3.- ELLA SIEMPRE HA SIDO LINDA
Hace 10 años...
Recordaba el día en que había llegado al dojo Tendo, y no hablaba de hace año y medio, hablaba de la vez en que vino cuando tenía 6 casi 7 años. Justo cuando habían salido huyendo de Kansai, dejando detrás a su amigo Ucchan, al que se supone llevarían de entrenamiento con ellos. Tardaron en llegar dos semanas, después de vender el carrito ambulante de okonomiyakis, con lo que pudieron comprar algunos víveres y pasar al menos dos noches en un hospedaje, ya que las lluvias habían sido demasiado intensas durante los últimos días.
Llegaron cerca de las 10 de la mañana, lo primero que lo recibió fue un enorme portón de madera, justo a lado podían verse dos letreros, el primero rezaba 'Dojo Tendo. Escuela de artes marciales estilo Todo Vale. Propietario Soun Tendo', el segundo decía 'Si quieres retar al propietario en un duelo usa la entrada trasera', lo kanjis se veían tan brillantes como si acabaran de ser escritos, vio como su padre levanto una mano y tomo una pequeña cuerda que había, a los pocos minutos ese portón comenzó a abrirse para dejar ver a un hombre, más delgado que su padre, con el cabello negro y largo, un bigote del mismo color y que usaba un gi de entrenamiento de color verde.
-¡Saotome! ¡Que alegría verte de nuevo!- dijo ese extraño hombre con una cara de felicidad.
-¡Tendo!- saludo su padre.
Ambos entran a la casa, Ranma se sorprende de ver el enorme espacio, algo en ese lugar le hace recordar una vida distinta, como si él en algún momento hubiera disfrutada de una casa y tal vez de una madre. Cuando ese extraño hombre se da cuenta de él, se le queda viendo con una gran felicidad, era como si lo estuvieran esperando, pero ya que casi siempre se encontraba solo con su padre no tenía ni idea de como comportarse.
-¿Acaso él es...?- la mirada de ese señor brillo intensamente.
-Eso es correcto Tendo, es mi hijo- dice su padre orgulloso, al momento de hacerle una seña para que saludara.
-Soy Saotome Ranma- digo al momento de hacer una reverencia- mucho gusto.
-Adelante, pasen, pasen- les indica el camino de piedra para que se aproximen a la entrada de la casa.
Los dos llegan hasta el genkan, dejan sus mochilas a un lado, mientras comienzan a quitarse los zapatos, mientras tanto ese hombre comenzó a llamar a más personas.
-¡Naoko¡ ¡Ven, por favor!, ¡Niñas, ustedes también!
De pronto ante sus ojos aparecen una señora con una cálida sonrisa y dos niñas un poco más grandes que él, que se quedan viendo a los dos hombres que están en su casa.
-Les presento a Genma Saotome- dice el señor Tendo- Ellas son Naoko, mi esposa y mis hijas Kasumi, Nabiki y... ¿Dónde esta...?- Ranma vio con suma curiosidad a esas dos niñas, la que era la mayor tenia el cabello castaño largo hasta los hombros, detenido en media coleta, su cara era muy bonita y amable, la otra niña, igual de cabello castaño y con dos coletas, por alguna razón le provocaba miedo, su mirada era demasiado astuta y profunda, era como si te analizara para saber todos los secretos que había en tu interior.
-No quiso salir del dojo- dice a modo de disculpa la señora Naoko- ¿Quién es este adorable niño?
-Saotome Ranma, señora- dice mientras hace una reverencia.
-¿Ranma? Mucho gusto soy Naoko Tendo. Ven conmigo y te daré un poco de jugo y galletas- dice al momento de extender la mano para que la acompañara.
Ranma no sabía que hacer, realmente quería ir con esa señora pero no sabía si su padre lo permitiría, lo vio por un segundo y vio que le daba un breve asentimiento de cabeza, la toma de la mano y comienza a seguirla. Lo lleva hasta el comedor, le pide que se siente en un enorme cojín rojo, al menos para él, ella desaparece por la puerta, antes de que esa amable señora regresara, vio como entraba por el engawa un niño de corto cabello azulado usando solo un gi de entrenamiento, eso lo hizo feliz, por fin podría entrenar con alguien de su edad y que mejor que fuera con ese niño.
-¿Quién eres tú?- pregunta ese niño mientras frunce el ceño.
-Soy... Ranma. Mucho gusto- contesta un poco nervioso.
-Akane, pensé que te habías ido a cambiar- dice la señora Naoko- ¿Recuerdas que te dije que tendríamos visitas?
-Yo no quiero conocer a ningún niño, los odio-dice con obstinación mientras da un golpe en el suelo.
-Akane, ya conociste a nuestro invitado- le dice con calma- Lávate por favor y ven con nosotros a tomar un poco de jugo.
