Digimon y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.


Taichi caminó por los pasillos del hospital hacia la habitación de su hija. Antes no le gustaban los hospitales, pero luego de vivir todos esos malos momentos en ellos, ya era oficial; los odiaba. Aun no podía creer todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Estaban pasando una excelente tarde padre e hija; era increíble que ahora estuviera de nuevo en un hospital. Llegó a la sección de cuidados intensivos y vio a través de la ventana a Sora sentada a un lado de la cama donde yacía su pequeña hija dormida. Abrió la puerta lentamente y observó la escena más de cerca. Su esposa acariciaba las sonrojadas mejillas de su hija. Sonrió tristemente. Amaba a su familia con todo su ser. Sora y sus hijos eran razón suficiente para levantarse cada mañana y si algo les pasaba, no sabría como seguir y, en estos momentos, no podía negar el hecho de que estaba asustado.

─ ¿Cómo está? ─ preguntó en un murmullo.

─No muy bien ─respondió sin apartar la vista de la niña ─Al parecer la infección respiratoria es algo grave y le ha causado una fuerte fiebre.

Tai solo miró al techo tratando de buscar alguna explicación lógica para todo esto.

─Soy el peor padre del mundo ─ dijo. Sora de inmediato frunció el seño y fijó su vista en él

─Sabes que no lo eres…

─Sí, lo soy…Debí notar algún cambio o algo antes de que se desmayara…

─Tai…

─Es igual a lo de Hikari años atrás…

Sora podía notar como su esposo apretaba fuertemente los puños y como unas rebeldes lagrimas descendían por sus mejillas. Sabía que ese suceso con Hikari cuando eran niños lo había traumatizado y vivir esa situación nuevamente con su propia hija, debía ser devastador para él. La pelirroja se levantó de su asiento y se acercó a Tai abrazándolo en el acto.

─Esto no es tu culpa, Tai…─ susurró ─Nadie podía predecir que esto pasaría. No te culpes, por favor…

Tai le devolvió el abrazo. Trataba de creer en sus palabras, pero no podía, no sabía por qué.

─En el trabajo…me han ofrecido transferirme nuevamente…

─ ¿A dónde?

─A Odaiba

Sora levantó la vista y vio que no bromeaba.

─ ¿Y…que vas a hacer? ─La expresión de Tai era de pura seriedad.

─Lo voy a aceptar

─ ¿Seguro?

─ Sí ─respondió seguro ─Sora, siento que viviendo en este país estamos solos contra el mundo, necesitamos apoyo para sobrellevar la situación de nuestra hija y pienso firmemente que allá descubriremos que es lo que aqueja a nuestra hija.

─Creo que tienes razón ─ apoyó Sora ─ Nos vendría bien algo de apoyo…

─Claro que la tengo ─ abrazó más aun contra sí y besó su pelo.

─ ¿Mami? ¿Papi? ─ Sora y Tai se separaron de inmediato y corrieron al lado de su hija.

─Pequeña…─ habló Tai ─ ¿Cómo te sientes?

─Tengo mucho sueño… ─comenzó a toser ─ y no puedo respirar bien; me duele cuando lo hago…

─ Está bien, Cami; estamos aquí para que te sientas mejor, ¿sí? ─ la niña asintió.

─ ¿Se quedaran conmigo todo el tiempo? ─preguntó ilusionada.

─No puedo, cielito ─dijo muy a su pesar el castaño ─ Debo ir a casa con tu hermano ─ el rostro de la pequeña se llenó de decepción.

─ ¿Pero vendrás mañana con él a visitarme?

─Claro que sí, mi cielito, te lo prometo, ¿y sabes lo que eso significa?

─ ¡Sí! Significa que vendrás. Taichi Yagami nunca rompe una promesa ─ dijo orgullosa.

─Exactamente ─se levantó un poco y besó la frente de la niña ─ Nos vemos mañana cielito. Te amo

─Yo también te amo, papi ─ Taichi sonrió y caminó hacia su esposa.

─Buenas noches, cielo. Te amo

─Yo también te amo ─ Sora se acercó a él y le plantó un beso en los labios.

Tai salió de la habitación rumbo al estacionamiento. Caminó nuevamente los largos pasillos del hospital hasta su auto y cuando iba a abrirlo, su teléfono sonó. Miró el identificador de llamadas y vio que era un número internacional. ¿Podía ser…?

─Hola…

─Hola… ¿Tai?

─ ¿Joe? ¡¿Cómo estás?!

─ Muy bien y por lo que escuché en tu mensaje, creo que tu no tanto.

─Así es Joe; necesito tu ayuda.

─Dime que es lo que pasa Tai ─ el castaño le contó todo a Joe, desde los síntomas hasta el último ataque ─ Dios mío, Tai, hay que averiguar qué es lo que le pasa.

─Lo sé, por eso te pido tu ayuda

─ ¿Qué puedo hacer?

─Nos mudaremos nuevamente a Odaiba y quisiera que en cuanto lleguemos, seas el médico de cabecera de mi hija y hagas hasta lo imposible para averiguar qué es lo que le pasa.

─ ¡Claro que sí! Haré todo lo que pueda, Tai. Solo asegúrate de traer la historia médica de la niña para poder estudiarlo a fondo.

─Lo haré Joe, muchas gracias, de verdad.

─No hay problema, Tai. Aquí los espero.


Un mes después del último quebranto de salud de Camila, la familia Yagami se encontraba en el avión que los llevaría nuevamente a Odaiba. Taichi y Sora habían resuelto todos los asuntos legales y laborales que necesitaban resolver y habían hecho todo para que la vida de sus hijos no se viera afectada por el repentino cambio.

─ ¿Verdad que tendremos muchos amigos, papá ? ─ preguntó su primogénito emocionado.

─ Sí, campeón, muchísimos ─ dijo despeinándole el cabello.

─ ¿Y todo será mejor allá, papi? ─ preguntó su pequeña hija. Sora besó delicadamente el pelo de su niña y miró a Tai por una respuesta. Iban a Japón como último recurso para salvar a su hija de ese mal que la aquejaba y estaban seguros que aparte de conseguirla, encontrarían el soporte que tanto han necesitado por años. Seria un nuevo comienzo para la familia Yagami-Takenouchi y rezaban para encontrar todas aquellas respuestas que necesitaban con urgencia.

─Te prometo que todo será mejor, cielito.


Hi everyone. Sé que esta algo corto el capitulo, pero necesitaba llegar ya a la parte mas importante de la historia. Gracias por el nuevo review y los nuevos fav y follow. Thank you very much=D. Espero que le hayas gustado el capitulo. Ya saben, cualquier cosa, review.

Bye!