Digimon y sus personajes NO ME PERTENECEN. Solo hago esto por diversión y para su entretenimiento.


Sintió unas pequeñas manos palmear su rostro. Con pereza, el joven Yagami entreabrió los ojos y se encontró con un par muy parecidos a los de él. Sonrió automáticamente.

─ Que linda forma de despertar…─ su hija le sonrió y, por un momento, Taichi siente su corazón explotar de alegría. El simple hecho de verla despierta y sonriéndole, lo hacía feliz.

─ Buen día, papá. ─ dijo, arrojándose hacia los brazos de su padre.

─ Buen día, mi pequeño cielo. ─ respondió ─ ¿Dónde esta mamá?

─ Fue por el desayuno; dijo que de seguro estarías hambriento ─ Sora lo conocía tan bien

─ Y tú, mi pequeño cielito, ¿cómo te sientes?

─ Me duele un poco todo, pero nada más. ─ a pesar de que seguía sonriéndole a su hija, ese último comentario, lo trajo nuevamente a la realidad.

─ No te preocupes; mami y papi haremos hasta lo imposible para que te sientas mejor.

Todos estaban trabajando para encontrar alguna forma de curarla de la infección, pero era difícil apartar el pensamiento de que el tiempo se acababa y no estaban más cerca de encontrar una solución. Desde su aventura en el digimundo a los once años, sabía que los digimons y su mundo serian una parte importante de su vida, pero no esperaba que afectara también a terceros, a sus hijos, y con todo lo que le había dicho Koushiro, estaba aterrado tanto por su hija, como de su primogénito como portador de dos emblemas.

─ Papi, tengo sueño…─ Aparentando tranquilidad mientras por dentro estaba en pánico, tomó delicadamente el rostro de su hija y la observó directamente a los ojos. Suspiró aliviado al ver que estaban de su color natural; solo estaba cansada. ─ ¿Qué pasa? ─ preguntó la niña un poco confundida. Él solo negó suavemente. Observó el reloj en la pared: era realmente temprano, así que, tenía tiempo de quedarse con su hija un rato más. La acomodó en su pecho, siendo abrazado por ella de inmediato.

─ Todo está bien ─ envolvió su pequeño cuerpo entre sus brazos ─ duerme un poco; me quedaré un rato más, ¿bien? ─ ella asintió débilmente, siendo vencida por el sueño casi al instante.


Veía el reloj de la pared avanzar y ella no parecía mejorar. Ella fue la primera de los tres en despertar y no precisamente porque quisiese. Ni siquiera había salido el sol cuando trató de salir de la habitación, pero para su mala suerte, su hija se había despertado con ella y tuvo que mentirle para poder escabullirse. Desde su pelea con Taichi, había estado sintiendo unos pequeños calambres en su abdomen, los cuales ignoró pensando que se trataba de su período. El dolor fue incrementando con el pasar de las horas, hasta convertirse en un sufrimiento debilitante en su abdomen, acompañado de otro igual de fuerte en su área lumbar.

Allí supo que debía buscar ayuda, pero era demasiado temprano e, irónicamente, no encontraba a nadie del personal médico en su camino. A duras penas, llegó a uno de los baños en el preciso momento en que el dolor se volvió insoportable, enviándola de rodillas al suelo. Supo que no podría salir de allí sin ayuda. Se arrastró hasta la pared más cercana y se apoyó en esta; tomó su teléfono y le marcó a Taichi, pero el teléfono parecía estar apagado. Cada vez se sentía más débil y su voz no parecía querer colaborar…Para su alivio, su teléfono vibró…

Mimi

Hey, beautiful, ¿Cómo amanecieron? ¿todo bien?

Le costó bastante leer el mensaje, pero como pudo respondió…luego de eso, todo se volvió oscuridad.


Estuvo a punto de abandonar su auto en el medio de la calle. Estaba en medio de una emergencia y lo último que pensaba era en como estacionarse correctamente. Había dejado a sus hijos en la escuela cuando recibió el mensaje de Sora. Un simple "Ayuda" apareció en la conversación y por más que le escribió y llamó para saber qué pasaba, Sora no aparecía y para colmo, Taichi tampoco tomaba la llamada. Decir que entró en pánico era quedarse corto. Llamó a Hikari y, al igual que ella, no pudo comunicarse con su hermano, por lo que decidió ir al hospital a ver qué pasaba. Mimi siendo Mimi tenía que averiguar si su mejor amiga estaba bien, así que, tomó rumbo hacia el hospital.

─ ¡Por fin! ─ exclamó a ver un estacionamiento vacío.


─ ¿Sora? ¿Hermano? ─ Taichi abrió los ojos al escuchar la voz de su hermana en el pasillo. Colocó a la pequeña niña dormida en la cama y salió silenciosamente de la habitación.

─ ¿Hikari? ¿Qué haces aquí?

─ Te he llamado un millón de veces al móvil. ─ respondió notablemente enojada.

