "¡Te estoy hablando! ¿Es cierto que me amas?"
Las conversaciones en la fiesta comenzaron a desvanecerse mientras los invitados volteaban hacia ellos. La tensión era palpable. Koga llegó al lugar y, al ver la situación, intentó intervenir.
Koga:(en tono preocupado) "Kikyo, ¿qué estás haciendo?"
Kikyo lo ignoró por completo. Su atención seguía fija en Inuyasha.
Kikyo:(demandante) "¡Si me amas, dímelo ahora!"
En ese momento, Kagome apareció, deteniéndose al escuchar las palabras de Kikyo. Sus ojos se abrieron con sorpresa mientras trataba de entender qué estaba pasando. Todos los ojos estaban sobre Inuyasha, quien finalmente rompió el silencio.
Inuyasha:(con voz firme, pero llena de orgullo) "Sí, te amo… Kagome."
El mundo pareció detenerse por un momento. Antes de que alguien pudiera reaccionar, Inuyasha dio un paso hacia Kagome, rodeándola con un brazo por la cintura. Con la otra mano, levantó suavemente su rostro, colocando su palma sobre su mejilla. Sin darle tiempo a protestar, la atrajo hacia él y la besó.
Kagome, al principio, abrió los ojos de par en par, sorprendida por el repentino gesto. Pero al sentir la calidez de los labios de Inuyasha y la intensidad de sus emociones, se dejó llevar, cerrando los ojos y correspondiendo al beso. Fue un beso tierno, lleno de emociones reprimidas, especialmente por parte de Inuyasha, quien aún no entendía completamente por qué había decidido hacer eso en lugar de hablar con claridad.