Ranma no podía creer que ese niño fuera realmente una niña, si la comparaba brevemente con las dos niñas mayores que conoció hace unos minutos, ella no se veía como ellas, de hecho si era muy honesto se parecía mucho a su mamá, bueno casi, ella tenía un carácter demasiado fuerte, era como si estuviera enojada. Regreso unos minutos después, venía vestida con unos pantalones y playera y en su cabello tenia una cinta de color azul, seguía molesta, parecía que era la única a la que no le gustaba que estuviera ahí. Aunque si era honesto, podría decir que la niña frente a él era realmente linda, no de una forma común, pero linda.
-¿Y la ropa que te pedí ponerte?- dijo su mamá mientras movía la cabeza de un lado a otro como si estuviera regañándola por la ropa que llevaba.
-Odio los vestidos- dijo mientras se cruzaba de brazos.
-Esta bien, vamos a presentarte- dijo mientras le extendía la mano- Ranma, ella es mi hija Akane. Akane el es Ranma.
-Mucho gusto- dijeron los dos al mismo tiempo mientras hacían una reverencia.
-Dime Ranma- comenzó a decir esa señora tan amble- ¿Qué han estado haciendo todo este tiempo?
-Bueno... estamos en un viaje de entrenamiento, nuestra siguiente escala es Niigata- dice un poco inseguro.
-¿Entrenamiento?- pregunta con curiosidad Akane.
-Si, papá me esta entrenando para ser el mejor artista marcial.
-¿Practicas artes marciales?
-Claro, soy de la escuela Todo Vale- dijo con cierta arrogancia.
-No creo que seas tan bueno como dice- dice para hacerlo enojar- no se nota que entrenes mucho.
-Soy el mejor, y eso te lo puedo demostrar cuando quieras- contesto con la mandíbula tensa por esa ofensa.
-Pues, vamos al dojo.
Akane no espero una respuesta, se levanto rápido y salio hacia el jardín trasero, unos segundos después Ranma salio detrás de ella, no estaba dispuesto a que aquella molesta niña dudara ni siquiera un poco de que él era el mejor, se arrepentiría por haber dicho eso. Además era una niña y las niñas no son buenas en las artes marciales. Cuando los dos se encuentran en el dojo, se acercan a la mitad y antes de que Ranma pudiera ponerse en una posición defensiva comienza a atacarlo, él logra esquivar y bloquear varios golpes y patadas y por primera vez se decidió atacar, comenzó a lanzar golpes y patadas, él estaba atacando a una niña y parecía no darse cuenta, estaba tan molesto por lo que le había dicho que lo único que ocupaba su mente era demostrar que era el mejor.
-¡Ranma!- se escucho el atronador grito de Genma en la puerta.
El niño detiene su ataque, sin darse cuenta de que Akane no se iba a detener, ella le da una patada en la cara que hace que caiga al suelo aturdido por el golpe, comienza a celebrar de haberle ganado a un niño tan egocéntrico como ese que estaba en su casa y que le recordaba a los niños de su escuela.
-¡Akane!- dijo su padre también desde la puerta- ¿Acaso esta es la forma de tratar a las visitas? Vayan los dos a lavarse, los veremos en la sala.
Sus padres los dejaron de nuevo solos, Akane en un acto de sana competencia se acerco hasta donde esta Ranma y le dio la mano para ayudarlo a levantarse, este la acepto de buen modo, incluso le sonrió por la ayuda. Los dos fueron de inmediato al baño, Akane tomo un botiquín del mueble y comenzó a buscar una pomada para dársela a Ranma.
-Siento mucho el golpe- comenzó a disculparse- déjame ponerte esto para que no te salga un moretón.
-Gracias, pero no te disculpes, eres muy buena peleando- la halaga con sinceridad- muy pocos han conseguido darme un golpe.
-¿En serio lo crees?- dice con ilusión.
-Claro, te hace falta un poco de técnica pero eres muy buena.
Después de unos minutos los dos niños salen del baño y Akane lo lleva hasta la sala donde su padre le dijo que los estarían esperando. Cuando llegaron a esa habitación vieron que sus padres los estaban esperando, no sabían si estaban enojados con ellos por haber ido a pelear al dojo o por que Ranma había decidido atacar a Akane, como sea, estaban seguros de que se encontraban en problemas.
.Muy bien niños, es hora de hablar- comenzó a decir Soun Tendo.
-¿Hicimos algo malo?- pregunta Akane un poco asustada.
-Para nada, cariño- dice la señora Naoko- solo queríamos decirles algo, queríamos pedirles que sean amigos.
-¿Amigos?- pregunta Ranma con curiosidad.
-Si, para cuando se encuentren en el futuro.
-¿Porque?
-Porque hay muy pocos niños que tengan el mismo interés en las artes marciales y en el futuro hasta podrían entrenar juntos... cuando Ranma y Genma terminen su viaje de entrenamiento.
