Tesoro del Futuro
Mi primer día en el pasado
Los días de clases de combate eran los que más detestaba Jaune. Ser ocasionalmente la bolsa de boxeo de sus compañeros empezaba a quitarle las ganas de asistir.
Aunque las clases en secreto que había estado recibiendo de su compañera lo habían hecho mejorar, aún estaba detrás de todos, sin exagerar. Por suerte o desgracia, la durabilidad de su Aura evitaba que fuera derrotado en cuanto llegaba a la arena, pero eso mismo lo hacía parecer más patético al solo recibir golpes y fallar constantemente.
Por eso, que lo llamaran a la oficina del director, interrumpiendo las clases de la profesora Goodwitch, parecía un escape inesperado, algo así como una retirada estratégica. Daba igual lo que le dijera el director, incluso si estaba relacionado con su peculiar forma de llegar a ser estudiante de Beacon. Temía que lo descubrieran, pero si eso pasaba, sería una salida fácil. Había demostrado lo que pudo, pero no había sido suficiente. En el fondo, sabía que solo era cuestión de tiempo. Incluso dudaba de que el director, quien parecía saberlo todo, hubiese pasado por alto su engaño.
Esas ideas iban y venían por su cabeza mientras el vetusto ascensor marcaba los números en su mecánico contador. La oficina del director Ozpin estaba en la última planta de la torre más alta, y el viaje estaba acompañado únicamente por la música monótona y enlatada del ascensor.
El tono de apertura y final de la música lo sacó de sus cavilaciones, justo antes de que terminara de pensar en alguna excusa para el viejo director.
La habitación estaba decorada con mecanismos de engranajes y grandes ventanales. Aunque nunca había estado allí, nada le resultaba fuera de lugar, salvo por una cosa: en la misma habitación había otra persona.
Era una joven mujer, quizás de su edad o un poco menor. Su cabello era tan rubio como el suyo propio, excepto por las puntas, que tenían una coloración rojiza tenue pero reconocible. Era un rasgo peculiar, aunque nada comparado con sus ojos: un plateado hermoso. Al menos, eso fue lo primero que vino a la mente de Jaune cuando los vio.
Aunque los uniformes que ambos llevaban eran similares, la escuela permitía cierto nivel de personalización, algo ligado a la naturaleza de ser cazadores o cazadoras. Sin embargo, lo que destacaba era la capa blanca sobre los hombros de la chica, algo más común en personas que gozaban de cierto favoritismo por parte del director.
La joven, que hasta hacía unos segundos miraba por el ventanal, le dirigió una leve mirada. Sus ojos plateados se llenaron de lágrimas, aunque su expresión no era de tristeza, sino de alegría.
"Buenos días", saludó Jaune al director, aunque sin dejar de mirar a la mujer que secaba sus ojos.
"Joven Arc", respondió el director, girando su silla. "Me alegra que respondiera tan pronto a mi llamado. Por favor, tome asiento."
"P-por supuesto...", dijo Jaune, tartamudeando mientras apartaba los ojos de la otra rubia y los dirigía al anciano.
"Dígame, joven Arc, ¿qué tan familiarizado está con los castigos por indisciplina de nuestra institución?" preguntó el director, con un tono que parecía más una amenaza.
"No recuerdo haber escuchado a ningún compañero hablar al respecto, pero sé que la profesora pone a los revoltosos primeros en la lista de combate, y el profesor Port mantiene más contacto visual del necesario", respondió Jaune apresuradamente.
Una sonrisa se dibujó en los labios del director antes de ponerse de pie y llamar a la joven con un gesto.
"Se lo preguntaré por cortesía, Arc. No estamos jugando aquí, ¿verdad?" preguntó, mirando a los jóvenes.
Ambos respondieron con un confuso gesto y un leve "¿umh?".
"Joven Arc, ¿conoce a la señorita presente?" preguntó Ozpin, señalando a la joven con la mano.
"No, señor", respondió Jaune lentamente, mientras observaba a la mujer, que parecía algo inquieta.
"No soy aficionado a las bromas, pero yo también fui joven. Sé que a esa edad uno es propenso a desafiar la autoridad y tratar de ser listo. Por eso, pregunto de nuevo: ¿no tiene nada que decirme respecto a la señorita aquí presente?" El tono del director era menos amigable.
"Lo juro, señor", respondió Jaune, como si el director estuviera listo para expulsarlo de vuelta a casa.
"Bien", dijo el director, volviendo a su tono normal. "Puede sentarse", indicó a la mujer, que no dudó un segundo en ocupar la silla a la derecha de Jaune.
