Capítulo 2
Historia de la amnesia
Los personajes no me pertenecen
Mientras tanto en la biblioteca Albert le escribía a Candy, a pesar de que trataba de ir cada 15 días a verla la extrañaba mucho y descubrió que las cartas era una buen forma de abrir su corazón con ella, aunque mantenía a raya el sentimiento más profundo, el amor que le profesaba era tan fuerte y a la vez tan débil, tenía miedo de que ella siguiera sintiendo algo por Terry y de que lo rechazara, así que prefería su amistad a perderla. George le decía que no era así que la señorita Candy respondería a su amor con la misma fuerza que él sentía por ella, dejaría pasar solo un tiempo más, y tomaría ahora si el valor de confesar su amor.
Dorothy pedía permiso para entrar a la habitación de la señora Elroy, adelante muchacha, después de los saludos, cómo va la exposición, pregunto Elroy a la joven mujer, bien con mucho trabajo, pero todo va viento en popa.
Estoy terminando de escoger los marcos para las pinturas que me presto, pero quería ver si es posible que me deje incluir un cuadro más en la exposición, lo encontré en el almacén, está un poco maltratado pero creo que se puede salvar, de que cuadro hablas muchacha, creó que es la señorita Roes, oh si ya recuerdo ese cuadro, cuando nació William, ella quería que la retrataran y vieran lo feliz que era por tener un hermanito, ella tenía 14 años y estaba llena de vida, pero el cuadro sufrió un accidente le entro humedad y estropeo la pintura, crees que tú puedas salvarla Dorothy, yo creo que si señora, la pintura la resguardaron bien después del accidente y parece que se puede hacer algo por ella, entonces no se diga más muchacha la dejo en tus manos y espero se pueda restaurar y veamos a mi hermosa sobrina una vez más a través de ese recuerdo.
Mañana Dorothy quiero que me acompañes a hacer varios pendientes, a qué hora tienes tiempo, pregunto la mujer mayor, por la mañana creo que es lo mejor señora, perfecto te veo aquí a las nueve y media en punto, si aquí estaré. Puedo hacerle una pregunta dijo Dorothy, claro dime, usted sabe que le pasa al señor George cuando llegue hace un rato a la mansión me dijeron que él estaba petrificado en la silla del comedor, que habían ya retirado el servicio y le habían ofrecido algo más y él seguía allí mudo y sin querer nada, pregunto la muchacha en tono de preocupación, la sonrisa de Elroy fue grande y contesto, pues veraz querida Dorothy ay veces que estos hombres son muy raros y solo ellos se entienden, pero no te preocupes por él.
A la mañana siguiente llego Dorothy puntual para acompañar a la señora Elroy, llegaron a una boutique y las ordenes de Elroy dejaron fría a la joven acompañante, necesitamos un ajuar para esta señorita que esta próxima a la presentación de su primer galería, así que manos a la obra, que por lo menos necesitamos vestidos para un mes y claro está el que lucirá el día de la presentación, además necesitamos los accesorios, zapatos, aretes, bolsa y demás cosas, la muchacha protesto en cuanto recupero el habla de nuevo, no es necesario señora Elroy, yo no puedo pagar en una tienda como esta, Elroy la voltio a ver y le dijo con un tono cariñoso, es un regalo de la familia Andrew por ser tan servicial con nosotros y porque te lo mereces muchacha y porque quiero que cierto bigotón se quede sin respirar cuando te vea el día de la inauguración y todos lo demás días también rio Elroy al imaginarse a George. Pero señora volvió a insistir Dorothy y la mujer mayor solo le dijo relájate y disfruta por favor, la mujer joven volvió a hablar, no creo que ni con eso me vea como yo quiero, ya veremos comento Elroy.
Después de varias horas el pedido estaba hecho en una semana le entregarían los vestidos y los accesorios, a la lista también fueron incluidos vestidos y faldas cómodas para que ella hiciera su trabajo en el taller lo más fácil posible. Elroy estaba descansando después de una mañana ardua con Dorothy, ahora se tenía que preocupar por lo de William, sabía que este fin de semana no iría su sobrino a Lakewood, así que tenía que sacar la plática con él para que la rubia regresara a chicago y fuera más fácil llevar su plan acabo. Hoy sábado que solo trabajaban medio día seria el día en que platicaría con su sobrino sobre la rubia, tenía ganas de saber varias cosas sobre su relación cuando los dos vivieron juntos y William no tenía memoria, y ahí arrojaría la bomba de que ella debería de regresar a esta casa, para darle las gracias correctamente y de paso para ver si su situación médica mejoraba.
Después de la comida como era costumbre los sábados William y George pasaban a la biblioteca poner en orden lo de la semana al calor de unos tragos de Whisky, Elroy llamo a la puerta cuando creyó prudente ya habían terminado con los asuntos de trabajo, adelante dijo su sobrino, ella entro y tomo asiento cerca de una venta, los hombres solo la miraron en silencio y vaciando los tragos de un solo golpe, William se levantó a llenar de nuevo los vasos con el licor ámbar, tía gusta un trago, pregunto y la mujer accedió, le paso el trago y le pregunto el muchacho, tía está todo bien, más o menos hijo contesto la mujer, volteando a verlo y diciendo, hijo me podrías hablar por favor del tiempo en que perdiste la memoria, por favor.
