—¡Bienvenidos a Utopía! ¡¿Listos para el Gran Desfile?!—

Se escucha el ruido de la gente, los cuales fueron al Templo de la Rata (O Utopía, para los residentes del pruebo) para presenciar uno de los Festivales más grandes que el cielo podría apreciar. Detrás de las puertas del Templo, se encontraba una chica con orejas de ratón. La Guardiana del Norte, Vikala, la cual es la idol y el atractivo principal del Templo.

—¡Es hora de mi Gran Entrada! ¡Repitan después de mi!—

En eso eruptan los gritos de la gente, sonando todos al unísono.

—LUCKY!—

Se ven globos gigantescos volar desde el escenario, mientras que los carruajes del desfile empiezan a avanzar, con las bailarinas, o mejor dicho, las sacerdotisas del Templo, bailando sobre estos.

—COOKIE!—

Una trampa gigantesca para ratones aparece flotando entre los globos, que a no ser que no seas un visitante frecuente de Utopía, es algo usual en estos shows, puedes anuncian la llegada de la Guardiana, la cual está sujetándose de los globos, junto a dicha trampa de ratones.

—VICKY!—

Se escucha a todos los asistentes gritar de la emoción, mientras que Vikala caía del cielo con completa gracia.

—¡Es hora del show!— Se escucha a la chica decir con una gran sonrisa. Pero lo que nadie sabe es que por dentro…

"Ugh… Mucha gente… Todos muy emocionados y vibrantes… Quiero ir a casa…"

Si no fuera por dichas orejas de ratón que esta posee en su cabeza, Vikala caería en su modo "Yin", la parte de ella que menos quiere que los demás vean. Después de todo, la Vicky que le da a los demás esperanzas, alegría y sonrisas es solo su lado "Yang", una faceta que hizo para (sentir) ser digna de ser la Guardiana del Templo del Norte.

En su modo Yin, ella no es más que una farsa, una chica sin confianza en sí misma, sin ilusiones ni motivaciones propias, la cual quiere esconderse de todo y todos. Por eso no puede dejar que nadie la vea así, por eso…

—¿Estas bien, Vikala?—

Escuchó una voz hablar, era Dormouse, la trampa para ratones que estaba con ella, aunque ella, gracias al espíritu de la Rata, era la única que podía escucharlo. Eso la sacó de sus pensamientos, y le dio una gran sonrisa.

—¡Estoy más que bien! ¡Vamos a darles a los Yangtopianos un festival para recordar!

Porque mientras tenga sus orejas, puede abrazar su parte más positiva, y así podrá darles a todos los sueños y esperanzas y sonrisas que ella no es capaz de experimentar, no sin su lado Yang.

Porque para ella las cosas son así, dos extremos sin un punto medio, pero con una (falsa) determinación de crear su Yangtopia, su Utopía, para que todos los que la visiten puedan divertirse.