Ho ho ho ¡Feliz navidad, mis queridos lectores! ¿Cómo están todos? No saben cuan feliz estoy por poder traerles, al fin, la segunda parte del capítulo anterior.

Uff, la carga emocional que les traigo será la más fuerte presentada en el fic (hasta ahora) así que espero haber hecho un buen trabajo al describir los sentimientos, el antes y el después en la historia de Ranma y Akane.

Disclaimer: Ranma ½ es propiedad de Rumiko Takahashi.


15. No lo olvidaré (Parte II)

-¡Hermana! –Gritó Satori entusiasta –¡Ya me voy!

Los hermanos Tendo habían llegado a la esquina en la cual, Satori tomaba el callejón para ir a la escuela primaria y Akane seguía de largo a Furinkan.

Su hermana no le prestó atención, ella estaba concentrada en los sucesos que regresaban a su memoria. Luego de las primeras veces, ella y Ranma tomaron distancia pues la incomodidad afloraba en el ambiente, además, Shampoo y Mousse nunca concretaron su reconciliación, por lo que la china parecía un llavero andante sobre Ranma. No duro mucho, pues nuevamente le rompió el corazón y ella fue quien lo consoló.

Sus encuentros se volvían cada vez más pasionales y llegaría un punto en que ninguno aguantaría y lo harían. Ranma tuvo que repetirle miles de veces que ellos eran simplemente amigos, que aunque eso le gustaba, no podían existir confusiones. A sangre fría, Akane fingió indiferencia y le dijo que no la subestimara.

Las cosas se quedaron así, en un constante ir y venir por parte de Shampoo y Mousse, de Ranma y Akane. Nadie nunca sospecho nada, solo los amigos de ella y la prima de él les guardaban el secreto. Si bien ella deseaba más, estaba conforme con lo que vivía.

Todo estaba en orden, todo, pero cambió en un abrir y cerrar de ojos.

-¡Hermana! –El niño la llamó de nuevo.

La chica apretó los ojos y miró a su hermanito. Le acarició el cabello –Ten cuidado, Satori. Te quiero.

-Yo a ti –Dijo antes de irse –¡Adiós!

El pequeño se alejó dando brincos, sosteniendo el regalo de sus padres con alegría. La chica liberó una inocente risa, su hermano era tan despreocupado que lo envidiaba.

Se metió la mano libre en el bolsillo del pantalón y retomó sus pasos. Le gustaba observar los charcos de lluvia pues le traían gratos recuerdos. Sí, a pesar de todos los problemas, los ratos amargos, las lágrimas y los enredos, ella amaba a Ranma y prefería recordarlo como la equivocación más perfecta de su vida.

Flashback

Akane suspiró con fuerza, mientras se restregaba el cabello con una toalla. Había tomado un largo baño caliente apenas llegó a casa. Toda su ropa estaba mojada y no quería enfermarse… Solo eso le faltaba.

-Akane, querida –Happosai entró en su habitación con la correspondencia en las manos –Te llegó una carta.

Ella miró a su abuelo incrédula –¿Una carta a mi?

El anciano asintió con la cabeza –Es de Francia.

Los ojos de la muchacha se iluminaron, una carta desde tan lejos solo significaba una cosa:

-¡Ryoga! ¡Ryoga me escribió! –Exclamó emocionada.

-Ese muchacho… Ya teníamos un buen tiempo sin saber de él –Dijo su abuelo con una sonrisa.

-Es normal, abuelo. Debe de estar muy atareado con tantos viajes.

-Al menos no está perdiendo el tiempo por ahí –Se cruzó de brazos –Estoy seguro de que se convertirá en un empresario exitoso como su padre.

Akane amplió su sonrisa, estaba segura de lo mismo, su amigo Ryoga era un joven muy inteligente.

-Espero que regrese pronto –Murmuró para sí misma –Ya ha pasado un año y medio desde que se fue.

Happosai se dio la vuelta, dispuesto a salir de la habitación –Tu padre está preparando la cena, te toca a ti poner la mesa.

-¿Y mamá? –Pregunto irguiendo las cejas. Su padre era muy buen cocinero, pero normalmente, era su madre quien cocinaba.

-Naoko sigue en la oficina –Respondió, saliendo de la recamara.

Akane no dijo nada. Últimamente, sus padres tenían mas trabajo de lo normal y por ello no estaban tanto tiempo en casa. Algunas veces, como hoy, se turnaban para poder estar con la familia, aunque uno de ellos debía continuar con su trabajo.

Dejó la carta sobre su mesita de noche y se sentó en la orilla de la cama. Sus ojos se clavaron en la ventana, estaba abierta de par en par y aun llovía. No podía sacarse aquel dulce recuerdo de la mente…

Se llevó dos dedos a los labios y los acarició mientras sonreía, todavía podía saborear a Ranma en ellos. Lo que había sucedido fue completamente irreal: ¡Se habían besado! Y no fue un sueño, ellos dos realmente se besaron en la entrada de Furinkan mientras la lluvia caía a cantaros sobre los dos.