William abrió los ojos en expresión de sorpresa, tía no creo que sea lo mejor, esa etapa de mi vida está ligada a una persona de la cual usted no tiene buen concepto, volvió y tomo asiento detrás del escritorio, cuando escucho de nuevo la voz de su tía, sé que no me porte bien con Candice, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta que me equivoque al juzgar a esa niña, sabes William si tú y Archie quieren mucho a esta niña al igual que lo hicieron Anthony y Stear, algo bueno debe de tener, pero yo encerrada en mi mundo de prejuicios y tradiciones arcaicas de las cuales también fui presa y por lo cual no pude ser completamente feliz, por eso ahora quiero darme la oportunidad de ver las cosas de diferente manera y para comenzar quiero conocer a esa niña, la cual te ayudo en contra de todo y de todos, me cuesta trabajo imaginar como una niña de 16 años salió a delante con un enfermo a cuestas.
Albert estaba en total silencio observando a su tía, pero sin delatar que por dentro su corazón y sus recuerdos estaban a tope, daría todo lo tiene por volver a vivir una vida simple al lado de su pequeña, donde lo único que le preocupaba a él, era que ella estuviera bien, el dinero si bien no era en gran cantidad entre los dos hacían lo posible por que rindiera, las cenas era la segunda cosa mejor del día, platicaban de sus trabajos y sus anhelos, pero sin duda la mejor parte del día era despertar y oler el suave aroma de su cabello, algunas veces caía por el costado de la litera de arriba y él podía enredar algunos dedos y jugar un rato con aquellos rizos rubios, o verla dormir, ver como de sus labios rojos entre abiertos expulsaban su aliento a menta, ver sus tupidas pestañas y esas pecas que ya conocía de memoria su localización en ese rostro tan amado por él. Pero tenía que dejar esos pensamientos a un lado por el momento pues su tía y George lo veían en silencio, que quiere saber exactamente tía, pregunto a quemarropa William pues no se fiaba de su tía.
Como sé que lo que diga no lo va a utilizar en contra de ella o mal interpretar las cosas como casi todo mundo lo pensó es su tiempo, me costó mucho limpiar su nombre de todo lo que se decía de ella dijo William con un tono de voz de amenaza. Te entiendo hijo yo fui una de esas personas pero te prometo por la memoria de tus padres que no hare mal con lo que me cuentes, solo quiero conocer a Candice un poco más.
William se levantó de nuevo y lleno su vaso de whisky, cuando volteo a ver a George a su tía los dos mostraron sus vasos vacíos, fue hasta ellos y también lleno de sus vasos, volvió a su puesto y esta vez dejo la botella muy a la mano, sería una tarde en donde necesitaría varios tragos de whisky. Dime al menos como llegaste a Chicago si ni siquiera recordabas quien eras dijo la mujer.
Desperté en un hospital de Francia, con un dolor de cabeza insoportable, no dure mucho consciente pues me desmaye y así fue durante varios días, solo recobraba la conciencia por varios minutos y después todo se nublaba de nuevo, en esos delirios al parecer pronunciaba chicago y un médico dio la instrucción de ponerme en un barco con rumbo a América, sé que fue difícil la travesía porque cuando llegue a un hospital en nueva york, estaba en unas condiciones bastantes desafortunadas, ya podía estar más tiempo despierto pero me volví agresivo, el no saber nada de mí y sentirme tan vulnerable, me hacían sentir enojado. Decidieron mandarme a chicago porque ese hospital estaba lleno, con enfermos de gravedad y yo dentro de lo que cabe no estaba tan mal. En el traslado a chicago perdí la conciencia de nuevo, llegue al hospital santa Juana inconsciente, pero tuve la suerte de que puppet nunca me abandono y gracias a esa mofeta se hizo un escándalo y Candy siempre amante de los animales fue solicitada a poner orden con ese animal, sonrió William al imaginar a Candy con puppet en su reencuentro, todos decían que era un espía y como tal me trataban, menos una persona, esa enfermera a la cual no reconocí en ese entonces fue la única amable conmigo, siempre iba visitarme por las tardes a mi cuarto o el intento de cuarto, siempre con una sonrisa y una bandeja de alimentos, en ese entonces creo que perdí bastante peso pues no comía, nadie se había preocupado por eso hasta que apareció esa rubia, ella empezó a estar tan pendiente de mí, un día llego muy feliz con su diploma al cuarto y me dijo que de ahora en adelante sería mi enfermera y se ocuparía de mí todo el día. Así fue, mi mejora se hizo evidente pues ella era muy buena conmigo, recuerdo que me dijo que me parecía mucho a su hermano que se llamaba Albert y así me empezó a llamar, con los días me presento a una amiga suya, rio y los voltio a ver… se imaginan a quien, les pregunto a su tía y George, no respondieron los dos, nada menos y nada más que una mofeta, recuerdo que me asuste un poco pues puppet salto a mi regazo en cuanto me vio, yo no la recordaba pero ella a mi sí, me dijo Candy que si la podía cuidar algunos días, pues la inspección de dormitorios de las enfermeras no tardaba y no quería que corrieran al pobre animal, recuerdo que le conteste que lo más prudente era dejar a la mofeta en libertad, ella se echó a reír y me dijo, confía en mi Albert, solo deja la ventana un poco abierta y ella va y viene por los árboles.
