Caballeros del Zodiaco:
Guardianes del Universo.
(Saint Seiya: Guardians)

Episodio 0: El Camino Hacia la Guerra Santa.
Capítulo 0.3: La Calma...

Ya habían pasado un par de meses y en el santuario se vivían tiempos de cambios, algunos más evidentes que otros, con la llegada de los santos del pasado en el planeta Ninbus6…
Shun y June se habían asentado en una pequeña casa de los alrededores, esa mañana Shun decidió volver a escribir en su diario… Hacía tiempo que no lo había hecho, sin contar casi los 200 años que el diario permaneció enterrado junto a todas sus demás recuerdos importantes en la pequeña cajita de metal.

Las páginas se habían maltratado un poco por el tiempo, volviéndose amarillentas, adoptando un olor que denotaba su abandono… Pero todas sus entradas seguían ahí, la tinta no se había desvanecido y rememorar todos esos momentos lo hacían sentir feliz y triste a la vez… apenas había conseguido adaptarse a los tiempos recientes, la tecnología, los avances… todo era completamente extraño.

Pero indudablemente había belleza en ello, descubrir que en efecto el universo era aún más grande además de vasto que lo que alguna vez imaginaron, que la vida era posible, que la misma le sonreía a criaturas nuevas y fascinantes, lo cual… le daba esperanza, así como miedo, pues con tantos caminos, con las visiones que había adquirido de la armadura de la copa… no sabía si el que elegiría sería el correcto o si el tiempo lo favorecería, no lo sabía.

Necesitaba saber si su camino era correcto, o si el tiempo le recompensaría su lealtad y paciencia, realmente necesitaba saber si el camino que había elegido tendría algún fin. Athena le había dejado el destino de la humanidad en sus manos.
Debía estar a la altura de esas enormes expectativas. Aún más cuando de él dependía que la siguiente generación de caballeros estuviera preparada para la gran batalla contra Hades.
En el pasado ya lo había aceptado con la cabeza en alto… pero después de haber llegado tan lejos nuevamente las preguntas volvían a poner en tela de juicio sus acciones y desiciones, aún después de haber hablado con Fudo para aclarar sus pensamientos… simplemente no estaba seguro después de las cosas que había dicho o escuchado decir por parte de Harbinger y Artorias respecto a Saori, por lo que de verdad necesitaba a alguien que hablar, pues su hermano probablemente lo pondría en aún más dudas y su esposa…
Quería evitar lo más posible discutir algo así con ella…

Marzo 22 del 2269

Hola mi querido amigo… hace tiempo que no hablamos y yo… discúlpame, pero necesitaba hablar con alguien. Usualmente hablaría con June o con mi hermano Ikki, pero, necesitaba hablar contigo, han pasado años lo sé y las cosas han cambiado enormemente, después de haber sido enviados a esta nueva era mi cabeza se ha llenado de dudas… dudas y pensamientos que no esperé jamás volver a tener.

He tratado de adaptarme a este nuevo mundo, todos lo hemos hecho, este planeta se siente como la tierra, se ve como la tierra y de alguna forma es un lugar lleno de vida como en la tierra, pero cuando veo al cielo y veo… a los cuerpos celestes cercanos a este planeta me doy cuenta que no es nada como en la tierra.

Haber abandonado el pasado para venir aquí me llena de melancolía como de una sensación ignominiosa de temor ante lo que suceda en el mañana… en el pasado tenía tantas esperanzas, tantos sueños, pero ahora que finalmente veo el futuro con mis propios ojos el mismo me aterra, han pasado meses y sigo tratando de acostumbrarme a este mundo.

Pero aun así es difícil si quiera intentarlo… este mundo, así como todo es totalmente nuevo para mí, no me arrepiento haber venido aquí con mi hermano… y con June obvio… ahora somos la familia que siempre soñé, aún tengo muchas esperanzas de tener un hijito con mi esposa y ser feliz con el bebé que ambos traigamos a la vida… pero de alguna forma ese sentimiento me causa una cierta concordia con el hombre que soy y con el que esperan que me convierta.

Todo esto ha sido… difícil…

Mis sesiones de aprendizaje con Harbinger me han ayudado a entender más la labor del patriarca, no es solo que yo sea un estandarte del honor y la justicia cosa que… no conocimos cuando Saga asesinó al antiguo patriarca; Shion de Aries.

La labor del patriarca va más allá de representar al santuario, a los 12 caballeros dorados y por supuesto a la misma Athena, la labor del patriarca es de ser el estratega supremo, estar siempre a un paso delante de los dioses siempre, tener siempre un plan de ataque contra las fuerzas del mal aún si las condiciones no nos favorecen, además la labor del patriarca es guiar a la siguiente reencarnación de Athena por el camino de la justicia y la verdad.
La voz del patriarca en el santuario es Ley. Y esa ley debe respetarse por sobre todas las cosas, fue por eso que cuando nosotros combatimos contra los caballeros dorados en las doce casas hace tiempo ellos no dudaron en atacarnos y por consecuente asesinarnos, no lo entendía en ese entonces, pero ahora sé que todos o… al menos la mayoría estaban atrapados bajo la falsa ilusión de Saga…

A veces me pregunto cómo habrían sido las cosas si Saga no hubiera usurpado el puesto de Shion… O si Aioros hubiera tomado el puesto después del fallecer del viejo patriarca… o un hombre como Harbinger, con una brújula moral bien definida.
No puedo dejar de imaginarme que hubiera sucedido si las cosas hubieran sido diferentes, muchas cosas se habrían evitado, muchas muertes, muchos sucesos horribles que no debieron haberse suscitado…

Pero él hubiera no existe y aunque pudiéramos viajar al pasado para evitar que Saga se volviera en el tirano en el que se convirtió e intentara asesinar a Saori… el tiempo es una corriente que fluye en una sola dirección, podemos intentar revertirla, cambiarla e incluso tratar de detenerla, pero la misma solo se seguirá moviendo hacia una única dirección.

Cambiar el pasado es imposible, la única cosa que podemos cambiar es el futuro y… bueno, ya estamos aquí, tan solo espero… que para cuando la guerra santa de comienzo estemos preparados para contrarrestar las fuerzas de Hades, espero estar a la altura y poder dar lo mejor de mí en este último enfrentamiento entre dioses, aunque aún no puedo evitar pensar… en mi visión… en las cosas que vi en ella… y en las palabras del mismo Hades.
Tan solo espero que la diosa de la victoria siga de nuestro lado, que en el momento crítico podamos poner a Hades en jaque y acabar con él de una buena vez.