Había sido tal y como siempre imagino: Sus labios suaves y embriagadores, tenían la forma perfecta; su boca tenía el sabor ideal y sus manos… como deseaba que esas manos la acariciaran por siempre.

-Me… me besó –Susurró sumergida en una profunda felicidad.

De pronto, su alegría se esfumó tan pronto como llegó. Por supuesto que nadie podría arrancarle aquel íntimo momento que habían compartido, era algo que solo le pertenecía a ambos… pero no había sido por amor.

Ya había visto esto antes en muchísimas películas: Ranma estaba deprimido por culpa de Shampoo y ella era quien mas accesibilidad tenía. Que se hayan besado, no significaba nada en lo absoluto.

-Pudo haber sido cualquiera –Pensó con los ojos cristalinos.

Sintió una extraña pesadez en su hombro izquierdo, mientras una soberbia voz comenzaba a murmurarle:

-¡Oh, vamos! El mundo real es así, mi dulce Akane. Debes aprender a vivir en el –Dijo una atrevida diablilla de corto vestido.

La misma sensación se repitió en su hombro derecho:

-La vida no tiene porque ser así –Refutó un luminoso ángel de coleta –Nadie debe dudar de las bendiciones que le aguardan.

-¡Ay, por favor! –La malvada, Nabiki, rodó los ojos –Está enamorada del chico, ¿Cuál es el problema si quieren divertirse?

-El problema es que Akane es una chica sensible y no merece ser la diversión de nadie –Protestó la buena, Kasumi.

Dicen que las voces de la conciencia siempre están presentes en la mente de cada persona, sin embargo, en los momentos de mayor tensión es posible escucharlas y dejarse guiar por una de ellas.

-¡No! ¡Ahora me estoy volviendo loca! –Exclamó la chica, llevándose las manos al cabello.

Se dejó caer sobre la cama y suspiró con fuerza. Cualquier otra chica estaría saltando de felicidad por haber besado al chico del cual está enamorada, pero ella tenía emociones mezcladas y era difícil saber cómo sentirse.

-Ranma no Baka –Gruñó con los ojos cerrados.

-¿Y ahora yo que hice?

La muchacha abrió los ojos de golpe, gritó espantada y cayó de la cama al escuchar la voz de Ranma responderle, ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Será que de verdad se estaba volviendo loca? Tenía que ser. Al levantarse, comprobó que el chico de trenza estaba arrodillado en el marco de la ventana, con algunas gotas de lluvia en el cabello pero con una ropa diferente a la de esta mañana.

-Ra… Ranma… ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué estas…? –Balbuceó sin sentido.

El pelinegro achicó los ojos –¿Qué te pasa? Primero sales corriendo como una cobarde y ahora te comportas así.

Ella se sonrojó por completo al escucharlo. Cuando ambos se separaron después de besarse, la reacción inicial de Akane fue salir corriendo sin siquiera mirar a Ranma. Si, esa no fue la mejor decisión pero los nervios y la impresión habían podido con ella.

-¿Qué no te enseñaron a entrar por la puerta como la gente decente? –Intentó desviar la conversación.

-Mmm, bueno –Se llevó los brazos a la nuca, despreocupado, mientras mantenía su pose sobre el marco de la ventana –Pensé en tocar el timbre pero si tu hermanito abría la puerta, me obligaría a jugar con él…

-¿Y eso que tiene…?

La interrumpió –Por el contrario, si tu abuelo es quien abre, probablemente me golpee con su bastón.

-Ranma, no me has dicho…

La interrumpió de nuevo –Y en el mejor de los casos, hubieran sido tus padres y me invitarían a cenar.

Una gota corrió por la sien de la jovencita –¿Y por eso debes entrar en la cuarto de una señorita sin su permiso y tan tarde?

-Técnicamente, tú fuiste quien me comentó de la ventana –Respondió haciéndose el inocente.

Estuvo a punto de gritarle e insultarlo por actuar como si nada, pero fue entonces cuando hubo cierto detalle que llamó su atención. Las marcas rojas de sus dedos seguían plasmadas en la mejilla de Ranma, se distinguían con perfecta claridad y era obvio que dolían.

Tuvo que tragar en seco al recordar la forma tan violenta en que lo golpeó. No se había disculpado todavía y el que se hayan besado, no quería decir que estaba libre de culpas.

-Ranma, yo…

-¡Hermana! ¿Estás bien? –La voz de su hermano menor se oía cerca de la habitación.

Ranma y Akane se miraron nerviosos –¡Satori!

La puerta se abrió de sopetón, y detrás de ella, el pequeño pelinegro había ingresado al aposento sosteniendo una escoba con ambas manos.

-¿Qué ocurrió? ¡Te escuché gritar! ¿Fue un ladrón? ¡Yo lo mato! –Vociferó, haciendo movimientos de Kung Fu con el objeto de limpieza.

