LOS PERSONAJES DEL MUNDO CANDY CANDY LE PERTENECEN A SUS CREADORAS Y ESCRITORAS MISUKI E IGARASHI.

¿A QUIÉN AMAR?

Capítulo 22.

UNA DOLOROSA VERDAD.

ALBERT.

Albert… soy Stear…

¿Stear Cornwell? – lo saludó con mucho entusiasmo.

Albert… han secuestrado a Candy, te espero en el hangar en una hora… no me hagas más preguntas – fueron las palabras más contundentes que recibió desde el día que regresó al hogar de sus padres.

El corazón de Albert se detuvo ¿Candy secuestrada? ¿Cómo era posible? – no puede ser – se decía así mismo. Apenas había llegado a su departamento cuando el pitido incesante del teléfono no dejaba de sonar, la sensación de sentir el corazón comprimido lo había estado sintiendo desde el día que subió al avión rumbo a Brasil y ahora que más cerca creía estar de ella, el destino le daba un duro revés, no tuvo siquiera el tiempo de preguntar, miró a su alrededor y solo se hizo un cambio de ropa, no había razón para detenerse, quería estar a lado de la mujer que amaba con toda su alma, necesitaba sentirla entre sus brazos, ya no se detendría por nada ni por nadie, pelearía si fuera posible por el hogar que le cedió a su hermano, ahora más que nunca, las decisiones que tomó en el pasado, pesaban hoy más que nunca, sabía que en su camino por recuperar lo que aun creía suyo, saldrían personas lastimadas, pero ahora, después de todo lo que tuvo que pasar, sus decisiones serían prioridad, mas de tres años de su vida perdidos, ya no perdería más, bajó de su departamento y tomando un taxi pidió que lo llevaran a su destino.

Varios hombres uniformados se encontraban esperando abordar el avión, se bajó con premura del taxi y con la mirada buscó a su primo, hacía varios años que no se veían, pero aun en la distancia sentía ese cariño por sus primos, por Archie y Stear.

¡Albert… Albert! – volteó siguiendo el sonido de esa voz, hacía años que no lo veía, lo observó y ya no era aquel joven escuálido, ahora un hombre de hombros anchos y una estatura como la de él que sustituía al joven de su adolescencia.

Stear – se acercó a él apretando su mano y dándose un abrazo.

Subamos, no hay tiempo que perder, en el avión te explico – Albert solo asintió, ya dentro y apartados de todos los hombres, Stear le explicó todo – sabemos su ubicación, pero no sabemos quién está detrás de todo esto, parte de mis hombres ya se encuentran allá, te avisé porque es lo que tenía que hacer, terminando todo y después de haber rescatado a Candy espero que tengas el mejor argumento para acercarte a ella, tus decisiones la lastimaron Albert, pero también se que ama al Albert que despidió hace más de tres años en el aeropuerto ¿Cómo lo sé? Candy atesoraba ese recuerdo esperándote, sin saber por supuesto que tu hermano te había suplantado ¿en que estabas pensando? ¿no te pusiste a pensar que en todo esto arrastrabas a toda tu familia? Rose, tus padres no caben en si mismos de tanta vergüenza que sienten… Albert, no te juzgo porque no sé las razones que te llevaron a idear ese plan, pero sea lo que sea, tu hijo y Candy te necesitan.

Gracias Stear, puedo asegurarte que mi decisión fue pensando en el bienestar de Candy, su familia y la mía, pero hoy sé que fue un gran error y solo espero poder estar con Candy y mi hijo, hoy por hoy es a lo único a lo que aspiro, así me lleve toda una vida para convencerla de que soy yo quien debe estar a su lado, sé que viéndolo desde el punto de vista de los demás fue una tontería lo que hice, pero te juro por mí vida, ella lo es todo para mí y de verdad aprecio que me hayas llamado, de no haber sido así, no sabría.

Ahí estarán sus padres y su hermano ¿Qué harás? Porque te aseguro que no la tendrás fácil, calculaste muy mal tus decisiones y en tu afán de protección, la única que salió mal parada fue Candy, Cuando lleguemos, solo mantente al margen, dejarás que mis hombres y yo hagamos nuestro trabajo, recuerda que solo estás porque Candy necesitará de ti…

Stear… yo no podría…

Alfred estará ahí también – el rostro de Albert se tensó, pero ¿Qué esperaba? Incluso él sabía en su corazón que su hermano terminó enamorándose de Candy – yo le dije a tu padre lo que estaba pasando y supongo que él se lo dijo a tu hermano.

El tiempo que duró el viaje, platicaron de todo lo que había pasado, Albert necesita explicar las razones por las que tomó aquella decisión, deseaba que cualquiera que lo escuchara, entendiera las razones que lo llevaron a pedirle a su hermano que lo suplantara y solo hasta ese momento, muchas cosas comenzaron a aclararse en la mente de esos dos hombres.

