Nota de autor: ¡Hey, volví!, se supone que esto tendría que salir el mismo día en que salió el primer episodio de FNAFHS pero confundí el 21 con el 27 de enero, y es por eso que es importante corroborar las cosas 2 veces antes de decidir algo. ¡A si!, he abierto una cuenta de Ao3 y estoy aprendiendo a usarla, si quieren verla solo busquenme como NasitoPasito, ¡Sin más interrupciones, a hacer la fanficleyeción!

Julia Worthing, estudiante de la aclamada escuela L.I.B.R.O.S Europa (no preguntes por las siglas), estaba parada enfrente de la puerta de su nuevo salón de clases, aunque la puerta era de madera, estaba pintada con el mismo color grisáceo aburrido de toda la escuela.

Ella entró sin pensarlo 2 veces y dirigió su mirada hacia los alumnos sentados en sus pupitres, apoyando sus cabezas con las manos con tristeza esperando el receso.

La visión de la chica fue interrumpida cuando un hombre más alto que todos los presentes en el aula se paró enfrente de ella e inclinó su cabeza para conversar, era el profesor y por alguna razón tenía puesto un ridículo sombrero francés como si fuera Napoleón.

—¿Que haces?—preguntó.

—Estaba buscando un pupitre para...

—No me refería a eso—interrumpió el hombre—Si quieres entrar a mi clase vuelve a salir y toca 3 veces la puerta

Julia tenía tantas ganas de escupir unos insultos dignos del padre más enojado del mundo, pero ese impulso desapareció cuando vio la telepantalla al fondo del salón. Una telepantalla era un dispositivo que, además de mostrar avisos y noticias sobre la escuela, tenía la capacidad de grabar audios y videos, audios y vídeos que se emitían directamente al director.

Así que ella obedeció y cuando dio los 3 golpes a la puerta (los contó en voz alta por si acaso) el profesor la abrió para que la chica pudiera entrar.

Ahí era el clásico momento en que ella se presentaría con su nombre, su edad y sus cosas favoritas para que sus compañeros la conozcan, pero cuando estaba apunto de hablar el maestro la calló y la mandó a sentarse.

Julia fue a sentarse en el único lugar disponible mientras pensaba lo estúpido que había sido toda la situación, el profesor empezó a escribir algo en el pizarrón y cuando terminó se volteó hacia su clase.

—Hoy tenemos una nueva alumna en nuestro salón, hagamos esto rápido, este es mi nombre—el profesor señaló con su plumón lo que había escrito en el pizarrón, "Javert"—Soy el profesor de ética y estaremos usando este libro para estudiar—Javert se dirige a su escritorio y toma un libro que en su portada tenía escrito "Constitución"—Esto es lo único que deben saber sobre ética y moral, si no está prohibido aquí entonces son buenas personas

Worthing se sentía un poco confundida, todo el tiempo que ha estado en la escuela nunca había necesitado un libro, solo llevaba libretas para hacer anotaciones de sus clases y dibujar cosas graciosas para alguien muy especial para ella que obviamente no era su novio... claro que no, era su "amigo" ya que en la escuela estaba completamente prohibido las relaciones de pareja, era algo raro no haber visto a su "amigo muy cercano" en la mañana, pero Julia pensó que el chico simplemente se enfermó de una horrible enfermedad por la que podría morir, lo que la hacía sentir mejor por qué era algo tan exagerado y absurdo que le daba risa...¡Ah cierto, la clase!

La clase consistía en el profesor Javert leyendo la constitución y todos los alumnos anotando, como Julia era nueva en el salón sería la primera vez que escribiría los artículos, pero pequeñas miradas de reojo sobre las libretas de sus compañeros la llevó a darse cuenta de que los demás ya tenían esos mismos escritos varias veces, incluso se atrevió a pensar que todas las clases del profesor hacían siempre lo mismo.

Javert se expresaba igual de rápido que un vendedor de subasta pero con un tono de voz muy aburrido, muchas veces Julia no podía terminar de escribir el artículo y continuaba con el siguiente (problema que los demás no parecían tener), tanto esfuerzo en la parte de su mano hizo que a la chica le diera un gran calambre que le hizo lanzar el lápiz al aire.