Gracias por compartirnos esa parte de tu vida William dijo George con un nudo en la garganta, al imaginar a su muchacho perdido, sin memoria y desgastado, Elroy tenía varias lágrimas ya en sus mejillas. Nunca a ninguno de los dos les había contado esto en parte porque no quería que se sintieran mal y también porque fue el momento de mi libertad, no sentía el peso de ningún apellido, del clan ni nada, solo un hombre normal y más cuando estuve viviendo con Candy, ella tiene una forma de ver las cosas, siempre optimista ante el futuro, no importa lo malo que te pueda pasar tenemos que aprender de esa lección y seguir adelante, esa es ella.
Cuando ya me sentía mejor, agarre mi morral y puppet se subió a mi hombro y deje el hospital y vague por las calles de chicago hasta que por la noche entre al parque natural de chicago, pensaba que algún tiempo atrás tal vez había dormido viendo las estrellas, mi mete estaba vagando en esos pensamientos cuando empecé a escuchar una voz llamándome, era Candy, no lo podía creer, porque me buscaba, era muy noche para que una jovencita como ella anduviera sola, pero seguía llamándome y no contaba con que puppet saltaría hacia ella y nos descubriera, ella corrió con puppet en sus brazos y me abrazo diciéndome, oh Albert pensé que no te encontraría, ella lloraba por mí y eso me desestabilizo y le dije en un tono duro que me tenía que dejar ir, que no sabía ni quien era yo, que su familia la debería de estar esperando, fue cuando ella me confeso que no tenía familia, que ella había crecido en un orfanato y que nos conocimos en Lakewood, que yo la había resacado de la caída de una cascada, que puppet era en realidad mi mascota, que nos habíamos encontrado en Londres y demás cosas, que no podía permitir que me fuera así, que todavía necesitaba recuperarme más, que al menos me faltaban unos kilos más para volver a ser el Albert que ella concia, que le diera una oportunidad de ayudarme a mí como yo había hecho por ella en el pasado.
Esa noche la pasamos a la luz de la luna pues ella no quería regresar a los cuartos de enfermera por miedo creo yo a que me fuera, pero a la mañana siguiente nos encontraron Stear y Archie, en el camión de Stear fue que descanse un buen rato pues Candy tenía razón ya me empezaba a sentir débil de nuevo, ellos me cuidaron en lo que Candy fue a su trabajo, en la tarde nos dedicamos a buscar un lugar en donde podíamos vivir, fue difícil, pero ya casi al anochecer los muchachos encontraron un buen lugar. Candy se fue a los dormitorios de enfermeras y yo pase mi primera noche en el departamento que compartiríamos casi por dos años. La tarde del siguiente día llego Candy con su mudanza los chicos la ayudaron y después entre todos dejamos el apartamento en condiciones mejores. Así fue como termine viviendo con ella dijo viendo a su tía.
La mujer le pregunto, a qué edad se conocieron tú y Candice, ella tenía 6 años y yo 17 años tía, pero como dijo la mujer asombrada, si Candice llego con los Legan a los 13 años. Bueno tía yo la conocí mucho antes para ser exactos en la fiesta en donde me escape de casa en uno de los autos vestido de gala escocesa, lo recuerdo dijo la tía, ese día George y yo envejecimos unos 10 años del susto, pero ni hablar de cuando perdiste la memoria hijo ahí si estábamos desesperados, preocupados y no veíamos esperanzas por ninguna parte. Pero mira vuelvo a lo mismo si en ese entonces yo me hubiera preocupado por Candice te hubiéramos encontrado rápido.
George comento, no tuvo problemas la señorita Candy en el hospital por tomar esa decisión, Albert volteo a ver a su mentor y dijo, muchos, muchos. Al principio no, pero el Dr. Leonard no lo sabía, pero como en este mundo todo se sabe llego a sus oídos y corrió a Candy sin consideraciones, pero las enfermeras de mayor rango como de tiempo abogaron por ella y no le quedo más opción al médico que dejarla en su puesto y con una mejoría, como tenía que cuidar de un enfermo, ella solo trabaja el turno matutino, ya no haría guardias nocturnas. Eso fue bastante bueno para mi pues ella se encargaba de estar presente, solo tenía un pequeño defecto esta enfermera, sonrío y soltó el aire de sus pulmones, la cocina no se le daba bien, pero llego a un acuerdo con la cocinera, ella le daba comida todas las tardes cuando salía del trabajo y los dos comíamos en el apartamento.