Todos estos pensamientos a veces me dejan sin dormir, en ocasiones me cuesta incluso tratar de mantenerme tranquilo…

Tan solo espero que Seika lo esté pasando mejor en las empresas Kido, aunque ahora que lo recuerdo… ella me pidió que le escribiera, con tantas cosas en la cabeza y en mi vida actualmente lo he olvidado… ahora me siento mal, trataré de enviarle un correo… o una carta, no sé si aún exista el servicio postal en este siglo, intentaré investigar al respecto, por lo pronto tengo trabajo que hacer.

Firma: Shun de Andrómeda.

Mientras tanto: en las instalaciones de las empresas Kido.

Seika veía hacia la ventana del edificio, viendo los autos voladores ir y venir de un lado al mientras su conjunto de ropa se componía por una camiseta negra, con una camisa a cuadros roja y negra, además de unos jeans de mezclilla azules, ella se encontraba sentada sobre la cama de la habitación más lujosa del edificio, abrazándose las piernas sin ninguna emoción solo veía la vida pasar frente a la ventana del cuarto… imaginándose como sería la vista desde más arriba… o como sería la vista desde la caída.

Realmente le gustaría simplemente abrir la ventana, sentir el aíre en su rostro una última vez, experimentar la adrenalina y la sensación de vértigo para entonces saltar hacia el vacío, dejar que la gravedad la llevara de vuelta… devuelta con su hermano…
Pero aunque quisiera la tenían vigilada, no podía ni siquiera intentar matarse de hambre sin que alarmara a los médicos de la instalación, pues Kaya estaba más que preocupada por su estado mental y físico, desde hace casi dos meses que se había rehusado a hablar o interactuar con nadie que no fuera su nieta… Apenas salía de esa habitación y de comer… demás estaba decir que en muchas ocasiones debían administrarles suplementos alimenticios y proteínas por otros medios.
Solo eso quería que la dejaran morir de una buena vez, pero sabía que no lo harían, estaba tan perdida en esos pensamientos hasta que a su lado escuchó la puerta de la habitación abrirse, de ahí la directora de la empresa entró, en su rostro se veía… principalmente preocupación.

Mientras veía el plato de comida que había dejado en la mañana aún intacta como usualmente ella solía dejarlo. Esto no podía seguir así, no podía seguir de esta manera.

. ―Abuelita Seika… ¿qué sucede? ― Preguntaba la directora Kido con preocupación palpable en sus palabras. ― ¿Por qué te rehúsas a comer?

―No tengo hambre…―Respondió la joven devolviendo su mirada hacia la ventana del edificio. Y ante aquella respuesta Kaya suspiró fuertemente, apoyándose de sus prótesis de las piernas comenzó a caminar lentamente hacia la joven de cabellos café lentamente, hasta sentarse a su lado.

―Esto ya no puede seguir así Abuelita… no comes, no hablas con nadie… y los doctores me han dicho que te has estado haciendo daño a ti misma. ―Comentaba en el tono más suave y tranquilo posible para con su querida familiar.

― Eso no es cierto…― Respondió la joven en un susurro casi inaudible, aunque la mujer adulta sabía que ella mentía…

― Camila. ―Hablo Kaya alzando su muñeca donde se podía una pequeña pulsera con un diseño particular. Este era un dispositivo de comunicación y controlador de muchos de los aparatos de la instalación.

― ¿Sí, señora Kaya? ― Respondió la voz de la IA del edificio apareciendo en una de las pantallas de la habitación, esta era representada como un rostro circular con dos pequeños círculos simulando un par de ojos.

―Por favor muéstrame las últimas entradas en el área médica del edificio. ― Pidió la directora a la IA robótica con gentileza.

―Entendido, las últimas entradas respectan a; Seika Kido. La lista va desde Cortes a las muñecas, 3 intentos de saltar del edificio, falta de nutrientes necesarios, falta de vitaminas, falta de hidratación adecuada y falta de estímulos psicológicos, ¿desea continuar? ―Respondía mostrando una larga lista en las pantallas holográficas, la cual la joven no se dignó a mirar, solo quería seguir viendo hacia la ventana.

. ― ¿Por qué me vigilan tanto? ―Preguntó Seika hundiendo su cabeza entre sus brazos. A lo que la presidenta de la empresa volvió a suspirar.

. ―No te vigilamos, las instalaciones tienen sensores que detectan el estado de salud de cada uno de los empleados, Camila solo ayuda a avisar a los médicos de la instalación a mantener a cada uno de los, empleados, trabajadores, soldados y personal a mantenerse estables tanto médica como psicológicamente. ―Decía Kaya mirando a la joven con aún más preocupación en su voz. ―Abuelita… por favor, ayúdame, ayúdame a entender que es lo que te ocurre, que es lo que necesitas. Solo dímelo y utilizaré todo lo que tenga a mi alcance para hacerlo realidad, pero si no me dices que te pasa… no puedo ayudarte. ― le pedía… no… le rogaba para que realmente le dijese que era lo que en realidad sentía, quería saberlo para así tener una solución al problema que acontecía con su joven abuela.

Seika entonces levantó la vista, esta vez no hacia la ventana sino a Kaya y con una expresión triste la miró a los ojos.
―Ese es el problema… no puedes hacer nada… no puedes devolverme a mi hermano, no puedes devolverme atrás en el tiempo… no puedes siquiera dejarme morir. ―Decía con la voz quebrada dejando salir toda la amargura que aún sentía en su corazón.
―Esta empresa… este imperio al que tú representas me lo arrebató todo, no quiero nada… ¡Nada! De esto, lo único que quiero es alejarme de lo que el nombre de los Kido representa, quiero irme lejos a un lugar donde no tenga que verlo otra vez ¿entiendes? ―Preguntaba mientras que sus lágrimas caían entre sus brazos y rodillas.

Y con esas palabras Kaya finalmente comprendió lo que Seika sentía, ella aún se sentía dolida por la pérdida de su hermano menor, ella podía enviarla lejos, pero… no podía simplemente dejarla ir, así como así, seguía siendo parte de su familia. Menos aun cuando había comenzado a desarrollar instintos suicidas.
―Temo que es cierto lo que dices… no… puedo dejarte ir abuelita…―Respondió Kaya con la misma tristeza de Seika. ―Temo que si lo hago… tute hagas daño… y sucesivamente eso eso termine causando tu muerte.

―Entonces solo envíame a un lugar donde no tenga que ver este edificio de nuevo…― Respondió Seika hundiendo su mandíbula entre sus brazos dejando expuestos sus ojos llorosos.
―Odio este lugar… no quiero esta vida… solo quiero estar en un lugar tranquilo donde no me molesten más… con eso te aseguro que no volveré si quiera a pensar en quitarme la vida.