-¡No, no, no! Todo está bien –Lo calmó –Vi una araña, eso es todo.

-¿Segura? –Satori se colocó en posición de defensa.

-Si –Lo empujó hasta la salida –Ahora, pon la escoba en su lugar o el abuelo se enojará.

-De acuerdo –El niño estuvo a punto de marcharse cuando su hermana lo detuvo.

-Satori, espera, ¿Te parece si hacemos un trato?

-¿Trato? –Abrió los ojos con interés.

Ella asintió con una sonrisa –Yo te daré mi dinero de esta semana si tú arreglas la mesa para cenar.

-¡Pero eso debes hacerlo tú!

-¡Y por eso voy a darte mi dinero, bobito! –Puso ambas manos sobre su cadera –Entonces, ¿aceptas?

-¿Me darás tu postre también? –Añadió.

-Solo porque debo bajar un par de kilos –Respondió como afirmación.

-¡Entonces, trato hecho, hermana! –Aceptó complacido, bajando hasta el comedor.

Akane cerró la puerta y exhaló aliviada, eso distraería a Satori por un rato. Cuando estuvo sola de nuevo, abrió la ventana; tuvo que cerrarla rápidamente cuando su hermano entró exaltado.

-Ranma, ya puedes subir –Informó con la vista en el suelo.

Debajo de su ventana, el chico de trenza estaba tirado boca arriba, con los ojos en espiral y las manos como cuernitos. La única solución que Akane encontró en ese momento fue empujarlo fuera de su cuarto, en el fondo sabía que no iba a lastimarse.


Minutos después, Ranma estaba de nuevo en la habitación de Akane. Si bien había logrado llegar sin una sola gota de agua en la ropa hasta la residencia Tendo, el empujón propinado por la chica de cabellos azules lo hizo aterrizar sobre un charco.

En medio de refunfuños y expresiones asesinas, se quitó la camisa, quedando solo en franelilla.

Akane respiró profundo y evitó mirarlo fijamente. Ranma era miembro en el equipo de baloncesto de Furinkan y por ello, ya lo había visto miles de veces sin camisa durante los entrenamientos. Sin embargo, luego de lo que sucedió entre ambos hace algunas horas, mantener el autocontrol era difícil.

-No seas gruñón –Dijo mientras extendía la camisa del chico para que se secara –Sabia que no te ibas a lastimar.

El muchacho gruñó y se cruzó de brazos. Sentado en posición india sobre el escritorio de su amiga, la miraba con reproche –Parece que tu intención de hoy era matarme.

Algo en su interior se revolvió, trayendo consigo el sentimiento de rabia que la impulsó a hacer lo que hizo, y la terrible culpa al reconocer que, en realidad, se le había pasado la mano.

La diablilla, Nabiki, sonrió con malicia –¿Qué esperas? Sedúcelo. Tienes esa ventaja –Susurró en su oído.

-¡No! Eso es lo correcto –Amonestó el ángel, Kasumi –Primero debe dejar en claro que siente por ti.

-Coquetéale –Insistió Nabiki –¿O me dirás que ese beso no te dejó con ganas de mas?

-¡Ponlo en su lugar! ¡Que no juegue contigo! –Reiteró Kasumi.

Akane sacudió la cabeza con fuerza, ¡Que alguien callara los ideas bipolares que nacían en su mente!

-¿Por qué estás aquí? –Le preguntó al muchacho.

-Debemos hablar, ¿Recuerdas? –Respondió firme.

Ella resopló –Oye, es mejor que lo olvides. Solo lo dije porque habiendo tantas chicas…

Ranma hizo un ademan para callarla, obviamente, no le entendió –No me refiero a nuestra conversación en la escuela.

-¿Ah no? –Los nervios la invadieron de nuevo –¿Entonces?

-Lo que sucedió después –Admitió sonrojado –El beso que nos dimos.

Sintió a sus piernas temblar y a su corazón latir desbocado dentro de su pecho, de no estar en su propia casa, huiría de nuevo. Ranma miraba el suelo fijamente, con las mejillas sonrojadas y una notable ansiedad en el cuerpo. Ella debía decirle algo primero, ¿Acaso se dio cuenta de lo que sentía por él? ¿Fue por eso que vino? ¿Para rechazarla y romperle el corazón? No, no podía permitir eso.

-¡Lánzate, lánzate, lánzate! –Pedía la diablilla a gritos.

-¡Ponlo en su lugar, Akane! –El ángel tampoco se estaba callada.

La chica ignoraba por completo lo que sus recién aparecidas conciencias le decían. Por más que quería pensar en una buena excusa para solucionarlo, nada le parecía bueno.

-No, no tienes que decir nada. Yo entiendo, lo que sucedió fue… un accidente. Tú quieres a Shampoo y no tenemos que volvernos locos por ello. En serio, no fue nada, nada de nada… nada –Pensó decirle aquello, pero el nudo en su garganta era mayor.