Su horrible suerte hizo que el lápiz de Julia llegará hasta el fondo del salón y, sin pensar las consecuencias, se levantó de su asiento bruscamente y corrió por el muy desesperada, pues cada segundo sin el lápiz era medio artículo que ella no completaría.

Corrió y corrió hasta que se tropezó con el pie de uno de los estudiantes, cuando estaba apunto de empezar a caer logró girarse un poco hacia la derecha para no impactar en el suelo, pero lo que no se dio cuenta es que ahora impactaría la cara de un chico que estaba sentado en un pupitre.

Los chichones que el chico y ella se harían en la cabeza no era lo que le importará realmente, sino que el ángulo de ambos favorecía la creación de un beso.

El chico era el estereotipo de chico lindo, rubio, ojos celeste y delgado, incluso su nombre era muy lindo, Dorian Gray. Cuando parecía que sus labios se juntarían, Dorian, con absoluta indiferencia, empujó a Julia para que cayera de cara al suelo.

No pasó ni un segundo para que alguien se levantara de su asiento para ofrecerle una mano a la pobre chica con visión borrosa por culpa de la caída.

—Disculpe señorita, ¿Podría ayudarle a levantarse?—preguntó el ayudador, su voz era muy grave para ser de un estudiante y sus manos eran muy grandes, incluso para un adulto.

Igualmente el extendió su mano hacia Julia, la chica sintió el frío brazo del hombre cuando lo sujetó y cuando finalmente se levantó, su visión volvió a la normalidad casi se moría del miedo por la cosa que tenía delante.

—G-gracias—agradeció la chica temblando de miedo.

—Usted no debe de agradecerme, es obligación de todo hombre ayudar a una mujer—su grave voz se hizo más evidente al ver su aspecto, su piel era amarillenta y su cuerpo estaba repleto de coseduras como si de una muñeca mal hecha se tratara.

El caballero notó el temblor del cuerpo de la chica, prestó más atención a su rostro y finalmente capto que estaba aterrada, así que intentó tranquilizarla con unas palabras.

—Ya se lo que sucede, ¿Es mi aspecto verdad?, no hay que temer, al nacer tuve algunos problemas y los doctores hicieron todo lo posible para salvarme, mi nombre es Adán

El chico que había empujado a Julia giró su cabeza hacia Adán y la chica para decirles unas "lindas" palabras:

—¿Se pueden callar?, no me dejan escuchar al maestro

—¿Disculpa?—reaccionó Julia ofendida—¿Primero me empujas al suelo y luego nosotros tenemos que hacer lo que tú digas?, así no es como funcionan las cosas

—Hey tu—el profesor Javert señaló a la chica con el dedo—Sientate en este momento, como sea que te llames

—Exactamente, obedece al maestro, tu... como sea que te llames—apoyó el rubio

En ese momento un fuego ardió con intensidad dentro de Julia, su mente se nubló, sus ojos se cerraron, sus cejas cambiaron a modo ataque y su boca desactivó el control parental para poder insultar debidamente.

—¡Mi nombre es Julia!—gritó la chica—¡Jota, u, ele, i, a. Los 2 lo sabrían si me hubieran dejado presentarme como lo hacen en...¿No sé?, Una escuela normal, pero olvidé por completo que está escuela es el mayor pedazo de basura que ha existido en el mundo!

El salón se quedó mudo por un momento, la chica volvió a activar sus funciones de pensamiento normal y procesó todas las consecuencias que sufriría. tapó su boca con temor aunque ya fuera demasiado tarde para eso y sus ojos empezaron a temblar.

El silencio acabó cuando una imponente voz salió de la telepantalla diciendo "Javert, mandé a Julia a mi oficina, ahora", esa voz era la del Gran Director.

Para sorpresa de nadie Javert obedeció y tomó del brazo a la chica hacia la dirección, no es que Julia quisiera escapar de todos modos ya eso seria una locura, había tantas telepantallas en toda la escuela que sería imposible esconderse.

Finalmente llegaron a la puerta de la dirección, está puerta era la única que no estaba pintada así que aún conservaba su color café madera y tenía un letrero que decía "oficina del director". Javert abrió la puerta y entró junto con Julia.