Naoko no estaba tan de acuerdo con la idea del compromiso y mucho menos con darles una noticia de ese tipo a dos niños pequeños, aún no era momento de hacer eso. Pero por alguna razón, con cada minuto que pasaba viendo a su hija más pequeña y a Ranma convivir podía darse cuenta de que tal vez, la elección no fuera tan mala y Ranma pudiera en un futuro no solo hacerse cargo del dojo sino también cuidar de Akane cuando ella ya no estuviera. Ya no se dijo nada más por esa tarde, un par de horas después los invitan a cenar y pasar la noche antes de que continúen su viaje a Niigata, para Ranma la visita a esta familia le estaba resultando de lo más curioso. Jamás se habría imaginado que había otro tipo de posibilidad de ser un artista marcial, tener una familia, una casa, tal vez no era tan necesario estar viajando por todos lados, durmiendo en el suelo, mal comiendo y fue justo ahí, donde llego una pregunta a su cabeza mientras veía a la señora Naoko limpiar la mejilla de Akane que estaba llena de salsa de tomate, ¿Yo también tengo una mamá? ¿Dónde esta? ¿Acaso no me quería y por eso me dejo con el viejo? ¿Qué se sentirá que alguien te cuide así?
Después de la cena, tanto Genma como Ranma pudieron disfrutar de un buen baño caliente y después fueron llevados a la habitación que les habían preparado, ahí había ya dos futones puestos, junto con almohadas y un par de cobijas. Se acuestan y tal vez pasada una hora, Ranma salio de la cama, abrió la puerta de la habitación, con mucho cuidado y sin hacer ruido bajo las escaleras y busco una puerta para poder salir al jardín, cuando logro su objetivo lo primero que hizo fue acostarse en el césped para ver las estrellas. Había adquirido ese hábito desde hacia varios años, era una de las formas en las que podía relajarse lo suficiente para poder dormir.
-¿Que haces aquí?- pregunta a sus espaldas Akane.
-Quise ver las estrellas- le conteste- Aquí no se ven tan bien como en el bosque o la playa.
-¿Porque están viajando?- le pregunta con curiosidad mientras se acuesta a su lado.
-Mi papá me esta entrenando para ser el mejor artista marcial del mundo- dice con cierta arrogancia- Es por es que viajamos por todo el país, buscamos nuevas técnicas.
-Vaya y ¿No tienes una casa a donde ir? ¿Y tú mamá?
-No, viajamos todo el tiempo, lo hemos hecho desde que era muy pequeño. Y... no sé si tengo una mamá- dice con vergüenza.
-Mi mamá esta enferma- contesta en un susurro- Escuche a papá decir que es posible que ella se vaya. Me va a dejar sola.
-Lo siento. Pero si se va, ella estará contigo siempre.
-¿Cómo lo sabes?
-Hay algunas veces en que sueño con una señora que tiene el mismo color de ojos que yo, creo que es mi mamá- le explica- siempre me dice eso, que siempre estará conmigo.
Estuvieron un rato más, ahí acostados, sin decir ni una palabra, cada uno metido en sus propios pensamientos, ese día Ranma se había cuestionado muchas cosas, pero sabía que no podía hacer absolutamente nada, no era tan fuerte como su padre y aunque quisiera no sabía a donde podía ir, no recordaba donde vivía, aunque por un segundo pensó si esta familia tan alocada le dejaría quedarse por un tiempo. Cuando comenzó a soplar una brisa más fresca los dos levantaron y regresaron al interior de la casa, los subieron en silencio las escaleras, Akane antes de entrar a su habitación se despidió de su nuevo amigo con un movimiento de mano mientras Ranma regresaba a la última habitación del corredor.
A la mañana siguiente se levantaron temprano, empacaron sus cosas nuevamente, bajaron a desayunar con los Tendo y antes de medio día ya estaba todo dispuesto para iniciar el viaje a Niigata, estaban en el camino de piedra de la entrada, el matrimonio estaba un poco triste por la partida de sus visitantes, pero prometieron seguir en contacto y les recordaron que los esperaban de nuevo, cuando su viaje terminara. Antes de que la despedida se diera, Naoko Tendo aparto un poco a Ranma para poder hablar con él.
-Me dio mucho gusto conocerte, Ranma- dice mientras acuna su rostro con sus manos y se agacha para estar a su altura- se que lo que te voy a pedir, no lo entenderás en este momento, pero quiero pedirte un favor.
-Claro- contesto Ranma con mucho interés de que esa señora tan amable quisiera pedirle algo.
-En un tiempo volverás a esta casa y seguramente yo ya no estaré aquí-dijo con una sonrisa melancólica- pero quiero pedirte que cuando regreses, por favor cuides de mi Akane.
-¿Cuidar a Akane?- pregunto con duda, hasta que recordó lo que su nueva amiga le había dicho la noche anterior.
-Si, se que no lo entiendes en este momento, pero ustedes dos se necesitaran el uno al otro- dice mientras una lágrima cae sobre su mejilla.
-Claro que lo haré- le dijo de inmediato, esperando que dejará de llorar, no quería verla triste.
