Alador condujo a Tanis hasta la puerta de la biblioteca donde estaban los espíritus.

-Detrás de esta puerta está el espíritu que te dará el poder que necesitas para ayudar a tus amigos.- dijo Alador.

-Gracias señor-dijo Tanis.

Alador asintió y dejó a Tanis. Ella entró en la biblioteca.

-Hola. ¿Hay un espíritu aquí?- llamó Tanis.

Comenzó a buscar un espíritu en la biblioteca, hasta que vio que había tres espíritus flotando arriba.

-¡Hola! ¡Aquí abajo, señoras!- llamó Tanis.

Los espíritus oyeron una voz y miraron hacia abajo para ver quién era.

-¡Quiero ser una heroína!.- dijo Tanis.

Uno de los espíritus escuchó la petición de Tanis y bajó a verla. Era el espíritu de la mujer momia.

-Hola niña, arrodíllate ante mí.- dijo la mujer momia.

-¿Qué?- preguntó Tanis.

-Arrodíllate ante mí ahora.- Respondió la mujer momia.

Tanis no sabía de qué le hablaba. Hizo lo que le decía para complacerla y no perder el tiempo.

-Ahora, ¿qué necesitas?- Preguntó la mujer momia.

-Señora yo...-interrumpió Tanis.

-¡Es la Reina Eris!.- dijo Eris.

-Reina Eris, necesito que me des tu poder.- Respondió Tanis.

-¿Para qué?.- preguntó Eris.

-Mis amigos están en peligro y necesito ir a salvarlos.- respondió Tanis.

-¿Y?.- preguntó Eris.

—¿Y? —preguntó Tanis.

-¿Y qué más?.- preguntó Eris.

-Eso es todo.- Respondió Tanis.

-¿Solo eso?. Vete ya.- Dijo Eris.

Tanis no podía creer lo que estaba oyendo. Esta mujer arrogante le dijo que se fuera después de verlo pedirle ayuda para salvar a sus amigos. Ella ya había llegado tan lejos y no iba a dar marcha atrás.

-¿Qué podría ser más importante que salvar a mis amigos?- preguntó Tanis.

-Mi hora.- Respondió Eris.

-¡¿Qué?!.- preguntó Tanis.

-Soy una reina. Si quieres mi poder, tiene que ser por una razón mejor que ir a salvar a unos plebeyos.- Respondió Eris.

Tanis ya estaba enfadada. Tenía que ser clara con esa mujer si quería salvar a sus amigos.

-¡¿Quieres una buena razón?!. ¡Te daré una buena razón!. ¡Quiero ser una heroína!.- dijo Tanis.

-Bueno. ¿Por qué?- preguntó Eris.

-Mis amigos y mi maestro pensaban que no debía ser un héroe. Yo era el más joven y no querían exponerme al peligro, pero yo quiero ayudarlos. Quiero poder caminar a su lado y demostrarles que puedo ser un héroe. Estar ahí para ellos en cada batalla que esté por venir.- Respondió Tanis.

-Entonces quieres demostrarle a todos los que te despreciaron que estás a su nivel? Para que se arrodillen ante ti. Me gusta. Te daré mi poder.- Dijo Eris.

-Eso no fue lo que... -interrumpió Tanis.

-Extiende tu mano-dijo Elsa.

Ambos unieron sus manos y un resplandor iluminó toda la habitación. El espíritu de Eris se había fusionado con el de Tanis.

-Guau.- dijo Tanis.

Tanis sintió un gran poder recorrer su cuerpo.

-Ahora me toca a mí salvarlos.- dijo Tanis.

Dicho esto, Tanis salió corriendo a ayudar a sus amigos. Los otros dos espíritus se quedaron y vieron todo lo que pasó.

-Pobrecita, ahora le toca a Eris.- Dijo uno de los espíritus.

Mientras Tanis corría por el pasillo, se detuvo cuando se encontró con Amelia.

-Déjame ayudarte-dijo Amelia.

-¿Quién eres tú?-preguntó Tanis.

-Soy Amelia. Alador es mi papá.- Respondió Amelia.

-¿Quieres ayudarme?-preguntó Tanis.

-Sí. Tus amigos están atrapados en jaulas. Vas a necesitar a alguien que los libere mientras tú te encargas del poseído.- Respondió Amelia.

-¿Tu papá sabe lo que quieres hacer?-preguntó Tanis.

-No. Si lo supiera seguramente diría que no.- Respondió Amelia.

-Será mejor que le pida ayuda a tu papá.- dijo Tanis.

