-Esto es todo lo que puedo acercarme sin levantar sus alarmas-les dijo Unimon mientras descendía por una colina-la entrada es la que está delante vuestra...-les dijo el caballo alado mientras desplegaba sus alas, Joe miró en la dirección que les señalaba y distinguía una grieta en la ladera de la roca, sin dudas era la entrada-volveré a esconderme, estaré atento para ayudaros...

-Gracias Unimon-le respondió Joe con una caricia en el largo cuello del digimon en agradecimiento, como lo hicieron Izzy y Sora, Joe se sentía aliviado, no quería que Unimon corriera ningún riesgo, para el era alguien apreciado, ya que por su "enfrentamiento" conoció a Ikkakumon.

Joe vio alejarse a Unimon y su atención volvió a sus acompañantes, aunque Sora pretendía guardar una apariencia serena, era demostrado que estaba altamente nerviosa.

-¿Cual crees que es el mejor plan?-preguntó Sora a Izzy, este simplemente permaneció en silencio, Joe, reconoció que Izzy podía ser alguien realmente desesperante, no entendía el sentimiento de empatía del todo, aunque si lo hacía con él, al menos era lo que él pensaba.

-Izzy-le dijo Joe para hacerle volver a la realidad y tranquilizar un poco más a la nerviosa Sora.

-Creo que es mejor que los enfrentes aquí-dijo decididamente Izzy, tanto él como Sora se sorprendieron.

-¿Y el efecto sorpresa?-preguntó con ironía Joe-la idea de venir los tres solos es que no levantaremos las alarmas.

-Lo se, pero una vez entrados en la gruta, se levantarán, después de lo que ha pasado con Mervamon no dejarán que nos internemos asi como asi, hay que hacer que nuestros enemigos salgan, Sora y Piyomon los tentará con un ataque, eso provocará que salgan, mientras Joe y yo nos internamos en la caverna para buscar a Tentomon y Gomamon-les explico Izzy, Joe solo veía una gran grieta en el planteamiento.

-Sora y Piyomon son fuertes, pero no pueden ella solas con dos de los digimon ultras de Dragomon-le contestó Joe.

-No he dicho que tengan que batallar, solo un cebo, les harán alejarse de aquí, y ella volará a las ruinas de regreso-les explico Izzy.

-¡No pienso dejaros atrás!-le respondió Sora inmediatamente.

-Sora, has venido a ayudarnos, pero como habéis hecho antes vosotras, somos nosotros quienes tienen que acabar con nuestros enemigos, Joe y yo, tendremos que alcanzar el nivel necesario para enfrentarlos-le respondió Izzy.

-Es prácticamente un suicidio, no sabéis si lo conseguireis...-dijo Sora con un hilo de voz.

-Es la salida más lógica, no podemos sacrificar al único Digimon que tenemos que alcanza el nivel mega de forma satisfactoria, si Joe y yo no conseguimos que Tentomon y Gomamon consigan el nivel necesario, en toda la misión solo seremos un estorbo-le explico Izzy-es mejor caer aqui que ser un obstáculo para Kari en la lucha con Dragomon más adelante.

-¡Pero...!-empezó a decir Sora asustada.

-Es lo lógico-le respaldo Joe, y Sora lo miró de hito en hito.

-¡Ambos estáis locos!-le respondió Sora-¡No podéis pedirme que os abandone a vuestra suerte!

-No te pedimos eso, confía en nosotros, necesitamos hacer esto, necesitamos que nazca el mismo vínculo, si te tenemos a ti aquí, nos sentiremos a salvo, suena fatal, lo sé , Sora, pero se de lo que hablo, he estado en lugares en los que solo unos milimetros te apartaban de la trayectoria de proyectiles que te matarían al momento, se bien lo que te pedimos, pero confía en nosotros, se lo que hago... y siendo realistas-dijo Joe fingiendo toda la seguridad que podía-¿Cuantas veces se ha equivocado en uno de sus planes Izzy?

Joe vio en el rostro de Sora que quiso rebatir su argumento, pero no podía hacerlo, suspiro mientras miraba el suelo apesadumbrada, porque no podía rebatir sus argumentos suicidas.

-No murais, por favor...-le pidió Sora una pungida Piyomon la seguía por la lomba y separaban sus caminos.

Joe sin necesidad de hablar con Izzy, bajaron todo lo posible, cerca de la gruta sin entrar en ella, desde alli no podian divisar el interior, pero a internarse en una sima, sabían que no los iban a ver una vez que salieran de ella.