Con esas palabras Kaya tuvo una idea, quizás… no podría enviarla a uno de los planetas recién descubiertos, pero sí podía enviarla a un lugar del planeta, donde hubiera una instalación de las Empresas Kido donde pudiera monitorearla y enviar ayuda médica o militar en caso de que algún suceso horrible se suscitará, así podría darle atenciones médicas solo en caso de que Seika no cumpliera con su palabra.

―Hummm… quizás, tenga algo parecido a lo que me pides. ―Respondió la directora Kaya tranquilamente sonriéndole a su abuelita, para entonces ponerse a la altura de su mirada. ―Pero si lo hago… quiero que me prometas, que no volverás a atentar contra tu vida ¿sí? ―Pidió viendo como la joven asentía, pero eso no era suficiente para ella, necesitaba escucharlo de su parte. ―Necesito que me lo digas… no moveré ningún dedo hasta escucharte decirlo. ―Pedía acercándose más para tomar su mano con cuidado y acariciar el lomo de su mano derecha con sus pulgares.
―Ya he perdido a muchos familiares… mi padre, mi madre, mi querido hermano… no quiero perderte a ti también, así que por favor… dímelo.

La joven miró a los ojos de la anciana… y realmente podía ver esa misma expresión… ese mismo dolor que ella estaba experimentando, pero en los ojos de Kaya podía ver que ella había tenido que afrontar ese mismo dolor no una sino varias veces.
Quizás solo por ella podría volver a hacer una última promesa, una última promesa que cumpliría con tal de no volver a un lugar como ese.

. ―Lo prometo… solo quiero irme de aquí. ― Seika rogó finalmente abriéndose hacia la mujer anciana frente a ella.

. ―Bien… ¿Como… a qué lugar te gustaría ir? ―Preguntó Kaya nuevamente con una sonrisa tranquila después de escuchar las palabras de su abuelita.

Seika por su parte desvió la mirada nuevamente a la ventana pensando en un buen lugar para asentarse, si ese mundo no era tan distinto como la tierra debía haber algún lugar en todo el planeta donde ella pudiera estar lejos de la Empresa Kido.
―Siempre me gustaron las praderas y… las comunas rurales…―Respondió Seika con un temblor en su voz.

. ― ¿Ajá? ¿Cómo los terrenos de granjas y plantaciones? ― Kaya Preguntó amigablemente con la misma sonrisa tranquila que le había dedicado antes, a lo que Seika asintió con la cabeza. ― ¿Con animalitos, vaquitas y caballos?

. ―Je jeh… sí. ―Respondió Seika nuevamente pasándose la muñeca por los ojos tratando de secarse las lágrimas. ―Eso sería lindo.

Kaya finalmente suspiró tranquila, sonriendo por haber logrado finalmente que Seika mostrará signos de vida en sus ojos, con eso se levantó con ayuda de la joven y junto sus manos.
―Bien… veré que te podremos conseguir, tan solo espera aquí e intenta comer un poco… Te prometo que te conseguiré un bonito hogar cerca de lo que quieres, pero por favor… cumple con tu promesa y yo cumpliré con la mía.

. ―Sí…―Murmuró Seika hacia la adulta de la habitación.

. ― ¿Sí, que? ― Kaya Interrogó necesitando escuchar esas palabras, en los negocios ningún trato se cerraba hasta que ambas partes estuvieran de acuerdo con los términos y condiciones de cada trato, y si ambas querían algo, debían firmar un acuerdo entre las dos.

. ―Si… cumpliré con mi palabra. ― Seika respondió finalmente sonriéndole de regreso a Kaya, con eso la directora de la empresa pudo sentirse tranquila, aunque justo al momento de levantarse la puerta sonó con extrema urgencia.

― ¿Señora Kaya, se encuentra ahí adentro? ―Preguntó la voz de uno de los empleados detrás de la puerta aquél tono y voz las reconocía muy bien, era uno de los técnicos en navegación estelar y comunicaciones con las naves que entraban y salían del planeta, las que pertenecían un 90% a la misma empresa Kido.

―Sí, ¿qué sucede Chuck? ―Interrogó la mujer acercándose a la puerta para atender a su empleado y al abrir la puerta pudo notar que se veía tanto apurado como emocionado.

―Ya las encontramos… A las 80 naves faltantes de la flota colonizadora. ― Al escuchar la noticia la directora se vio sorprendida como impactada, aquellas eran excelentes noticias, pero antes de celebrar debían empezar con el acomodo, repoblación del planeta y empezar a organizar a las naves que tuvieran ciudadanos de las repúblicas que ocupaban el planeta.

. ―Excelente, me reuniré con el consejo de la URE para empezar a atender el plan de repoblación republicana. ―Respondió la mujer con una amplia sonrisa en el rostro. ―Avisen al departamento de aviación estelar y a las autoridades planetarias, vamos a recibir a nuestros hermanos y hermanas perdidos. ―Pidió con gratitud en su porte y sus acciones con su empleado.

―A la orden. ―Respondió el hombre corriendo por el largo pasillo para ir hacia el departamento del que hablaba la directora.

. ―Ah… y una cosa más Chuck. ―Habló la directora rápidamente antes de que se retirará. ― ¿Qué hay de la nave italiana 152?

―Bueno… esa tardará un poco en llegar, pero la baliza e IA de la nave ya hicieron contacto como con las demás. Así que solo estamos a la espera del tiempo de llegada a territorio Ninbusiano. ―Respondió el muchacho rápidamente lo cual le dio un respiro de alivio a la mujer adulta.

. ―Entendido… gracias Chucky…―Dijo Kaya finalmente para dejar ír a su compañero, fue entonces que la directora volvió a alzar su muñeca derecha para hablar con la IA del edificio. ―Camila, comunícate con mi secretaria, envíale un mensaje.

―Entendido. ¿Cuál es el mensaje señora Kaya?

―Dile… Que traiga una nave para ír directo al departamento de la U.R.E. además que se comunique con nuestro contacto del Santuario y que su santa de Virgo ya está de camino al santuario. ― Respondió Kaya con esperanza y felicidad en su voz.

. ―Entendido… ¿Usted qué hará señora Kaya? ―Interrogó la IA siguiendo a la directora con sus ojos artificiales.

