Capítulo 3: Revelaciones públicas y caos personal
El beso entre Inuyasha y Kagome parecía haber detenido el tiempo. Las emociones eran intensas, y por un momento, el mundo a su alrededor desapareció. Pero la realidad golpeó con el destello de un flash. Las cámaras de los reporteros comenzaron a disparar, y el sonido de las preguntas gritadas rompió la burbuja en la que estaban.
Reportero 1:"¡Inuyasha! ¿Están comprometidos?"
Reportero 2:"¿Cuándo es la boda?"
Reportero 3:"¡Kagome, eres la mujer misteriosa de la otra noche!"
El tumulto crecía rápidamente. Los reporteros avanzaban, cerrando el espacio entre ellos, mientras los flashes continuaban iluminando sus rostros. Kagome, que nunca había estado en el centro de tanta atención, se quedó inmóvil, sin saber cómo reaccionar.
Inuyasha, actuando por instinto, la rodeó con un brazo por la cintura, acercándola a él para protegerla del creciente caos.
Inuyasha:(en tono autoritario) "¡Hagan espacio!"
Los reporteros no se detuvieron. Empujándose unos a otros, intentaban obtener la mejor toma y las declaraciones más jugosas. Kagome lo miró con los ojos abiertos de par en par, completamente perdida.
Kagome:(nerviosa) "¿Qué hacemos?"
Inuyasha no respondió. Con firmeza, comenzó a abrirse paso entre la multitud, usando su imponente presencia para mantener a los reporteros a raya mientras buscaba una salida. Kagome, con el corazón latiendo rápidamente, lo seguía como podía, aferrándose a su brazo mientras trataba de no tropezar.
No muy lejos, Kikyo y Koga seguían en el jardín, observando el caos que se desarrollaba en la distancia. Kikyo, con el rostro pálido, mantenía la mirada fija en la multitud, mientras Koga la observaba con una mezcla de decepción y frustración.
Koga:(reprochándola) "¿Cómo pudiste ser tan cruel, Kikyo? Lo que hiciste fue innecesario."
Kikyo apartó la mirada, pero sus ojos reflejaban tristeza y confusión.
Kikyo:(titubeando) "¿Cruel? Yo solo quería saber la verdad."
Koga:(cruzándose de brazos) "¿Y así es como lo haces? Enfrentándolo frente a todos, humillándolo de esa manera. Sabías que iba a terminar mal."
Kikyo no respondió de inmediato. Su orgullo la mantenía en silencio, pero las palabras de Koga pesaban en su mente.
Koga:(con tono más suave) "Inuyasha siempre ha estado ahí para ti, pero no puedes verlo. Estás tan concentrada en perseguir algo que nunca existió que no te das cuenta de lo que tienes enfrente."
Kikyo apretó los labios, queriendo responder pero sin saber qué decir. Finalmente, con una voz más baja, habló.
Kikyo:(murmurando) "No sabía qué más hacer…"
Koga suspiró profundamente, dejando caer sus hombros en señal de rendición.
Koga:(en tono firme) "Espero que te des cuenta de lo que has hecho antes de que sea demasiado tarde."
Sin esperar una respuesta, Koga comenzó a alejarse, pero no pudo evitar mirar hacia donde estaban Inuyasha y Kagome. Aunque el caos continuaba, su expresión se endureció al darse cuenta de que algo había cambiado entre ellos.
Saliendo del tumulto
Inuyasha finalmente logró sacar a Kagome del tumulto de reporteros, llevándola hacia una salida lateral del evento. El pasillo estaba oscuro y silencioso, un contraste abrumador con el caos de hace unos momentos. Ambos respiraban con dificultad, tratando de recuperar el aliento.
Kagome miró a Inuyasha, su rostro aún lleno de confusión y sorpresa. Pero antes de que pudiera decir algo, los sonidos de los reporteros acercándose otra vez rompieron el momento.
Inuyasha:(en tono firme) "Vamos."
Sin darle tiempo a responder, tomó la mano de Kagome y comenzó a caminar rápidamente hacia un punto más seguro, alejándolos del ruido y las miradas curiosas.
En la distancia
Kikyo permanecía en el jardín, observando cómo los flashes de las cámaras iluminaban la noche mientras Inuyasha y Kagome desaparecían de la vista. Aunque no quería admitirlo, algo dentro de ella se rompió al ver la cercanía entre ellos.
Por otro lado, Koga se detuvo en el camino hacia la salida, mirando hacia la multitud y reflexionando sobre todo lo que había sucedido. Aunque no estaba seguro de qué vendría después, sabía que las dinámicas entre todos habían cambiado drásticamente.
Inuyasha y Kagome lograron alejarse del tumulto de reporteros, pero el ambiente seguía tenso. En el camino, Kaede apareció, interceptándolos con su presencia autoritaria y una expresión claramente molesta.
Kaede:(mirando a Inuyasha) "Necesito hablar contigo. Ahora."
Sin esperar respuesta, Kaede señaló una puerta cercana que conducía a una sala de juntas. Inuyasha, aunque visiblemente irritado, siguió a Kaede sin decir nada. Antes de entrar, Kaede miró a Kagome con una leve inclinación de cabeza.
Kaede:"Espéralo aquí."
Kagome asintió, quedándose de pie junto a la puerta mientras ellos desaparecían dentro de la sala.
Kaede cerró la puerta tras ellos y se giró para enfrentar a Inuyasha. Él se sentó en una de las sillas, apoyando los codos en la mesa, con la cabeza gacha y masajeándose la sien, claramente agotado tanto física como emocionalmente.
Kaede:(con tono severo) "¿Qué estabas pensando, Inuyasha? ¿Sabes el problema en el que nos acabas de meter?"
Inuyasha no respondió de inmediato, permaneciendo en silencio mientras Kaede continuaba hablando.
Kaede:"Después de todos los artículos que hablan mal de ti, de tu imagen como un mujeriego, ¿y ahora haces esto? ¡Un matrimonio de la nada!"
Kaede caminó alrededor de la mesa, sus palabras cargadas de frustración.
Kaede:"Esto no solo afecta tu imagen, sino también tu carrera. La gente no va a dejar pasar esto. ¿Qué se supone que vamos a decirles? ¡Habla, Inuyasha! ¡Dime algo!"
Inuyasha finalmente exhaló con fuerza, levantando la cabeza ligeramente pero sin mirar directamente a Kaede.
Inuyasha:(en tono seco) "Por lo menos ya no habrá rumores de que soy un mujeriego."
Se levantó bruscamente, empujando la silla hacia atrás, y salió de la sala sin esperar una respuesta. Kaede, sorprendida por su actitud, lo observó irse sin saber qué decir.
Kagome, que había estado esperando fuera de la sala sentada en una silla, vio salir a Inuyasha. Su expresión era seria, y ni siquiera la miró mientras pasaba junto a ella. Kagome, por puro instinto, se levantó y comenzó a seguirlo sin decir nada.
Kaede salió de la sala detrás de ellos y, con su voz autoritaria, intentó detener a Inuyasha.
Kaede:(gritando) "¡Inuyasha! Organizaré una rueda de prensa para el próximo martes. ¡Tienes que estar listo!"
Inuyasha no mostró ninguna reacción. Ni siquiera se detuvo o volteó a mirarla. Continuó caminando con determinación hacia la salida del evento.
Kagome, sintiéndose un poco incómoda por la situación, hizo una pequeña reverencia hacia Kaede antes de apresurarse a seguir a Inuyasha.
Kaede:(murmurando para sí misma) "Ese chico nunca aprende…"
Inuyasha y Kagome salieron del lugar, dejando atrás el lujo y la atención indeseada. La noche era fresca, y el aire parecía aliviar un poco la tensión, pero entre ellos, el silencio era palpable. Kagome caminaba un par de pasos detrás de él, insegura de qué decir o si debía decir algo.
Finalmente, ambos llegaron al auto de Inuyasha. Él abrió la puerta del conductor y se detuvo por un momento, mirando al volante con una expresión indescifrable. Kagome, parada a un lado, observaba cada uno de sus movimientos, esperando que rompiera el silencio.
Kagome:(en voz baja) "¿Estás bien?"
Inuyasha no respondió. Simplemente encendió el auto y, con un gesto brusco, señaló la puerta del copiloto para que Kagome subiera.
Sin decir una palabra más, ambos se dirigieron de regreso a casa, cada uno perdido en sus propios pensamientos.
Al llegar a casa, ambos se bajaron del auto en completo silencio. Inuyasha, con su usual actitud distante, entró primero a la casa sin dirigirle una sola palabra a Kagome. Caminó directamente hacia su habitación, cerró la puerta con fuerza, y se quitó el saco, lanzándolo sobre la cama con frustración. Se dejó caer al suelo, recargando su espalda contra la cama, y pasó una mano por su rostro, masajeándose la sien mientras exhalaba pesadamente.
Estaba enojado consigo mismo, no solo por no haber sido más valiente con Kikyo, sino también porque ahora había involucrado a Kagome en su desordenada vida. Aunque intentaba justificar su decisión, no podía ignorar la sensación incómoda que se le clavaba en el pecho cada vez que pensaba en cómo ella había estado en el centro de toda la atención en la fiesta.
Kagome, por su parte, caminó hacia su habitación con los hombros caídos. Se puso el pijama de forma automática, casi como si estuviera en piloto automático, incapaz de ordenar sus pensamientos. Lo que había ocurrido en la fiesta era demasiado para procesar. Después de un rato, decidió ir al baño para lavarse los dientes.