-Gracias- le da de nuevo un abrazo- Yo le escribiré a tu madre para decirle que estas bien y que no se preocupe.
-¿Usted la conoce?- dice al saber que si tiene una madre, ojala pudiera recordarla.
-Claro, es más...- comienza a buscar algo en las bolsas de su suéter- esto es para ti. No dejes que lo veo tu padre- le dice mientras le entrega una foto de una joven Nodoka, vestida con un kimono de color azul que hace resaltar sus ojos, un obi rojo y lleva el cabello en un moño bajo. Pudo darse cuenta de que tiene una sonrisa demasiado hermosa, casi como la de la mujer que acaba de darle este regalo. Lamentablemente cuando era momento de irse no pudo despedirse de Akane, su nueva amiga, la única que lo había derrotado en combate.
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Hace año y medio...
No podía creer que su viejo lo estuviera arrastrando hasta ese lugar, ¿Y todo para que? Para ir a conocer a un viejo amigo de su padre. ¿Acaso el viejo no entendía que deberían haberse quedado en China para buscar la cura a la maldición que ahora tenían?, Para nada, a ese hombre no le importaba en lo más mínimo convertirse en panda, hasta podría jurar que era algo que le gustaba. ¿Y como podría no gustarle? Podía estar en esa forma durmiendo todo el día, no tenía que preocuparse por conseguir comida o un empleo, a él solo le importaba llegar en el menor tiempo a Nerima, a visitar a su amigo.
Para colmo de males, tenia que comenzar a llover, ahora esa visita la tendría que hacer convertido en esa maldita forma que tanto había odiado por el último mes, porque al viejo no le importaba llegar convertido en panda, pero él no tenia planes de ir a esa casa y mucho menos convertido en chica, ¡Como odiaba al viejo! Después de una pequeña pelea en las calles de esta ciudad, su padre lo lleva inconsciente sobre su hombro hasta el dojo, logra despertar cuando ya han cruzado las enormes puertas del portón, quiso librarse de su control, pero hasta en forma de panda podía inmovilizarlo sin esfuerzo, lo que más lo sorprendió fue que su viejo entro en la casa como si fuera suya, sabía a donde tenía que ir, fue justo en el engawa donde encontraron a la familia dueña de esa casa, el que suponía era el amigo de su viejo estaba delante de tres chicas, que se veían asustadas al ver la escena ante sus ojos.
-¿Qué no ves que los estas asustando?- grita con frustración- ¡Bájame ya!- intenta liberarse una vez más del agarre, mientras se levanta por encima del hombro del panda.
-Papá, ¿Él es el amigo del que nos hablaste?- escucho que dice una chica de cabello castaño atado en una coleta baja de lado, el hombre frente a ellas, niega vehementemente con la cabeza.
-Si ese no es tú amigo, ¿Entonces que esta haciendo un panda en nuestra casa?- grita otra chica de cabello corto, de nuevo el hombre niega con la cabeza-¿Es raro, no?
De pronto el enorme panda baja a una pequeña chica pelirroja, trae trenzado el cabello y venia vestida con una camisa roja china y unos pantalones negros, venia descalza, tiernamente levanta la vista hacia el hombre, quien se queda viendo a esa extraña visita.
-¿Y tú quién eres?- dice dirigiéndose a la chica mientras se agacha para quedar más a su altura, era incluso más baja que su hija menor.
-Mi nombre es Ranma Saotome- contesta la chica mientras se sonroja y toma su trenza para comenzar a jugar con ella.
-¡Ay! ¡Qué bien!- dice feliz el hombre- Tú eres Ranma.
-¡Ahh! Eres tan adorable- dice una chica de cabello castaño corto, mientras se agacha para poder verla más de cerca.
-¡Me alegra tanto verte!- dice el hombre mientras la abraza de manera efusiva, para ese punto Ranma sentía tal gesto como una completa invasión a su espacio personal, por lo que ya se estaba enojando de dicha escena- Te hemos estado esperando todo el día, no te imaginas la emoción escuche que mi buen amigo Genma regresaba con su hijo, de inmediato pensé... Espera...
Rápidamente el hombre rompe el abrazo pero mantiene a la choca sujeta de los brazos, sube y baja la vista recorriendo el cuerpo de su invitada y de repente lo nota...algo no estaba bien. De pronto la chica de cabello corto se acerca y comienza a picar el pecho de la invitada, notando así un par de senos que se supone no deberían estar ahí, ya que ellos estaban esperando a un chico, no una chica.
-Basta- dijo en voz baja la chica pelirroja- por favor, detente.
-Todo indica que es una chica- dice con cara de incredulidad esa chica.