Fue entonces que la directora miró a sus espaldas a la joven Seika y al sentir la mirada de Kaya levantó la mirada hacia la mujer adulta quien la miraba con la misma esperanza de un futuro mejor para ella, su familia y todos los colonos.
―Tengo que reunirme con los representantes de la Unión de Repúblicas Estelares… Y cumplir con la promesa que le hice a alguien especial. ― Con eso dicho, Seika sonrió con ternura por saber que Kaya no dudaría en cumplir con lo que le había prometido.

Con eso en mente… sabía que ahora le tocaba a ella cumplir con su palabra y vivir… vivir no solo por esa promesa, sino por él… Quizás, este fuera su destino, vivir aun cuando ya todos se habían ido, pero Seiya… su hermano, el hombre que jamás se rindió en su vida vivió peleó y murió hasta su último aliento por un futuro mejor… Un futuro como este, un futuro donde ella pudiera vivir tranquila y en paz.
Y aunque no hubiera sido así, ella seguía viva… Ella seguía aquí y fuera por el destino… o por algo más ella debía seguir viva, por su hermano, tenía que seguir por él… Y por esa promesa de que algún día se encontrarían, fuera tarde o temprano, pero algún día volverían a estar juntos y hasta que eso sucediera, esta hermosa vida aún le tenía muchas sorpresas y quizás… solo quizás. Un futuro prometedor.
Con eso en mente y un gran apetito había comenzado a comer del exquisito desayuno que le habían hecho exclusivamente a ella estaba un tanto frío, pero aún sabía rico.

Y mientras tanto en el santuario

Shun y el patriarca seguían en su rutina, uno aprendiendo, el otro guiando y educando, ambos daban de su parte para seguir preparando la mente el cuerpo y el alma de Shun para su acenso como Patriarca.

Mientras que June e Ikki de vez en cuando se paseaban juntos por el santuario, hablando sobre sus nuevas vidas en el planeta, sobre la profecía de muerte y destrucción que se les venía encima, pero sobre todo la razón por la que estaban en este nuevo mundo; Shun él era un hombre listo… quizás el hombre más inteligente que habían conocido.
Legítimo heredero de la armadura de Shaka y el siguiente patriarca en la línea de sucesión, no dudaban de él y sus capacidades pero… incluso el hombre más capacitado del universo podía llegar a flaquear. Eso era una realidad universal.

― ¿Crees que esté bien? Ha estado muy nervioso estos últimos días. ―Preguntaba June preocupada hacia el hombre quien silencioso veía hacia las puertas de la cámara del patriarca expectante. Ambos se habían quedado esperándolos a ambos sentados en las escaleras que conducían a la cámara del patriarca.

―Hummm… Es mi hermano, él estará bien. ― Ikki respondió de manera seca hacia la joven a su lado, cosa que la hizo bufar de cansancio.

―No eres muy expresivo ¿lo sabías? ―Mencionó June al caballero de fénix quien sin mucha importancia desvió la mirada hacia su cuñada.

―Me lo han dicho en ocasiones…―Respondió de manera seca hacia ella

June se quedó en silencio ante la constante negativa de Ikki, no le agradaba su forma de ser… O el cómo se expresaba, pero al final del día él era su familia, no sanguínea pero si por ley, debía aprender a convivir con él, después de todo él sería la sombra de Shun.
Y él lo cuidaría durante el tiempo que ella estuviera lejos de Shun… aunque pensándolo mejor no entendía por qué su yo del futuro se había distanciado de Shun… O por qué el distanciamiento, mientras más lo penaba más respuestas necesitaba.

Era solo por la isla Andrómeda… o por otra cosa, quizás Harbinger tenía razón, al saber más de lo que debía sobre el futuro no era una buena idea. El solo imaginar la razón por la que ella y Shun no se encontraban juntos… y más aún por el nacimiento de su hija la hacía preguntarse tantas cosas.

―Yo… tengo curiosidad Ikki…―Mencionó la joven rubia dirigiendo sus ojos azules al hombre de cabellos de similar color. ― ¿Siempre has sido así de cerrado, o… algo ocurrió en tu vida para terminar de esta forma?

Ikki miró con sorpresa a June y segundos después bajó la mirada, no siempre fue así… no en lo absoluto, solía ser un niño alegre determinado a cuidar de sí mismo y de su hermano, además de ser noble, respetuoso, con un gran cariño por la vida y las personas.

Pero desde la muerte de Esmeralda… se volvió distante, agresivo, poco empático, amargado e incluso arrogante, seguía teniendo un gran apego a su hermano Shun, pero eso era lo único que le quedaba, ahora le gustaba estar solo, no podía acercarse a otras personas por sus traumas y por la sensación de que tener más gente a su alrededor solo le haría daño o terminaría haciéndoles daño, su maestro lo había destruido física y mentalmente.

―No… no siempre fui así. ― Ikki respondió después de un largo silencio. ―Mi estadía en la isla de la reina de la muerte…. Sumado a todas las veces que he muerto, me volvieron lo que soy ahora.

June miró con sorpresa a Ikki, no esperaba un tipo de sorpresa así de él. Y de la sorpresa pasó a la preocupación.
―¿Qué fue lo que sucedió en la isla de la reina muerte? ―Preguntó sin intenciones de Herir a Ikki, pero la misma pregunta le fue como un baldazo de agua fría, y la imagen de esmeralda siendo asesinada frente a él fue tan clara como nunca.

―Fue un infierno…―Respondió sin más, no quería volver a revivir esos recuerdos y menos aquellos que aún lo hacían sufrir internamente, no lo mostraba, pero esa herida no había cicatrizado por completo quizá jamás lo haría. Pero su futuro le había mostrado a un muchacho parecido a él, realmente quería saber si él era su hijo o no, necesitaba saber si lo era porqué.
Sentía que él sería su redención por todas las cosas malas que hizo, por todas las veces que había fallado y su segunda oportunidad de vivir.

―Yo jamás tuve una familia…― June mencionó obligando a Ikki a voltearla a ver. ―Nací y crecí en la isla Andrómeda, hasta donde tengo memoria Albiore, mi maestro y de Shun, me crio como su hija, él… murió a manos de Milo y Afrodita, desde entonces traté de encontrar un nuevo hogar. ―Explicaba con tranquilidad en su voz abrazándose las piernas con sus brazos.
―Cuando Shun estuvo en peligro… quise ayudarlo, pero dijo que debía enfrentarse al patriarca corrupto del santuario. Desde entonces… traté de encontrar un lugar donde sentirme en un hogar, incluso me uní a un grupo de Saintias durante un tiempo… hasta que finalmente lo encontré de nuevo. ―Decía con una sonrisa tranquila en su rostro.
―Shun… ha sido mi familia desde entonces, mi… hogar, entiendo que quizás no entienda lo que significa un infierno como tú Ikki, pero eso no significa que no pueda intentar entenderte, de todas formas, tú y yo ahora somos familia.

