LOS PERSONAJES DEL MUNDO CANDY CANDY NO ME PERTENECEN, ESTOS SON PROPIEDAD INTELECTUAL Y CREATIVO DE MISUKI E IGARASHI

¿A QUIÉN AMAR?

Cap. 6

SOMBRAS DEL PASADO.

Por un momento… y por los años que llevaba a cuestas, su conciencia le reclamaba lo que había hecho, le parecía que fue ayer cuando sus hijos eran apenas unos niños, unos pequeños querubines, los tres rubios y de hermosos ojos azules, recordarlos así era de sus mayores anhelos para que todo lo que fueron en su infancia, lo fueran hoy

HACE MUCHOS AÑOS ATRÁS.

Eran unos angelitos correteando por todo el jardín al cuidado de sus nanas, los niños Andley estaban jugando con su mascota, cuando uno de los rubios se lo arrebató al otro, con lágrimas en sus hermosos ojos tan celestes como los de su hermano, Albert le pedía de regreso su mascota a Alfred, y ante el llanto incontenible del pequeño, Pauna llegó a ellos consolando a uno y reprendiendo al otro.

¿Qué pasó mi amor? – acunándolo entre sus brazos.

Al… Alfred mami… me quitó a Puppet… se… se asustó… y… y… y se fue… mami – aferrándose al cuello de su mamá.

Alfred… cielo… no debes de ser así con tu hermano – él niño se acercó a ella peleando un lugar entre sus brazos.

Yo no fui mami… Albert dejó ir al apestoso y se puso llorar – dijo con seguridad el niño.

No mami… el espantó a Puppet – y su llanto ya era incontrolable.

Ya mi amor… el va a regresar, ya verás.

¿de verdad mami?

Si mi amor – los observó a ambos… eran dos pequeñas gotas de agua… tan idénticos… tan hermosos y al mismo tiempo tan diferentes.

CUANDO TENÍAN 9 AÑOS.

Ring ring… sonaba el timbre del teléfono de la residencia con mucha insistencia, fue Johana, una de las empleadas que contestó.

Bueno, casa de la familia Andley.

Del otro lado de la llamada una mujer de apenas 45 años, llamaba un poco apenada a la residencia de los Andley.

Con la Sra. Andley por favor.

¿de parte de quien?

Hablo del colegio Chiaravalle, es urgente que se presenten los Señores Andley por favor, dígale que la esperamos a las 3 de la tarde.

A esa hora se personó Pauna muy preocupada al llamado de la directora, ya no le era extraño presentarse a la escuela de sus hijos cuando se le requería, aunque siempre anhelaba que fuera por otras cuestiones.

Sra. Andley, buenas tardes, pase por favor – ambas entraron a la oficina, la directora muy amablemente invitó a Pauna a que se sentara, en uno de los asientos mientras ella preparaba té.

¿con azúcar?

No, sin azúcar pro favor, así está bien… gracias… y dígame ¿Qué pasa?

Sra. Andley… me apena mucho haberla hecho venir – extendiéndole la taza de té – pero es sumamente importante… es sobre uno de sus hijos – Pauna sentía que se le adormecían las mejillas, las manos le temblaron, haciendo tintinear la taza.

¿Qué pasa con ellos? ¿están bien? – la mujer asintió tratando de tranquilizarla.

Sus hijos están bien… es sobre Alfred de quien quiero hablar – soltando un suspiro.

Dios mío ¿Qué hizo? – la directora embozó una sonrisa, pensando en todo lo que esa mujer ha tenido que pasar a causa de la conducta de su pequeño.

Me da gusto que a pesar de los años, usted identifique a sus hijos, verá… seré directa con usted.

Por favor… no espero menos de usted.

Alfred se hizo pasar por su hermano Albert y golpeó a un niño de su salón… Sra. Andley… no es la primera vez que lo hace, y como personal de ésta institución estamos comprometidos a apoyar a sus hijos en la enseñanza así como en situaciones atípicas de su conducta, pero ya es insostenible, Alfred cada día es más violento, incluso con su hermano, Albert pese a su edad siempre lo justifica diciendo que están jugando, pero no es así Sra. Andley, con el tiempo que llevan con nosotros he aprendido a identificarlos a la perfección – Pauna no estaba asustada ni impresionada con lo que la directora le decía, estaba triste… muy triste, dejó la taza en una mesilla y se pasó los dedos en la sien.

Ya… ya no sé que hacer… ellos…

No son ellos Sra. Andley, es Alfred… nunca pensé tener que hacer diferencia entre los niños, pero mientras Albert es un niño calmado, cariñoso con sus compañeros, muy respetuoso con el personal y aplicado en sus estudios, con Alfred, hemos tratado todo el personal de apoyarlo, tratar de entender y saber que es lo que pasa… que es lo que tiene el niño… éste… – le extendió un folder – es un informe de reportes que tiene el niño en la dirección, y en cada una de ellas, Alfred se ha empeñado en desmentir una y otra vez, Sra. Andley ¿Cómo son sus hijos en casa?