-Por favor, déjame ayudarte. Puedo teletransportarte allí. También sé magia.- Dijo Amelia.

-No lo sé. Tu papá se va a enojar.- dijo Tanis.

-Mi papá no me deja salir del castillo. Insiste en que me quede aquí donde puedo protegerme. Quiero demostrarle que ya no soy una niña.- dijo Amelia.

Tanis podía entender a Amelia. También quería demostrar que tenía la edad suficiente para defenderse.

-Está bien. Puedes venir conmigo. Ambos salvaremos a mis amigos.- Dijo Tanis.

-No te arrepentirás.- Dijo Amelia.

Amelia activó el hechizo de teletransportación y los dos fueron al cementerio.

En el escondite donde Alucard tenía encadenado a Marcus. Estaba solo, Alucard se había ido. Después de un rato Marcus escuchó que alguien se acercaba.

-Sorpresa. Sorpresa.- dijo Alucard.

Marcus se horrorizó al ver a Alucard llevando a sus estudiantes en jaulas.

-¡Chicas!.- dijo Marcus.

-¡Profesor!.- Dijeron las niñas.

-¿Estás bien?-preguntó Sibella.

-Sí, estoy bien.- Respondió Marcus.

-Gracias a Dios.- dijo Sibella.

-¿Dónde está Tanis?-preguntó Marcus.

-La dejamos en Grimwood.- Respondió Phantom.

-Entonces, ¿está a salvo?-preguntó Marcus.

-Pero no por mucho tiempo. Ella es la siguiente.- Dijo Alucard.

-¡Si les haces daño te mataré!.- dijo Marcus.

-Tus amenazas vacías no me asustan. Sólo mira cómo capturó al último de tus estudiantes.- Dijo Alucard.

En otra parte del cementerio estaban escondidos Tanis y Amelia, vigilando el lugar donde estaban sus amigos capturados.

-¿Estás seguro de que está aquí?-preguntó Tanis.

-Mi magia de ubicación dice que está ahí.- Respondió Amelia.

-Tenemos que sacarlo.- dijo Tanis.

-También detecté que hay algunas trampas ocultas. Podemos activarlas para hacerle creer que nos ha atrapado.- dijo Amelia.

-Buena idea. En cuanto salga, entras a rescatarlos mientras yo lucho contra él.- dijo Tanis.

-¿Crees que podrás enfrentarlo sola?-preguntó Amelia.

-Sé que puedo- respondió Tanis.

-Está bien.- dijo Amelia.

Los dos se acercaron lentamente y en silencio para coger la trampa. Amelia le señaló a Tanis donde estaban las trampas y ella cogió una piedra para activarlas. Lanzó varias piedras activándolas una a una. Hasta que todas las trampas se activaron, provocando mucho ruido.

En su escondite Alucard escuchó todo el ruido.

-Parece que ya llegó el último de vosotros. Vuelvo enseguida.- Dijo Alucard.

-¡No!.- dijo Marcus.

-¡Tanis!.- dijo Elsa.

-¡No te atrevas a tocarla!.- dijo Winnie.

Alucard fue a revisar sus trampas, cuando llego vio que todas estaban activadas pero no había señales de su presa.

-¡¿Qué?!. ¡No está allí!.- Dijo Alucard.

De repente, Tanis sale de su escondite y se muestra ante Alucard.

-¡Aquí estoy!.- dijo Tanis.

-¡Tú!. ¿Cómo escapaste de mis trampas?.- Preguntó Alucard.

Mientras estaba distraído Amelia aprovechó para ir a rescatar a los demás sin ser vista.

-No importa. Te capturaré personalmente.- Dijo Alucard.

-Esta vez no podrás capturar a nadie.- dijo Tanis.

-No me hagas reír. La última vez no pudiste hacer nada.- Dijo Alucard.

-Sí, pero esta vez estoy listo para ti.- Dijo Tanis.

-¿Eh?.- preguntó Alucard.

-¡TRANSFORMACIÓN!.- gritó Tanis.

Una luz de energía rodeó el cuerpo de Tanis. Su forma comenzó a cambiar, ahora era más alta, tenía un tocado de faraón azul y dorado con una serpiente en la punta de la cabeza, brazaletes y grebas también azules y dorados, y sus ojos se volvieron azules. Se había convertido en una heroína.

-¿Cuántos más de ustedes pueden transformarse?-preguntó Alucard.

-Yo solo fui suficiente para derrotarte.- dijo Tanis.

-Crees que eres mucho pero sólo eres una niña.- dijo Alucard.