Fue cuando ella dijo aquellas palabras que Ikki levantó la vista hacia June, por alguna razón sus palabras habían tocado algo en su interior, algo que… nadie más había logrado desde hace tiempo.
Y ahora que la veía bien, su cabello rubio, sus ojos azules… y esas palabras le recordaban a su amada Esmeralda.

Cláro la diferencia era abrumadora, Esmeralda tenía ojos verdes, su actitud era más dulce e inocente y june a veces carecía de eso.
Pero algo podía sentir en la esposa de su hermano una conexión, aunque más temprano que tarde negó con la cabeza esos pensamientos, ella era lo más cercano a una amiga de lo que jamás tendría.
Y respetaba a su propio hermano, jamás sería capaz de robarle a su amada solo por sentirse cerca de esmeralda otra vez. Jamás se lo perdonaría.

―Hmmm… pues te deseo suerte con eso. ― Ikki dijo apartando la mirada de June, lo cual la hizo enojar con ese comentario.

― ¡Oye! ¿A que te refieres con eso? ―Preguntó ella molesta por la respuesta de Ikki.

―Lo que sea que hayas entendido. ―Dijo sin más levantándose de las escaleras para ír directo hacia la cámara del patriarca.

―Huh… Haber pasado por un infierno no te da la excusa de ser un cretino. ―Murmuró la amazona del camaleón irritada, pero fue ahí que las puertas se abrieron para los dos y de ahí salieron Shun y el Patriarca finalmente había terminado su sesión de entrenamiento, Shun se veía agotado, aunque el patriarca, por alguna razón se veía feliz y animado aún pese a su edad y de haber pasado casi 7 horas entrenando la mente y el cosmos del santo de Andrómeda.

― ¿Entendiste bien lo que te enseñé Shun? ―Interrogó el patriarca, quien no se veía para nada cansado, de hecho, parecía que estaba en el mejor momento de su vida a pesar de su edad, a comparación del santo de Andrómeda quien se sentía verdaderamente abatido, apenas podía mantenerse despierto.

― Ugh… sí. aunque me tomará un tiempo aprender a dominar esa técnica bien. ―Respondió cansado, haciendo un movimiento circular con su brazo para recuperar la circulación.
―Para dominar la jaula de talismanes se requiere el poder del patriarca junto a varios talismanes bendecidos con la sangre de Athena… Aunque creo que sería aún más efectiva si la utilizará junto a la defensa rodante.

―Hummm… no es una mala idea en realidad, aumentaría el alcance, la durabilidad y el poder de la técnica, pero para eso deberás utilizar la mayor parte de tu cosmos y eso terminaría dejándote exhausto. ―Mencionó Harbinger dándole un par de palmadas en la espalda. Puede que fuera viejo… pero incluso un gesto tan amigable de su parte dolía como un fuerte golpe dado con la mínima de su fuerza.

―Ouch… je jeh, sí… supongo que debería utilizarla solo en caso de emergencias y…―Fue entonces que Shun miró a su hermano y a su amada en las escaleras del santuario.
―Oh… están aquí… que bien, quería verlos hoy a los dos…

― ¿Huh? ¿En serio, por qué? ―Preguntó Ikki cruzándose de brazos, hasta sentir a Shun tomándolo del hombro.

. ―Quería… invitarlos al pueblo, ya saben para descansar, tomar un poco y tratar de relajarnos… creo que realmente lo necesito después de hoy je jeh…―Hablaba Shun con júbilo y buen humor, aunque se notaba que el agotamiento en su cuerpo casi lo hacía caerse por el desgaste físico y mental después de su entrenamiento con Harbinger, después de un tiempo creía que se acostumbraría, pero nada más lejos de la verdad.

Las sesiones de entrenamiento con el antiguo caballero de Tauro lo dejaban demasiado cansado como para mantenerse en pie por mucho más tiempo. A veces necesitaba la ayuda de June e incluso la de ambos para salir del santuario a pie.

―Jeh… ya veo. ―Respondió el Fénix tomando el brazo de su hermano para que se apoyara de él. ―Vamos entonces, yo invito la primera ronda. ―Mencionaba guiándolo escaleras abajo donde June lo esperaba para ayudar a Ikki con su amado.

―Shun, te espero mañana como siempre. ― Harbinger le dijo con una sonrisa, mientras que el caballero de Andrómeda solo asentía levemente con su mano, hasta que… los cinco presentes vieron a alguien avanzando hacia ellos.

Era el caballero Artorias, vistiendo la armadura de la que era guardián caminando hacia el patriarca, saludó cortésmente a los 3 viajeros del tiempo, pero su objetivo era hablar directamente con el patriarca, al llegar hacia él se arrodilló ante Harbinger mostrando su solemne respeto hacia el viejo maestro y al levantar su mirada dijo algo que conmocionaron al patriarca.

. ―Ya la Encontraron… A la santa de Virgo… ya la encontraron. ―Y con eso Harbinger quedó mudo, fue así que miró a los caballeros del pasado y con una reverencia se dirigió a ellos.

―Espero que se diviertan mucho, tengo que hablar con el caballero Artorias a solas. Si nos disculpan. ―Con eso dicho dio media vuelta y se dirigió a la cámara del patriarca, seguido del caballero dorado, el cual miró una última vez a los tres santos, haciendo lo mismo que el patriarca, para entonces acompañar al maestro en la cámara mientras desaparecían tras el portón del santuario.

Los tres no pudieron dejar de mirar, fue entonces que se miraron entre sí con muchas preguntas en sus mentes, pero sabían que tarde o temprano sabrían de que se iba a tratar esa charla que ambos tendrían y con eso en mente, decidieron ir directo escaleras abajo antes de que la noche callera, debían disfrutar al menos lo último que quedará de la luz del día.

Y ahí éntrelas paredes de la cámara, el patriarca y Artorias había dado inicio a la charla que tanto querían tener.
Finalmente las últimas naves habían aparecido, los últimos que habían escapado de la tierra habían sido encontrados y con ello, la nave que transportaba a la santa que oseía la armadura de Virgo.

― Entonces… finalmente han aparecido ¿eh? ―Comentó el antiguo caballero de Tauro sonriendo tranquilamente ante las noticias del caballero de Sagitario.

Artorias. ―Así es… o al menos eso fue lo que me dijo la Secretaria de Kaya, ella organizó una reunión con los miembros de la URE para administrar a la gente en los territorios de Ninbus6, aunque…― El caballero Artorias hizo una pausa mirando a una de las esquinas de la cámara. ― la nave que transporta a Lucia tardará en llegar al sistema.