CANDY

Todo lo que vio a su alrededor pasó ante sus ojos como en cámara lenta, ver a su niño correr hasta llegar al límite del bosque y perderse en el, la hizo sentirse aliviada, ya no correría peligro a manos de Neal, pero su angustia estaba sobre lo que le esperaría dentro de ese bosque que no conocía, esperaba con todo su corazón que hiciera uso de su sentido de orientación para aferrarse y mantenerse a salvo, levantó una oración en silencio, pidiendo que ninguno de los hombres de Neal se encontrara en el bosque, lo más desesperante era no tener idea de donde se encontraba y si llegaría a un lugar seguro, pero era eso o estar a manos de Neal, deseaba con toda su alma que su pensamiento lo dirigiera a la seguridad de los brazos de sus padres, esos padres que ahora deben de estar preocupados, no sabía cuánto tiempo había pasado desde el día que la sacaron de la cabaña de su hermano, pero aun así le parecían siglos, mientras tanto, el pequeño Albert con lágrimas en sus ojos se detuvo llamando a Candy, cuando una fuerte detonación se escuchó.

¡maaaamiiii! – dio la vuelta para regresar a ella, cuando unos brazos cubrieron su pequeño cuerpo, él se revolvía esperando zafarse y poder regresar y comenzó a llorar, se sentía muy asustado.

¡Albert! Soy yo… tío Tom – le susurró en el oído, el niño volteó a verlo al escuchar su voz y lo abrazó por el cuello, Tom lo apretó entre sus brazos dejando que el niño se desahogara, lo apartó un momento de él y lo observó – ¿estás lastimado? – el niño negó con su cabecita.

Quiero a mami… llévame con mami ¿sí?

Hemos venido por ella – volteó a ver a sus hombres y llamó a Stear con un asentimiento de su cabeza – mira quien ha venido – el niño buscó entre los hombres y su mirada se iluminó al verlo – llévalo al campamento con mis padres – el pequeño Albert pasó de brazo en brazo cubriendo el cuello de Stear.

Tío Stear, tu si me vas a llevar con mi mami ¿verdad? – a Stear se le hizo un nudo en la garganta, había sido testigo del gran amor que Candy sentía por su hijo y ahora que sabía todo lo que pasó haría lo posible porque tuviera a sus padres juntos, a Albert y a Candy.

No hijo, te llevaré a un lugar seguro, te hemos extrañado mucho, cierra los ojos campeón, si los abres perderás la sorpresa que tengo para ti – el niño asintió confiando en las palabras de su tío, pero lo que Stear quería evitar es que viera el reguero de cuerpos que había por doquier, eran los guardaespaldas de Neal, todos ellos fueron desvividos sin que nadie se diera cuenta.

Decenas de hombres se detuvieron a la orilla del bosque, esperaban el momento para poder salir de la protección que los mantenía cubiertos, lidereados por Tom, cada uno de ellos cubrió un lugar específico circundado el lugar, de reojo miró que Stear estaba a su lado.

¿y Albert? – le preguntó un tanto molesto.

Ya está con tus padres – Tom solo asintió, una vez más Stear estaba a su lado, pero ahora para salvar la vida de su hermana como hace algunos años salvó la vida de él, desde donde estaban, Tom observó con unos binoculares, como ese desgraciado tenía a su hermana con una pistola apuntándole a la cabeza, la hizo caminar y con sangre fría vieron como el sacerdote caía al suelo, a causa del disparo que le propinó Neal en la sien, se dieron cuenta de lo sanguinario que podría ser ese desgraciado, la mayoría de los hombres portaba armas con silenciador incluido, salieron raudos del bosque y se dirigieron a la capilla, cada uno de ellos circundó la pequeña capilla y esperaron hasta recibir órdenes de Tom. Más hombres se unieron a ellos cuando vio que se acercaba el que fuera esposo de su hermana, no podía creer que tuviera el descaro de llegar como si tuviera todo el derecho de hacerlo, como si no ya hubiera sido suficiente todo el daño que causo en ella, sintió el picor de sus orejas que anticipaba el profundo coraje que sentía por el que fuera el esposo de su hermana, caminó con decisión hacia él.

¿Qué diablos haces aquí? ¡te exijo en este momento que te largues!

Ni tu ni nadie me separarán jamás de ella, jamás cometeré el mismo error dos veces.

Eso lo hubieras pensado antes imbécil – dándole un fuerte puño en la mandíbula haciéndolo caer de espaldas – Stear, saca a éste imbécil de aquí.

Tom… antes de que decidas cualquier cosa, necesitamos hablar.

¿hablar? ¡mi hermana está peligro! ¡lárgate en éste momento! O te juro por lo que más amo que es mi familia, que te mataré y haré que mi hermana se olvide de ti de una vez por todas.

¡no! – por primera vez desde que lo conoció, Tom vio determinación en la mirada del rubio.

Llegado el momento, solo espero no volver a verte porque no responderé.