-No me subestimes. Yo también soy un héroe.- dijo Tanis.

Mientras tanto Marcus y las chicas pensaban en Tanis. Estar atrapados sin poder hacer nada mientras ese monstruo perseguía a su amiga los hacía sentir miserables.

-Tanis.- dijo Marcus.

-Hay tantas cosas que quiero decirle.- dijo Sibella.

-Tengo que disculparme con ella- dijo Winnie.

-Todos tenemos que pedirle disculpas.- dijo Elsa.

-Sólo estábamos preocupados por ella-dijo Fantasma.

-Sí, es como una hermana pequeña para mí.- dijo Sibella.

-No quería que ella pasara por lo mismo que nosotros- dijo Winnie.

-Ahora puede que no la volvamos a ver-dijo Fantasma.

-No sé cómo, pero prometo que encontraré una forma de salvarlos a todos.- dijo Marcus.

En ese momento llega Amelia para salvar el día.

-Yahoo.- dijo Amelia.

-¡Amelia!.- Dijeron Marcus, Sibella y Winnie.

-¿La conoces?-preguntó Elsa.

-Ella es la hija de Alador.- respondió Sibella.

-¿Qué haces aquí?-preguntó Marcus.

-Vine con Tanis para salvarlos.- Respondió Amelia.

-¿Está bien?-preguntó Fantasma.

-Sí. Ella está afuera cuidando a los poseídos. Ahora también tiene un espíritu.- Respondió Amelia.

-¿¡Qué!?.- Preguntó Marcus.

-¿Puedes sacarnos de aquí?-preguntó Winnie.

-Sí.- Respondió Amelia.

Con su magia de no-muertos, utilizó los huesos de algunos esqueletos para crear una llave. La utilizó para liberar a Marcus y a las chicas.

-Gracias Amelia.- dijo Marcus.

-Tenemos que ir a ayudar a Tanis.- dijo Sibella.

-Sígueme, yo te guiaré.- dijo Amelia.

Todos corrieron a ayudar a Tanis.

Mientras tanto estaba a punto de comenzar su pelea con Alucard.

-Muéstrame lo que puedes hacer-dijo Alucard.

Tanis usó sus poderes de momia para convocar un enjambre de escarabajos que atacaron a Alucard. Se sacudió tratando de deshacerse de la enzima.

-Vaya, soy tan fuerte como mi papá.- dijo Tanis.

Tanis se sorprendió de lo mucho que aumentaron sus poderes.

-Me pregunto qué más puedo hacer.- se preguntó Tanis.

Tanis usó sus vendas para agarrar una lápida y arrojársela a Alucard. La lápida lo golpeó en la cabeza, lastimándolo y haciéndolo enojar.

-¡Niña!.- Dijo Alucard enojado.

Sacó su ballesta y le disparó a Tanis, pero ella usó sus poderes para convertirse en arena y esquivarlo. Ella siguió disparándoles flechas pero Tanis en su forma de arena siguió esquivando. Alucard ya estaba furioso.

-BASTA!.- gritó Alucard.

Alucard sacó algunos explosivos de sus bolsillos para acabar con esto de una vez por todas. Tanis lo vio venir y enredó a Alucard completamente en sus vendajes.

-Esta vez no podrás escapar-dijo Tanis.

Alucard luchó por salir de las vendas pero no pudo. Tanis se preparó para golpearlo con su ataque más fuerte.

-¡SARCÓFAGO CONVOCADO!.- gritó Tanis.

Una vez que dijo el nombre de su ataque, apareció un enorme sarcófago y Tanis metió a Alucard dentro. Antes de cerrarlo, usó sus vendas para poner los explosivos que tenía Alucard en el sarcófago. Cerró el sarcófago y este explotó con Alucard dentro. El sarcófago desapareció y Alucard quedó tendido en el suelo derrotado. La pelea había terminado y Tanis había ganado.

-¿Qué fue eso?-preguntó Winnie.

Los demás que buscaban a Tanis escucharon una explosión y fueron a ver qué era. Cuando llegaron vieron a Alucard en el suelo y la nueva forma de Tanis.

-¿Tanis?.- preguntó Marcus.

Tanis escuchó a su amo y se giró para mirar.

-Hola chicos.- dijo Tanis.

Marcus y las chicas estaban asombradas. Ella sola había derrotado al poseído que las había capturado. Contentas de que Tanis estuviera bien, sus amigas corrieron a abrazarla.

-Oh, Tanis, me alegro mucho de que estés bien.- dijo Sibella.