"Entonces, me temo que tenemos un problema, uno más allá de cualquiera que haya visto en muchos años", dijo el anciano, entrelazando los dedos sobre su escritorio.
"Adelante, señorita, repita la historia que la trajo aquí y, por favor, evite omitir cualquier detalle", indicó Ozpin.
"Bueno... es confuso", dijo la adolescente, hablando por primera vez. Jaune sintió que su piel se erizaba como la de una gallina. Estaba seguro de que lo que fuera a decir sería algo muy serio.
"Quizá suene increíble; incluso cuando lo digo, me parece una locura. Pero... en realidad no soy de aquí. Ni siquiera de esta época", respondió, mirando sus manos que descansaban sobre sus piernas.
"¿A qué te refieres? Yo también soy de lejos", respondió instintivamente Jaune, pero fue silenciado por el director con un gesto de la mano.
"Bueno... Yo soy de las islas de Pach, pero... no soy de este tiempo. Es confuso, pero si la fecha es correcta, vengo de 25 años en el futuro", respondió ella. Sin embargo, para Jaune, aquello parecía más una broma que una confesión. Se desinfló en su asiento, tal vez más de alivio que de sorpresa.
"E-es verdad", agregó la joven al notar su reacción, tomando su brazo.
"Lo juro por mi madre", añadió, clavando sus ojos plateados en los azules de Jaune. "Por favor, solo escúchame."
Un largo suspiro escapó de la joven antes de cruzar las manos sobre su regazo, un gesto que a Jaune le recordó a alguien, aunque no podía ubicarlo. Entonces, la joven esbozó una gran sonrisa.
"Jaune, tú eres mi padre. Bueno... el 'tú' de dentro de mucho tiempo."
Una risa nerviosa salió del joven al recibir esa revelación. Cada vez la broma parecía más absurda. ¿Qué tan probable era que su hija, o la hija de su amiga, y esta desconocida fueran la misma persona?
"Director, creo que hay maneras más delicadas de decir las cosas. Pero un simple 'estás expulsado' habría bastado", respondió con una sonrisa nerviosa.
"Me temo, joven Arc, que tuve la misma reacción y también pensé que era una broma", dijo Ozpin, ajustándose las gafas. "Pero si escucha su historia, pronto quedará claro que todo es verdad."
El director hizo un gesto para que Jaune se mantuviera en su asiento.
"Señorita Rose, puede continuar", indicó.
La joven tomó una gran bocanada de aire y prosiguió.
/ - /
"¡Y Solene es la ganadora!", anunció un enorme profesor con una armadura de estilo chino.
Una mujer de cabello rubio y alborotado estrechó la mano de su oponente, quien lucía magullado, como si hubiera golpeado un muro.
"Tenemos tiempo para un combate más", alzó la voz el profesor. "¿Algún voluntario?"
"¡Yo!", dijo una joven, poniéndose de pie. "Y reto a Summer", agregó, sosteniendo su espada sujeta a un cinturón de cuero.
Un suspiro audible escapó de Summer, exagerado para que todos lo escucharan. "Bien, como quieras. Siempre disfruto arrastrarte por el suelo", dijo con una amplia sonrisa.
"Ya veremos", respondió la mujer de cabello gris mientras colocaba su espada en posición.
"¡Tienen 15 minutos!", dijo el profesor con un tono de resignación, como si supiera lo que vendría.
"Bien, Nivia, desempatemos", dijo Summer desde su lado de la arena, mientras desabrochaba una pequeña bolsa en su costado y sacaba un arma.
"Pensé en eso mismo", respondió Nivia, colocando su espada en posición.
"¡EMPIECEN!", gritó el profesor.
Nivia dio un gran paso y, con un giro rápido, embistió a Summer. Pero la joven invocó con rapidez una espada delgada para frenar el ataque de su oponente.
Nivia retrocedió, colocó ambas manos en la empuñadura de su espada y la clavó en el suelo. Un enorme grifo emergió, lanzando una lluvia de carámbanos que cubrieron el área alrededor de Summer en hielo.
Cuando la neblina se disipó, Summer había soportado el ataque con un escudo. Golpeó el suelo con él para quitarse la escarcha y, de inmediato, lo deshizo para invocar un arco con el que disparó a su oponente.
Nivia esquivó las flechas con facilidad, incluso con cierto aire de soberbia. Sin embargo, en un instante, una lanza pasó rozando su mejilla, sacando chispas de su Aura y cortándole casi por completo la trenza que llevaba.
