Las Villanas de Saint Michael's

Capítulo 14 – De lo que jamás me di cuenta

Más tarde ese día

Después de haber regresado con la maestra, el día continúa y durante el receso, les llevamos sus mochilas a Ikue y Eiko en la enfermería, quien todavía no ha despertado.

– Al menos la temperatura ya le esta bajando. Estaba en 38.2C la última vez que se la tomé.

Nos cuenta Ikue cuando la visitamos durante el receso, antes de volver a nuestras clases.

Y cuando el día finalmente llega a su fin, las chicas del salón comienzan a guardar sus cosas, preparándose para ir a sus actividades de club. Como a diferencia de ellas, yo no me encuentro en ningún club, me limito a guardar mis cosas antes de salir a acompañar a Ikue.

– Iré a verte cuando termine con mis practicas del club ¿esta bien? – me pregunta Sakura.

– Sí, de acuerdo, nos vemos al rato.

- Muy bien.

Antes de salir, Sakura me da un pequeño beso en los labios y una vez han salido, me dirijo a la enfermería con Ikue.


Enfermería de Saint Michael's

Al entrar me encuentro con la misma escena que me encontrado desde que salí. Eiko todavía acostada en la cama, agotada, e Ikue sentada a su lado, cuidando de ella y leyendo un libro para pasar el tiempo.

Al verme entrar, deja el libro de lado y me habla en voz baja para no molestar a Eiko.

– Hola, Kurara.

– Hola, Ikue ¿Cómo ha seguido Eiko?

– Bastante mejor creo yo. Se la ha pasado durmiendo y la fiebre ya no le ha vuelto a subir. Aúnque todavía se mantiene en 38C.

– Me alegra oír eso.

Ambas la vemos descansar.

– ¿Por qué crees que lo haya hecho? – me pregunta Ikue – Pudo haber hecho varias otras cosas para evitar que nos mojáramos ¿Por qué decidió algo tan estúpido como mojarse ella misma para evitar que me mojara?

– Dudo mucho que haya sido algo que pensó realmente. Seguramente no tuvo tiempo de pensarlo e hizo lo primero que se le ocurrió.

– Exacto, en esos pocos segundos, su primer instinto fue salvarme en lugar de protegerse ella misma. Y lo que más me duele, es que desearía haber podido hacer lo mismo por ella.

– Ikue…

Ambas nos quedamos un rato más platicando, hasta que notamos que Eiko se empieza a mover y poco a poco va despertando.

– Uh… ¿Uh? ¿Ikue?

– ¡Eiko-chan!

Al verla despertar, Ikue de inmediato deja todo de lado y aprieta aún más su mano, acercándose a ella.

– ¿Te encuentras bien? ¿Cómo te sientes?

– Uh… Ikue…

– Eiko… eres una… ¡BAKA!

– ¡Ikue! – reacciono sorprendida al verla reaccionar de esta manera.

– ¿Qué rayos pasa contigo? ¿Cómo se te ocurre venir a la escuela estando tan enferma como lo estabas? ¿Tienes alguna idea de lo preocupada que he estado por ti?

– Ikue…

– Eiko-san… Baka.

Sin poder controlarse más, Ikue por fin se suelta a llorar sobre el pecho de Eiko, quien al no poder hacer nada más se limita a abrazarla y acariciar su cabello rojo.

– Ya, tranquila, Ikue, estoy bien, no tienes porque preocuparte. Lamento mucho haberte preocupado.

– Baka, yo soy quien debería disculparse. Lamento mucho no haberme fijado antes en cómo estabas, lo siento mucho.

– Ikue.

Eiko la abraza mientras Ikue continua llorando sin parar sobre su pecho y para no interrumpirlas, mejor me levanto y salgo silenciosamente de la sala. Ya luego tendré oportunidad de saludarla, por ahora esta en buenas manos.


Pasillo de Saint Michael's

Salgo de la sala silenciosamente, pero cuando lo hago volteo y veo que en la entrada se encuentra Sakura y sorpresivamente, esta acompañada por la gran mayoría de nuestras compañeras de salón.

– ¿Sakura? Chicas… ¿Qué hacen aquí?

– Venimos a ver si Eiko-san se siente mejor.

– ¿De verdad?

- Así es, todas estábamos hablando de la manera en que colapsó en la mañana y bueno, queríamos ver si ha mejorado.

– ¿Sabes si ya se siente mejor?

– ¿Crees que podamos entrar a verla…? Si quieres, claro – me dicen aún con algo de miedo de que les grite o diga algo peor.

– Chicas…

Me asomo a la sala donde Ikue continúa llorando sobre el pecho de Eiko, así que les digo.

– Ya se ha despertado y se siente un poco mejor, pero aún necesita descansar.

– De acuerdo.

– ¿Ikue-san esta con ella?

– Sí, ha estado con ella todo el día y ahora la está cuidando.

– Que alivio.

Al escuchar esto, pareciera que todas sonríen e incluso un peso se les quita de encima. Incluso pensaría que están alegres por ella. Por Eiko…

– Bueno, en ese caso no las interrumpiremos. Con permiso, Kurara-san.

– Seguro.

Las chicas de nuestro salón se dan la vuelta y se van platicando alegres susurrando los nombres de Eiko e Ikue mientras se van.

Una vez se han alejado, me quedo a solas con Sakura a quien le digo.

– Que extraño.

– ¿Qué es lo que extraño, Kurara?

– Es solo que… creí que todas ellas odiaban a Eiko, que nos odiaban a todas nosotras ¿Por qué habrán venido a verla? ¿De verdad estaban preocupadas por ella?

– Por supuesto, después de todo, no todos los días ves a una de tus compañeras colapsar de esta manera.

