TRAICIÓN DE SANGRE

Día 2, Caléndula: En el lenguaje de las flores se asocia con la traición, el dolor y la amargura. Representa la sensación de haber sido engañado o traicionado, y el dolor que implica una infidelidad, pero también como nuevos amores llegan.

"A Tomura Shigaraki no le importa ningún ser vivo en especial, quizás en algún momento el único que entraba en dicha categoría era su maestro, pero últimamente no ha sentido el mismo apego que antes para con él y sus ideales. En el pasado, mucho antes de convertirse en Tomura Shigaraki, ya había sido capaz de conocer lo que era sentirse traicionado, y quizás ese pequeño evento era el que le había provocado perder toda su fe en lo bueno para centrarse únicamente en lo malo. Porque sí, ahora que había vuelto a recordar a su familia, estaba seguro de que a quien más odiaba era a Hana, sin embargo, no podía evitar también sentirse de cierta forma agradecido, pues sin su intervención, sus poderes nunca hubieran evolucionado como lo habían hecho.

Spinner, por otro lado, siempre estaba atento a los cambios de Tomura, y últimamente no estaba seguro si dichos cambios se convertirían en algo bueno o malo, por más que siempre procuraba estar ahí para poder apoyarlo."


La primera vez que sintió el dolor amargo e indescriptible de la traición fue cuando apenas tenía siete años. Lo que en un principio se convirtió en euforia por saber que su abuela había sido una gran heroína, se había transformado en el odio más puro hacia su propia sangre. En un principio había analizado la fotografía casi de manera analítica, intentando encontrar algún rasgo familiar que lo emparejara con ella, deseando con todas sus fuerzas desmentir a su padre que tanto se oponía a la profesión de héroe, pero no había encontrado nada, aquella persona lucía bastante relajada y con una gran sonrisa, completamente ajena a todo el caos que su padre podría desatar. Recordaba claramente aquel día cuando su padre lo había arrastrado por toda la casa, jaloneando su brazo con tanta fuerza que por un momento llegó a pensar que se lo arrancaría de un solo tirón. A estas alturas le resultaba un poco gracioso, recordaba muy bien cada uno de sus golpes como si su piel tuviera memoria propia, pero no podía recordar sus palabras. La picazón en su cuello se hizo cada vez más insoportable aquel día, eso sí que podía recordarlo con bastante claridad.

¿Y todo por qué? Porque su linda e inocente hermana mayor se le había ocurrido traicionarle al decirle a su padre que había entrado a su despacho para poder ver la fotografía de su abuela. Esa noche algo había terminado por romperse dentro de él y todo gracias a que su hermana no había podido quedarse callada. Quizás no lo había hecho con la intención de lastimarle realmente, pero el daño ya estaba hecho. En aquel entonces no entendía que era lo que había hecho mal para desatar el odio de su padre, lo único que quería era que todos desaparecieran por igual: su hermana por ser la causante del dolor lacerante de los nuevos golpes, su madre por nunca poder hacer la gran cosa por detener a su padre, sus abuelos por simplemente quedarse quietos sin hacer o decir nada, su padre simplemente por existir y Mochi por no defenderle nunca.

Cuando su don se manifestó al fin, cumpliendo sus más oscuros deseos, se asustó demasiado. El aroma de la sangre de los cuerpos despedazados de Mochi y Hana le provocaron arcadas desagradables. Su yo consciente, al no entender qué era lo que pasaba y asociarlo con que algún villano los estaba atacando, quería detenerse con desesperación, quería que alguien le ayudara, pero nadie parecía especialmente interesado en querer hacer algo por él. Pero su yo inconsciente reía carcajadas mientras disfrutaba de poder destruir al fin todo lo que en algún momento le había provocado algún tipo de dolor. Transformó el miedo y la desesperación agonizante de la traición que toda su familia le había dado desde que tenía memoria en una devastación total sin precedentes. Para cuando su padre llegó, la sed de venganza y querer ver los trozos de su cuerpo envueltos en un charco de su propia sangre terminó por destruirlo todo. Aquel fue el primer día en el que entendió que los héroes eran solamente una farsa y que si quería ser salvado tenía que hacerlo por sí solo.


— ¡Shigaraki! ¿Qué se supone que estás haciendo?

Los ojos de Shigaraki desviaron su atención de la pequeña flor que yacía sobre la palma de su mano hasta Spinner con una desquiciante y agonizante lentitud. ¿Qué hacía? Aquella era una muy buena pregunta en realidad. Ni siquiera recordaba el momento en el que se había apoderado de aquella flor. Últimamente, los lapsos en los que su mente se desconectaba de la realidad iban en aumento, aunque lo único que se mantenía intacto eran sus descontroladas ganas de destruirlo todo. Ya no era capaz de sentir ningún sentimiento que no fuera odio y rencor hacia la sociedad hipócrita que continuaba rechazando a personas como él. La pequeña flor comenzó a marchitarse rápidamente en su mano hasta convertirse en polvo qué se llevó la brisa del viento con una calma alarmante. ¿Qué flor había sido aquella? ¿Caléndula? No tenía la más remota idea, y sinceramente no le importaba demasiado, pero le recordaba a Hana, al dolor que le provoco su traición y ese era motivo suficiente como para querer destruirla también.

— Voy a aceptar el tratamiento del doctor Garaki. — Respondió finalmente, aunque no había contestado la pregunta inicial de Spinner. En realidad, no había hablado de aquello con nadie en particular. Cada integrante de la liga de villanos, no, del recién creado frente de liberación paranormal era demasiado independiente entre sí, pues a pesar de siempre volver a reunirse cuando la ocasión lo ameritaba, eran libres para hacer lo que más quisieran de la manera que más le plazca, así que no era raro que a veces pasara mucho tiempo a solas sin coincidir con ninguno.

El ceño del hombre lagarto se frunció con notoriedad ante la aseveración de su líder. — ¿Estás seguro? Ya eres demasiado fuerte justo ahora.

Shigaraki negó con ligereza. — Para destruir por completo a toda esta sociedad corrupta tengo que ser incluso más fuerte. Pienso reducir todo lo que se interponga en mi camino en cenizas.

Spinner se quedó en absoluto silencio, observando la espalda de Shigaraki mientras se alejaba. Era consciente de que algo había cambiado en Tomura desde que había sido capaz de vencer a Re-Destro. No solo había despertado su don por completo, sino que había algo más, algo que por el momento no era capaz de poder identificar o de ponerle un nombre como tal. Era como si el Tomura Shigaraki que habían conocido se estuviera desvaneciendo poco a poco, siendo reemplazado por otro ser completamente diferente, inclusive estaba seguro de haberlo encontrado hablar consigo mismo como si se tratara de un niño pequeño. No sabía si aquel tratamiento que le ofrecía Garaki terminaría por eliminar lo último que aún quedaba de Shigaraki o lo terminaría transformando en algo más, algo más cruel y despiadado. De lo único de lo que estaba seguro era que solo podía apoyarlo en todo lo que pudiera sin importar las consecuencias.


Este escrito participa en la semana FlowerWeek 2025 organizada por las páginas de Facebook Little Star y Maleja-chan.

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