El chico de trenza levantó la mirada y la fijó en Akane. Ella tembló al sentirse atrapada por aquellos poderosos ojos azules que tanto amaba, ya no podía decirle nada que la salvara, él tomó la palabra.

-Akane –Pronunció su nombre de manera firme, causando que la chica se tensara –Lo siento.

Kasumi y Nabiki se miraron entre sí con sorpresa, dudando acerca de lo que habían escuchado; La expresión en el rostro de Akane parecía de caricatura, ella tampoco estaba segura de haber oído bien.

-¿Cómo dices? –Dijeron las tres al unísono, aunque solo fuera la voz de Akane la que se escuchara.

Él se pasó la mano por el flequillo para liberar tensión –Pensé en todo lo que me has dicho durante este tiempo y, bueno, tienes razón –Notó que la chica tenía los ojos bien abiertos y continuó su explicación –Lo único que he hecho es descuidarte a ti, a mis amigos, incluso me he pelado con mi prima porque tampoco está de acuerdo. Fui un tonto, lo sé.

La angelical Kasumi se acercó a su contraparte para susurrarle –¿Crees que esté enfermo?

-Tal vez no sea saludable empujar personas por la ventana –Comentó.

Ranma se levantó del escritorio y se sentó, esta vez, con la misma posición de antes sobre la cama –Querías protegerme y por eso fuiste un poco tosca –Se tocó la mejilla de la bofetada –Tú decías la verdad, Shampoo siempre vuelve con Mousse.

-Ra… Ranma –A la joven le costaba articular palabra alguna.

-Y con respecto… al beso –Comenzó a juguetear con sus pulgares –Espero que no creas que soy un atrevido.

La chica reaccionó ante ese comentario –¡No! Quiero decir… no pienso eso.

Él sonrió enternecido –Gracias.

-La verdad –Bajó la mirada con tristeza –Habrías besado a cualquiera, ¿cierto?

-¿Eh? –Su rostro se descolocó ante la pregunta –Por supuesto que no.

-¿!No!? –Las conciencias abrieron los ojos como platos. Akane quedó muda.

-Quiero decir –El muchacho se sonrojó fuertemente –No sé porque lo hice, pero no quiere decir que yo sea como esos chicos que les gusta aprovecharse de las chicas. Antes de llegar a Furinkan, ni siquiera sentía algún interés en ellas.

Ella se encogió de hombros, incomoda –Y luego conociste a Shampoo.

Una sonrisa surcó su rostro –Así es –Y luego desapareció –La novia de Mousse… debí saberlo desde el principio.

La chica frunció el ceño con molestia –Te lo dije muchísimas veces, fijarse en la novia de alguien que ha sido tu amigo desde hace años, no es bueno.

Él dejó escapar una mueca –Siempre ha sido así, Mousse se queda con lo que me gusta.

-Exageras –Bufó ella, luego se acercó hasta la cama y se sentó a su lado –Oye, jamás me lo has dicho ¿Por qué ella? Debe de haber algún motivo en especial.

En el fondo sabia que enterarse de eso le iba a doler, Akane era una chica con demasiados complejos e inseguridades, su autoestima era como una balanza en la cual lo malo siempre pesaba más.

-Bueno –apoyó ambas manos sobre el colchón mientras hablaba –Todo comenzó aquella vez en la que Mousse se había enfermado y no podía asistir a las practicas. Shampoo se quedaba a observarnos y un día, cuando me encargaron recoger las pelotas, tuve la dicha de conocerla realmente…

Akane trataba de controlar los celos que iban naciendo en su interior. Ella también se quedaba a ver los entrenamientos casi todos los días, pero en ese momento que Ranma le contaba, específicamente, debía llevar a su hermano a las prácticas de beisbol pues el abuelo estaba fuera de la ciudad, ¡Si tan solo hubiera estado allí, joder!

-Descubrí que éramos muy afines –Sonrió –Según me contó, su familia tiene sangre de las amazonas chinas, y cuando era pequeña, su bisabuela le enseñó de artes marciales.

-Como lo hicieron tu padre y tu tío contigo –Murmuró pensativa.

Había un detalle en su vida que nunca se atrevió a contarle a Ranma: Su abuelo Happosai es maestro de artes marciales, y cuando ella era niña, él empezó a entrenarle como hiciera con Soun hace muchos años. Sin embargo, fue entonces cuando comenzaron a nacer las inseguridades que le hacían débil, Akane sentía que no era lo suficientemente buena en los combates y decidió dejarlo.

-Ella logró lo que yo no –Pensó con decepción.

Esa fue una de las cosas que hicieron que se enamorara del pelinegro, su pasión por las artes marciales. Él era el único chico que le entendía en ese aspecto, y eso que su amigo Ryoga solía practicar con ella de pequeños, mas no le interesaban mucho.