Ellos… Alfred siempre le hace travesuras a Albert… no sé que he hecho mal… yo no entiendo… ambos han crecido con amor… con la misma atención y posibilidades de obtener una educación y valores… dígame ¿en que estoy fallando? – la directora se levantó de su asiento y se acercó a ella tomándola de las manos.

Me consta que ustedes han hecho todo por sus hijos, incluyendo a RoseMary – suspiró – es una niña muy parecida a Albert, Sra. Andley, la hice venir para darle soluciones, sus hijos son buenos niños ¿ha pensado en buscar ayuda profesional para su hijo? – Pauna la miró con el ceño fruncido – perdón… para sus hijos, porque incluso a Albert le está afectando la conducta de su hermano, le estamos ofreciendo la posibilidad de ayudarlos, ahora es tiempo.

Sra. Lambert… le agradezco todo… usted ha sido tan comprensiva…

Yo también tengo hijos Sra. Andley, con los mismos problemas, la misma rutina, pero a diferencia de usted, mis métodos son muy conductistas, soy muy exigente, yo soy sus madre, ellos son mis hijos, nunca serán mis amigos, todo cuanto quieran les cuesta un esfuerzo extra…

¿Está tratando de decirme que a mis hijos los consiento?

No Sra. Andley, eso solo que tenemos diferentes maneras de educar ¿Qué cree que le hace falta a Alfred?

Nada, no les hace falta nada… por favor… ayúdeme – le dijo apenas en un susurro.

Precisamente la hice llamar, es importante que usted y su esposo intervengan.

Él… él no se encuentra, hace dos días se fue a Escocia… pero le puedo asegurar que cuando estamos con ellos, no les falta atención…

Y no lo dudo… entiendo que hay veces en los cuales no podemos estar con nuestros hijos… en ese caso y para empezar, seremos usted y yo, todo estará bien Sra. Andley, apenas son niños, pero necesito que usted sea firme con sus decisiones, habrán muchos cambios que esperamos sea para el bienestar de sus hijos ¿desea que los haga pasar? – Pauna asintió limpiándose las lágrimas, sus tres hijos entraron y nada más verla corrieron a abrazarla.

¿Qué tienes mami? ¿Por qué lloras? - le preguntó Albert abrazándola.

Es que… los amo tanto.

Cuando tenían 15 años, pensó que todo había quedado atrás, pero hoy, nuevamente la constante preocupación era ya parte de su credo, cada día, cada noche, en cada instante estaba para sus hijos, y lo harían siempre, solo que ahora, las decisiones que tenía que tomar eran muy diferentes a todas las veces anteriores, Alfred le llamó de madrugada mientras ella trataba de dormir, no quiso despertar a su esposo sabiendo la carga de trabajo que tenía.

¿mamá?

¿Qué pasó cariño? – nada más escucharlo supo que algo grave había sucedido – Alfred ¿te das cuenta la hora que es?

Mamá… necesito que me ayudes… creo que lo maté – Pauna quedó pasmada – ¿mamá?

Ven a la casa hijo, aquí te espero.

Pero ese día, Alfred colmó toda la paciencia, el amor, la tolerancia de su madre, Pauna aprovechó a que William salió temprano a la oficina para hacer lo que hizo, muchas noches lo hablaron y ninguno de ellos ya estaba dispuesto a ceder ante él, Pauna habló con la ama de llaves y Claire les pidió al personal que no se acercaran al salón, y nada más salió el sol, la policía llegó a la mansión Andley al llamado de una emergencia.

Mamá…

Lo siento Alfred… todo cuanto hemos hecho… es para que seas feliz, para…

¡¿feliz?! – preguntó casi en un grito – ¡¿Cómo te atreves a traicionarme así?! ¿Por qué me hiciste esto? ¡LLAMASTE A LA POLICÍA! ¿Por qué mamá? ¡¿Por qué?! muchas cosas que yo deseaba ¡me lo negaste a mi! En cambio a Albert…

No metas a tu hermano en esto… tu solito te haz esforzado demasiado para llegar hasta aquí… y ya no lo soporto hijo ¡no lo soporto! ¡los dos tuvieron las mismas oportunidades de obtener lo que quisieran! ¡nunca hice diferencias entre ustedes! Tu solo quieres las cosas fáciles… que no te cuesten… que no te esfuerces por obtenerlo… lo siento hijo – quedó viendo a los dos oficiales que esperaban – llévenselo… por favor – se acercó a su hijo para abrazarlo, pero él la rechazó, Pauna se quedó llorando en medio del salón, no había consuelo que aliviara el dolor que sentía en su alma, se le partía el corazón haber entregado a su hijo, pero estaba segura que había hecho lo correcto, subió a su recámara para desahogar su dolor, le llevó parte de la tarde vaciar apenas su corazón, tomó el auricular y pidió que la comunicaran con su esposo.

William… ven por favor…

No tardó mucho en llegar, desde temprano sentía una incomodidad que no comprendía, pero al escuchar a su esposa con esa voz de urgencia, temió lo peor, era desesperante que le abrieran el portón y cuando lo hicieron aumentó la velocidad de su auto hasta llegar a la entrada principal, bajando con premura, subió las escaleras al tiempo que el mayordomo le abría la puerta.