Después todo paso muy rápido, ese hombre que se había entusiasmado en exceso porque había llegado, cayó desmayado al oír lo que dijo su hija, de inmediato una de esas chicas pidieron ayuda a esos extraños visitantes para poder poner a su padre en otro lado para atenderlo, el panda sin esfuerzo alguno levanto a hombre y lo coloco en su hombro, la chica de la coleta trajo de inmediato una almohada, una cobija, un recipiente con agua fresca y una toalla y pidió que lo acostarán junto a los cojines del comedor. El hombre se encontraba en tal estado de shock que solo se podían ver gruesas lágrimas caer por su cara, se imaginaban que habían sido engañados de la peor manera, aunque Ranma no tenía idea de porque la molestia o porque se sentirían estafados ¿Acaso el viejo les había prometido algo? ¿Se había atrevido a venderlo de nuevo?
-Mira papá, seguramente esta muy decepcionado- dice la joven de la coleta mientras humedece la toalla para ponerla en la frente de su padre.
-Yo soy la que esta decepcionada- dice la chica de cabello corto- Nos dijo que eras nuestro prometido.
-'¿Qué?'- pensó Ranma sorprendido- '¿Cómo que prometido?'
-No seas grosera, hermana- dijo de pronto la otra chica que no había dicho nada desde que habían llegado, ella a diferencia de sus hermanas estaba usando un gi de entrenamiento color blanco y tenía el cabello largo hasta la cintura y de un tono negro azulado atado con una cinta roja- Viajaron mucho para venir a vernos.
-Aquí el culpable es papá- siguió quejándose la chica de cabello corto- tenía que haberse informado.
-¡No sé que paso!- grito desesperado mientras seguía llorando- Yo sabía que era un chico.
-¡¿Y por que un hombre tendría un par de cosas como estas?!- grito de nuevo esa chica mientras volvía a golpear los senos de la pelirroja.
-Por favor, ¿Podrías dejar de hacer eso?- contesto Ranma cada vez más molesto.
-Oye, ¿Te gustaría ir a ver el dojo?- dijo la chica de cabello azul- Me llamo Akane, hay que ser amigas- finalizo con una enorme sonrisa.
Ranma le devolvió el gesto con una tímida sonrisa, realmente no podía creer que de entre todas las personas que estaban en esa casa, esa chica era la única que no se había portado de forma grosera y por el contrario se ofrecía a ser su amiga ante la evidente decepción de su hermana mayor por no ser un hombre. Acepto la propuesta y las dos se levantaron, comenzaron a caminar, pero por alguna razón Ranma sentía que conocía esa casa, había algo que le recordaba ese lugar pero no sabía a que se podía deber. Él hasta donde recordaba desde que salio de su casa siendo un bebé, no habían vivido en una casa como tal, talvez solo durante una corta temporada cuando estuvo en la secundaria, pero seguía teniendo esa sensación de pertenencia como si después de tantos años hubiera llegado por fin a su destino.
Cuando llegaron al dojo, se sorprendió enormemente al ver el lugar, era un lugar impresionante, a pesar de haber visto antes cientos de dojos durante su viaje, podía decir que este era el mejor dojo que había visto nunca. El tatami se veía tan bien cuidado, en una de las paredes colgaban las reglas para usar ese lugar, había un pequeño butsudan (altar), junto a otra de las paredes había algunas cajas de cartón que suponía contenían cosas para ejercitarse.
-He escuchado que sabes kempo, ¿Es verdad ese rumor?- pregunto Akane con curiosidad.
-Si, algo así- contesta con un poco de timidez.
-Bueno, entonces, ¿Porque no peleamos?
-¿Eh?
-Una pelea pequeña.
-Ahhh...
-Pero no te preocupes, es solo para divertirnos.
-¿En serio?- no estaba muy seguro de querer hacerlo.
-Por favor, pelea contra mi- dice Akane posicionándose en medio del dojo.
Akane tomo una posición defensiva de inmediato, Ranma solo la veía con las manos en la espalda justo frente a ella, podía ver en el rostro de su nueva amiga que estaba sorprendida porque no adoptara una posición de ataque o defensa. Akane se lanza contra la pelirroja dispuesta a darle un puñetazo en la cara, pero la chica esquivo el golpe sin esfuerzo, después intento darle una patada alta a lo que de nuevo la chica di un brinco para esquivarla y antes de que pudiera repetir el golpe la bloqueo deteniendo su pierna antes de caer al piso.
-¡Oye! ¿Qué haces? Atácame- le dijo molesta Akane.
De nueva cuenta intenta dar golpes pero cada uno los esquiva mientras sigue con las manos en la espalda, la pelirroja quedo de espaldas a una de las paredes del dojo, mientras Akane tenia la respiración entrecortada cada vez más frustrada ante la falta de ataque, en un último intento de hacer que la otra chica la atacará, dio dos pasos para arrinconarla y lanzó un golpe, en menos de un segundo la pelirroja di un salto por sobre la cabeza de Akane, antes de que esta estrellara su puño en la pared. Cuando la pelirroja aterrizo en el suelo le dio un pequeño golpe en la cabeza con la punta de su dedo indice, Akane se giro un poco, completamente sorprendida por lo que acababa de pasar, la pelirroja la vio por unos segundos antes de comenzar a reír, lo que al final provoco que Akane riera junto con ella, como si lo que acababa de pasar hubiera sido una broma entre las dos.