-No me vuelvas a asustar así.- dijo Winnie.

-Estoy bien. No te preocupes.- dijo Tanis.

-¿Hiciste esto solo?-preguntó Marcus.

-Sí, ahora soy una heroína -respondió Tanis.

—Ah, Tanis, ya hablamos de eso antes —dijo Elsa.

-Lamentamos mucho lo que dijimos.- Dijo Fantasma.

-No debimos subestimarte por ser el más joven de nosotros.- dijo Winnie.

-Te amamos. Eres como una hermana para nosotros.- dijo Sibella.

-Si te tratamos como a una niña pequeña fue porque nos importabas y no queríamos perderte.- dijo Marcus.

-Chicos, está bien. La razón por la que quería ser heroína era porque admiraba a la profesora, a Sibella y a Winnie por luchar por nosotros. Yo también quería luchar a su lado, después de todo somos amigas.- dijo Tanis.

Todos estaban felices de saber que Tanis no les guardaba rencor y que pensaba lo mismo de ellos.

-Bueno, será mejor que le saque el espíritu a ese tipo y llame a la policía para que se lo lleven.- dijo Marcus.

Una hora después Marcus ya había separado el espíritu del cuerpo del poseído y la policía había llegado. Había dos policías y Marcus estaba hablando con uno de ellos.

-Entonces, ese tipo intentó capturarte a ti y a tus estudiantes, ¿no?- preguntó el policía.

-Sí, nos atrajo a este cementerio y quería meternos en esas jaulas.- respondió Marcus.

-¡Hola Bob! ¿Ya tienes su testimonio?- preguntó el policía.

El otro policía estaba interrogando a Amelia.

-Todavía no, Frederic.- Respondió Bob.

-Y eso fue lo que pasó.- dijo Amelia.

-¿Tienes alguna idea de lo que quería contigo?.-

-Ni idea. Llévate al malo, por favor.- dijo Amelia.

-Lo haremos. Ya tenía antecedentes por caza ilegal.- dijo Bob.

Los policías se marcharon llevándose al detenido.

-Amelia, gracias por ayudarnos.- dijo Marcus.

-De nada.- dijo Amelia.

-Entonces ¿eres Amelia?.-Preguntó Elsa.

-Tenemos mucho de que hablar-dijo Fantasma.

-Claro. Podemos conocernos mejor más adelante, pero primero volvamos a Grimwood.- dijo Marcus.

-¿Cómo?-preguntó Winnie.

-Bueno, supongo que caminando.- dijo Marcus.

-Deberíamos haberle pedido a esos policías que nos llevaran.- dijo Amelia.

En la guarida de la reina araña. Tirannica, a través de sus pequeños espías arácnidos, se había enterado de la derrota de Alucard.

-Doby, me has fallado. Eres tan inútil con Fenrir.- Dijo Tirannica.

-Lo siento, mi señora. Si me da otra oportunidad, yo... -interrumpió Doby.

-Ya sabes que no doy segundas oportunidades.- dijo Tirannica.

La reina araña usó su red para atrapar a Doby y dejarlo colgado en la pared.

-Más tarde te devoraré.- dijo Tirannica.

Grogg se asustó al ver como su amigo estaba pegado a la pared.

-Eres el último que queda, Grogg. No me decepciones.- Dijo Tirannica.

-No lo haré, señora.- Dijo Grogg.

Mientras tanto, Marcus y las chicas caminaban de regreso a Grimwood.

-¿Vas a estudiar en Grimwood con nosotros?- preguntó Sibella.

-Si mi papá me deja.- Respondió Amelia.

-Me encantaría tenerte con nosotros-dijo Tanis.

-Por cierto, ¿cómo te dio Alador permiso para venir con nosotros?- preguntó Marcus.

-No lo hice.- Respondió Alador.

Alador estaba de pie frente a Grimwood esperándolos. Parecía muy enojado.

-Amelia, nos vamos.- dijo Alador.

-Adiós.- dijo Amelia.

Amelia se despidió del grupo y fue a pararse al lado de su papá.

-Buen trabajo a todos. Por cierto, Marcus, con respecto a nuestra charla anterior, lo siento, pero Amelia no podrá asistir a Grimwood.- dijo Alador.

Dicho esto, usó su magia de teletransportación y se fue con su hija.

-Está bien. Adiós.- dijo Marcus.

Todos observaron cómo Amelia y Alador se marchaban. Las chicas estaban un poco tristes al saber que Amelia no asistiría a la escuela con ellas y Marcus se preguntó si había una razón para el comportamiento de Alador.