─ Lo siento; lo apago en las noches ─ respondió restándole importancia al asunto ─ ¿Qué pasa?

─ Sora le envió un mensaje de auxilio a Mimi y vinimos a ver si todo estaba bien. ─ Taichi experimentó un mal presentimiento. ─ ¿Dónde está?

─ No lo sé; Cami me dijo que había ido por el desayuno, pero no ha vuelto. ─ respondió. Decir que estaba preocupado era quedarse corto. ─ Quédate con la ninna; iré a buscarla.

No esperó por la respuesta de su hermana. Con esa nueva información, lo único que le importaba era encontrar a su esposa y comprobar que estuviese bien. Se dirigió primero al lugar donde supuestamente estaría, según le contó su hija, pero no estaba allí y ninguno de los empleados la había visto. No tardó mucho en recorrer todo el hospital y no pudo encontrarla.

─ Demonios…─ volvió en sus pasos, encontrándose a una castaña conocida en su camino ─ ¡Mimi! ─ llamó la atención de la castaña.

─ ¡Por Dios, Taichi! ¡Hasta que te encuentro! ─ exclama ─ ¿Dónde está, Sora?

─ No lo sé; Hikari me dijo todo y estoy preocupado. ─ responde. ─No la encontré en ningún lugar

─ ¿Todos los lugares? ─ él asiente ─ ¿incluyendo el baño de damas? ─ el castaño quedó estático. ¡¿Cómo pudo ser tan estúpido?! ─ Eso pensé… ─ sin agregar mucho más, se dispusieron a revisar cada baño: Mimi entraba y verificaba mientras Taichi la esperaba fuera. Si no estaba en alguno de los baños, Taichi perdería los estribos. Todo el mundo sabía que la debilidad de Taichi, desde pequeño era Sora…Si algo le llegaba a pasar, no se lo perdonaría…─ ¡Taichi! ─ sin importarle que se tratase de un baño de damas, entró al lugar. Su corazón dio un vuelco cuando la vio en el suelo, apoyada de uno de los muros y con Mimi tratando de reanimarla.

─ ¿Qué pasó?

─ No sé, pero no reacciona…─Taichi se acercó y tomó a la pelirroja entre sus brazos, notando que ardía en fiebre. Le importaba muy poco que lo catalogaran como loco, así que, en el preciso momento en que salió del baño, comenzó a gritar por ayuda y con Mimi ayudando, no fue muy difícil llamar la atención.


No había pasado tanto tiempo, pero para el castaño, había pasado una eternidad. Las enfermeras se llevaron a su esposa y no le permitieron ir con ella. Mimi había llamado a Joe por soporte, para que, por lo menos, alguien conocido estuviese con ella.

─ Sora es fuerte; estará bien ─ él no dijo nada, se limita a esconder su cabeza entre sus piernas. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Estaba aterrado… ¿Y si algo le pasaba a Sora? Él nunca se lo perdonaría… ─Mira, ahí viene Joe…─ de inmediato, el castaño levantó la mirada y se puso de pie de inmediato.

─ ¿Está bien? ─ preguntó ansioso el joven Yagami.

─ Sí, está estable, pero tendrá que llevar a cabo mis instrucciones al pie de la letra porque el peligro aún no pasa ─ Taichi tragó en seco.

─ ¿Qué es lo que tiene?


Cuando Koushiro observó un nuevo mensaje en su ordenador, no perdió tiempo en leer su contenido. Provenía del señor Gennai, con posible información valiosa sobre lo que afectaba a su sobrina.

"Koushiro, he descifrado la fuente de la infección que afecta a la descendiente. Proviene del mar Oscuro y, según las leyendas, el antídoto solo se consigue cuando se logra purificar la fuente, a partir de los deseos y el poder de la unión. Aun no sé qué significa esa última parte, pero uno de mis emisarios irá al mar oscuro para obtener mayor información. Por ahora me despido, pero me mantendré en contacto. Esto no puede tardar mucho; el tiempo no es nuestro aliado, así que, estarás escuchando de mi más pronto de lo esperado"

Honestamente, ese mensaje lo había confundido aún más.

Suspiró.

Por lo menos sabía dónde estaba la fuente de todo y con eso, él podría comenzar a trabajar para tratar de entender como el virus o infección se activaba en su sobrina esporádicamente, para tratar de aminorar los síntomas y tratar de protegerla hasta que lograran erradicar el virus por completo. Solo tenía algo seguro: necesitaría la ayuda de dos personas que dominaban más que él, todo lo relacionado al Mar Oscuro.


Observó su teléfono con culpa. Había tres llamadas perdidas de su esposa, cercana a la hora que salió de la habitación. Ella trató de pedir ayuda y él no fue en su auxilio y eso casi le cuesta la vida…a su bebé.

Escondió su rostro entre sus manos.

