Me acabo de desperezar,
eso no quita que lo vuelva a intentar
con esa batería de besos deliciosos
a los que tú llamas pornosos.
Me miras como si yo fuera una diosa
y en cambio a mí, tú me pareces la más hermosa.
Te preparas ya para hacerme disfrutar
diciéndome que, hoy, me vas a cabalgar.
Siempre te digo que puedes hacer lo que quieras
y tú parece que saques a la fiera.
Me pone cachonda, me dices, sentir tanta humedad en ti,
me encanta follarte, insistes, mientras te contienes lo justo,
antes de correrte sobre mí.
Me hace gracia que, aunque seas tan intensa,
siempre eres dulce y atenta,
preguntando si estoy bien.
Estoy mejor que nunca, te digo,
pero ahora eres tú la que va a tocar el cielo.