Cuando abrió la puerta del pasillo, se encontró de frente con Inuyasha, quien estaba saliendo del baño. Una toalla envuelta alrededor de su cintura dejaba al descubierto su torso. Kagome intentó actuar como si no fuera gran cosa, pero no pudo evitar notar su cuerpo. Era alto y musculoso, pero no exagerado. Sus hombros anchos y definidos parecían fuertes incluso en reposo, y las gotas de agua que caían de su cabello platinado resaltaban sus facciones. Sus ojos dorados, normalmente intensos, estaban apagados, llenos de tristeza.
Inuyasha pasó junto a ella sin dirigirle una sola mirada, como si no existiera. Pero al llegar al umbral de la puerta, se detuvo y, sin voltear, le habló con tono seco.
Inuyasha:"Kagome, no se te olvide limpiar el agua del lavamanos cuando termines. ¿Entendido?"
Kagome, que ya estaba molesta por todo lo ocurrido, apretó los dientes y lo fulminó con la mirada. Sin embargo, no respondió, prefiriendo concentrarse en lavarse los dientes. Mientras lo hacía, pensaba furiosa en quién se creía Inuyasha para tratarla así después de lo que había pasado en la fiesta. La ira se acumulaba en su interior, y cuando terminó, tomó una decisión.
Kagome salió del baño y fue directamente a la habitación de Inuyasha. Abrió la puerta de golpe, haciendo que este, quien apenas se estaba poniendo un pantalón para dormir, se tirara al suelo para cubrirse.
Inuyasha:(sorprendido) "¿¡Qué demonios haces!?"
Kagome, dándose cuenta de que él seguía semidesnudo, se volteó rápidamente para darle privacidad.
Kagome:(enojada) "Tenemos que hablar."
Inuyasha:(mientras se ponía la camiseta) "¿Hablar de qué?"
Kagome se giró, olvidando por completo la vergüenza inicial.
Kagome:"¡¿De qué más?! ¿No tienes nada que decir sobre lo que pasó en la fiesta? ¿Nada en absoluto?"
Inuyasha la miró con la misma tristeza que había mostrado antes, pero no dijo nada. Kagome, frustrada, continuó.
Kagome:"No puedes simplemente usarme para tu beneficio y luego actuar como si nada hubiera pasado."
Inuyasha, aparentemente ignorando sus palabras, finalmente habló, pero lo que dijo tomó a Kagome completamente por sorpresa.
Inuyasha:(con voz firme pero desinteresada) "Cásate conmigo."
Kagome se quedó boquiabierta, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar.
Kagome:"¿Qué dijiste?"
Inuyasha:(cruzando los brazos) "Te contrato como mi esposa."
El desconcierto de Kagome rápidamente se convirtió en enojo.
Kagome:"¿Estás loco? ¿Por qué querría casarme contigo? ¡Ni siquiera me gustas! ¡Es más, te odio!"
Las palabras de Kagome fueron como un golpe para Inuyasha, pero no lo mostró. En cambio, respondió con orgullo.
Inuyasha:"Pues yo también te odio. Gritas mucho y eres una desordenada."
Kagome lo fulminó con la mirada.
Kagome:"¡Exacto! ¿Cómo se supone que dos personas que se odian se casen?"
Inuyasha:(con tono seco) "Por eso será más fácil divorciarnos después."
Kagome parpadeó, sorprendida.
Kagome:"¿Divorcio?"
Inuyasha:"¿Qué pensabas? ¿Que nos quedaríamos juntos hasta que la muerte nos separe? Esto es un negocio, Kagome. Estoy harto de los rumores de que soy un mujeriego y de las mujeres que siempre están detrás de mí. Si me caso contigo, los rumores se detendrán, y yo ganaré algo de paz."
Kagome lo miró, aún procesando sus palabras. Pero entonces, Inuyasha dejó caer la bomba final.
Inuyasha:"Además… si aceptas, te devolveré tu casa."
Kagome lo miró con los ojos muy abiertos. La oferta la tomó por sorpresa, y aunque sabía que no era lo correcto, no podía ignorar lo importante que era esa casa para ella.
Inuyasha:(con voz más suave) "Piénsalo."
Kagome no dijo nada más. Simplemente salió de la habitación y se dirigió al jardín. La noche era fresca, y las estrellas brillaban débilmente en el cielo. Se abrazó a sí misma mientras intentaba calmar el torbellino de emociones que sentía.
A la mañana siguiente, la casa estaba en completo silencio, salvo por el suave zumbido de la impresora en la sala. Kagome estaba de pie, organizando las hojas recién impresas con una expresión seria en su rostro. Después de asegurarse de que todo estaba en orden, caminó hacia el comedor donde Inuyasha estaba sentado, desayunando en silencio con su usual actitud despreocupada.
Kagome se sentó frente a él y colocó las hojas impresas sobre la mesa. Inuyasha levantó una ceja, mirando los papeles con curiosidad.
Inuyasha:(con tono despreocupado) "¿Y esto qué es?"
Kagome:(cruzando los brazos) "Si vamos a tener un matrimonio por contrato, necesitaremos esto: un contrato."
Inuyasha tomó una de las hojas y comenzó a leerla rápidamente. Kagome, con una voz seria, decidió explicarle las reglas, leyendo en voz alta cada punto.
Kagome:(leyendo) "Número 1: Respetaremos la privacidad del otro. Nada de entrometernos en la vida personal del otro."
Inuyasha:(asintiendo ligeramente) "De acuerdo."
Kagome:"Número 2: No habrá relaciones físicas."
Inuyasha soltó un pequeño resoplido, como si el punto no le importara en absoluto, pero evitó mirarla directamente a los ojos.
Kagome:"Número 3: El matrimonio no durará más de seis meses. Después de ese tiempo, nos divorciaremos."
Inuyasha hizo una pausa en su lectura y levantó la mirada brevemente hacia Kagome, pero no dijo nada. Ella continuó.
Kagome:"Número 4: Al finalizar el matrimonio, 'Full House' será entregada a Kagome, sin condiciones."
Inuyasha dejó las hojas sobre la mesa y se cruzó de brazos, mirándola con un leve destello de interés en sus ojos.
Inuyasha:"¿Algo más? ¿O ya terminaste?"
Kagome:(alzando una ceja) "Habla si tienes algún problema con las reglas."
Inuyasha se reclinó en la silla, pensando por un momento, y luego sonrió de manera traviesa.
Inuyasha:"Agreguemos una cláusula más."
Kagome:(frunciendo el ceño) "¿Cuál?"
Inuyasha:"Si alguno de los dos habla con alguien sobre este acuerdo, el contrato será anulado de inmediato."
Kagome lo pensó por un momento y luego asintió, tomando un bolígrafo para escribir la nueva cláusula al final del documento. Ambos revisaron que todo estuviera en orden antes de tomar las copias y firmarlas.
Mientras Kagome escribía su nombre, concentrada en cada trazo, Inuyasha no pudo evitar mirarla. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras sus pensamientos se desviaban.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Por qué siento esto cada vez que está cerca? Es solo un contrato, nada más…"
Kagome terminó de firmar y extendió su mano hacia Inuyasha.
Kagome:(con tono firme) "Cerramos el trato con un apretón de manos. Es lo justo."
Inuyasha, tratando de mantener su actitud desinteresada, tomó su mano. Sin embargo, en cuanto la tocó, sintió algo extraño: su pulso se aceleró. Apretó su mano brevemente, ignorando la sensación, pero no podía evitar preguntarse por qué un gesto tan simple le provocaba tanto.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Qué demonios me está pasando con esta chica?"
Kagome retiró su mano después de unos segundos y se levantó de la mesa, llevando consigo una de las copias firmadas. Inuyasha la observó mientras se alejaba, con su sonrisa habitual desvaneciéndose lentamente, mientras sus pensamientos seguían enredados en el inesperado efecto que Kagome tenía sobre él.
Era el día de la rueda de prensa, y el ambiente estaba cargado de expectación. Afuera de la sala de prensa, Inuyasha esperaba de pie, con las manos en los bolsillos y la mirada fija en el suelo. Habían pasado varias horas desde que los estilistas se llevaron a Kagome, y aunque no lo admitiría en voz alta, estaba un poco ansioso por verla.
Sus pensamientos se interrumpieron al escuchar una voz familiar.
Kagome:(con tono tranquilo) "Estoy lista."
Inuyasha levantó la vista y se quedó inmóvil por un momento. Sus ojos recorrieron a Kagome de pies a cabeza, incapaz de disimular la sorpresa en su rostro.
Kagome llevaba un vestido rojo halter con un escote en V que resaltaba lo bien proporcionado que estaban sus pechos. El vestido se ajustaba perfectamente a su cintura y cadera antes de abrirse ligeramente hacia el final, terminando a media pierna. Complementaba el atuendo con unas zapatillas delicadas del mismo color que dejaban ver sus pequeños y delicados pies. Su cabello, recogido parcialmente, dejaba sus hombros al descubierto, y el maquillaje sencillo pero elegante acentuaba aún más su belleza.
Inuyasha sintió que el aire se detenía por un momento. Sabía que Kagome era hermosa, pero nunca la había visto de esta manera. No podía evitar sentir cómo su corazón latía un poco más rápido de lo normal. Sin embargo, se obligó a ocultar sus pensamientos detrás de una máscara de indiferencia.
Inuyasha:(fingiendo despreocupación) "¿Qué es esto? ¿Un disfraz? ¿Acaso es Halloween?"
Kagome lo miró con incredulidad, claramente ofendida por su comentario. Antes de que pudiera responder, Myoga llegó al lugar, llevando algunos documentos en la mano. Al verla, sonrió ampliamente.
Myoga:(con entusiasmo) "¡Kagome! Te ves espectacular. No le hagas caso a Inuyasha, es un idiota."