. ― ¿Hummm como cuánto tiempo? ―Interrogó Harbinger cruzándose de brazos.

― Al parecer 10 meses a lo mucho, pero… ― Fue entonces que Artorias. le devolvió la mirada al patriarca con determinación.
― Puedo ir a dar apoyo además de asegurarme que todos los tripulantes estén bien en el tiempo que tarden en llegar, puedo seguir la señal de la baliza y abordarla para asegurarme de ello.

. ―No sé si deba pedirte eso… después de todo ya has hecho mucho por nosotros, Artorias. ―Mencionó Harbinger con un rostro intranquilo, aunque el caballero de ojos azules negó con la cabeza.

―No se preocupe patriarca, digamos que es… una promesa que le hice un amigo, debo asegurarme de que lleguen a casa a salvo. ― Habló con una sonrisa, sorprendiendo enormemente al patriarca, y de la sorpresa pasó a sonreír tranquilamente.

Harbinger. ―Jeh… típico de ti Artorias, no solo eres el mejor de nosotros, sino que estás dispuesto a cumplir todas las promesas que has hecho a lo largo del tiempo, después de todo, Sebastián y tú eran como hermanos, habrías dado tu vida a cambio de la de él ¿no es así? ― Preguntó en un tono jocoso en su voz haciendo reír levemente al caballero de Sagitario.

. ―Sí… sin dudarlo, pero, fue su deseo quedarse a pelear y que yo cuidará de su familia. ― Mencionaba Artorias sin apartar esa sonrisa tranquila de su rostro, lo cual hizo al patriarca suspirar, él realmente era el mejor de los 12, quizás en otro tiempo, en otra vida él habría estado aquí para comandar al ejercito de Athena al lado de la diosa de la guerra.

. ―Jeh je jeh… ¿sabes? Si Shun no hubiera aparecido, tú habrías sido un gran patriarca. ―Le dijo el gran maestro actual del santuario con un gesto de respeto en su voz y colocando su mano sobre el hombro del joven caballero.

. ―Hum… probablemente lo hubiera sido… ―Respondió Artorias cerrando sus ojos tratando de imaginarse esa imagen, aunque si era honesto, pelear al lado de sus hermanos en armas lo llenaba aún más de orgullo. Abrió sus ojos solo para ver de frente al anciano patriarca.
―Pero, así estoy bien, ser el caballero de Sagitario, eso no lo cambiaría por nada del mundo.

―Tan humilde como siempre, ¿eh? ―Mencionó Harbinger riendo junto al joven caballero de Sagitario, realmente el futuro estaba asegurado con él y con Shun, con eso en mente… sabía que cuando el momento llegara no tenía que temer a la muerte.
―Muy bien, puedes ir, aunque… Quizás cuando vuelvas, yo ya no esté más aquí amigo mío… Shun te necesitará, sé que estarás a su lado para luchar contra las fuerzas del mal.

―El deber de los caballeros dorados es defender al patriarca y Athena. Con gusto daría mi vida por él. ― Artorias respondió firmando esas palabras alzando su puño derecho con convicción. ― Aunque mentiría si dijera que no te extrañaré… maestro. ―Agregó con pena en su voz y su mirada.

. ―Bueno… nos toca a todos tarde o temprano, estoy seguro que cualquier cosa que hagas en el futuro será por y para Athena. ― Harbinger dijo mientras ambos comenzaban a caminar hacia la salida de la cámara del patriarca.

s. ―Sin dudarlo maestro… espero, que encuentre paz a donde quiera que valla. ― Respondió Artoria saliendo de la cámara junto al gran maestro para ver el cielo cubierto de miles y millones de estrellas, junto con las eternas nubes de polvo estelar, el gigante plantea Arkadia3 a millas de distancia de Ninbus y por supuesto, la enorme luna que se tornaba azul.

. ―Eso espero también, viví una larga vida…―Comentaba el viejo hombre mirando hacia el horizonte, imaginando a todos sus amigos y compañeros que ya se habían marchado y que descansaban ahí… entre las estrellas.
― Cuando llegué el momento… iré hacia la eternidad a reunirme con ellos, con Saori, Seiya, Koga, Sheik y Sebastián.

Con esas palabras dichas el hombre de ojos azules miró hacia el vacío estelar, donde los héroes de antaño descabezaban, donde su querido hermano de Leo lo veía, sus peleas habían terminado, pero las de él y los demás santos de Athena estaba a punto de comenzar.
Serían batallas violentas, llenas de sangre, amigos y enemigos cubriendo el campo de batalla por igual, pero él estaría ahí, para enfrentarse a las fuerzas del mal tal y como ellos lo hicieron alguna vez.

― Eso espero maestro… ―Agregó Artorias suspirando haciendo una leve reverencia hacia el patriarca del santuario.
―Será mejor que me retire, así los alcanzaré más pronto. ―Último para entonces dirigirse hacia los escalones de la casa del patriarca, pero antes de que él se alejara escuchó la voz del viejo llamándolo una última vez.

. ―Artorias…―Habló el sabio dirigente del santuario con tranquilidad en su voz y en sus palabras, viendo a su aprendiz marchar hacia lo desconocido, ambos compartieron una última mirada, una última mirada de respeto y confianza.
― Gracias por todo lo que has hecho por nosotros, sin tu ayuda, no sé lo que yo habría hecho, estoy en deuda contigo mi amigo, mi hermano…

Con eso dicho Artorias sonrió, levantando su puño derecho hacia su pecho, justo donde se encontraba su corazón… Y con ese último gesto de respeto hacia su maestro se marchó, hacia la oscuridad de la noche, hacia su destino entre las estrellas.

Tiempo después…

Comarca de Nueva Florencia; Republica Italiana.
Fecha: Marzo 25 del 2269
3:30 Pm

Seika veía a una pequeña casa de madera ubicada sobre un gran terreno verdoso, además de un enorme granero ubicado metros al lado de la casa, Seika podía sentir el aire puro y libre del lugar, era un sitio tranquilo y no muy lejos de por ahí un enorme pueblo rural donde se vivía el día a día y entre todo ello existía una recién construida instalación asociada a empresas Kido.
Este era el lugar perfecto para ella, mientras que a lo lejos Kaya hablaba con los pilotos de la nave quienes las habían traído a este lugar, mientras organizaba el papeleo y la compra de las tierras con sus subordinados, esto era lo más lejos que podía llevarla de las instalaciones de Empresas Kido, de cualquier manera, la nueva república italiana era el sitio perfecto donde Seika podía asentarse, tendría la constante protección de Kido y de los caballeros del santuario.