No esperaré una propuesta tuya, porque quien tiene que decidir es Candy – Tom se le fue de nueva cuenta encima a golpes.

¡Tom! – lo detuvo con fuerza de los brazos – enfócate a lo que venimos – los ojos de Tom echaban fuego cuando lo miró, soltó al rubio empujándolo.

No vayas a cometer la estupidez de intervenir, la vida de mi hermana es prioridad.

No eres nadie para darme órdenes.

De verdad quieres morirte ¿verdad?

Tom… – volvió a llamarlo Stear.

¿al menos consideraste que pasará con Candy cuando vea a este cabrón? – le preguntó a Stear.

Sé que ella lo necesitará.

¡Maldición Stear! Por este imbécil mi hermana pudo haber muerto.

Te equivocas Tom – otra voz se dejó escuchar a espaldas del hermano de Candy, él volteó para ver quien lo contradecía.

Pero… ¡qué diablos!

No es momento de explicarte nada… vine por Candy y no me iré sin ella – eso fue demasiado para Tom, incluso para él que era un hombre entrenado, le resultó una burla… y en ese momento sus puños ya hablaban por él, ese maldito fue el responsable de que Candy se encontrara en peligro, ni siquiera Stear y Albert pudieron separar a Tom.

Dios mio ¡Candy! – fue su primer pensamiento, detuvo el puño en el aire – ni siquiera valen la pena juntos – les dijo con resentimiento – esto será devastador para mi hermana, son un par de egoístas, ella no merece que le hagan esto.

Solo quiero que ella esté a salvo – dijo Albert con sinceridad.

¿a salvo? ¿de verdad eso quieres? ¡Te faltaron los malditos huevos para mantenerla a salvo cabrón! Tan es así que fue tan fácil para ti compartirla con tu hermano, hacer que mi hermana se casara con otro y no contigo… ¿sabes qué? Mejor no hubieras venido – señalo a ambos – ¡STEAR! Si algo les llega a pasar no me haré responsable.

Vine bajo mi propio riesgo Tom… ella nos necesita – dijo Albert.

No… no tienen ni puta idea de lo que ella ha tenido que pasar… y puedo asegurarte que lo único que serán es un estorbo… ¡fuera de mi camino! – Tom se alejó de ellos.

Dentro de la capilla las cosas eran diferente, Candy trataba de zafarse del brazo de Neal, sintiendo como cerraba con fuerza su cintura y con la otra golpeando la fría boquilla en su sien.

¡quieta gata! Por lo visto tendré que adelantar nuestra noche de bodas… te consagraras y me amarás solo a mi ¿me entiendes?

¡estás demente!

No mi amor… si no fue antes… será ahora ¿sabes? Aun recuerdo la suavidad de tus senos en la palma de mis manos… lástima que ese imbécil me quitó la gloria al tenerte entre sus brazos… serás mía ¿sabes por qué? – esperó una respuesta que no llegó, sonrió con malicia – porque si no lo haces, mataré a tus hombres, los despellejaré frente a tus ojos, los marcaré para que ahora si puedas diferenciarlos.

¡no te atrevas a tocar a mi hijo! Por que juro por mi vida que antes de que tu me mates, tu te irás por delante – Neal se carcajeó con burla pasaba su asquerosa lengua por la mejilla de Candy que solo le provocaron nauseas.

No me refiero a tu pequeño engendro – el estruendo de un golpe al abrirse la puerta de la capilla interrumpió su confesión, puso a Candy frente a su cuerpo como un escudo, cuando vio que decenas de hombres lo rodeaban de frente, tomó a Candy por los cabellos halándoselos con fuerza, los miró asombrado – vaya, vaya, vaya… ¿pero mira a quien tenemos aquí? vinieron los caballeros con sus caballos blancos a salvar a su dama.

Candy miraba con asombro, decepción y tristeza al par de hombres que estaban junto a su hermano y Stear, sintió que sus extremidades se adormecían, miraba el rostro de cada uno de ellos.

¿Albert? – pronunció su nombre en un susurro.

A ellos me refiero mi pequeño amor… míralos, obsérvalos muy bien, te cogiste a dos hermanos y te casaste con Alfred ¿sabes quien de los dos es Albert? ¿los reconoces?

Hola chicas BUENAS NOCHES, Dios las bendiga en este año que ya inicio, que los deseos de sus corazones sean una realidad en sus vidas, GRACIAS por todos los mensajes y muestras de cariño, son bien correspondidas.

Les comparto un nuevo capitulo de esta historia, espero sus opiniones.

Cla 1969.

Lorena Pizzimenti.

Nancy Reyes.

MaríaGpe22.

Carol Aragon.

Lili.

Karol Castro.

Guets1.

Matilde Silva.

MIL GRACIAS por el apoyo, esto es dedicado a cada una de ustedes que hacen posible que la historia fluya, si Dios lo permite no leemos en el próximo capitulo. Enhorabuena y bendiciones.

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