Kagome no pudo evitar sonreír ligeramente ante el cumplido de Myoga, aunque todavía estaba molesta por el comentario de Inuyasha. Él, por su parte, se limitó a mirar hacia otro lado, tratando de ignorar la incomodidad que sentía al ver lo hermosa que se veía Kagome.
Kagome:(mirando a Inuyasha con una ceja levantada) "Gracias, Myoga. Al menos alguien tiene buen gusto."
Inuyasha:(encogiéndose de hombros) "No perdamos el tiempo. Ya están esperando."
Myoga asintió y los guio hacia la sala de prensa, donde el bullicio de los periodistas y el brillo de las cámaras los esperaban. Inuyasha caminó con confianza, mientras Kagome lo seguía, sintiendo una mezcla de nervios y determinación. Sabía que este era solo el comienzo de su actuación como la "prometida" de Inuyasha.
La puerta se abrió, y Kagome fue recibida por un estallido de flashes. Las luces de las cámaras la deslumbraron, dejándola momentáneamente inmóvil. Inuyasha, con su experiencia frente a los reflectores, reaccionó de inmediato. Extendió su mano hacia Kagome, mostrándole una sonrisa tranquila.
Por un momento, Kagome dudó. Miró su mano extendida, sin entender del todo lo que significaba ese gesto. Finalmente, decidió tomarla. Sus dedos se entrelazaron con los de Inuyasha, y aunque para los demás parecía un acto natural, ambos sintieron una corriente de electricidad recorriéndolos.
Inuyasha, sin dejar de sonreír a los reporteros, la guió hacia la mesa preparada al frente de la habitación. Cada paso que daba lo hacía con seguridad, mientras Kagome lo seguía, todavía tratando de adaptarse al torbellino de atención que la rodeaba. El corazón de Inuyasha latía con fuerza, aunque se decía a sí mismo que todo era parte de la actuación.
Al llegar a la mesa, Inuyasha soltó la mano de Kagome y, en un gesto caballeroso, movió la silla para que ella se sentara primero. Kagome lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud, sentándose mientras los flashes seguían iluminando la sala. Inuyasha tomó asiento a su lado, con la misma sonrisa que había mantenido desde el principio.
Kaede tomó el micrófono y, con su tono profesional, comenzó la rueda de prensa.
Kaede:"Gracias a todos por asistir. Ahora daremos paso a las preguntas."
Los reporteros levantaron la mano casi al unísono, ansiosos por obtener información exclusiva. Kaede señaló a un hombre en la primera fila.
Reportero 1:"Inuyasha, según la información que nos proporcionaron, ustedes se conocieron en un avión. ¿Podría dar más detalles de ese encuentro?"
Inuyasha sonrió con confianza, como si recordar ese momento fuera un placer.
Inuyasha:(mirando a Kagome) "Sí, es cierto. Nos conocimos en un avión. Ella estaba muy nerviosa, era su primer vuelo. Me pareció muy tierno."
Mientras decía esto, su mirada permaneció fija en Kagome, y una suave sonrisa cruzó su rostro. Kagome, que no esperaba una respuesta tan personal, lo miró sorprendida. Era la primera vez que admitía algo así, incluso indirectamente.
Kaede señaló a otra reportera en la segunda fila.
Reportera 2:"Kagome, ¿qué hizo para enamorar al hombre más codiciado de Japón?"
Kagome se quedó sin palabras por un momento. No estaba preparada para una pregunta así. Miró a Inuyasha buscando apoyo, pero él simplemente la observaba, esperando su respuesta.
Kagome:(con nerviosismo) "No estoy segura. Realmente no lo sé..."
Antes de que pudiera decir algo más, Inuyasha intervino, tomando el micrófono con una sonrisa que parecía deslumbrar a la sala.
Inuyasha:"Kagome no se da cuenta de lo adorable que puede llegar a ser. Esa sinceridad y dulzura me cautivaron desde el principio."
Kagome sintió que su rostro se calentaba. No podía creer las palabras que salían de la boca de Inuyasha, especialmente después de todo lo que se habían dicho en el pasado. ¿Qué estaba pasando?
Otro reportero levantó la mano, y Kaede le dio la palabra.
Reportero 3:"Esta boda parece bastante repentina. ¿Es porque hay un bebé en camino?"
La sala estalló en murmullos y risas nerviosas, pero Inuyasha, sin perder la compostura, respondió rápidamente.
Inuyasha:(con una sonrisa serena) "No, no hay ningún bebé en camino. Más bien, no podía esperar más para estar con ella. La amo mucho y quiero ser el hombre que la proteja del dolor."
Mientras decía esto, giró la cabeza hacia Kagome, mirándola directamente a los ojos. Sus palabras parecían sinceras, y su tono tenía una calidez que desconcertó a Kagome. La atención y profundidad en su mirada hicieron que el corazón de Kagome comenzara a latir con fuerza. Aunque intentaba mantener la compostura, su nerviosa sonrisa traicionaba su confusión.
(Pensamiento de Kagome): "¿Qué está pasando? ¿Por qué dice estas cosas? Esto no tiene sentido…"
Los reporteros continuaron tomando fotos, capturando cada gesto y expresión de la pareja. Inuyasha, por su parte, mantenía su fachada perfecta, pero por dentro luchaba con sus propios sentimientos. Cada palabra que decía para cumplir con el contrato lo llevaba a cuestionarse qué tan reales eran las emociones que acompañaban su actuación.
En los días posteriores a la rueda de prensa, Kagome fue llevada a varias citas con diseñadores y estilistas para elegir su vestido de novia. Cada vestido que se probaba parecía hecho a medida para ella, destacando su figura y realzando su belleza natural. Aunque intentaba no emocionarse demasiado, Kagome no podía evitar sentir una mezcla de ilusión y melancolía. Esto no era como había imaginado que sería su boda.
A pesar de todo, decidió disfrutar el momento, siguiendo el consejo de Kaede, quien la acompañaba a cada prueba. Después de un día agotador de decisiones sobre telas, encajes y bordados, Kaede le ofreció una recompensa: un día en el spa.
Kagome agradeció el gesto y se sumergió en la experiencia. Entre tratamientos faciales, baños relajantes y aromaterapia, el estrés parecía disiparse. Cuando estaba a punto de dirigirse a la sala de masajes, una figura familiar en el lobby llamó su atención.
Kikyo estaba ahí, revisando unos papeles mientras esperaba su turno. Al notar a Kagome, le sonrió y se acercó con elegancia.
Kikyo:"Kagome, qué sorpresa verte aquí."
Kagome:(sonriendo) "¡Kikyo! No esperaba encontrarte. ¿Cómo estás?"
Ambas intercambiaron saludos corteses y, unos minutos después, se dirigieron a la cafetería del spa para conversar. Sentadas en una mesa tranquila, rodeadas por la calma del lugar, comenzaron a hablar.
Kikyo:(con una sonrisa amable) "Primero que nada, felicidades por tu boda. La última vez que nos vimos no tuve oportunidad de decírtelo."
Kagome:(tímidamente) "Gracias. Ha sido todo muy rápido."
Kikyo tomó un sorbo de su té, observando a Kagome con curiosidad.
Kikyo:"Debe ser emocionante. ¿Cómo se conocieron tú e Inuyasha?"
Kagome, un poco nerviosa, intentó desviar la conversación con humor.
Kagome:(riendo) "Deberías leer el artículo. Ahí lo explicamos todo."
Kikyo frunció ligeramente el ceño, confundida por la respuesta.
Kikyo:"¿Artículo?"
Kagome:(con una risita) "Es una historia muy larga."
Kikyo sonrió ligeramente, pero su curiosidad no disminuyó.
Kikyo:"Me sorprendió mucho cuando supe de ustedes. Inuyasha nunca había mostrado interés por nadie antes. Eso de que es un mujeriego es una completa mentira. Siempre ha sido más reservado de lo que la gente piensa."
Kagome, sin darse cuenta del rumbo de la conversación, habló sin pensar.
Kagome:"Sí, Inuyasha es muy raro."
Kikyo alzó una ceja, intrigada por el comentario.
Kikyo:"¿Raro? ¿A qué te refieres?"
Kagome se dio cuenta inmediatamente de su error. Tragó saliva y, tratando de arreglar la situación, respondió apresuradamente.
Kagome:(riendo nerviosa) "Raro que se haya enamorado de alguien como yo. No lo merezco."
Kikyo se quedó en silencio por un momento, observando a Kagome con una expresión que mezclaba duda y curiosidad. Antes de que pudiera responder, un empleado del spa se acercó a la mesa.
Empleado:"Señorita Kagome, estamos listos para su masaje."
Kagome se levantó rápidamente, aprovechando la oportunidad para escapar de la incómoda conversación.
Kagome:"Bueno, me tengo que ir. Fue un gusto verte, Kikyo. Hablamos pronto."
Hizo una pequeña reverencia y salió de la cafetería, dejando a Kikyo sola con sus pensamientos. Kikyo, todavía confundida por las palabras de Kagome, se quedó mirando su taza de té.
(Pensamiento de Kikyo): "¿Por qué hablaría así de él? Algo no encaja…"
El encuentro, aunque breve, dejó a Kikyo con más dudas que respuestas. Mientras Kagome intentaba relajarse en su masaje, Kikyo comenzaba a cuestionar lo que realmente estaba sucediendo entre ella e Inuyasha.
El sonido rítmico de las máquinas de ejercicio llenaba el gimnasio mientras Inuyasha terminaba su rutina de entrenamiento. Sus músculos tensos y la respiración pesada reflejaban el esfuerzo físico que estaba utilizando para liberar la tensión acumulada en los últimos días. Sin embargo, su tranquilidad fue interrumpida por el zumbido insistente de su teléfono.