-Eres realmente buena- concedió Akane cuando las risas terminaron- Justo lo que pensé, tú viaje mejoro tus artes marciales. Aunque es un poco frustrante, me alegra que seas una chica. La verdad es... que no me gustaría nada haber perdido contra un chico- acabo de decir mientras se dirigía a la puerta del dojo.
Ranma no sabía que decir, se sorprendió por el halago pero sentía que le estaba mintiendo, no sabía que es lo que pensaría esa chica cuando descubriera la verdad. Aunque la única verdad es que le había sorprendido la habilidad de la chica, era muy buena, pero sabía que no podía pelear con ella, recordaba que su padre le había castigado hacia muchos años por haber peleado con una chica, extrañamente el no lo recordaba, pero lo que le quedo de lección es que NUNCA debería pelear con una chica, nunca debería atacarlas. Después de un par de minutos se dirigió de nuevo a la casa, cuando estaba buscando a su padre se encontró con la mayor de las hermanas y ella amablemente le dijo que podía ir a darse un baño, primero lo rechazo, ella le insistió diciendo que había llovida y sabía muy bien que había quedado empapada ademas de que acababa de entrenar. Al final acepto, le indico donde estaría la alcoba que les habían preparado y después le dijo donde se encontraba el baño.
Cuando volvió a quedarse solo, fue hasta donde se encontraba su mochila y comenzó a sacar ropa limpia y si neceser con lo necesario para poder darse un baño, fue hasta el lugar que le habían indicado, cuando entro comenzó a quitarse la ropa y la puso en la cesta de la ropa sucia, lentamente entro hasta el sitio donde se encontraba el ofuro, tomo uno de los pequeños bancos para sentarse, comenzó a asearse como de costumbre, cuando fue momento de quitarse el jabón, abrió la llave del agua fría para llenar un pequeño balde.
-¿Qué puedo hacer?- se pregunto en voz alta al momento de verter el agua fría sobre su pequeño cuerpo, se sentía como un mentiroso ante esas tres chicas, pero sobre todo con Akane.
Después de acabar de bañarse, decidió que era una buena idea hacer uso del ofuro, en cuanto puso un pie en el agua caliente, sintió como su cuerpo cambiaba para dejar atrás esa forma maldita que tanto odiaba, se recargo en una de las paredes de la tina, recargo su cabeza en el borde, preguntándose como había llegado hasta ahí, con cada minuto que pasaba sentía que era un error estar ahí, pero de la misma manera algo le decía que tenían que quedarse.
-Ay ¿Qué voy a hacer?- dijo quejándose por enésima vez en el día- En algún momento se van a enterar. Mejor salgo de una vez- dijo en un acto de valentía, decidido a decir la verdad a los habitantes de esa casa, se levanto del ofuro justo en el momento en que la puerta de ese espacio se abría, dejando ver en el umbral a una Akane desnuda, solo cubierta por una pequeñísima toalla que cubría los justo el frente de su cuerpo. Cuando sed dio cuenta de su presencia, se quedo sin poder respirar, completamente sorprendido por la vista y fue justo cuando recordó su propia desnudez, ni siquiera era capaz de mover un musculo para poder regresar a la tina y cubrirse. Mientras tanto Akane se encontraba sorprendida pero logro reaccionar mucho más rápido, después de darle una mirada rápida dio un paso atrás, cerro la puerta, él simplemente se quedo completamente rojo y sudando de nervios.
Espero unos minutos más antes de salir del baño, tomo la ropa limpia que había dejado, se vistió lo más rápido mientras intentaba tranquilizar los latidos de su corazón, cuando acabo de vestirse fue directo a donde se escuchaba el alboroto que había ocasionado, encontró a las tres hermanas en la puerta del comedor que daba al jardín, Akane discutía con sus hermanas, se imaginaba que estaba intentando de explicar que había pasado en el baño.
-Pero que raro, en el baño solo estaba Ranma- escucho que dijo la hermana mayor y esa fue la señal que le hizo dar el paso más difícil- ¿Y tú eres..?
-¿Quien eres?- dijo la otra hermana.
-Bueno...- dijo completamente avergonzado mientras su cara se cubría de un intenso rubor y llevaba una de sus manos a su nuca- Soy Ranma Saotome, lo siento. Una disculpa- ni siquiera era capaz de levantar la vista.
Cuando las cosas se tranquilizaron lo suficiente, la noche ya había caído sobre Nerima, los cuatro miembros de la familia Tendo estaban sentados frente a la mesa del comedor, mientras sus visitantes estaban en el otro extremo, de espaldas al jardín, el señor Tendo comenzó a hablar.
-Los voy a presentar de nuevo- dijo mientras extendía una mano a sus invitados- Este de aquí, es mi buen y antiguo amigo...