Por eso tenía el anhelo de retomar las artes marciales y mejorarlas, solo así le contaría la verdad a Ranma.

-Incluso nos batimos en combate una vez –El chico de trenza continuaba narrando su historia, desapercibido totalmente de lo que ocurría en la cabeza de Akane –Ella me ganó.

-Es la mejor, lo sé –Dijo en voz baja.

-Como se sentía culpable por haberme ganado, me llevó un plato de Ramen casero al otro día –Recordó –¡Y cocina como los dioses!

Los ojos avellana se empañaron con pesar, otra cosa en la que Shampoo le ganaba: La cocina. No podía ni hervir el agua sin que se evaporara; Hasta Satori preparaba las palomitas de maíz para microondas mejor que ella.

-Es tan hermosa que podría mirarla todo el tiempo –Finalizó en un murmullo.

Akane tuvo que taparse la cara con el flequillo para que no la viera llorar, él no podía saberlo.

-Oh, Akane –Kasumi acariciaba sus cabellos y Nabiki estaba en silencio.

-Pero… si es feliz con Mousse, no puedo hacer nada al respecto –Dijo con decepción.

Ella apretó los ojos para disimular las lagrimas –¿La dejaras ir?

Ranma asintió –Será difícil que vuelva a interesarme en alguna chica.

-Muchacho idiota –Dijeron el ángel y la diablilla al unísono.

La joven de cabellos azules quiso disimular su tristeza. Quería entender a Ranma y llegar hasta su corazón, al final, ambos estaban enamorados y no eran correspondidos.

-Bueno, es una lástima, eres bueno besando –Bromeó.

Él pestañeó algo sorprendido por el comentario, mientras las conciencias de Akane tenían el rostro desencajado. Luego de unos segundos, sonrió con arrogancia –Ese es el encanto Saotome.

Ambos rieron divertidos, causando desconcierto en el lado bueno y malo de Akane.

-¿Cómo lo hiciste? –Preguntó Kasumi.

-Te lo juro que no es obra mía –Contestó la otra.

El chico se detuvo y carraspeó antes de hablar –De verdad, ¿No te molesto eso?

Sus mejillas se tiñeron de rosa –Claro que no.

-Akane, tú y yo somos amigos –Declaró con voz firme –Y no quiero perderte a causa de malentendidos, ¿de acuerdo?

-Si –Dijo frágil, con la palabra "amigos" rompiéndole el corazón.

-¡Idiota! –Repitieron el ángel y la diablilla.

Tal vez el impulso de rabia se apoderaba nuevamente de su razonamiento y la hacía hablar de más, o quizás eran todos esos sentimientos que no se atrevía a sacar de su interior; a lo mejor, ya estaba cansada por tener que aguantar tanto, pero en definitiva, el miedo no era parte de ella en ese momento.

-De todas formas –Bramó seca –No serias capaz de eso.

Él irguió ambas cejas –¿Qué quieres decir?

-Oh, vamos, Ranma –Hizo un ademan con la mano –Dices estar muy enamorado de Shampoo, pero nunca has sido capaz de robarle un beso, y claro, yo soy otra historia. Admítelo, tú no tienes el valor para atreverte hacer algo así.

El chico frunció los labios, se tomaba muy enserio los ataques hacia su orgullo –Pues ya lo hice una vez, podría hacerlo de nuevo.

-¡Si, claro! –Exclamó sarcástica.

-Pues, ¿sabes qué? Si sigues así, tal vez me atreva hacerlo –Empuñó ambas manos.

-Jum –Bufó, cerrando los ojos y cruzando sus brazos –Si es que tienes el valor para hacerlo.

Akane estaba tan segura de sus palabras que no notó el rápido movimiento efectuado por su acompañante. Ranma se había acercado en silencio, apoyando una mano cerca del pecho femenino y utilizando su otro brazo para jalarla cerca de su cuerpo. Al abrir los ojos, notó lo cerca que estaban sus rostros.

-Pues te lo estoy demostrando –Susurró con tono de voz amenazante. Su aliento chocó contra los labios entre abiertos de Akane, quien dejó escapar un sensual suspiro.

Los corazones juveniles empezaron a latir, desbocados. Para ellos era imposible evitar que las imágenes de su primer beso se repitieran en sus mentes, así como desaparecer el dulce sabor degustado. Les gustó, les gustó más de la cuenta y eso no podían negarlo, ¿Y para que pensar en las consecuencias? Cuando lo único que realmente importaba era revivir la sensación de la lluvia, de los besos, de ambas pieles rozándose con ternura.

Sus labios se tocaron lentamente, como si se tratase de algo prohibido. Segundos después, cobraron vida, profundizando aquel exquisito movimiento. Akane sonrió sobre la boca de Ranma, era inevitable para ella sentirse en la gloria. Ranma ejerció presión con los dedos al sentir su sonrisa, por algún motivo, ese gesto lo hacía sentir sofocado.

-No soy… ningún… cobarde –Soltó entre besos.