Sacó el dispositivo de su bolso y vio el nombre de Kikyo en la pantalla. Por un momento, se quedó inmóvil, con el dedo sobre la pantalla, dudando si responder. Finalmente, suspiró con frustración y decidió ignorar la llamada.
(Pensamiento de Inuyasha): "No tengo cabeza para esto ahora."
Guardó el teléfono en el bolso y comenzó a recoger sus cosas para irse. Mientras caminaba hacia la salida, algo llamó su atención. A lo lejos, vio a Koga trotando en una caminadora. Koga lo notó desde su posición y le hizo un gesto con la mano para saludarlo.
Koga:(desde lejos) "¡Inuyasha! ¿Qué tal?"
Inuyasha levantó una mano brevemente en respuesta, pero no tenía intención de quedarse. Sin embargo, Koga se bajó de la caminadora y se acercó con una sonrisa amistosa.
Koga:"¿Qué te parece si te invito algo de la cafetería? Hace tiempo que no hablamos."
Inuyasha, aunque no estaba de humor, asintió por cortesía. Ambos se dirigieron a la cafetería del gimnasio, donde pidieron café y se sentaron en una mesa junto a una ventana.
Koga fue el primero en romper el silencio, con su tono relajado pero inquisitivo.
Koga:(sonriendo) "Entonces, ¿qué se siente casarte antes que yo, que soy mayor?"
Inuyasha soltó un resoplido, poco interesado en la broma.
Inuyasha:"¿Ese es tu gran tema de conversación?"
Koga apoyó los codos en la mesa, mirándolo con una sonrisa que tenía un toque de burla.
Koga:"Honestamente, estoy un poco decepcionado de ti."
Inuyasha levantó una ceja, claramente irritado.
Inuyasha:"¿Decepcionado? ¿Por qué?"
Koga:"Por rendirte tan fácil."
Inuyasha:(frunciendo el ceño) "¿De qué demonios estás hablando?"
Koga:"De Kikyo. Siempre has estado detrás de ella. ¿Y ahora? Te casas con otra. Deberías haber aguantado un poco más. Sabes lo voluble que es Kikyo, ¿no?"
El rostro de Inuyasha se endureció de inmediato. Su tono se volvió más frío, con una chispa de enojo en sus ojos.
Inuyasha:"No hables de Kikyo así. No sabes nada de ella."
Koga dejó escapar una risa sarcástica, recostándose en su silla.
Koga:"¿Yo no sé nada? Créeme, Inuyasha, la conozco mejor que tú. Y si quieres un consejo, deberías detener este teatro antes de que todo salga mal. Pero, oye, espero que tu decisión de matrimonio sea la correcta."
Inuyasha apretó los dientes, sintiendo cómo la rabia se acumulaba en su interior. Se levantó abruptamente, empujando la silla hacia atrás con un chirrido.
Inuyasha:(molesto) "Gracias por tu consejo, pero no te metas en cosas que no te competen."
Koga lo miró con calma, sin parecer afectado por su reacción.
Koga:(en tono despreocupado) "Solo digo lo que pienso. Tú sabrás lo que haces."
Sin responder, Inuyasha tomó sus cosas y salió del lugar, dejando a Koga solo en la mesa. Caminó con pasos firmes hacia la salida, con los puños apretados y el corazón latiendo con fuerza, tratando de controlar las emociones que el encuentro había despertado.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Por qué todos piensan que tienen derecho a opinar sobre mi vida?"
Mientras salía del gimnasio, su mente no podía evitar volver a las palabras de Koga, aunque intentaba ignorarlas. La mención de Kikyo y el "teatro" de su matrimonio con Kagome lo dejaron sintiéndose aún más frustrado e inseguro.
En una pequeña sala de estar, la televisión mostraba las noticias del día, incluyendo un segmento dedicado a la próxima boda del famoso actor Inuyasha Taisho con una mujer desconocida llamada Kagome Higurashi. Sango y Miroku, sentados en un viejo sofá, observaban la pantalla con expresiones que mezclaban asombro y oportunidad.
Miroku:(entusiasmado) "Sango, esta es nuestra oportunidad. Si jugamos bien nuestras cartas, podríamos salir de esta crisis."
Sango:(mirándolo con incredulidad) "¿De verdad crees que Kagome nos ayudará después de lo que hicimos?"
Miroku:(sonriendo nervioso) "¿Y si le explicamos que todo fue un malentendido? Además, con su esposo famoso, seguro les sobra el dinero."
Sango suspiró, pero finalmente asintió. Ambos se levantaron y se dirigieron a la casa de Kagome, llevando un ramo de flores para suavizar las cosas.
Cuando llegaron a la puerta de "Full House," Miroku ajustó su corbata mientras sostenía el ramo.
Miroku:(en tono optimista) "Recuerda, Sango, sonriamos y no mencionemos nada de dinero… al principio."
Tocaron la puerta, y Kagome, con el cabello algo desordenado y ropa casual, abrió la puerta. Al verlos, su rostro pasó de la sorpresa al desconcierto.
Sango y Miroku:(gritando al unísono) "¡Felicidades!"
Sango extendió el ramo de rosas hacia Kagome, quien lo tomó automáticamente, aún tratando de procesar la situación.
Kagome:(confundida) "¿Qué están haciendo aquí?"
Miroku:(sonriendo con descaro) "¿No vas a invitar a tus viejos amigos a pasar?"
Sin esperar respuesta, Miroku entró a la casa como si fuera la suya, dejando a Kagome paralizada en la puerta. Sango lo siguió, observando con asombro los nuevos muebles y la decoración.
Sango:(entusiasmada) "¡La casa se ve increíble con los muebles nuevos! Es como una revista de lujo."
Miroku:(mirando alrededor) "Oh, y lo sentimos por no llamarte después de… bueno, el incidente. Hemos estado ocupados."
Sango, ignorando completamente la creciente furia de Kagome, añadió rápidamente.
Sango:"Te vimos en las noticias. ¡Qué suerte tienes de casarte con Inuyasha! ¡Siempre supe que encontrarías un gran partido!"
A medida que hablaban, Kagome podía sentir cómo su respiración se aceleraba. Su rostro se enrojeció, y las palabras de sus antiguos amigos resonaban en su cabeza como una burla cruel.
Kagome:(gritando) "¡LOS VOY A MATAR!"
Con el ramo de rosas en mano, Kagome comenzó a golpear a Miroku en la cabeza y los hombros, descargando toda su ira acumulada. Miroku cayó al suelo en posición fetal mientras intentaba protegerse.
Miroku:(gritando) "¡Espera! ¡Kagome! ¡Espera!"
Sango intentó intervenir para proteger a su esposo, pero también terminó recibiendo golpes con el ramo.
Sango:"¡El bebé! ¡El bebé!"
Al escuchar esto, Kagome se detuvo de inmediato. Aunque todavía estaba furiosa, respiró hondo para calmarse y dejó caer el ramo al suelo. Sango y Miroku se levantaron lentamente, cubiertos de pétalos y hojas de rosas aplastadas.
Sango y Miroku estaban sentados en el sofá mientras Kagome permanecía de pie frente a ellos, con los brazos cruzados y una mirada fulminante.
Kagome:(gritando) "¿Dónde está mi dinero? ¿Qué hicieron con él?"
Miroku:(murmurando) "No nos queda nada. Hicimos… malas inversiones."
Kagome:(furiosa) "¡Confié en ustedes! Sabían que mi casa era lo único que tenía, ¡y me lo quitaron!"
Miroku levantó las manos en un gesto de defensa.
Miroku:"Pero mira el lado positivo. Ahora te casas con Inuyasha. La casa es técnicamente tuya de nuevo, y… bueno, gracias a nosotros lo conociste, ¿no?"
Kagome lo miró con incredulidad, sintiendo que la sangre le hervía nuevamente.
Kagome:(en tono cortante) "¡Fuera de mi casa! ¡No quiero volver a verlos nunca más!"
Sin darles tiempo para responder, abrió la puerta y los empujó hacia afuera, cerrándola con fuerza en sus caras.
En otro lugar, un hombre alto de cabello platinado y ojos dorados revisaba unos expedientes en su oficina. Era el padre de Inuyasha, claramente un médico con prestigio. Un asistente tocó la puerta y entró con el periódico del día.
Asistente:"Doctor Taisho, le traigo el periódico. Parece que hay buenas noticias."
El doctor tomó el periódico y vio en la portada la noticia del compromiso de su hijo con Kagome. Sus ojos recorrieron las líneas del artículo mientras su semblante se veía preocupado.
Asistente:"Felicidades por la próxima boda de su hijo. Parece ser un evento muy esperado."
El doctor no respondió de inmediato. Colocó el periódico sobre su escritorio y se recostó en su silla, observando por la ventana de su consultorio.
"Inuyasha, ¿qué estás planeando ahora?"
Inuyasha llegó a casa cansado y hambriento, esperando encontrar la cena lista. Sin embargo, lo primero que notó fue un aroma a comida a medio hacer que provenía de la cocina. Frunció el ceño al entrar y descubrir los utensilios y los ingredientes abandonados. Kagome no estaba por ningún lado.
Molesto, recorrió la casa buscándola, llamándola en voz alta, pero no obtuvo respuesta. Con un bufido de frustración, tomó su teléfono y marcó su número. Kagome contestó después del segundo tono.
Inuyasha:(enojado) "¡¿Dónde demonios estás?! ¿Por qué dejaste la comida sin terminar?"
Kagome:(con calma) "Voy camino a la casa de tus padres."
Las palabras lo tomaron por sorpresa, y su tono cambió de enojo a preocupación.
Inuyasha:(alarmado) "¿Qué estás haciendo ahí? ¡Regresa ahora mismo!"
Kagome:"Tú tendrás que terminar la cena por mí. Que tengas suerte."