Aún no podía creerlo…Cuando Joe le informó que lo que Sora había sufrido fue una mezcla de agotamiento, combinado con un pre-aborto, su mundo se vino abajo. No tenía ni la menor idea de que su esposa estaba embarazada y la idea de que estuvo a punto de perder al hijo de ambos lo seguiría por siempre.

¿Pre-aborto? preguntó Mimi con incredulidad. Joe asintió.

¿Alguno sabía que estaba embarazada? ─ preguntó. Taichi y Mimi negaron al unísono ─ Así que fue una sorpresa para ustedes también…

¿Esta bien ahora?

Logramos detener el aborto, pero aún hay peligro ─ explicó ─ Supongo que con todo lo que le está pasando, no ha estado durmiendo ni comiendo bien, por lo que, un pico de estrés pudo haber desencadenado ese inicio de aborto.

Taichi se sintió el peor ser humano del planeta…

Fue mi culpa… ─ los presentes le observaron ─ La hice enojar con una de mis idioteces anoche y…eso desencadenó todo…─ dijo, cubriendo su rostro con sus manos ─ Dios mío…─ Joe se compadeció de él y colocó su mano sobre su hombro en señal de apoyo

Lo importante es que ambos están bien, hay que procurar que siga así…

─Taichi…─ el castaño volvió a la realidad y observo a su esposa.

─ Hola, cielo… ¿cómo te sientes? ─ tomó su mano y la besó delicadamente.

─ Como si un camión me hubiese pasado por encima ─ respondió sinceramente ─ ¿Qué me pasó?

─ ¿No recuerdas nada?

─ Solo el dolor…─ respondió ─ ¿Qué fue todo eso?

─Tu…─ no sabía ni como decirlo sin estresarla, ni siquiera sabía si ella estaba enterada al respecto ─ sufriste un pre-aborto. ─ Taichi observa como el semblante de Sora pasa de confusión a incredulidad y luego, a total angustia.

─ ¿Q-Qué? ─ la pelirroja simplemente no podía creerlo ─ Yo…no sabía que… ¿acaso lo perdí? Yo no…─ el castaño podía ver las lágrimas formándose en sus ojos.

─ Hey, todo está bien, es un Yagami; no se rinde tan fácilmente ─ trató de bromear para aminorar la tensión. ─ Solo tenemos que seguir el tratamiento que especificó Joe y pronto todo estará incluso mejor…

─ Amor, te juro que no sabía sobre el embarazo; me hubiese cuidado más…santo Dios…─podía notar el arrepentimiento en su voz ─ Me siento tan culpable…─ no había cuidado para nada su alimentación, ni su tiempo de sueno…ni siquiera había estado tomando vitaminas.

─ No tanto como yo ─ comentó el castaño ─ Mi estupidez de anoche fue lo que desencadenó todo…Lo siento tanto, mi vida.

Ella lo observa con una mezcla de pesar y ternura. Aún no podía creer que estuvo a punto de sufrir un aborto, ni siquiera podía digerir la idea de que estaba embarazada y ni siquiera lo había notado, pero es que con todo lo de la mudanza y la enfermedad de su hija, no había notado los cambios en ella, ni los retrasos, ni los antojos…nada y sentía la peor madre de la historia por no estar más pendiente.

Por todos los cielos, pudo haberlo perdido.

─ No importa ya; solo importa que estamos bien…te prometo queme cuidaré más…─ él le sonrió. ─ ¿Joe te dijo cuantas semanas tengo?

─ Él aproxima que unas doce semanas…─ responde ─ Nuestro bebé fue concebido antes de volver. ─ Taichi se derritió al ver el brillo en los ojos de su esposa. Tenía semanas que no lo veía y francamente, ya lo extrañaba. Sobrecogido por toda la situación, colocó su otra mano sobre el vientre de Sora. No podía creer que ninguno de los dos lo haya notado; ahí estaba él, presente como aquella pancita que tenía en esos momentos la pelirroja.

─ Pensé que estaba engordando, a decir verdad ─ Taichi sonrió ante el comentario ─ Vamos a tener otro bebé, Tai─ comentó feliz, como si estuviese asimilando aún la noticia. Se aferró fuertemente a la mano de Taichi y colocó la otra sobre la de Taichi, la cual reposaba sobre su vientre ─ Estoy tan feliz…

─ Yo también, mi cielo…te amo

Venía un nuevo Yagami en camino, y para Taichi era otra motivación más para seguir luchando. Su hija conocería a su hermano menor y viceversa. Él se encargaría de eso por todos los medios posibles. Por el momento, se encargaría de disfrutar ese pequeño momento de gozo y paz que le proporcionaba saber que pronto llegaría una nueva personita a agrandar su familia.


Por fin, pude actualizar. Un capitulo mas largo que los acostumbrados aqui. Primero, gracias a: jcolque662, marce, David y ktheit por los reviews y también a todos ustedes que dieron favs y follows. Segundo, espero no tardar tanto en actualizar. Espero que les haya gustado el capitulo y como siempre, siéntanse libres de comentar.

Cuídense,

Bye!