Con eso Kaya tomó la tableta holográfica en sus manos, donde tenían almacenado los papeles de la propiedad, ahora todo el terreno le pertenecía a Seika.

―Espero que esto sea… lo que estás buscando Abuelita Seika. ―Le dijo con un tono tranquilo de voz a la joven Seika, mientras que ella se acercaba a la periferia del campo para ver a sus alrededores, toda una plantación solo para ella, sin animales, sin vacas o caballos, todo como en una página en blanco para comenzar con su nueva vida.

―Es tranquilo… me gusta. ―Dijo remarcando sus palabras con una sonrisa tranquila, algo que hizo sonreír satisfecha a la directora de la empresa.

. ―La propiedad y los terrenos están a mi nombre… o al menos esa es la versión que le di a los corporativos, les dije que sería una casa de campo donde vendría con mi hija de vez en cuando. Pero la verdad es que ahora todo esto es tuyo para que lo reclames. ― Kaya decía en un tono de voz apaciguado mientras le pasaba la tableta digital, en donde las escrituras y todo pasaba a manos de Seika. Solo se requería una firma para comprobar la autenticidad de la propietaria de esas tierras.
―Coloca tu firma y todo esto será exclusivamente para ti.

La joven de cabellos castaños miró el dispositivo en sus manos, realmente toda la tecnología de ese siglo le parecía extraña e incluso extravagante, en sus tiempos se entregarían títulos y papeles, pero ahora todo era digital, no le agradaba mucho… pero así eran los tiempos actuales y tenía que aprender a lidiar con ellos de una manera u otra.

―Uh… no tengo una firma predeterminada, jamás se me ocurrió hacer una hasta ahora. ―Dijo Seika levantando su mirada apenada hacia Kaya y ella sonrió levemente ante las palabras de la joven.

―Solo pon tu nombre, o huella digital. Con eso será suficiente para cerrar el trato. ―Le explicó marcando el punto donde Seika debía hacer tales cosas, ante eso la joven presionó su dedo pulgar durante unos segundos y justo después colocó su nombre sobre la línea, con eso Kaya sonrió tranquila, tomó la tableta y firmó el segundo espacio de la tableta.
Y acto seguido tomó una copia de seguridad para así entregársela nuevamente a su abuelita.
―Listo, ahora eres la legitima dueña de la casa y de 90 hectáreas de pastizal, todo para ti y para tus sueños. ―Mencionó entregándole además un pequeño dispositivo el cual funcionaba como un pequeño celular.

― ¿Eh… y las llaves de la casa? ―Preguntó la joven confundida. La pregunta no hizo sino hacer reír a la mujer adulta, realmente ella pertenecía a un siglo casi hasta primitivo para los tiempos modernos.

. ―Abuelita, esta es tu llave. ―Respondió Kaya tomando la mano de la jovencita, para tomar su dedo pulgar. ―Las cerraduras reaccionan a tus huellas digitales, inténtalo. ― Le dijo en un tono divertido.

Seika entonces miró su mano y fue cuando miró hacia la puerta de su hogar, al acercarse tocó el pomo de la puerta, el cual reaccionó al tacto y más pronto que tarde la cerradura se desbloqueó dejándolas entrar a las dos, Seika entonces con precaución entró al hogar para ver a sus alrededores, era un sitio espacioso, con muebles aún sin destapar de sus protecciones de plástico. Aparatos electrónicos ubicados cada uno sobre algunos de esos muebles y unas escaleras que llevaban a los pisos superiores, era una casa con un toque rustico y moderno al mismo tiempo.
Algo que agradaba a la vista de la joven Seika.

―La casa está hecha de madera de roble y tiene retoques de acetato, las paredes están cubiertas por una aleación de aluminio sintético, para evitar incendios o derrumbes, el suelo está hecho de caoba, pero es lo suficientemente suave y ligero para evitar golpes fuertes, los cimientos fueron hechos con estructuras de metal y acero, esto para reforzar y evitar que la casa se venga abajo con algún desastre natural. Y toda la casa se alimenta de un generador de energía Solar, perfecto para residencias rurales como esta. ―Decía acompañando a Seika por la recepción y la cocina.
―Ambos hornos funcionan con energía eléctrica, así que no te preocupes por utilizar fuego. Y la estufa funciona con paneles que se recalientan al encenderlos. ― Explicaba prendiendo la estufa para mostrarle cómo funcionaba cada uno de los componentes.
―El refrigerador tiene almacenamiento amplio para varios alimentos, verduras, frutas, carnes y el congelador es excelente para guardar comida congelada, hielo o postres como paletas y helados. ―Le decía mientras la guiaba al fregadero. ―El agua es suministrada a partir de un poso de agua subterráneo, así que te servirá para tus necesidades básicas diarias, pues el alcantarillado lleva toda el agua a una planta reciclador a que limpia y purifica el agua en cuestión de minutos. ― Entonces la guio a los pisos superiores donde había 4 puertas.
―La casa tiene 2 recamaras, 2 baños, un closet y un ático donde puedes guardar todo lo que te apetezca y tiene incluido un sótano, que puede servir como cuarto de pánico o como refugio. ― Fue así que Kaya la guio hacia debajo de las escaleras donde pulsó un botón al lado y abrió un compartimiento secreto. Que daba paso a un pequeño sótano con tuberías y algunas bolsas con semillas.
―Incluimos semillas en el sótano y en el granero para ayudarte con la plantación, además pusimos u par de robots asistentes en caso de que necesitarás ayuda a plantar los huertos o los árboles… pensamos en todo. ― Al subir nuevamente Kaya siguió explicando le a Seika un par de funciones.
―Finalmente llegamos a la parte donde te explico las funciones de la casa, el hogar tiene servicio de internet, y teléfono, además de una IA personalizada que responde a comandos de voz, llamadas y mensajes, puedes ponerle el nombre que desees y bueno… personalizarla a tus preferencias y gustos. ―Decía entregándole otros dos dispositivos, la IA del hogar y una tarjeta de créditos.
― Es tu comunicador y tu tarjeta de Créditos, créeme la vas a necesitar, el dinero y la economía de estos tiempos son muy diferentes a las de uno o dos siglos, así que te recomiendo que aprendas a utilizarla con responsabilidad… y no gastes más de lo debido. ¿Entendido? ― Seika veía todo y… apenas podía siquiera aceptarlo, todo esto era demasiado, quizás aún más de lo que tenía en el edificio de su nieta.