Antes de que Inuyasha pudiera replicar, Kagome colgó, dejándolo furioso y preocupado. Apretó el teléfono en su mano, murmurando maldiciones mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Qué rayos está pensando? ¡Esto no puede terminar bien!"
El auto en el que iba Kagome se detuvo frente a una imponente casa. Aunque no era una mansión, su tamaño y diseño elegante dejaban claro que pertenecía a una familia acomodada. El conductor salió y tocó al timbre.
A través del intercomunicador se escuchó la voz suave de una mujer.
Voz:"¿Quién es?"
Conductor:"La señorita Kagome ya está aquí."
La puerta principal se abrió, y una mujer hermosa salió a recibirla. Su cabello, mucho más largo que de la cintura, caía con elegancia, y su rostro amable irradiaba calidez.
Izayoi:(sonriendo) "Bienvenida. Soy Izayoi Taisho, la madre de Inuyasha."
Kagome:(haciendo una reverencia) "Mucho gusto. Soy Kagome Higurashi."
Izayoi asintió con una sonrisa y la invitó a entrar. La casa era amplia y decorada con gusto, reflejando una mezcla de tradición y modernidad. Izayoi guió a Kagome hacia una habitación al fondo.
Izayoi:"La abuela de Inuyasha te está esperando. Sígueme, por favor."
Kagome asintió, aunque los nervios comenzaban a invadirla. Al entrar en la habitación, se encontró con una anciana sentada en un cojín. Aunque era mayor, su rostro conservaba una belleza refinada, pero su expresión era severa.
Kagome hizo una reverencia, pero de manera informal.
Abuela:(frunciendo el ceño) "¿Así saludas a un adulto mayor? Qué falta de modales."
Kagome se ruborizó y se inclinó más profundamente.
Kagome:"Perdóneme. No fue mi intención ser descortés."
La abuela continuó con sus preguntas, observándola detenidamente.
Abuela:"¿Dónde están tus padres?"
Kagome:(bajando la mirada) "Fallecieron en un accidente cuando yo era adolescente."
Abuela:"¿Cuántos años tienes?"
Kagome:"Veintitrés."
Abuela:"¿Y cuál es tu último grado de estudios?"
Kagome:(algo nerviosa) "Terminé la preparatoria."
Abuela:(frunciendo aún más el ceño) "¿Por qué no fuiste a la universidad?"
Kagome:(con una pequeña sonrisa incómoda) "Nunca fui buena para la escuela."
La abuela suspiró profundamente, claramente insatisfecha con sus respuestas.
Abuela:"¿Es cierto que ya vives con Inuyasha?"
Kagome, sorprendida por la pregunta directa, vaciló antes de responder.
Kagome:(tímida) "Sí… es cierto."
La abuela puso una mano sobre su pecho, actuando como si se fuera a desmayar por el impacto de sus palabras. Justo en ese momento, la puerta corrediza de la habitación se abrió con fuerza.
Inuyasha:(molesto) "¡Abuela! Ya te había dicho que la traería yo mismo. No tenías que traerla aquí a rastras."
La abuela cambió su expresión a una más emocionada al verlo.
Abuela:"Inuyasha, hace mucho que no nos visitas. Qué bueno verte."
Inuyasha ignoró su comentario y se giró hacia Kagome.
Inuyasha:(serio) "Vámonos. Ahora."
Kagome intentó hablar, pero él no le dio oportunidad. La tomó de la muñeca y la jaló hacia la salida. Mientras pasaban junto a Izayoi, ella habló con tono preocupado.
Izayoi:"¿Otra vez vas a decepcionarnos, Inuyasha?"
Kagome notó cómo las palabras de su madre afectaron a Inuyasha, pero él no respondió. Mientras la arrastraba fuera de la casa, ella intentó hacer una reverencia para despedirse.
En el umbral de la puerta principal, se encontraron con un hombre alto y de cabello platinado. Era evidente que era el padre de Inuyasha, cuya imponente figura irradiaba autoridad. La tensión entre ambos era palpable.
Inuyasha:(haciendo una reverencia breve) "Adiós."
El padre observó a Inuyasha y luego a Kagome, pero no dijo nada. Kagome, sintiendo el incómodo silencio, bajó la cabeza y siguió a Inuyasha hasta el auto.
El auto avanzaba rápidamente por la carretera mientras el silencio incómodo llenaba el espacio entre Inuyasha y Kagome. Finalmente, fue Inuyasha quien rompió el silencio.
Inuyasha:(sin apartar la vista del camino) "¿Mi abuela te dijo algo grosero?"
Kagome:(sacudiendo la cabeza) "No, no realmente."
Inuyasha:(con un tono más serio) "Si dijo algo incómodo, no le hagas caso. No tienes por qué sentirte mal por eso."
Kagome lo miró por un momento antes de sonreír con ironía.
Kagome:"Nunca pensé que tuvieras una familia. Como eres un sabelotodo, pensé que el cielo se abrió y simplemente apareciste de la nada."
Inuyasha frunció el ceño, confundido por sus palabras.
Inuyasha:"¿De qué estás hablando?"
Kagome:"Es solo que… no pareces llevarte bien con ellos. Se nota la tensión. ¿Por qué es así?"
El rostro de Inuyasha se endureció. Su tono se volvió frío.
Inuyasha:"Eso no es asunto tuyo."
Kagome, ignorando su advertencia, continuó hablando.
Kagome:"Deberías tragarte tu orgullo y llevarte bien con ellos. Si no lo haces, algún día te arrepentirás."
Inuyasha apretó el volante con fuerza.
Inuyasha:(molesto) "Te lo advertí."
Kagome, sin hacerle caso, insistió.
Kagome:"Tienes un temperamento horrible. Solo toma mi consejo, ¿sí? No es tan difícil."
De repente, Inuyasha golpeó el volante con ambas manos, haciendo que Kagome se sobresaltara.
Inuyasha:(levantando la voz) "¿¡Por qué todo el mundo cree que puede darme consejos que no he pedido!? ¡Primero Koga y ahora tú!"
Kagome, sin dejarse intimidar, lo miró fijamente.
Kagome:"Quizás porque son buenos consejos. Tal vez deberías escuchar a las personas que se preocupan por ti."
Inuyasha, claramente superado por la situación, apretó los dientes mientras su frustración aumentaba.
Kagome:(continuando) "Tu abuela solo quiere que la visites más seguido, ¿es tan difícil?"
Enojado, Inuyasha viró el volante y detuvo el auto bruscamente al costado de un puente. Kagome lo miró sorprendida.
Inuyasha:(frío) "Bájate."
Kagome:(incrédula) "¿Qué?"
Inuyasha:"Te advertí que te callaras, y no lo hiciste. Así que bájate."
Kagome, indignada y molesta, se quitó el cinturón de seguridad y abrió la puerta.
Kagome:(furiosa) "¡Eres un idiota, Inuyasha!"
Sin mirarla, Inuyasha arrancó el auto y se alejó rápidamente, dejándola en medio del puente. Mientras conducía, su mente era un torbellino de emociones. Sabía que había reaccionado de forma exagerada, pero no podía controlar sus impulsos cuando Kagome estaba cerca. Ella lo hacía sentir cosas que no entendía.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Por qué siempre tengo que perder el control con ella?"
Mientras tanto, Kagome, ahora sola, comenzó a caminar sin rumbo. Bajó del puente por unas escaleras y siguió caminando, tratando de calmarse y decidir qué hacer.
Más adelante, el remordimiento comenzó a ganar terreno en Inuyasha. Dio un giro en U y regresó al lugar donde había dejado a Kagome. Al llegar, descubrió que ella ya no estaba allí.
En el comedor de la familia Taisho, la madre, el padre y la abuela de Inuyasha estaban cenando en medio de un silencio incómodo. Finalmente, Izayoi decidió romper el hielo.
Izayoi:(en tono casual) "La boda será mañana domingo. ¿Podrás asistir?"
Inu no Taisho, el padre de Inuyasha, levantó la mirada de su plato con frialdad. Su semblante imponente hacía que sus palabras resonaran con autoridad.
Inu no Taisho:"¿Por qué debería asistir? Hace mucho que dejé de involucrarme en sus asuntos."
La abuela, con su rostro severo, interrumpió con firmeza.
Abuela:"Esa chica no tiene padres, Inu no Taisho. No podemos dejarla sola. Tampoco tiene familiares que la acompañen al altar."
Inu no Taisho arqueó una ceja, claramente escéptico.
Inu no Taisho:"¿Ella me pidió eso?"
Izayoi:(mintiendo con una sonrisa cálida) "Sí, lo hizo. Incluso tenía lágrimas en los ojos cuando me lo pidió."
Inu no Taisho permaneció en silencio por unos segundos, evaluando lo que había escuchado. Finalmente, dejó escapar un leve suspiro.
Inu no Taisho:"Muy bien. Lo haré. Pero no esperen que esto cambie nada."
Izayoi y la abuela intercambiaron una mirada de triunfo y una pequeña sonrisa. Habían logrado convencerlo de asistir.
(Pensamiento de Izayoi): "Por lo menos estará ahí para su hijo, aunque sea por esta vez."
Inuyasha caminaba de un lado a otro en la sala, con los brazos cruzados y una expresión tensa en el rostro. Era tarde, y Kagome no había regresado. Miró varias veces el teléfono que descansaba sobre la mesa, luchando contra su orgullo para no marcarle.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Dónde estará esa terca? ¿Y si le pasó algo?"
Después de unos minutos de indecisión, salió a la puerta y miró hacia la calle que bordeaba su casa. La luz tenue de los postes iluminaba a lo lejos, y finalmente, vio una figura que reconoció de inmediato: Kagome. Caminaba lentamente, con los hombros caídos y un aire de cansancio evidente.