Sostuvo la lanza con su mano enguantada y, con el reverso de su espada, golpeó a Summer, empujándola de vuelta a su lugar. De inmediato, le lanzó otro ataque, esta vez congelándole los pies para asegurarse de conectar el siguiente golpe.
Summer, buscando en su bolso, desplegó una guadaña. En el mismo instante, se agachó para esquivar el golpe del filo de la espada y, acto seguido, barrió los pies de Nivia, haciéndola resbalar de espaldas hasta salir del cuadrilátero.
"¡La victoria es de Summer!", declaró el profesor con aire de satisfacción. "Con esto terminamos. Por favor, las participantes cambien para su siguiente clase."
"Esto no cuenta", murmuró Nivia mientras aceptaba la ayuda de Summer para levantarse.
"Yo nunca dije que no podías quedarte en el ring", respondió Summer con una sonrisa y guiñándole un ojo. Luego sacudió el cabello de su oponente, provocando una ligera risa entre ambas.
/ - /
El tiempo en las duchas de chicas era corto, pero necesario para continuar con el día de estudios.
"Summer, estaba pensando... ya que tu cumpleaños es esta semana, quizá podríamos celebrarlo en mi casa. Es decir, en la mía", dijo Nivia, algo avergonzada mientras terminaba de abrocharse la camisa.
"Ah, vamos. Solo lo dices porque no quieres pasar el tuyo sola", bromeó Summer mientras se ponía la corbata y le daba un codazo amistoso.
"Oh, basta", replicó Nivia, fingiendo molestia. "Pero ya que mencionas eso, quizá podrías esperar un par de días para que–". Su frase se cortó abruptamente cuando el scroll de Summer comenzó a sonar.
"¿Hola? ¿Mamá?"
...
"Sí, dime, ¿qué pasó?"
...
"Ok, buscaré entre mis cosas. Quizá lo tomé por accidente."
...
"Sí, sí, sé cómo es papá. Tendré cuidado", respondió antes de colgar.
"¿Qué pasó?", preguntó Nivia mientras Summer guardaba el teléfono en su pequeño bolso.
"Nada importante, creo", dijo Summer con un tono despreocupado. "Solo mamá dice que tal vez traje una de las armas de papá y que debo devolverla."
"Aún tenemos tiempo. Podemos ir a buscarla", sugirió Nivia con poco interés.
"No, tú ve a clases. Te alcanzaré allá, no tardo", respondió Summer mientras aceleraba el paso por los pasillos, terminando de abrocharse la chaqueta.
/ - /
"Lanza... espada... corona", murmuraba Summer mientras buscaba cosas debajo de su cama.
"Ah, aquí está", dijo finalmente, sacando un objeto. "Mamá tenía razón. Debo tener más cuidado con las cosas que transporto."
Acto seguido, el arma desapareció como si se desintegrara en partículas de luz. Sin embargo, cuando tomó la lanza, algo extraño ocurrió.
"Este lugar es aburrido", dijo de repente una voz detrás de ella.
Summer no lo notó de inmediato, pero el tiempo se había congelado. Una figura azul y luminosa estaba de pie a sus espaldas. La lanza que antes parecía de tamaño normal ahora era descomunal, tan grande que casi tocaba el techo de la habitación.
"¿Quién eres?", preguntó Summer, sobresaltada, mientras caía hacia atrás sobre su cama, que estaba cubierta de cosas.
"Mi nombre es Ambrosius", dijo la figura teatralmente. Sus cadenas doradas y cabello largo brillaban con una intensidad casi sobrenatural. Lo más llamativo era su piel de un azul oscuro que parecía relucir.
"Estoy aquí para cumplir una promesa."
Mientras hablaba, el espejo de cuerpo completo en la habitación comenzó a transformarse en agua. Con la fuerza de una aspiradora gigante, absorbió a Summer.
"¡Olvidé mencionar esto!", gritó Ambrosius, lanzando la lanza hacia el espejo justo antes de que Summer fuera arrastrada por completo. "Ah, es cierto... el balance", murmuró.
Esas palabras quedaron flotando en el aire mientras la figura azul se desvanecía en polvo brillante.
Notas de autor.
Esta historia esta inspirada de otro fanfic, - soy tu hija del futuro – de Kisuke130, así que en principio la idea fue suya, al igual que el OC, yo solo que quería darle mi estilo, pero la historia original siempre estará ahí.
Gracias por leer, espero algún día subir otro capítulo.