Un imperceptible gemido salió de su garganta cuando el muchacho, luego de decir aquello, le mordió el labio inferior. Por inercia, lo sujetó de los hombros.

-No… lo tengo claro –Respondió sofocada.

Sin darse cuenta, estaban recostados sobre la cama. Ranma sobre Akane, cuidaba no aplastarla con su peso mientras ella le acariciaba el pecho. Vale, estaban consientes de que se estaban pasando de la raya, pero no podían parar.

La lengua de la chica delineó el borde de los dientes masculinos, le descontrolaba el vaivén ejercido en su cintura pues el pelinegro no dejaba de moverse. Él sentía como un fuego en su interior quemaba con potencia, no sabía porque, pero tenía la necesidad de arrancarle la ropa.

Se separaron. Ambas miradas, llenas de adrenalina, se cruzaron. Estaban totalmente sonrojados, sus respiraciones agitadas y sus ropas arrugadas. La situación carecía de sentido alguno, y les daba igual, ya que por un minino segundo, iban a continuar.

-Akane, hija, es hora de cenar –La voz de Soun se escuchó por el pasillo, alertándolos.

Ranma y Akane ahogaron un grito, levantándose a toda velocidad de la cama. La situación era demasiado comprometedora y no querían imaginarse que pasaría si el Sr. Tendo los encontraba.

El pomo de la puerta giró de un rápido movimiento, y cuando esta se vio abierta, el rostro del hombre apareció sonriente –Hija mía –Pero su sonrisa se borró al verlos.

Los dos adolescentes le daban la espalda, sentados a prudente distancia frente al escritorio. Habían libros y cuadernos abiertos, un par de lápices, escuadras y demás artículos escolares. A simple vista, parecían concentrados, pero tan pronto se escuchó la voz de Soun, voltearon a verlo.

-¿Si, papá? –Su primogénita lo encaró con un gesto nervioso y una gota corriéndole de la sien.

-Bue… buenas noches, Sr. Tendo –El chico rió igualmente nervioso.

-¿Ranma? –Se sorprendió de verlo. Aquel singular muchacho de trenza solía visitar su casa con frecuencia y él y su esposa lo apreciaban, pero no esperaba encontrárselo así –No sabía que estabas aquí.

-Bueno, Akane y yo tenemos examen de matemáticas mañana y estamos estudiando –Respondió, aparentando la mayor calma posible.

-Pero… ¿Cuándo llegaste? No recuerdo haberte visto.

-¡Ay, papá! –Habló la chica –Llegó hace un rato, no lo viste porque estabas ocupado con la cena.

-Sí, así es –Alegó su compañero. Inmediatamente, rieron en coro.

La sonrisa del hombre de bigote regresó a su rostro –Vaya, cuanto lo siento, Ranma. Soy demasiado despistado, ahora dime, ¿Te quedaras a cenar?

-Seria todo un honor para mí –Continuó riendo.

-Maravilloso. ¡Satori! Pon otro lugar a la mesa, Ranma cenará con nosotros –Le pidió a su hijo menos mientras se retiraba de la alcoba.

-¿Qué? ¿Qué está haciendo ese aquí? –Se escuchó protestar a Happosai en la planta de abajo.

Cuando el padre de Akane se retiró del aposento, ellos dejaron escapar un soplido de alivio. Por suerte, él no se había dado cuenta.

El ángel Kasumi y la diablilla Nabiki no podían creer lo que acababa de pasar: Una lo describía como "la antesala de una película porno", la otra como "El comienzo de una acción pecaminosa", aunque nadie ni ellas, imaginaban que era el comienzo.

Fin del Flahsback.

La lluvia continuaba cayendo sobre un descuidado chico que no hacía nada para cubrirse de ella. Ranma no se movió nunca de su lugar en la acera, abrazado a sus piernas y con el rostro en las rodillas, sollozaba imperceptible. Al recordarlo todo desde un nuevo punto de vista, era mucho más sencillo el darse cuenta de cómo lo arruinó, aun antes de ser el novio de Shampoo.

La china era increíble, no lo negaba, pero tal vez confundió el sentimiento de admiración con el amor, después de todo, él no sabía nada al respecto. Y Akane, no podía decir que la amaba luego de todas las locuras que hizo para recuperarla, pero por algún motivo, la quería a su lado…

…Y más que eso, quería enmendar sus errores con ella.

-Akane, por favor, te necesito… perdóname… Si tan solo pudiera tenerte de nuevo y hacer las cosas bien…

Unos segundos después, el sonido del agua seguía invadiéndolo, pero ya no se estaba mojando.

-Te vas a resfriar…

Levantó la cabeza de forma robótica para observar que estaba parada a su lado, sosteniendo un paraguas sobre ambos. Su corazón se aceleró, aquello no era una ilusión, ella estaba allí.

-Akane…

-Levántate –Lo tomó del brazo para ayudarlo a ponerse de pie –¡Ranma, tienes toda la ropa empapada, te vas a enfermar!