Las paredes de la oficina también eran distintas a todas las demás, ya que estaban cubiertas con madera y el piso era de roble lo que le daba la apariencia de que estuvieran en una cabaña.

En la pared de la izquierda al entrar solo había dos ventanas cerradas, pero del lado derecho había una pared llena de pantallas que mostraban las grabaciones de las telepantallas, incluso Julia encontró la que mostraba su salón completamente calmado y silencioso aunque no hubiera maestros, también vio como un niño rarito no dejaba de mirar la telepantalla fijamente mientras sonreía, ¡Menudo bicho raro!.

Enfrente de ambos estaba el escritorio del Gran Director con el sentado en una silla, su mesa estaba organizada al milímetro y nada desentonaba entre si, había un archivero en la esquina y fotos colgadas en la pared detrás de la silla, en ellas siempre se veía al Gran Director con una cara seria estrechando la mano formalmente con una persona, estás personas eran las más importantes e influyentes del mundo.

Julia notó que desde el lugar donde se encontraba los cuadros con las fotos formaban las letras de "Poder", Javert indicó a la chica que se sentará en la única silla vacía de la habitación, era una que te dejaba cara a cara con el Gran Director.

—Aqui está, director—señaló Javert con obviedad mientras sentaba a la chica—Tengo que retirarme, si vuelvo pronto al salón quizá mis alumnos puedan escribir el libro de reglas de la escuela

Javert salió y dejó al Gran Director y a Julia solos en un silencio muy incómodo donde ambos se miraban fijamente, ella sudaba como carne en parrilla por el miedo de estar enfrente con alguien capaz de arruinar su vida con una expulsión.

—¿Si sabes que lo que le hiciste a nuestra institución, L.I.B.R.O.S Europa, es inaceptable y una grave falta a nuestro reglamento?—Aunque la voz del Gran Director no expresará ningún sentimiento era realmente aterradora.

—S-Si—respondió Julia temblando—No tuve que haber dicho nada de lo que grite por qué es nocierto

—No me refiero a lo que hiciste hoy, sino lo que hiciste el viernes—Gran Director sacó una foto de su traje formal y la puso sobre la mesa—¿Ya lo olvidaste, rayadora de carteles?

La foto parecía haber sido tomada de un segundo piso de alguna casa ubicada en el centro de la ciudad, en ella se veía a Julia con su novio rayando con plumón un cartel de propaganda del Gran Director para las siguientes elecciones para alcalde. En el momento de la foto, Julia y el chico sentían como los ojos del Gran Director de la propaganda les penetraba el cuerpo para ver directamente su mente y corazón, eso los llevó a tomar la decisión de rayar el cartel con un lápiz que Julia traía en su mochila, mientras la chica pintaba un moño en el cabello del director y le "ponía labial", el chico tachó los ojos.

—¿C-Cómo consiguió esa foto?—preguntó Julia aterrada.

—¿Sabes que tu "amigo" tiene un gran amistad con alguien llamado Thomas Parson?—Gran Director no sabía que solo los idiotas respondían las preguntas con otras preguntas, pero echarle eso en cara era muy peligroso para cualquiera.

—No realmente

—Eso es bueno por qué el no importa, lo único que me interesa de el es su hermana menor, toda la propaganda sobre mi escuela y mi persona que sale en la televisión y los periódicos han influenciado a esa chica a convertirse en una gran admiradora, ha denunciado a su hermano mayor, Tom, por copiar la tarea varias veces y me envió la evidencia por mi gdmail (Gran Director Mail). La foto de usted y el otro sujeto conocido como Winston Smith fue tomada desde el cuarto de la pequeña el viernes, luego el sábado, Smith fue a visitar a su amigo Thomas y la pequeña niña, de tan solo 5 años, investigó las pertenencias del invitado y allí encontró algo peligroso

Julia empezó a imaginar, "¿Un cuchillo?, ¿Una pistola?, ¿Granadas?, ¿Un dulce con un juguete dentro?", pero a lo que el director se refería era un diario. Tal vez era muy ñoño, ¿Pero peligroso?, así que se atrevió a hacer la siguiente pregunta:

—No es que quiera molestarlo, ¿Pero que tan peligroso puede ser un diario?