―Yo no sé si debería aceptar todo esto… es demasiado. ―Mencionó Seika con un tono de voz apenado, pero Kaya tomó sus manos para agacharse y mirarla a los ojos.

. ―Lo es, pero es que quiero que tengas todo lo necesario para una vida felíz, donde no te falte nada y donde puedas ser tu misma. ―Le decía Kaya tratando de ser lo más comprehensiva con ella.

. ―Pero es demasiado… no sé cómo… ¿cuánto gastaste en todo esto? ― La joven preguntaba con una mirada preocupada la cual se dirigió naturalmente al suelo, pero Kaya trató de tranquilizarla.

―Solo una pequeña fortuna… pero eso no es importante. ― Así que la mujer adulta se acercó a Seika para verla a los ojos, aun cuando la jovencita se veía impasible por su inconformidad. ―Abuelita Seika… tienes que saber que esto… todo esto es por ti y para ti. ―Fue entonces que la tomó de la mejilla para que la alzara la mirada y la viera a los ojos.
―No tienes que pagarme nada de vuelta, lo único que quiero, es que cumplas con tu palabra… resumas tu vida normal y vuelvas a sonreír… es lo único que pido, no necesito nada más que tú seas feliz. Y que por favor. ―Ahí fue que le puso nuevamente el comunicador de la IA en la mano, esperanzada por su respuesta.
―Por favor… trates de adaptarte a este mundo, es todo lo que pido… ¿sí?

Seika miró al pequeño aparato en sus manos y entonces miró a Kara, quien seguía impasible hasta escuchar su respuesta afirmativa. Todo era demasiado… demasiado incluso para su propio gusto, pero Kaya había hecho todo esto por Seika, sabía que jamás repararía el error de su tátara, tátara abuelo y que jamás le devolvería a su hermano.
Pero quería al menos recompensarle por la vida que no pudo tener y que ahora más que nunca, quería darle.

―Está bien…―Respondió la joven asintiendo con tu palabra.

― ¿Sí? ― Asentía levemente tratando de asimilar las palabras de la joven de ojos café. ― ¿Estamos finalmente en paz?

. ―Sí… gracias por todo Kaya…― Respondía Seika abrazando fuertemente a su nieta y con eso el trato se cerró finalmente entre las dos.

―Bien…― Se quedaron abrazadas una a la otra durante un tiempo, hasta que finalmente decidieron soltarse.
―Vendré de vez en cuando a revisar que todo esté bien. ―Comenzó a decir dirigiéndose a la puerta de salida. ―Asegúrate de mantener contacto conmigo y… bueno, llamar de vez en cuando. Recuerdas como ¿verdad?

―Si… lo recuerdo. ―Respondió la joven con una sonrisa tranquila por la petición de su nieta.

―Bien, entonces será mejor que me retire…―Mencionó cerrando la puerta del hogar a sus espaldas. Pero antes de salir recordó algo importante. ―Oh, casi lo olvido, toma. ―Dijo sacando de uno de los bolsillos internos de su traje una pequeña cinta de color rojo, esta se veía un poco desgastada por el tiempo y de la cual una pequeña estrella blanca con alas bordada sobresalía de la tela roja.

― ¿Que… que es esto? ―Preguntó confundida por la pequeña prenda entre manos, apreciando cada uno de los detalles del bordado y los intentos de restauración.

― Era… de mi hermano, él me la dio la última vez que nos vimos… Él me dijo que alguna vez le perteneció a mi abuelo Seiya, ahora quiero que la tengas. ―Al escuchar eso, la joven miró la pequeña prenda en sus manos y con mucho afecto la acercó a su pecho, sintiendo como si su hermano estuviera nuevamente ahí con ella, ese pequeño gesto fue mucho más significativo para la joven que cualquier otra cosa que su nieta le había dado, y con eso abrazó fuertemente a Kaya una última vez.
―Sé que tú le darás un mejor uso… del que yo jamás podré darle, cuídate mucho y… llámame por favor. ―Finalizó para retirarse hacia la nave, donde sus fieles pilotos la esperaban para retirarse.

Kaya miró hacia atrás únicamente para despedirse de su abuelita Seika, mientras que ella desde el porche de su hogar también se despedía agitando su mano y agradeciendo todo lo que ella había hecho.
Algo que ella también hizo y poco después… subió a la nave para volver a su edificio, esperando que Seika cumplirá con la promesa que le hizo.
Y mientras tanto ella comenzó a pasear por los campos, admirando todo lo que ahora era de ella, tantos árboles y plantas, tanto terreno para sembrar y cosechar, y de entre todos pudo ver un árbol una gran pendiente, donde un pequeño árbol crecía.

Ella comenzó a subir por la pendiente con la cinta que portaba en sus manos y al llegar a la cima, miró a su alrededor, el mundo que ahora era suyo… la vida que le esperaba, ella suspiró viendo todo ese espacio, ahora estaba nuevamente sola y por alguna razón estar así de aquella forma la hizo sonreír tranquila, de que finalmente la vida le sonreía una vez más…

Se sentó sobre la Hierba dándole las espaldas al pequeño arbolito que crecía a sus espaldas, para entonces mirar a sus manos, la cuales aún sostenían esa pequeña cinta, ella suspiro grabandose esa imagen en la mente, lo que no daría por compartir este glorioso mundo con su hermano, lo mucho… que le hubiera encantado estar aquí para ver esta excelente vista.
Suspiró nuevamente para entonces extender la cinta y colocarla sobre su frente, la extendió por todo su cráneo hasta llegar a su nuca y comenzó a amarrarla con cuidado.
Quizás no fuera mucho, pero con esa pequeña prenda se sentía junto a su querido hermano Seiya, con ese último recuerdo se sentía más cerca de él que nunca…

Y al acomodarla en su cabeza miró al horizonte, dejando que el viento soplara a su alrededor y sonrió finalmente tranquila de poder estar cerca de él, cerca de su hermano, cerca de su querido, querido hogar…

―Ya estoy en casa… Seiya…―Susurró derramando un par de lágrimas, finalmente feliz de haber encontrado su hogar.

Continuará en; Caballeros del Zodiaco: Guardianes del Universo.
(Saint Seiya: Guardians.)
Capítulo 9: … Antes de la tormenta.

El Episodio Zero… Aún no ha terminado.

Encore une fois et comme toujours un immense merci à ShainaCobra pour avoir suivi et commenté cette histoire, qu'elle continue grâce à ses commentaires, vraiment sans l'intérêt qu'elle porte à cette histoire, il n'y aurait pas d'épisodes continus de Knights of the Zodiac pendant des semaines.

Merci beaucoup et jusqu'au prochain épisode de Guardians.