Su mirada brilló de felicidad, definitivamente, no era una ilusión –Akane.

Akane tenía un suéter, propiedad de Kuno, en su mochila. Decidió dárselo a Ranma y luego de que se cambiara rápidamente, retomaron su camino a Furinkan. Iban muy cerca del otro para caber debajo del paraguas, el cual sostenía el muchacho.

Caminaban en silencio, cada uno metido en sus pensamientos, recuerdos y conclusiones. La lluvia les traía paz, era parte de lo que ambos eran. Temían decir algo que arruinara la aparente tranquilidad que los rodeaba.

La joven de cabello azul miró de reojo a su acompañante, había pensado seriamente en confesarle que Mousse descubrió el secreto que guardaban por descuido mutuo, pero era probable que se alterara y quisiera golpearlo. No, no quería ser la causante entre los problemas de Ranma y Mousse… para eso estaba Shampoo.

-¿Pero y si ya lo sabe? Se supone que me estaba reclamando por no decirle lo de Mousse, solo eso puedo ser –Meditó –Pero no es posible que se enterase, ellos no se hablan, ¿A qué se refería entonces?

-¿En qué tanto piensas? –El pelinegro decidió romper el silencio.

-Quizás deba decirle –Pensó, tomando una bocanada de aire –¿Recuerdas como fue que Ukyo, Kuno y Ranko nos descubrieron?

Frunció el ceño ante la pregunta, ese no era un recuerdo muy agradable –Como olvidarlo.

Al principio, acordaron que su delicada amistad no debía saberla nadie, pero las cosas no resultaron de esa forma: Llevaban aproximadamente dos semanas siendo amigos con derechos cuando fueron descubiertos, casi al mismo tiempo, por el trío mencionado. Kuno y Ukyo los sorprendieron en una circunstancia comprometedora en casa de Akane, y Ranko lo había hecho, pocos días después, en casa de su primo. Debieron entonces darles explicaciones y rogarles de rodillas que fueran sus cómplices.

Ranma jamás se enteró de que fue lo que sucedió en la conversación que se llevó a cabo entre Akane y sus amigos, pero ahora mas que nunca, recordaba el duro sermón que Ranko le dio.

-Y pensar que la muy maleducada tuvo razón –Admitió con pesar para sus adentros.

-Bueno –La voz de la chica era suave –Lo que sucede es que…

Sus palabras se cortaron pues el sonido de un silbato llamó la atención de los dos. Una fiscal de transito detenía el paso mientras un grupo de niños de kínder cruzaba la calle. Todos caminaban en orden detrás de su profesora, abrigados con lindos impermeables de colores. Ranma y Akane los miraron con ternura, especialmente, a los dos niños que iban hasta el final.

-Apresúrate, Eri – Dijo el niño de cabello negro e impermeable color verde a la linda niña que corría tras él.

-¡No seas malo, Hiro, no me dejes! –Lloriqueó la niña de trenzas e impermeable blanco, tomándolo de la mano.

Fue curioso para los adolescentes observar una escena muy parecida a la que fuera la infancia de ambos, muchísimo tiempo antes de conocerse. Compartían un recuerdo, no el mismo, pero algo más que también tenían en común.

-Vaya, Ryoga y yo éramos así de pequeños –Recordó ella con nostalgia, sentía que sacrificar todos esos bellos momentos por un noviazgo que no funcionaria, le pesaría mas que cualquier cosa.

-Jum, a pesar de ser la mayor, Ranko no cruzaba la calle sino me tomaba de la mano primero –Para Ranma, pensar en cuanto se deterioró la relación con su prima era algo doloroso –Todo parecía mas sencillo cuando eramos niños.

Los infantes terminaron de cruzar la calle sin problema y era turno de los jóvenes para continuar con su trayecto. El chico de trenza carraspeó con la intención de que Akane lo mirara, pero ella, seguía distraída, observando los charcos de agua en el pavimento.

-Voy a romper con Shampoo –Admitió atropelladamente, esperando la reacción por parte de su acompañante –¡Akane! ¿Me estas escuchando?

Pestañeó repetidamente, volviendo a la realidad. Se encontró con la mueca enojada de Ranma al voltear, era obvio que le dijo algo importante pero no lo escuchó. Como no quería que se molestara más de la cuenta, fingió interés.

-¡Oh, sí! –Respondió alargando su preciosa sonrisa.

El muchacho quedó prendado de aquel magnifico gesto, siempre había adorado la sonrisa de Akane, aunque pareciera extraño, aquella angelical sonrisa le brindaba la confianza que necesitaba.

-Es tan linda cuando sonríe –Admitió para sí mismo, embobado.

Inmediatamente, el tiempo pareció detenerse mientras se miraban embelesados. Un cosquilleo le recorrió la espalda y sin darse cuenta, se acercaron.

-Ranma… –Ella lo abrazó por el cuello.