—Eso no le incumbe—cerró la discusión el Gran Director—Respondí tu anterior pregunta para aclarar que yo no los espié ya que eso es ilegal por alguna razón, pero quién sabe, a mi campaña política le está llendo demasiado bien así que tal vez no tardé en eliminar esa ley absurda

—Entiendo, ¿Alguna otra cosa que necesite hablar conmigo?

—En realidad si. Primero, el estudiante Winston Smith fue transferido a L.I.B.R.O.S América y segundo, no has juntado los 4 puntos de actividades necesarios para pasar de grado

Esas 2 impactantes noticias casi le daban un infarto a Julia, su corazón subió a su garganta mientras se intentaba controlar.

—P-Pero esto no es justo—declaró la chica—Junté los cuatro puntos en los primeros 2 meses y Winston no ha hecho nada malo en la escuela, ¡No puede expulsarlo de aqui!

—No lo expulse—contestó Gran Director un poco enojado por la insolencia de su alumna de haberle gritado—Solo lo transferí de mi escuela a otra de la misma institución y, solo para aclarar, su transferencia obviamente no tiene nada que ver con el diario y el vandalismo—dijo GD con un tono..."poco convincente" (mintiendo pues)—Con respecto a los puntos de actividades, era su responsabilidad reunirlos

Julia estaba completamente segura que ya había conseguido los 4 puntos en los primeros 2 meses del ciclo escolar gracias a una actividad de recolección de basura que te otorgaba todos los puntos de un jalón, incluso había visto al Gran Director rellenando todos los puntos que habían conseguido los alumnos que participaron en esa vez, así que le pidió volver a revisar su expediente escolar.

El director se arrastró con su silla hacia el archivador y sacó una carpeta que contenía todos los expedientes de los estudiantes cuyo nombre empieza con J, Gran Director volvió a escritorio y empezó a hojear los documentos.

—Ok... Jane Bennet, Jonathan Harker—despues de pasar páginas por otro rato de silencio incómodo, Gran Director finalmente encontró la hoja de la chica enfrente suyo y se podría decir que la restregó en su cara—Aqui esta, completamente vacía en la parte de los puntos de actividades

—No es posible...—Julia estaba entrando en un ataque de pánico—¡Yo vi como usted nos daba esos puntos!

—Creo que esa hoja la imaginó, ya que realmente nunca existió

Obviamente esa hoja si que había existido, simplemente el director la había triturado igual como lo hacía con los nervios de Julia en este momento.

—Pero no te preocupes—agregó el Gran Director—Estoy dispuesto a otorgarle los 4 puntos necesarios para pasar de curso si hace un encargo para mí y quién sabe, tal vez podría realizar una solicitud a L.I.B.R.O.S América para que considere devolver a Smith a Europa

El hombre tomó 3 papeles que ya tenía preparados a un lado suyo, eran expedientes de alumnos y cada uno tenía una foto del estudiante en la esquina.

Julia pudo reconocer a 2 de ellos, el primero era Adán, en la foto se le veía más sonriente que en persona lo que hacía notar más su deformado rostro cubierto de coseduras pero también, de alguna forma, se veía más tierno. El otro era el nefasto chico que la empujó al suelo, con una cara más aburrida que seria.

El último no tenía ni idea de quién era, aunque si había recordado haberlo visto en su nuevo salón, su pelo café estaba muy alborotado y usaba lentes.

—Quiero que me ayudes a descubrir los secretos de estos 3 chicos—reveló el Gran Director—Adán Frankenstein, Dorian Gray y Henry Jekyll, no te molestes en preguntar por qué

—¿Puede ser más específico?—preguntó Julia—¿Dónde se supone que tendría que empezar?

—No compartiré más información contigo hasta que aceptes, ¿Lo harás?

La joven Worthing aún tenía demasiadas dudas, ¿Que es lo que contenía el diario de Winston Smith para que el Gran Director lo mandará tan lejos?, ¿Por qué el director solo mandó a su novio lejos si ella también participó en el vandalismo?, ¿Por qué el director está obsesionado con saber todo sobre sus alumnos?, ¿Sería buena idea aceptar el trato del director?, ¿Por qué el director se parece tanto a lósif Stalin?, ella espera que todas sus preguntas sean contestadas pronto.