– Pero Eiko-san… nosotras siempre hemos sido malas con ellas ¿Por qué se preocuparían de lo que nos pase?

– Bueno, no puedo hablar por todas ellas, pero creo que la reacción de Ikue-san tuvo mucho que ver para que se interesaran por ella y conmovieran de esa manera.

– ¿De verdad? – pienso en lo que dijo – De hecho ahora que lo dices, no esperaba ver esa reacción en Ikue cuando Eiko colapsó. Quiero decir, claro que yo también me preocupé mucho por ella, pero… Ikue en verdad debe quererla mucho, para haber reaccionado de esa manera – digo con una sonrisa.

– Ay Kurara ¡Pero claro que Ikue iba a reaccionar así! ¿Cómo esperabas que reaccionaría al ver a la chica de la que está enamorada colapsar de esa manera? ¿Acaso tú no habrías reaccionado igual de haberme visto caer así? – me pregunta eso último a modo de broma.

– ¿Uh?

– Cómo sea, será mejor que le demos su espacio a esas tortolitas para que platiquen ¿Quién sabe? quizás e incluso en una de esas, Ikue finalmente se anima a confesarle sus sentimientos de amor a Eiko ¿no te parece?

Sakura me toma de la mano y comienza a avanzar con intención de llevarme con ella hasta la salida. Sin embargo, al ver que no avanzo se detiene y me pregunta.

– ¿Qué pasa, Kurara? ¿Olvidaste algo?

– Qué… ¿Qué es lo que acabas de decir? – le respondo aún en shock por lo que acabo de escuchar – Acaso Ikue… ¡¿Está enamorada de Eiko?!


Patio de Saint Michael's

Tras salir de la enfermería, llevo a Sakura conmigo a una de las bancas de los grandes jardines de Saint Michael's donde nos sentamos y le pido que me explique más de la gran noticia que me acaba de revelar.

– ¡¿De verdad Ikue está enamorada de Eiko?! ¡¿Cómo lo sabes?! ¡¿Acaso Ikue te lo dijo?! ¿Por qué te lo platicó a ti primero y no a mí? ¿Sabes desde hace cuánto está enamorada?

– Ay, por favor Kurara, en verdad no puedes ser tan ingenua.

– ¿Uh?

– Quiero decir, son tus mejores amigas de toda la vida ¿No es cierto? ¿De verdad jamás has notado la manera en que ellas dos se hablan y siempre andan juntas? Me parece incluso imposible imaginarlas separadas una de la otra.

– Bueno, respecto a eso… ya que viven tan cerca, siempre he pensado en ellas como dos amigas que son muy cercanas. Muy, MUY cercanas.

Digo eso último pensando en cómo efectivamente, ellas dos SIEMPRE andan juntas. Rara vez las he llegado a ver separadas de la otra y la dinámica tan cercana que tienen entre ellas. Incluso más que conmigo.

– Después de todo tal como dijiste, desde niñas las tres siempre hemos estado juntas y en todo eso tiempo, yo jamás he llegado a sentir algo romántico por ellas y estoy segura de que ellas tampoco han sentido algo así por mí. A no ser que… ¡¿Sabes si Eiko esta enamorada de mí?!

– De ninguna manera.

– Uh…

– ¿Por qué luces decepcionada? ¡¿Acaso te olvidas que soy tu novia?!

– Lo siento, lo siento – digo riendo – es solo que en verdad… esto es sorprendente. Ikue está enamorada de Eiko y ¿Sabes si Eiko siente lo mismo por ella?

– Bueno… con lo tosca y siendo sincera, algo bruta que puede ser a veces especialmente con esos temas, no dudo que todavía no se haya dado cuenta. Pero sí, definitivamente el amor que siente por Ikue ahí está, de no ser así, no habría reaccionado como lo hizo cuando ese camión las iba a mojar.

– Increíble… Ikue esta enamorada de Eiko, y Eiko siente lo mismo por ella.

– Así es, sólo es cuestión de tiempo para que ambas se den cuenta de lo que sienten y entonces…

– ¡Tenemos que hacer algo para ayudarlas!

– ¡Kyaaaaa! ¿Kurara?

Sin previo aviso, la tomo de los hombros y la volteo conmigo para verla a los ojos.

– ¡Tenemos que ayudarlas cuanto antes a que se den cuenta de lo que sienten y puedan confesarse a la otra!

– ¿De qué estás hablando? Esto no es algo en lo que podamos interferir, Kurara. Ellas son quienes se deben de dar cuenta de lo que sienten.

– ¡Eso no va a funcionar con ellas! Dices que son mis amigas de toda la vida ¿Cierto? Eso quiere decir que las conozco lo suficiente para saber de lo que hablo y como dices, Eiko es demasiado tosca para darse cuenta de lo que siente e Ikue a menos que la fuerces, no será honesta con lo que realmente siente. Ella es más… ¿Cómo decirlo? De seguir la corriente a las demás. Si queremos que ellas dos se den cuenta de lo que sienten, tenemos que hacer algo y presionarlas para que confiesen su amor.

– Kurara… en serio eres una entrometida ¿Lo sabías?

– De verdad ¿Lo soy?

– Así es, siempre te metes en donde no te llaman y causas líos a quienes te rodean.

– Uh…

Me decepciono un poco cuando me dice eso pero de inmediato, me toma de la barbilla y planta un pequeño beso en mis labios.

– Pero es así como eres que me gustas, Kurara. Si dices que esa es la mejor manera de apoyar a nuestras amigas, contarás con mi apoyo.

– Sakura – sonrío – muy bien, en ese caso no hay tiempo que perder. Tenemos que idear una forma para hacer que esas dos confiesen lo que sienten hacia la otra ¿Se te ocurre alguna manera?

– De hecho… tengo una idea que creo que podría funcionar.