Antes de que ella lo viera, Inuyasha retrocedió rápidamente, cerró la puerta con cuidado y subió las escaleras hasta su habitación. Se sentó en la cama, fingiendo no haberla esperado, aunque su mente no dejaba de pensar en el estado en que la había visto.
Kagome entró en la casa y fue directamente a su habitación. Cerró la puerta con fuerza y se dejó caer sobre la cama. Las lágrimas empezaron a correr por su rostro mientras revivía los eventos de esa noche. Finalmente, su frustración se transformó en determinación.
Kagome:(para sí misma) "No tengo por qué soportar esto. Ya es suficiente."
Se levantó, tomó su maleta y comenzó a empacar sus pocas pertenencias. Mientras lo hacía, marcó rápidamente el número de Sango en su teléfono.
Kagome:"Sango, necesito verte. ¿Dónde están viviendo?"
Sango, sorprendida por la llamada, le dio la dirección de su casa, pensando que tal vez Kagome les ayudaría económicamente. Una vez que terminó de empacar, Kagome salió de la casa sin mirar atrás.
Miroku y Sango estaban desayunando cuando escucharon el timbre. Al abrir, encontraron a Kagome en la puerta con una maleta en la mano. Ambos se sorprendieron al verla, especialmente porque sabían que era el día de su boda.
Miroku:(mirando la maleta) "Kagome, ¿qué pasó? Hoy es tu boda, ¿no?"
Kagome:(suspirando) "Inuyasha tiene actitudes insoportables. No voy a casarme con alguien así."
Miroku y Sango intercambiaron una mirada preocupada. Miroku sabía que si Kagome no se casaba, sus planes para aprovechar la situación se desmoronarían. Decidido a actuar, ideó rápidamente un plan.
Mientras Kagome hablaba con Sango, Miroku tomó discretamente su teléfono, buscó el número de Inuyasha y lo copió. Salió de la habitación y marcó desde su propio teléfono.
Inuyasha:(contestando, confundido) "¿Quién habla?"
Miroku:"Soy Miroku, un amigo de Kagome. No te preocupes, estará en el lugar acordado. No la dejes escapar."
Antes de que Inuyasha pudiera responder, Miroku colgó y regresó rápidamente con las chicas, fingiendo normalidad.
Miroku:(fingiendo urgencia) "¡Kagome! Creo que vi a Inuyasha cerca. Está buscándote."
Kagome:(alarmada) "¿Qué? ¿Cómo supo que estaba aquí?"
Sango:"No lo sé, pero no te preocupes. Vamos a ayudarte a escapar."
Miroku y Sango llevaron a Kagome fuera de la casa, y los tres detuvieron el primer taxi que pasó. Subieron rápidamente y le dieron instrucciones al conductor para llevarlos a un lugar "seguro."
Kagome comenzó a sospechar mientras el taxi se detenía frente a un edificio alto y elegante.
Kagome:(confundida) "¿Adónde me están llevando?"
Miroku:(sonriendo nervioso) "Confía en nosotros. Todo estará bien."
Al entrar al edificio, unas puertas dobles se abrieron, y Kagome fue recibida por un grupo de estilistas y asistentes que rápidamente la rodearon. Antes de que pudiera protestar, la llevaron a otra habitación para empezar a prepararla.
Kagome:(gritando) "¡Oigan! ¿Qué están haciendo? ¿A dónde me llevan?"
Los asistentes comenzaron a peinarla y maquillarla, mientras Miroku y Sango observaban desde la distancia.
Sango:(susurrando) "¿Esto no es demasiado, Miroku?"
Miroku:(encogiéndose de hombros) "Es nuestra única oportunidad. Si no se casa, perdemos todo."
Kagome, ahora sentada frente a un espejo, se miró con frustración mientras los estilistas trabajaban en ella.
En la entrada del lugar donde se celebraría la recepción y la ceremonia, Inuyasha estaba impecable con un esmoquin negro clásico. Su cabello platinado, cuidadosamente arreglado, caía en suaves mechones que resaltaban sus ojos dorados. A pesar de su apariencia perfecta, su mente estaba en un caos.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Por qué estoy tan nervioso? Esto es solo un acuerdo… nada más."
Los invitados comenzaban a llegar, todos elegantemente vestidos, y él se esforzaba por mantener una sonrisa falsa mientras los saludaba. Entre apretones de manos y pequeños intercambios de palabras, sentía cómo la ansiedad aumentaba con cada minuto que pasaba.
Después de saludar a varias personas, empezó a cansarse de la multitud y los comentarios repetitivos sobre lo "feliz" que debía estar. Justo cuando pensaba en buscar un momento para él mismo, vio a Kikyo acercándose.
Kikyo estaba radiante en un vestido largo color azul marino que resaltaba su elegancia natural. Su cabello oscuro y liso caía como una cascada sobre sus hombros, y sus labios esbozaban una sonrisa que Inuyasha conocía demasiado bien.
Kikyo:(sonriendo) "Felicidades, Inuyasha. Te ves muy guapo."
Inuyasha, aunque intentó mantener una expresión neutra, no pudo evitar que su corazón diera un vuelco al verla. Obligándose a actuar indiferente, le devolvió una sonrisa forzada.
Inuyasha:(en tono formal) "Gracias, Kikyo. Tú también te ves bien."
Kikyo se acercó un poco más, bajando la voz lo suficiente para que solo él pudiera escucharla.
Kikyo:(con una leve sonrisa melancólica) "Aunque… me hubiera gustado ayudarte a elegir ese traje."
Inuyasha sintió cómo su estómago se retorcía, pero mantuvo su postura firme.
Kikyo:"¿No estás enojado conmigo, verdad?"
La pregunta lo tomó por sorpresa, y durante un segundo no supo qué responder. Optó por fingir ignorancia.
Inuyasha:(evadiendo) "¿De qué hablas?"
Kikyo suspiró, entendiendo que no obtendría una respuesta directa. Decidió cambiar el tema, aunque su tono adquirió un matiz más serio.
Kikyo:"Ahora que estás a punto de casarte, ¿cambiarás conmigo? ¿Seguirás tratándome igual?"
Inuyasha sintió un nudo en la garganta. Mirarla era doloroso, especialmente porque sabía que nunca sería como había soñado. Sus palabras salieron más frías de lo que pretendía.
Inuyasha:"Todo cambia, Kikyo. Tal vez no te trate igual. Es una posibilidad."
Kikyo lo miró con una mezcla de tristeza y sorpresa. La sonrisa en su rostro se desvaneció lentamente mientras bajaba la mirada. Para ella, esas palabras sonaban como una despedida.
Inuyasha, incapaz de soportar la incomodidad y el dolor de la situación, decidió poner fin a la conversación.
Inuyasha:(con voz firme) "La ceremonia está por empezar. Tengo que ir a mi lugar."
Sin esperar una respuesta, hizo una ligera inclinación con la cabeza y se alejó, dejando a Kikyo sola entre la multitud. Ella lo observó mientras se alejaba, sintiendo un vacío en su pecho que no podía explicar.
En una habitación contigua al salón donde se celebraría la ceremonia, Kagome estaba sentada en un pequeño sillón, con las manos entrelazadas sobre su regazo. Llevaba un vestido de novia en corte sirena que realzaba sus curvas de manera elegante, con un velo largo que caía más allá del borde del vestido. Su maquillaje sutil destacaba sus grandes ojos color chocolate, que ahora reflejaban un torbellino de emociones: nerviosismo, incertidumbre y un atisbo de melancolía.
Kagome suspiró profundamente, tratando de calmarse. Aunque sabía que esta boda era solo un acuerdo, no podía evitar preguntarse si estaba tomando la decisión correcta.
(Pensamiento de Kagome): "¿Qué estoy haciendo? Esto no es real… pero, ¿por qué me siento tan nerviosa?"
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta de la habitación se abrió lentamente. Una figura alta e imponente entró con pasos firmes: era Inu no Taisho. Su porte elegante y presencia dominante llenaron la habitación de inmediato.
Kagome, sorprendida, se levantó rápidamente del sillón e hizo una reverencia profunda.
Kagome:(con voz respetuosa) "Perdón por no haberme presentado antes. Soy Kagome Higurashi."
El padre de Inuyasha asintió con una ligera sonrisa en su rostro. Había algo en su expresión que era a la vez severo y cálido.
Inu no Taisho:(con voz profunda) "Soy Inu no Taisho, el padre de Inuyasha. Es un gusto conocerte, Kagome."
Kagome levantó la mirada, sintiendo la fuerza y la amabilidad en sus palabras. Inu no Taisho dio un par de pasos hacia ella y continuó hablando.
Inu no Taisho:"Mi hijo tiene un mal temperamento. Puede ser terco y testarudo como él solo, pero al final del día es un buen chico. Solo necesita alguien que lo entienda y lo guíe."
Kagome lo miró con los ojos muy abiertos, sin saber qué decir. Las palabras de Inu no Taisho no solo describían a Inuyasha, sino que también parecían llevar consigo una solicitud de cuidado y paciencia.
Kagome:(con un nudo en la garganta) "Yo… haré lo mejor que pueda."
Inu no Taisho asintió, satisfecho con su respuesta. Observó a Kagome de arriba abajo, notando su elegancia y belleza.
Inu no Taisho:(con una sonrisa ligera) "Te ves realmente hermosa."
Luego, extendió su brazo hacia ella.
Inu no Taisho:"¿Me permites llevarte al altar?"
Kagome miró su brazo por un momento antes de tomarlo con suavidad. En ese instante, sintió una calidez inesperada en su corazón. Hacía mucho tiempo que no experimentaba algo parecido al amor de un padre. Aunque sabía que esta boda no era real, no pudo evitar desear que su propio padre estuviera ahí para acompañarla.