-Akane… –Él colocó su mano libre en la cintura femenina, sosteniendo aun el paragua sobre ellos.

Se besaron como la primera vez, con la lluvia como testigo de lo que querían y sentían. La única responsable de que lo suyo iniciara, y con una pequeña solución, no tendría fin.

No notaron que estaban a tan solo una cuadra de Furinkan, y que un cuarteto de amigas suyas que también iban a la escuela, los veían a lo lejos.

-¿Están viendo lo mismo que yo? –Yuka se llevó una mano a la boca.

-¡Sí! –Hiroko abrió los ojos sorprendida –¡Son…!

Era fácil reconocer la espalda del chico Saotome, su bien arreglada trenza y que la posición que tenía, indicaba claramente un beso. Sin embargo, debido al paraguas que los cubría y que Ranma era más alto, no se podía identificar a la fémina.

Asami sonrió con dulzura –Son Ranma y Shampoo, que adorables.

Todas suspiraron como si se tratase de lo más romántico que hubieran visto en sus vidas.

Sayuri chasqueó la lengua, dándose cuenta de lo entrometidas que se veían –Será mejor que sigamos, si se enteran de que los espiábamos, se enojaran con nosotras.

Ellas asintieron con la cabeza y retomaron su camino a Furinkan, complacidas de que finalmente su amiga Shampoo fuera feliz.

Bajo el paraguas de corazones, las dos personas destinadas a cumplir el kanji de la descripción compartían lo que nadie podría quitarles. Dispuestos a remediar las fallas del pasado, estarían unidos, esta vez, no por un error sino por algo mucho más fuerte.

A fin de cuentas, lo que ellos eran no lo olvidarían ni hoy, ni nunca.


Yo, como la autora del fic, declaró este como el primer momento romántico real entre ellos, pero ¿Qué opinan ustedes?

Espero haber cumplido mi cometido puesto que, luego de tantas emociones vividas en los capítulos anteriores, quería cerrar con broche de oro este año. Admítanlo, hubiera sido muy cruel de mi parte dejarlos con otro capítulo inconcluso y que tuvieran que esperar hasta el próximo año… Bueno, de nuevo…

Fue un placer para mí entretenerlos durante este 2014, y de corazón espero tenerlos a todos nuevamente en el 2015. No se despeguen, pues luego de un capitulo lleno de ternura y explicaciones, los problemas vuelven en la primera actualización del próximo año ¡No se la pierdan!

Respondiendo Reviews:

Sav21samydeanspn: Jajaja, mi propósito para el año nuevo será actualizar más rápido, descuida Xd Saludos!

Aurora: Ay, querida, no nos odies, los autores tenemos que vivir una vida fuera del fandom también xD (lamentablemente es así u.u) Pero eso no quiere decir que no estemos al tanto de nuestras adorados lectores… De corazón, espero que hayas disfrutado los últimos capítulos (:

Katherine: Tranquila que si lo harás, pero debes tenerme paciencia xD

Lobo De Sombras: ¡Hoolaa! Si, ya ha pasado un buen tiempo sin verte por aquí, me alegra que estés de regreso y que te haya gustado el curso de la historia, créeme, eso no es nada xD ya viene lo bueno.

Bry: Pues sí, amiga mía, los recuerdos pueden ser tanto gratos como traicioneros, todo depende de la persona que los tenga también, pero tratándose de Ranma y Akane ¿Qué se puede esperar?

Natalia Saotome Tendo: ¡Amigaaaaa! Cielos, no tengo perdón de Dios porque aún no he ido a leerte :c tengo que compensarte. Con respecto al fic, creo que respondí tu pregunta acerca de los sentimientos de Ranma por Shampoo… Lo sé, hay que matarlo. Akane, buenoooo, ella es una caja de secretos, eso tenlo por seguro. Un abrazo, Naty, nos estamos leyendo ;)

AliciaSanchezQ: ¡Hola! Pues muchísimas gracias, me alegra mucho saber que te agrada el fic. Ya ves, ya ves, que ahora están pagando por no hacer las cosas bien… Bueno, la vida es así ¿no? Hay que aprender de la forma más dura.

Coneja: ¡Exaaaactamente! Ese fue el gran error de Ranma, y bueno, lo que sucederá entre ellos ahora será lo más complicado, pero descuida, se reirán xD Saludos!

Jannika: Listo, listo, ya actualicé xD

jannika1990: ¿Y qué tal? Espero no haberte decepcionado. ¡Besos!

Ivy: Ya ves que no faltaba mucho para el próximo capítulo xD ¡Disfrútalo!

Bueno, mis amados, les deseo una muy feliz navidad y próspero año nuevo. Espero sus reviews y recuerden, en el 2015 vendrá lo mejor de Simplemente amigos… ¿con derechos?

¡Paz y unión para todos en estas fechas de parte de su amiga, Reiki!

Peace out! #PrayForVenezuela.