¿mi esposa?

En la recámara señor… – subió las escaleras corriendo y al abrir la puerta, la vió tan afectada y su preocupación se intensificó más.

Mi amor…

William… Alfred… – el hombre se imaginó lo peor.

¿Qué ha pasado? – se acercó y sentándose a su lado la abrazó con fuerzas

Él vino a refugiarse a la casa… yo le pedí que viniera, lastimó a un compañero de su clase… llamé a la policía… William… no podía tolerar algo así, ya es demasiado… llamé y lo entregué a la policía… dime ¿hice mal?

No mi amor… ¿Por qué no me llamaste antes? ¿Por qué no me dijiste nada?

Yo… yo no quería darte más preocupaciones, ha sido demasiado… ¿Qué hicimos mal? ¿o que dejamos de hacer? Mis hijos William – y su llanto ya se hizo imposible de consolar.

Pauna… mi amor… no sientas culpa ni remordimientos, hiciste bien… me duele… si no lo hubieras hecho tu… yo lo habría hecho – ella se separó un tanto de él mirándolo extrañada, ahogando con sus manos el llanto.

¿de verdad? ¿lo dices es serio? – vio como dos lágrimas gruesas que se abrían paso por las mejillas del hombre, en los 18 años que llevaban juntos, nunca lo había visto tan afectado, él acarició su rostro, era tan hermosa, tan bella, tan buena madre, no entendía como podía estarles pasando todo eso y volvió a abrazarla.

Te amo Pauna y el dolor que tu sientes, es mío también, solo quiero que tengas presente, que ningún tipo de ayuda le ha bastado a nuestro hijo… mi amor, te consta que les hemos dedicado tiempo, han tenido nuestra atención… hemos buscado ayuda para nuestros hijos… pero para Alfred… simplemente no es suficiente, y mi paciencia se estaba agotando, ya no quiero verte sufrir, sé que es egoísta de mi parte pedírtelo – guardó silencio un rato – dejemos que la justicia se haga cargo de él, ya no intervengamos… estoy seguro, que ese ha sido nuestro error.

No sé si podría… si hubieras visto su mirada… quise abrazarlo y me rechazó.

Ese era el juego de él amor, es lo que siempre hizo para que nuestra atención fuera para él… no quiero que te sientas culpable…

¿y como le hago para evitarlo? Duele tanto… ¿Qué les diremos a Rose y a Albert?

La verdad amor… como siempre, la verdad.

Gracias William… gracias por respaldar mis decisiones… te amo tanto – se recostaron en la cama y así como estaban, se refugiaron en sus brazos

Siempre mi amor… siempre te apoyaré.

Tres años pasaron y Alfred quedó en libertad, salió por buena conducta, algo pasó en él, pues de los 5 años que lo habían condenado cumplió tres, la relación con sus padres aunque distante, se refugiaba en ellos, comenzó a trabajar y se pagaba los estudios de la universidad, pese a todo el apoyo siempre estuvo para él, recibía una mensualidad de sus padres a su cuenta, siempre trató de ser autosuficiente, ello estaban confiando en que él tomaría las mejores decisiones para su futuro, Alfred se propuso salir adelante solo, así como lo estaba haciendo Albert, y eso los hacia sentir muy orgullosos, pero por otro lado, era un hombre que le gustaba viajar, casi no los visitaba y cuando lo hacía pareciera que estuviera cronometrando su tiempo, Pauna y William por el momento se sentían satisfechos, siempre estaban en alerta por si en algún momento tuvieran que afrontar otra situación… y ese día llegó, cuando conoció a la novia de su hermano… Candy.

La primera vez que la vió, todo su mundo giró alrededor de esa hermosa rubia, iba saliendo de una de las tantas tiendas que habían en Chicago, se estaba abasteciendo de todo lo que pudiera necesitar para su viaje a Brasil, la siguió con la mirada tratando de que no lo viera, pero su gesto se endureció cuando vió a su hermano tomándole de la mano, un sudor frío recorrió su columna al saberla de él ¿Por qué siempre él? La mirada que ella le regalaba a él era de un amor infinito, esa mirada la quería para él, se dio la vuelta y tomó un taxi a su hotel, llamó a sus padres, apenas para saludarles y decirles que ya se estaba preparando para el viaje que tenía programado, William le dijo que pronto su hermano se uniría a él… y ahí es cuando germinó aquella horrenda idea de suplantar a su hermano.

Hola chicas BUENAS NOCHES, aquí les presento un nuevo capitulo, y como siempre agradecerles sus mensajes críticas y aportaciones, espero que lo disfruten.

MaríaGpe22.

Reeka21.

Guets 1

Carol Aragón.

Lili.

MadelRos… mil gracias, tus cuestionamientos me ayudan mucho.

Nancy reyes.

Fabaquirre167.

Guets 2.

Guets 3.

Ster star.

Mil GRACIAS a todas, disfruto mucho de sus mensajes.