-Soy Genma Saotome, niñas y él es mi hijo...- dijo su padre, mientras le daba la palabra.
-Soy Ranma- dijo haciendo una leve reverencia.
Observo a las tres chicas sentadas frente a él, pero solo sentía la mirada enojada de Akane, que en cuanto se vieron por un segundo él aparto la mirada de inmediato, las otras dos chicas estaban un poco confundidas por lo que estaba pasando, se podía ver en su cara que no entendían como era posible que esos dos hombres estuvieran en su casa, cuando a ella habían llegado una pequeña pelirroja y un panda.
-¿Oigan, alguien me dice que pasa?- pregunta la chica de cabello corto.
-¿En verdad eres la chica que conocimos hace rato?- pregunta la otra.
-Puedo entender que estén sorprendidos- dice el padre de Ranma- Ni siquiera se como comenzar a explicarles la situación- Pero bueno...- dijo antes de tomar a su hijo por el cuello de la camisa y arrojarlo con fuerza hacia el estanque que se encontraba en el jardín.
Pasados unos segundos todos se sorprendieron de ver de nuevo a la pequeña pelirroja gritando a su padre, de ahí vino la explicación de lo que había sucedido en su viaje a China, les contaron sobre las pozas encantadas en Jusenkyo, también descubrieron que ese viaje fue una locura al saber que Genma no tenía ni idea de adonde había llevado a su hijo porque no sabía leer chino. Incluso pudieron ver de primera mano como se transformaban al usar agua caliente sobre ellos. Fue justo en ese momento, en que al parecer de los dos adultos de la habitación querían hablar de lo que llevaba realmente la visita de ellos.
-De acuerdo, ya voy entendiendo- dijo de nuevo el señor Tendo con entusiasmo- Kasumi es la mayor y tiene 1 años- señalo a la chica de cabello largo- Nabiki es la de en medio y tiene 17 años- señalo a la chica de cabello corto- Akane es la más joven y tiene 16- menciono a su amiga- Y puedes elegir a la que quieras, para que sea tu prometida.
-Obviamente tendrá que ser Akane- dijo Kasumi mientras ponía sus manos en los hombros de su hermana pequeña.
-No- replico Akane.
-Si, perfecto- acepto Nabiki.
-¿Porque me toco a mí?- dijo molesta.
-Bueno tu odias a los hombres...- dijo Nabiki.
-Para tu suerte Ranma es mitad chica.
-Ese pervertido, no lo creo.
De ahí derivo otra pequeña discusión entre Akane y Ranma, sobre lo que había pasado en el baño hace un rato, los dos se gritaron el haberse visto desnudos y en un alarde para ocultar los nervios, Ranma se atrevió a decir que él tenía una mejor figura que Akane, que ella no tenía nada que pudiera interesarle a él, lo cual era una mentira, porque desde que la había visto desnuda no dejaba de pensar en ella y lo peor fue cuando sus hermanas decidieron que ella sería su prometida, incluso sus padres se alegraron por la "decisión" que habían tomado, tomaron toda esa discusión como si ellos ya tuvieran una relación. Ambos se quejaron, Ranma amenazo con irse a China y la discusión se termino cuando Akane golpea a su prometido con la mesa del comedor, dejándolo inconsciente. Cuando se despertó, después de una hora, Kasumi le pidió que no pensara mal de su hermana, le aseguro que era una chica buena a pesar de todo, le indico que podía darse de nuevo un baño, sobre todo para quitarse lo mojado del estanque.
Ranma aun aturdido del golpe bajo las escaleras, se dirigió al baño, comenzó a quitarse la ropa, cuando estaba a punto de abrir la puerta del ofuro, esta se abrió dejando ver de nuevo a Akane desnuda saliendo de bañarse, él de inmediato, se puso nervioso, no creyendo que su suerte había sida tan mala que de nuevo estaba en esa situación tan vergonzosa. Akane esta más que enojada, temblaba de furia por verse sorprendida de nueva cuenta, tanto que esta vez no discutió y solo le dio una fuerte bofetada.
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-Veo que tu segundo encuentro con tu novia fue más que interesante- dijo la psicóloga mientras evitaba reírse a carcajadas.
-Si, Kane tiene la fuerza de un gorila- contesté con una sonrisa- Aunque la verdad es que no sé cual golpe me dolió más.
-Dime ¿Que sentiste realmente al haberla conocido hace años?
-Pues...- comienzo a rascarme la cabeza- como le dije, me pareció muy linda. Se que es raro, pero se me hizo única, digo hasta ese momento no había conocido a ninguna chica... al menos conscientemente.
-¿Como es eso?
-Bueno... mi amigo Ucchan, no era un niño, sino una niña. Eso lo supe hace poco tiempo- digo con nostalgia- eso jamás me lo hubiera imaginado.
-Entiendo, ahora dime ¿Y cuando la volviste a ver?