(Pensamiento de Kagome): "Papá… ojalá estuvieras aquí. Pero, por hoy, esto está bien."
Inu no Taisho le ofreció una sonrisa tranquilizadora antes de guiarla hacia la puerta. Kagome respiró profundamente, preparándose para enfrentarse al siguiente paso de este camino incierto.
Kagome avanzaba lentamente por el pasillo, tomada del brazo de Inu no Taisho. La música suave llenaba el ambiente, y los murmullos de los invitados se silenciaron al verla caminar hacia el altar. Todo parecía sacado de un cuento de hadas, pero en su mente, el contraste con la realidad era abrumador.
(Pensamiento de Kagome): "¿Cuántas veces imaginé este momento? Siempre pensaba en los detalles: el vestido, las flores, las damas de honor… pero lo que nunca cambiaba era él. En cada uno de mis sueños, el hombre en el altar estaba locamente enamorado de mí."
Dejó escapar un leve suspiro mientras apretaba un poco más el brazo de Inu no Taisho.
(Pensamiento de Kagome): "Nunca pensé que el hombre esperándome sería alguien como él: terco, obstinado, orgulloso, un patán…"
Sin querer, su mirada se clavó en Inuyasha, quien estaba de pie al final del pasillo, con un porte impecable en su esmoquin negro. Su expresión era seria, y su cabello platinado caía con elegancia sobre sus hombros. Kagome tragó saliva y, a regañadientes, completó su pensamiento.
(Pensamiento de Kagome): "...guapo, varonil. ¿Por qué tiene que verse tan bien?"
Por su parte, Inuyasha miraba fijamente hacia los invitados mientras esperaba a que Kagome llegara. Su mirada se detuvo momentáneamente en Kikyo, quien estaba sentada cerca del frente. Pensó en cómo todo esto debería ser diferente.
(Pensamiento de Inuyasha): "Kikyo debería ser la que camina por ese pasillo… no Kagome."
Sin embargo, cuando sus ojos finalmente se posaron en Kagome, algo cambió. Por un instante, el mundo pareció detenerse. Ella se veía casi angelical en su vestido de novia, con el velo cayendo suavemente a su alrededor y su mirada nerviosa, pero determinada.
(Pensamiento de Inuyasha): "Hoy… se ve más hermosa que nunca.
Cuando Kagome llegó frente a él, Inu no Taisho miró a Inuyasha a los ojos, con una intensidad que lo hizo desviar la mirada hacia Kagome. Sin decir una palabra, Inu no Taisho entregó la mano de Kagome a Inuyasha y dio un paso atrás.
Inuyasha, algo rígido, tomó la mano de Kagome y la guió suavemente hacia el altar. Sus ojos se encontraron brevemente, pero ninguno dijo nada. Ambos estaban atrapados en una mezcla de emociones y pensamientos contradictorios.
El oficiante comenzó a hablar, guiándolos a través de los votos matrimoniales. Tanto Kagome como Inuyasha los repitieron con poca emoción, casi como si estuvieran leyendo un guion. A pesar de ello, sus palabras resonaron en el salón, y los invitados observaban con atención.
Luego vino el intercambio de anillos. Inuyasha tomó el anillo y deslizó cuidadosamente la delicada banda en el dedo de Kagome, evitando su mirada. Kagome hizo lo mismo con manos ligeramente temblorosas.
Finalmente, llegó el momento que todos esperaban.
Oficiante:"Puede besar a la novia."
Inuyasha miró a Kagome, notando el leve rastro de molestia aún presente en su rostro. A pesar de ello, dio un paso hacia ella, levantando suavemente su mano izquierda para colocarla en su cintura. Su toque fue sorprendentemente tierno, casi protector.
Con su mano derecha, la colocó delicadamente en la nuca de Kagome, acercándola con cuidado. Kagome al principio se mantuvo rígida, recordando el mal momento que le había hecho pasar al dejarla abandonada en el puente. Sin embargo, cuando sintió sus labios sobre los de ella, algo en su interior cambió.
Kagome dejó escapar un suspiro apenas audible y permitió que la tensión en su cuerpo desapareciera. Cerró los ojos y correspondió al beso, olvidándose momentáneamente de todo lo que la rodeaba.
Por su parte, Inuyasha se sintió abrumado por el aroma de Kagome. El sutil perfume a jacintos blancos parecía envolverlo por completo, haciéndolo olvidar dónde estaba y por qué estaba allí. Por un instante, nada más importó.
El momento se rompió cuando los aplausos de los invitados llenaron el salón. Kagome e Inuyasha se separaron lentamente, sus miradas encontrándose por un breve segundo antes de apartarlas con incomodidad. Ambos sabían que algo había cambiado, pero ninguno estaba listo para admitirlo.
La noche era tranquila cuando Inuyasha y Kagome llegaron al hotel en una pequeña isla que se alzaba como un paraíso escondido. El cielo estrellado y el suave sonido de las olas acompañaban sus pasos mientras caminaban hacia el bungalow que les habían asignado.
Inuyasha, despreocupado como siempre, caminaba adelante, mientras Kagome cargaba todas las maletas con esfuerzo evidente. Su rostro reflejaba molestia, pero no decía nada.
Kagome:(resoplando) "¿En serio? ¿Vas a dejarme cargar todo esto sola?"
Inuyasha:(sin voltear, con tono burlón) "Claro, no querría que te malacostumbraras, querida esposa."
Kagome apretó los dientes mientras lo seguía hasta el bungalow. Al entrar, dejó caer las maletas con un golpe fuerte, haciéndolo girar la cabeza con una ligera sonrisa en los labios.
Kagome:(mirando alrededor) "Es bonito... pero hay un problema."
Inuyasha, que ya se había sentado en la cama con los brazos cruzados, levantó una ceja.
Inuyasha:"¿Y ahora qué?"
Kagome:(señalando) "¡Solo hay una cama! ¿Dónde vamos a dormir?"
Inuyasha:(con indiferencia) "Obvio, yo duermo en la cama. Tú puedes usar el camastro junto a la piscina. ¡Perfecto para una vagabunda como tú!"
Kagome lo miró incrédula.
Kagome:"¡No puedo dormir afuera! ¿Y si me muerde algo? ¿Y si me enfermo?"
Inuyasha:(riendo) "Eso es perfecto. Ya estás acostumbrada a dormir afuera, ¿o no? ¿No te acuerdas cuando estabas afuera de mi casa como una mendiga?"
Kagome frunció el ceño, pero decidió no discutir más. Salió al camastro junto a la piscina, tratando de acomodarse.
Desde la habitación, Inuyasha la observaba a través de la ventana con una sonrisa burlona.
Inuyasha:"Si quieres, puedes dormir conmigo. Ya estamos casados, cariño."
Se levantó y fue hasta la puerta del bungalow, la abrió y tomó a Kagome de la muñeca, jalándola suavemente hacia la habitación. Kagome, confundida, lo siguió, pero al llegar junto a la cama, él la soltó con una sonrisa juguetona. Se tumbó en la cama y dio unas palmadas al espacio junto a él.
Inuyasha:(en tono seductor) "Ven aquí, amorcito. El lugar es todo tuyo."
Kagome, furiosa por su actitud burlona, giró sobre sus talones y salió de la habitación, cerrando la puerta con fuerza. Inuyasha soltó una carcajada y se acostó, acomodándose para dormir.
Pasaron los minutos, y Kagome, después de luchar infructuosamente con el camastro, regresó al bungalow molesta. Abrió la puerta de golpe, haciendo que Inuyasha diera un pequeño salto en la cama.
Kagome:(cruzándose de brazos) "Tienes razón, ya estamos casados. Dormiré aquí."
Inuyasha la miró con los ojos abiertos de par en par mientras ella se metía bajo las sábanas a su lado. Intentando recuperar la compostura, murmuró:
Inuyasha:(nervioso) "Está bien, pero…"
Sin esperar respuesta, puso una barrera de almohadas entre ellos.
Inuyasha:"Esto nos mantendrá separados."
Kagome no respondió. Cerró los ojos, dándole la espalda, mientras Inuyasha se esforzaba por calmar su propio nerviosismo. Pronto, ambos se quedaron dormidos.
A la mañana siguiente
El aroma de jacintos blancos invadió los sentidos de Inuyasha. Parpadeó lentamente, sintiendo un calor cercano. Al bajar la mirada, descubrió que Kagome estaba acurrucada contra él. Su cabeza descansaba sobre su pecho, su mano estaba en su abdomen, y su pierna derecha estaba entrelazada con las de él. Para completar la escena, su propio brazo estaba alrededor de su cadera, abrazándola suavemente.
Por un momento, Inuyasha se quedó inmóvil, sin querer arruinar la sensación de calidez que lo invadía. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
(Pensamiento de Inuyasha): "Se siente... bien. Demasiado bien."
Sin embargo, su pequeño momento de tranquilidad se interrumpió cuando Kagome comenzó a moverse. Antes de que ella pudiera despertarse por completo, Inuyasha se deslizó cuidadosamente fuera de la cama y se dirigió al baño. Cerró la puerta detrás de él y se apoyó contra ella, tratando de calmarse.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Qué demonios me está pasando?"
Abrió el grifo de agua fría y se lavó la cara, tratando de borrar las sensaciones y pensamientos que había tenido. Pero la calidez de Kagome, su aroma y la paz que había sentido seguían grabados en su mente.
La tarde en la isla era perfecta: el sol brillaba suavemente, las palmeras se mecían con la brisa y el sonido del mar proporcionaba un fondo relajante. Inuyasha salió del bungalow y llamó a Kagome, quien estaba sentada en una pequeña terraza, mirando distraídamente las olas.
