POV LENA
Nochebuena muchos años después…
—Oh— Digo mientras aprieto los dientes y me agarro con fuerza a sus caderas.
—Más fuerte, Lena— Kara jadea mientras intenta mover las caderas y tomar más de mí —Por favor—
—No— Sacudo la cabeza apartando mi mirada. Verla así es demasiado y perderé el control. Me estuvo provocando todo el día y, finalmente, cuando logramos que los niños se durmieran, entré a nuestra habitación y la encontré desnuda con ese brillo en sus ojos que conozco tan bien, lo que en otras circunstancias no fuera un problema, pero está embarazada de nueve meses y el bebé nacerá en cualquier momento.
—Esta podría ser la última vez— Se queja y mete la mano entre sus piernas. No puedo apartar mis ojos mientras sus dedos se deslizan entre sus pliegues húmedos y comienza a frotar su hermoso clítoris.
—Maldita sea, Kara— Agarro su muñeca y la sujeto al colchón.
—Eso es— Gime y mece sus caderas.
—No— Me es más difícil contenerme.
—Prometo que no me pondré de parto— Sus ojos encuentran los míos y odio negarle algo.
—Te amo, nena, fóllame más fuerte— Mi polla se hincha y ella se aprieta a su alrededor. No voy a aguantar. Intento ir más despacio, pero he perdido el control de la situación y lo sabe. Con un gruñido, me lanzo contra ella y gime alto. Gracias a Dios hice que instalaran placas de yeso con cancelación de ruido cuando construimos la casa.
Me he contenido tanto como he podido y ahora mi polla ha tomado el control. Es un ritmo palpitante mientras echo la cabeza hacia atrás y disfruto de la sensación de su coño. Es húmedo y caliente. Maldita sea, se siente muy bien follar con mi esposa.
Desde el momento en que la recuperé, todo ha sido así, sin parar. Por eso estamos esperando a nuestro sexto bebé. Criarla siempre ha sido mi actividad favorita y, cuando está embarazada, de alguna manera su coño es aún más húmedo. No puedo tener suficiente y es muy fácil hacerla correrse. Es como si su cuerpo me recompensara por haber puesto bebés en ella.
Ahora me duele la polla mientras embisto con desenfreno y, cuando siento que se corre apretando mi eje, toco fondo. Con mi polla tan adentro como puede llegar, me froto contra ella y bombeo el último resto de mi semen en su dulce y pequeño coño.
Puedo sentir el sudor goteando por mi espalda mientras me retiro lentamente y bajo sus piernas a la cama. Kara tiene una hermosa sonrisa en sus labios, pero a mí me preocupa que tenga demasiado calor, con cuidado la levanto en mis brazos y la llevo al baño.
—¿Por qué no me dejas ir a dormir? —Finge quejarse mientras yo la bajo poniéndola de pie.
—Porque te conozco y sé que te gusta estar limpia cuando te vas a dormir— Beso la parte superior de su cabeza antes de entrar en la ducha y abrir el grifo.
Tengo la mano bajo el chorro de agua esperando a que se caliente cuando escucho a Kara decir algo a mi espalda—¿Qué fue eso, cariño? — Digo antes de girarme para mirarla.
Allí está ella, con la boca abierta y una expresión de sorpresa en su rostro. Me toma un segundo el darme cuenta, mirar hacia abajo y ver que ha roto fuente. En este punto ya somos profesionales a todo lo que a partos se refiere, así que sé que no debo asustarme. Pero cuando veo la mirada avergonzada que me da, levanto una ceja.
—¿Qué te dije? — Digo porque tengo que decir algo.
—Ni que fuera mi culpa— Mira mi polla que todavía está dura y apuntando hacia ella.
—Díselo a la doctora Carina— Digo. Cierro el grifo y la levanto nuevamente en mis brazos —Qué bueno que está de guardia esta noche—
—Ella fue la que apostó que tendríamos un bebé en Nochebuena. Debería haberle hecho caso—
—Porque claramente tu esposa no sabe de lo que habla— Kara me da un golpecito en el pecho juguetonamente mientras entramos en el armario y agarramos la bolsa de viaje junto con algo de ropa cómoda para cambiarnos.
—¿Deberíamos despertar a tus padres? — Pregunta mientras la hago sentar en la silla. Así puedo ponerle los zapatos.
Mis padres ya están aquí y durmiendo en el ala de invitados de la casa. Nos turnamos con la familia de mi hermana gemela para poder compartir la mañana de Navidad con ellos también. Sabía que Kara iba a dar a luz en cualquier momento y les avisé para que este año estuvieran aquí —Les enviaré un mensaje de texto cuando lleguemos al hospital. Les dije cuando se fueron a dormir que esta noche era la noche—
Kara resopla y yo sonrío —¿Crees que no conozco a mi esposa? ¿La mujer que ha tenido cinco de mis hijos y es el amor de mi vida? — Se ablanda un poco y me inclino para besarla —Ahora vamos a sacarte de aquí. Antes de que comiencen las contracciones—
En ese preciso momento pone su mano en su estómago y empieza a gemir —Maldita sea, odio cuando tienes razón—
—Lástima para ti porque nunca me iré de tu lado. Incluso si intentas huir, te cazaré una y otra vez—
—Cuento con ello— Dice antes de que la estreche entre mis brazos y comencemos un nuevo capítulo de nuestra vida juntas.
FIN
/
Llegamos al final.
Es una historia cortita, pero bonita.
No he hecho la revisión, así que por favor errores háganmelo saber.
Esperemos que nadie nos reporte y la historia y así no nos la bajen.
¡Feliz Día de Reyes Magos!
Con esto concluimos la temporada navideña.
Cuídense y nos vemos si los dioses lo permiten el fin de semana con el maratón de Llama Gemela.