-Debo ser sincero, me gusto como me trato e intento animarme cuando llegue convertido en chica, cuando me sonrió fue...- recuerdo de nuevo ese momento y no puedo evitar poner una sonrisa boba- fue demasiado para mi, sentí que el corazón se me saldría del pecho. Y cuando vio mi verdadera forma, además de sentir la mayor vergüenza de mi vida, no pude evitar sentirme... extraño ¿Sabe de lo que hablo?
-Se de lo que hablas, pero me gustaría que lo expresaras.
-Bueno...- me pongo bastante nervioso porque se exactamente que sentí en ese momento pero nunca le he dicho en voz alta- pues... me impacto, se que después le dije que su cuerpo no se me hacía bonito ni nada, pero... ella fue la primer mujer que vi desnuda y fue... increíble. Creo que esa noche fue la primera vez que soñé con ella... y no de buena manera- digo bastante avergonzado, mientras dejo caer la cabeza en el respaldo del sillón.
-No tiene nada de malo, es algo completamente normal a tu edad- comienza a explicar la psicóloga- Tus hormonas están despertando por así decirlo y esa clase de sueños es normal tenerlos, incluso en ellos pueden aparecer distintas chicas y...
-¡No!, no lo entiende, cuando llego a tener esos sueños, solo es con ella- digo de forma rápida- Nunca ha habido alguien más.
-¿Y que crees que signifique eso?- me pregunta con simpleza.
-...- creo saber que es lo que quiere decir, pero me niego a decirlo, porque eso solo demostraría lo tonto que he sido- pues... que me gusta Kane... desde siempre.
-¿Porque tienes miedo de admitirlo?
-Antes mi mayor miedo... era que me rechazará y también que me aceptará a partes iguales. Se que no soy lo suficientemente bueno para ella- admito con tristeza.
-Esos sentimientos también son normales, pero debes saber sobreponerte a ellos. No es muy sano tener miedo por todo, eso te detiene.
-Lo sé.
-Por lo que dijiste en tu relato, la madre de tú novia te pidió cuidarla ¿Porque aceptaste esa promesa?- pregunta con curiosidad.
-Honestamente, no quería verla llorar, ella pensaba que no sabía lo que estaba pasando y...
-Y al saberlo no querías que se preocupara- concluye mi idea.
-Si.
-Muy bien, ahora quiero que me digas que has pensado sobre tus estudios.
-Pues... la verdad es que lo he pensado poco- digo con nerviosismo- Kane es la que me obliga a estudiar todos los días.
-¿Y la universidad? ¿Has pensado en que te gustaría hacer si no tuvieras las artes marciales?
-En eso he pensado un poco más- digo un poco más animado- no creo que me interese nada que no tenga que ver con las artes, así que he visto una posibilidad.
-¿Y cual es?
-Bueno... se supone que cuando me case con Kane dirigiremos el dojo en conjunto, así que he pensado en que podría estudiar educación física... ya sabe entender como puedo dar clases en el futuro, incluso si no fuera tan malo para las matemáticas podría pensar en estudiar administración, eso también serviría para el dojo.
-Eso es impresionante Ranma, me doy cuenta de que realmente las artes marciales es lo que te apasiona.
-Si, pero supongo que se quedará todo en sueños.
-¿Porque?
-Ya lo dije, no soy muy bueno en los estudios, además de que no tengo el suficiente dinero para ir a la universidad. Prefiero que Kane acepte ir a la universidad y ella estudie.
-Pero, tú también podrías hacerlo, podrías optar por una beca. Se que hay universidades que dan este apoyo si eres un buen deportista. Fácilmente podrías conseguir una... es más, estoy segura de que más de una universidad se pelearía por tenerte en su campus.
-¿Lo dice en serio?- pregunto ilusionado.
-Por supuesto, podría ser una buena experiencia. Harías más amigos, conocerías más gente.
-Tendría que pensarlo, nunca me había planteado el ir a la universidad.
-Eso me parece perfecto, piénsalo y en nuestra siguiente cita quiero que me digas que es lo que investigaste sobre las becas y en que universidad te gustaría estudiar.
-¿Esta vez no tendré que escribir?- pregunto con cierta sorpresa.
-¿Te esta gustando escribir?- pregunta con curiosidad.
-Eh... un poco, siento que me ayuda a aclarar mis pensamientos.
-Muy bien, entonces para la siguiente quiero que me tragas una carta que le escribirás a la mamá de tu novia, le contaras todo lo que ha pasado entre ustedes y sobre todo quiero que seas sincero, sobre si has cumplido con la promesa que le hiciste.
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N/A:
Aquí esta la nueva actualización, un poco más larga de lo que hubiera esperado, pero espero que les haya gustado.
Pues como verán el siguiente capitulo todavía tratará un poco sobre la mamá de Akane y esa promesa, ¿Qué es lo que escribirá?
No se olviden de dejar sus comentarios.
La Condesa Crawley XOXO