Inuyasha:"Oye, ven conmigo. Quiero dar una vuelta por la isla."
Kagome levantó la mirada, notando que él estaba junto a dos bicicletas apoyadas contra una pared. Dudó por un momento, pero finalmente se levantó y lo siguió hasta afuera.
Kagome miró las bicicletas con cierta incomodidad y no se movió para subirse a una. Inuyasha, al darse cuenta, arqueó una ceja.
Inuyasha:"¿Qué pasa ahora? Aunque nuestro matrimonio no sea real, no tiene que ser malo todo el tiempo, ¿sabes?"
Kagome bajó la mirada, nerviosa.
Kagome:(murmurando) "No es eso… es que nunca aprendí a andar en bicicleta."
Inuyasha la miró sorprendido por un momento, pero luego una sonrisa divertida apareció en su rostro.
Inuyasha:"¿Qué? ¿En serio? Bueno, no es tan difícil. Vamos, te enseñaré."
Kagome negó con la cabeza, pero él ya estaba ajustando la bicicleta para que pudiera intentarlo. Ella subió con torpeza, mientras él la sostenía desde atrás para estabilizarla.
Inuyasha:"Solo pedalea. No te preocupes, no te voy a soltar."
Kagome intentó avanzar, pero sus movimientos eran torpes y descoordinados. Después de varios intentos fallidos, Inuyasha notó su creciente frustración.
Kagome:(gritando) "¡Es imposible! ¡No puedo hacerlo!"
Inuyasha:"Relájate. Te estoy sosteniendo."
Kagome, sin embargo, perdió el equilibrio y terminó cayéndose de lado, golpeando su rodilla contra el suelo. Inuyasha soltó la bicicleta rápidamente y se arrodilló junto a ella.
Inuyasha:"¿Estás bien? Déjame ver."
Kagome apartó su pierna y comenzó a llorar, más por frustración que por el dolor. Inuyasha la observó, desconcertado y algo incómodo.
Inuyasha:(con voz suave) "Oye, no llores. No me gusta ver a las mujeres llorar, ¿ok? Si dejas de llorar… te compraré un helado. ¿Qué te parece?"
Kagome lo miró con los ojos llenos de lágrimas y, aunque intentó mantenerse seria, no pudo evitar soltar una pequeña risa entre sollozos.
Kagome:"¿Un helado?"
Inuyasha:"Sí, lo que quieras. ¿Fresa? ¿Chocolate? Solo… deja de llorar."
Kagome se secó las lágrimas y asintió. Inuyasha se levantó y tomó una de las bicicletas, subiéndose con facilidad. Miró a Kagome y señaló la parrilla trasera.
Inuyasha:"Ven, súbete aquí. Será más fácil."
Kagome, aún insegura, se acercó y se sentó cuidadosamente en la parrilla trasera de la bicicleta. Rodeó la cintura de Inuyasha con sus brazos para mantenerse estable, lo que provocó un escalofrío que recorrió todo el cuerpo de Inuyasha. Él apretó los labios, tratando de ignorar la extraña sensación.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Por qué me afecta tanto?"
El paseo por la isla
El paisaje era simplemente espectacular: el camino rodeado de palmeras, la brisa fresca, y el sol comenzando a bajar en el horizonte, bañando todo con tonos dorados. Kagome, que al principio estaba tensa, comenzó a relajarse mientras disfrutaba del paseo.
Kagome, mirando los alrededores, no pudo evitar sonreír.
Kagome:"Es hermoso."
Inuyasha:(sin mirarla) "Lo es… aunque sigues siendo más pesada de lo que esperaba."
Kagome le dio un pequeño golpe en el costado, pero ambos rieron mientras continuaban su camino. Finalmente, llegaron a un pequeño puesto de helados junto al mar. Inuyasha pidió dos conos, uno de chocolate para él y otro de fresa para Kagome.
Se sentaron en una banca cercana, mirando el mar mientras comían en silencio. La calma del momento era reconfortante.
Kagome:(mirándolo de reojo) "Gracias, Inuyasha."
Inuyasha:(fingiendo indiferencia) "¿Por qué?"
Kagome:"Por el helado… y por el paseo."
Inuyasha sonrió para sí mismo, pero no dijo nada. En su interior, estaba sorprendido de cuánto había disfrutado el momento con ella.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Qué demonios me está pasando?"
El viaje de regreso desde la isla fue tranquilo y silencioso. Aunque la luna de miel había sido corta, Kagome no podía evitar pensar en los pequeños momentos que había compartido con Inuyasha. Por su parte, él intentaba no darle demasiada importancia a los pensamientos que se cruzaban por su mente. Tan pronto como llegaron a casa, cada uno tomó caminos distintos.
Kagome subió directamente a su habitación. Al abrir la puerta, sus ojos se iluminaron. Todo era diferente: los muebles eran elegantes y acordes a su estilo, con tonos cálidos y detalles que reflejaban su personalidad. La cama era amplia y parecía extremadamente cómoda. El armario estaba lleno de ropa nueva y bonita, acompañada de zapatos y accesorios perfectamente organizados. Pero lo que realmente llamó su atención fue un oso de peluche que descansaba sobre la cama.
Kagome tomó el peluche con cuidado, acariciando su suave pelaje, y se sentó en el borde de la cama con una sonrisa radiante.
(Pensamiento de Kagome): "¿Quién…? ¿Inuyasha hizo esto por mí?"
Mientras tanto, en su habitación, Inuyasha estaba sentado en la cama, revisando su teléfono, cuando una llamada entrante interrumpió sus pensamientos. Al ver el nombre en la pantalla, su expresión cambió al instante. Era Kikyo. Dudó un momento, pero terminó contestando.
Kikyo:(con tono despreocupado) "Hola, Inuyasha. Sabía que ya habías regresado de tu viaje."
Inuyasha:(serio) "¿Cómo supiste eso?"
Kikyo:(riendo) "Por favor, eres una celebridad. No es difícil seguirte la pista. Pero no te preocupes, no soy una acosadora."
Inuyasha suspiró y permaneció en silencio, permitiendo que Kikyo continuara.
Kikyo:"Necesito un favor. Mi trabajo como estilista va a aparecer en un artículo de revista, pero no encuentro a ningún modelo que me guste. ¿Podrías ser tú? Sería perfecto."
Inuyasha apretó los labios, sintiéndose incómodo. Había esperado esta llamada, pero no tenía la energía para lidiar con Kikyo en ese momento.
Inuyasha:(en tono frío) "No puedo. Estoy ocupado. Luego hablamos."
Kikyo intentó responder, pero él ya había colgado. Se quedó mirando el teléfono por unos segundos antes de lanzarlo suavemente sobre la cama y salir de la habitación.
Inuyasha estaba en la cocina, bebiendo agua, cuando Kagome bajó las escaleras con una expresión feliz. Al verlo, se acercó con rapidez.
Kagome:"¡Gracias, Inuyasha!"
Él levantó una ceja, fingiendo indiferencia.
Inuyasha:"¿Por qué?"
Kagome:"Por mi habitación. Es perfecta. Todo es hermoso. ¡Incluso me compraste un oso de peluche! No tenías que hacerlo, pero gracias."
Inuyasha, que aún estaba molesto por la llamada con Kikyo, desvió la mirada y respondió con frialdad.
Inuyasha:"No te emociones. Todo eso será descontado de tu pago."
(Pensamiento de Inuyasha): "¡Bien hecho, idiota! En lugar de decirle que lo compraste porque querías verla feliz, sigues siendo un cretino."
Kagome frunció el ceño, claramente decepcionada, pero antes de que pudiera responder, Inuyasha cambió de tema.
Inuyasha:"Por cierto, tengo otra sorpresa para ti. Ven conmigo."
Ambos salieron de la casa, y Kagome se detuvo al ver un auto deportivo negro estacionado frente a ellos. Sus ojos se iluminaron.
Kagome:"¡¿Me compraste un auto?!"
Inuyasha soltó una carcajada y negó con la cabeza.
Inuyasha:"No seas tonta. Este es mío."
Luego movió una bicicleta amarilla con canasta hacia ella. Kagome se detuvo por un momento, sorprendida, antes de soltar una risa.
Kagome:"¡Es hermosa! ¿Para mí?"
Inuyasha:"Claro. No te emociones demasiado. Ahora tienes que aprender a usarla."
Momentos después, Kagome estaba practicando con la bicicleta mientras Inuyasha la ayudaba a mantener el equilibrio. Aunque al principio tuvo problemas, poco a poco comenzó a mejorar. Finalmente, logró pedalear por sí sola y dio una vuelta entera alrededor de la calle.
Kagome:(gritando emocionada) "¡Lo hice! ¡Inuyasha, lo logré!"
Sin pensarlo, Kagome se bajó de la bicicleta y corrió hacia él, abrazándolo con fuerza.
Kagome:"¡Gracias, gracias, gracias!"
Inuyasha, sorprendido al principio, finalmente devolvió el abrazo, aunque de manera torpe. Sin embargo, algo en su pecho se sentía cálido y tranquilo.
(Pensamiento de Inuyasha): "¿Qué es esto que siento?"
Mientras ellos compartían este momento, una figura conocida los observaba desde la distancia. Kikyo, que acababa de llegar para hablar con Inuyasha, los vio abrazados y felices. Su expresión se endureció mientras los miraba fijamente.
Kagome, ajena a la tensión en el ambiente, fue la primera en notar a Kikyo.
Kagome:(con una sonrisa) "¡Hola, Kikyo! ¿Cómo estás?"
Kikyo no respondió de inmediato. Su mirada alternaba entre Kagome e Inuyasha, quien ahora estaba inmóvil y claramente incómodo.
