POV LENA

—Yo… ¿Qué? — Estoy segura de que no la escuché bien.

—Sí, esposa. ¿Piensas qué soy estúpida? Yo estaba allí, Lena— Su voz se quiebra cuando dice mi nombre y doy un paso más cerca —Yo fui quien le hizo el vestido a tu esposa el día de su boda. Te vi afuera de su suite nupcial, no intentes negarlo—

—Kara, eso fue...—

—No mientas. Mira, no me importa cómo me encontraste, pero quiero que te vayas. El bebé y yo podemos cuidar de nosotros mismos—

—¿Una mierda que puedes, además Kara…? —

—Ni hablar. Nunca podría estar con alguien que le hizo eso a una mujer— No deja de interrumpirme y no puedo decir ni una palabra —Nunca podría hacerle eso a otra mujer, sin importar lo que sienta por ti—

—¡Kara! — Gruño, pero ella comienza a interrumpirme de nuevo y ya he tenido suficiente de esta tontería —Bien, lo haremos a mi manera—

—¿Qué...? — Chilla mientras la levanto en mis brazos y la llevo a través de la pequeña sala de estar y por el pasillo hasta la parte trasera de la casa.

—¡Bájame, gran bruta! —

—¿Bruta? ¿Quién usa esa palabra? — Sacudo la cabeza mientras entro en su habitación e ignoro su palmada en el pecho —Para o estresarás al bebé— Se queda inerte en mis brazos como si no hubiera pensado en eso antes —Mucho mejor, ahora quiero que te sientes aquí y me escuches, ¿De acuerdo? —

—No quiero escuchar nada de lo que tengas que decir— Suspira mientras la coloco en el borde de la cama y doy un paso atrás para quitarme los zapatos —¿Qué estás haciendo? — Me mira con escepticismo mientras me quito uno y luego el otro.

—Escuchas mejor cuando estamos desnudas— Mis manos van a mi cinturón y ella alza sus manos en alto.

—¡No! No tendré sexo con una Alpha casada, incluso si estoy embarazada de ella—

Me inclino, tomo su barbilla con suavidad, pero con firmeza en mi mano y la miro directamente a los ojos —No estoy casada. No estaba comprometida cuando te conocí y no me casé después de que nos conocimos. Sé que crees que me viste, pero ahora mismo necesito que cierres esa hermosa boca tuya y te quites la maldita ropa—

—¿No lo hiciste? — Kara me mira directamente y, por primera vez veo duda en ellos —Pero miré por la mirilla—

—No fui yo, cariño. Nunca le haría eso a una mujer que me importa. Ahora quítate la ropa— Dejo caer mi cinturón al suelo y voy a por los botones de mi camisa. Kara duda por un segundo, como si estuviera llegando a una conclusión, finalmente tira de la sudadera demasiado grande que lleva puesta y la arroja junto a mis cosas. Se queda con un sujetador fino y unos pantalones cortos que apenas le cubren el trasero. Joder, se ve mejor que todos los recuerdos que tengo de ella.

Mi camisa se une a la suya seguida de mis pantalones. Cuando estoy frente a ella en bóxer, deslizo mi mano alrededor de su cintura y la muevo hacia el centro de la cama para poder flotar sobre ella. Mis ojos nunca se apartan de los suyos mientras toco su cintura y luego deslizo mi mano sobre su vientre donde puedo sentir su pancita.

—El día que salí de esa habitación de hotel era el día de la boda de mi hermana— Sus ojos se abren un poco y, antes de que pueda hablar, coloco un dedo sobre sus labios—El día de la boda de mi hermana gemela— Se da cuenta de su error y siento que inhala mientras comprende su equivocación —Olivia; para quien hiciste el vestido de novia, es su esposa—

—Oh, mi Dios—

Me inclino y beso el hueco de su cuello mientras mi mano en su vientre acaricia de un lado a otro —Fue el destino lo que nos unió ese día— Mis labios bajan hasta besar el encaje de su sujetador —¿Y aun así pensaste que te dejaría sola en mi cama para ir a casarme? — Sacudo la cabeza mientras bajo su copa y luego lamo su dura aureola —Como si pudiera mirar a otra mujer después de probar esto— Mi boca se mueve hacia su otro pezón y gime mientras sus dedos se sumergen en mi cabello. Su espalda se arquea y sus piernas se abren mientras finalmente se rinde al placer y a esa atracción indescriptible entre nosotras.

—Lena, lamento mucho haberme escapado. No lo sabía— Cuando chupo un pezón, grita.

—Eres tan terca— Bromeo, besándola hasta llegar a su vientre —Gracias a Dios que estoy aquí para hacer entrar en razón a tu mamá— Le digo a la pancita que sostiene a mi bebé. Dejo un beso y rozo con mi nariz la suave piel.

La conciencia de todo lo que me espera me golpea y siento que los ojos me arden por las lágrimas contenidas. No solo encontré a Kara, sino también a nuestro bebé, y no podría estar más feliz.

Besándola más abajo, tiro de los pantalones cortos que lleva puestos hasta que se los baja por las piernas para que pueda lamerle el coño. Estoy impaciente mientras lo hace y la lamo por todas partes hasta que puedo abrirle las rodillas y meterle la lengua. Es tan jodidamente suave y dulce mientras entierro mi cara en su calor húmedo.

—¡Mierda! — Grita, agarrando las sábanas con sus dedos.

—Más— Gimo, pensando en todas las noches que estuve despierta y soñé con esto —Más—

Su coño me acaricia la cara de arriba a abajo mientras le chupo el clítoris. Ahora es muy fácil excitarla y me pregunto si es porque está embarazada. El solo hecho de saber que la embaracé me pone más dura que nunca. Yo la críe y ahora es mía para siempre.

—Lena— Susurra, con los muslos temblorosos —Dentro de mí— Sus palabras se entrecortan cuando intenta alcanzarme —Ahora—

Estaba tan absorta en comerle el coño que la idea de meterle la polla ni siquiera estaba en mi radar. Ahora que me ha dicho lo que quiere, es todo en lo que puedo pensar. Sentándome, empujo hacia abajo la parte delantera de mi bóxer mi polla tensa se libera. La piel alrededor de mi pene está tensa mientras agarro la base y deslizo la punta entre sus pliegues.

La V que conduce a mi polla se flexiona mientras deslizo mi dura longitud dentro de ella. No puedo apartar la mirada mientras centímetro a centímetro se hunde en su suave coño, y gimo al sentir su lindo coño apretándome.

—Mira eso— Digo mientras paso mi pulgar por su clítoris. Sus ojos se mueven hacia donde estamos conectadas, y es perfecto. Como siempre —Mía— Me empujo un poco más y me froto contra ella.

—Tuya— Gime y se acerca a mí. No puedo poner todo mi peso sobre ella debido al bebé, pero mientras empujo levanta sus caderas para encontrarme.

—Va a ser rápido— Digo con los dientes apretados, y siento como se aprieta a mi alrededor.

Sus líquidos se deslizan sobre las venas de mi miembro y, en unas cuantas embestidas rápidas, se corre. Con el pulso de su coño, ya no puedo contenerme más y me entrego al placer. Empujando tan profundo como puedo, me vacío en ella con un rugido de alivio y amor abrasador. Es lo que siento por Kara en lo más profundo de mi alma.