De pronto en el cielo se produjo un destello cegador, no había dudas que se trataban de Phoenixmon y las alarmas sonaron, era un sonido estremecedor.

De la gruta salieron raudos muchos Divermon y Machindramon, pero Joe tuvo que contener el aliento al ver a los seres que salieron de la gruta...

-Ogudomon y Neptunemon-dijo Izzy en un susurro a su oído.

Uno de ellos era un ser monstruoso, de muchas patas, garras afiladas y que parecía un insecto sideral, creado solo para la destrucción y el otro era una especie de gran tritón, con una larga y escamosa cola de pez y una armadura, portaba un báculo terrorífico en forma de tiburón, ambos a Joe le hicieron plantearse todo el valeroso discurso que le había dicho a Sora, sin dudas, esos Digimons habían sido creados para el mal, parecían terriblemente poderosos.

Pero Joe había aprendido algo en la guerra, una vez trazado un plan, había que seguirlo, porque el éxito no se conquistaba, se trabajaba en equipo y Sora estaba haciendo su parte, tenían el camino despejado, esos digimon parecían seguros de que estarían con Sora.

-Izzy vamos-dijo Joe mientras salía de su escondite, pero antes de tener una nefasta consecuencia, agarró a Izzy que se había tambaleado por el miedo y la conmoción de ver a los enemigos que le esperaban.

-Era más fácil explicar el plan a Sora que llevarlo a cabo...-se sincero Izzy asustado.

-Siempre es asi...-le dijo Joe mientras le tendía la mano.

Izzy y él se internaron en la gruta, una vez dentro no encontraron rastros de sus enemigos, Joe supuso que no se molestaron en poner más seguridad, ya que siendo tan laberíntico... alguien podía entrar, pero no parecía capaz de salir...

-El laberinto del Minotauro-dijo Izzy utilizando la armadura de la lógica y el conocimiento.

-Esto no son fábulas ni cuentos...-le respondió Joe-y el Minotauro sería el menos de nuestros problemas como esos decidan volver antes de encontrarnos con Tentomon y Gomamon...-le dijo Joe volviendo en sí a Izzy-¿Como llegaremos sin perdernos?

-El laberinto del Minotauro-le respondió Izzy mientras él se acercaba y le quitaba su chaqueta ante su sorpresa, tenia un sonrisa, rompió la chaqueta por sus costuras y empezó a deshilarla con una rapidez desconcertante.

-Fue un regalo del primer aniversario...-dijo Joe son sorna y admirado por la genialidad.

-Lo se, era regalo mío-le dijo sin más Izzy-te comprare otra si salimos de aquí...

-¿Otro aniversario?-le pregunto Joe, sabía que no era el momento, pero era demasiado tentador no aprovechar la oportunidad.

-¿Por qué no lo iba ha haber?-pregunto Izzy confuso, Joe se exaspero y siguió andando, seguido de Izzy.

Cuando él mismo descubrió lo que quería en la vida y al lado de quien quería vivirla, eso solo lo apartó más de su familia, de sus padres, pensó que también apartaría al único amigo que tenia, pero fue todo lo contrario, era un momento de mayor confusión y cambio de su vida, también felicidad y para Izzy fue lo mismo... hasta que Joe le propuso formalizar lo que tenían, ya que en Europa podían hacerlo, no quería ocultarse más y poder expresar lo que eran...

Izzy le rebatió que su relación no era lógica, por lo que no había nada que exponer a los demás...

Para Joe eso fue una ruptura, para Izzy... no tenía ni idea, y en esa parálisis en la relación vivía desde hacía algunos meses... lo que le pasaba a Yoshie era demasiado como para aclarar aquel punto, así que... así estaban las cosas.

-Joe...para-le llamó Izzy, pero Joe no quiso hacerlo-¿Porque no me has dicho que mi plan era una locura?-mientras se detenía, Joe se vio obligado a hacerlo también.

-Nunca te equivocas-le respondió Joe con total confianza.

-Me equivoqué sí he dicho y hecho... o no he hecho, algo que nos llevará a ti y a mi al final-le respondió Izzy, Joe sabía que no debía tener aquella conversación en aquel momento, pero posiblemente no salieran nunca de aquella cueva.

-Izzy…-le dijo Joe con cuidado- después de tanto tiempo... no lo se... después de años... pensé que tal vez los demás pudieran vernos a nosotros mismos, no solo como amigos, que supieran que somos algo más, no es algo que tengamos que decidir ahora, no es algo que tengas que hacer si no estas seguro o no te gusta la idea...

-Lo que me has dicho, de quedarme en Japón con mi madre, ¿Era para que nos separemos?-le preguntó Izzy, Joe se sintió herido.

-¡No!-le contestó con contundencia-lo hice por ti, porque lo necesitas, no por mi... solo pensaba en que seria lo mejor para ti...

-Cuando te apoye en lo de seguir los pasos de Shin lo hice por ti también, solo pensando en ti... lo que le has dicho a Sora... ¿Cuántas veces has visto la muerte tan de cerca?-le pregunto Izzy, Joe no le respondió, Izzy nunca le habia hablado de forma tan dolida-por eso no es lógico, decir a viva voz que estamos juntos y que un dia me digan que estás muerto, no quiero tener ante mi una vida contigo, si tu vas a estar en peligro, quiero que tengas un trabajo aburrido como el mío donde estés a salvo y en casa antes de que anochezca, eso para mi es lo que llamó lógico, cualquier otra cosa no quiero contemplarla... yo te puse en peligro ahora y ni te importo... confundes la valentía con temeridad y eso me asusta...

Joe se quedo sin palabras ante aquel gesto sincero de Izzy.

-Lo siento...-dijo simplemente Joe, entendió a Izzy, él no era Shin, quería honrar la memoria de su hermano, pero Izzy... Shin había vivido su vida como quería, el unico que queria era vivirla con Izzy...

Antes de que Joe pudiera decir algo más los dispositivos de ambos se iluminaron y sus mentes volvieron a la misión, Joe en ese momento sentía toda la fuerza necesaria para salir de allí, de lograrlo.

-Estamos cerca-le dijo Izzy cogiendo su dispositivo y tanto él como Izzy echaron a correr hacia la dirección donde su dispositivo se hacia mas fuerte, procurando no perder el hilo que les marcaba la salida de la intrincada cueva que era la guarida de sus enemigos.

Siguieron corriendo unos minutos mas, Joe no pudo evitar sentir pasos a su espalda, ya estaban sin tiempo, tenían que encontrar ya a Gomamon y a Tentomon. Siguieron corriendo con el corazón en un puño cuando vislumbraron el final de la luz, cada vez que se acercaban más, pero no eran capaces de ver nada, cuando llegaron a una pequeña caverna excavada en la piedra…

Allí estaban Gomamon y Tentomon, Joe estaba sin palabras, la alegría se convirtió en miedo, ninguno de los dos se había movido ni un milímetro, tanto él como Izzy se inclinaron y se miraron con impotencia, el era medico pero no podía ayudar a sus compañeros, carecía del conocimiento para hacerlo.

-Tenemos que salir…-dijo Izzy intentando tensar el hilo pero este de pronto hizo un movimiento extraño y ya estaba suelto… no sabía a qué altura… pero habían cortado el hilo, no tenían escapatoria, Izzy le miró con pavor, quiso acercarse y decirle algo- gracias-dijo sin más Izzy, Joe lo miró sin entender- por no darme por perdido cuando me esforzaba por que me fueras indiferente…

Joe ya no dijo nada más, le tomo de la mano, sus dispositivos ya no reaccionaban y sus enemigos se escuchaban cada vez más cercanos, era el final, pero era el final con Izzy, era un buen final.

-Niños elegidos-dijo un voz escamosa.

Joe no sabía que Digimon era, solo observaba a Izzy, contrariamente, no parecía asustado, parecía aliviado, se preguntaba cuánto tiempo se había guardado aquello, durante años, jamás le dijo aquello, Izzy pese a la frialdad con la que había tratado su relación en estos años quiso tener una última rendición romántica, era completamente irónico…

-Te quiero…-le dijo sin mas Joe depositando todo lo que era en aquellas palabras, sus últimas palabras.

-Lo se-le respondió Izzy con seguridad.

Y de pronto dos haz de luz iluminaron todo el lugar, ante todos los enemigos que abarrotaban la caverna se presentaron dos majestuosos digimons megas.

-¡HerculesKabuterimon!

-¡Vikemon!

El silencio era ensordecedor, se quedó sin aliento, viendo el ataque convinado de los dos digimons como arrasaron a sus rivales de la caverna, no había sido una batalla de un solo ataque sus digimon habían arrasado a los rivales.

Al reencontrarse con sus compañeros se dio cuenta que Izzy le miraba y podía ver en su cara que por fin vio que era lógico seguir juntos, porque así eran más fuertes.